erotismo final

8/12/2019 Erotismo Final

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En el presente trabajo haré una semblanza desde la filosofía moderna y contemporánea

sobre el erotismo. Algunos autores que parecen obligados, como Platn o !reud han sido

intencionalmente dejados fuera por las siguientes razones" Platn ofrece en el #anquete,

una $isin muy completa, sobre todo en los discursos de Pausanias, de Alcibíades y de

%itima con &crates, sobre las características del erotismo. &in embargo, Eros, como

daimon, toma el lugar de la $oluntad entre amantes y pone al deseo de lo bello como un

condicionante, no el principio se'ual del erotismo. Así mismo, reduce el constructo

cultural a una teología, se requiere de Afrodita y Eros para poder conocer el amor y

procurar la relacin $irtuosa entre amantes. (o que se busca es dar cuenta de qué es el

erotismo como lo comprendemos desmitificado. En el caso de !reud, no pretendemos

entrar en el aspecto metafísico ni psicolgico del erotismo, sino en su trasfondo ético,

estético y cultural, así siguiendo más los pasos desde )ier*egaard a #ataille, Paz y

nuestro profesor Enrique %ussel.

%e igual manera, buscaremos un marco terico general para después analizar, con la

poca profunidad y crítica que se me permite, te'tos de la cultura mesoamericana, así

como a &or +uana nés de la -ruz para determinar un ethos ertico propiamente

me'icano arraigado en la tradicin local.

El se'o es la raíz, el erotismo es el tallo, el amor es la flor y un enigma el fruto/. En la

$isin de Paz, el erotismo es el constructo cultural entre la sensacin se'ual y el

producto racional que es el amor. Entonces, el proceso de pasar del mundo sensible a la

categoría formal, no se hace por una trascendencia racional, sino por una estructura ética

y estética que formaliza a la carnalidad. (a relacin entre $er y creer es el acto ertico,

se $e la realidad pero se cree, por medio de la poesía, en un mundo e'trasensible. (a

creacin es ele$acin metafísica de la relacin carnal. 0o es se'ualidad animal, sino rito,

representacin. (a imaginacin es el motor poético del erotismo. El se'o tiene como fin

la reproduccin, en el erotismo el placer es el fin.



El erotismo *ier*egaardiano es" una e'periencia estética sensual para crear

representaciones de placer, que luego deben de tener un compromiso ético social

aceptado para e$itar el mal y que trasciende del lenguaje a la meta ética. El erotismo es

poético, es el punto de encuentro entre la poesía y la actualidad. el sentir ertico se

refiere a disfrutar la situacin poética de la actualidad. es decir, la potencias del

indi$iduo ertico se actualizan por medio de disfrutar su propia creacin poiesis. 1iene

el erotismo dos momentos" en el primero la esteticidad, de manera egoista, es decir, se

disfruta personalmente tanto lo que le ha sido dado en actualidad como lo que él mismo

us para fertilizar dicha actualidad/, dicha actualidad es un elemento, como

representacin y como estado2 en el segundo, estéticamente disfruta su propia

personalidad, disfruta la situacin y a si mismo inserto en la situacin. En éste momento

la actualidad se supedita a la poética.

Para #ataille, el erotismo es un mo$imiento subjeti$o interior del hombre que da

respuesta, como deseo, al objeto e'terno. El erotismo del hombre difiere de la

se'ualidad animal precisamente en que mo$iliza la $ida interior. El erotismo es lo que

en la conciencia del hombre pone en cuestin al ser./ El erotismo se procura como un

desequilibro del ethos interno, se pierde el 3o para darse al 4tro. Para #ataille, la

e'periencia del erotismo, igual que en )ier*egaard, como e'periencia religiosa, requiere

del conocimiento ético de la transgresin sobre la prohibicin de la se'ualidad como

condicin de posibilidad para la e'periencia ertica.

%ussel menciona que el acto ertico se cumple en el coito, con una condicional cultural

ética e interpretado, poética y representacionalmente como acto bello, afecti$o. 0o se

despega de la totalizacin del acto en el sentir indi$idual, pero sí lo enmarca en una

relacin ética, ya que depende si es el hombre o la mujer la que describe dicha

e'periencia.



El erotismo debe ser totalizacin del acto desde una ertica del 3o y del 4tro, es decir,

hombre5mujer, no puede ser desde un solo agente se'ual.

