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La revista de la Organización Panamericana de la Salud Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud Volumen 8 Número 1 • 2003 www.paho.org Espacios saludables para los niños Espacios saludables para los niños Espacios saludables para los niños Industria del tabaco Secretos mortales (pag.14)

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La revista de la Organización Panamericana de la Salud Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud

Volumen 8 Número 1 • 2003

www.paho.org

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Perspectivas de Salud•

Volumen 8 Número 1

Publicada por la Organización Panamericana de la Salud(OPS)

Mirta Roses Periago, Directora

Bryna Brennan, DirecciónDonna Eberwine, Paula Andaló, Redactoras

Gilles Collette, Dirección artísticaBola Oyeleye, DiseñadorAlex Winder, Producción

Armando Waak, Fotografía

Perspectivas de Salud (ISSN 1020-556X) es publicada por

la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la agencia

internacional de salud más antigua en existencia en el mundo,

y Oficina Regional para las Américas de la

Organización Mundial de la Salud (OMS), con sede en

525 Twenty-third Street, N.W., Washington, D.C. 20037 EE.UU.

Teléfono: (202) 974-3000

Fax: (202) 974-3663. Internet: http://www.paho.org

©2003 Organización Panamericana de la Salud

Todos los derechos reservados

Los artículos no representan necesariamente el punto de vista oficial de la Organización Panamericana de la Salud. Las cartas e indagaciones editoriales deben

ser dirigidas a la Redacción.

Reimpresión: Los artículos reimpresos con permiso deben llevar la siguiente nota dereconocimiento: “Reproducido de Perspectivas de Salud, la revista de la OrganizaciónPanamericana de la Salud publicada en inglés y español”. Las reimpresiones deben

llevar el nombre del autor y dos copias tienen que ser enviadas a Perspectivas de Salud.

CORREO POSTAL: Envíe los cambios de dirección a la revista Perspectivas deSalud, Oficina de Información Pública (DPI), Organización Panamericana de la

Salud, 525 Twenty-third Street, N.W., Washington, D.C. 20037.

Estados Miembros de la OPSAntigua y Barbuda

ArgentinaBahamasBarbados

BeliceBoliviaBrasil

CanadáChile

ColombiaCosta Rica

CubaDominicaEcuador

El SalvadorEstados Unidos de América

GranadaGuatemala

GuyanaHaití

HondurasJamaicaMéxico

NicaraguaPanamáParaguay

PerúRepública Dominicana

Saint Kitts y NevisSanta Lucía

San Vicente y lasGranadinasSuriname

Trinidad y TabagoUruguayVenezuela

Estados ParticipantesFrancia

Países BajosReino Unido

Miembro AsociadoPuerto Rico

Juntos, preparando el futuro de la vidaLos ambientalistas a menudo citan nuestro compromiso con las generaciones fu-

turas como la razón más fuerte para proteger el planeta: debemos cuidar el ambiente que here-darán nuestros niños. Pero como nos recuerda el tema del Día Mundial de la Salud de este año—“Preparemos el futuro de la vida”—, también debemos proporcionarles el mejor ambiente po-sible ahora, mientras son niños. El medio ambiente que rodea a cada niño puede repercutir engran medida en su salud y felicidad, tanto en el presente como en el futuro.

Cada año, más de 5 millones de niños menores de 14 años mueren en todo el mundo a causade enfermedades relacionadas con el medio ambiente. Otros sufren lesiones o discapacidad comoresultado de haber estado expuestos a riesgos ambientales en sus hogares, escuelas y barrios. Estosvan desde problemas históricos como el agua contaminada, el saneamiento inadecuado y los pro-ductos químicos domésticos, hasta los más nuevos y emergentes: polución, ruido excesivo, adel-gazamiento de la capa de ozono, y contaminantes orgánicos persistentes. En América Latina y elCaribe, unos 80.000 niños mueren cada año por causas relacionadas con estos riesgos.

Los niños son más vulnerables a los riesgos ambientales que los adultos porque respiran másrápido, y comen y beben más en proporción con su peso, por lo que absorben más sustancias tó-xicas. A medida que crecen, hay “ventanas de sensibilidad”, durante las cuales sus organismos sonespecialmente sensibles. Los niños que padecen enfermedades crónicas o que tienen problemasen su desarrollo por estas causas no llegarán a ser adultos sanos y plenamente productivos.

El motivo de dedicar el Día Mundial de la Salud de este año a este tema es que la mayoría delos riesgos ambientales que afectan la salud de los niños son evitables. En las regiones en desa-rrollo, muchos de estos riesgos están relacionados con la pobreza: el saneamiento inadecuado, elagua contaminada, la higiene alimentaria deficiente, la vivienda precaria. Sin duda, eliminar la po-breza contribuiría a resolver estos problemas. Pero los individuos, las familias y las comunidadespueden hacer mucho, además de procurar las mejoras económicas.

La respuesta es la concientización y la movilización. A nivel individual y familiar, se trata deeducar a las personas acerca de los riesgos ambientales en el hogar, de las prácticas personales yfamiliares que pueden evitarlos. A nivel comunitario, el reto es mayor pero puede dar buenos re-sultados. Como sugiere la nota de tapa, una de las maneras más eficaces de construir ambientesmás sanos para los niños es a través de la movilización de las comunidades. El éxito de JardimParaná, en San Pablo, es un ejemplo. Y hay otros en la región: me vienen a la mente Villa ElSalvador, en Lima, Perú, y Salcedo, en República Dominicana; al igual que los esfuerzos de losresidentes de Huaquillas, Ecuador, y de Aguas Verdes, Perú, para limpiar el Canal de Zarumillaentre estas ciudades. También la labor de las ciudades hermanas Presidio y Ojinaga en la fronteraEE.UU.–México para mejorar la calidad del aire que comparten.

Esta edición de Perspectivas de Salud considera el poder de la organización comunitaria enotros contextos en una nueva sección sobre salud pública de la comunidad. Dos de los artículostienen un significado especial para mí. El primero trata sobre Villa Centenario, en El Salvador,un proyecto que quizá se considere “experimental” porque comenzó con la construcción de vi-viendas para 100 familias que perdieron todo en los terremotos del 2001, e intenta crear una co-munidad con esa base. Los retos que esto presenta se esbozan en el artículo y el resultado finalestá por verse. Pero Villa Centenario es claramente un proyecto comunitario caracterizado por laesperanza. El otro, sobre las manzaneras de El Alto, Bolivia —trabajadoras comunitarias desalud—, también es muy especial para mí. Estaba en Bolivia cuando el grupo celebraba su se-gundo aniversario y tuve el privilegio de reunirme con voluntarias. Su poder único de llegada alos miembros de la comunidad les ha permitido llevar a cabo campañas de educación sanitaria efi-caces y cerrar la brecha entre los servicios de salud pública y los clientes a los que intentan servir.

La participación comunitaria siempre ha sido un elemento clave de las campañas de salud, enel saneamiento, la vacunación, la educación sanitaria. En mi propia experiencia he visto cuántopueden ganar las personas trabajando unidas, definiendo necesidades comunes, haciendo correrla voz entre sus vecinos y las fuerzas activas para imponer las exigencias de la comunidad a las au-toridades electas. Esto es esencial no sólo para la salud pública sino también para el desarrollo de-mocrático de nuestra región en general. Ayudar a las personas a fortalecer su propio sentido dela comunidad, y a través de la comunidad, su salud colectiva, siempre ha sido y seguirá siendouno de los compromisos más fuertes de la OPS.

Mirta Roses PeriagoDirectora

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Por el bien de los niñospor Alexandre Spatuzza

Los niños necesitan espacios de vida saludables y limpios para crecer y prosperar. Sin embargo, en las Américas, medio ambientes degradados exponen cada día a millones de niños a serias amenazas para su salud. Ahora, las comunidades se están movilizando para mejorar las condiciones de vida y asegurar ambientes saludables para sus niños.

La nueva ola del sida por Paula Andaló

La epidemia de sida se está diseminando en forma desigual a través del mundo, explotando en algunos países y avanzando despacio en otros. En las Américas, el Caribe y Centroamérica han sido particularmente afectados. Pero los expertos de la región advierten que ningún país debe bajar los brazos: las drogas pueden fallar, el virus puedemutar, y cepas más mortales pueden aparecer en cualquier momento.

Secretos de la industria tabacalerapor Donna Eberwine

Documentos confidenciales revelan que la industria del tabaco ha llevado a cabo una campaña activa para desorientar al público de Latinoamérica y el Caribe sobre los peligros realesde los cigarrillos y los riesgos que corren los fumadores pasivos. Un informe de la OrganizaciónPanamericana de la Salud revela las tácticas engañosas que ha usado la industria para imponer sus intereses y minar los esfuerzos de control del consumo de tabaco en la región.

Renacer de las cenizas por Jorge Jenkins Molieri

En El Salvador, 100 familias que perdieron sus casas por los terremotos de 2001 se han unidopara construir nuevos hogares y nuevas vidas. Su comunidad, Villa Centenario, es unproyecto de vivienda saludable que se convirtió en un modelo para la reconstrucción del país.

Las vendedoras de la salud por Abdel Padilla

En la ciudad de El Alto, en Bolivia, las promotoras voluntarias de salud conocidas como“las manzaneras” están enseñando a los habitantes las bases de la prevención y el autocuidado, mientras cierran la brecha entre los servicios de salud y sus destinatarios.

Rescatar el arte de amamantar por María del Mar Mazza

En El Limón, Guatemala, grupos de apoyo organizados por La Liga de la Leche Internacional enseñan a las nuevas mamás los beneficios del amamantamiento y las ayudan a aumentar la confianza en sus aptitudes maternas.

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Art ículos

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Portada:La niñez es una etapa parajugar, aprender, explorar elmundo. Pero para los niñosque viven en la pobreza, elmundo puede ser un lugarpeligroso. Crear ambientesmás saludables para los niñoses el lema de este año delDía Mundial de la Salud y eltema del artículo de tapa deeste número de Perspectivasde Salud (ver artículo pag. 2).

Imagen: Corbis Professional collection

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Primera palabraDe la directora

30 Última palabraMedicamentos esenciales

32 Cartas

Columnas

tres hermanos, Jessica de ocho años,Luiz, de cuatro, y Milena, de tres. Losniños comparten un pequeño cuartosin ventanas y un colchón sin ropa decama, un armario y un puñado de ju-guetes. Según Rute los niños gozan deuna salud normal, a excepción de fie-bres ocasionales que ella atribuye a losbruscos cambios de temperatura delclima subtropical de San Pablo. No esraro que a una temperatura de 30° Cdurante el día, le siga una noche llu-viosa y de solamente 15°.

“Cuando era más pequeño —diceRute refiriéndose a Jonathan—, teníaagua en los pulmones. Pero ya se acos-tumbró a este clima”.

Jonathan ha tenido más suerte quesu hermana Jessica. Según Rute, laniña tuvo un pulmón paralizado, prin-cipios de neumonía, bronquitis y apen-

Jonathan Bispo dos Santos esun niño muy activo de seisaños que se divierte quitán-doles objetos de las manos aotras personas y, como mu-chos niños, le cuesta muchoquedarse quieto. Dos de suspasatiempos favoritos son

cazar cucarachas y hacer castillos debarro con el agua negruzca que pasapor el patio de tierra de su casa.

“Me gusta jugar al fútbol y correr portodos lados”, comenta al visitante mien-tras le muestra con orgullo algunas cos-tras rojas que tiene bajo el short.“Jonathan es terrible —interrumpeRute, la madre, de 22 años—. Cuandole sale esa erupción no deja de rascarse yse le pone roja”.

Jonathan vive en una casita de ladri-llos de tres habitaciones, con su madre y

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Por el biende los

niños por Alexandre Spatuzza

La participación de la comunidad es clave para mejorar el entorno

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dicitis —todo esto en sólo ocho años devida. En esta calurosa tarde de verano,Jessica está en la escuela. Para llegarhasta allí tiene que caminar dos kilóme-tros por calles empinadas y con muchotránsito. Por ahora, dice su madre, pa-rece estar bastante sana.

“Es el destino —dice Rute—. Nocreo que las condiciones de vida tenganalgo que ver con eso. Uno tambiénpuede tener problemas de salud aunqueviva en un buen barrio”.

La familia dos Santos vive en el barrioVale do Anhangabaú, en el centro deSan Pablo, en la más grande de un con-junto de seis viviendas muy pequeñas.Comparten un patio central salpicadode escombros y entrecruzado por cuer-das que se estiran bajo el peso de la ropahúmeda. Las familias obtienen el agua yla electricidad por medio de conexionesilegales. Su agua usada corre por el cen-tro del patio, mientras que los retretesdesaguan en una zanja cubierta. Entotal viven 13 niños en el conjunto (na-cerán tres más este año). Compartensus espacios para vivir y jugar con lasratas (unas cuantas menos ahora que seusó veneno) y muchas cucarachas ymosquitos. Y todo esto ocurre a escasosmetros de la Alcaldía de San Pablo.

El conjunto donde reside Jonathan esun ejemplo de los riesgos ambientales alos que están expuestos millones deniños en Brasil y en el resto de lasAméricas. La falta de agua potable y desistemas de cloacas, como también lapresencia de vectores animales, son cau-sados por la pobreza crónica y el desa-rrollo urbano espontáneo. Aunque lamadre de Jonathan no ve una relacióndirecta, los expertos sostienen que estetipo de condiciones ambientales tieneque ver con los 11 millones de muertesinfantiles causadas por enfermedadesprevenibles cada año en todo elmundo.

Peligro inminente

Según la Comisión Económica paraAmérica Latina y el Caribe (CEPAL)de las Naciones Unidas, 117 millones

de niños viven en condiciones de pobreza.En su mayoría viven hacinados, en vivien-das precarias y en vecindarios sin la infra-estructura mínima. Por consiguiente se venexpuestos a infecciones respiratorias y deltracto intestinal, y a la diarrea, enfermeda-des que figuran entre las principales causasde defunción de niños menores de cincoaños en la región.

La falta de sitios para jugar, de activida-des formales de recreación y, a menudo,hasta de acceso a la escuela, exponen a losniños pobres a otra serie de riesgos am-bientales. Entre estos se cuentan acciden-tes, como caídas, accidentes de tránsito,electrocución y asfixia, que sólo en Brasilcausan 100.000 muertes infantiles al año,según notifica el grupo religioso Pastoralda Criança. La pobreza también aumentalos riesgos de exposición a la violencia, loque incluye balas perdidas, abuso domés-tico y homicidios.

Estos problemas son particularmentegraves en las ciudades. “Los niños general-mente juegan en las calles porque no tie-nen otro lugar adonde ir —comenta KatiaEdmundo, del Centro para la Promociónde la Salud (CEDAPS), una organizaciónno gubernamentalcon sede en Río deJaneiro, la segundaciudad de Brasil—.Tambiénhay

casos de niños que permanecen todo el díaencerrados porque sus padres temen la vio-lencia de las calles, pero tienen que ir a tra-bajar y no pueden pagar una guardería”.

Sin embargo, hay indicios de que la situación ha cambiado un poco durante elúltimo decenio. Según el Centro Paname-ricano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias delAmbiente (CEPIS), la cobertura de alcan-tarillado sanitario en la región aumentó del66% de la población, en 1990, al 79% en2000, mientras que la distribución del aguapotable pasó del 80% a 85% en ese mismoperíodo. Estas mejoras contribuyeron a ladisminución de la mortalidad infantil y de lamortalidad de niños menores de 5 años entoda la región en la última década.

Brasil es uno de los países que logró unamayor reducción. La mortalidad de niñosmenores de 5 años bajó de 64 por 1.000nacidos vivos en 1994, a 45.2 por 1.000 en1999. En comparación, Colombia alcanzóuna tasa más baja de 34 por 1.000 en 1999,pero había empezado con una tasa de 42por 1.000 en 1994. Entre los principalesfactores que han contribuido al mejora-miento están el mayor acceso al agua pota-ble y las iniciativas para la promoción de lasalud, introducidas en 1991 e intensificadasconsiderablemente en los últimos sieteaños. El aumento en la matrícula escolartambién ha ayudado.

