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Ensa La invisibil científicas ayo lidad de las revolu Mikel Ma C.M. de Hª y Filoso uciones arcelino Carvalho ofía de la Ciencia 12/01/2014

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Ensayo

La invisibilidad de las revoluciones

científicas

Ensayo

La invisibilidad de las revoluciones

Mikel Marcelino Carvalho

C.M. de Hª y Filosofía de la Ciencia

La invisibilidad de las revoluciones

Mikel Marcelino Carvalho

C.M. de Hª y Filosofía de la Ciencia

12/01/2014

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En este ensayo me propongo analizar la invisibilidad de las revoluciones científicas a la

que Thomas Samuel Kuhn hace referencia en su libro de 1962, titulado La estructura de las

revoluciones científicas. Con ello, pretendo crear una tesis en la cual me posicione en cuanto a

una de las importantes cuestiones que Kuhn trata en su libro y en varios artículos posteriores:

la acumulación o el incremento del conocimiento.

Para ello, me propongo primero hacer una clara distinción entre el modelo de

desarrollo científico tradicional y entre el modelo de desarrollo científico kuhniano, ya que a

través de esa distinción podré comenzar a adentrarme en el análisis planteado. Esta vez,

presento ambos modelos en contraposición, pero no será hasta más tarde cuando empiece a

posicionarme respecto a dichos modelos.

El modelo de desarrollo científico tradicional, defiende que la ciencia progresa de

manera lineal. Es decir, desde el punto de vista del historiador o del filósofo de la ciencia

tradicional, la ciencia se ha ido desarrollando de manera progresiva y ascendente en la medida

que la historia ha avanzado. Por consiguiente, este modelo formalista da pie al pensamiento a

favor del incremento de conocimiento, sosteniendo que la historia de la ciencia es

acumulativa. Así pues, ese modelo sostiene que el conocimiento se ha ido acumulando a

medida que la historia ha avanzado, en consecuencia, directa o indirectamente rechaza el

hecho de las revoluciones científicas.

Según el enfoque historicista de Kuhn, en cambio, la ciencia se desarrolla en distintas

fases de manera cíclica. De ahí que Kuhn distinga distintas épocas, describiendo también los

fenómenos característicos que marcan el cambio de una época a otra. Las fases son: la época

preparadigmática, el establecimiento de un paradigma, la ciencia normal, la época de crisis, la

ciencia extraordinaria y el establecimiento de un nuevo paradigma. Es cuando se completa el

ciclo entero, cuando se puede decir que ha ocurrido una revolución científica.

Analicemos más detalladamente el ciclo. En primer lugar, Kuhn describe una época

precedente a la ciencia normal, en la cual no se sigue ningún paradigma. Esa época se

caracteriza únicamente por algunas escuelas que no tienen un paradigma en común, sino que

cada una sigue un pensamiento distinto a las demás mientras intentan fundamentar su teoría,

por lo tanto, la labor de esta fase se puede representar como una ciencia aún inmadura. La

segunda fase, comienza cuando una de las escuelas mencionadas logra fundamentar su teoría

de forma experimental, creando así un paradigma común a seguir por la mayoría de la

comunidad científica que se dedica al ámbito al que dicho paradigma responde, pues es

inevitable que una parte de tal comunidad no llegue a sentirse persuadida por el

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descubrimiento. Esa situación da pie a la tercera fase; la época que se caracteriza por la ciencia

normal. Durante esa época, la comunidad científica que ha reconocido el paradigma común,

lleva a cabo su práctica de investigación fundamentándose en dicho paradigma. Sin embargo,

la ciencia normal no está exenta de errores o contradicciones, por lo que pueden aparecer o

descubrirse anomalías que el paradigma común no pueda resolver; se entra así en la cuarta

fase, una crisis científica. Durante la crisis, el paradigma vigente no deja de tener vigencia, pero

dado que se ha detectado alguna o varias anomalía(s) en él, se da comienzo a una época que

se caracteriza por la ciencia extraordinaria. En esa fase, la comunidad científica puede dividirse

para intentar resolver la(s) anomalía(s), y cuando alguno de esos grupos logra resolverla, el

paradigma anterior deja de tener vigencia y se establece el que da respuesta también a la(s)

anomalía(s), dando de nuevo comienzo a la fase de ciencia normal.

