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ENTENDER LA BIBLIA PARA ORAR CON LA BIBLIA Tu palabra es lámpara para mis pasos, y una luz en mi camino.” Sal. 119, 105 Encontramos a Jesús en las Sagrada Escritura, leída en la Iglesia. La Sagrada Escritura, “Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu Santo”, es –con la Tradición- fuente de vida para la Iglesia y alma de su acción evangelizadora. Desconocer la Escritura, es desconocer a Jesucristo y renunciar a anunciarlo. (…) Es condición indispensable el conocimiento profundo y vivencial de la Palabra de Dios. Por esto, hay que educar al pueblo en la lectura y la meditación de la Palabra: que ella se convierta en su alimento para que, por propia experiencia, vea que las palabras de Jesús son Espíritu y Vida. (cf Jn 6,63). De lo contrario, ¿Cómo van a anunciar un mensaje cuyo contenido y espíritu no conocen a fondo? Hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la Roca de la Palabra de Dios. DOCUMENTO DE APARECIDA 247 La oración cristiana es un diálogo con Dios, un encuentro entre dos interioridades. (Padre Ignacio Larrañaga) ¿Cómo descubrir la interioridad de Dios? Que mejor que la Sagrada Escritura. La Sagrada Escritura no es un libro fácil de entender. Es importante entender la Biblia para comprender el corazón de Dios, para sumergirnos en las profundidades de Dios. ¿Qué significa ENTENDER? Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». Lc. 24,32 Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu. Lc. 24,36-37 Después les dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos». Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras. Lc. 24,44-45 Naturaleza de los discípulos: Inteligencia, mente. Apertura, docilidad, acogida. Acción de Cristo Resucitado y su Espíritu: Comprensión, Entendimiento. “Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo” San Jerónimo, Prólogo del Comentario a Isaías IGNORAR = DESCONOCER

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  • ENTENDER LA BIBLIA PARA ORAR CON LA BIBLIA “Tu palabra es lámpara para mis pasos, y una luz en mi camino.” Sal. 119, 105

    Encontramos a Jesús en las Sagrada Escritura, leída en la Iglesia. La Sagrada Escritura, “Palabra de Dios

    escrita por inspiración del Espíritu Santo”, es –con la Tradición- fuente de vida para la Iglesia y alma de su

    acción evangelizadora. Desconocer la Escritura, es desconocer a Jesucristo y renunciar a anunciarlo. (…)

    Es condición indispensable el conocimiento profundo y vivencial de la Palabra de Dios. Por esto, hay que

    educar al pueblo en la lectura y la meditación de la Palabra: que ella se convierta en su alimento para que,

    por propia experiencia, vea que las palabras de Jesús son Espíritu y Vida. (cf Jn 6,63). De lo contrario,

    ¿Cómo van a anunciar un mensaje cuyo contenido y espíritu no conocen a fondo? Hemos de fundamentar

    nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la Roca de la Palabra de Dios.

    DOCUMENTO DE APARECIDA 247

    La oración cristiana es un diálogo con Dios, un encuentro entre dos interioridades. (Padre Ignacio Larrañaga)

    ¿Cómo descubrir la interioridad de Dios? Que mejor que la Sagrada Escritura.

    La Sagrada Escritura no es un libro fácil de entender. Es importante entender la Biblia para comprender el corazón de

    Dios, para sumergirnos en las profundidades de Dios.

    ¿Qué significa ENTENDER?

    Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?».

    Lc. 24,32

    Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes».

    Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu. Lc. 24,36-37

    Después les dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito

    de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos». Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran

    comprender las Escrituras. Lc. 24,44-45

    Naturaleza de los discípulos: Inteligencia, mente. Apertura, docilidad, acogida. Acción de Cristo Resucitado y su Espíritu: Comprensión, Entendimiento.

