estandares de calidad: sus efectos en las aulas

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Texto que se ocupa de analizar las relaciones entre las normas que regulan la calidad de los factores asociados con un programa de educación superior y sus efectos sensibles para estudiantes y profesores en las aulas y lugares de formación

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  • Presentacin

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    Contenido

    1. Presentacin

    1

    2. Las fronteras de la calidad

    9

    2.1. La preocupacin por la calidad 2.2. La propuesta de microzonificacin normativa 2.3. La franja de calidad para la educacin superior

    10 17 21

    3. Un contexto dinmico y conflictivo

    27

    3.1.El eco de las transformaciones 3.2.Las voces de la globalizacin 3.3.La contribucin local

    29 34 39

    4. La reivindicacin de la calidad

    47

    4.1.El mosaico normativo 4.2.La topografa de la calidad 4.3.La calidad como vector 4.4.El papel de la evaluacin

    51 57 58 71

    5. Los estndares de calidad

    75

    5.1.Los estndares como elementos de un sistema 5.2.La geometra de la calidad mnima 5.3.Informacin e Informes

    78 129 134

    6. La calidad en las aulas

    141

    6.1.Un enfoque dinmico para la formacin 6.2.La percolacin de los estndares 6.3.La continuidad del mejoramiento

    142 146 160

    7. Imgenes de futuro

    161

    7.1.El clima para la calidad 7.2.Los interrogantes compartidos 7.3.Los propsitos de los actores 7.4.La influencia de la perspectiva 7.5.Esfuerzos y deformaciones 7.6.Indiferencia, simbolismo y accin decreciente 7.7.Consideraciones finales

    165 168 171 175 182 189 199

  • Estndares de Calidad: sus Efectos en las Aulas

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    8. Bibliografa 205

    1. Presentacin

    La movilizacin acadmica generada por las recientes disposiciones gubernamentales sobre calidad de la educacin superior es una seal alentadora para quienes esperan de ese nivel de formacin un aporte calificado al desarrollo nacional. No obstante, la expectativa de la sociedad seguramente se concentrar en los resultados globales del registro calificado de los programas, sin afanarse por los alcances reales que la normatividad tenga en las responsabilidades bsicas de formacin.

    Los procesos de autoevaluacin, acreditacin y registro calificado, as como la introduccin de exmenes de estado de calidad de la educacin superior; la adopcin de los crditos acadmicos, las reformas curriculares, los proyectos institucionales y las acciones previstas en los planes de mejoramiento; pueden tomar mucho tiempo para tener efectos sensibles en las aulas, laboratorios y campos de prctica en los cuales se desarrolla a diario el proceso de aprendizaje. Sin un adecuado sistema de vasos comunicantes, los escenarios del encuentro cotidiano de estudiantes y profesores no podrn asimilar la esencia de los ajustes y estos permanecern en el permetro institucional sin beneficiar a los actores principales de la accin educativa. La propuesta central de este trabajo consiste en extender a cada uno de los lugares de formacin comprendidos en una oferta curricular, la comprobacin de los niveles mnimos de calidad de los diecisis factores previstos en los estndares para programas de pregrado. Los estudiantes, objeto de los mayores esfuerzos de las instituciones y programas, constituyen el centro de la accin formativa y, en consecuencia, deben beneficiarse de las disposiciones expedidas en procura de la calidad y participar, activa y permanentemente, en la materializacin de los planes de mejoramiento. Los trminos del documento pueden aplicarse, en general, a cualquier programa de pregrado, pero las reflexiones centrales y la aplicacin de la adaptacin de los estndares a una asignatura tpica, corresponden al rea de ingeniera. Por esta razn, es adecuado

  • Presentacin

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    un comentario sobre las responsabilidades sociales de los ingenieros como principal justificacin de las exigencias de calidad en su formacin. La seriedad del compromiso con el desarrollo hace ms apremiante la necesidad de llevar hasta las aulas el espritu de reivindicacin de la calidad que anima al decreto sobre estndares para programas de ingeniera. La contribucin de los ingenieros al desarrollo de la sociedad est apoyada en sus conocimientos tcnicos, su participacin en proyectos promovidos tanto por el Estado, como por el sector privado, y su papel de transmisores y actores del crecimiento fsico, sin perder de vista el desarrollo humano como un objetivo y no slo como un medio para el desarrollo econmico. El papel de los ingenieros es especialmente importante en los pases pobres, cuyas sociedades se enfrentan a problemas de desarrollo distintos a los que preocupan a las naciones que alimentan el crecimiento de la ciencia y la tecnologa. Una componente importante de la accin de los ingenieros tiene que ver, en estos casos, con la asimilacin crtica de los avances y la adaptacin, social, tecnolgica y econmica de los avances del conocimiento. En circunstancias de gravosa dependencia es necesaria una consideracin fundamental: De qu clase de ingeniero estamos hablando? No se trata, por supuesto, de una clasificacin social o econmica derivada del xito relativo del ejercicio profesional. De hecho, no es posible hablar de los ingenieros como grupo social consolidado, particularmente despus de que en los ltimos aos muchos jvenes de escasos recursos se han formado como ingenieros, sin que ello signifique que alcanzan los escenarios de reconocimiento reservados a los profesionales de elevado origen social. La clasificacin posible no es entonces como individuos que ejercen la ingeniera, sino en relacin con la funcin que ejercen, para la cual los ingenieros deben combinar conocimientos tcnicos, competencia para resolver problemas prcticos, creatividad y capacidad innovadora. Estos atributos no son suficientes para caracterizar la funcin del ingeniero, pero s parecen delimitarla con aceptable precisin ya que, si carece de alguno de ellos, es un ingeniero limitado y pobremente dotado. Un profesional solvente conjuga los tres factores citados y aade una dimensin esencial: la dimensin humana. Ahora bien, cmo puede un ingeniero con estas caractersticas participar en el proceso de desarrollo de la sociedad?

    El desarrollo como proceso multidimensional

    El concepto de desarrollo entendido como el conjunto del progreso econmico, social, educativo y democrtico, plantea algunos interrogantes: Cules son las prioridades de la sociedad para propiciar su desarrollo? Por dnde debe empezar? Por la dotacin de infraestructura? Por la reforma del Estado y el respaldo a la creacin de industrias locales?, o por la atraccin de inversiones extranjeras?

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    La respuesta a estas preguntas es extraordinariamente compleja y hace parte del dominio de las decisiones de tipo poltico, debido a su enorme repercusin social. A pesar de que los interrogantes son esencialmente de naturaleza econmica, en realidad el desarrollo est mucho ms condicionado por el contexto social que por los conocimientos tcnicos, la capacidad financiera o el nivel de la educacin. Dicho de otra forma, las estrategias de desarrollo dependen de las condiciones sociales predominantes y deben considerar las caractersticas polticas y culturales de la poblacin. Desde esta perspectiva podemos abordar el papel del ingeniero. Existen tres condiciones sociales para el desarrollo: una organizacin slida, voluntad para mejorar las condiciones existentes y ausencia de factores perturbadores externos. En primer lugar, el desarrollo de una sociedad requiere de organizacin social fuerte, es decir, precisa de un arreglo capaz de establecer lmites a las acciones individuales, mitigando el efecto de interferencia de las distintas aportaciones. En los Estados modernos, esta organizacin adopta ante todo un carcter jurdico y administrativo, sin perjuicio de tomar la forma de un consenso social y una virtud compartida. Por desgracia, en ocasiones, el poder utiliza formas de organizacin que se oponen a las aspiraciones de desarrollo humano, y a largo plazo, resultan ineficaces a pesar de algunos resultados espectaculares a corto plazo. Qu papel juega el ingeniero en el proceso de organizacin de la sociedad? La definicin del modelo de representacin de la poblacin y la eleccin del sistema poltico estn fuera de su alcance como individuos. La experiencia muestra que cuando los ingenieros asumen funciones de representacin social derivan hacia actitudes de liderazgo poltico, independientes de su origen profesional. Si bien la poltica no es su terreno, en contrapartida, ejercen una influencia considerable en la ejecucin de las obras y proyectos de infraestructuras a cargo del Estado. Al pasar del campo de la influencia poltica al de las realizaciones prcticas, el ingeniero encuentra el escenario adecuado para ejercer el liderazgo. Aprovechando esta condicin, el Estado puede apoyarse en los ingenieros para desempear su funcin organizadora, no solo emplendolos para poner en prctica la estrategia de desarrollo de la cual hace parte la construccin de infraestructura, sino aprovechando su conocimiento para liberar al Estado de funciones operativas, reforzando su papel regulador. De esta forma, el Estado emplea las competencias de los ingenieros para servir a los poderes pblicos. El segundo criterio, la voluntad de mejorar la situacin, es esencial. Una sociedad slo podr lograr un desarrollo sostenible con el impulso de los individuos, puesto que de ellos proviene la innovacin. En la bsqueda de condiciones para el desarrollo, el papel del ingeniero no es despertar en las personas la voluntad de cambio, ms bien, su responsabilidad es el mantenimiento de dicha voluntad, a travs de la demostracin de que, gracias a la ingeniera, las aspiraciones de mejoramiento material de las condiciones de vida pueden satisfacerse.

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    Por ltimo, la tercera condicin de desarrollo, la ausencia de perturbaciones externas es suficientemente explcita. Una sociedad castigada por crisis polticas o econmicas, o afectada por desastres naturales o antrpicos, no puede desarrollarse adecuadamente. A pesar de que an en medio de estas circunstancias negativas puedan producirse algunos avances tcnicos, requisito para el crecimiento fsico, las circunstancias sociales y econmicas predominantes se oponen a cualquier nocin de desarrollo.