Pero aún hay mucho camino por andar.“Alrededordel

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20% de la población urbana dis-fruta de los niveles de vida delsiglo XXI, pero el resto estámuy marcado por las condi-ciones ambientales en queviven —dice Iván Estribí, con-sultor de la Organización Pana-mericana de la Salud (OPS) enBrasil y experto en salud ambiental—.En las ciudades, la gente tiene mayor ac-ceso al agua potable, lo cual tiene gran in-fluencia en la reducción de las muertes porenfermedades prevenibles. Pero habitan enviviendas insalubres y están expuestos a pe-ligros como la contaminación industrial ylos deslizamientos de tierra debido a los lu-gares donde están situadas las viviendas”.

En cuanto a las zonas rurales de Brasil,se considera que 20 millones de personas,aproximadamente el 12% de la población,están fuera del alcance de los programasgubernamentales. “No hay informaciónoficial acerca de cómo vive esta gente ni decómo obtiene el agua”, dice Estribí.

En el pasado se consideraba que los pro-gramas gubernamentales en gran escalaeran la manera de abordar estos proble-mas. Pero hasta ahora su alcance ha sidolimitado en sacar a los niños de los riesgosambientales. Las crisis financieras crónicashacen que sea difícil para los gobiernos fe-deral, estatal y local detectar los proble-mas, y mucho menos resolverlos. Tito

Nery, un neumólogo adscrito a laoficina del Alcalde de SanPablo, ofrece el siguiente diag-nóstico: según el gobierno dela ciudad, hay dos millones depersonas que viven en chozas o

viviendas precarias en las favelaso barriadas pobres de la ciudad. La

última vez que fueron relevadas habíamás de 2.000 favelas. Si el gobierno localempieza a diagnosticar problemas y a eje-cutar soluciones al ritmo de una comuni-dad cada mes, llevaría más de 150 añosatender a toda la ciudad. Para Nery y otrosdefensores de los niños, la única manerade lograr mejoras es por medio de la mo-vilización comunitaria.

Jardim Paraná es una comunidad dealrededor de 1.400 familias fundadahace ocho años en el lejano oeste dela ciudad de San Pablo. En una

tarde soleada dos equipos de niñas compi-ten en un torneo de fútbol en el polvo-riento campo de juegos de la comunidad.

“Canu”, un entusiasta del fútbol de 23años, sale del campo donde ha estado ayu-dando con el torneo. Le confía a un visi-tante que está aguardando la noticia másimportante de su vida, si le darán o no uncontrato para jugar profesionalmente conun equipo en el estado de Santa Catarina,o si su representante logra negociar con el

equipo del pueblo de Guaratingueta, en elestado de San Pablo.

El verdadero nombre de este medio-campista derecho de 1,82 metros de altoes José Nilton Adelino Pereira. Explicaque este improvisado terreno de fútboltambién sirve como lugar de reunión parala comunidad, pero lo más importante esque aquí mismo el gobierno municipalconstruirá un proyecto educacional de 3,8millones de dólares que contará con jardíninfantil, escuela primaria (será la tercera es-cuela en este barrio), centro cultural y de-portivo, y un espacio comunitario con elnombre de Centro Educacional Unifi-cado, cuya sigla, CEU, también significa“cielo” en portugués.

“Será muy bueno porque sacará amuchos niños de las calles y eso es exac-tamente lo que necesitamos”, dicePereira.

Pereira habla de las necesidades de losniños con la autoridad que le da su re-ciente ingreso a la edad adulta y las res-ponsabilidades consiguientes. Vive consu hermana y juntos pagan el equivalentede 25 dólares al mes por un terreno de60 metros cuadrados. También paganpor el agua corriente y la electricidad.Cuando el nuevo sistema de alcantari-llado y drenaje esté listo, en un futurocercano, también pagarán por el servicioy se beneficiarán con su utilización.

El asentamiento de Glicério, bajo la autopista central de SanPablo, esconde muchos peligros ambientales. Para los niños, estoslugares aumentan el riesgo de daños accidentales, envenenamien-to, problemas respiratorios y enfermedades vectoriales.

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Jardim Paraná no siempre ha sido comoahora. “Llegué aquí cuando tenía 16 añosy la violencia era habitual —recuerdaPereira—. Además de las pandillas quetraficaban con drogas, había rateros y pe-leas por la tierra debido a que los líderescomunitarios intentaban frenar los nuevosasentamientos. En esa época mataron auno de mis amigos, porque la joven queestaba robando el bar disparó accidental-mente. Yo me mantuve alejado de los pro-blemas porque suelo ser amigo de todos”.

También recuerda los largos viajes a loscentros de salud y hospitales, y las largashoras de espera para recibir tratamiento.Sus malestares principales solían ser lagripe y los dolores de estómago. Las

malas condiciones ambientales no ayuda-ban. Cuenta: “En esa época debíamos fil-trar el agua y luego hervirla para poderbeberla, pero mucha gente no lo hacía”.

La transformación de Jardim Paranáfue difícil pero no muy larga. La comuni-dad surgió a principios de los años 90,cuando el aumento de los al-quileres y la falta de opciones de viviendaimpulsaron a 180 fa-milias a invadir tierrasprivadas. En 1995,una orden de desa-lojo del tribunal obli-gó a los ocupantes a

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Según Paulo Capucci, ex asistentetécnico de la Secretaria de Saludde la ciudad de San Pablo, la rela-

ción entre la salud y el entorno no esun misterio para los niños. “Los niñosidentifican los problemas del lugardonde viven. Un niño de un barrio declase media señalará la contaminacióndel aire y la falta de espacios para elesparcimiento, mientras que un niñode una barriada pobre mencionará lafalta de agua corriente —dice Capuc-ci—. Si abordamos los problemas quese plantean a los niños, tenemos másprobabilidades de resolver muchas delas inquietudes ambientales de unaciudad como San Pablo”.

Una de las iniciativas más importan-tes de los últimos tres años ha sido lagran expansión en San Pablo de unprograma federal de salud conocidocon el nombre de “Salud en la Fami-lia.” El programa despliega equiposdistritales de promoción de la saludque se encargan de visitar a las familiaspara identificar problemas de salud ydel ambiente. En marzo de 2003, elnúmero de equipos pasó a 701, de ape-nas 90 que funcionaban en 2001. Lameta para fines de 2004 es poder con-tar con 1.749 equipos para atender los41 distritos sanitarios de la ciudad deSan Pablo.

Cada equipo está formado por unmédico, una enfermera, dos asistentesde enfermería y seis agentes de saludcomunitaria. Su objetivo es visitar pormes 200 familias, de preferencia lasmismas. “Este contacto cercano con lasfamilias permite a los agentes educar alas personas sobre los riesgos ambien-tales a los que están expuestos losniños —señala Anna Chiesa, coordina-dora del programa de San Pablo—. Yadesde el primer contacto es posible ini-ciar los cambios, porque los agentespueden enseñar mejores maneras pararesolver los problemas.”

Según el personal del programa, eltrabajo de los equipos produce resul-

tados inmediatos. En San Pablo, losfuncionarios atribuyen al programa laleve disminución de la mortalidadinfantil, en especial la debida a infec-ciones respiratorias. En Belo Horizon-te, la tercera ciudad del país, el pro-grama ha logrado una reducción del80% en las internaciones de niños porinfecciones respiratorias y asma. “Losagentes instruyen a las madres paraque eviten riesgos y traten los sínto-mas”, explica Maria do Socorro Alves,consultora de promoción de la salud anivel federal para el Ministerio deSalud.

Los datos suministrados por elministerio establecen que hay 16.192equipos de salud familiar que atien-den a aproximadamente 50 millonesde personas. El medio ambiente esuno de los aspectos principales de sutrabajo. “La idea es que las personastengan una actitud diferente hacia losservicios de salud pública y sus condi-ciones ambientales”, dice Alves.

En una ciudad como Recife, losequipos de salud debaten sobre laconservación de los humedales deagua salada, donde un numerosogrupo de personas pobres vive de lapesca de cangrejos. En un lugar comoSan Pablo, es más probable que seaborden asuntos relacionados con elentorno de las escuelas urbanas.

Para Thelma Nery, de la Organiza-ción Nacional de Salud, este tipo deprograma basado en el contactodirecto con las comunidades, el diag-nóstico de los problemas y el empode-ramiento de la comunidad, son las for-mas más eficaces dereducir los riesgosa los cuales estánexpuestos los niños.“Prestar servicios desalud pública puede quesea una responsabilidadfundamental del gobierno —dice—,pero es la sociedad la que debe indicarsus necesidades”.

Diagnosticar la salud y el ambiente

Niños de Glicério juegan ante la cámara del fotógrafo..

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organizarse y, al final, ellosy centenares de nuevosinvasores compraron latierra por un poco másde 570.000 dólares, apagar en 10 años. Al le-galizar la situación me-joraron las condiciones devida. “El mandato de desa-lojo fue la gota que rebasó el vaso y desdeaquel momento nos organizamos”, diceAntonio Calisto, un conductor de auto-bús y líder comunitario.

Otro momento crucial en la corta histo-ria de este barrio ocurrió en el año 2000,cuando un niño y un adulto murieron acausa de la hepatitis contraída por beberagua contaminada. Estas muertes hicieronque se exigiera al gobierno la instalacióndel servicio de agua corriente y sistemas derecolección de aguas servidas. En octubrede 2001, luego de varios meses de nego-ciaciones y protestas, todo el vecindarioempezó a recibir agua potable y a utilizarun sistema rudimentario de alcantarillado,suministrados por la empresa de sanea-miento del estado de San Pablo. Ahora lacomunidad está negociando un sistema dedrenaje de aguas de lluvias y la instalaciónde un dispensario médico, y está recau-dando fondos para construir un jardín in-fantil que será administrado por el centrocomunitario, agrega Calisto.

Hoy en día, los 2.379 niños que vivenen Jardim Paraná tienen mejores condicio-nes de vida que los del Vale doAnhangabaú, a unos 30 kilómetros. Lamayoría de los hogares de Jardim Paranáposee agua potable y recibe con frecuenciavisitas de 12 agentes de promoción de la

salud. “Todavía hay algunas familias queno tienen acceso al agua potable, poreso estamos tratando de que la com-pañía amplíe su red”, comentaCalisto, presidente de la asociaciónde vecinos. “Las condiciones en Jardim Paraná

distan de ser perfectas, pero al principiola situación era tan terrible, que me sor-prendí al no encontrar tifus en la zona”,comenta Thelma Nery, pediatra y funda-dora de la ONG Organización Nacionalde Salud. Nery y su organización han ayu-dado a la comunidad de Jardim Paraná aorganizarse y a luchar por las mejoras am-bientales, empleando la llamada AtenciónPrimaria Ambiental, una estrategia demovilización comunitaria pro-ambientepromovida por la OPS.

La exitosa organización comunitaria hamotivado también algunas iniciati-vas “verdes”. Jardim Paraná li-mita con una zona protegidade la Selva Atlántica, la Serrada Cantareira, y unos 45.000metros cuadrados de las tie-rras adquiridas por la comuni-dad quedan dentro de loslímites de la selva. Actualmente lacomunidad está tratando de forjaralianzas con organizaciones privadas paraproteger y manejar la selva.

La organización en Jardim Paraná tam-bién ha aportado otros beneficios. Porejemplo, el interés del Rotary Club en es-tablecer un centro comunitario queapunta al desarrollo de pequeños nego-cios para crear nuevas fuentes de trabajo.

Según Marcia Westphal, investigadorajefa del CEPEDOC, un centro de investi-

gación sobre “ciudades saludables” de laUniversidad de San Pablo, las iniciativas desalud y medio ambiente deben desarro-llarse en forma paralela a los programaspara la generación de ingresos y distribu-ción de la riqueza en las zonas pobres. “Sedebe pensar en los biomapas e incluir en laplanificación no sólo la salud y el medioambiente, sino también la vivienda y laeconomía —insiste—. Si las casas no cum-plen con las normas y la gente de la zonano tiene trabajo, entonces no se logra bien-estar social y se produce enfermedad social.Deben coordinarse las actividades”.

Utilizando el concepto de ciudades salu-dables, Westphal formula estrategias paradarles poder a las comunidades locales. Elproceso se inicia al agrupar a la comunidaden torno de una causa para enseñarle méto-dos para diagnosticar sus problemas y defi-

nir prioridades. Cuando tomanconciencia de sus problemas,

pueden empezar a trabajar enlas mejoras de los servicios bá-sicos junto con los gobiernoslocales y las entidades privadas.

Katia Edmundo, de la ONGCEDAPS, ha visto este proceso

en el distrito de Vila Paciencia, enRío de Janeiro, donde su organización

tiene un programa para la promoción de lasalud y el fortalecimiento de la comunidad.Allí los vecinos determinaron que la causaprincipal de una enfermedad común de lapiel en niños era el contacto con los cerdosque se alimentaban de basura y deambula-ban por el barrio. Cuando se los encerró,los problemas de la piel disminuyeron.

“La salud de los niños es la principal motivación para la organización de la co-

Los vecinos de Jardim Paraná, en las afueras de San Pablo, lograron organizarsu comunidad y obtener agua potable y servicios de saneamiento del gobiernode la ciudad. Mejorar la salud de los niños es su mejor motivación.

munidad —dice Edmundo—. Una vezrealizado el diagnóstico, la gente puede actuar.”

Sin embargo, lo anterior supone otrodetalle y es que en cierta forma las comu-nidades están “legalizadas”. En muchosbarrios pobres los residentes no tienen tí-tulos de propiedad porque han “inva-dido” la tierra, o les fue vendida demanera ilegal, o no pueden pagar para ob-tener los documentos. Si no hay docu-mentos oficiales, es difícil que los

organismos gubernamentales puedanofrecerles servicios básicos.

Jardín Paraná es un caso de unacomunidad que se movilizó, selegalizó y empezó a construirun futuro mejor para susniños. Entretanto, en Valedo Anhangabaú, Jonathandos Santos sigue haciendocastillos de barro a sólo 200metros de la alcaldía, mientras suabuela de 50 años lo mira. Cuando

algún visitante le pregunta quién es el pro-pietario del terreno, dice: “He vivido

aquí durante 15 años y aún estoytratando de obtener los títulos de

propiedad en el tribunal”.

Alexandre Spatuzza es periodis-ta brasileño independiente yreside en San Pablo.

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Desde 1992, mas de 6.000 niños y adolescentes de Latinoamérica, el Cari-be y España se han inscrito en los “Ecoclubes” (www.ecoclubes.org)dedicados a mejorar la calidad de vida de las comunidades al abordar

asuntos ambientales prioritarios. Los clubes son organizaciones no guberna-mentales constituidas democráticamente que ayudan a crear capacidades deliderazgo y a darles a los jóvenes la experiencia necesaria para emprenderacciones colectivas, como herramienta para construir entornos más saludablespara sí mismos y el resto de la comunidad.

En la Argentina, donde se formaron los primeros, los Ecoclubes impulsa-ron, en la provincia de Santa Fé, un programa de manejo de desechos sólidos,por el cual los miembros del club fomentaron la toma de conciencia sobre lanecesidad de separar los residuos orgánicos de los inorgánicos. Luego se coor-dinó con las plantas municipales el procesamiento de los desperdicios orgáni-cos para convertirlos en fertilizantes. La mayor parte del fertilizante se empleóen los huertos de las comunidades, el resto se vendió y las ganancias se usa-ron para sostener otras actividades de los clubes.

En Brasil, los Ecoclubes de la ciudad de Toledo crearon el proyecto “des-perdicios útiles” para promover el reciclaje en las casas y oficinas. En Paraguay,los miembros de los clubes se han unido a los esfuerzos de la salud públicapara combatir el dengue, distribuyendo folletos y hablando con la gentesobre la importancia de eliminar de sus casas, jardines y barrios, los potencia-

Ecoclubes para el medio ambiente

El humo de los autos, micros y emanaciones industriales moldea una nubegris sobre San Pablo y oscurece la línea del horizonte. Cuando los niveles decontaminación aumentan, la Comuna cierra el área céntrica al tránsito.

les hábitats de mosquitos. Otros Ecoclubes de la región están trabajando eneducación ambiental, cultivos orgánicos y uso de energía alternativa.

Los clubes trabajan con las autoridades metropolitanas y locales en laidentificación de asuntos prioritarios y, para ejecutar proyectos, aúnan fuer-zas con universidades, empresas, grupos religiosos, bomberos y otras orga-nizaciones no gubernamentales. Además del trabajo puerta a puerta, losmiembros escriben artículos sobre temas ambientales para los periódicos ylas revistas locales, y aparecen en televisión y radio.