    “Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”

    San Jerónimo, Prólogo del Comentario a Isaías

    IGNORAR = DESCONOCER

  • Escuchen la palabra del Señor, israelitas, porque el Señor tiene un pleito con los habitantes del país; ya no

    hay fidelidad, ni amor, ni conocimiento de Dios en el país. Os.4,1

    En el Génesis leemos que Adán conoció (hebreo=yadah) a Eva, y debido a que la conoció a Eva, concibió y dio a luz a

    un hijo. Gen. 4,1

    Sentido bíblico de “conocer”:

    Mental, categórico

    Afectivo

    Personal, relacional

    Práctico, experiencial

    Conocer implica un proceso similar al enamoramiento. Conocer a Cristo significa entablar una relación espiritual de

    amor, por lo tanto:

    IGNORAR la Biblia significa empobrecimiento de mi relación con Cristo.

    “Es necesario, pues, que todos los clérigos, sobre todo los sacerdotes de Cristo y los demás que como los

    diáconos y catequistas se dedican legítimamente al ministerio de la palabra, se sumerjan en las Escrituras

    con asidua lectura y con estudio diligente, para que ninguno de ellos resulte "predicador vacío y superfluo de

    la palabra de Dios que no la escucha en su interior", puesto que debe comunicar a los fieles que se le han

    confiado, sobre todo en la Sagrada Liturgia, las inmensas riquezas de la palabra divina.

    De igual forma el Santo Concilio exhorta con vehemencia a todos los cristianos en particular a los

    religiosos, a que aprendan "el sublime conocimiento de Jesucristo", con la lectura frecuente de las divinas

    Escrituras. "Porque el desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo". Lléguense, pues,

    gustosamente, al mismo sagrado texto, ya por la Sagrada Liturgia, llena del lenguaje de Dios, ya por la

    lectura espiritual, ya por instituciones aptas para ello, y por otros medios, que con la aprobación o el

    cuidado de los Pastores de la Iglesia se difunden ahora laudablemente por todas partes. Pero no olviden que

    debe acompañar la oración a la lectura de la Sagrada Escritura para que se entable diálogo entre Dios y el

    hombre; porque "a El hablamos cuando oramos, y a El oímos cuando leemos las palabras divinas.”

    D.V. 25

    PALABRA Y REVELACIÓN “En el principio era la Palabra…”

    (Jn 1:1)

    PALABRA

    Encontramos en la Biblia dos voces griegas para decir “palabra: “rema” y “logos”. “Rema” significa específicamente la “palabra hablada”. En cambio “Logos” –que significa simplemente “palabra” – es un término más amplio y con mucho más relevancia en toda la Biblia. Tiene múltiples significados, pero todos ellos se sintetizan en su significado más pleno: es la Segunda Persona de la S.S. Trinidad, el Hijo de Dios, Jesucristo. Veamos, algunos pasajes que nos muestran la riqueza de significados del término “logos”:

    Palabra creadora de Dios: “Entonces Dios dijo: «Que exista la luz». Y la luz existió.” Gn. 1,3.

  • Palabra por la cual Dios habla y se relaciona con el hombre: “Pero aquella misma noche, la palabra del Señor

    llegó a Natán en estos términos…” 1 Cr. 17,3.

    Palabra eficaz, por la cual Dios obra maravillas: “Para que ustedes sepan que el Hijo de hombre tiene sobre la

    tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico– yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a

    tu casa». El se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos.” Mc 2, 10-12.

    Palabra de la promesa divina: “En él, ustedes, los que escucharon la Palabra de al verdad, la Buena Noticia de

    la salvación, y creyeron en ella, también han sido marcados con un sello por el Espíritu Santo prometido.” Ef.1,

    13.

    Palabra reveladora: “En efecto, yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque de acuerdo con el plan divino,

    he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios, el misterio que estuvo oculto

    desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso manifestar a sus santos. A ellos les ha revelado cuánta riqueza

    y gloria contiene para los paganos este misterio, que es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria.” Col., 1,

    25-27.