    Relaciones de la tcnica con la sociedad

    Conocidas las condiciones necesarias para conseguir el desarrollo, el ingeniero aparece como un apoyo esencial. Puede desempear el papel de catalizador pero no puede ejercer mayor influencia si no se han alcanzado antes las condiciones sociales necesarias y si no est en sintona con las necesidades y capacidad de la sociedad con la que va a trabajar. A travs de un ejemplo se pueden entender las consecuencias prcticas de estas consideraciones. Un proyecto de construccin de una captacin para acueducto, es en principio, un proyecto con una componente evidentemente tcnica; es un tpico problema de ingeniera de estructuras hidrulicas. La contribucin del ingeniero puede limitarse a la resolucin de los problemas tcnicos planteados por el proyecto, pero la existencia de otras variables puede reducir la efectividad de sus acciones. En efecto, se plantean dos temas mucho ms importantes que los aspectos estructurales de la obra de captacin: En primer lugar, la localizacin de la estructura pone de manifiesto divergencias entre los intereses de los usuarios localizados aguas arriba, que intentan retener el agua para usos de riego, por ejemplo, y las necesidades de los usuarios de aguas abajo, afectados por la disminucin de los caudales. La segunda cuestin de fondo que se plantea se refiere al mantenimiento. A quin le corresponde el mantenimiento de la estructura, con qu competencias y que medios debe contar? Se trata de dos aspectos claves para el funcionamiento a largo plazo y, desde la perspectiva de los usuarios y administradores del proyecto del cual hace parte la captacin, son mucho ms importantes que los problemas tcnicos de tipo estructural planteados en el proyecto de ingeniera. En la prctica, la mayor parte de los problemas tcnicos planteados pueden ser resueltos, en corto tiempo, por los ingenieros. En cambio, para superar los otros problemas es necesario permanecer en el lugar por un tiempo prolongado, con un proyecto socioeconmico especfico y, sobre todo, con una fuerte colaboracin de la comunidad local. Mientras los problemas asociados con el uso del agua y con las polticas de mantenimiento no se resuelvan, es imposible garantizar la sostenibilidad de las intervenciones tcnicas.

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    Este ejemplo sencillo muestra hasta qu punto los alcances de la intervencin del ingeniero estn estrechamente unidos a las circunstancias sociales existentes. A la escala de la sociedad, se comprende hasta qu punto la funcin del ingeniero es, al mismo tiempo esencial, pues cuando se han establecido los principios y elaborado los planes hay que llevarlos a la prctica, algo que solo pueden conseguir el ingeniero, el tcnico y el obrero, e inseparable de otras caractersticas del ser humano.

    Los procesos, productos y residuos de la ingeniera se hacen visibles. La ingeniera se hace por, con y para seres humanos y debe contribuir a alentar cambios sensibles en toda la sociedad, as que para alcanzar niveles de desarrollo que sirvan a los intereses colectivos debe trascender la simple satisfaccin econmica de algunos individuos, superar los lmites del crecimiento fsico y la dependencia enfermiza de los indicadores econmicos, materializando sus efectos sobre todo el conjunto social. Las diferencias regionales, acentuadas normalmente en detrimento de las reas ms vulnerables, social y econmicamente, deben ser atendidas por la ingeniera con criterios flexibles y creativos de nivelacin para el desarrollo. Para el efecto, la formacin de nuevos ingenieros y el desempeo profesional de los graduados deben superar el desconocimiento de la naturaleza dinmica y compleja del desarrollo y evitar recurrir a explicaciones monocausales, sometiendo a la sociedad a peligrosas secuencias de ensayo y error. La necesidad de incrementar en los ingenieros el uso de la imaginacin cmo y cunto puede verse afectada por una civilizacin dominada por la imagen? La capacidad de evocar imgenes ausentes requisito bsico para disear es cada vez ms precaria en medio de la proliferacin y penetracin de iconos prefabricados. La formacin de nuevos ingenieros debe reconocer el deterioro de la capacidad de pensar con imgenes. Frente a este desafo de la poca, los responsables de la formacin de ingenieros podran intentar la inclusin de una pedagoga de la imaginacin que acte como alternativa de los mtodos convencionales, sin permitir que se convierta en divagacin o simple ejercicio ldico. Un extraordinario desafo para los docentes de ingeniera en estos tiempos tiene que ver con el uso de imgenes recicladas, la necesidad de rehabilitar visiones, el desarrollo de la capacidad de desaprender e incorporar el olvido como estrategia de formacin.

    El llamado de la sociedad La ingeniera debe estar dotada de los instrumentos necesarios para aproximarse a las transformaciones mundiales sin permitir el incremento del retraso de las sociedades ms vulnerables. La necesidad del conocimiento en tiempo real para incorporar las innovaciones a las estrategias de desarrollo, el acceso a las bases de datos actualizadas con los aportes universales ms calificados, la formacin permanente de los graduados reclaman, entre las ms importantes caractersticas, una actividad incesante y veloz, necesaria para acompasar la formacin de los ingenieros a la revolucin cientfico-

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    tecnolgica, con su interaccin inmediata y dinmica, para propiciar la produccin local de conocimiento. La velocidad de los procesos de formacin se ha multiplicado con la enorme presin de la ciencia y la tecnologa sobre las debilitadas fronteras acadmicas y profesionales. La complejidad y creciente dinamismo de las formas de movilidad del conocimiento multiplican la importancia de las redes y grupos de investigacin para generar conocimiento y propiciar el desarrollo en trminos de tiempos cada vez ms apremiantes. Las prioridades de la sociedad deben ser las prioridades de la ingeniera y, desde luego, ejercer sobre la formacin de los ingenieros una influencia de considerable magnitud. Debe ser categrica la responsabilidad con el cumplimiento de plazos y presupuestos y el tino en la definicin de los rendimientos de hombres, sistemas, procesos y equipos. La adopcin acrtica de catlogos y normas, sin consultar con la realidad local, puede conducir a formular proyectos cuyos cronogramas y presupuestos no se satisfacen, lo cual genera en la sociedad una imagen de idoneidad afectada y reclama de los fondos pblicos actualizaciones y reajustes que producen un resultado final que no coincide con la silueta de seriedad, precisin y cumplimiento deseable para el ejercicio de la ingeniera.

    Soluciones para problemas complejos Los productos de la ingeniera son cada vez ms complejos e importantes consumidores de recursos y exigen ingenieros formados para concebirlos, formularlos, disearlos, fabricarlos, operarlos, mantenerlos y renovarlos como solucin para problemas sociales, econmicos y ambientales cuya magnitud y alcances estn en continuo aumento. Para atender estos compromisos, la sociedad en su conjunto y, particularmente el sector productivo y los responsables de la formacin de ingenieros reclaman cada vez con mayor insistencia la urgencia de incluir y desarrollar dentro de los programas acadmicos conceptos tales como: Carcter integrador, pensamiento complejo, habilidades de comunicacin, trabajo en equipo y capacidad de autoformacin permanente. Est fuera de discusin la importancia de la formacin integral en la consolidacin del pensamiento crtico, presupuesto bsico para aspirar a elevar la capacidad social de identificar y disear perspectivas de crecimiento de otra manera veladas o inalcanzables. Es cierto que la racionalidad tcnica puede ser predicada como suficiente para resolver problemas instrumentales, pero es forzoso despertar en los jvenes estudiantes de ingeniera el deseo de participar en la construccin permanente del mundo para aliviar su temor de preguntar y estimular su inters por desaprender y reaprender como forma de alcanzar el no saber como verdadero detonante del conocimiento.

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    La concepcin de la ingeniera como un servicio a la sociedad, en oposicin a la concepcin de la ingeniera como un negocio o un ejercicio temporal de incremento patrimonial, debe estar fuertemente radicada en los estudiantes. En este sentido resulta fundamental el conjunto de prdica y ejemplo que pueda surgir del contacto de los jvenes alumnos con profesores, directivos, funcionarios y egresados de total pulcritud e intachable conducta profesional. Desde la perspectiva del trabajo con el sector productivo, o con el Estado, el ingeniero debe tener claro -como producto de su formacin cvica- que la responsabilidad social de las instituciones y de las empresas es simple de formular, si se entiende que los negocios particulares y el Estado existen para servir a la sociedad y no para servirse de ella. El Estado, las instituciones, las empresas, las universidades y, dentro de ellas, el estudiantado y los profesores deben ser analizados y evaluados crticamente con base en sus acciones encaminadas a oponerse a la negligencia y la impunidad que carcomen nuestra estructura social. La ingeniera tiene un compromiso adicional de gran envergadura, por cuanto prcticamente todas sus acciones estn relacionadas con el ambiente y, en consecuencia, es responsable ante la sociedad por los efectos de sus procesos, productos y residuos. Los ingenieros enfrentan la exigencia de transformar el mundo sin destruirlo, incluyendo en sus diseos y clculos la trascendencia de los objetos y materializando las aspiraciones sociales de sostenibilidad y convivencia con el ambiente. Apreciar el mundo como un sistema de sistemas, recprocamente condicionados y de alta complejidad justifica la preocupacin por una correcta formacin de los ingenieros. El alto valor estratgico de su trabajo y su compromiso multidimensional con el desarrollo entregan a los ingenieros los mejores y ms valiosos recursos de la sociedad y, en esas condiciones, es imperativo un comportamiento impecable desde el punto de vista tcnico pero tambin desde el punto de vista tico. Un proceso de formacin alejado de las expectativas de la sociedad, reacio a conocer las particularidades del entorno y dbil en la fundamentacin interdisciplinaria del trabajo necesario para superar problemas cada vez ms complejos, no slo mengua la contribucin de los ingenieros al desarrollo, sino que puede obrar en contra por la va de la decepcin social, el desprestigio profesional y el despilfarro de los recursos, de por s escasos. Por el contrario, un proceso curricular competente, sensible a los cambios introducidos en el edificio de la educacin superior por las normas de inspeccin y vigilancia y por los programas de mejoramiento derivados de juiciosos ejercicios de autoevaluacin institucional, coadyuva en la formacin de ingenieros solventes desde el punto de vista tcnico, pero tambin competentes desde el punto de vista de la defensa de los intereses de la sociedad y slidamente fundamentados en los principios del trabajo en equipo, la cooperacin interdisciplinaria y la inviolabilidad tica.

