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SIMÓN RODRÍGUEZ, PEDAGOGO ILUSTRADO Y REVOLUCIONARIOEnsayo
Milagros González Carreño.
Al reflexionar sobre la vida y obra de Simón Narciso Carreño Rodríguez, Simón
Rodríguez, no puede obviarse, entre otras cosas, su vasta cultura; la cual se evidencia en las
numerosas referencias bibliográficas y documentales relacionadas con la historia
grecorromana en el campo de la filosofía, la literatura, la política y la ciencia. En tal sentido,
en sus escritos son innumerables las referencias a Aristóteles, Platón, Aristarco de Samos,
Dionisio de Halicarnaso, Hipócrates, Homero, Horacio, Bruto y Constantino, entre otros.
Así como es evidente su acceso a literatura sobre el Emperador Carlomagno, de la
Edad Media, y que leyó a Maquiavelo y Tomás Moro, del Renacimiento; de igual modo
comenta a autores como Cervantes, Nebrija, Samaniego, Ripalda, Fernando I de Navarra,
Fernando VII, Feijóo y Jovellanos.
Conviene señalar en la obra de Simón Rodríguez, la referencia a los trabajos de Fray
Benito Jerónimo Feijóo y Montenegro y de Melchor Gaspar de Jovellanos, representantes de
la Ilustración, quienes son ejemplos emblemáticos de los procesos de reforma ocurridos en
España, los cuales influenciaron la obra de Simón Rodríguez como pedagogo y que son
citados en sus obras Luces y Virtudes Sociales y Pródromo a Sociedades Americanas.
Resulta oportuno destacar que Simón Rodríguez, influenciado por Feijóo y Jovellanos,
realiza cuestionamientos importantes a mediados del siglo XVIII, a la concepción y
funcionamiento de la Escuela de Primeras Letras de Caracas, lo cual queda evidenciado en su
informe titulado Reflexiones Sobre los Defectos que Vician la Escuela de Primeras Letras de
Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento, presentado el 19 de
Mayo de 1.794 al Ayuntamiento de Caracas.
En otro orden de ideas, Simón Rodríguez se nutrió durante su permanencia en Caracas,
de autores europeos de la Ilustración, foráneos a España, lo que se evidencia en las citas a
Rousseau en Sociedades Americanas en 1.828; Luces y Virtudes Sociales y Crítica de las
Providencias del Gobierno.
Además, comenta a Voltaire en el Pródromo a Sociedades Americanas y Consejos de
Amigo Dados al Colejio de Latacunga, y en la conocida Defensa de Bolívar. Así como
referencias constantes a Francis Bacon y al economista Adam Smith. Igualmente menciona en
un artículo publicado en “El Mercurio” (Chile, 1.840) a Destut de Tracy en su temática
referida a los partidos políticos, también al abate Sièyes, quien es el ideólogo de la
convocatoria a la Asamblea Constituyente en los tiempos de la Revolución Francesa y que es
señalado por Simón Rodríguez en su obra Luces y Virtudes Sociales.
Dentro de este marco, un aspecto que merece particular atención es el referido a las
ideas y acciones revolucionarias de Simón Rodríguez, lo cual queda demostrado en su partida
de Caracas en 1.795 ó 1.797, de manera precipitada, a raíz de la debelación de la conspiración
de Gual y España, en la cual estuvo involucrado. Sobre esto da testimonio el edecán del
Libertador, General Daniel O'Leary, quien junto a Bolívar en Perú, en 1.825 después de la
victoria de Ayacucho, señala:
“El 13 de Julio de 1.797, fue descubierta la conspiración (…) Este acontecimiento apresuró su partida, (…) temió Rodríguez (…) sufrir la persecución de que eran víctimas los que habían confiado en el indulto del Capitán General”. (Morales, 2005: 97)
En efecto, en 1.842 en su obra Sociedades Americanas, Simón Rodríguez dejó
constancia de sus inquietudes y actividades conspirativas y revolucionarias. Al respecto
expresa: “la suerte de mis compatriotas me llevó al PATRIOTISMO, el patriotismo a
Napoleón, Napoleón a Bolívar…”
Este señalamiento deja constancia que este sentimiento patriótico lo llevó a ser un
inconforme con la realidad social y política existente en el país durante la colonia, y lo
condujo a involucrarse en movimientos subversivos, lo cual trajo como consecuencia su
salida del país y lo llevó a Europa, donde se encontró con Bonaparte y Simón Bolívar.
