entrevista al dr. hugo r. wainshtok rivas

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28 Entrevista al Dr. Hugo R. Wainshtok Rivas Entrevista a Hugo Wainshtok Rivas, realizada en la revista de radio de Diseño, Arquitectura y Urbanismo Hablando de Espacio del 25 de febrero de 2011, conducido por los arquitectos Orlando Inclán Castañeda y Claudia Castillo de la Cruz: El reconocido ingeniero civil cubano, es pionero en el estudio del ferrocemento en Cuba, proyectista estructural de importantes obras como el edificio experimental de F y Malecón. Docente de toda una vida, Profesor Titular, Profesor de Mérito, Investigador, Doctor en Ciencias Técnicas, Premio de la Academia de Ciencias de Cuba, miembro de varias comisiones y comité de instituciones como la Sociedad Internacional de Ferrocemento y la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Ferrocemento de la cual es su presidente, Premio Nacional de Ingeniería Civil otorgado por la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC). -¿Dónde, cuándo y cómo se desarrolla el contexto familiar de Hugo Rafael Wainshtok Rivas? -Nací en un pueblecito de la antigua Provincia de Oriente, ahora pertenece a la Provincia de las Tunas que tenía aproximadamente 2 000 habitantes. Mi familia de origen polaco fue una de las que emigró a Cuba. El pueblo está ubicado exactamente entre las Tunas y Puerto Padre y era un importante nudo ferroviario en la producción de la zafra azucarera, ahí se concentraban todos los carros de caña que iban a molerse al día siguiente en el Central Delicias, actualmente central Antonio Guiteras, de aquí que el principal producto era el azúcar. En aquel entonces era chiquito, pero ahora debe tener 10 000 o 12 000 habitantes, o sea, ha crecido cinco o seis veces después del Triunfo de la Revolución, ya casi una pequeña ciudad. -¿Cuándo, dónde y por qué decide estudiar ingeniería civil? -Estudié la primaria en mi pueblo, en él no había escuelas secundarias y no había lógicamente escuelas donde pudiera estudiar preuniversitario, iba a Puerto Padre en viajes diarios a estudiar en una secundaria básica. Después me trasladé también en viajes diarios al Central Delicias que era donde existía la escuela y me recuerdo con mucho cariño, de una Academia que se llamaba Domech, academia particular, ahí estudié el preuniversitario con algunos de los que después llegamos a la universidad.

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Entrevista a Hugo Wainshtok Rivas, realizada en la revista de radio de Diseño, Arquitectura y Urbanismo Hablando de Espacio del 25 de febrero de 2011, conducido por los arquitectos Orlando Inclán Castañeda y Claudia Castillo de la Cruz: El reconocido ingeniero civil cubano, es pionero en el estudio del ferrocemento en Cuba, proyectista estructural de importantes obras como el edificio experimental de F y Malecón. Docente de toda una vida, Profesor Titular, Profesor de Mérito, Investigador, Doctor en Ciencias Técnicas, Premio de la Academia de Ciencias de Cuba, miembro de varias comisiones y comité de instituciones como la Sociedad Internacional de Ferrocemento y la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Ferrocemento de la cual es su presidente, Premio Nacional de Ingeniería Civil otorgado por la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC).

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Entrevista al Dr. Hugo R. Wainshtok Rivas

Entrevista a Hugo Wainshtok Rivas, realizada en la revista de radio de Diseño,

Arquitectura y Urbanismo Hablando de Espacio del 25 de febrero de 2011, conducido

por los arquitectos Orlando Inclán Castañeda y Claudia Castillo de la Cruz:

El reconocido ingeniero civil cubano, es pionero en el estudio del ferrocemento en

Cuba, proyectista estructural de importantes obras como el edificio experimental de F y

Malecón. Docente de toda una vida, Profesor Titular, Profesor de Mérito, Investigador,

Doctor en Ciencias Técnicas, Premio de la Academia de Ciencias de Cuba, miembro de

varias comisiones y comité de instituciones como la Sociedad Internacional de

Ferrocemento y la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Ferrocemento de la cual

es su presidente, Premio Nacional de Ingeniería Civil otorgado por la Unión Nacional

de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC).

