entrada: iglesia de san pablo el señor nos llama y nos

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Entrada: El Señor nos llama y nos reúne, Somos su pueblo, signo de unidad. El está en medio de nosotros, Sirve a su mesa, nos reparte el pan. Por todos los caminos nos sales al encuentro, por todos hemos visto señales de tu amor. Tu pueblo se reúne, Señor, a bendecirte, a celebrar con gozo tu paso salvador. Salmo responsorial: Sácianos de tu misericordia, Señor, Y toda nuestra vida será alegría. Comunión: Delante de ti, Señor, mi Dios, venimos en oración, Tu voz nos une hoy en paz y en comunión. Tu pan es manjar de amor. Delante de ti, mi buen Pastor, te pido perdón, Señor. Tu amor me liberó, tu mano me cuidó, Tu gracia es liberación. Final: El Señor es mi fortaleza, el Señor es mi canción. El me da la salvación. En el confía y no temo ya (bis). Iglesia de San Pablo. Dominicos. Valladolid.- Tel. 983 351 748 http://sanpabloysangregorio.dominicos.es HORARIO DE MISAS. Diarios: Mañana: 8:00, 9:00 y 13:15. Tarde: 19:30 y 20:30. Festivos: Mañana: 8:30, 9:30, 11:30, 12:30, 13:30. Tarde: 18:30, 19:30 y 20:30 LAUDES: 07:55 h.- ROSARIO: 19:55 h.- VÍSPERAS: 20:55. IglesIa de san pablo Valladolid - - - - - 11 de octubre de 2015. Domingo 28 del tiempo común Palabra de Dios: Bella y dura El sacerdocio existencial (profético) de Cristo que propone la Carta a los Hebreos demanda su comprensión y aceptación. Una de ellas es mantenerse vivo en la fidelidad al Mensaje, a la propuesta de Jesús; no se podrá entender la novedad de tal sacerdocio (de Melquisedec) desde modos de vida indo- lentes y contradictorios con el Mensaje: Desde ahí, la Palabra es mediación estupenda e imprescindible; sin dicha fidelidad es imposible su validez. La Palabra ha de ser viva y eficaz. Es una realidad orientada a la vida, no al estudio o celebración sino a los caminos cotidianos. Mezclar estos y la Palabra es la única forma de percibir su eficacia. Una Palabra lejos de la vida es una esterilidad; es una buena semilla que no termina de encontrar la tierra propicia a la que está destinada. (Mc 4,1ss) “Es tajante... penetrante”. La Palabra es una formidable herramienta de discernimiento. Echar la luz de la Palabra sobre la vida hace que ésta vaya apareciendo en toda su desnudez. Aceptar la Palabra es aceptar su “juicio” sobre nuestra propia vida, su profecía de valoración de lo bueno y de rechazo de lo inhumano. Una Palabra que no ejerce este oficio profético es una Palabra en la que se ha desactivado su mejor propuesta. “Llega hasta las intenciones del corazón”, hasta el lugar de nuestras primeras motivaciones, hasta el “sótano” en el que se cuece la existencia de cada cual. Por eso la Palabra es mediación eficaz para mantenerse en fidelidad. Si se le deja entrar hasta el fondo, opera en el creyente una profunda obra de reorientación y de sanación que le hace ver la vida desde una perspectiva nueva. La fuerza viva de la Palabra se expande de nuevo. La Palabra hace que “nada se oculte... ante los ojos de quien hemos de rendir cuentas”. Podría haber empleado otro parámetro, el de la confianza y el gozo: precisamente porque nada queda oculto, tenemos la confianza de que Dios acogerá cualquier debilidad y fallo. La iluminación que la Palabra hace de nuestras profundidades, con sus valores y sus miserias, no rompe la confianza sino que la reafirma. Eso sí, aceptar la verdad de lo que uno es se propone como requisito. A eso ayuda la iluminación del Mensaje. Fidel Aizpurúa Donazar. Homilética. Sal Térrae. 2015/5. pp 233-234.

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Page 1: Entrada: IglesIa de san pablo El Señor nos llama y nos

Entrada:

El Señor nos llama y nos reúne, Somos su pueblo, signo de unidad.

El está en medio de nosotros, Sirve a su mesa, nos reparte el pan.

Por todos los caminos nos sales al encuentro,

por todos hemos visto señales de tu amor. Tu pueblo se reúne, Señor, a bendecirte,

a celebrar con gozo tu paso salvador.

Salmo responsorial: Sácianos de tu misericordia, Señor,

Y toda nuestra vida será alegría.

Comunión: Delante de ti, Señor, mi Dios, venimos en oración,

Tu voz nos une hoy en paz y en comunión. Tu pan es manjar de amor.

Delante de ti, mi buen Pastor, te pido perdón, Señor.

