espantando fantasmas
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ESPANTANDO FANTASMAS O QU ES LA FILOSOFA DE
LA HISTORIA?*
Rosa Belvedresi
Como es bien sabido la expresin historia, en espaol y en otros lenguajes,
contiene la ambigedad de referirse tanto al objeto como a su conocimiento; as, por
historia puede entenderse tanto el pasado humano como la disciplina cientfica que lo
toma por objeto. La historia en este segundo sentido es la indagacin metdica y
sistemtica de los fenmenos humanos del pasado. Me interesa particularmente
comenzar este trabajo sealando esta ambigedad obvia y mantenindola a la vista, ya
que de ah se han derivado dos formas de entender a la filosofa de la historia. Aqu voy a
argumentar en contra de una tal dicotoma y a favor de mantener esta duplicidad
(especulativa y epistemolgica) al interior de la filosofa de la historia como disciplina
sistemtica.
En general se ha distinguido entre dos enfoques filosficos sobre la historia segn
se considere uno u otro de los aspectos mencionados. Por filosofa de la historia en un
sentido tradicional se ha entendido a la reflexin especulativa acerca del sentido del
devenir histrico. A esta orientacin pertenecen cuestiones tales como las tesis
iluministas del progreso en la historia, la cuestin de la libertad o la determinacin de la
accin humana, el papel que tiene, si es que alguno, la necesidad en los procesos
histricos (lo que involucrara la discusin acerca de la inevitabilidad de los
acontecimientos, esto es, de su ocurrencia con independencia de la conciencia que los
actores histricos puedan tener de ellos), etc. La filosofa especulativa (o sustantiva) de la
historia estaba ligada a la construccin de grandes sistemas filosficos que pretendan
dar sentido (o descubrirlo) a la multiplicidad de sucesos histricos, conteniendo muchas
veces afirmaciones profticas acerca del futuro de la humanidad.1 Una muestra de esta
filosofa de la historia lo constituyen paradigmticamente las obras de Kant o Hegel, obras
en las que hay un descuido de los datos concretos y hasta una tergiversacin de ellos
* Esta ponencia se enmarca en el contexto del proyecto de investigacin (UBACYT) que dirige el Prof. Daniel Brauer: El sentido de la comprensin del pasado histrico (Fac. de Filosofa y Letras, UBA).1. Como el propio Kant lo sealaba, si se pudieran descubrir los signos del irremediable progreso humano, sera posible escribir historia proftica, a priori, que se ajustara de este modo al plan de la naturaleza.
BELVEDRESI Rosa Elena: Espantando fantasmas o Que es la filosofa de la historia?Revista de Filosofa y Teora Poltica, 2002 (34), pp.47-54. ISSN 2314-2553.http://www.rfytp.fahce.unlp.edu.ar/
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para hacerlos encuadrar en un marco significativo fijado de antemano. De ah deriva el
descrdito que esta forma de filosofa de la historia supo ganarse, y la razn por la que el
adjetivo especulativa o sustantiva suele entenderse de modo peyorativo, queriendo
con l calificar a teoras abstractas que privilegian injustificados compromisos metafsicos
a costa de dar cuenta del verdadero pasado histrico. Sealo al pasar, que la concepcin
marxista de la historia tambin puede verse como un ejemplar de filosofa especulativa de
la historia. Un ltimo intento de esta estrategia lo hemos visto representado por la tesis de
F. Fukuyama acerca del fin de la historia (El fin de la historia y el ltimo hombre, 1992)
Al segundo enfoque se lo caracteriza como filosofa crtica de la historia, y est
ligado a la reflexin filosfica acerca del conocimiento histrico, esto es, se involucra con
las cuestiones referidas a las caractersticas propias de la historia como disciplina
cientfica. Sus temas centrales, entonces, sern los modelos de explicacin, el problema
de la objetividad, la seleccin de evidencia, la definicin de evidencia relevante, etc. Se
considera que esta segunda alternativa no sostiene compromisos metafsicos especficos
como s lo hace la filosofa especulativa de la historia. As, y a partir sobre todo de la
influencia de algunos tericos analticos en las dcadas del 50 y del 60, la filosofa de la
historia debera ocuparse nicamente de las condiciones de legitimidad epistemolgica
del conocimiento histrico, mantenindose prescindente frente a las cuestiones que
haban desvelado a los filsofos especulativos.
