esta es una obra de ficción. todos los personajes
TRANSCRIPT
Esta es una obra de ficción. Todos los personajes, organizaciones y sucesosrecreadossonproductodelaimaginacióndelautoroseutilizandemaneraficticia.
Atodosloschicosychicasmalos,alosrebeldesylosjusticieros...
PhilipMarloweySamSpade,BruceWayneyJasonBourne,BondyBullitt,JoePike y Jack Reacher, Hawk y Travis McGee, los Siete Samuráis y los SieteMagníficos, Mack Bolan y Frank Castle, los tres John (W. Creasey, Rambo yMcClane),elcapitánAhabyGuyMontag,MikeHammeryPaulKersey,elLlaneroSolitario yLa Sombra,RobinHood yVanHelsing,Beowulf yGilgamesh, EllenRipley y Sarah Connor, Perseo y Coriolano, Hanna y Hannibal, el Hombre sinNombreyelProfesional,ParkeryLucy,AryaStarkyGeorgeStark,PikeBishopyHarmonica, Lancelot y Aquiles, Shane y Snake Plissken, Ethan Edwards y BillMunny,JackBaueryRepairmanJack,theKillerytheKiller,elZorroyelAvispónVerde,Dexter yMadMax, losDoce delPatíbulo yHarry el Sucio,Terminator yLady Vengeance, Cool Hand Luke y Lucas Davenport, Logan 5 y James LoganHowlett, V yVicMackey,Hartigan yMarv, Sherlock y Luther, VeronicaMars ySelinaKyle
...porsertanmalosquesonbuenos.
RIPLEY:Loquehacesestámal.LUTHER:Yalosé.
RIPLEY:¿Yporquélohacesentonces?LUTHER:Porqueeslocorrecto.
enLuther,creadoporNEILCROSS
ELHUÉRFANOX
PRÓLOGO
Pruebadefuego
Evan,dedoceaños,permanecerígidoenelcómodoasientodelpasajerodelsedánnegro, que circula en silencio. Tiene unamejilla hendida y la sien amoratada. Legotea sangre caliente por el cuello, mezclándose con el sudor provocado por elpánico. Tiene despellejadas las muñecas donde antes llevaba las esposas. Loslatidosdelcorazónleresuenanconfuerzaenelpechoylacabeza.Ponetodosuempeñoennodejartraslucirnada.Solollevacincominutosenelcoche.Hueleacuerodelcaro.Elconductorlehadichosunombre,JackJohns.Peronadamás.Untipomayor,decincuentaytantosporlomenos,conunrostroanchoyatractivo.
Fornidocomounreceptordebéisbol,yconunapenetrantemiradaenconsonancia.Jack saca un pañuelo del bolsillo trasero de los pantalones, lo sacude y se lo
tiendeporencimadelcambiodemarchas.–Paralamejilla.Evanmiraelfinopañuelodehilo.–Semancharádesangre.Jacksemuestradivertido.–Noimporta.Evanselimpialacara.Eraelmáspequeñodeloschicos,elúltimoalqueelegíanenlosdeportes.Había
tenidoquepasarporunaseriededesafíosbrutalesparallegarhastaaquelasiento,paralograrserelelegido.Ninguno de ellos había sabido qué pensar del Hombre Misterioso cuando este
apareció juntoa lasagrietadaspistasdebaloncesto, observandoa los chicosquejugaban y peleaban. Oculto tras unas Ray-Ban, pasando los dedos por la vallametálica,fumandouncigarrillotrasotro.Caminabadespacio,nuncaconprisa,ysinembargo siempre parecía esfumarse tan rápidamente como había aparecido.Abundabanlashipótesis:eraAmadorelAcosador;unricohombredenegociosquepretendía adoptar a un niño; un traficante de órganos para elmercadonegro; unreclutadorparalamafiagriega.
Evanhabíaestadodispuestoadarelsalto.Lohabíansacadodelacirculaciónconlamismafacilidadconqueunovniselo
habríallevadovolando.Unapruebadefuego,unaespeciedereclutamiento,sí,peroEvanaúnnotienelamenorideadeparaqué.Solosabequecualquieraqueseaellugaralquevayaserámejorqueloquedeja
atrásenEastBaltimore.Suestómagosueltauncrujidoqueloavergüenzainclusoallí,inclusoentonces.Se
miraenelespejolateraldelcoche.Parecedesnutrido.Quizásalládondevayahabrácomidaenabundancia.Oquizásélserálacomida.Searmadevalor.Carraspea.–¿Paraquémequiere?–pregunta.–Aúnnotelopuedodecir.–Jackconduceensilencioduranteunrato,luegoparece
darsecuentadequesurespuestanoessatisfactoriaparaunchicoenlasituacióndeEvan–.Aunquenotelocuentetodoahoramismo–añadeconuntonoquebordealadisculpa–,nuncatementiré.Evanloobservadetenidamente.Decidecreérselo.–¿Mevanahacerdaño?Jacksigueconduciendoconlavistaalfrente.–Aveces–dice.
1
Labebidadelamañana
Trascomprarunjuegodesilenciadoresparapistolaaunsuministradordearmasde Las Vegas al que le faltaba un dedo, Evan Smoak se dirigió a casa en sucamionetaFord,esforzándoseenquelaheridadecuchillonolodistrajera.Elcortedelantebrazoselohabíanhechoenunaltercadoocurridoenunaparada
decamiones.Nolegustabamezclarseconnadaniconnadieajenoasusmisiones,pero una chica de quince años necesitaba su ayuda. Así que allí estaba ahora,intentandonodesangrarse sobreel cambiodemarchashastaque llegaraa casaypudiera ocuparse de la herida debidamente. De momento se había hecho untorniqueteconuncalcetín,usandolosdientesparaapretarelnudo.Tenía ganas de volver a casa. Hacía día y medio que no dormía. Pensó en la
botelladevodkade tripledestilaciónque teníaenelcongeladordesu frigoríficoSub-Zero.Pensóenelmóvilqueteníaenlaguanterayenqueibaasonarcualquierdía.AvanzandolentamentehaciaeloesteatravésdeldensotráficodeBeverlyHills,se
adentróenelWilshireCorridor,unaavenidadeedificiosdeapartamentosqueenLosÁngeles pasaban por rascacielos. Su edificio, llamado ostentosamenteCastleHeights, ocupaba el extremo este, lo que daba a los pisos más altos una vistapanorámica del centro de LosÁngeles. Sin reformar desde los noventa, tenía unanticuadoairesuntuoso,conrelucientesapliquesdelatónymármolentonalidadessalmón. Castle Heights no era ni pijo ni moderno en una ciudad que aspiraba aambascosas,ycubríaperfectamentelasnecesidadesdeEvan.Atraíaacirujanosyejecutivos de cabello plateado, jubilados adinerados y chapados a la antigua quepertenecían desde siempre a algún club de campo. Unos años antes se habíainstaladoallíunbasemediocredelosLakersllevandoconsigoquinceminutosdemolestosmediosdecomunicación,peropronto lohabíanvendidoaotroclub, loquehabíapermitido a los residentesvolver a arrellanarse en la comodidadde suvidaapacibleydiscreta.Evan atravesó el pórtico, haciendo un gesto al aparcacoches para indicarle que
aparcaríaélmismo,yluegogiróparabajarporlarampaqueconducíaalpárkingdel edificio. La camioneta ocupó limpiamente su plaza entre dos columnas de
hormigón, donde quedaba oculta a la vista de la mayor parte de la planta y delresplandordelosfluorescentescenitales.Sin bajar de la camioneta, desató el calcetín del antebrazoy examinó la herida.
Losbordesseveíannítidosylimpios,peroimpresionaba.Teníapegotesdesangreenel suavevello,aunque lasangrede laheridaensíaúnnohabíacoaguladodeltodo.Eldañoerasuperficial.Seispuntos,talvezsiete.Sacó el móvil de la guantera. Un RoamZone de goma negra endurecida,
revestimiento de fibra de vidrio yGorillaGlass. Lo tenía siempre al alcance deloído.Siempre.Tras comprobar el retrovisor para asegurarse de que el aparcamiento estaba
vacío,bajóysepusounodelosjerséisnegrosqueguardabadetrásdelasiento.Lossilenciadoreslosllevabaenunabolsadelacompra.Arrojóencimalacamisayelcalcetínensangrentados.Trascomprobar labateríadelRoamZone(dosrayas),se lometióenelbolsillo
delanteroysubiólasescalerashastalaplantasiguiente.Antes de trasponer la puerta del vestíbulo, se detuvo para respirar hondo,
preparándoseparalatransicióndeunmundoalotro.Treinta y dos pasos desde la puerta hasta el ascensor, una rápida ascensión y
estaríaasalvo.Accedió al vestíbulo, donde el aire olía a flores recién cortadas. Sus zapatos
resonaronenelsuelodebaldosascuandoseabriópasosonriendolevementeentrelos residentes que pululaban por allí con sus bolsas de la compra y susconversacionespormóvil.Evanteníatreintaytantosañosyestabaenforma,peronotenía tantomúsculocomoparadestacarentreellos.Erasoloun tipocorriente,nodemasiadoguapo.CastleHeightsseenorgullecíadesusmedidasdeseguridad,yelmostradordesde
elquesecontrolabaelascensornoeralamenosimportante.Evanhizoungestoalguardiaquesehallabaantelosmonitoresquehabíadetrásdelaltomostrador.–Alveintiuno,Joaquín–dijo.Unavozlehablóalaespalda.–¿Porquénodice«ático»yyaestá?Eslaplantadelático.–Unamanoloaferró
por el antebrazo herido, apretándolo, y Evan sintió una súbita quemazón bajo eljersey.Sevolvióhacialaveteranabajayregordetaqueteníaallado(IdaRosenbaum,del
6G),yesbozóunasonrisa.–Supongoquetienerazón,señora.–Yademás–prosiguióella–,tenemosreunióndelacomunidaddepropietariosen
la saladeldécimo.Yempiezaahoramismo.Sehaperdidousted las tresúltimas,
segúnmiscuentas.–Paracompensarlapérdidadeaudición,suvolumendevozeratanaltoquetodosenelvestíbuloquedaroninformadosdelregistrodeasistenciasdeEvan.Elascensorllegóconuntintineo.LaseñoraRosenbaumapretómáselbrazodeEvanyfijósuautoritariamiradaen
Joaquín.–Vaalareunióndelacomunidaddepropietarios.–¡Esperen! ¡Retengan el ascensor! –Lamujer del 12B,MiaHall, entraba por la
puertadecristaldelaentradaprincipalempujándolaconlacadera,conunpesadobolsocolgadodeunamano,suhijodelaotra,yuniPhoneapretadoentrelamejillayelhombro.Evanexhalóun suspirode cansancioy sedesasió suavementede la zarpade la
señoraRosenbaum.Sintióentoncesquevolvíaabrotarlasangre,loquehizoqueeljerseyselepegaraalapiel.Miasedirigíapresurosahaciaellos,arrastrandodelbrazoasuhijodeochoaños,
mientras terminaba de soltarle su perorata al móvil atropelladamente: «Felizcumpleañosconretraso,feliz, losiento,semehaestropeadoelcocheyhe idoalmecánicoquemehadichoquetengoquecambiarlelaspastillasdefrenoquevalenunojodelacaraasíquenohepodidoirarecogeraPeteralcolegioyhatenidoqueirseacasadeunamigoyporesomeheolvidadodeenviarteunmensajeantes,cumpleañosfeliz.»Alzólacaraydejóqueelmóvilcayeraensuespaciosobolso.–¡Lo siento, lo siento! Gracias. –Entró en el ascensor y alzó la voz hacia el
mostrador–:Hola,Joaquín.¿Notenemosreunióndelacomunidaddepropietariosahoramismo?–Enefecto–dijolaseñoraRosenbaum,escueta.JoaquínmiróaEvanenarcandolascejas(«Losiento,tío»)yluegolaspuertasdel
ascensor se cerraron. El perfume de Ida Rosenbaum, en un recinto cerrado,ofuscaba.Notardómuchoenromperelrelativosilenciodelcubículo.–Todo elmundo con elmóvil pegado a la oreja todo el tiempo –dijo aMia–.
¿Sabe quién lo predijo? Mi Herb, que en paz descanse. Dijo: «Un día la genteacabará hablando con pantallas todo el día y ni siquiera necesitarán a otroshumanos.»Mientras Mia replicaba, Evan bajó la vista hacia Peter, que lo miraba con sus
oscuros ojos castaños. Sus finos cabellos rubios caían lacios, a excepción de unmechón en la nuca que se rizaba desafiando la gravedad. Le habían puesto unavistosatiritaensupronunciadafrente.ElniñomiróelpiedeEvanyladeólacabeza.Lentamente, Evan se percató del aire frío que notaba en el tobillo desnudo. El
calcetín que le faltaba. Adelantó un poco la otra pierna, deslizando el tobilloofensivofueradelavistadelpequeño.LellególavozdeMia.Estabaclaroquelehabíahechounapregunta.Evanlamiró.Teníaelpuentedela
nariz cubierto de unas pecas ligeras que no eran visibles a una luz tenue, y unaabundante y enredada melena de relucientes cabellos castaños. Se habíaacostumbrado a verla en un estado frenético de madre sola, con carreras en lasmediasyhaciendomalabarismosconunafiambreradeBatmanyelbolso,peroalbrillodelaslucesdelascensorlaveíadeunmododistinto.–¿Disculpe?–dijoEvan.–¿Noleparece?–repitióella,alborotandoloscabellosdePetercariñosamente–.
¿No sería aburrida la vida si no tuviéramos a otras personas a nuestro alrededorparacomplicarlotodo?Evannotabalamangamojada.–Desdeluego–respondió.–¿Mamá?Mamá.Latiritaseestácayendo.–Ya le digo –dijoMia a la señora Rosenbaum, que no le devolvió la sonrisa.
Revolvióenelbolso–.Tengomásporaquí,enalgunaparte.–Las de los Teleñecos –pidió Peter. Tenía una voz rasposa, propia de alguien
mayor–.QuierounadeAnimal.–Yatienesuna.Enlacabeza.–EntoncesdeGustavo.–Gustavoeraladeestamañana.¿Peggy?–¡No!Gonzo.–¡AquíestáGonzo!MientrasellaaplicabalanuevatiritaconlospulgaresyledabaunbesoaPeteren
la cabeza, Evan se arriesgó a echar una rápida ojeada a lamanga del jersey. Lasangre empezaba a traspasar el tejido negro, volviéndolo más negro aún en elantebrazo.Semovióylossilenciadoreshicieronunruidometálicoenlabolsadepapelquellevabacolgandoaunlado.Enlabolsahabíaaparecidounamancha;elcalcetínensangrentadolaestabaempapando.Evanapretólosdientes,echólabolsaatrásyladepositóenelsueloconlamanchadecaraalapared.–EsEvan,¿verdad?–Miavolvíaadirigirlesuatención–.¿Yaquésededica?–Soyimportador.–Ah.¿Ydequé?Élmiróelindicadorluminoso.Elascensorparecíamoverseconlentitudpasmosa.–Suministros industriales de limpieza. Vendemos principalmente a hoteles y
restaurantes.Mia apoyó el hombro en el tabique. Se le abrían las solapas de la chaqueta de
diseñodeimitación,proporcionandounagenerosavistadesucamisa.–¿Ybien?¿Novaapreguntarmeaquémededicoyo?–Su tonosonódivertido,
sinllegardeltodoacoqueto–.Asíescomofuncionanlasconversaciones.Ayudantedelfiscaldedistrito,juzgadodeTorrance.Viudadesdehacíacincoaños.
Sehabíacompradoelpequeñoapartamentodelduodécimopisounosmesesatrásconloquelequedabadelsegurodevida.Evanesbozóunaamablesonrisa.–¿Aquésededica?–Soy fiscal de distrito –respondió ella con burlona pomposidad–. Así que será
mejorqueseandeconcuidado.Evan emitió un sonido para parecer impresionado. Ella asintió con la cabeza,
satisfecha, y sacódel bolsounbollo con semillasde amapola.Conel rabillodelojo, Evan se percató de que Peter volvía a mirarle el tobillo desnudo concuriosidad.El ascensor sedetuvo en el octavopiso.Procedentede la sala común, subieron
unos residentes encabezados por Hugh Walters, presidente de la comunidad ymonologuistadeprimera.–Excelente, excelente –dijo Walters–. Es fundamental que haya una buena
asistencia a la reunión de esta noche. Votaremos qué bebidas se ofrecerán en elvestíbuloporlamañana.–Puesyo...–dijoEvan.–Descafeinadoonormal.–Pero ¿quién bebe descafeinado? –preguntó Lorilee Smithson, 3F, una tercera
esposacuyorostrosehabíavueltovagamentefelinoacausadelacirugíaplástica.–Laspersonasconarritmia–interpusolaseñoraRosenbaum.–Vale, Ida –repuso Lorilee–. Eres condescendiente conmigo solo porque soy
guapa.–No.Soycondescendientecontigoporqueerestonta.–Yo propongo que ofrezcamos kombucha –terció Johnny Middleton, 8E. De
cuarentaytantosañosyconuntrasplantecapilar,sehabíamudadoaledificioconsupadreviudo,undirectordefinanzas,hacíavariosaños.Comosiempre,llevabaunchándalconlapegatinadelprogramadeartesmarcialesmixtasalqueasistía(oal menos hablaba de ello sin cesar) desde hacía dos años–. Tiene probióticos yanticuerpos.Esmuchomássaludablequeeldescafeinado.El ascensor paró de nuevoy unos residentes entraron apretujados, aplastando a
Evancontraeltabiquedelfondo.Teníapicores,lasangreseagolpabaensusoídosconunzumbido.Las zonasdeguerraode riesgoelevado lomantenían serenoyconcentrado,perolacharlainsustancialdeCastleHeightslodesorientaba.Miaalzólavistadelbolloqueestabamordisqueandoypusolosojosenblanco.
–Últimamente no sabemos gran cosa de usted, señor Smoak –dijo Hugh conestudiado aire desdeñoso. Sus ojos inquisitivos se parapetaban tras unas gafas demontura negra tan anticuadas que volvían a estar demoda–. ¿Le gustaría dar suopiniónsobrelabebidadelamañana?Evancarraspeó.–Nosientounagrannecesidaddetomarkombucha.–Quizá si hiciera ejercicio de vez en cuando en lugar de pasarse el día
jugueteando con hojas de cálculo... –susurró Johnny con voz audible, y su pullaprovocóunarisitanerviosadeLorileeymiradasderecriminacióndeotros.Evan bajó la vista, esforzándose por ser paciente, y vio que la mancha de la
mangaseextendíalentamente.Cruzólosbrazosconairedistraídoparaocultarla.–Susuéter–susurróMia.Seinclinóhaciaél,llevandoconsigoelagradableolor
desucremadecitronela–.Estámojado.–Semehacaídoalgoenelcoche–dijoEvan.LosojosdeMiaseguíanfijosenla
manga,asíqueEvanañadió–:Zumodeuvas.–¿Zumodeuvas?Elascensorsedetuvobruscamenteconunasacudida.–¡Hala!–exclamóLorilee–.¿Quéhapasado?–Quizátuslabioshinchadoslehandadoalbotóndeparadadeemergencia.Losocupantesseremovieroncomoganadoapretujadoenelredil.Unmovimiento
borrosoasuladoatrajolaatencióndeEvan.EraPeteragachándoseparalevantarlela pernera del pantalón con sus pequeños dedos y poner al descubierto el tobillocuriosamentedesnudo.Evanapartóelpieysinquerervolcólabolsamarrón.Unode los silenciadores de pistola salió rodando. El tubo metálico repiqueteó en elsuelo.Peterpusounosojoscomoplatos,recogióelsilenciadorylovolvióameterenla
bolsadeEvan.–Peter–dijosumadre–.Levántate.Nohayquearrastrarseporelsuelo.¿Cómose
teocurre?Elniñoselevantótímidamente,retorciéndoselasmanos.–Semehacaídounacosa–dijoEvan–.Melaestabarecogiendo.–¿Quédemonioseraesacosa?–preguntóJohnny.Evandecidiódejarquelapreguntapasaraporretórica.Johnny logró finalmente desatascar el botón rojo, y el ascensor prosiguió su
camino.Cuandollegaronaldécimopisoyseabrieronlaspuertas,Hughlassujetó.MiróaPeteryaMia.–Deduzcoquenohabuscadoanadieparaquelecuidealniño.Lasmujeresquehabíacerca,unasocho,seindignaron.–Soyunamadresola–dijoMia.
–Las normas de la comunidad de propietarios indican expresamente que no sepermitealosniñosasistiralasreuniones.–Muy bien,Hugh. –Mia esbozó una sonrisa radiante–.Vas a perder la votación
sobrelasbegoniascolgantesenlazonadelapiscina.Hugh frunció el entrecejo y abandonó el ascensor con los demás. Evan intentó
quedarseatrásconMiayPeter,perolaseñoraRosenbaumtendiólamanoyvolvióasujetarloporelantebrazo,agrietandolascostrasqueseestabanformandobajoeljersey.–Aver–dijo–.Siviveustedenesteedificio,tendráquecumplirconsupartecomo
todoslosdemás.–Losiento–seexcusóEvan–.Tengoquevolveramishojasdecálculo.Ysesoltóde lamanode lamujer,aquien lasarrugadasyemasde losdedos le
habían quedado manchadas de sangre. Le dio unas palmaditas en la mano,aprovechandoelgestoparalimpiarlelosdedosconlaotramano.Laspuertassecerraron.Miaguardólosrestosdelbollodesemillasdeamapola
en su envoltorio de papel, se lo metió en el bolso y lanzó unamirada al techo.Siguieronsubiendoensilencio.Evansujetabasubolsaconelbordedobladoparacubrir lamancha.Tambiénmantenía el pie sin calcetíny lamanga ensangrentadahaciaeltabiquemásalejadodeMiayPeter.Petermirabafijamentealfrente.LlegaronalduodécimoyMiasedespidióysalió
delascensor,seguidadePeter.Laspuertasempezaronacerrarse,peroentoncesunamanodiminutasecolóporlarendijaylaspuertassedetuvieronconunasacudidayvolvieronaabrirse.El rostrodePeter asomóconuna expresión solemneque se contradecía con la
caradeGonzodelatiritadelafrente.–Graciasporencubrirme–dijo.AntesdequeEvanpudieraresponder,laspuertashabíanvueltoacerrarse.
2
Fortalezadesoledad
La puerta del 21A era exactamente igual que el resto de puertas del edificio,conformealasnormasdelacomunidaddepropietarios,ypasabadesapercibidaalamirada inquisitiva de Hugh Walters durante sus inspecciones mensuales de lospisos.LoqueHughnosabíaeraquelafinaláminademaderaocultabaunapuertade acero que tenía una resistencia al fuego de seis horas, era inmune a arietes yrepelíaconeficaciatodointentodeforzarlasbisagras.Al llegar por fin a su apartamento, Evan introdujo la llave en la cerradura de
aspecto corriente. Cuando giró la llave, se descorrió la red oculta de barras deseguridadquehabíaenelinteriordelapuertaconunruidometálicomásfuertedelonormal.Entró,cerrólapuerta,desactivólaalarma,dejólabolsadepapelensangrentada
sobreunamesitadecristalyexhalóunsuspiro.Porfinencasa.Oalmenosensuversióndeunacasa.Losbalconesyventanasampliabanalmáximolavistapanorámicadesdeelático
esquinero.Veintekilómetroshaciaeleste,brillabanlaslucesdelasiluetairregulardelcentrodelaciudad.AlsursealzabaCenturyCity.Ladisposicióndelapartamentoerabásicamenteabierta,consuelosdehormigón
gris oscuro, una chimenea central sin apoyos, varias columnas y una escalera deacero que subía en espiral hasta el altillo, raramente utilizado, que Evan habíaconvertidoensaladelectura.Lacocinaincluíaencimerasdehormigónencofrado,electrodomésticosdeaceroinoxidable,griferíadeníquelcepillado,ypanelcontrasalpicadurasdebaldosasdeespejo.Desdelaampliaisletaseextendíaunaespaciosazonadondeapenashabíaunasesterasyaparatosparaejercitarse,yalgúnqueotroasiento.Las ventanas y puertas cristaleras eran de Lexan, una resina termoplástica de
policarbonato antibalas, y las pantallas enrollables para proteger del solproporcionaban una segunda y discreta defensa. Fabricadas con diminutas anillasentrelazadas como una cota de malla, el metal estaba compuesto por una raravariante del titanio. Las pantallas detendrían la mayoría de los disparos de un
francotirador que lograran penetrar los cristales antibalas. Añadían un escudoprotector adicional frente a dispositivos explosivos, al tiempo que bloqueaban lavisióndeposiblessicariosopersonasquelesiguieranlapista.Yademásconstituíanunaexcelenteprotecciónsolar.Incluso había reforzado las paredes. Evan había realizado aquellas reformas
lentamente a lo largo de los años, utilizando diferentes proveedores en cadaocasión,enviando laspiezaspor separadoadiferentesdirecciones,ymontándolocasitodoenotrolugar.Cuandonecesitabacontratarainstaladores,seasegurabadeque no supieran nunca exactamente qué estaban instalando. Con una meticulosaplanificaciónymuchapaciencia,habíaconstruidounafortalezadesoledadsinquenadiesedieracuenta.Legustabaaquelmundoquesehabíacreadotraslapuertadel21A.Sinembargo,
estabapreparadoparaabandonarloencualquiermomento.Sedirigióalacocinaysuspasosresonaronsobreelhormigónpulido.Elúnico
destellodecoloryextravaganciaeralallamada«paredviviente»instaladajuntoalosfogones.Setratabadeunjardínverticalregadoporunsistemadegoteoyenelque crecía de todo, desde menta y camomila hasta té, cilantro, perejil, salvia,albahacaypimientosparatortillas.Aunqueeradiciembre,lacamomilaflorecíaenelambientecuidadosamentecontroladodelático.Algunasvecesledabaquepensarqueelúnicoservivoconelquecompartíasu
vidafueraunapared.PeroteníalosMandamientos,ylosMandamientosloerantodo.SeacercóalfrigoríficoSub-Zeroydelcajóndelcongeladorsacóunaescarchada
botelladeU’Luvka,unvodkapolacoconelnombredeuntipodecristal.Vertióunchorroenunacoctelerasobrehielodestiladoylaagitóhastaquelaspalmasselequedaron pegadas al metal helado. Luego traspasó el contenido a una copa deMartinienfriada.Bebió,cerrandolosojosdepuroplaceralnotarlaquemazóndelfrío.Pasójuntoalaromáticojardínverticalysalióporlapuertacorrederaquedabaal
sur.Elsuelodelbalcónestabacubiertodepiedrasdecuarzoquecrujieronbajosuspies,yaquedeesosetratabaprecisamente.Elsoftwarededetección incrustadoenmarcos de puertas y ventanas captaba la señal acústica exacta del crujido de laspiedras,alertandodelapresiónejercidaporcualquierobjetoquepesaramásde23kilos. Los sensores también se disparaban si alguna cosa de cualquier tamaño seacercabaaloscristales.Cercadelbordedelbalcónhabíaunmaceterocuadradoqueconteníaunavariedad
deachaparradasplantas crasasyunparacaídasde saltobase alojadodetrásdeunpanelempotrado,preparadoparaunahuidaprecipitada.Apoyóloscodosenlabarandillayvolvióatomarunsorbo,notandoelcalordel
vodka en las mejillas. A lo lejos, la medialuna que formaba Marina del ReycentelleabaaorillasdelasnegrasaguasdelPacífico.Unmovimientoeneledificiovecinoatrajosuatención.Evanseencontrabafrente
alapartamento19Hdelotroladodelacalle.JoeyDelarosaaparecióbrevementeala vista tras las persianas, comiendo de un tarro con una cuchara de maderamientras un partido de fútbol americano lanzaba destellos en el fondo. Era uncontabledepocamonta enunagran corporación, y sepasaba lamayorpartedeltiempolibrecomiendoyviendolatelevisión.Unavezalmesmásomenos,seibaapillarunabuenacurda,volvíatambaleándoseacasadesdelosbaresdeWestwoodyllamabaasuexmujer,llorando.Susllamadastopabanconunafríarecepción;Joeynohabía cumplido laordende alejamiento telefóniconi habíapagado lapensiónporsuhijodurantetresaños.Suúltimoaltercadodomésticohabíaacabadoconlaqueentonceserasuesposaencomadurantedosdías,ademásdedejarasuhijoconunacojerapermanente,porlanaturalezadeloscartílagosdelosniñosdeseisañosde edad. La puerta de servicio de la cocina de Joey, que se encontraba cerca delconductoparatirarlabasura,teníaunacerraduradeplacasSchlagequeEvanpodíaforzarenunosseissegundosconunallavedetensióndoble.Evanerasiempremeticulosoenconocerafondosuentorno.Sucabezaalbergaba
uncatálogodeinformaciónyplanosdetodoloqueteníaalalcancedelavista,decada residente, cada escalera, cada cuadro demandos eléctrico y cada perro queladraba.ElTercerMandamiento,quelehabíanrepetidomachaconamentedesdequetenía
doceaños,rezaba:«Dominatuentorno.»Pasóunratobebiendoelfríovodkayrespirandoelairefresco.LacostumbreleimpulsóacomprobarelRoamZonenegrounavezmás.Apesar
desubateríadeiondelitiodealtadensidad,apenaslequedabaunabarra.Volvióaentrar, lo enchufó al cargador que había sobre la encimera de la cocina, ysincronizóel timbreconelaltavoz incorporadoparapoderoírlodesdecualquierpunto del amplísimo apartamento. El número era muy fácil de recordar,alfanumérico:1-855-2-NOWHERE1
Teníaundígitomenosdelohabitual,perodadoelestadoenqueseencontrabanlosquellamabanalmarcarlo,necesitabanalgosencilloyquepudieranrecordar.Elteléfononegronohabíasonadoendiezsemanas.Loquesignificabaquepodía
sonarprontoo al cabodevariosmeses.Élnunca lo sabía.Esperaría, pormuchoquetardara.Se sentía impaciente y repitió el Séptimo Mandamiento mentalmente como un
mantra:«Lasmisionesdeunaenuna.Lasmisionesdeunaenuna.»Sequitó todomenos losbóxers,y luegoencendió fuegocon leñosdeabeduly
quemólaropa,labolsadepapelmanchadayelcalcetínensangrentado.Caminando
sinhacerruido,sedirigióalcuartodebañodeldormitorioprincipalcon losdossilenciadoresy losdejósobreelmármol.LapiezacentraldeldormitorioeraunacamaMaglevqueliteralmenteflotabaenelaireamediometrodelsuelo,graciasauna placa repelida por unos imanes permanentes de neodimio increíblementepotentes.Unoscablesmanteníanlaplacaenelsitio,evitandoelmínimobamboleo.La empresa de diseño finlandesa afirmaba que el magnetismo tenía un efectocurativo,peroescaseaban laspruebasmédicas.AEvansimplemente legustaba suaspecto.Sinpatas,sincabecero,sinpie.Minimalismoextremo.Enelcuartodebaño,empujólapuertadevidrioesmeriladodeladucha,quese
deslizó silenciosamente. Abrió el agua, lo más caliente que pudo soportar. Selimpiólasuciedadyelsudorypudovermejorlaheridadelantebrazo.Noestabamal.Uncortebastantelimpioquesecuraríabien.Saliódeladucha,sesecóconunatoallay luego seocupóde laherida.Descartando lospuntoso las tirasde suturaadhesivas,juntólosbordesdepielylossellóconpegamentosuperfuerte.Amedidaquelapielsecurara,empujaríaelpegamentosecohaciafuera.Volvió al dormitorio. En la cómoda guardaba unas veinte camisetas grises con
escote en pico, una docena de tejanos oscuros a juego y el mismo número desudaderas.Despuésdevestirse,vacilóysequedómirandoelúltimocajón.Exhalóunsuspiróyloabrió.Apartóaunladolosbóxersdoblados.Unamuesca
deltamañodeunauñaenelbordedelamaderaeralaúnicaseñaldequehabíaunfalsofondo.Alargólamanohaciaella,perosedetuvoaunoscentímetros.Pensóenelobjetoqueseocultabadebajo, luegorecolocólosbóxersycerróel
cajón.Eldíahabíasidolargoynohabíanecesidaddeabrirelfondofalsoytodoloquesuponía.Tras un rápido pasaje por la cocina para coger un cubito de hielo, regresó al
cuarto de baño y recogió los silenciadores. Se metió en la ducha aún húmeda,agarró elmandodel agua calientey logiró en el sentido erróneo.Elmando eraelectrónicoy se accionabacon lahuellade supalma.Cuando lo accionóhasta eltope, se abrió hacia dentro una puerta disimulada en los azulejos, dejando aldescubiertounahabitaciónoculta.Mentalmentese referíaalespacio irregulardecuarentametroscuadradoscomo
«laBóveda».Conlaexcusadeunaaparentereforma,lehabía«puestoparedes»alincómodoespaciodealmacenamientosituadoalfondodelapartamento.Embutidobajolaescaleracomunitariaquellevabaalaazotea,elcuartoteníalasvigasalaireyparedesdehormigónsinpintar,y labasede laescaleraquedescendíadesdeeltechosobrelacabeza.Ningúnotroapartamentodisponíadeaquelespacio;anadieseleocurriríabuscarlo,nisiquieraseimaginaríasuexistencia.Accesible tan solo a través de aquella puerta oculta, Evan tenía su arsenal y su
mesa de trabajo en la pared bajo la base de la escalera. En el centro, y sobre elescritorio de metal laminado en forma de L, había un batiburrillo de torres deordenador,antenasyservidores.LahilerademonitoresalineadoscontraotraparedmostrabalasentrañasdeCastleHeights,variosángulosderellanosyescaleras.Lasimágenes de vídeo se pirateaban fácilmente desde las cámaras de seguridadfabricadasenTaiwán,baratasperorecias,instaladasportodoeledificio.Un ordenador sin conexión a internet contenía sus datos bancarios. Su cuenta
principalseencontrabaenLuxemburgobajoelnombreZ$Q9R#)3,protegidaporuna contraseña de cuarenta palabras que formaban una frase sin sentido. Solo sepodía acceder a la cuenta por vía telefónica, y las transferencias solo se podíanrealizarmedianteórdenesverbales.Nohabía acceso electrónico, ni transaccionesvirtuales ni tarjetas de débito. Había esparcido cuentas secundarias por otrosparaísos fiscales (Bermudas, Chipre, Islas Caimán), y cualquier documentorelacionadoconellassemanejabaatravésdeunaseriedefideicomisosyempresaspantallaradicadasenRoadTown,Tortola(unadelasIslasVírgenesBritánicas).ComoJacksolíadecir:«Círculosconcéntricosquenosetocan.»EvanhabíaprogresadomuchodesdequehabíaabandonadoEastBaltimore.Además de la alfombrilla del ratón, sobre la mesa central había un cuenco de
cristalconunaplantadealoeveradeltamañodeunpuñometidaentreguijarrosdevidrioazules.Evandejócaerelcubitodehieloentrelasagudashojasdentadas,unsimplesistemaderiegoqueVeranecesitabasemanalmente.Luegometiólossilenciadoresenunadelastaquillasdondeguardabalasarmasy
despuéssalióycerrólaBóvedatrasél.Denuevoenlaestanciaprincipal,sesentóporfinenlazonaalfombrada,conlas
piernas cruzadas, la espalda recta, las manos descansando sobre las rodillas.Meditando. Se centró en la forma de su cuerpo. La presión que ejercía contra elsuelo.Elpesodelasmanos.Elconductorespiratorio,delanarizalagargantayelpecho. El aroma de los troncos de abedul ardiendo que notaba en la garganta.Observólasespiralesenelarmariodemaderadesándalo,loshilosdelaalfombraturca, el modo en que las persianas difuminaban las luces de la ciudadconvirtiéndolasenuntenueresplandornaranja.Elpropósitoeraverlotodocomosifueralaprimeravez.Eseeraelpropósitoentodaspartes.Siempre.Surespiraciónerasuapoyo.Entornó los ojos, ni abiertos ni cerrados, haciendo que su entorno se volviera
vago,comoenunsueñodondenohabíapasadonifuturo.Seliberódeldía,delascuatrohorasdecochedesdeLasVegas,delacuchillada,delsonsonetedelavozdeHughWaltersenelascensor.Elaireacondicionadolehacíacosquillasenlanuca.La herida del antebrazo irradiaba un calor punzante que no era del tododesagradable.
Se percató de que el hombro izquierdo estaba algo desequilibrado y relajó laposturalevementeencorvada,bajándolounosmilímetroshastanotarelestiramientodelmúsculo.Alineó cuerpo ymente hasta que se convirtió en respiración y solorespiración,hastaqueelmundofuelarespiraciónynohubonadamás.Permaneciósentadodeesamanera,sumidoenunamaravillosaquietud.Yentoncesalgoloarrancódesutrancesobrelaalfombraturca.Parpadeóvarias
veces para aclimatar los ojos y reorientarse. Comprendió lo que le habíasobresaltado,sacándolodelameditación.Elteléfononegroestabasonando.
3
Rotacomoyo
EltimbredelmóvilRoamZoneparecíabastanteclaro.Aunasí...El número de marcación directa, 1-855-2-NOWHERE, originalmente adquirido a
travésdeun serviciobúlgarodevozpor IP, estabaconfiguradodemodoque lasllamadas se digitalizaran y se enviaran por internet mediante un túnel virtualprivado y cifrado. El túnel se dirigía a través de quince centrales telefónicasvirtualesdetodoelmundohastaelpuntodeaccesowifiyeladaptadordevozporIPquepertenecíaaJoeyDelarosa,elquevivíaenelapartamento19Halotroladodelacalle.DesdeallísaltabadevueltaainternetatravésdelaredLTEdeVerizon.Si, por algún milagro de milagros, los hombres de la señal secreta lograbanrastrearelflujodedatoshastaesepuntoeirrumpíanencasadeJoey,Evanpodríacontemplar ladebacledesdedetrásde laspantallasqueprotegíansusventanasdelsol.Despuésdecualquiercontactosignificativo,Evancambiabaelserviciotelefónico
en el que depositaba el número. En aquel momento lo tenía una compañía de laprovincia de Jiangsu, en China, una pesadilla logística y jurisdiccional paracualquiermenteinquisitiva.ElteléfonoseconectabademaneraininterrumpidaalaredGSM,funcionabaen135paísesyutilizabatarjetasSIMdeprepagodemáquinasdispensadoras,queEvanaplastabaysustituíaregularmente.Se levantó y sus pies descalzos resonaron sobre el suelo de hormigón pulido
cuandosedirigióalaencimeradelacocina.Respondióalteléfonocomohacíasiempre.–¿Necesitamiayuda?Lavozlellegóconunlevísimoretraso.–¿Esusted...quierodecir,estoesunabroma?–No.–Espere.Usted...espere.–Unamujer joven,cercade los treinta.Acentohispano,
quizá salvadoreño–. ¿Es usted real? Pensaba que era como... como una leyendaurbana.Unmito.–Losoy.
Evanesperó.Oyóunarespiración,másrápidadelonormal.Erahabitual.–Mire, estoy en un lío. No tengo tiempo para memeces si... si... –Un sollozo
ahogado–.Noséquéhacer.–¿Cómotellamas?–MorenaAguilar.–¿Cómohasconseguidoestenúmero?–Melohadadountiponegro.–Descríbelo.–ElPrimerMandamiento:«Nodesnadaporsupuesto.»–Llevababarba,muydesaliñada,concanas.Yteníaunbrazoroto.Encabestrillo.ClarenceJohn-Baptiste.Elotoñoanterior,unabandadetraficantesdemetahabía
asaltadosucasadeChatsworthylohabíanretenidoprisionerojuntoconsuhija.AClarenceyasuhijanoloshabíantratadomuybien.–¿Dóndevives?LediounadireccióndeBoyleHeights,alestedelaciudad,enlospisosdelotro
ladodelríoLosÁngeles.TerritoriodelosLilEastSide.–¿Cuándotendríamosqueencontrarnos?–preguntóEvan.–Nopuedo...Nolosé.Élaguardódenuevo.–Mañana–dijoella–.¿Mañanaamediodía?–¿Dóndepuedesquedar?–Notengocoche.–¿Esseguroquedarentudomicilio?–preguntóél.–Amediodíasí.–Vale,pues.El mediodía estaba bien. Evan necesitaría tres horas para revisar los edificios
contiguos, para inspeccionar la zona, buscar transmisores digitales y rastrearposiblesimprontasdematerialesexplosivos.Sisetratabadeunatrampayteníaquepelear,pelearíasegúnsuscondiciones.ElNovenoMandamiento:«Juegasiemprealataque.»Más tarde, en laBóveda, bebía unamanzanilla reciénhechamientras buscaba a
MorenaAguilarenlasbasesdedatos.Salvolainformaciónmássensiblesobreterrorismo,enlíneasgeneraleslasbases
dedatosdelasfuerzasdelordenestánconectadasainternet.CualquiercochedelaPolicíapuedeaccedera lagranmayoríade los registroscriminalesycivilesconunaterminalmóvildedatos,comounportátilToughbookdePanasonicconectadoalsalpicaderodeuncochepatrulladeLosÁngeles.CadaunodeesosportátilesseconectadirectamenteconCLERS,CLETS,NCIC,CODIS,yliteralmentecientosdebasesdedatosestatalesyfederales.Unavezlograspiratearelportátildeunsolocochepatrulla,tienesaccesoalpanel
decontroldelGranHermano.Evan no era un gran pirata informático ni mucho menos, pero se había
introducidoenvarioscochespatrullayhabíadescargadountúnelinversoporSSHenlosportátiles,dejandounapuertatraseravirtualabiertaparaél.Ahora,ensuhabitaciónsecreta,navegabaporlasuperautopistadelainformación
a su antojo, recogiendo datos para la misión del día siguiente y sorbiendo suaromáticamanzanilla.
MorenaAguilarllevabacuarentaycincominutossentadaenuncubodereciclajepuesto del revés en el porche delantero de la destartalada casa pareada, con lasmanosmetidasentrelaspiernasdeformaquesusdelgadosbrazosseabríanhaciafuera.Suspiesdescalzospisabanlamaderaastilladaconnerviosismo,sacudiendolasrodillas.Llevabaelnegrocabellosujetohaciaatrás,tantirantequeseamoldabaperfectamente a su cráneo antes de caer en rizos desordenados desde la gomaelástica.Ojosinquietos,cabezagacha,gotasdesudorenlassienes.Asustada.Aparcado después del cruce tras un herrumbroso coche abandonado, Evan
inspeccionaba la calle de nuevo a través de unamira telescópica.En la franja dehierba seca del jardín enfrente de la casa de Morena apareció una madreadolescente,latinatambién,llevandoenbrazosunniñoenpañales.Dejóalpequeñoen una gran bandeja de aluminio llena de arena para que jugara. El niño parecíamestizo, de ojos verdes y piel color caramelo. Mientras escarbaba en suimprovisadocajóndearena,ellaencendióunMarlboroRedylanzóunabocanadadehumoalcielo,mientrasserascabaunamarcadefresadenacimientoqueteníaenlaparteinferiordelbrazo.Aparentabaunosdieciochoaños,perosuexpresióneraadusta. En el bolsillo de atrás se le notaba el bulto del móvil. Otra madreadolescente llegó empujando un cochecito de bebé y entró en el jardín de hierbasecacontiguo.Laprimeramadrehizoquesalierauncigarrillodelpaqueteconunasacudidayseloofrecióalasegunda.Nodijeronnada.Sequedaronlaunaalladodelaotra,fumandoycontemplandolacalle.Dosmujeresjóvenessinnadamásquehacer.Cuando Evan se convenció de que eran inofensivas, bajó la mira, cogió un
maletínnegrometálicoyseapeódelacamioneta.Morena lo vio acercarse y se levantó, sujetándose un brazo. Evan subió los
escalonesdelporche.Aellaselenotabanlosañosenelrostro,conarrugasporelestrésyunaduraexpresiónensusbonitosojoscastaños.Olía intensamentea lacaparaelpelo.–Ofrezcohipotecasinversasdepuertaenpuerta–dijoEvan–.Noestásinteresada.
Niegaconlacabeza.
Ellalohizo.–Voyadar lavuelta a lamanzanay entrarépor el jardínde atrás.Lapuertade
atrásestáabierta.Déjalaasí.Ahoraponcaradeenfadoyentraencasa.Ellaentróporlapuertademallametálica,yEvanbajódelporcheysiguiócalle
adelante.Diez minutos más tarde estaban sentados uno frente al otro en rotas sillas de
jardín en la diminuta sala de la casa. Evan estaba sentado frente a la ventanadelantera,manchadadegrasa.Sobrelamesadecentroqueteníaanteélreposabaelmaletínnegrocerrado.Silacombinaciónintroducidaeraincorrecta,producíaunadescargadeochocientosvoltios.Conteníaunmicrófonoactivadopor lavoz,unalente estenopeica y un inhibidor de banda ancha de alta potencia para anularcualquierdispositivodevigilancia.Yconteníadocumentos.Elaireeraasfixianteyapestabaapájaro.Unlorodepésimoaspectoseagitabaen
unajaulaeneldormitoriocontiguo.Lapuertaabiertadejabaverdoscolchonesenel suelo, una cómoda con un espejo agrietado, y un desvencijado estuche detrompetaapoyadocontraunviejoacuarioendesuso.–¡Zanahoria,porfa!–chillabaelloro–.¡Porfa!¡No,porfa!PorencimadelhombrodeMorena,Evanveía lacalleconclaridad,ya lasdos
jóvenesmadres que seguían fumando en el jardín del otro lado de la calle. Losllantos del bebé se hicieron audibles, pero ninguna de las dos hizo el menormovimientoparaconsolarlo.Evanseremovióenlasilla,yestohizoqueMorenaseenderezaradeinmediato.
Teníamanchasdesudorenlacamisa,unarígidaprendaabotonadaconunapegatinade BENNY’S BURGERS y una chapa identificativa con su nombre, que se estabadespegando.Retorcíalateladepoliésterdesuspantalones.–Estásnerviosa–dijoél–.Pormipresenciaaquí.Ellaasintiórápidamenteyvolvióaadquiriraspectodeniña.–¿Sabesmanejarunarma?Lapausa seprolongó lobastantecomoparahacerdudaraEvandeque fueraa
contestar.–Hedisparadoalgo–dijoellaalfin,yélnotóquementía.Ellasesecóelsudorde
la frente. Tenía las cejas depiladas en un pronunciado arco y el agujero de unpiercingenlanariz.Evandesenfundólapistolaquellevabaalacadera,lediolavueltayselaofreció.
Ellalamiróenlapalmaabiertadeél.LaWilsonCombat1911conacabadodelujose había personalizado según las especificaciones deEvan.Semiautomática, ochobalas enun cargador de acero inoxidable conunanovena en la recámara.Cañónalargado,conlarampadealimentaciónylaentradaalarecámaramodificadaspara
obtenerunaalimentaciónimpecableypreparadoparaacoplarleunsilenciador.Lasmiraserandeltipostraighteight(alineaciónvertical),deperfilalto,demodoqueel silenciador, una vez colocado, no las bloqueara. Tenía seguro de pulgarambidiestro,yaqueélerazurdo.Segurodeempuñaduraenlaparteposteriorparagarantizarquenosedispararaporaccidente.Rejillafrontalenlaempuñaduracondieciocho surcos, y cachas Simonich especializadas para el máximo agarre aldisparar. Seguro de empuñadura tipobeavertail para impedir que el percutor legolpearaenlabasedelpulgar.Acabadonegromateparaquedesaparecieraentrelassombrassinemitirdestellosmetálicos.Evanvolvióahacerleunaseñaparaqueempuñaralapistola.–Solomientrashablamos.Paraquenotepongasnerviosa.Ella levantó lapistolaconcautelay ladepositósobreelcojínque teníaal lado.
Cuandoexhalóelaire,sushombrosdescendieronuntanto.–Ya no estoy nerviosa por mí. Es por ella,mi hermanita –dijo en español, y
tradujo–.Mihermanapequeña,Carmen.Yosiemprelahecagado.Peroellanohahechonadamaloen suvida.Ahora está en la escuela.Y se ledabien.Solo tieneonceaños.Evan desvió la mirada hacia la maltrecha funda de trompeta del dormitorio y
volvióamiraraMorena.–¿Quéedadtienes?–Diecisiete.–Respiróunabocanadadeaire.Seprodujounanuevapausa.Ellano
parecíaconscientedelolargosqueeransussilencios.Noerahuraña,sinotímida–.Mi padre se fue cuando éramos niñas.Mimamá descubrió quemurió hace años.Ella...mmm,murióelañopasado.Teníacáncerdeovarios.Yluegovinoél.Sehizocargodelalquilerdenuestracasa.Nosmantieneaquídentro.Alotroladodelacalle,elbebéberreaba.Unadelasmadresalargólamanopara
moverelcochecitoacompasadamente.«¡Zanahoria,porfa!»,graznóellorodesdeeldormitorio,aespaldasdeEvan.«¡Porfa!¡No,porfa!»EvansecentróenMorena.Noqueríahacerpreguntas.Queríadarlecuerdapara
quecontaralahistoriaasumanera.Morenasacóunmóvildelbolsillodesusceñidospantalones.–Me dio esto. Así me manda mensajes siempre que quiere. Estoy localizable,
¿entiende? Pero no importa. Solo me usa a mí. Hasta ahora, quiero decir... Mihermana se hace mayor. Ya le queda poco tiempo. Él dice que se está haciendomujer.–Trasdeciresto,Morenafruncióellabiosuperior–.Laotranocheyaqueríaconella.Yo...pudedistraerlo.Comoséhacer.Peroéldijoquelapróximavez...lapróxima vez... –Se mordió el labio para evitar que le temblara–. Usted no loentiende.–Ayúdameaentenderlo.
Ellaselimitóamenearlacabeza.Fuera,undébilsonidodemúsicarapanuncióqueseacercabauncoche.Habíauntiposentadoenlaparteposteriordeuncochecon carrocería hatchback que llevaba el portón abierto. Sujetaba un enormetelevisordepantallaplanamientrassucolegaconducía.Elcochedesapareció,peroelsonidotardómásendesvanecerse.–¿Tienesalgúnsitioalqueir?–preguntóEvan.–Mitía.EnLasVegas.Perodaigual.–¿Porquédaigual?Morenaseinclinóhaciadelante,súbitamenteexaltada.–Usted no lo entiende.Él dice que sime la llevo, nos perseguirá.Ahora tienen
esasbasesdedatos.Puedeencontraracualquiera.Encualquierparte.–Ysinmás,lavehemenciadesapareció.Cerróelpuñoyloapretócontraloslabiostemblorosos–.Llamarle ha sido una estupidez. No diga nada a nadie. Ya se me ocurrirá algo.Siempresemeocurre.Mire,tengoqueiratrabajar.Evansabíaquefaltabandoshorasparaqueempezarasuturnoyqueelpuestode
hamburguesasenelquetrabajabaestabasoloasieteminutosandando.Permaneciósentadoyellanohizoademándemarcharse,solosebalanceóunpoco.–Esquenoquiero...–Parpadeó,yleresbalaronlágrimasporsussuavesmejillas–.
Esquenoquieroqueellaestérotacomoyo.Alzó unamano para enjugarse las mejillas, y Evan vio en la cara interior del
antebrazo lo que parecía una marca de vacunación reciente. Pero no podía ser,teniendoencuentasuedad.Eraunaespeciedequemadura.LosojosdeEvansedesviaronhacialasjóvenesmadresdelotroladodelacalle.
Laprimerasellevóelcigarrilloalaboca,yélcayóenlacuentadequelamarcaqueteníaenelbrazonoeradenacimiento.Sumiradasemovióhaciaelbrazodelaotramadre quemovía el cochecito.Y efectivamente, en elmismo sitio tenía unaquemadurasimilarenlapiel.MorenapercibióquelaatencióndeEvanvolvíaacentrarseenellaybajóelbrazo
rápidamente, ocultando la marca. Pero no antes de que él hubiera captado laquemaduraencírculo.Másomenosdeltamañodelcañóndeunapistoladecalibre40.Como, por ejemplo, laGlock 22, la pistola reglamentaria delDepartamento de
PolicíadeLosÁngeles.Evan recordó las palabras de Morena: «Puede encontrar a cualquiera. En
cualquier parte.»El abuso de poder definitivo.Esclavitud a la vista de todos.Laschicas del otro lado de la calle también teníanmóviles para estar localizables.Ybebés.Ahoracomprendíasuexpresiónsombría,ysumacilentaresignación.Morenaselevantóparairse.Sealisólapecheradesucamisadefaena,luegoechó
lacabezaatrásparaquenolesaltaranlaslágrimas.–Graciasporvenir–dijo–,peroustednoloentiende.–Ahorasí–repusoEvan.Ellalomiró.–¿Todalacalle?–preguntóél.Morenavolvióadejarsecaerenlasilla.–Toda lamanzana. –De nuevo le falló la voz–. Yo lo que no quiero es que se
quedeconmihermanapequeña.–Notienesporquépreocupartemásdeeso–leaseguróEvan.
4
Estaréesperando
Decaminoacasa,Evanhizolarondadesuspisosfrancospararevisarlos.Poseíanumerosas propiedades esparcidas por la zona: una casa en el lado oeste de laciudad,unacasadecampoenelvalle,unacasatiporanchoenelvecindariocutresituado bajo las rutas de vuelo del aeropuerto internacional de Los Ángeles. Entodas ellas se encargó de regar el césped, de retirar la propaganda tirada en elporche y de modificar el sistema de control de luces. Las fachadas normalesocultaban vehículos alternativos, equipo esencial para misiones, provisión dearmas. Jack siempre había considerado importante mantener varios «surtidos»,equiposlistosparaunaemergencia.Al finy al cabo,Evannunca sabía cuándo tendríaquedesaparecer.Ocupabaun
lugardehonorenmúltiples listasde losmásbuscados,peroningunaquepudierahacersepública.Debíaserprudenteenaeropuertos,fronterasyembajadas,aunqueen los últimos cinco años solo había estado una vez en una embajada, y paraneutralizaraunempleadoquehabíadesempeñadounpapelclaveenunamafiadetráficodesereshumanos.CuandoEvan llegó aCastleHeights, el sol del crepúsculo bañaba el lateral del
edificio enun resplandornaranja.Aparcóy atravesó el vestíbulo, donde sobre elbuféhabíamediadocenadebotellasdekombuchaflotandoenunrecipientedehieloderretido. Al parecer, la oferta de bebidas no había sido el sonado éxito queesperabalacomunidaddepropietarios.Enlazonadeasientosquehabíaalfondo, laseccióndedeportesdelL.A.Times
crujióydescendióparaqueelrostrodeJohnnyMiddletonasomaraporencimadelperiódico.Sehallabaapostadojuntoalkombucha.Evanapretóelpaso.El siseode lospantalonesdechándaldenailon subrayóel
movimientodeJohnnyallevantarsedelasientotapizado.–Evan.¡Evan!Estenotuvomásremedioquedetenerse.Johnnyllegóhastaél.Claramentemolesto,echóunvistazoalsolitariorecipiente
debebidas.AlvolveramiraraEvan,unaexpresiónpetulanteseadueñódesucararedonda.
–Desdeluegotendríaqueveniraejercitarse.–Sediounosgolpecitosenellogodeartesmarcialesquellevabaenlachaquetadelchándalyquemostrabadospuñosentrechocando.Innovador–.Puedoconseguirleunpasegratis.AntesdequeEvanpudieraresponder,Johnnyamagócondarleunpuñetazo.Elpuñoseleacercólentoysinfuerza.Evanviolasposibilidadesconinstantánea
claridad:bloquearadosmanos,sujetarelcodoconunamanoydoblarlamuñecacon la otra, rompiendo el hueso y rasgando los tendones del codo, luego llavedoblando el brazo hacia atrás para derribarlo, y aplastar la costilla flotante deJohnnyconlarodillatraselimpactocontraelsuelo.Loquehizofuedarunleverespingo.–Laverdadesquenoeslomío–dijo.–Vale –dijo Johnny, retrocediendo con los brazos abiertos en muestra de
magnanimidad–.Considérelounaofertaabierta.Evan sedirigió al ascensor.Entrabaenél cuandoun tumulto cercade lapuerta
que daba al aparcamiento atrajo su atención.Mia y Peter aparecieron caminandotorpemente,cargadosconbolsasdelacompra.Evansujetólaspuertasdelascensoryellosentraron,arrinconándolo.Mientrasascendían,EvanapenasveíaaPeterbajolasgrandesbolsasdelacompra.–¿Lesechounamano?–seofreció.–Nohacefalta,gracias–respondióMia.Un iPhone sonó en algunaparte de supersona.Era lamelodía deTiburón.Mia
apartóconlarodillalosbultosquellevabaybuscóatientaselbolso.SelecayóunabolsadeplásticodeldrugstoreyEvanlarecogióantesdequeacabaraenelsuelo.ElmóvildejódesonaryMiasuspiróconresignación,luegoempezóacolocardenuevolasbolsascomoantes.EvansediocuentadequePeter tenía lavistafijaenunladodesucara.Elniño
agachó la cabeza para escudriñar el tobillo de Evan, que sutilmente levantó lapernera del pantalón paramostrar el calcetín. «Déjalo.No hay nada que ver», ledecíaconsuexhibición.LamiradainquisitivaregresóalrostrodeEvan.–¿Evanqué?–preguntóelniño.–¿Perdona?–¿Cuálessuapellido?–Smoak.–¿Comoelhumodelfuego?–Sí,perosedeletreadeotramanera.–¿Yelsegundoapellido?–Danger.–¿Enserio?
–No.Elchicoesbozóunalevísimasonrisa.Miamiróhaciaotroladoparadisimularsupropiasonrisa.Elascensoranunciósullegadaalduodécimopisoconelsonidodelacampanilla.–Si ya has terminado de hacerle el tercer grado al señor Danger... –dijo Mia,
revolviendoloscabellosdePeterytirandodeélparaquesalieratrasella.Demasiado tarde, Evan miró hacia abajo y se dio cuenta de que aún sostenía
aquellabolsadeldrugstore.Fueadevolverla,pero laspuertas secerrarony tuvoqueseguirhastaeláticoconlabolsadeMia.Ladevolucióntendríaqueesperar.Esanocheteníatrabajoquehacer.
Arrojólabolsasobrelaencimeradelacocinayrepasólosvodkaspulcramenteordenadosenelcongelador.Sedecidióporlabotellaqueteníaformadefrasco,elJean-MarcXO.Hechoconcuatrovariedadesdetrigofrancés,elvodkasedestilabanueveveces,sesometíaamicrooxigenaciónysefiltrabaconcarbón.Cuandovertíadosdedos sobrehielo, sedio cuentadequeuna cajade tiritas sehabíadeslizadoparcialmentefueradelabolsadeldrugstoredeMia.CondibujosdelosTeleñecos,por supuesto. Los llamativos colores, tan fuera de lugar en contraste con laencimera gris y el acero inoxidable, fijaron la atención de Evan. Los naranjasfluorescentesylosverdesbrillantesleresultaroninquietantes,aunquenosabíamuybienporqué.Volvióameter lacajaen labolsay tomóunsorbodesubebidadecaminoa la
Bóveda.Elvodkaleprodujounasensaciónaterciopeladaenlagarganta,latexturadelapureza.Morena Aguilar le había proporcionado dos armas: su móvil, que descansaba
ahora sobre el escritorio demetal laminado junto a la planta de aloe vera, y unnombre.BillChambers.NofaltabainformaciónsobreWilliamS.ChambersdelDepartamentodePolicía
deLosÁngeles.Comoresultadodevariasimportantesyoportunasredadas,habíaascendidodepatrulleroadetectivedesegunda,hastalograrunodeloscodiciadospuestos en la División de Bandas y Narcóticos cuatro años atrás. Eso explicabacómohabíaconseguidoforjarsupequeñoreinodespóticoenmediodelterritoriodeBoyleHeights controlado por los Lil East Side. Se encontraba en la posiciónidealparahacerfavoresalospandillerosacambiodequeleayudaranaél.Asíquelepermitíanmantenersuharéndechicascoaccionadas,yquizásinclusoejercíansuinfluencia para protegerlo y vigilaban lamanzana que él había convertido en sucampode trabajo privado.Evan descubrió numerosas investigaciones deAsuntosInternos, todasentorpecidasporextravíodepruebasocambiosdedeclaraciónde
testigos clave. A continuación investigó el dinero. Las cuentas bancarias deChambersmostrabanmúltiplesretiradasdeefectivoeingresosjustopordebajodelumbralde losdiezmildólaresqueobligabaa losbancosadarparte.Actividadesdudosas.Peronoeranunapruebairrefutable.YelPrimerMandamientoexigíapruebasirrefutables.Evan cogió el móvil deMorena, un aparato de plástico cutre con una pantalla
manchada, tan ligero como un teléfono de juguete. Era un modelo desechableprocedentedeMéxico.Cuandorevisóelhistorialdemensajesdetexto,sintióquelatemperaturaenlaBóvedacaíasúbitamenteynotóelfríoenlanuca.Varios textosexplícitos deunnúmerode teléfono recurrente conteníanórdenes e instruccionessexuales paraMorena, algunas con fotos de jóvenes latinas menores de edad enposes concretas. Evan miró fijamente la cara de una niña que no podía tener nicatorceaños.Sus rasgosestabandesprovistosdeemociones, susojos apagadosyenrojecidos,desconectadosdesucuerpoydeloqueestehacía.Cambióelmóvilporlabebida,aunqueyanoleapetecíaelvodka.Niningunaotra
cosa. Ardía de indignación y tuvo que recordarse a sí mismo el CuartoMandamiento:«Nuncaloconviertasenalgopersonal.»En los años que llevaba haciendo aquello, jamás había incumplido un
mandamiento,ynoestabadispuestoahacerloahora.Volvióalasbasesdedatosconenergíarenovada.Elteléfonodelremitentedelos
mensajes remitió a Evan a una remesa de móviles de prepago vendidos al pormayor a Costco el año anterior. Un simple código de proxy inverso le permitióburlarelfirewalldeCostcoypudocomprobarlosarchivosdedatosenlastiendasCostcomáscercanasaldomiciliodeChambers.Nada.AcontinuaciónrevisóvariosCostcosentreeldomiciliodeChambersyotroslugares,incluyendoBoyleHeights,hastaquefinalmentedioconloquebuscabaenunatiendaqueestabadecaminoalajefaturadelaPolicíadeLosÁngeles.EraunacuentaanombredeSandyChambers.LafotodelainscripcióndesociamostrabalaruinaqueeralamujerdeChambers,conelrostrodemacradoymenuda,encorvadacomosiintentarareplegarsesobresímismaydesaparecer.Esbozabaunasonrisaaduraspenas,peroparecíaseparadadesurostro,comopegadaencima.EvanrepasóelhistorialdecomprasdelaseñoraChambersdesdelafechaenque
se había enviado la remesa demóviles de prepago.Cajas deHeineken, condonesTrojan,mueblesdejardín,comestiblesengrandescantidades,unacámaradigital.Ysiete móviles desechables, comprados el 13 de febrero junto con un juego demanoplasparaelhornoyunpaquetedecepillosdedientessuaves.No cabía dudadeque, considerados en conjunto, los hechos tenían cierto peso,
pero las pruebas podían explicarse de variosmodos, ofreciendo interpretacionesdiversas.CuandoEvanintervenía,el resultadosolopodíaseruno,yeseresultado
exigía certeza antes de ser ejecutado.Evan alzó el vodka aguadoy con lamangalimpióelaroquehabíadejadoelvaso,dejandoinmaculadalasuperficiedelamesa.Elmóvil deMorena vibró sobre lamesa, indicando la entrada de unmensaje:
MÑNNOCHE.10.QUEESTÉPREPARADA.Evanmirófijamentelaspalabrasesperandoaquesuascodisminuyera,aquesu
ira se transformara en una calma imperturbable. Luego respondió al mensaje:ESTARÉESPERANDO.
5
Otrascosas
Evan devolvió el vaso de tubo a la cocina, lo lavó, lo secó y lo guardó. Elfrigoríficoconteníaunaseriedeartículospulcramentecolocadossobreloslimpiosestantes.Bebióunabotella de aguamientras condimentabaun filete de atún clarocon cilantro, pimentón y pimienta de cayena. Lo asó ligeramente en una sartén.Cuando estuvo listo, añadió un ramito de perejil del jardín vertical y depositó elplatosobrelaisladelacocinaentreuncuchilloyuntenedor.Elatúnsedeshizoenláminas perfectas bajo la hoja del cuchillo. Evan detuvo el tenedor con el trozocortadoamitaddecaminodelaboca.La caja de tiritas, visible a través del fino plástico de la bolsa del drugstore,
volvióallamarsuatención.LagrancabezaverdedelaranaGustavoconsusonrisaqueparecíaunatajadadesandía.Suspiró.Dejósobreelplatoeltenedorconeltrozodeatún.Recogiólabolsaysalió.
Oyóelalborotoencuantobajódelascensor.Elsonidoatronadordeuntelevisor,lavozagudadeunniño, las reprimendasdeMiaamortiguadasalotro ladode lapuertadel12B.ElhonorablePatJohnsonasomósucabezadetortugaporlapuertadel12FylanzóunamiradaperezosaaEvancuandoestepasó.–Supongoqueestádesbordada–dijoeljuezcaritativamente,yseretiró.LosdosprimerosgolpesdeEvanenlapuertanosehicieronoír.Llamóconmás
fuerzayalpocolapuertaseabriódeuntirón.Con los cabellos alborotados, un paño de cocina colgando de la cintura de los
pantalonesdechándal,Miaapareciósujetandounacazuelahumeante.Detrásdeella,Peter corría alrededor de la mesa de centro, por encima del sofá y por toda lacocina, dejando a supasouna estela deLegos, figuras de accióny cómics.Unosdibujos animados de un sobreexcitado Pato Lucas ponían una involuntaria bandasonora.Marcasaleatoriasderotuladormanchabanlasparedesdesdeelniveldelacintura hacia abajo. Persiguiendo a un adversario imaginario, Peter blandía unaespadaláserqueemitíaunzumbidofuturistatanpenetrantecomoparaqueaunolevibraranlosdientes.Llevabaunparchesobreunojoalestilopirata,sujetoconlo
que parecía cinta de embalar. Un cuenco de macarrones con queso se hallabavolcadosobrelaencimeradelacocina.EvanalzólabolsaparaquelavieraMia.Ellateníalasmanosocupadas,asíquehizoungestoconloscodos.–¿Podría...?Pase.Solounsegundo.Porfavor.Estoy...–Volviólacabezacuandosu
hijopasócorriendoporsulado–.Dimequeesonoescintadeembalar.Petersedetuvoenseco.–Silehagositio,¿podráEvanSmoakquedarseacenar?
Evansesentóanteunplatodeespaguetisconsalsadetomateyuncartóndezumodefrutasconunapajitadoblada.–Losiento–dijoMia–.Nohepensadoencomprarnadamásenlatienda...–Asíestábien–aseguróEvan–.Deverdad.Sentadofrenteaél,Petersonriódeorejaaoreja.Lefaltabanunosmechonesde
pelo a los lados, dondeMia había tenidoque cortar la cinta de embalar adhesivaparaquitársela.–¿Quierevermihabitación?–Quizádespuésdecenar–tercióMia.–Esesadeahí.EvanlohabíasupuestoyaporlaspegatinasdeBatman,elpósterdeKobeBryant,
ylaseñalde¡NOENTRAR!alestilopirata.–Midormitorioestáenelmismorincón–dijo–.Estoyjustonuevepisosarriba.–Pensabaquevivíaenel21A,noenel21B.Evanvaciló.Miaesbozóunarápidasonrisa.–Suapartamentoesmásgrande,cariño.–Oh–dijoPeter–.Tienemásdineroquenosotros.–Miatragósaliva.Antesdeque
Evan o ella pudieran responder, Peter levantó un brazo para examinar un nuevoarañazoqueteníaenelcodo–.Necesitounadelastiritasnuevasparaesto.–¿Otrocorte?–dijoMia–.¿Cómotelohashecho?–Jugandoabalónprisionero.–Pensabaquelosbaloneseranblandos.–Sí,peroelsuelono.–PeterlanzóunamiradaaEvan–.Soyadoptado–lecontó–.
Yesunasco,porquenuncasabrédedóndevengoenrealidad.Mimamánopodíatener bebés porque sus ovarios son de baja calidad. Mi papá murió. –Volvió lacabezahaciaMia,queesbozabaunasonrisaforzada–.¿PodemoscomprarunárboldeNavidad?Evan aún se estaba aclimatando a la serie de incongruencias que constituían la
chácharadeunniñodeochoaños.
Miaapoyólafrenteenlamano.–Yalohemoshablado,Peter.Esdemasiadopronto.–¡Escuatrodediciembre!–SesecaríaantesdeNavidad.–Puesentoncescompraríamosotro.–Novamosaircambiandodeárbol,Peter.Yasícontinuaron,mientrasEvanescuchabaensilencio.Buceóensumemoriaen
buscadeunpuntode referenciapara aquella escenadoméstica, perono encontrónada.TerminarondecomeryMiapidióaPeterquerecogierasuropasucia.Cuandoelniñosefueasuhabitación,Evanse levantóparaayudararecoger la
mesa.Ellanolepidióayudaniselaagradeció.Lavaronlosplatosylossecaron,codoconcodo.–Seguramentesepreguntarácómopuedopermitirmeviviraquíconelsueldode
unafiscaldedistrito–dijoella–.Coneldinerodelsegurodevidademimarido.–Ah.–Este lugar es bonito y seguro. –Mia le tendió un plato que aún tenía restos de
jabónpordebajo,asíqueélselodevolvióyellavolvióaenjuagarlo–.Comofiscaldedistrito,avecesreciboamenazas.–¿Amenazasdirectas?–Por logeneral son tonterías en internet.Ahora los idiotas alardeande todoen
Facebook.Deloquehanhecho,deloquevanahacer.Desus«hazañas».–Esonoparecemuyinteligente.–Sifueraninteligentesnoseríanmatones.–Miaseencogiódehombros–.Hoyen
díavivimosen laculturadel famoseo.Ode losaspirantesaserlo.Elnombredeljuego es «visibilidad». Si no te tuitean, no te dan likes, no sales por YouTube oInstagram, no existes. –Restregó con fuerza un terco resto de salsa seca. Bajo elgrifodehumeanteaguacaliente, susmanosenrojecían–.Mejorparamí,de todasformas. Así me resulta más fácil seguirles la pista a los tipos que pongo a lasombra.–¿Algunavezhasentidomiedo?–Sí,aveces.–Dígamelosialgunaveznecesitaqueestéalertaporalgo.Ellasonrióylediounlevecodazo.–Esmuyamable.Peroesostipossonasesinos,noimportadores.–Tienerazón.–¿Yquémedicedeusted?–preguntóella.–Nosoyunasesino.–Muygracioso.Yasabeaquémerefiero.–Hizogirar lamanoenelaire–.¿De
dóndees?¿Tienefamiliaporaquí?Esascosas.–Nomequedafamilia.–Oh,losiento.Mialetendióelúltimoplato,yéllosecóyloguardóenlaalacena.Unafotoimán
dePeterconunbalóndefútbolsujetabaunpapelalapuertadelanevera.Eraunanotamanuscrita:«Actúademaneraquepuedascontarlaverdadsobrecómoactúas.JordanPeterson.»–¿Dedóndeeslacita?–preguntóEvan.–Deunlibroqueleí.Procuropegaralgunasdesusnormasporlacasa,cambiarlas
cadadosdías.–Esoesmuchotrabajo.–Damuchotrabajoeducaraunserhumano.AEvanlevinounrecuerdofugaz:Jackdepiejuntoaélenelcampodetiro, la
manosobresuhombrodeadolescente,valorandosusdisparos.–Sí–dijo–,enefecto.Habían terminado con los platos.Mientras Evan daba las gracias aMia por la
cena, Peter apareció y entrechocó el puño con él para despedirle, dejándole losnudillospegajososdezumodefrutas.Devueltaensuapartamento,Evanmiróelplatodelacenaquehabíadejadosobre
laencimeradecolorgrisplomizo.Elfiletedeatúnsincomer,centradoenelplatoblanco. Las baldosas de espejo del frente de cocina tenían un brillo oscuro deinnumerablesreflejos,entreellossusiluetabañadaporlasuaveluzazuldelpaisajeurbano.Al tirar el pescado a la basura, se fijó en los nudillos de la mano derecha,
manchadosligeramentederojodelzumodefrutas.Rodeólaislayselavólasmanos.
6
No,porfavor
Mataraunpolicíanoeraunasuntobaladí.EvanestabasentadoenlaoscuridaddelatestadodormitorioqueMorenaAguilar
compartíaconsuhermanadeonceaños.Lasilla,procedentede lacocina,apenascabíaentrelosdoscolchones.Conlamanolibre,Evansujetabaunextremodeunacuerda que cruzaba la habitación hasta el picaporte de la puerta cerrada, dondeestabaatadoelotroextremo.Aguardaba,absolutamentequieto.Tras las cortinas corridas se apreciaba el tenue resplandor de las farolas de la
calle,yoíavocesdistantesdelosjardinesdeotrascasas.Desdeaquellahabitacióncerradalellegabaunlevearomaabarbacoa,apesardelapestedelajauladelloro.ElrelojVictorinoxquellevabasujetoalcinturónmostrabalas9.37.Llevabamás
de una hora en posición y aún faltaban veintitrés minutos para la violaciónprogramadadeCarmenAguilarporpartedeldetectiveWilliamS.Chambers.–¡No,porfa!–graznóelloro–.¡Zanahoria,porfa!Sobre la rodilla derecha de Evan descansaba el móvil de Morena; sobre la
izquierda,suWilsonCombat1911conelsilenciadoracoplado.Habíapintadounaflecha diminuta en el acero del silenciador para colocarlo siempre en idénticaposición.Ademásdelcargadordelapistola,llevabatresmásenlosbolsillosdelospantalonesdecamuflaje.Estabanlistosparaserusados,validadoseneldesiertoenun campo de tiro improvisado. Como Jack solía decir: «El sonidomás alto queoirásenacciónseráunclic.»Por lo general, Evan prefería balas de punta hueca Speer Gold Dot, pero esa
nochehabíaoptadoporFMJde15gramos.Eraunabalamáspesadayviajabaa260metrosporsegundo,justopordebajodelavelocidaddelsonido.Elsilenciadorseencargaríadelsonidodeldisparo,peroteniendoencuentalobulliciosoqueeraelvecindario,Evanteníaqueasegurarsedequelabalanoharíaruidoporsímisma.Elloroseremovíaenlaoscuridad,apoyándoseenunauotrapata,haciendosonar
lajaula.Sobreuncolchónhabíaunlíodesábanasdeuntonoamarillodesvaídoconunestampadodetajadasdesandía.Laabolladafundadetrompetaseguíaapoyadaenel rincón juntoa lapuerta.Enelarmariohabíaunaúnicazapatilla rojaConversetiradade lado,conunagujeroen lapuntera.En lapeceravacíaysuciahabíauna
pegatinadeElmomediodespegada, que aEvan le recordó aPeter y sus vistosastiritas.Luegopensóeneladultoquesehallabadecaminoaaquellahabitación.–¡No,porfa!–graznabaelloroalegremente–.¡No,porfa!Evan tomó aire. «Nunca lo conviertas en algo personal. Nunca des nada por
supuesto.Nuncaloconviertasenalgopersonal.Nuncadesnadaporsupuesto.»Notabaelpesodelapistolasobresumuslo.Elarmasiempreestabaahí,erauna
constante, fidedignay fiel.Aceroyplomosiempreeranpredecibles.Eran finitos,inmutables, sepodíandominar.Podíaconfiarenellos.Lagente fallaba.Nopodíaconfiarencarneysangre,tendonesyhuesos.Acababamalcondemasiadafrecuencia.
Aúnestáoscuroenlasventanasdelabuhardillacuandosuenaeldespertador,peroEvanyaestádespierto.SehapasadolamayorpartedeesaprimeranocheenlacasadeJackmirandoel techo.Selevantaypasealamiradaporlahabitación.Lasillaconruedasestáperfectamentecentradaenelescritorio,yelestantequehayencimacontieneunahilerade librosordenadosporalturayuna taza llenade lápices sinafilar.Lospostigosdelaventanasaledizaestánabiertos,permitiendoquesefiltrenlas primeras luces del amanecer.No hay rastros de polvo, de desorden. Todos losobjetosestánordenados,alineados,colocadosconprecisión.El nuevo hogar de Evan es una granja de dos plantas situada detrás de una
extensiónde terrenodespejadoenArlington,Virginia.Desde suventanadivisaunverdemantodecopasderobles.Nohavistonadaigualsalvoenlatelevisión.Encuentra a Jack abajo, en un estudio con las paredes llenas de estanterías de
librosdemaderaoscura.EstáleyendounlibrosobrealgollamadolasguerrasdelPeloponeso. Suena música clásica en un tocadiscos antiguo. Sobre una mesitadescansa la foto de una mujer en un marco de plata deslustrada. Tiene largoscabellos oscuros hasta la cintura, el mentón pequeño, y ojos risueños tras unasgrandesgafas.A los pies de Jack, Strider alza su cabeza de Scooby-Doo y se percata de la
presenciadeEvan.Elperropesaporlomenos45kilos,tieneelpelajerojizoyunabandaacontrapelodeinquietanteaspectoquelerecorrelaespinadorsal.EvanesperaaqueJack levante lavista,perono lohace.Jacksigue tan inmóvil
como una talla, concentrado en su libro. Todo en él parece distinto del HombreMisterioso con su rostro delgado y su piel cetrina, siempre acechando entre lassombras,mirandoatravésdelavallametálica,encendiendounnuevocigarrillo.–¿Porquémehaelegidoamí?–preguntaEvanfinalmente.Jackmantienelamiradaenellibro.–Sabesloquesignificasentirseindefenso.Laentonaciónesdeunadeclaración,peroEvansedacuentadequeenrealidades
unapregunta.Másconcretamente,dealgoaloqueselepidequeresponda.AEvanleardelacara.Aprietaloslabios,perohaceunesfuerzoyresponde:–Sí.–Para lo que estamos a punto de emprender –dice Jack, el libro por fin
descansando sobre su regazo–, necesito a alguien que lo sepa. Que lo sienta encarnepropia.Noolvidesjamásesesentimiento.Evanharíacualquiercosaparaolvidarlo,perotienelasensatezdenodecirlo.–Nadiepuedesaberjamástuverdaderonombre–añadeJack.–Vale.–¿Cuálestuapellido?Evancontesta.–¿Tegusta?–preguntaJack.–No.–¿Quiereselegirunonuevo?–¿Comocuál?Unlargosilencio.–El apellido de soltera de mi madre era Smoak –dije Jack al fin–. Con una a
despuésdelaoyunakalfinal.¿Loquieres?Evan se da cuenta del verbo en pasado y reconoce que se trata de un regalo.
Mientrassopesaelcostedeaceptarlo,hacetodoloposiblepornomirarlafotoconmarcodelamesita.–Claro–contesta.–Usarás ese apellido solo en tu vida personal –dice Jack–.La gente con la que
trabajesjamásloconocerá.–¿Quénombremedarán?–Muchos.–Jackselevantaconunasllavesenlamanoyunaexpresiónseveraenel
rostro–.Eslahora–dice.DejanaStriderconuncuencollenodecomida,yutilizanunacamionetaenlugar
del sedán, lo que tiene sentido, ya que resulta que la mayor parte del trayectodiscurreporterrenonoasfaltado.Alcabodemediahora,giranbruscamentecolinaarriba y avanzan por una senda dando bruscas sacudidas, con las ramas de losárbolesarañandolasventanillas.Salenalaparteposteriordeungranero.Evan sigue a Jack al interior del granero, que huele a heno y estiércol. Jack
empujalapesadapuertaparacerrarlaunavezhanentrado.Solohayunalámparaque cuelga balanceándose ligeramente sobre los establos, arrojando una luzinsuficiente.Evannotaqueseleaceleraelcorazón,ymiraaJack,peroestenoledevuelvela
mirada.Se oye el crujido de unas botas al pisar heno. Un hombre fornido surge de las
sombrasconunadensabarbaquelecubreelrostrorubicundo.Empuñauncuchillocurvo.Másquesonreír,enseñalosdientes.–Hola,hijo–dice–.Estoyaquíparadarteunalecciónsobreeldolor.UnsordozumbidodemiedorecorreaEvande lospiesa lacabeza.Eldiabólico
cuchillooscilaenlarobustamanodelhombre,reflejandolaluzquesefiltraporlasrendijasdelapuerta.ElrostrocuadradodeJacksevuelvehaciaEvan.–ElPrimerMandamiento:«Nodesnadaporsupuesto»–dicebruscamente.ElbarbudohacegirarelcuchilloconmaestríayselotiendeaEvanporelmango.
Dicealgo,peroEvannodistinguelaspalabrasacausadelosfuerteslatidosdesucorazón.–Cogeelcuchillo,hijo–vuelveadecir.Evanlocogecondedostemblorosos.LuegomiraaJack.¿Yahoraqué?,piensa.–Hazteuncorteenlapalmadelamano–diceelbarbudo.Evanmiraelcuchillocurvoyluegoalhombre.–Oh,poramordeDios–diceeste,arrebatándoleelcuchillo.Aprisionalamuñeca
deEvanconsugruesamanoyluegohundelapuntadeaceroenlasuavepieldelapalma.Evansueltaunpequeñogrito.–¿Tehadolido?–preguntaelhombre.–Sí,ha...ElhombreabofeteaaEvanconfuerza.Elmuchachosetambaleahaciaatráscon
lacaraardiendo.–Yanoteduele,¿verdad?Lamano.Evansequedamirándolosinhablar.Lepitanlosoídos.–¿Teduelelamano?–Cadapalabracaelentamentecomopesadaspiedras.–No.Meduelelacara.Elhombrevuelveaenseñarlosdientes;unarajaporsonrisa.–Eldoloresrelativo.Subjetivo.Unpadrastroteduelehastaquealguientedauna
patada en los huevos. Voy a enseñarte la diferencia entre dolor físico, dolorfisiológicoydolorque«sesiente».AgarralaotramuñecadeEvanylevantaelcuchillo.Evandaunrespingo,agacha
la cabeza, y el dolor de la mano herida vuelve a cobrar vida. El cuchillo nodesciende.LosojosdelbarbudosiguenfijosenlosdeEvan.–Esperar el dolor conduce al miedo, y el miedo aumenta el dolor –explica–.
