Las formas contemporáneas de socialidad. Reflexiones para una antropología en Internet

Juan Manuel Galván Rivera13 de diciembre de 2008Profesor: Dr. Steffan Igor Ayora Diaz

Corrientes Contemporáneas de la Antropología

Ya no consiste en decidir si es aceptable considerar Internet como objeto de estudio. Más bien: ¿es posible hacer investigación sin internet? Canclini, 2004:151

Keywords: comunidad, interculturalidad, realidad, virtual, tiempo, espacio, trabajo de campo.

Introducción

Las prácticas contemporáneas de socialización han llevado al hombre a generar rupturas en

formas que habían sido paradigmas para la creación y reproducción de la cultura. En

consecuencia la antropología entra a cuestionar sus principales conceptos teóricos, ya que

estos no logran referir a los agentes1 y a sus procesos sociales de interculturalidad2

temporal, ahora se desdibuja la identidad, el cuerpo, la comunidad, el Estado-nación, lo

“real”, el tiempo y a la vez el mismo espacio. La antropología cuestiona su campo de

estudio, la autoridad hacia el Otro, la cultura como adjetivo y no sustantivo, la carencia de

un paradigma, el fin de la historia y hasta el cuestionar las formas de escribir ante las

formas contemporáneas de sociabilizar.

Por lo que este ensayo tiene como objetivo principal reflexionar acerca de las

formas contemporáneas de socialización; de la generación, circulación y mercantilización

del conocimiento, que para este ensayo lo he encerrado en la interculturalidad para

reflexionar partiendo del uso de tecnologías y los medios electrónicos de comunicación

1 A lo largo del ensayo usaré la palabra agente en relación a la propuesta de Giddens (1995) quien hace referencia a los individuos que eran llamados sujetos y que hacían connotación a personas con poca capacidad de acción y reflexión, dependientes y sujetados a una estructura social, para así apoyar la idea de dar más libertad desde la teoría a los individuos.

2 El concepto de interculturalidad es entendido desde la propuesta de Canclini, quien la define como el resultado de relaciones e intercambios, donde “los diferentes son lo que son en relaciones de negocios, conflictos y préstamos recíprocos”. Para más detalle consulte Diferentes, desiguales y desconectados en Canclini, 2004:15.

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como el Internet, reflexión que obedece a lo planteado por Auge al proponer que la

antropología ha evolucionado ya que: “ha pasar de los estudios de los pueblos al estudio de

los temas”, (Auge, 2005:31), entendiendo el Ciberespacio virtual como un tema y un lugar

que nos permite crear y reproducir la(s) cultura(s).

Por lo que he basado el ensayo en dos preguntas centrales, ¿podemos hablar de

interculturalidad en los espacios “virtuales” de socialización contemporánea como es en

Internet?, ¿hasta qué punto podemos seguir hablando de “comunidades” en éstos espacios

de socialización contemporánea? Estas preguntas más que dar respuesta considero

reflexionar sobre ellas, ya que es un campo que aún está en proceso y dudo que llegue a

conceptos terminados.

El ensayo se inicia con una reflexión de la antropología contemporánea y algunos

de sus conceptos teóricos que han llegado a un punto finito, por lo que se parte de las

propuestas teóricas de autores como: Clifford Geertz (1973, 1983), George E. Marcus y

Michael M.J. Fisher (2000[1986]), Arjun Appadurai (1996) y Marc Auge (1998, 2005).

Posteriormente se reflexiona con algunos de los campos conceptuales de la

antropología y que para este ensayo toman mayor importancia por la temática a discutir,

los cuales son: “realidad”, “virtual”, tiempo-espacio, que se comentarán de forma general

sin profundizar en ellos ya que eso implicaría por lo menos un ensayo para cada uno. Para

esta parte me he apoyado en autores como: Manuel Castells (2001), N. García Canclini

(2004), Nicholas C. Burbules (2005), Ulrich Beck (1998), Lash y Urry (1998).

Finalmente en base a lo anterior, me centraré y reflexionaré en la discusión de

“comunidad” para un trabajo antropológico en Internet tocando el trabajo de campo

antropológico, partiendo de las discusiones más recientes que serán apoyadas de autores

como: Rheingold (1996), Gupta y Ferguson (1997), Igora Ayora Diaz (2002), Gabriela

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Vargas Cetina (2004), Katie J. Ward (1999), enlazando la discusión con el trabajos

“etnográfico” en la “comunidades virtuales” de Second Life, de Tom Boellstorff (2008).