Ahora bien, a mi modo de ver es difcil sostener una distincin tan absoluta, en
particular y para extremar la tesis, creo que la concepcin que se defienda del
conocimiento histrico estar estrechamente ligada a nuestras ideas sustantivas acerca
de en qu consiste el pasado histrico, tal como algunas discusiones actuales permiten
mostrar. Por supuesto que ello no obliga a reeditar las viejas (e ingenuas) nociones de
progreso indefinido, libertad absoluta o absoluta determinacin, etc. Ni mucho menos
pensar a la historia como una unidad, la historia universal, nico marco significativo y
significante posible. Pero me parece bastante claro que algunas tesis epistemolgicas
requieren, para ser comprensibles, la elucidacin de ciertos compromisos extra-
epistemolgicos.
Voy a hacer una seleccin de algunos problemas de la filosofa de la historia tal
como se la entiende en la actualidad, a partir de los cuales voy a intentar mostrar lo que
sostengo. Si se revisa la bibliografa actual sobre la discusin filosfica contempornea
acerca de la historia uno se puede encontrar, bsicamente, con dos temas, un clsico: los
modelos de la explicacin histrica, y uno que va camino a ser un clsico: la discusin
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narrativista. En ambos casos se ver que la oposicin absoluta y abstracta filosofa
especulativa vs. filosofa crtica debe revisarse en cuanto las cuestiones analizadas tienen
derivaciones que no pueden ser cubiertas por una sola de las perspectivas tericas.
El problema de la explicacin histrica se encuadra en el contexto general de la
discusin acerca de los modelos de explicacin cientfica, en 1942 Hempel publica el
famoso artculo La funcin de las leyes generales en historia donde plantea la
pertinencia del modelo nomolgico-deductivo o de cobertura legal para el estudio
histrico: el historiador slo proporciona bosquejos de explicacin, incompletos, aunque
no lgicamente diferentes del modelo de cobertura legal, estas explicaciones son
incompletas debido a la dificultad de explicitar las leyes que utilizan (o, segn Popper,
debido a su simplicidad que hace innecesario explicitarlas). Este modelo en sus diferentes
versiones pretendi oponerse a la concepcin tradicional de defender para la historia la
categora de comprensin ligada a la especificidad de su objeto de anlisis: a saber, el
pasado humano significativo e irrepetible. Para los defensores del modelo de cobertura
legal, por comprensin deba entenderse un mecanismo emptico, subjetivo, psicolgico
y por ende incontrolable intersubjetivamente. El modelo de explicacin por subsuncin
bajo leyes recibi un golpe definitivo con las crticas de W. Dray (1957) que propuso como
alternativa un modelo de explicacin por razones que ya no recurra a leyes sino a
principios de inteligibilidad de las acciones. Segn Dray, no tiene sentido proponer leyes
histricas porque para cada caso habra que hacer tantas precisiones que ya no
tendramos, en realidad, una ley general sino una ley para un nico caso.2 Posteriormente
este modelo fue conociendo versiones ms precisas como, por ejemplo, el silogismo
prctico de von Wright, que permita una reconstruccin inferencial y deductiva de una
accin sin recurrir a ley alguna y que independizaba la explicacin de la accin del
establecimiento de conexiones nmicas entre causas humeanas.3
Veamos ahora cul es el balance de esta discusin (no terminada, por cierto)
alrededor de la nocin de explicacin. En primer lugar, las crticas al modelo nomolgico-
deductivo se basaron en la inexistencia de leyes histricas, salvo que por leyes se
entendieran apreciaciones muy generales que slo pueden precisarse con posterioridad
al hecho que se pretende explicar (la ley para un caso de Dray). Si se presta atencin a lo
que acabo de decir (que las crticas al modelo nomolgicodeductivo se basaron en la
inexistencia de leyes histricas), podra argumentarse a favor de ello que esto es as
porque la historia es el resultado de acciones cuyas consecuencias no pueden nunca
2 Cfr. Dray, W. (1957), Laws and Explanation in History, Londres, Oxford University Press.3 Cfr. von Wright, G. H., (1979), Explicacin y comprensin, Madrid, Alianza Universidad.