Esperar el alivio del dolor aumenta los opioides en el cerebro, hace que cese eldolor. El modo en que tu mente reacciona ante el dolor determina cuánto dolorsientesenrealidad.LavozdeJackllegahastaEvandesdealgúnpuntocercano.
–Eldoloresinevitable–dice–.Elsufrimientoesopcional.Evansesueltadeuntirón.Laotramanogoteasangre.PercibeaJackasulado,
sinhacernada,ynotaunaardientesensacióndeestarsiendotraicionado.Pero Jack sí hace algo: observa. YEvan comprende que está siendo sometido a
otra prueba como las que ha pasado antes. Comprende que su reacción serádeterminante,quesetratadelapruebamásimportantedetodas.AntesdequeEvanpuedadecirnada,elbarbudoseleadelanta.–Debes aprender a controlar los centros cerebrales que se activan cuando tu
cuerpo detecta dolor. Domina tu corteza insular, distánciate de la sensaciónconcentrándoteenlarespiración.Voyaenseñarteaocupartedeldolor,ameterloenunacaja,aponerlacajaenunestanteyaseguirconloquecoñoestéshaciendo.LagargantadeEvanemiteunruiditoaudiblealtragarsaliva.–¿Cómovaahacerlo?Labarbadelhombreseerizadenuevoalrededordeunasonrisa.–Laprácticallevaalaperfección.EvansevuelvehaciaJack,mirándoloalosojosporprimeravez,ycreepercibirun
asomo de guiño en su rostro, un leve voto de confianza. O quizás Evan se lo haimaginado.El olor a heno húmedo impregna el aire. Evan contiene la respiración en los
pulmones hasta que le arden. Luego suelta el aire. Volviéndose hacia el barbudo,extiendeelbrazoyabrelaotramano,ofreciendosupalmaprístina.–Entonces,¿aquéestáesperando?–dice.ElmóvildeMorenasonóenlaoscuridad,sacandoaEvandesuensoñación.Lo
cogiódelmuslosobreelquereposaba.Unmensajedetexto:ESTOYAQUÍFUERA.¿LATIENESPREPARADA?Respirandoelhedordelajauladelloro,Evanescribiólarespuestaconelpulgar:
ENELDORMITORIO.Instantes después le llegó la réplica del detective Chambers: BIEN. AHORA VETE.
QUIEROESTARSOLOCONELLA.Al otro lado de las cortinas de color lavanda se oyó un coche acercándose, un
pesadomodeloamericano,ajuzgarporelruidoquehacía.Sequedóalralentíunosinstantes, emitiendo el motor un grave gruñido, luego se hizo el silencio. Losruidosdelbarriovolvieronallegaraldormitorio:alguienquereíaenunodelosjardines,unanuncioquesoltabafrasesenespañolcomounametralletaenunaradioestentórea, un avión que sobrevolaba la zona. Y luego el crujido de pisadasacercándosealacasa.EvansepreguntóconquéfrecuenciahabríaoídoMorenaaquellospasosmientras
esperabaensuhabitación.Elloroestabacadavezmásinquieto.–¡No,porfa!¡No,porfa,porfa!Laspisadasconcluyeronconelsonidodeunallaveenlacerraduradelapuerta,y
luegolosgozneschirriaron.Lastablasdelsuelocrujieron.Máscerca,cadavezmáscerca.Elpicaportedelapuertadeldormitoriosemovióarribayabajo.Estabacerrada.Unavozroncallegóatravésdeladelgadapuerta.–Séqueestásasustada,Carmen,perosémuyamable.–Elrocedeunapalmasobre
lamadera–.Laprimeraveznotieneporquédoler.Sécómohacerlo.–Elpicaportevolvióamoverse–.Sécómocuidardeti.EvandejóaunladoelmóvildeMorenayempuñólapistolaquereposabasobre
elotromuslo.DelasbrumasdesusrecuerdossurgióotrodelosaforismosdeJack:«Problema
grande,balagrande,agujerogrande.»–Vamos.Tehetraídoflores.Abreydejaquetelasenseñe.Elpicaportesemovióconmásbrusquedad.Ellorograznóygraznó.Lamanode
Evansecerróentornoalacuerda.–Meestoycansandodejuegos,niña.Abre.Abrelaputapuertaahoramismoo...Suavemente,Evantiródelacuerda,quesetensóhaciendoqueelpicaportebajara
ylapuertaseabrieraconunruidosordo.LavozdeChamberssonódenuevotranquila.–Esoes.Buenachica.Lahojacrujióalabrirsehaciadentro,empujadaporunamanaza.Aparecióa la
vista un brazo cuyos músculos resaltaban bajo la manga enrollada. El rostro deChambersemergióenlaoscuridadmientrasélescudriñabalahabitaciónconojosentornados.Caraconmanchas,bienafeitada,pelomuycorto,miradadura.Chambers avanzó haciendo crujir el plástico que cubría el suelo. Su rostro se
demudó.–¿Quiéndemonioserestú?Bajólavistaysoloentoncesviolalonadesplegadabajosuspies.Cuandoalzóla
vista,suexpresiónhabíacambiado.–Oh–dijo–.Oh,no...
7
Quiénesquiénenelzoo
–¿Quieressaberloquevaaserlahostia?–preguntóTommyStojack,rodeandolamesa de trabajo y dando la última calada a un CamelWide–.Muy pronto podréimprimirteunarma,colega.Introducesunprogramayelmaterialylaimpresorateescupe un molde. Me encantará ver a esos mamones deWashington tratando deregulareso.–Sesacóelcigarrillodebajosumostachodemoteroypasólacolillapor un grifo del fregadero antes dedepositarla entre otra docena de colillas queflotabanenunajarradecervezallenadeagua.Unapavesaperdidapodríaconvertirel tallerenelcráterdeunmeteorito–.Pero,oye,nometamosmiedoalamasadeborregos,¿no?Evanlosiguióporelsombríotaller,queparecíamásbienunaguaridamedieval
con máquinas inactivas, espadas afiladas y cajas llenas de armas. El sol de LasVegassenotabaatravésdelasparedes,yelaireolíaapólvoraygrasaparaarmas.AEvanlepicabalacuchilladadelbrazoacausadelcalor.NotabaelcosquilleoenlapielqueibacicatrizandoyrepelíalostrozossecosdeSuperGlue.Tommy personalizaba armas. Especializado en investigación y desarrollo,
trabajaba para varios grupos de operaciones encubiertas autorizadas por elgobierno,aunquenuncahablabadeellodirectamente.Porsujergaysusmodales,Evan adivinaba que había aprendido el oficio en las Fuerzas Especiales de laMarina.Sehabíanconocidounossieteañosatrásatravésdeunalaberínticamarañadeconexiones,yélyelarmerodenuevededoshabíandesarrolladolentamenteunabuena relación. Resultaba difícil que surgiera la confianza sin que se produjeraningún intercambiode informaciónpersonaly, sin embargo, trasdarvueltasunoalrededordelotrocomotiburonescautelososeneltranscursodevariosencuentrossecretos,habíanacabadoporentenderse.Dealgúnmodo,mediantefrasescrípticasy referencias incisivas, sehabíanhechouna ideade laéticadecadaunoyhabíandescubiertoqueeransimilares.–Tiene sus inconvenientes, por supuesto –prosiguió Tommy–. Lo de imprimir
armas,merefiero.Problemasdecontroldelacalidad.Pero,oye,¿atiquémásteda?Túsoloaprietaselgatillo.Conquedisparenyatevale,¿no?–Guiñóunojo,yseñaló con un gesto la pegajosa cafetera que había sobre la encimera detrás de
Evan–.¿Quétalsimesirvesunatazacalienteynosponemosmanosalaobra?Tommy fabricabamuchas de las armas de Evan. Tenía acceso a armazones de
pistola de fábrica sin números de serie, por lo que podía proporcionarle armasesterilizadas,esdecir,quetécnicamentenoexistían.Pero ese día, la mañana después de haber matado a un poli corrupto, Evan
precisabadeunserviciodistinto.AlargólamanoparacogersupistoleraKydexdecadera,moldeadaconlaforma
delarma.LaWilson1911sesoltóconunclic.HizogirarlapistoladeladoyselatendióaTommy.–Necesitoquederritaselcañónyelpercutor.–Hasdisparadoplomo.–Ajá.–¿Lehadadoaalgunodelosmalos?–Auno.–YelSeñordijo:«Veladporlaequidadypracticadlajusticia.»Los nueve dedos de Tommy se movieron a la velocidad de un crupier,
desmontandolaWilsonsobresumesadetrabajo.Sepusounasgafasprotectorasdesoldador,encendióelsopleteyredujocañón,percutoryextractoraescoria.LuegomontópiezasnuevasenelarmazóndelapistoladeEvanyledevolvióelarma.–Voilà–dijo–.Vuelveaserunapistolafantasma.Igualquetú.Evan le introdujounnuevocargador,dejóque lacorredera sedesplazarahacia
delanteyfueaguardarlaensufunda,peroTommylodetuvo.–¡So,vaquero!–Señalóeltubode120centímetrosquehabíaentrelassombrasy
se utilizaba para probar armas. Estaba lleno de arena y tenía un ángulo deinclinacióndecuarentaycincogrados.Equipadoconprotectoresparaojosyoídos,Evandisparópor labocadel tubo.
Vació un cargador entero y los chasquidosmetálicos amortiguados por la arenaresonaronportodalaestancia.AsintióyvolvióconTommy,queapurósucaféy,trasabrirunalatadetabacode
mascarSkoal,semetióunbuentrozotrasellabioinferior.Evanhabíaconocidoamuchos hombres con hábitos extravagantes, pero aún no había visto a nadie quesaltaradeunestimulanteaotroconlafacilidadyelentusiasmodeTommy.–Séqueprefieresquemarpólvora,perosialgunaveztienesquepeleartancerca
que le huelas el mal aliento... –Tommy agarró una recia navaja de su mesa detrabajo y se la tendió a Evan–. Acabo de recibirlas. Seguro que te va bienmodernizarte.Evandesplególahoja.AceroS30Vtratadotérmicamente,empuñaduradetitanioy
G-10,puntaplanaparaperforarchalecosantibalas.Eraunmodelode lasFuerzasEspecialesdelaMarina,fabricadoporStrider.AEvannoseledabamallaesgrima
con arma blanca, pero no era un experto. Cualquier adversario que dominararealmente aquella forma de lucha filipina podría cortarlo en pedacitos. Por esosiemprellevabapistolaenlaspeleasacuchillo.–Gracias–dijo.–SéquetegustanlasStrider.–Tuveunperroconesenombre.–Noteimaginosiendoniño–repusoTommy.–Vallablanca,manzano,pelotadebéisbolinfantil.Conunasonrisadesuficiencia,Tommysedejócaerenunasilla,haciéndolarodar
sobreelresbaladizosuelodehormigón,hastaquesedetuvocercadeloqueparecíaunviejomorterode infantería.Deunacajademaderasacóunproyectildecolorverdemilitar,gruesocomosuantebrazo.–¿Quétalsivamosaldesiertoyjugamosadardosdemayores?–Tentador–dijoEvan–.Perotengoqueregresar.–Vale.Unoscuantosbilletesenmibolsilloypodrásdarteelpiro.Evanleentregóunfajodobladodebilletesdeciendólares,yTommyloarrojó
sobrelamesadetrabajosincontarlos.Evansedirigióalapesadapuertametálica.Cuandoestabacerca,sintióelimpulsodeagacharseparacomprobarquelacámaradeseguridadcolocadajuntoalmarcoestabarealmentedesconectada,comohabíanacordado.Loestaba.LanzóunamiradadedisculpaaTommy.Tommyalzólavista,cogidoinfragantimientrascontabalosbilletes.Amboshombressonrieronavergonzados.–Mejor asegurarse, ¿eh, hermano? –Tommy escupió un trozo de tabaco y se
metióelfajoenelbolsillodelacamisa–.Nuncasesabequiénesquiénenelzoo.
8
Intacta
Elolordelaparrillasemezclabaconeldelosgasesdetubodeescape,haciendomás denso el aire en torno a las astilladasmesas de picnic dispuestas sin graciafrente al Benny’s Burgers. En el interior, había clientes esparcidos por losreservadosylasmesasparados,peroelmortíferocalordeLosÁngelesdisuadíaacualquieradecomerfuera,eneldeterioradocuadradodehormigónquepasabaporterraza.Evan se sentó en el banco de una mesa de cara al restaurante. A través de las
ventanasobservóaunaniñasentadasolaenelreservadodeunrincón,coloreandoconceras,asomandolalenguaenunamuestradeconcentración.Evanpensóenlojovenqueeraenrealidadunaniñadeonceaños.Instantesdespués,Morena salió reculandopor las puertasbatientesde la cocina
conplatosexpertamentecolocadosenlosantebrazos.Sirviólosplatos,comprobócómoestabasuhermanapequeñayluegoatendióotrasmesas.Alcabodeunrato,salióalaterraza,entornandolosojosparaprotegersedelsol,ydejócaerdelantedeEvanunmenúplastificadoymanchadodekétchup.–¿Quierepedir?–Depronto,reconociólacaradeEvanydiounrespingo.–Respira.Sonríe–dijoél–.Asienteconlacabezacomosiacabaradepreguntarte
algo.Morenalohizoconescasoconvencimiento.–¿Esseguroahora?–preguntó.–Sí.Evannosehabíadadocuentadelotensaqueestabaellahastaquesushombrosse
relajaron y ganaron en anchura.Morena bajó el bloc y el bolígrafo, y él vio lacicatriz roja en el brazo por la quemadura del cañón al rojo de la pistola deldetectiveChambers.–¿Podemosvolver?–preguntóella–.¿Recogernuestrascosas?EvanlehabíadichoquesefueraconCarmenacasadealgunaamigahastaqueél
volvieraaponerseencontacto.Solohabíapasadounanoche,peroenelrostrodeMorenaveíaqueparaellahabíasidounaeternidad.–Sí–respondió.
–¿PuedeustedocuparsedePokey?Erademimamá.Tardóunmomentoencomprender.Elloro.–Algosemeocurrirá–dijo.–¿Quéhapasadoconél?Evanseencogiódehombros.Fueungestoleve,peroellaloentendió.–¿Ysicreenquelohiceyo?–Tenía muchos enemigos –respondió Evan, pero ella no pareció convencida–.
Cuandoaparezca–añadió–,quedaráclaroqueningunachicadediecisieteañospudohaberlohecho.Su visión periférica captó el rostro deCarmen a través del cristal, pasandodel
perfilalavistafrontal.Volviólavistahaciaellay,enefecto,Carmenhabíadejadodecolorearparaobservarlo.Debiódenotarsumirada,igualqueélhabíanotadolasuya,porquerápidamentevolvióasusceras.Evancogióelmenúyfingiórepasarlo.–Ahora tengoque irme–dijoaMorena–.Hedepreguntarteunacosa.Solouna.
Asíqueescúchameatentamente,porfavor.–Vale.Loquesea.–Morenavolvióacontenerelaliento.–Encuentraaalguienquemenecesite.Daleminúmero:1-855-2-NOWHERE.–Lorecuerdo.Claroquelorecuerdo.–Noimportael tiempoquetardes.Importaqueencuentresaalguienentanmala
situacióncomoestabaistuhermanaytú.Alguiendesesperado,sinsalida.Háblaledemí.Dilequecontestarésullamada.Morenareflexionóunmomento.–¿Esoestodo?–Esoestodo.–¿Nohaynadaquepagar?–No.Ellalomiróconincredulidad.Siempreeraasí.YEvansabíaqueellaseaplicaría
a la tarea y haría honor al compromiso, como todos los anteriores a ella. Evanjamás se había puesto en contacto con ninguno de ellos una vez completada sumisión,ysinembargolasiguientellamadasiempresehabíaproducido.–Vale.Osea,loharéencantada,créame,pero...–Bajólavistaaloscordonessin
atardesuszapatillasdeimitación.–¿Qué?–¿Porquénobuscaustedmismoamásgente?–Si la buscara yo, encontraría siempre almismo tipo de personas en elmismo
tipodesituaciones.¿Entiendes?ElrostrodeMorenapermanecióinexpresivo,conlascejasdepiladasarqueadase
inmóviles.
–Cuandolasbuscanotros–dijoEvan,probandodenuevo–,encuentranpersonasquenecesitanmiayudaalasquequizáyonoencontraría.–¿Porquevamosasitiosdistintos?¿Congentedistinta?–Sí.Yporquehasexperimentadocosasqueyonohevivido.Loquesignificaque
vescosasqueyonoveo.–Dejóelmenúsobrelamesa–.Asíquenecesitotuayudacomotúnecesitabaslamía.Loquenoañadió fuequeel actodeayudar en símismo fortalecía, era incluso
curativo.EvanqueríaqueMorenatuvieraalgoquehacer,queseconcentraraenunatarea importante. Tendría que buscar y evaluar y finalmente intervenir para darleuna oportunidad a alguienmaltratado e indefenso.Y cuando completara su tarea,cuando entregara aquel número imposible de rastrear, ella se encontraría al otroladodelaecuación,yanoseríaunavíctima,sinounalíder.Lacuracióntotaleraunmito,peroesatareapodríaayudarlaasubirelsiguiente
peldañodelaescalera.–Entonces encontraré a alguien –dijo ella–. Lo haré deprisa.Quiero dejar todo
estoatráslomásrápidoposible.Noseofenda.–Notepreocupes.Hazlorápido,perohazlobien.–Descuide.–Daleminúmerosoloaunapersona.¿Comprendes?Solouna.Luegoolvidael
númeroparasiempre.Estoesunserviciodeunavez,nounalíneadeayuda.Ellasemordióellabioinferior.–Entonces,¿yaestá?–No del todo. Tu padre biológico. Tenías razón.Murió hace unos años. Tenía
algunosbienes,sinreclamar.Unacuentacorrientecon37.950dólares.Tútambiénerestitulardelacuenta.–No,nolosoy.–Ahorasí.Morenasemetióelbolígrafodetrásde laoreja,dejócaerelblocenelbolsillo
deldelantalysoltóunresoplidodeincredulidad.–¿Cómo?Evansonrió.–Elbancoenviaráunatarjetaatunombrealadireccióndetutía.Tupadretenía
un puesto sindical que incluía un pequeño seguro de vida. Un pago único decincuentadelosgrandes,quenadiehareclamado.Ahoratúereslabeneficiaria.Conesopodrásempezardenuevo.Dentrodedosmesescumpliráslosdieciocho.Puedespedirlaemancipaciónoquedarteencasadetutíahastaentonces.Hasrecuperadotuvida.–Evansepusoenpieyseapartódelamesa–.Ahorasíhemosterminado.Evanpercibiódenuevounmovimientoalotro ladodelcristalyalmirarvioa
Carmenmirándolos.
–Hascuidadobiendetuhermana–dijo–.Deberíasestarorgullosadetimisma.LosojosdeMorenasehumedecieron.Pestañeóvariasvecesrápidamenteysaludó
asuhermanabrevementeconlamano.Carmenalzólamanoparadevolverleelsaludo,dejandoverlapielintactadela
carainteriordelbrazo.Cuando Evan se alejó, Morena se quedó con los nudillos contra los labios,
tratandoderecobrarlacompostura.Nolehabíadadolasgracias.Nohacíafalta.
Latardedeldíasiguiente,mientrashacía larondadesuspisosfrancos,EvansepasóporBoyleHeightsydiounavueltaalrededorde lamanzanadeMorena.Lasjóvenesmadres estaban allí, en el jardín del otro lado de la calle,moviendo loscochecitosmientrasfumaban.AparcóunacallemásalláyllegóacasadeMorenaporlapartedeatrás.Lassillasde jardíny loscolchonesdeldormitorioseguíanallí,pero laropade
camahabíadesaparecidoyelarmarioestabavacío.LapecerasuciaseguíateniendosupegatinadeElmo.Evanmiródetrásde lapuertayvioquelaschicassehabíanllevadolatrompeta,loqueleprodujouninesperadodestellodefelicidad.–¿Zanahoria?–graznóelloro–.¿Porfa,porfa?¡No,porfa!¿Zanahoria?Se coló en la habitación vacía e hizo una llamada anónima a la Protectora de
Animalesparapedirlesqueenviaranaalguienaaquelladirección.Luegofuea lasala y se dirigió al diminuto huecode la cocina.Lohabían limpiadoy ordenadotodo.Enlaencimerahabíaunabolsamediollenadealpistesobreunanotaescritaamano,querezaba:«Notengodineroparaelalquilerdeestemes.Nosécuándolotendré.Losiento.Esperoqueloentienda.»Evancontemplólanotaunmomento,luegolaarrugóydejóenlaencimeraseis
billetesdeciendólares.Diodecomeralloroantesdemarcharse.
9
Unmalditosanto
ElcubitodehieloquemabalayemadelosdedosdeEvancuandogiróelgrifodeladuchayentróenlaBóvedapor lapuertasecreta.Sedirigióa lamesademetallaminadaydejóelcubitosuavementeentrelashojasdeladiminutaplantadealoevera.Veraparecióagradecérselo.SemetióelRoamZonenegroenelbolsillo,aunquenoibaasonarpronto.Solo
hacíacincodíasquelehabíadescerrajadotresbalasaldetectiveWilliamChambers.MorenaAguilar tardaría un tiempo en encontrar al siguiente cliente. El intervalomás corto entre el final de unamisión y la siguiente llamada había sido de dosmeses.EralaocasióndeEvanparadescansarbrevementeyrelajarse.PensóenirencochehastaWally’sWine&Spirits,enWestwoodBoulevard,para
comprarunabotelladevodkaKauffmanLuxuryVintage.Destiladocatorcevecesyfiltradootrasdos,unaconcarbóndeabedulylaotraconarenadecuarzo,sehacíaconel trigodeunaúnicacosechaanual, loque loconvertía enunode lospocosvodkasdecosechaconcreta,comoelvinooelcava.Elprecioeraquizásexcesivo,peroellicoreraelmáspuroylímpidoquehabíaprobadoensuvida.Sepusounsuéter,cogiólasllavesybajóenelascensor.Inevitablementeestese
detuvo en la sexta planta y Evan olió el perfume floral antes incluso de que laspuertassesepararanparaqueentraralaseñoraRosenbaum.Evan se preparó para oír nuevas historias sobre su amado Herb, que en paz
descanse,peroIdaselimitóalanzarleunamiradacáusticaporencimadesusgafasrosayaanunciar:–TengoentendidoqueúltimamentesaleaescondidasdecasadeMiaHallahoras
intempestivas.ElhonorablePatJohnsondel12F,actuandoconmuypocahonorabilidad,debíade
haberesparcidoelrumor.Evan imaginó la esbelta botella en forma de pera del vodka Kauffman, su
recompensa si lograba superar aquel trayecto en ascensor y el tráfico de la horapuntadelatarde.–No,señora.Ellaresopló.
–Ya tenemos bastantes problemas por aquí, con esa pudrición por hongos nadamenos.¿Selopuedecreer?¡AquíenCastleHeights!Todoelmarcodelapuertademiapartamentoseestácayendoapedazos.Diezquejasendosmeses,¿ycreequeeseinútildeencargadohahechoalgoalrespecto?–No,señora.–Bueno,puesmihijovaavenirporvacacionesconsumujerymisdospreciosos
nietos.Yhadichoque sinomehanarreglado lapuertaparaentonces, loharáélmismo. ¿Se lo imagina?Un socio principal de una importante firma contable deNewBrunswick¿haciendodecarpinteroparamí?Por suerte para Evan, llegaron al vestíbulo, y cuando Ida se detuvo junto a su
buzón, él se escabulló por la escalera del aparcamiento. Acababa de rodear lacolumnaqueocultabasucamionetaalavista,cuandounavozlollamóasuespalda.–¡Espere!¡Evan!ÉlsediolavueltayvioaMiacorriendotrabajosamentehaciaélconsuszapatos
detacónmedio,vestidaaúnconlaropadeltrabajo.Sedetuvoysemiróloszapatos.–A la mierda –musitó, se los quitó de un tirón y siguió corriendo hacia él
descalza,conmedias–.Perdone,séqueestoesunpocoraro,pero¿puedeprestarmesucamioneta?Evansequedómudodeasombro.–Esamujerdel3BmehabloqueadoconsuestúpidoRangeRover.Bethnoséqué.–¿PamelaYates?–Eso.Loquesea.LasBethsy lasPamelasson todas iguales.Todoelmundo lo
sabe.–MiallegóalaalturadeEvanymedioresbalóconunpieenunamanchadeaceite–.Tengoque irabuscaraPeteracasademihermanoenTarzana.Nohacemás que ir de acá para allá, ya lo sé, pero el niño no pasamucho tiempo con...bueno, conmodelos de conductamasculinos.Vaya, qué frase tan anticuada. Perousted yame entiende. Solo he venido a casa para dejar unos expedientes y salircorriendo,yahora...fíjese.–AgitóunbrazoparaseñalarelSUVquearrinconabaasuAcura–.NoencuentroaBethporningunaparte.–SoloentoncespareciófijarseenlasllavesqueEvanllevabaenlamano–.Oh.¿Noviene,seva?¿Adónde?Élparpadeóunavez,dos.–Acomprarvodka.–¿Eso se considera una salida?Qué vida.Mire, ¿podría por favor prestarme la
camionetaparairarecogeramihijo?Deregresolecompraréelvodka.¿Cuállegusta?¿Absolut?¿Smirnoff?Élselaquedómirando.ElmóvildeMiasonóconlamelodíadeSnoopy.Ellaseapresuróacontestar.–Yavoy,Walter.Estoydecamino.–Colgó–.Venga–suplicóaEvan–,leprometo
quenomeestrellaré.Ysilohago,mellevaréajuicioamímisma.–Noprestonuncamicamioneta.–¿Porqué?¿Tienecocaínaescondidaenelhuecodelasruedas?Evan miró la puerta que conducía al vestíbulo, deseando que Pamela Yates
aparecieraporallímilagrosamente,perolapuertapermaneciótercamentecerrada.–Vamos–dijoella–.Escasiunaemergencia.Evanesbozóunasonrisaforzada.–Yalallevoyo.
–Oh,mierda–exclamóMia.Elpiesuciodeaceitehabíamanchadolainmaculadaesterilladelladodelpasajero
delacamioneta.Evanintentóevaluarlosdañossinresultardemasiadoobvio.–Nopasanada–dijo.Sinembargo,Mianomirabaelpie,sinoelmóvil.–Tengo una llamada perdida del trabajo. –Utilizó lamarcación rápidamientras
indicaba a Evan que se metiera por la 405, que estaba tan atestada como unaparcamiento.Conducirenmediodeltráfico.HastaTarzana.Pararecogeraunniño.Lascosasnohacíanmásquemejorar.Asulado,Miahablabaporelmóvilcontonosevero.–Aquí lafiscaldedistritoMiaHall.Necesitoesainformacióninmediatamente.–
Colgó, se reclinó en el asiento y suspiró–.Gracias.De verdad.Me ha salvado lavida.Miapulsóvariasveceselbotónparabajarlaventanilla,ynoocurriónada.–¿Porquénobaja?–preguntó.Porque no había sitio para el cristal después de que Evan hubiera colocado
blindajedeKevlardentrodelpaneldelapuerta.Lasventanillasensíerandevidriolaminadodeseguridad.LacamionetaFordF-150teníalasuspensiónreforzadaparacompensar el peso añadido y, como vehículo estrella en EstadosUnidos durantedécadas,teníalaventajaañadidadepasardesapercibidaprácticamenteencualquierparte. Además, Evan había realizado otras modificaciones, como desactivar elbloqueodeseguridaddelaspuertas,quitarlosairbagseinutilizarlossensoresdelosparachoquesquecortanlaelectricidadquellegaalabombadegasolinaencasode colisión. Para salvaguardar el radiador y el intercambiador térmico, que eranvulnerables,habíaañadidounprotectordelantero.Siunaruedapinchabaorecibíaun disparo, los neumáticos eran antipinchazos y se sellaban por sí solos con uncompuesto adhesivo especial distribuido internamente en cada rotación, y si estofallaba, había incluso un «segundo neumático» oculto en el núcleo. En la parteposterior,laplataformaestabaocupadaporcajasfuertesplanasyrectangularesque
proporcionabanunespaciodealmacenamientoseguroypasabandesapercibidasalsermásbajasquelapuertatrasera.AligualqueEvan,elvehículoestabapreparadoparadiversascontingenciasextremassinllamarjamáslaatención.Miavolvióapulsarelbotóndelaventanilla.–¿Ybien?–Estároto–contestóél.–Ah.–LamiradadeMiaseposóenlamangadelsuéterdeEvan–.¿Ylamancha?
¿Ladelasemanapasada?Evan tardó un momento en comprender que hablaba de la sangre que había
empapadoelsuétercuandoibanenelatestadoascensor.¿Quépodíacontestar?¿Queteníaunadocenadejerséisnegrossiempreamano?–Lalimpié.–Que ha limpiado una mancha de zumo de uvas, dice. –Mia lo miró con
escepticismo, y luego se arrellanó en su asiento, percatándose por fin del densotráfico–.Vaya–dijo–.¿PorquénohaidoporSepulveda?
Evanaguardabaaparcadofrenteaunapequeñacasaconexteriordetablillas,conel motor encendido. Por finMia salió de la vivienda de su hermano seguida dePeter, al que aún se le notaban las calvas a los lados por el incidente de la cintaadhesiva.Lamochilaque llevaba era casi tangrande comoél ybotaba sobre sushombros amenazando con derribarlo. Cuando Mia le ayudaba a meterse en elreducido asiento posterior de la camioneta, sonó su iPhone con la tonada deTiburón.Miamirólapantallaconelceñofruncido,yluegoloagitóendirecciónaEvan.–Losiento.Eslallamadaqueesperaba.Confidencial.–Laverdadesqueyotengoque...–Comprarvodka,losé.¿Mepermiteunsegundo?Antesdequeélpudieraresponder,ellayasehabíaalejado.Silencioenelasientoposterior.EvanmiróaMia,quesepaseabaporeljardínya
parduzco de su hermano, con el móvil pegado a la oreja, gesticulandoprofusamente.Nodabalaimpresióndequelallamadafueraaacabarsepronto.TuvoqueladearelespejoretrovisorparaveraPeter.Carraspeó.–Tumamátienesiempremuchotrabajo,¿eh?–Sí.Encierraaasesinosyeso.Hayuntipo,¿sabes?Disparóaalguien.¿Cómose
puededispararaalguien?–Dosvecesenelpecho,unavezenlacabezasillevanchalecoantibalas.Petertragósaliva.–Queríadecirquecómoalguienpuedemataraalguien.«Oh.»
–Conpráctica.Muchapráctica,imagino.–Noentiendoalagentequehacedañoaotragente.–Petersesujetóelbrazocon
cautela,ylamangadelacamisasedeslizóhaciaarriba,dejandoaldescubiertounmoretónenelbíceps.Evanpensóenlasheridasdelniñolasúltimasvecesquelohabíavisto,elrasguño
delafrente,elcododespellejado,ysumódosydos.Sevolvióhaciaatrásyseñalóelmoretónconunainclinacióndelabarbilla.–Esonoesdejugarabaloncesto,¿verdad?Losgrandesojosnegrosdelniñoloobservaron,formándoseunaopinióndeél.
Luegonegóconlacabeza.–HasidoJoshHarlow–explicóconvozáspera–.Unodequinto.¿Quésesupone
quedebohacer?–Daleenlarodilla.–¿Enserio?–Siesmásalto,sí.Peroeraunabroma.Lodequeledes,quierodecir.–Oh.Entonces,¿quédebohacer?–Nolosé.Pregúntaseloatumadre.–Ya,claro.Miaseencontrabaalotroladodelacalle,deespaldasaellos,agitandoundedoen
el aire, sumida en el conflicto en que parecía haberse convertido la llamada detrabajo.Evan tamborileó sobre el volantemostrando su impaciencia.SepreguntódóndeestaríanMorenayCarmenenaquelprecisoinstante.Decaminoacasadesutía,oquizáyahabían llegadoallí.Asalvo.Pensóenelmodo en que el brazo deChambers se había levantado bruscamente al caer él sobre la lona de plástico,iluminada su expresión por la rápida sucesión de destellos de los tres disparos:sorpresa,luegomiedo,luegolaterriblecomprensióndeloqueestabaocurriendo.Peterhabíadichoalgo.Evanalzólavistahaciaelretrovisor.–¿Qué?–Cada vez que se mete conmigo, pienso que voy a hacer algo. Que voy a
defenderme.Peronuncalohago.Evan sintió un hormigueo, el ansia de cambiar de conversación, aquella casa,
Tarzana,volverasucasa,asucocinaimpoluta,yagitarunMartinienlacocteleracon tanta fuerza que al verterlo dejara una película de cristales de hielo sobre lasuperficie.Peterhacíarebotarlostalonesapáticamenteenelasiento,emitiendounsonidosordoydescorazonador.Evanmiróalniñoynotóunapunzadaenelpecho.Respiróhondo.–¿Sabescuálessonlastresmejorespalabrasquehayenelmundo?Petervolviólavistahaciaél.
–«La próxima vez» –dijo Evan–. Todo puede cambiar. Y no solo para mejor,¿entiendes?PuedesganarlaloteríaoqueteatropelleunAPC.–¿QuéesunAPC?–Untransporteblindadodetropas.–Ah.–Pero lo importante es que «la próxima vez» significa que elmundo entero se
abreanteti.«Lapróximavez»esunaposibilidad.«Lapróximavez»eslalibertad.Mia abrió la puerta del copiloto, subió al vehículo y dio un golpecito de
impacienciasobreelsalpicadero.–¿Listoparairnos?
PeterdormíaenbrazosdeMia,queintentabasalirdelascensorconélacuestasyllegarhastasuapartamento.Cuandollegaronalapuerta,MialadeólacaderahaciaEvan.–Lasllavesestánenmibolso–ledijoenvozbaja–.Deprisa.Deprisa.Unbolsodemujer, llenode objetos íntimos.Evanvaciló unmomento antes de
sumergirlamanoenterritorioextraño.–No; en el bolsillo lateral. El otro bolsillo lateral. No, esas son las llaves del
trabajo.Sí,esas.Estupendo.Muyamable.Encuantolallavegiróenlacerradura,Miasediomediavueltaparaentrardando
unempujónalapuerta,dejandolasllavescolgandodelacerradura.Evanlassacóyentródetrásparadejarlasenalgúnsitio.–Lo siento –susurró ella con voz ronca por encima del hombro–. Pase un
momento.Ah,peronouseese cuartodebaño.–Señaló lapuertadel aseoconunmovimientodelabarbilla–.Resultaquelaplastilinanosevaporelváter.MiadesaparecióeneldormitoriodePeter,dejandoaEvandepieenlasala.Evan
dejólasllavesydiomediavueltaparamarcharsesilenciosamente,peroentoncessefijóenunpósitpegadojuntoalteléfonodepared.EraunadelasnotasmanuscritasdeMiadeaquellibroquehabíamencionado:«Dedícatealoqueesimportante,noaloqueesconveniente.»QuédiferenteseranaquellasreglasdelosMandamientosporlosqueélseregía.
Escritosconletrafemenina,pegadosenparedesyneveras.¿QuéhabíadichoMia?«Da mucho trabajo educar a un ser humano.» Reflexionó sobre aquellas vidasalternativas que vivían según un código distinto, un camino que jamás habíatomado, que jamás se había iluminado. Leyó el pósit de nuevo y se dijo: «Quédemonios.»Enlugardemarcharsesindecirnada,sesentóenelsofá,esperandoenelsilencio
delapartamento.Unosminutosmástarde,MiasaliódelahabitacióndePeter,estirandolaespalda.
–Madremía.Tengoqueimpedirqueesteniñosigacreciendo.Mia pasó por la cocina y se dirigió al sofá con dos copas de vino, una de las
cualestendióaEvan.Luegosesentóenloscojinesjuntoaél.–Esunchicomuybueno,graciasaDios.–Tomóunsorboyfruncióloslabios.Evanpercibióqueteníaalgomásquedecir,demodoquesiguiócallado.–Mimaridoyyonopodíamostenerhijos,asíqueloadoptamosunañodespués
decasarnos.–Seinclinóparadejarlacopaenlamesita,ysufaldasedeslizóunoscentímetrosporencimadelasrodillas–.Acabábamosdecomprarestacasacuando...–Serecogió losrizosen lanucaycon lagomaque llevabaen lamuñecasehizouna coleta–.Cáncer de páncreas.No era así como se suponía que iba a acabar lahistoria,¿sabe?–Sediounaspalmadasenlasrodillas–.Peroasíescomoacabó.En laparedopuestahabíauna luznocturnadeemergencia juntoal sueloque la
iluminabadesdeatrás,difuminandosudensamelenacastaña, tiñendolevementeelcontorno. Evan percibió la delicada curva de la base del cuello, la marca denacimientoqueteníaenlasien,elmodoenquesejuntabansuslabioscarnosos.SehabíafijadoenmuchosaspectosdeMiaenotrasocasiones,peronuncaenesos.–¿Searrepiente?–¿Dehabermecasado?Jamás.–Fruncióloslabiosengestopensativo–.Lediréde
quémearrepiento.Node lasdiscusiones,porque todoelmundonecesitadiscutir,sino de las discusiones estúpidas. Quiero decir, «¿has adoptado un tonocondescendienteconmigodurantelacena?»«¿Notedijequeapuntarasaquelloenelcalendario?»Delamaneraestúpidaenqueunacosallevabaalaotra.Yluegotodoundíapara romperelhielo.Tanto tiempodesperdiciado...–Meneó lacabeza,y laluzarrancóreflejosdesuscabellos–.Nomemalinterprete.Fueunmatrimonioreal,conproblemas reales,por supuesto,peronosqueríamos.Oh,cómo lequería.Untíopuedequerer amillonesdemujeres.Perounhombre, unhombre, unhombreamaaunamujerdeunmillóndemaneras.–Alargólamanoparacogerlacopadevino–. Dios, pero ¿qué digo? Habría sido mucho más fácil si simplemente mehubieraabandonado.Sisehubierafugadoconalgunasecretaria.–¿Aúnhaceesascosaslagente?–No creo. –Dio otro sorbo–. Pero ¿morirse? –Mia sacudió la cabeza–. Es una
tortura, porque nunca ha muerto del todo en realidad. Es un mártir. Un malditosanto.Enmimenteesperfecto.–Tienesuerte–dijoEvan.Mia lo miró a los ojos por primera vez desde que se había sentado. El aire
acondicionadolesrefrescabalanuca,yunaluzzumbabaenlacocina,ymáslejosEvanoíaelascensorponiéndoseenmovimiento.–Dios –dijo ella–.Noparo de hablar. Supongoque eso es lo que hace la gente
cuandoestáconusted.Llenarelsilencio.La mirada de Evan había descendido ligeramente hacia los labios de Mia, y
percibíaqueellatambiénlemirabalossuyos.UnzumbidosurgiódelbolsillodeEvan,tanfueradelugarquealprincipioélno
sediocuentadeloqueera.Elteléfononegro.Sonando.Cinco días después de completar su últimamisión.Morena le había dicho que
queríamoversedeprisa,peroerademasiadopronto.Solopodíasignificarunacosa.Algonoibabien.El teléfono nunca había sonado en presencia de otra persona. Él no era muy
sociable,ylasllamadaseranescasas.Se dio cuenta de que se había puesto rígido en el sofá, sentado al lado deMia.
SacóelRoamZonedelbolsilloysepusoenpie.–Losiento–dijo–.Tengoqueirme.Yasehabíavueltohacialapuertacuandosepercató,aposteriori,delaexpresión
dolidadeMia.Respondióalmóvilunavezenelrellano.–¿Necesitamiayuda?–Dios,sí,porfavor.–Unavozfemenina–.Vanamatarme.
10
Intrigadenovelademisterio
Evan sintió una punzada de desconfianza. Advirtió que apretaba el móvil confuerzacontralamejillayrelajólamano.–¿Dóndehaconseguidoestenúmero?–Por una chica. Una chica hispana. –La mujer respiraba ruidosamente,
provocandoráfagasderuidoestáticoenlalínea–.¿EsustedelHombredeNingunaParte?¿Deverdad?Paramantenerlaseñal,Evansubióporlaescaleradelnoreste,conprisaperocon
pasoleveparamantenerlavozfirme.–¿Cómosellamaesachica?–No lo recuerdo. Espere, Miranda algo. No... Morena. No quiso decirme su
apellido.–¿Quéaspectotenía?–Pelorecogidoatrás.Flaca.Cejasdepiladas.–¿Algunamarcaenlosbrazos?–Unacicatriz,deunavacuna,quizás.Evansetranquilizóunpoco.RecordabalaspalabrasdeMorena:«Loharédeprisa.
Quierodejartodoestoatráslomásrápidoposible.»Peroaunasí...–¿Cómosellamausted?–preguntó.–No quiero darle mi nombre. Los tipos que me persiguen van muy en serio.
¿Cómoséquenoestáconellos?¿Oconesachicaquemeenvió?Podríaserunaestratagema.–Hablabaprecipitadamente,atropellándose.–¿Quéquierehacerentonces?–Nolosé.Nolosé.Dios,¿cómodemonioshellegadohastaaquí?Evansubióunostramosmás,manteniendoelmóvilpegadoalaoreja,guardando
silencioparaqueellalollenara,parasonsacarla.Dadassussospechas,queríamásdatos: un cambio de tono, ruido de fondo, una cadencia que sugiriera que suspalabraseranensayadas.Denoserporqueoíasurápidarespiración,habríacreídoquelehabíacolgado.Llegóaláticoyavanzórápidamenteporelrellanoendirecciónasupuerta.–Pues encontrémonos en algún sitio público, supongo –dijo ella–. Donde no
puedahacermenada.–Público.–Sí.Algocomounrestaurantellenodegente.¿Oiga?¿Sigueahí?Evanentróensuapartamentoyapoyólaespaldaenlapuertacerrada.–Laescucho.–EnlaBottegaLouie.Enelcentro.Mañanaamediodía.Llevarégafasdesolcon
lentesámbar,dentrotambién.ColgóantesdequeEvanpudieraresponder.
Nolegustónadatodoaquello.No le gustaba no saber el nombre del cliente. No le gustaba que ella hubiera
elegidoel lugarde lacita.Nolegustabaaquella intrigadenovelademisterio, lobastanteelaboradacomoparaqueparecieraunatrampa.Pero¿enserioalguienquepretendiera acabar con él utilizarían un ardid tan trillado? Era una maniobracopiadade infinidaddepelículasdeHollywood, loque indicaba inexperiencia.Oquizáseramás retorcidoypretendía«parecer» torpeparapillarlocon laguardiabaja.Evanhabíaelevadosuhabitualniveldeprecaución,cambiandolacamionetapor
unChryslerblancoqueteníaguardadoenelpisofrancocercanoalaeropuerto.Seencontraba ahora al volante del discreto turismo, en la cuarta planta delaparcamiento al aire libre.Utilizaba prismáticosmilitares para vigilar laBottegaLouie,elpuntodeencuentrosituadoalotroladodelacalle,enWestSeventh.La mujer quería un lugar público y atestado, y desde luego aquella exclusiva
pasteleríaloera.Clientesconinformalesatuendosparairatrabajarabarrotabanlosnovecientosmetroscuadradosdesuelodemármolqueseextendíandesdelabarrabarrocahastaelhornode ladrillo.Otrosaguardaban juntoa losmostradoresqueservían para llevar cerca de la puerta, profiriendo exclamaciones sobre lassuntuosashilerasdemostachones.Unamujerquellevabagafasdesolámbarbebíaaguaenunamesajuntoaunode
los ventanales de la pastelería. Evan había probado en tres niveles distintos delaparcamientohastadarconelánguloadecuadoparaunfrancotirador,yallíestaba.Obienlamujernoteníanocionestácticas,oseestabaofreciendocomocebo.Parecía cerca de los cuarenta y era realmente atractiva, aunque resultaba difícil
verle bien la cara tras aquellas enormes gafas. Se había recogido los lustrososcabellos negros, teñidos, justo por debajo de la coronilla, como una cortina queterminaba en forma redondeada a la altura de la nuca. El pintalabios carmíncontrastaba vivamente con su piel de porcelana. En la muñeca derecha llevabavarias pulseras hechas de tiras de cuero, cuentas y vistosos trenzados. Sus uñas,pintadasdeunintensotonoberenjena,tamborileabannerviosamentesobrelamesa.
Elflequilloaltoydesigualdisipabalaimagendehípster.Evanincrementólosaumentosparaenfocardirectamenteuntatuajequelamujer
tenía detrás de la oreja. Era una miniconstelación de tres estrellas con unadisposición asimétrica extrañamente agradable. Evan repasó su base de datosmental,perono recordóningúnsímbolomilitarodebandasquecoincidiera.Asípues,noeramásqueotrotoquepersonal.Ellenguajecorporaldelamujereratensoyreservado,conlosbrazoscruzados,
de espaldas al bullicio de la pastelería. Bajo la mesa, una rodilla no dejaba demoversearribayabajo.Obienestabanerviosa,oeraunaexcelenteactriz.Evanconsultósurelojdebolsilloyluegomarcóunnúmeroenelmóvil.Laencargadacontestótraselsegundotono.–BottegaLouie.–¿PodríahablarconFernandoJuárez,porfavor?–¿FernandoJuárez?¿Quiénes?–Uno de los empleados que trabajan ahí. Se trata de un asunto importante
relacionadoconsudevolucióndeHacienda.–Ah.Deacuerdo.Espereunmomento.Atravésdelretículomilimetradodelosprismáticos,Evanobservóalaencargada
rodear lasmesas hasta la barra para hablar con el barman.Luego su atención sedesvióhaciaunhombrequeapilababotellas.Elmismohombresehabíatomadoundescanso para fumar en el callejón antes del primer turno, dando a Evan laoportunidad de acercarse con una nota doblada y un billete de cien dólaresnuevecito.LaencargadaletendióaFernandoJuárezelteléfonoinalámbrico.Observándolo,
Evanviolabocadelhombremoverseantesinclusodequesuvozlellegaraporelmóvil.–¿Sí?–Repitaconmigo:«Sí,deacuerdo.Meocuparédeellocuandollegueacasa.»–Sí,deacuerdo.Meocuparédeellocuandollegueacasa.–¿Recuerdanuestrotrato?–Sí.–Estásentadaenlamesaveintiuno.Ahoraeselmomento.–Gracias.Fernandocolgó.Terminócon lasbotellas, limpió labarra, luegoseacercóa la
mujerdelasgafasdesolyleentrególanota.Evanviocómoellaladesdoblaba.Lanota le indicabaquesalieradel restauranteysedirigieraalquioscodelotro
ladodelacalle.Mientrasleíalasinstrucciones,lamujerseencorvócomoasaltadaporunasúbita
paranoia. Sus lacios cabellos le azotaron las mejillas cuando volvió la cabeza aderecha e izquierda, mirando en torno al local, examinando a los clientes. Evanobservó su rostro. Estaba asustada. Bebió un trago de agua para tranquilizarse,luegorecogiósuscosasysalióapresuradamente.EltráficoeradensoenGrandAvenue,unadelasvíasprincipalesdelcentrodela
ciudad,ylamujertuvoqueesperarparapodercruzaralotrolado.Evanlasiguiócon los prismáticos.Cuando ella se acercó al quiosco, élmarcóotro número.Elquiosquero, que estaba sentado en un taburete alto leyendo un ejemplar de LaOpinión,descolgóuncascadoteléfonosujetoconcintaaislante.–Hola–saludóenespañol–.L.A.News’n’Views.–Una mujer con gafas oscuras se está acercando. Por encima de su hombro
izquierdo.Ahí.¿Podríahablarconellaunmomento,porfavor?Elhombremiróalamujer,seencogiódehombrosconindiferenciayletendióel
auricular.–Parausted–dijo,yvolvióasurevista.Lamujersealejótodoloquedabadesíelcordóndelteléfono.–¿Quésignificaesto?–Yo tampocoestoysegurodepoderconfiarenusted.Nosencontraremosenun
restaurante abarrotado, pero no lo elegirá usted. ¿Ve ese autobús que se acerca?Dentrodeunminutoymediosedetendráen laparadaquehayunamanzanamáshaciaelsur.LallevaráaChinatown.BájeseenBroadwayconCollege.ElLotusDimSumestáenCentralPlaza.Nosveremosallí.Vaya.Ellaalzólacabezabruscamenteparaverelautobúsqueavanzabaresoplando.–¿Ysinovoy?–Entoncesnopodréayudarla.Estavezcolgóélprimero.Evanhabía tomadomuchasprecauciones,peroahorahabía llegadoelmomento
más vulnerable, donde ya no quedaba nada más que acercarse a ella. La mujerestaba sentada en un lado del bullicioso restaurante, de espaldas a la vidriera.Langostas y peces se movían apáticamente en acuarios, y los carritos llenos deplatosde comida cantonesa ibandeun lado aotrodejandouna estela devaporyaromastentadores.La camisaWoolrich de Evan tenía falsos botones de adorno, y en realidad la
pechera se unía mediante imanes que cederían fácilmente si necesitaba accederrápidamentea lapistolaque llevabaa lacadera.Suspantalonesdecamuflajeerantácticamente discretos, con bolsillos interiores que ocultaban cargadoressuplementarios y su navaja Strider, sin que se notaran los bultos. Llevaba botasoriginalesdeSWAT,másligerasquelaszapatillasdeportivas,quenoparecíannadaespecialdisimuladasbajolospantalones.
Nopodíaestarmáspreparado.Cuando se abría paso entre los obstáculos de camareros y carritos, la mujer
levantó la cabezabruscamenteydejódemorderse lauñadelpulgar.Evanvio supropio reflejo en las lentes ambarinas de sus gafas. Un tipo corriente deconstitucióncorriente,eltipodehombrequeseolvidafácilmente.–Cambieelsitioconmigo–ordenó.Lamujerahogóunaexclamacióndesorpresa,luegoobedeció.ElescaparatedejabalaespaldadeEvanvulnerable,peroélpreferíaestardecara
alrestaurantey,sobretodo,preferíasentarsedondeella(ycualquiercómplicequepudiera tener) no hubiera previsto que se sentara. Como dictaba el NovenoMandamiento: «Juega siempre al ataque.» Nunca había quebrantado unMandamientoynoibaaempezarahacerloahora.Se acomodaron en las curvilíneas sillas metálicas, mirándose el uno al otro
cautelosamente.Elpálidorostrodelamujereracasiluminoso.Movióaquelloslabiostanrojosy
luego los frunció en una expresión de inquietud. Su atractivo habría distraído aEvan,dehaberseencontradoélendisposicióndeserdistraído.–Dígamesunombre–pidió.Ellasemirólasmanos.–Escuche–dijoEvan–.Siyoquisierahacerledañoyasabríasunombre,¿nocree?–KatrinWhite–respondióellasinlevantarlavista.–Ytambiénsabríaporquéellos,onosotros,tratamosdehacerledaño.Un carrito se detuvo junto a su mesa. Evan señaló sin mirar y varios platos
aterrizaronsobreelmantelalmidonado.–Debodineroapersonaspeligrosas.Muchodinero.–¿Cuánto?–Dospuntouno.–Serascóelcuello,manteniendolavistafijaenlacomida,que
nohabíatocado–.EsunproblemadeLasVegas.–Esadictaaljuego.–Esonosignificaquemerezcamorir.–Nadiehadichoeso.–Bueno–dijoella–,alguiensílodice.Un tipo con una camisa holgada entró en el restaurante y Evan lo observó
fijamente.Susmiradassecruzaronuninstante,yluegounhombremayorcontrajeamedidapasópordelantedeltipoendirecciónalatrilderecepción.Cuandolavistaquedódespejadadenuevo,elhombrede lacamisaholgada saludabaaunamujerconquienseguramentehabíaquedadoparacomer.EvanvolvióacentrarseenKatrin.–¿Quécasino?
–Esuntugurioclandestino.Notienesitiofijo.Sinnombresnidirección,nada.Lesdastunúmero,ellostellamanytedicendóndeir.Tienesquepagarparaentrar.–¿Mínimo?–Uncuartodemillón.Luegotefinancian.–Puededescontrolarserápidamente.–¿Amímelovaadecir?–LarodilladeKatrinsemovíabajolamesaigualqueen
Bottega Louie, y Evan se preguntó cuánto tiempo llevaría así de nerviosa. Se lenotabaelestrésenelsemblantetenso–.Cuandoesostiposquierendarejemplo,lohacen a lo grande. A un hombre de negocios japonés lo despellejaron vivo. Almenosestuvovivounabuenaparte.Yahora...–suvozsequebró–tienenamipadre.Sepasóundedopordebajode lasenormesgafas,primeroporunladoy luego
porelotro.–Lo único que tengo es un número de teléfono –prosiguió al cabo de un
momento–.Medijeron...medijeronquetengodossemanasparapagar.–¿Cuántohacedeeso?–Diezdías.–LosdelicadoshombrosdeKatrintemblaban–.Esculpamíaqueesté
metidoenesto.Notengoeldineroyvanamatarlo.–Nuncaheperdidoaningúncliente–ledijoEvan.–¿Nunca?–Nunca.Lasgafasdesolvolvieronareposarsobreelpuentedelanariz,yenellasEvan
captó el reflejo de un destello de luz que atravesó el cristal a su espalda.Instintivamente se irguió. Un carrito pasaba en ese momento por su lado. Evanestiró el pie y lo detuvo en seco, haciendo que platos y vaporeras de bambúentrechocaran ruidosamente.El camarero lemostró sudescontento agritos, peroEvannoleescuchaba.En el lateral de acero inoxidable del carrito vio un reflejo distorsionado del
edificiodeapartamentosde tresplantasquehabíaalotro ladode lacalle.Enunaventanadeltercerpiso,elsolsereflejabaenuncírculoperfectodeluz.Lamiratelescópicadeunfrancotirador.EvanagarróaKatrinporladelgadamuñeca.Cuandotirabadeellahaciaunlado,
unabalapasórozándolelaorejayabrióunagujeroenelsólidorespaldodecromode la silla vacía, en el punto donde se encontraba el corazón deKatrin hacía uninstante.Tumbadosobreelmetalcalientedelcarritovolcado,Evanpensóque,porprimera
vezensuvidaprofesional,estabajugandoaladefensiva.
11
¿Yahoraqué?
Laprimeranormacuandotedisparan:«SaldelaX.»Evanrodósobreelcarritodecomidavolcado,tirandodeKatrinparaapartarlade
lavidrieracuandootrasdosbalasastillaronlamesa.Noseoyeronlossonidosdeun fusilpequeño, sino losnítidoschasquidosdeuncalibremayor,30omás.Losecosdelasdetonacionesresonaronportodoellocal,creandounefectodesalóndeespejos tandesconcertantecomoperturbador.Evan llevóaKatrinprácticamentearastrashaciaelcentrodelasala,intentandoapartarsedelamiradelfrancotirador.Losdemásclientesselanzaronenestampidahacialassalidas.EvansujetóaKatrin
por el brazo para abrirse paso entre el tumulto, derribando de un empujón otrocarrito,loquelanzóporlosairesunalluviadecerdobao.Conlamanolibrehizosaltarlosimanesdelacamisayempuñólapistola.Un trozode suelo saltódeundisparoa suestela,y lasesquirlasdebaldosa les
golpearon las pantorrillas.Cuando finalmente se encontraron fuerade la zonadepeligro, una mujer mayor cayó, hincando una rodilla, y estuvieron a punto depisotearla,perounaoleadadecuerpos laaupódenuevoy lamareahumanase lallevóconsigoporunapuerta lateral.El agudoberreodeunbebé sehizooír porencimadelosgritos.–¡Lehanseguido!–chillabaKatrin–.¿Esustedresponsabledeesto?Evan no le hizo caso. Solo importaba la ruta de escape. Por encima de los
hombrosdelosquehuían,unsolorostromirabahaciael interiordelrestaurante,unhombrequepermanecíaextrañamentequietoenmediodelamarabunta.Noeraeltipodelacamisaholgada.Eraelhombremayordeltrajeamedida.Lacabezaylapartesuperiordeltorsoeranvisibles,elrestodesucuerpoerauna
sombra borrosa tras los acuarios que separaban el vestíbulo del restaurantepropiamentedicho.Elhombrealzóunamanoqueempuñabaunapistola.Elcañóndestellóyunamujerqueestabadelantedeelloschillóygirócientoochentagrados.Delhombrocubiertoporlablusabrotóunalluviacarmesí.Aunque Evan y Katrin se habían detenido en seco, la frenética multitud los
empujabahaciaelhombredeltraje.Nohabíamododeretroceder.Habíademasiadagenteparadevolverlosdisparos.Altiradorledabaniguallosdañoscolaterales.
Evan echó a Katrin contra el suelo y dio una voltereta hacia delante sobre unhombro.Terminó el giro golpeando la base del acuario de las langostas con lospies.Elacuarioeramáspesadodeloqueesperaba,ynotólaondaexpansivaenlaspiernas tras el golpe, pero el cristal dejó escapar un sonoro chasquido que sonóprometedor.ElaguasalpicóelrostrodeEvan.Pestañeóconfuerza,vioal tiradorcerniéndosesobreél,apuntándole.Entonceselacuariosevinoabajo.El hombre levantó los brazos y el arma disparó una vez al techo, y luego fue
arrastradopordecenasde litrosdeaguaverdosa.Las langostasse retorcíanenelsuelo mojado, sujetas las pinzas con cinta azul. Barrido hacia el centro delvestíbulo,el tiradortratóderecuperarsupistolaarrastrándoseacuatropatas.Losúltimosclientessalíanapresuradamente.Elhombrealargólamanoentrelaspiernasque corríany finalmente recogió la pistola.Sedio la vuelta para ponerse enpie,pero Evan lo golpeó desde arriba con un violento gancho. Los dos primerosnudillosdelpuñodeEvanaplastaronlasiendelhombre,dondeelhuesotemporalesespecialmentefino,porloquesehundiófácilmentebajoelbienasestadogolpe.El hombre cayó y su mejilla chocó contra el suelo. Sus manos y pies se
sacudieron en un postrer estertor. Eran los últimos impulsos que enviaba sucerebro.EvandiomediavueltayencontróaKatrindepietrasél,jadeanteyconelrostro
pálido.–¿Estámuerto?–Sígame.Nosesepare.Evansiguióapuntandoconlapistolaalsuelomientrasempujabaladoblepuerta
principal del restaurante para salir a la iluminada plaza. Banderines rojos yamarillossujetosporcuerdasseagitabanporlabrisasobresuscabezas,yunolorainciensoimpregnabaelaire.Transeúntesaterrorizadospasabanrápidamenteporsucampo de visión, dispersándose en todas direcciones. Evan se centró en unmonovolumendealquileraparcado justodelante,bloqueandouncallejón,con laslucesdeemergenciaencendidas.Lapuertatraseraestabaabiertayhabíaunascajasapiladasenelsuelo.Elvehículobloqueabaelángulodevisióndelfrancotirador,peroEvannoquería
darletiempoacambiardeposición.AgarrandoaKatrinporelbrazo,corrióentrelamultitudendirecciónalahileradetiendasdelotroladodelacalleyelcallejónbloqueado.LasmejillasdeKatrinestabanencendidasporelpánico.Unmechóndecabellosnegrosselehabíaquedadopegadoalacomisuradelaboca.–Espere–dijoella–.¿Adóndevamos?Nohayningúnsitio...Evanpulsóelmandoadistanciaque llevabaenelbolsillo,y lapuertadelantera
delmonovolumensedeslizóhastaabrirse.EmpujóaKatrinalinteriorysemetióél
también. Había dejado los asientos traseros abatidos precisamente para unacontingenciacomoaquella.Volvióaaccionarelmandoylapuertasedeslizóhastacerrarse,momentoenquerecibióelimpactodeunabaladefusil.Elfrancotiradorloshabíaencontrado.Otrodisparo impactóen lapuerta,abriendounagujeroporencimadesuscabezas,quemanteníanagachadas.Elsonidodemetalcontrametalera ensordecedor: el francotirador disparaba con rapidez. Si no querían recibirplomoometralla,tendríanqueabandonarelmonovolumen.Evanabriólapuertacorrederadelotroladoysaltóalatestadocallejóntirandode
Katrin para que aterrizara encima de él. A sus espaldas, el monovolumen sebalanceóylasventanillassaltaronporlosaires.Desesperadayllorosa,Katrinsetapólosoídosconlasmanos.–Déjeloparamástarde–leordenóél.Echaronacorrerporelangostocallejón,rozandolasparedes.Laventanatrasera
deunacocinaexpulsóairecalienteconolorapescado.Llegaronalcrucedelfinaldelcallejónyviraronaladerecha.AseispasosseencontrabaelChryslerdeEvan,apuntando en dirección a Hill Street, una calle principal. Subieron al turismo ysalierondisparadoshastamezclarseconeltráfico.Los ojos de Evan iban de la calle al retrovisor y viceversa. La respiración de
Katrinerajadeante.–¿Aquiénledijoqueibaaencontrarseconmigo?–preguntóEvan.–Anadie.–¿Desdequételéfonollamó?EllametiólamanoenelbolsillodelostejanosysacóunaBlackBerry.–Coneste,pero...Élselaarrebató,laarrojóporlaventanillayobservóporelespejolateralcomo
sehacíatrizas.–¿Quéhace?Esaeralaúnicaformadequesepusieranencontactoconmigolos
quetienenamipadre...–Ahoramismonoqueremosqueseponganencontactoconusted.–Lehanseguido.–No–repitióél–.Nomehanseguido.–¿Cómolosabe?Conunchirridodefrenos,Evanmetióelcocheenelaparcamientodeunatienda
delicoresyaparcódetrásdeledificio.–Salga.Evanbajó tambiény sacódelmaleterounavaranegra con el extremocircular.
Empezando por el rostro, Evan recorrió con la vara todo el cuerpo de Katrin,buscando dispositivos electrónicos en su torso, brazos, piernas y zapatos. Eldetectornomostrónada.Aellaleresbalabanlágrimasporlasmejillasytemblaba.
Éllahizogiraryleescaneólaespalda.Estabalimpia.–Subaalcoche.Ellaobedeció.Evansacóelcochemarchaatrás,cruzólacalleyenfilóla110.–¿Yahoraqué?–preguntóella,nerviosa.Porunavez,Evannoteníaunarespuestapreparada.
12
Eltrabajodeunamujer
–Erescara–dijoDanReynoldsmientrasconpaso lentoe insinuanteseguíaa lamujerqueloconducíaporelpasillodelhotel.CandyMcClurenoaminoróelpaso.–Lovalgo–replicó.El diputado Reynolds, vicepresidente del Comité de Sanidad, había logrado
amasar gran cantidad de fondos para la reelección al tiempo que defendíaacérrimamente a los pacientes. Era una mezcla que lo convertía en un políticoatípico.Susinclinacionessexualestambiénloeran.Loqueteníaalgoqueverconlabolsadepielnegraquecolgabadelhombrode
Candy,quellevabaabundantelacaenloscortoscabellosdecolorplatino.Mediasderejilla azul marino cubrían sus musculosas pantorrillas, pero el vestido erarealmente caro, un modelo de tweed sin tirantes hasta la rodilla, entallado pararesaltarsufirmeyvoluptuosafigura.Lohabíaelegidoporqueerafácilquitárselograciasalacremalleradelaespalda.Las alfombras de estampado floral del pasillo amortiguaban el sonido de sus
pasos.Porsupuesto,Candyhabíaelegidolahabitaciónmásretirada,ladelextremodelalamásalejadade lapropiedad.Eradiciembre,yelpintorescohostal,aunoskilómetrosdel lagoArrowhead, teníapocoshuéspedes.Habíanevadopocoyaúnfaltabanunassemanasparalasvacaciones.Labajaocupaciónlesfavorecía.Ibanahacerbastanteruido.Reynoldsaceleróelpasoparaintentarverelesquivorostrodelamujer.Después
de registrarse, Candy lo había hecho pasar por una entrada posterior, tal comohabían acordado. Como político de cierta relevancia, no podía permitirse que lovieran.Nienaquelsitioniconaquellamujer.Del dedo de Candy colgaba una gran llave cobriza. Sus uñas, cortas y sin
manicura, eran el único aspecto de su imagen que no había recibido el adecuadotratamientofemenino.Sutrabajorequeríaunusointensodelasmanos.Reynoldsseñalólapesadabolsa.–¿Teechounamanoconeso?–¿Teparecequenopuedoconella?
SutonodevozexcitóaReynolds.–Estoyimpacienteporverloquellevasahí.–Puestendrásqueesperar.LaimpacienciadeReynoldsalcanzósusmejillasysurespiraciónseagitó.Candy
empujólapuertaparaentrareneldormitorio,queteníaunvomitivoestilocountrychic de Laura Ashley, todo popurrís y almohadones con volantes y acuarelas degansos.Unacamacondoseldominabalahabitación.Lapuertacorrederadelbañoestabaabiertaydejabaverunabañeradecobre.Candyhabíaelegidoaquellugarporesabañeraprecisamente.Labolsasonóconunruidometálicocuandoellaselaquitódelhombroyladejó
enelsuelodeparquet.Abriólacremalleraysacóunasábanadelátexajustable.Élintentóatisbarporencimadesuhombroparaverquémáshabíaenlabolsa,peroella la cerróy le diounabofetada.Reynolds se tocó con losdedos la enrojecidamejilla,yemitióunahogadogemidodeplacer.Candycerrólascontraventanasdemadera.Luegoquitólaropadecamaycolocó
lasábanadelátexencimadelcolchón.Finalmentesevolvióhaciaél.–Desnúdate.Él obedeció. Tenía la constitución de un ex atleta, algo fofo en la cintura. La
perneradelpantalónseleenganchóeneltalónyestuvoapuntodetrastabillarporlaimpaciencia.–Tenemosqueestablecerunapalabradeseguridad–dijo–.Lamíaes«alcachofa».–Ingeniosa.–Abrasiones, fuego y control de la respiración quedan descartadas. Todo lo
demásmeparecebien.–Lotendréencuenta.Siéntate.Reynoldssesentóenlacama.Ellaleatómuñecasytobillosaloscuatropostesde
lacama.–Sueloempezarconunospreliminares...–Esoestábien–dijoella,ylemetióunapelotarojaenlaboca.La cara de Reynolds pareció hincharse, pero Candy percibió la jubilosa
expectaciónbajo la tensióndesupostura.Sabíahacerpocascosas,pero lashacíamagistralmente.Unadeellaserainterpretaraloshombres.CandysehabíacriadoenCharlotte,CarolinadelNorte,conunnombredistinto,y
suinfanciahabíasidoundesfiledemachosinútiles,desdeeltípicopadreausentealoshabitualespadresdeamigasquenohacíanmásquemanosearla.Prácticamentese había criado sola. A los dieciséis se había sacado el carnet de conducir y,semanas más tarde, tras un estratégico encuentro amoroso con un granujientoempleadodelDepartamentodeTráfico,tambiénsehabíahechoconelcarnetparaconducirautobuses.Elsalarioestababien,perolasprácticaseranunasco.Elseñor
Richardson,consurancioalientoacaféysubigotedemorsa.Trascadapequeñaequivocación que cometía, él declaraba: «Acabas de matar a un niño.» Losneumáticos tocaban la línea amarilla de puntos: «Acabas de matar a un niño,princesa. Sujeta bien el volante.» Si frenaba con demasiada brusquedad: «Hasmatadoaotroniño,cariño.Suaveconesepedal.»Hombres.Cómolesgustabadarórdenes.Bueno,ahoralasdabaella.Elespejodepiederoblequehabíaenunrincónreflejabasu imagencomouna
diosaalpiedelacama.Candydoblóelbrazohaciaatrásysebajólacremalleradelvestidodesdelosomóplatoshastamásabajodelacintura.Dejócaerelvestido.Enlacama,Reynoldsreaccionóconcuerpoymente.¿Quiénpodíaculparle?Candy se acuclilló para rebuscar en la bolsa de piel, ofreciéndole una
desvergonzadavisióndesutrasero.Eraunaobsesadelabuenaformafísica,ysabíaexactamentecómoerasuaspectodesdetodoslosángulos.Finalmentesacóungorrodepiscina.A pesar de la pelota de goma incrustada en la boca, la expresión de Reynolds
demostrósusorpresaysusganasdeseguiradelante.Candysepusoelgorroyunosguantesquirúrgicosazules.Acontinuación sacó
una batidora industrial y la dejó en el suelo. Dada su situación, resultaba difícilinterpretarcómosesentíaReynolds,peronoestabatanalertacomoantes.ElmóvildeCandysonódeprontoenlabolsaconelestribillodeVenus,eltonode
llamadaquereservabaparaunacosa.Elsonidodelsiguientetrabajoqueleesperaba.Por supuesto, ella prefería la versión deBananarama:«I’m yer Venus... I’m yer
fire...Atyourdesire.»AlzóundedoenfundadoenlátexazulparaindicaraReynoldsqueaguardara.Cuando llamaba el gran hombre, todo lo demás quedaba en suspenso, por
embarazosaquefueralasituaciónquetuvieraentremanos.–¿Sí?–respondió.–¿El paquete está neutralizado? –Danny Slatcher tenía la voz de un gerente de
categoríamedia, insulsa y gutural.Aparte de su tamaño, semejante al de un oso,tambiénélteníaunaspectoaburrido.Camisasabotonadashastaelcuello,cinturonesvulgares,pelocolorarenaconesarayaalladotípicadehombreblanco,einclusounindiciodemichelínen lacintura.Candynuncahabía tenidoclarosisuaspectoera auténtico o un mero disfraz. El único atractivo que le veía era su mortíferacapacidad. Cuando la cosa se torcía, se transformaba, era todo precisión ycoordinación,iralatente,músculostensosquelanzabancuerposymueblesporlosaires, girando como peonzas. Le había permitido que la follara una vez, tras untrabajodoble,todavíaconelsubidóndeadrenalina,yunavezhabíasidosuficiente.
SeencontrabanenlaazoteadeunbalneariodeTamarindo,enmediodelostruenosquehacíanvibrar las tejas,yelolorapólvoraysangrefrescaquesubíadesdeelbalcón de más abajo. Pero para un hombre, «una vez» suponía una invitaciónpermanente.CandylehabíapermitidoaSlatcherunacata,yélhabíaguardadoaquelrecuerdo durante años, dejando que envejeciera como el vino, fantaseando condescorcharlounavezmás.Candyempezóasacar susútilesde labolsayadepositarlos juntoa labatidora
industrial.Sierradearco.Gafasprotectoras.Hachapequeña.Enlacama,Reynoldsempezóaemitirsonidosahogados.–Estoyenello–respondióCandy.–Bien–dijoSlatcher–.Acabadefallaruntrabajomásimportante.–Entoncesestáclaroqueseloencargastealequipoequivocado.–Candysacóun
largo rollo de lona negra, lo depositó en el suelo y le dio un empujón con elempeine. El rollo rodó suavemente sobre la tarima, convirtiéndose en una anchafranjaprotectora.Slatchercarraspeó.–Lossuperviséyopersonalmente.–Nosoncomoyo.Con cuidado, Candy sacó de la bolsa dos tarros de ácido fluorhídrico
concentrado, eficaz para disolver huesos. Debía guardarse en recipientes deplástico,dadoqueeracapazdeperforarcualquiercosa,desdeelhormigónhastalaporcelana, elmaterial del que estánhechas lamayoríadebañeras americanas.Labañera de cobre también reaccionaría con el ácido, claro, pero simplementereluciríamás, limpiademanchasdeóxido.Al finaldeldía,CandyMcClureseríaotraconsideradahuéspedquedejabaunahabitaciónmáslimpiadeloquelahabíaencontrado.Desde la cama llegaban los sonidos de Reynolds agitándose, presa de la
expectación.–Heperdidounhombre–dijoSlatcher.–Esotepasaporenviaraunhombreahacereltrabajodeunamujer.EnlafrentedeReynoldsseveíaunavenahinchada.Intentabadeciralgoapesarde
lapelotaqueloamordazaba,peroellahabíasujetadolastirasconfirmeza.Candydejólostarrosenelsueloyluegosemetióunmechónsueltobajoelgorro
depiscina.NodejaríaADN.Nideélnideella.–Venteaquí–dijoSlatcher.Aloírsutono,desapareciólaactitudjocosadeella.Candycalculóelcontornodel
hombre desnudo, el tamaño de la bañera, la situación del tráficomontaña abajo.Cuatrohorasypico.Cogióelhachaysedirigióalacama.–Voy–dijo.
13
Profesionales
Evan eligió unmotel de categoríamedia en una zona poco agradable de SantaMónica,avarioskilómetrosdelaplaya.ConKatrincogidadesubrazoenelpapeldeesposaapabullada,seregistróutilizandouncarnetdeconducirfalsoypagóconuna tarjeta de crédito vinculada a una cuenta bancaria que no podía rastrearse.Reservó tres habitaciones en la planta baja, conectadas interiormente, para suextensa familia, que llegaría en cualquiermomento.Luegocondujo aKatrin a lahabitaciónqueestabaenelcentrodelastres,yaguardóenunadesvencijadasillaaque ella se aseara en el cuarto de baño. El agua del lavabo corrió un buen rato.Cuandoellasalió,susojosenrojecidosresaltabanensupieldealabastro.Sesentóenlacamayapretólasmanosentrelasrodillas.–Dios–dijo.Miró el pequeño escritorio sobre el queEvanhabía depositadoun
fajodebilletesyunmóvildesechable,yemitióunsonidogutural.–Nosalgadeestahabitación.Lacomidalapidealserviciodehabitaciones.Quela
dejenfuera,desliceeldineropordebajodelapuerta.Nouseelmóvilmásqueparallamarme.¿Entendido?–Estonoes real,nopuede ser real.Tenemosque llamarlosypreguntarpormi
padre,yahoraellosnopuedenllamarmeporqueustedmearrebatóelmóvily...–¿DóndelaabordóMorena?Katrinbalanceólacabezalevemente,comoparaaclararselasideas.–Estabaapostandoalaruleta.Unaapuestademierda,losé,peronomequedaban
másquemildólares...Necesitabaunmilagro.PenséquesiDiosoelkarmaoloqueseaestabademiparte,podríaganardiezmil.Y luegootravez.Yotra.Hastaquetuvieradosmillonescienmilypudierasalvaramipadre.–Selellenaronlosojosde lágrimas y tuvo que interrumpirse–. No sabía qué hacer. No tengo nada. Nopuedoconseguiresedinero.Mire,creoquedebemosponernosencontactoconesostipos,enserio...–¿Cómolaeligieronausted?–¿Cómocree?Debíadeparecerunaputaloca,porqueestabacomounaputaloca.
Yentoncesseacercóesachicaquenoparecíateneredadparaestarallí.Ymedijo:«¿Tieneproblemas?»Comosimeestuvierabuscando.
La tía deMorena vivía enLasVegas, y ella había dicho que se iría allí con suhermana Carmen. ¿Qué mejor lugar que un casino para encontrar a alguiendesesperado?–¿Y sabe cuando a veces alguien te hace una pregunta que no quieres oír en el
momentomásinoportuno?–siguióKatrin–.Meechéallorar.Luegonossentamosaunamesay ellame contó suhistoria.Yyo le conté lamía.Bueno, unaparte.Losuficiente.Yellamediosunúmero.Nosabíaquépensar,sipodíaconfiarenella.VolvíconduciendoaLosÁngeles,dándolevueltas.Hastaquemedecidíylellamé.–¿Lecontósuhistoriaaella?¿Aunapersonaalaqueacababadeconocer?–Unaversióndemihistoria,comoledecía.–KatrinirguiólacabezayEvanvio
queunaexpresiónaceradaasomabaasusverdesojos–.Unmomento.¿Estoesunaespecie de prueba? ¿Después de lo que acaba de ver? ¿Cree que me inventé esetiroteo?¿Enserionoconfíaenmí?–Sinoconfiaraenusted,noestaríaaquí.Ellatragósaliva,haciendounruiditogutural.–Nocabedudadequeintentanmatarla–añadióEvan–.Solonecesitoentenderqué
ocurrióexactamente.Ellaselevantóyélhizolomismo.–¿Quéhaydemipadre?–Yallegaremosaeso.–Dijeron...dijeronquenopodíacontárseloanadie.Yyovoyylellamoaustedy
mi padre podría estar muerto... –Retorció con fuerza la falda, como si intentarasuperarunviolentoimpulso–.Tenemosquellamarlos.Tenemosque...Éllaagarrósuavementeporlosbrazosehizoqueretrocedieraunpaso.–Para empezar no debemos hacer nada. Si no hacemos nada, no puede ocurrir
nada. Ahora la adrenalina está por las nubes, todo el mundo está nervioso,sobreexcitado, tenderá a cometer equivocaciones.Dejemos que se calmen, que setranquilicen.Llamaremosmañanaynegociaremoslaliberacióndesupadre.–Esosnoquierennegociarnada.Noaceptanningúntrato.–Observólahabitación,
comosisefijaraporprimeravezenlacolchaestampadayloshorriblescuadrosalpastel–.Todoestohasidounerror.Deboirme.Recogerémicochey...y...–Noiráaningunaparte.Noesseguroabandonarestahabitación.Elfrancotirador
sigueporahí.Actuabaconotrapersonaporlomenos.Puedequehayamás.–Eltipoalqueustedmató.¿Lovio?Aúnteníaunojoabierto...–Apretóloslabios
rojosparaevitarquetemblaran–.¿Ycreequepuedehaberotros?–Talvez.–¿Unfrancotiradornoessuficiente?–Nopermitiréqueletoquenunpelo.–Nome preocupami pelo. –Entonces ella hizo algo inesperado: se echó a reír
abriendomuchosuhermosaboca,medioocultatrasunamano.Unosmechonesdesunegropelolecayeronsobrelosojos,peronolosapartó.Lacáusticacarcajadaseesfumótanrápidocomohabíasurgido.VolvióasentarseenlacamayEvansesentóenlasillademadera.–Amipadrese le rompióelcorazóncuandomecaséconaquelcapullo–contó
ella–.Élmeadvirtióquenosaldríanadabuenodeeso.Aunquenocreoqueesperaraalgocomoesto.–¿Sumaridoestáinvolucradoenesto?–Mi ex. Y no. –Tomó aire y contuvo un momento la respiración–. Estuvimos
cincomeses casados.Si no fuera tan típico, debería sentirmeavergonzada.AdamHamuel,magnateinmobiliario.ProyectabaurbanizacionesenBocaRatón,esetipode cosas. Estaba siempre muy ocupado. Acuerdos sobre terrenos, permisos deconstrucción, otras mujeres. –Pasó una mano por la colcha de chintz–. Así quecuandoélviajaba,yojugaba.Mipadremeenseñóajugaralpóquer.–Sehumedecióloslabios–.Mimadremuriójoven,asíquefuemipadrequienmeloenseñótodo.Ajugaralbéisbol.Aconducir.Peroloquemejorseledabaeranlascartas.–¿Cómosellama?Supadre.–Sam.SamWhite.–Parpadeóparacontenerlaslágrimas–.Justoantesdecasarme,
mi padre semudó aLasVegas, y yo iba a visitarle y jugaba y jugaba.Y por untiempo, cinco meses, tuve dinero.Más dinero de lo normal, quiero decir. Adamsiempremedecíaquenomepreocupara,quenopodíagastarlosuficienteparaquesenotara lamermaen sus ingresos.Así quenomepreocupé. Jugaba en aquellaspartidas clandestinas, y bebía alcohol gratis y gastaba mi línea de crédito. Unaestupidez,¿verdad?–No,sisetieneencuentasusituaciónentonces.Ellarespiróprofundamente.–Undía,encasaencontréuntangaconestampadodeleopardoentre loscojines
delsofá,yyanopudefingirmásquenosabíanada.Lepedíexplicacionesyélsefue y pidió el divorcio al día siguiente. Yo había firmado un contratoprematrimonial, así que no tuvomás que cerrarme el grifo. Todo el dinero estámetidoenfideicomisosfamiliares,cuentasenparaísosfiscales,esaclasedecosas.Eldinerosepuedeesconderdondenadiepuedaencontrarlo.Evanasintiólevemente.–Así que ahora tengo una gran casa enBrentwood de la que ni siquiera puedo
pagarlafacturadelacalefacción,ymuchomenoslahipoteca,unrelucienteJaguaralquiladoquemevanaquitarcualquierdía,yunalíneadecréditodedosmillonescienmildólaresqueledeboauntipodelotro ladodeunalínea telefónica.Sinopagomataráamipadre.–¿Quételéfono?