Por otra parte, algunos escritores como los que se mencionan a continuación, hacen
referencia a una circunstancia que pudo marcar la vida de Simón Rodríguez y que, según Jorge
(IBID, 2005 : 98): “tenía el alma lacerada por su condición de hijo expósito y sacrílego,
dolorosa circunstancia que le impulsó a desarraigarse de su contexto social, abandonando el
país”
Por su lado Jáuregui (IBID, 98) destaca: “las razones que movieron a Rodríguez a salir
del país no están vinculadas con actividades de carácter revolucionario, sino con su condición
de hijo sacrílego, mácula que ponía en peligro su carrera docente, aún cuando apareciera
legalmente como expósito (…)”
De allí pues, esta patología social según los autores antes citados, determinó la partida
de Rodríguez de su natal Caracas, a la cual no asomó voluntad de retornar y, más aún, rechazó
esa posibilidad cuando el Gobierno de Venezuela manifestó interés por su regreso a la patria.
Por tanto, independientemente de las motivaciones ocasionadas por su origen y
condición social, que dificultaban el ambiente colonial caraqueño y que constituyeron motivo
de peso para impulsarle a abandonar su familia, amigos y patria, es más probable que fuese su
recia personalidad y sus inquietudes intelectuales las que impulsaron el involucrarse en
actividades conspirativas contra el sistema colonial y el gobierno español, inclusive llevándole
a cambiar su nombre por el seudónimo de Samuel Robinson.
De hecho, los acontecimientos anteriores, llevan a Simón Rodríguez a asumir una
nueva identidad y junto con ella a recorrer Europa, Norteamérica y el Caribe. Además,
desarrollar experiencias en otros campos, como es el relacionado con la imprenta, acción esta
que posibilitó acceder a información actualizada y a manejar conocimientos contenidos en
libros.
A lo anterior se le suma una experiencia vital como fue la posibilidad de apreciar y
sentir en toda su dimensión la diferencia de vivir en un régimen de gobierno inspirado en los
principios de la Ilustración, que permitía y garantizaba el pleno ejercicio de la libertad y los
derechos fundamentales de los individuos en contraste con la asfixia intelectual, política,
moral y social existente en el ambiente colonial español de Caracas.
Sin embargo, su agudeza y sensibilidad social le llevó a cuestionar fuertemente los
conflictos sociales derivados de la colonización inglesa, como la discriminación racial de los
negros esclavos y sus descendientes.
En definitiva, su inquietud social e intelectual le llevó a cuestionar de manera furtiva
las instituciones existentes para la época y su desempeño en el campo político, social y
cultural, particularmente en el quehacer educativo, apoyándose para ello en la Ilustración, la
cual considera que la educación era el medio fundamental para combatir el oscurantismo, la
ignorancia, las supersticiones, tal como lo señaló en su Tratado sobre las Luces y las Virtudes
Sociales (1.840), en el cual destaca:
“Solo un gobierno ilustrado puede generalizar la instrucción…dígase más…lo debe: porque sus luces lo obligan a emprender la obra de la ilustración con otros…”
Igualmente rechazaba la forma política de la Monarquía para gobernar a los pueblos
por ser un producto de la tradición, del pasado, lo cual dejaba constancia de su inquebrantable
vocación republicana, tal como lo expresa en su obra Luces y Virtudes Sociales (1840)
publicada en Chile:
En consecuencia, la vida y obra de Simón Rodríguez como Pedagogo Ilustrado y
Revolucionario, se fundamenta en un cuestionamiento profundo a las instituciones sociales,
políticas, morales y culturales de la época, lo cual unido a su vocación de republicano le llevó
a recorrer diferentes países y a estar en contacto con el mundo intelectual, permitiéndole
reivindicar la educación popular, es decir, para todos los estratos sociales, así como la
preferencia por las disciplinas útiles distanciándolas de las disciplinas especulativas
tradicionales.
