Época del arte occidental (editado)

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JUAN A. HASLERProfesorjubiladodelaFacultadde HumanidadesdelaUniversidaddel Valle. Su formacin acadmica ha sido netamentehumboldtiana,tantoenla EscuelaNacionaldeAntropologae Historia, de Ciudad de Mxico, a la que ingresalaedaddedieciochoaos, como posteriormente en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Colonia (Kln), en la que se grado de etnlogo con una tesis sobre El Seor del monte y de los animales en Amrica Media.Comolaexigenciadelas universidades humboldtianas es que los educandoscursentrescarreras,lse doctorenetnologa,lingsticay prehistoria.EsautordeEllenguaje silbado y otros estudios de idiomas y De arqueologa y semntica, Programa Editorial Universidad del Valle.Puedesorprenderqueestelibrohayasidooriginalmenteun curso para bachillerato. Esto se explica porque la enseanza de la Historia del Arte tiene una vieja tradicin en Chile, tradicin que se remonta al sistema escolar y acadmico generalizado en el pasporlosprofesoresalemanes(entreellosRudolfLenz).Enlo escolar, se caracteriza este sistema por no impartirse las materias de manera concentrada (en un solo semestre o en un solo ao!), sino de manera fraccionada y dictadas por el mismo profesor durante varios aos el profesor o profesora viaja con su grupo de curso en curso.Estadosificacinono-concentracintienelagranventajade ensear de verdad las materias, en lugar de slo ofrecer muestra de sabor. As es que la gente sale bien preparada de esa Preparatoria, y en cuanto a Historia del Arte, hay espacio suficiente para toda clase de informaciones agregadas, desde proyecciones de diapositivas en un principio en blanco y negro hasta datos histrico culturales.Tenemos conciencia de que en otros pases la realidad es distinta, por lo que ah este texto no se destinar a miles de escolares. Pero podra ser de utilidad a centenares de profesores y de legos interesados. POCAS DEL ARTE OCCIDENTAL - Enfoque histrico-culturalUniversidaddel ValleJUAN A. HASLERJUAN A. HASLERpocas del arteoccidentalEnfoque histrico-culturalUniversidaddel ValleUniversidad del ValleCiudad Universitaria, MelndezA.A. 025360Cali, ColombiaTelfonos: (+57) 2 321 2227Telefax: (+57) 2 330 8877E-mail: [email protected]://programaeditorial.univalle.edu.coVicerrectora de Investigaciones9 7 8 9 5 8 6 7 0 7 4 2 8 0 5ISBN 978-958-670-742-8Universidad del VallePrograma EditorialTtulo: pocas del arte occidental. Enfoque histrico-culturalAutor: Juan A. HaslerISBN: 958-670-Primera edicinRector de la Universidad del Valle: Ivn Enrique Ramos CaldernDirector del Programa Editorial: Vctor Hugo Dueas RiveraDiseo de cartula: Juan A. Hasler (Imagen de un templo griego de la isla de Krkira) Universidad del Valle Juan A. Hasler - [email protected] del ValleCiudad Universitaria, MelndezA.A. 025360Cali, ColombiaTelfono: (+57) (2) 321 2227 - Telefax: (+57) (2) 330 88 77Correo electrnico: [email protected] editor no hace ninguna representacin, expresa o implcita, respecto de la exactitud de lainformacincontenidaenestelibroynopuedeaceptarningunaresponsabilidadlegaloresponsabilidad de errores o las omisiones que pueden haber ocurrido.Este libro, o parte de l, no puede ser reproducido por ningn medio sin autorizacin escrita dela Universidad del Valle.Cali, ColombiaMayo de 2009Hasler, Juan A. pocas del arte occidental: enfoque histrico-cultural / Juan A. Hasler. -- Santiagode Cali : Programa Editorial Universidad del Valle, 2009.174 p. : il. ; 24 cm. -- (Coleccin artes y humanidades)ISBN 978-958-670- 1.Arte - Historia 2. Arquitectura - Historia 3. Civilizacin antigua - Historia 4. Cultura -Historia I. Tt. II. Serie.709 cd 21 ed.A1208437 CEP-Banco de la Repblica-Biblioteca Luis ngel ArangoUniversidad del VallePrograma EditorialTtulo: pocas del arte occidental. Enfoque histrico-culturalAutor: Juan A. HaslerISBN: 958-670-Primera edicinRector de la Universidad del Valle: Ivn Enrique Ramos CaldernDirector del Programa Editorial: Vctor Hugo Dueas RiveraDiseo de cartula: Juan A. Hasler (Imagen de un templo griego de la isla de Krkira) Universidad del Valle Juan A. Hasler - [email protected] del ValleCiudad Universitaria, MelndezA.A. 025360Cali, ColombiaTelfono: (+57) (2) 321 2227 - Telefax: (+57) (2) 330 88 77Correo electrnico: [email protected] editor no hace ninguna representacin, expresa o implcita, respecto de la exactitud de lainformacincontenidaenestelibroynopuedeaceptarningunaresponsabilidadlegaloresponsabilidad de errores o las omisiones que pueden haber ocurrido.Este libro, o parte de l, no puede ser reproducido por ningn medio sin autorizacin escrita dela Universidad del Valle.Cali, ColombiaMayo de 2009Hasler, Juan A. pocas del arte occidental: enfoque histrico-cultural / Juan A. Hasler. -- Santiagode Cali : Programa Editorial Universidad del Valle, 2009.174 p. : il. ; 24 cm. -- (Coleccin artes y humanidades)ISBN 978-958-670- 1.Arte - Historia 2. Arquitectura - Historia 3. Civilizacin antigua - Historia 4. Cultura -Historia I. Tt. II. Serie.709 cd 21 ed.A1208437 CEP-Banco de la Repblica-Biblioteca Luis ngel ArangoContenidoAclaracin necesaria ................................................................................................. 90. El comienzo ....................................................................................................... 111. Paleoltico .......................................................................................................... 192. Mesoltico .......................................................................................................... 253. Neoltico ............................................................................................................ 29Protohistoria ............................................................................................................ 354. Protohistoria ...................................................................................................... 375. Altas culturas..................................................................................................... 456. Los persas .......................................................................................................... 597. Provincias occidentales del rea mesopotmica ............................................ 638. Hititas y hurritas ............................................................................................... 699. Los egipcios....................................................................................................... 7110. Los griegos ........................................................................................................ 9711. Los romanos .................................................................................................... 12112. Desarrollo ulterior de la arquitectura ............................................................ 133Sinopsis de las pocas ulteriores ......................................................................... 13513. Arte en la Edad Media .................................................................................... 13714. Arte del Renacimiento .................................................................................... 14315. El Barroco........................................................................................................ 14916. El Neoclsico .................................................................................................. 15517. El Romanticismo ............................................................................................. 15918. La Actualidad .................................................................................................. 163Libros de arqueologa clsica y arte en castellano............................................. 165ndice temtico ...................................................................................................... 169Aclaracin necesariaEstecursofueescritoenSantiagodeChileen1969,comoprimertomodeunaHitoria cultural del Arte que me encarg una editorial, que dej de existir poco despus.El primer tomo se habra de dedicar a la poca antigua, que es el campo un tantoextico en que mejor me desempeo, y la redaccin del segundo sera responsabilidadde un autor ms versado en lo menos extico, pero quien tendra que seguir el mtodode exposicin implantado en el tomo primero. Se deseaba que se redactara un aperude las fases del arte, conforme con lo que exigan los planes ociales del Bachillerato,pero que, adems, explicara las circunstancias histricas y sociales de cada perodo.Ahora, al pedrseme el manuscrito de aquel tomo, para nalmente editarlo, me hanpedido que agregara yo una Sinopsis de las etapas subsecuentes aunque ellas me seanalgo ajenas. Como sinopsis, no tena por qu ser extensa ni ya contener aportacionespersonales mas. Esto sera un encargo fcil, para el que me bastara consultar mediadocena de libros, que sin duda deba tener en mi casa.Efectivamente, hall informaciones* y trat darles el mismo tratamiento que a lasde los captulos anteriores pero se nota la cesura. Qu hacer? Omitir el agregadosinptico (13 a 19) y privar al lector de esa informacin, o aguantarnos la disparcalidad? Nos decidimos por lo segundo.*Puede sorprender que este libro haya sido originalmente un curso para bachillerato.Esto se explica porque la enseanza de la Historia del Arte tiene una vieja tradicin en* Entre ellas lo concerniente al pensum escolar, conforme con la profesora chilena de bachillera-to, Ruby Prez Arriagada.10Chile, tradicin que se remonta al sistema escolar y acadmico generalizado en el pasporlosprofesoresalemanes(entreellosRudolfLenz).Enloescolar,secaracterizaeste sistema por no impartirse las materias de manera concentrada (en un solo semestreo en un solo ao!), sino de manera fraccionada y dictadas por el mismo profesor durantevarios aos el profesor o profesora viaja con su grupo de curso en curso.Esta dosicacin o no-concentracin tiene la gran ventaja de ensear de verdad lasmaterias, en lugar de slo ofrecer muestra de sabor. As es que la gente sale bienpreparada de esa Preparatoria, y en cuanto a Historia del Arte, hay espacio sucientepara toda clase de informaciones agregadas, desde proyecciones de diapositivas enun principio en blanco y negro hasta datos histrico culturales.Tenemos conciencia de que en otros pases la realidad es distinta, por lo que aheste texto no se destinar a miles de escolares. Pero podra ser de utilidad a centenaresde profesores y de legos interesados.10Chile, tradicin que se remonta al sistema escolar y acadmico generalizado en el pasporlosprofesoresalemanes(entreellosRudolfLenz).Enloescolar,secaracterizaeste sistema por no impartirse las materias de manera concentrada (en un solo semestreo en un solo ao!), sino de manera fraccionada y dictadas por el mismo profesor durantevarios aos el profesor o profesora viaja con su grupo de curso en curso.Esta dosicacin o no-concentracin tiene la gran ventaja de ensear de verdad lasmaterias, en lugar de slo ofrecer muestra de sabor. As es que la gente sale bienpreparada de esa Preparatoria, y en cuanto a Historia del Arte, hay espacio sucientepara toda clase de informaciones agregadas, desde proyecciones de diapositivas enun principio en blanco y negro hasta datos histrico culturales.Tenemos conciencia de que en otros pases la realidad es distinta, por lo que aheste texto no se destinar a miles de escolares. Pero podra ser de utilidad a centenaresde profesores y de legos interesados.110. El comienzoPanorama general0,0 Se recordar de los cursos escolares de historia universal que la humanidaddesarroll su cultura a travs de perodo de peculiar tecnologa, economa, organiza-cin social, religin y finalmente de peculiares expresiones artsticas.En el siglo XIX se hallaron en Francia los vestigios de las ms antiguas culturas delcontinente euroasitico. Los nombres de los sitios en que se hicieron esos descubri-mientos se tomaron para nombrar las respectivas culturas encontradas. Esta nomen-clatura francesa sirve de cuadro taxonmico general para la prehistoria europea y es dereferencia para la historia universal.Las investigaciones paleoantropolgicas1 han puesto de relieve que dos millones ymedio antes de la aparicin del hombre sapiens sapiens, existan primeras especies deprimates superiores que allanaron el camino de la cultura. Fueron los iniciadores de lacultura. Reciben el nombre de primates pitcidos.2 Empleaban instrumentos de piedray difundieron sus tcnicas por amplios territorios lo que hace suponer que tuvieroncomunicacin oral; sta fue sin duda bastante rudimentaria al comienzo. Todos estoslogros, que diferenciaban a los pitcidos de los monos, fueron recibidos por especiesulteriores quienes perfeccionaron las tcnicas de fabricacin de instrumentos y perfec-cionaron igualmente la comunicacin hablada.3 1 Antropolgico = relativo al hombre en su faz fsica; paleo- = antiguo. 