-¿Dónde, cuándo y cómo se desarrolla el contexto familiar de Hugo Rafael

Wainshtok Rivas?

-Nací en un pueblecito de la antigua Provincia de Oriente, ahora pertenece a la

Provincia de las Tunas que tenía aproximadamente 2 000 habitantes. Mi familia de

origen polaco fue una de las que emigró a Cuba. El pueblo está ubicado exactamente

entre las Tunas y Puerto Padre y era un importante nudo ferroviario en la producción de

la zafra azucarera, ahí se concentraban todos los carros de caña que iban a molerse al

día siguiente en el Central Delicias, actualmente central Antonio Guiteras, de aquí que

el principal producto era el azúcar. En aquel entonces era chiquito, pero ahora debe

tener 10 000 o 12 000 habitantes, o sea, ha crecido cinco o seis veces después del

Triunfo de la Revolución, ya casi una pequeña ciudad.

-¿Cuándo, dónde y por qué decide estudiar ingeniería civil?

-Estudié la primaria en mi pueblo, en él no había escuelas secundarias y no había

lógicamente escuelas donde pudiera estudiar preuniversitario, iba a Puerto Padre en

viajes diarios a estudiar en una secundaria básica. Después me trasladé también en

viajes diarios al Central Delicias que era donde existía la escuela y me recuerdo con

mucho cariño, de una Academia que se llamaba Domech, academia particular, ahí

estudié el preuniversitario con algunos de los que después llegamos a la universidad.

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Empecé a estudiar medicina, porque mi padre quería que yo fuera médico. En aquel

tiempo el médico y el cura eran las personas más importantes en los pueblos de campo,

no había otra opción, si los padres te pedían eso, había que complacerlos. Empecé a

estudiar medicina en contra de mi voluntad, vine a la Habana en el año 1959, me

matriculé y terminé casi el primer año de medicina. En la facultad, la tensión de estudio

me provocó una úlcera en el duodeno y me tuve que ir a mi pueblo a hacer una dieta

rigurosa, la dieta fue de seis meses y en ese intervalo de tiempo ya se había terminado el

primer año y yo tenía una asignatura pendiente y regresé a la Habana a cursarla. Estando

en la casa de huéspedes, me encontré a un amigo del bachillerato Mario Ochoa Torres y

me embullé a estudiar ingeniería civil, ya que en definitiva a mí no me gustaba la

medicina. En aquel entonces me dieron la posibilidad de estar como oyente en la

Escuela de Ingeniería de la Universidad de la Habana, sin estar matriculado examiné

todas las asignaturas y saqué el primer año de Ingeniería Civil. Finalmente me gradué

en el año 1965. Al cabo del tiempo mi padre entendió que no se puede estudiar algo que

a uno no le motive, ya que la vocación es una cosa muy importante.

-¿Recuerda algún compañero de aula y profesor que haya marcado sus años como

estudiante?

-A lo largo de la carrera tuve tres grandes amigos, uno que era de mi zona, Mario Ochoa

Torres, el más joven del grupo de Ingeniería Civil, murió joven; otro fue Rigoberto Ruiz

Morlote, le decíamos jocosamente “matica”, extraordinario amigo que también

lamentablemente falleció y el otro que todavía se mantiene vivo es Enrique Alfonso

Mon. El grupo de la universidad siempre se ha reunido, antiguamente nos reuníamos

cada cinco años, pero ahora lo hacemos cada dos años. Otro compañero que recuerdo de

la carrera es Jaime Crombet actual vicepresidente de la Asamblea Nacional del Poder

Popular y gran amigo. En el transcurso de la carrera me marcaron varios profesores, el

profesor Miguel Ávalos Macías fue para mí el paradigma de lo que es ser profesor, ser

humano, simpático, disciplinado, de él gané mucho de lo que debía ser un ingeniero.