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    Este trabajo se ocupa de la descripcin de la forma como ha evolucionado la normatividad dirigida a la educacin superior, de los comentarios sobre su expresin en estndares de calidad y de la confianza en que los prximos procesos y modelos de evaluacin se apoyarn en la participacin plena de estudiantes y profesores, a travs de la revisin permanente de las condiciones de calidad de las actividades bsicas del currculo. Los propsitos descritos son en realidad, apenas excusas que acompaan el testimonio de un ejercicio adelantado por ms de dos lustros de trabajo como profesor de cursos de pregrado de ingeniera.

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    2. Las fronteras de la calidad

    La educacin superior ha sido objeto en los ltimos aos de un inusitado inters mundial, regional y nacional. Las instituciones y programas que integran ese nivel educativo se afanan por enfrentar las consecuencias de las transformaciones que estn afectando, con distintos grados de profundidad, las nociones sobre el ideario, la naturaleza, las caractersticas y los compromisos de los programas universitarios de formacin. En medio de un panorama signado por el aumento de la poblacin en edad escolar, la ascendente incertidumbre econmica, las cifras irreductibles de desempleo y la tensin creciente entre la miseria objetiva de los pases pobres y las promesas etreas de la globalizacin; las medidas adoptadas por las autoridades educativas para tratar de recuperar la gobernabilidad acadmica demandan, por parte de los responsables e interesados en la educacin superior, una reflexin profunda y una discusin cuidadosa sobre los efectos que las redefiniciones de conceptos, factores, categoras, estndares e indicadores de calidad tendrn sobre los diseos curriculares, las estrategias pedaggicas, las prcticas didcticas y, en general, sobre el complejo entramado de relaciones entre conocimiento, docentes y estudiantes. Las disposiciones oficiales, ligadas a las funciones de inspeccin y vigilancia de la calidad del servicio pblico de la educacin superior, interpretan el momento de transformacin mundial de la universidad como institucin y como organizacin; y son la expresin de las tendencias mundiales en relacin con evaluacin, acreditacin, movilidad y homologacin de ttulos. Adems, acogen observaciones

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    y recomendaciones de organizaciones acadmicas, atienden las demandas sociales de control sobre una oferta errtica y desmedida y responden a los reclamos de los empleadores sobre el deficiente desempeo de los graduados universitarios. Por supuesto, esta notoria diversidad de enfoques e intereses incide en la interpretacin que puede hacerse de los alcances efectivos de las disposiciones y, sobre todo, en su uso potencial en los escenarios donde se materializa la formacin de los nuevos profesionales. Una preocupacin central en este proceso de transformacin de la educacin superior es el efecto sensible que las disposiciones sobre calidad pueden tener sobre las actividades cotidianas de estudiantes y profesores. Las discusiones propiciadas en los encuentros acadmicos convocados para analizar las medidas adoptadas por las autoridades educativas han abordado prioritariamente el estudio de las normas, su reglamentacin e instrumentacin y apenas empiezan a ocuparse del anlisis de las implicaciones sobre los diseos curriculares, las estrategias pedaggicas y las relaciones entre instituciones, programas y sociedad. Es oportuno, entonces, promover algunas reflexiones sobre los efectos que las normas sobre calidad de las instituciones y programas de educacin superior pueden tener sobre el quehacer de los actores principales del proceso de formacin: estudiantes y profesores, en los lugares en los cuales se desarrolla su dilogo cotidiano1.

    La evolucin del entorno de los ajustes en marcha desafa las imgenes estticas de los programas, soportadas en la solemnidad institucional y en la intangibilidad de los preceptos clsicos sobre educacin superior, mientras acerca al primer plano nuevas opciones de formacin para responder a las exigencias del momento social y econmico. El diseo de estrategias e instrumentos aptos para abordar el carcter dinmico, complejo y transdisciplinario de las demandas mediante la flexibilizacin de las ofertas curriculares es una importante consecuencia de la transformacin en curso que urge la definicin de nuevas responsabilidades para instituciones, programas y actores del proceso educativo.

    Al conjunto de transformaciones reglamentarias se agrega el efecto del creciente uso de medios de comunicacin masiva, programas en lnea y productos interactivos que constituyen utilidades tecnolgicas en etapa de exploracin como vehculos educativos que se apoyan en el poder formidable de la red mundial de

    1 Para los propsitos de este escrito, los lugares de formacin incluyen, entre otros escenarios: aulas, laboratorios, talleres, gabinetes, bibliotecas, salas de cmputo, prcticas de campo, entrenamiento en la industria, consultoras comunitarias, proyectos y trabajos de grado. La creciente importancia de las nuevas tecnologas de informacin y comunicaciones como medio para apoyar a los estudiantes en su compromiso de aprendizaje autnomo, extiende la relacin para cubrir tambin las opciones virtuales, los instrumentos multimediales e incluso los propios hogares de los estudiantes.

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    informacin. Estas alternativas han dado nuevos aires y alcances, potenciados por el uso cada vez ms sofisticado de la imagen, a formas antiguas y populares de expansin de los recursos educativos2.

    2.1 La preocupacin por la calidad

    La preocupacin de las autoridades educativas, y an de acadmicos, docentes y empleadores, se ha centrado en la formulacin de condiciones de calidad y pertinencia de las ofertas curriculares por la va de las reglamentaciones y la estandarizacin, lo cual aplaza el anlisis reposado de los efectos que las condiciones locales e internacionales, en sus aspectos socioeconmicos, culturales y polticos, pueden tener sobre el comportamiento de instituciones y programas.

    En las races genticas de la preocupacin por la calidad y pertinencia de la oferta de programas de educacin superior pueden identificarse elementos de origen:

    Econmico, como parte de los lineamientos de la globalizacin, que reclaman estandarizacin de programas, uniformidad de la mtrica del trabajo acadmico, homologacin de ttulos y certificados de acreditacin para facilitar el intercambio de productos de la educacin superior.

    Financiero, para atender recomendaciones expresas de organismos multilaterales de crdito que encuentran en la financiacin de la demanda de educacin superior una alternativa cuyo xito depende, en gran medida, de los niveles de calidad de programas e instituciones y de la nitidez y credibilidad de las cuentas rendidas a la sociedad.

    Poltico y social, que responden por una parte, a las presiones por nuevas opciones de formacin y alternativas acadmicas adecuadas a las urgencias de vinculacin laboral de los jvenes, y por otra, a los reiterados reclamos

    2 Los estudios por correspondencia constituyen una larga saga de experiencias dentro del afn de superar las barreras del espacio y el tiempo para tener acceso a programas de formacin. Los medios impresos que viajaban por el correo postal, transportando guas y mdulos de cursos; cuestionarios de comprobacin y respuestas e inquietudes de los estudiantes; han sido reemplazados por cursos en lnea o por medios magnticos que almacenan clases magistrales, simulaciones de prcticas de laboratorio o ejercicios interactivos de evaluacin. La sofisticacin de los instrumentos y la mayor rapidez de los procedimientos, no alteran el propsito central de comunicar a un profesor con un gran nmero de estudiantes, en condiciones distintas a las que caracterizan los encuentros presenciales. No obstante, es notable el contraste entre la vanidad tecnolgica de los estudiantes on line, y el bajo perfil - cercano en algunos casos a la clandestinidad - de quienes adelantan cursos por correspondencia.

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    de inspeccin y vigilancia sobre ofertas acadmicas de dudosa calidad y pertinencia.

    tico, para enfrentar crticamente el crecimiento de la ciencia y la tecnologa gobernado por intereses de mercado, para los cuales los valores, las prioridades y necesidades bsicas de la sociedad no ameritan consideracin.

    La respuesta a este conjunto de exigencias ha sido preparada y dirigida por las autoridades encargadas de la vigilancia y el control de la calidad de la educacin superior; y en general, salvo por la presencia de algunas agremiaciones acadmicas, los estamentos universitarios han tenido una participacin marginal en este proceso de toma de decisiones orientadas a mejorar la credibilidad acadmica de los programas ofrecidos por las instituciones de educacin superior. La baja participacin de los estamentos universitarios en los procesos de discusin y construccin de estrategias, normas, instrumentos y procedimientos de evaluacin y verificacin de condiciones de calidad de las instituciones y los programas, puede convertirse en un factor de friccin para hacer sostenible un modelo de calidad basado en el mejoramiento continuo. Las medidas acadmicas y administrativas adoptadas en los ltimos dos aos, con especial impacto en la modelacin de los programas e instituciones, arrojan como resultados de mayor relieve:

    El establecimiento de estndares mnimos de calidad para autorizar la creacin de nuevos programas o la continuidad de los existentes, salvo aquellos que alcanzaron acreditacin con arreglo a la ley 30 de 1992.

    La obligatoriedad de exmenes de estado para egresados universitarios.

    La adopcin de los crditos como medida del trabajo acadmico de los estudiantes dentro del proceso de privilegiar la autoformacin y favorecer la movilidad y la homologacin y reconocimiento internacional de ttulos.

    La autorizacin a instituciones tcnico-profesionales y tecnolgicas, para ofrecer y desarrollar ciclos profesionales y de especializaciones en ingeniera, tecnologas de la informacin y administracin.