2 Pitcido en/con forma de mono.3 AnlisisdeDNAdeunhallazgode1980enIsrael,indicqueelneandertaltieneelgeneFOXP2, responsable de la capacidad de hablar. El mismo resultado se obtuvo en 2007 con un ejem-plar de Espaa.12Cada nueva especie que por mutacin se presentaba en el escenario de la historia,vena a encontrar una mesa cultural cada vez mejor puesta.El segundo grupo de especies fue el de los homins erect. El tercero fue el de loshomins sapients que culmin con la existencia del homo sapiens neanderthalensis.Las especies sapientes fueron reemplazadas por la especie sapiens sapiens, que esla del hombre actual.Elsapienssapiensheredmsdedosmillonesymediodeaosdedesarrolloyexperimentacin cultural, tocndole apenas dar cultivo a la ltima fase de la antiguaedad de piedra, pero recibiendo en cambio el reto de enfrentarse a los inconvenientesambientales que se presentaron despus de la ltima glaciacin.La antigua edad de piedra es llamada tambin paleoltico, voz que deriva de -antiguo, viejo, y de - piedra.4 El hecho de haber durado unos dos millones ymedio de aos no es fortuito: fue el lento avance desde la animalidad sin fuego y sinlenguaje articulado, al dominio cada vez mejor de los recursos mentales propios y delos recursos de la naturaleza.Durante todo el paleoltico los humanos eran carnvoros,5 aunque sin duda no des-preciaban el sabor de una ocasional fruta silvestre.La presuncin de que vivan en cuevas no ha sido corroborada por ningn hallazgo.Loqueseadmite,esquehayanbuscadorefugiodebajodesalientesderoca.Estdocumentado que los homins sapients posean habitaciones en forma cnica, posi-blemente cubiertas de pieles, y hay representaciones clara de casas semi subterrneasdel tipo de las actuales brdei danubianas.6 4 La palabra que signica piedra se lee con facilidad con slo saber dos equivalencias: = l,=th.Lasdosvocalessonigualesqueenelalfabetolatino.Asdesencilloeselmanejodelmisterio de los timos! Hemos observado que en algunos pases hay estudiantes que gustan hacer sus anotaciones per-sonales empleando el alfabeto griego. En otras regiones este entretenimiento no existe, debido a quea que los ministerios de Educacin han excluido la enseanza de esas letras. En todos los pases tienen en comn los lectores de obras humansticas, el verse confrontadosocasionalmente con palabras como gnosis, ctnico, cuya extranjeridad se reconoce al observar queempiezan con un grupo consonntico fuera de lo comn. Como ocurre que en libros especializados,ciertas palabras vienen impresas con letras griegas, conviene que el futuro lector de libros avanza-dos se acostumbre a descodicar palabras griegas o de otros cdigos grcos.Ennuestrocaso,laprimerapalabraarribaanotadaenletrasnocomuneses-,cuyasvocales son: = a, = i, = o, y sus consonantes son: = p, = l. 5 En cambio, de la famosa Lucyse arma que era vegetariana, debido a su osamenta, de la quese inere un grueso abdomen propio de la mayora de los herbvoros. 6 El punto debajo de vocales representa el acento tnico (en este caso: brdei). La raya encimade vocal, , , indica que sta es de duracin ms larga que en espaol.12Cada nueva especie que por mutacin se presentaba en el escenario de la historia,vena a encontrar una mesa cultural cada vez mejor puesta.El segundo grupo de especies fue el de los homins erect. El tercero fue el de loshomins sapients que culmin con la existencia del homo sapiens neanderthalensis.Las especies sapientes fueron reemplazadas por la especie sapiens sapiens, que esla del hombre actual.Elsapienssapiensheredmsdedosmillonesymediodeaosdedesarrolloyexperimentacin cultural, tocndole apenas dar cultivo a la ltima fase de la antiguaedad de piedra, pero recibiendo en cambio el reto de enfrentarse a los inconvenientesambientales que se presentaron despus de la ltima glaciacin.La antigua edad de piedra es llamada tambin paleoltico, voz que deriva de -antiguo, viejo, y de - piedra.4 El hecho de haber durado unos dos millones ymedio de aos no es fortuito: fue el lento avance desde la animalidad sin fuego y sinlenguaje articulado, al dominio cada vez mejor de los recursos mentales propios y delos recursos de la naturaleza.Durante todo el paleoltico los humanos eran carnvoros,5 aunque sin duda no des-preciaban el sabor de una ocasional fruta silvestre.La presuncin de que vivan en cuevas no ha sido corroborada por ningn hallazgo.Loqueseadmite,esquehayanbuscadorefugiodebajodesalientesderoca.Estdocumentado que los homins sapients posean habitaciones en forma cnica, posi-blemente cubiertas de pieles, y hay representaciones clara de casas semi subterrneasdel tipo de las actuales brdei danubianas.6 4 La palabra que signica piedra se lee con facilidad con slo saber dos equivalencias: = l,=th.Lasdosvocalessonigualesqueenelalfabetolatino.Asdesencilloeselmanejodelmisterio de los timos! Hemos observado que en algunos pases hay estudiantes que gustan hacer sus anotaciones per-sonales empleando el alfabeto griego. En otras regiones este entretenimiento no existe, debido a quea que los ministerios de Educacin han excluido la enseanza de esas letras. En todos los pases tienen en comn los lectores de obras humansticas, el verse confrontadosocasionalmente con palabras como gnosis, ctnico, cuya extranjeridad se reconoce al observar queempiezan con un grupo consonntico fuera de lo comn. Como ocurre que en libros especializados,ciertas palabras vienen impresas con letras griegas, conviene que el futuro lector de libros avanza-dos se acostumbre a descodicar palabras griegas o de otros cdigos grcos.Ennuestrocaso,laprimerapalabraarribaanotadaenletrasnocomuneses-,cuyasvocales son: = a, = i, = o, y sus consonantes son: = p, = l. 5 En cambio, de la famosa Lucyse arma que era vegetariana, debido a su osamenta, de la quese inere un grueso abdomen propio de la mayora de los herbvoros. 6 El punto debajo de vocales representa el acento tnico (en este caso: brdei). La raya encimade vocal, , , indica que sta es de duracin ms larga que en espaol.13No los acompaaba el perro. No posean embarcaciones. Tampoco acepta la cien-cia que en Europa hayan manejado eolitos, que seran simples cantos rodados cuyotamao los haca aptos para ser tomados en la mano.Al principio no conocan ni el arco ni la echa, valindose en su lugar de armasarrojadizas.Paraimpelerconmayorfuerzalosvenablosojabalinas,empleabanellanza-dardos o propulsor. La organizacin social debe haber sido patricentral, o sea,con predominio poltico de los varones, ya que stos cargaban con la responsabilidaddealimentaralgrupo.Delareliginhablaremosdetenidamentemsadelante,porrelacionarseestrechamenteconlosdocumentosartsticosqueelhombrepaleolticonos ha legado. Su arte se ha conservado nicamente debajo de algunas salientes deroca (llamadas abri. por los franceses) y en cuevas que estaban destinadas a sitio deculto; ah la intemperie no ha intervenido como factor destructor. Esas cuevas estaban,por cierto, frecuentemente bastante alejadas de los lugares habitualmente transitadospor los hombres, quienes supieron ocupar un abri. pero que recelaban del misteriosointeriordelascuevas,alquepenetrabansloparaponerseencontactoconesferassobrenaturales.*Elpaleolticosedivideendosgrandesetapas.Enelesquema,losperodosmsantiguos estn situados abajo: El alfabeto griego tuvo dos letras que ya no estn en uso: la qoppa (como q latina) y la rdgamma que tena valor de w. Las letras griegas que an no hemos mencionado son: = b; = g; = dz; q = ; = th; = k; = m; x = n; = ; o = ; = ; p = r; , s = s; v = , u; = ph (f); = kh (i); = ps; u = o.14Las primeras expresiones plsticas0,1 Las primeras expresiones del hombre prehistrico no han llegado a nuestrosdas: no estn documentadas en hallazgos materiales. Pero se ineren por el conoci-miento que los prehistoriadores tienen de la vida de los pueblos con economa y tecno-loga propia de perodos lticos.El hombre del paleoltico, y quiz ya muchos de los prehumanos, modicaban lapresentacin fsica de su cuerpo. Esto es, lo adornaban. Y aunque quisiramos suponerque se trataba slo de embadurnarse el cuerpo con grasa, carbn y tierra roja, amarillao blanca, sin que se llegara a hacerse dibujos ni a la colocacin de una pluma vistosaen el sptum o en el lbulo, tenemos que aceptar que ese primitivo atavo es ya unamodicacin de la naturaleza. Puede ser que inicialmente, en la selva, haya sido unatcnica utilitaria que tuviera por nalidad alejar a los insectos; pero en otros climas ymomentos,alnotenerestanalidad,talmodicacindelcuerponoesutilitariay,consecuentemente, es catalogable de arte.Tambin es de considerarse arte cualquier otra modicacin que el hombre hayaaplicado a su presencia fsica. Por ejemplo en la cabellera.Estas modicaciones pueden expresar conceptos religiosos, o ser recursos apotro-picos (de proteccin contra daos sobrenaturales), y frecuentemente expresan en for-ma simblica algo muy concreto. As, una trenza enrollada en forma de espiral, que seasemejaaunaor,puedeserelatavodedoncellas,yunatrenzacuyoextremoesrecogido y jado junto a su nacimiento, haciendo de esta manera una especie de bultoen forma de gota o de calabacita, puede ser el tocado impuesto a las mujeres casadas.