“Es una forma muy buena de conocer gente. Y también de cuidar delmedio ambiente”, dice Diego Ruiz, estudiante de Argentina.

Según los adultos que apoyan los Ecoclubes, una de las principales ense-ñanzas que adquieren los miembros es que gracias a la organizacióny al esfuerzo voluntario se puede resolver numero-sos problemas ambientales sin necesidad de laayuda del gobierno ni de grandes sumas de dinero.“La comunidad cuando se organiza puede solucionar o ayu-dar a solucionar los problemas ambientales —comenta Ricar-do Bertolino, coordinador del Consejo Consultivo adulto de la RedInternacional de Ecoclubes—. No todo depende del dinero. Creo quetenemos que poner a punto un poco la creatividad, tenemos que tratar desumar voluntades para lograr cambios importantes”.

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El hombre estásentado en su amplia of ic ina,en Bethesda, Mar yland. Mira através de la ventana pero noestá v iendo el parque que t ieneenfrente: su profunda miradava mucho más a l lá , abarca países , regiones, continentes.

Hace 18 años que Anthony Fauci dirige el InstitutoNacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de losInstitutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH)y que pelea contra el sida, la primera epidemia de la era de laglobalización.

Su oficina es un tapiz de títulos académicos y de honores.Con las manos sobre la cabeza, no deja de mirar hacia afueracuando describe con palabras muy claras lo que denomina la“nueva ola del sida”. Ha recorrido el mundo y puede dibujarcon perfección de científico y de testigo directo un mapa di-fícil: la epidemia sigue avanzando como un volcán en perma-nente erupción en todo el mundo y especialmente en cincopaíses que hoy se consideran los de más alto riesgo: China,India, Nigeria, Rusia y Etiopía. “Imagínese que el aumentode tan solo el 1% de la tasa de incidencia de la infección enesos países significa 20 millones de personas”, grafica Fauci.

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La epidemia está avanzando en gran parte del mundo como un volcán en permanente erupción.

¿Podrán las Américas escapar de una nueva explosión?

Lanueva oladel sidaLanueva oladel sidapor Paula Andaló

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Ante la insistencia de la cronista, aclaraque siempre trata de dejar fuera de su tra-bajo las reacciones emocionales. De otraforma, no caben dudas, el contacto diarioy de frente con la realidad sería abruma-dor: a diciembre de 2002, ONUSIDA es-timaba en 42 millones el número depersonas en el mundo viviendo conVIH/sida, en 5 millones las nuevas infec-ciones y en 3,1 millones las muertes de eseaño. Los científicos, que hace cinco añosafirmaban que la vacuna preventiva estaríalista en cinco años, ahora son mucho máscautelosos, porque este virus súper mu-tante es tremendamente evasivo y no per-mite diseñar un modelo definitivo parauna vacuna. Hoy, aseguran que las herra-mientas más eficaces para enfrentarlo sonla prevención y los tratamientos, las poten-

tes terapias antirretrovirales que combinantres o más drogas y logran frenar la repli-cación viral.

Un virus que no discrimina

Como pocos virus, el VIH ha sido pordemás democrático, afectando a ricos y apobres (al menos en los primeros años dela epidemia), atravesando continentes sinnecesidad de visas, siempre atrincheradoen el invisible espacio de una célula. Poresto mismo, cualquier cambio mínimoque se produzca, cualquier nueva droga,nuevo descubrimiento, repercute en todoel mundo.

Hasta ahora, la lógica de la epidemia hasido implacable: allí en donde los sistemascolapsan y presentan fisuras, el virus apro-vecha para entrar con más fuerza. “Y estoocurre cuando se ve afectado el orden so-cial y económico de un país, el caso demuchos países africanos, de la ex UniónSoviética. Las guerras, las crisis, provocanmovimientos migratorios, enormes quie-bres en los sistemas de salud, generandocondiciones ideales para que el VIH se ex-panda”, enfatiza Fernando Zacarías, jefede la Unidad de VIH/sida de la Organi-zación Panamericana de la Salud (OPS).

¿Esta ley regirá también en esta partedel mundo? Las estadísticas indican que,en Norteamérica, cerca de 1 millón depersonas viven con VIH/sida. EnAmérica Latina y el Caribe, viven 1,9 mi-llones de adultos y niños con el virus. Estaúltima cifra incluye a las 210.000 personasque, según las estimaciones, contrajeronel VIH el año pasado. También en 2002murieron 100.000 personas en la Regióna causa del sida.

Zacarías recuerda que hace 20 años,cuando la epidemia todavía se mal llamaba“peste rosa” y el virus era un misterio re-cién clasificado, el futuro era el Apoca-lipsis. “Hubo una encuesta internacionalentre expertos y nuestra visión fue aterra-dora: imaginábamos un 2000 completa-mente devastado por la enfermedad”. Eltiempo y los hallazgos médicos demostra-ron que la infección podía volverse cró-nica, que la persona podía no desarrollarsida, y que no todo el planeta iba a serdiezmado. Que la lucha implicaba clarasdecisiones sanitarias y compromisos políti-cos. Y que jamás se podía bajar los brazos

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porque, como dijo Richard Feachem, di-rector del Fondo Mundial de lucha contrael Sida, la Tuberculosis y la Malaria en unanota de opinión en el periódico TheWashington Post, “esta guerra sólo estáempezando”.

En América Latina y el Caribe la epide-mia ha hecho hasta ahora un camino lentoy constantemente creciente. Las tasas deprevalencia en algunos países del Caribe seencuentran entre las más altas del mundo,después del Africa subsahariana. En lasdos décadas que han pasado desde el co-mienzo de la epidemia, el continente hasufrido crisis sociopolíticas, guerras y quie-bres de sistemas. Sin embargo, la epide-mia no tuvo la misma explosión que enotras regiones. Para explicar esto, Zacaríascruza razones genéticas, sociales y cultura-les, “En estos momentos, hay dos grandesgrupos del virus que circulan por elmundo, el VIH1 y el VIH2. Ya se cono-cen 10 subtipos del VIH1 y 5 subtipos delVIH2. Ahora bien, en las Américas estácirculando la misma cepa que circula enEuropa occidental (el VIH1 subtipo B)que, al parecer, es algo menos virulentaque las cepas del VIH2, las que circulanmás comúnmente en África”.

Las cepas africanas del virus, completaZacarías, serían más patogénicas y podríandiseminarse más fácilmente por vía hetero-sexual, lo que explicaría, sólo en parte, laviolenta aceleración de la epidemia. Detodas formas, aclara, el virus tiene la capa-cidad de mutar con tanta facilidad que esteescenario perfectamente podría cambiaren los próximos años.

También es cierto, agrega Zacarías, quemuchos países de la región se tomaronmuy en serio a “la nueva enfermedad”, yaa comienzos de los años ochenta. “EnBrasil, por ejemplo, hubo decisiones con-certadas desde el principio a todo nivel,ministerial, de salud pública, en las comu-nidades; y las campañas y acciones efica-ces de intervención lograron que laepidemia desacelerara su progresión.También en Cuba se tomaron medidasdrásticas, que fueron muy criticadas, peroque permitieron que en los primeros añosde la epidemia el virus no entrara en laisla”. Sin embargo, hoy en día, en unmundo de viajes, turismo y globalización,los científicos aseguran que los cercos epi-demiológicos de hace dos décadas ya notienen efecto.

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“El aumento de tan soloel 1% de la incidencia

de la infección en China,India, Rusia, significa

20 millones de personas”,Anthony Fauci, directordel Instituto Nacional deAlergia y Enfermedades

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Y los resultados en los países son dispa-res. El informe 2002 de ONUSIDA in-dica que uno de los factores quefavorecen la propagación del VIH en laRegión es la combinación de desarrollosocioeconómico desigual y alta movilidadde la población.

Como pocas, esta epidemia tambiénenfrentó al hombre con la necesidad demodificar conductas, de explorar su cul-tura. Y hacia las conductas también en-foca Zacarías a la hora de explicar eldevenir del virus en la región. “La trans-misión heterosexual se está convirtiendoen una muy importante vía de infección.Y el blanco más reciente de la epidemiason las mujeres, en especial las mujeresmonógamas que se contagian de sus pro-pias parejas, que en muchos casos tienensexo con otros hombres. Lo que ocurrees que la cadena de contagio termina ahí,en la esposa o novia”. En esta cuestiónbásicamente cultural Zacarías encuentraotra razón que desacelera el desarrollo dela epidemia.

Un grito hacia los varones

Hace dos años, el lema de la campañamundial de ONUSIDA reclamó que loshombres tomaran las riendas de su se-xualidad. Lejos de tratarse de un regresoal control sexual masculino, fue un gritohacia los varones, para que tomaran con-ciencia de que el uso del preservativoevita el propio contagio, y el de sus pare-jas. Que usar el preservativo es, en algúnsentido, hacerse cargo de la parte decompromiso que les toca en esta lucha.

Y este enfoque no es caprichoso, yaque el uso del condón sigue siendo cru-cial para prevenir la infección. Sin em-bargo, es un elemento sobre el que notodas las mujeres tienen poder. “Enmuchos países, de todos los continen-tes, las mujeres no tienen el estatus so-cial como para tomar sus propiasdecisiones acerca del sexo seguro. Yestos escenarios coinciden con las socie-dades que más han negado la existenciadel VIH y que lo han considerado du-rante mucho tiempo como un mal delafuera, que viene de otra parte, de otropaís. Por eso hay que seguir educando,porque romper esas barreras culturalesllevará años”, explica Fauci.

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El acceso universal a las drogas

La primera droga desarrollada para tratar la infección por VIH fue la zidovudina (AZT).Por muchos años fue la única medicación disponible. Hasta que en 1996, durante la XIConferencia Internacional de Sida realizada en Vancouver, Canadá, se presentaron en

sociedad los llamados cócteles, combinaciones de tres drogas que, juntas, lograban frenarla replicación del virus en el organismo. En 2003, dos décadas después del primer caso regis-trado oficialmente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos(FDA) cuenta con una lista de 14 drogas aprobadas para tratar la infección.

No sólo se ha avanzado mucho en la oferta de drogas sino también en la forma de admi-nistración. Hasta 1998, una persona con VIH/sida debía tomar hasta 15 pastillas para com-pletar un día de tratamiento. A partir de ese año hubo una catarata de avances que logra-ron mejorar la eficacia de los medicamentos y su forma de administración. Hoy en día, dospíldoras pueden contener las drogas necesarias para ingerir en un día. Los que tienen acce-so a estos tratamientos pueden vivir mucho tiempo y tener una vida casi normal.

Sin embargo, estos enormes avances no están disponibles para todos por igual. De los42 millones de personas que viven con el VIH, menos del 5% tiene acceso pleno a la medi-cación. Según el último informe de ONUSIDA, hacia 2002 se estimaba que unas 170.000 per-sonas recibían estos tratamientos en América Latina y el Caribe (la mayoría de ellas en Bra-sil). Si bien algunos países garantizan el acceso gratuito y universal a través del sector públi-co, el acceso real al tratamiento sigue siendo desigual en el conjunto de la Región, debidoen parte a la amplia variación de los precios de los medicamentos.

Hasta no hace mucho, un tratamiento significaba en promedio unos 10.000 dólaresanuales. Ahora puede llegar a costar menos de 1.000 dólares en el mismo período.

Por eso, en los últimos tres años se inició un esfuerzo conjunto, por subregiones, paranegociar los precios de los remedios fabricados por los grandes laboratorios. Porque elobjetivo no es sólo que se abaraten los costos de las drogas, sino que esta reducción seadapte a la realidad económica del país, a su ingreso per cápita. En Uganda, donde el ingre-so anual promedio es de 200 dólares por persona, 1.000 dólares sigue siendo una fortuna.

Como parte de este proceso, las organizaciones internacionales y las instituciones quetrabajan por los derechos de las personas seropositivas lanzaron un debate ético: ¿Es posi-ble que, si existe una droga que evita la transmisión de madre a hijo, no tengan acceso aella todas las mujeres embarazadas que están infectadas? El mismo debate también seplantea para el tratamiento de seropositivos adultos.

Un tratamiento contra el VIH es complejo, requiere de exámenes periódicos, pruebaspara controlar qué cantidad de virus está circulando en el organismo, cuántas células delsistema inmunitario se han ganado o perdido. Cuando se habla de los costos no sólo sehabla de las drogas, sino de todo el arsenal terapéutico necesario. Además, muchas vecesel paciente se vuelve resistente a una droga que ya no es útil para combatir al virus, y hayque rediseñar su tratamiento.

En las Américas, Brasil fue uno de los primeros países que discutió los precios de las dro-gas, instaló laboratorios nacionales de medicamentos genéricos (con costos de hasta 600dólares anuales por tratamiento), y ofreció asistencia integral y universal. En el marco de laIniciativa de Acceso Acelerado (IAA), 15 países del Caribe firmaron en septiembre de 2002acuerdos con compañías farmacéuticas y lograron que un tratamiento combinado de

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En Sudáfrica (en donde una de cada 4personas está infectada), un rey tribalpuede tener hasta docenas de hijos y variasmujeres ¿un rey usará preservativo? ¿Lousará un camionero que atraviesa variospaíses de América Latina trasladando mer-cancías? ¿O un campesino de la provinciade Jilin, en China, que dona sangre unavez por mes como una forma de ingresofijo? Zacarías, para completar el conceptode Fauci, agrega que para educar, hay queutilizar las herramientas que ofrece la pro-pia comunidad, “en Haití hemos hechocampañas en las que el mismo sacerdotevudú explicaba, con su propio lenguaje yrituales, cómo utilizar bien un condón.Las intervenciones deben realizarse sobre

las poblaciones, las nuevas cohortes, enespecial en los nuevos grupos vulnerables,las poblaciones móviles (hay muchas en elcontinente), las trabajadoras sexuales, lasmaquiladoras, y los grupos indígenas,entre los que el virus se ha expandido dra-máticamente en los últimos tiempos. Porejemplo, la población de la etnia garífuna

de Honduras tiene entre un 15% y un 20%de prevalencia de VIH”.

Entonces, ¿en qué punto del caminonos encontramos? Los expertos coinciden:en una encrucijada. Esto quiere decir quees un momento perfecto para hacer lascosas bien, para lograr que la epidemia noexplote, para tomar el camino correcto.

Según Fauci, un gesto claro en este sen-tido es un compromiso político y econó-mico. “En los Estados Unidos se destinanmuchos recursos al VIH/sida. En mi ins-tituto, alcanza al 50% de los recursos. Yeso ocurre porque el Presidente y los con-gresistas aprobaron ese uso. Los líderespolíticos del país apoyaron los esfuerzosen esta lucha. Y esto es así, según el in-

forme del Consejo Nacional de Inteli-gencia, y yo tengo la misma percepción,porque se trata de una epidemia que estáesperando estallar”. Por ahora, la epide-mia es global y, por ende, hay un interésglobal. La preocupación de Zacarías esqué pasará cuando el sida deje de ser unproblema para los países ricos.

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drogas de marca (no genéricas) costara en laregión 1.100 dólares por paciente al año, elmismo valor que tiene para los países delÁfrica Subsahariana. Las negociaciones —que fueron conducidas por la Secretaría dela Comunidad del Caribe (CARICOM),OPS/OMS y ONUSIDA— comenzaron enfebrero de ese año y culminaron con la firmadel acuerdo durante la XIV ConferenciaInternacional de Sida realizada en Barcelo-na, en julio de 2002, entre un grupo de com-pañías farmacéuticas y la Coalición Pancari-beña contra el VIH/sida.

Según George Alleyne, director eméritode la OPS y enviado especial para VIH/sidaen el Caribe por las Naciones Unidas, “auncon drogas disponibles se necesita ademásinfraestructura, recursos humanos, capaci-tación del personal y sistemas de organiza-ción para lograr que tengan amplia dispo-nibilidad”.

Según Alleyne, es esencial la coopera-ción regional para atender de manera glo-bal a las necesidades de todos los países,pero además “algunos de ellos siguen bus-cando más agresivamente nuevas alternati-vas para bajar aún más los precios”.

Siguiendo los pasos del Caribe, Centro-américa y los países andinos comenzaron adiseñar estrategias para mejorar el acceso alos tratamientos y a la calidad de vida. Enfebrero pasado, los gobiernos de Centro-américa también firmaron un acuerdo concompañías farmacéuticas, con el que logra-ron una reducción de precios del 50%.

