entrevista sobre moda

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Newsuic és una publicació gratuïta editada per la Direcció de Comunicació de la Universitat Internacional de Catalunya. Les tasques de com- paginació, fotografia, redacció i coordinació editorial són dutes a terme per estudiants, assessorats per un consell editorial compost per profes- sors, membres del personal d’administració i serveis de la Universitat i alumnes becaris. S’hi afegeixen col·laboracions de professors o d’altres professionals, fixes o bé esporàdiques. El Consell Editorial, que no comparteix necessàriament les opinions expressades pels seus redactors o col·laboradors, convida els professors, alumnes i antics alumnes de la Universitat a col·laborar al Newsuic i a expressar les seves opinions sobre els continguts i la manera de tractar-los. El Consell Editorial es reserva el dret de publicar aquelles col·laboracions o anuncis que no es corres- ponguin amb la línia editorial o els principis estètics que regeixen aquesta publicació. PUBLICITAT, OPINIONS I COL·LABORACIONS: [email protected] Direcció de Comunicació. Immaculada, 22 E-08017 BARCELONA Autobuses que hablan E n los autobuses de algunas gran- des ciudades europeas está apare- ciendo estos días una publicidad que plantea lo siguiente: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y dis- fruta de la vida”. Así es: aquellos ateos que siempre quisieron vivir tranquilos al mar- gen de las creencias hoy quieren adoctri- narnos. Es toda una novedad. El ateísmo siempre miró por encima del hombro al creyente. Creían que la verdad de la cien- cia se impondría y que la creencia en Dios, sólo fruto de un deseo demasiado huma- no, se disolvería como un azucarillo. Pero el siglo XXI nos depara una nueva pers- pectiva. Las cosas no están claras. La cien- cia última no puede negar a Dios, aunque lógicamente tampoco lo puede demos- trar. Entonces el ateísmo comienza a ha- cer proselitismo. Busca adeptos, quiere convencer de unas verdades que la cien- cia, cada vez más humilde en algunos ca- sos, no se atreve a proclamar. Parece que la ciencia no puede ventilar de un pluma- zo la “superstición” religiosa. La nueva fí- sica cuántica, la última astrofísica apun- tan hacia complejas direcciones poco adaptables para el ateísmo pero tampoco aplicables a la demostración científica de Dios. Y en esa dirección parece preciso, cree el ateo, bajar a la arena de la calle, en- caramarse a los púlpitos de la publicidad. Convencer, atraer y seducir: producir una fe atea. ¿Pero esa tarea no era propia de las iglesias?, se preguntará alguno. Y es que el ateísmo tiene sus nuevos popes, sus sabios y sus nuevas biblias. Richard Dawkins, entre otros, ha reabierto la po- lémica con libros en que se hace apolo- gía del ateísmo. Sin embargo existen li- bros que también pueden ser interesantes como el de Francis Collins: ¿Cómo ha- bla Dios?, y que echa luces a la polémica americana entre ciencia y religión. Este libro no resuelve el problema de la exis- tencia de Dios pero sí permite acercarse a la complejidad del asunto. Es esta una polémica que me parece muy saludable. Una polémica donde, creo, el ateísmo re- cupera de nuevo, inconscientemente, la pregunta por Dios. Quizá su objetivo era el contrario. Las jerarquías, las campañas, los espectáculos que dan los nuevos ateos recuerdan a unas liturgias muy criticadas por ellos. Sólo les falta erigir nuevos tem- plos a la diosa Razón Atea y crear oficinas de nuevos adeptos que piden su carné con un acta que certifica su reciente condición de apóstatas. Los ateos están inquietos. Los argumentos de siempre ya no sirven. Parece que lidiar dogmáticamente con el misterio del cosmos y de un hombre au- toconsciente ya no es tan fácil en un mun- do plural. Ignasi de Bofarull es profesor de la Facultad de Educación Jaume Figa jfi[email protected] La Columna Cap de taula Covadonga O’Shea, Presidenta del ISEM Dolors Massot, Directora del Postgrado en Comunicación de Moda y Tendencias Covadonga O’Shea: “¡Hay que vestirse, no disfrazarse!” Ignasi de Bofarull [email protected] Son dos mujeres que se dedican a la moda. De dos generaciones. Una, Covadonga O’Shea (71) lleva años trabajando en este mundo: durante más de 30, en Telva, la primera revista de moda en España –de la que fue fundadora y subdirectora y directora, después–, y hoy como directora del Instituto Superior de Empresa y Moda (ISEM), de Madrid. Dolors Massot (42) es también directora de un programa de estudios sobre la moda: el postgrado en Comunicación de Moda y Tendencias de la UIC. Y las dos también acaban de publicar sendos libros. Sobre el misterioso Amancio Ortega -nadie más que O’Shea ha conseguido entrevistarse con él- y sobre la extravagante Agatha Ruiz de la Prada. Dos personajes, también distintos… De Ruiz de la Prada, Massot dice que “le encantaría que Ortega le comprara la marca”, pero O’Shea opina que nunca lo haría. Covadonga