(ste es el caso del pueblo hopi, en los Estados Unidos, de tecnologa neoltica. Y enalgunas aldeas vascas, hasta nes del s. XIX, hubo en este rengln la supervivencia deun neoltico avanzado: las viudas se privaban del tocado de aspecto flico, que exhi-ban las mujeres casadas.) Estamos con ello en presencia de un acto de abstraccinplsticamente realizado.14Las primeras expresiones plsticas0,1 Las primeras expresiones del hombre prehistrico no han llegado a nuestrosdas: no estn documentadas en hallazgos materiales. Pero se ineren por el conoci-miento que los prehistoriadores tienen de la vida de los pueblos con economa y tecno-loga propia de perodos lticos.El hombre del paleoltico, y quiz ya muchos de los prehumanos, modicaban lapresentacin fsica de su cuerpo. Esto es, lo adornaban. Y aunque quisiramos suponerque se trataba slo de embadurnarse el cuerpo con grasa, carbn y tierra roja, amarillao blanca, sin que se llegara a hacerse dibujos ni a la colocacin de una pluma vistosaen el sptum o en el lbulo, tenemos que aceptar que ese primitivo atavo es ya unamodicacin de la naturaleza. Puede ser que inicialmente, en la selva, haya sido unatcnica utilitaria que tuviera por nalidad alejar a los insectos; pero en otros climas ymomentos,alnotenerestanalidad,talmodicacindelcuerponoesutilitariay,consecuentemente, es catalogable de arte.Tambin es de considerarse arte cualquier otra modicacin que el hombre hayaaplicado a su presencia fsica. Por ejemplo en la cabellera.Estas modicaciones pueden expresar conceptos religiosos, o ser recursos apotro-picos (de proteccin contra daos sobrenaturales), y frecuentemente expresan en for-ma simblica algo muy concreto. As, una trenza enrollada en forma de espiral, que seasemejaaunaor,puedeserelatavodedoncellas,yunatrenzacuyoextremoesrecogido y jado junto a su nacimiento, haciendo de esta manera una especie de bultoen forma de gota o de calabacita, puede ser el tocado impuesto a las mujeres casadas.(ste es el caso del pueblo hopi, en los Estados Unidos, de tecnologa neoltica. Y enalgunas aldeas vascas, hasta nes del s. XIX, hubo en este rengln la supervivencia deun neoltico avanzado: las viudas se privaban del tocado de aspecto flico, que exhi-ban las mujeres casadas.) Estamos con ello en presencia de un acto de abstraccinplsticamente realizado.15Laslidapreparacinconquecuentanenlaactualidadlosprehistoriadoreslespermite presumir que la pintura corporal, de cuya existencia no dudan, debe haber sidobastante compleja y signicativa. Para el musteriense, en el paleoltico inferior, estapinturaestperfectamentecomprobadaconelhallazgodelpicesdeocre.Peroesrigurosamente cierto que, en general, han sobrevivido menos documentos de este en-deble arte pictrico que del arte grabado o tallado en materiales duros.0,2 La segunda expresin artstica del hombre debe haber sido aplicada a objetosque indirectamente eran parte de su cuerpo. Para comprender esta relacin entre cuer-poyobjeto,laprehistoriacuentaconelconcursodelaetnologa,quesabequeenmuchosidiomasexistenajosclasicatoriosqueordenanelmundocircundanteenobjetos de diversas categoras.Estas clasicaciones son completamente distintas de la que realiza el hombre de laera industrial y de los viajes siderales. Puede suceder, por ejemplo, que entren en unamisma categora las partes del cuerpo, la ropa, la casa y la sombra. Conociendo estetipo de clasicacin que, por cierto, es bastante frecuente en los continentes extraeuro-peos, estamos capacitados para entender que la zalea que cubre el cuerpo desnudo delhombre, o la piel que forma el techo de su toldo, son partes del hombre, como lo es sucabello. Reciben el mismo tratamiento gramatical, la misma reverencia y respeto, y losmismos dibujos pintados que el cuerpo.Debe suponerse que la primera pintura del hombre prehistrico, en forma de dibu-jos, fue aplicado a su cuerpo y a ciertos objetos que l empleaba.Es muy posible que no se vayan a encontrar jams las formas de ese arte. Debenhaberse perdido para siempre muchos objetos de madera o de piel, provistos de deco-raciones. nclusive es posible que las decoraciones se hayan cado muchos antes dedescomponerse el objeto mismo.Slo nos quedan como puntos de referencia los paralelos etnogrcos. Los paloszumbadores de los australianos, los quillangos de los patagones, y otros objetos depueblos transculturados o aniquilados recientemente, tenan decoraciones.Se comprende que para modicar artsticamente la naturaleza, los primeros serescultos hayan tenido que recurrir a la pintura, que es el material ms sencillo que estabaasualcanceyparacuyaaplicacinbastabanlosdedos.Nopudohaberempezadocomo cantero u orfebre. En un principio careca de instrumentos que le permitierantallar un hueso o una madera na o una palma dura. Esta habilidad slo la pudo adqui-rir ms adelante, y est documentada con unos pocos hallazgos musterienses.La pintura es aplicable al cuerpo humano o a otras supercies simplemente con eldedo. Puede ser el pulgar para estampar manchas en la piel propia o en la de un com-paero. Puede ser este dedo o con el ndice, para hacer lneas paralelas. Nuestro cono-16cimiento de la etnologa7 permite suponer que se empleara alguna vez el tallo huecode una gramnea u otra planta, para estampar crculos menudos, de igual tamaa cadauno, como con un sello de goma. Es as como los tallos son empleados por pueblosactuales. Prehistricamente se pudo haber empleado con el mismonla canillasintutano de un animal. Sabemos que la pintura puesta dentro de un hueso dio lugar auna nueva tcnica de aplicacin del material colorante: soplando a travs de ese hueso.Tal tcnica est documentada en el auriaciense, que es la primera fase del paleolticosuperior.0,3 Dejando a un lado la indiscutible pintura corporal y la problemtica en obje-tos,losinvestigadoreshanconjeturadoacercadelartenocorporal.8Quhuboprimero en el arte no corporal, la pintura o el grabado? Hay que aclarar que la discu-sin no giraba en torno de la invencin misma de estas artes, sino de las fechas de lasreliquias encontradas.Existen momentos en que en las paredes de los santuarios prehistricos se confun-de la pintura y el grabado. Una misma pintura rupestre es a la vez grabada y pintada.La arriba mencionada formacin de lneas paralelas, usando los dedos, fue aplicada enlas paredes de abrigos naturales. En partes hmedas y blandas se transformaban auto-mticamente en lneas hundidas en lneas incisas. Los investigadores adelantaron laidea de que estras causadas por osos en las paredes de las cavernas pudieron habersugerido la realizacin de dibujos con lneas profundas. Hay que considerar que conesto el hombre prehistrico pudo haber tratado de acercarse sublimemente al oso, ani-mal de especial estima en aquella poca.Los primeros vestigios del arte no corporal encontrados por la ciencia fueron pormucho tiempo los dibujos rupestres sencillos, de doble lnea, aplicados con los dedos.Recibieron el nombre de estilo macarrnico por asemejarse a deos o macarronescolgados uno al lado de otro. 7 Los anglosajones llama a este disciplina anthropology, designacin que en Europa continentalindicatradicionalmenteelestudiofsicodelhombre,exclusivamente.Sinembargo,enelltimoterciodelsigloXX,ybajolapresidenciadeJulioCaroBaroja,hasidofundadaenEspaaunasociedad de antroplogos que engloba a los etnlogos y arquelogos espaoles. En Europa orientalel trmino ingls sigue siendo considerado un error epistemolgico del siglo XIX, y no parece poderganar adeptos ah. 8 Se entiende aqu por corporal lo que es parte del cuerpo o que por estar en contacto con l, esconsiderado como tal, por ejemplo el quillango (zalea patagona de piel na), el toldo, o el caballoque en culturas ms avanzadas puede montar el jinete sin mediar ropa entre ambos cuerpos.16cimiento de la etnologa7 permite suponer que se empleara alguna vez el tallo huecode una gramnea u otra planta, para estampar crculos menudos, de igual tamaa cadauno, como con un sello de goma. Es as como los tallos son empleados por pueblosactuales. Prehistricamente se pudo haber empleado con el mismon lacanilla sintutano de un animal. Sabemos que la pintura puesta dentro de un hueso dio lugar auna nueva tcnica de aplicacin del material colorante: soplando a travs de ese hueso.Tal tcnica est documentada en el auriaciense, que es la primera fase del paleolticosuperior.0,3 Dejando a un lado la indiscutible pintura corporal y la problemtica en obje-tos,losinvestigadoreshanconjeturadoacercadelartenocorporal.8Quhuboprimero en el arte no corporal, la pintura o el grabado? Hay que aclarar que la discu-sin no giraba en torno de la invencin misma de estas artes, sino de las fechas de lasreliquias encontradas.Existen momentos en que en las paredes de los santuarios prehistricos se confun-de la pintura y el grabado. Una misma pintura rupestre es a la vez grabada y pintada.La arriba mencionada formacin de lneas paralelas, usando los dedos, fue aplicada enlas paredes de abrigos naturales. En partes hmedas y blandas se transformaban auto-mticamente en lneas hundidas en lneas incisas. Los investigadores adelantaron laidea de que estras causadas por osos en las paredes de las cavernas pudieron habersugerido la realizacin de dibujos con lneas profundas. Hay que considerar que conesto el hombre prehistrico pudo haber tratado de acercarse sublimemente al oso, ani-mal de especial estima en aquella poca.Los primeros vestigios del arte no corporal encontrados por la ciencia fueron pormucho tiempo los dibujos rupestres sencillos, de doble lnea, aplicados con los dedos.Recibieron el nombre de estilo macarrnico por asemejarse a deos o macarronescolgados uno al lado de otro. 7 Los anglosajones llama a este disciplina anthropology, designacin que en Europa continentalindicatradicionalmenteelestudiofsicodelhombre,exclusivamente.Sinembargo,enelltimoterciodelsigloXX,ybajolapresidenciadeJulioCaroBaroja,hasidofundadaenEspaaunasociedad de antroplogos que engloba a los etnlogos y arquelogos espaoles. En Europa orientalel trmino ingls sigue siendo considerado un error epistemolgico del siglo XIX, y no parece poderganar adeptos ah. 8 Se entiende aqu por corporal lo que es parte del cuerpo o que por estar en contacto con l, esconsiderado como tal, por ejemplo el quillango (zalea patagona de piel na), el toldo, o el caballoque en culturas ms avanzadas puede montar el jinete sin mediar ropa entre ambos cuerpos.17Fue apenas en dos congresos sucesivos,9 en Basilea en 1962 y en Roma en 1963,que la ciencia supo que se acababan de descubrir los objetos ms antiguos del arte nocorporal. Se trataba de pequeos objetos tallados, pertenecientes al musteriense. Conesto qued niquitada por ahora la discusin hasta que tal vez nuevos hallazgos vuel-van a trastrocar la cronologa.Ya en el paleoltico superior, a partir del auriaciense, coexisten la pintura, el talla-do y el grabado.0,4 Quiz convenga mencionar un factor interesante en la apreciacin del proble-ma que ha preocupado a algunos historiadores del arte. Es el hecho de que en el paleo-ltico artstico no slo hubo dos artes, sino tambin dos tipos de homins: el sapiens yel sapiens sapiens u hombre actual.10El sapiens que hizo las pequeas esculturas musterienses hacia el nal de su exis-tencia, tuvo una tradicin distinta del sapiens sapiens, que en algunos lugares lo eleva presa favorita de caza; se puede decir que ah el sapiens sapiens aniquil al sapiens,comindoselo.11 Sin embargo, en otros lugares convivieron miles de aos las dos espe-cies. Con todo, la tradicin del arte escultrico no sigui cultivndose.El sapiens sapiens tuvo que cultivar su propia personalidad artstica. sta se inclinaal comienzo principalmente hacia la pintura. Se puede notar un desarrollo rectilneodelartepictricodurantetodoelpaleolticosuperior.Encambio,haypococultivoinicial de la escultura, la que vive una eclosin grandiosa, y un tanto abrupta, en elmagdaleniense.0,5 Los investigadores contemporneos evitan el trmino aziliense que se em-pleaba en el siglo XIX para referirse al nal del paleoltico superior, ya que los produc-tos del Azil pertenecen en gran parte al mesoltico.Para nosotros, el aziliense es interesante porque en esa cultura se pintaban ciertoscantos rodados y guijarros grandes con unos signos que tienen remoto parecido conletras (vase 1,7). 