Ellarecitóunnúmerodemarcacióndirecta,comoelsuyo,queélmemorizó.–Notengonada–añadióella–.Selodijeaellos,peronomecreen.Fíjesedónde
vivo.Yotampocolocreería.–Sedejócaerenlacamayseapartóelpelodelosojoscon un resoplido–. Todo es culpamía. Cometí un estúpido ymaldito error ymipadre lo está pagando. Quizás ahora mismo. ¿Tiene la menor idea de cómomesiento?«El rojo resplandor del letrero de un ascensor. Lamano callosa de Jack en la
mejilladeEvan.Elolordulceaserrínmezcladoconalgomás.»–Sí–dijoEvan.–Ojalánomehubierasacadovivadelrestaurante.Ojalámehubieranmatadode
untiro.Asíhabríansoltadoamipadre.–¿Cómosabequenohabríanmatadoasupadreigualmente?–Oh,déjemehacermelamártiralmenosunmomento.–Avísemecuandotermine.UnalevesonrisadiofirmezaaloslabiosdeKatrin.–Heterminado.–¿Quépuedecontarmedeesoscasinosambulantes?–Comoya lehedicho,no ségrancosa.Se juega lavarianteTexasHold’emen
sótanos de restaurantes, suites alquiladas, sitios así. Había encargados de laseguridad y crupieres, pero nunca vi a ninguno de los que están detrás de todo.Inclusolosjugadoresusábamosnombresfalsos.Eraimposiblesabernada.Sonlobastantelistoscomoparanodejarunrastro.–¿Cómolaencontraron?–LagenteteencuentraenLasVegas.Estabaenunamesa.Seacercaronamí.–¿Talcual?–Mijuegoimpresiona.Evan le pidió que repasara cualquier detalle que recordara sobre los lugares
dondehabíajugado.–¿Cómodescubriólodelhombredenegociosjaponésalquemataron?–preguntó
luego.–Meenviaronuna foto almóvil.Seborró solaunos segundosdespués. –Katrin
alisóunaarrugainvisibleenlacolcha–.Unossegundosfueronmásquesuficientes.–Me dijo que lo habían despellejado. Pero nosotros nos enfrentamos con un
francotirador,quizáconunequipo.¿Porquéhancambiadoelmododeoperar?–Niidea.Noesqueseaunaexpertaenestostemas.Alponerseenpieparasalir,Evancomprendióqueyaconocía la respuestaasu
pregunta.Dada la cuantía de la deuda deKatrin y que ella no había pagado a sudebidotiempo,habíanpasadoalsiguientenivel.Habíancontratadoaprofesionales.
14
Quesusueñoseconviertaenrealidad
Ataviada con un ajustado vestido, Candy McClure aguardaba en la parada delautobúsdeVenturaBoulevard;labolsadepieldescansabacercadelasfinaspuntasde sus botas de vinilo, que le llegaban por encima de las rodillas. Le lanzabansilbidosdesdeloscochesquepasaban,queelladisfrutabaigualqueelsolmatinal.Un autobús llegó siseante a la parada, y de él bajó un grupo de aspirantes apandilleros. Pasaron por su lado arrastrando los pies, todos con pantalonesholgadosycamisasdefranelaabrochadashastaelcuello.Ellíder,quelatomó,nosinciertarazón,porunaputa,sevolvióparaagitarlascaderashaciaella.–Eh,Catwoman,¿quieresjugarconesto?–Meencantaría–repusoella,yalargólamano,loagarróporloshuevosatravés
delosvaqueroscaídosyapretó.Él emitió una especie de relincho cuando ella lo hizo girar y lo depositó en el
banco de la parada. Lo tocó como un instrumento, apretando a voluntad,provocando que emitiera sonidos diversos,mientras sus amigos los rodeaban encírculoenunaespeciedepánicoanimal.CuandoCandylosoltó,elchicocayóalaacerahechounguiñapo.Había logradosacarleunascuantas lágrimasauténticasajuegoconlasqueélllevabatatuadasenelrabillodelojo.Chicos.Él se puso de rodillas con dificultad y luego acabó más o menos de pie pero
encorvado.–Gracias –dijo Candy, comprobando que sus uñas postizas seguían intactas–.
Buenasesión.Losamigosdelchicoselollevaroncallearriba.Unosminutosmástarde,unScionalquiladosedetuvofrenteaellaylaventanilla
bajó.Alvolante,DannySlatcherseocultabatrasunasgafasdeespejoyunbigoteimportado de los ochenta. Su imagen se habría realzado con un vehículo másgrande.–Yaerahora–dijoella.Élextendiósulargobrazosobreelasientodelpasajeroparaabrirlelapuerta.–Sube.Ycámbiate.Parecesunaputa.
Yélparecíaunvendedordeseguros,queeraloquepretendía,supusoCandy.–Vaya–dijo,subiendoalcoche–.UnScionmoradocutre.Comoenlacanción.–¿Quécanción?–DeTrain–explicóella–.50WaystoSayGoodbye.–Enelsuelodelcochehabía
una bolsamarrón de papel que conteníasu nuevo atuendo.Mientras él conducía,ella se cambióde ropa–.Trata de un tío que imaginamaneras extrañas demorirparasunoviayasíélnotendráque...–¿Tehasocupadodenuestroestimadodiputado?–preguntóél.–Ajá.Diez manzanas más adelante, cuando Slatcher aparcó frente a uno de los
cochambrososmotelesparaturistasquehabíajuntoala101,cercadelosestudiosdelaUniversal,Candysaliódelcochecomounamujernueva.Llevabaalpargatas,una falda informe con la cintura demasiado subida, y una blusa holgada convolantesqueocultabansuvoluptuosafigura.Slatchersacósurobustocuerpodelcoche.Eraalto,unonoventadeestatura.No
teníacuerpodeatleta,sinomásbienformadeperacomoladeunamuñecarusa.Suamplia cintura siempre sorprendía aCandy y, sin embargo, no había pliegues degrasa, solo una masa firme de músculos, un vientre duro que abultaba bajo lacamisa de golfista a cuadros grises y marrones que llevaba. Sus tejanos azulesfruncidoscontribuíantambiénalaestéticadeforastero, igualquelasgafasdesolOakleyquellevabaenloaltodelacabeza.Sacó tres maletas Victorinox de nailon balístico del maletero de apertura
automáticaylasdejóenelsuelo.Bruscamente,tendióaCandyunaflexiblepamela,queellasecolocósuavementesobresupelucadeestiloFarrahFawcett.Elaladelsombreroseagitabaentornoasucabezacomounaconfirmacióndelmalgustodelosturistasparalamodaplayera.Candysubióelasadeunadelasmaletas, laladeóparaapoyarlaenlasruedasy
notó su peso al hacerla rodar. Slatcher y ella se encaminaron a la diminutarecepcióncomoasistentesdevuelodesparejados.Su entrada se anunció cuando abrieron la puerta y sonó una campanilla, unos
alegrescascabelessujetossobreelmarco.Unamujerdeflácidapapadalevantólavistadellibrodebolsilloqueleía.–BienvenidoalStarryDreamsMotel–dijo.–¡Cielo santo! –exclamó Candy, secándose con el brazo el sudor del trozo de
frentequequedabaexpuestoentrelasenormesgafasdesol,elpeinadocardadoaloFarrahFawcettyelaladepajaqueocultabagranpartedel rostro–.Quécalor tanseco.–¿Dedóndesonustedes?–Charleston–respondióCandy–.TenemosunareservaanombredeMiller.
–Ah,sí.Loshepuestoenlaocho.–¿Podríanponernosalmohadashipoalergénicas,porfavor?Candyapoyóuncodoenelmostrador.–Yasabeloquesedice.Yanohayhombrescomolosdeantes.Slatchersoltóeltípicogruñidodemaridofastidiado.Lamujeractivódosllavesmagnéticasyselasentregó.–¿Aquéhoraeseldesayuno?–preguntóSlatcher–.Queremos ir tempranoa los
estudiosdelaUniversal.–Elcaféylaspastasestándisponiblesdesdelasseisdelamañana.–Válgameelcielo–resoplóCandy–.Esperoquenotengamosquelevantarnostan
temprano.–Sontreshorasmásparanosotros–dijoSlatcher–.Seránlasnueve.–Fíjese–dijoCandy,agarrandolamaletaparadirigirsealapuerta–.Tambiénsabe
sumar.Encuantoentraronenlahabitación,Candysequitóelsombrero,lolanzósobre
unadelascamasyseliberódelapeluca.Serascólacabeza.–Joder–dijo–.Esamierdadacalor.Abrieron las maletas, sacaron pistolas, cargadores y cajas de municiones y lo
desplegaron todo sobre la colcha estampada en flores. Candy inspeccionó larecámarayelcalibredelcañóndeunaWaltherP22.–Yesatipa,KatrinWhite,¿quéusamoscontraella?–UsamosaSam.–Alquetenemosennuestropuntodemira.–Sam–dijoSlatcher–estácontrolado.–Entonces,¿porquélaWhitehadesaparecidodelmapa?–Porqueélsehahechoconelcontroldelasituación.–¿ElHombresinNombre?–Enefecto.Matóaunodelosquesuelocontratar.–¿Kane?–Ostrowski.–¡Jo!–exclamóella.NuncalehabíagustadoOstrowski.–He traído un equipo para que nos ayude –dijo Slatcher–. Ex miembros de
Blackwater.2–Hurra.–Esetipoesmuypeligroso.–Yameloimagino.–Noquierequeloencuentren.Candyabriólacremalleradesubolsa.–Bueno–dijo,sacandountarrodeácidofluorhídrico–,entonceshagamosquesu
sueñoseconviertaenrealidad.
15
Tic,tic,tic
Loverificótodo.KatrinWhite, el divorcio de AdamHamuel, la madre muerta, el padre en Las
Vegas,inclusoelentramadobizantinodefideicomisosfamiliaresenelquesehabíaesfumadoeldinerodesuexmarido.Lo que no pudo verificar fue el número demarcación directa que teníaKatrin
para ponerse en contacto con los secuestradores. Instalado en la Bóveda,mordisqueandounaácidamanzanaGrannySmith,Evansiguióelrastrodelosoncedígitos a través de varias centralitas electrónicas por las que iban pasando de unladoaotrodelglobo,yluegosedesvanecíanenellimbodeinternetdeunamanerafrustrantementefamiliar.Era tan imposible dar con los secuestradores rastreando su número como
encontrarloaélconelsuyo.El tiempo corría en su contra. No tenía sentido dar vueltas por Las Vegas
buscando un sitio de póquer clandestino y ambulante. Evan tenía que ponerse encontactoconelfrancotiradorysugentecuantoantes.Noqueríaquesuirritaciónseconvirtieraenrabiayluegoendesesperación.Se pasó lasmanos por la cara ymiró aVera. Desde su nido de guijarros azul
cobalto,laplantanoleofreciórespuestaalguna.Enlomásrecónditodesucerebrooíaeltic,tic,ticdelaparanoia.SumiradasedesviódelapequeñaplantaalmóvilRoamZonequedescansabaasulado.LequitólatarjetaSIM,laaplastóconeltacóndelzapatoylasustituyóporunanueva.LuegoentróenlaredymovióelserviciotelefónicodeJiangsuaBangalore.AnteshabíaobtenidolashuellasdactilaresdeKatrindelamanijadelapuertadel
Chrysler, que había limpiado antes de abordarla en Chinatown. Por las bases dedatos,EvansabíaqueKatrineraquiendecíaqueera, suhistoria resistía todas lascomprobaciones. Sin embargo, en honor al Primer Mandamiento, volvió arevisarlo todo, sumergiéndose en su registro de la Seguridad Social y en suscuentasbancarias,buscandoelmínimodesliz,lamínimaseñaldealarma.Nada.AunqueKatrinsehabíamostradoestoicacuandoladejóenelmotel,Evanhabía
vistoelmiedoensusojos.Habíaregresadoparallevarlecomida,artículosdeaseoy ropa nueva, lo que a ella pareció resultarle vagamente divertido. Luego EvanhabíavueltoaChinatown.Almenos diez patrullas de la Policía se habían congregado en el local con las
lucescentelleando,ademásdevariosvehículossindistintivos.LosventanalesrotosdelLotusDimSum formabanunahileradebocasdesdentadas, con los trozosdecristal todavía esparcidos por la acera. Un enjambre de polis había tomado eledificiodeapartamentosquehabíaalotroladodeCentralPlaza.EvanaminorólamarchacuandoconducíaporBroadway,ydistinguióaungrupodedetectivesenelbalcóndelapartamentodeltercerpiso,centradosenelpuntodondeélhabíacaptadoeldestellodelamiratelescópica.Tendríaqueesperarparaecharleunvistazoalaescenadelcrimen.Pasódelargoyluegocambiódecocheenunpisofranco,antesdevolverasucasa.Ahora,enlaBóveda,diounúltimomordiscoalamanzanayarrojóelcorazóna
lapapeleradel rincón.Fallóy el húmedo resto cayó al suelodehormigón.Evanmirófijamenteeldíscolocorazóndemanzana,conlamandíbulaapretada.Luegoselevantó,lorecogióylimpióelsuelo.Cuandovolvióadejarsecaerenlasilla,susojoscaptaronaunhombrerobustode
pelocanosoenunadelasventanasabiertasenelordenador.Conunclicderatón,EvanagrandólafotodeTráfico.SamWhite.ElpadredeKatrin.Rehén en aquel mismo instante de hombres que no temían disparar en un
restauranteatestadoaplenaluzdeldía.Samesbozabaunamedia sonrisaque le formabaarrugasen losojos,y tenía la
pielcurtidaporelsol.Habíatrabajadocomoencargadodeobrayselenotaba.Erauntipoconelqueapetecíacompartirunacervezayverunpartido.Alguienqueteenseñaajugaralpóquer.EvanhabíahechoqueKatrintomaratodaslasmedidashabituales:cambiarelsitio
deencuentro,un trayectoenautobús–nosucoche–,cambiarleelsitioen lamesadelrestaurante.Unaseriedemovimientosdestinadosamantenerlaaellaenviloyaél seguro. Pero estaba claro que también habían despertado el interés delfrancotiradorodeloshombresquelohabíancontratado.Eraobvioquecualquierencuentro tancuidadosamenteorquestado ibaencontra
desusdeseosydirectrices.LaspalabrasdeKatrinresonaronensucabeza,provocándoleunapunzada:«Yyo
voyylellamoaustedymipadrepodríaestarmuerto.»AEvanlelatíanlassienes.LasparedesdelaBóvedareteníanalgodehumedad,lo
bastantecomoparaquelanotaraenlospulmonesalrespirar.Atravésdelconductode ventilación le llegaba el olor a alquitrán desde la azotea. Se quedó inmóvil,
mirandofijamentelafotodelpadredeKatrin.Pensóenelcajónconfalsofondodelacómodayenloquecontenía.«Nuncaloconviertasenalgopersonal.»Simplementearréglalo.AldíasiguientellamaríaalossecuestradoresdeSam.Esanocheledaríatiempoa
todoelmundoparaquedurmieraysetranquilizara,yluegoseenfrentaríaaellosalaluzdeunnuevodía.Deunamanerauotra,seenfrentaríaaellos.SaliódelaBóvedaporladuchayvolvióalasalaparasentarseameditar,dejando
la pistola en la alfombra junto a él. Cruzó las piernas, se relajó para notar losmúsculos,eltiróndeloshuesos,supesocontraelsuelo.Entornólospárpadosy,alotro lado de las persianas, las luces de la ciudad pasaron rápidamente comocometasnaranjasyamarillas.Hizo un inventario de los pequeños dolores del día, empezando por los pies y
subiendoluegoporel restodelcuerpo.Uncorteen lapantorrillacausadoporuntrozo de cristal de la vidriera rota.Unamagulladura en la cadera izquierda.Unamolestiaenlaarticulacióndelhombro.El dolor era intermitente en esospuntos, cálido, palpitante.Se concentró en los
puntosdolorosos, respiróhaciaellos, losalisóconcadaexhalacióncomoconunrodillo.Y entonces desaparecieron, todo desapareciómenos su pecho subiendoybajandoylasensacióndefríoenlasfosasnasales.Larespiraciónerasusostén.Nohabíanadamásque sucuerpoyel aire fríoque lo recorría, alimentando la
sangredesusvenas,centrándoloallíenaquelmomento,midiendosuvidaporcadarespiración.Duranteun rato sedejó llevar con lamente enblanco, conscientedetodoperosinpensar.Y luego perdió el hilo del presente, como si tropezara, y en una vertiginosa
espiralvolvióveinticincoañosatrás.
16
Losdoslobos
DuranteelcaminoacasadesdeeloscurogranerodeVirginia,Jackexponeciertoshechos,sirviéndoselosaEvancomounacomidabienganada.–Eres parte de lo que se llama Programa Huérfano. Tú te muestras
excepcionalmenteserenoyequilibradoantelodesconocido.Tehemosseleccionadoparaelprogramaprecisamenteporesascualidades.Hayotroscomotú.Nuncalosconocerás. –Sus grandes manos dominan el volante, el vehículo, la carretera–.Recibirásunentrenamientoimpecableparatuprofesión.–¿Cuálserámiprofesión?–Armas–respondeJack.Lacamionetatamborileasobrelosrielesalcruzarunasvíasdetren.Elasientode
vinilosehacalentadobajolaspiernasdeEvan.Lacabezaempiezaadarlevueltas,comosiestuvieraenunsueño.Peronoesunapesadilla.–¿Armasparaqué?–preguntaalfin.–Paraoperacionesindividualesencubiertas.Jack parece olvidar que Evan es un niño. O quizá le habla así, con ese
inalcanzable vocabulario, para que se esfuerce y se esfuerce. Evan reflexiona unmomento,tratandodeaveriguarquépuedequererdecir.–¿Comounespía?Jackbajalabarbillaamododeasentimiento.–Comounespía.Peroserásdiferentedeotrosatacantes.«Atacantes.»AEvanlegustalapalabra.–Serás un monigote –prosigue Jack–. Alguien prescindible. Solo tendrás la
información necesaria. Nada que nos relacione. Si te pillan, estarás solo. Tetorturarán y podrás contarles todo lo que sepas, porque no les será de ningunautilidad.Irásasitiosprohibidosyharáscosasprohibidas.Todoelmundoatodoslosnivelesnegaráconocerte,ynoseráenteramentefalso.Tupropiaexistenciaesilegal.–Unhuérfano–diceEvan.–Esoes.Estaestuúltimaoportunidadparatirardelaanilladelparacaídas,así
quepiénsatelobien.Simueres,morirás soloynadieconocerá tu sacrificio.Nadieexcepto yo. No habrá gloria, ni desfiles ni nombre en un monumento. Esta es la
elecciónquedebeshacer.Evan piensa en el lugar del que procede: zapatos de segunda mano, comida
enlatada,techosbajosyhabitacionesminúsculas.JackJohnspareceelportalhaciaun mundo vasto y abierto de par en par, un mundo que Evan siempre habíaimaginadoqueexistíaenalgúnlugarinalcanzable.Peroquizásíhabíaunsitioasíinclusoparaalguiencomoél.Evansetocaelcorteenlapalmadelamanoquelehahecholahojacurva.–Suenabien–dice.Jacklomira.Vuelveamirarlacarretera.–Soloestoyyo.Yosoytusupervisor.Soylaúnicapersonaquesabráquiéneres.Yo
te protegeré.Pase lo que pase. –Los árboles pasan rápidamente por la ventanillasobre laquese recorta su toscoperfil–.Túyyosomos loúnicoque tenemos.¿Loentiendes?Evancontemplaelfollajequeazotaelexteriordelvehículo.–Creoquesí.–Lasrespuestasambiguasnosonrespuestas,Evan.–Sí. Lo entiendo. –Se mira los brazos, salpicados de marcas de pinchazos–.
Entonces,¿voyahacermásentrenamientoconesetipo?–Con él y con otros. No les revelarás tu nombre en ninguna circunstancia. Te
conoceránsimplementecomo«HuérfanoX».–¿Xcomolaletraocomoelnúmerodiez?Jackparececomplacidoconlapregunta.–Laletra.–Entonces¿huboveinticuatrohuérfanosantesqueyo?–Sí.–¿Quéocurrirácuandosequedensinletras?Jackseechaareír.EslaprimeravezqueEvanleoyereír.Esunarisaprofunda
queemergedelpecho.–Entoncessupongoquepasaránalosnúmeros.–Jackadelantaunarancheracon
paneles de madera en la que viaja una familia de excursión dominguera–. Teencomendaréaunúnicoinstructorcadavez.Alprincipiodetuentrenamiento,nuncaestarássoloconuninstructor.Yosiempreestaréahí.Igualquehoy.–Ya,peronuncaserétanbuenocontrolandoeldolorcomoesetipo.Jackfrunceelceñoengestoreflexivo.–Notienesporqué–dicealfin–.Solotienesquehacerlomejorquelaúltimavez.–
MiraaEvan–.¿Sabescuálessonlastresmejorespalabrasquesepuedendecir?Evannotieneniidea.–«Lapróximavez»–diceJack.Evannoestámuyconvencido.
–HasleídolaOdisea,¿no?–preguntaJack.–No.–Pronto arreglaremos eso. –Jack semuestra descontento.Luegoañade–:Odiseo
noesunguerrerotanhábilcomoAquiles.NoesunarquerotanbuenocomoApolo,ni tan veloz como Hermes. De hecho, no es el mejor en nada. Sin embargo, enconjunto,notienerival.«Hombredemúltiplestretas.»–LosojosdeJackpasandelretrovisorinterioraunolateralyluegoalotro–.Tutrabajoconsistiráenaprenderunpocodetododepersonasquelosabentodosobreunacosa.LosañossiguientesdeEvansededicanprecisamenteaeso.Un maestro japonés irritantemente imperturbable, incluso cuando lanza sus
devastadores ataques, le enseña lucha cuerpo a cuerpo. No hay cinturones, nidojos,3 ni trajes blancos especiales; es un arte marcial sucio, las llaves másdestructivas,unpocodelomejordecadaartemarcial.EnelgarajedeJack,Evanrecorreelgloboenunaúnicapelea.Eselreceptordeunaofensivaanivelmundial.Unteep(patadafrontal)deboxeotailandésparainterceptarsuderechazoconduceaunbiljee(meterlosdedosenelojo)dewingchunchino,quelehacetambalearse.Antesdequepuedarecuperarelequilibrio,ungolpedepencaksilatindonesioconlamanoabiertaenlaorejahacequevibretodosusistemanervioso.Mediocegadopor el zumbido, se prepara para lanzar un golpe, pero el maestro le propina ungunting(codohaciaarriba)dekalifilipinocombinadoconunbloqueodelamano,haciendo que el puño del muchacho se estrelle contra la parte interior del codo.Evancaedeculoalsueloporlafuerzadelasabiduríacolectivadecuatroculturasdestiladaenunúnicocombate.Evannosabequépartedelcuerpoleduelemás.Elmaestroseinclinaanteélrespetuosamente.Evanselimpialasangredeloslabios.–¿Estetiponopierdenuncalosestribos?–Nolonecesita–diceJack,queestásentadoaunlado,enunatumbonadeplaya,
leyendoungastadoejemplardeLincoln,deGoreVidal.Evanagachalacabeza,babeandosangreenlapalmadelamano.–Lapróximavez–diceJack,yselevantaparaentrarenlacasa.Las veladas las pasan en el estudio con sus grandes estanterías de libros y sus
paredes verde oscuro, donde Jack dirige lo que él llama «estudios sociales yculturales». Evan aprende normas, etiqueta, historia, sensibilidades. CómoreaccionarsiaccidentalmentepisaaalguienenelmetrodeMoscú.Loquepiensanlosarmeniosdelosturcos.ElmodocorrectodeofrecertutarjetadevisitaenChina.Cómopronunciar las erres guturales del francés. También le da clases de dicciónpara erradicar hasta el último vestigio del habla deEast Baltimore, hasta que elacentodeEvanes tan indeterminadocomoeldeun locutordenoticiasdelMedio
Oeste.Muyprontohablasinofrecermásinformaciónconsuspalabrasquelaqueéldecidedar.Amedidaquepasanlasestaciones,Evanseacostumbraaltrayectodecuarentay
cincominutoshastaFortMeade.Jackentrasiempreporunaverjaposteriordondela garita del guardia se ha dejado claramente vacía previendo su llegada. Lamayoría de las actividades se realizan dentro o cerca de una serie de hangaresclandestinos situados en una zona retirada y boscosa de la base militar. Uncomandante medio loco con un feo revoltijo de tejido cicatrizado por barbilla loobligaadarlotodo,enseñándoleamoversebajofuegoreal.Evanutilizatácticasdeevasiónparadirigirseacubierto,zigzagueandoentrelosárbolesalosquelasbalasarrancan trozos de corteza por encima de su cabeza. Los jubilosos bramidos delcomandantelopersiguencomofantasmasentrelasramas.–¡Estamos en clase,X!Utiliza elmúsculode lamemoria. ¡Tal como te entrenas
ahoraactuarásdespués!Undía, frustradoconlosmovimientosevasivosdeEvan,elcomandante ledaun
manotazoenlanuca.Jacksurgedelanadayseencaraconél.–Hágale todoeldañoquequiera si esparaentrenarle.Perosi vuelveaponerle
una mano encima por ira, haré que el resto de la cara le quede a juego con labarbilla.¿Mehacomprendido?Losojosdelcomandanterecobranunasúbitaclaridad.–Sí,señor–dice.Duranteeltrayectodevuelta,Evandice:–Gracias.Jack asiente. La camioneta avanza traqueteando por el camino lleno de baches.
Por la rejilla de ventilación del salpicadero entra aire caliente. Jack pareceprepararseparadeciralgo.–Séquelosdetallesdetuorigenson...difusos.Siesimportanteparati,podemos
realizarunapruebagenética,averiguartugenealogía,quiéneres.EstaposibilidaddejamudodeasombroaEvan.Jackparecepercibirquenoesun
buenmomentoparapresionarleyaguarda.FinalmenteEvanseaclaralagarganta.–Séquiénsoy–afirma–.Soytuhijo.Jackemiteunsonidoahogadodeasentimientoygiralacabezahaciaelotrolado,
quizáparaqueEvannolevealacara.El ritmo de entrenamiento es implacable. Evan aprende a forzar cerraduras, a
escalaralambradasdepúas,adescenderenrápeldesdeloaltodeárboles,vallas,muros.Trabajaconuningenierodevigilanciaelectrónicadelaviejaescuela,alqueirrita con su dificultad para dominar los circuitos, y con un pirata informáticoadolescentealque frustra con la lentitud conqueprocesa la información.Lehan
enseñadocómoabordaralaspersonas,cómoencontraryexplotarsusdebilidades.Para evitar delatarse con expresiones o gestos, domina el arte de permanecerinmóvilmientrashablaoescucha.Cadavezque levanta lasmanos,elespecialistaen interrogatorios le propina un doloroso golpe en los nudillos con una limametálica;alfinalEvanpermanecesentadocomosituvieralasmuñecasatadasalosbrazos de la silla.Unpsicólogodelgado comounpalo lo somete a andanadas detests con preguntas esotéricas: ¿Has engañado o traicionado alguna vez a unapersona querida? No. ¿Alguna vez has mantenido relaciones sexuales con unanimal? No. ¿Dónde termina la lealtad? Cuando alguien te pide que mantengasrelacionessexualesconunanimal.Ensurincón,Jackescupeelcaféqueacabadebeber.Evan dispara de pie, de rodillas o tumbado, a blancos que se encuentran desde
sietehastatrescientosmetrosdedistancia.Despuésdelentrenamientoconblancosconvencionales,suinstructoradetirolehacepasaralassiluetashumanas,luegoafotografíasdecuerpoenterodemujeresyniños.CuandoEvanvacila,ella ledice:«Lagentenovaporahíconunadianaenlacabezayelpecho.Séunhombre,X.»Paralosejerciciosdefrancotirador,lainstructoravistemaniquíesconropa,luegohaceagujeros enunas coles, las llenade kétchup y las colocaamodode cabeza.LuegovuelvealsitiodelcampodetirodondeaguardaEvan.–Cuandoaprieteselgatillo–dice–quieroqueveasunacabezaexplotar.Mientrasélapunta,ellalesueltaelsermón.–Mantenemos lamuerte a distancia, X. Hospitales y residencias de ancianos la
mantienenfueradelavista.Lacomidanosllegapulcramenteenvasada.Seconservaen el frigorífico. Antes, cuando uno quería pollo iba al corral y le retorcía elpescuezo a uno. –El olor de su desodorante le llega a Evan con la brisa, con untoquecítricoy sorprendentemente femenino.Provocacierta reacciónen sucuerpode dieciséis años–. Mi padre era coronel, quería que yo comprendiera que losmataderos hacen nuestro trabajo por nosotros. Cuando yo tenía tu edad más omenos,mellevóauno.SolonosotrosyunmacheteyelhorrorhumeantedeunatardeviendolaMuerteenojosenblanco.Evandisparayunacolseconvierteenunabrumaroja.–Bienhecho–diceella.Mástarde,ellasesujetaunanaranjasobreunojoconcintadeembalar,yordenaa
Evanqueladerribeyhundaelpulgarenlanaranja.–Bien–dice,jadeante,tiradaenelsuelo,echandosucálidoalientoenelcuellode
Evan–.Ahoramueveelpulgar.Cúrvalocomounanzuelo.Ysacatodoloquepuedas.–Él lo hace y ella chilla y patalea. Evan se detiene, avergonzado. Ella lo mirafuriosaconelojodescubierto–.¿Creesquevaaseragradableodelicado?Evanrecobralacomposturayhundedenuevoelpulgarenlapulpa.
Esanochedurantelacena,Evansetocalassalpicadurasdepulpasecaquetieneenlamangayapartaelplatodecomida.Jacknonecesitalevantarlavista.–¿Qué?Evanlehabladelanaranja,elpulgar,losgritosdelainstructora,cómosehabía
echadosobreella,sujetándola,respirandosualiento.Jacksereclinaysecruzadebrazos.–Tenemosqueenseñarteamatarenelcalordelmomento.Yconlafríacalmadela
premeditación.Tienesquevivirambascosasdemododiferente.Loquesignificaquehas de entrenar para ellas de modo diferente. No solo a la distancia de unfrancotirador.Nosoloacortadistancia.Sinotambiéncaraacara,mirándosealosojos.–¿Paraqueaprendaatrataralaspersonascomoobjetosquedeboromper?–No.–Jackdepositasuvasodeaguasobre lamesa–.Según lacreenciapopular,
hay que deshumanizar al enemigo. Amarillos, cabezas cuadradas, moros, judíos.Puede que seamás fácil a corto plazo, pero ¿a largo plazo? –Sacude la cabeza–.Respeta siempre la vida. Así aprenderás a valorar la tuya. Lo más duro no esconvertirteenunasesino.Lomásduroesconseguirquesigassiendohumano.–¿Esoesloqueselesenseñaalosotroshuérfanos?–preguntaEvan.Jackenrollaunosespaguetiseneltenedor,contemplalaboladepasta,ladejaen
elplato.Desvíalavistahaciaelretratodesumujerquehaysobrelarepisadelachimenea,unaenqueestáenunaplayaexóticadearenanegrametidaenelaguahastalasrodillas,riendo,conelvestidoestivalmojadoypegadoalosmuslos.Jackselimpialaboca.–No.–Esunaespeciedeconfesión.–¿Porquéno?–Esmuydifícil.–Jackapartasuplatounoscentímetrosconeldorsodelamano–.
Enunaleyendacheroqui,unancianolehablaasunietosobrelabatallaqueselibraenelinteriordecadapersona.–Losdoslobos.–Eso es. Un loco es ira y miedo, paranoia y crueldad. El otro es bondad y
humildad, compasión y serenidad. Y el chico pregunta a su abuelo: «¿Qué lobogana?»¿Recuerdaslarespuesta?–Aquelalquealimentas.–Esoes.¿Ycuálesnuestrodesafío?–Jackdoblasuservilletaylimpiaunrestode
salsaAlfredodelbordedesuplato.LuegomiraaEvanalosojos–.Alimentarlosaambos.
Unos golpes insistentes en la puerta del apartamento sacaron a Evan de su
meditación.Paracuandosumentesehallabadenuevoenelpresente,élyasehabíapuestoenpiesobre laalfombraturca,pistolaenmano,mirandolapuertacerradadelapartamentoyaquienquieraqueaguardaratrasella.
17
Pedazosrotos
Volvieronaoírselosapremiantesgolpes,resonandoenlassuperficiesdurasyenel alto techo. Ocho silenciosas zancadas llevaron a Evan junto a la jamba de lapuerta.Había rellenado lamirilla,yaque lasmirillasde laspuertasproporcionanescasa protección frente a balas y punzones, pero había instalado una cámaraestenopeica en el rellano, oculta en un conducto del aire acondicionado. Con unnudillo apartó un tapiz de seda de un Buda tailandés que colgaba de la pared,poniendoaldescubiertounmonitordeseguridadempotrado.Evanobservó la imagendealta resolución.Unacamisetaceñidaen tornoauna
silueta femenina.Unaalborotadamelenaondulada.Unpuño,queenesemomentono estaba golpeando la puerta, sino apoyado en la cadera ladeada en actitud deairadaimpaciencia.MiaHall,12B.Evan dejó escapar el aire,metió la pistolaWilsonCombat en el bolsillo de un
abrigoque colgaba de una percha de níquel cepillado, y alargó lamanohacia elpomo.Miaentróantesdequelapuertaseabrieradeltodo.–¿«Daleenlarodilla»?–Oh.–Claro,oh.Oh,porqueenlugardepasarlatardeenlostribunales,lahepasadoen
el despacho de dirección del Roscomare Elementary. –Se cruzó de brazos, unaposturademadredeadmirableeficacia–.¿Deverdadledijoqueeraasícomodebíatrataraunabusón?–Estababromeando.–Tieneochoaños.Leadmira.Tienequevenirydecirlequelosproblemasnose
solucionanmediante laviolencia.–Suexpresióndejabaclaroquenose tratabadeunapetición.Detrásdelapuertaparcialmenteabierta, laempuñaduranegramatedelapistola
asomaba ligeramente por el bolsillo del abrigo. Evan lametió del todo con unapalmada,salióysiguiódócilmenteaMia.
UnodelosojosdePetermirabaaEvanconseriedad,elotroestabacubiertoporunabolsadeguisantescongelados.EstabaacostadosobreunmontóndealmohadasenunacamaconformadecochedecarrerascubiertadesábanasdeHarryPotter.Unmechóndepelo le sobresalía enun extraño ángulo.Era el pelo que le crecíadespuésdelaccidentedelparchepirataylacintadeembalar.EvanyMiasecerníansobreélcomosiestuvieranadministrándolelaextremaunción.Peter bajó los guisantes y dejó al descubierto un ojo hinchado y veteado de
capilares rotos. Impresionaba verlo, pero no era nada grave. No obstante, Miaahogóungemido.PetersonrióaEvanmostrandosusprominentespaletas.–Lapróximavez,¿verdad?–No–dijoMia–.Nadadepróximavez.Noesasícomosehacenlascosas,Peter.
LapróximaveztuelecciónserámejorynoharáqueacabemoseneldespachodelaseñoraDiMarco.Dígaselo,Evan,porfavor.Lahabitaciónolíaaplastilina,pastadedientesychicle.Unapegatinadoradadeun
correcaminos brillaba sobre una carpeta escolar que había en el suelo. Era de laescuelaROSCOMAREROADELEMENTARY.Untríodeglobos,cadaunoconellogotipode una tienda de zapatos para niños, iba chocando contra el techo. Sobre elescritorio, una figuradeLegoyacía sobreun lechodepañuelosdepapel junto avarios bastoncillos de algodón y un tubo de Super Glue, a punto de sufrir unaespecie de cirugía primitiva. Bajo la salida del aire acondicionado ondeaba undibujode los tresmonossabios, sujetoporunachincheta.ParaEvaneracomosihubieraaterrizadoenotroplaneta.Seaclarólagarganta.–Pelearseesmalo–dijo.Mialomiróatravésdelamelenaqueletapabalacara,decepcionadaalparecer,
peroanimándoleaseguir.–Elmejormétodopararesolverconflictos–continuóEvan–espodercontarlos.Miaemitióunsonidodeconsternaciónqueparecióenglobarlaaella,aEvanya
todoelcuarto.SonólamelodíadeTiburón.MiasacósuiPhonedelbolsilloysepusotensa.–Losiento.Setratadeungraveproblemadeltrabajo.¿Podría...?Evanasintióyellasaliódelcuartoaltiempoquerespondíaalmóvil.Élsefijóen
quehabíadejadolapuertaabierta.Peterlomirabaexpectante.¿Quédemonioshacíaallí?,sepreguntóEvan.SuspensamientossedesviaronhaciaKatrin,encerradaenlahabitacióndelmotelesperandolasalidadelsolyelregresodeEvan,consupadreretenidocomorehénenaquelmismo instante.¿Estaríaatado?¿Amordazado?¿Lehabíandadounapaliza?Recorrióel cuartocon lamiradaenbuscade inspiración.No lahalló.Sobreel
escritorio había una foto familiar conmarco. Peter era un rollizo recién nacido,Mia llevaba un corte de pelo de otra época, elmarido llevaba gafas y lucía unasonrisa afable. Un pósit adherido al alféizar de la ventana recordaba otra de lasnormasdeaqueltalPeterson:«Comomínimomejoraunacosaencadasitioalquevayas.»Evancerrólosojosyrecordócuandoélmismoeraunniño.Recordóelmodoen
quesemovíanlevementeloslabiosdeJackcuandotratabadellegaralfondodeunacuestión, como si buscara las palabras.Agarró la insegura silla del escritorio, lediolavueltaysesentóenelladecaraalrespaldo.Respiróhondo.–Mira–dijo–,nosécómotesientestú,peroamímecabrealoquetehahechoese
chico.Petersemirabalasmanos,toqueteandoelbordedelassábanas.–Seguramentehaidoaporti,hasintentadodefenderteytehapegadoenlacara.
Esinjustoyesunasco.Peternolevantólavista.–Ojalápudieradefendermeyosolo–dijoporfinconlavozapuntodequebrarse.–Puedes.Soloquenoereslobastantemayorparahacerloconlospuños.Asíque,
¿porquénoutilizaslainteligencia,tealejasdeesechicoytequedassiemprecercadealgúnprofesor?Nohaynadamaloensortearlasituación.¿Deacuerdo?–Deacuerdo.–Y si eso no da resultado, siempre puedes echarle líquido desatascador en la
botelladeagua.Petersonrióylevantóunpuño.Evanloentrechocóconelsuyoyluegosaliódel
cuarto.Eltelevisorsinsonidoparpadeabasobreunpaisajedejuguetesyropasuciadeun
cestovolcadocaóticamentesobreunode loscojinesdel sofá.Unabandejacon lacenahabíacaídodelsofáalsuelo,dondesehabíanesparcidolostrozosdeunplatoyuncuencorotos.Mianoestabaalavista.Evanavanzóporelpasillo,llamándolaporsunombre.Lapuertadeldormitorio
principalestabaabierta,perocuandoélentró,loencontróvacío.Oyóaalguienquesesorbíalanarizruidosamenteenlaoscuraaberturadelvestidor.–¿Mia? –Evan abriómás la puerta del vestidor y la vio sentada con la espalda
apoyadaenunacolumnadecajones,secándoselacarayaferrandoelomnipresenteiPhone.–Losiento.Yosolo...Losiento.Aveces...–¿Puedoentrar?–Porfavor.
Evanseapoyóen lapared, juntoa lasblusascolgadas,ysedeslizóhaciaabajoparasentarsedelantedeella.Miacalzabaunaszapatillasdeconejitos.Eranrosasyacolchadas,conuncorazónygrandesletrascosidasquelaproclamabanLAMEJORMAMÁDELMUNDO.Alverlas,Evansintióalgomásprofundoquemeradiversión.Lesorprendió darse cuenta de que le gustaba aquella casa donde los cuchillos seusabanparauntarlamantequillayelSuperGluepararepararjuguetes.–Sientohabersidotanbordeantes–dijoella–.Ensucasa.–Soloestabasiendoprotectora.–Unacosaledigo:criarunhijonoesparacobardes.–No.Noloparece.–Yconeltrabajocomoestáahora...–Exhalóunsuspiro.Elflequillovolvióacaer
sobrelafrente–.Avecestenerqueenfrentarmeatodosolamesupera.Yséqueespatéticocontodoloquetengo,pero...Evanvioquesuexpresióncambiaba.–Lo hice todo bien –dijo Mia–. Estudié mucho, trabajé mucho, fui una buena
esposa.Losé.Tengoquemadurar,¿verdad?Parezcounaingenuaquesecreeconderechoatodo,perojoder.Sesuponíaqueibaafuncionar.Mejorqueesto.–Agitóuna mano señalando el vestidor, las pesadas mangas de los abrigos, las perchasmetálicas, el montón de jerséis que combaban el estante superior–. Tengo unaimagenfantasiosademímismaenlaquepuedocontodo.Peronuncaconsigoquesehagarealidad.¿Porquéno?Evannoestabaacostumbradoaaquellaclasedeproblemas,importantesperono
graves,prosaicosperonotriviales.Dificultadescotidianas.Unniñosinpadre.Unacisternaestropeada.Guisantescongeladosparareducirlahinchazón.MialomirabaconaireexpectanteyEvancomprendióquedebíaresponderle.–Supongoquetodoescuestióndedisciplinayconcentración.Ellaemitióunsuspirocortés.–Puedequeaustedseloparezca–dijo,manteniendountonoamable–,porqueno
hay nadiemás en su vida.Me refiero a alguien que esté en su vida siempre. Laspersonas son complicadas. Las relaciones no son lineales. Te patean el culo. Teobliganadesviarte,adarmarchaatrás,acambiar.Nosepuedeserperfectoamenosqueunoestésolo,yentonces¿sabequé?Puesqueestássolo,asíquesiguessinserperfecto.UnaimagenacudióalamentedeEvan:Jacktrajinandoenlagranjaporlanoche,
quitando motas de polvo con el pulgar, alineando objetos, apilando lossalvamantelesylasservilletasdetelaconlaprecisióndeunalíneademontaje.Evansiemprehabíaconsideradoaquellosritualesnocturnoscomounademostracióndetemple,laprácticacasireligiosadeordenarlahabitación,lacasa,eluniverso.–Quizánadadeloqueconsideramosimportanteimportaenrealidad–dijoMia–.
Quizáseanlaspequeñascosas lasquecuentan,pocoapoco,hastaqueconstruyenalgo que ni siquiera sabías que estabas construyendo. Turnarse para llevar a losniñosalcole.Prepararalmuerzos.Sentarsejuntoalacamadeunhospitalnochetrasnoche... –Sus ojos brillaban en la penumbra–. Pero también es lo que te roba laenergía.–Echólacabezaatrásparaevitarquecayeranmáslágrimas–.Medamiedonosercapazdesolucionarsolatodoloquesemevieneencima.Todoellíoqueeslavida.Medamiedoserdemasiadosensible,demasiadofrágil.Quesigasiempreigualyquenotengaloquehayquetenerparaarreglarlascosas.–Noesfrágil–leaseguróEvan–.Notienemiedodemostrarsusfisuras.–Fantástico. –Un esbozo de sonrisa–. Tengo fisuras. –Alargó el brazo hacia
Evan–.Ayúdemealevantarme.–¿Estápreparadaparasalirdeaquí?Ellaladeólacabeza.–Haytodouncaosquelimpiaryropasuciaparalavar,yyaestoypreparadapara
cumplirconmitarea.Evanselevantó,lecogiólamanoytiródeella.Miaselevantócomosifuerauna
pluma. Por un momento se encontraron uno junto al otro, estómago contraestómago,enelpequeñovestidor.LosojosdeMiaenlabarbilladeEvan,sulevealientosoplandoenelcuellodeél.Entoncesellaseadelantó,rozándoloydándoleunapalmadaenelcostado.Salierondeldormitoriojuntos.Enlasaladeestar,Miaapagólatelevisiónyempezóadoblarlaropadelsofá.Evansedirigióa lapuertadelapartamentoypensódenuevoenla lecciónvital
queMia había escrito y pegado en la pared para su hijo: «Dedícate a lo que esimportante,noa loqueesconveniente.»Estapequeñafrasehizoquesedetuviera.Miró hacia donde estaba el pósit y lo volvió a leer, preguntándose si losMandamientos eran inmutables y cerrados, o si se podían añadir nuevas reglas aplacer. Una vez más recordó a Jack revisando la casa a oscuras, ordenando,realizandoajustesinvisiblesquevolveríaahacerlanochesiguienteylasiguiente.Lagranja, tanseguraylimpiaydeunaausteridadreconfortante,siemprelehabíaparecidoalgointemporal.LacasadeMialeprovocabalaimpresiónopuesta.Consushuellasdemanosysus retratos familiares,parecíacontenerentre susparedestodo el brutal ciclo de la vida; sin embargo, también contenía una comodidaddistinta.Aunque la ideaconcretase leescurrióentre lasmanosantesdequeEvanpudiera asirla, percibía de algúnmodo que aquella clase de comodidad no podíaexistirsinlarealidadbrutaldelavida.Con el rabillo del ojo, percibió aMia agachándose sobre la bandeja caída. Se
acercóaellaparaayudarlaarecogereldesaguisado.
18
Míralobien
EntornoalaépocaenqueEvancumplediecisieteaños,surgeunaamenazaquelepermiteconocerdecercalosriesgosdesuprofesiónenlavidareal.AJacklellegalanoticiadequeunarchivodeunabasededatosclasificadapuedecorrerpeligro.Echando mano de una tenacidad forjada durante sus primeros tiempos comosargentodeinfantería,seencierraenlacasaypermanecesetentaydoshoraseneloscurovestíbulo,delantedelapuertaprincipal,sentadoenuntaburetedemaderaconunfusilsobrelasrodillas,delquesoloseapartaparabeberdeuntermoyhacersus necesidades.Una llamada telefónica desde un número oculto le indica que laamenaza,siesquehaexistido,yahapasado.JackdevuelveeltaburetedemaderaasulugarenlacocinayllamaaEvanasu
lado.Echaunassobrasdepavoenunplato, luegosesirveunvodkaconhielo.Seapoya en el fregadero, bebida enmano, con expresión pensativa; su vigilia le haconcedidotiempoenabundanciaparalacontemplación.–Tengoqueenseñartecómofuncionatodoesto,porqueelconocimientoespoder,y
noquieroquecorraslosriesgosqueafrontarássintenerpoder.Nuestroprogramaesuna operación antiséptica, totalmente clandestina, que se desarrolla con fondosreservados.Eldineroprocededirectamentedelerariopúblico.Seimprimeyseenvíadirectamenteyesimposiblederastrear.Loquesignificaquetenemosunpresupuestoilimitado. Lo dirige elDepartamento deDefensa, hilando la aguja a través de unagujeroenelDepartamentodeInterior.–¿ElDepartamentodeAgricultura?–Exactamente.Direcciones territoriales,parquesnacionales.¿Quiénvaabuscar
ahí?Jack procede a exponer las disposiciones secretas. Cuentas bancarias en varios
continentes. El dinero se mueve a través de un agente contratante en Aberdeen,Maryland, que ni siquiera sabe qué está contratando, y luego se distribuye.Apartados de correos, transferencias imposibles de rastrear, cambios de divisas.
Abogados en despachos diminutos, ocultos en edificios colmena que albergan ajoyeros,centrosdellamadas,agenciasdeviajesfraudulentas.Escritoriosyteléfonosynadamás.Evanescuchaatentamente,alargandodevezencuandounamanopordebajodela
mesaparaqueStriderpuedalamerelpavodesumano.Jackfingenodarsecuenta.Laúnicaindisciplinaquesepermiteeslarelacionadaconelperro.–¿Estáprevistoquemecuentetodoesto?–preguntaEvan.–No.ElSextoMandamiento:«Cuestionalasórdenes.»A lamañana siguiente, Evan regresa de correr y se encuentra en el sendero de
entradaunAcuraIntegrarojoconunJesúsbamboleantepegadoenelsalpicadero.Entraencasa,perplejo.Enelairepersisteunlevearomaajazmín,tananómaloen
elvestíbulodeparedesrevestidasdemaderacomounaboadeplumasenunmarine.Jack aguarda en el estudio. En el tocadiscos suena María Callas cantando
Suicidio.CuandolasombradeEvanirrumpeenlahabitación,Jacklevantalavista.–No puedes perder la cabeza por las mujeres, por el sexo. Y eso significa que
tienesqueacostumbrarteaello.Esunaprofesional,eslimpia,yvasatratarlaconamabilidadyconsideración.¿Hascomprendido?Evanasiente.JackvuelveasumirseenlalecturadeltercervolumendeHistoriadelospueblos
dehablainglesadeChurchill.Arriba,lapuertadelcuartodeEvanestáentornada,lobastanteparaquesevea
parte de la cama. La sábana semueve. El cuerpo desnudo de unamujer aparecerodando sobre la cama. Evan vislumbra una sombra entre unas piernas blancascomoelmarfilysientequeseleaceleraelpulso.Aldíasiguiente,Evanhaceflexionesenlabarraoxidadaquehayjuntoalapila
deleña,forzandolosbíceps.Jackbebecaféysualientoesvisibleenelaire.–Respetaralasmujeresesesencial–lediceJack–.Losderechosdelasmujeresy
la prosperidad económica de un país están claramente relacionados. Tratarcorrectamente a lasmujeres no es solo una elecciónmoral, que lo es, o un valorpropio de este país, que también lo es. Es un imperativo estratégico, y siempre,siemprepredicarásconelejemploaeserespecto.Evanasienteconungruñidoysedejacaeralsuelodesdelabarra.Cuandosubea
suhabitación,haydosmujeresesperándoleenlacama.Sueducacióndentroyfueradelassábanasseintensifica.Paracuandocumplelos
dieciochoaños,mideunmetroochentaypesaochentakilosdemoldeadosyesbeltosmúsculos. No es ni demasiado alto ni demasiado corpulento ni se le ve fuerte enexceso.Podríadesaparecerenmediodeunamultitud.Lamitaddeloshombresdeunbarcualquierapensaríanquepodríanvencerloenunareyerta.Eslasituaciónideal.
Una fríamañana de otoño, Jack da por terminada la instrucción deEvan en elcampodetiro.Hacemuchoquenoestánellosdossolossinningúninstructor.Evanajustalaelevacióndelamiraparacompensarlatrayectoriabalística.AsuladoJacksellevalosprismáticosalosojos.–ElladicequeahoraerescasitanbuentiradorcomoHuérfanoCero.–Pensabaquesoloéramosletras.–CeroeselapododeHuérfanoO.Evanexpulsaelaireatravésdesuslabiosfruncidos,aplicaunapresiónconstante
al gatillo. La culata le golpea en el hombro y aparece un orificio centrado en ladianarojasituadaaseiscientosmetroscuestaabajo.–¿Quién es Huérfano O? –pregunta Evan, volviendo a acoplar el ojo contra la
gomaprotectoradelamira.–Unhuérfanoactivo.Algunosdicenqueelmejor.Hastallegartú.Evanvuelveadisparar.Enojado,Jackdejacaerlosprismáticosentrelasquebradizashojas.–Concéntrate,Evan.Nolehasdadosiquieraalamalditadiana.–Míralobien–diceEvan.Jackvuelvealevantarlosprismáticos.Velamarcaenformademedialuna,donde
lasegundabalahaempujadohaciafueraelbordeizquierdodelorificio.Dosbalas,unorificio.Jackasienteconsucabezadebulldogyemiteunsonidogutural.CuandoEvanlo
mira,unaespeciedefiltroindetectablehastaentoncescaederepenteyEvanpercibequeJackhaenvejecidodesdesulejanoprimerencuentro,cuandodetuvosucocheeneláreadedescansodondehabíandejadoaEvansieteañosatrás.Lacarneparecemás pesada, tirando hacia abajo de la ancha mandíbula, y en cierto sentido sumiradaesmáshumana.YesteJack,unhombredecasisesentaañosconmáscaminorecorridoasuespaldaquecaminoabiertopordelante,conmueveelladovulnerabledeEvanqueélmismonosabíaquetenía.–CuandomurióClara–diceJacksinapartarlosojosdeladiana–noveíanada.
Sololosespaciosqueellahabíaocupado.–Mueveloslabiosyluegotragasaliva–.Hastaquellegastetú.Su boca se vuelve firme y una vez más se convierte en el receptor de béisbol,
cuadradoyblindado,inmunealascolisiones.Selevantaysusbotashacencrujirelmantilloalvolveralacamioneta.Asucaraasomaunalevesombradetemor.–Estáslisto–dice.Evanabriólosojosalasuaveluzmatinaldesudormitorioysequedótumbado
ensucamaflotante,mirandoaltecho,conlaspalabrasdeJackresonandoaúnensu
cabeza.Hacíamuchotiempoqueestabalisto.Sepreguntócuálhabíasidoelcosteparaél.Yluegoselevantó.HabíallegadoelmomentodequeKatrinyélllamaran.
19
Elcostedelapublicidad
–Estoyasustada.Sentada en el borde de la cama del motel, Katrin estiraba el dobladillo de la
camiseta que le había llevado Evan, demasiado grande para ella. Sus cabellos,húmedostodavíadeladucha,caíanformandounacortamelenadeángulosrectos.Susiris,unmarverdecristalino,parecíanaúnmásclarosenausenciadedelineador.LanzóaEvanrápidasmiradasdereojo,aplastandosuspuñosunayotravezentrelasrodillas.Evanacercóunasillaysesentófrenteaella.–Todoirábien.–¿Cómolosabe?–Siemprehasidoasí.Elairedelcuarto,húmedotodavíaporladucha,resultabaopresivoyteníaelolor
ahospitaldeljabónbaratodelmotel.Evanhabíallegadohacíaunosminutosyhabíaencontrado aKatrin paseándose por el pequeño espacio,mordiéndose la uña delpulgar,pintadadecoloroscuro.Ahoravolvíaacogerlaholgadacamiseta,tirandohaciaabajodelescoteenVydejandoaldescubiertolapartesuperiordelospechos.Tenía los nervios de punta y las extremidades inquietas. Su ansiedad luchaba porescapardelosconfinesdesucuerpo.El negro maletín de Evan descansaba sobre la cómoda, junto al televisor,
anulandoasícualquierdispositivodevigilanciaquepudierahaber.Evanintrodujouncódigoenelcierredelmaletín, loquedesactivóel inhibidordebandaanchayaltapotencia.Eraelmomentodehacerlallamadatelefónica.Katrinlopercibióyrecogióelmóvildeprepagoquehabíaenelcolchónjuntoa
ella.Seloapretócontraloslabiosycerrólosojoscomosirezara.EvansacósuRoamZone.–Usaremoselmío–dijo–.Nosepuederastrear.Ellaasintió.–Espere un momento. Solo un momento. –Respiró varias veces. Abrió sus
grandesojos,desbordantesdemiedo–.Deacuerdo.
Evanmarcó y puso el altavoz. Dejó el móvil en una esquina de la cama entreKatrinyél.Mientrassonaba,Katrinseretorcíalasmanos.Contestóunhombre.–¿Quiénes?–¿TieneaSam?–preguntóEvan.–Aquídelante.AKatrinseleescapóungemidoahogado.–Pruebadevida–dijoEvan–.Luegodiscutiremoslostérminos.Unsonidodepisadasyluegounaroncavozmasculina:–¿Sí?¿Katrin?–¿Papá?–Parpadeóy las lágrimasresbalaronporsusmejillasdemarfil–.Estoy
aquí.–Hola,cariño.–¿Tehanhechodaño?–Estoybien.Ellaseenjugólosojos.–Sientonohaberleshechocaso.Sientohaberpedidoayuda.–Cariño, quiero que sepas... quiero que sepas que no te culpo por nada de todo
esto.Estésconquienestés,esperoqueteproteja.Esperoque...Se oyeron protestas cuando alguien le arrebató el teléfono. Volvió la voz del
primerhombre.–Nosiguiónuestrasinstrucciones.–Esohasidoculpamía–dijoEvan–,peroestoydispuestoanegociarlaliberación
deSam.Tengodineroytengo...–Noqueremosdinero.Yano.Nosehanobedecidonuestrasinstrucciones.–¡Espere!–exclamóKatrin–.Podemosarreglarlo.Podemosempezardenuevo.–Seráelcostedelapublicidad–dijoelhombre–.Paralapróximavez.Sonóunúnicodisparo.Luegoelruidosordodeunpesomuertoalgolpearelsuelo.Evanselevantódelasillaycasitiróelteléfonodelacama.Sequedómirandoel
aparatoconincredulidad.LossollozosdeKatrinlellegaroncomomuylejanos.–¡Sam!¿Sam?Oh,no.¡No!La voz volvió a oírse, penetrando el zumbido causado por la conmoción que
llenabalacabezadeEvan.–Esazorraserálasiguiente.Luegotú.Lalíneasecortó.El zumbido se hizo más intenso hasta que ahogó cualquier otro sonido. Evan
habíacometidounerrordecálculo,elprimeroenochoaños.Levinoa lamente
aquella noche como un enjambre de sensaciones: las agitadas aguas de colorpizarradelPotomac,unmantodefloresdecerezobajo lospies,uncálidooloracobreimpregnandoelairellenodeserríndelhúmedogaraje.LossollozosdeKatrinresonaronensusoídos,atrayéndolodevueltaasucuerpo
sacudidoporlaconmoción.Teníalasmanosmanchadasdelasangredesupadre,comosilehubieradisparadoél.CuandoEvanquisorecogerelteléfono,sediocuentadequeletemblabalamano
por primera vez desde que pudiera recordar. La habitación dio una vertiginosasacudidacuandoelCuartoMandamientoseapagó.Ahoraeraalgopersonal.
20
Rojasmanos
Evansequedóallítodoeldíamientrasellalloraba,peronoseatrevióaabrazarla.Alcaerlanoche,Katrinloatrajohacialacamayseacurrucócontrasupechoigualqueunaniña.Lastresestrellastatuadasasomabanpordetrásdellóbulodesuoreja.Sus dedos, descansando sobre el pecho de Evan, estaban cargados de anillos, yllevabavariosbrazaletesquerodeabansuesbeltamuñecacomoserpientescuandomovía la mano. Su respiración era irregular de tanto llorar. Evan le apoyó unamanoenelcostado,sobresusfrágilescostillas.Cuandoelbrazodeellarozósusnudillos,notósupielsuaveytersa.–Ahorameencontraránamí–dijoKatrin–.Ymematarán.–No.–Evanmirabafijamenteeltechoestucado–.Noloharán.–¿Porquéhabríadecreerle?–Suvoznoteníaelmenorreproche.–Porquenovanaestarporaquímuchotiempo.Evanleacaricióelpelosuavementehastaquesequedódormida.Luegosaliócon
sigilo.Aellayalehabíadichoqueteníaqueresolveralgunostemasyquevolveríaporlamañana.Regresó de nuevo a Chinatown. Treinta y seis horas más tarde, el edificio de
apartamentos seguía siendo la escena activa de un crimen, con demasiada gentepululando para que pudiera introducirse allí. Estaba impaciente por investigar ellugar desde el que había disparado el francotirador, por situarse donde se habíasituadoél,porrespirarelmismoaireyverquéaveriguaba.El sonidodel disparono abandonaba aEvan, dandovueltas en su cabezaunay
otra vez. SamWhite, con su piel curtida por el sol y arrugas en las sienes. Lasúltimaspalabrasparasuhija:«Estésconquienestés,esperoque teproteja.»Evanimaginabalaescenaalotroladodelalíneatelefónica.Elretrocesodelapistola,lasacudidadelacabeza,elescuetopuntonegrocomoorificiodeentrada.Yluegoesetípicocuerpodesplomadounavezlehaabandonadolavida,lacascadaespasmódicadeextremidades,elcuelloflácido,elcontornopintadocontizaenelsuelo.Una vez en el ascensor de su edificio, Evan se encontró junto a la señora
Rosenbaum, que aferraba su diminuto monedero contra el estómago como paramantenerarayaalosrateros.
–Dos díasmás –dijo, levantando un par de dedos arrugados comopasas por siEvannecesitabauna ilustraciónvisual–.Faltandosdías paraquevengamihijo avisitarmeconmisnietos.Élmearreglará lapuerta,no lequepaduda.Yentoncespodrédecirleaeseinútildelencargado...LavozdelteléfonoseguíasonandoenlacabezadeEvan,ahogandolaspalabras
delaseñoraRosenbaum:«Noqueremosdinero.Yano.»Elascensorsubióconuncrujido.EvanpercibiólamiradadeIda,queestirabael
cuelloparamirarlo.–¿Seencuentrabien?–preguntóella.Élalcanzóaasentir.–Está ahí plantado respirando.Ni siquiera suelta sus habituales tonterías de «sí,
señora;no,señora».¿Estásegurodequeseencuentrabien?–Sí,señora.–Almenosahoralodice.–Creoqueesteessupiso.–Ah.Bien.Evan disfrutó del silencio durante el resto de la ascensión. Entró en su
apartamentoyfuederechoalfrigorífico.LuegoagitóunMartiniU’Luvkadurantetantoratoquelaspalmasselepegabanalaceroinoxidabledelacoctelera.Sirviólabebidaenunvasoconmáshielo.Ansiabanotarelfríoantiséptico,yquelosdientesledolierantantocomolasrojasmanos.«Unúnicodisparo.Yelruidosordodeunpesomuerto.»«¿Papá?No.No.¡No!»Elvasoletocabaloslabios.Respirabalosvaporespenetrantes,lossaboreabacon
lalengua.Enviaraunequipodeasesinosdealtonivelporunadeudadedosmillonescien
mil parecía excesivo, pero estaba claro que aquellos tipos de Las Vegas estabandispuestosa tomarmedidasdrásticasparademostraral siguienteperdedor loqueerancapacesdehacer.«Seráelcostedelapublicidad.Paralapróximavez.»Antes de darse cuenta de lo que hacía, Evan había arrojado el vaso contra el
fregadero. El vaso estalló como fuegos artificiales. Los trozos de cristal y hieloreflejaronlaluz,arrojandoarcoírissobrelaapagadapinturaazuladadeltecho.Elestallidoresonódemasiadoaltoentrelasbaldosas,elmetalyelhormigón.«Todoirábien–lehabíadichoaKatrin–.Siemprehasidoasí.»Una imagen volvió a su mente: la foto de tráfico de Sam, tomada en un día
corriente de una vida corriente. El cuello de una camisa vaquera. Alborotadoscabelloscanosos.«Mipadremeloenseñóprácticamentetodo.»
LospiesdeEvan lo llevaronporelpasillo,pasandopordelantede lahileradexilografías japonesas y la catana del sigloXIXmontada en la pared. Pasó por lapuertayeldormitorioprincipalseabrióanteél.«Unúnicodisparo.»Deprontoseencontróderodillas frentea lacómoda,abriendoelúltimocajón,
apartandolosbóxersparaponeraldescubiertoelhuecoenformademedialuna.«Luegoelruidosordodeunpesomuerto.»Metiólauñaenelhuecoylevantóelfalsofondodelcajón.Sacóelfinopanelde
aglomerado chapado y lo dejó caer en el suelo a un lado. Todavía de rodillas yconteniendolarespiración,mirófijamentelasprofundidadesdelcajón.En el interior había una camisa rota de franela azul, rígida por lasmanchas de
sangrequesehabíanennegrecidoconeltiempo.Unareliquia.
21
Buzón
Armado únicamente con el entrenamiento acumulado durante los últimos sieteaños,Evanseencuentraabriéndosecaminoporunanuevaytraicionerarealidadenterrenos traicioneros.No reconoce ninguna cara, no hay refugios seguros, no hayconversacionesensuidiomanativo.Aprendecuándoiraladeriva,cuándoecharelancla, cuándo proyectar una autoridadmayor a la que le otorgan sus diecinueveaños.Juntosenlagranjaanteelreconfortanteparpadeodeunfuegodeabedul,JackyélcrearonunpseudónimooperativoqueEvanllevaahoracomounviejoyqueridoabrigo.SecomponedemásverdadesquementirasparafacilitarqueEvansesientaidentificadoconél.Jacklehaenseñadoladiferenciaentreactuarconunatapaderayvivirunatapadera.Evannoactúa.Cree,depositaemocionesauténticassobreunabasefalsa.Lasmisiones se suceden, demasiadas para contarlas.Evan y Jack se comunican
escribiendoenelmismomensajeguardadoenlacarpetadeborradoresdelacuentadee-maildeEvan.Deestaformanosetransmiteenrealidadunasolapalabraporinternet, donde podría ser interceptada o captada. Evan recibe fotografías,direcciones, instrucciones desde varios países de distintos continentes. Lee,contesta,guardaoborra.Paraserunacuentainactiva,[email protected] tieneunacarpetade
borradoresextremadamenteactiva.EvanliquidaaunagenteegipcioenunacasaenKenia,aunnarcotraficanteenun
baño público de São Paulo, a un rebelde sirio en el almacén de una tienda depantallasdelámparasenGaza.Enunsórdidosuburbiolibanés,cambialasórdenessacando la bomba de un coche después de comprobar que su objetivo viajabasiempreconsushijosenlosasientostraserosdelcoche.Terminainfiltrándoseenuncomplejoblindadoydisparandoalhombreenlacama,unapeligrosaimprovisaciónqueprovocaunadelasescasascensurasdeJack.Despuésel11-Straeconsigounespectacularaumentodelaactividad.Evanlleva
acabomásoperacionesquenuncaenterritoriohostil,ytambiénsedesplazasinservistoporEspaña,FranciaeItalia,prestandoaamigosalgodeayudanosolicitada.En cierto momento (si bien el momento pasa desapercibido), su pseudónimo lo
conocenagenciasconsiglasde tres letrasenciertos territorios.Lasomnipotentesbasesdedatoshanidentificadopatronesdeactividadqueseleatribuyen.ElHombrede Ninguna Parte: verdugo y terrorista, buscado por diversos delitos en variospaíses,incluyendoEstadosUnidos.Peroesonolepreocupa,dadoquetécnicamentenoexiste.Noexisteningunafotografíanítidadeélenningúnarchivodelmundo.Amedidaqueaumentasu leyendaencírculosespecialmenteoscuros, se leatribuyenerróneamentemuchasmisiones.Seproducenincursionesparacapturarlo,amenudoenelhemisferioequivocado.Dosvecesalmenosseasesinaaunposiblecandidatoyel Hombre de Ninguna Parte es borrado de las listas, hasta que otra acciónencubiertademuestrasuaparenteinmortalidad.SoloJacklosabe.ÉleselúnicovínculodeEvanconlalegitimidad.Paraelresto
delmundoysupropiogobierno,Evanesunhombrebuscado.Jackrecibelasórdenesdepersonasalmásaltonivel,yallíestán,respirandounaireexclusivo,disfrutandode la máxima protección. Evan es la «negación creíble»5 personificada. Es unenemigodelmismoestadoalque sirveyprotege.Círculosconcéntricosqueno setocan.Casiolvidaquehayotrosigualqueélhastaunamañanainvernal,cuandoéltiene
veintinueveaños.Recibeelmensajeenunbuzón6deCopenhague.«Soyunocomotú.Quisieraconocerte.ElIceBar,Oslo.»Yañadefechayhora.Lo
firma«HuérfanoY».Evanpermaneceunratoinmóvilconlanotaenlamano.Sobreelpapelcaencopos
denievequenosederriten.Sabedoscosas:queiráyquenoselocontaráaJack.Llegamuchoantesdelahoradelacita,inspeccionalamanzana,elbar,entradasy
salidas,escalerasymesas.Elbar tieneunrecintodeparedesdecristalquevadeparedaparedenelladonorteyquesemantienetanfríocomouncongelador.Cercadelapuertadeesterecintocuelgancuatroabrigosdepieles,queseponenhombresymujeres por igual antes de entrar.Dentrohay innumerables botellas de vodka yaguardienteenanaquelestallados.Elbarmansirveellicorelegidoenvasoshechosdehielo.Elrestodelbaresausteroymoderno.Lascamarerassirvenarenquesensalmuera
y satay de reno. Evan elige el reservado de un rincón que está a un salto de laspuertasbatientesde la cocina, ydejaun revólver sobreel cojíndelbancoenqueestásentado,conelcañónapretadocontraelmuslo,apuntandohaciafuera.Divisaalhombreencuantoesteentra,reconociblealinstanteporsuporteincluso
diecisieteañosdespués.Lamismacabezapelirroja,elmismorostrorubicundo.El hombre se abre paso entre lamultitud, se quita el grueso abrigo y se planta
frenteaEvan.Semiranfijamenteelunoalotro.ACharlesvanSciverseleerizaelvello de los brazos. Al otro lado del bar, en el congelador, un grupo de jóvenes
borrachos,semejantesaososconlosabrigosdepieles,apuransusbebidas,arrojanlosvasosdehielocontralapareddecristal,ychocanesoscinco.–Evan.Joder,¿no?–diceVanSciver.Sesientayobservalarefinadadecoración–.
QuélejosestamosdelalberguePride,¿eh?–¿Cómoencontrasteesebuzónparaponerteencontactoconmigo?–Nosentrenanbien.–Esbozaunamediasonrisa–.Teagradezcoquehayasvenido.–¿PorquéenOslo?–Estoyaquíporunamisión.–Llamaalacamarera,pidedosvasosdeaguardiente
yvuelvesuatenciónaEvan–.Queríaveraalguienmásquenoexiste.Esagradablepoderrecordardevezencuandoquerealmenteestamosaquí.Llegan las bebidas y Van Sciver levanta la suya para brindar. Entrechocan los
vasos.–Devezencuandooíahablarde tiduranteel entrenamiento–diceVanSciver–.
Comentariosdepasada.Usaban tunombreenclave,por supuesto,pero sabíaqueerastú.HuérfanoCeroytú,losmejoresdelosmejores.A Evan la idea de tener una reputación que se extiende por todo el Programa
Huérfanolepareceextraña.Casitanextrañacomosentarsedelantedealguienconexperienciascomunes.Yunahistoriacomúnademás.Durantelamayorpartedesuvida,Evanhafuncionadosinpresenteysinpasado.–¿Tuvistesupervisor?–preguntaEvan–.¿Yunacasa?–Oh,sí, tuve todo.Mipadreera fantástico.Estableció losDictados,unestilode
vida.Mesituóenelmundo.Evanardedecuriosidad,alentadoporcadaunodelosprometedoresdetalles,yse
dice que debe contenerse, que ha de seguir en guardia a pesar de esta súbita einesperada conexión, difícil de definir, que quizá no sea camaradería pero sí almenosunaincómodarelación.Bebeelaguardientenoruego,quetieneunsabormásahumadoquesuequivalentedanés.Charlanduranteunrato,cautelososperonodemasiado,rozandoapenaselborde
de las cosas. Historias de misiones despojadas de nombres propios. Incidentesduranteelentrenamiento.Percancesdurantelasoperaciones.El congelador de paredes de cristal que tienen frente a ellos se llena de más
hombresymujeresconabrigosdepieles,apretadosenelangostoespacio,lanzandoestruendosos brindis, estrellando vasos de cristal, pero Evan apenas los nota. Lamesa tenuemente iluminada donde se sienta con Van Sciver parece un refugio delruidoylajuerga,unlugartranquiloenelmundo.VanSciverapurasusextochupito,peroelalcoholnopareceafectarle.–¿Loquemásmegusta?–dice–.Lagloriosasimplicidad.Estánlasórdenesynada
más.Evan empieza a notar cierto desasosiego que pugna por emerger y al que no
consigueponernombre.–¿Nadamás?VanSciverniegaconlacabeza.–Solo cumplirlas. Estuve un tiempo yendo y viniendo de Oriente Próximo,
realizando acciones ofensivas.Un díame encontraba acurrucado en la ladera deuna colina, detrás de una mansión, tenía un objetivo de alto valor en la mira atravésdeunaventanadelacocina.Undisparodifícil,aunosdoscientosmetros,conel viento en contra y poca visibilidad. Pero lo tenía. El problema era el niño,¿entiendes?Deunosseisaños,sentadoensuregazo.Yhabíapatrullasdeseguridadrecorriendolamontaña,asíqueteníaqueirescondiéndomedeunmatorralaotroaintervalos.Noteníaundisparolimpioenlamirasiqueríaevitaraeseniño.Ysemeacababa el tiempo. Iba a anochecer. –Se mojó los labios–. Así que enfoquédirectamentealojodelniño,¿entiendes?Unaparedcranealmenosconrefracción.Apunté.Luegomelopensé.–Sumanazasecierraentornoaldelicadovasodelicor.Bebeunsorbo.Evantambiénhapasadoporeso,justamenteensuprimeramisión,ocultoenuna
infectaalcantarilladelBloquedelEste,apuntandoconsuriflede francotiradoratravés de la rejilla de desagüe de la acera, con la mira puesta en el ojo de uninocente.Evanseinclinahaciadelante.–¿Quéhiciste?–Disparé. –El pulgar y el índice de Van Sciver hacen girar el vaso–. Edicto
Decimosegundo:«Porcualquiermedionecesario.»Evan está algo adormecido por la bebida y la revelación de Van Sciver, pero
también siente una punzada de afecto por Jack. Se pregunta hasta qué punto sondiferenteslasreglasdeJackdelasdelosdemássupervisores.–¿Funcionó?–seoyepreguntar.–Labalanolomató,perolosfragmentosdehuesosí.–VanSciverlevantasuvaso,
parecepensárselomejorylodejadenuevosobrelamesa–.Convertíelcráneodeunniñodeseisañosenunarma–diceconciertoorgullosiniestro–.Teníaquecumplirla misión. Y lo hice. Nosotros no hacemos preguntas. Recibimos órdenes y lascumplimos.En los ojos de Charles hay un brillo invariable, la certeza de un auténtico
creyente,yEvansienteunainesperadapunzadadeenvidia.Quécaminotanfácil.Alaenvidialaacompañaunadosisdefascinación.–¿Nuncatepreguntassi...?–¿Qué?–diceCharles,incitándoleapreguntar.Evanhacegirarsuvasosobrelamarcadelacondensación,tratandodeformular
lapreguntadeunamaneramásconcreta.–¿Cómosabíasqueeraunterrorista?
–Porquelepeguéuntiro.Evan intentaquenosenotesureacciónen lacara,peroVanSciverdebedever
algo,porqueañade:–Asíescomose juegaeste juego.Sino tegustan las reglas,cambiade juego.–
Apuraelrestodesulicoryselevanta,alisándoseelabrigo–.Esloquehay,yesoestodoloquehay.Evan permanece sentado. Semiran fijamente unmomento, y luegoEvan inclina
levementelacabeza.–Nosvemosenunsitiouotro.Evansabequenohabrádespedidascorteses,peroaunasí,lepillaporsorpresala
brusquedad con que Van Sciver damedia vuelta y se aleja. En el congelador, losjuerguistasapuransuschupitosyestrellan losvasosdehielocontrael suelo.VanSciver zigzaguea entre las mesas y se introduce en el congelador, envuelto en laaglomeracióndegente.Atravésdelagranpareddecristal,Evanleobservacuandorodeaelcuellodeun
borracho con el brazo y lo aparta ligeramente de los demás, que brindanruidosamenteconlasiguienteronda.Labebidalesgoteaporlasmuñecasycaeenlospuñosdelosabrigosdepieles.Bebenelvodkadeuntrago.Conunalevesonrisa,VanSciverlesusurraalgoaloídoalborracho,queasienteconelrostroencendidoen una muestra del vínculo instantáneo propiciado por la ebriedad. Cuando lasiguienteandanadadevasosdehielo seestrellacontraelhormigón,elhombrealqueaferraVanSciversufreunasacudida.Asualrededortodoschocanesoscinco.Alguiensesubealabarrayestáapuntoderesbalar.VanSciverapoyaalborrachocontra la pared de cristal y lo empuja hacia abajo para que quede sentado en elsuelo.Laespaldadejaunamanchaoscuraenelcristal.Lacabezacaehaciadelante,labarbillasobreelpecho,ysequedainmóvil.VanSciverlequitaelsombreroaunodelosjuerguistasylocolocasobrelacabezagacha,caídosobreelrostro.Yanoesmásque otro idiota que ha perdido el sentido. Sus amigos lo señalan, riéndose, ysiguenbebiendo.CuandoVanSciverabandonael congelador, su rostro rubicundosevuelvehacia
Evanunossegundos.Leguiñaunojoydesapareceentrelamultitud.Yalohabíadichoélmismo:estabaallíporunamisión.Evannotienemásremedio
queadmirarsufríaeficiencia.Dospájarosdeuntiro.Echaunpuñadodecoronasnoruegassobrelamesayseva.Durantelosmesessiguientes,elencuentroconVanScivernodejadepesarle.Le
vienen a la memoria retazos de conversación en momentos inoportunos. «Porcualquiermedionecesario...Nohacemospreguntas...Porquelepeguéuntiro...»Enlaecuaciónsehaintroducidounavaguedadmoraly,pormuchoqueseesfuerza,noconsiguevolveracentrarse.
Y las misiones siguen apareciendo en la carpeta de borradores [email protected],siguiendolapistaaalguienque financiaa imanes radicales.Enuna tarde letárgicaacausadel calorbochornoso, lograal findarconel tipopaseandoporunparque.Pasan lashorasmientrasEvanesperaaqueelhombreseseparedesujovenesposa.Finalmenteelhombresedirigealossucioslavabospúblicos,dondeEvanloestrangulajuntoalosurinarios de porcelana. Un acto cercano y desagradable. El hombre se resiste,pataleacontantafuerzaquerompeunurinario.Alterminar,lacamisadeEvannoesmásqueuntraporotollenodesangreysudor.Despuésdelimpiarseyregresarasuhotel,enlascadenaslocaleslagrannoticia
eslamuertedeunactivistadelosderechoshumanoscuyorostroresultasereldelhombrealqueEvanacabadeliquidar.Selehaceunnudoenelestómago,elmiedosordodelaparanoia.¿Oesladuda?Dudaresalgoquenosepuedepermitir.PideponerseencontactotelefónicoconJackyseleconcededoshorasdespués.Se
hace a través del nuevo protocolo estándar (de móvil desechable a móvildesechable),einmediatamenteJackempiezaahablardelogística.–HemovidootrasumadeochocifrasatravésdelaIsladeMan.Sedistribuiráa
tusegundalíneadecuentas,yluego...–Para–pideEvan.Jackobedece.–No era un financiero –explica Evan–. He visto en la televisión que era un
activistadelosderechoshumanos.–Sonnoticias,nolaverdad.–Dejémonosdemáximasestavez.Estoempiezaaparecerarbitrario.Jacksuspiraalotroladodelalínea.–EstamañanahetenidoquesacrificaraStrider.Habíadejadodecomer.Teníael
estómagollenodetumores.Evansientelapérdidaenlasentrañas,enlagarganta.–Losiento.Oye el tintineo del hielo en un vaso. Imagina al hermoso perro acercándose
lentamentebajolamesamientrascome,eltactodelhocicosorbiendounostrozosdepavo que le ofrece a escondidas en la palma de la mano. Lo más cercano a unhermanoquehatenidoEvanensuvida.Jackinterrumpesuspensamientos.–¿Quéintentasdecirme?LasensacióndepérdidatodavíaenvuelveaEvan.Noestáacostumbrado.Tardaun
momentoenreorientarse.–Talveznecesiteundescanso.–¿Meestásdiciendoquequieresvolver?
–Estoydiciendoquequieroundescanso.–Nopuedeser.Ahorano.–¿Hallegadoyalasiguientemisión?–Yaestáentucarpeta.Evanestásentadoconlaspiernascruzadassobrelacamaenelúltimopisodeun
hotel cochambroso. La habitación es tan pequeña que puede alargar la mano yagarrarsuportátilde la tambaleantemesademadera.Sujetandoelmóvilentreelhombroylamejilla,accedeasucuenta.Laventanadeguillotinaestáabierta,conlahoja torcida, dejando ver edificios cuadrados de color beige, cuerdas con ropacolgada.Elaireescálidoypesadoenlahabitación.–Unmomento–dice–.Loestoymirando.Abre lacarpetadeborradoresy luegoelúnicoborradordee-mailguardado.La
pelotadeplayagiramientrassecargalafoto.Al ver el rostro que aparece, se le corta la respiración. El ruido del tráfico se
desvanece. En sus oídos no suena más que un pitido. Parpadea con fuerzaapretándose el puente de la nariz con el pulgar y el índice, pero cuando vuelve amirar,lafotopixeladasiguesiendolamisma.CharlesvanSciver.Jackinterpretasusilenciocomosoloélpodría.–Loreconoces.–Sí.–Delalbergue.–Sí.Y...–¿Yqué?Evanselevantayseacercaalaventanatratandoderespiraralgodeairefresco.
Peroencuentraelmismoaire:enlahabitación,fuera,entodoeseáridopaís.–Nosencontramosunavez.Losé.Séquiénesahora.–¿Osencontrasteis?Esoesdesafortunadoeirregular.–Llámalocomoquieras.Si esunhuérfanocomoyo,¿porquéhaacabadoenmi
cuentadee-mail?–Sutapaderasehavistocomprometida.Unpardelosnuestros...EvandetectaelpesarenlavozdeJack.–¿Qué?–insiste.–Sehanpasadoalotrolado.–¿Tienesalgunaotrainformación?–No.–Bueno,puessiquieresquevayaaporunhuérfano,serámejorqueloaclarescon
Washingtonyconsigasunarespuestaconcretasobrelosmotivos.–Nohayrespuestas.Yalosabes.