    Estas variaciones en el patrn de la educacin superior generan tensiones de variada intensidad entre las declaraciones, principios y estrategias tradicionales de

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    las instituciones de educacin superior y la obligacin de introducir modificaciones y ajustes para atender las exigencias de productividad, competitividad, estandarizacin y movilidad desatadas por la globalizacin de los mercados. Una referencia a las incidencias de la crisis mundial de la institucin universitaria y a la responsabilidad de la nueva organizacin econmica mundial en esa crisis no puede omitirse al intentar un examen de las condiciones de cambio de la educacin superior. La configuracin del sistema educativo nacional est ligada, indeleble e ineludiblemente, a las circunstancias sociales y econmicas, y es justamente el reconocimiento de la influencia de tales condiciones sobre las posibilidades, calidad y pertinencia social de la educacin, el acicate para la adopcin reposada de compromisos razonados, serios, rigurosos y sostenidos por parte de la comunidad acadmica. La calidad de la educacin y sus efectos en la sociedad son objeto de preocupacin de organismos nacionales e internacionales, gobiernos, entidades financiadoras de proyectos, lderes polticos y sociales, pero particularmente de padres de familia y jvenes interesados en ingresar a los programas de la educacin superior. Esta preocupacin est ms que justificada si se considera que lo que est en juego es un conjunto de decisiones que compromete los intereses del individuo y su familia, pero tambin los de toda la sociedad; se trata de la credibilidad del medio de promocin y crecimiento de las personas en un proceso continuo en el cual la sociedad, las familias y los individuos invierten recursos significativos. Los esfuerzos por aclimatar la calidad como un atributo inseparable de la educacin superior deben considerar las particulares condiciones de vida de nuestra sociedad, las cuales le impiden asignar alta prioridad a la verificacin de la calidad de los bienes y servicios que consume, entre ellos la educacin universitaria. La mayor parte de la poblacin debe conformarse con el acceso limitado a algunos bienes y servicios, sin muchas posibilidades reales de exigir altos niveles de calidad en los mismos. Esto hace muy difcil esperar que la calidad sea decisiva como criterio de seleccin por parte de los jvenes estudiantes y sus familias, en el momento de decidir sobre alternativas de ingreso a los programas de formacin ofrecidos por las instituciones de educacin superior. Jvenes formados en escenarios escolares de nivel acadmico precario no tienen posibilidades reales de seleccionar sus opciones de formacin superior utilizando la calidad como criterio. Por otra parte, la asimetra que gobierna las relaciones entre las instituciones educativas y la

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    sociedad dificulta sobremanera la toma de decisiones apoyada en los atributos acadmicos de las ofertas curriculares. El valor de la matrcula y las facilidades de pago, el grado de dificultad de las pruebas que integran los sistemas de ingreso, la compatibilidad de las jornadas acadmicas con las exigencias laborales y la imagen proyectada por las campaas publicitarias reemplazan, en el men de criterios de seleccin de la mayora de jvenes graduados de la educacin media, a indicadores de mayor refinamiento tales como: la consistencia de los Proyectos Educativos, la flexibilidad curricular de los programas, la formacin y dedicacin de los docentes, la actualizacin de los equipos y la innovacin de las estrategias pedaggicas. En el contacto entre la educacin media y la superior se identifican algunos factores que vale la pena considerar para un anlisis juicioso sobre las restricciones que encuentran los jvenes en el momento de seleccionar un programa. La debilidad de la orientacin que reciben en sus colegios de origen, la precaria informacin acadmica que encuentran en las instituciones de educacin superior y la escasez de alternativas de capacitacin tcnica y tecnolgica son algunas de las causas de la concentracin de los estudiantes en programas clsicos con destinos ocupacionales saturados3.

    La densidad de ciertos programas distorsiona el cuadro general de la calidad ofrecida por las instituciones de educacin superior y se agrega a una serie de factores de obligatoria consideracin en el diagnstico de la calidad global de los programas: las condiciones de vinculacin de los docentes y el relevo generacional de los mismos, la distribucin desigual de las ventajas de las nuevas tecnologas de informacin y telecomunicaciones y, desde luego, las variadas condiciones polticas, sociales, y econmicas de las regiones. Las consideraciones especficas sobre las deficiencias de la escuela bsica y media4, las prcticas de exclusin y marginamiento que se reflejan en grandes brechas de

    3 Tradicionalmente las mayores preferencias de los bachilleres colombianos se sitan en los programas de Medicina, Administracin e Ingeniera, mientras las vocaciones cientficas o las simpatas por la formacin tcnica o tecnolgica son mucho menos significativas. Esta situacin ha favorecido el crecimiento de la oferta, precisamente en las reas preferidas por los jvenes, por parte de instituciones y programas que no siempre satisfacen los requerimientos curriculares, acadmicos y administrativos deseables para ofrecer educacin superior de calidad. 4 Para una valoracin con enfoque lagrangiano (ver captulo 5) del comportamiento de los estudiantes a lo largo de los distintos componentes del denominado sistema educativo resulta muy conveniente examinar la evolucin de los resultados de las aplicaciones realizadas a los escolares del Distrito Capital dentro del Proyecto de Evaluacin de Competencias Bsicas en Lenguaje, Matemtica y Ciencias Naturales.

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    capital cultural y bajas posibilidades de desempeo exitoso en los programas universitarios para jvenes de sectores pobres de la sociedad son algunas de las ms importantes dimensiones del problema de la calidad de la educacin superior. Omitir la consideracin de estas dimensiones puede conducir a distorsiones que afectan la credibilidad de los anlisis y reducen la complejidad del sistema educativo a modelos de tipo ceteris paribus de discutible utilidad. La diversidad de condiciones de las instituciones educativas y la influencia de las caractersticas educativas regionales sobre el desempeo de los estudiantes son dos factores que ofrecen una apreciable resistencia al propsito de homogeneizar las exigencias de calidad. Si se exigen los mismos niveles de calidad a instituciones y programas situados en regiones, social y econmicamente, deprimidas, y a entidades educativas ubicadas en zonas de mejores condiciones de vida, las primeras se vern abocadas a la desaparicin, caso en el cual -por razones de conveniencia pblica- reclamarn un subsidio acadmico para soslayar sus deficiencias. En este cuadro de diferencias se dibujan dos territorios bien delimitados: El idealizado, escenario de discusiones entre acadmicos alrededor de la excelencia y la calidad excepcional; y el real, teatro de emulacin entre tcticas publicitarias, ciudadana deficientemente informada y rentabilidad a partir de las necesidades de formacin de los jvenes. El espesor de la frontera entre estos dos territorios es un indicador de la distancia entre las declaraciones eufricas de los actores preocupados sinceramente por el mejoramiento de la educacin superior, y la aparicin incontrolada de propuestas de discutible pertinencia y calidad acadmica.

    Como un colorido ejemplo de la coexistencia de situaciones extremas, algunas instituciones localizadas en regiones de condiciones socioeconmicas particularmente deprimidas, no pueden ocultar sus deficiencias en materia de recursos docentes, planta fsica y capacidad investigativa ni el bajo nivel de sus estudiantes en el momento de ingresar a los programas de pregrado. Sin embargo, a pesar de este cuadro deficitario, promocionan estructuras acadmicas que, en algunos casos, incluyen ofertas de posgrado en convenios con instituciones nacionales, e incluso con universidades e institutos extranjeros.

    La reiteracin de inconsistencias y la propagacin de programas -a travs de figuras pomposamente denominadas extensiones- condujo a un cuadro preocupante la salud de la educacin superior en el pas. Ante la indiferencia generalizada, el nmero de instituciones y programas dotados con argumentos acadmicos, soportes docentes e investigativos y recursos materiales necesarios

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    para garantizar ofertas de alta calidad, fue superado ampliamente por un conjunto de sorprendentes entidades cuya influencia mediocrizante hizo metstasis en el cuerpo de la educacin superior.

    Ante esta situacin, el reclamo repetido de sectores acadmicos, gremios, empresarios, padres de familia y jvenes estudiantes condujo a una movilizacin que desencaden una serie de medidas y disposiciones gubernamentales cuya concentracin y simultaneidad contrastan con el periodo de letargo normativo e indiferencia que favoreci, en un ambiente de baja calidad, el desproporcionado crecimiento del nmero de instituciones, programas, titulaciones y modalidades de formacin. Los responsables de la gestin y orientacin de programas de pregrado de ingeniera enfrentan un apreciable caudal normativo que se ha vertido sobre ellos, modificando las condiciones y exigencias para la formacin de nuevos profesionales. La coincidencia y densidad de compromisos -muchos de ellos exigibles dentro de plazos muy cortos- ha generado una congestin de tareas urgentes, difiriendo la discusin rigurosa sobre los efectos, tanto aislados como agregados, que las iniciativas de regulacin puedan tener sobre los programas, el ejercicio profesional, el desarrollo -tanto regional como nacional- y la calidad de vida de la sociedad. Del conjunto de interpretaciones, comentarios y aplicaciones que surgen de la decisin gubernamental de intervenir con nueva normatividad para procurar, a travs de la inspeccin y la vigilancia, la recuperacin del control de la calidad y pertinencia de los programas de ingeniera, tienen particular inters para este documento los relacionados con la adaptacin de los diecisis estndares de calidad al ambiente cotidiano de las aulas. La recopilacin de experiencias y la documentacin de los procesos de verificacin de estndares de calidad para registro calificado de programas de pregrado son iniciativas que estn apenas en sus fases iniciales, y en medio del esfuerzo operativo necesario en las instituciones y programas para atender estos compromisos, no hay tiempo para verificar si la energa y los recursos invertidos en estos procedimientos se propagan exitosamente hacia los lugares de formacin, y transmiten los efectos de la reflexin y los planes de mejoramiento, de tal manera que estudiantes y docentes perciban los cambios y encuentren incentivos para participar en la construccin de una cultura crtica de la calidad. La forma y la intensidad que las decisiones polticas y las respuestas institucionales a las exigencias de niveles mnimos de calidad puedan adoptar al reflejarse en el microcosmos curricular del lugar de formacin, dependern de las condiciones

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    especficas que favorezcan u obstruyan el flujo de la calidad a travs de la estructura de los programas. Este trabajo centra su inters en las condiciones que deben imperar en las aulas para que la sociedad pueda confiar en la solidez de las imgenes promocionales, de acuerdo con las cuales, los jvenes que obtienen cupos en los programas reciben una formacin responsable, calificada, pertinente y coherente. En este enfoque se incluyen las instituciones independientemente de su carcter oficial o privado, y pese a que el tratamiento temtico central se orienta hacia programas de ingeniera, las consideraciones, por su carcter general, pueden aplicarse a una amplia gama de ofertas curriculares.