Para Fernando Zacarías, jefe de la Uni-dad de VIH/sida de la OPS, el debate porlos precios de las drogas, que involucra atantos sectores distintos, pone sobre lamesa la ética y la idea del acceso a los tra-tamientos como un derecho humanoesencial: “Por suerte, muchos países(Sudáfrica, Brasil) han reaccionado. Elgran desafío es lograr la accesibilidad delos tratamientos sin discriminar por condi-ción social o económica”. ■

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“El nuevo blanco de la epidemia son las mujeres, en especial las mujeres monógamas que se contagian

de sus propios maridos”, Fernando Zacarías, jefe de laUnidad de VIH/sida de la OPS

Muchas naciones de las Américas hantomado como propia la batalla del sida.Un caso ya citado es el de Brasil. “Ellostomaron buenas decisiones desde lacúpula del poder, fueron creativos, nonegaron la existencia de una epidemia,lucharon para abaratar los precios de lasdrogas. Brasil ha sido un ejemplo quepodría traspolarse a otro país de su mag-nitud como son los cinco que hoy estánen alto riesgo”, piensa Fauci.

Uno de los logros de este país es que,según concluye el informe de ONU-SIDA, “en el caso de los seropositivosque utilizan drogas intravenosas, Brasilha adoptado un enfoque menos puni-tivo para afrontar el problema doble

que suponen este consumo y la infec-ción por VIH, lo que ha contribuido adisminuir la propagación del virus eneste subgrupo de población en las áreasmetropolitanas”. También en formacoincidente, un estudio a escala nacio-nal comprobó el mayor uso del preser-vativo entre esta población (del 42% en1999 al 65% en 2000), un signo de los

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El difícil caminohacia una vacuna

En la actualidad se están realizando simul-táneamente 25 ensayos con vacunas paraenfrentar al VIH/sida. Una de las más

esperadas ha sido la vacuna GP120, de laempresa VaxGen, que intenta modificar laacción del antígeno de ese nombre que seencuentra en la superficie de la célula y que, encondiciones normales, permite que el VIH inva-da el organismo. En febrero pasado, VaxGenpresentó los resultados de la fase III de estosensayos. Las pruebas, que se realizaron en8.500 personas en Canadá, Tailandia, Holanda yEstados Unidos, no fueron promisorias. Compa-rada con el placebo, la vacuna mostró una bajaeficacia para reducir el riesgo de infección en lapoblación general que había sido inoculada.Pero el ensayo también arrojó un dato sorpren-dente: fue más eficaz entre negros y asiáticos,que entre blancos e hispanos.

Jorge Benetucci, jefe de sala del HospitalMuñiz, el centro municipal de enfermedadesinfecciosas de Buenos Aires, y uno de los pri-meros infectólogos argentinos que detectaroncasos de VIH en su país, cree que, a pesar de losresultados algo desesperanzadores, el poderestadístico del estudio fue muy bueno y elresultado es bastante concluyente. “Habrá queestudiar el porqué de las diferentes respuestasinmunológicas de ambos grupos —propone—.A veces se aprende más de los fracasos que delos éxitos. Hay que continuar el desarrollo de lavacuna sobre la base de la información obteni-da. Son muchas las opciones que se estáninvestigando, y eso es positivo”.

En sus trabajos, el doctor José Esparza, coor-dinador de la Iniciativa para una Vacuna contrael Sida, de la Organización Mundial de la Saludy ONUSIDA, destaca que “la vacuna sigue sien-do la llave para derrotar al sida, y su búsquedadebe involucrar a muchos países”. Esta búsque-da corre por dos caminos: una vacuna preventi-va, que inmunice contra la infección; y una

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esfuerzos sostenidos en educación y pre-vención. Y lo mismo ocurrió con el usode condones entre adolescentes.

Pero uno de los aspectos más intere-santes de este tejido que frena la expan-sión del virus reside en la activaparticipación de los mismos seropositi-vos. Según explica Javier HourcadeBelloq, secretario regional de la RedLatinoamericana de Personas Viviendocon VIH/sida, la entidad conjuga el tra-bajo de siete redes regionales que sóloen Chile cuenta con 2.000 personas ytrabaja muy cerca de los gobiernos y lasorganizaciones intentando que se escu-che la voz de los portadores. “La coo-peración horizontal ha permitido

alcanzar muchos éxitos, especialmentecontra la discriminación y los altos pre-cios de las drogas”, asegura HourcadeBelloq.

Ante esta encrucijada en la que sehalla el continente, la epidemia definiti-vamente puede estabilizarse. “Es másdifícil medir la prevención en una pobla-ción que los tratamientos. Y lo cierto es

En la población general, la cultura de la sexualidad está cambiando. Hoy los jóvenes saben

que es esencial protegerse a sí mismos.

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que con las nuevas terapias antirretrovira-les, menos pacientes llegan a desarrollarsida, y el número de hospitalizaciones enlos países ha bajado muchísimo”, explicaZacarías.

Entonces, ¿por qué no relajarse unpoco y descansar los brazos? En SanFrancisco, Estados Unidos, una ciudadque fue epicentro de la epidemia en los’80, los esfuerzos de prevención logra-ron bajar drásticamente la tasa de inci-dencia de infección entre hombres quetenían sexo con hombres.

En aquellos años, el miedo operócomo un motor: morían amigos, pare-jas, había que cuidarse. Sin embargo, unestudio del Departamento de SaludPública de esa ciudad comprobó un au-mento de las infecciones en los últimosseis años. “Se debe a que las nuevas ge-neraciones de hombres que tienen sexocon hombres no tienen la misma per-cepción del peligro, saben que haybuena medicación, que la infecciónpuede tratarse. Pero a ellos habría quedecirles que siempre, siempre, lo mejores no infectarse”, asegura Zacarías.

Tanto Zacarías como Fauci son vete-ranos en esta guerra. Y, a esta altura delcamino y con visión de profetas, puedenhacer vaticinios. Zacarías concluye:“Este proceso de estabilización de laepidemia quizá no me toque verlo a mí.Pero se puede lograr. En la poblacióngeneral, la cultura de la sexualidad estácambiando. Los jóvenes que iniciaronsu vida sexual en la era del sida sabenque es esencial protegerse. Las palabrasclave son cuidados, prevención y trata-mientos”. Y Fauci agrega: “Si no somosagresivos en prevención y educaciónahora, si no ponemos todos nuestros re-cursos para tratar a las personas que yaestán infectadas y relacionamos trata-miento con prevención, entonces el es-cenario empeorará. Pero tenemos lagran oportunidad de provocar unenorme impacto ahora mismo”.

Los dos coinciden. El comienzo hasido difícil. Pero si se actúa a tiempo, elfuturo podrá modificarse.

Paula Andaló es periodista en elárea de Información Pública de laOrganización Panamericana de laSalud, en Washington, D.C.

vacuna terapéutica, que actúe bloqueando el desarrollo del virus cuando ya está dentro del cuer-po humano.

Aunque no hace mucho Robert Gallo, codescubridor del VIH junto con el francés Luc Montag-nier, afirmó que nunca habría una vacuna ciento por ciento eficaz, los expertos aseguran que lograruna vacuna con menor porcentaje de eficacia también sería un gran avance porque:• Al bajar la posibilidad de infección, se desaceleraría la progresión de la epidemia, lo que a nivel

de política sanitaria significaría un éxito.• Disminuiría la frecuencia de infección en poblaciones de alto riesgo.• Si una persona se infectara, la carga de la infección sería más baja por la barrera defensiva de

la vacuna.• Al tener baja carga viral (cantidad de virus que hay por mililitro de sangre) habría dos gran-

des ventajas: la persona podría recibir tratamientos menos agresivos y, eventualmente, tar-daría más tiempo en desarrollar el sida. Y también tendría menos oportunidades de transmi-tir el virus.

De este modo, esta hipotética vacuna, aun cuando no fuera ciento por ciento eficaz, cambiaríael balance de la epidemia que, hasta ahora, se inclina a favor del virus.

El desarrollo de una vacuna genera muchos dilemas. La mayoría de las vacunas que se estándesarrollando en la actualidad servirían para inmunizar contra algunas formas del virus que circu-lan en América, Europa y Asia, pero no para las cepas presentes en África, justamente el continen-te que más necesita de una vacuna. Como asegura un editorial publicado en la revista The Lancet,“esto aumentaría aún más la brecha que existe entre los países desarrollados y los más pobres, quesiguen concentrando el 90% de las infecciones”.

Los caminos para llegar a una vacuna se bifurcan como un laberinto: porque cuando los cientí-ficos creen que llegaron al final, se abre un nuevo camino. Esto se debe a que el VIH tiene una capa-cidad de mutación, de cambio, que hace muy difícil encontrar un modelo único de vacuna. Sinembargo, la investigación es constante y aparecen nuevas alternativas. Curiosamente, el secreto deuna de estas opciones parece estar escondido en el sistema inmunitario de un grupo de trabajado-ras sexuales de África. El investigador canadiense Francis Plummer, experto en enfermedades infec-ciosas, dirigió un seguimiento médico de 2.000 trabajadoras sexuales de Nairobi. Al cabo de variosaños, los científicos comprobaron que 200 de ellas no estaban infectadas, a pesar de haber estadoexpuestas al virus, y de practicar conductas de alto riesgo durante mucho tiempo. Investigadoresbritánicos realizaron observaciones similares entre trabajadoras sexuales de Gambia. La conclusiónes que alguna forma de defensa natural, algún arma genética en el sistema inmunológico de estastrabajadoras sexuales evitaba la infección. Identificar ese arma ayudaría a desarrollar una vacuna.Un camino similar siguen las investigaciones llevadas a cabo sobre un 5% de seropositivos que, apesar de haber estado infectados desde hace mucho tiempo, no desarrollan sida.

La Iniciativa Internacional para una Vacuna contra el Sida (IAVI), que nuclea los esfuerzos de lasentidades y los gobiernos de países en los cinco continentes, estima que se están invirtiendo alre-dedor de 470 millones de dólares en la búsqueda de una vacuna a nivel mundial. Si bien este montosignifica un aumento notable en la inversión en los últimos 10 años, sigue representando sólo el1% del gasto global en salud e investigación.

El hallazgo de una vacuna es esencial. Porque, finaliza Benetucci, “a pesar de que los trata-mientos han logrado frenar la progresión de la enfermedad, para muchas regiones del mundo, lavacuna es la única opción, la única herramienta sanitaria que puede frenar el avance dramático dela epidemia”. ■

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Secretos dela industriatabacalera

Secretos dela industriatabacalera

Secretos dela industriatabacalera

Qué revelan los documentos

confidenciales acerca de

las tácticas de la industria

tabacalera para proteger sus

ganancias, en detrimento de

los esfuerzos de la salud

pública en América Latina

y el Caribe

por Donna Eberwine

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Nota del editor: La divulgación, en los años noventa, de documentos internos dela industria tabacalera, en el marco de los juicios anti-tabaco en los EstadosUnidos, aportó muchas pruebas acerca de los intentos de la industria para con-fundir a los consumidores y socavar iniciativas de salud pública. Para descubrir loque revelan esos documentos acerca de las actividades de la industria tabacaleraen América Latina y el Caribe, en 2001, la Organización Panamericana de la Salud(OPS) encargó un proyecto de investigación centrado en los dos líderes del mer-cado en la Región: British American Tobacco (BAT) y Philip Morris International(PMI). El resultado, obtenido después de examinar más de 10.000 páginas de do-cumentos, es el informe La rentabilidad a costa de la gente: Actividades de laindustria tabacalera para comercializar cigarrillos en América Latina y elCaribe y minar la salud pública (OPS, 2002), por Stella Aguinaga Bialous y StanShatenstein. Este artículo es una adaptación de ese informe de la OPS.

Corría el añode1990,y lasdos

principales tabacalerasmultinacionales deAmérica Latina y elCaribe estaban preocupa-das ante la posibilidad deque el sentimiento de rechazo del tabaco se estuviese extendiéndodesde América del Nortey Europa hasta sus mercados en aceleradocrecimiento, situados alsur de la frontera con losEstados Unidos.

Sharon Boyse, que entonces trabajabacomo experta en asuntos públicos paraBritish American Tobacco (BAT), descri-bió la situación en un memorando enviadoa funcionarios de las filiales de su empresaen la Argentina, Brasil, Chile y Venezuela.“Los problemas más importantes que debeenfrentar la actividad en América del Sur,ahora y en el futuro, son el humo ambien-tal de del tabaco, las restricciones al con-sumo de tabaco en público, y el hecho deque el hábito de fumar no sea socialmenteaceptable… En este contexto no se debesubestimar la influencia de las noticias des-favorables sobre el consumo de tabaco di-vulgadas por los medios de comunicacióninternacionales (en especial en los EstadosUnidos e Inglaterra) y por la OPS/OMS”.

Marc Goldberg, gerente para AméricaLatina de Philip Morris International, sehizo eco de las inquietudes de Boyse du-rante una de sus presentaciones de esemismo año. “En cuanto a la legislacióncontra el consumo del tabaco, los gobier-nos han redoblado esfuerzos para restringirel consumo de tabaco en los lugares públi-cos e imponer nuevas limitaciones a la pu-blicidad —observó—. Hemos logradoenfrentar con éxito las propuestas contra eltabaquismo en Costa Rica, Guatemala yParaguay, pero es evidente que la tenden-cia a restringir el consumo de cigarrillos enlos lugares públicos seguirá permeando lalegislación en toda la región”.

Las observaciones de Goldberg indican,sin lugar a dudas, que la industria no iba aquedarse con los brazos cruzados mi-rando cómo aumentaban las amenazas aalgunos de sus mercados en desarrollo

más lucrativos. Por el contrario, para con-trarrestarlas conseguirían la ayuda de unade las asociaciones médicas más prestigio-sas de la región.

“Con la orientación de Shook, Hardyand Bacon [estudio jurídico con sede en losEstados Unidos] y auspiciado por elColegio Interamericano de Médicos yCirujanos, se está llevando a cabo una en-cuesta para determinar la opinión de los de-canos de las facultades de medicina sobrelas prioridades de la región en materia desalud —informó Goldberg—. Confiamosen que los resultados de la encuesta demos-trarán que la preocupación por el consumodel tabaco en América Latina, como riesgopara la salud pública, es consecuencia de laspresiones externas y no un tema de interésprimario para la comunidad médica. Si elestudio confirma nuestras sospechas, espe-ramos que el Colegio Interamericano deMédicos y Cirujanos dé amplia difusión aestos hallazgos”. Y agregó: “Estamos abo-cados al desarrollo de estrategias de cabil-deo y de creación de coaliciones conquienes tienen intereses económicos comu-nes con nosotros, y nuestra intención esadelantarnos permanentemente a las inten-ciones de nuestros adversarios”.

Según documentos secretos divulga-dos por la industria tabacalera a par-tir de 1998, y examinados asolicitud de la OPS, ésta no sería la

primera ni la última vez que la industria seasegurara la ayuda de respetados profesio-nales científicos y médicos para socavar lasiniciativas de control del tabaquismo enAmérica Latina y el Caribe. En uno de esos

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casos, las empresas tabacaleras contrataronal decano del Programa de Posgrado enCiencias de la Salud, de la UniversidadCatólica de la Argentina, amigo personaldel entonces presidente Carlos Menem,para hacer presión contra las leyes queprohibirían la publicidad y restringirían elconsumo de cigarrillos en lugares públicoso cerrados (ver recuadro en la página 21).

Por otra parte, según revelan los docu-mentos secretos, las empresas tabacaleras:• Contrataron en secreto a investiga-

dores médicos y científicos de toda laregión para tergiversar los estudioscientíficos que vinculaban el humode tabaco con enfermedades en nofumadores.

• Trataron de ganarse la adhesión delos medios de comunicación me-diante viajes con todos los gastospagos y conferencias a favor de la in-dustria copatrocinadas por asociacio-nes de periodistas.

• Diseñaron campañas de “prevencióndel tabaquismo en los jóvenes” prin-cipalmente como herramientas de re-laciones públicas en forma simultáneacon sus estrategias de mercadeo quetenían como destinatarios a los fuma-dores jóvenes.

• Participaron activamente en las redesde contrabando de cigarrillos para au-

mentar su participación en el mercadoy en los volúmenes de ventas, almismo tiempo que en público se opo-nían a las ventas ilegales de cigarrillos.