En consecuencia, queda claro que el método kuhniano es cíclico, y cada vez que se

completa un ciclo entero en cualquier ámbito científico, se sostiene que se ha dado una

revolución científica. En conclusión, queda clara la perspectiva que cada modelo tiene respecto

al hecho de las revoluciones científicas. Como ya he señalado, Kuhn da vital importancia al

hecho de que durante la historia de la ciencia se han dado revoluciones científicas, por lo que

rechaza la idea del incremento del conocimiento. El modelo tradicional, por el contrario,

rechaza el hecho de las revoluciones científicas, y es por eso que Kuhn dedica uno de los

capítulos de su libro a tratar sobre la invisibilidad de las revoluciones científicas, ya que él está

convencido de su existencia.

Dicho todo esto y antes de seguir, deseo dejar claro el tema sobre el cual estoy

trabajando, de manera que quiero dar a conocer más profundamente la relación que hay entre

la idea de revolución científica y la idea de acumulación de conocimiento, ya que en este

ensayo principalmente me comprometo a tratar estos dos temas tan relacionados entre ellos.

Ya he adelantado ciertos aspectos al comienzo, sin embargo, explicaré tales conceptos de

manera más precisa. Como ya he señalado, Kuhn hace uso de la idea de revolución científica

en su modelo de desarrollo científico para designar un fenómeno o un cambio que ocurre

cuando aparece un nuevo paradigma para sustituir al anterior. De ahí que, el modelo que

defiende la acumulación de conocimiento, no puede sostener la existencia de tales

revoluciones, ya que debe dar constancia del conocimiento de una manera lineal de forma

ascendente. Por el contrario, el modelo que sostiene la existencia de las revoluciones

científicas, automáticamente debe refutar la idea del conocimiento acumulativo.

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Hay que tener en cuenta que el modelo de desarrollo científico tradicional ha sido el

modelo que ha reinado, al menos, hasta el siglo XX, e incluso hasta nuestros días, aun así,

investigaciones como las de Kuhn han logrado como poco poner en duda este modelo, y han

servido para crear nuevos modelos como el propiamente dicho de Kuhn.

En su libro de 1962, La estructura de las revoluciones científicas, Thomas S. Kuhn fiel a

su modelo, hace alusión a varios ejemplos para dar a conocer el fenómeno de las revoluciones

científicas. No obstante, el autor es consciente de que la mayoría de esos ejemplos no han sido

considerados como revoluciones científicas, por eso, dedica el undécimo capítulo de su libro a

estudiar las causas de la invisibilidad de las revoluciones científicas.

Según el filósofo, tal invisibilidad se debe a una fuente autorizada que oculta

sistemáticamente la existencia y el significado de las revoluciones científicas, y añade que en

parte, eso se debe a razones funcionales de mucha importancia. Por consiguiente, Kuhn

emprende una investigación para analizar la naturaleza de tales fuentes de autoridad,

distinguiendo tres tipos de categorías: los libros de texto científicos, las divulgaciones y las

obras filosóficas de la ciencia. Los primeros, tienen por objetivo comunicar el vocabulario y la

sintaxis de un lenguaje científico, mientras que las divulgaciones tratan de describir esas

mismas aplicaciones pero con un lenguaje más próximo al ciudadano cotidiano no experto en

la materia. Finalmente, la filosofía de la ciencia estudia la estructura lógica de los

conocimientos científicos. Aun así, todos ellos tienen una cosa en común, y es que todos se

remiten al cuerpo articulado de problemas, datos y teorías, es decir, todos hacen referencia al

paradigma vigente en una comunidad científica particular.