    Las inquietudes sobre la congruencia de los atributos de calidad reconocidos a un programa y la realidad del diseo y desarrollo de cada una de sus actividades esenciales, alcanzan a las autoridades encargadas de materializar los propsitos oficiales de inspeccin y vigilancia. Si entre las apariencias formales y las condiciones reales no existen canales de contacto que obren como medio poroso, las declaraciones sobre calidad y pertinencia de instituciones y programas podran encubrir debilidades que los certificados de idoneidad -acreditacin y registro calificado- ocultaran de la vista de la sociedad. En esencia, se propone una aproximacin a las condiciones de propagacin de los estndares de calidad hacia el diseo y desarrollo de actividades curriculares bsicas, a partir de la congruencia necesaria entre la calidad global del programa y las condiciones reales de sus actividades celulares en los lugares de formacin. Esta microzonificacin de las condiciones de calidad y pertinencia de una actividad curricular especfica, debidamente formalizada, podra incorporarse a las exigencias de diseo y documentacin de los cursos, como parte de los planes de mejoramiento de los programas.

    2.2 La propuesta de microzonificacin normativa

    La propuesta central, de la cual se ocupa el captulo cinco, consiste en evaluar una actividad curricular bsica dentro del plan de estudios de un programa de ingeniera mediante la aplicacin de una versin adaptada de los diecisis estndares de calidad, definidos en el decreto 792 de 2001. El curso, aceptado como clula del organismo curricular, debe ser el escenario inicial de versiones mejoradas de los procesos de autoevaluacin y, desde luego, de los programas de mejoramiento que se definan a partir de ellos.

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    El impacto de los esfuerzos por alcanzar la calidad en las instituciones y programas debe ser especialmente sensible en los lugares de formacin, por ser ellos el lugar del encuentro supremo entre los discursos y compromisos institucionales regulados y avalados por las disposiciones oficiales, y las actividades de aprendizaje y enseanza confiadas a estudiantes y docentes. Constatar si las actividades curriculares bsicas satisfacen los requisitos de calidad acadmica que son exigibles al conjunto del programa e incluso a la institucin a la cual pertenecen, debe ser parte de los procesos de investigacin del comportamiento institucional con los cuales se materializa la autoevaluacin como soporte de la cultura de la calidad y el mejoramiento permanente. La propuesta de adoptar como instrumento de autoevaluacin la aplicacin de los estndares de calidad -con algunas adecuaciones formales- a una asignatura tpica dentro de un programa de formacin de ingenieros es parte de un proyecto con mayores alcances consistente en disear la segunda generacin de modelos para registro calificado e incluso para acreditacin, basados en la participacin plena de estudiantes y profesores para construir desde la base misma de los procesos de formacin una estructura institucional de lectura crtica y accin proactiva. La primera aproximacin para determinar los niveles de calidad existentes en los lugares de formacin es la utilizacin, con las adaptaciones de escala que resulten aconsejables, de los modelos de estndares para registro calificado. Con la participacin de los actores involucrados en las actividades diarias, beneficiarios o afectados directos de la accin curricular, es posible identificar y documentar las variables de mayor efecto en el volumen global de calidad de un curso. La carta de calidad construida a partir de ejercicios livianos5 de autoevaluacin puede convertirse en fuente documental para el seguimiento de las actividades curriculares, a la vez que se apropia como informacin disponible para todos los actores del proceso de formacin.

    5 La simplificacin y aligeramiento de los procesos de autoevaluacin, registro calificado y acreditacin voluntaria, son supuestos bsicos para que puedan apropiarse como esencia de la calidad y el mejoramiento continuo de instituciones y programas. Es de esperar que una vez superada la inercia inicial de las aplicaciones pioneras, puedan dedicarse esfuerzos y recursos al diseo de modelos de evaluacin en los cuales la levedad, la visibilidad y la participacin de estudiantes y profesores sean las principales caractersticas. En este proceso de simplificacin ser necesario incorporar opciones de acceso virtual y ampliar el uso de la red para facilitar el flujo de informacin y propiciar la participacin de los actores.

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    Cada curso dentro de la estructura curricular de un programa debe estar dotado con esta carta de calidad -el nombre del documento es, por supuesto, el aspecto menos importante de la propuesta- y de esta manera, el portafolio conformado por el conjunto de estas cartas contendr todos los elementos para aproximarse desde la esencia misma de la actividad curricular, al nivel de calidad global del programa. El sistema de referencia necesario para ambientar en el aula los estndares de calidad incluye una ambientacin, forzosamente limitada por la complejidad y dinmica de los factores que modelan la educacin superior y una resea de las distintas aproximaciones normativas que conforman actualmente el teln reglamentario de los programas, con especial nfasis en la presentacin y comentario de los diecisis estndares mnimos de calidad decretados para el registro calificado de programas de pregrado de ingeniera. Los estndares pueden abordarse como elementos de un sistema, arreglados segn varias alternativas de relacin y de causalidad y organizados de acuerdo con algunas formas geomtricas de agrupacin, cuyo enfoque podra influir en la determinacin del papel de los estndares y de su eventual ponderacin y jerarquizacin, en la construccin de un modelo de calidad, aplicable tanto al conjunto del programa como a sus actividades curriculares bsicas. Varios interrogantes surgen al evaluar los mecanismos de propagacin de las condiciones mnimas de calidad hacia las unidades esenciales del trabajo acadmico. Cmo comenzar? Tarea particularmente compleja si se considera la ausencia de referencias y antecedentes y se tienen en cuenta los costos econmicos y administrativos de estos procesos. A quien encargar la aplicacin? Por la reciente aparicin de los procesos no existen especialistas suficientes para garantizar la idoneidad de la evaluacin y, por otra parte, en materia de autoevaluacin, apenas comienza a configurarse un sistema en la mayora de los programas. Cmo asegurar que se cumplirn los objetivos propuestos? Esta es tal vez la pregunta ms difcil de resolver, si se consideran las deficiencias de modelos empleados en el pasado, sumadas a la tradicin de cortoplacismo que caracteriza esta clase de esfuerzos en las instituciones del sector educativo. Cmo evaluar la evaluacin? Sin tradicin de evaluacin de proyectos educativos, sin instrumentos probados, la mejor respuesta est en el compromiso de la comunidad universitaria de observar, crtica y permanentemente los resultados de sus propsitos de cambio y mejoramiento.

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    Cmo utilizar los resultados para mejorar los procesos mismos de evaluacin? El compromiso de aprender de la experiencia y mejorar continuamente en los procesos de evaluacin est en la esencia misma de la labor formativa. La verificacin del cumplimiento de los estndares de calidad en cada lugar de formacin debe ser adoptada como un compromiso de estudiantes y docentes y hacer parte de la cultura crtica de la evaluacin que se espera como resultado de todos los esfuerzos asociados con los procesos de acreditacin voluntaria, registro calificado e inspeccin y vigilancia.

    Frente a la disyuntiva limitada de evaluar para sancionar o evaluar por evaluar, aparece el concepto de evaluar para mejorar, lo cual supone nuevas actitudes de toda la sociedad respecto al uso de los resultados como insumos de nuevos procesos6. En el caso de la educacin superior es claro que la evaluacin misma, como parte de una cultura de mejoramiento continuo, constituye una importante y poco explorada fuente de aprendizaje cuando se persigue aproximar los miembros de la comunidad universitaria a las dimensiones tcnicas, ticas y polticas de la rendicin de cuentas a la sociedad. El captulo sexto examina la forma de obtener, a partir del seguimiento de las orientaciones macroscpicas de calidad aplicadas en los lugares de formacin, algunos pronsticos sobre patologas curriculares que sirvan para mitigar los efectos negativos del abandono o la rutinizacin de los procesos de evaluacin, a partir de la deteccin precoz de inconsistencias y desviaciones.

    El uso de los estndares de calidad para verificar el nivel de cada asignatura dentro de un programa constituira un valioso ejercicio de preparacin permanente para la evaluacin y tendra el enorme mrito de materializar inequvocamente la participacin plena de estudiantes y profesores en la valoracin de las condiciones de sus compromisos recprocos de formacin. La documentacin de un portafolio de asignatura, el diseo del mapa curricular, la evaluacin de docentes, la coherencia y actualizacin de la informacin que fluye desde la actividad curricular hacia la institucin, el Estado y la sociedad, seran algunas de las reas beneficiadas con la microzonificacin normativa aplicada en los lugares de formacin.

    6 En su edicin de julio 25 de 2002, el diario econmico Portafolio informa que varios programas de universidades norteamericanas acaban de incorporar en sus planes de estudio ctedras relacionadas con los recientes fraudes contables que condujeron a la quiebra a importantes empresas multinacionales con el consiguiente perjuicio poltico y econmico para gobiernos, firmas e inversionistas. Este sera un ejemplo de la celeridad con la cual un sistema de formacin asimila, como insumo para sus escuelas, un fracaso ante la sociedad.

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    De acuerdo con la informacin citada los estudiantes del MBA de la Universidad de California en Irvine, tendrn una clase denominada "El caso Enron". Mientras tanto, el profesor S.P. Kothari piensa presentar estudios sobre Global Crossing Ltd y Xerox Corp. en sus clases de contabilidad. Contina el artculo, suscrito por Diva Gullapalli de The Wall Street Journal sealando que "Enron ha reforzado la diferencia entre habilidades y memorizacin", segn Steve Albrecht, decano asociado de la Escuela de Negocios Marriot de la Universidad de Brigham Young. "No slo queremos ensearles a los alumnos a copiar informacin de los libros, pero es lo que ha estado pasando", precis. Por su parte el Instituto Estadounidense de Contadores Pblicos Certificados planea incluso cambiar, a partir de 2004, el examen de certificacin para contadores pblicos, con el fin de buscar que la prueba mida mejor la capacidad de los estudiantes para pensar independientemente. En el nuevo examen se podrn consultar los libros y se les exigir a los estudiantes hacer hojas de clculo e investigaciones en lnea durante la prueba. Algunos dicen que ya era hora de que las universidades atacaran el tema. "El problema de la educacin contable es que los profesores piensan que lo suyo tiene que ver con una investigacin cientfica de alto nivel", dice Abraham Briloff, profesor emrito del Baruch College, en Nueva York. "Desarrollan modelos matemticos esotricos cuando en realidad deberan poner manos a la obra y ensear a los estudiantes a entender los informes de las compaas", asegura Briloff.