–Eso no significa que no haya preguntas. El Sexto Mandamiento. ¿O lo hasolvidado?Evan vuelve la vista hacia el portátil abierto. Ve la cara de Van Sciver, pero
tambiénaVanSciverdejoven,enlaspistasdebaloncestodeasfalto,alasombradelos rascacielos de pisos de Lafayette Courts, reuniendo a un puñado de jóvenesgamberrossinnadamásquetiempoenlasmanosynadamejorquehacer.–Noloharé–dice–.Nomataréaunodelosmíos.Crecimosjuntos.–Estámuertodetodasformas–replicaJack–.Sinolohacestú,loharáotro.–Nomeparecequeesoseaunargumentomoralcorrecto–diceEvan.Silencio.–Estábien–dice Jack finalmente–.VuelveaFráncfort.Enviaránaalguienpara
hacerlimpiezacuandotevayas.–Comohacensiempre.Evancuelga.Tresdíasmástardemarcaelnúmerodelsiguientemóvildesechabledelalistaque
hamemorizado.Jackrespondeenlacocina.Evanoyeelcaféqueseestápreparandoenlacafeteraeléctrica.–Necesitoverte–dice.–Nihablar.Estás en el puntodemirapor el trabajodeBulgaria.Podrían estar
vigilándoteahoramismo.–No.–¿Cómolosabes?–Porquemeentrenastetú.Unsilencio.–Estallamadaesirregular–diceJack.Paraélnohaypalabramáscondenatoria
que«irregular».–Estavidaesirregular.Necesitoverte.Ahora.–No.Quédate enAlemania.Desaparecedel radar.No lograrás entrar en el país
ahora.–TellamodesdeLStreetconConnecticutAvenue.Elsilencioquesigueesprolongado.–Puedequehayaunafiltraciónennuestrolado.Noquierohacermever.Vigilomis
movimientos.EltrabajodeBulgaria.Unafiltración.Excusasatípicasdeunhombrequenunca
poneexcusas.Jacknodicenada.Evantampoco.AlfinalJacktransige.–Hay un aparcamiento subterráneo en Ohio Drive al sur del Monumento a
Jefferson.Estácerradoporobras.Estaréenlaterceraplantaamedianoche.Cinco
minutos.DejaaEvanconlaseñaldellamada.Cuandoanochece,EvancaminaalolargodelasagitadasaguasdelPotomaccon
lasmanoshundidasen losbolsillos.Loscerezosestánen flor,yaél lesorprende,como siempre, el escaso aroma que desprenden. El suelo está cubierto de florescaídas.Encuentraelaparcamientoypasavariasvecesantesdeacercarse,zigzagueando
entreconosnaranjasycintasdeseñalización.Unaláminadecontrachapadosehaclavado provisionalmente con demasiada frecuencia sobre la puerta que da a laescaleranorte,ysequitafácilmentehaciendopalanca.Evanbajacaminandodeunaplanta a otra, sorteando hormigoneras inactivas y volquetes cargados demaquinaria.DesciendehastalaP3,inspeccionaelperímetrodelaoscuraplantayseocultatrasunacolumnadehormigónparaesperar.Durantemásdedoshorasnorealiza el menor movimiento, permaneciendo tan inactivo como el equipo y losvehículosquelorodean.Amedianocheenpunto,Jackaparecedelanadaenelextremomásalejadodela
P3,donde,quesepaEvan,nohayescaleraalguna.ClaroquecomotrucodemagiaesdignodeunexjefedeseccióndelaCIA.Círculosconcéntricosquenosetocan.Sus pasos resuenan en el aparcamiento cuando lo atraviesa. El piloto rojo del
ascensor lo baña con una luz severa, arrojando su larga sombra sobre el suelomanchadodegrasa.Sedetienealdescubierto,mirandohacialassombrasdondeseocultaEvan.–¿Ybien?–dice.Evan emerge entre las sombras. Se abrazan. Jack lo retiene un momento. Hace
veintiséismesesquenoseven;laúltimavezfueunencuentrodequinceminutosenunacafeteríadeCartagena.Losañoshanvueltoalgomás flácidas lasmejillasdeJack,pero se leve todavíaen forma, sinkilosdemás.Lleva lacamisade franelaazularremangada,dejandoverlosbrazos,tanmusculososcomosiempre.Brazosdereceptordebéisbol.Cuandoseseparan,Evanechaunvistazoalaplantadelaparcamiento.Seaclara
lagarganta.–Lodejo–dice.Jacklomira,evaluándolo.–Estonosedejanunca.Yalosabes.Sinmínoeresmásque...–Uncriminaldeguerra.Losé.Peropasaréalaclandestinidad.ElPlanNiebla.El nombre, un juego de palabras con su apellido,7 se había convertido en una
claveentreellos.–Nopodemoshablardeesto,niaquíniahora–diceJack–.¿Meentiendes?Séque
creesquetrabajastúsoloahífuera.Peroyoteproporcionociertaprotección.Una
llamada al sitio adecuado, un amigo en el control de pasaportes. Yo soy la únicapersonaque...Evan se siente presa de una oscura claustrofobia que le atenaza el pecho,
ahogándole.–¡Nopuedoseguirhaciéndolo!Susbruscaspalabrasresuenanen lasparedesycolumnasdehormigón.Evanno
recuerdacuándofuelaúltimavezquepermitióqueeltonodesuvoztraicionarasusemociones.Sesecalaboca,apartalavista.Jackparpadea.MiraaEvancomonuncalohamiradoantes,comounpadrequese
dacuentaporprimeravezdequesuhijoyanoesunniño.Susojosestánhúmedos,suslabiossemantienenfirmes.Novaallorar,peroporsuexpresiónpareceapuntodehacerlo.–Quería que no vieras solo el blanco y el negro.Quería que siguieras siendo...
humano. En eso, quizá te he fallado. –Vuelve a parpadear, dos veces, con sucuadradacabezainclinada,apuntandohacialoszapatosdeEvan–.Losiento,hijo.Demasiado tarde, percibe el retumbar de un vehículo enmarcha a través de las
suelas de los zapatos. Se pone tenso. Se oye el rugido de un motor y unos farosbarren la pared norte como la luz de la torre de vigilancia de una prisión. En elextremo más alejado de la planta del aparcamiento, un SUV negro aparecedescendiendovelozmenteporlarampacirculardesdelasegundaplanta,derrapandoyprovocandounacascadadechispas.Dosarmasdisparanporlasventanillasabiertas.JackagarraaEvanporelbrazo
ytiradeélparaescondersetrasunacolumna.Lasbalaspulverizanelhormigónaescasoscentímetrosdesucara.EvanempuñasuWilsonyruedaapoyándoseen lacolumnapara emergerpor el otro lado y adoptar la posturaweaver, sujetando elarmaconunamano,usandolaotramanodeapoyoycolocándosedemedioladoconunpiemásavanzadoqueelotro,conloqueseofreceunblancomenosfácil.CuandoelSUVavanzaatodavelocidadcontraellos,Evandisparacontraelparabrisas.Unabalapasatancercaquenotasucalorenunladodelcuello,perosusmanos
siguenfirmes,apuntandoconprecisión.Novenadaatravésdelparabrisas,todavíano,perodisparasobre losdosasientosdelanterosyquienquieraque losocupe.Elrugido del SUV disminuye, las ruedas aminoran la velocidad. Evan deja caer elcargador vacío, introduce otro, sigue disparando incluso después de que losocupantes del coche hayan sido abatidos, incluso después de que el vehículoaminore la marcha. El amplio capó se acerca, el parachoques delantero roza lasrodillasdeEvanyelSUVfinalmentesedetiene.La luz roja del ascensor ilumina el interior, dos cuerpos acribillados y caídos
sobreelsalpicadero.Pielyhuesos.Evanoyeungorjeoasuespalda:Jack,desplomadoenelsuelocontralacolumna,
lacamisadefranelaazulempapadaenelhombro.Lasangreesbrillante,arterial.LamanodeJackaprietalaheridaylasangrelacubredemaneratanuniformequeparececomosisehubierapuestounguantecarmesí.En apenas un parpadeo, Evan está de rodillas quitándole la camisa a Jack. La
franja carmesí ha empapado también la camiseta blanca en diagonal, como unabandahonorífica,yseexpandeporel tejidodealgodón.Jackmuevelamanoyunchorritodesangreseescurreentrelosdedos.Jack dice algo. Evan tiene que ordenar a su mente que preste atención a los
sonidos,quelostransformeenpalabras,queasignesignificadoalaspalabras.–Estoymuerto–diceJack–.Mehadadoenlaarteriabraquial.–Esonolosabes.No...–Losé.–JacklevantasucallosamanoylaapoyaenlamejilladeEvan,talvezpor
primeravezdesdequeseconocen.Porelhuecode larampay larampamisma, llegaelsonidode lassirenasde la
Policía.Uncálidooloracobreseimponesobreelolordulzóndelserrín.–Voy a morir –insiste Jack–. No eches a perder tu tapadera. Escúchame. –Un
paroxismodedolorsacudesucuerpo,peroélpugnaporseguirhablando–.Estonoha sido culpa tuya. Yo he tomado la decisión de encontrarme contigo. Yo. Vete.Déjameaquí.Vete.Evantienelaimpresióndequeseestáahogando,peroentoncesnotalahumedad
ensusmejillasycomprendeloqueleocurreasurostro.Lassirenasestáncadavezmáscerca,comouncorodechillidos.–No–dice–.Nomeiré.No...Jack baja la mano ilesa al cinturón, se oye un ruido metálico y su pistola de
reglamentoapareceentrelosdos.ApuntaaEvan.–Vete.–Noseríascapaz.LamiradadeJackesfirme,lúcida.–¿Tehementidoalgunavez?Evanselevanta,retrocedeunpasotambaleándose.Piensaenlasadvertenciasde
Jack.EnelpuntodemiraporeltrabajodeBulgaria.Unafiltraciónpotencial.«Noquierohacermever.»Y,sinembargo,Evanlehabíaobligadoahacerprecisamenteeso.LanzaunamiradadepánicoalSUVhumeante,a loscuerposdesplomadoshacia
delante, sin rostro.Vuelveamirara Jack,que respira condificultad.Evanquierequedarse allímás tiempo, pero no lo tiene. Todavía tiene la camisa de franela deJackarrugadaenlamano.Cierraelpuño,estrujándola,ylasangreleempapalosdedos.Sobresuscabezasseoyeunchirridodeneumáticos.Elruidodebotassobrehormigón.
–Hijo–diceJackafectuosamente–.Eshoradequetemarches.–Giraelcañóndelapistolayselocolocabajolabarbilla.Evanretrocede,limpiándoselaslágrimasconelbrazo.Daotropasohaciaatrás,y
otro,yfinalmentedamediavuelta.Mientrassealejacorriendo,oyeundisparo.
22
Retazosdesuauténticoyo
Evanvolvióensíarrodilladoenelsuelodesudormitorioanteelcajónabiertodelacómoda,elcuellomanchadodesangredelacamisadeJackenrolladoentornoasumanocomounrosario.Eldisparoparecióresonarportodoelapartamento,unsonidoespectralquellenóelaireyque,sinembargo,nosurgíadeningunaparte.Eseruido lohabíaencaminadohaciaunanuevavida.HabíasalidoescabulléndosedeaquelaparcamientosubterráneobajoelJeffersonMemorialparaemprenderunanuevaexistencia.Las primeras semanas tras la muerte de Jack las había pasado en una cabaña
alquiladaenlasmontañasdeAlleghenies,soloconelolorapinoyelcrujidodelashojas.Entodasuvidasolohabíatenidounaauténticarelaciónhumana,ysupérdidalehabíadejadounvacíointerior.Enloshuesos,elpecho,bajolascostillas,ledolíacomosieldañofuerafísico.Enciertomodosuponíaqueloera.O bien había puesto al descubierto a Jack, o bien lo habían seguido a él. Dos
hombresmarcadosenelmismolugar,unencuentropúblicoenelqueEvanhabíainsistido.«Estonohasidoculpatuya.Yohetomadoladecisióndeencontrarmecontigo.»Apesarde loque intentabaJack, suspalabras transmitían locontrario.Evan las
revivió,y le sonaron igualquecuando, siendounmuchacho,oía lavoz roncadeJack leyéndole a Shakespeare a la luz del fuego: «Y Bruto es un hombrehonorable.»Evanhibernóenlacabinallenadecorrientesdeaire.Eldolorleabsorbiótodala
energía.Pasadounmes,empezóasalirdeaquelbrumososopor,ycomprendióquelamuertedeJack tenía ramificacionesmásalláde laspuramenteemocionales.ElúnicovínculodeEvanconlalegitimidadtambiénsehabíadesangradoenelsuelodehormigóndelaP3.Yanoteníaasucontactoprincipal,niningúnotrocontactodentrodelgobierno.
No había nación que no lo buscara, ni siquiera aquella a la que servía. En pocaspalabras,nohabíanadaqueleatara.LavozdeJackseabriópasoensucerebroabotargado.«Supéralo,hijo.Nohay
emociónmásinútilquelaautocompasión.»
Evanselevantóesamañana,salióalafrescabrisaotoñalyfijólavistamásalláde las colinas cubiertas de abetos rojos. El aroma de los árboles de Navidadtraspasabaelaire.Lasagujaslepinchabanlospiesdescalzos.Elvientoletraspasóyél tuvo la sensación de habitar en un mundo más amplio donde tenía su propiolugar.Su cuenta bancaria era prácticamente ilimitada, tenía una serie concreta de
habilidades y nada que hacer. No había nada que le atara, pero eso tambiénsignificabaqueeralibre.SefueaviviraLosÁngeles,lomáslejosdeWashingtonD.C.sinabandonarel
país. Y se rehízo a sí mismo. Una tercera vida, con una parte pública y otraclandestina.Unpseudónimoparasusoperacioneshechoderetazosdesuauténticoyo. Una tapadera que le permitiera ocultarse estando a la vista. Estaba siemprepreparadoparaunamisión.Semanteníaentrenadoyenforma.Nuncasabíaquiénpodíaaparecerbuscándolo,quépuñopodíallamarasupuerta.Transcurrieronvariosaños.Permanecía alerta, vigilante, pegaba la oreja al suelo por si oía temblores
subterráneos. A través de varias fuentes le llegó la noticia de que se habíadesmanteladoelProgramaHuérfanoysusagentessehabíanesparcidoaloscuatrovientos.Nuncallegóaenterarsedeldestinodeloshuérfanosquesehabíanpasadoal otro lado, pero imaginaba que los demás habían vendido sus serviciosespecializadosalmejorpostor,osehabíanretiradoaalgunaplayadealgúnrincóntranquilodelmundo.Aélnoleatraíaningunadeesasdosopciones.Yasí fue comodecidiódar a su entrenamientounusopersonal.Trabajaría por
libre gratuitamente, ayudando a quienes no podían ayudarse a sí mismos. Encualquiercaso,setratabadeunavocaciónqueseajustabaasupropiosentidodelamoral.Encincoaños,habíallevadoacabounadocenademisionesconéxito.Yahorahabíafracasado.«Unúnicodisparo...Elruidosordodeunpesomuerto.»LacamisadefranelaazulmanchadaconlasangredeJackparecíaunaacusación,
unapruebadelapérdidasufridaesedía,comounaSábanaSantapropia.«¿Papá?No.¡No!»No.Evan depositó suavemente la tela rígida en el falso fondo del cajón, colocó la
láminadecontrachapadoqueloocultabaensulugar,yreordenólaropa.Elcajónsecerróconunlevísimochasquido.Nohabíapodidosalvarasupropiopadre.TampocohabíasalvadoaldeKatrin.Ahoraloúnicoquepodíaofrecerleaellaeravenganza.PasójuntoalacamaflotanteMaglevparasalirdeldormitorio,avanzólentamente
porelfríopasilloconlasxilografíasjaponesasylaespadamontadaenlapared.Habíapedazosdel vaso esparcidospor la encimeray el fregadero.Le llegóun
fuerteoloraalcohol,elaromaantisépticodelcarísimovodka.Barriólostrozosdecristal. Mojó un paño de cocina y limpió la encimera. Uno de los azulejosreflectanteshabíasufridounadiminutamelladura.Raspóelpequeñodefectoconlauña,comosiasípudieralimarlo.Nosearregló.
Acababade sentarse, respirar profundamenteyprepararseparameditar, cuandounchillidovehementelosacódesupacíficaposturasobrelaalfombraturca.Enunprimer momento no supo qué sonido era. El sonido se repitió, con estridenciasuficiente para que le chirriaran los dientes.No era una alarma, sino el teléfonofijo,querarasvecesusabayquehabíainstaladosoloporqueserequeríaunnúmerolocalparaellistínderesidentesdelacomunidaddepropietarios.EncuantodescolgóoyólavozdeMia.–¿Desatascadorenlabotelladeagua?Perobueno,¿aquéveníaeso?Evansuspiró.–Mire,yaséquebromeaba.Élmismomehadichoqueeraunabroma.Pero¿ysi
selocuentaaunprofesor?Podríaconsiderarseunaamenazaterrorista.Notieneniideadelalocuraquesonahoraloscolegios.Evan apretó los labios y se losmordió. Se esforzó en relajar losmúsculos del
cuello.–Tienerazón.–¿Sabequé?Noesculpasuya.Esmía.Debería...nosé.–Loentiendo–dijoEvan.–Vale.–Unabrevepausa–.Puesadiós.–Adiós.Bueno,yaestaba.Fueracomplicaciones.Fueradistracciones.Evanhabíarealizado
una breve y atípica incursión en una difícil situación doméstica, y ahora podíaretirarse para ocuparse de su trabajo y del considerable peligro que afrontabanKatrinyél.«Esazorraserálasiguiente.Luegotú.»Porlamañanasereuniríaconella.Daríaconlosresponsablesdelamuertedesu
padre.Yloseliminaríaantesdequecumplieransusamenazas.Renuncióalameditaciónyvolvióarecorrerelpasillo,notandoelfríohormigón
en lospiesdescalzos.Sediounaduchacaliente,notandoelvaporardienteen lospulmones, y luego se secó. La plataforma flotante que sostenía el colchón sebalanceósuavementecuandosemetióenlacama.Despejóunespacioensumente,unparquedesupropiacreación,ylopoblóconlosroblesdesuadolescencia,losqueveíapor laventanadesucuartoen lacasadeJack.Siemprehabía imaginadoqueibasaltandosobreelfollajeanaranjadodeunacopaaotra,adocemetrosdel
suelo. Contó lentamente desde diez hacia atrás como parte de una técnicaautohipnóticaparadormirse.Acababa de llegar a cero y de quedarse frito, cuando sonó la alarma del
perímetro.Unarápidasucesióndepitidosqueindicabanunintrusoenelexterior,enventanasobalcones.Evansaliódelacamayaterrizósobrepiesymanos.Unasvolteretasrodandopor
elsuelolollevaronhastaelcuartodebaño.Accionólapalancadelaguacaliente,yentróenlaBóvedadeunempujón.Recorrió los monitores con la mirada. Nada, nada... allí. Un objeto extraño
golpeandolaventanadesudormitorio.Soltóunsuspirodefastidiocuandovioloqueera.Tras apagar la alarma, volvió al dormitorio y levantó la pantalla protectora.
Flotandoenelexteriordelaventanahabíaunglobo.Conellogotipodeunatiendadezapatosparaniños.TodaslasventanasabatiblesdelasplantassuperioresdeCastleHeightsseabrían
solomediometroporarribaantesdequesetrabaralabisagradeseguridad.Evanhabíainutilizadolabisagradesudormitorioporsinecesitabaabandonareledificioprecipitadamente en caso de un ataque frontal contra su ático. Abrió la ventanacompletaytiródelglobohaciadentro.Ibaatadoauncordeldecometaquebajabapor la fachada del edificio. El globo tenía una nota doblada y pegada con cintaadhesiva.Levantóunextremodelpapelyleyó.«Siento haber contado tu broma amamá. ¿Me perdonas?Di sí o no.Tu amigo
Peter.»Junto a la notahabíaun lápiz cortoygruesoyuna agujapegados también con
cinta.Evanrechinólosdientes.Unequipodeasesinosprofesionalesibatrasélytrasla
mujeralaquehabíaprometidoproteger.Alpadredeellalohabíanasesinado.DosMandamientosquesehabíanidoaltraste,yloquefaltaba.Sololefaltabaunniñodeochoañosqueinvadierasuapartamentoysusueñoconnotasinfantiles.Evancerrólaventana,atrapandoelcordeldelglobo,yvolvióalacama.Seechó
lasmantasporencimaylevitóenlaoscuridadsobresucolchónflotante,despegadodelmundo.Contó hacia atrás empezandopor diez, pero no se durmió.Cerró losojosyseconcentróensucuerpo,enelpesodesushuesos,ensupropiaytranquilarespiración.Devezencuandooíaeldébilrocedelglobocontraeltecho.Exasperado,apartó lassábanasyfuehastaelglobo.Despegóel lápiz, trazóuna
cruzenlacasilladel«Sí»,ehizoestallarelgloboconlaaguja.Abriólaventanaylanzóelglobodesinfladoalviento. Ibaacerrardenuevo,perovaciló.Asomó lacabezaatiempoparaverdosmanosdiminutasqueasomabanporelalféizardeunaventananuevepisosmásabajoyrecogíanelblancocordel.
23
Interpretareltablerodejuego
–¿Quéhace?–preguntóKatrin.Sehabíalevantadodelasillaparaencararseconélconexpresiónimploranteenlagrishabitacióndelmotel.Másconcretamente,paraencararseconsuespalda.Evan no dejaba de moverse, concentrado no en ella sino en la habitación, de
hecho, en las tres habitaciones contiguas, de la 9 a la 11. Tenían la mismadistribución: muebles robustos, puerta principal, una ventana grande en la partefrontal y otra en la posterior. Evan había abierto de par en par las puertascomunicantesdemodoque,depieenlahabitacióndeKatrin(la10),teníaunalíneadevisiónaunladoyalotrodelespacioabierto.Ahoraqueríaobstaculizaresalíneadevisióndemaneraventajosaparaél.–Nos han encontrado antes –dijo–.No sabemos cómo. Lo que significa que no
sabemoscuándovolveránahacerlo.Ajustóelángulode lapuertacomunicantecon lahabitacióndelesteparapoder
verporlarendijaentrelosgozneslaventanatraseradelahabitacióncontigua.Lasfinascortinaspermitíanunavisiónborrosadeloscontenedoresdebasuraquehabíaenelcallejón,ydelasdelgadasramasoscilantesdeunmoribundoabedulblanco.Evan había dejado su Ford Taurus gris aparcado entre otros turismos en elaparcamiento techadodeunedificiodeapartamentoscercanoalcallejón.DespuésdeltiroteoenChinatownhabíaextremadosusprecaucioneshabituales,empezandopor recuperar el coche guardado en un aparcamiento adyacente al aeropuerto deBurbank.Cerrando un ojo para obtener una mejor perspectiva, abrió la puerta un
centímetromás,yluegootro.Yaestaba.–Cadavezqueunodelosdosabandonaestahabitación–dijo–,aumentaelriesgo
dequenosencuentren.Cadavezqueestamosjuntos,aumentaelriesgodequenosencuentren.–¿Nopodríamossimplementehuir?–preguntóKatrin–.Tengoelpasaporteenel
bolso.Lo llevosiempreencimadesdequeempezó todoesto,yalgodedineroenefectivo.Noesmucho,pero...–No sepuedehuir deunproblemacomoeste–dijoEvan,pasandopor su lado.
Moviólapuertaquedabaalahabitación11hastaqueleproporcionóunángulodevisiónsimilaralanterior.CogiólasilladelaqueKatrinacababadelevantarseylasituóenelcentroexactode lahabitacióndemodoque,cuandosesentaraenella,sacaraelmáximopartidodelavisiónqueleofrecíanlasrendijasentrelosgoznesdelaspuertasaamboslados.–¿Porquéno?–preguntóella.–Siempre te acaban atrapando. –Moviéndose con rapidez,Evandesplazóunade
lasmesitasdenochehastalaventanadedelante.Cogiósumaletíndeencimadelacama,lodepositósobrelamesita,introdujoelcódigoylevantólatapaparaquelalenteestenopeicaquedarafrentealafinaaberturaentrelascortinas–.Esoshombresson muy buenos en lo suyo. Tenemos que mantenernos escondidos, planear uncontraataque,nodejarnos atraer al exterior. –Conectó elmóvilRoamZonecon lacámarapararecibirlasimágenesymovióelmaletínhastaquelapantalladelmóvillemostróunaimagencompletadelaparcamientodelantero.LuegosesentóenlasilladeespaldasalmaletínyapoyóelRoamZonecontrael
televisorqueteníafrenteaél,estableciéndoseasíunavistadecasi360grados,queenglobaba las tres habitaciones contiguas y el espacio exterior circundante. Porprimeravezdesdesullegada,EvanmiróaKatrindirectamente.Sepercatódelomenudaqueera.Teníalagrácilconstitucióndeunabailarina,de
brazos esbeltos pero musculados, muñecas delicadas y espalda recta. Llevaba unpañueloamododediadema,bajoelcualasomabaelcortoflequillo.Teníabastanterímel en las pestañas, pero sin exagerar, y sus ojos parecían cansados.Aún se lenotabaelcuelloylanarizenrojecidos,dadoelcontrasteconsupiellechosa.Estabaclaroquehabíalloradomuchoydormidopoco,aunquehabíalogradomantenerlacomposturadesdelallegadadeEvan.–Tienerazón–dijoella–.Ahoraquémásmeda.Yahanmatadoamipadre.–Su
vozreflejabaeldolor–.Sinosquedamos...–Susojossellenarondelágrimas–.¿Lesharápagarporloquehanhecho?–Seagachófrenteaél,pusolasmanossobrelasdeél,lomiróalacaraconsusbrillantesojosesmeralda.–Sí.Katrinselevantó,parpadeandoparareprimirlaslágrimas.–Siempremesaletodomal.Lasrelaciones,eljuego,lasfinanzas.Séquelaculpa
detodoesmía,malditasea.Peronuncaconsigohacerbienlascosas.Siempresalgoperdiendo. Y cuandomás importaba, cuando estaba involucrado Sam... –Tenía lavozronca–.Deseabatantoqueestavezfueradistinto...peronolohasido.–Parecióvolver al presente ymiró aEvan, que permanecía sentado allí en la silla, con suextraña instalación de vigilancia–. ¿Y cómo tengo que llamarle? «Hombre deNingunaParte» esunpoco forzado, ¿no?–Soltóuna risa apagada–.Cuidadoconesefrancotiradorquetienealaespalda,HombredeNingunaParte.Eh,Hombrede
NingunaParte,¿mepasalasal?–Evan–replicóél.–¿Essuverdaderonombre?–¿Importa?–Evan–dijoella,probandocómosonaba–.Evan.En la imagen que recibía elmóvil, una herrumbrosa camioneta estacionó en el
aparcamiento. Se apeó un tipo mayor de bigote blanco y ralo y se dirigió a larecepción.–Vamos a analizar lo que ocurrió en todos y cada uno de sus aspectos –dijo
Evan–, y a descubrir cómo dieron con nosotros en el restaurante. Pero primerotenemosqueestableceralgunosprotocolos.Deberíapermanecerenlahabitaciónelmáximo tiempo posible.Cuando yo no esté con usted, ha de ser extremadamentecautelosa.Mantenersealerta.–¿Paraqué?–Porsiaparecealguienqueleparezcaextraño.–¿Ycómosesuponequevoyasaberlo?¿Cómosesuponequevoyadescubrirlos
sisontanbuenoscomodice?Elruidodeunmotorsehizoaudibleatravésdelaparedtrasera.Evansiguióla
sombra del coche cuando pasó fugazmente tras las finas cortinas de las treshabitacionesdelmotel,unatrasotra.Cuandoelsonidoseapagó,volviósuatenciónaKatrin.–Ustedjuegaalpóquer.–Sí.–Cuéntemecómoestudiaasusadversarios.–Noeslomismo...–Dígamelo.Katrinrespiróhondoycontuvolarespiración.Luegorespondió:–Losperfeccionistassonfácilesdedetectar.Siemprelimpiándoselasgafas.Uñas
recortadas.Apilanlasfichasenorden.Tiendenasertimoratos,fácilesdeengañarcon un farol. Cuando les falta poco para perderlo todo, juegan pocas manos. –Katrinsesentóenlacamaymetiólospiesbajoeltrasero.Enlasimágenesdevídeo,Evanvioaltipodelbigoteblanco.Salíadelarecepción
haciendogirarunallavealrededordeldedo.Eltiposesaliódelcuadro,einstantesdespuésEvan percibió la sacudida de una puerta que se abría y se cerraba en unextremodelahileradehabitaciones.–Losojostedelatan,yporesolosprofesionalesllevangafasdesolygorrasde
béisbol –decía Katrin–. Las pupilas se contraen con una mala mano, aunque esdifícildistinguirlosinohaybuenaluz.Lagentesequedamirandomásratocuandotienesunabuenamanoantesdeapostar.Sedicequelosmentirososapartanlavista,
quenotemiranalacara,quepestañeanmás,peroesonoesciertocuandosetratade mentirosos expertos. Esos te clavan una mirada penetrante. Y hay queescucharlostambién.Sudiscursoesmásfluidocuandoestánconfiados.UnnuevomovimientoenlaimagendevídeocaptólaatencióndeEvan.UnSUV
entrabaenelaparcamientodesdelacallequeibahaciaeloeste.Sedetuvofrentealarecepción,permaneciendoalralentí.EvanvolvióamiraraKatrin.–¿Comosudiscursodeahora?Ellacasisonrió.–Sí,ycuandojuegantildados,apuntanconlospieshaciadentro.–¿Tildados?–Quepierdenlaconfianza.Peronosiempresepuedeverdebajodelamesa,así
que... –Encogió un hombro–. Lo más importante es interpretar los patrones deconducta.AúnnohabíasalidonadiedelSUV.Evanlooíaaúnalralentíatravésdelasfinas
paredes.Lalentedelmaletínleproporcionabaunaimagennítidaenlapantalladelmóvil,perosinánguloparaverlamatrícula.Lasventanillasnoerantintadas.Habíadoshombresdelante,discutiendo.Nadaalarmante.Todavía.–Algunos jugadores se ponen muy agresivos y farolean a menudo, aunque no
hayantenidounasolamanobuenaentodalapartida.Tepuedesllevarmuchosbotessi sabes cuándo igualar o superar sus apuestas. Y a veces lo más inteligente esmarcarseunfarol...yperderapropósito.Esdinerobiengastadosidemuestraqueeres impredecible. Hay que pensar en ello como un gasto que se traducirá enbeneficiosenlassiguientesmanos.Asíescómoseganaalpóquer.Nojuegascontuscartas.Juegasconlasdelotro.–Yeso–dijoEvan–esloquevamosahacerconlagentequematóasupadre.Ella entreabrió la boca ligeramente y Evan vio que su rostro se iluminaba al
comprender.UnSciondecolormoradoentróenelaparcamientodesdelacallequeconducía
haciaeleste,seguidoporunsegundoSUV.Evanseinclinóhaciadelanteycogióelmóvilparavermejorlaimagencuandoseacercaban.Ningunodelosdosvehículosllevabaplacasdematrícula.ElScionaparcóenelextremodelaparcamientocercadelacalle,mientrasqueel
segundoSUVseguíaadelante.Evansepusoenpie.–¿Qué?–preguntóKatrin–.¿Quépasa?–¿Hahechoalgunallamadatelefónicadesdeestahabitación?–No.ElsegundoSUVpasójuntoalqueestabaaparcadoalladodelarecepciónyenfiló
elcortotrechoquellevabaalcallejónposterior.
–¿Nohasalido?¿Aunquefueransolounossegundos?¿Noabriólapuertaaalgúnrepartidorcuandopidiócomida?Evan mantenía la vista fija en la imagen de vídeo. Se abrieron las puertas
delanterasdelSUVybajarondoshombres.Musculosos,camisetasnegras,deandarligero. Llevaban el pelo al cero y, dado su porte, Evan los identificó como exmilitares.–No.¿Quépasa,Evan?Los hombres se llevaron la mano a las pistoleras de la cadera, pero no
desenfundaron. Se desplegaron por el aparcamiento delantero, justo cuando losfarosdeuncochebarríanlasfinascortinasdelaparteposteriordelahabitación9.Era el segundoSUV, entrandoenel callejón.Los estaban rodeandopordelanteypordetrás.EraimposiblequehubieranseguidoelrastroaEvan;habíatenidomuchocuidado.
LoquesignificabaqueKatrin loshabíaalertado.Sinembargo,nocabía lamenordudadequelabaladelfrancotiradordisparadaatravésdelaventanadelrestauranteapuntabadirectamenteasucorazón.ElpálidorostrodeKatrinhabíapalidecidoaúnmás.MiróaEvanfijamentecon
loslabiosapretadosformandounafinayblancalínea.Los faros del coche se detuvieron en el callejón trasero muy cerca de la
habitación9.Elamplioperímetroestablecidoporloshombresdedelanteenglobabaa las tres habitaciones contiguas. Lo que significaba que seguramente alguien leshabíapasadoelsoplo.Evan agarró a Katrin bruscamente por el brazo y la obligó a girarse para
cachearla.Tantosiconfiabaenellacomosino,enesemomentosuobligacióneraprotegerla.ElDécimoMandamiento,elmásimportante,estabagrabadoafuegoensumemoria:«Nuncapermitasquemuerauninocente.»Noencontrónada.–¿Quéhace?–preguntóKatrin–.Ustedeselúnicoquehavenidoaquí,igualquela
anteriorvez.Seguroquelehanseguido.–Bajolacama–ordenóél.Ella obedeció y desapareció bajo la cama. El polvo que había levantado se
aposentó.Evansesituófrentealasilla,pistolaenmano,escudriñandolaaberturaentrelos
goznes y la puerta que conducía a la habitación 9. Una sombra apareció en laesquina inferior de la ventana posterior: el contorno de una pistola tras la finacortina.Enelextremodelcañónseveíalasiluetadeunbote,unsilenciadorcasero,seguramentehechoconunfiltrodeaceite.Imposiblederastrearydeunsolouso.Laherramientadeunasesino.Unaojeadaalmóvillepermitióveralosdoshombresdelaparcamientodelantero
inmóvilesensuspuestos.Loquesignificabaqueelataqueseproduciríaporatrás,atravésdelasventanas.LoshombresdelaparcamientoestabanallíparaencargarsedeliquidaraEvanyKatrinsiintentabanhuirporlapuerta.VolutasdegasessalíanporeltubodeescapedelScion,quepermanecíaenlaentradadelapropiedad.Erala posición de vigilante de quienquiera que dirigiera la operación. ¿El tirador deChinatownesperandoaladistanciadeunfrancotirador?Las prioridades operativas de Evan se aclararon. Qué ángulos cubrir, a quién
derribarprimero,elmejormododesalirdeallí.LarespiraciónentrecortadadeKatrinsehizoaudibledesdedebajodelacama,y
Evanlamandócallar.Lasiluetadelaventanaposteriordelahabitación9descendióhastadesaparecer
delavista.Evanaguzóeloídoparadetectarsuspisadasenelcallejón.LevantólaWilsonygirólentamentelamanoalolargodelaventanaquequedabaasuespalda,calculandoellentoavancedeltiradoragachadoquepasabapordebajodelalféizardelahabitación10.Trasunintervalorazonable,Evandetectómovimientoenlaestrecharendijaque
lepermitíaverlahabitación11,asuderecha.Eralasombra,quevolvíaaponerseenpie.AoídosdeEvan llegóel leve ruidodealguienque raspabasigilosamenteen la
habitación 9, y luego oyó el chasquido amortiguado del cierre de la ventana. Elcompañero.Unamanoenguantadaennegro,espectraltraslacortinaagitadaporelviento,agarrólahojadelaventanayladeslizósilenciosamentehaciaarriba.Entrabanporlasdoshabitacionescontiguassimultáneamente.–¿Qué sentido tiene que me llames para tenerme luego metida en el coche? –
preguntóCandy.–Queelequipodecamporealiceelprimerataque–replicóSlatcher–.Yosirvode
apoyo.Túestásaquíparalimpiar.Esaestuespecialidad.Candyfruncióloslabios.–Yyoque esperabaquepudiéramos ensuciarnos lasmanos juntos comoen los
viejostiempos.Apretujado traselvolantedelScion,Slatchervolvióaconcentrarseen losSMS
que se desplegaban ante su globo ocular derecho. O sea, en los mensajesproyectadosporlalentedecontactodealtadefiniciónquellevabapuesta.TopDogestabahablando,ycuandoélhablaba,habíaqueescucharle.TopDogeraunfanáticodeaquellosjuguetitos,enespeciallosquemejorabanlas
comunicacionesseguras.Elúltimoymásimportanteeraunatecnologíaquepodíallevarseencima.Lalentedecontactoenteramentepixeladaproyectabaimágenesdemodo que pudieran percibirse fácilmente. Al parecer había sido condenadamentedifícilmoldear las células de cristal líquido para darles forma de curva esférica,
pero en realidad eso no preocupaba a Slatcher. Lo que a él le preocupaba eraimpedirqueaquelputochismenoselesecaraenelojoenmediodeunamisión.AparecióelúltimomensajedeTD:¿ESTÁLAZONACONTROLADA?Slatcherlevantólasmanosyescribióenelairesobreuntecladoimaginario.Su
respuestaaparecióflotandoamediometrodesucara:SÍ.PERÍMETROESTABLECIDO.Llevabaetiquetasadhesivasdeidentificaciónporradiofrecuencia(RFID)pegadas
a lasuñasparaescribiryenviarmensajes literalmenteenelaire.LaprovisiónderecursostecnológicosdeTopDognoparecíatenerfin.JuntoaSlatcher,Candyseenroscabaelpeloenlosdedosysilbabaelestribillode
GirlsJustWannaHaveFun.¿SEHANCONFIRMADOAMBOSOBJETIVOS?TODAVÍANO.¿CUÁNDO?Unodesushombresapostadoenelaparcamientodelanterosevolvióparamirar
el Scion y asintió con la cabeza. Los dedos de Slatcher se movieron a unoscentímetrosporencimadelvolante.AHORA.
Manteniendolosojosfijosenlasombradelamanoenguantadaenlaventanadelahabitación9,Evanalargólamanoasuespaldaylevantóelmaletíndelamesitade noche. Pasó a la habitación 9 y se agachó para depositar el maletínsilenciosamentesobrelamoquetaraída, justoal ladodelapuertacomunicante.Elrostro ladeadodeKatrin, tensoporelpánico, llenabaelhuecoentreel sueloyelfaldóndelacama.Estabatemblando.Sobrelacama,yatravésdelapuertaopuesta,lacortinadelaventanadeatrásdelahabitación11aparecióondeandoalavista,yluegovolvióacaer.Habíanentradoporallí.Evan hizo un gesto a Katrin para que se tranquilizara, bajando ligeramente la
manoconlapalmahaciaabajo.Luegovolvióalahabitación9.Elasaltantesepreparabaparairrumpir.Unamanoenguantadaseagarróalmarco
delaventanaparasujetarse.Aparecióunabotadeslizándoseentrelascortinas.Evancalculólaposicióndelhombreysemovióparaevitarservisto,pegandolaespaldaalaparedcontiguaalaventana.Teníaqueevitarelmenorruido.Siseproducíandisparos,sielasaltantegritabaocaíadeespaldasporlaventana,
losdelaparcamientoirrumpiríanporlaspuertasfrontales.Evan dejó la pistola sobre la moqueta al alcance de la mano, sacó su navaja
Striderylaabrió.Soloseprodujounlevísimochasquidocuandolahojadeóxidonegroquedótrabada.El bulto amenazante del silenciador apareció entre las cortinas. A continuación
surgióunhombrofornidobajounacamisetaceñida.Evanmantuvosuposición.Lapunteradeunabotafuetanteandoenbuscadelsuelo.Enlanucadelacabeza
rapadadelhombrebrillabaelsudor.Aferrabaconfuerzalapistola,loqueresaltabalasvenasdelamanoylamuñeca.Evannoteníamásquealargarelbrazoparadarleunapalmaditaenelhombro.Unligerotemblorsacudióelsuelodemaderadoshabitacionesmásallá:alguien
entraba en la habitación 11. Evan lo intuyó más que oírlo. Sintió el impulso dereunirseconKatrin,queseocultababajolacamadelahabitación10yalaqueelsegundoasaltanteprontotendríaasualcance.Peroloprimeroeraloprimero.Volvióaconcentrarseenelhombrequeteníadelanteydesechótodolodemás.El
hombredesplazóeltorsohaciadelanteconcuidadoyapoyóelpesoenelpiequeyaestaba dentro de la habitación. Lanzó una rápida ojeada a la puerta comunicanteabierta al tiempo que levantaba el otro pie, pero Evan seguía pegado a la pared,fueradesuvista.La rodillaquehabíaquedadoatrás sedoblóhaciaelpechodelhombreyelpie
pasóporencimadelalféizardelaventana.Elhombreapoyóelpieenelsuelo.Seirguió.Empezóadarselavuelta.Evansedeslizópordetrásdeél,loagarróporlanucaylerajólagargantaconla
navaja. El hombre se desplomó espasmódicamente, alineados sus cuerpos pechocontraespaldaenunacerradallavequeapagótodosonidodelucha.Evandoblólacabezadelhombreconfuerzacontrasupechoparaquelospulmonesnoinhalaranaire,delatandoasí suposición.Lapistolase lecayóde losdedos inertes.Evan laatrapó a medio camino del suelo al tiempo que dejaba caer el cuerpo sobre lamoqueta.Lo depositó silenciosamente en el suelo. Los talones del hombre rasparon la
moqueta sin hacer ruido. Sus ojos, muy abiertos, miraron a Evan. Sus labios seagitaron,peronoemitiósonidoalguno,nodespuésdeloquelehabíapasadoasutráquea. El charco de sangre que brotaba de la carótida cortada se expandía,rodeandosucabezacomounhalo.Evansedesplazósigilosamentehacialahabitación10ysedetuvojuntoalajamba
delapuerta,dondeextrajosuRoamZonedelbolsillo.Elmaletínestabaabiertoenelsuelo justo al lado del umbral con la lente estenopeica de la tapa enviándole unaimagenladeadadelahabitación:elpuntodondeseuníantechoypared,cabecerodelacama, lamitadsuperiorde lapuertaquecomunicabacon lahabitación11.Unacabezapasóporlapantalladelmóvilcuandoelhombreentróenlahabitación10.Elbordedelhombroseguíaenpantalla.EstabadepiejuntoalacamabajolacualseocultabaKatrin,peroEvannodistinguíahaciaquéladomiraba.
Noeraloquenecesitabaver.Alargó el pie hacia el maletín y empujó la esquina posterior con toda la
delicadezadelaquefuecapaz,sinapartarlosojosdelaimagendelmóvil.Enelencuadreaparecióunladodelcuellodelhombre.Sumejilla.Unojo.Dos.
Evanveíasucabezaypocomás.El hombre escudriñaba la habitación, sin percatarse aún del movimiento
infinitesimaldelmaletínentrelassombrasdelumbraldelapuerta.LapalmadeEvansudabaentornoalacarcasadegomadelmóvil.Observabala
pantalla,dudandoentreatacaroesperar.Derepenteelhombredesaparecióporlaparteinferiordelapantalla.Evan se esforzóporoír algún sonido, perono le llegónada. ¿Estababuscando
bajo la cama? No podía permitirse esperar para averiguarlo. Con la punta delzapato, empujó la tapa del maletín hacia abajo y la imagen de la pantalla fuecambiandohastaqueapareciólacolchadelacama,unamesitaconunalámpara...yluego el hombre.Estaba en cuclillas, apuntandobajo la camay alargando la otramanohaciaelfaldóndelacamaparalevantarlo.Enlapequeñapantalla,EvandistinguiólacabezaladeadadeKatrin,eldestellode
susojos,subocaabiertaapuntodelanzarungrito.Lapistolaapuntóasucabeza.Evan dio un puntapié almaletín, que salió disparado hacia el hombre, girando
sobrelamoqueta,yenelmóvillaimagengiróvertiginosamente.DeinmediatoloscuadradostaconesdelasbotasdelhombresehicieronmásgrandesenlapantalladeEvan. El maletín pareció detenerse justo detrás del hombre, que, sobresaltado,movióelpieizquierdoparagirarseenredondo.Evan dio un único y potente salto, traspasó la puerta y se abalanzó sobre el
hombre,alqueagarróporlamanoquesujetabalapistolacuandoestelagiróhaciaél.Loaferrópor laparte interiorde lamuñecay ledoblóelbrazoviolentamentehaciafuera,conloquelerompióhuesoytendón.Lamanoqueempuñabalanavajasealzóylapuntaplanaseclavóeneltorsodescubiertodelhombrounayotravez.Cadagolpeibaapararentrediferentescostillas.La expresión del hombre indicaba una sorpresa mayúscula. No era carne de
cañón,sinounasesinodeélite,yestabaclaroquemorirnoentrabaensusplanes.Lapistoladelhombre salióvolandohasta la cama,dondebotódosveces.Evan
tiróalhombresuavementesobreelcolchónencimadeella.Katrin lomirabadesdebajo la camaconuna expresiónqueEvanno consiguió
descifrarenunprincipio.Talvezhorror.SellevóundedoaloslabiosyofreciólaotramanoaKatrin.Ellasetumbódeespaldas,lediolamanoyéltiródeellaparasacarlayayudarlaa
ponerseenpie.Desdelacamalesllegóunhúmedoborboteo.–Diosmío–exclamóellaentonodemasiadoalto–.¿Está...?
Laventanadelanteraexplotóhaciadentro.Conelruidodelosdisparosresonandoenlosoídos,EvansediolavueltaparaprotegeraKatrinylostrozosdecristallellovieronsobrelaespalda.Conlabocaapretadacontrasupecho,elgritodeKatrinvibróenlapieldeEvanatravésdelacamiseta.Evan la empujó hasta la habitación 11. Apartó las cortinas y prácticamente la
arrojó al callejón por la ventana. Luego saltó en pos de ella. Una línea carmesícruzaba lamejilla deporcelanadeKatrin, conun trozode cristal brillando en lapiel.–Sumaletín–dijo–.¿Quéhayde...?Él la agarró por la mano y tiró de ella en dirección al aparcamiento techado
donde aguardaba el Taurus. Subieron rápidamente y Evan lo puso en marcha yenfilóelcallejón.Aceleróendirecciónalprimercruce,dondegiróaladerechayse detuvo con el motor al ralentí detrás de un restaurante Norms. Unos cuantosclientessalíancorriendoalacalle,estirandoelcuelloendirecciónalosdisparos.Otroscorríanhaciasuscoches,protegiendoasushijos.–¿Quéestáhaciendo?–sealarmóKatrin–.Salgamosdeaquíatodapastilla.¿Por
quésedetiene?Evanlevantóelpiedelfreno,permitiendoqueelcocheavanzaralentamentehasta
que pudover el aparcamiento delmotel unamanzanamás allá.El Scionmoradoseguíaallí,vigilandoenelextremomásalejado.EvansacóelRoamZone,queseguíarecibiendolaimagendelmaletín:lamoqueta
delahabitación10cubiertadecristalesrotos.–¿Hareconocidoaesehombre?–preguntó.–No.–¿Nolohabíavistoantes?–No.En lapantalla,unasbotas seacercarony luego la imagenempezóadarvueltas
hasta ofrecer un primer plano de un rostro de duras facciones. Era uno de loshombres del primer SUV. Detrás de él, colgando sobre la cama, unas piernastemblaban.–¿Yaeste?–preguntóEvan.–Tampoco.Selojuro.Elhombresetocólaoreja.«Hemosperdidoados,Slatch.Bueno, joder,aunoytrescuartos.Gonzálezestá
jodido.»Laotrapartedelatransmisiónnoresultabaaudible.Detrásdelhombre,unavoz
gritó:«¡Despejado!»Elcompañeroaparecióalfondo,dirigiéndoserápidamentealahabitación11.
«¡Despejado!–volvióabramar,yregresócorriendoa lahabitacióndelcentro–.Parece que han escapado por el callejón. ¿Quiere que los persigamos? –Ladeóentonceslacabeza,mirandodirectamentealalente–.¿Quécoño...?»–¿Podemosirnosdeaquí,porfavor?–suplicóKatrin.EvanlanzóunamiradaalScion,peronovionadaenél,tansololosreflejosdel
parabrisas.Quienquieraquesesentaraalvolanteestabaesperandoaqueelequipodecampoleconfirmaralapresenciadelosobjetivos,dejandoqueellosasumieranelriesgomayor.Habíanasumidoalgomásqueeso.–¿Aquéestamosesperando?–repitióKatrin.Enlapantalladelmóvil,elsegundohombreseacercabaysecolocabajuntoasu
compañero.Ambosseinclinaronparaescudriñarelmaletín.–Aesto–dijoEvan,ytecleóunacontraseñaenelmóvil.Desde la otra manzana les llegó el estrépito de una explosión. La imagen del
móvil se convirtió enun caos.Algunos clientes del restauranteque seguían en lacallechillaron,peroEvannolosobservabaaellos.VigilabaelScion.Porfinunhombrealtoycorpulentobajódelasientodelconductorymiróhacia
elotroladodelaparcamientodesdedetrásdelapuertaabiertadelcoche.Alzólasmanosyagitólosdedosenelairecomositocaraunpianoimaginario.Unamujer bajó por el ladodel pasajero.Sombrero grandey flexible, gafas de
sol, cabellos rubios enmarañados. La hilera de habitaciones quedaba fuera de lavista,perosalíahumodedondeantesestabala10.El hombre y la mujer no corrieron a comprobar las consecuencias.
Inspeccionabanlacalle,loscochesaparcados,lasventanasdelosedificiosvecinos.No se centraban en la explosión ni en los hombres perdidos, sino en la zonacircundante.Estabanacostumbradosatácticasdedistracción,aataquessecundarios,ainterpretareltablerodejuego.El hombre corpulento paseó la mirada calle arriba en dirección al restaurante.
Antesdeque llegara a ellos,Evandiomarcha atráshastaocultar el coche tras ellocal,hizouncambiodesentidoysedirigióalaautopista.
24
Citadesastrosa
Las verdes señales de la autopista 10 lanzaban destellos sobre sus cabezas. Elcoche circulaba a toda velocidad, alejándose de la costa. Evan tenía que llevar aKatrinaunlugarseguro,yenaquelmomentocualquiersitioquenoestuvierabajosucontroldirectonoeraseguro.Loquesignificabaqueibaatenerquehaceralgoquejamáshabíahechoantes.Ibaallevaraunclienteaunodesuspisosfrancos.Estaba segurodequeno lohabían seguidohasta elmotel.Entonces, ¿cómo los
habíanlocalizado?Mentalmente,barajódistintasposibilidades,reviviendoalgunasimágenes concretas del motel como si fueran videoclips, ralentizándolos,congelandofotogramaspararepasarlosdetalles.Setratabadeunbeneficioañadidode lameditaciónde la concienciaplena:dimensionaba lamemoriay contribuía aaumentar la lucidez.Eseeraelobjetivocuandomeditabao luchabao levantabaelpestillodesubuzón:verlotodocomosifueralaprimeravez.Serecordóasímismobajandodelcochealllegaralmotel.¿Alguiensentadoen
unvehículoestacionadocercadeallí?No.¿Algúnturistahaciendofotos?No,solouna madre con dos niños esperando en la acera mientras el padre pagaba elparquímetro. Al registrarse él en el motel, ¿había apuntado el recepcionista elnúmero de sumatrícula?No. Detrás delmostrador de recepción había visto unacámaradeseguridadenundescuidadoángulohacialapuerta.Katrinestabaconélcuandohabíareservadolashabitaciones.Ahoralamayorpartedelasimágenesdecámarasdeseguridadsealmacenabanenunservidoronline.Asípues, si fueraEvanquienbuscara aKatrin, ¿quéhabríahecho?Suponiendo
que su objetivo querría reorganizarse tras el intento fallido del francotirador,habríabuscadotodoslosmotelesdecategoríamediaabajaenunradiodecincuentakilómetros desde aquel restaurante. Habría eliminado los que carecieran de unacceso fácil a la autopista y los quepertenecieran a grandes cadenas connormasrígidas para registrarse. Luego habría accedido a las cámaras de seguridad de larecepción de los moteles restantes, y habría utilizado software de identificaciónfacial en las imágenes. Para ello habría necesitado ingentes recursos yconocimientos, por nomencionar unabuenadosis debuena suerte. ¿Improbable?
Mucho.Perono imposible, dependiendodequiénes fueran los asesinos a losquehubierancontratadolosdeLasVegasydesieranunosexpertos.Ysi llegaba tan lejosen sus suposiciones, ¿porquénoconsiderar si sehabrían
recuperado imágenes captadas por satélite de las manzanas que rodeaban elrestaurante despuésdel tiroteo?SuChrysler habría desaparecidode la vista en elcallejón,peropodíanhaberlorecuperadoalsaliraHillStreet.Unasmanzanasmásadelante,Evanhabíaentradoconunchirridodeneumáticosenelaparcamientodela tienda de licores para comprobar si Katrin llevaba algún dispositivo. ¿Habíapermanecido lobastantepegadoa lasombraquearrojabaeledificioparaocultarsusperfiles?Evandominósuspensamientos, forzándosea regresara la realidad.Si sehabía
puesto en marcha una misión de semejante calibre, no habrían confiado laoperación del Lotus Dim Sum a un único francotirador desde la ventana de unapartamento al otro lado de la calle, sino a un equipo táctico al completo. Talescenarioibamásalláinclusodesumuycultivadaparanoia.¿NoeramásprobablequeKatrinloshubierapuestosobreaviso?Sinembargo,¿paraquéibaellaaavisaralagentequeintentabaasesinarla?Conlacaravueltahaciaelotrolado,Katrinibasentadaenelasientodelpasajero
ysemordíalauñadeunpulgar,apretandolafrentecontralaventanilla.«¿Quéesloquenomecuenta?»,pensóEvan.AKatrinselehabíasecadolasangredelamejilla,yelfragmentodecristalaún
brillabaenlaherida.Evanselalimpiaríacuandollegaranadondequieraquefueran.Finalmente se decidió por su casa del centro, un loft situado cinco pisos por
encimadeFlowerStreetconunavistaparcialdelStaplesCenter.Como todossuspisosfrancos,tambiénaquelseencontrabaenunextremo,fácildequemarsialgosalíamal.Lahipotecaytodoslosgastossepagabanenunacuentabancariaalaquellegabaeldineroportransferenciadesdeotracuenta,quepertenecíaaunasociedadpantalla.Susperseguidorespodíanseguiresapistasiquerían,peronoencontraríannadaalfinal.Se tratabadeunapartamentodeunaúnicahabitación,por loqueera la casade
Evanmejorvigilada.Lascámarasdeseguridadcaptabanelespacioensutotalidad.NecesitabavigilaraKatrincuandonoestabaconella.Nopodíaconfiarenella.Katrinnoabriólabocaentodoeltrayecto,nisiquieracuandoEvantomólasalida
delcentro.Alentrarenelaparcamientosubterráneo,notólasmanosagarrotadasentornoalvolante.MiródereojoaKatrin,queseguíaconlacabezavuelta.Nadieenelmundopodía relacionarlo conaquel edificio.Hasta ahora.Cadanuevogirodeaquellamisiónseacercabamásasunúcleo,penetrandocadavezmásensuzonadeseguridad.
El aparcamiento era pequeño. Las luces que colgaban del techo brillaban contenue fulgor. Había bicicletas atadas a una barra metálica que recorría toda unapared, concandadosenUcolgadosen losescasos sitiosvacíos, rodeando ruedasdelanterasa lasquehabían robadoelcuadrode labicicleta.Eraunbuenedificio,peronodemasiado.Evanencontróunsitioalfondo.Cuando se apeó,Katrin no semovió, así que él rodeó el coche por detrás y le
abrió la puerta. Ella bajó lánguidamente, ralentizados sus movimientos por laconmoción.Olofingíamuybien.Aunqueaquellaplanta estabavacía,Evan le ajustóelpañueloque llevabacomo
diademamás cerca de la cara, ocultando así la sangre seca de lamejilla. Ella lomiró sin verlo. Después de sacar una pesada maleta estanca Hardigg Storm delmaletero,EvancondujoaKatrinporunaescaleradelapartedeatrás.Llegaronalquintopisoyasuloftsincruzarseconnadie.El loft tenía solo lomás esencial: un futón sobre un armazón demadera, unos
cuantosplatosycacharros,unjuegodetoallasdobladassobreellavabo.Katrinrecorrióellugarconlamirada.–¿Quéesesto?Evandejólamaletaenelsuelodetarima,accionólospestillosylevantólatapa
impermeable. Varias armas y herramientas descansaban en un revestimiento deespuma.Montóeldetectordeunionesnolineales.Katrincruzólosbrazosyseñalóelnegroaparatoconlacabeza.–¿Enseriovaaescanearmeotravez?¿Todavíanoconfíaenmí?Evanseincorporóconeldetectorenlamano.–Nolosé.Ellaserascópartedelasangresecadelamejillaconlauña.–¿Quéesloquecree?¿Quellevounmicrófonooculto,unchipimplantado?–Quizá.–Vale. Vale. –Demasiado cansada para enfadarse, Katrin se sacó un zapato
empujandoconel talóny lo tiróaunlado.Luegoelotro.Deslizóelpañueloquellevabaenlacabezaydejóquecayeralentamentealsuelo,luegosesacólacamisetapor lacabeza, tirandodelcuelloconcuidadoparaqueno le rozaraelcortede lamejilla.Echólasmanosatrás,sedesabrochóelsujetadorylodejócaer–.Acabemosconesto.Deunavezportodas.Notengonadaqueocultar.Notengoningúnasenlamanga.–Sedesabrochóelcinturón,sebajólostejanosylosapartóaunladoconunrápidomovimiento.Despojadadesuvestimentadejovencitahípster,sufiguraerasorprendentemente generosa. Abrió los brazos–. No tengo nada que ocultar.Escanee.Evanlamiró,esforzándosepornofijarseensusformasvoluptuosas.Laheridade
la mejilla no era más que un corte, pero había sangrado abundantemente, comosueleocurrirconlasheridasenlacara.Katrinrespirabaprofundamente,haciendoquelascostillassubieranybajaranysu
rostroseencendiera.PeronoapartólavistadeEvan.–¿Ybien?Élseacercóylaescaneó.Laspantorrillas.Lacurvadelascaderashastalacintura.
Suspechos.Loshuecosdelaclavícula.Elborderectodelpeloenlanuca.Luegoalisótodasuropaenelsueloyescaneóhastalaúltimacosturaylaúltima
arruga. Aparecían nuevas tecnologías cada semana, él mismo usaba muchas deellas,ynoqueríaqueselepasaraningúncableopartículademetal,porminúsculosquefueran.Eldetectorsoloemitiósuacostumbradozumbido.Cuandofinalmenteseincorporó,Katrinseñalósuropa.–¿Puedovestirme?Él asintióy sevolvióunpocomientras ella sevestía.Eldía sehabíadeslizado
hacia lanoche,y las lucesde la ciudadparpadeabanmásalládelventanal tintadoqueconstituíalaparedquedabaalsur.Cuandoterminó,Katrinseplantódelantedeélyalargólamano.–Metoca.Aunquesumiradaeraintensa,manteníaloscarnososlabioslevementefruncidos.
Eraelprimerrasgodehumorquemostrabadesdeelasesinatodesupadre.Evanibaaprotestar,peroselopensómejoryleentregóeldetector.Ellaloescaneódelospiesalacabeza,poniéndosedepuntillasparallegarhasta
sucara.Cuando lepasóel cabezal circulardeldetectorpor la sien,Evannotó surespiración, suave comounapluma, en el cuello.Katrin terminóy ledevolvió eldetector,sinapartarse,mirándole.–¿Ahoraqué?–preguntó.–Siénteseahí,enlaencimera.–Señalóunlugarbajounadelaslucesempotradas
deltecho,yellasesubiódándoseimpulso.Evan fue al cuarto de baño y regresó con una pequeña toalla y un botiquín de
primeros auxilios. Después de mojar la toalla con agua caliente del grifo de lacocina,seacercóaKatrin.Conellasentadaenlaencimerayéldepie,susrostrosseencontrabanprácticamentealmismonivel.Katrinmirólatoallayluegoaél.Apartólasrodillasparaqueélpudierainclinarsemejorycurarleelcorte.Era superficial, tal como él había pensado, y el fragmento de cristal era
minúsculo.Conlatoallalefuedandotoquesenunladodelmentónylasangresaltóa trozos.Amedida queEvan iba subiendo hacia la herida, lamueca de dolor deKatrin se hizo más pronunciada. Sus ojos se desviaban nerviosamente hacia elbotiquín,queconteníaunaspinzas.
–Cierrelosojos–ledijoél–.Concéntreseeneldolor.¿Quénota?Lasangresecaquehabíaalrededordelcristal se resistía,perocedió finalmente
ante lapersistenciadeEvan.Losojos cerradosdeKatrin se agitarony ella tragósaliva.–Comosituvierauntrozodecristalclavadoenlaputacara.–Esuncomienzo.¿Esardiente?–Sí.Ardiente.–¿Tienecolor?–Naranja–respondióella–.Naranjayamarillo.–¿Cambia?–Sí.Palpita.Yluegoseapaga.–Elijaunapartedelcuerpoquenoleduela.–Lamano–dijoella.SumanodescansabasobreelhombrodeEvan.–Deacuerdo–dijoél,alargandolamanolentamentehacialaspinzas–.Lamano.
Concéntreseenella.¿Quénota?–Estáfría–respondióella–.Firmecomounaroca.–¿Dequécoloreslamano?–Azulcobalto.–¿Notatodoslosdedosindividualmente?Evanpercibióunligeromovimientodelamanosobresuhombro.–Sí–dijoella–.Sí.–Yluego–:Ahoravaausarlaspinzas,¿verdad?–Yalohehecho.Katrin abrió los ojos. Evanmovió las pinzas como un joyero, y el cristal que
sujetabanlanzóundestellodeluz.–Esohasidomagia–dijoella.Enlaalacenaquehabíajuntoalfrigoríficoencontróalgunosproductosbásicos.
Evanhirviópastaycalentóunpocodesalsa.Ellaloobservabacocinar.–Estaeslacitamásdesastrosaquehetenidonunca–bromeóella,yélsonrió.Luegosirviólacomidaenlaencimera.Katrinhabíacolgadoelbolsoaunladoy
lo teníaabierto.Seveíaunacarteraabarrotadadecosas,unestuchedemaquillajeconcremalleraylafundaazuldeunpasaporte.Mientrasellacomía,Evanpasóporsu ladoparaacuclillarse juntoa lamaletay
guardareldetectordeunionesnolineales.–¿Podríabeberalgo?Justoatiempo.La tapa levantada de lamaleta ocultó sumano a la vista cuando Evan sacó un
pequeñofrascodecristaldesuhuecodeespuma.–Hay una máquina dispensadora en el vestíbulo –respondió–. No se mueva de
aquí.
–Nosemeocurriría.Evansalió,bajóenelascensor,metióunpardebilletesenlamáquinadeCoca-
Colayeligióel tonomásoscurodePowerade:zumode frutas.Usó lasescaleraspara subir, sedetuvoenun rellanovacíoyalzóelpequeño frascoa la luz.Enelinterior,unafinacapadeloqueparecíaarenanegraseinclinóalladearseelfrasco.Eran microchips de silicona con trazas de cobre y magnesio. La tecnología,desarrollada por la industria biofarmacéutica, se había pirateado de una drogadiseñada para controlar la diabetes que estaba en fase 2. Una vez ingeridos, lossensoresse juntabanygenerabanun levevoltajecuandoseestimulaban los jugosgástricos. Este voltaje enviaba una señal a la piel del paciente, donde un parchepasabalalecturadeazúcarensangrealmóvildelmédicoquelotrataba.LavariantequehabíaadquiridoEvantransmitíaencambiolalocalizaciónGPSdesuportador.Sinosereponía,sedeshacíaenelcuerpoysalíadelsistemaalcabodeunosdías.Evan vertió las partículas en el botellín de plástico y lo agitó para dispersarlas
hastaquesediluyeroneneloscurolíquidorojo.Luegosiguiósubiendo.Cuandoentróenel loft,Katrinestabaen laencimera, fregando losplatos.Evan
hizogirareltapóndelPowerade,fingiendoromperelprecintoparaella,yletendióelbotellín.Ellanegóconlacabeza.–Nobeboesascosas.–Elestrésquemaelectrolitos–repusoél–.Beba.Ellalomiróunmomento,luegocogióelrefrescoysebebiólamitad.Ahogando
unbostezo,caminófatigosamentehaciaelfutón.–Mesientocomosinohubieradormidoenunmes–dijo.Searrebujóbajoelsuaveedredónblancosindesvestirse.Evanmetióelbotellín
enelfrigoríficoyseacercóalfutón.–Dejarédineroenefectivosobrelaencimera–dijo–.Lasmismasreglasqueenel
motelencuantoapedircomidaadomicilio,salir,todo.Volveréenalgúnmomentodemañana.–Vale,entiendo–dijoella,articulandoapenasacausadelcansancio.Setumbóde
lado,dándolelaespaldaymirandohaciaelventanaltintado.Alotroladodeunríodelucesdecoches,elStaplesCenterbrillabaconelcolordelosLakers.Del interior del tapón del frasquito, Evan despegó un parche de color piel del
tamañodeunpunto,yselocolocóenunnudillodemaneraquelamitaddelladoadhesivoquedaraalaire.VolvióaacercarsealfutónyarropóaKatrin,dejandoquelamanorozaradetrásdesuoreja,conloqueelparcheseadhirióasupieljuntoalastresestrellastatuadas.Elparcheeraimpermeable,másfinoqueelfilmeigualdetransparente.Sedesvaneciócompletamentedelavista.CuandoEvanseapartaba,Katrinlesujetóporlamuñecaysediolavueltahaciaél
conairesoñoliento.–Nosécómopodréagradecérselo–dijo.Él asintió brevemente y volvió a arroparla. Katrin se dio de nuevo la vuelta y
cerrólosojos.Alsalir,Evansellevóelpasaportedelbolso.
25
Negociosdeciertotipo
EranochecerradacuandoEvanllegóaNorthridge.Lalunaeraunagujerodebalaenlanegrabóvedaceleste.Recorriólacuadrículadecallesquecomponíanelllanoterreno del valle de San Fernando, hasta llegar a un polígono industrial muycercano a Parthenia Street. El polígono tenía un aire a estudios de cine, conedificiosachaparradosesparcidoscomoplatósderodaje.LosneumáticosdelTaurushicieroncrujirelasfaltoyendodeunaempresaaotra,
todascerradasaaquellahora.Exceptouna.Unúnicopuntodeluzbrillabasobrelaentradadelúltimoedificiodelcomplejo.
Era una farola victoriana que se alzaba como atrezo enmedio de unmacizo debegonias.Enlugardeluz,lafarolasosteníaunletreroretroiluminadoqueasuvezlucíaunailustracióndeunafarola,bajolacualseleía:«RestauraciónArtesanadeCarteles», en letras antiguas.El concepto a loMagritte resultaba apropiado, dadoquelafachadadeladrilloalbergabaunnegociodentrodeunnegocio.Evanaparcóypulsóeltimbredeuninterfono.Instantesdespués,lapuertaseabría
y él entraba. Atravesó un corto vestíbulo con paredes de color violeta dondecolgaban carteles de cine negro italiano de los años cuarenta. Otra puerta, otrotimbre,yseencontróenunenormetallerdetrabajo.Grandes estanterías industriales cubrían las paredes, atestadas de todo tipo de
suministros. Tarros de pinturas, disolvente de cemento y de caucho, pinceles depunta fina con elmangoenvuelto en cinta adhesiva, espátulasy cuchillasX-Acto.Rollos de lona militar, plástico Mylar y soporte de lino fino para carteles. Unrevoltijo de escuadras de soporte y bastidores para lienzos. El lugar semejaba eltaller de una fábrica, con varios restauradores inclinados sobre enormes mesascuadradas de contrachapado, trabajando sobre carteles y grabados antiguos. Eranmesasconruedassituadasalazarallídondehabíaespaciolibre,yllegabantansoloa la altura del muslo, lo que permitía a los restauradores realizar su tarea conmayorcomodidad.LamayoríadelospintoresestabanenchufadosasusiPodscongrandescascosen
sus orejas. Todos llevaban gafas; era un tipo de trabajo que forzaba la vista.UnhombredepelorelucienteajustabaunarrugadopósterbritánicodeChacal,deun
metropordos,entrehojasdepapelsecante,yluegolodeslizabaenel interiordeunaprensaa tornillodehierrofundidodelsigloXIX. Juntoaél,enunamesacongrifo,untrabajadorrociabaunpósteralemándeM,elvampirodeDüsseldorfverdeoliva con un vaporizador de insecticida modernizado, mientras su compañerolimpiaba suavemente unamancha con una esponja empapada en jabónOrvus, undetergenteinodorousadoparaganadoyparacarteles.Hacíaqueelaguaempaparamásypenetraramejorlasfibrasdepapel.Losdoshombrespasaronrápidamenteelpósteraunamesadesucción,quesepusoenmarchaconestrépito.Eraunaspiradorqueabsorbiólahumedaddedebajoantesdequepudieraextenderse.–¡Evan!¡Aquí!Tienesqueveresto.Melinda Truong, unamujer ágil con una cortina de pelo negro que le llegaba
hastalacintura,seincorporóenmediodeungrupodehombresquerodeabanunamesadetrabajo,ylehizoseñasparaqueseacercara.Mientrasélseabríapasohastaella,un televisorcolgadode laparedemitía lasnoticiasde lasdiez.Evanalzó lavista para ver si hablaban del tiroteo del motel, pero el reportaje era sobre uncongresistadesaparecido.Elcírculodetrabajadoresseapartócondeferenciaalacercarseél.Melindatomó
su rostro entre ambasmanosy lobesó en lasmejillas.Llevabaun jersey ceñido,legginsyunaszapatillasdeportivasdeelaboradodiseñoencolornaranja.Remetidotraslaorejallevabaunpincelfino,conelmangoenvueltoencintaadhesivarosa.Enlacintura,metidoenunaauténticapistolera, llevabaunaerógrafoOlymposdedoble acción que parecía una pistola de rayos de 1970. La empuñadura tambiénestaba forrada con cinta adhesiva rosa. Era la únicamujer en el taller, y le dabacolorasusherramientasparaevitarquesushombreslascogieranprestadas.Melinda tiróde lamanodeEvanparaquesegirarahacia lamesaen tornoa la
cualsehabíareunidoelpequeñogrupo.–AestapobrechicalaarrancarondelavitrinadeuncineenParís.Despuésdela
guerra, se pasó años en un húmedo almacén, luego lametieron en un baúl hastajuniopasado.Nosllegóenestadocrítico.Evanobservóelobjetodesuafecto,uncarteldeGingerRogersenUnamujeren
la penumbra, metido entre láminas de plástico Mylar. Tenía múltiples rotos,agujerosypliegues.–Parecehechajirones–dijoEvan.–Deberías haberla visto antes de que llegara a nuestras manos. Tuvimos que
desmontarla,limpiarla,quitarlelosresiduosdecintaadhesivaconBestine.Ahoralaestamosparcheandoconpapelvintage.Valdráseiscifrascuandohayamosacabado.Sudueñoestaráencantado.Porsupuestoaélsololefacturamosaunoveinticincolahora.–Suslargaspestañascayeronenungraciosoguiño–.Nadacomparadoconloquesecobrapornuestrosservicios«especiales».
Melindapareciófijarseporprimeravezenlosempleadosquelarodeaban.–¿Ybien?–dijoásperamenteensulenguamaterna–.¿Aquéestáisesperando?¡De
vueltaaltrabajo!Mientrasellosseponíandenuevoenmovimiento,Evanseñalóconlacabezaun
pósterdeFrankensteinyelHombreLobosujetoenlamesavecina.–¿Yquémedicesdeese?–¿Estemuchacho?–Melindasonrió,mostrandohilerasperfectasdedientescomo
perlas–.Esatractivo,¿eh?Lohandañadoyrestauradounascuantasveces,comoalamayoríadeloshombresbuenos.–Soltóunaesquinadelpósterparamostrarleelrevés–. Tiene todos estos sellos de coleccionistas para establecer su procedencia.Pero...Gritó una nueva orden hacia el otro extremo del taller, e instantes después las
luces del edificio se apagaron con una serie de ruidos metálicos. Encendió elemisordeluzultravioletaquellevabaenlamano,ylosverdesyblancosdelpóstersevolvieronsúbitamenteluminiscentes.–Falso,¿loves?Elbrillolodelata.Hicieronunacopiaconimpresoradetinta,la
pegaron a un soporte antiguo y la estropearon intencionadamente. –Las lucesvolvieron a encenderse. Melinda arrancó el cartel de la mesa y Frankensteindesapareció en un archivador de anchos cajones planos. Sonrió muy ufana–.Reconozcounabuenafalsificacióncuandolaveo.Enlazó el brazo en el de Evan y lo condujo por un pasillo posterior que olía
agradablementeapetróleo.–Elnegociodeloscarteles,Evan,escomoelSalvajeOeste.–Esoparece.Entraron en un estudio de fotografía con las paredes oscuras y las ventanas
cegadas para impedir reflejos mientras se hacían fotografías. Una buena excusapara tenerunahabitaciónimpenetrableenlapartedeatrásenlaqueserealizabannegociosdeciertotipo.–¿Hacecuánto...seismeses?–preguntóella–.¿Hasvenidoporquemeechabasde
menos?–Porsupuesto.Peronosoloeso.–¿Necesitas otro carnet de conducir? ¿Una tarjeta de la Seguridad Social? ¿Un
visado?–Nohetenidoocasióndeusarlosquetengo.LoslabiosdeMelindasecurvaronlevementehaciaunlado.–¿MehastraídounapistasobreuncartelalemándeMetrópolis?Aquel eraelSantoGrialdeMelinda (ydecualquierotro tratanteencartelesde
cine),yvalíamásdeunmillóndedólares.En todoelmundo solo se sabíade laexistenciadetres.
–Metemoqueno.–EvansacóelpasaportedeKatrindelbolsilloyseloentregó.Melinda lomiró unmomento, lo cogió y pasó el pulgar por la foto. Ladeó la
cabezacoquetamente.–¿Deberíaestarcelosa?Después de dejar el pasaporte sobre la mesa de trabajo, abrió y cerró varios
cajoncitosllenosdesellosdeaduanas.–¿QuieresquehayaestadoenlaIndia?–Sacóunodelossellosmásgrandes–.¿O
enlasGalápagos?EstetancomplejoeselqueteponenenBaltra.–Estampóelselloenunpapelysetomósutiempoparaadmirarsuobra.–No.Nonecesitoañadidos.Necesitosabersiesauténtico.Melindaenarcósusfinascejas,peronisiquieraentoncesaparecióunasolaarruga
ensuimpecablecutis.SeacercóaunmicroscopiobinocularAmScopeconectadoaunordenadorparacaptarlas imágenes.Adoptandounaireprofesional,seechólalarga melena por encima de un hombro y se inclinó sobre el amplio ocularmontadosobreunbrazosaliente.Estudiólatapadelpasaporte,lasuniones,yvariaspáginasbajodistintaslucesespeciales.Luegopasóunratoenelordenador, revisando las imágenescaptadas.Volvióal
pasaporteensí,estavezconunalupa,yexaminólafotocentímetroacentímetro.–Esauténtico–afirmó.–¿Seguro?Ellaseirguió,borrólasimágenesdelordenadoryluegotambiénlacaché.–Es muy difícil falsificar un pasaporte, Evan. Usan un papel imposible de
reproducir.–¿Inclusoconplanchasmetálicasgrabadas?–Imposible–repitióella,meneandolacabeza.–¿Y si fuera con serigrafía a partir de una impresión de Photoshop de alta
resolución?–Nisiquierayopodríalograrestanitidezenelpixelado.Esolodecíatodo.Melindaresopló.–Mira,quizásalguienpodría reproducir laherramientaparagrabadoen relieve
delasimágenesdeseguridad,pero¿estoshologramas?Nihablar.Estepasaportenotiene ningún defecto. –Sostuvo la mirada de Evan un momento más, adivinandoquizá que necesitaba convencerse del todo–. No es una falsificación. No es unabuena falsificación.No es unamagnífica falsificación. –Le devolvió el pasaporteconunhabilidosogirodemuñeca–.Essupasaporte.
26
Nervioso
Sentadoen su centrodemandopersonal en lahúmedapenumbrade laBóveda,EvanbebíadosdedosdeU’Luvkaconhieloyrevisabalosvídeosdevigilanciadelloft. Katrin tenía un sueño irregular y se agitaba presa de una desagradablepesadilla.Teníarazonesparaestarnerviosa.También él estaba nervioso, y no era una sensación a la que estuviera
acostumbrado.A lo que estaba acostumbrado era a piezas de rompecabezas que faltaban, a
ecuacionesquenoacababandesercongruentes,peroenestecasohabíaalgomásimportantequenoencajaba.NosabíacómoloshabíanencontradoaKatrinyaél,nounavez,sinodos.Nosabíaquiénqueríamatarlos.Nosabíasipodíaconfiarensucliente.Rebobinó las imágenes para confirmar que Katrin no había salido del loft. Ni
siquierasehabíamovidodelfutón.Acontinuaciónintentórecuperarlaslecturasdelosmicrochips introducidosenel sistemadeKatrinparacomprobar sicaptaba laseñal GPS, pero no recibió nada. Seguramente había pasado demasiado tiempodesdesuúltimacomida,ylosjugosgástricosnosehabíanestimuladolosuficienteparacargarlaspartículassensorasenelaparatodigestivo.Susnormasexigíanquesecentraraensusperseguidores.Yluego,enlagentede
LasVegasqueloshabíancontratado.Aparte del número de teléfono del asesino de Sam, tan imposible de rastrear
comoelsuyo,laúnicainformaciónconcretadequedisponíaeraelapodoquehabíaoídonombrarduranteelasaltoalmotel:«Hemosperdidoados,Slatch.»El monitor a la izquierda de Evan mostró los resultados del NCIC, el índice
informatizadodelCentrodeInformaciónNacionalcontraelCrimen,elorgullodelFBI.Desdequehabíaintroducido«Slatch»enlaBasedeAlias,supotentemotordebúsqueda y procesamiento de datos había puesto a trabajar todos esos dólares enimpuestosqueélnopagaba.Finalmente aparecieron tres resultados. El primero, Julio Slatch-Catcher
Márquez,miembro de una bandamexicana que cumplía diez años de condena enLompocporroboamanoarmada.Debajo,EvelynSlatch-Donovan,unamadamade
Hollywoodvinculadaconelcrimenorganizado.Evanlosdescartóaambosyclicóen el tercero. Solo existía una foto de Danny Slatcher en las bases de datosfederales, tomada por una cámara de vigilancia, en la que aparecía en unembarcaderoabandonandounalanchamotora,conunsombreropanamáygafasdesol disimulando sus facciones. Pero su voluminosa figura, corpulenta y fondona,erasindudaladelhombrealqueEvanhabíadivisadoenelaparcamientodelmotel.Empezóapalpitarlelavenadelcuelloyseleaceleróelpulsoporlaexcitaciónde
haberlogradounapista.En la mano derecha, Slatcher llevaba una funda Pelican alargada del mismo
tamaño que la que usaba el propio Evan para transportar un fusil. Parecía muyprobablequeSlatcherfueraelhombretraslamiratelescópicaquehabíadisparadoaKatrinenChinatown.Porelmomentotrabajaríasobreesabase.DosnombresaparecíancomosociosconocidosdeSlatcher.Elprimero,señalado
como«fallecido»,habíasidounbanquerocorruptodelasIslasTurcasyCaicos.Suexpediente mostraba lo que cabía esperar de alguien que se había dedicado alblanqueodedinero.Círculosconcéntricosquenosetocan.El siguiente proporcionaba una serie de fotos borrosas de una mujer con una
espesamelena(seguramenteunapeluca),queconducíaunaKawasakiverdeyblancasincasco.«CandyMcClure.»TalvezfueralamujerdelScion,peroresultabadifícildilucidarlo. No había más información sobre ella, tan solo unas cuantas fotosborrosasyunnombre.MovióelcursoryclicósobreelhistorialdelictivodeDannySlatcher.Loqueviocortósuentusiasmoderaíz.«Expedientecensurado.»Dospalabrasconmúltiplesimplicaciones.Pornomencionarlascomplicaciones.Sepercatódequeteníalosdientesapretados.Clicóenelsiguienteenlaceparaver
elexpedientedeSlatcherenlabasededatosdecriminalesviolentosdelaATF,laAgenciadeAlcohol,Tabaco,ArmasdeFuegoyExplosivos,sabiendoyaloqueibaaencontrar.«Expedientecensurado.»Yelsiguiente.Yelsiguiente.DepositóelvasoconuntintineodelcristalymiróaVera,quedescansabaensu
montículodeguijarrosdecristal.Perolaplantanoteníanadaqueofrecerle.DannySlatchernoeraunpistolerode tresalcuarto.Tampocoeraunsicariode
lujodelamafia.Eraalgomuchomásmortífero.AEvan no le gustaba la idea que erizaba el vello de su nuca y le revolvía los
ácidosgástricos.AhorasabíaquedebíairaChinatown,allugardondeSlatchersehabíaapostado,parareconstruireltiroteodesdeelotroladodelamira.TantosilaPolicíadeLosÁngelesteníaaúneledificioacordonadocomosino,Evanteníaque
introducirseenlaescenadelcrimen.