Para Kuhn, el que esas tres categorías se remitan al paradigma con el que la

comunidad científica está comprometida, es resultado de una revolución científica, aunque

tales fuentes de autoridad no lo muestren o lo intenten ocultar. Para que esa referencia a un

paradigma no se manifieste como resultado de una revolución, deben cuidarse algunos

procedimientos según el autor. Teniendo en cuenta que los libros de texto científicos y sus

derivados son vehículos pedagógicos para las personas ordinarias y para quienes practican la

ciencia, cada vez que cambia la estructura de los problemas o las reglas de la ciencia normal,

es decir, cada vez que se da una revolución científica, deben escribirse de nuevo dichos textos

y sus derivados, ocultando así la existencia misma y, por tanto, la función de las revoluciones.

En consecuencia, los libros de texto científicos, las divulgaciones y los trabajos

filosóficos de la ciencia, en la medida que son herramientas pedagógicas para los jóvenes

estudiantes de ciencia, para los profesionales practicantes de ciencia e incluso para la gente

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más ordinaria, trucan el sentido histórico de la ciencia, ocultando así las propias revoluciones

de las que tanto habla Kuhn, y de las que nada dice el modelo de desarrollo científico

tradicional. Kuhn afirma que tal ocultamiento se consigue presentando que todos los

científicos investigadores de una misma rama han trabajado durante toda la historia

resolviendo los mismos problemas y con los mismos cánones, fieles siempre al mismo

paradigma, de manera que en la medida que los problemas se han ido resolviendo, dicha rama

de la ciencia ha ido progresando de manera lineal y ascendente, de tal modo que el

conocimiento se ha ido acumulando. De tal manera, se da a entender que la ciencia es

acumulativa y que sigue un camino con una meta final; la verdad.

Llegado a este punto, creo interesante tratar el tema de la verdad más

detalladamente. Si nos remitimos al modelo tradicional, entendemos la historia de la ciencia

de manera que progresa. No mostramos ningún inconveniente a la hora de aceptar que en la

medida que la historia de ha avanzado, se ha incrementado también el conocimiento científico

del ser humano. Por eso, vemos la historia de la ciencia de manera lineal y con vistas a un

objetivo final. En cambio, si nos involucramos en el modelo kuhniano no existe tal objetivo, y

no nos mostramos tan optimistas en cuanto a la acumulación de nuestro conocimiento

científico.

Desde mi punto de vista, es cierto que nos han mostrado y que nos siguen mostrando

la historia de la ciencia de manera lineal y acumulativa. Respecto a este juicio, estoy de

acuerdo con Kuhn. Basta mirar a la educación que se imparte, al menos, en occidente. En esta

valoración, me limito a los libros de texto científicos con los que yo he aprendido lo poco que

sé de ciencia. En todos ellos, en cuanto a la parte histórica, muestran el desarrollo científico de

manera que cada científico en su respectiva época y en su correspondiente rama científica,

aportó su granito de arena al cubo que hoy en día está más lleno en algunas ramas de la

ciencia y menos en otras. De manera que, se muestra que el cubo ha sido y sigue siendo el

mismo, esto es, que todos los científicos de una misma rama se han centrado en los mismos

problemas y en los mismos cánones, manteniendo siempre un mismo paradigma común. Yo

mismo debo admitir, que a pesar de que nunca he reflexionado antes sobre estas cuestiones,

siempre he concebido la ciencia de manera progresiva y acumulativa, y después de leer a

Kuhn, me he dado cuenta que las revoluciones juegan un papel de vital importancia en el

desarrollo científico. Además, en mi opinión, en cuanto a la ciencia existe un tipo de educación

que intenta dar a entender que los cubos a los que he hecho referencia, son de un cierto

tamaño, es decir, que su capacidad no es infinita, y eso invita a pensar que cuando llenemos el

cubo del todo, habremos llegado a la verdad correspondiente a esa rama.