Ciencia mercenariaA comienzos de los años noventa, la

cuestión de la exposición al humo de ta-baco ajeno se convirtió en un tema de ac-tualidad en los Estados Unidos a medidaque aumentaban las pruebas científicassobre sus efectos dañinos en la salud. Dosentidades estadounidenses, la Agencia deProtección Ambiental (EPA) y el InstitutoNacional de Seguridad y SaludOcupacional (NIOSH), publicaron infor-

mes que confirmaban que los llamados fu-madores pasivos se encontraban expuestosa un riesgo considerablemente mayor desufrir enfermedades.

Estos informes, emitidos por dos impor-tantes organismos gubernamentales de losEstados Unidos, ejercieron nuevas presio-nes sobre la industria tabacalera para quecontrarrestara la información científicaque vinculaba el humo ambiental de ta-baco (HAT), o humo de tabaco ajeno,con la enfermedad y, en especial, para pre-venir los crecientes esfuerzos de controldel tabaquismo en América Latina y elCaribe.

Una propuesta, presentada en 1992 porel grupo de abogados de la industria taba-calera, Covington and Burling, plantea larespuesta de la industria:

El Programa de Consultoría sobreel HAT en Centroamérica y Américadel Sur (Proyecto Latino) se puso enmarcha a principios de 1991.Actualmente, participan en este pro-yecto trece consultores de siete países:Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica,Ecuador, Guatemala y Venezuela.Éstos provienen de una amplia varie-dad de disciplinas científicas, como laquímica y la bioquímica, la epidemio-logía, la oncología y la medicina pul-monar y cardiovascular. Hoy día, el

Proyecto Latino es financiado en un40% por Philip Morris International[60% por BAT]. La gestión del Pro-yecto Latino está en manos deCovington and Burling.

A diferencia de muchos otros pro-gramas regionales de consultoría sobreel HAT patrocinados por la industria,el Proyecto Latino se puso en prácticapara adelantarse a la inminente irrup-ción del tema del HAT en Centro-américa y América del Sur, y no comoreacción a ella. De vital importanciapara el éxito del Proyecto Latino es laproducción y la difusión de datos cien-

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Un kiosco, en Lima, Perú, ofrece cigarrillos sueltos a 15centavos de dólar cada uno. Los fumadores pagan elequivalente de 1,50 dólares por el paquete completo.

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tíficos sólidos, no sólo relacionadoscon el HAT específicamente, sinotambién con una amplia gama de con-taminantes potenciales de los entor-nos al aire libre y del aire de los localescerrados. Por un lado esta estrategiaincita a los organismos gubernamen-tales y a los medios de comunicaciónde Centroamérica y América del Sur aresistirse a las presiones de los gruposque se oponen al consumo del tabacoy, por el otro, ubica al HAT en el lugarque le corresponde entre los diversoscontaminantes potenciales que se en-cuentran en esas regiones, tanto en losentornos al aire libre como en los lo-cales cerrados.

Además de financiar la investigación re-alizada por los consultores, la industria losenviaba como expositores a seminarios ysimposios científicos, y utilizaron su in-fluencia para lograr el auspicio conjuntode dichos eventos por parte de algunas delas entidades académicas más prestigiosasde la región. Entre ellas se encontraban laAcademia Nacional de Ciencias y laAcademia Nacional de Medicina, de laArgentina; la Universidad de San Pablo enBrasil; la Academia Chilena de Ciencias, laUniversidad Católica de Chile y laFacultad de Medicina de la Universidadde Chile.

Si bien la supuesta función del ProyectoLatino era la de “generar y difundir”“datos científicos sólidos” para contrarres-tar los esfuerzos “extremistas de controldel tabaco”, los vínculos entre los consul-tores y la industria tenían que mantenerseen el más estricto secreto. Una carta fe-chada en 1991 y enviada por Boyse, em-pleada de BAT, a Edgar Cordero, de laempresa Republic Tobacco de Costa Rica,aclara este punto sin que quede la menorduda:

No puedo dejar de insistir con sufi-ciente firmeza sobre la necesidad ab-soluta de que la industria no tenganingún contacto directo con estoscientíficos [los consultores] que for-man parte del programa ... Si alguienllegara a sospechar que alguno de ellosestá vinculado con la industria, corre-mos el riesgo de que, por asociación,se piense lo mismo del resto delgrupo; y todos los esfuerzos habránsido en vano. Como ya se ha expli-cado, cualquier contacto debe llevarse

a cabo a través de Covington andBurling...

Una estrategia fundamental delProyecto Latino era la de cambiar elcentro del debate público para pasar delos efectos sobre la salud del tabaquismopasivo a cuestiones más amplias, comola calidad del aire en la región, sugi-riendo que el humo de tabaco ajeno eraun factor insignificante en la contamina-ción del aire en espacios cerrados. Coneste objetivo, el proyecto propuso unainvestigación original sobre estos temas,lo que abarcaría un estudio en AméricaCentral para el que “se adquirirían datosacerca de los niveles de diversos gases y

sustancias particuladas suspendidas en elaire de las oficinas y los restaurantes deCosta Rica, Guatemala, Panamá, ElSalvador, Nicaragua y Honduras. Losniveles de contaminación del aire delambiente exterior se determinarán enforma simultánea con las mediciones delaire de los locales cerrados”. Los resul-tados del estudio se publicaron en la re-vista Ciencias Ambientales de laUniversidad Nacional de Costa Rica.Como cabía esperar, los datos demos-traban que el tabaquismo no contribuíasignificativamente a la deficiente calidaddel aire en los locales cerrados.

En 1993 se presentaron resultados simi-lares en un seminario auspiciado por la in-dustria en Quito, Ecuador. El consultorCarlos Álvarez, del Proyecto Latino, dijoante decenas de periodistas reunidos en elCentro Internacional de Estudios Supe-riores de Comunicación para AméricaLatina (CIESPAL) que no existía una re-lación estadísticamente significativa entreel tabaquismo pasivo y las enfermedadescardiovasculares, y que “incluso en el peorde los casos, los problemas de AméricaLatina relacionados con la exposición alHAT son ínfimos en comparación conaquéllos que provocan la contaminaciónambiental, la desnutrición, el cólera, la dia-rrea, el analfabetismo, las deficiencias habi-

tacionales y la marginación”. Esto, a pesarde un cúmulo abrumador de investigacióncientífica conocida que ya marcaba una re-lación causal entre el humo ambiental detabaco y la enfermedad cardíaca.

Los documentos de la industria del ta-baco muestran que eventos como el semi-nario del CIESPAL eran una tácticapreferida de relaciones públicas en Amé-rica Latina y el Caribe. Para mejorar laimagen de la industria en toda la región,BAT y Philip Morris patrocinaron enforma conjunta simposios similares dirigi-dos a los periodistas, con mensajes favora-bles a la industria acerca de temas como el

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Un paquete gigante de cigarrillos “American Blend”Ducal distrae a los conductores en la autopista Panamerica-na al sur de Lima, Perú. El aviso promete “sabor que une”.

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tabaco y la salud, el tabaquismo pasivo, lalibertad de expresión y las actividades yprioridades de la OMS. Los expositores es-cogidos por la industria eran principal-mente especialistas del Proyecto Latino yotros consultores en HAT, pero tambiéncontaron con el apoyo de sus aliados de laindustria de la publicidad y otras afines.Unicamente cuando se abordaba el temafundamental de los efectos directos del há-bito de fumar sobre la salud —lo que la in-dustria terminó reconociendo ante susdetractores— la industria se vio obligada acontar sólo con sus empleados. “No tene-mos a ningún consultor externo dispuestoa hacerlo, y mucho menos uno de hablahispana”, expresó Sharon Boyse en unmemorando de 1994.

Según otro memorando deSharon Boyse, el propósito deestos simposios era “informar alos representantes locales de los

medios de comunicación sobre la posiciónde la empresa sobre los temas relacionadoscon el consumo del tabaco; persuadirlosde que tenemos una respuesta creíble e in-teresante a las afirmaciones que se hacensobre nuestros productos y que nuestraposición se basa en investigaciones inde-pendientes y, por ende, es apoyada porexpertos independientes. Más específica-mente, persuadir a los medios de informa-ción de que se conviertan en aliados en lasactividades de cabildeo contra las restric-ciones al consumo del tabaco” [destacadopor el editor].

Otros documentos revelan que PhilipMorris y BAT a menudo invitaron y paga-ron los gastos a periodistas de la regiónpara que visitaran la sede de la empresa.Según una propuesta de 1994, estas visi-tas se hacían para “lograr que los mediosde información comprendan mejor la otracara de los temas relativos al consumo deltabaco”, así como para “mejorar las rela-ciones personales” entre los representan-tes de la industria y “los jefes de redaccióny los periodistas de mayor nivel de los me-dios de comunicación sudamericanos”.

Sin embargo, en esa misma propuesta seobserva que “algunos medios de informa-ción tienen por norma evitar que sus pe-riodistas acepten viajes con todos losgastos pagos, ya que se corre el riesgo deque esto ponga en entredicho su indepen-dencia... En tal sentido, los periodistas in-

dependientes pueden ser mejores candi-datos, pues estarán más dispuestos a queles paguen un viaje y es menos probableque ‘muerdan la mano que les da decomer’, ya que desearán asegurarse unlugar en cualquier otro viaje”.

La industria también determinó que leresultaba útil producir sus propios artícu-los —por sus empleados, consultores pa-gados o, por lo menos en un caso, por unperiodista independiente de fuera de laregión. En un memorando de 1991,Boyse escribe:

Hemos analizado la posibilidad decontar con artículos escritos en un es-tilo adecuado y sobre temas apropia-dos, que luego podrían distribuirse en

las empresas operativas y, cabe esperar,a través de sus contactos, publicarseen la prensa local.

Se acordó que para esta regiónprobablemente sería muy conve-niente que un periodista indepen-diente, que trabajara en los EstadosUnidos, escribiera estos artículos. Eneste contexto, Philip Morris desdehace un tiempo ha estado buscandoun periodista adecuado de habla his-pana y cree haber encontrado a unoque quizá nos resulte conveniente.

Se adjuntan copias de los primerosartículos redactados por él. Dos tex-

tos breves: una nota periodística y uncomentario editorial; y una nota ana-lítica titulada “Historia de la evalua-ción sobre el riesgo en el fumadorpasivo”. Me gustaría que todas lasempresas me hicieran llegar sus ob-servaciones sobre estos artículos...¿Las empresas consideran que estetipo de artículos podrían ser entrega-dos a sus contactos en los medios decomunicación locales con vistas a supublicación...?

Una propuesta mucho más ambiciosa,descrita por Boyse en un memorando de1991 dirigido a su colega David Bacon,pero que aparentemente nunca se llevó a

la práctica, revela que la filial de BAT enla Argentina pudo haber tenido algo quever en la organización de los desórdenesocurridos en marzo de 1992, durante laVIII Conferencia Mundial sobre Tabacoo Salud, realizada en Buenos Aires:

La Argentina tiene un plan pero yano estoy segura de que podrán in-fluir en lo que publican los mediosde información, pues se negaron aparticipar en la segunda parte de lapropuesta de Paul Dietrich, que con-sistía, esencialmente, en persuadir aalgunos periodistas para que fueran alas conferencias de prensa y arenga-

La encargada de un kiosco en Lima muestra un cartón deMarlboro Light, de Philip Morris. La versión “sabor integral”de Marlboro es la más popular de la región entre los adul-tos jóvenes y los que están comenzando a fumar.

ran a la gente como Jimmy Carter[el ex Presidente de los EstadosUnidos] sobre las prioridades enmateria de salud. Eso podría influiren la cobertura y vamos a organizaractividades de adiestramiento sobrela forma de perturbar el desarrollode una conferencia de prensa. Sinembargo dijeron (como de costum-bre) que esto no funcionaría enArgentina.

¿Sólo para adultos?Ante la creciente simpatía que se ob-

serva en América Latina y el Caribe haciaun mayor control del tabaco, a partir de

1990 la industria tabacalera ha hecho es-fuerzos especiales para dar la impresiónde que estaría dispuesta a aceptar y hastaa cooperar con regulaciones “razona-bles”. En 1993, un memorando de la di-rectora de asuntos corporativos paraAmérica Latina de Philip Morris, CathyLeiber, describe el enfoque de la indus-tria en relación con el delicado tema delos fumadores jóvenes:

Teniendo en cuenta el incipienteclima legislativo adverso en la re-gión, se plantea la oportunidad decrear un sentimiento de buena vo-luntad hacia la industria tabacalera

llegando al público con una cam-paña que desaliente el tabaquismoen la juventud. Nuestro objetivo estransmitir la idea de que la industriatabacalera no tiene interés en esti-mular a los jóvenes a que fumen ycrear la imagen de que somos em-presas con responsabilidad ciuda-dana. Esto tiene por objetoresguardar a la actividad de nuevosataques por parte de los movimien-tos contra el tabaquismo...

Hacia 1997, Lieber describía la for-mulación y promoción de la legislaciónmodelo sobre la edad mínima para lacompra de cigarrillos, que se aplicaría en

toda la región. La idea era que para “se-guir protegiendo nuestra capacidad decomercializar y hacer publicidad para elpúblico adulto, debemos ser capaces deanticiparnos a los acontecimientos,adoptar iniciativas, de comunicarnos conlos funcionarios del gobierno y cooperarcon ellos”.

Sin embargo, durante el mismo perí-odo los planes de mercadeo de la indus-tria para la región se refieren confrecuencia y de modo abierto a los seg-mentos de mercado de los “fumadoresadultos jóvenes” o “joven adulto ur-bano”. La gran mayoría de los docu-

mentos de la industria definen estos gru-pos como los fumadores de 18 a 24 ó 25años de edad, pero algunos tienen deli-beradamente como grupo destinatario alos llamados “principiantes”. Uno deestos documentos es un informe de es-trategias de marca de la filial argentina deBAT, Nobleza Piccardo:

Camel es el cigarrillo internacio-nal de los Estados Unidos, de saborintegral, preferido por los hombresque se consideran personas indepen-dientes y seguras de sí mismas y quepractican un estilo de vida individua-lista. El destinatario de este aviso esel varón urbano de 18 a 24 años deedad, perteneciente al segmentoABC1. Una parte importante de lapoblación objetivo está constituidapor quienes recién comienzan afumar.

De manera similar, un análisis de1994, realizado por Marlboro en la re-gión, describe la marca como “la nú-mero 1 para quienes recién comienzan afumar y para los fumadores adultos jóvenes”.

Quizá la prueba más contun-dente encontrada en los do-cumentos es la revelaciónde que la industria tiene

conocimientos detallados del contra-bando de cigarrillos y participa activa-mente en él. El apoyo de la industria aeste tipo de actividad ilegal impide queel gobierno perciba importantes ingre-sos por recaudación de impuestos, perotambién ejerce presión para que bajenlos precios, lo cual permite que los ci-garrillos se tornen más accesibles paralos jóvenes y para las personas de me-nores ingresos.

Como resultado de otra investigaciónbasada en documentos en este ámbito,funcionarios del Reino Unido iniciaroninvestigaciones sobre la presunta partici-pación de BAT en el contrabando de ta-baco en Asia y Latinoamérica. Además,las autoridades de Canadá, Colombia,Ecuador, la Unión Europea y losEstados Unidos han entablado juicioscontra la industria, en un intento por re-cuperar las pérdidas en ingresos fiscalesque habría generado el comercio ilegalde cigarrillos.

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Un fumador comparte cigarrillos con una amiga. Lamayoría de los fumadores de larga data comenzaron afumar antes de los 18 años.

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El análisis de documentos de la in-dustria en Latinoamérica y el Caribemuestra la existencia de estrategiaspara competir y ampliar el llamadomercado “sin pago de impuestos”(SPI), lo cual se observa aun en losmás altos niveles corporativos. En unmemorando de 1993, el gerente regio-nal de BAT para Latinoamérica, KeithDunt escribía:

En razón de la sensibilidad, lagestión y la coordinación del nego-cio SPI, todas las marcas debenconcentrarse en un operador porcada canal... Es preciso definir clara-mente la coordinación y gestión delmercado SPI... Dada la importancia

de estos negocios en la región, pro-ponemos la creación de un “GrupoComercial Fronterizo” cuyas fun-ciones sean supervisar y adoptar de-cisiones, cuando corresponda, conel objeto de proteger los interesesde BAT Industries. Se recomiendaque esté integrado por un miembrode Souza Cruz, uno de NoblezaPiccardo y uno de BAT Company.