27
Alratónyalgato
El LotusDim Sum parecía de nuevo a pleno rendimiento. Habían reparado lasventanas y se habían barrido los cristales rotos de la acera.Dos días después deltiroteo,elapartamentosituadoenfrenteseguíacontroladoporlaPolicía.Ocultoentrelassombras,bajolabrillantepagodadeentradaaChinatownPlaza,
Evanobservabaelapartamentode laúltimaplantadeledificio.Masticabagalletasdealmendrasquesacabadesupulcroenvoltorio,quellevabaenunabolsadepapel.Aunquesehabíapuestouna finapelículadeSuperGlueen layemade losdedos,aúnnotabaclaramentelatexturadelaharinahorneada.PreferíaelSuperGluealosguantesporquenollamabalaatenciónyleproporcionabamayorprecisióntáctil.Eledificiode apartamentosquehabíausadoSlatcherparecía elmás agradable en laapretadahileraqueconstituíaBroadway.Losedificioscontiguosresultabancutresencomparación,conlapinturadesconchadaylosbalconessirviendodealmacenesrebosantesdebicicletasytablasdesurf,plantassecasyropatendida.En susanteriorespasadas conel coche,EvanhabíadescubiertoqueSlatcherno
había disparado desde una ventana, comohabía supuesto en un primermomento,sinoatravésdelapuertacristaleradeunbalcón.Elsucesoensí(unfrancotiradordisparando sobre un restaurante atestado y provocando una estampida) entrabadentrodelámbitoterrorista,porloquelaPolicíadeLosÁngeleshabíarespondidocon un despliegue de fuerza en consonancia, y había puesto el edificio encuarentena.Seveíantrescochespatrullaaparcadosaintervalosenlaacera.Neonesamarillos y rojos arrojaban su luz desde la pagoda, dibujando patrones sobre elrostrodeEvanmientrasesperabayvigilaba, tratandodeaveriguardóndeestabanapostadoslospolicías.Varios permanecían en sus vehículos. Agentes de uniforme comprobaban la
identidaddegenteenlaentradaprincipal,elaparcamiento,lapuertadeatrásylaslaterales.Dosmáspatrullabanporelinterioryaparecíanalavistadevezencuandoen las ventanas de las escaleras. Evan cronometró sus rutinas, fijándose en quepasabanmástiempoenlaterceraplanta.Unaagenteentróenelapartamentousadoporelfrancotiradordurantesuronda,yaparecióalotroladodelapuertacristaleracomprobando las habitaciones, la cocina, el balcón. No había modo humano de
entrareneledificiopormediosconvencionales.Un cambio en la dirección del viento hizo que llegara hasta él el ruido de las
fichasdeMahjongdesdeunatrastiendaalotro ladodelaplaza.Evansecomiólaúltima galleta, tiró el envoltorio a una papelera y se apresuró a cruzar la calle,saludandoconlacabezaalpoliquebebíacafétraselvolantedesucochepatrulla.Entró en el edificio contiguo al usado por Slatcher y subió al cuarto piso en
ascensor.Desde la calle había inspeccionado el apartamento del final del pasillo,dondelaslucespermanecíanapagadas.Unacoronadeacebodeplásticoacumulabapolvoenlapuerta.Lacerraduraerauninsultoasunombre;Evanlaforzóconunsimplepasedeunatarjetadecrédito.Por la puerta abierta del dormitorio que daba al minúsculo recibidor salía un
ronquido jadeante. La vieja moqueta amortiguó los pasos cuando atravesó elapartamentohastaelbalcón.El levechasquidode lavenerablepuertacristaleraaldeslizarseporsusrielesapenasseoyóconelsilbidodelviento.Sindetenerse,Evansalióalbalcón,seagarróalabarandilla,giróydeslizólasmanosporlosbarroteshastaquedarcolgadodesdeelcuartopisosobrelacalle.Conunligerobalanceodelaspiernassedejócaerenelbalcóndeabajo,aterrizandoen lazonaquedejabanlibreunahileradetablasdesurfyunamininevera.A travésdel cristal suciode lapuertacristaleradistinguió la cenaque seestaba
celebrandoenunaestanciacontigua.Brindabanentrechocandocopasdevinosobreunamesaperfectamentedispuesta.Seoíanrisasfemeninasyolíaapolloasado.Evandio laespaldaa loscomensalesydesvió lavistaalotro ladodelcallejón,
dondeestabaeledificiodelfrancotirador.Estabademasiadolejosparasaltar.Peronopretendíahacerlo.Sacó una larga tabla de surf de la hilera del balcón, la levantó y la extendió
horizontalmente por encima del callejón hasta que la punta quedó trabada en elbalcóndedelante.Depositólaparteposteriordelatablasobrelabarandillayluegose encaramóa ella con cuidado,preparándosepara sunúmerode equilibrista.Latabladesurfsebalanceóligeramentecuandoempezóaavanzarpocoapocosobreelcallejón.Unpasocauteloso.Otro.Desdeabajo le llegóel ruidode lapuertadeuncochequesecerrabadegolpe.
Miró el coche patrulla de la calle. El corpulento poli (al que había saludado alcruzarlacalle)sehabíaapeadodelcoche.Conunvasodeplásticoenlamano,semetió en el angosto callejón, pasando justo por debajo de Evan, que se quedóinmóvilcon losbrazos levementeextendidos,comounpájaroapuntodeecharavolar. La tabla se bamboleó, amenazando con caer. Evan tensó los muslos y laspantorrillasenundolorosoesfuerzopormantenerlacontrolada.Elpoliarrojóelvaso de café en un contenedor y, tras subirse los pantalones, regresó al coche
patrullaycerrólapuertaconunsonorogolpe.Evanexhalóunsuspiro.Siguióavanzando.Unosdolorosospasosmáslollevaronhastaelbalcónopuesto.
Saltóal interior, tiróde la tablade surfy la apoyódetrásdeunaltohelechoconintenciónderecuperarlapararealizarelcaminoinverso.Habíalucesencendidasenel interiordelapartamento,peronoseveíaanadie.Forzóelpestillobaratode lapuerta cristalera, atravesó la habitación endiagonal y salió al balcónquedaba aloeste,aBroadway.Dándoseimpulso,saltódesdeallíaotrobalcónyluegoaotroparalelo,pasandosinserdetectadopordelantedeunaparejaacarameladayluegodedoshombresadultosabsortoseneljuegodeGrandTheftAuto.LanzóunamiradasomeraalotroladodeBroadway.Desdeallíteníaunángulode
tiroperfectoparadispararcontrael restaurante,peroel restode laplazaquedabaprácticamenteoculta.LosdisparosposterioresdeSlatcher teníanqueprocederdeunlugarmásalto.Laazotea.Evansediolavueltaparamirarhaciaelapartamentodelbalcónenelqueestaba.
EnelcristaldelapuertaalguienhabíacortadouncírculoperfectodeltamañodeunFrisbeejustoalladodelpicaporte.Elagujerosehabíarealizadousandouncortadordevidrioconventosadesucción,unadelasherramientasfavoritasdelosladrones.Ydelosfrancotiradores.Evansabíaporexperiencialoútilqueresultabaelhuecoque se dejaba en el cristal: se evitaba la refracción de la bala y tener una puertasospechosamente abierta, así como la corriente de aire quemovía una cortina yllamabalaatención.Eraevidentequeelapartamentonoestabaocupado,yaquelahabitaciónsehabíaaspiradoylimpiadoparamostrarlaainquilinospotenciales.Lapuertaprincipalquedabajustoenfrentedelbalcón.Evan estaba a punto demeter lamano por el agujero del cristal para correr el
pestillo cuando se abrió la puerta del apartamento. Giró sobre sí para ocultarsejustocuandolaagenteentrabayrecorríalahabitaciónconsulinterna.Evanpególaespaldaalapareddeestucodelbalcón,esperandoqueseencaminaraprimeroalacocina igualqueen sus rondasanteriores,peroelhazde la linterna semoviódearribaabajo,acercándose.Laagentesedirigíaalbalcón.Evandiounpequeñosaltohaciaarribaparaaferrarsealbordeplanodelaazotea.
Elpestillohizoun ruidometálicocuando laagenteabrió lapuertadelbalcón.Lahojaempezóadeslizarseruidosamente.Evanlevantólaspiernasporencimadelasmanos en una variante de la rotación de un gimnasta en la barra fija. Cuando laagentesalíaalbalcón,Evansedeslizósilenciosamentesobreelestómagoysoltóelbordedelaazotea.Sucamisacrujióunpocoalrozarlatelaasfálticagranulada,yelhazdeluzdelalinternasedesvióbruscamentehaciaelbordedelaazotea,creandoun efecto de ciencia ficción. El haz recorrió el borde de hormigón. A Evan le
llegabaunlevísimovestigiodelperfumedelamujer.Finalmenteelhazde luzdescendió.Lospasos se retiraron, lapuerta secerróy
Evanpudorespirar.Alzólamiradaparacontemplar laclaravistade laplazayelnítido ángulo de visión del callejón donde Katrin y él se habían metido en elmonovolumenmientraslesdisparaban.Asípues,despuésdequeEvanhubierasacadoaKatrindelrestaurante,Slatcherse
había encaramado a la azotea y había disparado los siguientes tiros desde allí.Todavíatumbadobocaabajo,volviólacabeza.Justoallado,sobrelatelaasfáltica,seelevabaelsombreretecónicodelrespiraderodelacalefacción.Vioelperfildelsoporte,sujetoalaazoteacontornillos.Deloscuatrotornillos,dosapenasestabanatornillados.Alguienhabíaretiradoelsombrereteylohabíavueltoacolocaratodaprisa.Evanrodósobresímismo,quitólostornillosylevantóelsombrerete.Sacóuna
pequeñaMaglitedeunodelosbolsillosdesuspantalonesdecamuflajeydirigióelpotentehazdeluzporelconductoquehabíaquedadoaldescubierto.Enefecto,habíaunfusildefrancotiradorencajadoenunajuntadelconductounos
diezmetrosmásabajo.ParecíaunmodelopolicialMcMillandecalibre308, fácildeadquirir,difícilde
rastrear por ser bastante corriente. Dejar el arma en el lugar era propio de unasesino a sueldo de élite, demasiado listo para conservar un arma quemás tardepodría someterse a pruebas forenses. Cerca del cañón del fusil había un par deguantes de látex, astuta decisión, ya que los guantes de piel dejan unas huellascaracterísticas.Alladohabíaaterrizadounobjetoblancoconformadecopa.Evanseconcentróenélhastaquedescubrióquesetratabadeunamascarillademédico.Sintióquelaadrenalinalecorríavelozmenteporlasvenas.Antesdehuir,Slatchernosolosehabíadeshechodel fusilyde losguantesque
tendrían residuos de pólvora. El toque profesional había sido la mascarilla. Dehabersidoarrestadoalabandonar laescenadelcrimen,ysi lehubieranhechounfrotis nasal para detectar residuos de pólvora en la nariz, lamascarilla le habríagarantizadounresultadonegativo.UnruidosobresaltóaEvan,sacándolodesuspensamientos:lapuertadeaccesoa
laazoteaabriéndosedegolpe.Lohabríandivisadoal instantedenoserporquelapuerta se abría en la dirección contraria a la que estaba él.La agente tendría querodearlaestructuradehormigóndondeestabalapuertaparadescubriraEvan.Reaccionandoconrapidez,agarróelsombreretecónicodelrespiraderoyvolvió
aencasquetarloenelconducto.Rodandoyaendirecciónalbordedelaazotea,hizosaltar por los aires los tornillos sueltos con el dorsode lamano.Llegó rodandohasta el borde de la azotea y se agarró a él. Justo en ese momento vislumbrófugazmentelaluzdelalinternaqueaparecíapordetrásdelaestructuradelapuerta
deaccesoalaazotea.Supesohizoquesobrepasaraelbordelimpiamente.Sesoltóydoblólasrodillas
paraamortiguarlacaídaalaterrizarenelbalcón.Terminójustodelantedelagujerocortadoenlapuertacristalera.Desdeabajolellegóelruidodelostornillosalchocarfinalmentecontralaacera.
Metiólamanoporelagujero,abriólapuertacristalerayladeslizólentamenteparaabrirlayentrar.Alcerrarlaoyóelcrujidodelaspisadasdelaagenteenlaazotea.La linternabarrióelbalcóna lo largodelbordede laazotea,peroEvanestabaasalvo,dentrodelacasa.Estabatentandoalasuerteconaquelpequeñojuegodelgatoyelratón.Teníaque
moverseconrapidez.Ladeandolacabeza,revisólazonacuidadosamenteaspiradadelamoquetailuminadaporlaluna.HabíahuellasdebotasdelaPolicíaportodaspartes, pero en una zona la moqueta mostraba tres marcas que formaban untriángulo.Eltrípodedeunfrancotirador.La luz de la linterna desapareció del balcón yEvan oyó los pasos de la agente
volviendoalapuertadeaccesoalaazotea.Evan inspeccionó el techo sobre las marcas de la moqueta y, como esperaba,
detectóunbrillometálico.Eraunagrapaincrustadaeneltechodegotelé.EltechoeralobastantebajoparaqueEvanpudieraalcanzarlosiseponíadepuntillas,yasíconsiguióarrancarlagrapa.Debajohabíaunpequeñotrozodetela,unpedazoquehabía quedado atrapado bajo la grapa seguramente cuando la Policía científicahabíaquitadolacortinadepantalla.Elpropósitodelacortinaeraocultaralavistaalfrancotirador.Evansostuvoeltrozodetelaenaltoendirecciónalaventanaparaqueloiluminarapordetráselresplandordeneóndelapagoda.Eramuyfina,porsupuesto, para queSlatcher pudiera ver y disparar a través de la tela, pero no lobastanteopacacomopara impedirqueel sol se reflejara en lamiray sevieraeldestello.Katrin y él habían quedado en verse a mediodía. El desplazamiento hasta
Chinatownloshabíasituadoenelrestaurantealasdoceymedia,justocuandoelsoldeLosÁngelesalcanzabasucenit.Si Evan hubiera llegado al restaurante a cualquier otra hora del día, no habría
captadoaqueldestello.Dedicóunosinstantesapensarsobreaquelgolpedebuenasuerte,yluegoexhalóunsuspiroyvolvióacentrarseenlahabitación.Finalmente se colocódetrásdelpuntodondehabía estado situadoel trípode.La
únicafotoexistentedeDannySlatcherlomostraballevandounestuchePelicanenlamanoderecha, demodoqueEvan adoptó la postura deun tirador diestro conunrifleimaginario,mirandoporunamiraigualmenteimaginaria.Loquevioconfirmósuspeorestemores;apretólamandíbulahastaquenotóque
lepalpitaba.A través del círculo cortado en la puerta cristalera, tenía un ángulo de visión
perfectodel restaurante.Teniendoen cuentadónde sehabía sentado él, su cuerpohabríabloqueadoundisparoaKatrin.Slatchernolaapuntabaaella.ApuntabaaEvan.
28
Cruceinfernal
EvanpaseabaporelríoLosÁngelesparaaclararselasideas.Eraelríodeaspectomás dudoso del país, apenas un hilo de agua contaminada que discurría por unampliocanaldehormigón.Habíamatorralesesparcidosenlasorillas,ygrafitisqueadornaban los laterales inclinados de la cuenca. Personas sin hogar yacían comosacos de grano durmiendo, o tal vez borrachos o muertos, o simplementeexhaustos. Se hallaba en pleno centro de la ciudad y, sin embargo, hundido allíabajo,aquelladepresiónparecíaundesoladomundosubterráneo,aisladodeDiosyloshombres.ElairedediciembreazotabaelcuellodeEvanmientrasélavanzabaesquivando
carritosdesupermercadovolcados,neumáticossueltosdesemirremolques,algunaqueotracarroceríadecochecubiertademusgo,abandonadaporalgúnmusculitosquehabía intentado imitaralDannyZukodeGrease, haciendocarrerasdecochescuandoelríosequedabasinagua.Seoíael rumordel tráficopor todaspartes, invisiblesalvopor las lucesde los
cochesque,semejantesasablesdeluz,penetrabanlaoscuridadquereinabasobreelrío,yporelreconfortanteruidoqueresonabaenlasparedesdelacuencacomounmurmulloprimordialdesangrecirculandopor lasvenas.Evanhabía llegadoa lazonadelríoquediscurríabajolaintersecciónestedeLosÁngeles,elcruceinfernalentre laautopista101, larutaestatal60ylas interestatales5y10.Enalgunapartehabía leído que se trataba de la intersección más transitada del mundo, quediariamentelanzabaamediomillóndevehículosporsulaberintodeanillosviales.Evan comprendió por qué había ido a aquel lugar para realizar la llamada que
estabaapuntodehacer:eraunrecuerdotranquilizadordesuanonimatoenaquellainmensayatestadaciudad.LasbalasquesehabíandisparadocontraelLotusDimSumibandestinadasaél.
AlguienhabíapuestoaDannySlatchersobresupista,ensupuntodemira.YKatrinnoeraelcebo.Nopodíaserelcebo.PorqueEvansabíacalaralaspersonas.Jacklehabíaenseñadocómohacerlo,élyochoexpertosenguerrapsicológicaalolargodevariosañosdeentrenamientoydeincontablesaccionessobreelterrenodespués.Las lágrimas de Katrin habían sido auténticas, igual que su miedo. Lo que
significabaqueéllahabíaarrastradoaellaconsigo.Habíaarruinadosuvida.Habíahechoquemataranasupadre.De las innumerables preguntas que le acuciaban, una destacaba por encima de
todas:¿quiénhabíacontratadoaDannySlatcherparaquelomatara?Sin duda,Evan se había granjeadomuchos enemigos.Como agente encubierto,
eranmuchaslasmuescasquelucíaensuempuñadura,yhabíaañadidobastantesmástrabajandoporsucuenta.Quienpretendíaasesinarlopodíasercualquiera,desdeunlíder insurgente extranjero hasta un vengativo pariente de alguien a quien Evanhubiera liquidado. En cualquier caso, se trataba de alguien que llevaba tiempodesarrollandoun inteligenteplan,esperandoyvigilando, interpretandopatronesyrecogiendo pistas, igual que habían enseñado a hacer a Evan durante suentrenamiento.Evanllegóaunazonasombreadabajounpasoelevado,libredecampamentosde
indigentes,prostitutasodrogatas.Unlugaraisladoenplenocentrodelaciudad.Asus oídos llegaba el rumor del agua, y su olor húmedo y frío le llenaba lospulmones. Alzó su robusto móvil y marcó el número del hombre que habíaasesinadoaSamWhite.Sonóunavez.Yotra.Seoyóunclic,peronohablónadie.–¿Cuáleres?–preguntóEvan.Silencio.Yluegounavozfamiliardijo:–¿Qué?–¿QuéHuérfanoeres?Dealgúnlugardeotradimensiónllegóunchirridodeneumáticosyelestrépito
deunabocina.Laluzdelalunarielabaenlaturbiasuperficiedelaguaquediscurríalentamente.Unoscuantosmurciélagosagitaronlasalasfrenéticamentebajoelpasoelevado,luegovolvieronaaposentarseplácidamenteenlapenumbra.PorfinlavozsonóeneloídodeEvan.–Algunos dicen que el mejor. Hasta que llegaste tú. Ahora parece ser que hay
ciertas discrepancias al respecto... –una breve pausa, regodeándose– ¿no es así,HuérfanoX?Aloírsupseudónimoenvozaltaporprimeravezencasiunadécada,Evansintió
quelezumbabanlosoídos.Lohabíanidentificado.Habíandescubiertosunombre.Habíallegadoelmomentoquehabíaestadotemiendodurantedosterciosdesuvida.Evanseapartóelmóvildelaboca,carraspeó,volvióaacercárseloaloslabiosy
devolvióelfavor.–HuérfanoCero–dijo.–Enefecto.¿QuiénmejorparaseguirleelrastroalHombredeNingunaPartequeunantiguo
Huérfano?LapersonaquequeríaaEvanmuertohabíahechoaveriguacionesenloscírculos correctos y luego había contratado almejor.Y elmejor era no solo unHuérfano comoEvan, sino uno de los pocos que podía relacionar alHombre deNinguna Parte con el Huérfano X. Probablemente Danny Slatcher no sabía elverdaderonombredeEvan,perocomprendíalosdifusoscontornosdelaidentidaddeEvanigualqueestecomprendíalossuyos.PensóenelexpedientecensuradodeSlatcher.PensóeneldesmanteladoPrograma
Huérfano,entodosaquellosagentesentrenadosyahorasintrabajo,libresdetodopropósito y supervisión, abandonados a su suerte para encontrar trabajo y unsignificado a su vida. Pensó en el rostro deKatrin al oír el disparo a través delteléfono,yelgolpedelpesomuertodelcuerpodesupadrealgolpearelsuelo.Evan notó que sumano apretaba elmóvil con fuerza. «Nunca lo conviertas en
algopersonal.Nuncaloconviertasenalgopersonal.Nunca...»Unnegrovacíoinundósupecho,ahogandotodopensamientoracional,ahogando
el sonido de los coches a su alrededor, la voz de Jack en su cabeza, los propiosMandamientos.–NodeberíashabermatadoaSamWhite–dijo.Colgóyseencaminódevueltaalcoche.Danny Slatcher dejó el teléfono a un lado y recostó su corpulenta figura en el
cabecero.Elcanapécrujióbajosupeso.Candysaliódelcuartodebañototalmentedesnuda, salvo por la raída toalla delmotel enrollada en torno a la cabeza, y lelanzóunamiradainquisitiva.Élnolamiró.Candycaptósuexpresiónyvolvióalcuartodebaño.ElbrazodeSlatchereratanlargoquealcanzabalaredondamesademaderadel
desayunodesdelacama,sinapenasinclinarse.Levantóladelgadacajametálicayselapusosobreelregazo.Enelinterioryacíanlasdiezuñaspostizasylalentedecontactodealtadefinición
ensusmoldesdecaucho,comoreliquiasfuturistas.Seajustótodoelequipoconunafacilidadqueencontrólevementedesagradable.Elcursorvirtualparpadeóenelespacioamenosdeunmetrodesuojoderecho,
mientras esperabaaqueTopDogaceptara supetición.Finalmenteel cursorpasódelrojoalverde.Slatcher alzó lasmanoscomounpensativoconcertistadepianoy luego tecleó:
TENEMOSUNPROBLEMA.
29
Aparecíaydesaparecía
–Espere –dijo Katrin–. Espere un momento. –Katrin dio una vuelta por eldiminutoloft,pasandolamanoporelcristaltintadoqueconstituíalaparedquedabaaloeste.Losdedosprodujeronundesagradableruidoenelcristal–.¿Elobjetivoesusted?Mientras él le contaba loquehabíadescubierto enChinatown, ella sehabía ido
poniendo cada vez más tensa, hasta dejar ver la tirantez de los músculos de sucuello.Ytodavíaestabaintentandoasimilartodaslasposiblesramificaciones.–A ver si lo he entendido bien –dijo Katrin–. Ahora hay dos grupos de gente
persiguiéndonos.Mistiposmalosysustiposmalos.–No creo que sea eso –dijo Evan–. Creo que mis tipos malos relevaron a los
suyos.Lespagaronparaquelesdejaranelcaminodespejado.–¿Porquépiensaeso?–Porqueesloqueharíayo.–Pero ¿cómo es posible que los tipos que le persiguen a usted sepan siquiera
quiénsoyyo?–Debieronseguirlelapistadealgunamaneracuandosedieroncuentadequeibaa
ponerseencontactoconmigo.–¿Cómo?–Aúnnolosé.QuizáporMorena.Quizáporunallamadainterceptada,aunqueno
sécómo...–Entonces,¿qué?–Descubrieron su situación, que debía un montón de dinero a cierta clase de
personas.–¿Consiguierondescubriralgoasí?–Igualquelohabríadescubiertoyo,sí.Ella lo miró unos instantes, luego meneó la cabeza con repugnancia o
incredulidad,yvolvióapasearsedeunladoaotro.Cuandoestabadeespaldas,Evansacósupasaportedelbolsilloylometióensubolso,queestabasobrelaencimera.Elascoquesentíahaciasímismosetransformóenunabilisamargaensuboca.Katrindiomediavueltajustocuandoélretirabalamano.
–¿Pagarondosmillonescienmildólares?–Asíes.–¿Soloparaencontrarleausted?–Ajá.–¿Cómo es que vale tanto? ¿Quién es usted? –Alzó las manos en el aire–. Ya.
Evan.ElHombredeNingunaParte.Élsequedómirándoladesdedetrásdelaisletadelacocina.Ellalevantóunamanoparaapretarselasien.Elcortedelamejillaprácticamente
habíadesaparecido,tansoloeraunamarcadiminutaenelpómulo.–¿Porquéquierenmatarlo?–Nolosé.–Perocompraronmideudaparaatraerlo.Compraronamipadre.¿Sonlosque...
losquemataronamipadre?Larespuestasurgiócomouncristalroto.–Sí.HabíadossurcosenlasmejillasdeKatrinquebrillabanalaslucesparpadeantes
delaciudad.–Losiento–añadióEvan.Katrinseenjugólacara.–Ysustiposmalos,¿sontodavíamáspeligrosos?Élasintió.–¿MáspeligrososquelossicariosquecontrataronlosdeLasVegas?Volvióaasentir.–Y ahora sé demasiado... lo que le hicieron a mi padre, lo del motel, que le
persiguenausted.Asíqueni siquierapuedohuir.Ahoracorrounpeligromayor.Porsuculpa.Evan apoyó las palmas sobre la encimera Caesarstone, sobre la que había
esparcidos los elegantes recipientes negros del vecino restaurante Robata;Katrinestabacomiendoalllegarél.Champiñonesalamostaza,langostinostigreconpestoyuzu, trozos de solomillo conmantequilla de erizo demar; los intensos aromashicieronqueaEvanse leagitaraelestómago.Aun lado,entre losplieguesde labolsaqueforrabaelcubodebasura,estabalabotelladePoweradequehabíatirado.Alverla,Evannotóunnudoenlagargantayelrubordelaculpabilidadtiñéndolelacara.Momentoqueeligiósumóvilparaemitirunpitidosemejanteaunsonar.EralaseñaldeGPS,ahoraactiva,quesetransmitíadesdeelaparatodigestivode
KatrinhastaelparchedisimuladodetrásdesuorejaydeahíalbolsillodeEvan.LaalertadesubmarinovolvióasonaryEvanpusosumóvilensilencio.–¿Quéeseso?–preguntóella.–Nadaqueimporteahora.
Porsuerte,Katrinhabíainiciadootroagitadopaseoporelloft.–PorDios,¿nosesuponequehadeayudarme?¿Noeraeseeltrato?Elnúmerode
teléfonomágico.«¿Necesitamiayuda?Nuncaheperdidoanadie.»Sesuponíaqueibaaprotegerme...–Yloharé.–Evansetomóunossegundosparaserenarsutono–.Siconfíaenmí,
laprotegeré.Paseloquepase.Esoestodoloquetenemos.¿Meentiende?Ellasediolavuelta,iluminadapordetrásporellejanoresplandormoradoyrojo
delStaplesCenteratravésdelaventana.Desdeelclubquehabíaalotroladodelacalle llegabaelsonidodeunabandaquetocabaunaversióndeMumford&Sons.La letra de la canción no se entendía bien, pero el banjo sonaba con nitidez yemoción(willwait,Iwillwaitforyou).Katrinllevabaunacamisetaholgadaqueselehabíadeslizadoporunhombro,dejandoaldescubiertoeltirantedeunsujetadornegro,yteníarevueltosloslargoscabellos.Latenueluzvolvíamásoscurosurojopintalabios color sangre, y sus ojos verdes brillaban por la franja de luz quearrojabaunafaroladelacalle.–Asíqueahoraestamossolosustedyyo–dijoella–,entodoelinmensomundo.–
Susbrillanteslabioscaptaronelreflejodelaslucesdelaciudady,porunmomento,volvieron a verse de color rubí. Una nueva lágrima surcó la perfecta piel de sumejilla.Apartólacara–.Teperdono–dijo,tuteándolo.Evansehumedecióloslabios.–Yono.Ellamirabaporlaventana.–Venaquí.Evanfue.Cuandoestabacerca,Katrinalargólamanohaciaatrásyloagarródela
camisa.TiródeélhastaqueEvanseapretócontraellapordetrás.Lapresiónerainsistente.Evanrespirólafraganciadesupeloysintióunsúbitocambioalperderla concentración. Ella meneó las caderas haciendo que sus tejanos se deslizaranhaciaabajo,yluegotambiéncayeronlosdeEvan.Katrinteníalospantalonesenlostobillos.Levantóunpieparaliberarseydarunpasoaunlado.Suespaldaapareciósuaveyblancaallevantarselacamiseta.Evancolocólasmanossobresuscaderasyellaseladeósolounpoco.Entoncesseprodujounadivinaconjunciónyloscodosylasmanosdeellaseapretaroncontraelcristalysuritmoparecióencontrarecoenelpulsodeneónde la ciudad.La respiraciónentrecortadadeKatrin empañabaelcristal,elvahoaparecíaydesaparecía,aparecíaydesaparecía.Después,mientrasyacíanen el bajo colchónde cara a la ciudad,Evan recorrió
conundedolasiluetadeviolonchelodelcuerpodeKatrin,siguiendoelcontornode su cadera. En el omóplato izquierdo, ella tenía el símbolo kanji de la pasión,aunqueeltercertrazohorizontalerademasiadocorto.ObservabanlaslucesdeloscochesquecirculabanporlaHarborFreeway.
–Todosesoscochesahífuera–dijoella–.Mirotodaesagenteypienso:¿porquéyo?¿Porquénoellos?Esunatontería,losé,peronopuedoevitarpensarlodesdeque empezó todo esto. Solo tengo ganas de rendirme. Pero en realidad no hayopciones cuando se vive una pesadilla como esta. Cuando la gente habla de serduro,quizásoloserefiereaeso,acuandonotienesotraalternativa.Simplementehayqueseguiradelantehastaquetodoacabe.Evan acarició su costado hasta que ella se durmió, y luego abandonó el futón
silenciosamenteparanodespertarla.Cayóen lacuentadequemásomenoshabíaquebrantado el Tercer Mandamiento. Otra violación de una lista inviolable. Seestabaconvirtiendoenunacostumbre.Seencaminóalacocinaysacóunabotelladeaguadelfrigorífico.Oyóunleve
zumbidoalotroladodelahabitación.SuRoamZone,vibrandoenelbolsillodelostejanostiradosenelsuelo.Sequedóparalizado.Elsuelodemaderaestabafríobajosuspiesdescalzos,pero
noteníanadaqueverconlosescalofríosquerecorríansupiel.ElSéptimoMandamientodecretabaque solopodíadedicarseaunamisióncada
vez. Se lo había dicho aMorena con total claridad. «Dalemi número solo a unapersona.¿Comprendes?Solouna.Luegoolvidaelnúmeroparasiempre.»Elmóvilvolvióavibrar.Evanseacercósigilosamenteylosacódelbolsillo.No
reconoció la identificación de la llamada. A menos de un metro de él, Katrinrespiraba regularmente, dormida comoun tronco.Evan se retiró hacia la cocina,abrióelgrifodelfregaderoparacrearruidodefondoyluegorespondió.Suvozsonósecayroncaytuvoquevolveraempezar.–¿Necesitamiayuda?–Sí. –Unadesesperadavozmasculina–.Diosmío –añadió en español–,más que
nada.¿Escierto?¿Esverdadqueustedpuedeayudar?EvanalzólavistahacialaformadormidadeKatrin,lostrazosdelkanjitatuado
enelhombrodesnudo.–¿Dóndehaconseguidoestenúmero?–Chicamelodio.Evannotóunvuelcoenelestómago,unasospechaqueempezabaatransformarse
enalgomássólido.–¿Cómosellamaba?–MorenaAguilar.–¿Quéaspectotenía?–¡Unacríaflacucha!Tienequemaduraenelbrazo.Elladiceustedmeayuda.Ella
diceustedsalvaasuhermanapequeñadehombremalo.Elladiceustedmeayudatambién.ElairenocturnopareciófiltrarseatravésdelosporosdeEvanconunfríoquele
erizó el vello.Losúltimos cuatrodías seponían así depronto, violentamente, enteladejuicioentodossusaspectos.PensóenlarapidezconquehabíarecibidolallamadadeKatrin,apenasunosdías
después de que hubiera pedido aMorena que localizara a un nuevo desesperado.PensóqueenelLotusDimSumellahabíaocupadounasientoseguro,conelpropioEvan bloqueando los disparos del francotirador. En lo fácilmente que le habíanseguido la pista, primero hasta el restaurante, luego hasta el motel. Despuésreflexionósobresuinesperadointerlocutor.¿Quiéneraelimpostor?Si era Katrin, Evan tenía que abandonar el loft, y rápidamente, antes de que
Slatcherysugenteloscercaran.Cruzó rápidamente la habitación. La puerta se abrió en silencio sobre sus bien
engrasados goznes. Evanmiró a un lado y otro del pasillo, pero no vio a nadie.Todavía.Sus pensamientos se desviaronhaciaMorenaAguilar, quevivía con su tía y su
hermanita en Las Vegas. Tanto Katrin como el hombre del teléfono se habíanreferidoaellaporsunombreylehabíandadosudescripción.Morenahabíasidoelpuntodeentrada;asíeracomoSlatcherysugentehabíandadoconlapistadeEvan.DealgúnmodolohabíanrelacionadoconMorena,lahabíanlocalizadoylahabíanutilizadoparacrearunahistoriaquesirvieradecebo.Loquesignificabaqueahoraellacorríaungraveriesgo.Sinoestabayamuerta.EvanteníaqueiraLasVegasyencontrarla.Manteniendolavigilanciadelpasilloatravésdeunarendijaenlapuerta,volvióa
centrarsuatenciónenelteléfono.–¿Cómosellamausted?–GuillermoVázquez.Memo.MemoVázquez.Estoyenproblemamuygrave.No
tengopermiso de trabajo.Nopuedo ir apolicía.Mi Isa,mi hija, ella también enpeligro.–¿Cuándoquierequenosveamos?–Ahoritamismo.Porfavor,enseguida.–¿Dóndevive?–preguntóEvan.Vázquez le dio una dirección en Elysium Park, un barrio de clase obrera
dominadoporbandasalasombradelDodgerStadium.–Elmiércolesporlamañana–dijoEvan–.Alasdiez.–Entoncespodríasermuchotarde–dijoVázquez–.¡Faltandosdíasymedio!Evannecesitaríaesosdosdíasymediocomomínimo.–Porfavor–insistióVázquez.Intentaba precipitar el encuentro. Lo que, o bien era sospechoso, o bien era
normal dadas las circunstancias en que solía encontrarse la gente que llamaba a
Evan.Elpasilloseguíavacío.Elascensor,visiblealotroladodelloftcontiguo,sepuso
enmarcha con un zumbido, pero pasó de largo por aquella planta sin detenerse.EvanlanzóunamiradaalasiluetadurmientedeKatrinporencimadelhombro.–Tendráqueserelmiércolesporlamañana–dijo,ycolgó.Volviójuntoalfutónysequedódepie,mirandoaKatrin.Ellagimiólevementey
sediolavuelta.Unbrazolequedócruzadosobrelafrente,comounadamiselaenapurosdeRoyLichtenstein.Suspárpadosseagitaronensueños.GuillermoVázquez.KatrinWhite.Unodelosdosmentía.Se sentó en cuclillas a cierta distancia frente a Katrin. Buscó la cámara en el
móvil,pulsólaopcióndevisiónnocturna,enfocósucaraylehizounafotografía.Garabateó una nota rápida sobre la encimera de la cocina: «Haciendo
comprobaciones.Nosalgas.Llámameencasoemergencia.E.»Bajó por las escaleras, deteniéndose en todos los rellanos por si oía ruido de
pasos.Elaparcamientoestabadespejado.SubióalTaurusysalióalacalle.Condujoencírculosporel centrode laciudadsindejardecomprobarel retrovisor,hastaqueseconvenciódequeestabasolo.LuegosemetióenlaautopistaysedirigióaLasVegas.RecordóaMorenaAguilareldíaquelaconoció.Consurígidacamisadefaena
del Benny’s Burgers, acurrucada en su silla como un animalito salvaje, atrapadaperoindómita,dispuestaallegaracualquierextremoparaprotegerasuhermana.«Pero ¿ella? Ella no ha hecho nada malo en su vida.» Pensó en el destello deoptimismoensusojoscuandohablabadelacasadesutía,deunnuevocomienzo,yluegoimaginóelenormepuñodeDannySlatcherllamandoasupuerta.Evan nunca había vuelto a ponerse en contacto con un cliente después de
completada sumisión.ConMorena, igualquecon todosaquellosa losquehabíaayudadoalolargodelosaños,habíaacordadoqueellanosepondríaencontactoconélniélconella.PeroelDécimoMandamientoprimabasobretodolodemás.«Nuncapermitasquemuerauninocente.»
30
Sullamadaestridente
LatíadeMorena,unamoledemujerenvueltaenvariascapasderopadedormir,acudióaabrir,perohablóconEvana travésde lapuertaconmalladeseguridad.Lógico,dadoqueeranapenaslasseisdelamañanaylasestrellasaúnbrillabanenelcieloqueseabríaalamanecer.NovivíaenLasVegaspropiamentedicho,sinoenunparquedecaravanasenun
distritopobredeHenderson,laciudadvecina.Seajustóelcinturóndelalbornozyechólacabezaatráshaciendoresaltarsuabundantepecho.–¿Morena?Noestáaquí.–Séquequiereprotegerla,señora–dijoEvan–.Peroahoramismonoestásegura.
Soy...–Séquiénes.–¿Losabe?Losojosimpávidosdelatíarevelarontansoloundestellodeobsidiana.–Talvez,peroesonocambiaelhechodequenosénada.–¿Puede decirme al menos si llegaron aquí sanas y salvas? –preguntó Evan–.
¿Carmenyella?Unsolitariogrilloseoíaentrelosmatorralessecosquemarcabanlaentradadela
propiedad,lanzandosullamadaestridentealsecoairedeldesierto.La mirada de Evan se posó en un estuche de trompeta desvencijado que yacía
junto a una pila de zapatos.Al percatarse, la tía deMorena cerró la puerta unoscentímetros, limitando la visión deEvan, llenando el hueco con su cuerpo. Finasvenasazulessurcabanlospronunciadospárpadossuperioresdelamujer.Suboca,caídas las comisuras en una expresión fija, parecía maternal y severa al mismotiempo,comolamuecaamenazantedeunamamáosadispuestaapelear.–Estédondeesté,estáasalvo–respondió.–Pídalequemellame.Yasabeminúmero.Porfavor.–Estarámássegurasiustednolaencuentra.–Nocreoqueseaasí–dijoEvan.–Puedecreer loquequiera–repusoella, y le cerró lapuerta suavemente en las
narices.
Él se quedó plantado con aquel fríomatutino, él y el grillo sin pareja, bajo lainmensacúpuladelcielodeNevada.Enelmaletero llevabaunportátilconelquepodíaaccederalasbasesdedatos,obtenerquizálosregistrostelefónicosdelacasa,y tirar del hilo a partir de ahí. Sería un duro y largo esfuerzo de investigacióncomprobartodaslaspistas,desecharloscallejonessinsalida.Tiempoeraloquenotenía,dadalaamenazaquependíasobreMorena.Empezaba a alejarse cuando oyó el silbido de un niño. No era un silbido, de
hecho,sinoelsiseodelairealpasaratravésdeunoslabiosfruncidos.Unaventanalateral se abrió ruidosamente y una pequeña figura salió dando una voltereta yaterrizando grácilmente de una forma que sugería que el movimiento se habíaensayadoantes.La niña se incorporó y se sacudió el polvo de las rodillas. Era Carmen, la
hermanadeonceañosdeMorena.Sobre los tejanos llevabaun suciocamisóndeDisneyconloqueparecíaunamanchaazuldeunpolosobreelrostrodeMinnie.–Loconozco–dijoconunroncosusurro–.Ustedeselquenosayudó.ElSeñorde
NingúnLugar.Evan se acercó al lateral de la casa caminando sobre el duro césped agostado.
Aunquenoselesveíadesdelapuerta,Evantambiénbajólavoz.–¿Morenasehaido?–Sefuealtercerdíadeestaraquí.Salimosacomprarcomidayyomefijéenun
hombrequesefijabaennosotras.Semedabieneso.Evan recordó a Carmen pintando con sus ceras en un rincón en el Benny’s
Burgers,observándoloatravésdelaventana.–Losé–dijo–.¿Sabesadóndesefue?–Seasustó.Dicequesialguiennosvigilaba,teníaqueverconloqueseaquenos
hizodejarLosÁngeles.Que teníaqueesconderseporquesisequedabaconmigo,noseríaseguroparamí.Cuandovolvimosdelatiendaesanoche,seescabullóporla ventana. –Carmen posó la mano sobre el antepecho de la ventana por la queacababadesaltar,ensimismadaensuspensamientos.–¿Tienesunnúmerodeteléfonoalquepuedallamarla?–Sepusocomoloca.Teníademasiadomiedoparausarunteléfono.Ellacreeque
fueasícomolasiguieron,porsu teléfono.ComocuandoelhombremalodeLosÁngeleslateníacontrolada.Dijoquenovolveríaausarningúnteléfono,pasaraloquepasara.–Bueno,¿ylahasvistodesdeentonces?–Dos veces. –Carmen levantó dos dedos–.Vino a verme al patio del colegio. –
Señalóelfinaldelaoscuramanzana–.Sevedesdelejos,asíquesimesientoenloscolumpios durante el recreo, ella sabe si es seguro acercarse o no. Haymuchosniñosycosasalrededor.
Lavozdesutíasalióporlaventanaabierta,llamándolaparadesayunar.Carmenmiróhaciaatrásconnerviosismo.–Tengoqueirme.–¿Tedijosihabíaencontradoaalguienmás?Estababuscandoaalguienmás.Para
mí.–No.Nodijonadadeeso.–Carmensemordisqueóellabioinferior–.Siustednos
salvó,¿cómoesqueahoranopuedoestarconella?Denuevolavozdelatíaseoyóatravésdelaventanallamándolaenespañol.–¡Carmen!Venaquí.Tudesayunoestálisto.Evanseagachóparamiraralaniñaalosojos.–Escúchame. Tengo que ver a tu hermana. Su vida depende de ello. Ve a los
columpiosduranteelrecreoyespérala.DilequevengaaencontrarseconmigoenelCasinoBellagio,enelrestaurantequedaalasfuentes.Estaréallíhoyalmediodía.Mequedaréallítodoeldía,todalanoche,loquehagafaltahastaqueellapuedair.Carmensebalanceóhaciaatrássobrelostalones,abrumadaporsuvehemencia.–Vale.Peronosésivendráhoy.Omañana.Ocuándo.–Esperaré.Dilequeallíestarásegura.Haymuchagente,cámarasportodaspartes.
¿Lorecordarástodo?Carmenseaprestabayaapasarporelantepechodelaventana.–Laesperaréenelrecreo,alahoradecomerydespuésdeclase.Lorecordaré.Lo
prometo.Carmenaterrizóenelinteriorybajólaventanaparacerrarlajustocuandosutía
abría lapuertadelcuartopara regañarlapornohacerlecaso.Evanseapresuróaregresaralcoche,aparcadocallearriba.Teníamuchascosasquehacerantesdemediodía.
31
Másverdadesquementiras
–¿Qué hostias pasa contigo? –preguntó Tommy Stojack, trasladándose por suarmería iluminadacomounamazmorraenunasillaconruedas,dándose impulsocon las diferentes mesas de trabajo y recogiendo una pegajosa taza de café, undestornillador extraviado, un cartucho perdido. Además del dedo que le faltaba,teníatodouncatálogodesecuelasdeveterano:clavosdetitanioenvarioshuesos,pérdidaauditiva,rodillasdañadaspordemasiadoslanzamientosenparacaídas,etc.Aunquepodíamoversebastantebiensobresuspies,avecesusabasuAeronnegracomosifueraunasilladeruedas.EnocasionesEvansepreguntabasiTommyestabapracticandoparamásadelante,
cuandosusarticulacionescedierandeltodo.Tommyse rascó losbrazos, que llevaba cubiertosde tiritas cuadradasde color
carne.–Tecomportascomosialguiensehubierameadoentucabina.Evan respiró hondo, relajó los hombros y suavizó su expresión. No estaba
acostumbradoadejarqueselenotaraelestrésenlacara,ysealegrabadehaberlohechosolodelantedeTommy.TrashacersuspreparativosenelBellagio,Evansehabía embarcado en una frenética investigación en su portátil. La dirección delsegundoquelehabíallamado,MemoVázquez,lehabíallevadohastauntipejoquetenía propiedades en suburbios por toda California y Arizona, y que al pareceralquilaba a inmigrantes ilegales. El número desde el que había llamadoVázquezpertenecía a unmóvil Radio Shack baratucho de prepago. Ideal para alguien sinblanca.Oparaunimpostor.Ser ilegal era el pretexto perfecto para no tener información personal en el
sistema.PorelmomentotendríaqueconformarseconinvestigaraKatrinWhite.–Necesitoconfirmarlaidentidaddeunapersona–dijoaTommy.–¿Enelsistema?–Yalahecomprobadoenelsistema.Quieroinvestigarladesdeotraperspectiva.Tommyvolvióarascarselosbrazos.–¿Qué demonios son esas cosas que llevas en los brazos? –preguntó Evan
finalmente.–Parches de nicotina. –Tommy sorbió el café por encima del labio inferior
abultadoportabacodemascar–.Intentodejareltabaco.–Pocoapoco.–Esomismo. –La silla deTommy emitió un chirrido cuando él se levantó y la
lanzórodandohaciaunoscurorincóndel taller.Vale.¿Quiénesesapibaa laquequieresinvestigar?EvanaccedióalafotoquehabíatomadodeKatrinenelfutón,elprimerplanode
surostrodormido,yselamostró.Tommyemitióunroncosonidodeaprobación.–¿Íntima?–Intentoayudarla.–Eso parece. –Tironeó de las puntas de su desaliñado mostacho en forma de
herradura–.Amímeparecequeayudaramujeresquenosonquienesdicenseresunempeñodeidiotas.Unamujerquequizánoseaquiendiceser.–Ah.–Elmuñóndeundedoíndicehizouncírculoenelaire,señalandoaEvana
mododeadvertencia–.Tratandodehacerteelhéroe,¿eh?–LarisadeTommyfueenparteunatos–.¿Quieresserunhéroedeverdad?Llegaaviejo.Levántatedelacamacadamañanaconlaespaldamalylarodillapeor.–Vale.Peroprimerovamosaconfirmarsuidentidad.–Esenoesmicampo.–Esjugadoraydelasqueapuestanfuerte.Loquesignificaquelohahechoantes.
Muchasveces.Enmuchossitios.EstabapensandoquetúeresdeLasVegas...–Esoes.–Quizátengasalgúncontactoenunodeloscasinosquepudierautilizarsoftware
de reconocimiento facial conesta foto.Enalgunos sitiosguardangrabacionesdeseguridaddelassalasdevariosaños.Paraversiabrióunalíneadecrédito,conquénombre,cosasasí.–Sinoesquiendiceser,¿porquélacreescuandotedicequeesjugadora?–Lamejortapaderasecomponedemásverdadesquementiras.–Eso es cierto. –Tommy asintió con una sucinta inclinación de la cabeza–.
Conozcoaun tipoque tienebastante influencia enelHarrah’s.Averquépiedraspodemosremover.–Teloagradezco.¿Teenvíounmensajeconlafoto?Tommytorcióelgestoconrepugnancia.–Nome jodas conmensajitos. Envíame esamierda por e-mail. Ya sabes a qué
cuenta. –Sus anchas y toscas manos volvieron a apilar unos moldes de balasesparcidosporlamesa–.¿Necesitasalgomás?¿UnpocodeC-4?–Tommyalargó
la mano bajo la mesa y sacó un bloque de explosivo plástico–. El modo másefectivodeconvertireldineroenruido.–Nomehacen faltamás explosivos. –Evan diomedia vuelta para dirigirse a la
puerta,comprobandodenuevo,comosiempre,quelacámaradeseguridadestabadesconectada–.Gracias,Tommy.–Oye, tío, yo solo llamaré al colega.No tegarantizonada. –Tommyse sacó el
trozodetabacodellabioyloarrojóauntazadeCarl’sJr.polvorienta–.Loúnicoquehaygarantizadoesquenosaldremosvivosdeestaencarnación.
32
Noteníaadóndeir
UnapropinadecincocifrasenmetálicoalgerentedelacafeteríaHudesirvióparaqueEvanpudieradisponerdelamesaprincipaldurantetantotiempocomoquisiera.EraunreservadoquesobresalíadelabasedelinmensohotelBellagiosobreellagode tres hectáreas como la proa acristalada de un barco.Desde su posición en losasientosacolchados,divisabalamayorpartedelclubnocturno,unapequeñapartedelsalóndelcasino,yelsenderoquebordeabaellago.Seapostóallíamediodía.Deinmediatosepercatódequehabíaunproblema.Másallá,pasadaunacurvadel
lago, apocoscientosdemetros,un restaurantechino llamadoJasmine sobresalíasobre el agua. Era un local nuevo que no estaba allí la última vez que él habíavisitadolazona.LasinstruccionesquelehabíadadoalahermanadeMorenahabíansidoimprecisas.«DilequevengaaencontrarseconmigoenelCasinoBellagio,enelrestaurantequedaalasfuentes.»AhoraEvanteníadoszonasquecubrir.Aquelerrordecálculolecarcomióelcerebrocomounpequeñogusano,crispándolelosnervios.AlmenosteníaunavisiónclaraatravésdelosventanalesdelJasmine,queibandelsueloaltecho.Estuvosentadoallíduranteseishorassininterrupción,vigilandolaapariciónde
Morena aun cuando sus esperanzas iban disminuyendo. Evan vestía tejanos,chaqueta negra y gorra de béisbol para ocultar sus facciones de la multitud decámaras.ParaqueMorenasesintierasegura,Evanhabíaelegidouncasinocomopuntodeencuentro,elúnicositioconmáscámarasdeseguridadqueunaeropuerto.De vez en cuando algunamujer pasaba por sumesa para preguntarle si quería
invitarlaaunacopa.Desdeluegoparecíaunhombrequebuscabacompañía,y lasprofesionalesnodejarondepercibirlo.Él lasrechazabacortésmente.Susituaciónallíerademasiadovisibleeibacontratodossusinstintos,peroteniendoencuentaelpánicodelquealparecererapresaMorena,queríasituarseenunlugarprominentepara que ella lo viera antes de acercarse. Basándose en lo que le había contadoCarmen sobre sus encuentros con suhermana, aquel era elmétodopreferidoporMorenaparaestablecercontacto.Finalmenteselevantóparairallavabo,luegoregresóysesentódenuevo,alerta,
mientraselcarrodelsolfinalizabasubrillanterecorridoporelcieloysehundía
tras el Strip. Cuando el crepúsculo de color lavanda se convirtió finalmente enoscuridad,elmásgrandedesplieguedealumbradonocturnodelmundorecobrósuespléndida existencia. La falsa torre Eiffel del hotel París se encendió como unadoradaagujadeneón,superandoalaluna.Lasfuentesdeaguaestallaronencoloressobre la superficie del lago delante deEvan, empañando lasmamparas de cristalquelorodeaban,siguiendounaextrañacoreografíaalsondeundúoentreAndreaBocelli y SarahBrightman.Evan observó las puertas, el bullicio en la entrada alcasino, el pasillo que llevaba a los lavabos. La música sonaba y las fuentesquebrabanlaquietuddellago.Alpoco,unDJconunagorraladeadadelosCelticssehizocargodelosplatosenlacabinainterior.RemezclasdeRihannacompitieroncon el dúo de ópera pop. La pista de baile se llenó de chicas achispadas queparticipaban en despedidas de soltera y de ruidosos chicos de fraternidadesuniversitarias,dehombresdenegociosdejuergaydedragqueensconbotasaltasde plataforma, mezclados todos en un batiburrillo de miembros que se agitabanbajolaslucesdediscoteca(Ilovethewayyoulie).EvanseimaginóaCarmensentadaenloscolumpios,aisladaenelatestadopatio
derecreo,rezandoparaqueaparecierasuhermanamayor.Hacíahorasquehabíanterminadolasclases.TalvezMorenahabíadecididoesperaralabrigodelanochepara ir alStrip.Oquizáni siquiera sehabíapresentado en el patiodel colegioyEvan se quedaría allí, clavado en aquel sitio. Volvió a escudriñar la multitud degente sumida en la idea de que lo que ocurría en Las Vegas se quedaba allí,hablando a gritos y demasiado cerca unos de otros, o poniendo morritos parasacarse selfies. Las campanillas de los premios de las máquinas tragaperrasahogaban el rap de Eminem. Al otro lado de la calle había una falsa Europaresplandeciente. Todo el mundo allí perseguía su propio sueño, una versiónalternativadesuser,identidadesrenovadastanfalsasyrealescomoladeEvanquedejabancaerenaquelmundomaravillosodefantasía,paraabandonarlasluegoenelmostradordesalidasdelaeropuertocomoequipajeolvidado.En medio de aquella mascarada se abrían paso unas cuantas realidades. Evan
necesitaba encontrar a una aterrada muchacha de diecisiete años. Necesitabaprotegerla.YnecesitabadescubrirsilehabíadadosunúmerodeteléfonoaKatrinWhiteoaMemoVázquez.Bebióagua,ansiandoquefueravodka,recorrióconlamiradalapistadebaile,el
vecinorestaurante,yluegorepitiólaoperación.Serecostóenelasientotapizado,rascándose lanuca.Cuandovolvióamirarporelventanala lo largode lacurvaquetrazabaellago,unmovimientodentrodelJasminecaptósuatención.Atravésdelarelucientemamparadecristal,viounachicaabriéndosepasoentre
lasmesasdeblancosmanteles.Ledabalaespalda,peroEvanreconociólapostura:los hombros medio alzados, la barbilla hundida, las manos escondidas bajo las
largasmangasylasmuñecasdobladascomocuellosdegarza.Miedo.Ellasevolvióenparteyéllaviodeperfil.Morena.Evan escudriñó el interior del restaurante. Parecía despejado. Acababa de
levantarseparareunirseconella,cuandosumiradarecorrióloscuatroventanalesysequedóparalizado.Danny Slatcher surgió por detrás de una columna avanzando lentamente hacia
Morena.LlevabaunostejanosamplioslavadosalapiedrayunacamisetadeBubbaGump,atuendodeltípicoturistadeLasVegas.Morena seguía caminando entre lasmesas sin percatarse del hombreque le iba
detrás.Asualrededorlosclientescomíanycharlaban,perosuspalabraslasahogabala
músicadesdeellago(...timetosaygoodbye...),elDJ(...Justgonnastaaandthereandwatchme burn...), el tintineo de las tragaperras y lasmonedas que caían, elsordo retumbar de los altavoces en la pista de baile. Evan estaba de pie, con lasmanospegadasalcristal,observandolaescenaquesedesarrollabaalotroladodelasaguascentelleantes.SlatcherseguíaavanzandohaciaMorena.Estabaclaroquenoteníalamenoridea
dequeestabaalavistadeEvan,queloobservabatodo.Ella se adentró en el restaurante seguida por Slatcher. Aunque se mantenían a
treinta metros de distancia, la diferencia de tamaño entre ambos era asombrosa,comounosoacechandoaunacervatilla.NingúngritodeEvanpodríaimponersesobreelestrépitonocturnodeLasVegas,
demodoqueseencaramóalamesayagitóunbrazodeunladoaotro,esperandocaptarlaatencióndeMorena.Nolologró,perounodeloscomensalescercanosaella lo vio y luego otro, lo que provocó que se volvieran varias cabezas. Hubosonrisasyluegoalguienseñalóalidiotaborrachoquesehabíasubidoaunamesaalotroladodellago.Morenasepercatódelmovimientodeloscomensalesodesuscomentarios,porquefinalmentesediolavuelta,moviólacabezadeunladoaotroyfinalmentelovio.Inclusoaaquelladistancia,Evanvioensumiradaquelohabíareconocido.Morenaalzóunamanotímidamenteparasaludar.Evanseñalódetrásdeella,agitandobruscamenteeldedoíndice.Ella se giró paramirar al otro lado del restaurante, y en el acto se puso tensa.
Slatcher sediocuentadeque lohabíadetectadoyaminoróelpasoal tiempoquedeslizabaunamanobajolacamisetaalaalturadelacadera.EraimposiblequeEvanllegaraallíatiempo.Unacamareraleincordiaba.–Señor,voyatenerquepedirleque...
Concentradoenlaescenaquesedesarrollabafrenteaél,Evannolehizocaso.Morena retrocedió hacia un ventanal, alejándose de Slatcher. Este esquivó a un
ayudantedecamarero,acercándosedespacioycortándoleelpasoporlosladosporsielladecidíaescapar.UnamanoagarróaEvanporeltobillo,acompañadaporunavozgrave.–Deacuerdo,colega.Vasatenerquebajardelamesa,otendréquearrastrarte...Evanmiróhaciaabajocuandoelgoriladeseguridadalargabalaotramanopara
sujetarlo. Lo agarró por la muñeca, le torció el grueso brazo hacia fuera,abriéndolo,yestampólacaradelgorilasobrelamesa.LesujetóluegopisándolelamuñecayvolvióaerguirseparabuscaraMorena.Lamuchachaapretabalaespaldacontraunventanal,deslizándosealolargo.No
tenía adónde ir. Las palmas de lasmanos a los lados, pegadas al cristal. Slatchercada vez más cerca. Un trío de camareros se interpuso entre ellos, llevando unpasteldecumpleañosconvelasquesoltabanchispas,ySlatcherusóladistracciónparaacercarseaMorenahastaquesololessepararonunasdiezmesas.BajoelpiedeEvan,elgoriladabasacudidas,agitandolaotramanotorpemente
porencimadelacabezatratandodealcanzaraEvan.Unosjuerguistasalbordedelapistadebailesedieroncuentadelincidente,peroengenerallamúsicaatronadorayelbulliciosomovimientoerandistracciónsuficienteparaqueEvanganaraalgodetiempo.Slatcher perseguía a Morena solo para llegar hasta Evan. Él era el auténtico
objetivo. Sin embargo, se hallaba allí varado con dos ventanas y unas fuentesmusicalesinterponiéndoseentreellos.Impotente.EvanmiróaMorenaconlaesperanzadequesevolvieraparamirarlodenuevo,
lo que hizo al fin con los ojosmuy abiertos. Evan señaló a Slatcher y luego seseñalóelpecho.Yluegorepitióelgesto.«Hazleverqueestoyaquí.»Fueloúnicoqueseleocurrió.Elgorilaseguíadebatiéndose.MorenavolviólacabezahaciaSlatcher,queyaestabamuycerca.Aseismesas.A
cinco.Ellalomiróalacara,luegolevantóelbrazoyseñalóatravésdelaventana.SlatcherdesviólosojoslentamentehastaqueseposaronenEvan.Eltiemposedetuvo.Evanalzólasmanos.«Venapormí.»Slatcher se olvidó entonces de la chica y echó a correr hacia la puerta del
restaurante.EvanvioaMorenarelajarelcuerpo.Esperóaquevolvieraamirarloyluegole
indicóporgestosquehuyera.
Despuésdeaquelsusto,dudabamuchoquelograrapersuadirladequevolvieraaencontrarseconél,peroenaquelmomentosololepreocupabasuseguridad.Volvióagesticularenfáticamente.Porfinellasepusoenmarchaycorrióalolargodelapareddelfondohastadesaparecerporlaspuertasbatientesdelacocina.Evanoyóelruidosordodepisadasasuespalda,hombrescorpulentoscorriendo.
Erandosgorilasmásqueseabalanzabansobreél.Evanaguardóaquellegaranasumesa y luego saltó entre ambos pasando por encima de sus anchos hombros.Aterrizóenlamesacontigua,saltóalsuelo,atravesólapistadebaileeirrumpióenelcasinoentredosmesasdeblackjack.Le llegóel ruidodeun tumultoqueprocedíade laampliahilerade tiendasque
quedaban a su izquierda, uno de los pasillos radiales que iban a dar a la sala dejuego.Evangirósobrelostalonesatiempoparaveradosmujeresalasqueparecíaarrollar un camión. Slatcher apareció como un toro cuando las mujeres sesepararon y cayeron al suelo de mármol perdiendo casi los bolsos. Él siguiócorriendohaciaEvansinapenasaminorarlamarcha.Evanalargólamanoporencimadelosjugadoresdeblackjackybarriósuspilas
de fichasdel tapete, lanzándolaspor losaires.Las fichasdeciendólarescayeroncomo lluvia sobre jugadores y máquinas tragaperras y rodaron por los pasillosentre lasmesas de juego.Los jugadores se abalanzaron sobre ellas, volcando lassillas. Hombres adultos se lanzaron de cabeza, incluso los que pasaban por allímetieronbaza,persiguiendoagataslasfichasquesalíanrodando.Rápidamente Evan dejó atrás aquel alboroto, esquivando a los guardias de
seguridadqueseacercabanhablandoporradio.Unavezfueradelaaglomeración,sediolavueltaparamiraratrás.Slatcherhabíatopadoconunabarreradevigilantesdeseguridadquebloqueaban
elpasohaciaelfondo.Eraunacabezamásaltoquelamayoría,loquelepermitiófulminaraEvanconlamirada,atrapadotrasaquellabarricadatemporal.Evansediolavueltayrápidamentedejóatráslasmesasdedadoshastallegaral
siguiente pasillo, atestado ya de guardias de seguridad ymirones atraídos por eltumulto. Bajándose aún más la visera de la gorra, zigzagueó velozmente paraesquivaraungrupodeuniversitariasconsuvestiditonegroygorrosdePapáNoel.Tenía que alcanzar una salida antes de que los que controlaban las cámaras deseguridaddesdearribaenviaraninstrucciones.Una mujer de cabello rubio muy corto rodeó una mesa de ruleta y enfiló el
pasillo. Llevaba una ajustada camisa negra metida en unos oscuros tejanos queresaltaban sus curvas. Llevaba unamanometida en su bolso LouisVuitton. Evantardóunosinstantesenidentificarsusatractivasfacciones.CandyMcClure, la compañera de Slatcher, captada en unas cuantas instantáneas
borrosasdeimágenesdeseguridadahorcajadassobreunaKawasaki.
Lamano de Candy salió disparada del bolso y apuntó a Evan a la cara. Él seagachó, echando todo su peso hacia atrás, y el impulso lo llevó hacia delantemientras caía. Un auténtico estilete pasó por encima de su cara como unaexhalación, fallando por centímetros. Evan cayó de rodillas, deslizándose por elsuelo de mármol y dándose la vuelta para encararse con ella. Candy tenía ya lamanodenuevodentrodelbolsoparaagarrarunnuevoestilete.MiróaEvanconunasonrisaburlona,comodiciendo:«Bueno,loheintentado.»Comosinohubieraocurridonada.En torno a ellos aparecían más guardias de seguridad y jugadores que se
precipitabanhaciaeltumulto,yMcClurefuearrastradaporellos.Evan se sacudióde encima la incredulidad.Habíapasadodemasiado tiempo, de
modoque,empujando lapuertaconelhombro,entróenun lavabo,elúnicositiopúblico del casino donde legalmente no estaban permitidas las cámaras deseguridad. Tiró la gorra a la papelera y luego le dio la vuelta a su chaquetareversible,sustituyendoelcolornegroporelblanco.Conpapelseenjugóelsudordelafrente,volvióasaliralpasilloysiguióavanzandorápidamente.A su derecha sonó el tintineo de un ascensor que vomitó una nueva oleada de
agentes de seguridad. Evanmantuvo lamisma trayectoria, abriéndose paso entreellos. Exhaló el aire de los pulmones y, al volver a respirar, le llegó olor aaftershaveychampú.Losguardiaspasaronporsuladocorriendo,hablandoporlasradiosyampliandoimágenesensussmartphones.Alllegaralfinaldelpasillo,Evansalióporunaenormepuertagiratoriaalariada
degentequeabarrotabaLasVegasBoulevard.Pasóentredosagentesdepolicíayescudriñó frenéticamente el mar de cabezas, buscando a una asustada chica dediecisiete años.Mientras recorría una manzana abarrotada tras otra, comprendióqueniélniSlatcherlaibanaencontrar.Morenasehabíaesfumado.
33
Lalargaespera
Decaminoacasa,Evanabandonó laautopistaa laalturadelDodgerStadiumehizo un reconocimiento de la dirección que le había dado Memo Vázquez. Eldestartalado edificio, más un cobertizo que una casa, parecía deteriorarse en laladeradelamontaña.Hiedramarchitatrepabaporelbaratorevestimientometálico.Unadelasventanasdelafachadaestabatapiadacontablasdecontrachapado.Habíagruposdepandillerosenlosporchesdecasasvecinas,bebiendocervezabarata,conpantalones cortos caídos. Unos niños jugaban a baloncesto usando un carrito desupermercadocolgadosobreuncontenedorcomoaro.Tirasde lucesdeNavidadparpadeabanesporádicamenteenelbordedevariostejados.Evanseacercócautelosamenteyrecorriólasmanzanasvecinas,peronoencontró
indicio alguno de vigilancia. Repetiría la inspección el miércoles másconcienzudamente,antesdelacitaacordada.PensóenMorenaalafuga,másasustadaquenunca.Tendríaqueesperaraqueella
sepusieraencontactoconél,sidecidíahacerlo.PeroEvanimaginabaque,despuésdehaber estado apuntode ser secuestrada en el Jasmine, volvería a desaparecer,alejándose de su hermana, deDanny Slatcher y del propio Evan. La idea de queestuvieraporahísolayvulnerablealsiguientemovimientodeSlatcherlecarcomía,comounalimametálicaafilandosusnervios.Su teléfono sonó cuando se encaminaba hacia el coche. La identificación de
llamadaledijoqueeraKatrindesdeelmóvildesechablequeéllehabíadado.Unasensaciónderabiabrotóensupecho,ardientecomolalava.Respondió.–¿Dóndeestás?–preguntóella.Laparanoiatienesabor,ciertaacidezenlalenguatanpenetrantecomoelregusto
de unmedicamento potente. El aliento de Evan creaba vaho en el aire frío de lamedianoche, queolía a hierba cortaday tubos de escape.Calle arriba, unamujerconunprovocativocalzadorosacontaconesdeagujaytirasentrelazadashastalosmuslos,caminabapavoneándoseentresilbidosypiropos.–¿Porquéquieressaberdóndeestoy?–preguntóEvan.LarisadeKatrinsonómelodiosa.–Noquiero.Loquequieroessaberporquénoestásaquí.
Evannorespondió.–Bueno–insistióella–.¿Porquénoestásaquí?–Intentoaveriguarcómoarreglaresto.–¿Elqué?–Todo–respondióél–.Nome llamesamenosqueseaunaemergencia.Volveré
contigoelmiércolesporlanoche.–De acuerdo. –El tono de Katrin sonómás frío–. Solo por emergencias. Bien.
Esperonohaber...–¿Qué?–Nada.Solo...gracias.Evancolgó.CambiódevehículoenBurbank.AparcóelTaurusdosplazasmásalládedonde
habíadejadosucamioneta.Volvióacasa,subióasuapartamentoyfuederechoalaBóveda. Revisó los vídeos de vigilancia del loft desde el momento en que él sehabía marchado. Siguió con el avance rápido para observar hasta el últimomovimiento de Katrin, que había dormido, se había duchado, había hechoestiramientos,habíapedidocomidaporteléfonoysehabíaechadounasiesta.Todotalcomoéllehabíaindicado.Llegóalmomentopresentey la encontródepie juntoa losventanales tintados,
contemplandolaautopista.Sushombrostemblabanligeramente.Estaballorando.Talvezsabíaquelaobservaban.Evansalióde laBóvedasintiéndosefatigado,se tumbóensucamaflotanteyse
sumióenunsueñoprofundo.En sueños, Jack acudió a él con los labios teñidos de negro. El líquido negro
brotólentamentedesuboca,reluciente,luegorebosósobreelmentón.Jacktratóderecogerlasangreconlasmanosjuntascomosipudieravolveraintroducírselaenelcuerpo.SusojosenloquecidosmirabanaEvan.«Elpasadonoestámuerto–citóJackatravésdesusviscososlabiosnegros–.No
esnisiquierapasado.»«¿Quésignificaeso?»,preguntóEvan.«Que me aspen si lo sé. –Jack se encogió de hombros. El terrible fluido se
escurríaentresusdedos–.Interpretarlossueños–añadiócondesdén–.Detestoesasgilipolleces.»Evan se despertó jadeando, sudoroso, en medio de un revoltijo de sábanas
arrugadas. Eran las cinco de la madrugada. Sus pensamientos se atropellaban,presentándoledistintasposibilidadesenrápidasucesión.El frescoaireacondicionado ibasecándoleel sudor.Se incorporóen lacamay
cruzólaspiernasparameditar.TalcomolehabíaenseñadoJack,liberóespacioensumenteylopoblóconlosroblesdesuinfancia.Pusounsolestivalenelcielode
Virginia y una alfombra de hierba bajo sus pies. Caminando entre los árboles,respiró el aroma polvoriento de la corteza y escuchó los trinos de los pájaros.Llegó a un claro y allí esperaba Jack, con la sonrisa todavía teñida, el mentóngoteandolíquidonegroylosdientesmanchadoscomolosdeunvampiro.Evanabriólosojos,conmásirritaciónqueangustia.De la mesita de noche sacó un gong tibetano con la forma y el tamaño de un
cuencodesopa.Evanpasólamanoalrededordelbordedemadera,luegogolpeóelbronceunavezycerrólosojos.Alnotareltonoensupiel,prestóatenciónacadamicromomentodesensaciones
internas,cultivandolamismaconcienciaexacerbadaqueempleabacuandocombatíaopreparabaundisparo de francotirador.Dejó que las vibraciones recorrieran sucuerpo, resonando en su interior, definiendo de nuevo su forma.Esperó a que elsonidosedesvaneciera,hastaquenoquedóelmenorindicio,hastaqueseaquietóhastalaúltimareverberacióndelaire.Abriólosojostonificado.Sehabíanaclaradosusprioridades.No podía confiar en Katrin. No podía confiar en Memo Vázquez, la segunda
personaenllamarle.Ibaaencontrarseconélaldíasiguiente, loqueledabapocomásdeveinticuatrohorasparavigilaraKatrinycomprobarsiseponíaencontactoconalguienqueledieraórdenes.Sinolohacía,iríaaveraVázquezporlamañanayleapretaríalastuercas.Simplementeteníaqueseguirpresionandohastaqueunodelosdossederrumbara.Elvacíodesuestómagoleimpulsóasalirdelacamaeiralacocina.Lapared
vivientehabíaconocidodíasmejores.Elsistemadegoteoparecíabloqueadoylashierbasempezabanavolversemarrones.Noobstante, encontródos tomates rojosgrandesyarrancóalgodealbahacaysalvia.Luegopreparóunatortilla.De vuelta en la Bóveda, bebió té con menta recién hecho, y observó a Katrin
mientraselladormíayélcomía.Losrelucientescabellosdela jovendescansabancomounacuñasobresumejilla inmaculada, loque lahacíaparecerunretratoenblancoynegro.Porfinsedespertó,sedesperezóconunampliobostezoyseencaminóalcuarto
debaño,dondeserefrescóysecambióderopa.Luegofuealacocinayhurgóenlos armarios hasta que encontró una sartén. Preparó huevos y se sentó paramoverlosporelplatoconuntenedor.Eracomosiestuvierandesayunandojuntos.Evan recordó cómo le había atraído hacia la ventana y luego había echado la
mano atrás para apretarlo contra ella. Recordó su piel de seda. El pintalabioscorridoensuscarnososlabios.Sieratodofingido,desdeluegosuactuaciónhabíasidoespectacular.
El RoamZone emitió un ruido de sonar. Era la señal deGPS en respuesta a lacomidaque llegabaalestómagodeKatrin.Losmicrochipsdesusistematendríanque reponerse pronto si Evan quería seguir teniéndola vigilada, y en aquelmomentonohabíanadaquedesearamás.ElpuntoluminosodelGPSparpadeóensumóvil,dándolesusituaciónaltiempo
que la observaba a través del monitor en tiempo real. Evan se arrellanó,preparándoseparalalargaespera,mientrasbebíaté.
34
Elincidenteconlaespadasamurái
Distintos ángulos de Katrin White llenaban los monitores: a vista de pájaro,frontal, de perfil, incluso tomas estéticas desde ángulos difíciles. Era como unaespeciedecollagede arte pop enuna repetición a loWarhol:Katrin leyendo conunarevistaenelregazoybalanceandounpieenelaire.Evanlaobservóaintervalos.SaliódelaBóvedaparaejercitarseenelsalón,para
comeryluegocorrerenlacintajuntoalbalcónquedabaalsur.Desdelacintaparacorrer teníaunabuenavistadel19Hdeledificiovecino,elapartamentodondelasconversacionesdigitalizadasy cifradas para el 1-855-2-NOWHERE, tras zigzagueardeunacentralitaaotradelplaneta, emergíandesdeelpuntodeaccesodewifideJoeyDelarosayluegosedesvanecíandenuevoenlaredLTEdeVerizon.Cada vez queEvan regresaba a laBóveda, revisaba las imágenes del loft. Y en
todas lasocasionesveía aKatrinhaciendoprácticamente lomismoqueelpropioEvan:esperar.Arreglóel futón, sepaseóalrededorde la isletade la cocina,hizoalgo de yoga de andar por casa mientras contemplaba las vistas. Durante unostreintaminutosseacurrucóenelsofáy lloró.Evanrevisóhastaelúltimominutoporsidescubríaelmáslevepasoenfalso.Peroellanomostróenningúnmomentouncomportamientoquepudieraconsiderarsesospechoso.A las seis y media sonó el timbre, amortiguado por las gruesas paredes de la
Bóveda.Conunoscuantostoquesdelratón,cambiólasimágenesdelloftporlasdelacámaraestenopeicaocultaenlarejilladeventilacióndelaireacondicionadodelrellanoquehabíajuntoasupuerta.EraMia,conPeterdelamano.Aunqueestabaquieta,parecíasimularlaacciónde
correr con las piernas, subiendo y bajando las rodillas en una demostración denerviosaimpaciencia.Evan sintió cierto fastidio.Tardóunminuto en salir de laBóveday llegar a la
puertadelapartamento.Cuando laabrió, sehabíapreparadoparaalgunaquejadetipomaterno,peroMiaparecíacualquiercosamenosmolesta.Teníalosojoshinchadosdellorar,lanarizenrojecidaylaexpresiónsevera.Lo
queélhabíatomadoporimpacienciaeramiedo.–Hola,Evan.Sientomolestarte,pero tengounaemergenciaenel trabajo.Tengo
que ira laoficinaahoramismoy,comohasidounacosa imprevista,ningunademiscangurosestádisponible.Peter lomiraba fijamente. Elmoretón alrededor del ojo se había vuelto de un
amarillo ictérico. Llevaba unamochila que parecía a punto de reventar. ¿Cuántascosasnecesitabaunniñodeochoañosllevarconsigoenunmomentodado?–Espera–dijoEvan–.¿Qué...?–Porfavor.–Nopuedo.Losiento.Hoyyotambiénestoyocupadoconunproblemadetrabajo.
Esalgoquenopuedodejarahoramismo.–No tendríasquevigilarlo–insistióella–.¿Nopodríasponerloenotrocuartoa
hacerlosdeberes?Ylocontrolascadamediahoraoasí.–Avanzóunpasoybajólavoz–.Setratadeunaemergenciagrave.Cuestióndevidaomuerte,enserio.Élbajótambiénlavoz.–¿Esunametáfora?–No.Notengoanadiemásahoramismo.Deverdadnecesitoquemeayudes.En el caso muy improbable de que atacaran a Evan en su fortaleza, ¿podría
proteger alniño?Semordióel interiordel labio.MiróaPeter.Luegootravezaella.–¿Cuántotiempotardarás?–Oh,graciasaDios–dijoMia,empujandoaPeterhaciadelante–.Soloseránun
pardehoras.Evanabrió la puertayPeterpasópor su lado rápidamente.Mia se encaminó al
ascensor,perosedetuvoymiróhaciaatrás.–Nosabeslomuchoqueestosignificaparamí.Evanasintiólevementeconlacabezaycerrólapuerta.–¡Estesitioesgenial!–oyóasuespalda.Evangiróenredondo.–Espera.¿Dóndeestás?Petersepaseabaporlacocina,curioseándolotodo.DejóhuellasenelSub-Zero.
Encendió la batidora. Tiró de lamanguera extensible del grifo de la cocina y lasoltóparaquevolvieraasusitiobruscamente.Evanseacercópresuroso.Apagólabatidoraylimpióelfrigorífico.–Notoquesnada.–Vale,losiento.Esque...estesitioestodometalyhormigón,comolaBatcueva.Evanmirólainsigniaaladaquellevabacosidaenlamochila.–EresungranfandeBatman,¿eh?–¿Sabesporqué?–PeteresperóaqueEvannegaraconlacabeza–.Porquenoes
magia.NoesunextraterrestreconsuperpoderescomoSuperman.Nopuedevolar.Escomotúyyo.Asuspadreslosmataron,asíquequiereayudaralagente.Esoes
todo. –Dejó caer pesadamente lamochila sobre la encimera y se encaramó a untaburetedeunbrinco–.Tengohambre.Conlamenteaúnenlospadresmuertos,Evantardóunmomentoenprocesarla
transición.–¿Tienesmacarronesconqueso?–preguntóPeter.Evanabrióelfrigoríficoyrevisólosestantesescasamenteabastecidos.Untarro
depepinillos,cebollitasdecóctel,dosbolsasdesueroenelcajóndelafruta.–Tengocaviarygalletasdeagua.–¿Quésonlasgalletasdeagua?Evansacóunadelacajayselasirvióenunplato.Elniñolediounmordiscoy
lasmigasaterrizaronportodaspartesmenosenelplatoqueteníaantesí.Hizounamueca.–¿Qué?–preguntóEvan.–Notienesabor.Evan encontró un trozo de queso en el fondo de un cajón, cortó unas cuantas
porcionesylascolocósobrelasgalletas.–Estoteayudará.–Ydioungolpeenlaencimeraconelpuño–.Bien,empiezalos
deberes.Peterabriósucuadernoysepusoaescribir.Evanvolvióaldormitorio,cerrólapuertayluegoentróenlaBóvedaatravésde
laducha.Seacomodóensusillatraslamesametálica,lequitólapausaalosvídeosdevigilanciayobservóaKatrinWhitesiendoKatrinWhite.Setumbóenelfutón.Bebiózumodenaranjadelcartón.Sacóunesmaltedeuñasoscurodelbolsoysepintó las de los pies. Con un clic, Evan aceleró la grabación, vigilando de cercaparaversiKatrinhacíaalgúngestoquepudierainterpretarsecomounaseñal,comoabrir la ventana del cuarto de baño, alargar la mano hacia el teléfono, deslizaralgunacosabajolapuertadelloft,peroellase limitabaapasar lashorasmuertassegúnveía él en las imágenes aceleradas a loCharlieChaplin.Cadavez eramásprobable que no descubriera nada anormal antes de su encuentro con MemoVázquezlamañanasiguiente.Evan había llegado al momento presente y observaba a Katrin en tiempo real,
cuandooyóungritoenalgunapartedelapartamento,yluegoelruidodealgoqueseestrellabacontraelsuelo.AbandonólaBóvedaatodaprisa,sinolvidarcerrarlapuertaocultadeladucha
trasél.Cuandosaliódisparadodeldormitorio,Peterestabadepieenelpasilloylasangrelecorríaporunamano.Lacatanayacíaenelsueloasuspies,amediodesenvainar,caídadelossoportes
demetacrilatodelapared.–Lo siento. –Peter se apretaba un pulgar, pugnando por contener las lágrimas–.
Soloqueríaverlaunmomento.Evanhincóunarodillaenelsuelo.–Damelamano.Elniño teníaunpequeñocorteen layemadelpulgar.Lahojanodebíahaberle
tocado apenas. Tenía suerte de no haber perdido el dedo, teniendo en cuenta loafiladaqueestabalaespada.Evanlollevóalcuartodebaño,lelavóelpulgarbajoelaguafríayluegoaplicó
presiónconunpañuelodepapel.DejóelpañueloensangrentadojuntoallavaboyluegosacóuntubodeSuperGluedelbotiquín.–¿Mevasapegarelcortedelpulgar?–Sí.–¿YsimerascoyelSuperGluemepegaelpulgaralacara?–Entoncestequedarásasíelrestodetuvida.PetermiróalarmadolaposturaquehabíaadoptadoEvan,yluegosuexpresiónse
suavizó.–Ja,ja.¿Seguroquenopasanada?–Confíaenmí–dijoEvan.YPeterconfióenél.Despuésobservólaherida.–¿TienestiritasdelosTeleñecos?–No.Volvieronalpasilloymiraronlaespadacaída.Lavaina,unashirasayademadera,
lucíaunsayagakigrabadoypintadocon tinta,elsellodeunsenseideotraépoca.Teníaunafinísimarajaqueatravesabalafirmadelsensei.Habíatrespersonasenelpaísquepodíanrealizarlareparacióncorrectamente;porsuerte,unadeellasvivíacercadeallí.Evanseagachójuntoalavainaypasólamanoporlaraja.Encuantocompletarasumisión,sedirigiríaporlacostahaciaelnorteparaencargarquelearreglaranlashirasaya.–Losiento–dijoPeter–.Losdeberessonaburridos.–Meloimagino.–Evanrecogiólaespadaylaintrodujodenuevoenlavaina.–¿Yquéesesto?Una catana del siglo dieciocho, magníficamente forjada, con choji-midare de
estiloBizenenelhamon,olíneadiferencialdelahoja.Bohiysohitalladosamanoparadarleequilibrio,acabadosashikomi,yunperfectohabakidepandeoroenlabasedelarelucientehoja.–Unaespada–respondióEvan.LuegodirigióaPeterdevueltaalaisletadelacocinaylodejóunmomentopara
llevarlaespadadañadaasuFordF-150,queteníaenelaparcamiento,yguardarlaen una de las cajas fuertes de la camioneta. Hacer que la repararan sería su
recompensacuandocompletaralamisión.Cuandoregresóalapartamento,Peterestabatiradoenelsofáconellibrodetexto
sobreelpecho,dormido.Agotado,sinduda,porelincidenteconlaespadasamurái.Evansequedóunmomentoindeciso,sinsaberquéhacer.Porsuerte,sonóeltimbredelapuerta.CuandoabrióaMia,estaparecíaexhausta.–Dios,Evan.Nosécómodartelasgracias.–¿Todobien?–Todolobienquepuedeesperarse.¿Yporaquí?–Todobien.Sehahechounpequeñocorteenunpulgar.–Ah.¿Conqué?Evanseencogióunpoco.Miapasóporsuladosinesperarasurespuesta,yposólamiradaenelsofádonde
reposabasuhijo.–Estántantranquilitoscuandoduermen...–dijo.Recogió lascosasdePeter, secolgó lamochiladeunbrazoy luegoseagachó
paraauparlo.–Es imposible despertarlo cuando está así.Tendré que llevarlo en brazos. –Mia
levantóasuhijoconesfuerzo.LamochilaselecaíadelhombroylasextremidadesdePeterseleescapabandeentrelosbrazos.Evanseacercóparaintervenir.–Yalollevoyo–dijo.
35
Himnoalalibertad
Entraronenelapartamento12B,EvancargandoelcuerpoflácidodePetercomounadistorsionadapietàyMiallevandotorpementesumaletínylamochiladelniño.Ellasequitóloszapatosdetacónsacudiendounpieyluegoelotro.–¿Podrías meterlo en la cama? Tengo que quitarme esta ropa. –Se ruborizó–.