El pesimismo se'ual, pretende que el acto se'ual es meramente un medio para el fin de

la conser$acin. Al introducir el deseo se objeti$iza al 4tro y se deshumanizan tanto el

4tro como el 3o. Por lo tanto, moralemente los impulsos se'uales son malos en sí.

El optimismo se'ual parte de la premisa contraria, que el impulso se'ual, seguido de

acto, pretende dar placer así como recibirlo, por lo que trasciende a la mera e'periencia

se'ual para crear lazos afecti$os. Es una necesidad interpersonal en la que el placer del

3o y del 4tro ele$a a ambos a agentes $irtuosos porque se procura el bienestar mutuo.

(a diferencia entre optimismo se'ual y erotismo es que en el primero no e'iste

constructo cultural ni creacin de la e'periencia. Es simplemente, atender un deseo que

procura un bien.

Ahora, me atre$o a dar mi propia definicin de erotismo"

El erotismo es un acto en dos momentos" el primero parte de una realidad se'ual y

sensual, enmarcada en un contrato tácito ético entre el 3o y el 4tro, dicotomía 6ombre5

7ujer, en donde el coito, el placer $isual, el deseo de la corporalidad ajena y la

necesidad se dan en un espacio y tiempo reales2 en el segundo momento se pretende

trascender del placer físico, por medio de un rito en la que ambos juegan partes iguales

pero desde su propia subjeti$idad, a una totalizacin de la admiracin de la belleza y

procurando el bien emocional de la pareja, actualizando las potencias se'uales de

instinto físico a representacin e'trasensible del mundo por medio de la creacin de

dicha e'periencia.



7e e'plico"

En el primer momento comentamos que, pasado el placer $isual, el deseo de la

corporalidad ajena y la necesidad se'ual propia del 3o, ambas partes reconocen al 4tro

en un acuerdo ético tácito. %icho acuerdo tiene su eticidad en los siguientes postulados"

consenso entre las partes, reglas para establecer hasta dnde se puede transgredir la

prohibicin 8dicha prohibicin $a a entrar en la subjeti$idad propia, ya que es una

caracterizacin cultural del encuentro con lo e'terno9, reconocimiento de igualdad entre

las partes, es decir que ninguno sea objeto sino sujeto del acto se'ual. El discurso ético

del erotismo, en el aspecto se'ual, debe darse en el reconocimiento de la carnalidad de

los dos para, $oluntariamente, en el juego intersubjeti$o, concretizar un $alor ético total.

&e dan en un estadio de espacio5tiempo real, ya que el encuentro físico no es

representacional, no en el primer momento.

El segundo momento se da por la concretizacin del $alor ético total que es, la

carnalidad que Es en ambos y la representacin que %ebe &er por igual. (a $oluntad de

los amantes se orienta a la totalizacin, por lo tanto en la creacin de la e'periencia

ertica se dan dos cosas" admirar la belleza no como producto ontolgico instrumental,

sino como producto ontolgico representacional de la corporalidad de los amantes2

segundo creando el placer ya no como fin se'ual sino como medio ético del bienestar

mutuo. El acento debe ponerse en la creacin. Es un rito que se actualiza cada $ez. 0o es

la totalizacin, sino la estructura representacional, no instrumental, dentro de la cual se

pasa de la subjeti$idad personal, por el placer sensual, a la totalidad.

Análisis sobre concepto"

(os 7e'icas.



!rancisco +a$ier -la$ijero, en la %isertacin : de su 7agnus 4pus, 6istoria antigua

de 7é'ico/, nos presenta una lista de $ocablos en náhuatl con sus correspondientes en

castellano. %e aquí podemos tomar las palabras básicas que buscamos con el propsito

de este trabajo"

1lazotlaliztli" Amor

Ellehuitliztli" %eseo

1lanemiliztli" Pensamiento

%e igual manera, en (a !ilosofía 0áhuatl/ del %r. 7iguel (en5Portilla encontramos

un diccionario de frases que nos pueden dar pistas sobre el pensamiento me'ica respecto

al tema en cuestin, a saber"

3ollolnamiqui" Encontrar en el corazn. 6allar el conocer y el querer. &e usaba como

metáfora poética. El corazn es en sí el motor dinámico del hombre que busca y anhela.

tlatiuh" r en pos de las cosas. Pero no de cualquier cosa, sino de lo que llena al yllotl,

es decir, la sabiduría y la poesía.