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preverse completamente; y esto por dos razones distintas y complementarias: porque los
agentes humanos son (en un rango variable) libres y porque no controlan completamente
las condiciones en las que deben actuar. Podr sostenerse alguna tesis confusa acerca
de que, por ejemplo, los pueblos reaccionan violentamente frente a situaciones de
opresin, pero difcilmente podamos establecer la ley general pertinente. Resulta
entonces que una discusin epistemolgica acerca de la funcin de las leyes generales
en historia (tpico de la filosofa crtica de la historia) desemboca en una discusin no-
epistemolgica acerca de la libertad o la normalidad (categoras sustantivas, ms
cercanas a la filosofa especulativa de la historia), que aparecen entonces como los
conceptos a partir de los cuales ciertas concepciones epistemolgicas pueden
sostenerse. En segundo lugar, podra defenderse que el problema de la explicacin en
historia parece estar ms bien ligado a la comprensin que a la bsqueda de leyes ya
que explicar un acontecimiento histrico es volverlo comprensible, no slo mostrar las
condiciones objetivas que hicieron que, digamos, la Segunda Guerra Mundial estallase,
sino que tambin se quiere entender cmo los actores percibieron sus situaciones, cmo
orientaron sus acciones, qu intereses o valores privilegiaron, etc. En suma, queremos
tener una perspectiva humana de la historia. As, la discusin epistemolgica acerca de la
explicacin nos lleva a la discusin no meramente epistemolgica acerca de qu hace
razonable, o justificable, una accin, ligada de nuevo a cuestiones normativas previas o
ajenas a la propia definicin epistemolgica.
Pasemos ahora al nuevo clsico, las tesis narrativistas de la historia. La
expresin narrativismo histrico se usa de modo bastante difuso ya que muchos autores
narrativistas sostienen posiciones opuestas. En general, el narrativismo enfatiza el rol
que el discurso narrativo tiene en el conocimiento histrico, no como simplemente un
recurso estilstico sino como su condicin de posibilidad. Fue A. Danto (1965) quien
primero seal la importancia de la estructura narrativa del conocimiento histrico,
queriendo decir con ello que los sucesos del pasado se organizaban en un relato
siguiendo una secuencia de comienzo, medio y fin, siendo el fin el punto desde el cual se
re-ordenaban, as el historiador recurrir tpicamente a oraciones narrativas.4 El relato o
narracin, a diferencia de la mera crnica, es el que brinda el marco significativo que da
unidad y hace comprensibles a los acontecimientos histricos.
Esta tesis de Danto fue criticada por quienes sostuvieron que la narracin no slo
brindaba el marco significativo que permita organizar los acontecimientos, sino que la
4 Danto, A., (1965), Analytical Philosophy of History, Cambridge, Cambridge University Press.
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narracin era bsicamente, una imposicin de significado. La narracin histrica no da
cuenta de lo que ocurri sino de lo que la audiencia quiere or. El autor ms famoso en
esta corriente es H. White (1973) para quien el texto histrico debe analizarse no tanto en
relacin con el pasado histrico al que pretende referir (y que siempre tergiversa) sino
como un artefacto literario, la produccin historiogrfica responde a los mismos
mecanismos que la creacin literaria que a su vez resultan de ciertos supuestos
acrticamente asumidos. La narracin histrica, entonces, debe verse en relacin a la
audiencia que la recibe y a la funcin poltico-ideolgica que pretende cumplir. En
especial, para White, en cuanto los sucesos acerca de los cuales versa la narracin
histrica no tienen en sentido estricto fin, el cierre narrativo es bsicamente arbitrario y
responde a una funcin moralizadora.5 Resulta obvio que de esta posicin se siguen
consecuencias escpticas.
Pero para otros autores narrativistas vinculados a concepciones fenomenolgicas
y hermenuticas como P. Ricoeur, si bien la historia y la ficcin literaria comparten los
mismos mecanismos de constitucin textual, la narracin histrica no es una imposicin
de significado a hechos amorfos (segn parecen sugerir las afirmaciones de White) sino
que nuestra propia experiencia del mundo y del tiempo humanos es ya una experiencia
narrativa. Es decir que la estructura narrativa de principio, medio y fin no es ms que la
expresin de nuestra vivencia del presente como el resultado del pasado y en espera del
futuro. La narracin no es falseadora de los hechos, sino nuestra condicin de posibilidad
para experimentarlos en su unidad y no como un pura sucesin azarosa e interminable.
