ensayo sobre la producción de seguridad, basado en el articulo de gustave molinari. willians ruiz
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Ensayo: Sobre la Producción de Seguridad. Gustave Molinari
Willians R. Ruiz R.
La sociedad y su organización, he allí el punto de partida en el cual
Molinari establece una discusión suficientemente interesante en base a la
condición natural de organización del hombre y sus pares, y por otro lado de
las ideas que se inventaron para oprimirlos, es decir entendiendo la sociedad
como el hecho que contempla la interrelación de un individuo con otro en
función de cubrir y solventar sus necesidades, aquella razón de intercambio
que hace posible que unos y otros persiguiendo cubrir sus necesidades acudan
a establecer una relación de intercambio y procuren dividir el trabajo y ¿por qué
no? Especializarlo también. Es la misma naturaleza del hombre verse impedido
a cubrir mediante su propio medio las necesidades que han de ser básicas,
pero a su vez crecientes, que al no poder el mismo cubrir la satisfacción plena,
y al saber la existencia de otros iguales, con necesidades quizás parecidas o
diferentes a la de él, pero con la necesidad de solventarlas y ante la propia
división natural del trabajo y especialización, ya sea por condiciones naturales
o aprendidas, que hacen que unos se especialicen o las condiciones en las
cuales viven les lleven a desarrollarse más en la elaboración de ciertos bienes
que otros, ya sea por condiciones especificas de terreno, o por desarrollo de
otros bienes, produzcan entonces un bien diferente, es la sociedad pues la que
permite que mediante el intercambio y la división del trabajo los hombres se
organicen y desarrollen, en la cual pueden ser capaces de explotar su
potencial, en la que pueden concurrir diversos personas y allí encontrar cabida
a la solución de sus problemas, que mas natural que la condición propia de
organización por interés del hombre. Pero por las mismas razones “naturales”
han surgido mecanismos de coacción, que gobiernan la sociedad en procura
del propio bien común, inicialmente la monarquía, quien por “ley divina”
estaban designados como una especie de supra hombres, con el conocimiento
suficiente para organizar y dirigir la sociedad, este ideal idílico no se diferencia
mucho en los otros sistemas, los legisladores, los totalitarios y cualquier otro
tipo de gobierno que además, en nombre del poder que la “soberanía que el
pueblo les ha otorgado” toman decisiones como seres casi divinos, en las
cuales sin serlo, poseen el mismo potencial para errar en las decisiones e
incluso en ocasiones más, que el resto de los individuos que componen la
sociedad.
Ante la necesidad de resguardo y protección de la propiedad, de cualquier otro
sujeto que quiera hacerse con el fruto de lo que no ha trabajado y con lo que no
le pertenece, y en momentos en que el dueño de la propiedad se puede ver
desprovisto para defenderse, quedaba entonces una situación que las formas
de gobiernos, tomarían como ventaja para hacerse ellos, y quienes más si
estos son los encargados de organizar la sociedad, y rehacerla, con el
monopolio de la seguridad, es así como mediante un precio que cobraban a los
aldeanos, (por llamar de esta forma a los hombres que primitivamente se
organizaron en sociedad) por proveerles el servicio de seguridad, un precio que
al ser la seguridad monopolio de la monarquía por supuesto era bastante
injusto y elevado, pero todo ello con el fin de garantizar la protección pacifica
de los bienes y de su persona.
Si tienes a una sociedad y eres tu el encargado de proveerles seguridad, que
incentivos tendrías para ofrecerla a un menor precio, incluso para ser eficiente
en tu trabajo, ¿qué harían los integrantes de la sociedad si quienes se
encargan de protegerlos son los mismos agresores?, es una interrogante
importante porque en virtud de su monopolio de la seguridad el incremento de
los precios vino a ser abusivo, pero el anhelo de la seguridad le permite al
hombre sacrificarse y desprenderse aun mas por el hecho de tener seguridad
y protección.