En los seis ejemplos anteriores se podría criticar la simplicidad y desconte'tualizacin

con que se tomaron para justificar un pensamiento ertico en los me'icas. &iguiendo la

pauta de" los límites del lenguaje son los límites del mundo 81ractatus ;.<9, si una

e'presin e'iste y denomina algo en concreto, es decir, un acto atmico 8=9 como las

primeras palabras o un caso 8>.>9 como las posteriores e'presiones, entonces estamos

hablando de algo concreto en el mundo. Es más complicado dar una e'plicacin

satisfactoria con las palabras aisladas, sin embargo, nos atre$emos a conjeturar, si bien

no podemos atribuirles una secuencia deseo 5 pensamiento 5 amor para enmarcarlas

dentro de nuestros momentos del erotismo 8que en este caso pasaría a un tercer



momento, el amor, el cual hemos dejado fuera por razones temáticas9, sí podemos

relacionarlas con nuestros conceptos modernos, concretamente, el deseo se'ual del

primer momento como funcin natural, el pensamiento como totalizacin y

representacin del segundo momento y el amor como estadio consecuentemente

metafísico del segundo momento.

En las tres frases que nos proporciona el %r. (en 5 Portilla tenemos un elemento en

com?n" la poesía. Aquí, la poesía también es creacin, como la poiésis, pero es creacin

de una realidad concreta, es decir, la poesía habla sobre la $erdad del mundo. En el

pensamiento me'ica, nuestro paso por el mundo como humanos era contingente, la

poesía hablaba de lo $erdadero en el mundo, el conocimiento de lo interior del hombre.

(a poesía es creacin entonces, de la subjeti$idad, pero no es estática. El corazn y el

hígado eran los rganos que propiciaban la b?squeda, la busqueda de lo interno, del

conocimiento y del querer.

!ray #artolomé de las -asas, en (os indios de 7é'ico y 0ue$a Espa@a/, nos ofrece

una $isin normati$a de la relacin matrimonial entre los me'icas. Aquí tenemos que

aclarar que el se'o fuera del matrimonio era considerado ofensa a los dioses, a no serque la relacin e$entualmente de$iniera en casamiento. El se'o, por lo tanto el erotismo,

se constri@en a un tipo de relacin, donde el intersubjeti$ismo queda supeditado a la

meta ética y cultura de los pueblos mesoamericanos. #artolomé nos da a conocer las

cartas tanto de un padre a un hijo como de una madre a una hija. En ambos se toman

consideraciones similares" monogamia y amor inseparables. El hombre debe honrar y la

mujer ser$ir. En nuestra perspecti$a sobre el erotismo, no hay una racionalizacin

inmediata, desde la se'ualidad hasta la representacin, en la relacin intersubjeti$a. &in

embargo, queda patente que debe sujetarse a una relacin ética, por lo tanto se $i$e el

primer momento del erotismo. El segundo tiene su totalizacin, pero el rito no cae

dentro de una antropología sino de una teología, ya que el honor y el ser$icio inherentes

al amor no son para el bien mutuo, sino se crea una representacin para con el dios o los



dioses $enerados por los indi$iduos. (a intersubjeti$idad es entonces rito religioso, no es

placer sino pasin y fe. &e cumple el segundo momento, con matices. 0o como lo

comprendemos en la modernidad, sino desde la teogonía meosamericana.

Entonces sí podemos hablar de una ertica, disfrazada con lenguaje pero que se des$ela

por el mismo lenguaje. 1enemos deseo de lo carnal y de lo espiritual, enmarcado ya en

una eticidad concreta, ritual creador de lo subjeti$o que busca el querer, por medio del

razonamiento y del pensamiento, que lle$a a la totalizacin y representacin ya no meta

ética sino teologal y que no busca el placer sino el amor y el conocimiento.



Es una ertica que pretende tanto los bienes del cuerpo como del alma, no un bienestar

mutuo por medio del placer, sino por medio de la belleza poética se llega al tercer

momento, que es el amor. Ertica crítica por ser teocéntrica pero desde el actuar

humano, ética desde su concepcin hasta su ?ltimo momento, creadora de

representacin intersubjeti$a ligada a una cosmo$isin uni$ersal, unificadora de los ritos

y que quita el elemento $iolento de la transgresin por el placer para dar pie al

conocimiento y al querer.