O’Shea. Son dos modos de entender la moda y de trabajar muy distintos. Dolors Massot. Ella estaría encantada de hacer una fusión de dos marcas… CO. ¡Sí, sí; claro! Agatha es muy lista, pero no creo que él lo hiciera. Aunque también tiene tiendas para jóvenes, es más clásico… A mí me encanta lo que hace, pero no tiene nada que ver. Y, ¿qué es la moda, para Amancio Ortega? CO. Ortega es un gran soña- dor, pero no es un ingenuo, y menos un iluso. Tiene un sentido práctico y una lógica aplastante y esto le lleva a ser muy observador. Por eso, él me decía muy a menudo que la moda arranca del conocimien- to del cliente y del servicio que se presta al cliente. “¿Para qué vamos a vender azul si lo quie- re de otro color!” Entonces, ¿vestimos la moda o la moda nos viste? CO. Hay de todo un poco. En principio, la gente conoce por los medios las tendencias de la moda en cada temporada: línea, color…; y sin duda esas tenden- cias influyen en un tanto por ciento de los consumidores. No obstante, pienso que la moda es mucho más que “lo que se lle- va”. Cada vez más, la moda es un estilo de vida que marca con un sello de modernidad, de van- guardia, de rupturismo… DM. Ten en cuenta que hoy tenemos mucha más informa- ción que antes y eso nos hace también mucho más críticos. Y también por esto, la moda hoy tiene mucho que ver con la economía, la cultura, el com- portamiento de las personas en sus decisiones diarias… CO. Coco Chanel decía una frase muy gráfica al respecto: “¡Hay que vestirse, no disfra- zarse!”. ¡Claro! Que una per- sona de mi edad se presen- te como una de 15 años, con una superposición de trapos casi invisibles, que no dejan de ser trapos, y no ropa, ¿a quién quiere engañar? Chanel tam- bién decía que la moda tiene que hacer sonreír, no reír. ¿Dónde está la capacidad de convencer? DM. Convence quien tiene más arte para hacerlo. A veces la moda comunica realidades, otras, sueños, y el público se apropia de ellos porque tam- bién nos gusta soñar. Lo im- portante es encontrar el mejor modelo en todas las facetas. Fí- jate en el entrenador del Bar- ça, Pep Guardiola: es elegante y va impecable, pero además se le valora porque se ha con- vertido en una autoridad ante sus jugadores y ante el público. Así, la moda que transmite es mucho más potente. Pero no siempre nos pre- sentan los “mejores” mo- delos… CO. No, no… Hay que ser crí- tico y saber elegir. En las pa- sarelas, con las colecciones de los mejores diseñadores del mundo, hay modelos que caen en una serie de extravagan- cias, donde muchas veces hay una falta de sentido estético y de sentido común, como pun- to de partida. Con los trapos de los que te hablaba…, el resul- tado suele ser un espectáculo vulgar. Por eso, no todo lo que aparece entre bambalinas y lu- ces es válido a la hora de ves- tirnos. DM. Estamos en la época del “desfile global”; por eso, a ve- ces tiende a exagerarse todo, para robar unos minutos a la competencia. Es una vorági- ne que tiende a la “tele-moda- basura”. La moda, vista así, se vuelve banal y por eso hay gen- te que se revela y quiere tener personalidad propia cuando viste, ser única cuando llega a una boda, a clase o al trabajo… Además, las revistas de moda en la actualidad no es que aporten mucho a cambiar esta imagen, ¿no? DM. Las revistas se están ca- vando su propia fosa. En Es- paña, son casi un catálogo de “shopping”. Les faltan ideas. Ser original cada treinta días requiere mucho cerebro y mu- cha imaginación. Es más fácil maquetar una página con las imágenes que te ha mandado una marca, con el precio y una descripción tipo: “falda y sué- ter negro”. ¡Caramba, qué es- fuerzo para escribir así! Eso lo puede hacer cualquiera. El re- sultado es que ahora se venden las revistas por el regalo, no por los contenidos. ¿Por qué hacer de la moda una disciplina? CO. Porque vale la pena cono- cer y dar a conocer la indus- tria de la moda, una de las más importantes del mundo. Mue- ve millones de dólares, euros, yens...; crea muchos puestos de trabajo y resuelve una ne- cesidad importante del ser hu- mano: vestirse. Un diseñador solo, por mucho talento que tenga, no puede hacer nada sin una buena gestión empresa- rial. En este sentido, Amancio Ortega dice que es el primer trabajador de ochenta mil más que hay en Inditex. DM. Hoy por hoy, muy poca gente en Europa está prepa- rada para hacer periodismo de moda, o ser coolhunter con auténticos conocimien- tos. Hay gente que cree que ser coolhunter es comprar- se un billete de easyJet, pa- sar el fin de semana haciendo fotos en Londres y luego col- garlas en un blog para decir: “mirad lo que sé hacer”. Y lo mismo con muchos periodis- tas de moda: van a un desfile, y muchos te hablan del perso- naje de “Gran Hermano” que estaba en primera fila. Hacer auténtica comunicación de moda es dominar muchos co- nocimientos y saberlos expli- car de la mejor manera al pú- blico. Unos estudios de moda te dan un valor añadido muy importante.