Bueno,quierodecir...–No hay problema. –Evan llevó a Peter a su cuarto y lometió en la cama con
forma de coche de carreras. Se quedó unmomento en la tranquilidad del cuarto,tratandoderecordarsiélhabíadormidotanprofundamentealgunavez.Volvióa lasaladeestar.Desdeel interiordelapartamentole llegóelsonidode
músicadeMilesDavis.Unpósitnuevecitoresaltabaenellateraldelaaberturaquedabaa la cocina:«Trátate a timismocomo si fueras alguien al que ayudar fueraresponsabilidadtuya.»Evansepreguntóquéqueríadeciraquelloexactamente.SeencaminóhaciaeldormitoriodeMiayestuvoapuntodechocarconella,que
salía. Mia soltó una risita nerviosa y dio medio paso atrás. Llevaba una largacamisoladedormirhastalamitaddelmuslo.Estabanlobastantecercaparaque,apesardelatenueluz,Evandistinguieralaslevespecasdesunariz.Loscabelloslecaían sueltos sobre la cara, así que Mia se los recogió en un moño alto, y lacamisolaseamoldóasucuerpo.Evancaptóunaromaacitronela,elolordesupiel,ladeella.Eltematerminóyempezóotro,unadelicadaimprovisaciónalpiano.–Oh –dijo Mia–. Oh, no. El trío de Oscar Peterson no. –Se meció un poco
lánguidamentealsondelamúsica,sujetándoseaúnelpeloconlamano–.Unavezen la universidad fui a una clase de psicología. Era una conferencia sobremeditación.¿Hasmeditadoalgunavez?–Alguna.–La profesora nos hizo poner por parejas y hacerle al compañero la misma
pregunta una y otra vez: «¿Qué te hace feliz?» Solo eso, varias veces. Y luegocambiábamos. Cuando llegó mi turno, mi primera respuesta fue Himno a lalibertad.Estacanción.Escuchaeltrinojusto...aquí.
Miasoltóelpeloyrelajóelcuerpo.Lamarcadenacimientodelasienasomababajosusrizos.–¿Quieresprobar?–preguntóella,mirándoloalosojos.–Vale.–¿Quétehacefeliz?«Laprecisióneneltirodelargoalcance»,pensóél.–LosperrosleóndeRodesia–dijo.Ellaemitióunlevesonidoyesbozóunasonrisa.–¿Quétehacefeliz?«Losbloqueosadosmanosdejiu-jitsu»,pensóél.–Elvodkadetrigofrancés–dijo.–¿Quétehacefeliz?Estaveznohubointervaloentresuspensamientosysuspalabras.–Tuspecas–dijo.Miaentreabrióloslabioslevemente.Volvióaentrarensuhabitación.Fueadecir
algo.Secontuvo.–¿Quieresquemevaya?–preguntóél.–No.–¿Quieresquemequede?–Sí.Sí,síquiero.Se acercaron. Mia le sujetó la cara con las manos cuando sus bocas se
encontraron.Apretó el cuerpocontra el deEvan, echó la cabezaatrás.Sus labioseran dulces, sus abundantes y rizados cabellos se deslizaban entre los dedos deEvan.Sesepararon,frentecontrafrente,entremezclandosusrespiraciones.–No–musitóella.Élseapartó.Miafruncióelceño.–No-no-no.Evanesperó.–Esto es un error. Muy grande. Mi vida es demasiado complicada para...
complicarlamás.–Deacuerdo–dijoél.–SiPetersedieracuentadealgo,seríamuyconfusoparaél.Losiento,peroserá
mejorquetevayas.–Deacuerdo–repitióél,dandomediavueltaparaencaminarsehacialapuerta.–Esquenoesunbuenmomento,deverdad,y...–Alzólasmanoscomosidirigiera
el tráfico, interrumpiendo la conversación, el hilo de sus propios pensamientos–.Dios,erestan...imperturbable.–¿Quéesperabasdemí?
–Nolosé.Discuteconmigo.Échamelaculpa.Enfádate.–¿Esoesloquequieres?–No–contestóella,ydejóescaparunsuspirodefrustración–.¿Sí?¿Quizá?–Esonomeinteresa–dijoEvan.–¿Mamá?Ambos desviaron la mirada hacia la puerta del cuarto de Peter, que había
aparecido allí frotándose un ojo con la mano. Los miró con ojos entornados,exhaustoyconfuso.–¿Quéhacéisahí?–Oh,cariño,hola,sí...LeestabapidiendoaEvanquemeayudaraa...–lamanode
Miasemoviócomotratandodeextraerunabuenaexcusadelanada–amoverunmueble.–¿Paraquélonecesitas?–preguntóPeter–.¿Necesitasayudaparalevantarlo?–Nocreoquehagafalta–dijoEvan.Miaahogóunarisa,cubriéndoselabocaconlamano.–Vamos–dijoaPeter–.Alacamaotravez.–Vale.–PetermiróaEvan–.Buenasnoches,EvanSmoak.Evanalborotóloscabellosdelniñoalpasarporsuladoparasalir.–Buenasnoches.CuandoEvansalióalpasilloycerrólapuertadelapartamentodeMiatrasél,lo
envolvióunasúbitaquietud.Elascensorascendióconunagradablezumbido.Cuandoentróensuático,laluzambientalquesefiltrabaatravésdelaspantallas
protectorassereflejó levementeen lapuertadelSub-Zero, resaltandoelbordedeunahuelladigitalinfantilenelaceroinoxidable.Evansequedómirandolamanchaenmediodelsilenciocasiabsolutodesuático,
sintiendoquealgo se removíaen su interior, el ecodeunaantiguabatallaque selibraba en su interior sin que él fuera consciente. En el prístino reflejo sobre lahuella,sevioasímismoconunaexpresiónde levefastidio.El rollodepapeldecocina,flotandodesdeunavarilladeacerobajounarmario,lellamaba.Peroenlugardelimpiarlahuella,Evansedirigióaldormitorio.Enelbordedel
lavaboestabaelpañuelodepapelmanchadoconsangredePeter.Pasópordelante,entróenladuchaymoviólapalancadelaguacalienteensentidoinverso.Centrándosedenuevoenlasgrabacionesdelloft,comprobóconelavancerápido
las actividades de Katrin White. En todo ese tiempo, la huella que ensuciaba elfrigorífico siguió grabada en sus pensamientos, royéndole el cerebro como unbichointentandosaliratodacosta.Seconcentróenlosmonitoresesforzándoseenahuyentarsudesasosiego.Cuando
llegóalfinaldelasgrabaciones,saliódelaBóveda,semetióenlacamaysiguiódespierto en la oscuridad. El bicho no dejaba de roer y roer, hurgando en sus
pensamientoscomouninvitadoindeseable.Transcurrióunahora.Luegootra.Finalmente se levantó y caminó descalzo por el pasillo de suelo de hormigón
hastalacocina.Humedecióuntrozodepapeldecocinayeliminólahuelladelapuertadeacero
inoxidabledelSub-Zero.
36
Niñaespecial
Haciendo oír su melodía, el camión de los helados circulaba por la angostacarreteradelacolina,entrecasasdesvencijadasyunaescueladestartalada,recibidocon entusiasmo por un puñado de niños que salían corriendo al recreo con suprofesora. Evan había inspeccionado antes el camión mientras compraba unabotelladeaguaalviejoconductorcomopretextoparaecharleunvistazoalinterior.De hecho, había pasado una hora inspeccionando los alrededores, buscandocualquierindiciodequelehubieranpreparadounatrampa.Todoparecíanormal,oalmenoslaversióndelanormalidadquepodíaofrecerElysiumPark.Evanesperóaqueelcamióndelosheladossefuera,yluegobajódelTaurusyseencaminóporfinalacasadeMemoVázquez.Seacercóalpuntodeencuentroconsumasuspicacia,inclusoparaalguiencomo
él.HabíaobservadoaKatrindurantemásdesesentahorasynohabíaencontradoenella elmenor asomode engaño.Existía laposibilidaddeque fuera conscientedeestarsiendoobservada,peroEvanhabía instaladoelsistemadevigilanciadel loftasegurándose de que quedaba impecablemente oculto. Durante dos días ymedio,Katrin no había demostrado conciencia alguna de las cámaras ocultas, ni lamáslevemiradade reojoni lenguaje corporalque ladelatara, algoqueeradifícil desimular, como sabía Evan por experiencia.Así pues, su desconfianza se centrabaahorasobretodoenMemo.Evansubiólosescalonesdelchirrianteporche,llamódosvecesalapuerta,yse
colocóenel ladode losgoznes, con la espaldapegadaa lapared.Había llegadomediahoraantesadredeconlaintencióndepillaraVázquezdesprevenido.La puerta se abrió y Evan giró hacia la abertura, empujando a Vázquez hacia
atrás,introduciéndoloenlapequeñasala.Eraunhombregruesoconunpobladobigoteencanecido.Alzólasmanosydijo:–Porfavor,nomehagadaño.No,porfavor.EvancerrólapuertaconelpieybarriólaspantorrillasdeVázquez.Loatrapóen
elaireparaamortiguarsuaterrizajeenelsuelo.Luegolediolavueltaylocacheómientraspaseaba lamiradapor la estancia.Evan sacóunasbridas flexiblesdeunbolsillo. Las flexibles se enrollabanmejor que las de plástico rígido, por lo que
eranmás fácilesde transportar.Maniató alhombreajustandocon fuerzael tejidotrenzadodenailon.Vázquezsoltóungruñido.–Quédesequieto–ordenóEvan.Se movió velozmente por la pequeña casa. El interior contenía apenas lo más
básico. Un sofá. Una mesa plegable con dos platos, dos tazas, dos tenedores.Alacenas vacías salvo por una cacerola y una sartén, ambas quemadas. Doscolchonesenelsuelodelúnicodormitorio,unoconunsacodedormirrevuelto,elotroconunaositarosadepelucheconunaorejamordisqueada.Enelrincónhabíaunapiladecajasdecartónconcamisetasdebéisbolquelucíandistintosnúmerosynombresdejugadores.Evanpasóalcuartodebaño.Unpaquetedecuatrorollosdepapelhigiénicoenelsuelodebaldosasdesportilladas.Untrozodejabónsecoenladucha.Doscepillosdedientesenellavabo,unoazulyotrorosa.Lacasaapenasparecíahabitada, loquesignificabaqueVázquezsoloposeía las
cosasimprescindibles,locualeralógicodadoquelagentequevivíapordebajodelniveldepobrezanoteníadineroparadecoración,oqueelequipodeSlatcherhabíapreparadoprecipitadamenteellugarparaqueaparentaraqueVázquezvivíaallí.En el suelo de madera combado, Vázquez empezaba a respirar con dificultad.
Evanlolevantóylodepositósobreelsofá.Lesacólacarteradelbolsillotraserodesuspantalonesdefaena.Noencontróningunaidentificación,loquecorroborabalasituaciónilegaldeVázquez.EnsulugarhabíaunafotoconlosbordesdesgastadosdelpropioVázquezyunaadolescenteachaparradadepiernasarqueadasqueledabaunabrazo.LachicateníalospárpadospesadosyelpuentenasalbajocaracterísticosdelsíndromedeDown,ygruesoslabiosquedibujabanunaalegresonrisa.Conunamanoaferrabalaositarosa.Vázquezlaabrazabaconunbrazoyconlaotramanosujetabalacuerdadeunacometa.Teníanelrostrovueltohaciaelviento.VázquezmiróaEvanconexpresióndolida.–Pensabaquequeríaayudarme.–Ysiconfíoenusted,loharé–replicóEvan.–¿Confiarenmí?Evan se apostó junto a la ventana delantera y escudriñó la calle. Las casas se
alzaban en la ladera de la colina, y el terreno allí descendía bruscamente, lo quedaba a Evan una visión clara de la calle que ascendía hasta la casa. El DodgerStadium se erguía en la distancia como un enorme cáliz de hormigón. El olor amarihuanasefiltrabaporalgúnresquiciomezcladoconlabrisa.–Cuéntemesuhistoria–pidióEvan–.Hagaquelecrea.Vázquez forcejeó en el sofá, con el sudor empapándole la parte frontal de la
camiseta.–¿Puedesoltarmemanos,porfavor?Evancortólasbridasyregresóasupuestojuntoalaventana.
–¿DóndeloencontróMorena?–Enreuniónparalosalcohólicos.–¿AlcohólicosAnónimos?–Sí. Fui a Las Vegas para llevar una lavadora ami hermana. No puedo faltar
ningunareunión.Morenaestabaallí.–¿Porquéestabaallí?–Dijo que iba para encontrar alguien como yo. Alguien que pide ayuda. Que
estuvieraapuntodecaer.EvantuvoqueadmitirquelaideadeMorenadebuscaragentedesesperadaenun
sitio así era ingeniosa.Aunasí, nopudoevitarque su tono tuviera ciertodejedeescepticismo.–¿Explicósusproblemasdelantedetodoelgrupo?–No. Pero quería beber.Y ella vio lomal que estaba. –La frente se le perló de
sudor–.Tengoganasdebebercuandomesientoinútil...impotente.–¿Porquésesienteimpotente?–No soy rico. –Señaló su humildemorada con un gesto delmentón–. Pero soy
hombrehonrado.SoloestamosmiIsayyo.Ladefoto.Sumadremurióenelparto.TrajeaIsaaquíparavidamejor.ParaellanofácilenMéxicoporsu...estado.HagocamisetasdelosDodgersyvendoenelaparcamientoantesdelospartidos.Alquilounpequeñolocaleneldistritode textilesparahacer lascamisetas.Unanoche loshombresmalosvienenamitaller.Habíanhecho...¿cómosedice?Sí,paquetes.Decocaína.DicenquelaPolicíalospersigue.Necesitanesconderpaquetesenmitaller.Tienen pistolas y cuchillos así. –Sus gruesos dedos señalaron la medida de uncuchillotipoBowie–.El jefeponeelcuchilloencarademiIsa.Si ledigoalgoaalguien,dicenquelallevarán.Nodicenparaqué.Solo...quelallevarán.Susojosbrillabanysurespiraciónseentrecortaba.–No sabía cómo hacer. Si me niego, se llevan mi Isa. Si huyo, juran que me
buscarán.SivoyalaPolicía,deportado.Asíquedigo...digoquevale.Queloharé.Evan se centró tanto en las palabras de Vázquez como en su manera de
pronunciarlas. Las historias de tapadera tendían a sonar ensayadas, demasiadofluidas,sinvacilaciones.ElrelatodeVázquezparecíaauténtico, llenodepausasyfrasestruncadas.Ytampocoparecíaperdereltiempo,alargandolahistoriaparadartiempoaquienesledirigieranparapoderacercarse.–¿Cuántoshombreseran?–preguntóEvan.–Tres.–Yeljefe–dijoEvan,tambiénenespañol–.¿Dóndesesituaba?¿Asuderechaoa
suizquierda?–Aizquierda.–¿Isa?¿Tambiénestabaasuizquierda?
–Sí.Élestabacercadeella.–¿Quéaspectoteníaelhombrequeestabaalladodeljefe?–Corpulento.Conmúsculosgrandes.Comoboxeador.–¿Yelcuartohombre?¿Cómoera?–Nohabíacuatrohombre.Solotres.–¿Cómoeraeltercero?–Tambiéngrande.Alto.Peroflaco.–¿Flacocomoeljefe?–Eljefenoeraflaco.Teníamúsculos.–Yestabaasuderecha...–Izquierda.Estaba aquí.Aquí.Conmi Isa. –Memoestiró el cuellode su camisa
paraenjugarselafrente–.Intentaliarme.Nomecree.Nomecree.–Nohedichoeso–repusoEvan.Memolomiródesdeelsofá,peronohizoademándelevantarse.Evanpensóque
Vázqueznoseatrevíaamoverse;enaquelmomento,leconvenía.–¿Quéocurriódespués?–preguntó.–Cuandosevanesanoche,yocierroyveoquelaPolicíavapuertaapuertapor
todoeldistrito.Están cerca.Agarropaquetes y los tiro en el contenedor quehayatrás, y corro.Corro conmi Isa.Me escondo y espero a que la Policía se va.Yluegovuelvo.Perocuandovuelvo...–se lecortó la respiraciónal recordarlo– lospaquetesnoestánallí.Noestánallí.Callearriba sonó lamelodíadelcamiónde losheladosyEvanoyóuncorode
vocesinfantiles,reclamandosusheladosendosidiomas.Vázquezjadeaba,intentandocontenerlaslágrimas.–Lanochesiguientevuelvenesoshombres.Lecuentoaljefequéocurre.Diceque
culpamía.Queledebodinero.Cincomildólares.–Agachólacabezaylasacudiólentamente.Gotas de sudor colgaban de la punta de sus cabellos, pero no caían–.Nuncahevistotantodinero.Dicenquesinolollevopronto,vendrán.VendránpormiIsa.–¿Paraquélaquierenaella?FinalmenteMemoalzólavistaysusnegrosojoslanzabanllamaradas.–Vendersusórganos.Sollozóconlarespiraciónronca.Depiejuntoalaventana,Evansintiórenacerla
iraquetanbienconocía.Elcamióndelosheladosvolvíaaponerseenmovimiento.Bajandolentamenteenpuntomuertoporlacalleendirecciónalacasa.–Dicenquetambiénessunegocio–explicóMemo–.Dicenqueelcorazóndemi
Isanoesbuenoporqueesniñaespecial.Ysusojos,tienelascataratas.–Emitióunaespecie de gruñido–. Pero cogerán hígado para el mercado negro. Riñones.Pulmones.–Suvozsehizomásaguda–.Huesos.Piel.Venas.Tendones.–Lecorrían
laslágrimasporlasmejillas–.Secobrarándineroconsucuerpo.–¿DóndeestáIsaahora?–Escuela–respondióélconvozahogada–.Tienenunprogramaespecialparaella.Evan lanzó una última mirada colina abajo. Luego se acercó a Guillermo. Lo
miróalosojos.Lecreyó.–Se acaba el tiempo –dijoMemo–.No tengo dinero y cuando ellos lo vean, se
llevaránminiñaespecial.EvanseagachóypusolasmanossobrelasrodillasdeMemo.–Leayudaré–afirmó.Fuera, lamúsicadelcamiónde losheladossonómás fuerte,y luegoseoyóun
chirridodeneumáticosyelcamiónpasópordelantedelacasa.Unreflejoiluminólapareddelasalita,provocandoundestelloenunpuntodelagrietadoyeso.LosojosdeEvansedesviaronhaciaesepunto.SeincorporóymiróaVázquez.–Nosemueva.Niuncentímetro.¿Comprende?Vázquezasintió,volviendoafruncirlafrente.Acercándosealapared,Evanhundióeldedoenlagrietayelyesosedesmoronó
alrededor.Sudedodiocontraalgolisoyduro.Haciendoganchoconeldedo,Evanloextrajodelapared.Unacámaraestenopeica,idénticaalaqueélmismohabíainstaladoantelapuerta
desuapartamento.Despuésdeuntrabajopreparatoriotanexcepcional¿habíanplantadounacámara
descaradamenteenmediodeunapared?¿Porqué?Slatcherloestabaobservandoenaquelmismoinstante,losabía.Enunataquederabia,Evanarrancólacámara.Elcablerompióelyesoyllenóel
airedepolvo.Atemorizado,Memolomiródesdeelsofáboquiabierto.EvanagitóelcableenrolladoentornoasupuñodelantedelacaradeVázquez.–¿Quéesesto?–Nohevistonuncaenmivida.Lojuro,lo...ElRoamZonevibróenelbolsillodeEvan.Losacórápidamenteconlaotramano
yselollevóaloído.Antesdequepudierahablar,oyólosgritos.–¿Evan?¡Evan,soyyo!Katrin.Suvozsonabaagudayforzadaporelpánico.–Estánaquí, losdelmotel.HanaparcadoaquídelanteenaquelScionquevimos.
Acabo de verlos entrar al edificio. ¡Oh, Dios mío! ¿Dónde estás, Evan? ¿Dóndeestás?Evansintióqueleardíalanuca.Eraelcálidoalientodelmiedo.–Miraporlamirilla.¿Puedesllegaralasescaleras?–¡Nolosé!¡Nolosé!–Compruébalo.¡Ahora!
Memo se incorporó a medias en el sofá, alzando las manos con los dedosextendidosengestoconciliador.–Escúcheme,amigo.SelojuropormiIsa,yonunca...ElgolpedeEvanlotiróalsuelobocaabajo.Sujetandoelmóvilentrelamejillay
elhombro,EvancolocóunarodillaenlaespaldadeVázquez,sacóotrasbridasyleatótambiénlostobillos.Porelteléfonolellegóunabruscainhalación.–Yaestánenelrellano,Evan.¿Quévoyahacer?–Echaelcerrojodeseguridad.Méteteenelcuartodebaño.Hay...Ungranestrépitoseoyóporelauricular,elsonidodeunarietealimpactarcontra
una cerradura. El chillido de Katrin fue tan agudo que Evan tuvo que apartar elmóvilunoscentímetros.–Siguealteléfono,Katrin.Paseloquepase,sigueal...Oyóelsonidodeunabofetada,yluegoeldelteléfonodeKatrindeslizándosepor
elsuelo.Instantesdespuésseoyóuncrujidoylalíneasecortó.EvandejóaMemoatadoenelsueloycorrióhacialapuerta.Ahoracomprendía
porquéaSlatcherledabaigualquelacámarafueratanobvia.Elpropósitodeaquelsubterfugionoeraatraerlohastaallíparamatarlo.ElpropósitoeraalejarlodeKatrin.
37
Tardeotemprano
Evanatravesóelcentrodelaciudadcomounaexhalación,saltándosesemáforosenrojo,pasandoentrecoches,subiéndosealaaceraparaadelantaraunVolvoentrechirridos de neumáticos. Intentó acceder a la pantalla de GPS conectada con losmicrochips introducidos en el sistema de Katrin, pero no daba señal. A mediamanzanadelloft,sedetuvoconunfrenazoenunaparadadeautobúsyseapeódelTaurus.Echó a correr hacia el edificio con lamano sobre la funda de laWilsonCombat1911.Desenfundólapistolaaltiempoqueatravesabalaspuertasdecristaldelaentrada
ycorrióhacialasescaleras,obligandoasepararseaunaparejademedianaedadysusdoshijospequeños.Subióatodaprisaysedetuvoenelrellanodelquintopiso.Entreabrió la puerta que daba al pasillo y asomó la cabeza. La puerta de su loftestabaabiertaunoscentímetrosyentornoalacerraduraforzadalamaderaestabaligeramentehundida.Entró con cautela en el pasillo, empuñando la pistola, y avanzó sigilosamente.
Apoyó lamano sobre la astillada puerta y la abrió silenciosamente hacia dentro.Conlapistolapordelante,entróapenasenelloftyrecorrióelespacioabiertoconlamirada.Uno de los taburetes de la isleta de la cocina estaba volcado y el teléfono de
prepago hecho pedazos. Evan se agachó junto a las entrañas electrónicas y tocóunasmanchasoscurasquehabíaal ladoenelsuelo.Cuandolevantó lamano,unapelículacarmesícubríalayemadesusdedos.No eranmás que unas gotas. ¿Quizá sangre de la nariz al recibir la bofetada?
SabíaqueKatrinestabaviva.Nolaqueríanaella.Dadoqueellofthabíasidodescubierto,noperdiómástiempo.VolvióalTaurus,
aparcóunpocomásadelanteyregresórápidamentealacasadeElysiumParkqueacababa de abandonar. Repasó mentalmente la historia que le había contadoVázquez.Aquelintrincadocuentosobreelhumildeinmigranteilegalquenoteníaaquien acudir y con una hija con síndrome de Down a la que unos malvadosnarcotraficantes se llevarían para vender sus órganos, parecía ahora increíble,especialmenteconcebidaparaconmoveraEvan.Inclusohabíancolocadounafoto
de«Isa»enlugardelcarnetdeconducirenlacarteradeMemo,elprimersitioqueregistraríaEvan.Slatcherhabíahechosusaveriguacionesycreadounasimulacióndeunoperativo
hecho a medida para el Hombre de Ninguna Parte, con la apariencia justa dedesesperacióneimpotencia.Unosminutos más tarde, Evan se hallaba en el interior polvoriento de la casa
destartalada, inspeccionando el lugar. Una navaja con la hoja abierta. Dos bridasflexiblesdenailoncortadasenelsuelodemadera.YnirastrodeMemoVázquez.Irritado consigo mismo, pero en absoluto sorprendido, Evan se dirigió al
aparcamientodeBurbankparacambiardevehículo.Unapregunta le reconcomía:¿cómo había localizado Slatcher el loft? La cabeza le daba vueltas mientrassopesabadiversasposibilidades.AmitaddecaminodeBurbankloacometióunsúbitoimpulso,tomóunasalidade
laautopistaconunchirridodeneumáticosysemetióenuncallejónporlapartedeatrásdeuncentrocomercial.Uncaloráridosalíaporelconductodeventilacióndeunatintorería.Enelinterior,prendasmetidasenbolsascolgabandeunrielcircularydabanvueltascomoalmassincuerpo.EvansacóelmaletínHardiggStormdelmaleteroymontóeldetectordeuniones
no lineales.EscaneóelTaurusmeticulosamente,deteniéndoseen los radiosde lasruedasyentodoslospaneles, inclusosedeslizóbajoelvehículosobreelrugosoasfalto para comprobar el chasis. Pasó la cabeza circular del detector por latapiceríainterior,quitólosreposacabezas,sacóbruscamentetodoelcontenidodelaguantera. Levantó las esterillas del suelo y las escaneó como si les estuvierapasandolaaspiradora.Eldetectornoemitiómásqueelacostumbradochisporroteodelaestática.Unas personas que salieron de la tintorería le lanzaronmiradas de curiosidad,
pero él las ignoró, centrado en su tarea, con la camiseta empapada de sudor ypegada al cuerpo. Sacó la rueda de repuesto y la comprobó, luego desmontó elbotiquín de primeros auxilios y esparció las piezas por el suelo. La rueda derepuesto estaba limpia, igual que la alfombrilla del maletero. Revisó todocentímetroacentímetro.HizopedazoslaespumanegradelmaletínHardiggStormylosesparcióporelcallejóncomotrozosdealgodón.Sentado entre las cosas del coche, respiró hondo para recuperar el aliento,
absolutamente perplejo. Su mirada se posó en el propio detector. Una terriblesospechacobróvidaensupecho.Selevantóyrecogióeldetector.Loarrojócontraelasfaltohastahacerloañicos.
Lopisoteóconeltacónyrompióendoselmangodeplástico.Dentrohabíaundiminutotransmisordigital.Seagachóparaextraereltransmisor,deltamañodeunguisante,losostuvoentre
elíndiceyelpulgarylelanzóunamiradaasesina.Ocultaruntransmisordentrodelobjetodiseñadoparadetectarloeraunindiciode
maestríasinparangón.Sedirigióalafurgonetaderepartodelatintoreríaqueestabaaparcadaaunlado,
desenroscó el tapón de la gasolina y dejó caer el transmisor en el interior deltanque.ConesotendríaaSlatcheryasuequipodandovueltasporlaciudadduranteuntiempo.Evan subió a su coche para ir al aparcamiento del aeropuerto y recoger su
camioneta.Decaminoacasa,intentódeterminardóndehabríanpodidoinstalarleeltransmisorSlatcherysushombres.ElTaurus lohabíausadoporprimeravez justoantesdelasaltodeSlatchera la
habitación de Katrin en el motel. El coche estaba limpio entonces, porquesencillamentenohabíaformahumanadequeantespudieransaberqueerasuyo.YcuandoélyKatrinhabíanhuidodelmotelpor laventana trasera,élmismohabíaobservado a Slatcher con sus propios ojos. Slatcher no recibía información deningúntransmisor,esperaba la informaciónque leenviabansushombresdesde lahabitación, y luego sehabíadado lavueltapara escudriñar la calle.No,nohabíaningún transmisor oculto en la camioneta cuandoEvan había llevado aKatrin alloft.LoquesignificabaqueSlatcherlohabíacolocadoalregresarEvanaChinatown
paraentrarahurtadillasenelnidodelfrancotirador.Lomáslógicoeramantenerbajo vigilancia el lugar del intento fallido. Slatcher sabría que al final Evanregresaríaallí.Eso quería decir que cualquier otro sitio al que hubiera ido Evan después de
Chinatownestabacomprometido.Repasó los lugares mentalmente. Había ido al loft aquella noche, y se había
acostado con Katrin, pero luego se había marchado tras recibir la llamada deVázquez,seguramenteantesdequeSlatcherpudierareunirasuequipoyprepararsepara matarlo. A continuación había usado el Taurus para ir a Las Vegas, lo quehabíapuestodenuevoaSlatchersobrelapistadeMorenaencasadelatía.SlatcherhabíaseguidoaMorenahastaelCasinoBellagio,conscientedequeEvanteníaquehallarseenalgúnlugarcercano.PoresohabíaapostadoaCandyMcClureenlasaladelcasino.Evan tambiénhabíavisitadoaTommyStojack,peroesteexigíaquesusclientes
aparcaranavarioskilómetrosy fueranaverloenautobús,demodoquesu tallerestabaa salvo.Duranteel caminodevueltadeLasVegas,Evan sehabíadetenidojuntoa la casadeMemoVázquez, avisandoasí aSlatcherdequehabíapicadoelanzuelodelfalsocliente.PeroEvanhabíacambiadodevehículoenBurbankantesdevolveracasa,porloquesupuestamenteCastleHeightsnohabíasidodetectado.
Cuandohabía regresadoa lacasadeElysiumParkpor lamañana, seguramenteSlatcher le había seguido gracias al transmisor, y luego había esperado a tenerconfirmaciónvisualpor lacámaramaldisimuladadeque realmentese tratabadeEvan.EnaquellugarestabademasiadolejosparaprotegeraKatrin,asíqueSlatchersabíaqueteníaelcaminodespejadoparaasaltarelloftyllevársela.Joder,estabamuyclaroporquéalHuérfanoCeroloconsiderabanelmejor.Unavezencasa,EvansubióasuáticoycomprobósilaseñaldeGPSdeKatrin
habíareaparecidomágicamenteapesardequenohabíarecibidoningúnaviso.Puesno.Hasta queKatrin comiera y sus jugos gástricos cargaran losmicrochips en su
aparatodigestivo,laseñalpermaneceríainactiva.Llevabaunrevestimientodeplata,demodoquesiSlatcherescaneabaaKatrinconundetectordeseñales(yEvannodudabaqueloharía),noencontraríanada,amenosqueporcasualidadlaescanearainmediatamentedespuésdeunacomida.AlgoledecíaaEvanquealimentaraKatrinno estaba en la lista de prioridades de Slatcher. Pero la señal tenía una fecha decaducidad.Seguramentesolofaltabaundía,dosalosumo,paraquelosminúsculossensoresperdieraneficacia.Yentonceslahabríaperdidoparasiempre.A continuación revisó las grabaciones de seguridad del loft. Vio a Katrin
paseándosealrededordelaisletadelacocina,comosehabíaacostumbradoahacer.Evansintióquepocoapocoleinvadíalaansiedad,unhorrorcrecientealobservaraunapersonaquenoeraconscientedequeestabaapuntodeocurrirlealgoterrible.Katrinseacercóa lapareddeventanales tintadosydeprontosepusorígidade
terror.Seabalanzósobreelmóvil,resbalandocasi.Evan vio cómo marcaba con dedos temblorosos. Vio su boca moviéndose
frenéticamente.Laconversaciónestabagrabadaafuegoensumemoria.Unsonidoconfuso,peroaudible:«Estánaquí,losdelmotel.»Luego ella corrió hacia la puerta y miró por la mirilla. Sus manos intentaron
correrelcerrojocontorpezacuandolapuertaseabrióviolentamente, lanzándolahaciaatrás.Ellasetambaleó,perologrómantenerelequilibrio.Slatcherentróy lediounabofetadaconel revésde lamano.Apesardequeel
golpeparecíacasidesganado, lacabezadeKatrinhabíagiradocomosisucuellofueraunejebienengrasado.Elmóvilsalióvolando.La mujer, Candy McClure, apareció detrás de Slatcher. Un ariete colgaba
juguetonamenteauncostado.Fuehastaelmóvilconpaso lentoe insinuante,y loaplastóconel tacónde subota.Slatcher levantóaKatrin,quepermaneció flácidamientraséllasujetaba.CandyseacercóporelotroladoypasóunbrazodeKatrinpor sus hombros, y así se encaminaron a la puerta, como si Katrin fuera unaborracha,yasísalieronfuera.
Laincursiónduróoncesegundosentotal.Evanlavisionóotravez.Yotra.«¡Oh,Diosmío!¿Dóndeestás,Evan?¿Dóndeestás?»Rebobinó.Ledioalplay.«¿Dóndeestás,Evan?»Rebobinó.«¿Dóndeestás,Evan?»Escuchó la súplica de Katrin hasta que se convirtió en unmantra de rabia que
hervíaensuinterior.Con el pulgar pulsó el número memorizado. Sonó y sonó, pero Slatcher no
respondió. Seguramente estaba intentando rastrear el número y devolvería lallamada solo cuando hubiera hecho algún progreso. Como antiguo huérfano,Slatcher tendría habilidades y recursos de sobra para rastrear teléfonos VoIP ycentralitasdigitalizadas.Seríainteresanteverhastadóndeeracapazdellegar.Sin encender las luces, Evan recorrió el perímetro del oscuro ático con el
RoamZoneenlamano.Ibarozandolasparedesconelhombro,comomarcandoloslímitesdesufortaleza,definiendoelterrenoseguro.Laluzdelsolseensombrecíapormomentos, y luego un tono naranja de postal tiñó el cielo.Muy pronto soloquedaron las luces artificiales, como puntas de alfiler en el negro océano de laciudad.Talcomoesperaba,elteléfonosonó.Evanselollevóaloído.–HuérfanoO–dijo.–HuérfanoX.–Déjamehablarconella.–Porsupuesto–dijoSlatcher.Uninstantedespués,Katrinsepusoalteléfonoconlavozroncadellorar.–Losiento,Evan.Sientomuchohabertemetidoenesto.–¿Dequéestáshablando?–Noconseguíecharelcerrojonillegaralcuartodebaño.–Haydoscosasquequieroquerecuerdesmuybien.Nadadeestoesculpatuya.Y
voyaencontrarte.Repítelasconmigo.Katrinrespiróvariasvecesrápidamente.–Nada de esto es culpa mía –dijo después–. Y vas a encontrarme. –Ahogó un
grito–.¿Meloprometes?–Teloprometo.Ahora,devuélveleelteléfonoaél.Slatchervolvióalotroladodelalínea.–Notemolestadejarnoshablar,¿verdad?–dijoEvan.–No.Evan recorrió el pasillo, pasando los dedos por el espacio donde antes estaba
colgadalacatana.–Porqueestásrastreandoestallamada.Ahoramismo.–Intentándolo.–Buenasuerte–dijoEvan,yerasincero.–Estupendadistracciónlodelafurgonetadelatintorería–dijoSlatcher.–Gracias. Estupendomovimiento lo de poner el transmisor en el detector. ¿Lo
pusisteenChinatown?–Ajá.Mientrastúestabasenelapartamentosiguiéndomelapista,yoestabaenel
maleterodetucocheparaseguirtelatuya.–Peronoqueríasliquidarmeallí.Demasiadospolicíasalrededor.–Escierto.Estaballeno,comoyaviste.Impresionanteejerciciogimnásticoenlos
balconesylaazotea.Nocreíquefuerasalograrlo.Unavezmás,Evanrepasómentalmentelalistadeposiblesenemigos.Elsucesor
deunjefedearmamentodeHezboláalquehabíaeliminadoduranteelconflictodelazonadeseguridadenLíbano.Laviudavengativadeunoligarcaquetraficabaconmaterialfisionable.EltíodeunvioladorenseriealquehabíaliquidadoenPortland.–Supongoquenoquerrásdecirmeporquévienesapormí–dijoEvan.–Metemoquenomecorrespondeamídecírtelo.–Ya. Asesino a sueldo. –Evan llegó al borde de la cocina y dejó que la pared
vivientelehicieracosquillasenelbrazo–.¿Lapersonaquetehacontratadodeseadarseaconocer?–No.–¿Cómodisteconmigo?Alprincipiodetodo,quierodecir.–Oh–respondióSlatcher–.Soymuybuenoenmitrabajo.Evancruzólagransaladesuelodehormigónyseapoyóenlacintaparacorrer
para contemplar los cuadrados iluminados de las ventanas del apartamento deenfrente.–¿EmpezasteisconMorena?–Podríamoshaberempezadoconalgunodelosanteriores–respondióSlatcher–.
Túnosabesaquiénesconocemos.Quizátengamosaalguienentupropioedificioahoramismo.Su tono era desenfadado, pero Evan notó que aquellas hirientes palabras le
penetrabanenlasentrañas.¿Unatácticadedesinformación?Evandecidióquesí.SiSlatcherhubierasabidodóndeestaba,yahabríantiradosupuertaabajo.–¿Quétehacepensarqueestoyenunedificio?–preguntó.Slatcherseechóareír.Esapartedelaconversaciónquedabazanjada.–Herevisadolasgrabacionesdevigilanciadelloft–dijoEvan–.DosexHuérfanos
trabajandojuntos.Yanomequedanadaporver.–Bueno–dijoSlatcher–.Túesperayverás.
LaposibleprocedenciadeCandynoeramásquemeraespeculaciónporpartedeEvan,peroigualdijo:–Nosabíaquetambiénadiestrabanmujeres.–Oh,aunascuantas.Evansealejódelacintaysedetuvoantelapantallaprotectoradecolorvioleta.
Miróelbalcóndelapartamento19Heneledificiodeenfrente.Lafinamalladelapantalla solooscurecía levemente lavista.Vioa JoeyDelarosaensusofádepielsintética,conelmandoadistanciasobreunmusloyunabandejayavacíadecomidade régimen sobre un reposapiés. Por el ángulo de su cabeza y el movimientoregulardesupecho,Evandedujoquesehabíaquedadodormido.Elresplandordeltelevisordibujabapautasenlasparedesdealrededor,convirtiendolahabitaciónenalgovivo.–NoqueréisaKatrin–dijoEvan–.Noesmásqueuncebo.–Esoescierto.–LavozdeSlatchersonóconfuerzaensuoído–.Tequeremosati.–Estoydispuestoacomplaceros.–Segurodetimismo,¿eh?–Losdosqueremoslomismo–afirmóEvan.–¿Yquées?–Liquidarnoselunoalotro.–Cierto–admitióSlatcher–.Entonces,¿cómolovamosahacer?En el edificio de enfrente, la puerta del apartamento de JoeyDelarosa se abrió
violentamente. Un hombre con pasamontañas irrumpió entonces, llevado por elimpulso del ariete que llevaba. Dos hombres más ataviados de negro entrarondespués,seguidosdeCandyMcClure.LasmanosdeJoeyaparecieronbruscamentealavista,igualqueunabolsadepalomitasqueesparciósucontenidosobreelsofá.Candyseabalanzósobreél,saltandocomounapantera,paracachearloysujetarlo.–Bueno–dijoEvan–.AhoraquetienesaKatrin,querrássacarlepartido.Querrás
sonsacarletodoloquesepa.Nosabenada.Seráunapérdidadetiempo,perotienesque hacerlo. Tal vez podrías ahorrarle cierta crueldad, confiando en mi buencriterio profesional. Jamás me habría puesto en peligro a mí mismo dándoledetallesquepudieranserteútiles.EvanoíarespiraraSlatcher.Eneledificiodeenfrente,loshombresempezabana
registrar el apartamento, habitación por habitación. Evan los vio desaparecer yvolver a aparecer en las diferentes ventanas del 19H. Levantó lamano y la posósuavementesobrelafinamalladelapantalladetitanio.–Dejando a un lado a Katrin, querrás estudiar todos los ángulos posibles –
prosiguió Evan–. Querrás agotar todos los recursos para volver a dar con mirastro.Dehecho,seguramenteesloqueestáshaciendoahora.Candy seguía en la sala de estar de Joey, examinando un dispositivo portátil.
Siguiósusindicacioneshastaunpuntoenlaparedcercadel televisor.Atravesólaplaca de yeso de un puñetazo y sacó el móvil que Evan había alojado allí,arrancandoelcargadordelcablealqueestabaempalmado.Elmóvilteníahabilitadala conexión por wifi y servía como puente para la llamada misma que estabarealizando en aquel momento. Para ello, recogía los paquetes digitales de datosenviadosatravésdelrouterdeJoeyypasaba laseñala la redLTE,con loqueelrastroliteralmentesedesvanecíaenelaire.Candymiróconascoelmóvilquecolgabadecablesycargador,yluegodejóque
cayera contra la pared. Con expresión de hastío, tecleó algo en el dispositivoportátil.¿Unmensajedetexto?–Estásenlocierto–dijoSlatcher.Comoesperaba,Evanoyóunbrevezumbidoatravésdelalínea.Eraelmensaje
deCandyparaSlatcher.Slatcherexhalóunlevesuspirodefastidio.–No puedo darte un punto de encuentro con antelación. Tendrías demasiado
tiempoparaplanearuncontraataque.–Cierto–dijoEvan–.Mejoresperarparaqueningunodelosdostengaqueperder
eltiempodandovueltasporahí.–Estaremos en contacto. Cuando nos hayamos preparado. Eres demasiado
peligroso.–Locomprendo.Yoharíalomismo.Slatcher tenía ahora ventaja. En lugar de montar una operación de alto riesgo
comoenelrestauranteyelmotel,habíacambiadodeestrategia,obligandoaEvanairaporél.Enelotroedificio,Candyysushombresdesaparecieronpor lapuerta.Instantes
después,Joeysepusoenpiecondificultadysetambaleóendirecciónasuteléfono.–Mientras tanto, tú intentarás localizarla –dijo Slatcher–. Intentarás llegar a
nosotrosantes.Evan pensó en el as que tenía en lamanga, losmicrochips en el estómago de
Katrin.–Sí–dijo,dandolaespaldaporfinalaslucesdelaciudadparaadentrarseenla
oscuridaddesuapartamento.–Bueno,entoncessupongoquenosveremos.–Tardeotemprano–replicóEvan,ycolgó.
38
Unescudodeasesinos
Elsonidodeunamujersollozandoleresultabasiempreirritante.DannySlatcherseencontrabaenelotroextremodelpasillo,peroloslloriqueos
seguíanllegándoledesdeeldespachovacíodondeCandyhabíaencerradoaKatrinWhite. Se encontraban en un edificio aislado junto a la 101, cerca de Calabasas.Situadodetrásdeunaparcamientovacío,teníaundiseñoenformadeVmuypocopráctico. Los dos largos pasillos conducían a varios despachos. Las salas dereuniones se encontraban en la parte de atrás y daban a la ladera de una colinacubierta demaleza. En el vértice de la V había un feo patio interior con cocinadondeserespirabaunolormalolienteahelechosmuertos.Depieenaquelcargadoambientedeplantaspodridas,Slatcherllevabapuestaslas
uñasconetiquetasRFIDylalentedecontactopixeladasobreelojoderecho.Elcursorvirtualfinalmentepasódelrojoalverde.TopDogleenviabaunúnicosigno:«?»Los dedos de Slatcher se movieron velozmente en el aire. LA TENEMOS. LA
USAREMOSCOMOANZUELOPARAATRAERLOAÉL.TDrespondió:¿QUÉTALSEPORTAHUÉRFANAV?ATDleencantabanlosnombresenclave,elpedigrí.Slatchertecleó:BIEN.¿YLOSRADICALESLIBRES?NOTANBIEN.TEVASAQUEDARSINNINGUNO,¿NO?PARA ESO ESTÁN LOS RADICALES LIBRES –tecleó Slatcher–. LOS NECESITAMOS PARA
ACORRALARALOBJETIVO.TDcontestó:HUÉRFANOXESMÁSLISTOQUELAMAYORÍA.SÍ,SEÑOR,LOES.Elcursorvolvióaponerserojo.ATDnolegustabanlasdespedidas.Danny se quitó el equipo de comunicación, lo devolvió a su esbelto estuche
metálico,yabandonóelmalolientepatiointerior,enfilandoelpasilloendirecciónalossollozos.El nuevo grupo de «radicales libres» se había congregado en el vestíbulo. Sus
cabezas rapadas y sus músculos obtenidos mediante esteroides indicaban que setrataba de militares degradados, lo que a Slatcher no le preocupaba. Habíaaprendido hacía mucho tiempo que los militares licenciados con deshonor amenudoeranlosmásdespiadados.SlatcherqueríaunescudodeasesinosentornoaKatrinWhiteyCandyMcClurehastaqueHuérfanoXyacieramuertoasuspies.La conversación cesó cuandoSlatcher pasó por enmedio de los hombres para
enfilarelpasillo.Lapuertadelcuartode la limpiezaestabaabiertadeparenpar.Candy estaba en cuclillas dentro de aquel húmedo rectángulo con suelo dehormigón, comprobando primorosamente sus tarros de plástico llenos de ácidofluorhídricoconcentrado.SaliódelcuartoparaunirseaSlatcher,quesiguióporelpasillo.–¿Selodecimosaella?–preguntóSlatcher.Candyasintió.–Sí,mejordecírselo.Asísesentirámásmotivadaparaportarsebien.Entraronen el últimodespacho situadoa la izquierda.Katrin, tranquilapor fin,
seguía donde la habían dejado, encadenada a una mesa. Junto a ella, una bolsaintactadeMcDonald’s.Laventanaquedabaalacolinaestabatapiadacontablones.ElsudorpegabaellacioflequillodeKatrinasufrente,yteníalacaraabotagadadellorar. La bofetada de Slatcher le había hinchado lamejilla izquierda, y le estabasaliendounderrameenelojo.–¿Novasacomer?–preguntóCandy.Katrinapenasalzólavista.–Notengohambre.Slatcherseagachósobreella.–Sam vive y está bien –dijo–. Necesitábamos asustarte. Necesitábamos que
soltaraslágrimasdeverdaddelantedeEvan.Katrinentreabrióloslabios,peronoemitióningúnsonido.–No–dijo–.Miente.Meestámintiendo.Meestámintiendo.–Hicimos lo que teníamos que hacer para tener a Evan donde queríamos.
Emocionalmente.Necesitamosqueseaimprudente.Queestédispuestoacorrermásriesgos.AKatrin le resbalaban las lágrimaspor la cara.Susdelgadosbrazos temblaban
sincontrol.–Mírame. –Lamanaza de Slatcher le agarró elmentón y la obligó a volver la
cabezahaciaél–.Sicooperasplenamenteconnosotros,Samvivirá.¿Meentiendes?Katrin asintió, sujeta aún con fuerza por la mano de Slatcher. Sus lágrimas le
humedecieronlosnudillos.–Soloquieroqueestoacabedeunavez.–AcabarácuandoEvanestémuerto.
SlatcherlasoltóyKatrinrelajólosmúsculos.Sedejócaerenelsuelosinfuerzas,apretando la mejilla contra la fina moqueta. Junto a su cara estaba la bolsa decomidamanchadadegrasa.Elolorledionáuseas.Slatcherseincorporóyaellaleparecióquecadavezeramásalto.Luegoabandonóeldespacho.Candysequedóapoyadaenlamesa,mirándoselasuñasconunaleveexpresión
deaburrimientoensurostrobonitoyvivaz.La respiracióndeKatrineraentrecortada, jadeante,parecíaqueno le llegabael
aire.–Esos sicarios rusos demierda –dijoCandy– se concentran en destruir dientes.
Luegolescortanlayemadelosdedosasusvíctimasparaborrarlashuellas.Peroyonosoyunasicariarusademierda.Yonomeconformoconeso.–Conunfluidomovimiento,sedioimpulsoparacolocarsesuavementedelantedelrostrodeKatrin,y luego se inclinó hacia delante, arrastrando consigo una bocanada de perfumefemenino–.Yoprefieroeliminaralapersonaentera.NolohemoshechoconSamtodavía. –Arrimó los labios a la oreja de Katrin–. Pero estoy impaciente porhacerlo.Se enderezó con sus fuertes y torneadas piernas abiertas cual coloso de Rodas
descolorido.–Asíque,porfavor–añadió–,nocooperes.KatrinnoconsiguiórecobrarelalientonisiquieracuandoCandysefue.
39
Unsonidoquenollegaba
Evanyacíaenlacamaflotanteenlaoscuridaddesudormitorio,conlavistafijaen el techo, concentrado en repasar la conversación que había mantenido conSlatcherpalabraporpalabra.«Tú no sabes a quiénes conocemos. Quizá tengamos a alguien en tu propio
edificioahoramismo.»Slatcher trataba de ponerlo nervioso, obligarle a precipitarse, a hacerse más
visible.En suático teníadiferentes alarmasyarmamento,paracaídaspara saltosbasey
cuerda para descender en rápel, muros y ventanas reforzados. Por el momentoestabaasalvo.PeroKatrinno.Recordó la noche que habían yacido juntos en el futón, y cómo él recorría la
curva de su cadera con el dedo. También las tres estrellas asimétricas que teníatatuadastraslaoreja.Loskanjisenelomóplatoizquierdo.Lasmanchasdesangreenelsuelodelloft.Lapromesaquelehabíahecho:«Teencontraré.»ElRoamZonesecargabasobrelamesillaamediometrodesuoído.Habíaestado
esperandoqueelpitidodelsonarleindicaralaubicacióndeKatrin,preparándoseparaunsonidoquenollegaba.Derepente,lanochelepareciómásfríadeloqueenrealidadera.«Prométemelo.»Unapelículadecolorcarmesíenlayemadelosdedos.«¿Dónde
estás, Evan?» El móvil desechable hecho pedazos. El sollozo entrecortado deKatrin.«¿Dóndeestás,Evan?»«¿Dóndeestás?»Apartóaunladolassábanas,sevistióysedirigióalaalfombraturca.Sesentóen
ellaconlaspiernascruzadas,cerrólospárpadosytratódemeditar.Porprimeravezensuvida,nolologró.
40
Puntosciegos
Cuando llegaron las primeras luces de lamañana, Evan había realizado ya unacompleta revisión de sus sistemas de seguridad, afinado la sensibilidad de losdetectoresdemovimiento,probadolasalarmas,evaluadolosángulosdelacámaradeseguridadybuscadopuntosciegos.Enaquelmomentonopodíapermitirquequedaraningúnpuntociego.Seguía sin recibir señal del GPS de los microchips de Katrin. ¿Se habían
descompuestoyaysuorganismoloshabíametabolizado?¿Noledabandecomer?¿Selehabíadesprendidoelparcheocultotraslaorejaacausadelsudor?Talvezlatuvieranretenidabajotierraylosmurosdehormigónamortiguabanlaseñal.Siguióactuando.ExtrajolatarjetaSIMdesuRoamZoneylaarrojóaltriturador
debasuras,dejandoquelascuchillassiguieranconsuzumbidohastaquesolooyóunos trocitos de tarjeta dando vueltas. Los sacó y los tiró a la basura. Luego seconectóainternetydesplazósuserviciotelefónicodelequipodeBangalorealotroen Marrakech. Ya no podía depender de su vecino aficionado a la violenciadoméstica,JoeyDelarosa.DespuésdequeJoeyhubiera llamadoaemergencias lanocheanterior,lospolishabíanllegadoyhabíanextraídoelmóvildelaparedylohabíanexaminadoconperplejidadcomosifueraunartefactodelespacioexterior.TrasintroducirunatarjetaSIMnuevaensumóvil,EvansacóunmaletínPelican
delarmariocontiguoaunadelastaquillasdelasarmasylollevóalaazotea.Eligióun lugaroculto tras el cuartometálicoqueprotegíaelgenerador.ApesardequelucíaelresplandecientesoldelsurdeCalifornia,elvientodediciembreleagarrotólosdedosmientrastrabajaba.DelapartesuperiordelmaletínsacóydesplegóunaantenadireccionalYagi,ala
que conectó un cable coaxial con una corta y gruesa antena omnidireccionalmontadasobreuntrípode.ApuntóconlaYagihaciaelhorizontey...voilà.Supropiaestación de comunicación móvil clandestina. La pequeña estación eludía todaautenticación entre ellamisma y la torre de telefoníamóvilmás cercana, lo quehacía imposible rastrearla. Literalmente estaba fuera de la red. A continuación,habilitólaconexiónwifiensuRoamZone,creandounaccesoalaredLTE.Porlogeneral,solohabríaencendidolaestaciónbaseparahacerunallamada,ylahabría
apagado inmediatamente después, pero tendría que dejarla funcionando hasta querecibieralallamadadeSlatcher.–¿Evan?¿Esusted?Evanselevantórápidamente,atiempodeveraHughWaltersacercándose.–¿Quéhaceaquíarriba?–Bueno... esunhobbyque tengo. Intento localizar cometas.Siemprehedeseado
descubriralgunoyqueleponganminombre.ElrostrodeHughseiluminódeunaformaquesorprendióaEvan.–Yopertenecíalclubderadiodeondacortadelinstituto–dijo.–¿Ah,sí?–Puessí.–Mire,séquevacontralasnormasqueyo...Hughlointerrumpióconunademán.–Loconsideraremosunsecretoentrecientíficosaficionados.–Seloagradezco–dijoEvan–.Esunpocoembarazoso.HughletendiólamanoyEvanselaestrechó.–¿Yquéhaceustedporaquí?–preguntóEvan.–Inspeccionando la azotea. Debo estar al tanto de todas las reparaciones
necesariasantesde ir a la reuniónde lacomunidaddepropietarios.Ladehoyesjustamente... –un Rolex de oro apareció bajo el puño de Hugh– ahora. Esta vezasistirá,¿no?–Hoynomevanadabien–seexcusóEvan.Hughloreprendióconunaexpresiónceñuda.–¿Porqué?Estamosenépocadevacaciones,¿no?¿Quéestanurgentequenole
permiteasistir?–Asuntospersonales.Hughasintióconsobriedad.–Bueno, puedo decirle que una persona se va a sentirmuy decepcionada de no
verle.–¿Quién?–Mia Hall. –Hugh malinterpretó la expresión de sorpresa de Evan–. Pues sí,
amigo.Séquealparecerhayalgoentreustedesdos.Peroestamañanaellaparecía...–¿Qué?–Nolosé.Simplementenoeraellamisma.Parecíamuyalteradaporalgo.–Supongoqueserunamadresolanoesmocodepavo.–Noeraeso–dijoHugh–.Parecíaasustada.Evansintióquelafríabrisalotraspasaba.Hughsehumedecióloslabios.–Talvezpodríapasarseporlareunióndelacomunidadyverquétalestá.
LamentedeEvanreuniófragmentosdesusconversacionesconMiadurantelasdosúltimassemanas.«Comofiscaldedistrito,avecesreciboamenazas.Tengounaemergencia en el trabajo. Se trata de una emergencia grave. Cuestión de vida omuerte.»Evanrechazóestospensamientos.Noteníatiempoparaeso.Noerasumisión.No
era asunto suyo. Tenía que pensar en Katrin y en el SéptimoMandamiento y enmuchascosasmás.–Losiento–dijo–.Nopuedo.
Sesentóhacialamitaddela largamesadereuniones,perpendicularaMiaparapoderobservarlasinqueresultarademasiadoevidente.Ella lehabíasaludadoconunasomerainclinacióndelacabezaalentrarélyluegohabíadesviadolamirada.Extraño.Peternoestabaconella.Porunosaltavocesocultos sonabaJingleBells.La sonrisa complacidadeHugh
dejabaentreverquelaalegremúsicadefondohabíasidoideasuya.Estabanpresentes lamayorpartede loshabituales,salvoJohnnyconsuchándal
de artes marciales. El padre de Johnny, con el orgullo típico de un progenitoracostumbradoaexagerarloslogrosdesuhijo,explicóqueesedíateníaunexamendecinturónnegro.Parasusiguientedan.Ya se habían votado variasmedidas contundentes: realzar el pórtico de entrada
colocando una alfombra, nuevos setos de boj para el muro norte del edificio,revisarlainiciativasobrebebidasmatinalesenvistadelfracasoconelkombucha.Laelecciónde losnuevoscolorespara loscojinesdelvestíbulohabíaprovocadouna feroz batalla entre la señora Rosenbaum y Lorilee Smithson.Mientras tanto,Evan mantenía la atención fija en Mia, que se mostraba tensa, con los labiosapretadosylamiradabaja.Unavezmás,IdaRosenbaumestabaenfadada.–... con lo que pagamos de comunidad, ¿y el encargado no puede arreglar el
marcodemipuerta?Seestácayendoapedazos.–Ydaleconeldichosomarco–dijoLorilee,consucaradebótox–.Pensabaque
seibaaocupardeesosuhijo.Las mejillas de la señora Rosenbaum temblaron, destello de emoción que ella
intentódisimular.–Este año no podrá venir. Está muy ocupado. Es una persona muy importante.
Queríaestaraquíparalasfiestas,peromehadichoqueleesimposible.Lorileemascósuchicleconairetriunfal.–Esoyalohemosoídoantes,¿verdad,Ida?LaseñoraRosenbaumpareciódesinflarseensusilla.Entreabrióloslabios,pero
nosaliópalabraalgunadesuboca.Elcomentariolahabíadejadofueradejuego.
Hughsecompadeciódeella.–Yahablaréyoconel encargado, Ida–le aseguró–.Encuantopasen las fiestas,
haremosquelearreglenlapuerta.Desolada,laseñoraRosenbaumapenaspudoasentirconlacabeza.Evan miró a Mia para ver si se había percatado del incidente, pero parecía
distraída,perdidaenlanebulosadesuspensamientos,loquenoeranormalenella.–Pasando a otro asunto –dijo Hugh, dirigiendo la mirada a la veintena
aproximadadecansadosasistentes,recalcándoleslagravedaddelpuntosiguiente–.Comovengosugiriendodesdealgúntiempo,todoelmundotendráqueaportartresmildólaresparalanuevapólizacontraterremotos.Los presentes estallaron en un coro de quejas. Pat Johnson se aferró el pecho
comosiestuviesesufriendouninfarto.Pararestaurarelorden,Hughdiounosgolpesconsutazadecafévacíasobrela
mesademadera.–Losé–dijo–.Escuchen.Escúchenme...Evan observó a Mia, la única que no reaccionaba. No levantaba los ojos,
seguramente porque tenía la vista fija en el iPhone que tenía sobre el regazo. Semordisqueabaellabioconansiedad.Sucarasetensó,yluegoEvanoyóeltemadeTiburónsonardébilmenteenmedio
delbarullodevoces.Miasellevóelmóvilaloídoconexpresiónimplacable,luegovolvióameterloensubolso,apartósusilladeunempujónyselevantóparairse.Evantambiénsepusoenpieylasiguió.Laalcanzóenelascensor.Estabaesperandoaquellegara,dándosepalmaditascon
impacienciaenlosmuslos.–¿Estásbien?–lepreguntó–.Hassalidoconmuchaprisa.–Sí,sí.Estoybien.Éllamiróalosojosyvioquementía.–¿Adóndevas?–Acasademihermano–respondióella–.Acabadellamarme.Tengoquerecoger
aPeter.EltonodelmóvilparasuhermanoeraeldeSnoopy,noeldeTiburón.Miaseapartóunmechónderizosdelafrente,dejandoaldescubiertolamarcade
nacimientodelasien.Sussuavespecasapenaseranvisiblesenlanariz.–Yasabes–dijoél–quesiteocurrealgoonecesitasayuda...LamiradadeMiasedesvióhacialosnúmerosiluminadosdelospisos.–Gracias,Evan.Peronoeseltipoqueproblemasquepuedesresolver.ÉlpulsóelbotóndesubidayaguardóensilencioalladodeMia.LlegóprimeroelascensorquebajabayEvandejóqueMiaentraraenlacabina.
Laspuertassecerraron.
Evanapretólosojos.Katrin.Lamisión.Arriba.Pensó en la voz ronca de Peter, en la descuidada tirita de Gonzo en la frente.
«Graciasporencubrirme.»Malditoniño.Corrióhaciaelmontacargasybajóalaparcamiento.El ascensor lo dejó cerca de los contenedores de basura, demodo que no era
visibleenlapenumbradelrecinto.OyólospasosdeMiaantesdeverla.SedirigíaasucocheapasovivoconeliPhonedenuevopegadoalaoreja.Evan se encaminó a su camioneta, avanzando por detrás de diversos turismos
alemanes,manteniéndose enparalelo aMia.Ella subió a suAcuray abandonó elaparcamientoconlavelocidadsuficienteparahacerquelosneumáticoschirriaransobreelresbaladizosuelo.Evansalióaldescubiertoysedisponíaaabrirlapuertadesucamionetacuandooyóunarespiraciónjadeantedetrásdeél.Lentamente se dio media vuelta y Johnny Middleton se hizo visible entre las
sombrasaunlado.Llevabaunpuñoamericanodelatónenunamanoyenlaotrauncuchillodecombateconmangoen formadeT.CaminóhaciaEvanconel rostroencendido,sucuerpobajoyfornidoenvueltoensuchándaldeartesmarciales.–Losiento,Evan–dijo.
41
Centrosemocionales
Evan se cuadró en el estrecho espacio entre vehículos mientras Johnny seguíaavanzandohaciaél.Teníalosojosinyectadosensangreyunespasmódicoticenunpárpado. Evan miraba fijamente el cuchillo, esperando que se levantara, peroJohnnylollevababajojuntoalvientre.Evansedijoquenodisponíamásquedelospuñosparaunapeleaacuchillo.Calculó el ángulo para hundir la garganta de Johnny con un golpe seco, pero
entoncesJohnnydejócaerlosbrazosaloscostados.Derepente,seechóallorar.–Noséquéhacer–dijo–.Noséquéhacer.Dos espacios separaban la plaza de aparcamiento de Evan de la de Johnny. El
maletero de su BMW estaba abierto. Evan comprendió que no había estadoesperándoloalacecho,sinoqueéllohabíainterrumpido.–¿Quélehaocurrido?–preguntó.–Fueenelentrenamientodecombatedelasemanapasada–respondióJohnny–.Le
rompílanarizauntipo.Pudoserdespuésdequesonaraelsilbato.Tienehermanosmayores.Sontiposdurosdeverdad.Hancrecidoeneseambiente,quierodecir.Lacosa es jodida. Pensaba que lo habíamos arreglado, pero hoy cuando he ido a lapruebadecinturónnegromeestabanesperando.Lostres.Meheido,peromehanseguidohastaaquí.Noquieroquemipadreseentere.Dios,silodescubre...Evanexhalóunsuspiro.Lafrustraciónseapoderabadeél.Primerohabíahecho
una rápida excepción para ayudar aMia, y ahora ahí estaba Johnny, gimoteandocomounniñatoabofeteado.Talvezlavidarealfueraeso:unjodidoproblematrasotro. ¿Cómo lo decía Mia? «La vida sería aburrida si no tuviéramos a otraspersonas a nuestro alrededor para complicarlo todo.» Ahora Evan tenía quepreocuparseporMiaademásdeKatrin.SololefaltabatenerqueañadiraJohnny.–Escuche–dijo–.Tengoquevolveraltrabajo.Johnnyagachólacabezayempezóasollozar.Evanmiróaltecho.«Joder.»–¿Dóndeestán?–preguntó–.Esostipos,¿dóndeestán?–Fuera–contestóJohnny,señalandorampaarriba–.Esperando.–Guardeelcuchillo.
–Esque sonpeligrosos, barriobajeros.Agradezcano tenerque tratar congenteasí. –El rubor le había subido por el rostro, haciendo que le brillara la frente yresaltandolosimplantesdepelo–.Yonosoyuntipoduroenrealidad.Sinoconsigoquesetraguenmifarol,estoybienjodido.–LlamealaPolicía.–Nopuedo.Esdenenazas.–Conesaactitudvaaacabarenunabolsaparacadáveres.–No entiende a esos tipos, Evan. No harían más que esperar. Esperarían y
volveríanapormímásadelante.Evanrespiróhondo.Soltóelaireentrelosdientesapretados.–Entoncesiréconusted.Parahablarconellos.LasorpresadeJohnnyseconvirtióenotrosollozo.–Evan, esto no es... no es una pelea de negocios como esas a las que está
acostumbrado.Esostipossonunossalvajes.Evanseencaminabayahacia la rampa.Johnny losiguiósindejardesuplicarle.
Evanagitóelpiedelantedelsensorylapuertaseabrióruidosamente.–¡Hostia,hostia!–exclamóJohnny.Salieron al sol del mediodía. Calle arriba, en la acera, aguardaban tres
veinteañeros con camisetas sin mangas a pesar del frío. Enjutos, de músculoscompactos,peloengominado.Parecíandeorigenindonesio.Elmásmenudollevabaunaférulaprotectoraparalanariz.Evan señaló la zona de carga y descarga que había detrás del edificio, y los
hermanosseencaminaronenesadirección,manteniéndoseabuenadistanciahastadesaparecerporlaesquina.–No haga eso –le pidió Johnny–. No es bueno ir ahí atrás donde nadie puede
vernos.Doblaronlaesquina.Loshermanossehabíandetenidoenelcentrodelafachada
posterior.Conlosbrazoscruzadosylosceñosfruncidos,comosalidosdeunvídeomaloderap.Cuando Evan se dirigió hacia ellos, Johnny se quedó algo rezagado. Los
hermanospermanecieronconexpresiónpétrea.–Tengoentendidoqueaquímiamigometiólapataabasedebien.El que parecía el mayor frunció los labios, dejando que la ira traspasara su
máscara.–LerompiólaputanarizaReza.Yodiríaqueesoequivaleameterlapataabase
debien.Conlabocatorcidaenunamueca,Rezasellevóunamanoalaférula.Supecho
subía y bajaba rápidamente bajo la fina camiseta. Sus hombros relucían por elsudor.
Evanmiróaunhermanoyotro,tomándosesutiempo.–Pretendéis pelear o huir –dijo–. Pero hay otras opciones, y, para ser sincero,
ahoramismonotengotiempoparaesto.Encontremosunasoluciónmejor.Unavenalatíaenelbrazodelhermanomediano.–Noestamosaquíparahablar,joder.PordetrásdelhombrodeEvan,lavozdeJohnnysonóroncademiedo:–Selodije.Evanclavólavistaenelhermanomayor.–Séquecreesquelotienestodobajocontrol.Perorespirascondificultad.Ahora
mismotehasubidoelritmocardíaco.Tambiénlapresiónsanguínea.Estáissudandolostres.Loscentrosemocionalesdevuestrocerebroseestáncolapsando.Seosestáhaciendounnudoenelestómagomientrashablamos,contodoelestrésquerecorrevuestros cuerpos. –Evan dio un paso adelante–. No tenéis la situación dominadacomocreéis.Sihaypelea,elresultadonoosvaagustar.Mesuperáisennúmero,sí,y esperáis que esté tan nervioso como vosotros, que me lanzaré a pelearirreflexivamenteycometeréerrores.Peroquieroquememiréisbien.Decidme:¿osparezcoasustado?Loshermanosmovieronlacabezaalmirarseunosaotros.–YatelohadichoAndreas–dijoelmayor–.Noestamosaquíparahablar.Loshermanossedesplegaron,formandounsemicírculoentornoaEvan.Alzaron
lasmanos,listosparaatacar.Evanexhalóunsuspirodefastidio.–¿Enserio?Seencaróentoncesconelmayor,sabiendoqueseríaelprimeroenatacarle.Vio
cómocolocabalospieseinterpretóelmovimiento.Previólapatadaenmovimientodebarridoantesdequeseprodujera,comounaprimeraacometidaparatantearelterreno,yselimitóalevantarunapiernaygirarlahaciafuera.LaespinilladeEvangolpeóeltobilloqueseacercaba,yunadolorosavibraciónrecorriótodalapiernadesuatacante.Elhermanomayorretrocediódeunsaltosobreelpiebueno.Lalecciónseríasencilla:cadavezqueunoleatacara,experimentaríadolor.Andreas fue el siguiente, comoesperabaEvan, conundirectodederecha, pero
Evan levantó el codo bruscamente y lo lanzó contra él. Cuando Andreas intentódarle el puñetazo, la blanda unión entre hombro y pectorales recibió la huesudapuntadelcúbitodeEvan.Andreasprofirióungritodedoloryelbrazolecayóaunlado,insensible.Rezasehabíapuestoyaenmovimiento,girandoelcuerpoparasoltarunapatada
circular.Evanatrapólapiernaconambasmanosylaestrellóconfuerzasobresupropio fémur, que había levantado. Su rodillamachacó la tibia y los gemelos deReza,dejandolapiernainútil.
Elmayorsehabíarecobradoparavolveraatacarle.Evanseabalanzósobreélylegolpeóenelhombroantesdequepudieralanzarelbrazohaciadelante.Elhermanomayorse tambaleó, luegose recuperóycontraatacóconunpuñetazodirecto.LasmanosdeEvansemovieroncomosierrashorizontalespararealizarunbloqueodekali.Asíaferróelbrazoporamboslados.Conlapalmadeunamanoguioelpuñode la otra, cuyos nudillos se hundieron en el blando bíceps. El agresor soltó ungruñidoysealejótambaleándose,chocandocontraReza,alquederribó.Andreas se estaba dando impulso para atacarle con una patada alta, pero Evan
levantólapiernaylalanzóhaciadelante,dejandoqueelpropioimpulsodeAndreasprecipitarasuescrotocontraelpiedeEvan.ElaireabandonólospulmonesdeAndreasenunaespeciedeladrido.–¡Aaaggg!–exclamó,ycayójuntoasushermanos.Evan había respondido tan solo con bloqueos y paradas, sin realizar un solo
movimientoofensivo.Asuespalda,oyóelsiseodeJohnnyaldejarescaparelaireentrelosdientes.Los hermanos se sujetaban diversas partes del cuerpo y respiraban
entrecortadamente,mássorprendidosquelastimados.EvanseacercóaellosyofreciólamanoaReza.Estemiróasuhermanomayor,
queasintió,yentoncesRezadejóqueEvanloayudaraaponerseenpie.Losotrosdosselevantaronporsucuenta.–De acuerdo –dijo Evan–.Volvamos a intentarlo. –Se volvió hacia Johnny, que
observaba,hipnotizado,conlabocaentreabierta–.¿Johnny?Nohuborespuesta.EvanhizochasquearlosdedosdelantedelacaradeJohnnyyestevolvióalavida.–¿Sí?¿Qué?–DiscúlpeseconRezapordarleunpuñetazodespuésdesonarelsilbato.Nofue
honorable.–Losiento–dijoJohnny–.Losientodeverdad.–Estréchelelamano.JohnnyalargólamanoyRezalaaceptó.–Le han arreglado la nariz –prosiguió Evan–. Usted le pagará las facturas
médicas.¿Deacuerdo?–Deacuerdo–respondióJohnny–.Estoydeacuerdo.Evanmiróalhermanomayor.–¿Enpaz?El otro lomiró fijamente, tratando de parecer implacable, aunque todos sabían
quetodohabíaterminado.–Vale–dijo–.Enpaz.Evan asintió con una inclinación de la cabeza. Luego dio media vuelta y se
encaminóalaparcamientoapasovivo,conJohnnypegadoasustalones.–Joder,joder,joder.¿Cómohahechoeso?Doblaronlaesquinaendirecciónalpórticodeledificio.–Practiqué la luchaenmi juventud–improvisóEvan,saludandoalaparcacoches
conungestoafable.–¿Quiéndemoniosesusted?EvansedetuvoyJohnnyfueadarcontrasuespalda.Evansediolavueltaysus
ojosquedaronaunoscentímetros.–Estonohaocurrido.¿Entendido?Johnnylevantólasmanos.–Entendido.Evan entró por las puertas de cristal, dejando a Johnny en la calle, entre las
sombras.
42
Elinteriordelamentedeunteóricodelasconspiraciones
LascincoyveinteyaúnnohabíasonadolaseñaldeGPSdeKatrin.Encerrado en la Bóveda, Evan navegaba por las bases de datos, escudriñando
hasta el último rincón del universo informático en busca de pistas que pudieranconducir aDanny Slatcher o a lugares que hubiera usado en el pasado.Hurgó yhusmeó,intentandonomirarelreloj.SususpicaciapodríahaberlecostadolavidaaKatrin.ConexHuérfanossiguiéndoleelrastro,Evanteníaquedudardetodoydetodos,
desvelar lasmentirassubyacentesencadafrase, la traicióndetrásdecadasonrisa.Durante las dos últimas semanas se había visto arrastrado cada vezmás hacia elmundo corriente de las complicaciones humanas, de las personas reales conproblemasreales,ycadavezresultabamásdifícilsaberquéeraauténticoyquéunasimulaciónestratégicadeloauténtico.Habíatrazadotodounmapadeconexionesycoincidencias,creandoredesdelógicaparcialqueparecíanmásbienlaradiografíadelamentedeunteóricodelasconspiraciones.Descubrirlaautenticidadenlavidacotidiana era su punto ciego particular, dado que jamás había tenido una vidacorriente. Katrin sí. Y la incapacidad de Evan para descifrar el lenguaje de locotidiano, para evaluarlo correctamente, podría acabar siendo la rasgadura en latelaquelosdejaríaaambosaldescubierto.Aquellamisiónhabíasidounatrampamortaldesdeunprincipio.Loscimientosse
habían hundido bajo sus pies, desmoronándose susMandamientos uno tras otro.Solounoimportabaya,elDécimoymássagrado:«Nuncapermitasquemuerauninocente.»Siguió tecleando, pirateando archivos como si se abriera paso con unmachete
entre lamaleza.PeroSlatcherhacíahonor a su reputación. Imposiblede rastrear.Invisible.Unfantasma.LasseisysieteylaseñaldeGPSdeKatrinseguíasinsonar.Evansereclinóensusillaconunsuspirodeexasperación.Soloentoncessedio
cuenta de que Vera había muerto. La planta de aloe vera, compañera de tantasperipeciasytestigodesuspecados,seveíaresecaymarrón.Lalevantódesulechode guijarros. Tenía el tamaño de una alcachofa y se acoplaba perfectamente a la
palmade sumano, tan ligera comounnidodepájaro.Semerecía unadespedidamejor, pero simplemente acabó en el compactador de residuos. Cuando alzó lavista,vioquelaparedvivientetambiénestabaagonizando,queunabuenapartedelasplantashacíatiempoquesehabíanmarchitadoyelsueloestabasuciodehojasyramitas caídas.El sistemade goteo debía de estar obstruido.Una reparaciónmásque añadir a la lista junto con la vaina de la catana.Miró fijamente la pared deplantasmalnutridascomosifueraunespejo.AquellaparedyVeraeranlosúnicosseresvivosasucuidado,ynisiquierahabía
conseguidomantenerlosconvida.Lassieteydieciséisytodavíanada.Sopesórevisarsuspropiasmisionesanteriores, tantolasquelehabíanasignado
como las que había hecho por su cuenta, para determinar cuál de ellas habíamotivadoquealguienpretendieravengarseutilizandoaDannySlatcher,peroerandemasiadas,ytodashabíandejadounaesteladeenemigosmortíferostrasdesí.Lasochoytresminutos.Nadadenada.Yentoncesdivisóalgo.Peronoenlosmonitoresenquehabíaestadoconcentrado.Unadelascámarasdevigilanciaexterioresquedabanalsurcaptóadoshombres
acercándosealazonadecargaydescargadondeEvanhabíazanjadoelasuntoconlos hermanos ese mismo día. Eran unos tipos corpulentos con ropa oscura yholgada,y tatuajesenbrazosycuello.Evanactivóelsoftwarede reconocimientofacial,perolaparteposteriordeledificioestabademasiadooscuraparaobtenerunaimagennítida.Nopermaneceríanfueramuchotiempo.Cuando se acercaron a la puerta de seguridad contigua a la enorme persiana
enrollabledelmuelledecargaydescarga,unodeellossacóunjuegodeganzúasyelotrosepusodepuntillas.Mientrasestetendíalosbrazoshaciaarriba,unadelgadapiezametálicalanzóundestelloensumano.Evansupodeinmediatoloqueera:unimánconformadechicleWrigley.Todas laspuertasexterioresdeCastleHeightsteníancomoalarmaunacerraduramagnéticacolocadaentrelapartesuperiordelapuerta y el marco. Deslizando un imán para que se quedara pegado a la placasuperior de la cerradura conseguirían que no se rompiera la conexión y no sedispararalaalarmaalabrirlapuerta.Y la puerta se abrió rápidamente gracias al juego de ganzúas. Los dos tipos
desaparecieronenelinterior.Eltiempototalquehabíanpermanecidoenelcampodevisióndelacámaraexteriornosuperabalosdiezsegundos.Tiposmuyhábiles.Noerasuprimertrabajo.A unos centímetros de la alfombrilla del ratón de Evan, laWilson 1911 negra
mateaguardabaensufunda.
Evan clicó para localizar la cámara interior correspondiente y captó a los doshombres recorriendo velozmente el corredor de servicio. Ahora sí había luzsuficienteparacaptarsusfacciones,yelsoftwaredereconocimientofacialmostrólosresultadosenpantalla.MichaelMartsyAxelAlonso.Evan leyó su historial delictivo. Habían trabajado juntos desde adolescentes en
diversosallanamientosyenelatracoauntaxista,loqueleshabíavalidocincoañosenlaprisióndeChino.Peroloshabíansoltadoantes(hacíacuatromeses)porbuencomportamiento.Ahorasubíanenelmontacargas.Sin apartar la vista de la pantalla, Evan tendió la mano sobre la mesa para
empuñarlapistolaenfundada.Selasujetóalacaderaysepusoenpie,inclinándosesobrelosmonitoresyapoyandolosnudillosenlamesametálica.Conelratónhizoavanzarelinformedelasentenciaporelatracoyclicósobreel
nombredelfiscaldelcaso.«FiscaldedistritoMiaHall.»Laconfirmacióndesussospechasleprovocóunhormigueonerviosoenlaespina
dorsal.Aquelloshombresqueríanvengarsedesuvecinaporhaberlosencerrado.Porsupuesto,elmontacargassedetuvoenelduodécimopiso.Evanaccedióalacámaradelpasillodeesepisojustoatiempoparapillaralos
doshombrescaminandohaciaelapartamentodeMia.Yanohabíamáscámarasquepudieran seguirlos. Castle Heights no tenía ojos sobre la puerta del 12B, lo quesignificabaqueEvantampoco.Elcorazónseledesbocó.Sesentíabullirdeimpaciencia.Miró fijamente el silencioso RoamZone. Nada de Katrin. Tenía que estar
preparadoparaponerseenmarchaenelinstantemismoenquesonaraelpitidodelaseñalGPS.Esaerasuobligación.Esaerasuley.Loúnicoparaloquelehabíanadiestradoyquehabíahechodurantedosdécadasymedia.Pero¿yMia?¿YPeter?¿Quépodíahacer?¿Quénopodíahacer?Sediocuenta,porprimeravez,dequelarespuestanoestabaniensumentenien
suentrenamiento,sinoenotraparte.Unaalertadeseguridadsonóenunadesuspantallasprotectoras.Un globo contra la ventana del dormitorio. Escrito con rotulador en letras
mayúsculasdecía:HOMBRESMALOSAQUÍ.SOCORRO.Loshombresestabanyaenelapartamento.Seconcentraríanenvigilar lapuerta
principal.EvanfueasalirdelaBóveda,perosedetuvo,alterado,conlamanoapoyadaenla
puertasecreta.
TodaunavidadeentrenamientoledecíaquenopodíadesvelarsuidentidadaMia.Conelloarriesgaríamuchomásqueesamisión.Loarriesgaríatodo.Y,sinembargo...¿podíaarriesgarseanohacernada?Noteníaelección.Iríaasuapartamento,porsupuesto.Soloquenoseríaatravesandoeledificio.
43
Untipomuysiniestro
EvanseencontrabasuspendidodeunlateraldeCastleHeights,invisiblecontralaparedeneloscuroexteriorcon lospiesplantadosenelpretildepiedra.Lavista,veintiúnpisosmásabajo.Elvientoululaba,ahogandoprácticamenteelsonidodeltráficodelacalle.Largólacuerdanegraderápel,ylascorreasselehincaroneneltorsocuandosu
peso tensó el arnés. Aquel sistema de rápel casero no estaba diseñado paradescender desde la ventana de su dormitorio de forma controlada, sino paradescendervelozmenteporellateraldeledificiohastalacalle.Tentóunavezmás losamarresy luego inicióel rápidodescensopor lacuerda
negra, golpeando a intervalos ventanas y piedra con las botas. El resplandorazuladodel televisor del 20Bpasó comounborrón por sus ojos, luego el verdeacuáticodelapeceradel19B,seguidodelaventananegracomobocadelobodel18B.Muchomásabajo,lossemáforospasarondelrojoalverdeysonóellamentodelasbocinasenmediodelariadadecochesquecirculabanalolargodeWilshireBoulevard.Evandescendíavelozmente.Lacuerdadenailonderesistenciareforzadapasaba a través de varios nudos en ocho sobre el torso de Evan, que produjofricciónapretandolosguantesparairralentizandoeldescensoalverquelaplanta12seacercabarápidamente.LaventanadeldormitoriodePeterestabaabierta,conlacuerdadecometaatada
todavíaalgloboqueflotabaarriba.Evandiounapatadaalaparedparasepararsedeledificio,dándoselavueltaenunalentarotación,ysusbotasdeSWATapuntaronhacialaaberturademediometrosobrelapartesuperiordelaventana.Entróporlaaberturaysuspiesaterrizaronsobrelaalfombraazulal ladodela
camaconformadecochedecarreras,al tiempoquesedesabrochabayaelarnés.Peterestabaacurrucadocontraelpiedelacama,tapándoselasorejasyconlosojosfuertementeapretados.Teníalapuertaatrancadaconlasilladelescritorioencajadabajoelpomodelapuerta.Unodeloshombresllamabaalapuerta,coninsistenciaperosinhacerdemasiadoruido.Noqueríanalertaralosvecinos.Al oír el aterrizaje deEvan,Peter abrió los ojos.Su expresiónde sorpresa fue
mayúscula,llevándoseunamanoalacabezaparaatusarselosrubioscabellos.