&or +uana nés de la -ruz

Es cierto que &or +uana trata el tema del amor de manera muy amplia, en sonetos,o$illejos, loas y rapsodias, muchos de dichos te'tos de carácter religioso. &in embargo,

nos centraremos en un trío de sonetos, a saber" el ><<, ><B y ><. En ellos se lee una

historia donde, atrapada entre dos amantes, uno que desprecia y otro que ama, surgen

temas de erotismo. 0o se pretende hacer un análisis lingCístico ni filosfico profundo,

?nicamente aplicar nuestras ideas y conceptos del erotismo a la historia que se desarrolla

a lo largo de los poemas.

><< &obre el amar o el aborrecer

Due no me quiera !abio, al $erse amado,

es dolor sin igual en mi sentido2

mas que me quiera &il$io, aborrecido,

es menor mal, mas no menos enfado.



Dué sufrimiento no estará cansado

si siempre le resuenan al oído

tras la $ana arrogancia de un querido

el cansado gemir de un desde@adoF

&i de &il$io me cansa el rendimiento,

a !abio canso con estar rendida2

si de éste busco el agradecimiento,

a mí me busca el otro agradecida"

por acti$a y pasi$a es mi tormento,

pues padezco en querer y ser querida.

><B El mismo asunto, más elegante

!eliciano me adora y le aborrezco2(isardo me aborrece y yo le adoro2

por quien no me apetece ingrato, lloro,

y al que me llora tierno, no apetezco.

A quien más me desdora, el alma ofrezco2

a quien me ofrece $íctimas, desdoro2

desprecio al que enriquece mi decoro,

y al que le hace desprecios, enriquezco.



&i con mi ofensa al uno recon$engo,

me recon$iene el otro a mí, ofendido2

y a padecer de todos modos $engo,

pues ambos atormentan mi sentido"

aquéste, con pedir lo que no tengo2

y aquél, con no tener lo que le pido.

>< 7ismo tema, pre$alece la razn sobre el gusto

Al que ingrato me deja, busco amante2

al que amante me sigue, dejo ingrata2

consante adoro a quien mi amor maltrata2

maltrato a quien mi amor busca constante.

Al que trato de amor, hallo diamante,

y soy diamante al que de amor me trata2

triunfante quiero $er al que me mata,

y mato al que me quiere $er triunfante.

&i a éste pago, padece mi deseo2

si ruego a aquél, mi pundonor enojo2

de entreamos modos infeliz me $eo.

Pero yo, por mejor partido, esocojo

de quien no quiero, ser $iolento empleo,

que de quien no me quiere, $il despojo.



Primeramente, debemos notar que en los tres sonetos, la poetisa se encuentra en una

disyunti$a" desea a un hombre que no la ama y aborrece a otro que la adora.

1enemos que tomar en cuenta un elemento nue$o, al menos para el análisis que pretendemos hacer, que es" el sacrificio. Aquí el deseo, en ese primer momento, lle$a el

tinte de no ser deseo desinteresado, que cumpla con el placer carnal ni es en sí

mo$imiento que lle$a al segundo momento. Es un deseo que para darse, debe de

conlle$ar alg?n sacrificio. &i se ama al que aborrece, se sacrifica la razn2 si se aborrece

al que ama, se sacrifica el cuerpo. Entonces, no puede haber un acuerdo ético tácito,

porque no e'iste el consenso, por lo tanto, el plano representacional queda $acío de una

de las dos partes necesarias. (a totalizacin es subjeti$a, no intersubjeti$a. El placer no

es fin en el primer momento porque no se tiene placer en amar a quien deshecha ni

deshechar a quien ama, y no puede ser medio para el segundo momento porque,

sacrificada la razn se hace una parcializacin contingente, no una totalizacin

trascendental de los sujetos erticos y sacrificado el cuerpo, a pesar que la razn

pre$alece, no hay creacin de la representacin ertica.

Entonces, el sacrificio, como propuesta dentro de la ertica, al menos en el ejemplo a

partir de &or +uana, en lugar de remo$er el egoismo personal para poder dar paso al

deseo mutuo, se transforma en un agente que" a9 o quita la racionalizacin y la b?squeda

ética y estética del erotismo o b9 quita el placer e impide la poética, la creacin de la

representacin y por lo tanto quita la posibilidad de totalizarla en un encuentro ertico,

haciéndolo parcial.

(a poetisa se decanta por la segunda opcin, dando prioridad a la razn sobre el

sentimiento.