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En cuanto a la cuestión planteada, me gustaría recordar una famosa declaración que

hizo el famoso divulgador científico británico Stephen Hawking. En una entrevista, afirmó que

de la manera que la ciencia avanza y progresa, algún día llegaremos a conocer el origen del

universo. A mi entender, no creo que existan tales verdades absolutas. Como bien sostiene

Kuhn, la historia ha demostrado que puede haber varias maneras de dar explicación a un

rompecabezas, y el paradigma que reina en una determinada rama de la ciencia y en una

determinada época, no es fruto de que se acerque más a la verdad o no, sino que hay varios

factores añadidos que pueden determinar tal proceso. Lo que quiero decir es que no creo que

las soluciones dadas a los rompecabezas sean totalmente objetivas, sino que influyen también

otros factores que no están relacionados tan directamente con la práctica científica, entre

ellos, el tipo de educación que reciben los futuros practicantes científicos y el tipo de sociedad

en la que viven.

Comparto la idea de Kuhn que sostiene que individuos que se han educado en distintas

sociedades, pueden comportarse en algunas ocasiones como si vieran distintas cosas ante el

mismo rompecabezas. Por eso mismo, es totalmente razonable que en época de crisis, se

creen distintos grupos de una misma comunidad científica para intentar dar respuesta a un

mismo problema, a la anomalía presentada en ese caso. Es más, cuando uno de esos grupos

triunfa en la resolución de la anomalía, lo hace por los resultados experimentales y objetivos

obtenidos en gran parte, pues son los resultados los que persuaden al resto de individuos de la

comunidad. Aun así, a mi parecer, también juegan un papel fundamental otro tipo de técnicas

de persuasión, utilizadas con fines interesados. Es decir, haciendo una valoración objetiva en la

medida de lo posible con herramientas científicas, por muy buenos resultados que alguien

obtenga en cuanto a la resolución de un rompecabezas, necesita contar con el apoyo de la

comunidad científica para convertirse en la teoría dominante, por eso digo que hay una papel

importante de carácter subjetivo. Y de todo ello, considero que se extrae una conclusión

fundamental: no hay ninguna meta final en la cual se encuentre la verdad. Porque si la hubiera

y si la ciencia avanzara hacia ella, no habría lugar para juicios subjetivos; y la historia de la

ciencia muestra que a pesar de que en cada época y en cada rama haya habido un paradigma

común, siempre ha habido individuos que en su sano juicio y siendo practicantes de la ciencia,

no se han sentido persuadidos por el paradigma común, y han seguido practicando la ciencia

con sus propios cánones y su propia tradición.

Además, el que la teoría dominante no consiga persuadir a toda la comunidad

científica, es señal también de que las distintas soluciones a un mismo rompecabezas son

inconmensurables entre ellas. Si fuera posible comparar dichas soluciones, entonces, debería

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ser posible refutar una de las dos mediante la otra, ya que una debería dar mejores resultados.

Es decir, si hubiera criterios objetivamente válidos para comparar dos soluciones a un mismo

problema, se debería llegar a un resultado objetivo que mostrara que una solución es más

competente que la otra; es más, una de las dos soluciones debería refutar la otra. Pero como

vengo argumentando, el hecho de que una solución no logre persuadir a todos los miembros

de la comunidad, es señal de que dichas soluciones a un mismo problema, son

inconmensurables, y por tanto, llego a la conclusión de que existe un margen para opinar y

decidir subjetivamente en cuanto a las opciones presentadas.