Aunque también tengo actualmente profesores que quiero y cuido, aunque parezca

difícil decirlo, el ingeniero Sixto Ruíz, Diosdado Pérez Franco, Francisco Medina, y

hace algunos años falleció otro ingeniero que para mí era insignia José Hernández

(Pimpo). Algo muy curioso que quiero decir es que desde hace veinte años hasta la

actualidad, todos los años nosotros (sus alumnos) los visitamos y le expresamos lo que

representan cada uno de ellos para nuestras vidas como ingenieros.

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-Usted se vincula desde muy temprana edad a la docencia, prácticamente desde

1961, aun siendo estudiante. ¿Qué significó esta experiencia para un estudiante de

ingeniería?

-Bueno, quiero aclarar que yo empecé a estudiar ingeniería en esos años que se fueron

casi todos los profesores de la universidad, entonces uno de los profesores el doctor. en

Ciencias Diosdado Pérez Franco me invitó dar clases a los estudiantes de 1er año por la

gran escasez de profesores que había en aquel momento, pero ya yo tenía cierta

experiencia. En el año 1960 en un programa que creó el Che para darle capacitación a

los obreros de la industria, yo me contrato e imparto las asignaturas de Matemática y

Dibujo en dos fábricas del municipio de Marianao y ahí tuve mi primera experiencia

como profesor. Otra cosa que no quisiera dejar de mencionar es que el profesor Pérez

Franco fue el gran padre de toda esa masa de estudiantes de segundo año de la carrera

que se incorporaron a la vida docente desde muy temprana edad.

-Desde 1969 comienza usted a realizar los primeros estudios sobre el ferrocemento

y posteriormente comienza a trabajar como proyectista y consultor de casi todas

las obras de ferrocemento que se han materializado en nuestro país. Pudiera

comentarnos ¿Que representó para nuestro país la implementación de esta

tecnología, no solo para la construcción de viviendas, sino para barcos, piscinas y

sus aplicaciones?

-Bueno, el ferrocemento yo diría que nació como una necesidad del país, nació de la

situación que existía en Cuba en el año 1969. Todo comenzó porque la empresa de

astilleros Victoria de Girón, se dirigió al Centro de Investigación de Materiales y

Técnicas de Construcción que radicaba en la CUJAE y de la cual yo era su director,

buscando profesionales que dieran una solución a los barcos de pesca en Cuba. En aquel

momento venían con la idea de una técnica que se utilizaba en Nueva Zelanda para

hacer barcos denominada Ferrocemento y querían implementarla en Cuba, de ahí

empezamos a trabajar y se hizo un prototipo de un barco en los astilleros del Río

Almendares, solamente el casco del barco pesaba como 70 o 80 toneladas . Al barco se

le hicieron posteriormente ensayos estructurales para ver si servía como barco de pesca.

Recuerdo que el primer barco que hicieron cuando se puso en marcha se hundía la proa

y nos dimos cuenta que el problema era que no se había construido con calidad.

Page 4: Entrevista Al Dr. Hugo R. Wainshtok Rivas

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En el año 1964 salió el primer barco completo estudiado denominado Ferro 4, durante

treinta años los únicos barcos que se construyeron en Cuba fueron de ferrocemento.

Actualmente quedan dos astilleros produciendo embarcaciones de ferrocemento. En

aquel momento llegaron a existir en nuestro país doscientas embarcaciones de

ferrocemento, muchas de las cuales funcionan actualmente. En Cienfuegos está el

mayor barco que hicimos, en aquel momento se usó para transportar pasajeros, tiene una

longitud de 26 m. Todos estos barcos cubrieron una etapa importante para el país. El

primer prototipo que se construyó duró catorce años y se destruyó porque el motor en

un momento tuvo que cambiarse y los nuevos motores no se adaptaron a lo que se había

previsto para su funcionamiento. Aunque algunos prototipos todavía están en

funcionamiento y los que no están se debe más bien a un problema de mantenimiento,

que es unos de los grandes problemas de los que adolece la construcción cubana.

Otro hecho importante que se solucionó utilizando esta técnica fue en Santiago de Cuba.