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Entrevista a Covadonga O'Shea y a Dolors Massot, autoras de las biografías, respectivamente, de Amancio Ortega y Agatha Ruiz de la Prada

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Page 1: Entrevista sobre moda

Newsuic és una publicació gratuïta editada per la Direcció de Comunicació de la Universitat Internacional de Catalunya. Les tasques de com-paginació, fotografia, redacció i coordinació editorial són dutes a terme per estudiants, assessorats per un consell editorial compost per profes-sors, membres del personal d’administració i serveis de la Universitat i alumnes becaris. S’hi afegeixen col·laboracions de professors o d’altres professionals, fixes o bé esporàdiques. El Consell Editorial, que no comparteix necessàriament les opinions expressades pels seus redactors o col·laboradors, convida els professors, alumnes i antics alumnes de la Universitat a col·laborar al Newsuic i a expressar les seves opinions sobre els continguts i la manera de tractar-los. El Consell Editorial es reserva el dret de publicar aquelles col·laboracions o anuncis que no es corres-ponguin amb la línia editorial o els principis estètics que regeixen aquesta publicació.

publicitat, opinions i col·laboracions: [email protected] │Direcció de Comunicació. Immaculada, 22 E-08017 BARCELoNA

Autobuses que hablan

E n los autobuses de algunas gran-des ciudades europeas está apare-ciendo estos días una publicidad