–¡Ostras!–exclamó.Evansellevóundedoaloslabios.Atravésdelapuertaseoyóaalguienquealzabalavoz.–...loquepuedeshaceresdevolvermelosputoscuatroúltimosañosdemivida.–
Yluegounroncosusurro–:Sacaalniñodeldormitorio.Ahora.Siguieronllamandoalapuertayseoyóunanuevavozamortiguadaquehablaba
máscerca.–Escucha,chaval.Abreoderribarélapuertadeunapatada.–No vamos a derribar ninguna puerta –dijo el primer hombre–. Abre o le
romperemoslosdedosatumamá.Seoyóelruidodeunbreveforcejeo,yluegoMiagritó:–¡Nolohagan,no...!Unospasos se alejarondeldormitoriodePeter.Alparecer, el segundohombre
ibaaayudarconMia.Evan apartó suavemente la silla de debajo del pomo y la depositó sobre la
alfombra.Cuandosedabalavuelta,Peterloagarróporelbrazo.–Tengomiedo–ledijoconsuvocecitaronca.–Notengasmiedo.–Evangiróelpomodespacio–.Ahoratodoirábien.Abriólapuertayseasomóporlarendija.Miasedebatíaviolentamenteyambos
hombres tratabandecontenerla.Marts intentabasujetarlapordetrásy le tapaba labocaconunamanotatuada.Conlaotramanoempuñabaunapistoladelcalibre45,pero apuntaba al suelo, no a la cabeza deMia, lo queEvan interpretó como unabuenaseñalrespectoasusintenciones.Lafaltadesilenciadoreratambiénpositiva.LoúltimoquequerríaMartseradisparardentrodeledificio.Tambiéneraloúltimoque querría hacer Evan en un recinto cerrado con rehenes. Con la Wilson aúnenfundada,salióporlapuerta.MianodejabadepatalearyAlonsointentabasujetarlelaspiernas.Evanseacercópordetrásconsigiloylediounosgolpecitosenlaespalda.–Disculpa–dijo.Sorprendido,Alonsosediolavuelta.Laarticulacióndelhombroesengranmedidaunmito.Másqueunaarticulación,
esunconjuntodehuesosunidospormúsculosytendonesyunamodestacantidaddecartílago.Esextremadamentemóvil.Ymuyvulnerable.AlonsoestabaformandounaOdesorpresaconlabocacuandoEvanlegolpeóde
arriba abajo con el puño derecho sobre la frágil clavícula izquierda. El golpe lepartió la clavícula haciendo un ruido como el de un plato dejado caer sobre unyunque.Alonsosedesmoronóycayóalsuelocomounsaco.Consucaída,permitióaEvanverlosojoscomoplatosdeMia,mássorprendidaaúnquesuagresor.Marts la arrojóaun ladoyalzó lapistola,peroEvan le agarró lamuñecay la
giróviolentamenteconlapalmahaciaarriba,torciendoelcodohastaquecedióconun chasquido sordo.Lapistola cayóde los dedos flácidos.Evan la recogió en elaire y la desmontó mientras caía sin apenas perder velocidad, hasta que lasdiferentes piezas fueron a parar sobre la moqueta manchada: corredera, muellerecuperador,cañón,armazón,cargador.Marts le lanzó un puñetazo, pero Evan lo bloqueó hacia fuera, obligándole a
desprotegerelcuerpo.Conlosdedosrectosenformadelanza,Evanlepropinóungolpebiljeeenlosojos.Martsprofirióungritoquenosonónihumanonianimal,sino como una estructura húmeda desplomándose sobre sí misma. Se tambaleóhaciaatrásyEvanleagarróporelbrazoqueagitabaylohizogirarparaaferrarlopordetrásenunúnicomovimiento,comoelataquedeunaserpiente,parahacerlelallavedeestrangulamientoclásica.ElcuellodeMartsquedóatrapadoentreelbícepsyelantebrazoderechodeEvan,quecon lamano izquierda leapretabaademás lanuca.Asuspies,Alonsogemíasobrelamoquetaconlostendonessobresaliendoporla
heridadelhombro.Miasehabíaalejadorápidamenteporelsuelohastaelsofá.Aúnseguíamoviendolaspiernas,queyanolaimpulsabananingunaparte,mientrasloobservabatodoconunamezcladehorroryfascinación.MartssedebatíatratandodeliberarsedeEvan.–Hijoputa,¿tieneslamenorideade...?Conlamanoizquierda,Evanaplicóunalevepresión,forzandolacabezahaciael
brazo que lo atenazaba, cortando así el flujo sanguíneo a las arterias carótidas.MartssequedóflácidocomounamarionetaenbrazosdeEvan.EvanaflojólapresióneinstantesdespuésMartsvolvióalavida.–¿Hemosterminado?–preguntóEvan.–Yunaputamierda...Presiónnuevamente.Martsseinclinóhaciadelantedenuevo,flácido.Evanaflojólapresión.Martsvolvióadespertar.–¿Estáslistoparaescuchar?–Escucharétushuesospart...Repetición.Estavez,cuandolacabezadeMartsseenderezódenuevosobresushombros,dijo
convozronca:–Vale,vale.Escucharé.–Bien,escuchadmelosdos.–Evanpusounabotasobreelhombrodestrozadode
Alonsoyeltiposearqueóenelsuelocomosilehubieratraspasadounacorrienteeléctrica.Asintiófuriosamente.
–Hay dos opciones –explicóEvan–.Bajáis conmigo en elmontacargas hasta elaparcamientoencalmaysinmeterruido.Oyoostiroalosdosporelconductodelabasura.Estamosenelduodécimopiso.¿Quéelegís?–Elmontacargas–respondióMarts.EvanlevantóaAlonso,quesequedódepiejuntoaMarts,transidodedolor.Miaseguíamoviendolaspiernas,aunqueahoraacámaralenta,tratandoenvano
deseguirretrocediendoatravésdelsofá.–NollamesalaPolicía–leordenóEvan–.Porfavor.Volveré.Ellalomiróinexpresivamente,apesardequesuestómagoseagitaba,atenazado
porsollozossilenciosos.–¿Deacuerdo?–preguntóél.Ellaasintióconlacabezacomosifueraunestremecimiento.Cuando él empujó a los dos tipos hacia la puerta, ella gateó rápidamente en
direcciónalahabitacióndePeter.Evanechóunvistazoporlamirilladelapuertapara comprobar si el pasillo estaba despejado antes de sacar a los asaltantes. Alcerrarlapuertatrasellos,oyóelllantoamortiguadodePeteryelmurmullodeMiaapaciguándolo.EvanmetióaMartsyAlonsoenelmontacargasylosllevóhastaelaparcamiento
sin incidentes. Alonso respiraba espasmódicamente al ritmo de sus pasos. Martsllevabalacamisetaempapadaensudor.Mostrabanlamismacooperaciónqueunpardeprisionerosdeguerraquebrantados.EvansacóunjuegodellavesdelbolsillodeMarts.–Elcoche–dijo–.¿Dóndelotienes?–Adosmanzanasenesadirección.Cruzaronelaparcamientoysalieronalapartedeatrásporunaescalera.Martsy
Alonsosubieronarrastrandolospies,dobladosporeldolor,conelmismoportedeextrasenTheWalkingDead.Brillaban luces en varios apartamentos, pero no había transeúntes por el
vecindario, una de las ventajas de una ciudad entregada a los coches como LosÁngeles. Llegaron a un Buick hecho polvo. Evan abrió el maletero, sacóbruscamente la rueda de recambio y la arrojó a la franja llena de maleza queseparabalaaceradelacalle.–No–dijoMarts–.Oh,no.–Porfavor–dijoAlonso.Evanselimitóamirarlos.Los dos tipos se metieron en el enorme maletero, acoplándose con lentos
movimientosacausadesusatrocesdolores.LavozdeMartsaflautadaporelagónicoesfuerzo:–¿Nopodríasalomejor...?
Evancerróelmaleterodeungolpe.Enfilóla405hastaMulholland,quetomóendirecciónoeste.Abandonólafamosa
calle en el punto en que el asfalto da paso a la tierra. Entró en la zona de losdesfiladeros, pasando por delante de la difunta instalación del Proyecto Nike demisiles, y enfiló un tortuoso sendero. Los neumáticos daban sacudidas sobre elterrenoirregular,yenmásdeunaocasiónsefiltrarongemidosdedoloratravésdelosasientosdeatrás.EvanllegóaunclaroquemirabaalValle,dondeelembalsedeSepúlvedaerauncharconegroderramadosobreunmantodeluces.Aparcó, abrió el maletero y ayudó a los dos cautivos a salir. Ambos
permanecierondepieconlos tatuajesrelucientesporelsudor,estirandoelcuelloparaobservar losalrededores.Por todaspartescrecíanaltosroblesychaparrales.Elpolvolevantadoporlosneumáticosdabatexturaalaire,flotandofantasmalmenteenlaoscuridad.Unalechuzaululóenalgúnlugarcercano.–Vasamatarnos–dijoMarts.Alaluzdelaluna,elrostrodeAlonsoparecíaexangüe.Laclavículafracturada
nohabíatraspasadolapiel,perounextremosobresalíapordelante,abombandolacamisa.–No íbamos ahacerlenada–dijo–.Soloqueríamos sacudirlaunpoco, darleun
susto.Quesupieraloquenoshabíahecho.–Sinooscreyera–dijoEvan–,yaestaríaismuertos.–Entonces...entonces,¿paraquéestamosaquí?–Mulhollandestáacincokilómetrosporahí–dijoEvan,señalando–.Osdejaréel
cochedondeempiezaelasfalto.Conojosvidriosos, losdoshombres escudriñaron la oscuridad en la dirección
señalada.–Séqueconocéisatiposduros–prosiguióEvan–.Tiposqueestánporencimade
vosotros.Yellos tienen tiposqueestánporencima.Pero lagentea laquepodéisrecurrirnoalcanzaunnivelquepuedainquietarme.¿Entendéisloqueosdigo?Amboshombresasintieronsumisamente.–PensadenmícomoelángelguardiándeMiaHall–añadióEvan–.Queellano
vuelvaaverosotravez,oacabaréisbajotierra.–Evanhizogirarlasllavesconeldedoíndice,yvolvióalcoche.Hizouncambiodesentidoentresmovimientosylosfarosiluminaronelrostro
demacradodeambosmatones,queseguíanplantadosenelsitio, temblandoyconpintadeespantapájaros.Latierraquelevantaronlosneumáticoslloviósobreellos.Evanfrenójuntoaellosybajólaventanilla.–Echadaandar–ordenó.Ellos se dieron la vuelta con dificultad para iniciar la sombría caminata de
regreso.
–Eresuntíomuysiniestro–dijoMarts.Evan aceleró. Vio las figuras encorvadas empequeñecerse en el retrovisor. Al
pareceraúnnohabíanhechoacopiosuficientedefuerzasparamoverse.
44
Unmotorautosuficiente
Katrin estaba sentada en el despacho vacío, de espaldas a la pared,mirando labolsadecomidarápidaqueseguíaintactamásalládesuspies.Laventana,suúnicolujo,selahabíanarrebatadotapiándolaconmaderacontrachapadayreforzadaconbarrotesdeacero.Cuandosemovía, lagruesabridadeplásticoleestrangulabaeltobillo.Estabasujetaalapatametálicadelamesasobreungruesotravesaño,yenlashorasquehabíapasadoallísola,nohabíalogradoquelostornilloscedieranlomínimo.Adecirverdad,habíarenunciadoaseguirtrasvariosintentosydespuésderomperselauñadelpulgar.Lostornillosnoibanasalir,yellatampoco.Elestréslaestabacorroyendopocoapoco.Elterrorquebullíalentamenteensu
interior se había materializado en una náusea que le subía por la garganta aintervalosyluegoremitía.Ellatidosordodesussienescompetíaconlevesmareos.Sabíaqueestabadeshidrataday sinenergías.Pero la ideadecomer leprovocabanuevas arcadas. El olor a limpiador de moqueta impregnaba el aire y parecíainundarlelospulmones.Oíaelruidodeunaspesadasbotasporelpasilloyelmurmullodevocesgraves.
Devezencuando,oíatambiénaCandy,unsusurrofemeninoyluegoestallidosderisadehombres.Slatcher había despojado aKatrin de todas sus pertenencias, incluyendo reloj y
móvil, demodo que no teníamodo de saber qué hora era, pero Candy acudía avecesparallevarlaalcuartodebaño.Motivoporelqueahora,cuandosolohabíanpasadounosveinteminutosdesdesu
últimavisitaallavabo,aKatrinledesconcertóoíraquellasbotasacercándoseporelpasillo.Ladesconcertóytambiénlaasustó,ynopoco.Candy entró trayendo consigo una brisa de aire perfumado. En una mano
balanceabaunanuevabolsadeMcDonald’s.Reabastecimiento.–ConesenumeritodelahuelgadehambrealoGandhinovasaconseguirnada
másquedebilitarte–dijoCandy–.Ynocreoquequierasestardébil.PortimismaoporSam.Asíque,¿quémedicessimadurasdeunaputavezytecomportas?¿Vale,socia?–Se lemarcaron loshoyuelosalsonreírbrevemente.Ylanzó labolsa,que
aterrizóconunsonidosordojuntoaKatrin.Candydiomediavueltayenesesencillomovimientosuscaderassecontonearon
histriónicamente.Luegodesaparecióporlapuerta.Katrinestiróelbrazohacialabolsaynotólavisiónborrosa.Estabamásdébilde
loquecreía.Perocuandoabrióelgrasientoenvoltorio,elolordelahamburguesaconquesolaobligóadejarloaunlado.Duranteunratorespiróelaireimpregnadoalimpiadordemoquetas.Luegocogióunapatatafritay lasostuvofrenteasucara, tratandodeasentarel
estómago.
Durante todo el trayecto en taxi desde Mulholland, Evan mantuvo activado elescáner de seguimiento de Katrin en su RoamZone. Permanecía irritantementemudo.Pidió al taxista que lo dejara a unasmanzanas deCastleHeights. Luego volvió
corriendoysubiódirectamenteasuático,pararecogerlacuerdaderápelyelarnésantesdequealguienlosvieraflotandoalviento.Alhacerlolevinoalacabezalaimagen de un puente levadizo,metáfora que tal vez Jack habría apreciado: Evansoloensufortalezaunavezmás.Hizo una parada rápida en la Bóveda para eliminar los intervalos
comprometedoresdelasgrabacionesdeseguridaddeledificiodeunashorasantes.Lasimágenes,queJoaquínapenasrevisabaentiemporealmientrasleíasurevistaMaxim,serevisabansuperficialmentedespués,peropreferíanoconfiarenlasuerte.SaliódeláticoconelRoamZonerecargadoenlamano,bajóenelascensorhastaelapartamento deMia y llamó a la puerta, sin tener lamenor idea de lo que podíaesperar.Lamirillaseoscurecióyluegoseabriólapuerta.Consurizadocabelloaplastado
porunaduchareciente,Miaaparecióenelumbral.Lomiróyluegoseñalóelsofá.LapuertadePeterestabacerrada.Seguramenteelniñodormía.Evan fuehastael sofáysesentó.Miasesentóenunabutaca frenteaélcon las
piernas recogidas.Habíametido laspiezasde lapistoladeMarts enunabolsadecongelaciónquedescansabasobrelamesillaquehabíaentreellos,comounobjetodeconversación.LoqueEvansupusoqueenrealidadera.Miaestabaroncadetantollorar.–¿Loshas...matado?–No.Peronovolveránamolestartenuncamás.–Gracias por protegerme. Gracias por proteger a Peter. Y lo digo en serio,
sinceramenteydetodocorazón.–¿Pero?
Miaseinclinóhaciadelante,levantóunpocolabolsadecongelación,ydejóquecayeradenuevosobrelamesaconunsonidometálico.–Hasdesmontadoestapistolatanrápidoquenisiquierahevistocómosemovían
tus manos. Has apabullado a esos hombres, delincuentes habituales y violentos,comonuncahabíavistohacer antes.Has entradovolandopor laventanadePetercomoelmismísimoSpiderman.¿Quéeres?Evanapartólavista.Eraunaconversaciónquenohabíatenidonunca,ynohabía
formadeiniciarlaahora.EnlapuertadePeter,laadvertenciadeNOENTRARalestilopiratasehabíarotoacausadelosgolpespropinadosporAlonso.Evanpensóenelniñoquedormíaasalvoalotroladodelapuerta.Cuando se hizo evidente que no tenía una respuesta preparada, Mia siguió
hablando.–Nadiesabenadasobresuministrosindustrialesdelimpieza.–No.–Asíquenadiepuedepreguntartenadasobretutrabajo.–Supongoqueno–respondióél.–EvanSmoak.¿Estuverdaderonombre?–Síyno.Miaabrióycerrólaboca.–Entiendescuálesmitrabajo,¿no?Nopuedosaberquetú...quetú...Élaguardó.–Nopuedosaberloqueseaquenosésobreti.–Sediounapalmadaenlafrente–.
Dios,estoesuna locura.Hablocomouna loca.Perosea loqueseaque leshayashechoaesoshombres...–Lanzóunsoplidoairadoparaapartarseunmechóndelafrente–.Soyfiscaldedistrito,Evan.Hiceunjuramento.Varios,enrealidad.Conmitrabajo mantengo a mi hijo. Y está supeditado a que... bueno, se basa en noquebrantarlaley.–Entonces,¿quieresencausarme?–¿Ysidigoquesí?–Meiré.–Teencontraríamos.Evannególentamenteconlacabeza.–Voy a llamar a mi jefe ahora mismo. –Mia se puso en pie–. Veremos cómo
arreglarestefollón.Cómosolucionarlascosas.Peronosemovióhaciaelteléfono.Semiraron.Elsilencioseprolongó.–¿Quiéntehallamadohoyalabandonarlareunióndelacomunidad?–preguntó
Evan–.Mehasdichoqueeratuhermano.Peronohasonadosutono.Ellaparpadeólentamente,porelcansancioolaconfusión.–Mi jefe. Diciéndome que la amenaza de esos tipos se había acrecentado. Les
venimossiguiendolapistadesdehaceunosmeses.Evan pensó en el tono deTiburón sonando en elmóvil deMia una y otra vez.
Todasaquellasconversacionesagitadas,suspaseosencírculosporel jardíndelacasadesuhermano.Recordóeldíaquehabíaestadofregandolosplatosjuntoaellaensu fregadero.«Ahora los idiotasalardeande todoenFacebook.De loquehanhecho,deloquevanahacer.»–Por eso temudaste aquí, aunque el dinero del seguro de vida de tumarido se
acabóhaceaños.Laseguridadaquíesmejor.LamiradacansadadeMiasehizopenetrante.–¿Cómosabeseso?¿CómosabescuándorecibíeldinerodelsegurodeRoger?Él vaciló. Eran muchas las cosas que no podía contarle. Sin embargo, algo le
debía.–Haymuchaspersonasalasquelesgustaríamatarme–empezóconcautela–.Así
quehedemantenerlosojosmuyabiertos.Ellahizounamuecadeincredulidad,dejándosecaerdenuevoenlabutaca.–¿Ytúmedicesamíquemiento?–Miaseechóhaciadelanteyapoyóloscodos
sobrelasrodillas–.Espera.SabíaslodelcáncerdeRogerylodesusegurodevida.Esoquieredecir...¿esoquieredecirquetambiénlosabestododemí?LaadopcióndePeter.Misingresos.Dóndetrabajo.¿Mehasespiado?ElsilenciodeEvanfuerespuestamásquesuficiente.–¿Fingías?¿Todoeltiempo?–No.–¿ConPeter...?–No.–¿Conmispecas...?–No.–Ylodemostrartesorprendidocuandotecuentocosassobremímisma...quemi
marido murió. Ya lo sabías... –Movía la mandíbula de atrás adelante, haciendochirriarlosdientes–.Losabíastodo.–Sí.UnalágrimabrotódeunodelosojosdeMia.Solouna.–Quétristeparati tenerqueveratodoelmundodeesaforma.Comoamenazas
potenciales,comomentirosos,cuandoenrealidadloerestú.Evanlevantólasmanostratandodedarformaalaire,aunquenosabíamuybien
quéformaqueríadibujar.Lasbajó.–La gente desarrolla la confianza, Evan.Así es como funcionan las relaciones.
Esoesloqueson.Esas palabras se propagaron por el cuerpo de Evan como si fuera algo físico,
provocándole una intensa tristeza. Porque aquello era algo que nunca había
aprendido.Eralamaldicióndelaparanoia.Seconvertíaenunmotorautosuficientequesecaldeabamáscuantomásconsumía.Élibaarespondercuandounsonidolointerrumpió.Unpitido.Al principio pensó que era una alucinación, pero no, ahí estaba de nuevo,
indicandolascoordenadasGPSdeKatrinensubolsillo.Evanyasehabíapuestoenpie.Frente a él, Mia mantenía la cabeza vuelta hacia otro lado.Miraba el teléfono
inalámbricoquehabíasobrelaencimera.–Losiento–dijoél–.Hazloquetengasquehacer,peroahoradeboirme.Ella asintió con la cabeza, sinmirarlo. Evan vaciló un instante, luego cogió la
bolsadecongelaciónqueconteníalapistoladesmontadaysedirigióalapuerta.El pósit que había junto al telefonillo de pared había sido sustituido. El nuevo
rezabaasí:«Hazteamigodepersonasquedeseenlomejorparati.»Evanpensó:«Quécondenadolujoseríaeso.»
45
Colmenahumana
El voluminoso cuerpo de Slatcher se encontraba incómodo entre aquellasplanchas de metal muy por encima del suelo. A pesar de que tenía metido elzumbido de la electricidad en la cabeza, la conexión telefónica era impecable atravésdelpinganilloporelquerecibíalavozdeEvan.Evan jadeaba al contestar, como si corriera hacia alguna parte. Slatcher había
dejado claro que ahora dominaba el tablero de juego, diciéndole a Evan adóndeteníaqueir.–UniversalCityWalk–dijo–.Elcentrocomercialjuntoaloscines.–Buena elección –respondió Evan–. Difícil imaginar un lugar más atestado de
gente.Slatcherhablabautilizandounmicrófonoparchepegadosobrelalaringe;recogía
suvozdirectamenteatravésdelapiel,aislandotodoruidoambiental.–Gracias.Supongoqueestaráslobastantecercaparaestarallíamedianoche.–Puedoestarallíamedianoche.Eso estababien.Slatcher quería proporcionarle tiempo suficiente para hacer un
reconocimientodelazona.Peronodemasiado.–Bien.TellevaréhastaKatrindesdeallí.–Lacosanovaaserasí–replicóEvan–.Meacercarécuandomehayaasegurado
dequenocorropeligro.EnelcentrocomercialmemostrarásimágenesdeKatrinpor FaceTime, una prueba de vida en tiempo real. Y en tumóvil veré cómo tushombreslasueltanenunlugarpúblico.Luegomeirécontigo.–¿Estásdispuestoamorirporella?–Loestoy–afirmóEvan.Slatchersonrió.–Conesobastará.–Amenosqueyotemateatiprimero.–Losiento,HuérfanoX.Noerestanbueno.–Pronto lo sabremos –dijo Evan–. Tengo una condición: nada de equipos de
campo.Solostúyyo.Esassonlasreglas.Siveoquehasllevadoaalguiencontigo,y sabes que lo identificaré,me piro. Perderás tu oportunidad.Y yo no volveré a
aparecernuncamás.–Pensabaqueestabasdispuestaamorirporella.–Nohedichoqueestuvieradispuestoasuicidarmeporella.EntornoalrostrodeSlatcherlosneonesparpadeabandeslumbrantes.Levantósu
fusil de cerrojo Remington M700, manejándolo con cuidado en aquel espacioclaustrofóbico, y comprobó lamira telescópica variable Leopold.Demasiada luzparaeldispositivodevisiónnocturna.–Muybien–dijo.–Hablamospronto.Evancolgó.PeroSlatchernopensabahablar.Desdesuposición,ocultodentrodelaguitarra
dedospisosdealturaquehayenelexteriordelHardRockCafe,planeabazanjarlaconversaciónantesdequeempezara.Hastaélllegabaelbulliciodelamultitud,ungentíoincesantequetransitabaasus
pies,entrandoysaliendodebares, restaurantesyclubesnocturnos,haciendocolaparaelCineplex,agitandopulserasluminosasenelaire.Desdeloalto,Slatcheroíaelrepiqueteodelamontañarusadelparquedeatraccionesquehabíaasusespaldas.Hizopasarelcañóndelfusilporelhuecodelaguitarragigante,yescudriñótodo
CityWalkatravésdelamira.Consusascensoresyfuentes,susturistasysusartistascallejeros,suscerveceríasysusbaresmusicales,lacallebullíacomounacolmenahumana y un gran templo del capitalismo.Los letreros que bañaban en luz aquelgigantescopaseobastabanparadejarTimesSquareenpañales.Unamanzanamásallá,unresplandecienteKingKongazul juntoaunedificio.PasadalacolaparaeliMax,unadolescenteseagitabasobreunenormeventiladorenuntúneldeviento,mientrassusamigoslomirabansorbiendobatidosymascandopretzels.Slatchercambiólacomunicaciónalcanalprincipalderadio.–BigDaddyaEquiposUnoyDos.Abortar.Abortar.Voysolo.Instantesdespuésseoyóelcrepitardelalínea.–LíderdeEquipoUno.¿Estáseguro?Creíaquesenecesitabalarecuperacióndel
cuerpo.–No puedo arriesgarme –replicó Slatcher–. El objetivo ya llega tarde al baile.
Estoy enposición, en terreno elevado.Puede inspeccionar todo loquequiera, notieneningunaoportunidad.Slatcher divisó al líder del equipo, vestido con uniforme de sanitario, en el
segundopisode lazonade restauración, juntoalTommy’sBurgers.Observó loslabiosdelhombremoviéndoseyoyólavozconunleveretraso.–Confirmado,BigDaddy.EquipoUnofuera.–EquipoDosfuera–interpusootravoz.–Volvedalabase–ordenóSlatcher–.Vigiladelpaqueteyproporcionadapoyoa
HotMama.La mira captó al líder del segundo equipo en el patio de un garito mexicano,
sorbiendounmargaritadeltamañodeunapecera.–Confirmado,BigDaddy.Atravésdelalentedevisiónnocturna,observócómosedispersabanlossicarios
contratados.SlatchernopodíaarriesgarseaqueHuérfanoXidentificaraaalgunodesushombres.Evan llegaría lo antes posible e inspeccionaría el centro comercial desde todos
losángulos.Peroconaquel telónde fondode lucesymovimiento, lamiradeunfrancotirador sería tan invisible como una lentejuela azul en el océano. SlatcherhabíacometidounerrordecálculoenChinatown.Novolveríaaocurrir.Incrementó los aumentos de la mira y enfocó un rostro tras otro de los que
pululabanporelcentrocomercial.Ahoratansololequedabaesperar.
46
Horrorespirotécnicos
Hacíamuchoqueelpunto intermitentedelGPSdeKatrin sehabíadesvanecido,peroEvanlo teníaguardadoen lamemoriadelRoamZone.TrashaberelegidoelFordF-150porsupotencia,habíapasadovariasvecesporeledificiosinalquilarquehabíajuntoala101.Apagólosfarosyencontróunlugarmásalládeloscuroaparcamiento,desdedondepodríaobservarel sitioa travésdeun setode floridojazmínquelellegabaalaalturadelacabeza.Enalgúnsitiodetrásdeaquellasventanas,KatrinWhiteesperaba,retenidacontra
suvoluntad.Repitió el Cuarto Mandamiento en su cabeza hasta que sintió un saludable
desapegotáctico.Unos minutos después de las once, un par de SUV azul oscuro llegaron al
aparcamientoydecadaunoseapearoncuatrohombres.Losequiposdecamporegresandoalabase,talcomoesperaba.Porencimadetodo,Evanteníadoscosasasufavor:habíaseparadoaSlatcher,la
mayoramenaza,delresto,ynadieesperabaqueélsepresentaraallí.SobresuregazodescansabaunaescopetaBenelliM1,negracomoelcarbón.Sus
mecanismoseranmásrobustosquelosdelaM4ytambiénteníauncicloderecargamás rápido.Gracias a sumayor capacidad,Evandisponía de siete cartuchosmásunoenlarecámara,yotromásdepropinagraciasauna«recargafantasma»enelelevador.Evanhabíaevitadolamodernaempuñaduradepistola,yaqueelmodeloclásico eramejor al doblar las esquinas. Los tres primeros cartuchos eran de 24gramos, cada uno con una única bala sólida de plomo, lomejor para concentrartoda la energía de la descarga en destrozar las bisagras de una puerta. Debajoestaban loscartuchosdenueveperdigones, listosparadispararseunavezhubieraforzado la entrada al edificio. Los perdigones ocasionaban múltiples traumas,expandiéndoseenunradiodeacciónquepodíaconvertirunameléderugbyenunanuberojiza.LevinoalamenteunodelosdichoshabitualesdeJack:«Nuncahagastodoslosagujerosenelmismositio.»Teniendoencuentalasuperioridadnuméricadelenemigo,Evanhabíaelegidola
Benelli en lugar de su pistolaWilson, renunciando a la precisión a favor de la
brutalidad.Una escopeta ponía fin a cualquier enfrentamiento, ya que un disparocerterosolíaresultarfatalinclusoenunaextremidad.Salióalotro ladoa travésdel setode jazmíny llevóacaboun reconocimiento
visualdelperímetrodeledificioparatomarnotadeladisposicióndehabitacionesypasillos. Los hombres disponían de una potencia de fuego considerable (pistolasGlockyfusilesAK-47),peronopatrullabandeunamanerarigurosa.Selimitabanadeambular por el vestíbulo y las salas de reuniones, comiendo y ganduleando.CandyMcClureguardaba lasdistancias,ocupándosedealgoen loqueparecíauncuartodelalimpiezaenelpasillodelladooeste,delqueemergíadevezencuandopara darse una vuelta despreocupada entre los hombres, que la miraban conadmiración.ASlatchernoseleveíaporningunaparte,seguramenteporqueestabaagazapadoensuposicióndefrancotiradorenalgúnlugaraltosobreUniversalCityWalk.PeroregresaríaencuantolequedaraclaroqueEvannopensabapresentarse.Dandolaespaldaalaladeradelacolina,Evansedeslizólentamentealolargode
laparteposteriordeledificio.DesdeeltrasterodeCandyhabíacincohabitacionesmás en el pasillo. Una de las ventanas estaba tapiada. Arriesgándose a echar unvistazomásdecerca,comprobóquelahabíanreforzadopordentro.LaceldadeKatrin.HabíacontadoochohombresademásdeCandy.Paraentrarysalir limpiamente,
necesitabaquesedesperdigaranporaqueledificioconformadeV.Localizólacajadeconexioneseléctricascercadelfinaldelpasilloeste.Atravésdeunaespeciedepatio interior que había en el vértice de los dos pasillos, vio a los pistoleroscomparandoarmasenelvestíbulo.Queríaquealgunosdeellossemovieranhaciaelpasilloeste,alejándosedelcuartodeKatrin.Solo llevaba granadas aturdidoras, porque quería evitar los daños colaterales
causadosporlasgranadasdefragmentación.Levantólatapademetaldelacajadeconexiones y la dejó caer sobre una granada para que actuara de abrazadera ymantuvieraelproyectilensusitio.Metióundedoenlaanillaytiródeella.Luegoechóacorrerporlapartedeatráshaciaelextremodelpasillooeste.Alzó la escopeta, apuntó a la bisagra superior de la puerta y esperó. La brisa
nocturnasoplabalentamente.Evannotóellatidodesucorazónenunladodelcuellocomoelticdelamanecilladeunreloj.Alotrolado,lagranadaestallóyeledificiosequedóaoscuras.Evan disparó los tres cartuchos para destrozar las bisagras. La puerta quedó
colgando y él irrumpió en el pasillo. En el otro extremo, junto al vértice delvestíbulo, aparecieron cuatro hombres dirigiéndose hacia la celda de Katrin, enlugardeirhacialaexplosión,unhábilmovimientotáctico.Aunque no se encontraban a tiro, Evan disparó una ráfaga de advertencia para
impedirqueavanzaranporelpasillooeste.Corrióentonceshaciaeltrastero,ycada
unodesuspasoshacíatemblarlapuerta.Se encontraba a diezmetros cuandoCandy salió precipitadamenteydisparando
con su arma. Sin tiempo para alzar la escopeta, Evan se tumbó de espaldas y sedeslizóvelozmenteporel resbaladizosueloenrumbodecolisióncon laspiernasdeella.Intentóasestarleunapatadaenlostobillos,peroellasaltóporencimadeélysevolvióparaapuntarlecuandoélsepusoenpiedeunsalto.Evanseagachóbajosu brazo y aferró el arma, que le rozó lamejilla. Lamano deCandy bloqueó laescopeta que él intentó levantar y por un instante se quedaron frente a frente,bloqueados.Entoncesloslabiosdeellasefruncieronenunasonrisadesuficienciayapretó el gatillo. El disparo sonó a unos centímetros de la cabeza de Evan, quequedó aturdido. El ruido resonó en su cráneo y su campo visual se ladeóabruptamente, como un cuadro torcido de un golpe. Ella lanzó la cabeza haciadelante,golpeándolelasienconlafrenteyprofiriendounchillidoconlosdientesapretadosyolorachicledefresa.Evan se apartó de ella girando hacia un lado y sujetando con dificultad la
escopeta.LapistoladeaceroinoxidabledeCandycentelleócuandoellaseaprestóadarle el tiro de gracia. En lugar de resistirse al impulso que lo llevaba, Evan seconcentróenlarotaciónaltiempoquelanzabaunapatadahaciaarriba.Laespinillagolpeó a Candy directamente en el esternón y el chicle se le escapó de la bocaabiertacuandosaliódespedidahaciaatrás.Atravesólapuertayfueapararalcuartotrastero.Eltrastero,llenodetarrosdeplástico.Lostarrosdetuvieronsucaída.A su alrededor fluyó el líquido, brotando de los tarros aplastados, y Candy
profirió un aullido penetrante. Evan cerró la puerta de un taconazo mientrasdisparaba de nuevo hacia el extremo del pasillo para obligar a los hombres aretrocederhaciaelvestíbulo.ElcasquillosalióexpelidodelaBenelliyrodóporelsuelo.Evanloempujóconelpiesobreelembaldosadohastacalzarelextremodeplásticobajolapuertadeltrastero,dejandoaCandyatrapadaensuinterior.Los gritos y chillidos continuaron, cada vez más frenéticos y agudos. Candy
aporreó la puerta, pero los golpes fueron remitiendo, cada vezmás débiles. Pordebajodelapuertasalíanvapores,nocomohumodeleña,sinoconoloracarneyazufre.EnelextremodelpasilloaparecióunamanoenguantadaqueempuñabaunAK-47
comosifueraunamarioneta.Losdisparosrebotaronenlasparedesyeltecho.Erandisparos a ciegas para cubrirse mientras los hombres se preparaban para laacometidafinal.Evannolesdaríaocasióndellevarlaacabo.Conlaescopetaencajadaentreelhombroylamejilla,corrióhaciaelvestíbulo.
Nosabíanloquelesesperaba.
Elpasilloresonabacomounacasadeloshorrorespirotécnicos,conexplosionesyalaridos,ruidodemaderaastilladaybramidosdedolor.Katrinseapretócontralapared cuanto pudo, aunque la brida que le rodeaba el tobillo mantenía la piernaextendida.Eraimposiblediferenciarsustembloresdelosdeledificio.Labataholacontinuóconvibracionesysonidos.¡Bum!Ungritocomoungorjeoderepentecortado.¡Bum!Ungolpesordoyluegounestertordemuerte.Katrin se tapó los oídos y cerró los ojos. Olía a humo incluso a través de las
paredes,unoloracrequelequemabaelpaladar.Unasúplicasollozantetraspasólasparedes.–Unmomento,solounmomento,déjame...¡Bum!Katrinapretóelmentóncontraunarodilla.Intentórecogerlaotrapiernahaciael
pecho,perolabridalecortabaeltobillo.Llorabasinoírse.Un ruido atronador provocado por patadas en la puerta.Katrin abrió la boca y
estavezseoyógritar.Cuandoabriólosojos,labisagrasuperioryahabíaperdidolostornillos,ylainferiorsesoltabaalcederlapuertahaciadentro.Una bota negra se materializó en medio de la nube de polvo que inundaba el
pasillo,yluegoEvanaparecióalavista.–Tenemosquelargarnos–dijo.Katrin tenía un aspecto deplorable, con el flequillo apelmazado y pegado a la
frenteporelsudor, lacarapálida, los labiossecosyagrietados.Llevabaunafinacamiseta sinmangas, y se doblaba sobre símisma como si quisiera adoptar unaposiciónfetal,haciendoresaltaraúnmáslaclavícula.Evanseacercóaella,dejólaescopetaenlamoquetaysellevólamanoalbolsilloparasacarsunavajaStrider.Lanegrahoja se abrió conun chasquidoy lausópara cortar la brida.Lapiernaliberadasereplegóhaciaelcuerpocomoimpulsadaporunmuelle.EvanhabíamatadoacincodelosochosicariosyhabíadejadoaCandyfuerade
circulación.Peroaúnlosuperabanennúmero.En todo el edificio se oían carreras, gritos y comunicacionespor radio. Por el
momento la explosiónde la cajade conexioneshabía atraído al resto de sicarioshacia el pasillo este, y se preparaban para un segundo ataque. Evan exhaló unsuspiro.Eraelprimermomentoderespirodesdesuentrada.–Katrin,escúchame.–Sujetósurostroentrelasmanos.AúnsujetabalaStrideryla
hojasobresalíajuntoalamejilladeKatrin–.Tenemosquemovernosconrapidez.
–¿Hasmatadoalcabecilla?–preguntóella.–No.Noestáaquí.Perohayotros.–Evannotóquehablabademasiadoaltoacausa
delpitidoquesonabaensusoídos–.Quédateamiespalda,sinsepararte.Iremosendirecciónalaladeradelacolinayluegovolveremosdandounrodeo.Ellaasintióeintentóponerseenpie,perolaspiernaslefallaron.ElteléfonodeEvanvibróensubolsillo.Trasquedarseunsegundoparalizadoa
causadelasorpresa,tiródeélylosacó.MirólapantallaesperandoverelnúmerodeSlatcher.Encambio, lapantallamostrabaunteléfonopúblicoconelprefijodeLasVegas.MorenaAguilar.¿HabíallegadoSlatcherhastaellaparausarlacomorehénmientrasélliberabaa
Katrin?Todavíaencuclillas,sellevóelteléfonoaloído.–¿Morena?¿Estásasalvo?–Sí,ynoesgraciasausted.–Suvozdenotabarabiayapremio–.¿Porquénonos
dejaenpazamihermanayamí?Dijoqueyahabíamosterminado.Evan oyó puertas que se abrían de golpe en el pasillo este. Eran los sicarios
registrandoundespacho tras otro.No tardarían en comprobar que el contingentedelladooestehabíasidoaniquilado.Con la mano libre, dejó caer la Strider, agarró la escopeta y apuntó hacia la
puerta.–Tengoquedejarte.Vuelvea llamarme.Déjameunnúmero.Tuvidadependede
ello.Cuandoapartabaelmóvil,oyólavozdeMorenaalejándose:–...hiceloquemepidió,¿vale?Encontréauntío.Eseeraeltrato.Elzumbidodesucabezaaumentó.Todolodemásseralentizó:elgolpeteodela
sangreenlassienes,lasvolutasdehumoserpenteanteenelumbral,elazultenuedela luz de emergencia del pasillo. El teléfono volvió a su oído, también a cámaralenta.–¿Untío?–dijo.Laverdadseabríapasohastasucerebro.Deprontolocomprendiótodoysegiró
bruscamente,soloparavercómoKatrinleclavabasupropianavajaenelabdomen,justodebajodelascostillas.
47
Inspirar,espirar
Lasangreempapólacamisa,pegandolatelaalapiel.Eldolor,mezcladoconelzumbidoen losoídos, loaislódelmundoenunos segundosde saturaciónque lodejaronparalizado.Consusdelgadoshombrosencorvados,Katrinseapartódeélcongestodehorroryunpuñoapretadocontralaboca,sollozando.Suredondacaradeduende,concírculosderuborcasiperfectosenlasmejillas,lahacíapareceraúnmásunamuñeca.Evanlamiróincrédulo.Elteléfonotemblóensumano,peroéllodejó caer lentamente en el bolsillo abierto de sus pantalones de camuflaje. Susmanossemovieronhaciaelpuntodedondebrotabasangrecaliente.–Losiento.–Katrinsacudíalacabeza,comosinegaraloqueacababadehacer–.
Noqueríahacerlo,peroellos...ellosmeobligaron.Meobligaronahacertodoesto.Élretrocedióunpasoyrecogiólaescopeta,queseleescurrióporelbrazohasta
quelapuntadelcañóngolpeólamoqueta.Seapoyóenellacomosifueraunbastón.Separólaotramanodesuvientreyviolapalmaenrojecida.Katrin,temblorosaporlaemoción,seguíahablando.–Slatcher dijo que no pararía, que mi padre no estaría a salvo hasta que tú
murieras.YconesallamadadeMorena...ibasadescubrirme.LasúltimaspalabrasdeMorenaalteléfonolohabíansalvado.Denohabersedado
lavueltaenelúltimomomento,ahoraestaríatiradoenelsuelodesangrándose.Unacuchilladaenelestómagosiempreeradevastadora,peroaúnestabaporverhastaquépuntoeragrave.Elzumbidoensucabezaborrabalosdemássonidos.Katrinsevolvióamedias,y
lostrazosdesutatuajeseextendieroncomopatasdearañapordebajodeltirantedesucamiseta.Suslabiossemovieron,formandopalabras:–Yonoquería,Evan...SeguíasujetandolanavajaStriderensangrentada,peronoparecíahaberriesgode
que volviera a usarla. Dándole la espalda, Evan se dirigió tambaleante hacia lapuerta.Recorrióatientaslaparedysalióalpasillo,dondeseguíaarremolinándoseelpolvodeyeso,conlapuntadelaescopetarascandoelsuelo.Seabriópasoentrelos cuerpos, uno sentadoen el sueloy apoyadoen lapared, otro tirado sobreuncharco de sangre con las tres extremidades que le quedaban extendidas como un
muñeco.UnrociadorcontraincendiosmojóelcostadoizquierdodeEvan.YanoseoíanlosgolpesdeCandyenlapuertaatrancadadeltrastero,quequedóasuespalda,perounassombrasatravesaronrápidamenteelvestíbuloalfinaldelpasillo.Semetióenelprimerdespachoasuizquierda.Paralevantarlaescopetatuvoque
dar una patada al cañón y el esfuerzo le arrancó un grito de dolor. Apuntó a laventanaydisparó.ElretrocesoestuvoapuntodehacerlesoltarlaBenelli,perolospedazossalieronvolandocomosuccionadosdesdefueraporunaaspiradora.Se las arregló para salvar las esquirlas de cristal roto y pasar al otro lado del
alféizar para caer en la lodosa maleza. En lugar de dirigirse a la colina, seencaminó hacia el vestíbulo, siguiendo la línea más recta que lo llevaría a sucamioneta.La puerta del patio interior estaba abierta, y la hierba de alrededor seveíapisoteada.Evanentrótambaleándoseyleasaltóelhedordeplantaspodridas.Atravesóunapulcracocinaindustrialyseasomóalvestíbulo.Vacío.Laspuertas
decristalaguardabanmásalláconlapromesadeconducirloalaparcamientoyasucamioneta.Cuando salía al vestíbulo, le llegó el eco de pasos presurosos en el pasillo.
Jadeandoparatomaraire,Evanreculóysepegóalaparedjuntoalapuerta.Tuvoquehaceracopiode todassus fuerzaspara levantar laBenelli.Nopodíasujetarlaadecuadamente, pero apoyó la empuñadura en el hombro y el cañón sobre elantebrazocruzado.Ledoleríaaldisparar.Lospasossonabancadavezmáscerca.Entoncesgirócontraelmarcodelapuertayapretóelgatillo.Elretrocesololanzóhaciaatrásycayóhincandounarodillaenelsuelo.Elardor
de la herida le subió hacia el torso. Babeó un poco. En el pasillo se oían unosborboteos.Cuando logróalzardenuevo lavista,doscuerposyacían inertesenelsuelo.Sepusoenpieconesfuerzoysalióatrompiconesporlaspuertasdecristal.Había
unahileradeSUVaparcadosenbateríayencaradoshaciafueracomoenunalíneade formación ofensiva. Pasó entre dos de ellos bamboleándose y golpeó losretrovisoresconloshombros.El aparcamiento lo engañaba con extraños efectos visuales, extendiéndose hasta
alcanzar el tamaño de un campo de fútbol asfaltado. Con el cuerpo transido dedolor,sololecabíalaesperanzadequeelúnicosicariovivosequedaraconKatrinenlugardeperseguirloaél.Caminandocondificultadatravésdelaparcamientoalaire libre estaba completamente a su merced; lo acribillaría a balazos sinproblemas.Lospulmonesleardíancadavezquerespiraba;cadapasoleprovocabauna reverberación sensorial de la puñalada por todo el torso. Se ordenó seguirandando,ydealgúnmodosuspiernasleobedecieron.Porfintraspusoelsetodejazmínmediocayéndose,ysegolpeóelhombrocontra
el guardabarros de su fiable Ford. Arrojó la escopeta a una de las cajas de la
plataforma,entreunabandejademuniciónylavainarotadelacatana,luegorodeóelvehículohastaelasientodelconductor.Arrancó,semetióenelaparcamientodandobandazosydiolavueltaparapasar
junto a los SUV. Dirigió su robusto parachoques contra la hilera de capósrelucientes y golpeó levemente una rejilla tras otra, lo que provocó dolorosassacudidas en su asiento. Las pequeñas colisiones activarían los interruptores deinerciade losparachoquesde losSUV,loquecortaría lacorrientea labombadecombustible,garantizandoasíquenopodríanperseguirle.Enlugardehaceruncambiodesentidohacialasalidadelaparcamiento,sesubió
alaaceraparaaccederdirectamentealpasoelevado,dandounbotetanfuertequerozóel techocon lacabeza.Seenjugóel sudorde losojosy subióporel anchopasoelevado,girandohastallegaralasalidadelaautopista.Alincorporarse,miróhacialoscarrilesdelotroladodelamedianaydivisóunScionmoradoquetomabalasalidaendirecciónaledificio.EraextrañoqueSlatchernohubieracambiadoyade coche. Al pasar velozmente por su lado, Evan vislumbró al hombretón quedesbordaba el asiento del conductor, con sumusculoso brazo apretado contra laventanilla.Noparecíafeliz.Laslucesrojasdeloscochesdedelantesefundieronenunúnicohazcuandoel
tráficoseralentizó.Evanfrenóbruscamente,evitandoelchoqueporlospelos.Hizounamuecaluchandocontraeldolor.Noerabuenoestartantenso.Nohacíamásqueagravarelsufrimiento.Concentrósuspensamientosenlalejanaépocadesuprimerinstructor, el hombre barbudo del establo, y sus lecciones con la punta de uncuchillo.La expectativa del alivio del dolor aumentaría los opioides del cerebro
provocandounefectoanalgésico.Lamentedominabalarealidad.Puso su empeño en dejar de pensar en el dolor para encontrar el apoyo de la
respiración.Inspirar,espirar.«Nohabrámásdolordespuésdeestemomento.Sopórtaloestemomentoysolo
estemomento.»Inspirar,espirar.«Soloesestemomento.Noseráelmomentosiguientenimañana.»Inspirar,espirar.«Ahoranohaydolor.»Empezó a notar borrosa la visión periférica y parpadeó. La negra franja de la
autopistaaparecíaysedesvanecíacomounaimagentelevisivadesenfocada.
48
Partededaños
Slatcherestabaplantadoenelvestíbulo.Sobreelyugodesushombroscaíaunacascadade chispas de lamaldita luz del techo.Respiró hondo, irguiéndose enunraromomentodeposturaperfecta,comounosopardosobresuspatastraseras.Seencaminóalpasillooeste,sabiendoyaloqueibaaencontrar.Paredes blancas manchadas de chorretones púrpura. Jirones de pantalones de
camuflaje.Suelasdebotaspegoteadasenelsueloviscoso.Pasóporencimadeuncuerpo tendidobocaabajoydespuésotro.Enmediodel
débil resplandor, un brazo aparecía retorcido en un ángulo inverosímil conrespectoalcuerpo,conlosdedoshaciaarribacomounararacriaturaacuática.Pasó por el despacho con la ventana tapiada y vio la puerta arrancada de sus
bisagras.LatalWhiteestabaenunrincóncontralapared,temblandoviolentamente,yde sus labiosexangüesescapabangemidosahogados.Sujetabablandamenteunanavajaconlahojatodavíahúmeda.Susojoseraninexpresivos,simpleshuecosenunamáscarasincaradetrás.Lamáscaraseinclinóhaciadelanteyfuesacudidaporvariasarcadassinquevariarasuexpresión.Noobtendríarespuestasdeellaenesemomento.Slatchersiguióadelante,comprobandolosdestrozos.Desdelostrozosdecarney
telaesparcidosbajolaslucesparpadeanteshastalapuertatraseracaídaenelsueloconlasbisagrasreventadas,losdañoseranextensos.De haber llevado sombrero, Slatcher se lo habría quitado como muestra de
respetohaciaHuérfanoX.Noeraelmejor,peroquizáseraunigual.Oyóundébilsonido,unaespeciederasguños.Ladeólacabeza.Apartóunabota
pegadaauncharcooscuroysedirigióaltrastero.Ahíestabadenuevoesesonidodesesperado,casi lastimero.Unasuñasrascando
madera.Slatcher abrió la puerta y el olor le azotó la cara. Al ver lo que había en el
interior,sintióquesuoscuraadmiraciónsetransformabaenira.
49
Rastroescarlata
Disipada la niebla de sus ojos, la visióndeEvan se aclaró a tiempopara darsecuentadequeestabaapuntodecruzarelridículopórtico.Bostezandoensusilladedirector de cine, el aparcacoches hizo ademánde levantarse, peroEvan le indicóquenohacía falta conungestode la cabeza.Manejandoel volante con esfuerzo,bajóalaparcamientoyllegóasuplaza,esquivandounacolumnadehormigónporlospelos.Laoscuramanchacubríatodoelcostadoizquierdodesucamisayseacumulaba
en la cintura de los pantalones. La cautela era un lujo que no podía permitirse.Como solían decir los médicos militares, sangraba como un cerdo. Si no subíainmediatamente a su ático para detener la hemorragia,moriría.Caminó hacia lasescalerastambaleándoseyestuvoapuntoderesbalarenunamanchadeaceite.Nisiquieralosviohastaquelostuvoencima.MiayPeter.Ellallevabaunabolsadelafarmacia,yasuladoestabaelniñoconairetristón,
con un albornoz sobre un pijama del villano Enigma. Mia miraba a Evan conasombro,peroPeterteníalamenteenotraparte,mirabaansiosamentelasescalerasytirabadelamanodesumadre.–Vamos,mamá.Elcorazónaúnmepalpitamuyfuerte.Instintivamente,Evansevolvió,ocultandoelcostadoensangrentadoalniño.Miaseguíaparalizadaporlasorpresa,peroselascompusopararesponderasu
hijo.–Enseguidateharáefectoelmedicamento,cariño.Teayudaráacalmarte.Hasido
unanochehorrible.PeteralzólamiradahaciaellayluegomiróaEvan.Sequedóboquiabierto.Evan tenía los nudillos blancos de tan fuerte como se agarraba a la barandilla,
ayudándoseasubirpeldañoapeldaño.Tiródelamangaparataparselaotramano,tratandodelimpiarselasangrealmismotiempo,peronosirviódenada.Miasaliódesutranceysubiólaescalerahastaél.–PorDios,Evan–dijo–.¿Quéhaocurrido?¿Estásbien?Él estabamareado por la pérdida de sangre, tenía la piel húmeda y pegajosa y
temblaba. Su corazón latía desbocado, cada latido resonando en su pecho. SetambaleóyMiasostuvopartedesupesoconelhombro.–Sí–respondióEvan,enderezándose–.Bien.–¿HansidoMartsyAlonso?Eldolorlequitólaspalabrasdelaboca,demodoquenegóconlacabeza.MiaempujóaPeterpordetrásdeella,tratandodeimpedirqueloviera.–Tienesqueiraunhospital.Evanavanzóalolargodelaparedendirecciónalmontacargas,dejandohuellas
ensangrentadas.Nohabíatiempoparalimpiarlas,paracubrirsurastro.–No,no.–Nopuedeselegir.–Me matarán. –Inspirar, espirar–. Me persiguen. –Inspirar, espirar–. Vete. –
Inspirar,espirar–.Vete.LlegóelascensoryEvansubió.Lasangrelegoteabaporelbordedelacamisa.Apoyándoseenlabarandilladelmontacargas,EvanmiróaMia,quearrugabala
frentemuypreocupadaysemordíaellabioinferior.Parecíaapuntodellorar.–Porfavor–suplicóél.Laspuertassecerraron,ocultandoaMiaalavista.Conelpilotoautomáticopuesto,Evandejóquesurespiraciónborraracualquier
otracosa.Soloelinstintologuiohastasuático.Unaráfagadeaireheladoleenfrióelrostroempapadoensudor.Comprendióque
yaestabadentrodelático,delantedelaneveraabierta.Sacó la bolsa de suero intravenoso del cajón de la fruta. Del estante de la
mantequillasacóunfrascodeEpogen,quecasiselecayódelasmanos.Tuvoquelidiarconsuspiernasparapoderatravesarelsalónyllegaralpasillo.Dentrodelabota,elcalcetínempapadoensangrechapoteaba.Finalmentellegóalcuartodebañoysedejócaer.Abriódegolpeelarmarioque
habíabajoellavaboysacóelbotiquíndeprimerosauxilios.Losbotonesimantadosdelacamisacedieronfácilmenteaunflojotirón,unadesusventajassecundarias.Mojóunatoallayselimpióelvientreparaobtenerlaprimeraimpresiónclaradelaherida.La navaja había penetrado en su estómago cinco centímetros debajo de las
costillas,seccionandolaarteriaepigástricasuperior.Esaarteriaeramássuperficialque losmúsculosde laparedabdominal,queparecían indemnes.Uncentímetroodos más adentro habrían supuesto graves complicaciones, como perforación deestómago, intestinosodiafragma.Atravésde labrechavio lasangrebrotardelaarterialimpiamenteaintervalos.Tratandodenoimaginarloqueleesperaba,sacóhilodesuturayaguja.Inspirar,
espirar.Inspirar,espirar.Inspirar,espirar.
Entró en una nebulosa de tormento y perdió la noción del tiempo. Sus nerviosrecibíansacudidaseléctricasquelerecorríanelcuerpo.Elsudorlehacíacosquillasenlamandíbula.Losdedoslelatíancomobabosasdecolorcarmesí.Yfinalmentetodoacabó,casisinquesedieracuenta,yanteélteníaunafeasutura
depielcosida.Dealgunamanera,habíacosidoconhilodesedalaarteriasangranteysuturadolaherida.Respiró unos instantes, buscando procurarse alivio, pero empezaba a perder el
conocimientoycomprendióqueteníaqueespabilar.Conunamanosepusounavíaenlacarainternadelcodo.Pinchólabolsadesueroylaconectóalavíadelbrazopara aumentar el volumen de fluido en su sistema circulatorio hasta que pudierareponerlasangreperdida.ConunajeringaextrajounadosisdeEpogendelfrascoyluego la hundió en sumuslo, que empezó a arder cuando apretó el émbolo y ellíquido penetró. Epogen era un medicamento para la anemia que estimulaba lamédulaespinalaproducirmáshematíes,loqueEvannecesitabadesesperadamentedada la cantidadquehabíaperdidoenaquel edificio, en sucamionetayenCastleHeights.Miróconansialapuertaocultaenladucha,perosabíaquenolograríallegarala
Bóvedapara revisar las imágenesdeseguridad.Yaunque loconsiguiera, le seríaimposiblelimpiarlasangredelaparcamiento,elpasillodeatrásyelmontacargas.Elrastroescarlataconducíaderechohastasupuerta,peronopodíahacernadaal
respecto. Tendría que añadir Castle Heights a la larga lista de lugarescomprometidosylargarsedeallíencuantolefueraposible.Eldolorquesintióenel pecho al pensarlo no era físico, era algomásprofundo, enterrado cercade sucorazón. Incapazde realizarunsaltobaseenparacaídas,dedescenderen rápel,oinclusodeconducir,seencontrabaenelmásextrañodeloslugares:amerceddelasuerte,impotente,incapazdeayudarseasímismo.Searrastróhastalacamaflotante.Conunesfuerzofinal,colgólabolsadesuero
delalámparaparaleer.Luegosedesplomóycayóenlanegrura.
50
Lasombradesuslabios
Alafríaypálidaluzdelamanecer,Evanvaenelasientodelpasajerodeloscurosedán.EsunmuchachoenloscomienzosdesuentrenamientoconJack,ysedirigenaunanuevasesiónsorpresa.Aclimatadoalasvicisitudesdelestrésylaadrenalina,Evan ha aprendido a no prepararse por anticipado. No vale la pena. Dentro deveinte minutos podrían empujarlo desde lo alto de un puente para caer en unaplataformadeaterrizaje(divertido),sumergirloenaguafríaatadodepiesymanospara aprender a flotar (nada divertido), o inyectarle pentotal sódico (desorientaperoesineficaz).UnVolvosecolocaasualturay,comosuelehacer,Evanobservaalafamiliaque
loocupa.Haytresniñosenlosasientosdeatrás,peleándoseyaplastandolanarizcontralasventanillas.DejanelVolvoatrás.Enlasiguientemanzanahayunaescuelaelemental.Lospadresdejanenlapuerta
alosniñosconsusmochilas,susbolsasdelameriendaysustermosdecolores.Losalumnoscorreteandeunladoaotroycharlananimadamenteencamarillas.Evansepreguntadequéhablan.Tras la sesión del día (entrenamiento con gases lacrimógenos; nada divertido),
regresan a casa. Con ojos enrojecidos, Evan apila leña a un lado de la casa. Laáspera corteza le rasca los antebrazos.No oye ningún crujido a su espalda, perocuandosedalavueltaJackestáallíconsusLevi’s501ysucamisadefranela,lasmangasdobladasdosveces,pulcramente.–Necesitashablar–lediceJack.Evanarrojalosleñossobrelapiladeleña,serasguñalosbrazos.–Yosolo,¿eh,¿Asolas?¿Siempre?¿Asívaaser?La fornida figura de Jack se recorta contra el sol poniente de Virginia, que le
confiereunagrandezacelestial.–Enefecto–dice.–¿Quiéndijoesodequeunaramitaserompeperounatadoresiste?–SeatribuyeaTecumsé–respondeJack–,peroquiéndemonioslosabe.–Observaa
Evan, frunciendo los labios. Evan ha descubierto que eso significa que estáreflexionando,desenterrandolasituaciónquesubyacealasituación.Jackseñalael
arbustoquehayjuntoallateraldelacasa–.Recogeunpuñadoderamitas.Evanobedece.Jackseagacha,sedesataunzapato,extraeelcordónylousaparahacerunatado
conlasramitas.Luegoabresunavajadebolsillo,bloquealahojaygolpeaconlapuntaelcentrodelatado.Lasramitassepartenuniformementepor lamitad.Jackrecogeunaúnicaramita,lacolocaenelsueloyentregalanavajaaEvan.–Dale.Evan lo intenta, pero la solitaria ramita salta bajo la punta de acero, marcada
pero intacta. Intentadarleunayotravez,pero la ramita siempre seescabulle sindejarseensartar.FinalmenteEvanalzalavista,admitiendosuderrota.–Deacuerdo–dice–.Loentiendo.Pero...–Habla.–¿Nomesentirésolo?–Sí.Evan hurga en sumente buscando algo a lo que aferrarse, un sueño que pueda
extraerdelajornadadehoy,másalládelVolvoylaescuela,atravésdelasnubesde gases lacrimógenos, hasta llegar a su soledad futura. Al encararse con lodesconocido, como siempre, intenta mostrarse bien dispuesto. Engulle una de lasclásicaspizzasdecastañasdePapaZ’s.–Lo que no te mata te hace más fuerte, supongo –dice. Nunca ha visto tanta
tristezaenlosojosdeJack.–Aveces–replicaeste–.Porlogeneralsolotehacemásdébil.
Losgolpesque resonabanen lacabezadeEvanseconvirtieronengolpesenelmundoreal.Alguienllamabaalapuerta.Sefrotólosojosconlapalmaparadespejarse,ysacólaspiernasporelbordede
lacamaconmenosesfuerzodelquehabíaprevisto.Esparcidasporelsuelo,variasjeringas,bolsasvacíasde suero,gasas.Unamiradaal reloj lemostróquehabíanpasadodosdíasymediodesdequehabíallegadoacasatambaleándose.Tiempodesobraparaquehubierandescubiertosurastrodesangre,revisadolasimágenesdeseguridadyalertadoalaPolicía.Se había curado con rapidez gracias a la magia de la medicina moderna y su
Epogen.Larelucientepieldelosbordesdelaheridaseguíasensible,yaúnnotabaunadesagradablepunzadaenelvientreal inclinarse,peroeldolorhabíaremitidobastante. No podría hacer flexiones durante un tiempo, pero al menos ya podíamoverse.
Sepusounacamisetaholgadayunostejanos,cogiósupistolaWilsonycaminófatigosamenteporelpasillo.SieralaPolicía,dejaríaechadoelcerrojodelapuertaydescenderíaenrápeldesdelaventana.Talvezhabíallegadoelmomentodedejarlotodoatrás.La cámara de vigilancia camuflada lemostró aHughWalters en chándal y con
expresiónindignada.Evansemetiólapistolapordetrásdelostejanosyabrió.–Vaatenerquedarunaexplicación–lesoltóHugh.–Loentiendo.Peroantesnecesitaré...–Abandonóprecipitadamentelareunióndelacomunidadantesdequeacabarala
votación.Esomellevóarevisarsuhistorialdeasistencia,y¿sabequédescubrí?Evanparpadeó,anonadado,yacertóanegarconlacabeza.–Suhistorialdeasistencianocubreelmínimorequerido,requerido,nosugerido,
delasnormascomunitarias.Evansalióalpasillo.Nohabíarastrodesangreenlamoquetanimarcasdededos
enlasparedes.¿Yalohabíanlimpiadotodo?¿SinqueHughlohubieradescubierto?–Por tanto –decía Hugh–, se le impondrá una multa de seiscientos dólares, tal
comoestableceelreglamento.–Unamulta–repitióEvan.Estabaclaroquelaafinidadentrecientíficosaficionadossehabíaesfumado,pero
esa era la menor de sus preocupaciones. Necesitaba averiguar si había sidodetectadoyporquién.Hughsuspiró,sequitólasgafasdemonturanegraysefrotólosojos.–Mire,Evan,séquetodoestonoesimportanteparausted.Yaunquenoselocrea,
tampocoloesparamí.Parasersincero,meimportauncuernosisehanderenovarlasmoquetasoredactarunanuevanormasobreruidos.Evanlomirópestañeando.–Peroparamuchosdenosotroslasensacióndecomunidadesimportante.Yaquí
en lagranciudad, algunoses loúnicoque tenemos.Asíque... pienseenello, ¿deacuerdo?ElsúbitocambiodeactituddeHughpillódesprevenidoaEvan.Selimitóaasentir.–Loharé.Un tintineoalotro ladodelpasilloanunció la llegadadelascensor.MiayPeter
salierondeél,ellaconunabolsadecomestiblesdelaquesobresalíalabarradepanderigor.–Bueno–dijoHugh–, talvezmeheprecipitadoenmi juicio.–Y trasunapícara
inclinacióndelacabeza,sealejóporelpasilloysaludóaMiaysuhijoalpasarporsulado.Evanlosesperóenlapuerta.Petertiródelascorreasdelamochila,parasubírsela
hacialoshombros.
–¿Podemospasar?–preguntóMia.Evan se hizo a un lado. Peter corrió hacia la isleta de la cocina. Mia giró
lentamentesobresímismaparapasearlamiradaporelgransalón.–Vaya.Menudachabola.Evancayóenlacuentadequenuncahabíarecibidoanadieensucasa.Nunca.–Queríamostraerteesto.–Miadejólabolsadecomestiblessobrelaencimera–.Y
paraasegurarnosdequenoestabas...yasabes,muerto.PeterapoyabalafrenteyambasmanoscontraelSub-Zero,intentandoempañarel
aceroinoxidableechándoleelaliento.MiayEvanavanzaronhaciaelcentrodelaestancia, adquiriendo así una relativa intimidad. Ella se acercó a la zona dekickboxingypropinóunleveempujónalpesadosaco.–Bueno, ¿y cómo acabó exactamente lo del estómago...? –Levantó las manos–.
Espera.Noquierosaberlo.Nopuedo.Élseacercóyseapoyóenelsaco.–Fuistetú.Túlimpiastemisangre.–Sí–confirmóella.–¿Porqué?Nomedebesnada.LoquehiceporPeteryporti...–Noesporquetedebanada,Evan.Esporquequeríaquetú...–Sehumedeciólos
labios–.Bueno,quizásahorasabrásloquesignificanecesitaraalguien.A Evan empezó a invadirlo un sentimiento que no experimentaba desde hacía
décadas. Algo que solía ver en el rostro de los niños. El atado de ramitas,vulnerablealanavajadeJack.Termosdecoloresybolsasdelameriendaparalaescuela.RecordóaquelmomentoeneldormitoriodeMia,lasuavidaddesuslabios,lamúsicadepianoquelaimpulsóaerguirse.«¿Quétehacefeliz?»QuédiferentedeKatrin, con su tatuaje de pasión y su boca rojo sangre, toda seducción y juegospeligrosos y piel de porcelana, muy excitante hasta el momento en que le habíaclavadouncuchilloenelabdomen.«¿Quétehacefeliz?»¿YsiaquelmomentoconMia, aderezado con un leve aroma a citronela y orquestado con elHimno a lalibertad,hubieraseguidouncursodiferente?«Discuteconmigo.Échamelaculpa.Enfádate.»–Considéralounregalodedespedida–dijoMia.ElrostrodeEvandebiódetraslucirmásdeloqueélquería,porquelosojosde
Miasehumedecieron.–Lo siento, Evan –añadió–. Pero yo, nosotros, no podemos tenerte cerca. Es
demasiadopeligroso.–Adelantólamanoysusdedosseposaronlevementesobreelpechodeél–.Seríaunamadreirresponsablesi...–Gracias–dijoEvan–.Porloquehashecho.Ellaaspiróhondo.–Entonces,estaesladespedida.
–Deacuerdo–convinoEvan–.Esladespedida.Miadiomediavueltaparairse,perosedetuvo.–Tienesuncorteenlamejilla–dijo.Él se la tocó con los dedos. Era un rasguño por el retroceso de la escopeta al
dispararcontraaquellaventana.–Noesnada.–Síquees–dijoella,hurgandoensubolso.Sacóunavistosa tiritay lequitóel
papel.EradelaranaGustavoconsusonrisadeorejaaoreja.–¿Enserio?–dijoEvan.–Metemoquesí.EvanseinclinóhaciaellayMialepególatiritaylaalisóconlospulgares.Vaciló
unmomentoyluegolediounbesoenlamejilla.–Adiós,Evan.–Adiós.Éloyósuspasosenlacocinayluegomadreehijoseencaminaronhacialapuerta
principal.Estaseabrióysecerró.Evansequedóinmóvil,lasombradesuslabiostodavíaenlamejilla.
51
*&^%*!
LasdiezuñasRFIDcubríanlasdeSlatcher,peroestabandiseñadasparamanosdetamaño normal, por lo que parecían más bien unas franjas pintadas. Siempre lehacíansentirsecomounniñojugandoavestirdemayorconunatuendodemasiadopequeño.Lalentedecontactopixeladacolocadasobresuojoderechomostrabaelintercambio de mensajes virtuales con Top Dog, reproduciendo los textos en elaire,entreelpropioSlatcheryelsalpicaderodelScionmorado.Estabasentadoalvolante,conelasientoinclinadohaciaatrás,agitandolosdedosenelaireparadarunasrespuestasquenoqueríadar.Top Dog estaba furioso, y cuando Top Dog estaba furioso, uno tecleaba más
rápido.AÚNNOTIENESNINGUNAPISTASOBREHUÉRFANOX.HOSPITALES,URGENCIAS,DEPÓSITOS
DECADÁVERES.Slatchersefijóenlaausenciadesignosdeinterrogación.Aúnasí,contestó:NO.El cursorverdeapenas tuvoun instanteparaparpadear antesdeque surgierael
siguientetextodeTD:ENQUÉESTADOSEENCUENTRAHUÉRFANAV?Elcocheestabaaparcadoenuna idílicacalleresidencialbordeadadesauces.En
loslimpiaparabrisasseacumulabanlashojascaídas.Slatcherseenjugóelsudordelafrenteconeldorsodeunamano.Lasventanillasaumentabanelcalordelsoldelmediodía en Las Vegas, convirtiendo el coche en un horno, incluso en el fríodiciembre.Elmovimientoprovocóqueteclearaunossímbolossindarsecuenta:*&^%*!SESUPONEQUEESUNABROMAOQUÉ?NO.LOSIENTO.ERRORDELTECLADO.YHUÉRFANAV?HOSPITALIZADA. FUERADECOMBATE. SU ESPALDA PARECE SALIDADEUNA PELÍCULADE
TERROR.YQUÉHAYDE«KATRIN»?UnagotadesudorresbalóporlanarizdeSlatcherhastalapunta,haciendoquele
picara, pero no se atrevió a rascarse. LA HE DEJADO MARCHAR. HA CUMPLIDO SUCOMETIDO.SEHAPORTADOBIEN.SERÁPRECISOELIMINARLA.Slatcher lo lamentó. Prefería jugar limpio, pero Top Dog carecía de tales
escrúpulos.Slatchertecleó:INMEDIATAMENTE?
NO.HAINTIMADOCONÉL.QUIEROQUELAVIGILEN.AVERSIPESCAMOSALGO.ENTENDIDO.HUÉRFANOXHALIQUIDADOATODOSTUSRADICALESLIBRES?A TODOS MENOS UNO. PERO NO IMPORTA. A PARTIR DE AHORA ME ENCARGARÉ YO DE
TODOPERSONALMENTE.ESOESPERO–tecleóTD–.OSERÉYOQUIENSEENCARGUEDETODO.Otraamenazaimplícita.UnasegundagotadesudorrecorriólafrentedeSlatcher.
Elpicordelanarizcrecióenintensidad.Hizounesfuerzoparateclear:ENTENDIDO.CUÁLESTUPLAN?Delpatiodelcolegioquehabíaalotroladodelacallelellegaronrisasygritos.MORENAAGUILAR.ELLANOSCONDUCIRÁHASTAÉL.QUIEROVIGILANCIAPERMANENTEASUALREDEDOR.CUESTELOQUECUESTE.Slatcher alzó lamirada hacia una niña sentada en un columpio.Delante de ella
habíaunaadolescenteencuclillas,agarrandolascadenasdelcolumpio.Absortasenmediodelamareadeniñosquejugaban,manteníanunaconversación.PORESOESTOYAQUÍ,replicóSlatcher.Laadolescenteselevantó,besóalaniñaenlamejillaysediolavuelta.Alvera
Morena alejándose,Slatcher tuvoque contenerseparano tender lamanohacia lallavedelcontacto.Loquehizofueteclear:NOLAPERDERÉDEVISTA.
52
Lascartasdelotro
El tercerdía,Evanentrópor finen laBóveda.AlcabodeveinteminutoshabíarevisadotodaslasimágenesdeseguridaddeCastleHeights.Resultóextrañoverseasímismoavanzandocomounzombiporlospasillos,dejandounrastrodesangreenlasparedes.Sieteminutosdesuvidadelosqueapenasrecordabanada,actuandocomounautómataobedientealentrenamientointeriorizadoporsucuerpo.Ledioalavancerápidoparaverquémáshabríaqueborrar.Pocodespués,Miaaparecíaenelpasillodelpiso12.Lasiguióhastaelascensoratravésdevariosmonitores,hastaquellegóalpiso21,yluegoporelpasillohastaquesedeteníaantesuático.Evanhabíadejadolapuertaabiertadeparenpar.Miaentrabayseencaminabacautelosamentehaciaeldormitorio.Evanyacíaenla
cama, inconsciente. Acercándose a él rápidamente, comprobaba su pulso y lepalpabalafrente.Luegosesentabaunratoasulado,sujetándolelamano.Evanlaobservómientraspasabanlosminutos.Luego Mia abandonaba el ático y cerraba la puerta tras ella. Regresaba a su
apartamentoysalíadeélunminutomástardeconuncuboyuncepilloenlamano.Eran las tantas de la noche en que había sufrido una agresión en su propia casa.Acababa de acostar a su traumatizado hijo. Y, sin embargo, allí estaba, frotandosuelos,paredesyascensordurantecasidoshoras.Protegiéndoloaél.Se levantópara salir de laBóveda, cuandovio el iconoanunciándoleunnuevo
correo, tras una larga serie de cambios de destinatario automáticos por todo elmundo, hasta llegar a la bandeja de entrada de la [email protected] recordabacuándohabía recibidouncorreoporúltimavez.Eraunmensajecondosdíasdeantigüedad,enviadodesdeunadelascuentasde
TommyStojack.Lareferenciarezaba:«KatrinWhite.»Unescalofríolerecorrióelcuerpoprovocándoleunhormigueoenlaheridacon
costra.Setomóunmomento,luegosesentó,hizorodarlasillaparapegarladenuevoa
lamesa,yleyóelmensajedeTommy.
«Malasnoticias:micontactoenHarrah’sdejóeltrabajo.Buenanoticia:ahoraestáenCaesars.Tuchicafiguraensusbasesdedatos.Nopudieronprobarnada,perotuvounarachademalasuerteenunamesadepóquerqueDME.»EralaformacoloquialdeStojackparadecir:«damalaespina».Evan abrió el archivo anexo, un informe interno de Caesars. En la copia
escaneada de la tarjeta de jugador había una foto. Allí estaba la piel lechosa, lamirada esmeralda, el peinado hípster, pero con los cabellos de un intenso tonocaobaenlugardenegro.Elnombrequefigurabaalpieera:«DanikaWhite.»Unafrase escrita en banderines de fiesta rezaba: «Las Vegas. Puedes ser quien túquieras.»Evanteníalagargantatansecaquelecostótragar.Siguióleyendo.Danika apostaba grandes cantidades en lasmesas sin límite de Caesars y había
acumulado una deuda enorme, que se había saldado misteriosamente el 7 dediciembre.Dosdías después de queEvanmatara aWilliamChambers y tres díasantes de queKatrin hubiera concertado la cita enBottega Louie. La informacióncompartidaconotroscasinosmostrabadeudasimpagadasportodoelStrip,quesehabíanliquidadodemanerasimilarhacíadossemanas.Mentiras sobre mentiras. No había ninguna partida de póquer ambulante y
clandestina. No había sicarios despellejando a hombres de negocios japonesesendeudados.Nohabíamaridoricoque lahubieradejadoen labancarrota.Danikasimplemente se había endeudado hasta las cejas apostandomucho durantemuchotiempo. Slatcher, o quienquiera que estuviera detrás de él, había intervenido parapagarsusdeudasenloscasinos:asílahabíancomprado.Peronohabrían podidohacerlo si ella nohubiera estadodispuesta a aceptar el
trato. En su sórdida carrera, Evan había visto docenas de historias parecidas. Seabordaaalguiendesesperado.Seleofrecelaoportunidaddesuvida.Yunavezteconviertesensudueño,leaprietaslastuercas.Para cuando Danika White comprendiera cuál era la verdadera naturaleza del
pactoquehabíaaceptado,seríademasiadotarde.Armadoconelnombreauténtico,lasaveriguacionesvirtualesdeEvanresultaron
mucho más fáciles. Los padres de Danika estaban perfectamente, jubilados yviviendoenunaurbanizacióndeBocaRatón.Noconstabaqueellatuvieramarido,perosíunahijadeveinteaños,Samantha.EvanreviviómentalmentelareaccióndeDanikaenelmotelalsonareldisparoal
otroladodelteléfono:«¡Sam!¿Sam?Oh,no.¡No!»Presadelpánico, suprimera reacción lahabíadelatado.Habíausadoelnombre
propiodelapersonaalaqueellacreíaquehabíandisparadoenrealidad,antesdedarsecuentayrectificar.Cadamentira que caía acababa derribando la siguiente como en un dominó de
engaños.Empecinadoenseguirhastaelfinal,EvanseintrodujoenlabasededatosdeTráfico.LafotodelpermisodeconducirdeSamanthamostrabaaunahermosajoven de gran parecido con su madre. Tras dos años en el Santa Monica CityCollege,SamanthahabíarecibidounabecaparairalaUCLA.Sinembargo,ypeseaqueteníadostrabajoscomobecaria,suhistorialdematriculaciónmostrabavarioscargoscorrespondientesainteresesdemoraenlospagos.Evanhallóunnúmerodemóvilasunombreylomarcó.Lavozsonójovenydesenfadada.–¿Sí?SoySam.A Evan le llegó un ruido de fondo, bullicio, alguien que la llamaba por su
nombre.Dabalaimpresióndequeeranestudiantessaliendodeclase,oquizáSampaseaba por el patio interior de la universidad. Exhaló un suspiro de alivio alcomprobarqueaSamnolareteníancomorehén.UnabuenaestrategiaporpartedeSlatcher. Podía apoderarse de ella fácilmente, así que ¿para qué asumir lascomplicacionesylosriesgosdetenerlaretenida?–Hola,Sam–lasaludó–.Soyamigodetumadrey...–Vaya, casi diez meses esta vez. Impresionante. Pensaba que por fin lo había
dejadodeverdad.–¿Disculpa?–¿Qué necesita ahora? ¿Más dinero?Como si no trabajara ya bastante parami
propiosustento.Yase lodije.Noquieroverlanihablarconella.Yeso incluyeacualquieradesuspenososintermediarios.–No, no es eso. Es que... ha dejado de responder al teléfono estas últimas
semanas...–Acostúmbrate.Mira,tío,noséquiéneres,perodejaqueteahorreunoscuantos
añosdetuvida.Alfinal,paraDanikaloúnicoqueimportaesDanika.–Entiendo–repusoEvan,tratandodeparecerdecepcionado–.Gracias.–Oye–dijoSam–.Losiento,¿vale?Solointentoayudarteparaquenotengasque
pasarporlomismoqueyo.–Ycolgó.Evansereclinóensuasientoycerró losojos,dejandoque la imagenglobalse
hicieramásnítida.Danika,probablementesiguiendolasórdenesdeSlatcher,habíacreadoaKatrinconretazosdesuauténticaidentidad.Habíamantenidoelapellidoylaadicciónal juego.SehabíaapropiadodelnombredeSamparaponérseloaunpadrefalso.SumaridoficticioinvertíaenurbanizacionesdeBocaRatón,igualquelaurbanizacióndondevivíansuspadresauténticos.EvanrecordabahabercreadosuprimerpseudónimooperativoconJack,durante
su etapa en la granja. Jack le había enseñado amontar una tapadera usandomásverdades quementiras, demodo que tuvieramenos cosas que recordar ymenoscosasqueolvidar.Evanhabíaaprendidoaadaptarseasuimagenpúblicaalmáximo
posible, a forjar un verdadero apego emocional de modo que sus instintosreaccionaranenconsonancia.Habíaaprendidoameterseenelpapelyaolvidarlapartedesímismoquenoselocreía.Slatcherysuequipohabíanhecho lomismoconKatrin.TrascomprarlaenLas
Vegas, la habían traumatizado, sumiéndola en el estado de desesperación quenecesitaban que exhibiera de manera creíble. Después de que Slatcher hubierafingidomataraSamdeundisparo,EvanrecordabahaberabrazadoaDanikaenlacamadelmotel,mientrasellallorabacontrasupechohastaquedarseronca.Slatchery su equipo debían de haberla amenazado con matar a su hija si no seguía susinstrucciones.Sehabíanaseguradoasídequeelsentimientodeculpayelterrorquelaatenazabanfueranauténticos.TeníanqueparecerloparadisiparlassospechasdeEvan.ComoexHuérfanoqueera,Slatcherhabíaideadounatapaderaqueseamoldaraa
las circunstanciasdeEvan.Había creado la historia deunamujer aterradaque seenfrentabaaunasituaciónimposibleyquenecesitabadesesperadamenteayuda.ConunpadresecuestradoquemoríaporculpadeunerrordecálculodeEvan.«Katrin»había puesto al descubierto el secreto sentimiento de culpa del propio Evan:«Cometí un estúpido y maldito error y mi padre lo está pagando. Quizás ahoramismo.¿Tienelamenorideadecómomesiento?»Sí.EsoindicabaqueSlatcher(yquienlehabíacontratado)sabíalodeJack.¿Estaban
ellos detrás de sumuerte?Evan siguió el hilo lógicohasta el final y no le gustóadóndelecondujo.Danikaprácticamentelohabíaretadoacomprobarsupasaporte,señalandoquelo
llevabaconsigo,dejándoloalavistaenelbolsocuandoestabanenelloft.AEvanno se le escapó el hecho de que quien había contratado a Slatcher podíaproporcionarunpasaporteauténtico,asícomounareddebarrerasdeprotecciónenlasbasesdedatos.Hincóloscodosenlasuperficiemetálicadesumesaysefrotólosojos.LaspalabrasdelfalsoymoribundoSamasuhijapor teléfononohabíanhecho
másqueafianzarelseñuelo:«Estésconquienestés,esperoqueteproteja.»Apesardesussospechasyencontradesubuenjuicio,Evanlahabíaprotegido.Apesardeque sus perseguidores los habían localizado una y otra vez, a pesar de que losMandamientossehabíanidoalgareteunotrasotro,Evanhabíaseguidocreyendoenellahastaelúltimomomento,hastaqueellalehabíaclavadosupropiocuchillo.¿Quiénmejorpararepresentaresepapelqueunajugadoradepóquerconhabilidadparaanalizaralosdemás,parainterpretarlassituaciones,paraecharsefaroles?Endefinitiva,lapropiaDanikalohabíaresumidomejorquenadie:«Nojuegascontuscartas.Juegasconlasdelotro.»