    2.3 La franja de calidad para la educacin superior

    Resulta de gran inters para la evaluacin de las condiciones en las cuales se han desenvuelto las decisiones normativas sobre la calidad en la educacin superior, el hecho de que la adopcin de un modelo de acreditacin voluntaria para el reconocimiento de alta calidad a instituciones y programas antecedi a la expedicin de un conjunto de exigencias de obligatorio acatamiento denominado Estndares de Calidad para Registro Calificado, a partir de las cuales se determinan los niveles mnimos de calidad para respaldar la creacin o el funcionamiento de un programa de pregrado. Una reflexin inicial sobre esta secuencia normativa sugiere una reaccin tarda frente a las deficiencias manifiestas de programas que ahora, mucho antes de aspirar al reconocimiento de su excelencia acadmica, estn obligados a convencer a la sociedad de la justificacin misma de su existencia dentro del conjunto de la educacin superior.

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    La demarcacin de las dos fronteras -excelencia y nivel mnimo- y la distancia variable entre los planos formados por los criterios de acreditacin voluntaria y estndares mnimos sealan como adecuado el concepto de franja al abordar el tratamiento de la calidad de los programas. Esta concepcin bidimensional permite ilustrar los lmites del espacio en el cual pueden desarrollarse los planes institucionales de mejoramiento continuo derivados de los procesos de autoevaluacin.

    Los estndares de calidad representan en esta franja la lnea envolvente de las competencias mnimas de los programas, mientras que los criterios de acreditacin voluntaria conforman la lnea de los niveles deseables, ideales; para las distintas dimensiones de una oferta curricular. Las variaciones de forma de la franja obligan a evaluar permanentemente las prioridades y a tasar las opciones de crecimiento a corto y mediano plazo. Una sutil lnea roja, formada por las exigencias nominales de los estndares de calidad, constituye el lmite por debajo del cual no debe aceptarse la existencia de un programa (Figura 2.1.)

    Referencia ideal

    Estndares

    Niv

    el

    de

    ca

    lid

    ad

    FRANJA DE CALIDAD

    Figura 2.1 Franja de calidad en la educacin superior

    La franja de calidad, una cinta de ancho variable7, que puede alcanzar valores crticos para algunos de los factores, es el escenario de los planes estratgicos, las

    7 El ancho de la banda es variable si se considera que algunos de los estndares mnimos de calidad, por su naturaleza crtica, deben estar muy cerca de las exigencias del modelo de excelencia. La justificacin del programa, los docentes al servicio del mismo o a la estructura

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    decisiones de inversin y los programas de mejoramiento continuo y sirve a los responsables de la direccin universitaria como campo para definir planes de accin, adoptar compromisos y sealar mecanismos de evaluacin de los procesos.

    El carcter dinmico de las variables examinadas exige la actualizacin permanente de los modelos como condicin para que los instrumentos de evaluacin no se hagan obsoletos e intiles. A la cultura de la calidad que se pretende consolidar en la educacin superior debe acompaarla, como parte de las prcticas de mejoramiento continuo, una seria poltica de mantenimiento, responsable de la preservacin de los principios y la actualizacin de las estrategias, instrumentos, metodologas, procedimientos e indicadores. Tanto los niveles de excelencia como los estndares mnimos de calidad tienen carcter dinmico y estn expuestos a la influencia del contexto, razn por la cual la franja de calidad, puede concebirse como un escenario diacrnico (Figura 2.2.)

    Figura 2.2 Comportamiento esperado de la franja de calidad a travs del tiempo

    curricular, por ejemplo, no pueden asimilarse a insumos de proceso que puedan comenzar en niveles muy bajos con la promesa de ir mejorando con el tiempo. En este caso las exigencias de registro calificado deben estar muy cerca de los niveles de excelencia. En cambio, no es forzoso que as sea en otros casos, en los cuales s sera posible establecer planes de crecimiento y mejoramiento a partir de niveles mnimos de calidad que puedan expandirse hasta alcanzar cotas de excelencia. Es el caso de las instalaciones fsicas o la dotacin de laboratorios o equipos de cmputo.

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    La exploracin de estrategias, metodologas e instrumentos para contrastar a mediano plazo los resultados de la evaluacin aplicada para registro calificado de los programas -un ejercicio de evaluacin ex ante- con los resultados de un eventual proceso de acreditacin de esos mismos programas -utilizados como evaluacin ex post- se ofrece como un interesante campo de investigacin para los interesados en la evolucin de la calidad de la educacin superior. Independientemente de la evolucin de las estrategias, los lineamientos y los instrumentos de evaluacin que se apliquen a los programas y a las instituciones a lo largo del tiempo, solamente el compromiso, la seriedad, el rigor y la perseverancia que puedan asumir los estudiantes y los docentes en su dilogo permanente alrededor del conocimiento, garantizarn resultados efectivos para la sociedad y sus expectativas de desarrollo y sern la mejor salvaguardia de la inversin personal, familiar y social representada en la presencia de los jvenes en los programas de educacin superior. Por otra parte, la adopcin de los crditos acadmicos, las tendencias de flexibilizacin curricular, el impulso a la formacin por ciclos, el crecimiento de las opciones virtuales y la presencia cada vez ms familiar de programas de universidades e instituciones educativas internacionales, son factores que sugieren la conveniencia de evaluar, con cierta celeridad, la discusin y construccin de modelos de segunda generacin para la evaluacin, registro calificado y acreditacin de programas e instituciones. La primera generacin de aplicaciones puede ser una poderosa fuente de informacin conceptual y procedimental para los otros niveles del sistema educativo que contribuye, por esta va, a la apropiacin de la calidad y el mejoramiento continuo como atributos habituales desde el preescolar hasta los estudios de posgrado en todas las instituciones y programas. En los nuevos modelos es aconsejable incluir instrumentos suficientemente sensibles para detectar el comportamiento de los niveles de calidad en los lugares de formacin, que acerquen a los estudiantes a los mecanismos de recaudo de la informacin y promuevan su acceso crtico a los procedimientos, anlisis y planes de mejoramiento. Se antoja como una decisin consecuente trasladar a los estudiantes un mayor protagonismo en la evaluacin de los procesos de formacin, si se considera la responsabilidad central de aprendizaje y autoformacin que les ha sido confiada por los nuevos paradigmas pedaggicos. Los postulados de participacin de estudiantes y docentes deben materializarse en las futuras aplicaciones de procesos de autoevaluacin y acreditacin y en procedimientos e instrumentos que garanticen mayor transparencia, equidad y simetra en el manejo de la informacin.

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    Reivindicar la calidad como atributo innegociable, como hbito de instituciones, programas, docentes y estudiantes y procurar su preservacin y elevacin no es simplemente un asunto de leyes y normas, despliegues simblicos de inspeccin y vigilancia o declaraciones oficiales y gremiales. Construir un catlogo de normas; crear organismos y asignarles funciones de inspeccin, control o acreditacin; y definir lineamientos y procesos de evaluacin, inspeccin y registro calificado, no son -por si solas- acciones que garanticen la adopcin de patrones de mejoramiento continuo en las instituciones de educacin superior en el pas.

    La sociedad, no solamente la colombiana si se atienden las actuales manifestaciones de la crisis latinoamericana y algunos rasgos del reciente alud de fraudes contables en los Estados Unidos, tiene experiencias poco gratas sobre la efectividad de los controles y supervisiones oficiales. Las peridicas quiebras de las entidades financieras, privadas y de economa solidaria; las dificultades del sector de la salud; los abusos en las tarifas y las deficiencias de la calidad de los servicios pblicos, son algunos de los ejemplos de situaciones crticas en reas de la actividad nacional que se encuentran presuntamente amparadas por frondosa normatividad y promocionadas superintendencias y oficinas de control estatal. La calidad que se desea alcanzar para satisfacer los niveles internacionales no aparecer simplemente como resultado de la existencia de normas y estndares8. En las condiciones predominantes en los momentos de expedicin de los estndares de calidad para registro calificado de programas de pregrado de ingeniera, no parece fcil para ofertas curriculares con ostensibles problemas de calidad comprobar que superarn, en corto plazo, sus limitaciones y deficiencias. En tales circunstancias, el compromiso de facilitar la propagacin de la calidad hacia las actividades cotidianas de las instituciones es, vale reiterarlo, el nico soporte acadmico para las expectativas sociales de mejoramiento continuo, elevacin de la competitividad de los egresados de los programas de educacin superior y visibilidad de los resultados de las inversiones sociales. Cumplir este compromiso no es posible sin la participacin calificada y permanente de los miembros de las comunidades universitarias y sin la consolidacin de un sistema de informacin que permita a toda la sociedad

    8Antecedentes normativos como los encontrados en los decretos 0837 de abril 27 de 1994, 2790 de diciembre 22 de 1994 y 1225 de julio

    16 de 1996, dan cuenta de la preocupacin, al menos nominal, de los gobiernos por la calidad de la oferta educativa y la proteccin de los intereses de los estudiantes y padres de familia. Sin embargo, a pesar de la existencia de esas disposiciones formales, la indiferencia real de los acadmicos y la deficiente informacin disponible para la sociedad favorecieron la proliferacin de programas acadmicos de baja calidad e hicieron propicio el terreno para todas las anomalas e inconsistencia que intentan atenuar ahora las nuevas disposiciones oficiales

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    comprobar la satisfaccin de las declaraciones sobre calidad, seriedad y pertinencia de las ofertas curriculares.