Resumiendo, lo que quiero transmitir es que para que exista un paradigma común en

una determinada comunidad científica, tiene que existir un acuerdo, al menos entre más de la

mitad de los integrantes de dicha comunidad. Porque mientras que esa comunidad esté

dividida en varios grupos pequeños en la que cada uno sigue sus propios cánones, no puede

haber un paradigma común. Y aunque son los datos experimentales objetivos los que en gran

parte deciden el rumbo de cada investigación y los que persuaden o no al resto de integrantes

de esa comunidad, también se utilizan técnicas de persuasión que no se relacionan con los

datos obtenidos, sino que son de carácter subjetivo y pueden funcionar incluso a modo de

creencia e ideología.

Hasta el momento, defendiendo el modelo kuhniano, he intentado refutar la idea de

verdad final a la que el modelo tradicional conduce, he mostrado que no solo los datos

empíricos objetivos tienen relevancia a la hora de que un individuo decida afiliarse a un grupo

u otro y también me he mostrado a favor de la idea de inconmensurabilidad kuhniana aunque

no sea mi tema de discusión principal.

A pesar de que hasta ahora me haya mostrado a favor del modelo kuhniano, en las

siguientes líneas voy a mostrar los puntos del modelo kuhniano con los cuales más me

distancio. Por eso, voy a hacer referencia en primer lugar, a la idea de acumulación de

conocimiento.

En este ensayo, he mostrado la relación directa que existe entre los temas principales

que me he comprometido a tratar. He dejado claro que refutar la existencia de las

revoluciones científicas conlleva admitir la idea de ciencia acumulativa, y por el contrario, que

apoyar la existencia de las revoluciones conlleva refutar la idea de acumulación de

conocimiento. Yo defiendo la existencia de las revoluciones científicas, pero me opongo a

negar que la ciencia sea acumulativa. Voy a intentar explicar este punto de vista.

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Al igual que en el ámbito social, político y económico, creo que en el ámbito científico

también se han dado y se siguen dando revoluciones. Entiendo dichas revoluciones como

cambios de régimen, sistema o paradigma. Es decir, cuando el sistema o paradigma presente

en el momento muestra deficiencias a la hora de responder a aquello para lo que está

diseñado, los miembros de las comunidades profesionales de esos ámbitos buscan una nueva

alternativa que además de seguir funcionando en aquellos aspectos en los cuales el anterior

también daba buenos resultados, sirva también para ser eficiente en los aspectos que el

anterior se ha mostrado incapaz de hacerlo. Kuhn muestra dichos cambios de manera que la

nueva alternativa no sea simplemente un mero añadido a la anterior, principalmente porque

los científicos de la antigua y la nueva alternativa no trabajan con los mismos conceptos,

teorías, experimentos y herramientas, es decir, porque no siguen la misma tradición ni los

mismos cánones. Desde mi punto de vista, Kuhn no está del todo errado, aun así, opino que

cuando se lleva a cabo cualquier tipo de revolución, y en este caso una revolución científica, se

hace con ánimo de mejorar, por lo que hay que mejorar respecto a algo, y ese algo está

compuesto de experiencias y sensaciones anteriores. Por eso, a la hora de dar solución a las

anomalías presentadas, los científicos toman como referencia del antiguo paradigma las

prácticas, técnicas y cánones. Por consiguiente, aunque trabajen con distintas técnicas,

prácticas y cánones, aunque pertenezcan a otra tradición, creo que debemos dibujar el camino

de la ciencia de manera lineal, es decir, de manera que se refleje la relación entre la antigua y

la nueva práctica de una misma rama, porque creo que la hay. Sin embargo, eso no quiere

decir que esa línea avance de modo constante, y menos aún que lo haga de manera progresiva

y ascendente. En conclusión, no creo que esas dos posturas extremas –el modelo tradicional y

el modelo kuhniano- sean las únicas a las cuales podemos agarrarnos, sino que creo que hay

un camino intermedio entre ambas.

