ensayos la campaña electoral en una transición política

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Ensayos ARGENTINA 1983 La campaña electoral en una transición polítia ARIANA VACCHIERI La Argentina de las elecciones de 1983 era, como país y sociedad, muy dife- rente de la de 1976. Los cambios econó- micos de signo negativo para la mayoría, los efectos de la represión y la derrota en el Atlántico Sur habían desgastado al régimen de facto. ¿Quiénes articula- ron la resistencia? ¿Cuál fue la función de los partidos políticos? ¿Hubo otros actores sociales? Ariana Vacchieri ana- liza en apretada síntesis el papel del Radicalismo y Justicialismo —los dos mayores partidos- en la historia argen- tina y en el proceso electoral del '83, para luego interpretar los respectivos discursos políticos tanto a la luz de una cierta lectura del pasado, referente necesario para construir el ahora, como en una relectura a través de la teoría de la comunicación. Deja así en claro la importancia de un medio como la televisión y el porqué del éxito de las operaciones discursivas de Alfonsín. 12 I L a desembocadura de la dictadura militar encuentra un país y una sociedad notablemente distintos de aquellos de 1976. Los cambios (las involuciones) habían marcado a todos los sectores: unos pocos enriquecidos y con enormes áreas de poder; el resto, destruido y pauperizado. Pueden seña- larse como características principales la reducción y el deterioro de la pequeña y mediana industria, el aumento del eufem {sucamente denominado "cuenta- propismo", el crecimiento de la pobla- ción definida técnicamente como de po- breza extrema, una abultada deuda ex- terna y una secuela de presos, muertos y desaparecidos. En medio de este panorama re- sultado de años de represión y vacia- miento económico, existió un factor central que provocó el colapso del ré- gimen militar: la derrota en la guerra del Atlántico Sur. El 30 de marzo de 1982, dos días antes del comienzo de la guerra, se produjo la primera movili- zación masiva desde la instalación de la dictadura. Dicha marcha de pro- testa, convocada por la CGT (y no por los partidos políticos) bajo la consigna de "Paz, pan y trabajo" y por el fin de la dictadura, si bien fue violentamente reprimida y no cumplió su objetivo de llegar ante la Casa de Gobierno para manifestar sus reivindicaciones, sacu- dió la inercia en la que venía maneján- dose la oposición a la dictadura: par- tidos políticos sin articulaciones ni pro- puestas y la CGT y el Movimiento de Derechos Humanos recortándose con los núcleos del enfrentamiento. El 2 de abril de 1982 se desa la Guerra de las Malvinas; este hech que reunió el apoyo de grandes sectcm de la población ya que la reivindicació de los derechos argentinos sobre las las es una cuestión histórica para nue tro país, destruyó con la aplastan derrota sufrida el último reducto legitimidad que aún pudieran cons var los militares en algún sector de sociedad: se habían mostrado tan in tos para la guerra externa como exi sos en su tarea de represión interna. A partir de entonces, el régira comenzó a desgastarse aceleradament la presión creciente por la cuestión las violaciones a los derechos human (que se tradujo en un rechazo unán me al intento de dictado de una ley autoamnistía por parte del último p sidente de facto), el antecedente del caso en la creación de una corriente opinión favorable al Proceso (hecho el que ni siquiera estaban de acuer todas las líneas internas de las Fuerz Armadas) y la debacle económica q se espectaculariza con la difusión las primeras cifras sobre el monto la deuda externa son algunos de los tos de la crisis. En 1982, luego de la derro se revitaliza la Multipartidaria, que clea a los dos partidos mayoritari (el Radicalismo y el Justicialismo la Democracia Cristiana, el Partido transigente y el Movimiento de Integr ción y Desarrollo.3 Esta organiz ción llama, en diciembre de este

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ARIANA VACCHIERI ARGENTINA 1983 12 I ensayos / 13 entro de este panorama, el rol desempeñado por los partidos po- líticos es bastante particular, ya a la realización de una marcha multitu- dinaria por la sanción del Estatuto de los Partidos Políticos. La vía de las elecciones estaba abierta . En marzo MOVIMIENTOS E INMÓVILÍSIMOS Alfonsfn se ubicó en el decir verdadero

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Page 1: Ensayos La campaña electoral en una transición política

Ensayos

ARGENTINA 1983

La campaña electoralen una transición polítia

ARIANA VACCHIERI

La Argentina de las elecciones de 1983era, como país y sociedad, muy dife-rente de la de 1976. Los cambios econó-micos de signo negativo para la mayoría,los efectos de la represión y la derrotaen el Atlántico Sur habían desgastadoal régimen de facto. ¿Quiénes articula-ron la resistencia? ¿Cuál fue la funciónde los partidos políticos? ¿Hubo otrosactores sociales? Ariana Vacchieri ana-liza en apretada síntesis el papel delRadicalismo y Justicialismo —los dosmayores partidos- en la historia argen-tina y en el proceso electoral del '83,para luego interpretar los respectivosdiscursos políticos tanto a la luz de unacierta lectura del pasado, referentenecesario para construir el ahora, comoen una relectura a través de la teoría dela comunicación. Deja así en claro laimportancia de un medio como latelevisión y el porqué del éxito de lasoperaciones discursivas de Alfonsín.