    3 Un contexto dinmico y conflictivo

    La renovada preocupacin por el comportamiento y responsabilidades de los distintos niveles del sistema educativo, y en particular, por la calidad y pertinencia de los programas de educacin superior, tiene su principal motor en las exigencias de competitividad y las imposiciones de homogeneizacin para el intercambio de productos, bienes, servicios y personas que trajo consigo la globalizacin econmica.

    A este poderoso estmulo externo se agregan, en nuestro medio, las demandas de empleadores y acadmicos, voceros de la preocupacin de la sociedad, francamente alarmados por las deficiencias detectadas en los programas de formacin profesional. Se reclama mayor responsabilidad, tanto de los agentes del Estado encargados de las funciones de inspeccin y vigilancia como de las instituciones educativas comprometidas en la preparacin de quienes han de promover el desarrollo y elevar los niveles de productividad y competitividad para participar ventajosamente de las oportunidades del mercado internacional. Las exigencias de calidad y pertinencia para los programas de educacin superior tienen lugar en medio de un ambiente general de pobres resultados en las evaluaciones, nacionales e internacionales, aplicadas a los estudiantes de educacin bsica, media y superior. En el caso de las instituciones pblicas de educacin superior, se agregan a este cuadro las fricciones con el gobierno por el

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    paulatino estrechamiento presupuestal. En estas condiciones, parece desproporcionado reclamar esfuerzos para elevar la calidad de la educacin superior oficial, a partir de insumos tan poco adecuados como el bajo nivel generalizado de desempeo escolar y las crecientes limitaciones presupuestales. El sector privado comprometido con la oferta de programas de educacin superior no escapa a las difciles circunstancias econmicas del pas y ve disminuir los niveles de demanda de cupos en algunos programas, hasta el punto de enfrentar la disyuntiva de cerrarlos o promover convenios y estrategias de uso compartido de recursos con otras instituciones, para mitigar el impacto de la desercin de estudiantes y la baja demanda de cupos. En medio de la crisis econmica que afecta a las familias, crece el nmero de estudiantes que se matricula en entidades privadas emergentes cuya existencia y funcionamiento son ms el producto de la tolerancia de las normas oficiales que de la consolidacin de niveles mnimos de calidad en sus ofertas curriculares. Las inquietudes sobre la calidad de los estudios superiores se repiten desde hace varios aos en las universidades y colectivos acadmicos del mundo, pero en nuestro medio solo alcanzan dimensiones y resonancia apreciables a partir de la expedicin de la nueva Constitucin Nacional y las leyes derivadas de sus mandatos. Las normas y expresiones legislativas relacionadas con la educacin, intrpretes de las presiones ejercidas por los procesos de apertura y globalizacin econmica, amplificaron la imagen de debilidad del sistema educativo, ratificaron las percepciones de la sociedad respecto a los pobres resultados de la educacin superior y coadyuvaron en el diseo y la construccin del aparato reglamentario que actualmente se utiliza, entre otras aplicaciones, en los procesos institucionales de autoevaluacin, acreditacin voluntaria y registro calificado de programas. Una referencia interesante de los antecedentes de la preocupacin por las deficiencias de los programas de educacin superior aparece en el trabajo de Milton y Rose Friedman, quienes hace cerca de veinte aos, como parte de su escrito Tyranny of the statu quo (Ref. 26), hicieron explcita su preocupacin por el deterioro del nivel de formacin de los graduados de escuelas y universidades en Estados Unidos, a pesar del crecimiento sostenido de las inversiones pblicas y privadas y a despecho de la existencia de programas de acompaamiento para vigilar la calidad del sistema. Los resultados generales de las pruebas de aptitud escolar en ese pas muestran un descenso sostenido desde 1963 hasta 1990, sin que la situacin haya mejorado sensiblemente en la ltima dcada del siglo XX, dado que las cifras generales continuaron mostrando significativas y preocupantes deficiencias en matemtica, lenguaje y ciencias bsicas.

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    A juicio de los Friedman, la principal fuente de responsabilidades de ese deterioro se encontraba en la burocratizacin de la gestin educativa y en el rezago de formacin de los docentes. Otra causa era, segn ellos, el discreto papel que tenan los usuarios principales del sistema -estudiantes y padres de familia- frente a la fuerte influencia de las agremiaciones docentes y los sindicatos de funcionarios y empleados de las instituciones educativas. De esas razones puede invocarse, con particular vigencia, la relacionada con los vacos de formacin de los docentes universitarios en fundamentacin cientfica de la educacin, en pedagoga y en didctica; justamente cuando los modelos de aprendizaje exigen habilidades y conocimientos que reclaman de los profesores nuevos compromisos y responsabilidades, como parte de una agenda que incluye atender los efectos del relevo generacional, asimilar e incorporar a la docencia las nuevas tecnologas de informacin y comunicacin, y adelantar el reajuste de funciones de los profesores en instituciones y programas. 3.1 El eco de las transformaciones

    Del abundante catlogo de experiencias sobre modelos de evaluacin de la calidad de la oferta de programas de educacin superior vale la pena destacar, particularmente por la vigencia de sus recomendaciones, la que se desarroll en 1986 por iniciativa de un equipo de investigadores educativos en Fox Valley Technical College9.

    Los resultados del estudio, que se propagan como ecos en las propuestas que se discuten actualmente en nuestro medio, destacan el hecho de que son las personas y no las mquinas o los procedimientos, las responsables del desarrollo econmico de los pases y, al mismo tiempo, sealan crticamente las deficiencias de un sistema escolar -el norteamericano, para las circunstancias del estudio- incapaz de satisfacer el perfil requerido por las necesidades laborales de las empresas, los conglomerados financieros y el comercio internacional. El documento final argumenta a favor de la necesidad de incorporar a la gestin del sistema escolar norteamericano los lineamientos de calidad, las tcnicas y estrategias administrativas del sector productivo, como alternativa para preservar a la educacin del deterioro general que amenaza con restarle competitividad a sus egresados, justamente en el momento histrico -la crucial dcada de los ochenta- en el cual el conocimiento se consolida como un recurso de alto valor estratgico.

    9 Spanbauer, Stanley (1992). A quality system for education. ASQC Quality Press. 611 East Wisconsin Avenue, Milwaukee. USA

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    El proyecto, diseado y desarrollado para intentar responder al interrogante relacionado con las posibilidades de adaptacin de las tcnicas y los procesos industriales de calidad y productividad a las condiciones de la educacin superior condujo a proponer algunas iniciativas para mejorar la calidad de la formacin en las instituciones educativas norteamericanas, a partir de las expectativas y necesidades de los consumidores. De acuerdo con el balance final del proyecto, la meta principal del cambio en el sistema educativo debe ser el mejoramiento continuo para alcanzar y exceder las exigencias de la sociedad y el mercado. En el resumen de los cambios identificados por el proyecto Fox Valley Technical College para los componentes esenciales de un programa de educacin superior, es posible encontrar buena parte de los postulados actualmente en boga dentro de las instituciones nacionales empeadas en alcanzar reconocimiento acadmico y social para sus ofertas curriculares. As, las transformaciones en el diseo curricular propuestas por el proyecto -hace ya cerca de dos dcadas- son el fundamento de las propuestas de cambio que se debaten actualmente, con variados grados de intensidad y distintas fortunas, en las instituciones de educacin superior colombianas. Una revisin de algunas de las ms importantes propuestas del proyecto facilita la comparacin con los fundamentos de los cambios que se afanan por introducir, en sus diseos y desarrollos curriculares y en sus estrategias pedaggicas, las instituciones y los programas. Como elementos heredados de las propuestas del proyecto Fox Valley Technical College pueden destacarse: los planes de estudio basados en libros de texto y dependientes de la experiencia de los docentes retroceden ante las nuevas habilidades de los estudiantes para acceder a contenidos completos, organizados y actualizados; mientras tanto, la necesidad de atender los diversos estilos de aprendizaje de los estudiantes, combinada con la disponibilidad de tecnologa informtica y recursos insospechados en telecomunicaciones, han desdibujado por completo el modelo clsico de aprendizaje dirigido por un docente aislado en un aula o un laboratorio. Por otra parte, la escasa o nula articulacin entre los niveles educativos, que interrumpe la continuidad en el aprendizaje y dificulta particularmente el trnsito entre la educacin media y los semestres iniciales de la educacin superior, est cambiando a favor de una secuencia de formacin de por vida que empieza en la escuela primaria, avanza a travs de la educacin media y universitaria y se prolonga de manera indefinida gracias a los estudios de posgrado y las actividades de educacin continuada.