    Palabra que enseña: “Tu palabra es lámpara para mis pasos, y una luz en mi camino.” Sal. 119, 105

    Palabra que penetra el corazón del hombre: “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que

    cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la

    médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hb. 4,12.

    Palabra eterna: “Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al

    principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada

    de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y

    las tinieblas no la percibieron.” Jn. 1,1-5.

    Palabra que se hace carne: es JESUCRISTO: “Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros

    hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.” Jn. 1, 14.

    Palabra que gesta frutos: “Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber

    empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al

    que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo

    que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.” Is. 55,10-11

    “Jesús hizo también muchas otras cosas.

    Si se las relata detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo

    para contener los libros que se escribirían”

    Jn. 21,25

    Es necesario saber que, NO TODO ESTÁ EN LA BIBLIA. TODO está en CRISTO, en la PERSONA DE CRISTO.

    Un libro no agota la persona de Cristo.

    La BIBLIA es un camino privilegiado para llegar a JESUCRISTO.

    En la condescendencia de su bondad, Dios, para revelarse a los hombres, les habla en palabras humanas: “La palabra

    de Dios, expresada en lenguas humanas, se hace semejante al lenguaje humano, como la Palabra del eterno Padre

    asumiendo nuestra débil condición humana, se hizo semejante a los hombres” (DV, 13)

    REVELACIÓN El término “REVELACIÓN” proviene de dos palabras griegas.

  • La primera de ellas, “kalyptõ”, que significa “cubrir, esconder”. Es decir, “REVELACIÓN” hace referencia a algo que

    está cubierto, escondido, es decir, a algo misterioso, que no podemos conocer.

    La segunda palabra es “apo”, que indica “separación”. Al unir estas dos palabras [apo + kalyptõ], tendremos verbo

    griego “apokalyptõ”, que significa “quitar el velo”, “descubrir”, “revelar”.

    La palabra griega “apokalypsis” nos es familiar, puesto que de ella sale el nombre del último libro de la Biblia, el

    Apocalipsis, que precisamente se traduce como el libro de la Revelación. Pero veremos cómo éste término está

    presente en toda la Sagrada Escritura. En su forma de sustantivo o verbo, aparece hasta 89 veces en toda la Biblia. En

    el libro de Daniel es donde más aparece el término “apokalypsis”, a tal punto que es considerado un libro

    “apocalíptico”.

    Busquemos en la Biblia la palabra “REVELACIÓN” en los 3 sentidos principales en que ella aparece:

    Revelación de los misterios divinos: “Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha

    revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.” Mt. 16,17

    Cristo, plenitud de la Revelación: “Pero cuando Dios, que me eligió desde el seno de mi madre y me llamó por

    medio de su gracia, se complació en revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos…” Gal.

    1,15-16

    Revelación final: “En efecto, toda la creación espera ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios.” Rom.

    8,19

    Hay 2 tipos de REVELACIÓN: REVELACIÓN NATURAL Y REVELACIÓN SOBRENATURAL.

    En la vida del hombre surgen las preguntas existenciales. A donde no llega la revelación natural, es donde, si somos

    dóciles, irrumpe la revelación sobrenatural.

    Razón y fe, las “dos alas” del espíritu humano. San Juan Pablo II

    • La “razón” tiene límites: no puede explicar todo

    • La “fe” no significa creer en el “absurdo”: posee una base de racionalidad.

    • El hombre tiene necesidad de una “revelación sobrenatural”

    • Dios sale al encuentro del hombre y se revela

    • “Condescendencia divina”: la adaptación amorosa de Dios, que habla al hombre en lenguaje humano el “mutuo

    acostumbrarse entre Dios y el hombre” (San Ireneo)

    Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino

    y nos explicaba las Escrituras?».