12 I

L a desembocadura de la dictaduramilitar encuentra un país y unasociedad notablemente distintos

de aquellos de 1976. Los cambios (lasinvoluciones) habían marcado a todoslos sectores: unos pocos enriquecidosy con enormes áreas de poder; el resto,destruido y pauperizado. Pueden seña-larse como características principales lareducción y el deterioro de la pequeñay mediana industria, el aumento deleufem {sucamente denominado "cuenta-propismo", el crecimiento de la pobla-ción definida técnicamente como de po-breza extrema, una abultada deuda ex-terna y una secuela de presos, muertosy desaparecidos.

En medio de este panorama re-sultado de años de represión y vacia-miento económico, existió un factorcentral que provocó el colapso del ré-gimen militar: la derrota en la guerradel Atlántico Sur. El 30 de marzo de1982, dos días antes del comienzo dela guerra, se produjo la primera movili-zación masiva desde la instalación dela dictadura. Dicha marcha de pro-testa, convocada por la CGT (y no porlos partidos políticos) bajo la consignade "Paz, pan y trabajo" y por el fin dela dictadura, si bien fue violentamentereprimida y no cumplió su objetivo dellegar ante la Casa de Gobierno paramanifestar sus reivindicaciones, sacu-dió la inercia en la que venía maneján-dose la oposición a la dictadura: par-tidos políticos sin articulaciones ni pro-puestas y la CGT y el Movimiento de

Derechos Humanos recortándose conlos núcleos del enfrentamiento.

El 2 de abril de 1982 se desatla Guerra de las Malvinas; este hechique reunió el apoyo de grandes sectcmde la población ya que la reivindicacióde los derechos argentinos sobre las i,las es una cuestión histórica para nueitro país, destruyó con la aplastanlderrota sufrida el último reducto dlegitimidad que aún pudieran conse:var los militares en algún sector de ]sociedad: se habían mostrado tan inejtos para la guerra externa como exitcsos en su tarea de represión interna.

A partir de entonces, el régirae:comenzó a desgastarse aceleradamentela presión creciente por la cuestión dlas violaciones a los derechos humano(que se tradujo en un rechazo unánime al intento de dictado de una ley diautoamnistía por parte del último presidente de facto), el antecedente del fracaso en la creación de una corriente diopinión favorable al Proceso (hecho eiel que ni siquiera estaban de acuerdttodas las líneas internas de las FuerzaArmadas) y la debacle económica qu¡se espectaculariza con la difusión dilas primeras cifras sobre el monto dila deuda externa son algunos de los datos de la crisis.

En 1982, luego de la derrotase revitaliza la Multipartidaria, que miclea a los dos partidos mayoritarioi(el Radicalismo y el Justicialismo),la Democracia Cristiana, el Partido In-transigente y el Movimiento de Integra-ción y Desarrollo.3 Esta organiza-ción llama, en diciembre de este año,

Page 2: Ensayos La campaña electoral en una transición política

a la realización de una marcha multitu-dinaria por la sanción del Estatuto delos Partidos Políticos. La vía de laselecciones estaba abierta . En marzo

Un panorama pre-electoralsignado por la represión,

el vaciamiento económico ysobre todo la denota en laguerra del Atlántico Sur.

de 1983 se cierra el plazo para las afilia-ciones partidarias con derecho a votaren las internas de los partidos, que dancuenta de un fenómeno muy significa-tivo: 3 millones de personas se afilian aljusticialismo y 1,5 millones al radicalis-mo (ver cuadro 1). Las elecciones inter-nas de las que surgen los candidatos y fi-nalmente las elecciones nacionales enoctubre de 1983 completan el panora-ma de una acelerada transición. En pocomás de un año, los militares que habíandeclarado no tener plazos de permanen-cia en el poder, entregaban el gobiernoaun presidente civil.