Otros documentos tratan el tema delmercado del contrabando con gran detalle en relación con el precio del pro-ducto, la competencia por la participa-

ción en el mercado, y su contribución altotal de ventas.

Sin embargo, no se pasaba por alto eldilema ético planteado por la participa-ción activa de la industria en el mercadodel contrabando. En un memorando de1992, Dunt escribía a NoblezaPiccardo, la filial de BAT en laArgentina: “Estaremos realizando con-sultas aquí sobre los aspectos éticos deimpulsar o dejar de lado el segmentoSPI. Usted conoce mi criterio de queforma parte de su mercado, y dejar quelo exploten otros es totalmente inacep-table.” Un memorando escrito en 1992por Mark Waterfield, de BATCo, y diri-gido a Delcio O. Laux, el entonces pre-

sidente de la C.A. Bigott en Venezuela,comentaba la estrategia de las compa-ñías para salvar el obstáculo de la éticaen este asunto, mantener la imagen deuna empresa con responsabilidad ciuda-dana y, al mismo tiempo, estar presentesen el comercio ilegal:

Se recomienda asignarle a unaempresa de BAT Company la res-ponsabilidad de desarrollar la parti-cipación del grupo en el otrosegmento de SPI del mercado ve-nezolano. Sería inadecuado que elpersonal de comercialización deBigott desarrolle la estrategia nece-

saria para incrementar la cuota deeste segmento. La función de Bigottes persuadir a las autoridades quecierren las fronteras y confisquen losproductos SPI que se introducen enVenezuela.

Del mismo modo, un documento demercadeo de la empresa BAT, elaboradoen 1992, confirma la participación dePhilip Morris y BAT en el suministro deproductos al mercado ilegal de laArgentina por medio de sus filiales enBrasil y Paraguay. El documento justificacon soltura la participación en esta activi-dad y alega que “El contrabando repre-senta el 9% del mercado argentino de

cigarrillos y el 46% del mercado delN.E.A. [Nordeste argentino]. Los cigarri-llos SPI son parte de la realidad y estáncasi institucionalizados. Hace bastantetiempo que las autoridades no aplican res-tricciones significativas a este mercado. Enun futuro previsible es más probable quelos volúmenes de ventas SPI aumenten, yno que disminuyan”. La persona que es-cribe comenta que el mercado potencialpara SPI es aun mayor, y que “supo-niendo que haya un mercado insuficiente-mente explotado, nuestra prioridad esabastecerlo con marcas que tienen pers-pectivas en el mercado argentino”.

Una vendedora callejera ofrece cigarrillos y artículos parael hogar a los conductores en un suburbio de Lima. Loscigarrillos de contrabando ocupan un segmento importantedel mercado para la industria.

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Al margen de estas actividades obviamente ilegales, quizáno resulte sorprendente que la industria del tabaco haya

utilizado estrategias agresivas en el Caribe yLatinoamérica —como lo ha hecho enotras partes— para defender sus productosy su habilidad para promoverlos.Cualquier industria tendría el derecho dehacer lo mismo, pero la diferencia resideen que el tabaco es el único producto que,al utilizarlo legalmente y según se indica,puede matar hasta a la mitad de quienes loconsumen.

Por lo tanto, las revelaciones acerca desus engaños del pasado hacen que la in-dustria del tabaco tenga más dificultad paradesarrollar nuevos argumentos y ocultarlos verdaderos peligros de sus productos ymétodos de mercadeo. Los defensores dela salud pública esperan que un aumentode la toma de conciencia —entre planifica-dores, funcionarios gubernamentales yconsumidores de toda la región— se tra-duzca en un apoyo cada vez mayor para loscontroles al consumo del tabaco.

Donna Eberwine es editora dePerspectivas de Salud. StellaAguinaga Bialous reside en losEstados Unidos y es investigado-ra y consultora; tiene numerosaspublicaciones sobre los documen-tos de la industria del tabaco ylos temas del control del tabaco.Stan Shatenstein, del Canadá,es el redactor del boletín en líneaGLOBALink News & Informa-tion (www.globalink.org) y cola-bora como redactor para larevista Tobacco Control.

Amigos influyentes

En 1992, el Congreso de la Argentinaaprobó una legislación pionerasobre el control del tabaco, conocida

como la “la ley Neri”. En caso de ser pro-mulgada eliminaría toda la publicidad y lapromoción de cigarrillos, restringiría elfumar en lugares públicos y exigiría quese detallara en las cajetillas los ingredien-tes y aditivos utilizados.

Como temía un efecto dominó en todala región, la industria del tabaco actuó deinmediato y movilizó a sus aliados en laindustria de la publicidad y en otros sitiospara impedir la aprobación definitiva dela ley. De acuerdo con documentos secre-tos, “la industria tabacalera organizó unasesión de trabajo a puerta cerrada condueños de medios de comunicación, figu-ras de los deportes, ejecutivos de publici-dad y otras partes interesadas, para ini-ciar una campaña a favor de un veto pre-sidencial”. La campaña consistía en queciertos grupos como la Federación Mun-dial de Anunciantes, la Sociedad Intera-mericana de Prensa y la Sociedad Intera-mericana para la Libertad de ExpresiónComercial enviaran cartas al entoncespresidente Carlos Menem y a otros fun-cionarios del gobierno, para apoyar losargumentos prefabricados que fueronexpuestos en un “análisis de caso” reali-zado por Philip Morris en 1993.

1. La ley Neri era una limitación in-constitucional de la libertad de ex-presión comercial

2. No hay ninguna evidencia quemuestra una conexión entre la pu-blicidad y el consumo de cigarrillos

3. La publicidad del cigarrillo está des-tinada a mantener la lealtad a unamarca y a promover el cambio demarca

No obstante, al menos tan eficaz comolas cartas fue la estrategia desplegada

por la industria a través del cardiólogoargentino Carlos Álvarez. Además de serdecano del Programa de Posgrado enCiencias de Salud de la Universidad Católi-ca, era amigo personal del presidenteargentino Carlos Menem y médico privadode su hermano Eduardo. También sedesempeñaba como consultor pagado porla industria para el llamado “Proyecto Lati-no”, que contrataba a científicos para apo-yar el punto de vista de la industria acercade los fumadores pasivos.

Un memorando, escrito en noviembrede 1992 por el abogado de la industriaJohn Rupp, describe la importancia delpapel de Álvarez:

El doctor Carlos Álvarez desem-peñó un papel muy útil en los ma-yores esfuerzos realizados por laindustria para frenar la ley contra eltabaco y luego para convencer alPresidente Menem de que la vetarauna vez que el Congreso argentinola aprobara, a fines de 1992. Las ac-tividades del doctor Álvarez incluye-ron conversaciones con senadoresde ambos partidos, así como unaserie de conversaciones con elPresidente Menem y también con elhermano del Presidente, quienocupa el cargo de presidente delSenado argentino. El doctor Álvareztambién entregó al Presidente unconjunto de notas informativas yuna carta de presentación en la quese señalaba que las restricciones alconsumo de tabaco propuestas care-cían de fundamentos científicos sólidos.

Éste y otros documentos muestran quese preveía que Álvarez siguiera trabajandoen favor de la industria, si en el futuro lle-gaban a introducirse nuevas leyes para elcontrol del consumo de tabaco en laArgentina.

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Renacerde las cenizasRenacerde las cenizasLos

habitantes de Villa

Centenario han

construido una

nueva comunidad

saludable para

reponer sus

hogares perdidos

en los terremotos

de 2001

por Jorge Jenkins Molieri

Renacerde las cenizas

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Los primeros dos mesesdel año 2001 fueronuna larga pesadilla parala familia Osorio, aligual que para miles desalvadoreños. En la ma-ñana del 13 de enero,

ocurrió un terremoto con una intensidadde 7.6, cuyo epicentro se encontraba a100 kilómetros de la costa del Pacífico. Lasacudida se sintió desde México hastaPanamá, pero el mayor impacto lo sufrióEl Salvador, en donde se derrumbaroncasas y edificios, quedaron inservibles ca-rreteras y puentes y, además, en todos losrincones del país se registraron numerosasavalanchas de lodo y deslizamientos detierra. Durante las semanas que siguieronal primer terremoto, miles de tembloresatemorizaron a la población; hasta que el

13 de febrero un segundo sismo dejó unsaldo final de más de 1.200 muertes,9.000 heridos y 1,6 millones de personassin hogar.

Antes de los terremotos, Carlos Osorio,su esposa María Ester Echeverría y siete desus diez hijos habían vivido en la pobrezacomo colonos en una finca ajena, a cam-bio de cuidar el terreno y cultivar la tierra,en Acajutla, departamento de Sonsonate,en el occidente de El Salvador. La casadonde vivían —una estructura endeblecon paredes de adobe y bahareque y untecho de trozos de plástico— quedó total-mente destruida por los terremotos. La fa-milia, acostumbrada a las dificultades,empezó a buscar desesperadamente otrotrabajo y un lugar para vivir. “Pensaba queme iba a morir y que mis hijos iban a que-dar abandonados como mi padre me dejóa mí”, recuerda Carlos Osorio con lágri-mas en los ojos.

Pero, exactamente a los seis meses des-pués del primer terremoto, renació la es-peranza para la familia Osorio, de nuevoen Acajutla, pero esta vez en el cantónSuncita. Los Osorio fueron una de las 100familias seleccionadas para participar en unproyecto multisectorial y en la construc-ción, desde los cimientos, de una comuni-dad totalmente nueva para reemplazar lascasas que habían perdido. Ese pueblo, lla-mado Villa Centenario OPS en honor delos 100 años de la OrganizaciónPanamericana de la Salud (OPS), se con-vertiría en un proyecto modelo de vi-vienda saludable, construido con el apoyode la OPS y de los ministerios de Vivienda—que proporcionó el terreno— y deSalud. También colaboraron países do-

nantes, misioneros locales y el Municipiode Acajutla.

Pero lo más importante fue la participa-ción activa de las 100 familias que son lasentusiastas beneficiarias del proyecto. “Esun milagro —dice Osorio con emoción—que Dios y todas las organizaciones quenos ayudaron, nos dieran una casa propia”.

De la escasez a la crisis

Las dificultades que vivieron los Osorio acomienzos de 2001 fueron similares a lasde miles de familias salvadoreñas que per-dieron sus casas debido a los terremotos.Según el Comité de Emergencia Nacional(COEN), los terremotos afectaron a casi lacuarta parte de las viviendas del país, ya quemás de 180.000 unidades sufrieron dañosy unas 150.00 quedaron totalmente des-truidas. Pero el mayor peso de lo ocurridorecayó en la población rural pobre, ya quesus viviendas eran vulnerables por su ubica-ción y diseño inadecuados, y por la utiliza-ción de materiales de construcción que nopudieron resistir la fuerza de los terremo-tos. Lo que ya era una grave escasez de vi-viendas apropiadas se convirtió en unacrisis enorme debido a los sismos.

Esto representaba una gran dificultadpara el gobierno y los ciudadanos porigual: reconstruir no sólo las viviendas, sinocomunidades enteras que fuesen más fuer-tes y más saludables que las destruidas.“Era una oportunidad para pensar mejoren lo que son las viviendas rurales, y paraintroducir un nuevo concepto de vida salu-dable, aun en el contexto de la pobreza”,dice Horacio Toro, representante de laOPS en El Salvador.

Ingenieros de la OPS desarrollaron el prototipo para las100 viviendas de Villa Centenario. Arriba, la Dra. Mirta RosesPeriago, directora de la OPS, con Carlos Osorio, uno de loslíderes comunitarios.

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41 metros cuadrados. Están equipadascon un tanque de almacenamiento deagua y filtros de purificación, una ducha,una pila para lavar ropa y utensilios de co-cina, una estufa que funciona con gas ocon leña, una letrina y un sistema sencillopara eliminar las aguas residuales. Las ven-tanas y las puertas están recubiertas conmalla milimétrica para impedir la entradade insectos. El costo total de los materia-les asciende a poco más de 4.000 dólares.

Hoy en día, menos de dos años despuésdel comienzo de la construcción, VillaCentenario OPS tiene, además de sus100 viviendas, un centro comunitariobautizado con el lema Salud Para Todos,una plaza principal, un parque con juegosinfantiles, un campo deportivo, un dis-pensario médico, una panadería y un mo-

“Fue una chance para encontrar solu-ciones a problemas antiguos, como la faltade servicios básicos de saneamiento y loscomportamientos humanos perjudicialespara la salud que van unidos a la pobrezay las malas condiciones de vida”.

La tarea de crear un nuevo prototipo devivienda saludable fue emprendida por ungrupo de ingenieros sanitarios de la repre-sentación de la OPS en San Salvador. LaOrganización también ayudó a obtener elfinanciamiento para el proyecto de variosgobiernos como los de Bahamas, Canadá,Italia, Noruega y Suecia, y más tarde de laFundación Panamericana de Salud yEducación (PAHEF), para financiar lasprimeras 60 casas, mientras que la ordenreligiosa de los Hermanos Maristas re-caudó fondos para costear las 40 casas res-

tantes. La meta era hacer de VillaCentenario OPS un proyecto modelo quedemuestre que es posible contar con vi-viendas y comunidades saludables hasta enlas zonas rurales más pobres.

El núcleo de Villa Centenario está for-mado por 100 casas, construidas contodos los elementos para que sean segurasen caso de terremotos, pero además paraque ofrezcan la posibilidad de llevar unavida saludable, aun en las zonas ruralesmás pobres. Las casas fueron diseñadascomo prototipos de vivienda antisísmica,de bajo costo y de fácil construcción; losfuturos residentes se encargaron de apoyarla construcción utilizando herramientassencillas y materiales duraderos. Cada casatiene tres dormitorios pequeños, la cocinay un área social, todo en una superficie de

Los habitantes de Villa Centenario construyeron sus propias casas y se reúnen regularmente para discutir cómomejorar las condiciones de vida de su comunidad.

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lino de “nixtamal” para tortillas de maíz.Los niños van a una escuela situada a unkilómetro de distancia del poblado.Recientemente se ha inaugurado elalumbrado eléctrico y el acueducto queposibilita que cada casa cuente con elservicio de agua sanitariamente segura.El Municipio de Acajutla presta los ser-vicios de recolección de la basura.

“Estas nuevas formas de trabajo de losministerios de Salud acercan los progra-mas hacia las comunidades, haciendo delos salvadoreños los protagonistas de lasalud”, dice el ministro de Salud,Francisco López Beltrán.

Se asigna suma importancia a la vi-vienda saludable, o VIVISAL, pero laparticipación social es igualmente impor-tante. El presidente de la República,Francisco Flores, señaló el día de inaugu-ración de la Villa que es “un nuevo con-cepto en provisión de vivienda, queincorpora un sistema de atención integrala las necesidades básicas de las familias”.

La Villa Centenario cuenta con unaJunta Directiva elegida entre todos quetiene personería jurídica, además de bri-gadas voluntarias de salud y sanea-miento, programas de adiestramientocomunitario, varios proyectos para gene-rar ingresos e iniciativas comunitarias denutrición apoyadas por el Instituto deNutrición de Centroamérica y Panamá(INCAP), uno de los centros panameri-canos de la OPS.

Varios gobiernos y organismos hanayudado a organizar campañas comuni-tarias para el control de las moscas ymosquitos, vacunación de niños y alfabe-tización de adultos.

Comunidad modeloVilla Centenario OPS ya ha cumplido

su propósito como un modelo de vida sa-ludable. El Viceministerio de Vivienda yDesarrollo Urbano de El Salvador ha uti-lizado el concepto de Vivienda Saludableen apoyo a la construcción de unas50.000 soluciones habitacionales en elpaís, dotándolas de las características desaneamiento básico del prototipo VIVI-SAL, y de sus enfoques integradores yparticipativos para la producción socialde salud.

En cuanto a los residentes del pueblo,su “transformación” —al pasar de vícti-mas de un terremoto a protagonistas del

cambio social— puede observarse en lafamilia Osorio. Uno de los que primerocontribuyó a la construcción de VillaCentenario, Carlos, es actualmente unafigura conocida y respetada que ha asu-mido numerosas responsabilidades en lacomunidad. En cinco ocasiones ha acep-tado ser presidente de la Junta Directiva;es el principal responsable del funciona-miento del centro comunitario y del par-que principal, además de supervisar lapanadería y el molino de maíz para torti-llas. También asiste a cursos sobre higienefamiliar y comunitaria y participa en elprograma de huertos hidropónicos, im-pulsado por el INCAP.