Es de notable importancia el acento laico de los sonetos, ya que, al contrario de la poesía

ertica cristiana como la de &an +uan de la -ruz o &anta 1eresa de +es?s, en donde el

sujeto ertico se trasciende por medio de la fe para alcanzar la totalizacin en el amor y

pasin a +es?s 8&oy de $os, para $os nací, qué mandáis hacer de mi9, aquí se plantea la

imposibilidad del erotismo en el amor terreno. (os tres autores pretenden llegar a lo

mismo, sin embargo, podemos $islumbrar un atizbo de desde@o por lo mundano en &or

+uana, un amor imposible en el cual se sufre de cualquier manera, ya sea por querer o ser

querido.

-onsideraciones finales

El erotismo, como e'presin ?nicamente humana, es una creacin para lo bello, para lo

bueno. &in embargo, no podemos dejar de lado ciertas consideraciones que son

importantes para nuestra circunstancia histrica, política y social. El erotismo es en sí

una relacin de igualdad entre amantes, el 3o y el 4tro mutuamente reconocidos, desde

el deseo hasta la totalidad. &in embargo, cuántas $eces y de qué maneras no

confundimos erotismo con se'ualidad desenfrenada, lujuria o fetichismo. -ualquiera de

estas tres $a a suponer una desigualdad por alguna de las partes, ya sea por falta de

consenso, incapacidad de acuerdo ético, nula pretensin de creacin sino intento de

satisfaccin u objeti$ar al sujeto ertico. &ocialmente, hablando desde 7é'ico, es

aceptado el hombre lujurioso, el que tiene apetito se'ual desenfrenado, aquel que

prescinde del erotismo y cumple su satisfaccin personal a costa de la belleza de la

mujer2 es mal $ista y juzgada la mujer que cumple el mismo papel. Estamos dispuestos a

felicitar a un hombre por sus proezas se'uales2 castigamos a la mujer que las realiza.

:emos con cierta sospecha al hombre ertico2 reprochamos a la mujer que no lo es.

1odas estas consideraciones no formaron parte del presente ensayo. Gna con$iccin me

queda después de mi pretensin de dar una definicin propia y original del erotismo, de

pensarlo, aplicarlo y tengo que admitirlo, desearlo y sentirlo" la igualdad entre hombres



y mujeres debe comenzar por el erotismo2 si no somos iguales en la cama, si no tenemos

los mismos deseos se'uales, la misma potencialidad de creacin de la representacin

para $i$ir lo bueno y lo bello2 si no somos, hombres y mujeres por igual sujetos erticos,

unidos en la intersubjeti$idad, no seremos iguales en ning?n aspecto de nuestras $idas.

-onsideraciones que les dejo a ustedes.

7e despido con una e'hortacin de &or +uana a la empresa filosfica.

En perseguirme, 7undo, qué interesasF

En qué te ofendo, cuando slo intento

poner bellezas en mi entendimiento

y no mi entendimiento en las bellezasF

3o no estimo tesoros ni riquezas2

y así, siempre me causa más contento

poner riqueza en mi pensamiento

que no mi pensamiento en las riquezas.

3 no estimo hermosura que, $encida,

es despojo ci$il de las edades,

ni riqueza me agrada fementida,

teniendo por mejor, en mis $erdades,

consumir $anidades de la $ida

que consumir la $ida en $anidades.

7uchas Hracias.



#ibliografía

7arco terico del erotismo"

5 %iario de un &eductor 5 &oren )ier*egaard

5 El Erotismo 5 Heorges #ataille

5 (a (lama %oble 5 4cta$io Paz

5 Philosophy of (o$e en EP 5 Ale'ander 7oseley

5 Philosophy of &e'uality en EP 5 Alan &oble

5 Para una Ertica (atinoamericana 5 Enrique %ussel

Análisis sobre el concepto"

– &or +uana nés de la -ruz, 4bras -ompletas/. &onetos ><<, ><B y ><.

– !ray #artolomé de las -asas, (os ndios de 7é'ico y 0e$a Espa@a/, ed Porr?a.

Páginas" >B 5>=, >I< 5 =J=, =>B K ==B.

– 7iguel (en5Portilla, (a !ilosofía 0áhuatl/, G0A7.

– %isertacin : en" !rancisco +a$ier -la$ijero, 6istoria Antigua de 7é'ico/, ed.

Porr?a.

– (udLig Mittgenstein, 1ractatus (ogico K Philosophicus/.

erotismo final

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