MOVIMIENTOS E INMÓVILÍSIMOS

La clausura del espacio público yla poca operatividad de los parti-dos políticos para nuclear y arti-

cular la oposición al régimen dio comoresultado la aparición de formas de re-sistencia novedosas: la principal fue sinduda el Movimiento de Derechos Hu-manos. "... en todo el desarrollo de laoposición al régimen militar, esta de-nuncia: "Aparición con vida" y estapropuesta: "Juicio y castigo a los cul-

bles" fueron revelándose como modoruptura ante la violencia desatada

por la dictadura y lograron cuestionarradicalmente la legitimidad del régimenal poner en crisis los límites de la lega-lidad que el mismo había querido impo-ner, la validez misma del proceso repre-sivo desatado con el argumento de lalucha contra la subversión' ".5 Fueademás quien logró movil izar amayor cantidad de gente en los añosmás oscuros de la dictadura.

El campo cultural fue otro de losaspectos que merecen destacarse comorelevantes en la etapa de la transicióne incluso antes. Algunas actividades

quirieron su valor cultural y políti-co "por el acto mismo de su realiza-

ción que pasaba a ser parte del len-guaje";6 es así como determinadosespacios ocuparon un lugar simbólicode resistencia y fenómenos como elllamado Rock Nacional o Teatro Abier-to lograron nuclear a amplios sectores,especialmente de jóvenes, que no esta-ban articulados en torno de las formasmás tradicionales de hacer política.

El sindicalismo, por su parte, co-menzó a nuclearse alrededor de la figu-ra de Saúl Ubaldini, en pugna con las"62 Organizaciones" ligadas a la dere-cha peronista y empezó a perfilarse unsector progresista, el de "los 25" queluego de las elecciones de 1983 van ocu-pando importantes posiciones al triun-far en las elecciones internas de variosgremios.

La clausura del espacio públicoy la ineficacia de los partidospara articular una oposición,

permitieron formas novedosasde resistencia: el movimiento deDerechos Humanos, la cultura a

través del llamadoRock Nacional y el TeatroAbierto. Después se unió el

sindicalismo y tardíamente elmovimiento estudiantil.

El movimiento estudiantil se reor-ganiza con un índice de participaciónaún baja y Franja Morada, expresiónuniversitaria del radicalismo, es el pun-to hacia el cual confluye la mayoríade los votos en los Centros que comien-zan a normalizarse a partir de 1983.

Un párrafo aparte merece el rolde la Iglesia, importante en la transi-ción. Ante lo que se podría denominaracefalía del gobierno de facto (el gene-ral Bignone, último presidente militarse limitó a obturar todas las entradaspor las que se pudiera investigar el accio-nar delictivo del Proceso) y una crisisinstitucional profunda marcada por losenfrentamientos en la propia internamilitar, la Iglesia, cuya cúpula habíaavalado la dictadura y encubierto larepresión, se convirtió en una media-dora entre los distintos sectores socialesy articuló el diálogo político.

D

que su reaparición no está dada por unafuerte presión ejercida sobre la estruc-tura dominante sino porque el cambiode régimen deja un espacio vacío querequiere necesariamente de su presen-cia. Sin embargo, si lo medimos numé-ricamente su reentre en la escena polí-tica fue triunfal. La suma total de afi-liados en el país a todos los partidospolíticos en octubre de 1983 era de6.103.196, más de un tercio del padrónelectoral.

El retorno al sistema democrá-tico fue una demanda de toda la so-ciedad. En tal sentido, los procesos dedemocracia interna de cada partido seconvirtieron en un efecto de demostra-ción hacia afuera. Por eso tal vez el datomás significativo de la transición en loque a los partidos se refiere haya estadoen la interna justicialista. La larga cri-sis que venía sufriendo este partido des-de la muerte del general Perón y la de-bacle del gobierno de Isabel que terminócon el golpe de estado de 1976 se vioradiografiada en el período de transi-ción: su izquierda absolutamente des-membrada por la represión, su derechacon fuerzas renovadas y la mayorparte de los peronistas des-ubicados,sólo lograron conformar una fórmulaelectoral encabezada por ítalo Luder,presidente del Senado durante el últimogobierno peronista. Esta fórmula resul-tó débil ya que no surgió de la reso-lución del conflicto interno sino de unacompleja transacción con la que ningúnsector quedó conforme.7

En el radicalismo, en cambio,los procedimientos fueron mucho más

entro de este panorama, el roldesempeñado por los partidos po-líticos es bastante particular, ya Alfonsfn se ubicó en el decir verdadero

ensayos / 13

Page 3: Ensayos La campaña electoral en una transición política

prolijos. Alfonsín ya había participado;n las internas de su partido en 1973,Dcasión en la que debió enfrentarseDon Balbín, conductor histórico delmismo. En aquel momento fue derro-tado, quedando un poco por fuera (porlo menos ante la opinión pública) delas poco claras relaciones de su partidoion la dictadura. En 1983 se midiónuevamente con la línea tradicional delradicalismo (Balbín había muerto en1981) y venció por enormes diferencias.