que plantea lo siguiente: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y dis-fruta de la vida”. Así es: aquellos ateos que siempre quisieron vivir tranquilos al mar-gen de las creencias hoy quieren adoctri-narnos. Es toda una novedad. El ateísmo siempre miró por encima del hombro al creyente. Creían que la verdad de la cien-cia se impondría y que la creencia en Dios, sólo fruto de un deseo demasiado huma-no, se disolvería como un azucarillo. Pero el siglo XXI nos depara una nueva pers-pectiva. Las cosas no están claras. La cien-cia última no puede negar a Dios, aunque lógicamente tampoco lo puede demos-trar. Entonces el ateísmo comienza a ha-cer proselitismo. Busca adeptos, quiere convencer de unas verdades que la cien-cia, cada vez más humilde en algunos ca-sos, no se atreve a proclamar. Parece que la ciencia no puede ventilar de un pluma-zo la “superstición” religiosa. La nueva fí-sica cuántica, la última astrofísica apun-tan hacia complejas direcciones poco adaptables para el ateísmo pero tampoco aplicables a la demostración científica de Dios. Y en esa dirección parece preciso, cree el ateo, bajar a la arena de la calle, en-caramarse a los púlpitos de la publicidad. Convencer, atraer y seducir: producir una fe atea. ¿Pero esa tarea no era propia de las iglesias?, se preguntará alguno. Y es que el ateísmo tiene sus nuevos popes, sus sabios y sus nuevas biblias. Richard Dawkins, entre otros, ha reabierto la po-lémica con libros en que se hace apolo-gía del ateísmo. Sin embargo existen li-bros que también pueden ser interesantes como el de Francis Collins: ¿Cómo ha-bla Dios?, y que echa luces a la polémica americana entre ciencia y religión. Este libro no resuelve el problema de la exis-tencia de Dios pero sí permite acercarse a la complejidad del asunto. Es esta una polémica que me parece muy saludable. Una polémica donde, creo, el ateísmo re-cupera de nuevo, inconscientemente, la pregunta por Dios. Quizá su objetivo era el contrario. Las jerarquías, las campañas, los espectáculos que dan los nuevos ateos recuerdan a unas liturgias muy criticadas por ellos. Sólo les falta erigir nuevos tem-plos a la diosa Razón Atea y crear oficinas de nuevos adeptos que piden su carné con un acta que certifica su reciente condición de apóstatas. Los ateos están inquietos. Los argumentos de siempre ya no sirven. Parece que lidiar dogmáticamente con el misterio del cosmos y de un hombre au-toconsciente ya no es tan fácil en un mun-do plural.

Ignasi de Bofarull es profesor de la Facultad de Educación

Jaume [email protected]

La ColumnaCap de taula

Covadonga O’Shea, Presidenta del ISEM

Dolors Massot, Directora del Postgrado en Comunicación de Moda y Tendencias

Covadonga O’Shea: “¡Hay que vestirse, no disfrazarse!”

Ignasi de [email protected]

Son dos mujeres que se dedican a la moda. De dos generaciones. Una, Covadonga O’Shea (71) lleva años trabajando en este mundo: durante más de 30, en Telva, la primera revista de moda en España –de la que fue fundadora y subdirectora y directora, después–, y hoy como directora del Instituto Superior de Empresa y Moda (ISEM), de Madrid. Dolors Massot (42) es también directora de un programa de estudios sobre la moda: el postgrado en Comunicación de Moda y Tendencias de la UIC. Y las dos también acaban de publicar sendos libros. Sobre el misterioso Amancio Ortega -nadie más que O’Shea ha conseguido entrevistarse con él- y sobre la extravagante Agatha Ruiz de la Prada. Dos personajes, también distintos… De Ruiz de la Prada, Massot dice que “le encantaría que Ortega le comprara la marca”, pero O’Shea opina que nunca lo haría.

Covadonga O’Shea. Son dos modos de entender la moda y de trabajar muy distintos.

Dolors Massot. Ella estaría encantada de hacer una fusión de dos marcas…

CO. ¡Sí, sí; claro! Agatha es muy lista, pero no creo que él lo hiciera. Aunque también tiene tiendas para jóvenes, es más clásico… A mí me encanta lo que hace, pero no tiene nada que ver.

Y, ¿qué es la moda, para Amancio Ortega?

CO. Ortega es un gran soña-dor, pero no es un ingenuo, y menos un iluso. Tiene un sentido práctico y una lógica aplastante y esto le lleva a ser muy observador. Por eso, él me decía muy a menudo que la moda arranca del conocimien-to del cliente y del servicio que se presta al cliente. “¿Para qué vamos a vender azul si lo quie-re de otro color!”

Entonces, ¿vestimos la moda o la moda nos viste?