Tu amor me liberó, tu mano me cuidó, Tu gracia es liberación.

Final:

El Señor es mi fortaleza, el Señor es mi canción. El me da la salvación. En el confía y no temo ya (bis).

Iglesia de San Pablo. Dominicos. Valladolid.- Tel. 983 351 748 http://sanpabloysangregorio.dominicos.es

HORARIO DE MISAS. Diarios: Mañana: 8:00, 9:00 y 13:15.

Tarde: 19:30 y 20:30. Festivos: Mañana: 8:30, 9:30, 11:30, 12:30, 13:30.

Tarde: 18:30, 19:30 y 20:30 LAUDES: 07:55 h.- ROSARIO: 19:55 h.- VÍSPERAS: 20:55.

IglesIa de san pablo Valladolid

- - - - - 11 de octubre de 2015. Domingo 28 del tiempo común

Palabra de Dios: Bella y dura

El sacerdocio existencial (profético) de Cristo que propone la Carta a los Hebreos demanda su comprensión y aceptación. Una de ellas es mantenerse vivo en la fidelidad al Mensaje, a la propuesta de Jesús; no se podrá entender la novedad de tal sacerdocio (de Melquisedec) desde modos de vida indo-lentes y contradictorios con el Mensaje: Desde ahí, la Palabra es mediación estupenda e imprescindible; sin dicha fidelidad es imposible su validez. La Palabra ha de ser viva y eficaz. Es una realidad orientada a la vida, no al estudio o celebración sino a los caminos cotidianos. Mezclar estos y la Palabra es la única forma de percibir su eficacia. Una Palabra lejos de la vida es una esterilidad; es una buena semilla que no termina de encontrar la tierra propicia a la que está destinada. (Mc 4,1ss) “Es tajante... penetrante”. La Palabra es una formidable herramienta de discernimiento. Echar la luz de la Palabra sobre la vida hace que ésta vaya apareciendo en toda su desnudez. Aceptar la Palabra es aceptar su “juicio” sobre nuestra propia vida, su profecía de valoración de lo bueno y de rechazo de lo inhumano. Una Palabra que no ejerce este oficio profético es una Palabra en la que se ha desactivado su mejor propuesta. “Llega hasta las intenciones del corazón”, hasta el lugar de nuestras primeras motivaciones, hasta el “sótano” en el que se cuece la existencia de cada cual. Por eso la Palabra es mediación eficaz para mantenerse en fidelidad. Si se le deja entrar hasta el fondo, opera en el creyente una profunda obra de reorientación y de sanación que le hace ver la vida desde una perspectiva nueva. La fuerza viva de la Palabra se expande de nuevo. La Palabra hace que “nada se oculte... ante los ojos de quien hemos de rendir cuentas”. Podría haber empleado otro parámetro, el de la confianza y el gozo: precisamente porque nada queda oculto, tenemos la confianza de que Dios acogerá cualquier debilidad y fallo. La iluminación que la Palabra hace de nuestras profundidades, con sus valores y sus miserias, no rompe la confianza sino que la reafirma. Eso sí, aceptar la verdad de lo que uno es se propone como requisito. A eso ayuda la iluminación del Mensaje. Fidel Aizpurúa Donazar. Homilética. Sal Térrae. 2015/5. pp 233-234.

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Palabra de Dios Libro de la Sabiduría 7, 7-11

Supliqué, y se me concedió la prudencia; invoqué y vino sobre mí el espíritu de sabiduría.

La preferí a cetros y tronos, y en su comparación tuve en nada la riqueza.

No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro a su lado es un poco de arena, y junto a ella la plata vale lo que el barro.

La quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos; en sus manos había riquezas incontables.

Palabra de Dios. Salmo responsorial 89, 12-17.

R/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y toda nuestra vida

será alegría.

Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos

un corazón sensato.

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando? Ten compasión de tus siervos.

Por la mañana sácianos de tu

misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría

por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas.

Que tus siervos vean tu acción y sus

hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas

las obras de nuestras manos.

Carta a los Hebreos 4, 12-13. La palabra de Dios es viva y

eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada.

Todo está patente y descubierto a los ojos de Aquel a quien hemos de rendir cuentas.

Palabra de Dios.

Santo evangelio según san Marcos 10, 17-30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre”.

Él replicó: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño”.

Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo:“Una cosa te falta. Anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme”.

A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.

Jesús mirando alrededor, dijo a sus discípulos: “¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!

Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió:

Festividad de la Santa: Día 16 de octubre

“Hijos, ¡qué difícil les es entrar en

el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios”.

Ellos se espantaron y comentaban: “Entonces, ¿quién puede salvarse?”

Jesús se les quedó mirando y les dijo: “Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo”,

Palabra del Señor.