Los dos partidos a los que noshemos referido fueron los que a lo lar-go de todo este siglo reunieron el mayorapoyo popular. El radicalismo, con sulíder Yrigoyen, fue el gran partido de la

década del 20. Pero a partir del surgi-miento del peronismo en los años 40,éste ganó por abrumadora mayoríatodas las elecciones en las que se presen-tó (ya que estuvo proscripto durantemuchos años). Ambos partidos se hanapoyado históricamente en distintos nú-cleos sociales: el justicialismo apareceencauzando preferentemente las de-mandas de sectores bajos mientras quela Unión Cívica Radical congrega a lossectores medios.8 Entre ambos apa-rece una franja no definida que es laque se vuelve hacia uno u otro lado se-gún la coyuntura histórica.

Las plataformas de ambos parti-dos en las últimas elecciones, sin embar-

La campana de Alfonsín tuvoun emisor unificado;

el destinatario fue la naciónentera. Alfonsín habló

confidencialmente al pueblo.

go, no se diferenciaban notablementey la opinión pública tenía una percep-ción clara de este fenómeno. No fue enuna diferencia programática donde sejugó el resultado de las elecciones sinoen la diferencia de posicionamientofrente al pasado y frente al régimenemergente por un lado y en el discursopolítico desarrollado en las instanciasprevias a las elecciones por otro. A pe-sar de ello, el resultado electoral fueuna sorpresa. Las encuestas de opi-nión, estrellas de la última campaña,señalaban que ganaría el radicalismo.

Sin embargo los votantes de Alfonsín(y los de Luder por supuesto) opina-ban que seguramente triunfaría elperonismo.9

La polarización electoral fue elotro dato saliente: los partidos mayori-tarios reunieron entre ambos el 92o/ode los votos, cifra que prácticamenteborró de la escena a los otros partidos.

La cúpula de la Iglesia Católicaavaló la dictadura y encubrió

la represión. Ante la acefalía delgobierno del general Bignone,

la Iglesia se convirtió enmediadora entre los

sectores sociales y articulóel diálogo político.

Cabe señalar que estos números corres-ponden a los votos para presidente yvicepresidente, (ver cuadro 2). El resul-tado de las otras instancias (diputados,senadores, concejales) si bien estuvotambién altamente concentrado, marcóla aparición de otras fuerzas.

LA CAMPAÑA

L a campaña para las elecciones de1983 fue uno de los datos quemarcó cambios en los modos de

hacer política con respecto a la déca-da anterior. En las elecciones de 1973la utilización de la televisión, especial-mente en los partidos mayoritarios, ha-

bía sido escasa; la TV aparecía ligada acostosas publicidades de partidos chicosde la derecha que sumaban escasísimosvotos. El justicialismo, con el activis-mo juvenil que arrastró, hizo su campa-ña con presencia en las calles y pintadaso propaganda mural.

El año 83 inaugura en nues-tro país un enorme aparato publi-citario puesto al servicio de las elecciones. En el caso del radicalismo, vilequipo integrado por los creativos de lasagencias de publicidad más importantesfueron quienes llevaron a cabo lacampaña en todos los medios de comu-nicación. En el caso del peronismofue mucho más borrosa la presen-cia de un equipo en tanto la cam-paña estuvo muy diversificada, perotuvo publicistas trabajando detrás.

La campaña decidió votos deuna manera significativa, la técnicamarketinera y el uso de la TV confor-man su perfil.

En primer lugar, se hizo unuso sistemático de las encuestas ysondeos de opinión pública. Tres ocuatro empresas de estudios de merca-do, contratadas en algunos casos por lospartidos y en otros por diarios o revis-tas, realizaron miles de entrevistas cuyosresultados no sólo se publicaban regu-larmente en los medios sino que servíande datos a los publicistas de los partidospara orientar su tarea.

Por otra parte, el 77o/o de lalinversión de fondos de la campaña seutilizó en publicidad televisiva, habien-do grabado la UCR 33 comercialesdiferentes y 23 el justicialismo. E|

La Casa Rosada es la misma, pero cada régimen no es una prolongación del anterior

14 I ensayos.

Page 4: Ensayos La campaña electoral en una transición política

resto de los fondos se invirtió en formasmás tradicionales que tuvieron igual-mente gran impacto: una verdaderainvasión de afiches y propaganda muraly publicidad en diarios, radios y revistas.