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    En el nuevo trato curricular, los estudiantes seleccionan los cursos con base en un claro conocimiento de contenidos y requisitos, asistidos adems por responsables del programa a travs de consejeras acadmicas que incluyen instrumentos tales como pruebas de entrada, gracias a lo cual disminuyen el riesgo de fracaso. El autoritarismo y la hostilidad han sido relevados por una atencin amigable y servicial que considera las quejas y sugerencias del estudiante, da un manejo rpido y eficiente a sus inquietudes y garantiza asesora para prevenir los fracasos acadmicos. Las decisiones de las autoridades educativas se materializan rpidamente y coadyuvan en la oportuna adopcin de planes de accin coincidentes con una poltica de mejoramiento continuo. Tal como lo recomendaron los resultados del proyecto, los programas incluyen ahora componentes de colaboracin con la industria, a travs de pasantas y proyectos de asesora y consultora, en oposicin a versiones anteriores de ofertas curriculares que tenan un escaso, e incluso nulo, contacto con los sectores industriales y de negocios relacionados con los programas. Por otra parte, a cambio de los exmenes diseados sin un enlace directo con los objetivos del curso, se proponen estrategias evaluativas integrales del proceso formativo, cuyos resultados se utilicen institucionalmente como insumo para decisiones dentro de los propsitos estratgicos del programa. Los estudiantes tienen ahora acceso a equipos y dotaciones de tecnologa de vanguardia, con nfasis especfico en la competencia computacional y con ofertas de aprendizaje individualizado, lo cual permite el desarrollo de clases menos uniformes, que reconocen la diversidad de ritmos y estilos de aprendizaje y facilitan a los estudiantes la adquisicin de nuevas responsabilidades dentro de sus procesos de formacin bajo la orientacin y consejo de profesores y tutores especializados. Dentro de la transformacin de las instituciones de educacin superior merecen destacarse las nuevas responsabilidades que se asignan a los estudiantes en el proceso de aprendizaje, gracias a las cuales se convierten en estrellas de primera magnitud dentro de la institucin y los programas. Usuarios a quienes debe entregarse un servicio de calidad, los estudiantes alcanzan -por lo menos en las declaraciones- niveles de importancia sin precedentes dentro del esquema de mejoramiento continuo y calidad del servicio que han adoptado algunas instituciones y programas. La creciente proporcin de mujeres que demandan educacin superior y la edad cada vez ms temprana en la que los jvenes demandan cupos en los programas universitarios alertan a las instituciones para adecuar a las nuevas condiciones

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    demogrficas sus diseos curriculares y sus estrategias propeduticas, sus servicios de bienestar e incluso sus instalaciones y espacios fsicos. La precocidad de las nuevas generaciones de estudiantes ha obligado a establecer nuevas relaciones entre las instituciones de educacin superior y los padres de familia, rompiendo un aislamiento que hizo parte de la tradicin de vida universitaria, ligada en el imaginario juvenil con independencia y alejamiento del hogar. Paradjicamente, las circunstancias econmicas predominantes en la sociedad han favorecido el hecho de que la vinculacin a la universidad en condicin de estudiante -incluso de programas de posgrado- se convierta en una excelente excusa para prolongar el status de hijo de familia hasta edades cada vez ms avanzadas. La actitud poltica de los estudiantes es uno de los elementos de ms acusado cambio dentro de la crisis de la institucin universitaria clsica. El tono contestatario ha virado de objeto desde las marchas contra la guerra y la intervencin imperialista de la dcada de los sesenta hasta la defensa de los recursos naturales, las demandas de equidad entre gneros y la defensa de opciones sexuales. En el ltimo lustro la denuncia de los efectos perversos de la globalizacin sobre las capas ms dbiles de la poblacin y sus expectativas de mejor calidad de vida ha obrado como un aglutinante de las protestas y las manifestaciones populares en distintos puntos del mundo, sin que los universitarios desempeen papeles especialmente destacados en la vanguardia en estas expresiones de rechazo a las consecuencias que tienen en los pases pobres las prcticas econmicas. Las transformaciones se extienden a las estructuras organizativas; para apoyar, acompaar y evaluar efectivamente los cambios en el diseo y operacin curriculares y para satisfacer los requerimientos de calidad del servicio a los estudiantes y dems integrantes de la comunidad universitaria, se precisa una reconversin profunda de los modelos de gestin y administracin de los programas. Las estructuras jerarquizadas verticalmente y con varios canales de comunicacin deben dar paso a los arreglos horizontales con mecanismos y estrategias de cooperacin que faciliten el trabajo en equipo, reduzcan las obstrucciones de comunicacin entre los responsables de la gestin de los programas y mejoren las relaciones y el ambiente institucional. La preparacin y revisin de planes y presupuestos son ahora ejercicios peridicos de trabajo coordinado de todos los miembros del equipo de direccin. De esta forma, quedan atrs las prcticas de preparacin y revisin confiadas a especialistas no siempre capaces de consultar las realidades de la gestin

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    universitaria. La concepcin y preparacin de los planes de desarrollo involucran a todos los niveles de direccin, consultan la opinin de los miembros de la comunidad universitaria y, una vez adoptados, se relacionan incondicionalmente con los presupuestos y se convierten en objeto de permanente evaluacin y ajuste. Siempre dentro del esquema sugerido por el proyecto Fox Valley Technical College, los responsables de la direccin universitaria deben preparar planes de contingencia para eventuales descensos de los niveles de recursos esperados, dando as uso administrativo al principio de flexibilidad y al carcter proactivo necesario en el nuevo modelo de gestin. Contrariamente a las condiciones anteriores en las cuales los planes eran de largo plazo y sin espacio para establecer prioridades, los modernos procesos de planeamiento son continuos, con revisiones y actualizaciones peridicas, lo suficientemente flexibles para responder de manera dinmica a una programacin de actividades de amplio rango que incluye polticas de contratacin de personal docente y administrativo y proyectos coherentes de construccin y renovacin de instalaciones, dotaciones y equipos. Una caracterstica central de los nuevos modelos de gestin universitaria es la utilizacin de la tecnologa para agilizar y simplificar procesos, reducir los volmenes de documentos habituales en los modelos clsicos de burocracia y tramitomana, y mejorar el ambiente institucional alrededor de las comunicaciones merced a informes concisos, documentos de fcil comprensin, trmites reducidos y procedimientos explcitos y comunicados oportunamente a todos los miembros de la comunidad universitaria. La necesidad de copias fsicas de los documentos se reduce significativamente mediante la generacin y distribucin electrnica de datos; los sistemas de informacin, registro y acompaamiento acadmico de los estudiantes monitorean permanentemente su progreso, superando de esta manera las dificultades asociadas con la desactualizacin de la informacin. An los dominios de la burocracia acadmica se han transformado. Uno de los elementos de mayor arraigo en las prcticas de direccin acadmica est representado por las reuniones de asambleas, consejos y comits. En este campo, crucial para la agilizacin y fluidez de los procesos, las instituciones y programas procuran migrar hacia reuniones planeadas y conducidas de acuerdo con polticas y reglamentos preestablecidos para alcanzar resultados efectivos. En resumen, las condiciones administrativas de los programas deben mostrar que los directivos estn comprometidos con el proceso de calidad, superando la retrica y trabajando con arreglo a los postulados del mejoramiento continuo. Este conjunto de ajustes est inscrito dentro de un complejo escenario de transformacin mundial de la institucin universitaria. La decisin que las

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    sociedades muestren al seleccionar los rasgos de un modelo predominante determinar, en gran medida, las caractersticas de las normas y regulaciones que debern adoptar, as como las formas de gestin institucional, organizacin curricular y formas de atencin de sus compromisos esenciales. 3.2 Las voces de la globalizacin

    El formidable poder de penetracin de las leyes y principios del mercado, en el escenario de la educacin superior, determina la consolidacin de una serie de prcticas de capitalismo acadmico como expresin de los efectos del acercamiento a los sectores -pblicos o privados- con intereses en el conocimiento o la capacidad de investigacin y asesora de las instituciones y programas. Estas prcticas introducen diferencias y fisuras entre las distintas dependencias, particularmente como consecuencia de la diferenciacin de las capacidades de respuesta frente a las exigencias del mercado. Los efectos de esta distorsin incluyen la tendencia creciente de valorar el trabajo docente utilizando criterios procedentes de las prcticas habituales del mercado, al proponer, por ejemplo, la evaluacin y promocin de los profesores a partir de evaluacin externa -no necesariamente de pares acadmicos- realizada por representantes del sector productivo. En medio del frenes desatado por la globalizacin econmica, es conveniente recordar que la educacin superior de los pases pobres ha de atender los desafos contemporneos de la ciencia y la tecnologa, sin renunciar a su compromiso de propiciar la elevacin del nivel de vida de la sociedad. En el caso de la infraestructura bsica y los servicios pblicos elementales, ausentes para sectores apreciables de la poblacin, la ingeniera materializa las soluciones a las necesidades de soporte para el desarrollo y es responsable de atender las exigencias de sostenibilidad ambiental, viabilidad econmica y rentabilidad financiera, todo en medio de un clima de escrupuloso respeto por los recursos pblicos. Como la ingeniera es un factor clave del desarrollo, es muy importante elevar su calidad y fomentar el mejoramiento permanente de sus prcticas -incluida la formacin de nuevos ingenieros- para compensar el esfuerzo social con resultados favorables a la inversin pblica, la iniciativa privada y el fundamento material del desarrollo local, regional y nacional. Si adicionalmente se aspira a competir con la ingeniera internacional, entonces son necesarios exigentes niveles de preparacin y desempeo, requisitos para enfrentar con probabilidades de xito los efectos de la apertura profesional.

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    El desarrollo de la informtica, la electrnica, la robtica y otras formas emergentes de tecnologa, tienen su lugar dentro del conjunto de prioridades de la sociedad, particularmente en lo relacionado con la insercin a la economa global. Pero tal vez el principal reto de estas especialidades de la ingeniera es proveer el soporte tecnolgico y los mecanismos de transaccin necesarios para dotar a la sociedad de mejores instrumentos de negociacin de bienes y servicios bsicos de calidad para todos sus miembros.

    La atencin de los compromisos de formacin de nuevos profesionales y de investigacin como parte de las responsabilidades acadmicas exige cuantiosos recursos y, en ausencia de financiacin pblica, las instituciones y programas deben buscar fuentes de ingresos en el entorno. Las acuciantes necesidades de financiacin de las instituciones educativas las han forzado a buscar recursos en el mercado. Algunas de ellas negocian franquicias o licencias de programas extranjeros, otras encuentran en la oferta de programas de posgrado y de educacin continuada una importante, pero incierta, fuente de ingresos; mientras las mejor dotadas de recursos incursionan en el terreno de la contratacin con el Estado para el desarrollo de proyectos de investigacin, asesora o consultora. Como se ve, por distintos caminos las instituciones y programas desembocan en prcticas que, con diversos grados de intensidad, las vinculan al capitalismo acadmico. Este nuevo referente conceptual de los esfuerzos de instituciones, programas, profesores, e incluso estudiantes -especialmente de posgrado- para asegurar recursos externos, puede ser definido como un subsistema econmico inserto en las instituciones de educacin superior, debido al cual las decisiones aca