En aquel momento estaba el hoy General de Brigada Roberto Valdés y él nos planteó el

problema de buscar la solución para un pueblo de pescadores que había en Baconao, los

cuales vivían en situaciones deplorables de vivienda. No había experiencia en Cuba de

usar esta técnica para la construcción de viviendas.

-No solo sobre ferrocemento ha trabajado usted a lo largo de su vida, en el año

1967, participa como proyectista estructural en una de las obras más importantes

de nuestro país en cuanto a la experimentación, en el edificio de Malecón y F de los

arquitectos Antonio Quintana y Alberto Rodríguez Zurribas y en él participan

además los ingenieros Sixto Ruiz y César Rivero. ¿Qué considera de este proyecto,

que se concibió como un proyecto de experimentación, que fue la primera

construcción que se hizo con moldes deslizantes para hormigonar los tímpanos

estructurales? ¿nos pudiera explicar también estas terminologías?

-Hablamos de un edificio que marcó historia en nuestro país, se conjugó, a mi modesto

ver, el mejor arquitecto cubano, Antonio Quintana Simonet y un gran constructor el

arquitecto José Licea innovador, inteligente, él se atrevió a hacer eso, los moldes

deslizantes. Los moldes deslizantes, como su nombre lo indica, son moldes que se van

moviendo continuamente a una velocidad tal que cuando el hormigón que vertió en el

mismo sale por debajo del molde, ya el hormigón está endurecido y soporta, él mismo

la carga de ese molde. Era un edificio que tiene dos módulos de 16 y 17 plantas , no

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recuerdo bien, 60 m de longitud por 15 m de ancho, por tanto era un molde gigantesco,

que se movía mediante gatos hidráulicos. Esa construcción fue histórica y fue novedosa,

primero en el molde deslizante y recuerdo que en la prensa le decían el edificio que sube

por día, porque ese edificio subía un metro y medio por día y la gente lo vio crecer en

una zona como la del Malecón. La segunda innovación fue que todo el entrepiso se

colocaba desde arriba con una grúa pues eran elementos prefabricados y se fueron

colocando así los dieciseis pisos. Fue innovador en el hecho de que esos entrepisos

prefabricados se colocaban provisionalmente y después se pretensaban. El ingeniero

Maximiliano Isoba que participó en esta obra, el fue el que proyectó y estudió ese

entrepiso pretensado. Además como tercer elemento, puedo decir que en ese edificio, la

cimentación se realizó en roca, el ingeniero Sixto Ruiz había trabajado en una

cimentación semejante en el edificio del MINFAR, y es una cimentación en la que se

racionalizó mucho, sin encofrado, con dimensiones mínimas, pero se utilizaba la

capacidad de la roca para minimizar la cantidad de hormigón que llevaba. Recuerdo que

Quintana quería que desde la entrada por el mar se vieran los tímpanos como si fueran

un papel, ese tímpano tiene 25 cm de ancho en un edificio de dieciseis plantas, eso no es

nada.

Ese edificio tiene un tanque en la azotea que se prefabricó en el piso, que parece un

submarino, que tiene alrededor de 24 m de largo. Este tanque se hizo en segmentos, que

se llevaron arriba y se unieron con el pretensado. Esto dio mucha experiencia para la

construcción de una patana gigantesca que hicimos en el año 1981. Realmente ese

edificio estaba adelantado veinte años a la técnica que tenía Cuba, un edificio del futuro

hecho en el año 67.

La falta de mantenimiento también ha atentado mucho contra el edificio…

Yo paso regularmente por esa zona. Hace 10-12 años me asustó la forma en que estaba,

llegué, le tiré fotos a los tímpanos de 25 cm, que al lado del mar hay que darles

mantenimiento y protegerlos, el intemperismo es extraordinario ahí y tuve que hacer un

documento probatorio mostrando la necesidad de darle mantenimiento o si no podía

ocurrir una catástrofe ahí.

Estamos hablando del edificio de F y Malecón, que también es experimental en las

soluciones espaciales y la posición de las galerías que han sufrido mucho al paso del

tiempo y el ambiente agresivo de la zona…

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Sí, hay una sola torre de elevadores que a partir de ella se comunican las galerías que

son prefabricadas y pretensadas de edificio a edificio, de esta forma se ahorraba mucho.