Para argumentar el punto de vista expuesto en el anterior párrafo, voy a intentar

ilustrarlo con una analogía. Todos o casi todos conocemos la tabla periódica de los elementos

químicos. Tales elementos están ordenados siguiendo ciertos criterios objetivos que no nos

interesan para comprender la analogía. Pues bien, en la medida que los químicos descubren

nuevos elementos, completan la tabla siguiendo los criterios mencionados. Pero, a lo largo de

la historia, los elementos no se han descubierto de manera ordenada, es decir, cada elemento

que se descubría correspondía a un determinado lugar de la tabla, pero podía ser cualquier

lugar de la tabla, de manera que la tabla se ha ido completando de manera desordenada, por

decirlo de algún modo. Lo que quiero decir no es que cada rama de la ciencia tenga un

esquema previo que deba ir completando, sino que cuando se lleva a cabo un descubrimiento

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no tiene que ser necesariamente el siguiente paso del avance anterior, sino que tal

descubrimiento puede estar situado en otro lado de la tabla, y en la medida que se hacen

nuevos descubrimientos, se ejercen relaciones. Es decir, lo que quiero transmitir es que la

ciencia no avanza peldaño a peldaño de manera progresiva, pero sí que existen relaciones

entre los distintos descubrimientos de cada rama, y aunque no sean visibles desde un

comienzo, a medida que se llevan a cabo nuevos descubrimientos, van aflorando dichas

relaciones, de manera que se pueda dibujar el recorrido de la ciencia con una misma línea,

pero no de manera recta, ascendente y constante, sino dejando espacios, con la opción de

poder dibujar nuevas relaciones o incluso de deshacer otras en la medida que los

descubrimientos avanzan, las crisis y las revoluciones se dan, y en la medida que los

paradigmas cambian. En consecuencia, opino que los paradigmas que sustituyen a los

anteriores, siempre guardan algo de ellos, esto es, que nunca se comienza de cero.

Para ir finalizando, voy a centrarme en la cuestión de la invisibilidad de las

revoluciones científicas. Kuhn critica la perspectiva tradicional culpándole de ocultar

voluntariamente la existencia de las revoluciones científicas. Por un lado, se puede pensar que

es algo voluntario, pero también se puede entender que los que sostienen tal modelo crean

realmente que el conocimiento científico se concibe de esa manera. Esto es, se pueden hacer

dos lecturas distintas de la invisibilidad de las revoluciones: una, que haya un interés

conspirativo en mostrar la ciencia de manera lineal y acumulativa, ocultando así

voluntariamente las revoluciones. La segunda, que realmente la ciencia sea acumulativa y por

eso haya sido ese el modelo imperativo durante tanto tiempo. Kuhn a la hora de criticar el

modelo tradicional, obviamente se postura en la primera de las opciones, sosteniendo que hay

fines interesados detrás del ocultamiento voluntario de las revoluciones, aun así, no dice

demasiado respecto a cuales pueden ser las razones o los intereses de hacerlo. Por eso, a

continuación quiero tratar esa cuestión de cerca, especulando en cuanto a las razones que

pueden llevar a Kuhn a pensar y a afirmar que se enmascaran las revoluciones científicas de

manera voluntaria.

Kuhn podría conformarse pensando que el modelo tradicional no cree realmente en la

existencia de las revoluciones científicas, pero en lugar de ello, opta por la opción que sostiene

que a pesar de ser conscientes de ellas, hacen todo lo posible por ocultarlas. Por un lado, se

puede pensar que tal afán de mostrar que se ocultan las revoluciones científicas, no es más

que una estrategia retórica que Kuhn utiliza para atraer la atención del lector. Por otra parte,

se puede creer que Kuhn piensa realmente lo que dice. Personalmente, tengo serias dudas

respecto a esta cuestión. Como vengo sosteniendo durante el ensayo, existe una relación

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directa entre las revoluciones y la concepción de la ciencia. Esto es, si el modelo tradicional

sostiene que la ciencia es acumulativa, ¿por qué motivo habría de pensar que se dan

revoluciones científicas? Creo que si estuvieran convencidos de la existencia de tales

revoluciones, entonces, no se aferrarían de ese modo al pensamiento que opta por concebir la

ciencia como acumulativa, a no ser que existan otro tipo de intereses que les inviten a hacerlo.