De igual manera, destaca en su ideario, lo relacionado con el derecho a la propiedad, lo
cual es un postulado común en todos los pensadores del denominado Siglo de las Luces, así
como los aspectos referidos a República y Monarquía, sobre lo cual añade:
También Simón Rodríguez privilegia el capital intelectual, las luces, el saber para el
desempeño en una sociedad republicana. De allí que su concepción de la razón está
íntimamente relacionada con el paradigma de la razón ilustrada, lo que implica un rechazo a la
supeditación del conocimiento a las llamadas ideas innatas, es decir, al conocimiento que es
“La divisa de la Monarquía es… Erudición y Habilidades, Profesiones y Oficios… en tumulto. Privilejios, Herencias y Usurpaciones. Las de las Repúblicas, debe ser: Educación POPULAR. Destinación á Ejercicios UTILES. Aspiración FUNDADA a la Propiedad”. (II, 141-142)
“La diferencia que más distingue la Monarquía de la República y que debe tomarse por característica es que en MONARQUIA (…) Sólo por la fuerza física consigue un Rey que sus vasallos le obedezcan (mientras que) La fuerza de la autoridad Republicana es puramente MORAL”. (IBID, I, 230-231)
revelado al nacer, según el escolasticismo tradicional, planteando la necesidad de asumir una
actitud indagatoria, racionalista, fundada en la experiencia, en la búsqueda de la verdad.
Una referencia particular de Simón Rodríguez es la relacionada con la pedagogía de la
Ilustración, la cual presenta como contrapartida al escolasticismo tradicional. Dicha pedagogía
promovía la incorporación de ciencias útiles y prácticas en los planes de estudio de las
instituciones educativas en lugar de cátedras de teología, filosofía, derecho y medicina, y la
sustitución del latín por las lenguas nacionales.
Por tanto, los postulados del Iluminismo marcaron la vida y obra de Simón Rodríguez,
impulsándole a plantearse reformas en las estructuras sociales y en la constitución de una
sociedad más justa y humana, con igualdad de oportunidades y en la cual se eduque para vivir
en sociedades republicanas.
INFLUENCIAS DE LA ILUSTRACIÓN EN EL PENSAMIENTO DE BOLÍVAR
Ensayo
Milagros González Carreño
Diversos acontecimientos en el orden político, social y cultural influyen en la vida de
Simón Bolívar. Muchos de ellos quedaron plasmados en sus ideas y los mismos son producto
de su contacto con la civilización occidental y de su entrega al estudio de las matemáticas, las
lenguas, los clásicos antiguos y modernos, aspecto en el cual fue orientado por el Marqués de
Ustáriz, caballero americano distinguido por su notable talento e instrucción.
Existe un personaje que es objeto de admiración por parte de Simón Bolívar y este es
Napoleón Bonaparte, quien asombraba al mundo con sus hazañas y habilidad política, le
devuelve a Francia la paz con la ratificación del Tratado de Amiens y Bolívar fue testigo del
regocijo de este acontecimiento, esto a su vez propugnaba el triunfo de la libertad, las nuevas y
filosóficas instituciones, las maravillas del arte y a Bonaparte como Jefe indiscutible de la
República.
En Mayo de 1.804 llega Bolívar a París. Diferentes acontecimientos ocurrían en esa
ciudad y uno de ellos era la argumentación de Napoleón, quien cuestionaba la autoridad
temporal de la cual estaba investido, lo cual no salvaguarda la tranquilidad pública. Esto, junto
a su deseo de reconciliar a Francia con la monarquía europea, le llevó a establecer el
Consulado Vitalicio, atribuyéndose el título de Carlomagno. Para ello prepara, ese mismo
año, una ceremonia de coronación en la Catedral de Notre Dame, acontecimiento este que
decepcionó a Bolívar grandemente y le obligó a dejar de lado su admiración.