En el país, después de esta experiencia se han seguido haciendo edificios con moldes

deslizantes, pero con más hormigón, más costosos y mucho más tiempo, en definitiva,

no se ha desarrollado la técnica como se debía.

-Y otra de las obras importantes donde participa es en hangar de Ciudad Libertad,

¿qué puede comentarnos?

-Esta es otra obra que debiera aparecer en los anales de la historia de la construcción en

Cuba, ahí tuve la suerte de trabajar con el ingeniero Pimpo Hernández y de nuevo con el

arquitecto José Licea como constructor. Él proyectó ese hangar que tiene 96 m de luz

libre para poder pasar los aviones, distancia que se salvó con una armadura prefabricada

y pretensada de 67 m de luz. Esa es la armadura más grande que se ha hecho en el país.

Se utilizó un sistema de trabajo muy riguroso, muy preciso debido a que las

dimensiones de los elementos son mínimas y realmente es un trabajo de ingeniería

extraordinario. Esa armadura se apoyaba sobre un voladizo de hormigón de 9 m, esta se

armaba abajo y se izaba mediante gatos que se apoyaban en este voladizo. La misma

puerta del hangar es también una obra de ingeniería mecánica y por su gran dimensión

se tenía que cerrar por paños, es decir, una puerta corrediza.

-¿Qué dimensiones tenía la puerta, se recuerda?

-La puerta tenía 96 m de ancho y una altura que vendría a ser como de 30m. Imagínate

los motores que tenía esa puerta para poderse mover. Esa es una obra extraordinaria,

como extraordinario era Pimpo Hernández y el constructor José Licea. Allí también

trabajó un profesor de la CUJAE Miguel Pogio Murrillo, profesor que tuve en la

universidad de hormigón pretensado, que fue uno de los que dio el paso al frente para

que la universidad pudiera mantenerse abierta.

-Entre 1994 y el 2003 dirigió el Centro de Estudios para Tecnologías Avanzadas

(CETA) en la CUJAE ¿qué dio origen a este centro y cuáles son sus aportes

fundamentales?

-En Cuba siempre ha existido la vinculación universidad-empresa. La universidad

siempre fue una gran fuente de proyectos, pero estando de rector en la CUJAE, el actual

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rector de la Universidad Central de Informática, Antonio Romillo, empezó un estrecho

vínculo con la Universidad Politécnica de Valencia para materializar lo que se venía

haciendo, pero con más constancia y con más seriedad a través de contratos, por lo que

se creó el Centro de Estudios para Tecnologías Avanzadas (CETA). Esta empresa

comercializaba los productos que se realizaban en la CUJAE. Fui el primer director que

tuvo esta empresa. CETA vino a demostrar que la universidad casi podía

autofinanciarse completamente. También se brindaba asesoría técnica y consultoría.

-¿Qué tipo de proyectos se llevaron a cabo en CETA?

-Se hicieron proyectos de todo tipo, incluso se llegó a dar consultoría a empresas

extranjeras que radicaban en Cuba. Se convirtió en un recaudador de divisas para la

CUJAE, lo que llegó a ser hasta un millón de dólares anualmente. Este fue el primer

centro-universidad-empresa que se creó en el país. Después se creó una empresa a nivel

de ministerio de Educación Superior para abarcar a todas las universidades del país. En

1993 pasé a dirigir esa empresa a nivel de ministerio que se llamaba Comercial

Mercadu S.A. Lamentablemente se cerró en año 96-97.

-Y actualmente, usted sigue vinculado a la universidad, trabajando en el CECAT,

que brinda consultoría también, dirigiendo grupos de trabajo de estudiantes y

profesores de la CUJAE, vinculado a obras de ferrocemento. Además usted

trabajó en la restauración del edificio de la Lonja del Comercio junto al arquitecto

Orestes del Castillo.