María Ester, su esposa, trabaja en la pa-nadería que es una microempresa dirigidapor mujeres y forma parte de una brigadasanitaria de voluntarios. Sus dos hijos me-nores asisten de nuevo a la escuela.

No obstante, la transformación dista deestar terminada. “Para crear una comuni-dad exitosa y sostenible —dice MaritzaRomero, responsable del área de promo-ción de la salud de la OPS en ElSalvador— es necesario que nazca unfuerte sentido de pertenencia entre las fa-milias, que no se conocían antes, de talforma que puedan identificar los proble-mas que comparten y llegar a solucionescomunes. Este proceso puede llevaraños”.

Agrega Romero que si bien la viviendaadecuada es un requisito para llevar unavida saludable, el éxito dependerá en granmedida de los adelantos en otros aspectosbásicos del desarrollo, la alfabetización, la

formación profesional y técnica, la equi-dad de género y, quizás por encima detodo esto, el empleo y el ingreso.

Gerardo Merino, especialista en nutri-ción y consultor del INCAP en ElSalvador, agrega: “Villa Centenario esun modelo exitoso de lo que ha logradouna comunidad en materia de salud am-biental, pero no hay que olvidar que to-davía debe hacer frente a los gravesproblemas de la gente que vive en ex-trema pobreza. Según parece, algunosde los residentes están tan mal alimenta-dos que carecen de la energía y de la mo-tivación para participar en estasactividades”.

Osorio es la prueba viviente de que lafalta de empleo sigue siendo, tal vez, elobstáculo más difícil y el más urgente desuperar. “Mi principal problema es eco-nómico, porque no tengo trabajo —dice—. Dependo de lo que mis hijosmayores me dan para sostener al resto delos muchachos. A veces comemos sólomaíz, y muchas veces de noche nosvamos a dormir con el estómago vacío.Doy gracias a Dios y a todos ustedes porapoyarnos, pero espero encontrar un tra-bajo pronto, porque a mí no me gustapedir”.

Jorge Jenkins Molieri es asesoren salud ambiental y responsa-ble del Programa de Desastresen la representación de la OPSen El Salvador.

Los niños de Villa Centenario posan frente al arcoque da la bienvenida a los visitantes a su comunidad.

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Desde hace cinco meses Esther Balliviántiene un hijo más. Lo conoció por ca-sualidad en septiembre pasado y desdeentonces lo visita de lunes a domingodespués del almuerzo. Se ven por algu-nos minutos, el tiempo suficiente paraque ella controle que Ramiro, de 16

años, tome las tabletas para su tratamiento contra la tubercu-losis, enfermedad que poco tiempo atrás consumió la vida delpadre del joven.

“Es como si hubiera adoptado un hijo”, comenta orgullosaEsther, que desde hace un año forma parte del ejército de 800manzaneras o promotoras barriales de salud en la ciudad de ElAlto en el departamento de La Paz, Bolivia. Como Esther,cada una de estas personas es responsable de vigilar la salud delos vecinos de su manzana —que es de donde deriva el nom-bre de manzanera—, pero sobre todo de promocionar los ser-vicios de salud cercanos a su comunidad y, en última instancia,trasladar a los potenciales pacientes, especialmente si son em-

barazadas y niños menores de cinco años, a los hospitales,maternidades o centros sanitarios más cercanos. En otraspalabras, su labor es generar demanda hacia estos servicios,algo así como una “vendedora de la salud”, que es comolas llama Fernando Amado, consultor de la OrganizaciónPanamericana de la Salud (OPS) en Bolivia.

Déficit de pacientesEn apenas 18 años de vida El Alto se ha convertido en

una de las ciudades de mayor crecimiento poblacional nosólo de Bolivia sino de Sudamérica. Según el InstitutoNacional de Estadística (INE) la población de El Altopuede duplicarse en 14 años si el actual ritmo de creci-miento se mantiene. Esto, que se asemeja a una bomba detiempo, actualmente se manifiesta en aspectos como el ac-ceso deficiente a los servicios básicos (500.000 de sus629.000 habitantes tienen agua potable, electricidad y al-cantarillado, así que uno de cada cinco no los tiene), y lasconsiguientes tasas de mortalidad materna (390 por

Esther Ballivián (derecha), una manzanera volunta-ria, discute el tratamiento contra la tuberculosis consu “nuevo hijo”, Ramiro, de 16 años.

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de la salud

Las manzaneras trabajan de casa en casa promoviendoprácticas saludables ymayor utilización de los servicios de salud.

por Abdel Padilla

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100.000) e infantil (89 por mil en me-nores de cinco años) muy altas. Al res-pecto, según la alcaldía de estemunicipio, uno de los principales pro-blemas detectados es el bajo índice deuso de los servicios de salud (en algunosestablecimientos este índice está por de-bajo del 50% de su capacidad). “Lagente se siente maltratada e incompren-dida por el personal de salud, por eso norequieren el servicio”, admite el alcaldede esta ciudad, José Luis Paredes. Fue acomienzo de su gestión en enero de2000, que se empezó a esbozar elPrograma de las Manzaneras de la Salud,uno de los proyectos de promotores ve-cinales más exitosos en éste y el resto delos 313 municipios del país, y cuyo finfue precisamente terminar con este “dé-ficit” de pacientes en los servicios.

Oficialmente, el proyecto arrancó a co-mienzos de 2001 como parte delPrograma de la Red Social del municipio.En ese momento, el ser manzanera eraabsolutamente voluntario, y no es quedesde entonces esta característica se hayaperdido, sino que ahora interviene otroactor que con el tiempo llegó a ser im-prescindible: la junta de vecinos del ba-rrio o de la manzana, que es donde ahorase decide la elección de estas promotorasde salud. “Antes, la gente rehuía al tra-bajo porque se sentía sola, hoy tiene elapoyo de sus propios vecinos, ante losque se siente comprometida luego dehaber sido elegida de manera democrá-

tica”, destaca Johnny Tórrez, responsa-ble del programa. A pesar de ello, pocomás de la mitad de las manzaneras ymanzaneros (cerca del 10% son varones)ha desertado. En 2001 el número de vo-luntarios llegó a 1.600, pero en enero deeste año quedaban sólo 800, quienes seocupan de las 5 hasta 40 manzanas decada uno de los 6 distritos de salud de ElAlto. “El voluntariado tiene un ciclo, lagente se cansa y se va, pero se tiene lagran ventaja de haberla capacitado y sen-sibilizado”, dice Sarah Arnez, principalimpulsora del programa y hoy miembrodel Concejo Municipal de esta ciudad.Coincide con ella Amado, de la OPS,aunque sugiere la implementación de in-centivos en favor de las manzaneras,como la mayor dotación de material di-dáctico. Por ahora, el único regalo quereciben es una chaqueta verde, color porel que se las identifica en el barrio. “Nopuede reconocerse económicamente auna manzanera, el trabajo es voluntario ytiene que seguir siéndolo, caso contrariopierde su razón de ser”, advierte Amado.

Como tener un doctorUna vez elegida y capacitada, la pri-

mera tarea de la manzanera es hacer uncenso de su manzana, donde difundirápuerta a puerta la oferta de los serviciosde salud, además de educar a los intere-sados sobre lo que el programa llama“señales de peligro” y otros aspectos desalud, aplicables tanto en menores de

cinco años como en embarazadas. A estasúltimas se les enseña cómo actuar anteposibles complicaciones en caso, porejemplo, de un parto prolongado, san-grado en el embarazo o fiebre después dedar a luz. En el caso de los niños, las se-ñales de peligro sobre las que se alerta alos padres son la diarrea o el mal olor enel ombligo del recién nacido, etc. Almismo tiempo, se les da a los padres unaexplicación detallada del esquema y pro-grama de vacunación.

Cada manzanera decide el día y la horaen que visitará su manzana, aunque lamayoría de ellas lo hace durante las pri-meras horas de la tarde después de haberatendido, en la mañana, a su familia.“Primero cocinamos para nuestros espo-sos y nuestros hijos, después recién po-demos salir a hacer la ronda”, explicaSusana Quispe, una las manzaneras delDistrito de Salud número tres, tambiénllamado Distrito Centenario, en honor alos 100 años de la OPS. En la manzanade doña Susana hay 20 casas, todas decondición humilde. Pequeñas estructurasde dos o tres habitaciones con paredes deadobe y ladrillo encajonadas en callejue-las de piedra y tierra. En uno de estos do-micilios vive Lizet Silva, de 21 años, queha confiado el cuidado de su primer em-barazo a doña Susana, y con quien visitópor primera vez un centro de salud. “Escomo tener un doctor en la casa”, diceLizet, refiriéndose a su manzanera.

Para las autoridades sanitarias del muni-cipio alteño, las manzaneras han logradolo que otras estrategias tradicionales nohan podido: disminuir el riesgo demuerte materna e incrementar el númerode partos institucionales o atendidos enservicio. ¿Cómo se logró? Rescatando elpoder de la gente, según Torrez y otrosque las apoyan, y la vocación de ayuda delos vecinos de la comunidad o en este casode la manzana, manifestaciones que enBolivia están culturalmente enraizadasdesde la época precolonial, gloria de lasculturas quechua y aymara, y que sontransmitidas de generación en generación.

Abdel Padilla es periodista deldiario La Prensa en La Paz,Bolivia.

Una manzanera hace su recorrido casa por casacon su bebé en brazos. El trabajo de las voluntariases promover las prácticas de salud y animar a losvecinos a que utilicen los servicios de salud.

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SEra el patio de una humilde casa

guatemalteca ubicada en las afue-ras de la colonia El Limón,recuerda Rosaura Veliz Rixton.Entre ropa tendida y sábanas quebailaban al ritmo del viento, ungrupo de seis mujeres estaban senta-

das en círculo. Hablaban en voz baja, casi susurrando,porque algunos de sus bebés dormían. Veliz escuchabacon atención mientras mecía entre sus brazos a Dara,su pequeña bebé de apenas 25 días. Doña Amalia,una mamá con más experiencia designada “monitoraen lactancia materna”, animaba la reunión.

Doña Amalia explicaba que amaman-tar era la mejor opción tanto para lamamá como para su bebé, no impor-tara lo que dijeran parientes o amigas.Las otras madres lo reafirmaban. Leaseguraban a Veliz que cuando llorabasu bebé no era porque ella estuvieraamamantando mal. Tampoco era nece-sario pasar al biberón, como sugería susuegra, ni ofrecerle agua, jugo o cual-quier otra cosa durante los primerosseis meses.

“Me gustó escuchar que no había ne-cesidad de darle biberón, que podíatomar sólo mi pecho. En la reunión de

mamás me explicaron cómo darle demamar. Me gustó tanto el grupo, quecontinué yendo”, recuerda Veliz.

El amamantar es la mejor forma, yla más saludable, para alimentar alos bebés. Esto siempre ha sido

así. La leche materna contiene todos losnutrientes que necesitan, además deanticuerpos que fortalecen sus sistemasinmunitarios todavía en desarrollo. Loscientíficos han comprobado incluso quelos bebés que toman el pecho son másinteligentes. Esto, sin contar el momen-to especial de comunicación y afecto que

viven la mamá y el bebé mientras éste esalimentado. Además, la leche maternano requiere ninguna preparación, por loque no corre riesgo de contaminarsecon agua sucia u otras sustancias. Ade-más, siempre está lista cuando el bebé lanecesita.

Sin embargo, a partir de mediados delsiglo pasado, en muchos países —tantodesarrollados como en desarrollo— lapráctica fue disminuyendo por diferen-tes motivos: la promoción de productosalternativos para alimentar a los bebés,la percepción social de que era en ciertomodo más “moderno” usar fórmula in-fantil, y la falta de conocimiento res-pecto de los grandes beneficios deamamantar, tanto para el bebé comopara la madre. Para remediar esto fueque siete mujeres estadounidenses fun-daron en 1956 la Liga de la Leche, unaorganización no gubernamental y ahorainternacional, que trabaja en distintospaíses promoviendo la práctica de la lac-tancia materna y apoyando a las madresque la practican.

Hoy en día, los programas de la Ligade la Leche Internacional se concen-tran en capacitar a monitoras y en esta-blecer grupos de apoyo en los cuales lasmadres pueden intercambiar sus expe-riencias y su conocimiento. El objetivoes aumentar la confianza en sí mismasno sólo respecto del acto de amaman-tar sino también de otras capacidadesmaternas. Las nuevas madres hacenpreguntas y las más experimentadas lesdan consejos. Durante los encuentros,la monitora escucha, dirige con

Rosaura Veliz Rixton

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el arte deamamantar

por María del Mar Mazza

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éxito la participación masculina, ya quelos hombres papás pueden dar impor-tante apoyo a las madres lactantes.

Las monitoras actúan como facilitado-ras, un rol que es esencial. Ellas “sonmujeres que pertenecen a la comunidaden la que trabajan, son líderes por natu-raleza, y conocen las necesidades de lasmadres a las que ayudan. Las actividadesque realizan van desde la consejería per-sonalizada, incluyendo visitas domicilia-rias, hasta la formación de grupos deapoyo madre-a-madre”, cuenta Veliz.

Ella participó en los grupos de apoyode La Liga de la Leche de Guatemalapor tres años, recibió la capacitación paraconvertirse en monitora en lactancia ma-

terna hace dos años, y la eligieron coor-dinadora de El Limón hace un año.Ahora, como monitora, realiza una delas actividades que más la enriquece:ayudar a otras mamás. “Cuando entré yhablé con las mamás me proyecté, re-cordé cuando yo había tenido a mi nenay estaba empezando. Hay que ayudarlasporque a veces, las influencias de losdemás hacen daño”, opina.

Las monitoras sí enfrentan sus desa-fíos. Uno de ellos es poder lograr que lasmamás realmente se comuniquen, cuen-

ten sus problemas y aprendan. “Segúnlas costumbres, las mujeres muchas vecesno se sienten cómodas hablando de susexperiencias y creencias con gente a laque acaban de conocer”, opina Mimi deMaza, miembro de la junta directiva deLa Liga de la Leche Internacional y unade las promotoras del programa de mo-nitoras en lactancia materna. Por eso, elequipo desarrolló las “mantas”, ilustra-ciones que se utilizan para enseñar con-ceptos y técnicas de amamantamiento.Más que dar instrucciones acerca decómo amamantar, los cuadros son dise-ñados para estimular el intercambio, tanvital en cualquier grupo de apoyo.Como lo explica Maza: “El uso de estas

imágenes ayuda a las mujeres a hablarsobre las elecciones que han tomado,brindándoles una forma de conectarsecon otras mujeres”.

María del Mar Mazza esnutricionista y administradoradel Programa de Monitoras enLactancia Materna de La Ligade la Leche Internacional.

Karla Duarte, de El Limón, Guatemala, con su hija Karlita, de 2 años.Ella está convencida de que la razón por la que su hija nunca enfermó esporque fue alimentada exclusivamente con leche materna.

delicadeza la discusión y corrige respe-tuosamente si es necesario.

“Fui a escuchar experiencias de otrasmadres. Cada persona lo hace a su ma-nera, pero una monitora explica mejor”,comenta Karla Duarte, mamá de unniño de tres años y una niña de dosaños, y embarazada de seis meses. Suprimer hijo nació por cesárea y cada vezque Duarte tenía que ir a las curacionesde su operación, no podía llevarlo por-que se sentía muy débil. Entonces, la se-ñora que se quedaba a cargo del nene ledaba biberones con fórmula. A los 15días, Duarte le ofreció el pecho pero elbebé lo rechazó. Nunca más le dio demamar. Para Duarte, esta decisión

afectó la salud de su hijo porque co-menzó a sufrir infecciones en el estó-mago. Su segunda hija, a la quealimentó con leche materna, nunca seenfermó. Duarte asegura que al bebéque está por llegar lo alimentará exclusi-vamente con su leche.