Colgadode su barra de ejercicios,Evanpracticaba levantando las rodillas paraeliminar el tejido cicatricial del estómago. Se movía despacio y con firmeza,usando la respiración contra el dolor.Estaba tan concentradoque al principionooyóquesonabaelRoamZone.Corrióhastalaencimeradelacocinaylocogió.LasVegas.Teléfonopúblico.–¿Morena?–¿Estábien?–¿Qué?–preguntóEvan,perplejo.–Laúltimavezquelollaméparecíaherido.Grave.Evanrespiróynotóquelacicatrizsetensaba.–Estabaherido–respondió–.Peronograve.–Pensabaqueigualhabíamuertooalgoasí.Soloqueríacomprobarlo.Evan reprimió su impulsodepresionarla, tratandode imaginar cómo lohabría
enfocadoJack.Siemprehabíatenidoesahabilidad,sabíacuándopresionarycuándoaflojar.Caminóa lo largode lahileradepantallasprotectoras,dejándosebañarpor las
sucesivasfranjasdeluzatenuada.–¿Mehasllamadoparaeso?–Alprincipiopenséqueeranlosamigosdelpoli,¿sabe?Queveníanavengarse
denosotros.Ustedyyo somos losúnicosque sabemos loque le pasó aWilliamChambers,asíquedecidíalejarmedemihermanaymitía.–Fuistemuyvaliente.Ylista.–Peronoeranamigosdelpoli,¿verdad?–No–admitióEvan–.Sonmuchopeor.–Creenqueséalgo,aunquenosénada.Mividasehaacabado.PeroCarmen,alo
mejorellapuedetenerunabuenavida.–Tútambiénlatendrás–leaseguróél.–Nopuedovolveraacercarmeausted.Silohago,meatraparán.Evan se abstuvo de discutir. Dio una vuelta alrededor del gran salón e hizo lo
posible por canalizar las enseñanzas de Jack. «Yo nunca tementiré.» Si no habíaconfianza,nohabríanadamás.–Sí–dijoEvan–.Loharán.Unsuspirolloroso.Unhipoqueparecíaunsollozo.–Estoyasustada.Esparaestarasustada,¿verdad?–Ya.–Es duro vivir así. Invisible para el mundo. Separada de todos. Como si no
existiera.Evan pensó en Mia en su dormitorio, meciéndose al son del trío de Oscar
Peterson.–Sí,esduro–dijo.Morenalloróunpocomáscongemidosahogados.Diecisieteaños,objetivodeun
asesinodeprimeralínea.Larabialesubióporlagarganta,perotragósalivaparacontenerla.–Sinomedicesdóndeestás–explicó–,nopodréprotegerte.CuandoMorenavolvióahablar,suvozestabateñidadetristeza.–Losé–dijo.
53
Nadandodeespaldassinagua
El amplio pechodeSlatcher se hinchópor la emoción cuandovio queMorenacambiabadeautobús.IbaenelScionporlaDowntownExpressendirecciónnorte.Aminoróysefijóenque lamuchachanoseguíaen lamismadirección,sinoquecruzabalacalleparasubiraunautobúsquesedirigíaalsur.RegresabaalStrip.UnmovimientobásicodedespistequeHuérfanoXlehabríaenseñadoparaantesdeunencuentro.Durante tres días y tres noches, Morena había permanecido bajo la mirada
vigilantedeSlatcher.Habíavisitadounavezmáselpatiodelcolegiodesuhermanayvendíapatatasfritasyguacamoleenungaritocutredecomidarápida.Perohastaentonces no se había producido ningún cambio en su rutina que indicara lapresenciadeEvan.Slatcherhizouncambiode sentidoy sepusoencontactoconelúnico «radical
libre»que le quedabay que, por un cruel descuidode sus padres inmigrantes, sellamabaDonJulio.8–BigDaddyaTequilaUno.Dejaalahermanapequeñayrastreamilocalización.Con su enorme pulgar, activó una aplicación del móvil que envió sus
coordenadas.–TUnoaBD.Estaréahíensieteminutos.Aun siendo casi la hora de comer, el atasco del tráfico que se dirigía al Strip
rivalizabacon lahorapuntadeLosÁngeles.Slatcherdirigió todas las salidasdeairedelcochehaciasímismo,yesperópacientementeatresvehículosdelautobús,sindejardecomprobaratodoslospasajerosqueseapeabanencadaparada.NuncadejabadesorprenderleloaburridaygrisqueparecíaLasVegasalaluzdel
día.Noeramásqueunacoleccióndeedificiosdeformasextrañasdistribuidosdemanera imprecisa como una hilera de Legos polvorientos a los que hubieranpisoteado. Circulaba lentamente por Sahara Avenue, acercándose al Stratosphere,que se alzaba como una antena alienígena de una peli de ciencia ficción de lossetenta.VioporelretrovisorelSUVgrispizarraquegirabaenlaesquinadetrásdeélydenuevohablóporradio.–Tomaladelanteracuandosemueva.Amímereconocería.
–Recibido.El autobús llegó a Sands Avenue, acercándose al hotel Treasure Island con el
emblema pirata en la marquesina y el barco pirata anclado en la laguna de lasSirenas,aguardando lahoradelespectáculonocturno.AlparecerseavecinabaunnuevoencuentroenelStripentreEvanyMorena:muchobullicio,muchostestigos,cámarasportodaspartes.ElautobúsviróhaciaelesteentreelWynnyelPalazzo,bordeandounextravagantecampodegolf.JustoantesdellegaraParadiseRoad,elautobús sedetuvoy laspuertas seabrieron.Morenaseapeócon lacabezagacha.Conlasmanoshundidasenlosbolsillosdelabrigo,caminóapasorápido,lanzandomiradasnerviosasasualrededor.Pasódelantedeungigantescoaparcamientoquesealzabasieteplantassobrelacallecomounamazorcadehormigón,ypasóporlaspuertasautomáticasdelvestíbulodeLaReverie.Unresplandorpurpúreoiluminabade abajo arriba la fachada del nuevo hotel casino, reflejándose en los cristalescentelleantesencompetenciadirectaconelsolresplandecientedeNevada.Pasandode ticketsdeaparcamiento,SlatcherestacionóelScion juntoa laacera
delantedelagranmazorca,preparadoparaunarápidafugaposterioralasesinato.El SUV pasó por delante y Slatcher vio que parabamedia manzanamás allá, leentregaba las llaves al aparcacoches de La Reverie y su hombre entraba por laspuertas de cristal ahumado. Por encima de Slatcher, una pasarela abierta unía laúltimaplantadelaparcamientoconunlateraldeLaReverie.Poruninstante,sopesólaposibilidadde tomaresa rutaparapresentarseenelencuentrodesdeunángulodistinto, pero no sabía dónde se había situadoHuérfanoX, demodo que decidiótomarelcaminodelvestíbulodelcasino.Cuandoentrabaporlapuerta,sefijóenquelaspuertasdelascensorsecerraban,
loquediopieaquellegaraunmensajedeTequila1asumóvil:PLANTA8.JuliohabíalogradometerseenelascensorysubíaconMorena.Slatcher empujó la ampliapuertaqueconducía a la escalera e inició el ascenso
subiendolospeldañosdetresentres.Apesardesucorpulenciaysuanchacintura,estabaenforma;eraunamaravillafisiológica.Cercadelquintopiso,ungrupodechicas con piernas como palillos descendían sobre tacones de aguja imposibles.Slatcher pasó por enmedio del grupo como una bola de bolera, obligándolas apegarsealapared.Cuandollegóaldescansillodeloctavopiso,leardíaelpechoalrespirar.Esperódetrásdelapuertayoyóelascensoralabrirse.Instantesdespués,atravésdelvidriotempladodelapuerta,viopasarrápidamenteaMorenaamenosdeunmetro de distancia. Julio la seguía caminando despacio, ataviado con un trajeinformalyanodinoqueseceñíaasuentrenadocuerposinunasolaarruga.Slatcherempujólapuertaparasaliralpasillo.Morenaseguíacaminandoapaso
vivo con los puños apretados a los costados, demasiado concentrada para mirar
atrásporsilaseguían.AunqueJuliocaminabarelajadamente,suslargaspiernaslomantenían a pocos pasos de ella. Slatcher se alejó de la escalera y avanzórápidamenteenposdeambos,sirviéndosedeJuliocomopantallaparaqueMorenano lo viera si decidía echar un vistazo por encima del hombro. Si Julio y él secoordinaban bien, alcanzarían la puerta todos a la vez yMorena les serviría deescudoporsilesdevolvíanlosdisparos.Recorrida la mitad del pasillo, Morena se detuvo y llamó a una puerta, luego
accionó el pomo y entró. Julio deslizó una mano bajo la chaqueta, extrajo unapistolayaceleróparasalvarlosúltimosmetroshastalapuerta.Empuñandotambiénsupistola,SlatcherechóacorreryllegóhastaJulioenunsantiamén.Sealinearonpara irrumpiren lahabitaciónenperfectoorden,comoun trende
tresvagonesentrandoporfinenlaestación.
En la octava planta, desde el balcón de la habitación del hotel, decorada concolores chillones, Evan había observado la lenta caravana avanzando por SandsAvenue,primeroelruidosoautobús,luegoelScionmorado,luegounSUVnegro.Había atado una cuerda de rápel a un balaustre del balcón y la había dejadocolgandosobrelapasarelaabiertaquehabíaunaplantamásabajo.HabíaaparcadosuFordF-150enlaazoteadelaparcamientodevariasplantasquehabíaalotroladode la pasarela, con elmorro hacia fuera para permitir una huida veloz.Desde elbalcón veía la parte posterior de la camioneta con sus relucientes cajas en laplataforma.Desde aquella atalaya había visto aMorena bajándose del autobús y echando a
andarrápidamenteendirecciónalvestíbulodelhotel.HabíaobservadoqueSlatchersebajabadelScionmal aparcado,yqueelSUVpasabade largo lentamenteparaseguir aMorena.Luego se había dirigido a la puerta de la habitación 8.124 paraabrirelcerrojo,yvolverluegohaciaelcentrodelahabitación,amitaddecaminodelbalcón.DadalacorpulenciadeSlatcher,Evanhabíasopesadolaideadellevarconsigo la escopeta Benelli, pero su plan requería mayor precisión. Recordó laenseñanzadeJack:«Lacolocaciónparadispararesmás importantequeelcalibredelarma.»Empuñó su Wilson 1911 con el silenciador acoplado y adoptó la posición
isósceles moderna (de pie, brazos extendidos y sujetando la pistola con ambasmanos),apuntandoalapuerta.SlatcherconfiabaenqueMorenaloconduciríahastaél.Estabaapuntodeversudeseocumplido.Evanesperó, interpretandolasvibracionesquelellegabanatravésdelsuelo.La
heridaenprocesodecuracióndelestómagoemitíauncalorque laexcitacióndelmomentoexpandíahacialascostillas.
Elpicaportedelapuertasemovióhaciaabajoysedesatóelcaos.Morenaentróporlapuertayselanzóatierraparadarunavolteretasiguiendoel
pasilloqueEvanhabíadespejadoentrelosmuebles.CuandoMorenapasójuntoasupantorrilla,Julioaparecióenelumbralde lapuerta.Evan ledisparódosvecesalpechoylemetióunatercerabalaporlanariz.Sedesplomóallímismo,dejandoalavistaaSlatcher.Evan oyó a su espalda a Morena, que pasaba por encima de la barandilla, se
agarrabaalacuerdaeiniciabaeldescensodeunaplantahastalapasarela.Alcontrarioqueelsicario,Slatchernosolohabíairrumpidoarmaenmano,sino
listaparadisparar,demodoqueelprimerdisparodeEvan fuepara lamanoqueempuñaba el arma.Lapistola deSlatcher salió volandohacia un lado, pero él selanzóalsuelo,empujandohaciadelantealsicario,obligandoaEvanarecularparaquenolecayeraencima.Evannotó la tirantezde la cicatriz en el estómagocuando levantó el arma,una
levecomplicaciónquelecostócara.SlatcherteníalavistaclavadaenelcañóndelaWilsonparacalcularlalíneadetiro.Levantólosrobustosbrazosparaprotegersealtiempoquecargabahaciadelante.EvandisparóyacertóalantebrazoqueSlatcherhabíalevantadoparacubrirseel
entrecejo, y la segunda bala le abrió un agujero como un estigma en la manoderecha,conloqueganóunafraccióndesegundoparaapartarlafrente.Peronosedetuvo.ElbrazoheridogolpeólamuñecadeEvancomosifueraunacañeríadeacero,un
shotokanquederribóaEvan.EsterodóalcaeraltiempoqueveíacómosuWilson1911 desaparecía por el borde del balcón, ymás abajo, la figura deMorena quecorría por la pasarela para ponerse a salvo.Al terminar de rodar se puso en piemientrasreevaluabasusituación.Enunaocasiónhabíaentrenadoconunmaestrodeshotokanquehabíaendurecidosusmanos,piesyespinillashastahacerlosdehierro,yeracapazdeclavarclavosenelsueloconlospuños.Elmaestrolehabíahabladodematarconunúnicopuñetazo,yEvansabíaporelprimerataquedeSlatcherqueeste era capaz de hacerlo. No podía permitirse el lujo de entablar un combatecuerpoacuerpoconuntipodesemejantetamaño.Trazaroncírculosenlahabitación,ambosaladefensiva,conlasmanosabiertas,
laspalmashaciadentroylaspuntasdelosdedosporencimadelassienes.Dadasudisparidaddeenvergadura,EvanteníaqueatacarloscentrosnerviososdeSlatcher:ojos,nariz,orejas,garganta.Peroelobjetivoprincipalera lapiel.NecesitabaqueSlatchersintieradolorenesemismomomento,noaldíasiguiente.Atacóconunpencaksilat, un estilo de lucha indonesio con lasmanos abiertas,
fintando a la izquierda y lanzándose luego contra el costado derecho de Slatcherparapropinarleunfuertegolpeen laorejacon lapalmade lamano.Losojosde
Slatcher se quedaron prácticamente en blanco hasta que las pupilas volvieron aaparecer, como un robot reanimándose. Evan aguardó a que le lanzara su golpedefensivo,ysehizoaunladoparabloquearlohincándoleelpulgarenlatrompadeEustaquiojustoalaalturadelcóndilodelamandíbula.Notóqueelpulgarsehundíafácilmente en la blanda piel, pero el movimiento lo dejó demasiado cerca deSlatcher para poder apartarse a tiempo, y comprendió al instante que le costaríacaro.Las manos de Slatcher se movieron velozmente. De la mano herida se
desprendieron salpicaduras de sangre con el impacto. Evan intentó protegerse lacabezajuntandolosantebrazos,peroleestabacayendounaandanadadegolpes.Apesardeello,luchóporpermanecerenelinteriordelradiodeaccióndeaquellospuñosdevastadores.No había interrupción que pudiera aprovechar. Tendría que crearla él. Giró un
codo ymovió el antebrazo hacia arriba como un teddyboy que fuera a ponersebrillantinaenelpelo.Elextremodelcúbito,utilizadocomounapuntadediamante,hendiólabarbilladeSlatcherhastaelhueso.Conlasangrebrotandodelaherida,Slatcherechólacabezaatrásyemitióungemidoahogado.Luchabanendiferentes idiomas,comounapeleacallejeraalrededordelmundo,
en la que los bloqueos filipinos contrarrestaban los bloqueos japoneses a dosmanos.SedesviarondenuevohaciaIndonesiaconllavesquetriturabanloshuesosy golpes con la mano abierta, hasta que una patada frontal de Evan puso ciertadistanciaentreellos.SerpientescarmesíesseenroscabanentornoalosbrazosdeSlatcher,brotandode
lasheridasdebala.Evannotóqueseleinflamabalamejilladerechayrogóquenole estorbara la visióndel ojo.La lujosamoqueta estaba tan suciaypisoteadaqueparecía pertenecer al suelo de un taller mecánico. Alguien pasó por la puertaabierta, chilló y se alejó corriendo. Con un pie, Slatcher apartó el cadáver delsicario para despejar el espacio. Bajo la camisa se apreciaba el volumen de sushombroscomorocas.Apesardelasheridas,noparecíafaltarleelaliento.SiEvannoconseguíasalirprontodeallí,Slatcheribaadestrozarlo.Slatcherarremetióconunpuñetazodeshotokan.Evanlointerceptóconunteepde
muay thai, lanzando la planta del pie dominante hacia fuera para hincarla en lostendones de su bajo vientre. Dado que el vientre de Slatcher tenía un tamañoconsiderable,elgolpenotuvoungranefecto,peroconsiguiódesplazarloydejarsucabezaalalcancedeEvan.Evanpasóelbrazoalrededordelaenormecabezaysusmanosseenlazaronenla
nucadeaquelcuelloasombrosamentegrueso,altiempoquehacíapresiónconlosantebrazossobrelascarótidas.TiródeSlatcherconlacarahaciaelsueloyempezóapropinarletangs,golpesderodilla,queaplastaronlosheridosbrazosdeSlatcher
contralasmejillasylanarizqueintentabanproteger.Almismotiempo,retorcíaaSlatcherhaciaunladoyotro,intentandohacerleperderelequilibrioalobligarlealevantarunapiernayluegolaotra.Nohubo suerte. Slatcher era demasiado fuerte. Simplemente levantó aEvandel
suelo y embistió con él contra el espejo del tocador. La herida del estómago deEvansereabrió,rasgandoeltejidocicatricialyprovocándoleunterribledolor.Elcristalserompióporelimpactoylosfragmentosllovieronsobresushombros.EvancayóenlamoquetaySlatcherreculó,loquesupusounbrevedescanso.Evan
intentóhuir saltandoporencimadeunabutacaendirecciónalbalcón.Slatcher legolpeópordetrás lanzándolocontra losbalaustres,peroEvandejóquesucuerpopasara por encima de la barandilla tratando de agarrar la cuerda de rápel. Loconsiguió,selesoltó,volvióaagarrarla,ysedeslizóunosmetrosquemándoselaspalmas, hasta que sus manos se soltaron por voluntad propia. Los últimos dosmetros fueron en caída libre. Se precipitó contra la pasarela inmisericorde,golpeándose el coxis y los omóplatos. Antes de que el dolor hiciera acto depresencia, la figura de Slatcher tapó el sol al descender por la cuerda y dejarseluegocaer,consusenormesbotashaciéndosemásgrandespormomentos.Evansepusoenpiedandounavolteretahaciaatrás, lanzóunarápidamiradaen
derredorbuscandolaWilsoncaídaysealejódandotumboshaciaelaparcamientoysu camioneta. El aterrizaje de Slatcher sacudió la pasarela. Al cabo de unossegundos, las atronadoras pisadas se convirtieron en un redoble de tambor queperseguíaaEvan.Apesardequeeldoloreracomounadagaclavadaensusentrañasqueseextendía
portodosucuerpo,Evansiguiócorriendoytratandodesacardelbolsillolallavedelacajadelacamioneta.Alllegaralaazoteadelaparcamiento,derrapóalgirarparadirigirsealacamionetayestuvoapuntodeperderelequilibrio.Morenasehabíaesfumadohacíarato;Evanlehabíadichoquehuyera,queélse
aseguraría de que no la siguiera nadie. Era una promesa a largo plazo. Al otroextremo de la planta se abrió la puerta de un ascensor y una familia de cuatromiembros dio un respingo al ver la escena que se desarrollaba allí. El padre seinclinóparadarlerepetidamenteaunbotón,yelascensorvolvióallevárselos.Conmanosmagulladasydoloridas,Evanlogrósacartorpementelasllaves,sele
cayeronylasrecogió,sindejardepercibirtodoeltiempoqueSlatcherseacercabacomo un enorme peñasco rodando hacia él. Como pudo, metió la llave en laprimeracaja,agarrólaescopetaporlaculataparasacarladeuntirónysellevópordelantelacatanaenvainadaylascajasdemuniciones,quesedesparramaronporlaazotea.Slatcherseabalanzósobreél.NotuvotiempoparaapuntarleconlaBenelli,apenasparainclinarseyesquivara
aquellamole.Slatcherlegolpeóderefilónylaescopetasaliódisparada.ElpropioSlatcher se estrelló contra el suelo de la camioneta. La colisión fue sísmica. Sushuesoscrujieron,peroélsoloprofirióunlevegruñido.Evanse lanzóenplanchaporlaescopeta,peroestasedeslizólejosdesualcancehacialosbarrotesmetálicosque protegían el ancho saliente de hormigón. Había cartuchos rojos por todaspartes. Slatcher saltó de la camioneta al suelo y estuvo a punto de resbalar alpisarlos,perorecobróelequilibrioysecuadróanteEvan,quesepusoenpiecondificultadyresollando.Slatcher se encorvaba, evitando apoyarse en la cadera lastimada. La barbilla
partida lehabíapintadounbaberocarmesíen lacamisa.Lecorríasangrepor losbrazos y le goteaba de los dedos. La colisión con la camioneta lo había dejadoaturdido.EraunaoportunidadqueEvandebíaaprovechar.Slatcheravanzópesadamentehaciaélmoviendolasmanosenposicióndelucha.
Evanloesquivó,obligándoleagirardelladoequivocadoyaapoyarelpesoenlacadera dañada. Slatcher apretó los dientes y dio un paso tembloroso. Sus huesoscrujieron. Antes de que pudiera recobrarse, Evan saltó y le asestó una patadaoblicua de wing chun con el pie derecho, girando para impulsar el talón conintencióndegolpearlapiernaavanzadadeSlatcher.Acertódeplenoenlarodilla,quecrujió.Suadversario aullóypareció flaquear,pero logrómantenerseenpie.Por un instante Evan perdió el equilibrio, tiempo suficiente para que Slatcheravanzaracojeando,girarasus robustascaderasy ledieraunpuñetazoenelplexosolar.Evansintióunestallidodedolorenlaherida.Lafuerzadelgolpeloderribóyya
solotuvounavisiónlateraldelaazoteaaldeslizarsehaciaatrásychocarcontralabarandilla protectora. Se dio con la coronilla en el metal y el mundo se volvióborrosodeprontoacausadelaconmoción.Elhormigónrecalentadoporelsollequemó la mejilla, y sintió un curioso desapego cuando vio a Slatcher caminararrastrandolospiesporelsueloinclinado,aumentandodetamañoconcadapaso.Evan parpadeó para recobrarse.Volvió la cabeza.Al otro lado de la barandilla
solo vio el saliente de hormigón que formaba un anillo de tresmetros de anchoalrededor de la estructura del aparcamiento, cubierto de paneles solares queparecían pétalos de cristal verde oscuro. Más allá, una caída a plomo de sieteplantas.Volvióapestañearconmásfuerzayvioquesutrayectoriahastaestrellarsecontra la barandilla había desplazado también la catana, que estaba ahora en elborde de la barandilla, al igual que varios cartuchos que seguían girando comopeonzas.PeroEvannosedetuvoenellos,sinoenlaescopetaBenelli,queestabaunpocomásallá,conelcañónvarioscentímetrosfueradelbordedelsaliente.Sesujetóalabarandillaparalevantarse,igualqueunboxeadorvaliéndosedelas
cuerdasdelring,ypasóporencima.ElpuñodeSlatcherlepasórozando,fallando
porunoscentímetros.Loscartuchoscayeronrepiqueteandoylaespadaconcluyósulentomediogiroparacaeryquedarencajadaentrelospanelessolares.Evangateóalolargodelcurvosalienteendirecciónalaescopeta,deslizándose
sobremanosy rodillas por los resbaladizos paneles solares.Oyó aSlatcher a suespalda, resquebrajando un panel solar al aterrizar pesadamente sobre él. Evanestirólosdedosaunoscentímetrosdelaculatadelarma.Slatcher se abalanzó sobre él y, al agarrarlo por la pantorrilla, impulsó hacia
delantelamanodeEvan,quesinquererempujólaBenelli.La escopeta se deslizó y cayó por el borde. Durante unos instantes flotó
recortándose contra el bonito telón de fondo acristalado de La Reverie. Luegodesapareció.LabrisaagitóloscabellosdeEvan,quenotóelagradablecalordelsolenlamejilla.Unmomentobucólicodelavidacotidiana.Entonces Slatcher tiró de él hacia atrás. Girando la cadera, Evan le soltó una
patadacontodalaenergíaquelequedaba.Elempeinedesupielogolpeójustopordebajodelamandíbula.Logróengancharlelacabezaylehizogirarhaciaelbordedelsaliente.Los anchos dedos de Slatcher arañaron la lisa superficie de silicio tratando de
agarrarseydispersaronloscartuchoscaídos.Suspiernasacabaroncolgandoporelborde,yacontinuación también lascaderas.Supeso loarrastrabahaciaelvacío.Apoyóloscodosenelborde,perofinalmenteresbalaron.Slatcheragitóunamanoensangrentadayatrapóalgo.Lacatanaenvainada,atascadaentredospanelessolares.Sobresalía del borde del anillo como una bandera en sumástil colocado en el
lateral de un edificio. El peso de Slatcher tiró de la catana, desplazándolahorizontalmente,hastaquelalargaempuñaduraquedóatascadaentrelospanelesyelsalientedehormigón.ElpoderosobrazodeSlatcher temblaba.Laheridadebalahabíadesgarradolos
durostendonesylosdedosnosecerrabanbien.Un instante de suspense. Y finalmente Slatcher alzó la otra mano y se agarró
tambiénalavaina.Pocoapoco,Slatcherseimpulsóparavolveraencaramarsealsaliente.Atreintametrossobrelaacera.Lavainasedeslizóunpardecentímetroshaciafuera.Slatchersequedóinmóvil.
Silavainasesalíadeltodoycaía,éliríadetrás.Elequilibriosemantuvo.Trasunapausa,empezóaascenderdenuevocentímetroacentímetro.Mordiéndose lamejillapordentroparadominareldolor,Evansemovióhacia
Slatcherylaespada.Elrostrodesuenemigosetensóyunavenapalpitóensusien.Aunasí,persistióensuempeño.Evanllegóasualtura.Sesituódemaneraquepudieraarrojarloalvacíodeuna
patada, pero Slatcher lo observaba, listo para reaccionar incluso desde aquellaposicióntancomprometida.SilograbaalcanzarcualquierpartedelcuerpodeEvan,aestenolecabíadudadequeseaferraríaaellayloarrastraríaensucaída.Asípues,centrósuatenciónenlaespada.Seesforzóensacarladesuencajeentre
lospaneles,peroelpesodeSlatcherlamanteníaatascada.Agarrólavainaeintentódeslizarlaalolargodelaespada,perolapresiónhaciaabajoerademasiadofuerte.Slatcherseguíasubiendo.Loscodosseencontrabanyajustoporencimadelborde
dehormigón,casiapuntoparaauparse.Uncrujidolosparalizóaambos.Los ojos de Evan se posaron en la fisura de la vaina provocada por Peter al
dejarlacaer.Elcrujidodelagrietaserepitió.Lafisuraseamplió.Luegosebifurcó.LasfracturasseextendieronbajolasmanosdeSlatcher.AEvanselecortólarespiración.LosojosdeSlatcher,almismonivelquelosde
Evan,seabrieroncomoplatos,inyectadosensangre.Letemblabanloslabiosylanueznoparabademoverse.Amboshombresseobservaban,inmóviles.LavainasepartióenpedazosbajolosdedosdeSlatcher,queresbalaronaltirarde
élsupesonuevamentehaciaabajo.Slatchersoltóunamanoyluegolaotra,dejandoquelosfragmentoscayeranpara
aferrarseconlaspalmasalahojadelaespada.Evanesperabaqueelfiloledestrozaralasmanos,perono,porungolpedesuerte
Slatchercolgabadelborderomodelaespada.Conlosdientesapretados,Slatcherdejóescaparunsiseoregocijadoporsubuena
fortuna. Tensando los músculos, flexionó los brazos, y sus poderosos bícepselevarondenuevosucolosalfigura.El acero tamahagane de dos siglos de antigüedad se dobló, y el borde afilado
rechinó contra el saliente de hormigón.Elmetal, utilizado para fabricar balas decañónenlaépocaMeiji,noibaaromperse.Slatcherseelevóunoscentímetrosmásysurostrosubióporencimadelsaliente.Laempuñadurade laespadaera larga,diseñadaparaqueunsamurái lasujetara
con ambas manos. Además del trozo encajado entre los paneles solares, aúnsobresalíandiezcentímetrosmás.SuficientesparalosdedosdeEvan.Elcordónquelaenvolvíaleproporcionóunabuenasujeción.Elguardamanoredondo,otsuba,lepellizcólamano.Aferrandolaempuñaduracontodassusfuerzas,intentóliberarlaespada.Notuvo
suerte.Aunospasosdeél,Slatcherseguíaencaramándoseysusombraavanzabasobreel
salientecentímetroacentímetro.Laespadasemovió ligeramenteen lamanodeEvanyestecomprendióqueno
podríaliberarla,peroquizásípodríadarlelavuelta.Conunesfuerzosupremo,girólaempuñaduracomosifueraelaceleradordeuna
motocicleta.Alprincipionoocurriónada,pero luego lahojagiróunpocoensuinesperadoatasco.EllevemovimientohizoqueSlatchercayeravarioscentímetros.Evansiguiógirandoelbordeafiladohaciaarriba.Laespadarotóatrompicones.
Slatcher perdía terreno, su corpulenta figura colgaba de la hoja. Sus enormesmanos,desgarradasyensangrentadas,temblabanviolentamente.Conunbramido,Evanlogróquelaespadagiraramásyelbordeafiladoapuntara
porfinhaciaarriba.Seprodujouninstantedetensión.LamiradafrenéticadeSlatcherseelevóhasta
Evan,yluegolacatanahizoloquesepretendíaconsudiseño.LahojasajólosdedosdeSlatcherporlosnudillos.Élmanoteóhaciaatrás,como
nadandodeespaldassinagua.SumiradasecruzóconladeEvanuninstante,yluegoSlatchercayó.Evanlovio
descenderenpicadoenelreflejodeloscristalesdeLaReverie,hastaquetambiénesodesapareciódelavista.NoviocómoseestampabaSlatchercontrasuScionmorado,perolooyó.
54
No
Evan enfiló la rampa con su Ford y descendió siete plantas hasta la calle. LassirenasdelaPolicíaaúnseoíanavariascalles,atrapadosloscochespatrullaenelcongestionado tráfico del Strip. Rodeado por un círculo de horrorizadostranseúntes, el cuerpo de Slatcher yacía aplastado contra el techo de su coche.Eldestrozo ocasionado por la caída lo había dejado prácticamente irreconocible.Había varios dedos desperdigados por la acera, como confeti adornando elmacabroespectáculo.Evansepusounasudaderaparacubrir lacamisaensangrentadayseabriópaso
entrelamultitud,moviéndoseconrapidezyagachandolacabezaparaquenadiesefijaraensucaramagullada.–¡Disculpen!¡Soymédico!–Aparentandocomprobarleelpulso,Evanregistrólos
bolsillosdeSlatcherysoloencontróundelgadoestuchemetálico.Los curiosos parecían demasiado aterrados para fijarse en Evan. Lanzaban
miradasahurtadillasytomabanfotosconsusiPhones.Unachicallorabacontraelpechodesunovio,dandopataditasenelsuelo,muyalterada.Evan se escabulló y encontró su escopeta en un seto al pie del edificio de
aparcamientos.SuWilson1911sehallabaenlaaceraalotroladodelacalle,juntoaLaReverie,ylavigilabanvariosempleados,asíqueladejóallí.Volvió a la camionetay se alejó justo cuando los cochesde laPolicía llegaban
entre chirridos de neumáticos. Mientras esperaba en la congestionada rampa deaccesoalaautopista,sesubiólacamisaparaexaminarseelestómago.Lassuturassehabíanrotoylaheridaestabaabierta,perolaarterianosehabíarasgado.Circuló por la autopista durante una hora antes de detenerse para examinar el
estuchemetálico.Diezuñas.Unalentedecontacto.Dioungolpecitoconeldedoenlalenteyestacobróvida,adquiriendoelbrillode
unapantalladeordenador.Siguióconduciendohastaunafarmacia,dondecomprólíquidoparalentillas.De
vuelta en el coche, estacionó en un extremo del aparcamiento y empapó bien lalentilla,porsiacasolehabíanpuestoveneno.
Luegoselacolocóenelojo.Lasuñasseajustaronsobrelassuyasfácilmente.Esperó.Aparecióuncursor.Centelleóenrojovariasvecesyluegosevolvióverde.Evanaguardó,inmóvil.Hastaquesurgióunaúnicalíneadetexto.HUÉRFANOO?NO,tecleóEvan,ysedesconectó.
55
Trabajosilencioso
Esanoche,despuésdevolveracoserselaheridayasearseencasa,EvansaliódelascensorenlasextaplantadelCentroMédicoKaiserdeSunsetBoulevard.Sonrióalaenfermerasupervisorade laplantay levantódosbolsas llenasdecomidade lacafeteríadelaplantabaja.–Traigolacenaparalasotrasvíctimasdelaccidentedecoche.Ellaviosuojoalafuneralaylepermitiópasarconunainclinacióndelacabeza.UnahoradeindagaciónenlaBóvedahabíaconfirmadosuspeoresexpectativas,
conduciéndolehastaallí.Las tiras de espumillón plateado de los pasillos parecían adornos de Navidad
colocados en el últimomomento. La habitación 614 se encontraba a su derecha.Cogióelgráficoquehabíajuntoalapuertaypasóalotroladodelascortinassinsaberacienciaciertacuáleralagravedaddelpaciente.Un hombre yacía inconsciente, la cabeza envuelta como una momia, el brazo
derechoescayoladoyunapiernasujetaenalto.Untuboendotraquealsurgíadesugarganta,perounrápidovistazoalosmonitoresmostróaEvanquelaventilaciónmecánicaerasolodeapoyo.MemoVázquezhabíaacabadoentrandoporfinenelsistema.Evanrepasólosgráficos, tomónotadelasfracturas, lascontusiones,elpulmón
colapsado, la perforación intestinal. Los narcotraficantes se habían cobrado en elcuerpo de Vázquez las drogas desaparecidas. Pero ¿habían cumplido también supromesa?Posó suavemente una mano sobre el brazo de Memo, e instantes después el
hombreseagitó.Susnegrosojosseabrieronbajolasvendas.AlzóunamanounoscentímetrossobrelassábanasyEvanlatomó.Memolaapretódébilmente.Teníalacabezahaciaatrásenunincómodoángulo.–Siento no haberle creído –dijo Evan. Respiró hondo antes de preguntar–: ¿Se
llevaronaIsa?Memo soltó la mano de Evan e hizo el gesto de escribir en el aire. Evan le
proporcionópapelylápiz.Conmano temblorosa,Memoescribió:«sí».Luegoescribiócongranesfuerzo:
«quépasósucara?»–Deberíaveralotrotipo–sonrióEvan–.Bien,¿puededecirmedóndeencontrara
losmalos?Lamanovolvióamoverse.Lellevócasicincominutosescribirladireccióndeun
almacén.Noeraunadirección,sinounaseriedetoscasinstruccionesenunamezcladeespañoleinglésfonético.Bastaría.Evanseguardóelpapel.–Ahoratodoirábien.Memo hizo un nuevo gesto para que le diera el lápiz. Sujetándolo débilmente,
escribió:«nosdeportaránnotengotarjetasoyilegal».Evandejóelblocjuntoalamano.–Yano–dijo–.Sunombresehaincorporadoalalistadeadmitidosdelabasede
datosdeInmigración.Mañanaleenviaránporcorreoelpermisoderesidenciaasucasa.UnregalodeNavidad.–Echóunúltimovistazoalgráficoylodejósobrelabandeja–.Lehandadounabuenapaliza.Memovolvióagarabatearconellápiz:«deberíaveralotrotipo».Evansonrió.PercibióundestelloderegocijoenlosojosdeMemoantesdeque
volvieranaensombrecerseporlapreocupación.–Descanse–leaconsejó.Palmeólavendadamanoysediolavueltaparairse–.Yo
meencargodetodo.Desdeeltejadodeamiantodeunalmacéncondenadoalderribo,Evanentróporla
alta ventana de guillotina y se giró para agarrarse al alféizar interior. Sus botascolgaronatresmetrosdelsuelodehormigón.Sedioimpulsoparasaltaryaterrizócon las rodillas flexionadas y el cuerpo ladeado para que no absorbiera todo elimpactodegolpe.Aunque había un viejo colchón individual en un rincón, la chica dormía en el
suelo. El pequeño espacio de almacenamiento estaba vacío, por lo que constituíaunaceldaimprovisada.Lasparedesdesnudasdejabanoíraloshombresquediscutíaneneldesvencijado
despachodel encargadoquehabía al final del pasillo.A través de una claraboya,Evanloshabíaobservadoalostresarmandojaleoporunabalanzadigital.Lucíantatuajesdelágrimasyotrostípicosdepresidiarios.Habíaunacámaradeseguridadqueseguramenteenviabaimágenesendirectoaalgúnotrositio.Elrestodelantiguotaller clandestino estaba abandonado. Una pared de la planta principal se habíaderrumbadoylosescombrosseesparcíansobreoxidadostelaresindustriales.EvanselevantóenaqueldiminutoespacioyseacercósigilosamenteaIsa,parano
asustarla.Alllegarasulado,sediocuentadequeIsahabíadesdeñadolacamaparaque su peluche pudiera dormir en ella. La osita rosa con la orejamordisqueadaestabacómodamentearropadabajolaúnicasábanadelacamayconlacabezasobre
laalmohada.Evanletocósuavementeelhombro.La chica se despertó. Tal vez tuviera doce o trece años, resultaba difícil
determinarloporsuestado.Susojosoblicuosparecíansonreír.–Meenvíatupadre–susurróEvan.Ellaasintiósacandolalenguaunpocosobreellabioinferior.Evanseñalólaositarosa.–¿Cómosellama?–Baby.–Laestáscuidandomuybien.–Sí.Seasustaenseguida–dijoellaenvozbaja,arrastrandolaspalabras.–Esafortunadadetenerteati–dijoEvan.Lachicalededicóunasonrisadeorgullo,alzandosusgordezuelospulgares.–Ahora tengo que salir unmomento –añadióEvan–. Tú quédate aquí conBaby
paraasegurartedequesesienteasalvo,¿vale?–Ajá.Evanmetiólamanoenunbolsillodelpantalón.–Ahoramevoy a poner estamáscara.Nodejes queBaby se asuste.No es para
asustarlaaella.–SepusounamáscaradePolartecnegroquelecubríatodalacaramenoslosojos.–Unamáscara.–Ellalesonrió–.Comoladeunsuperhéroe.–Comounsuperhéroe.–Evandesplegósuequipodevisiónnocturnamonocular.
Seciñóasucabezaperfectamente,conlalentedealtaresoluciónsituadasobreunojo,loqueledejabalasmanoslibres.–¿Estarásbienaquísoladuranteunratito?–Puesclaro.Evansetranquilizópensandoenelcuchillodecombatequellevabaalcinto.Losdisparosasustaríanalachica.Tendríaquerealizarsutrabajoensilencio.Posó lasmanos suavemente sobre los hombros de Isa y lamiró con su ojo de
cíclope.–Las luces se van a apagar.Perodespués laPolicía llegarámuypronto.Yome
encargarédeeso.¿Deacuerdo?–Ajá.Evansacóeljuegodeganzúasdelbolsillodeatrás.–Eresunajovencitamuyvaliente–dijo,ysevolvióparaconcentrarseenlapuerta.–Lapuertaestácerrada.–Nopasanada.–Meneósusganzúas–.Yopuedoatravesarlaspuertas.EllaparpadeóyEvanyanoestaba.Mástarde,devueltaencasa,enladucha,Evanapoyólasmanosenlosazulejos,
inclinándosebajoelchorrocaliente.Elaguaquecaíadelaalcachofaenformadelluvialelimpiólacaradesalpicadurasrojas.Sefrotómanosybrazos,provocandoriachuelosrojos.Habíamuchasangre.Noerasuya.
56
ElDécimoMandamiento
Evansehallabainmersoenunprofundoysatisfactoriosueñocuandoelzumbidodelmóvil loarrastróhacialasuperficie.SediolavueltaparasentarseenlacamaflotanteytendiólamanohaciaelRoamZone.Notabatiranteslasnuevassuturasdelestómago.Antesdequepudierahablar,oyólavozdeDanika.–Ayúdame.Porfavor,Evan.Séquetehetraicionado,peronoteníaalternativa.De
verdad.Suspalabrassurgíanaborbotonesysurespiraciónerajadeantecomosiestuviera
corriendo.–Siemprehayalternativas–replicóEvan.–No tengo a nadie más. –Sus pasos se oyeron más fuertes, resonando entre
paredesestrechas.¿Unaescalera?–.Yanomenecesitan.Ahorasoyprescindible.–¿Quiéntepersigue?–EltipoqueestáporencimadeSlatcher,creo.Eltipoqueestádetrásdetodo.Suspiesnotabanelfríodelsuelodehormigónysoloentoncessediocuentade
queestabadepie.–Estoyentucasa–dijoella.Lentamente,Evanvolviólacabezahacialapuertadeldormitorio.–¿Micasa?Elruidodeunapuertaalcerrarsedegolpe,yluegoellajadeóensuoído:–Elloft.Evandejóescaparelairequeretenía.–Hevenidoabuscarte–dijoella.EvanfuealcuartodebañoyentróenlaBóveda.–Ellosyaconocenesesitio.–Notengootrositioadondeir.–Sollozaba–.Pagaronmideuda.Lespertenecía.Si
noteentregaba,ibana...–Todoesoyalosé.–Evanmoviólosdedosvelozmentesobreeltecladohastaque
accedióalasimágenesdeseguridaddelloft.AllíestabalamujerqueparaélseguíasiendoKatrin,conlaespaldaapoyadaenla
puerta,unbrazopegadoa lahojacomosiquisieracontener lasembestidasdeunariete, y la otra mano apretando lo que parecía un móvil de prepago contra lamejilla.Supechosemovíaagitadamenteyelruborlesubíaporelcuellomarfileño.–Meprometieronquecadadisparoqueoyeraseríaunabalaquelemeteríanami
hijaenunaextremidad.–Ahorallorabadesconsoladamente–.Cuandoestábamosenel motel, pensé que ya habían empezado. Pensé que era eso lo que oía. Iban amutilarla.Aunqueellanoquieraverme,esmihija.Mihija.Laúnicacosabuenaquehehechoenlavida.Lajodímuchasvecescomomadre,peronopodíapermitirlesquelohicieran.Pasaraloquepasara,nopodíadejarquehicierandañoamihija.Danika se alejó de la puerta para adentrarse en el loft. Luego, manteniendo el
teléfonopegadoa laoreja,miródirectamenteaunade lascámarasdevigilancia.UngélidoescalofríorecorriólaespinadorsaldeEvan.Ellaconocíalaexistenciadelas cámaras desde el principio.Durante tres días la había observado y ella no sehabíadelatadoenningúnmomento.Sulargaexperienciaenlasmesasdepóquerlehabíansidoútiles.–Elhombrequevatrasdeti–dijoEvan–,¿tedioelpasaporte?–No.Nuncalohevisto.Slatchermellevóarecogerlo.–¿Adónde?–AlEdificioFederal.EnWestwood.OtroescalofríovolvióarecorreraEvan.ElEdificioFederalloconfirmabatodo.El frío de la Bóveda lo caló hasta los huesos y tuvo que refrenar un
estremecimiento.–Ellosmedijeron loquedebíahacer–explicóDanika–.Medijeron todo loque
debíahacer.Peroahorayanoséquédebohacer.–Sabesdemasiado.Teencontrarán,esoseguro.Igualqueteencontraríayo.UnossollozossilenciosossacudieronelpechodeDanika.–Porfavor,Evan.NuncalehepedidoperdónaSammy.Yanomeimportamorir,
peroprimeromegustaríatenerlaoportunidaddehacerlo.Tenecesito.Necesitotuayuda.Evan sopesó elDécimoMandamiento, elmás importante: «Nunca permitas que
muerauninocente.»Ellanoerainocente,peroseguíasiendouninocente.Evantuvoquelucharcontratodossusinstintos.Décadasdehábitos,automatismos.–Nopuedoayudarte–respondióalfin,haciendounesfuerzosupremo.Danikamiraba a la cámara como si pudiera verlo a través de ella, aunque por
supuestoeraimposible.–¿Nopuedesonoquieres?Evandejódelucharcontraelfríoysepermitióunestremecimiento.–Eso–dijo.
Ellaseacercóaúnmásalacámaraincrustadaenlosarmariosaltosdelacocina,mirándolaconexpresióntriste.–¿Yvasadejarquemematen?Piellechosa.Lacurvadesuscaderas.Aquelloslabioscarnososyrojoscomolasangreapretadoscontralossuyos.–Tehabría ayudado–dijo–. Si hubieras confiado enmí, yo lo habría arreglado
todo.–Lo sé. Ahora lo sé. –En sus mejillas brillaban las lágrimas–. Pero ellos me
encontraronantes.Alotroladodelalínea,Evanoyóunchirridodeneumáticos,yluegoelladesvió
lamiradahacialapareddecristal.–¡Oh,Diosmío!–exclamó–.Yaestáaquí.Essucoche.Evan,¿quéhago?–Estaba
aterrorizada.Evansintióunnudoenlagarganta.–Losiento,Danika.–Evan,dimequéhago.¿Quéhago?–Corrióhacialaventanaysepusodepuntillas
paramirarhacia abajo.Luegocorrióhacia lapuertaprincipal.La abrió, chillóyvolvióa cerrarladegolpe–. ¡Está enelpasillo,Evan!–Rápidamente sedirigióalcentrodelloft,estirandoelcuelloparamirarhaciaarriba,comosiquisieramirarloaélalosojos–.Porfavor.Malditasea,Evan.¡Ayúdame,porfavor!«Nuncapermitasquemueraun...»La puerta principal se abrió con estrépito. Se oyó el disparo de un arma con
silenciador,ylacabezadeDanikaseladeóconunasacudida.Cayósobrelacaderaysus manos dieron contra el suelo. Los rígidos brazos cedieron grácilmente. Sedeslizóhastayacerdelado.Expiró.Alguiencorpulentoentróenelapartamentoycerrólapuertasilenciosamentede
espaldasalascámarasdevigilancia.Unascuantasastillassobresalíancomoespinasde cactus alrededor del cerrojo reventado.Aunquehabíandisparado sobre ambascerraduras,lapuertatodavíapodíacerrarse.Desdeelpasillo,nadiesedaríacuentadenada.Manteniendolacabezabaja,elhombreseacercóaDanikaylepegóotrotiroenelpecho,quediounasacudida.Lapistolaacabóenfundadaenunapistoleraquellevababajoelbrazo,yluegoelhombreseacuclillópararecogerelmóvildeDanika,todavíaconectado.CharlesvanSciverseincorporó,llevándoseelmóvilaloído.Miróalacámarade
seguridadprincipalysonrió.–Hola,Evan–dijo.
57
Otraventanailuminada
Unoskilosmás,lasmejillasmásllenas,lacaramásrubicunda.–Hola,Charles–dijoEvanconvozronca.VanSciversepaseótranquilamenteporelloft.–Hay367.159personas soloenEstadosUnidosque tienen tumismonombrede
pila–dijo–.Esoesunodecada854.–Laspalabras le llegabana travésde la líneaconunleveretraso,perdidalasincroníaconelmovimientodelabocadeCharles,loqueconferíaasuspalabrasunefectosobrenatural–.Porsupuestorenunciasteaeseburdoapellido tuyohaceaños.MuchoantesdeOslo.Asíquehasido todoundesafío.–MealegrodenollamarmeIgnatius.Charlessonríoconsuficiencia.SedetuvoanteDanikaycontemplósucadáver.El
charcooscuroquehabíabajosucabezaseexpandíalentamente.–Ellosestánindefensosytúeresfuerte–dijo–.Esaestudebilidad,Evan,siempre
lohasido.Eresdemasiadoblando.Evan pensó en el pasaporte falso, pero emitido debidamente a través del
Departamento de Estado. Pensó en cómo lo habían rastreado a través de quinceservicios de centralita en todo el mundo. Y que Slatcher jamás se molestaba encambiarelScionporotrovehículo...porquelasautoridadesnolebuscaban.–Túnoeresunradicallibre–dijoEvan–.Tienesautorizacióndelgobierno.–Almenos lamismaque tuvimos siempre.Pero sí, sigodentro, si te refieres a
eso.–¿Quiéntedirige?–¿Quiénme dirige? –De nuevoCharles esbozó esa sonrisa petulante que hacía
recordar a Evan las canchas de baloncesto de asfalto agrietado, los platos demacarrones con queso, los dormitorios atestados del Albergue Pride HouseGroup–.Nadiemedirige.Esmío.–¿Quéestuyo?–Todo.Al comprender por fin, a Evan se le revolvió el estómago. Mentiras apiladas
sobremontonesdementiras,hastaquelosjironesdesupasadocayeronsobreélen
avalancha.–ElProgramaHuérfanonoseinterrumpiónunca.–Supropósitohacambiado.Peroyosoyeljefe.–¿Cuántosquedamos?–Suficientes–respondióCharles.–¿Cómohallastemirastro?–Oh,noimaginas lodifícilquefueseguir lapistaalHombredeNingunaParte.
Diseñamos un programa de búsqueda y procesamiento de datos para analizarinformes policiales de crímenes. Dio con la muerte de William Chambers.PartiendodeahíllegamosaMorenaAguilar.–¿Quémedelató?–Elobjetivonosllamólaatención.Policorrupto,muchasacusaciones...untrabajo
hecho a tu medida. Y el informe forense. El estriado demostraba que le habíandisparado con una 1911, tu pistola preferida durante años, aunque la municiónutilizada nos despistó al principio. Por lo general usas puntas huecas, pero esanochedisparastebalasmacizasdequincegramos.Entoncescomprendíqueenaquelbarriotanconcurridoutilizaríasmuniciónsubsónicaparaevitarlahuellasónicadela bala. Pero lo que realmente te delató fue el dinero que dejaste para pagar elalquiler de la chica. ¿Qué hace una pobre chica salvadoreña con billetes de ciendólares?«Unanegligencia»,pensóEvan.–Noqueríamos que ella se enterara de nada, por si acaso necesitábamos usarla
más adelante –explicó Charles–. Pero no esperábamos que te proporcionara unnuevoclientetanpronto.–Porqueesointerferíaconlafalsaclientaquehabíaispreparado.CharlesdiounpuntapiéalcuerpodeDanika.–Esoes.–Querías colocarme a alguien conquien tuviera una relaciónmás cercanapara
queteinformarasobremilocalización.–Yasabescómoes.Necesitábamostenercontrolada tuposiciónpararealizarun
ataquecoordinadoenunperímetrodefácilvigilancia.–Porejemplo,unmotel.–Eso.Yaunasí,fíjatecómoacabó.Poresocambiamoselclienteycolocamosun
peón con el que pudiéramos moverte por el tablero. –Sus ojos se desviaron denuevohaciaelcadáverqueteníaasuspies–.Necesitábamosconocertulocalizacióncon tiempo suficiente para planear la misión. Esperábamos que te quedaras adormirenelloft,peroerescomountiburón,siempreenmovimiento.–¿DóndeencontrasteisaDanika?–Oh, teníamos varios candidatos, pero estábamos esperando a tener una pista
sobreti.LlevábamosuntiempovigilandoaDanika.Parecíalamásadecuada.Evantardóunosinstantesenasimilaraquello.–¿Asíqueporesomeperseguís?–preguntóalfin–.¿Pormitrabajogratuito?–Por supuesto que no. –Charles cerró los ojos en un gesto de frustración–. Te
perseguimospor toda la informaciónque tienesen la cabeza.Noes seguro tenerunaherramientacomotúencirculación.–Lomismosepuededecirdeti.–Yonoestoyencirculación.–Medijeronquehabíascambiadodebando.Charlespareciósorprendido.–Nuncahecambiadodebando.–Aquelverano,despuésdeOslo,meordenaronmatarte.Menegué.–Adosdenosotrosnosordenaronmatarteatieseverano.Fuelaprimeravezque
permitieronquedosHuérfanostrabajaranjuntos.Tusupervisortemintió.Siemprefuistetúelobjetivo.Simplementenoconseguíamosencontrarte.Hastaahora.–Entonces,¿porqué...?Alatenueluzdelosmonitores,Evandeprontolocomprendiótodo.Jacklehabía
enviado la foto de Charles sabiendo que lo reconocería, sabiendo que preferiríapasaralaclandestinidadantesquematarauncompañero.ElPlanNiebla.Jack le había asignado aquella falsa misión para advertirle y para que
desaparecieradel radar.Dehaber sabido laverdad, talvezhabríadecididoactuarcontra todoslosHuérfanosytodoelmalditogobierno.Habríaconseguidoquelomataran.LaexpresióndeCharlesdenotóqueéltambiénacababadedarsecuenta,yluego
volvió a esbozar la sonrisa de siempre. Con el teléfono en la oreja, se paseó entornoalcadáver.–Vaya,esosíquetienegracia.Nolosabías.¿PorquécreesquecayóJackJohns?
Portratardeprotegerte.Evantendiólamanohaciaatrásparasujetarsealasillaysentarse.RecordóaJack
alamesa,enrollandoespaguetiseneltenedor.«Lomásduronoesconvertirteenunasesino.Lomásduroesconseguirquesigassiendohumano.»Recordósuvoztensaantesdel fatídicoencuentrobajoelmonumentoa Jefferson.«Puedequehayaunafiltraciónennuestrolado.Noquierohacermever.Vigilomismovimientos.»Jackhabíaquebrantado innumerablesprotocolosparaproteger aEvan.Sabía el
riesgoquecorría.Ylohabíaaceptado.El dolor de Evan por la muerte de Jack nunca había remitido; seguía allí
enraizadoenlomásprofundodesuser.Seagitóahora,agrietandosuscimientos,oprimiéndoleelpecho.Abriólaboca,peronosaliópalabraalguna.Tan solo podía agradecer que Charles no viera su reacción. Pero Charles la
percibió. Dio media vuelta sobre los talones y miró a la cámara oculta en losarmariosdelacocina.–¿Porquéqueríanmatarme?–preguntóEvanhaciendounesfuerzo.–Noloentiendes,Evan.Noerapersonal.Losdroneslohancambiadotodo.Ahora
el Departamento de Estado puede apretar un botón cuando le dé la gana, y uncamión lleno de extremistas explota al otro lado delmundo. ¿Por qué aceptar elerrorhumanoytodoslosriesgosdiplomáticosqueimplicaunprogramacomoelnuestro?Yanonosnecesitan.Haceañosquesomosprescindibles.Yempezaronaliquidarnos.–Quieresdecirquenospermitieronliquidarnosentrenosotros.–Eso es. Y sigue siendo así. Tenemos que eliminar a los que suponen un alto
riesgo.–Todossuponemosunaltoriesgo,Charles.Esoesloquesomos.–Cierto –admitió–. Pero algunos perfiles de personalidad predecían unamayor
probabilidaddedesafío.–Comoelmío.–Comoeltuyo.–Entonces,siyohubieraaceptadomatarteytútehubierasnegadoamatarmeamí,
ahoramismoestaríamoslosdosenelladoopuestodelacámara.–Bueno,nodirásquenoteníanrazón,¿no?–¿ElnuevopropósitodelProgramaHuérfanoesasesinarHuérfanos?¿Esqueno
vescómoacabaráesto,Charles?Haránquesigamosmatándonosunosaotros...–Hastaquesoloquedeuno.–¿Esonotepreocupa?–No.–¿Porqué?–Porque–seacercóaúnmásalacámara–seréyo.–¿Yluegoqué?–preguntóEvan.PorunavezVanScivernosupoquécontestar.Evanaguardóy,talcomoesperaba,VanSciverdiounpasomáshacialacámara.
Evanqueríaquedieraotro,peroCharlessequedódondeestaba,fulminandolalenteconlamirada.–Daigualeltiempoquetardeenconseguirlo–dijo–.Teencontraré.–Adiós,Charles–dijoEvan.LaexpresióndeCharlescambió,ydiounleverespingoantesdequeEvanhiciera
clicconelratónparadetonarlacargaexplosivaocultaenlacámara.Lapantallasellenóderuidoestático,yaquetodoelcircuitodecámarasocultas
quedófritoacausadelaexplosión.Evanpermaneciósentadounratocontemplandoelruidoestáticocomosifuerauncódigoquedebíadescifrar.
PensóenladistanciaentreCharlesylapequeñacargaexplosiva,ysepreguntósielradiodeacciónhabríasidosuficiente.Cuandopor finse levantó, le fallaban laspiernas.Lasobligóa llevarlehasta la
cocina,dondeagitódosdedosdeJean-MarcXOhastaquelosdedosselequedaronpegadosa lacocteleradealuminio.Vertióelvodkaenunvaso,añadióunpalilloconolivasmanzanillaysedirigióalbalcónquedabaalcentrodelaciudad.Las preguntas (y las posibilidades) eran infinitas. Evan figuraba en una lista
secretadepersonasmásbuscadasenlaquenohabíaatracadoresamanoarmadanibarbudos con turbante, sino individuos con entrenamiento y recursosproporcionados por elmismo gobierno que ahora pretendía eliminarlos. Lo quesignificaba que quizá tuviera aliados además de adversarios. ¿Quién más seencontrabaenaquellalistadeobjetivos,yquiénmásqueríautilizarla?Charles le había asegurado que el Programa Huérfano seguía activo bajo su
direcciónenunnuevoformato,diezmadoperomortífero.HastaahíEvancreíaensus palabras. En aquel momento, el programa se dedicaba a liquidar a antiguosHuérfanos que consideraran de alto riesgo. Eso también se lo creía. Pero nadiepodía adivinar qué otro propósito podía tener Charles enmente una vez hubieraasumidoelmandototaldelprograma.Evan se apoyó en la barandilla y contempló la vista de Los Ángeles mientras
bebíasuvodka.Enalgún lugar,entreaquellas lucesbrillantes, seencontrabansusperseguidores,yallíestabaél,ynopodíanencontrarlo.Esanocheno.Esanochenoeramásqueotraventanailuminadaentremillonesdeellas.
58
Regalodedespedida
HacíasolodosdíasquehabíanencontradoelcadáverdesumadreenelparqueGriffith, en un arroyuelo boscoso, tras un anticuado tiovivo, y aunque SamanthaWhite llevaba años esperando una llamada así en plena noche, una parte de ellaseguía conmocionada.Y otra parte había aceptado finalmente la derrota sobre supropiavida.EracomosisumadrehubieradespejadoelcaminoparaqueSamdieraunpasoadelanteyocuparaelmiserablelugarqueellahabíadejado.Sam atravesaba el campus a paso vivo en dirección a la oficina de ayuda
económica,conunmontóndeavisosdeimpagodelpréstamoparaestudiantes.Suasesoralehabíadejadotresmensajes,yelhechodequeestuvieradispuestaaacudiral campus ese día precisamente para encontrarse con Sam significaba que elproblemaerarealmentegrave.VioungrupodechicosdefraternidadconeluniformedelosBruins,enardecidos
aún por el partido de fútbol americano del fin de semana. Los estudiantes deMedicinasalíanentropeldelBoyerHallconsuscuadernoscodificadosporcoloresy sus libros de texto. De todas formas, ¿a quién quería engañar? Nunca habíaencajadoallí.Siemprehabíasidouna impostora,unaperdedoraconunpasadodeperdedora.Y finalmente había llegado la hora de rendirse y aceptar su futuro deperdedora.TeníaunaamigaquetrabajabacomobancaenelHustlerCasinodeGardena.Era
un trabajo sórdido, claro, pero ganaba lo suficiente para pagar el alquiler de unapartamento y la letra de un Civic. Tal vez ella también pudiera conseguir unempleo allí y empezar a devolver los préstamos por los semestres que habíalogradoestudiarenlaUCLA.MásadelantepodíairseaLasVegasparaganarmásdinero.Igualquesumadre.«Ay.Ahíestáelproblema»,pensó.Después de haberse criado durmiendo en el coche delante de casinos cutres y
restaurantesabiertoslasveinticuatrohoras,Samansiaballevarunavidanormal.Lasuyanuncahabíasidounamadrecorriente.Siemprelehabíadadomásproblemasque alegrías, pero al menos había hecho algún gesto siempre que podía. Algúnregalo.Algodedineroparagasolina.Hastaquesehabíanvueltolastornas.Cuandoelforenseleentregaraelcadáver,Samusaríaloquequedabaensumagra
cuentacorrienteparapagarelentierro.Lafacturadeunafunerarianoeraelregalodedespedidaqueellaesperaba,peroDanikaseguíasiendosumadreymerecíatenersulugardedescanso.Se detuvo frente a la oficina de ayuda económica. La brisa agitó los avisos de
impago.Demodoqueasíacababatodo,noconunestallido,sinoconunsollozo,9enunafríamañanadediciembre.Samentróenlaoficinaynotóelcálidoambienteyelolorapino.Nohabíanadie
enlarecepción,comoeralógicoesedía,perolapuertadeldespachodeGeraldineestabaabiertaydesdeallíllamóalajoven.Sam entró en el despacho y Geraldine levantó la vista para mirarla con sus
compasivosojos.–Lamentomuchotupérdida.–¿Cómosehaenterado?Geraldineleseñalólasillaquehabíafrenteasumesa.–¿Porquénotesientas?–Mire,yalosé–repusoSam–,tengoquepagar.Sololepidoalgodetiempopara
encontraruntrabajodeverdad,yentoncesempezaréa...–Sam–lainterrumpióGeraldine–.Siéntate.Samsedejócaerenlasilla.–Pareceserquetuspréstamossehanpagado.–Hansidounpardedíasmuyduros,Geraldine.Notienegracia.–Se ha puesto en contacto conmigo un abogado que hablaba en nombre de tu
madre. Al parecer, ella estuvo poniendo dinero en una especie de fondo deeducaciónparati.–¿Unfondo?¿Quéfondo?¿Dedónde?–DelasIslasBaleares,enEspaña.Sam notó que se le encendía la cara y temió echarse a llorar y que Geraldine
pensaraqueeraporeldinero.Tragósaliva.Semordióellabioinferior.–¿Esohizo?–Haquedadolosuficienteparacubrirlosdosúltimosañosdematrícula–explicó
Geraldine–.Perotendrásquetrabajarparapagarteelalojamiento.Muda de asombro, Sam asintió. Tenía que salir de allí o empezaría a berrear
comouna idiota derealityshow. Se levantó rápidamente.Geraldine la imitó y letendiósuesbeltayfríamanoporencimadelescritorio.–FelizNavidad–dijo.
59
Lapróximavez
Evandespertóconunasensacióndepazporprimeravezenvariosmeses.Hacíaocho días que habían hallado el cadáver de Danika en el parque, a casi diezkilómetros de donde le habían disparado.ElL.A. Times había informado de unaexplosión de gas en un edificio del centro, pero no se hacía mención a ningúncadáver,nieldeDanikaWhitenieldeCharlesvanSciver.Alguienlohabíalimpiadotodo.O el propio Van Sciver o, si la carga explosiva lo había matado, otros de su
círculo.BuscaríanaEvan.YEvanlosbuscaríaaellos.Como había hecho a primera hora todas la mañanas y a última hora todas las
noches,sacólasuñasylalentedecontactodelestucheplateadodeSlatcheryselascolocó.Inicióelsistemayobservóeldestellodelcursor.Rojo,rojo,rojo.VanScivernodabaseñalesdevida.Alcabodeunminuto,bastantesatisfecho,loguardótodo.Mientrassevestía,pensóenloqueseavecinaba.Desdeluegocontinuaríaconsus
misiones como el Hombre de Ninguna Parte, pero tendría que esquivar ciertascomplicaciones.SeconocíasurelaciónconMemoVázquezyMorenaAguilar.Lomejorquepodíahacereranovolveraacercarseaellos.Dadaslascircunstancias,tendríaqueserélmismoquienencontraraasusiguientecliente.Peroprimerotalvezsetomaríaunbrevedescanso.Fue en coche a la tienda de bricolaje y compró unas tablas de roble rojo de
primera, pintura y masilla para madera. De vuelta en la Bóveda, observó lascámarasdevigilanciainterioresdeCastleHeights,esperandoaqueIdaRosenbaumsalieraadarsupaseodespuésdeldesayuno.Luegosedirigióalapartamento6G.Unavezconcluidoelarreglo,pasóelrestodelamañanarecorriendoelcircuito
depisosfrancos,dondecambióelhorariodelailuminaciónautomática,recogiólapropagandaycomprobóelestadodemantenimientodesureservadevehículosdeapoyo.Habíatalatascoenla405endirecciónsurqueparecíaunaparcamiento,demodo
que se desvió para enfilar una ruta por el desfiladero que atravesaba la colina.Veinteminutosmás tarde se encontraba en el interior deWally’sWine&Spirits,estudiandosuofertadelicores.LesquedabaunaúnicabotelladevodkaKauffmanLuxuryVintage.Sobreelmostradorhabíaunexpositorgiratorioqueconteníavasos,sacacorchos
yabridores.Mientrasesperabasuturno,Evanlediounpequeñoempujónparaquegirara.AparecióalavistaunacajadetiritasdelosTeleñecos.–¿Señor?¿Señor?Evanalzólavista.Mirandoporencimadelasgafas,ladependientaseñalabalabotella.–¿Estoestodo?–Sí–respondióél–.Estodo.Cuandollegóacasa,Evandetuvoelcocheenelpórtico.–Vaya, señorSmoak–seasombróel aparcacoches, apresurándosea recoger las
llaves–.¿Deverdadvaapermitirmeaparcarsucamioneta?–Túprocuranoatropellaranadie–dijoEvan,yelchavalsonrió.Enelinterior,tocadoconungorrodeSantaClaus,HughWaltersdabalosúltimos
toquesalosadornosdelárboldelvestíbulo.Desdeloaltodelaescalera,colocóunbajelenlapuntaenlugardeunángel.AlveraEvan,seencogiódehombros.–EstoesLosÁngeles–sejustificó.Más allá, junto a los buzones, JohnnyMiddleton se dio la vuelta para chocarle
esos cinco con excesivo entusiasmo. Desde que se habían enfrentado a aquellosgamberros, los intentos de Johnny por confraternizar se habían intensificado.Sintiéndosevagamenteestúpido,Evanchocóesoscincoyluegocomprobósiteníacorreo.EnelbuzónhabíaunacajarectangulardeGenYourationLabs.Laestabaesperando.Abrióelpaqueteyleyóunpocodecaminoalascensor.–Pisoveintiuno–informóalmostradordeseguridad.–Sí,señorSmoak.Evansedetuvo.–Yfelicesfiestas,Joaquín.–Igualmente.Subióalascensor.Cuandolaspuertassecerraban,unamanomarchitasedeslizó
por la abertura y las puertas volvieron a abrirse. La señora Rosenbaum entró.Echándosehaciaatrás,observóaEvan.–Veoqueseestácurandodesuaccidentedemotocicleta.–Asíes,señora.–MiHerb,queenpazdescanse,siempredecíaqueencerraríaanuestroshijosen
elsótanoantesquedejarlesmontarenunamotocicleta.–Sushijostuvieronsuertedetenerloscomopadres.Ella emitió un apagado sonido de aquiescencia. Ascendieron varios pisos en
silencio.–Eseinútildelencargadoporfinsehadignadoarreglarmeelmarcodelapuerta
estamañana.¿Quéleparece?–Debedeestarmuycontenta.–Supongoquequeríasacarseelproblemadeencimaparapoderdecirleatodoel
mundoquelohahechoesteaño.–Llegaronalsextopisoyellasaliódelascensordespacio–.Bueno,puesadiós.Evanbajóalllegaralduodécimoyenfilóelpasillo.Alpasarpordelantedel12F,
percibióunojochismosoenlamirilla.–Buenastardes,señoría.LavozamortiguadadePatJohnsonseoyótraslapuerta.–Buenastardes.Evan se detuvo frente a la última puerta. Dentro se oían vocesmás altas de lo
normal.–Tienes que dejarme quedar hastamedianoche. Tenemos que ver eso deNueva
York.–Esolodanalasnuevedeaquí.–¡Lovuelvenadar!Yquieroverfuegosartificiales.¿Ysivemoslamitad?–¡Nonegocioconterroristas!Evanllamóalapuerta.Se oyeron unos pasos y apareció el rostro deMia tras la cadena de seguridad.
Echólacabezalevementeatrás.–¿Evan?–Tengoun regalo tardíodeNavidadparaPeter.Omásbien supongoqueesun
regalo de despedida. Después de esto, no volveré a pasarme por aquí, tal comoquedamos.–Deacuerdo–dijoella.Lapuertasecerró,Miaquitólacadenayluegoledejópasar.–Tuojo–dijo–.¿Quéteha...?–Alzólasmanos–.Espera.Noimporta.Nada.Élsonrió.AunqueenrealidadMiasabíamuypocosobreél,deberíahaberhecho
el equipaje y haberse marchado de Castle Heights. Pero no lo había hecho. Alquedarse,Evanhabía aceptadoquevolviera a suvidaunpequeñísimomargendeconfianzaenlosdemás.Peterlosaludóconlamanodesdeelsofá,yEvanseacercóaél.Miaregresóala
cocinaparadejarlossolos.EvanseacuclillódelantedePeter,queapagóeltelevisor.Evanletendiólagruesa
carpetadeGenYourationLabs.–¿Sabesquéesesto?–¿ADNdedinosaurio?–Casi. Es tu ADN. –Evan abrió el informe impreso–. Tienes un cincuenta por
cientodemediterráneo,un treintaporcientodenórdicoyunonceporcientodelsudoesteasiático.–¡Asiático!–Sí.Miraaquí.Petersesentóenelbordedelsofá,cautivado.–Mola.–Molamucho.TuantepasadomásantiguosaliódeÁfricahacesesentaycincomil
años y cruzó elmar Rojo hasta la penínsulaArábiga. Pertenecía a un pueblo decazadores nómadas, con armas y herramientas. No temían enfrentarse a nuevastierrasynuevosdesafíos.–Evanvolviólapágina–.Acausadeunagransequía,tusantepasados siguieron a lasmanadas de animales salvajes a través del actual IránhastalasestepasdeAsiaCentral.–¿Quéesunaestepa?–Grandespraderas–contestóEvan–.Sonhermosas.–Giróelinformeparaqueel
niño loviera–.Miraestemapa.¿Vescómoemigró tupuebloa travésdeEuropa?Erancazadoresdegrandesanimalessalvajes.–¡Hala!–Hala,sí.–Evansiguiópasandolaspáginas–.Luegohubounaeraglacialymás
migraciones,yunapartedetivienedelosagricultoresdelaMedialunafértil.Perolo puedes leer tú mismo. –Le entregó el informe–. Dijiste que querías saber dedóndevenías.–Gracias.Meencanta.Mamámedijoquenovendríasmuchoporaquí.Lasfrasesenlazadascomofragmentosdeuntodo.Talvezloeran.–Escierto–dijoEvan.–Dijoqueyono loentenderéhastaqueseamayor,perocreoqueesoes loque
dicenlosmayorescuandonosabenquéhacer.–Losmayoresnosabenquéhacermásamenudodeloquecrees.–Esoesunasco–dijoPeter–.Avecesmesientosolo.Siendoelúniconiño.Evanreflexionóantesderesponder.–Alguienmuycercanoamímeenseñóacrearunespacioenmicabeza.Puedes
poner en él todo lo que quieras. No tienes por qué dejar que entre nadie. Peropuedesdejarqueentrequientúquieras.–ComoaBatman.OalcapitánJackSparrow.–Esoes.–Oati.
Evanasintió.–Oamí.–Adiós,EvanSmoak.–Adiós,PeterHall.ElniñoabrióelinformedeADNporelprincipioyempezóaleer.Evanselevantóyseencaminóalapuerta.Miaseasomóporlapuertadelacocina
yviolabolsadepapelquellevabaenlamano.–Porfinhasconseguidotuvodka,¿eh?–Yaves.–¿PreparándoteparacelebrarelAñoNuevo?–Másomenos.–¿Hastomadoyatusdecisiones?–preguntóella.–Todavíano.–Notienesmuchotiempo.–No.Supongoqueno.–Hizounapausa–.FelizAñoNuevo,Mia.Ellaseechóelpeloatrásysemordióellabio.–FelizAñoNuevo.Elpósitseguíapegadojuntoalapuerta,justodelantedeEvan:«Trátateatimismo
comosifuerasalguienalqueayudarfueraresponsabilidadtuya.»Evansepreguntósiahorateníaideadeloqueesosignificaba.Cuando llegó a su ático, estuvo ejercitándose con ganas. Luego se limpió las
suturas.Sediounaduchacalienteyleyóunrato.Pocoantesdelamedianoche,sesirvióunosdedosdeKauffmanconhielo.Depieantelaspantallasprotectoras,dejóqueelvodkalecalentaralabocaylagarganta.Texturasedosa,regustolimpio.Esporádicos fuegos artificiales saludaron la entrada del Año Nuevo como
estallidos lejanos en el horizonte. Bebió mientras contemplaba las espléndidascascadasdefuegoyluz.Cuandonolequedónadamásqueeltintineodeloscubitosdehielo,lavóelvasoenelfregadero.Undestellodelosfuegosartificialesiluminólamarcadeunamanoinfantilenel
Sub-Zero.EvanrecordóaPeterapoyándoseenlaneverayechándoleelalientoparaempañarelaceroinoxidable.Decidiódejarlacomoestaba.Recorrió el largo pasillo, pasando junto al sitio vacío donde colgaba la catana.
Trasprepararseparadormir,sesentóenlaplataformaMaglevysepusolalentedecontacto de alta definición y las uñas adhesivas de radiofrecuencia, como habíahechodurantelasúltimasnuevenoches.Elcursorparpadeóenrojo,rojo,rojo.Aliviado, se lo quitó todo y lo metió en el estuche plateado hasta la mañana
siguiente.
Apagó la luz y yació flotando en la oscuridad, desconectado de los demás, delmundo,delsuelomismoque teníadebajo.Absortoen lasposibilidadesdelnuevoañoqueempezaba,cerrólosojos.Contó hacia atrás desde diez, y empezaba a dormirse cuando sonó una alarma.
Abrió los ojos con una leve sonrisa. Tendió la mano para coger el mando adistanciaquehabíasobrelamesitadenocheyapagólaalarma.Nohabíanecesidaddecomprobarlosmonitores.Se levantó, encendió la luz y se acercó a la ventana.Unglobo flotaba frente al
cristal.Unamanoinfantilhabíaescritotorpementetrespalabrasconrotulador.LAPRÓXIMAVEZ.Evanabriólaventana,metióelgloboenlahabitaciónycortóelcordelconuna
nuevanavajaStrider,unaqueaúnnosehabíausadoparaacuchillarloaél.Dejóqueelglobofuerachocandolevementecontraeltechoyseacostó.Ibaaapagarlaluz,perosedetuvoamirarelestucheplateado.Unintentomás.Volvió a ponerse el equipo. El cursor apareció flotando virtualmente a corta
distanciadesucara.Parpadeóenrojo,rojo...Verde.Evanmirólaconexiónactivaduranteunosinstantes,notandoqueseleaceleraba
el corazón. No hizo intento alguno de teclear, y no apareció ningún texto.Transcurrierondiez segundos, luego treinta.Finalmente, apagóeldispositivoconcautela.Sequitólalenteylasuñas.Transportandoelestucheplateadocontantacautelacomosifueraunexplosivo,lo
dejóenlaBóvedayluegosefuealacama.
EPÍLOGO
Pérdida
Enun lugardesoladode lasnevadasmontañasAlleghenyardeun fuegoenunacabañayelhumosaleporlachimenea.Atravésdelasventanasseoyengruñidos.En el interior, un pesado sacode 135kilos llenode agua cuelga de una viga deltecho.Unmuchachodedoceaños,menudoperofuerte,golpeaelsacocontodassusfuerzas,conpuños,brazosyrodillas.Unhombrebajoyfornidoestádepiedetrásdeélconuncronómetroenlamano.Los golpes del muchacho se hacen más débiles y espaciados, y finalmente el
hombreparaelcronómetro.Elchicosedetiene,jadeante.–Albuquerque, molecular, treinta y siete, Henry Clay, Grand Slam, rayos X,
pérdida,diecinueve,Mónaco,indicado–diceelhombre–.¿Nueve?Elflacopechodelmuchachosubeybajaporlosjadeos.–Mónaco.–¿Dos?–Molecular.–¿Sumadeltresyelocho?–Cincuentayseis.Una serie de pitidos sordos atraen la atención del hombre. Se acerca a la
encimera, donde descansa un teléfono por satélite. Despliega la gruesa antenaapuntandoaltechoydescuelgaconunclic.–JackJohns–dice.Lavozllegachirrianteporlaestática.–Havueltoaesfumarse.–¿Asalvo?–Sí.Porelmomento.Jack cierra losojos, agacha la cabeza, exhalaun suspiro.Pasa lamanopor los
botonessuperioresdelacamisadefranela,yserascalapieltiranteyrelucientedela cicatriz en forma de dólar de plata que tiene cerca del hombro. Tantos añostranscurridosyaúnlepicacomoundemonioeninvierno.Lavozvuelveasonarchirriante.–¿Entendido?
–Entendido–confirmaJack.Luegolequitalabateríaalteléfonoyloarrojaalfuegodelachimenea.Elmuchachoseencuentraasulado.Hapercibidouncambioemocional.–¿Tehedichoyoquepares?–preguntaJack.–No,señor.–Elmuchachoregresajuntoalpesadosaco.Sobre los leños ardientes, el teléfono se ennegrece y derrite. Jack mantiene la
vista fija en las llamas danzantes. Tiene que carraspear dos veces antes de poderseguirconlaprueba.–¿Siete?–pregunta.–Pérdida–respondeelmuchacho.
Agradecimientos
Senecesitatodounpuebloparapublicarunlibro.Parapublicarunanuevaserie,senecesitatodaunaciudad.Teniéndoloencuenta,megustaríadarlasgraciasa:Sensei Brian Shiers, por enseñarme artes marciales mixtas. Adquirí muchos
conocimientosmientrasrecibíadiversas llavesdeestrangulamiento,golpesen losojosybarridosdepiernas.Mimédicodeatenciónprimariayyoseloagradecemos.BillyS_____,delasFuerzasEspecialesymaestroarmero.Sihayalguiendigno
de calzar unas botas de combate es él. Gracias por prestarme su cerebro y susarmas.Jeff Polacheck y la encantadora Pearl Polacheck, por ofrecerme una auténtica
perspectivadeloquesignificavivirenlasalturasconvistasalWilshireCorridordeLosÁngeles.Gracias por enfrentarse amis preguntasmientras yo curioseabaporpasilloslateralesyespaciosinservibles,tratandodeimaginarcómoconstruirlaFortalezadelaSoledaddeEvan.GeoffreyBaehr, conocedor de las tecnologías secretas e invasivas.Gracias por
enseñarleaEvancómonavegarporeluniversovirtualsinserdetectado.ProfesorJordanPeterson,eldelosproverbioscitados.Graciasporproporcionar
aMiaunaguíaparaeducarasuhijoypordarmeamíunaguíaparaeducarmeamímismo.MelissaLittle, reina restauradora deVintageMoviePosters, pormostrarme los
trucosdeloficioenloreferenteafalsificacionesdearteydedocumentos.Doctora Melissa Hurwitz y doctor Bret Nelson, por curar a mis personajes
heridosopermitirlesexpirarconladignidaddelaverosimilitud.Mieditor,KeithKhala,eldelojoperspicazylaéticaincansable,porayudarmea
dar forma a Evan Smoak. Y al resto de mi equipo deMinotaur Books (AndrewMartin,KelleyRagland,PaulHochman,JenniferEnderlin,SallyRichardson,HectorDeJeanyHannahBraaten)pordarleunhogar.CaspianDennis de laAbner SteinAgency, y a RowlandWhite y su espléndido
equipo deMichael Joseph/PenguinGroupUK, por cuidar deHuérfanoX en susoperaciones OCONUS (acrónimo de Outside the Contiguous United States,utilizado sobre todo militarmente para referirse a Alaska, Hawái y el resto depaíses).La insuperable Lisa Erbach Vance, así como Aaron Priest, John Richmond y
MelissaEdwards,delaAaronPriestAgency.Mi extraordinario equipo en la Creative Artists Agency: Trevor Astbury, Rob
Kenneally, Peter Micelli y Michelle Weiner, por darle a Evan una formidablepromoción.MarcH.Glick deGlick&Weintraub yStephenF.Breimer deBloom,Hergott,
Diemeretal.,quemehanapoyadodurantemásdedosdécadas.PhilipEisner,porsuojocríticodeescritorysusombríasensibilidad.DanaKaye,extraordinariapublicista.Yporsupuesto,MaureenSugden,lacorrectoraideal.CosaUno (Simba) y Cosa Dos (Cairo), queme acompañan al interior de cada
capítulo.HijaUnoeHijaDosporhacerquemealegredesalirdellibrocadanoche.YEsposaUno,poresevistobuenoquemedisteel26deseptiembrede2013.
Notas
1«Ningunaparte,ningúnlugar.»(N.delaT.)2Empresaprivadaparamilitarqueofreceserviciosdeseguridadyentrenamientomilitar.Contratistahabitualdel
DepartamentodeEstadoydelaCIA.ActualmentesedenominaAcademi.(N.delaT.)3Enjaponéssignifica«lugarde lavía».Esel lugardondesepracticanartesmarcialesomeditaciónzen.Lo
dirigeunmaestroosensei.(N.delaT.)4Elhombredeningunaparte.(N.delaT.)5 Capacidad de altos mandos de negar cualquier responsabilidad por las acciones cometidas por otros,
normalmentesubordinados,antelatotalfaltadepruebasqueconfirmesuparticipación.(N.delaT.)6Cualquierlugaroesconditedestinadoalintercambiodemensajesclandestinos,previamenteacordadoporlas
dospartes.(N.delaT.)7Suapellido,Smoak,sepronunciaigualquesmoke,«humo,niebla».(N.delaT.)8Juegodepalabrasintraducible.DoneninglésesundiminutivodevariosnombresmasculinoscomoDonaldo
Donovan.(N.delaT.)9 «Y así se acaba el mundo / No con un estallido, sino con un sollozo.» Últimos versos del poema Los
hombreshuecosdeT.S.Eliot.(N.delaT.)