-Actualmente estoy trabajando en algo que me gusta y es crear un grupo de

ferrocemento, con profesores jóvenes y estudiantes de 4to y 5to año. El grupo es

bastante numeroso y dedicado a varios proyectos de investigación. No tuve la suerte de

trabajar con el profesor. y amigo en la restauración de la Lonja.

-¿La décima convención de ferrocemento en el 2012 sería parte de la preparación

que puedan recibir los nuevos ingenieros para enfrentar las diversas temáticas y

variantes del ferrocemento?

-El ferrocemento se estudia en más de ochenta países como parte de la carrera de

Ingeniería y sin embargo en Cuba no se hacía, bueno pues el pasado año se autorizó el

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ferrocemento como una asignatura optativa y dimos el primer curso oficial de

ferrocemento en una universidad cubana y lo vamos a repetir este año.

-¿En qué año se recibe esta asignatura optativa?

-En el tercer año de la carrera ya que tienen suficiente nivel para asimilar esta

asignatura.

-Usted ha ejercido la docencia por prácticamente cincuenta años, profesor de

mérito desde el 2004 del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría y

con muchas responsabilidades en este campo. Entonces ¿Qué importancia le

atribuye usted a la docencia?

-El profesor cubano tiene una característica que a veces deja asombrado a profesores de

otras partes del mundo, y es que no les oculta nada a los estudiantes, es decir, su

práctica profesional la pone a conocimiento de ellos porque lo que quiere es que

aprendan. Ahora mismo tengo cuatro profesores nuevos recién graduados a los cuales

voy a tutorar para que hagan sus doctorados en el tema del ferrocemento, y eso los

obliga a seguir desarrollándose en esto. Les comentaba que al principio me vi obligado

a comenzar en la docencia por requerimientos que tenía el país pero después llega, no

solo gustarle, sino a inmiscuirte en este ambiente profesional que da mucha satisfacción.

-Usted regresa en el año 80 a Polonia con el objetivo de obtener el Grado Científico

de Doctor en Ingeniería, con el trabajo Análisis Teórico Experimental de un barco

de ferrocemento, a esto se suman innumerables investigaciones sobre este tema

teniendo más de 40 artículos publicados, dos monografías y un libro. ¿Qué

considera usted de las investigaciones y las publicaciones para la profesión?

-Te comentaba que entré en el ferrocemento a partir de los barcos y de un ensayo

experimental de un barco entero, esa tesis de doctorado fue para buscar una

metodología para el diseño estructural del casco de un barco. Creo que mi generación de

Ingenieros tuvieron la posibilidad que no tienen hoy en día muchos profesionales,

lamentablemente, de poder investigar, desarrollar y estudiar materiales y en los últimos

años esto ha ido decreciendo de forma tal que hoy en día es muy difícil investigar en

nuestro país e indiscutiblemente la formación completa de un profesional tiene que

surgir de ahí. En aquellos tiempos recuerdo que hicimos una primera patana

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experimental de ferrocemento en el Centro Experimental de Desarrollo de los

Materiales del MICONS, ahora queremos hacer una segunda más grande que aquella

con nuevas tecnologías y no podemos hacerlo porque este momento no existen los

medios ni el personal que sea capaz de afrontar una obra como esa, estamos haciendo

con este grupo de ferrocemento, que les comentaba hace un rato, proyectos de patanas

prefabricadas de hormigón armado y pretensadas, con vistas a utilizarse por el

ministerio de transporte para sustituir las de acero y no ha aparecido el lugar para poder

hacer ese prototipo y pienso que eso va en detrimento en la formación de los

profesionales y bueno el estudio de las investigaciones se ve reflejado en las

publicaciones y lamentablemente ahora estamos falta de eso.

-Usted además de hacer todas las investigaciones relacionadas con el ferrocemento

es miembro de varias Instituciones Internacionales de Ingeniería, por ejemplo de

la Sociedad Internacional de Ferrocemento conocida por sus siglas en inglés IFS,

de la que es miembro pleno y de la cual preside la Asociación Latinoamericana y

del Caribe. ¿Qué considera del papel de estas asociaciones y la importancia en la

difusión y el conocimiento de estas tecnologías?