9 Recientes en el momento de redactarse este curso. 10 Son dos especies distintas, descendientes del Hmo erectus africano. El primero abandonfrica hace2 millones de aos y, perdiendo todo contacto con los dems, evolucion en Europa. Elsegundo evolucion en frica y emprendi su migracin hace apenas 200.000 aos. 11 La antropofagia del sapiens sapiens est documentada con los huesos hallados en Chukuting.Pero se ha documentado tambin que, por necesidad, el sapien practicaba el canibalismo.1. PaleolticoEstilo y funcin de los objetos paleolticosl,1 Desde las primeras huellas de trabajo artstico del hombre de la prehistoria, enespecial del homo sapiens sapiens (paleoltico superior), se nos presenta un hecho quecaracteriza el arte de toda esa poca: la prohibicin de hacer representaciones natura-listas del ser humano.1Aunque parecera justicado creer que al principio el artista no estaba capacitadopara hacer dibujos precisos de seres humanos, no cabe duda de que la gran habilidadde los muralistas y de los miniaturistas del paleoltico superior no habra encon-trado impedimentos tcnicos para emprender la tarea. Quiz no habra podido llegar alretrato facial, pero por lo menos a un dibujo aceptable del cuerpo humano, tal como loencontramos en el mesoltico.2 Pero como no lo hizo, esto obliga a pensar que no setrataba de una incapacidad, sino de una prohibicin.Los prehistoriadores con slidas informacin saben que esta prohibicin es com-pletamente normal en los pueblos con determinados conceptos religiosos. Nos reite-ran, adems, que al artista paleoltico jams le interes retratar a seres humanos, sinosiempre a sus sombras. Esta sombra es el contenido de los cuerpos, en especial delos cuerpos semovientes. Los pueblos mediterrneos lo llaman viento (ra, ra, 1 Las excepciones son escasas y parecen deberse a otras tradiciones tnicas. As en hallazgos deHamburgo, Brassempouy y en Pedmost (Moravia), donde el sapiens del musteriense dej algunaspiezasespeciales. Algoaspuedehabersucedidoen Addaura,endondesenotalaausenciadetradicin franco-cantbrica.2 Al paleoltico sigue el mesoltico, y a este el neoltico. Los tres juntos son la edad de la piedra,a la que sigue la edad de los metales.20anmona, nima). El artista del paleoltico superior representa, por ejemplo, la som-bradeun brujoen estado de trancequevaen busca derebaos.Onos presenta adanzantes bastante bien gurados, quienes encarnan a espritus. La mejor pieza de estetipo es el brujo de la cueva de Trois Frres, que segn algunos investigadores no esningn brujo sino el mismsimo dueo o jefe de los animales (cf. 9,0,1).Con esta explicacin tenemos que aceptar que, despus de todo, las mal logradasrepresentaciones humanas no son tales, ya que son los retratos de sombras, o sea,de espritus incorpreos.1,2 La misma intencin de no representar sino la sombra guiaba tambin a losartistas que durante los primeros milenios del paleoltico hacan representaciones dediversos animales.Nos ofrecen al principio simples contornos de animales, meras sombras. A vecesestas sombras o sea, espritus, son tan transparentes que se ve en su interior el asien-to de otro principio misterioso: el corazn. Existe un precioso dibujo de un probosci-dio transparente con un enorme corazn visible (Cueva de Pindal, Asturias).Los etnlogos y los prehistoriadores nos explican que en ciertas religiones existenvarios tipos de almas, sombras o espritus. Existe, por ejemplo, elalma delcuerpo y al mismo tiempo otras, como el alma del aliento, el alma de la san-gre. Es posiblemente esta ltima la que quiso poner al descubierto el artista que trazel proboscidio transparente, con su corazn rojo. Los dems artistas slo nos muestrael alma del cuerpo, y ninguno el cuerpo. El alma del xamn, o amn, que sale en buscade rebaos cuando el cuerpo est en trance, se llama alma libre.Pero como en las sociedades todo cambia, aunque a veces con gran lentitud, losartistas dejaron posiblemente de querer signicar la sombra o alma de los anima-les y pasaron para gran regocijo nuestro a representar al animal en forma realista.Los mejores ejemplares del estilo realista del paleoltico se hallan en varias cuevasde Francia, en especial en la de Font de Gaume (pronunciado fong dgm), y son delmagdaleniense. Afamadas por su gran tamao son las pinturas de Lascaux (pronuncia-do lasc) y en Espaa las de Altamira (en las montaas cantbricas).,3 Las estatuillas no son escasas en nmero, y son sumamente interesantes. Perte-necenalauriaciense.Sondepiedra.Lasmsgrandesmidenaproximadamenteunpalmo de alto. El hecho de que en ambos extremos terminan en punta induce a pensarque son el desarrollo de algn objeto desconocido (una especie de bton perc?).Esta forma de huso se ha perdido bastante en algunos ejemplares, en que los volme-nes rompen el marco fusiforme (por ejemplo en la estatuilla de Wi.llendorf). En ningncaso tienen representados los rasgos faciales. Carecen de nariz, de ojos, de boca. Ensuma, carecen de cara. Nuevamente, no se trata de una impericia del artista, sino de labien lograda representacin de algo: se represent la ausencia.20anmona, nima). El artista del paleoltico superior representa, por ejemplo, la som-bra deun brujo enestadode trancequevaen busca de rebaos. O nospresentaadanzantes bastante bien gurados, quienes encarnan a espritus. La mejor pieza de estetipo es el brujo de la cueva de Trois Frres, que segn algunos investigadores no esningn brujo sino el mismsimo dueo o jefe de los animales (cf. 9,0,1).Con esta explicacin tenemos que aceptar que, despus de todo, las mal logradasrepresentaciones humanas no son tales, ya que son los retratos de sombras, o sea,de espritus incorpreos.1,2 La misma intencin de no representar sino la sombra guiaba tambin a losartistas que durante los primeros milenios del paleoltico hacan representaciones dediversos animales.Nos ofrecen al principio simples contornos de animales, meras sombras. A vecesestas sombras o sea, espritus, son tan transparentes que se ve en su interior el asien-to de otro principio misterioso: el corazn. Existe un precioso dibujo de un probosci-dio transparente con un enorme corazn visible (Cueva de Pindal, Asturias).Los etnlogos y los prehistoriadores nos explican que en ciertas religiones existenvarios tipos de almas, sombras o espritus. Existe, por ejemplo, elalma delcuerpo y al mismo tiempo otras, como el alma del aliento, el alma de la san-gre. Es posiblemente esta ltima la que quiso poner al descubierto el artista que trazel proboscidio transparente, con su corazn rojo. Los dems artistas slo nos muestrael alma del cuerpo, y ninguno el cuerpo. El alma del xamn, o amn, que sale en buscade rebaos cuando el cuerpo est en trance, se llama alma libre.Pero como en las sociedades todo cambia, aunque a veces con gran lentitud, losartistas dejaron posiblemente de querer signicar la sombra o alma de los anima-les y pasaron para gran regocijo nuestro a representar al animal en forma realista.Los mejores ejemplares del estilo realista del paleoltico se hallan en varias cuevasde Francia, en especial en la de Font de Gaume (pronunciado fong dgm), y son delmagdaleniense. Afamadas por su gran tamao son las pinturas de Lascaux (pronuncia-do lasc) y en Espaa las de Altamira (en las montaas cantbricas).,3 Las estatuillas no son escasas en nmero, y son sumamente interesantes. Perte-necenalauriaciense.Sondepiedra.Lasmsgrandesmidenaproximadamenteunpalmo de alto. El hecho de que en ambos extremos terminan en punta induce a pensarque son el desarrollo de algn objeto desconocido (una especie de bton perc?).Esta forma de huso se ha perdido bastante en algunos ejemplares, en que los volme-nes rompen el marco fusiforme (por ejemplo en la estatuilla de Wi.llendorf). En ningncaso tienen representados los rasgos faciales. Carecen de nariz, de ojos, de boca. Ensuma, carecen de cara. Nuevamente, no se trata de una impericia del artista, sino de labien lograda representacin de algo: se represent la ausencia.21Nos aclaran los estudiosos que estas estatuillas, que no deben ser llamadas Ve-nus, representan a seres humanos, sino a un ser del otro mundo que los pueblos primi-tivosactualesllamanlahijadeldueodelmonte.Entrminosnoteolgicos,nietnolgicos, diramos que es una especie de diosa. Ella suea los animales, lo queconstituye un acto de creacin. Aunque en realidad lo que suea son sus sombras. Lantima relacin entre stas y su envoltura corporal redunda en benecio del cazador. Oen su perjuicio. Del acto de creacin onrica depende la existencia de presas de caza.No pertenecen a este tipo de esculturas la cabecita de Pe.dmost ni la de Brassem-pouy, talladas en marl. Tampoco las piezas musterienses (vase arriba 0,3).1,4 Excepcionalmente se encuentran en el interior de las cuevas paleolticas3que nunca sirvieron de habitacin esculturas de animales de mediano tamao. Algu-nas de ellas son de tamao natural y se cubran con la piel de un animal verdadero.Tanto las esculturas como los dibujos rupestres tienen huellas de impactos reales opintados. Es que el arte paleoltico era una tcnica precientca de control de la natu-raleza. Se intentaba herir la sombra del animal. La estrecha relacin que se suponaentre la sombra y el cuerpo signicaba la posibilidad de que se dominara el cuerpouna vez daada la sombra.1,5Msfrecuentequelaesculturagrandefuelaminiatura.Esprincipalmentedurante el magdaleniense cuando se confeccionaron objetos con decoraciones simb-licas y con representaciones naturalistas. Han llegado a nosotros las piezas que hansobrevivido,porhabersidotalladosenmaterialduro.Seempleabadepreferenciamaterial seo.Tienen decoraciones de buena calidad algunos fragmentos de lanza-dardos que sehan encontrado. Es posible que se trate de objetos empleados en ceremonias de controlmgico de la caza, y no realmente de armas usadas fuera del sagrario. No hay duda quefueron usados en los ritos ciertos bastones horadados, que los autores del sigloXIXdenominaban bastones de mando y enderezadores de echas. Estas equivocadasdesignaciones deben ser abandonadas. No aparece todava el arco ni la echa en eseperodo cultural, y el tipo de organizacin social y el tipo de ritos que haba, haceninaceptable la presuncin de que esos bastones hayan sido cetros.1,6 Los bastones horadadores (btons percs) son del magdaleniense. Se emplea-ban principalmente cuernos de reno u otros materiales ebrneos. Estos objetos eranesculpidos generalmente en forma de phallus y provistos de una perforacin que se3 Obviamente, las cuevas no son las paleolticas, sino el material cultural que contienen. Se tratade una manera de expresarse de los prehistoriadores.22interpreta fcilmente como pars muli.eris. En otras palabras, tienen representacionesde ambos sexos.Los bastones horadados fueron fabricados durante muchos siglos, y posiblementeengrannmero,pueshanllegadohastanuestrosdasmsde300ejemplares.Porhaber estado