El resultado de las eleccionesse jugó no en la diferencia

programática sino en la toma deposición de los dos partidosmayoritaríos frente al pasado y

al régimen emergente, y enel tipo de discurso político.

Los contenidos de las cam-pañas fue ron , sin embargocompletamente distintos. Mien-

tras el radicalismo llevó a cabo una solacampaña coordinada, el justicialismopresentó tres diferentes: la de Luderpresidente, por un lado; por otro, losdos sectores principales en pugna en lainterna realizaron campañas paralelas.Este hecho reflejó la crisis del Movi-miento. A un emisor fragmentado comoel que señalamos le correspondió unreceptor fragmentado. La derecha delpartido se dirigió a los trabajadores, laizquierda a los jóvenes y "Luder fluctuó

I entre dirigirse a los partidarios y a losextrapartidarios sin encontrar la fórmulaque le permitiera hacerlo al conjun-to". Se advirtió además un ciertodesprecio por los códigos publicitarios.En los diversos comerciales, Luder no sedirige a los televidentes directamente, el

j pueblo no aparece como participantesino en segundo plano y no hay unestilo ni un lenguaje continuos. A estose suma que Luder no aparece como elcontinuador de Perón y quien sí sepresenta como tal es el candidatoa gobernador por la provincia de BuenosAires (y representante de la derecha).En términos estrictamente publicitariosesta campaña no tenía grandes posibili-dades de éxito.

Alfonsín, en cambio, utiliza una¡técnica completamente distinta. Leyen-

esta campaña en paralelo con losdatos de la recién descrita se puedeafirmar que existe un emisor unificado,que el destinatario del discurso es la na-ción entera, que Alfonsín se presentacomo el hombre de los nuevos tiempos(diferenciándose de los militares y dePerón) y el candidato es mostrado nosólo en sus funciones de orador sinotambién hablando confidencialmente

al pueblo. Además la campaña fueesencialmente homogénea. Su continui-dad se percibió en el uso de ciertosslogans fundamentales, gestos, símbolosy hasta tipografías e imágenes a lo largode varios meses, lo que volvía inmedia-tamente reconocible el origen de cadapublicidad que aparecía.

A pesar del peso fundamentalde la campaña, el acto partidario fue laforma más significativa de la comunica-ción política. Se calcula que alrededorde cinco millones de personas asistierona los diversos actos preelectorales (detodos los partidos). La cantidad deconcurrentes a los actos se convirtió enun indicador importante de las posiblesrelaciones de fuerza electorales, dados loslargos años de referentes partidarios dé-biles. La televisión no le restó público alos actos sino estimuló la asistencia,mostrando a los espectadores la convo-catoria creciente de cada partido.

El 77 por ciento de la inversiónde fondos de la campaña se

utilizó en publicidad televisiva

EL DISCURSO Y LA MEMORIA

E n 1983 se planteó una vezmás una problemática que yahabía cruzado las operatorias

de constitución de otros gobiernos: enla Argentina reaparecía la encrucijadafundacional, el hecho de que cadarégimen no es una prolongación delanterior o un mero recambio institucio-nal, sino un fenómeno de otra naturale-za que, por esto mismo, trae aparejadala relegitimación de las instancias quelo conforman.

Este tipo de pasaje o transiciónde un régimen a otro instala como pro-blema siempre abierto (o reabierto)el trazado de una cierta lectura delpasado que funcione como referentepara poder construir el presente, ya seaeste pasado el inmediato o el diseñode una cierta tradición en la que ins-cribirse. En nuestro país parece haber-se planteado un pacto institucional quecompromete a diversos sectores en elsentido de la no vuelta a un pasadoinmediato cuya eventual repetición está

--

ítalo Luder no apareció como el continuadorde Perón

vista y construida como una amenazadesde un discurso hegemónico que sin-toniza en parte con la memoria socialcolectiva. La operación de construcciónde un pasado en el cual la mayoríapueda reconocerse es una operacióneminentemente cultural y en este espa-cio cultural, atravesado por los diver-sos sentidos que va adquiriendo laacción social, la memoria aparece comocampo de batalla para ordenar la prác-tica política. Por eso "la posible efecti-vidad de los discursos de la políticadependió en gran medida del tipo deintertexto que entablaban con las trans-formaciones del sentido común y lasculturas políticas de los años previos.Fue en la relación entre estos elementosdonde se decidió la lucha por la compe-tencia comunicativa política de unacoyuntura tan significativa, que porsu pretensión refundacional del país

La campaña del Justicialismotuvo un emisor fragmentadoy un receptor fragmentado.El pueblo no apareció como

participante. No hubo ni unestilo ni un lenguaje continuos.

tendría tanta capacidad para marcarla lucha político-cultural futura".13

El discurso de Alfonsín sintoni-zó en el punto de conformar el pasadoen el delgado resquicio que deja la osci-

^——— ensayos / 15

Page 5: Ensayos La campaña electoral en una transición política

lación entre la no repetición y el resca-te de elementos que permitan trazaruna historia y una tradición en la quelos nuevos sujetos políticos puedanincluirse; supo captar ese conjunto míni-mo de referentes y, en ese sentido,constituyó al peronismo —su principaladversario— desde su discurso.