Sin embargo, algunos señalamientos posteriores aseguran que Bolívar no dejó de
admirar el genio político y militar de Napoleón, pero con una posición crítica y sin actitud de
postración intelectual. Esto se evidencia en los libros que formaron parte de las bibliotecas que
eran posesión de Bolívar y en las cuales se destacan diversas obras que mencionan aspectos de
la vida de Bonaparte.
En efecto, así como la figura de Napoleón influyó en las ideas políticas y militares de
Simón Bolívar, no puede obviarse la referencia a Thomas Hobbes (1588-1679) quien
constituye un clásico del pensamiento político, el cual queda demostrado en su obra El
Leviatán, publicada en 1.651, sobre la misma Graham, citado por Morales Gil (2.005:125),
señala que es “una de las Biblias de Inglaterra (…) Tesoro de sabiduría moral y política”.
Entre las ideas de Hobbes se destacan: lo referido al “estado de la naturaleza”,
caracterizado por un escenario de pugna permanente entre los hombres, el cual conduce a una
guerra perpetua de “todos contra todos”, donde el hombre se convierte en un lobo para el
hombre, circunstancia ésta que dificulta la concertación y la paz. Por tanto, los hombres deben
ponerse de acuerdo para renunciar a los derechos absolutos que tienen en el estado de
naturaleza y pactar la formación de una sociedad política en la cual se establezcan reglas claras
para la convivencia social.
Igualmente Hobbes plantea que, para evitar las disensiones internas y la anarquía en el
seno de la sociedad política, propugne la instauración de un régimen de carácter absolutista.
Dicha tendencia conduce a la centralización e indivisibilidad del poder, la seguridad, la
igualdad ante la ley, la instrucción y la educación, la prosperidad material, trabajo, entre otros.
Estas ideas de Hobbes influyen en Bolívar, quien defendía el poder centralizado, un
poder ejecutivo fuerte y rechazó la forma de gobierno federal para las nacientes repúblicas.
Otro autor del Siglo de las Luces que ejerció influencia en el pensamiento de Bolívar
es Baruch Spinoza (1632-1677), quien plantea en su obra denominada la Ética, entre otras
cosas, el absoluto divorcio entre la teología y la filosofía, entre la fe y la razón. Para este autor
el objetivo de la filosofía es únicamente la verdad; el de la fe es únicamente la obediencia y la
piedad.
Spinoza realiza consideraciones, en la tercera parte de su Tratado teológico-político,
(publicado en 1670), acerca del Estado, el cual tiene un fundamento natural y racional, no
teológico. De igual manera, aún cuando manifiesta el mayor respeto por las autoridades
establecidas, él indica su preferencia por un régimen liberal, especialmente en materia
religiosa.
Al respecto añadía el mencionado autor: “hay que dejar a cada quien la libertad de su
juicio y los poderes de entender los principios de la religión como le plazca, y juzgar sólo la
piedad a la impiedad de cada uno según sus obras”. En relación a la la libertad destaca:
“demostraré que nadie está obligado, según el derecho natural, a vivir a gusto de otro, sino que
cada uno es el protector nato de su propia libertad”.
En definitiva, las ideas políticas de Spinoza se pueden sintetizar así: los hombres no
realizan de manera plena sus derechos más que en una colectividad que se las garantice. El
Estado ideal es aquel en el cual los hombres vivan en mutuo acuerdo, aquel que garantice la
seguridad y la paz.
Este pensamiento de Spinoza se refleja en las ideas de Bolívar en lo que respecta al
rechazo a los gobiernos monárquicos, su preferencia por la democracia, fortalecimiento del
poder ejecutivo, la vigencia y preeminencia del derecho.
De allí pues, el pensamiento Bolivariano se nutre de las páginas de autores Ilustrados
del Siglo XVIII, como Feijoo y Jovellanos, así como de las obras de los clásicos de la
antigüedad grecorromana y del Renacimiento, muy en boga durante el conocido como Siglo
de las Luces.