en uso durante tantos siglos, es natural que sufrieran una evolucin esti-lstica. En los ltimos tiempos los artistas cometieron con los bastones el pecado desiempre:cayeronenelbarroquismo.Parecenhaberignoradonalmenteelsentidoreligioso original de las decoraciones, esculpiendo cosas que para los hombres de lossiglosanterioreshabraresultadoseguramenteunaaberracinyunsacrilegio.Porejemplo, proveer a los bastones con varios miembros masculinos y con tantas horadacio-nes femeninas como poda soportar el material. Un escueto simbolismo desarrollaronalgunas piezas que ostentan signos como < y su duplicacin < >que no son sino smbolos del principio masculino y nalmente del omnipresente prin-cipio ambisexual. nteresante para el esteticista no son estas letras, sino las repre-sentaciones realistas de animales que se hallan en varios btons percs con o sin hora-dacinndependientemente de la evolucin formal de los btons y de la posible prdidadel signicado original, los bastones horadados deben haberse confeccionado durantegeneraciones para los ritos de iniciacin o ritos de paso (rites de passage). Parecefuera de duda que en el paleoltico jams fueron empleados en usos no rituales, diga-mosparaadelgazarcorreas.Encambio,esposiblequemilesdeaosdespus,yaperdida la religin paleoltica, los materiales ebrneos hayan ofrecido nuevamente suforma al hombre para que este la modicara parcialmente. As pueden haber nacido,efectivamente, instrumento para uso profano, con formas que por imposicin del ma-terial recuerden fuertemente a los bastones rituales que se haban empleado en el pa-leoltico superior. Este fenmeno de doble invencin se llama paralelismo.1,7 De una poca tarda del paleoltico superior de la provincia de Valencia, enParpall, provienen diversos ejemplares de guijarros pintados, y algunas de esas gui-jas tenan incisiones.Sus marcas son cruces, lneas en zigzag y formas parecidas a letras. Las ltimasformassesuponequerepresentanelalmadeunserhumano.Estetipodepiedrasdecoradas ha sido encontrado igualmente en otros sitios de Europa, particularmente enel Mas de Azil. Ahora bien, como la cultura aziliense est clasicada como mesolticapero la de Parpall como paleoltica, hay que concluir que las guijas pintadas pertene-cen a ambos perodos. Sus smbolos tienen analoga con los del arte rupestre mesolti-co de Tabla de Pochic (Jan) y con los dibujos de Levanzo (slas Egeas, talia).22interpreta fcilmente como pars muli.eris. En otras palabras, tienen representacionesde ambos sexos.Los bastones horadados fueron fabricados durante muchos siglos, y posiblementeengrannmero,pueshanllegadohastanuestrosdasmsde300ejemplares.Porhaber estado en uso durante tantos siglos, es natural que sufrieran una evolucin esti-lstica. En los ltimos tiempos los artistas cometieron con los bastones el pecado desiempre:cayeronenelbarroquismo.Parecenhaberignoradonalmenteelsentidoreligioso original de las decoraciones, esculpiendo cosas que para los hombres de lossiglosanterioreshabraresultadoseguramenteunaaberracinyunsacrilegio.Porejemplo, proveer a los bastones con varios miembros masculinos y con tantas horadacio-nes femeninas como poda soportar el material. Un escueto simbolismo desarrollaronalgunas piezas que ostentan signos como < y su duplicacin < >que no son sino smbolos del principio masculino y nalmente del omnipresente prin-cipio ambisexual. nteresante para el esteticista no son estas letras, sino las repre-sentaciones realistas de animales que se hallan en varios btons percs con o sin hora-dacinndependientemente de la evolucin formal de los btons y de la posible prdidadel signicado original, los bastones horadados deben haberse confeccionado durantegeneraciones para los ritos de iniciacin o ritos de paso (rites de passage). Parecefuera de duda que en el paleoltico jams fueron empleados en usos no rituales, diga-mosparaadelgazarcorreas.Encambio,esposiblequemilesdeaosdespus,yaperdida la religin paleoltica, los materiales ebrneos hayan ofrecido nuevamente suforma al hombre para que este la modicara parcialmente. As pueden haber nacido,efectivamente, instrumento para uso profano, con formas que por imposicin del ma-terial recuerden fuertemente a los bastones rituales que se haban empleado en el pa-leoltico superior. Este fenmeno de doble invencin se llama paralelismo.1,7 De una poca tarda del paleoltico superior de la provincia de Valencia, enParpall, provienen diversos ejemplares de guijarros pintados, y algunas de esas gui-jas tenan incisiones.Sus marcas son cruces, lneas en zigzag y formas parecidas a letras. Las ltimasformassesuponequerepresentanelalmadeunserhumano.Estetipodepiedrasdecoradas ha sido encontrado igualmente en otros sitios de Europa, particularmente enel Mas de Azil. Ahora bien, como la cultura aziliense est clasicada como mesolticapero la de Parpall como paleoltica, hay que concluir que las guijas pintadas pertene-cen a ambos perodos. Sus smbolos tienen analoga con los del arte rupestre mesolti-co de Tabla de Pochic (Jan) y con los dibujos de Levanzo (slas Egeas, talia).23Los guijarros pintados del paleoltico tardo y del comienzo del mesoltico han sidocomparados fenomenolgicamente4 con los tyurungas de los australianos, que son re-presentacin de la sombra del individuo y de la sombra del antepasado comn. Elancestro comn es concebido a veces en forma de animal, pero no siempre. Este con-cepto, o uno anlogo, recibe tcnicamente el nombre de ttem, acerca del cual se hanescrito centenares de pginas tratando de explicarlo. No nos incumbe aqu tratar deentender lo que es tan difcil de explicar. Lo que nos interesa, es notar el formidableacto intelectual que ha sido el representar el concepto en unas cuantas lneas pintadas.En lugares de miles de pginas eruditas, bast un signo aplicado en una piedra.4 Es decir, con abstraccin de los hechos incidentales, como lo es su base material.2. Mesoltico2,0 Como el lector sabe de sus clases de historia universal, los cambios climticosdieron lugar a cambios en la economa y en la cultura de los habitantes de la Europaprehistrica.Las migraciones de los rebaos, tanto de proboscidios como de crvidos, habanobligadoalhombreamigrarduranteelpaleoltico.Nuncafuesedentario,ynuncaocup en el paleoltico las cuevas de las montaas para vivir, puesto que encontraba sualimento en los llanos. El hombre caverncola primitivo es un mito que no tiene cabidaen los libros serios, ya que no confundimos una saliente de roca que sirve de abrigo,con una cueva en que se habita. Cuando los rebaos dejaron de ser el factor que mova elhombre, ste se hizo sedentario. Estableci sus toldos y sus chozas a la orilla de lagunaso ros ricos en peces, y podemos decir que en algunas partes estos animales domestica-ron al hombre, como antes las greyes migrantes lo haban arrastrado en pos suyo.El hombre se volvi cazador de presas menores, pescador y recolector de frutas y,segn un documento rupestre, cosechaba miel de abejas. La organizacin social habasido, primero, de pequeos grupos cazadores, posteriormente de grandes grupos dedi-cados a la misma ocupacin, y siempre de tipo patriarcal y esencialmente mongama.En el mesoltico el nico cambio notable debe haber sido el establecimiento de pobla-dos jos, de tamao no excesivo, de acuerdo con los recursos naturales existentes (loque se llama equilibrio mesolgico o equilibrio ecolgico).La industria ltica1 se adapt al tamao de los animales que ahora se cazaban: no seprecisabayadepuntasdelanzapropiosparaderribarmamutsdetamaoenorme,1 Lo de industria es una designacin tomada del ingls, en que industry signica cualquieractividad econmica.26bastaban puntas ms pequeas. Y para cazar animales acuticos se pas a la fabrica-cin de puntas compuestas de varias piedras yuxtapuestas (microlitos). Al carecersede grandes animales se careci automticamente de grandes fuentes de carne; esto y lanecesidad de ir en busca del alimento diario condujo a la desaparicin total del antiguoarte paleoltico que estaba al servicio de la gran cacera. En este sentido el mesolticofue un perodo de decadencia, una especie de edad media. Algunos investigadores loconsideran un apndice miserable del paleoltico, por lo que lo llaman epipaleolti-co. Pero en vista de que hacia el nal del perodo se ven desdibujarse los comienzos deuna nueva era, la del renacimiento de la industria ltica, que es el neoltico, hay quienespreeren hablar de un protoneoltico. Por tratarse de un perodo intermedio (-),ser mejor para nosotros seguir a quienes hablan de un mesoltico.2,1LapoblacindeculturapaleolticadeFranciaydeEspaamigrhaciaelnorte, en seguimiento de los restos de los rebaos que todava no haban sucumbidopor el nuevo clima. Los hombres que no se fueron, tuvieron que adaptarse al ambientecambiado; dejaron de tener cultura paleoltica. Con ello desapareci la tradicin arts-tica cultivada hasta ese momento.Despus de algn tiempo notamos un despertar tecnolgico en el norte de Europa,por ejemplo en E.rteblle (Dinamarca) donde empiezan a emplearse tmidamente vasi-jasdebarrodebasepuntuda,queseclavabanenelsuelo,comotalvezantaolasestatuillas de la hija del dueo del monte (1,3). El territorio situado ms al sur, posi-blemente de poca densidad de poblacin, o acaso desocupado, recibe a pobladores deregiones clidas. Estos nuevos pobladores ocuparon principalmente el norte de fricay la costa mediterrnea de Espaa. Carecen de la tradicin franco-cantbrica. En elSahara verde, antes de la formacin del desierto, desarrollaron una oreciente culturade tipo mesoltico primero y neoltico despus. Los albores de esta cultura han sidoestudiadosenGhapsa,porcuyacircunstanciarecibisufaseinferiorelnombredecapsiense. A la historia del arte no interesan estos pormenores, sino las preciosas mi-niaturas en colores que, tanto en el Levante espaol como en las rocas en el norte defrica, nos han legado aquellas poblaciones.2,2 Ninguna relacin tienen los dibujos rupestres del Levante y del Sahara con elartefranco-cantbrico.Elarteparietalpaleolticofuemgico,yelarteengeneralreligioso o ritual. Se realizaba en el interior de cuevas, lejos de la vista de la gente. Lapintura tendi siempre a formas magnas, y muy pronto pas a la policroma. Aunquehubo movimiento, es frecuente la representacin de animales en reposo. No hay incli-nacin por la representacin de guras humanas, sino slo de parte de ella (genitales,sombra). No hubo inters por mostrar actividades humanas ni se pintaba por el gustode pintar o de describir la vida diaria. Los artefactos dibujados se relacionan con lacacera; por ejemplo trampas para proboscidios hechas de troncos.26bastaban puntas ms pequeas. Y para cazar animales acuticos se pas a la fabrica-cin de puntas compuestas de varias piedras yuxtapuestas (microlitos). Al carecersede grandes animales se careci automticamente de grandes fuentes de carne; esto y lanecesidad de ir en busca del alimento diario condujo a la desaparicin total del antiguoarte paleoltico que estaba al servicio de la gran cacera. En este sentido el mesolticofue un perodo de decadencia, una especie de edad media. Algunos investigadores loconsideran un apndice miserable del paleoltico, por lo que lo llaman epipaleolti-co. Pero en vista de que hacia el nal del perodo se ven desdibujarse los comienzos deuna nueva era, la del renacimiento de la industria ltica, que es el