E n los primeros meses de 1983predominaba en el discurso políti-co una noción de realidad basada

en la descripción de los efectos del pro-ceso militar, dominaba el tono de denun-cia de los actos del Proceso y la mayorparte de los discursos se "oían" básica-mente iguales. En abril de 1983 Alfon-sín, desde un discurso que coloca laética como núcleo de la política, denun-cia la existencia de un pacto militar-sindical (el sindicalismo está tradicional-mente unido al peronismo) y logra conesta operación constituir a su oponenteubicándolo en el' lugar de continuadorde la crisis, de repetición de lo que lasociedad había rechazado, en suma, po-niéndolo en el lugar de lo imposible.14

A partir de ese momento es el propioAlfonsín el que traza el perfil del jus-ticialismo, reconociendo su papel histó-rico fundamental y reuniendo las ban-deras históricas del peronismo (la jus-ticia social) y el radicalismo (la demo-cracia). En tal sentido proponía unorigen común de la nación y asociabael pasado común a la innovación demo-crática y el pasado indigerido a la repe-tición de la situación de crisis.

Por otra parte, en tanto enuncia-dor de un discurso nuevo, realiza unaserie de operaciones discursivas queresultan exitosas. Se puede señalarcomo características:

a) es un enunciador que por una partereconoce sus errores y los de su partidoy por otra incluye al peronismo en latradición y le reconoce aciertos: "...enla década del 40 la UCR no inter-pretó la era industrial y quien sí losupo hacer fue el entonces coronelPerón..."15

b) su interpelación incluye a los parti-darios, a los adversarios y a los indeci-sos; "... hay mucha gente que me parapor la calle y me dice: 'Soy peronistapero voy a votar por usted' y no deja deser peronista, no está enjuego Perón..."c) la persuasión de Alfonsín apuntabaa ganar la confianza mediante la puestaen escena del saber, la capacidad políti-ca y la competencia para la acción.En tal sentido, solía cerrar sus discur-sos con el recitado del preámbulo dela constitución argentina, (referente de-seable para la población después de va-rios años de atropello de la misma)y citando diversos puntos de la plata-forma electoral que aparecía contras-tante con el silencio del justicialismo so-bre su programa de gobierno. De estamanera, toda deficiencia o problemadel país tenía su correlato de resolución.Se ubicó además en el lugar del "decirverdadero": "Hay una prédica de lademocracia, un discurso, un lenguajeque es la prédica y el discurso de la ver-dad, de la honradez intelectual, de laautenticidad. Hay otra prédica que es ladel manipuleo, la de la mentira, la dela injuria..."

U na serie de slogans usados durantela campaña dan cuenta de algu-

nos de los procedimientos que venimosseñalando. El radicalismo se definiómediante la frase "Somos la vida",que contrastaba con dos referentes:por un lado —y obviamente— con lamuerte y la tortura que signaron al Pro-ceso, pero también —más sutilmente—con la situación vivida durante el últi-mo gobierno peronista (período defuertes enfrentamientos entre diversossectores de campo popular y a la vez deéste con la derecha). Esta consigna sevio reforzada por la publicidad cuyotexto decía: "Más que una salida elec-toral es una entrada a la vida" y la clá-sica "Ahora todos" que incluía a di-versos sectores de la sociedad. El "Aho-ra" que se reiteró profusamente a lolargo de toda la campaña fue la pala-bra que estructuró las formas de la pro-paganda partidaria: "entre el pasadocomo repetición y el futuro como cam-bio, el ahora representa la única oportu-nidad posible".16