    Lc. 24, 32

    LOS ESPERAMOS EL PROXIMO JUEVES =)

  • ENTENDER LA BIBLIA PARA ORAR CON LA BIBLIA “Tu palabra es lámpara para mis pasos, y una luz en mi camino.” Sal. 119, 105

    “Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la

    justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien.” 2 Tim. 3,16-17

    El término “INSPIRACIÓN” nos conduce al sustantivo griego “pneuma”, que tiene un significado riquísimo,

    dependiendo del contexto en que se ubica. El término “pneuma” –que propiamente significa “soplo, aliento,

    viento”– hace referencia a una realidad invisible y poderosa. Desde tiempos muy antiguos, “pneuma” fue

    utilizada para hacer referencia a la actuación creadora de Dios; el término también se aplicaría a la actuación

    inspiradora de Dios, que habló a través de sus profetas; finalmente, el “soplo” es identificado con la tercera

    Persona de la S. S. Trinidad, el Espíritu Santo.

    Se trata de un soplo creador, transformador, un principio de vida, renovador y eficaz, capaz de penetrar en el

    interior del hombre, moverlo e inspirarlo para que también pueda crear, dar vida, actuar, transformar el mundo.

    Soplo que da vida: “Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.” Gén 2, 7

    Soplo que inspira a los profetas y apóstoles:

    Ahora, vamos a detenernos en el término “pneuma” en el sentido de SOPLO INSPIRADOR DE DIOS en aquellos autores elegidos para que transmitieran la Revelación por escrito. Hay que decir que el aprecio que se tenía a estos hombres y a sus obras no se debía a su valía personal –todo lo contrario, puesto que en la mayoría de los casos los profetas eran hombres incomprendidos y perseguidos a causa de su mensaje y de su forma de ser– ni a sus cualidades literarias, ni a su conocimiento humano, de las cosas o de la historia –muchas veces, las profecías eran rechazadas y pocos les daban crédito–. El aprecio que ellos adquirieron con el tiempo se debió a los milagros que Dios fue obrando por medio de mucho de ellos, y también por el hecho de que las profecías se cumplieron. Eran hombres verdaderamente movidos por el Espíritu divino que les capacitaba para colaborar en el plan salvador de Dios. San Pablo, que por haber conocido la plenitud de la Revelación tenía un conocimiento más completo de los

    misterios divinos, nos habla de los “carismas”, entre ellos, el de la “profecía”. La inspiración divina es un “carisma”

    (don) que Dios da a una persona para el beneficio de toda la comunidad.

    “Después me dijo: «Estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. El Señor Dios que inspira a los profetas

    envió a su mensajero para mostrar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto” .Ap. 22, 6

    La Escritura es inspirada por Dios:

    En los profetas, hemos de tomar en cuenta la presencia de la Palabra hablada. Los profetas fueron predicadores

    de la Palabra divina que luego pasaron a ser Palabra escrita. En varias ocasiones, el Señor Jesús recurre a la

    autoridad de las Escrituras para fortalecer sus enseñanzas y probar su origen divino. Posteriormente los

    Apóstoles, siguiendo el ejemplo de Cristo, vieron en ella un libro escrito por hombres, pero dirigidos por el

    Espíritu de Dios.

    “Porque ninguna profecía ha sido anunciada por voluntad humana, sino que los hombres han hablado de parte de

    Dios, impulsados por el Espíritu Santo.” 2 Pe. 1,21

  • CANON BIBLICO

    ¿Cuáles son los libros inspirados… y por qué no otros?

    CANON: Significa “norma”, es decir, la lista de los libros que son normativos para la vida cristiana. Indica un

    número cerrado, definido; es un criterio de unidad. Incluye a los libros consagrados, es decir, divinamente

    inspirados. La definición del canon es en favor del bien estar común de la Iglesia.