CO. Hay de todo un poco. En principio, la gente conoce por los medios las tendencias de la moda en cada temporada: línea, color…; y sin duda esas tenden-cias influyen en un tanto por ciento de los consumidores. No obstante, pienso que la moda es mucho más que “lo que se lle-va”. Cada vez más, la moda es un estilo de vida que marca con un sello de modernidad, de van-guardia, de rupturismo…

DM. Ten en cuenta que hoy tenemos mucha más informa-ción que antes y eso nos hace también mucho más críticos. Y también por esto, la moda hoy tiene mucho que ver con la economía, la cultura, el com-portamiento de las personas en sus decisiones diarias…

CO. Coco Chanel decía una frase muy gráfica al respecto: “¡Hay que vestirse, no disfra-zarse!”. ¡Claro! Que una per-sona de mi edad se presen-te como una de 15 años, con una superposición de trapos casi invisibles, que no dejan de ser trapos, y no ropa, ¿a quién quiere engañar? Chanel tam-bién decía que la moda tiene que hacer sonreír, no reír.

¿Dónde está la capacidad de convencer?

DM. Convence quien tiene más arte para hacerlo. A veces la moda comunica realidades, otras, sueños, y el público se apropia de ellos porque tam-bién nos gusta soñar. Lo im-portante es encontrar el mejor modelo en todas las facetas. Fí-jate en el entrenador del Bar-ça, Pep Guardiola: es elegante y va impecable, pero además se le valora porque se ha con-vertido en una autoridad ante sus jugadores y ante el público. Así, la moda que transmite es mucho más potente.

Pero no siempre nos pre-sentan los “mejores” mo-delos…CO. No, no… Hay que ser crí-tico y saber elegir. En las pa-

sarelas, con las colecciones de los mejores diseñadores del mundo, hay modelos que caen en una serie de extravagan-cias, donde muchas veces hay una falta de sentido estético y de sentido común, como pun-to de partida. Con los trapos de los que te hablaba…, el resul-tado suele ser un espectáculo vulgar. Por eso, no todo lo que aparece entre bambalinas y lu-ces es válido a la hora de ves-tirnos.

DM. Estamos en la época del “desfile global”; por eso, a ve-ces tiende a exagerarse todo, para robar unos minutos a la competencia. Es una vorági-ne que tiende a la “tele-moda-basura”. La moda, vista así, se vuelve banal y por eso hay gen-te que se revela y quiere tener personalidad propia cuando viste, ser única cuando llega a una boda, a clase o al trabajo…

Además, las revistas de moda en la actualidad no es que aporten mucho a cambiar esta imagen, ¿no?

DM. Las revistas se están ca-vando su propia fosa. En Es-paña, son casi un catálogo de “shopping”. Les faltan ideas. Ser original cada treinta días requiere mucho cerebro y mu-cha imaginación. Es más fácil maquetar una página con las imágenes que te ha mandado una marca, con el precio y una descripción tipo: “falda y sué-ter negro”. ¡Caramba, qué es-fuerzo para escribir así! Eso lo puede hacer cualquiera. El re-

sultado es que ahora se venden las revistas por el regalo, no por los contenidos.

¿Por qué hacer de la moda una disciplina?

CO. Porque vale la pena cono-cer y dar a conocer la indus-tria de la moda, una de las más importantes del mundo. Mue-ve millones de dólares, euros, yens...; crea muchos puestos de trabajo y resuelve una ne-cesidad importante del ser hu-mano: vestirse. Un diseñador solo, por mucho talento que tenga, no puede hacer nada sin una buena gestión empresa-rial. En este sentido, Amancio Ortega dice que es el primer trabajador de ochenta mil más que hay en Inditex.

DM. Hoy por hoy, muy poca gente en Europa está prepa-rada para hacer periodismo de moda, o ser coolhunter con auténticos conocimien-tos. Hay gente que cree que ser coolhunter es comprar-se un billete de easyJet, pa-sar el fin de semana haciendo fotos en Londres y luego col-garlas en un blog para decir: “mirad lo que sé hacer”. Y lo mismo con muchos periodis-tas de moda: van a un desfile, y muchos te hablan del perso-naje de “Gran Hermano” que estaba en primera fila. Hacer auténtica comunicación de moda es dominar muchos co-nocimientos y saberlos expli-car de la mejor manera al pú-blico. Unos estudios de moda te dan un valor añadido muy importante.