Los grupos madre-a-madre se for-man en casas, salones comunalesy centros de salud, adonde asis-

ten padres, hermanas, cuñadas, madresy suegras. Las monitoras consideran un

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Ocho añosdespués deentrar envigencia elAcuerdo

sobre los aspectos de losderechos de propiedadintelectual relacionadoscon el comercio (ADPIC),y de más de un año desdeque la Declaración deDoha diera prioridad ala salud pública respectode las patentes, en elmundo en todavía haymillones de personas queno tienen acceso a losmedicamentos básicos.

Las causas son muchas. Los pacientes nopueden llegar hasta el médico porque nopueden pagar su traslado hasta la clínica o elhospital. O si logran llegar, el doctor no estáporque también debe atender su clínica pri-vada. O el doctor está, pero ese día hay de-masiados pacientes. O el doctor ve alpaciente y receta un medicamento, pero elpaciente no tiene dinero para comprarlo. Aveces sucede que el medicamento es gratisen teoría, pero el presupuesto gubernamen-tal destinado a medicamentos esenciales noalcanzó. O el Ministerio de Salud compró elmedicamento pero éste “desapareció” de lafarmacia del hospital, sólo para reaparecer ala venta en una farmacia privada cercana.

En otras palabras, la corrupción, la inefi-cacia y la pobreza son factores que puedenlimitar el acceso de una persona a los medi-camentos que necesita. Estos aspectosdeben resolverse a nivel nacional.

Sin embargo existe un obstáculo funda-mental que sólo puede resolverse interna-cionalmente. Se trata de la posibilidad dereemplazar los medicamentos patentadospor sus equivalentes genéricos. Según elacuerdo sobre los ADPIC, los dueños de laspatentes pueden extender su monopoliohasta 20 años en los países miembros de laOrganización Mundial del Comercio(todos los miembros de la OrganizaciónPanameri-cana de la Salud son tambiénmiembros de la OMC).

Como las patentes ori-ginan monopolios, los fa-bricantes pueden cobrarprecios altos. Cuando seacaban los monopolios,los precios bajan. En elmomento en que los fa-bricantes de los países endesarrollo comenzaron aproducir versiones genéri-cas de los medicamentosantirretrovirales, el costoanual del tratamientocontra el sida bajó de10.000 dólares a algo másde 200 dólares en paísesdonde había versiones ge-néricas de esos medicamentos.

Los gobiernos pueden emitir licenciasobligatorias que otorgan el derecho de fa-bricación a otra empresa mediante el pagode regalías al propietario de la patente. Peroestas licencias son utilizadas principalmenteen el ámbito nacional. Un país pobre sin ca-pacidad para producir medicamentos nopuede emitir una licencia obligatoria a unfabricante de otro país, y por eso tiene quepagar precios de monopolio.

Esta cuestión —las licencias obligatoriaspara exportar desde un país con capacidadde producción a otro que no la tiene—sigue sin resolverse desde hace más de unaño en la mesa de negociaciones de laOMC. Cada tanto, los delegados pasan díasdebatiendo cómo hacerlo, pero aún no lle-garon a un acuerdo. Básicamente, la orga-nización está dividida en dos. Mientras el

mundo en desarrollo busca que las licenciasobligatorias para exportar se otorguen de lamisma manera que las utilizadas en los mer-cados nacionales, el mundo industrializadoquiere restringir las licencias para los medi-camentos contra el VIH/sida, la tuberculo-sis y la malaria (pero no para losmedicamentos contra la neumonía, la dia-rrea, el cáncer o las enfermedades del cora-zón) y, además, someter su otorgamiento aun largo procedimiento burocrático.

No debe sorpren-der que los paí-ses que se

oponen a la extensión delicencias obligatorias seanlos países sede de la in-dustria farmacéutica, lacual es dueña de la mayo-ría de las patentes. La in-dustria sostiene que laprotección del monopo-lio le es esencial para fi-nanciar la investigación: sino se respetan las paten-tes, no puede recuperarlos costos ni asignar fon-dos suficientes para la in-

vestigación sobre nuevos medicamentos,como los antirretrovirales para el VIH/sida.

Este argumento es en parte cierto, perono da toda la perspectiva de la cuestión. Enprimer lugar, las compañías farmacéuticasobtienen la mayor parte de las ganancias enel mundo industrializado. En 2002, las ven-tas en Norteamérica, Europa Occidental,Japón y Australasia representaron aproxi-madamente el 79% de los ingresos de la in-dustria. América Latina y el Caribeaportaron un 7,5%. En otras palabras, uncambio de los medicamentos patentados alos genéricos en el mundo en desarrollosignificaría una pérdida pequeña para la in-dustria farmacéutica.

En segundo lugar, la investigación farma-céutica con fines de lucro se concentra cadavez más en medicamentos para los padeci-mientos relacionados con los “modos de

El acceso a los medicamentos esenciales… es esencial por Martin Foreman

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Las donaciones y la baja deprecios pueden hacer aparecer a

la industria como generosa ante elpúblico. Pero la realidad es que

millones de personas que necesitan antirretrovirales y otras

drogas patentadas todavía no tienen acceso a ellas.

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vida”, y menos en el tratamiento de enfer-medades graves. Muchas de las primeras,como la disfunción eréctil o el envejeci-miento de la piel, no ponen en peligro lavida, mientras que otras, como la obesidady el tabaquismo, representan amenazas parala vida sólo con el transcurso del tiempo y,para tratarlas, hay remedios alternativoscomo la alimentación adecuada y las modi-ficaciones en el comportamiento.

En tercer término, gran parte de las prin-cipales investigaciones sobre enfermedadesque amenazan la vida,como el VIH/sida, se re-alizan en instituciones pú-blicas y con dinero delestado. Son muy pocas lasinvestigaciones que la in-dustria farmacéutica de-dica a las enfermedadesque sólo afectan a ciertaspoblaciones, como el malde Chagas, o que afectansobre todo al mundo endesarrollo, como la tuber-culosis. Y la mayoría desus costos se trasladan alos consumidores.

Ya que los consumido-res y el estado sufragan la mayor parte de loscostos de la investigación, la industria tienemuy poco que perder, y es probable que sebeneficie si aumenta el otorgamiento de li-cencias obligatorias para el uso de un país opara exportación. Las licencias obligatoriasno perjudican al dueño de la patente, puesrecibe una regalía por cada producto ven-dido. El aumento en las ventas de medica-mentos significa más ingresos para el dueñode la patente, independientemente de quiénsea el fabricante. Un medicamento paten-tado que se vende a un precio alto porquetiene el monopolio del mercado generamenos ingresos para el dueño de la patenteque varias versiones del mismo medica-mento producido bajo licencia y vendido aprecios competitivos.

La industria farmacéutica reconoce quelos precios altos restringen las ventas y que

el volumen genera ingresos, y ha tratado deresolver esta cuestión pero sin ceder el con-trol absoluto de sus patentes. Las solucionesque ha propuesto son las donaciones o losprecios reducidos —que ya se ofrecen a mu-chos países— y las licencias voluntarias, porlas que se otorga licencia de fabricación aterceros. Pero estas “soluciones” presentansus propios problemas. En primer lugar, de-penden de la buena voluntad del donante,siempre menor que su necesidad de vendermedicamentos. También podrían significar

una carga más para el sis-tema de salud pública, yaque suponen personalpara administrar diferen-tes sistemas de pagos. Lomás probable es que elnúmero de pacientes y lasregiones geográficas quese beneficien sean limita-dos, y que las necesidadesno sean el factor decisivo.

Estas soluciones noideales pueden mostrar ala industria farmacéuticacomo generosa, pero larealidad es que aún haymillones de pacientes sin

acceso a medicamentos antirretrovirales yotras drogas patentadas. Cabe decir que elpúblico general se ha beneficiado realmentesólo en muy pocos países (como Brasil)donde los gobiernos han amenazado con li-cencias obligatorias y la industria se ha vistoforzada a competir al mismo nivel con losfabricantes de medicamentos genéricos.

La industria aduce que la reducción sig-nificativa de precios en el mundo en desa-rrollo llevará al mundo desarrollado asolicitar reducciones en los precios de losproductos. Es poco probable que esto seconvierta en un problema. Los usuarios deltransporte público en Nueva York no re-claman pagar la misma tarifa que en elmetro de Santiago, ni los bebedores decerveza londinenses insisten en pagar losprecios de Bangkok. Es poco probable quelos pacientes del mundo desarrollado cuyas

medicinas están subsidiadas o pagadaspor el gobierno y las compañías de segu-ros, exijan pagar precios equivalentes alos del mundo en desarrollo.

Una vez que obtiene la mayor parte delos beneficios en el mundo desarrollado,la industria farmacéutica pierde muy pocoal permitir que otros entren en su mer-cado en los países en desarrollo. Por esplas licencias obligatorias —tanto para laproducción nacional como para la expor-tación de todos los medicamentos esen-ciales— son la mejor solución intermedia,ya que garantizan un ingreso a la industriafarmacéutica al tiempo que permiten au-mentar el número de personas con accesoa los medicamentos esenciales.

Martin Foreman reside enLondres y escribe sobre losaspectos mundiales delVIH/sida, sexualidad ysalud pública. Su informePatents, Pills and PublicHealth fue publicado en2002 por el Instituto Panos(www.panos.org.uk).

Los laboratorios pierden poco alpermitir a otros entrar a susmercados en los países en

desarrollo. Por eso, las licenciasobligatorias, tanto para la

producción nacional como para laexportación, son la mejor solución

para expandir el acceso a losmedicamentos esenciales.

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La obesidad en el Caribe ✒ Como lo destaca su artículo sobre “globesidad”(Vol. 7, No. 3), éste no es un problema que afectaúnicamente a los Estados Unidos. En el Caribe, másdel 50% de las mujeres adultas tiene sobrepeso (enlos hombres, las tasas se acercan al 25%). Por eso, noes sorprendente que la diabetes y otras enfermeda-des crónicas relacionadas con la alimentación hayanocupado el lugar de la malnutrición y las enfermeda-des infecciosas, para convertirse en las principalescausas de mortalidad en nuestra región.

La obesidad en el Caribe también está relaciona-da con el desarrollo de la región. “ La moderniza-ción” ha traído modificaciones en los patrones ali-mentarios y en los niveles de actividad física. Particu-larmente en las zonas urbanas, ya no predomina elconsumo de alimentos tradicionales, cuya prepara-ción exige tiempo, sino los alimentos importados depreparación rápida y alto contenido nutricional.

El problema de la obesidad tiene muchas caras;por ello, para mitigarla y finalmente disminuirla, esnecesaria la colaboración de varios sectores. Los dossectores claves son la agricultura y la salud. En 2001,durante un simposio interdisciplinario sobre la obesi-dad organizado por el Instituto de Alimentación yNutrición del Caribe (CFNI), de la OPS, se presentóuna interesante propuesta para hacer frente a laobesidad. Los autores, Chelston W.D. Braithwaite yByron Noble, del Instituto Interamericano de Coope-ración para la Agricultura, vincularon la transiciónnutricional en el Caribe con el subdesarrollo del sec-tor agrícola de la región. Ellos proponen la creaciónde un Ministerio de los Alimentos que se encargaríade coordinar las políticas de importación, produccióny mercadeo, además de ofrecer educación y adiestra-miento para una mayor integración del sector ruralen la economía nacional. Esto fomentaría el consu-mo de alimentos tanto locales como importados y,por consiguiente, el rescate de algunos de los com-ponentes tradicionales, más saludables, del régimenalimentario promedio del Caribe.

Fitzroy J. Henry, DirectorInstituto de Alimentación y Nutrición de Caribe (CFNI)Universidad de las AntillasKingston, Jamaica

La grasa fabrica grasa ✒ Felicitaciones por su artículo “Globesidad: unaepidemia en apogeo” (Vol. 7, No. 3). Nos pareceimportante que los lectores entiendan que si bien lagenética puede determinar que algunas personastengan mayor riesgo de ser obesos, el consumo dealimentos procesados y de comida rápida estáhaciendo que los riesgos aumenten para todos. Loscambios ocurridos al pasar de un régimen de alimen-tación tradicional, basado en productos locales, auno donde abunda la comida rápida, han eliminadola protección que la mayoría de las personas teníanfrente a la obesidad, las enfermedades del corazón,la diabetes y algunos tipos de cáncer.

Es cierto que la epidemia de obesidad y sussecuelas son problemas de salud pública, y que lossistemas de salud pública de los países tienen quedesempeñar un papel importante en la educación yen la toma de conciencia. Sin embargo, la responsa-bilidad definitiva de los cambios en la alimentaciónes asunto de cada individuo. Con el objeto de alcan-zar las metas de perder peso y mantenerse en unpeso adecuado, el público tiene que contar con losconocimientos pertinentes para seleccionar bien susalimentos. Los verdaderos causantes de la epidemiade obesidad son los altos contenidos de grasa de losalimentos que se consumen a diario y el modo devida sedentario. Para tener éxito es necesario hacerejercicio regularmente, comer alimentos con pocagrasa y ricos en fibras; esto quiere decir consumirmuchas frutas, vegetales y cereales sin refinar. El altocontenido de fibra ayuda a que la persona sientasaciedad antes de llegar a comer en exceso; y estaventaja no la ofrecen los alimentos ricos en grasa obajos en fibras. Una ventaja más es que son fuentesde numerosas vitaminas y minerales, así como deotras sustancias químicas que, de manera única ydesconocida, nos protegen de las enfermedades.

Ron y Nancy GoorAutores de: Choose to Lose: A Food Lover’s Guide toPermanent Weight Loss Bethesda, MarylandEstados Unidos

¡Arriba Don Francisco!✒ Leí con agrado el último número de Perspecti-vas de Salud, el cual, como siempre, presentó unavisión estructurada y vibrante de la salud en lasAméricas.

Me conmovió particularmente el artículo acercade Don Francisco. Sería una muestra de pereza men-tal olvidar que las intervenciones sanitarias y loscambios en la salud provienen de muchas fuentes.Así como la buena salud, definida en un sentidoamplio, requiere más que hospitales, clínicas y profe-sionales, es igualmente cierto que la atención de lasalud no puede ni debe ser territorio exclusivo de lospocos autorizados para trabajar con los sistemas ylas estructuras tradicionales de atención de salud.

Cuando nos encontramos frente a lo que pare-cen problemas sin solución en cuestiones de salud,escasez de financiamiento, pobreza opresora, unaasombrosa falta de equidad y otras realidades desa-lentadoras, todos necesitamos creer en el poder deuna voz única. La contribución de Don Francisco a laatención de salud es sólo un ejemplo; pero hay cien-tos de ellos. La atención de salud necesita miles deDon Franciscos.

Jonathan C. LewisAsesor Especial del PresidenteFreedom from Hunger (www.freefromhunger.org)Davis, California.USA

En cada número publicaremos unamuestra de las cartas recibidas. Semodificará el texto de algunas por razones de espacio. Sírvase incluir sunombre y dirección. Envíelas a laRedacción, Perspectivas de Salud, Oficina de Información Pública (DPI),Organización Panamericana de laSalud, 525 Twenty-third Street, N.W.,Washington, D.C. 20037 o por fax al202-974-3143 o por medio del Internet a [email protected]. Perspectivas de Salud no asume responsabilidad alguna por manuscritos y fotografías no solicitados. Se enviarán pautas para la preparación de artículos a quienes las soliciten.

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O R G A N I Z A C I Ó N P A N A M E R I C A N A D E L A S A L U Dh t t p : / / w w w . p a h o . o r g

Perspectivas de Salud • Volumen 8 Número 1 • 2003

www.paho.org

Gabriela Ibáñez, 21, de Asunción, Paraguay, es miembro de un Ecoclub, uno de los cientos de clubes juveniles que hay en América Latina y el Caribe dedicados a mejorar el ambiente a través de la acción comunitaria. El Ecoclub de Ibáñez participó en un proyecto para erradicar criaderos de mosquitos con el fin de reducir la transmisión del dengue en la capital paraguaya. Los miembros del club recibieron capacitación básica en entomologíay educación para la salud, con el apoyo del

Ministerio de Salud Pública, y a su vez capacitarona otros estudiantes acerca de cómo comunicar

mensajes sobre prevención del dengue y cómo identificar las larvas del mosquito. Los participantestrabajaron en una cuadra cada uno, identificandocriaderos casa por casa y certificando las casas quecalificaban como “libre de Aedes aegypti ”. Su campaña ha contribuido en gran medida a concientizar y movilizar a la comunidad sobre laprevención del dengue. (Ver también pag. 7.)

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