En definitiva, en las obras de Bolívar se encuentran presentes diferentes autores, entre
los que se destacan: El Contrato Social de Rousseau, el Conde de Montecúculli con El Arte
Militar en General, Comentarios de la Guerra de las Galias de Cayo Julio César, Historia de
la Casa de Brandeburgo y la Correspondencia, de Federico de Prusia, Obras Militares del
Mariscal Vauban editadas a fines del siglo XVIII o comienzos del XIX, además de la
manifiesta admiración que expresaba por Voltaire.
Existen otras fuentes documentales que formaron parte de la biblioteca de Bolívar,
tales como: Oraciones de Cicerón, Ovidio, Plutarco, Filosofía de Bacon, así como una
diversidad de epístolas sostenidas con el abate De Pradt, el abate Saint Pierre y el abate
Raynal, estos últimos con sus ideas aparecen en la Carta de Jamaica.
De igual manera, con innumerables las referencias a libros de Historia, Matemática y
Física, temas de Naturaleza, Agricultura, Comercio y Navegación, Idiomas, entre otros.
Así, al reflexionar sobre el fondo bibliográfico de Bolívar y sus familiares, así como la
influencia de estas obras en el pensamiento político, se pudiera decir que la formación teórica,
sus reflexiones y elaboraciones, son producto del acceso a estas fuentes documentales, el cual
se hace patente por ser citas constantes en los diferentes escritos del Libertador.
LA PRESENCIA DE ROUSSEAUEnsayo
Milagros González C.
En este orden de ideas, la presencia de Juan Jacobo Rousseau, el “ciudadano de
Ginebra”, es innegable dentro del ideario político de Simón Bolívar, especialmente en la
relevancia que este atribuye a la opinión pública.
Rousseau sustentó sus argumentos sobre la clasificación que hace de las normas
jurídicas, a las cuales divide en leyes fundamentales, civiles y penales, expresando
categóricamente que “A estas tres clases de leyes hay que agregar una cuarta, la más
importante de todas (…) Hablo de usos, de costumbres y sobre todo de la opinión (…) de la
cual depende el éxito de todas las demás leyes”
Esto se evidencia en la obra del Libertador, entre las que se pueden destacar la Carta
de Jamaica (1815), donde hace referencia indirecta a Rousseau, comentando el pacto del
Emperador español Carlos V con los descubridores, señalando Bolívar: “como dice Guerra, es
nuestro contrato social”. En un párrafo posterior de la Carta refuta la propuesta de los
gobiernos monárquicos, hecha por el abate de Pradt, estableciendo la relación entre el tamaño
de los Estados y sus respectivas formas de Gobierno; lo cual deja en claro la influencia de la
concepción de Juan Jacobo Rousseau sobre esta temática, que se observa puntualmente en el
capítulo IX del libro II de El Contrato Social.
De igual modo, en el magistral discurso pronunciado por el Libertador ante el
Congreso de Angostura (1819), considerado por historiadores como Vicente Lecuna, “la
máxima expresión del ideario político del Libertador”, se encuentran múltiples alusiones al
pensamiento de Rousseau.
El mismo historiador afirma que, sin lugar a dudas, los argumentos del Libertador
sobre la libertad se inspiran en la obra de Rousseau “Discurso sobre el origen de la
desigualdad entre los hombres”.
En definitiva Bolívar, influenciado por el pensamiento liberal de su época, hijo de la
Ilustración, atribuye especial relevancia a las libertades civiles. Se nutre del pensamiento de
este filósofo, manteniendo su postura crítica, afirmada por su conocimiento y sentir de la
realidad americana; ejemplo de ello es el rechazo que hiciera Bolívar de la propuesta de una
democracia directa, planteada por Rousseau, acogiendo la fórmula de representación política
defendida por John Locke y Montesquieu.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Morales Gil, Eduardo. Simón Rodríguez y Simón Bolívar pioneros de la educación
popular, Orígenes de las Escuelas Bolivarianas. Ministerio de Educación y
Deportes, Caracas, 2005.