neoltico, hay quienespreeren hablar de un protoneoltico. Por tratarse de un perodo intermedio (-),ser mejor para nosotros seguir a quienes hablan de un mesoltico.2,1LapoblacindeculturapaleolticadeFranciaydeEspaamigrhaciaelnorte, en seguimiento de los restos de los rebaos que todava no haban sucumbidopor el nuevo clima. Los hombres que no se fueron, tuvieron que adaptarse al ambientecambiado; dejaron de tener cultura paleoltica. Con ello desapareci la tradicin arts-tica cultivada hasta ese momento.Despus de algn tiempo notamos un despertar tecnolgico en el norte de Europa,por ejemplo en E.rteblle (Dinamarca) donde empiezan a emplearse tmidamente vasi-jasdebarrodebasepuntuda,queseclavabanenelsuelo,comotalvezantaolasestatuillas de la hija del dueo del monte (1,3). El territorio situado ms al sur, posi-blemente de poca densidad de poblacin, o acaso desocupado, recibe a pobladores deregiones clidas. Estos nuevos pobladores ocuparon principalmente el norte de fricay la costa mediterrnea de Espaa. Carecen de la tradicin franco-cantbrica. En elSahara verde, antes de la formacin del desierto, desarrollaron una oreciente culturade tipo mesoltico primero y neoltico despus. Los albores de esta cultura han sidoestudiadosenGhapsa,porcuyacircunstanciarecibisufaseinferiorelnombredecapsiense. A la historia del arte no interesan estos pormenores, sino las preciosas mi-niaturas en colores que, tanto en el Levante espaol como en las rocas en el norte defrica, nos han legado aquellas poblaciones.2,2 Ninguna relacin tienen los dibujos rupestres del Levante y del Sahara con elartefranco-cantbrico.Elarteparietalpaleolticofuemgico,yelarteengeneralreligioso o ritual. Se realizaba en el interior de cuevas, lejos de la vista de la gente. Lapintura tendi siempre a formas magnas, y muy pronto pas a la policroma. Aunquehubo movimiento, es frecuente la representacin de animales en reposo. No hay incli-nacin por la representacin de guras humanas, sino slo de parte de ella (genitales,sombra). No hubo inters por mostrar actividades humanas ni se pintaba por el gustode pintar o de describir la vida diaria. Los artefactos dibujados se relacionan con lacacera; por ejemplo trampas para proboscidios hechas de troncos.27TodolocontrariosucedeenelartedelLevanteespaolyenelartedelSahara(como en Tasili).Las guras del arte levantino son pequeos dibujos monocromos (rojos o negros),midiendo a menudo apenas una pulgada de alto. Se encuentran aplicadas en lugaresexpuestos a la luz del sol (pero en general slo sobrevivieron las que han estado msguarnecidas del sol, y lejos del alcance de la lluvia). No tienen inhibicin ante la gurahumana. Los dibujos son dinmicos. Aman describir la vida diaria, sin que en ello seadvierta la menor traza angustiada de religiosidad. Hay autores que estiman que lassalientes de roca pueden haber sido el teatro de un culto sin psicotraumas (cf. 4,2,3),cuyo pblico ocupara la explanada frente al abr. Los artistas parecen haberse entrete-nido dibujando las cosas que les eran familiares y caras, y no se advierte el temor deque ojos profanos pudieran mirar su obra.Un abismo de muchos siglos y de ideologas separa el levantino del franco-cant-brico!2,3 Un descubrimiento ulterior al arte levantino es el arte sahariano, renombradopor los frescos de Tasili. Sin duda relacionado con el anterior es, sin embargo, un pocodiferente.En muchos dibujos levantinos podemos encontrar paralelos estilsticos con el ac-tual arte bosquimanos, pero la ejecucin sahariana adquiere una calidad e individuali-dad tales que no pueden ser confundidos con otro estilo. La monocroma de las gurastanto humanas como animales cede a una policroma, aunque no de suaves transicio-nes como fue el caso en el paleoltico, sino de zonas claramente delimitadas de oposi-cin de color.Enlasgurasrupestresaharianasseencuentralapresenciadepesadosbovinos(ausentes en las representaciones levantinas) cuyo cautiverio debe haber servido dereserva viva de carne. Tmese en consideracin que de esta economa no hay ms queun paso a la domesticacin, esto es, a la ganadera.La organizacin familiar de los grupos cazadores fue monogmica, con predomi-nio social del hombre. Posteriormente, al cambiar la estructura econmica en algunassociedades, se tendi a la poliginia. sta se acentu en sociedades ganaderas.2,4 Las culturas derivadas del capsiense se extendieron hasta el lado oriental defrica del norte y hasta Palestina. Cuando se produjo el cambio de clima que transfor-m las verdes praderas saharianas en el desierto que hoy es, uno de los ros conservagua todo el ao: el Nilo. En sus orillas pudieron sobrevivir los hombres y transformarsus dos herencias econmicas mesolticas con sus respectivas superestructuras (launa basada en el aprovechamiento de carne la otra en el de plantas) en una gran cultu-ra, relativamente aislada en su oasis: la egipcia (9,0).3. NeolticoCaractersticas generales3,0,1 La nueva era se gesta en el mesoltico. Ya en los dibujos rupestres levantinosest presente una innovacin tcnica que no haba en la pintura anterior: el arco y laecha. En varios sitios debe haberse desarrollado la alfarera. En Europa est docu-mentada su presencia en el maglemosiense de E.rteblle (2,1)La disminucin de animales de piel na, el aumento de vegetacin y con ello lapresencia de plantas textiles, la falta de necesidad de cubrirse con gruesas pieles, esti-mul posiblemente la fabricacin de ligeras prendas tejidas (cintas para el pelo, pulse-ras, telas). En el sureste de Europa y en la semi luna frtil o arco frtil, constituidopor las montaas que rodean Mesopotamia incluyendo los Balcanes empezaron aabundar colonias de varias plantas comestibles que, andando el tiempo, recibieron unaatencin cada vez mayor del hombre.En el momento en que las reservas vivas de carne, ya fueran ellas encerradas encorrales, ya nadando (peces, patos) en agua de fcil acceso, se transformaron en animalesde reproduccin controlada (esto es, domesticacin), en el momento en que a la confec-cin ocasional de recipientes tejidos provistos de un revestimiento de barro exterior lesigue una fabricacin consciente de vasijas, en el momento en que la recoleccin deplantas da lugar al cuidado (esto es, cultivo) de algunas de ellas, y que el uso del arcoy de la echa se generaliza en ese momento hemos dejado atrs el mesoltico.3,0,2 Los elementos caractersticos del neoltico son: arco y echa, domesticacinde animales, alfarera, cultivo de plantas. Junto con esto, la industria ltica pasa a vivirun esplendor renovado. Los manuales antiguos de prehistoria y de historia del arte lonombraban edad de la piedra pulida. Un autor ingls preri hablar de una revolu-30cin neoltica, pero en vista de que el cambio al que quiere referirse esa denomina-cin se inicia en realidad en el mesoltico y que tard unos diez mil aos en llevarse acabo, la palabra revolucin (o sea, cambio brusco), parece ser una metfora un tantomal escogida.Tal como ya lo haca en el paleoltico, el hombre construye habitaciones para gua-recerse del fro de la lluvia. Si no es nmada, abandona el empleo de tiendas de campa-a,quenosejusticanenpoblacionessedentarias.EnelnortedefricayentodaEuropasegeneralizaposiblementeenalgnmomentoneolticolaconstruccindecmodas casas excavadas en laderas de lomas de suave inclinacin, pero tambin enacantilados y an en tierra llana: son los primeros habitculos caverncolas.En cambio, es posible que en Europa no haya habido jams casas palafticas. Losvestigios de casas encontradas en el fondo de lagos suizos, no es imposible que corres-pondan a restos de casas sumergidas al levantarse el nivel de las aguas despus de unperodo de prolongadas secas (cf. 4,0,2).La alimentacin se hace en ocasiones muy poco nuestro gusto actual, y posible-mente tampoco del gusto de la desaparecida gente cazadora. A falta de grandes mam-muth-steaks haba que conformarse con raciones ms modestas y completar la comidacon toda clase hierbas y granos, a veces ms amargas que alimenticias.Cobranimportancialasgramneas;lasharinaspanicadasinvadenladieta.1Sedescubre la utilidad de las plantas textiles que inclusive pasan a ser cultivadas, desa-rrollndose la industria del tejido.El papel de la mujer se modica en algunas sociedades conforme aumenta la capa-cidaddeproduccin(generalmenteagrcola)deestapartedelapoblacin.Perolaestructura patriarcal se mantiene, y aun se hace ms rgida en las sociedades que enlugar de emprender el camino hacia el cultivo de la tierra, se vuelven ganaderas.Los antiguos cultos paleolticos ya haban ido a menos o desaparecido en el meso-ltico. Slo en las montaas y en los bosques sobrevivi hasta la actualidad!, el re-cuerdo del dueo del monte y de los animales (a veces femenino, como Mari de laCueva, en Vasconia, que en las creencias populares de Amrica del Sur aparece comoLa [cueva de] Salamanca).La densidad de poblacin variaba y dependa de diversas circunstancias, lo mismola forma de agrupacin de las casas. En tiempo de inquietudes se construan pueblosforticados. En tiempo de paz no se gastaba fuerza en ello.1Semeperdonarelempleoanglicadoynuevodeestapalabra,queencastellanoimplicasiempre una prohibicin, mientras que en ingls designa la comida comn.30cin neoltica, pero en vista de que el cambio al que quiere referirse esa denomina-cin se inicia en realidad en el mesoltico y que tard unos diez mil aos en llevarse acabo, la palabra revolucin (o sea, cambio brusco), parece ser una metfora un tantomal escogida.Tal como ya lo haca en el paleoltico, el hombre construye habitaciones para gua-recerse del fro de la lluvia. Si no es nmada, abandona el empleo de tiendas de campa-a,quenosejusticanenpoblacionessedentarias.EnelnortedefricayentodaEuropasegeneralizaposiblementeenalgnmomentoneolticolaconstruccindecmodas casas excavadas en laderas de lomas de suave inclinacin, pero tambin enacantilados y an en tierra llana: son los primeros habitculos caverncolas.En cambio, es posible que en Europa no haya habido jams casas palafticas. Losvestigios de casas encontradas en el fondo de lagos suizos, no es imposible que corres-pondan a restos de casas sumergidas al levantarse el nivel de las aguas despus de unperodo de prolongadas secas (cf. 4,0,2).La alimentacin se hace en ocasiones muy poco nuestro gusto actual, y posible-mente tampoco del gusto de la desaparecida gente cazadora. A falta de grandes mam-muth-steaks haba que conformarse con raciones ms modestas y completar la comidacon toda clase hierbas y granos, a veces ms amargas que alimenticias.Cobranimportancialasgramneas;lasharinaspanicadasinvadenladieta.1Sedescubre la utilidad de las plantas textiles que inclusive pasan a ser cultivadas, desa-rrollndose la industria del tejido.El papel de la mujer se modica en algunas sociedades conforme aumenta la capa-cidaddeproduccin(generalmenteagrcola)deestapartedelapoblacin.Perolaestructura patriarcal se mantiene, y aun se hace ms rgida en las sociedades que enlugar de emprender el camino hacia el cultivo de la tierra, se vuelven ganaderas.Los antiguos cultos paleolticos ya haban ido a menos o desaparecido en el meso-ltico. Slo en las montaas y en los bosques sobrevivi hasta la actualidad!, el re-cuerdo del dueo del monte y de los animales (a veces femenino, como Mari de laCueva, en Vasconia, que en las creencias populares de Amrica del Sur aparece