El objetivo de la seguridad es dar garantía y protección a los individuos y a sus
propiedades, lo que no limita a que su producción sea únicamente por parte de
los organismos de gobiernos, por el contrario así como cualquier otra empresa
la misma podría permitirse en un desarrollo privado y de competencia, donde
existan compañías capaces de proveer seguridad y ante la competencia
permitirá que las mismas mejoren constantemente para mantenerse a la
vanguardia, y además con niveles de precios diferentes a los de monopolio,
ahora bien, el hecho está en que esta función esta única y exclusivamente
reservada al Estado, indistintamente del sistema de gobierno que se utilice ,
con lo cual el Estado se hace con el monopolio de la seguridad y la fuerza y los
individuos de la sociedad pagan tributos para ser protegidos y recibir la
protección de sus bienes y de su persona.
Pero si la producción de seguridad y defensa fueran llevadas a competencia y
cada organización tuviera la posibilidad de contratar la seguridad que le plazca
en cuanto a tener la libertad de ajustar directamente la utilización de la
seguridad de acuerdo a sus necesidades o las del entorno, ello permitiría una
sectorización que haría que en pequeñas aldeas se adecuara la seguridad al
contexto y en grandes ciudades u organizaciones los números fueran más
elevados, ello hace una administración más eficiente, incluso más competitiva
que le permitiría a los agentes, evaluar que compañía le ofrece mejores
condiciones, mejores precios, y así permitiría el poder cambiar cuando alguna
compañía no se adapte a las necesidades o simplemente realice mal su
trabajo, pero el sistema actual no hay posibilidad alguna, si la seguridad falla no
hay posibilidades de removerla puesto que es una imposición, y el pago de los
tributos es obligatorio, así como la administración de la seguridad que no llega
a ser la más eficiente y focalizada. Es decir se trata la seguridad a gusto e
interés de quien la maneja que es el gobierno y no en función de los intereses
de quienes la pagan que son los ciudadanos.
Pero ello es así y sucede en efecto por la misma necesidad de protección que
el hombre tiene, es decir el argumento para hacerse con la administración de
la seguridad y la defensa es que es en función del bienestar de la mayoría, y
que ejerciendo la soberanía del pueblo hacen uso y administración de la
seguridad y defensa de todos.
Ello no se diferencia en monarquía o en comunismo, el monopolio de la
seguridad sigue siendo el mismo independientemente del apellido que tenga el
sistema de gobierno, mientras no sea permitido que las sociedades se
organicen mediante sus propias voluntades para contratar de acuerdo a sus
propias necesidades la seguridad que decida y que mejor se adapte a sus
necesidades demandadas, el no permitir que esto sea así, ira en contra de la
libre voluntad de los ciudadanos quienes deben tener la opción de elegir de
acuerdo a sus preferencias y necesidades.
Aunque en unos casos los que gobiernan se adjudiquen esa facultad y ese
poder como designio divino (la monarquía) y en otros los que gobiernan se lo
adjudiquen como el poder y la voluntad delegada de la mayoría y del pueblo
(comunismo); finalmente la conclusión sigue siendo la misma.
Es frecuente que las decisiones tomadas en nombre de la mayoría termines
perjudicando o incluso en el aspecto más ligero no favoreciendo a las minorías,
pero como es dicho siempre es la dictadura de las mayorías, y en nombre de
ellos se llevan a cabo actos que condenan a la minoría a los designios
mayoritarios.
Es precisamente el absoluto manejo y disposición de la seguridad y la fuerza
que hace que los que la controla no tengan incentivos para desempeñar una
labor eficiente, que además les permite utilizarla en contra de aquellos que se
subleven al régimen es decir, yendo en contra de quienes por deber deberían
proveerles seguridad, porque si a los ciudadanos en disconformidad con la
forma de gobierno, o digamos mas puntualmente en la administración de la
seguridad por parte del gobierno, se les ocurre que no quieren mas que este
tenga el monopolio y sea libre; pues los mismo recibirán la reprensión
suficiente como para desistir de la idea de quitarle el monopolio de la seguridad
y la fuerza de las manos del gobierno.
Finalmente mientras no se permita el libre desempeño de la seguridad como
cualquier otra actividad productiva y la misma sea monopolio del gobierno, no
puede esperarse un desempeño eficiente del mismo y no cabe esperarse que
aquellos encargados de administrarla no abusen de su condición.
“del mismo modo que la guerra es consecuencia natural del monopolio, la paz
es consecuencia natural de la libertad”. Gustave Molinari.