Por eso, si Kuhn está tan convencido de que los defensores del modelo tradicional son

conscientes de la existencia de las revoluciones, y aun así, mantienen su postura de la ciencia

acumulativa, entonces, Kuhn debería mostrar cuales son las razones que les llevan a hacerlo.

Veamos cuales pueden ser esos intereses.

Desde mi perspectiva personal y defendiendo algunas ideas de Kuhn, opino que resulta

más sencillo volver a escribir la historia, antes que dar constancia de la dependencia que tiene

la ciencia de ella. Como bien dice Kuhn, atribuir una mayor responsabilidad a los detalles

históricos, solo serviría para dar una importancia inexistente a la confusión de los humanos en

su labor científica, de ahí que sea más conveniente mostrar la ciencia de manera más

idealizada, como herramienta que nos conduce a la verdad y que no tiene margen de error.

Creando así, una ideología de la profesión científica que nos haga ver la ciencia de manera

lineal y acumulativa. Teniendo en cuenta todo lo expuesto aquí, creo que ese afán de

reescribir la historia de la ciencia y de ocultar las revoluciones científicas, se debe nada más y

nada menos que a una estrategia pedagógica. Es decir, puesto que los libros de texto

científicos tienen como objetivo familiarizar lo más rápido posible a los estudiantes de ciencia

con los conocimientos científicos obtenidos hasta el momento, no se esfuerzan por asociar las

leyes, teorías y conceptos de la materia, en vez de ello, las atan de manera sucesiva, como

herramienta pedagógica. De esta forma, obtenemos la impresión de que la ciencia ha

alcanzado su estado actual gracias a una serie de descubrimientos e inventos individuales que,

cuando se atan, constituyen el cuerpo moderno de conocimiento técnico. En conclusión, esta

estrategia pedagógica forma una determinada naturaleza a la hora concebir la ciencia. Crea de

manera interesada la forma de ver la ciencia como acumulativa. Aun así, en mi opinión no

queda claro si es la práctica científica la que determina la educación o si es la educación la que

determina la práctica científica, pero dejo esta cuestión para otra ocasión.

Para finalizar el ensayo, me propongo resumir el recorrido que he seguido en estas

reflexiones. En primer lugar, frente al modelo de desarrollo científico tradicional, me he

posicionado a favor del modelo kuhniano en cuanto a la defensa de las revoluciones científicas

y en cuanto al rechazo de la idea de verdad como objetivo final. En segundo lugar, he

defendido la importancia que tienen los motivos subjetivos a la hora de posicionarse respecto

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a dos soluciones distintas a un mismo problema. En tercer lugar, he intentado argumentar una

vía intermedia entre el modelo acumulativo y el no-acumulativo de la ciencia. Y por último, he

especulado entorno a las razones que puede tener Kuhn a la hora de culpar al modelo

tradicional de ocultar voluntariamente las revoluciones científicas.

En conclusión, creo que no hay lugar a dudas en cuanto a la existencia de las

revoluciones científicas, y asumiendo que los libros de texto de ciencia ocultan su presencia

por las razones que he comentado más arriba, opino que la labor de Thomas Samuel Kuhn ha

sido determinante a la hora de mostrar la naturaleza de la ciencia. Aun así, debo añadir tal y

como lo he comentado durante este ensayo, que hay que reformular la naturaleza de las

revoluciones científicas, buscando esa vía intermedia entre los dos modelos de desarrollo

científico.

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BIBLIOGRAFÍA

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Cultura Económica, trad. Carlos Solís Santos.

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(ed.): (2002), El camino desde la estructura, Barcelona: Paidós.

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