Frente a este discurso tan articu-

lado y coordinado, el discurso justicia-lista se constituyó en torno a un "noso-tros" de identificación que no pudo ga-nar la adhesión de los indecisos. La to-talidad de los argentinos eran auditores,mientras que los peronistas eran los des-tinatarios del discurso, destinatariosque, por otra parte, no constituíanuna escucha homogénea. El discursoparte desde una posición de certidumbre: "Somos el partido más grandeoccidente" y "Las fantasías políticasterminan cuando aparece la realidadperonismo". Tanto los actos como laspropagandas apuntaban a restablecer uncontacto que se había debilitado durante los años oscuros, no se necesitabíconvencer: la confianza ya estaba gda. Por eso toda la campaña estuvo sig-nada por otra palabra: "Volveremos'y por Perón como la figura cuyo solonombre podía arrastrar todo el apoyopopular. Sin embargo, "el marco con-textual de las elecciones de 1983 noexigía reforzar simbólicamente los pará-metros de la vieja cultura política sintformular propuestas que se conjugaiar.con las actitudes y creencias vigentes'eilos sectores populares de la Argentade hoy"17

Si la campaña de 1946 estuvocentrada en los derechos sociales y lad¡1973 en el cambio social, la de 198:se centró en el restablecimiento del oijden político social.18 Tal vez estoldé una muestra del estado en que emer-gió la sociedad argentina de la dictadií

Hasta los primeros mesesdel '83 los discursos de los

partidos se "oían" lo mismo:denuncia, referencia a larealidad asumida como

descripción de los efectos delproceso militar. En abril,

Alfonsín colocó la ética comonúcleo de la política, creando

asi con su discurso un lugardefinido para su opositor.

ra, cuyo mayor éxito parece residir!el actual descreimiento sobre la polítlca y en el repliegue hacia lo individum

En noviembre de 1985 tuvo luíla renovación de parte de la cámaralDiputados. Nuevas elecciones y milcampaña. Los datos de esta últímaívariaron demasiado con respecto al

16 / ensayos—

Page 6: Ensayos La campaña electoral en una transición política

anterior. En cuanto a los resultados,se percibió un ligero retroceso del radi-calismo y un avance del peronismo, entanto este pudo articular un poco mása los sectores de su renovación. Tam-bién hubo un pequeño avance del Par-tido Intransigente (izquierda moderada).

Los eslóganes del Justicialismoeran: "Somos el partido más

grande de Occidente"."Volveremos". Los del

Radicalismo: "Somos la vida"."Más que una salida electoral

es una entrada a la vida"."Ahora todos".

Pero el dato más notable es que ambascampañas (la del P.I. y la de la renova-ción peronista) se han inscrito cadavez más en la grilla de lectura y las temá-ticas propuestas por el partido gober-nante.

Si en la política se escenifica elconflicto por el sentido del orden so-cial, es evidente que el radicalismo esquien, hasta el momento, ha logradoplantear las preguntas de esta sociedad.La temática democrática no ha encon-trado aún otros desarrollos que los im-puestos por el discurso hegemónico yen tal sentido lo que se mantiene abier-to es la pregunta acerca de cuál demo-cracia es la deseable para nuestro país.La UCR en tanto se presenta a sí mis-ma como garante de la actual democra-cia y quien le imprime su rumbo, has-ta tanto otros discursos políticos con-sigan des-centrar el temario y proponeralternativas que corran las fronterasde las posibilidades planteadas en estemomento.

CUADRO 1

TOTAL DE AFILIADOS A LOS PARTIDOS POLÍTICOS AL 30-10-83

Partido Justicialista

Partido Radical

Partido Intransigente

3.308.400

1.424.698

141.330

Datos de los tres partidos más numerosos. El total de afiliados a nivel nacio-nal a todos los partidos es de 6.103.196 sobre un padrón total de 17.772.446.El 40o/o del padrón vota por primera vez.

CUADRO 2

RESULTADOS DE LAS ELECCIONES DE 1983

Partido RadicalPartido Justicialista

Partido Intransigente

Otros

7.692.965

5.962.735

180.175

660.669

51,8 o/o40,2 o/o

2,3 o/o

CUADRO 3

INTENCIONES DE VOTO.

Partido : marzo

Radical

PeronistaOtrosIndefinidos

t- - - - - " . - - :

1983

14

21

4

61

100

PORCENTAJE

agosto1983

22

25

6

47

100

DE INDEFINICIÓN

septiembre1983

36

25

534

100

octubre1983

3628

531

100

Ariana Vacchieri

— ensayos / 17

Page 7: Ensayos La campaña electoral en una transición política

NOTAS

1. Había habido hasta el momentodiversos intentos de resistencia y

algunas huelgas, pero ninguno habíatenido apoyo masivo.2. Algunos partidos y sectores se vie-

ron incluso complicados en nego-ciaciones no muy claras con los mili-tares con vistas a articular una salidapolítica negociada.

3. Un antecedente de la Multiparti-daria lo constituye el grupo de

partidos que concurrieron a diversasconversaciones con el general Violaque intentaba un gobierno de transi-ción apoyándose en el radicalismo.