comoLa [cueva de] Salamanca).La densidad de poblacin variaba y dependa de diversas circunstancias, lo mismola forma de agrupacin de las casas. En tiempo de inquietudes se construan pueblosforticados. En tiempo de paz no se gastaba fuerza en ello.1Semeperdonarelempleoanglicadoynuevodeestapalabra,queencastellanoimplicasiempre una prohibicin, mientras que en ingls designa la comida comn.31Megalitos3,1 Durante el paleoltico, Europa occidental tuvo relaciones con los pobladoresde las estepas asiticas y fue asiento de una avanzada cultural. Desde la edad media deloscurantismo mesoltico dej de ocupar el puesto de creadora preponderancia e irra-diacin. En los milenios que siguen, no es sino el receptculo extremo en cuyo litoralatlntico vienen a fenecer las ltimas oleadas de innovacin cultural creadas en otroscontinentes.Sonlospobladoresdelasestepasafricanasyasiticas,ydelosvallespotmicos, los que dan a Europa occidental los impulsos culturales o los elementos yaforjados.Procedente de Asia, pasando por Siria (7,0,0) llega a la cuenca mediterrnea elpensamiento megaltico: una especie de nueva concepcin del mundo materiali-zada en un complejo de elementos, uno de los cuales es la propensin al empleo degrandes bloques de piedra (9,2,0). Llega este pensamiento hasta las columnas deHrcules y se extiende por la costa Atlntica de Europa.Las construcciones megalticas (- grande, - piedra) fueron de diver-sos tipos. Haba forticaciones defensivas, sitios de culto, lugares de entierro.Los tratadistas europeos del sigloXIX dirigieron su atencin primeramente a losmegalitos que se encuentran en regiones en que actualmente se hablan lenguas celtas.A este hecho fortuito se debe el empleo un tanto injusticado de denominaciones cel-tas para algunos tipos de construcciones realizadas con grandes piedras. Bautizaronmnhir2 a las estelas, por ser ste el nombre que los bretones dan a las piedras gran-des. Llamaron dolmen al conjunto de estelas cubiertas de un techo de una o variaslajas.3 A los crculos de megalitos dieron el nombre de crm lech (el digrama ch sepronuncia como jota). Posteriormente la nomenclatura se enriqueci con palabras ca-talanas y sardas. Taula (o sea, tabla, lo que equivale precisamente a mesa) es untipoquesecaracterizaporlapresenciadeunalajahorizontal.Latalayot(osea,atalaya) es una especie de habitacin-fortaleza de planta redonda y paredes inclina-das. Naveta es una habitacin-fortaleza de planta rectangular, igualmente de paredesinclinadas, de lo que resulta cierto parecido con una nave invertida. Nurago,4 es latalayot o torre-fortaleza de Cerdea.3,2Paratransportarlosgigantescosbloquesmegalticosseemplearonsegura-mente rodillos. nteresante es el mtodo empleado para subir las piedra dol (y posible-mente tambin las de la taula) encima de las estelas.1 Cuya h es aspirada y cuya primera slaba lleva el acento.2 Dol signica mesa; men es piedra,3 Cuyo plural italiano es nuraghe, y cuyo adjetivo castellanizado es nurguico.32Primero se hincaba en el suelo los megalitos enhiestos, luego se amontonaba tierraen derredor, formando un montculo articial. No era ya difcil arrastrar subiendo a esemontculo la o las lajas, para ponerlas horizontalmente encima de las piedras vertica-les cuyos extremos superiores estaba a la vista. A continuacin cubran tambin contierralaspiedrashorizontales,aumentandoeltamaodelmontculo.Elinteriorseconservaba vaco de tierra. Siglos despus la lluvia deslav algunos de esos tmulos,cuya enigmtica apariencia no mostraba a los ojos del investigador del siglo XIX sinoel esqueleto de la construccin de antao.Posteriormentelainvestigacinencontrvariosmontculosintactos,yseaclarque los mal llamados dlmenes no eran si no cerros articiales, cuyo interior habasido destinado a servir de ltima morada. En otras palabras, eran tumbas, exactamenteigualqueenmuchasotrasculturas(compreseelTesorode Atreo,4,2,1,olasmstabasegipcias,laspirmidesdelosfaraones,olapirmidedePalenque,enMjico, que fenomenolgicamente son la misma cosas).gualmente relacionados con el otro mundo eran los crculos de piedra que rodea-ban dentro o acaso fuera del montculo, a las cmaras funerarias, y los crculos verda-deramente msticos de los lugares de culto (por ejemplo en Stnehenge, nglaterra).Fenomenolgicamente hablando, estos crculos son idnticos a la espiral, y ambosson lo mismo que el Laberinto que, segn la tradicin, se encontraba en Creta (4,2,1).Son los obstculos no tanto para llegar como para salir del otro mundo. En otros trmi-nos, estamos en presencia de una preocupacin por el reino de los muertos, por el almadelosdifuntos.Quiendicedifunto,diceantepasado.DesdeelsigloXIXlacienciallama manismo a este tipo de creencias, y la etnologa contempornea informa quees una de las caractersticas del pensamiento megaltico.Hubo tambin ringleras de estelas (por ej. en Carnc, Francia), cuyo sentido no hasido tan claramente explicado como el de los crculos. Pertenecen a un perodo posterior.La edad de los metales hace sentir pronto su inujo en los dos extremos del Medi-terrneo: en Anatolia y en el sur de Espaa. En cambio, en el centro y en el norte deEuropa la cultura neoltica cede con ms lentitud. De ello resulta la contemporaneidadde rasgos megalticos y de rasgos eneolticos (,3,4) en el mismo continente pero endiferentes lugares, y tambin la mezcla de ambos tipos de tecnologa.En Espaa, la cultura llamada de Almera y de Algar puede ser mencionada en estecontexto.Enellaseproducenvasijasenformadeunacampanainvertida.Porotraparte, es de mencionarse en Espaa la presencia de mltiples esculturas monolticas (aveces yuxtapuestas en hileras tpicamente megalticas, al estilo de las esnges mascu-linas de Egipto). Son llamados bichas y berracos por los campesinos actuales, y seatribuyen a manos ibricas.32Primero se hincaba en el suelo los megalitos enhiestos, luego se amontonaba tierraen derredor, formando un montculo articial. No era ya difcil arrastrar subiendo a esemontculo la o las lajas, para ponerlas horizontalmente encima de las piedras vertica-les cuyos extremos superiores estaba a la vista. A continuacin cubran tambin contierralaspiedrashorizontales,aumentandoeltamaodelmontculo.Elinteriorseconservaba vaco de tierra. Siglos despus la lluvia deslav algunos de esos tmulos,cuya enigmtica apariencia no mostraba a los ojos del investigador del siglo XIX sinoel esqueleto de la construccin de antao.Posteriormentelainvestigacinencontrvariosmontculosintactos,yseaclarque los mal llamados dlmenes no eran si no cerros articiales, cuyo interior habasido destinado a servir de ltima morada. En otras palabras, eran tumbas, exactamenteigualqueenmuchasotrasculturas(compreseelTesorode Atreo,4,2,1,olasmstabasegipcias,laspirmidesdelosfaraones,olapirmidedePalenque,enMjico, que fenomenolgicamente son la misma cosas).gualmente relacionados con el otro mundo eran los crculos de piedra que rodea-ban dentro o acaso fuera del montculo, a las cmaras funerarias, y los crculos verda-deramente msticos de los lugares de culto (por ejemplo en Stnehenge, nglaterra).Fenomenolgicamente hablando, estos crculos son idnticos a la espiral, y ambosson lo mismo que el Laberinto que, segn la tradicin, se encontraba en Creta (4,2,1).Son los obstculos no tanto para llegar como para salir del otro mundo. En otros trmi-nos, estamos en presencia de una preocupacin por el reino de los muertos, por el almadelosdifuntos.Quiendicedifunto,diceantepasado.DesdeelsigloXIXlacienciallama manismo a este tipo de creencias, y la etnologa contempornea informa quees una de las caractersticas del pensamiento megaltico.Hubo tambin ringleras de estelas (por ej. en Carnc, Francia), cuyo sentido no hasido tan claramente explicado como el de los crculos. Pertenecen a un perodo posterior.La edad de los metales hace sentir pronto su inujo en los dos extremos del Medi-terrneo: en Anatolia y en el sur de Espaa. En cambio, en el centro y en el norte deEuropa la cultura neoltica cede con ms lentitud. De ello resulta la contemporaneidadde rasgos megalticos y de rasgos eneolticos (,3,4) en el mismo continente pero endiferentes lugares, y tambin la mezcla de ambos tipos de tecnologa.En Espaa, la cultura llamada de Almera y de Algar puede ser mencionada en estecontexto.Enellaseproducenvasijasenformadeunacampanainvertida.Porotraparte, es de mencionarse en Espaa la presencia de mltiples esculturas monolticas (aveces yuxtapuestas en hileras tpicamente megalticas, al estilo de las esnges mascu-linas de Egipto). Son llamados bichas y berracos por los campesinos actuales, y seatribuyen a manos ibricas.33En un palmar no muy lejos de Elx o Elche, en Alicante, se ha encontrado un precio-so busto que representa a una dama ibrica. Por su perfeccin corresponde a un pero-do muy posterior al que estamos considerando en este momento (6,1,1), pero es demencionarse en relacin con lo ibrico.Las toscas edicaciones megalticas no son si no una forma tecnolgicamente pri-mitiva que antecede a la de los enormes edicios que se encontrarn despus en cultu-ras de perodos ms avanzados. El cambio es gradual, pero por conveniencia clasica-toria debemos hacer divisiones. Ms abajo trataremos de Creta-Micenas, Mesopota-mia y Egipto, en captulos separados.La cermica neoltica3,3 El fenmenos de la difusin, es decir, de la migracin de impulsos culturales,no slo se hizo sentir en el arte ltico sino tambin en la alfarera, que al principio serealizaba sin torno. Estos impulsos, cuyo centro de redistribucin estaba en la reginen que luego habremos de encontrar los emporios del mediterrneo oriental, fueronrecibidos y cultivados por los pueblos neolticos de Europa, dando lugar a estilos loca-les. nujos igualmente procedentes de Asia llagan a incidir tambin en la regin bl-tica y en el sur de Espaa (Almera).Entre los principales estilos cermicos del neoltico europeo se mencionan los quesiguen. En vasijas del norte del continente la decoracin en forma de peine, y la cer-mica con decoraciones realizadas mediante la aplicacin de una cuerda en el barro anfresco de la vasija. En el centro (regin del Danubio), la cermica con decoracin demeandros, llamada cermica de bandas. En el poniente, la cermica cuyas vasijas tie-nen paredes inclinadas hacia fuera, llamada cermica de embudo, y la de vasijas cuyascurvas recuerdan remotamente una campana boca arriba, llamada de los vasos campa-niformes. Ntese que en relacin con las vasijas de tierra cocida del neoltico, se estnempleando como sinnimos los trminos de vaso, alfarera y cermica.Transicin eneoltica3,4 Cuando junto con los objetos clsicos del neoltico empiezan a ser fabricadosobjetos de metal, el panorama de Europa dista de ser uniforme. Hay regiones en quepersiste un neoltico sencillo, en otras un neoltico avanzado, y en algunas partes yacoexiste, junto con la piedra, el material nuevo: el metal. Se llama eneoltico (neu-es bronce) a este neoltico con presencia de metal.Protohistoria4. ProtohistoriaGeneralidades4,0,0 De inters para la historia del perodo posterior al neoltico son las creacio-nes de cuatro regiones circunmediterrneas. En Europa, por un lado la poca del bron-ce(clasicadaporelsuecoMonte.lius),yporelotrolascreacionesdelaedaddelbronce del centro y sur y las de los celtas (Hllstatt y La Tne).En frica y en el Egeo estn Creta (arte minoico, posteriormente continuado entierra