    En total, son 73 escritos canónicos los que forman la Biblia:

    46 escritos del Antiguo Testamento

    27 escritos del Nuevo Testamento

    El Antiguo Testamento comienza con un conjunto de cinco libros, a los cuales los traductores griegos dieron el

    nombre de Pentateuco (penta = cinco; teuco = instrumentos, de donde provino luego la expresión "estuches"

    para los rollos de papiro y finalmente "libros"). Los judíos llaman a estos cinco libros la Torah o la Ley y los cinco

    libros eran cada uno un "quinto" de la Ley. Luego siguen los Libros Históricos, los Libros Sapiensales (Salmos, Job,

    Proverbios, etc) y los libros Proféticos (Josué, Rut, Samuel I y II, etc).

    El Nuevo Testamento se divide de la siguiente manera: Evangelios, Hechos de los Apóstoles, Cartas y Cartas

    Católicas y el Apocalipsis.

    GENEROS LITERARIOS

    HISTORIOGRAFÍA

    LEY

    PROFECÍA LÍRICA

    SABIDURÍA

  • APOCALIPTICA

    CARTAS

    ¿Qué podemos aprender nosotros de san Jerónimo?

    Me parece que sobre todo podemos aprender a amar la palabra de Dios en la sagrada Escritura. Dice san

    Jerónimo: "Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo". Por eso es importante que todo cristiano viva en contacto y

    en diálogo personal con la palabra de Dios, que se nos entrega en la sagrada Escritura. Este diálogo con ella debe

    tener siempre dos dimensiones: por una parte, debe ser un diálogo realmente personal, porque Dios habla con

    cada uno de nosotros a través de la sagrada Escritura y tiene un mensaje para cada uno.

    No debemos leer la sagrada Escritura como una palabra del pasado, sino como palabra de Dios que se dirige

    también a nosotros, y tratar de entender lo que nos quiere decir el Señor. Pero, para no caer en el individualismo,

    debemos tener presente que la palabra de Dios se nos da precisamente para construir comunión, para unirnos en

    la verdad a lo largo de nuestro camino hacia Dios. Por tanto, aun siendo siempre una palabra personal, es

    también una palabra que construye a la comunidad, que construye a la Iglesia.

    ORAR CON LA PALABRA

    PASO 1. INVOCAR AL ESPIRITU SANTO

    “…de la misma manera, nadie conoce los secretos de Dios, sino el Espíritu de Dios.”. 1 Cor. 2,11.

    Hay que orar invocando la presencia del Espíritu Santo en nosotros: Pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine, que

    llene nuestro entendimiento y nuestro corazón. Pedirle que derrame sus carismas y frutos que El suscita con la

    lectura de la Biblia. La Iglesia, nos enseña, que ésta ha de ser leída con el mismo Espíritu con que fue escrita. (Dei

    Verbum 12). El Espíritu, que viene en auxilio de nuestra debilidad y nos enseña a orar como conviene (Rom 8, 26),

    conduce a que la Biblia sea Palabra de vida para la Iglesia y para el creyente.

    El Espíritu Santo es quien nos conduce a la presencia de Dios. Solo Él puede hacernos entender verdaderamente

    lo que leemos. El Espíritu Santo es el guía, el conductor, el maestro interior que enseña a leerla, a comprenderla e

    interpretarla y es Él quien conduce la oración y la hace entregada y profunda. Todo intento por acercarnos a Dios

    es por impulso del Espíritu Santo. Sólo el Espíritu Santo es capaz de levantar nuestro espíritu a la altura de la

    Palabra de Dios. Sin el Espíritu, la Escritura se convierte en literatura o historia; en un mero objeto de estudio y

    ciencia. Sin el Espíritu su lectura puede hinchar y hacernos soberbios u orgullosos; con el Espíritu, edifica.