4. Se calcula que asistieron a esamarcha entre 150 y 200 mil

personas.5. González, I y Sondereguer, M,

Derechos humanos y democraciaMimeo 1986.

6. Landi, O, "Cultura y política enla transición a la democracia"

(en Nueva Sociedad No. 73, México,julio-agosto, 1984).

7. El Movimiento Nacional Justicia-lista ha tenido tradicionalmente

sectores de derecha e izquierda bien

definidos y a menudo enfrentados en-tre sí.8. A pesar de ello hubo un cambio

significativo en 1983. "La pronun-ciada diferencia de votos a favor de laUCR... fue lograda mediante la concu-rrencia simultánea de sectores mediosaltos y medios, pero también con ladecisiva participación de sectores ba-jos... la pérdida por el peronismo delmonopolio de los votos provenientesde los segmentos populares marcó laconstitución de una 'configuración'electoral ganadora". Catterberg, E, Laselecciones del 30 de octubre de 1983.El surgimiento de una nueva conver-gencia electoral. Trabajo elaborado parael XIII Congreso de la Asociación In-ternacional de Ciencia Política. París,julio de 1985.

9. Dada la extensión del artículose hablará del caso del peronis-

mo y el radicalismo. Existen sin embar-go en el espectro político argentinouna serie de partidos que congregan asectores importantes, como el PartidoIntransigente y la Unión de CentroDemocrático. Por otra parte, cabe se-ñalar la importancia dé los partidosprovinciales que incluso en algunos

casos triunfaron en las elecciones degobernador, aunque no tienen represen-tación a nivel nacional.10. Hasta pocos días antes de ¡ti

elecciones el porcentaje de inde-cisos alcanzaba a un tercio de los en-\ (ver cuadro 3). Los analis-

tas políticos coinciden en señalar qwla gran campaña lanzada especialmenteen los últimos días influyó sobre ellos.11. Datos extraídos de Haime, H.

y Martinian, G, La publicidadpolítica '83. El imaginario peronista-radical. Mimeo. FUNDEMA.12. Haime y Martinian op. cit.13. Landi, O, La trama cultural de

la política. Mimeo, 1986.14. Landi, O, "El discurso sobre fc

posible". Estudios CEDES, 19Si\ Arfuch, L, Dos variantes del jue-

go de la política en el discursoelectoral de 1983. Mimeo. 1984.16. Arfuch, L, op. cit.17. Catterberg, E, op. cit.18. Cheresky, I, Les partís politiques

argentins á travers la campagneélectorale d'octobre 1983..Mimeo, 19m

NUEVASOCIEDAD

SEPTIEMBRE/OCTUBRE 1986

Director: Alberto Koschuetzke

N°85

Jefe de Redacción: Daniel González V,

COYUNTURA: Sergio Sitar: Chile. Duvalier, Marcos y...; Clacso - llet.: Pacto social. Redistribución del poder.

ANÁLISIS: HeCtor Valecillos T.: ¿Retador o garante del sistema? Los 50 años de la Confederación de Trabajadores de Venezuela; PidrojGalin: Asalariados, precarización y condiciones de trabajo; Eduardo Jozami: Lo interno de la deuda externa. El caso argentino; Ernit Moritz jLipp: Cómo administrar la quiebra. Opciones de la economi'a boliviana; Felipe Berger: Uruguay: la Dinamarca que no fue. Una comparaciónde modelos; Fernando Alegría: Élite y contracultura. Proyecciones políticas de la vanguardia hispanoamericana.

POSICIONES: XVII Congreso de la Internacional Socialista: Resolución sobre América Latina y el Caribe; Edgar Camacho: Tropas ñor- jteamericanas en Bolivia; Petar Glotz: Manifiesto para una nueva izquierda europea.

TEMA CENTRAL: Carlos Alzamora: La oportunidad de la crisis; Jaime Paz Zamora: Cómo nos ven, cómo los vemos. Las relaciones Europí]y América Latina; Helio Jaguaribe: Desarrollo recíproco. Perspectivas de una justa asociación; José Miguel Insulza: ¿Qué espera AméricaLatina de Europa occidental?; Wolf Grabendorff: América Latina y Europa. Esperanzas y desafíos; Alberto van Klaveren: Europa y la|democratización de América Latina; Gianni Bonvicini: CEE: éxitos y fracasos de un modelo de integración; Silvia María Caneia: ¿Porqué]no comerciamos más con Europa? Proteccionismo y discriminaciones de la Comunidad; Dialogo Sindical: CIOSL - ORIT - FSM - CPUSTAL-JCTM - CLAT.

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18 / ensayos.