-De estas instituciones existe una, la Sociedad Internacional de Ferrocemento, la otra

Latinoamericana fue creada porque en Cuba hicimos el 4to Simposio Internacional de

Ferrocemento en el año 1991 y nosotros queríamos impulsar el desarrollo del

ferrocemento en América Latina y el Caribe y se creó en Cuba esa Sociedad. Tratamos

incluso de hacerlo, de buscar adeptos en toda América Latina y no caminó, pero la

Internacional sí ha funcionado a través de los años, tiene una revista que se publica cada

tres meses, que tiene una sede que normalmente se encuentra en el país que da el

Simposio o sea, a Cuba le tocará la presidencia de esa sociedad después que hagamos

aquí el 10mo Simposio, hasta el 11no, o sea, habrá tres años en que Cuba va a presidir

esa Sociedad Internacional, actualmente la sede está en Indonesia, claro está, no es una

sociedad que puede ser tan amplia como la del hormigón armado y la de viales que

puede agrupar 3 000 ó 4 000 personas, aquí deben venir alrededor de 300 participantes,

250 extranjeros y 40 ó 50 cubanos que lo estamos motivando ahora para que participen

y este grupo de ferrocemento puede tener diez o doce personas que van a participar,

preparar trabajos, o sea, que ya vamos a tener profesionales dedicados a eso.

Page 10: Entrevista Al Dr. Hugo R. Wainshtok Rivas

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-¿Qué considera de la Arquitectura y la Ingeniería Civil actual en nuestro país y de

su proyección futura?

-No quiero pecar de crítico, pero a mi modo de ver nos hemos estancado en el tiempo en

el problema de la Ingeniería y en el de la Arquitectura, claro las condiciones

económicas del país a veces no permiten desarrollar obras con la magnitud de las que se

hacían en los años 80, ahora se hace un edificio alto con muchas dificultades y no con la

concepción que se podía hacer de desarrollo y recuerdo que en la Habana estaba

previsto el desarrollo de edificios altos en algunas zonas donde se hubo que parar por el

problema económico y tecnológico, eso ha tenido que ver también con el estancamiento

de la arquitectura, nosotros en aquel tiempo empezamos a desarrollar el pretensado, que

es una técnica de todos los tiempos y en determinadas obras es absolutamente necesario

aplicarlo, yo pienso que en Cuba nos estancamos en el pretensado. Te hablé de tres

obras de los años 70 que fueron Malecón y F con entrepiso pretensado, del hangar de

Ciudad Libertad con las grandes estructuras pretensadas, de una patana, una

embarcación prefabricada y pretensada a principios de los años 80 y después se quedó

ahí, realmente esa tecnología se ha perdido. El desarrollo tecnológico lo estamos

perdiendo en la construcción independientemente de que se están utilizando nuevos

materiales.

En estos momentos no existen obras que permitan a los arquitectos e ingenieros hacer

edificaciones como las que hacían Quintana o de las que hizo Pimpo Hernández como

ingeniero. En los últimos años no se ha hecho nada de valoración mundial. Cuba fue en

su momento el país de América Latina de mayor avance en la Ingeniería Civil y fue

pionera en algunas edificaciones como, por ejemplo, en el Focsa, el edificio más grande

de hormigón que se habia hecho en el mundo hasta ese momento.

-¿Cómo ve el futuro de las ciudades de Cuba y cómo ve la Habana siendo natural

de la provincia de Oriente?

-Yo vengo a la Habana Vieja casi todos los meses porque da gusto ver cómo está

renaciendo una ciudad. Tengo visitantes y lo primero que hago es traerlos a la Habana

Vieja, me encanta traerlos acá y que se maravillan con eso, también ocurre en

Camagüey, Trinidad, en varias ciudades del país y pienso que ese renacer, ese del que

hay que guardar y conservar, el patrimonio nacional, está impregnado en nuestros

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dirigentes y en nuestros profesionales, quizás un poquito tarde, si se hubiera hecho

mucho antes hubiéramos pasado menos trabajo, pero yo pienso que el futuro es

promisorio.