    PASO 2. LEER

    “Consulten el libro del Señor y lean...”” Is. 34,16.

    a) Hay que leer la Palabra de Dios despacio: Para que realmente se aproveche la lectura de la Biblia, hay

    que tomarse su tiempo en cada pasaje y leer poco a poco, despacio y tranquilamente. Recuerda que la

    lectura de la Palabra de Dios alimenta nuestro espíritu, pero en esta comida como en cualquier otra lo

    que verdaderamente nos hace bien no es comer mucho; sino ir digiriendo lo que vamos comiendo.

    b) Hay que leer la Palabra de Dios humildemente: No hay que leer para ser más sabio o más docto como los

    fariseos. Hay que imitar la lectura de los santos que se santificaron en ella. Leamos para amar mas a Dios

  • y al prójimo, leamos para hacer la voluntad de Dios y abstenerse de ofenderlo y pecar. Leamos

    reconociendo que no sabemos, pero queremos aprender y cambiar. A través de su lectura aprendemos

    del gran depósito de la sabiduría divina y nos nutrimos de la Suprema Ciencia de Jesucristo. Josemaría

    Escrivá de Balaguer decía: "Que tu conducta y tu conversación sea tal que todo aquel que te mire o te

    escuche, pueda decir: Esta persona lee la vida de Jesucristo".

    c) Hay que leer la Palabra de Dios para ver que dice. ¿De qué trata el texto?, ¿quiénes son sus

    personajes?, ¿Qué están haciendo?, ¿En qué tiempo están y donde?: Hay que leer la Biblia para explotar

    sus riquezas, extraer sus grandes tesoros de sabiduría, verdad, fe y amor, e imitar el testimonio valeroso

    de sus grandes héroes con sus historias que se reflejan en nuestra vida. Los santos durante toda su vida

    leían continuamente la Sagrada Escritura y ella dominaba su manera de actuar, de pensar y de vivir. "La

    lectura de la Biblia ha producido muchos santos". Es difícil imaginar un santo que no haya sido

    profundamente influenciado por la lectura espiritual no sólo antes de entregar su vida a la obra de Dios

    en la tierra, sino continuando la lectura espiritual como parte integral de su vida diaria hasta el día de su

    muerte.

    PASO 3. MEDITAR

    “Que el libro de esta Ley nunca se aparte de ti: medítalo día y noche, para obrar fielmente en todo conforme a lo

    que está escrito en él. Así harás prosperar tus empresas y tendrás éxito.” Jos. 1,8.

    Hay que meditar a que se refiere la Palabra de Dios en relación conmigo, ya que la Palabra de Dios tiene la

    cualidad de interpretar mi propia vida a través de un personaje, una palabra, un ejemplo. Hay que meditar ¿Qué

    me dice la Palabra de Dios?, ¿Que quiere que cambie o que haga en mi vida?

    PASO 4. ORAR

    “Oren al mismo tiempo también por nosotros para que Dios nos abra una puerta a la Palabra, y podamos anunciar

    el Misterio de Cristo.” Col. 4,3.

    Hay que entrar en oración con Dios para que Él nos hable y revele lo que no hemos captado para nuestra vida;

    nos perdone y nos ame, nos sane y renueve, nos anime y fortalezca, y entre en nuestro corazón.

    PASO 5. VIVIR

    “Quien dice que permanece en él, debe vivir como vivió él.” 1Jn 2,6.

    La lectura en oración y la comprensión de la Palabra de Dios conducen necesariamente al amor, a la conversión,

    llaman al cambio de vida e invitan a dar testimonio en el mundo. Este proceso nos lleva a escuchar la voz de Dios

    para nuestro tiempo. Y es una voz de liberación de toda esclavitud desde su raíz, el pecado. No hay amor si no se

    traduce en actos y realizaciones de la vida diaria, en actitudes y compromisos concretos. El hombre creyente al

    contrastar la enseñanza del Evangelio con los problemas que surgen de la vida de la sociedad, tiende a asumir

    compromisos para extender el reinado de Dios y hacer que llegue a todos los hombres la salvación y la civilización

    del amor. Desde una vida cristiana auténtica, en unión con la doctrina de la Iglesia, se da una lectura muy

    profunda de la Escritura y una experiencia del Dios cristiano.

    LOS ESPERAMOS EL PROXIMO JUEVES =)