rme del Peloponeso como estilo micnico) y Egipto. En el Cercano Oriente, elimperio hitita, y a ambos lados de los dos ros, diversos imperios.4,0,1 Por la larga duracin de los estilos en Egipto, stos suelen ser tratados en uncaptuloaparte,queabarcaavecesdesdeloscomienzosdelaprehistoriahastaelperodo moro.Para la historia de la cultura esta segregacin no es afortunada, ya que Egipto per-tenece a un rea cultural de subregiones independientes, de las cuales una es Egipto yotra Mesopotamia. Se puede hablar de un rea mesopotmico-egipcia. Las relacionesse ilustran, por ejemplo, con la invencin de la escritura. La ciencia pensaba que laescritura fue inventada fuera de Egipto, en forma de un proto alfabeto del que deriva-ra lo mismo la escritura egipcia que la cuneiforme mesopotmica. Desde los hallaz-gos en Hierocnpolis (9,0,1), en el Alto Egipto, se piensa que la ruta de difusin fue alcontrario. Pero siempre queda en la misma rea.4,0,2 De menos duracin que el egipcio, fue el esplendor cretense. Afectada la islapor el ao 1600 a.E. por una primera oleada de indoeuropeos (los aqueos), es continua-da y modicada la herencia cretense en tierra rme, principalmente en la ciudad deMicenas. De ah el nombre conjunto de Creta-Micenas o de cretense-micnico dadoal arte de ambos perodos.38Posteriormente,alrededordelao1200a.E.,serioscambiosclimticosparecenhaber obligado a grandes contingentes de poblacin a abandonar sus reales en el cen-tro y en el norte de Europa. Ellos o sus objetos llegaron hasta el Sudn, a juzgar porformas de empuaduras de espadas ah encontradas, y su avance hacia Egipto, Palesti-na (donde sus descendientes son los filisteos, 7,0,1), Anatolia y Grecia est perfec-tamente documentado. Eran de origen indoeuropeos y hablaban formas arcaicas delhelnico.Fueron pronto repelidos en Egipto, pero cambiaron el panorama poltico y tnicoen Grecia. El recuerdo de esta poca es poco conocido y por lo tanto protohistrica(olegendaria)seencuentraenloscantosdeHomero.Seestimatambinquelaleyendadela Atlntidasumergidaylaformacindelosaparentespalatossuizos,pudieran estar relacionados con aquella catstrofe y consecuente movimiento tnico.Estos helenos dan lugar a un estilo nuevo, prehelnico, que posteriormente cedeal helnico clsico. El estudio de este ltimo y el de su fase nal (helenista) corres-ponde tradicionalmente al captulo dedicado al arte griego (10).4,0,3 Las culturas neolticas asentadas en Palestina y en Persia tuvieron el estmu-lo de los ros ufrates y Tigris, y posteriormente el penoso estmulo de las invasionesbrbaras. Se desarrollan culturas urbanas, con ciudades forticadas, cuyos centros po-lticos se desplazaban por turno de una ciudad a otra. Se sucedan los grupos domina-dores, las capitales y las regiones preclaras. En consecuencia, suenan distintos nom-bres, segn las etapas: Sume.r o Sumeria, Caldea, Acadia, Bbe. l, Elm, Au. r (heleni-zado: Assyria), Persia. Menos conocidos son nombres como Uari.t,1 (hoy Rs mra),Mittani, Hurri, Hatua (hoy Boaz K.i). Su estudio es objeto de una disciplina espe-cial.4,0,4 La edad del bronce en Europa y la edad del hierro que le sigue, son igual-mente objeto de una disciplina especial. Su estudio llega a ser muy sugestivo y apasio-nante cuando vemos como surgen y decaen los estilos, como nuevos materiales plsti-1Laspersonasdedicadasatalesdisciplinasusanelalfabetocientco,quesehaprocuradoemplear tambin en las presente pginas. Con , se alude a un sonido fricativo sordo (, , ); es fricativo sonoro; con o se seala una oclusin glotal (el alif rabe o aleph fenicio); t es lomismo que th; , equivale a la x de las lenguas de Espaa (se usa en Brasil y Amrica Media: Xing,xavente, xamn, Xoxocotla, Xola). A partir de 7,1,3 se emplear la correspondiente sonora de ,que es , llamada ain; aparece en el nombre ereb ocaso, tarde, poniente nombre al que losgriegos antepusieron - dando lugar al nombre de Europa. La raz ereb est tambin en la desig-nacin Marb regin occidental de frica del norte. Un raya encima de vocal, , indica unavocal larga (en etnologa se preere i e a u o). El punto debajo de vocal es un recurso auxiliar paraindicar al lector cul es la slaba acentuada. Se emplea cuando la t tiene valor de ts: patriii.38Posteriormente,alrededordelao1200a.E.,serioscambiosclimticosparecenhaber obligado a grandes contingentes de poblacin a abandonar sus reales en el cen-tro y en el norte de Europa. Ellos o sus objetos llegaron hasta el Sudn, a juzgar porformas de empuaduras de espadas ah encontradas, y su avance hacia Egipto, Palesti-na (donde sus descendientes son los filisteos, 7,0,1), Anatolia y Grecia est perfec-tamente documentado. Eran de origen indoeuropeos y hablaban formas arcaicas delhelnico.Fueron pronto repelidos en Egipto, pero cambiaron el panorama poltico y tnicoen Grecia. El recuerdo de esta poca es poco conocido y por lo tanto protohistrica(olegendaria)seencuentraenloscantosdeHomero.Seestimatambinquelaleyendadela Atlntidasumergidaylaformacindelosaparentespalatossuizos,pudieran estar relacionados con aquella catstrofe y consecuente movimiento tnico.Estos helenos dan lugar a un estilo nuevo, prehelnico, que posteriormente cedeal helnico clsico. El estudio de este ltimo y el de su fase nal (helenista) corres-ponde tradicionalmente al captulo dedicado al arte griego (10).4,0,3 Las culturas neolticas asentadas en Palestina y en Persia tuvieron el estmu-lo de los ros ufrates y Tigris, y posteriormente el penoso estmulo de las invasionesbrbaras. Se desarrollan culturas urbanas, con ciudades forticadas, cuyos centros po-lticos se desplazaban por turno de una ciudad a otra. Se sucedan los grupos domina-dores, las capitales y las regiones preclaras. En consecuencia, suenan distintos nom-bres, segn las etapas: Sume.r o Sumeria, Caldea, Acadia, Bbe. l, Elm, Au. r (heleni-zado: Assyria), Persia. Menos conocidos son nombres como Uari.t,1 (hoy Rs mra),Mittani, Hurri, Hatua (hoy Boaz K.i). Su estudio es objeto de una disciplina espe-cial.4,0,4 La edad del bronce en Europa y la edad del hierro que le sigue, son igual-mente objeto de una disciplina especial. Su estudio llega a ser muy sugestivo y apasio-nante cuando vemos como surgen y decaen los estilos, como nuevos materiales plsti-1Laspersonasdedicadasatalesdisciplinasusanelalfabetocientco,quesehaprocuradoemplear tambin en las presente pginas. Con , se alude a un sonido fricativo sordo (, , ); es fricativo sonoro; con o se seala una oclusin glotal (el alif rabe o aleph fenicio); t es lomismo que th; , equivale a la x de las lenguas de Espaa (se usa en Brasil y Amrica Media: Xing,xavente, xamn, Xoxocotla, Xola). A partir de 7,1,3 se emplear la correspondiente sonora de ,que es , llamada ain; aparece en el nombre ereb ocaso, tarde, poniente nombre al que losgriegos antepusieron - dando lugar al nombre de Europa. La raz ereb est tambin en la desig-nacin Marb regin occidental de frica del norte. Un raya encima de vocal, , indica unavocal larga (en etnologa se preere i e a u o). El punto debajo de vocal es un recurso auxiliar paraindicar al lector cul es la slaba acentuada. Se emplea cuando la t tiene valor de ts: patriii.39cosempleanmoldesestticosviejos.Oelcasocontrario,cuandolosprototiposdemateriales nuevos son interpretados en materiales viejos: hacha de piedra que imitantotalmente hechas metlicas. En las presentes pginas nos conformaremos con men-cionar algunos hechos que prevn los programas escolares, nalidad de este libro.24,0,5 Cuando llega a Europa el conocimiento del trabajo de los metales, da prime-ro origen a la confeccin de objetos de bronce. Posteriormente se fabricaron objetosde hierro. En algunos lugares del sur se combinaba el oro con el bronce (damasquina-do). En general, el oro se emple siempre donde lo haba, por ser fcil de trabajar. Enalgunas regiones la tradicin del trabajo de objetos de bronce se cultiv ms tiempoqueenotras.Losetruscos,quehabanllegadoataliaantesquelosindoeuropeositlicos(11,0,l)eranrenombradosartesanosaquieneslosromanosencargabanlaconfeccin de grandes piezas de bronce. Y fuera de Europa no fue sino despus de losviajes de circumnavegacin y del descubrimiento de Amrica, que se perdi la tradi-cin del bronce en Benn (al ser exterminada la poblacin notablemente guerrera deesa regin africana).La edad de los metales en Europa4,1,1LaproduccinalfareraenlaregindelDanubiohaballegadoaformassumamente esmeradas. Fueron fecundo ejemplo para los artces de los metales, quie-nes hicieron descollar los objetos de la cultura llamada de Hllstatt-La Tne. Entre losobjetos caractersticos se encuentran espejos de metal con el reverso prolijamente gra-bado, y baldes de paredes verticales que los latinos llamaban cistas.En el norte se hicieron diversos objetos, entre los que se mencionan los carros delsol (ciertos objetos empleados en los ritos), como el de Tru.ndholm.Caracterstica de valor cronolgico tiene la evolucin del aller de metal. De sim-ple aguja o aller pasa a ser un aller de seguridad, llamado fbula. Hay dos tipos defbulas. La sencilla, hecha de una pieza, o fbula itlica, y la fbula de dos piezas ofbulanrdica.Estaltimasobrevivihastalaedadmediacristiana,enformamuyevolucionada y ricamente adornada con piedras preciosas, sin tallar. Son especialmen-te nombradas las fbulas de los francos y las fbulas de los irlandeses, de estilos muydistintos.4,1,2 A la pennsula itlica llega en la edad del bronce aproximadamente en el s. Xa.E, el pueblo de los etruscos. Dio su nombre a Etruria (hoy Toscana). Con posteriori-2 Aunque fue escrito en 1969 para una editorial chilena, los programas de los pases que tienenesta asignatura seguramente son todos esencialmente iguales.40dadllegaronlospueblositlicos.VariosdeellosseestablecieronenelLaium,dedonde les vino el nombre de latinos. Estos latinos se fundieron en un conglomeradoque asimil cultural, lingstica y polticamente a sus parientes itlicos del resto de lapennsula. Pero capitularon durante mucho tiempo ante la resistencia de los etruscos,teniendo que reconocer la superioridad de estos vecinos. Los etruscos ensearon a loslatinos a hacer acequias, puentes, casas y a trazar recintos urbanos cuadrados. Eranhbilesfundidoresdeobjetosdebronce.DeellosesunaQuimeraparecidaalallamada Loba romana, y los romanos les encargaban la confeccin de las estatuas desus polticos.De su arte merece tambin especial mencin la pintura parietal, aplicada en tum-bas. Por ser hipogeos (- debajo, -tierra) la mayora de las tumbas pas des-apercibida por los saqueadores y ha llegado en buen estado hasta nuestros das, sincaer en manos destructoras. Tambin tenan tmulos muy conforme con la tradicinmegaltica que sobreviva.El arte minoico y micnico4,2,0 La tradicin megaltica se cultiv de preferencia en la cercana de las costas.Ya vimos los dlmenes (montculos articiales, destinados a tumbas), las torres for-ticadas, las habitaciones de planta rectangular (navetas). No podan faltar ruinas ac-tuales de construcciones megalticas en el lado oriental del Mediterrneo. La culturacretense-micnica o minoico-micnica tiene una base megaltica agraria. Sus expre-siones arqueolgicas ms notables se encuentran en la isla de Creta, de 8379 km2, quedista lo mismo de frica que de Asia Menor y de Europa; no es la nica isla que hay enesa regin. Nada extrao que con tan estratgica posicin se recibieran