Veamos ahora cmo puede evaluarse esta discusin en el contexto de este
trabajo. Recurdese que se acepta que la historia tal como la entendemos surge junto
con su forma narrativa, antes de lo cual slo puede hablarse de registros como anales o
crnicas, pero no de historia.6 Al revisar esta polmica acerca del papel de la narracin
en la historia, nos movemos ms all de una discusin epistemolgica. Nos pasamos bien
a un debate normativo, como en el caso de White (o Annales) porque se critica la
identificacin de la narracin con el cumplimiento de ciertos compromisos poltico-
ideolgicos; o bien, a un debate filosfico en sentido amplio, como cuando Ricoeur
defiende el valor de la narracin en la configuracin de la experiencia humana del tiempo.
5 De modo que la supuesta forma narrativa en que se expresa el conocimiento histrico no es vaca sino que tiene un contenido, a saber, aqul exigido por la funcin ideolgica que est destinada a cumplir. De ah el nombre que da ttulo a la compilacin El contenido de la forma. Narrativa, discurso y representacin histrica, (1992), Barcelona, Paids.6 Esta identificacin entre historia y forma narrativa fue duramente criticada por Annales por entender que la historia narrativa tradicional, la historia poltica, slo daba cuenta del tiempo corto del acontecimiento.
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Pero, ms an, la controversia que ha desatado el escepticismo narrativista de
White se ha centrado actualmente alrededor de acontecimientos particularmente
significativos, como es el caso del Holocausto, o de nuestra experiencia con la ltima
dictadura militar, al respecto de los que se plantea el problema de su representacin. Esto
es: si la narracin slo puede cumplir una funcin ideolgica legitimadora, cmo dar
cuenta del dolor de las vctimas sin usarlo con fines polticos? cmo representar el
horror sin normalizarlo?7 Es claro que aqu lo que est en el centro es la importancia que
tiene el mandato de que el historiador cuente la verdad acerca de lo que ocurri, y que
esa verdad no es un puro requisito epistemolgico de adecuacin entre relato y realidad,
sino que exige una dimensin prctico-normativa en sentido amplio puesto que los
sucesos histricos no estn disponibles a la espera de ser contados. Cuando el
historiador se compromete a contar lo que ocurri y aunque creyera en el viejo dictum de
Ranke de que va a exponer el pasado tal cual fue, su funcin nunca es la mera
reproduccin de los datos o de la evidencia, sino la produccin de los significados que
hagan accesible el pasado humano.
La filosofa crtica de la historia, entendida como una epistemologa de una ciencia
social en particular, no puede dar cuenta de las dimensiones prcticas con las que se
compromete el conocimiento histrico ni puede exhibir los supuestos ontolgicos de
quienes defienden la existencia del pasado. Por eso debilita la posibilidad de responder
racionalmente a las posiciones ideologizantes que se esfuerzan por literaturizar a la
historia o por desdibujar los lmites entre historia y ficcin. Por el otro lado, la filosofa
especulativa de la historia de nada le sirve al historiador si se agota en frmulas vacas.
No est mal intentar, como lo quisieron Kant y Hegel, ver el pasado para tratar de
entender qu ser lo que vendr. Lo que est mal es olvidar que la especulacin filosfica
est al servicio de la tarea concreta de que la generacin presente comprenda el pasado
ocurrido y no que invente una versin abstracta incomparable con la evidencia disponible.
Cules son los fantasmas que hay que espantar a los que aluda el ttulo de este
trabajo? Los fantasmas de quienes se tranquilizan al creer que filosofa de la historia es
sinnimo de epistemologa de la historia, y suponen que as se liberan de las discusiones
en torno al sentido de lo que ocurri, o a la importancia del conocimiento del pasado para
el futuro. Los fantasmas de quienes rechazan la filosofa crtica de la historia porque
entienden que basta con leer a Hegel o incluso a Marx, y dejan al margen al historiador y
a su prctica concreta. Ambos fantasmas son incapaces de dar cuenta de problemas
7 Vase Friedlander, S., (ed.), (19992), Probing the Limits of Representation. Nazism and the Final Solution, Cambridge, Massachussets, London, Harvard University Press.
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complejos como los aqu analizados: la libertad de los actores histricos, la posibilidad de
la comprensin, la relacin entre conocimiento histrico y vida cotidiana. En fin, en su
afn de precisin, especulativa unos o epistemolgica otros, olvidan dar una respuesta
coherente a estas cuestiones con las que se enfrenta cualquier filosofa de la historia
entendida en sentido amplio, la nica capaz de exorcizar fantasmas.
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