Por último cierro con los comentarios finales que intentan además de sintetizar las

preguntas planteadas, marcar lo que se ha logrado y lo que queda por hacer para una

antropología en Internet.

Desarrollo

Vivir en un único lugar no significa ya vivir con los demás, y vivir con los demás no significa ya vivir en un solo lugar: Beck, 1998:111

Características del mundo contemporáneo

El hablar de interculturalidad en las “comunidades virtuales” del Internet, implica partir y

reflexionar del por qué y cómo hemos llegado a éste momento donde los conceptos

teóricos y herramientas antropológicas se ven cuartados y cada vez son más limitados para

referir a los procesos culturales contemporáneos. Tenemos que reflexionar y replantear en

la misma práctica, en palabras de Marcus y Fisher (2000), estamos en el momento de una

antropología experimental de la que nos podemos apoyar para replantear técnicas y

herramientas antropológicas.

Dos elementos principales son los que Appadurai refiere como principales causas

que nos han llevado a tal ruptura, él sugiere que: “los medios electrónicos y las

migraciones masivas caracterizan el mundo de hoy” (Appadurai ,1996: 20) la migración

siempre ha estado presente en la vida del hombre, pero en la actualidad la movilidad de

personas es masiva, esto permitido por los medios de transporte y sumándole las Nuevas

Tecnologías de la Información y Comunicación (NTIC), genera lo que Appadurai llama

“un conjunto de irregularidades específicas, puesto que tanto los espectadores como las

imágenes están circulando simultáneamente” (Appadurai ,1996: 20), la simultaneidad está

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presente en el hombre que ya no tiene identidad tiene identidades, Beck sugiere que el

hombre contemporáneo vive topopolígamamente (Beck, 1998:110) a causa de los medios

electrónicos de comunicación, el hombre ha dejado de ser individuo para convertirse en

dividuo. Nos movemos y actuamos en razón del valor signo que le hemos dado a éste

espacio de los flujos. Uno de ellos es el Internet, donde podemos crear personalidades

simultaneas a través de avatars que trasladan y reproducen de “la vida real” a la “vida

virtual”, pero que finalmente las dos nos llevan a formas de sociabilizar.

El viajar y navegar por medios electrónicos como el Internet nos lleva a crear las

nuevas formas de interculturalidad, Canclini (2004). Estas formas de conocer al Otro que

está tan cercano e intercomunicado a nosotros, Geertz sugiere que: “[H]oy en día, todos

somos nativos” (Geertz, 1983:178), todos somos contemporáneos. Ya no más saltos a la

historia de las “comunidades exóticas”, como comenta Vargas Cetina tenemos que

reconocer el tiempo simultáneo, lo sugiere planteando que: “la antropología del tiempo

tiene que partir de nuestra nueva simultaneidad, nuestra coevalidad, y de nuestras

necesarias e importantes diferencias” (Vargas Cetina, 2007:61), ahora se parte de ver las

culturas a partir de las diferencias en un tiempo compartido. En palabra de Auge: “[L]a

contemporaneidad no se decreta, es la transformación del mundo la que la impone” (Auge,

1998:73) y han sido tanto las grandes migraciones como las NTIC, las que nos llevan a

imponer la contemporaneidad y por ende a reflexionar del cómo abordarla.

Para poder hacer antropología en esta contemporaneidad, implica hacer un doble

esfuerzo, por un lado el interpretar al Otro desde el significado que él le da a su mundo,

Geertz sugiere que a través de la: “etnografía del pensar […] de tomarla seriamente como

objeto de descripción analítica y de reflexión interpretativa” (Geertz, 1983:181), la tarea

consiste en pensar los pensamientos y saber como los Otros organizan su mundo

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significativo. Y el otro esfuerzo consiste en reconocer una igualdad y misma capacidad de

reflexión, en palabras de Marcus y Fisher, reconocer que: “no solamente el etnógrafo lee

símbolos en acción, sino que también lo hacen los observados” (Marcus y Fisher,

2000:54). La tarea consiste en una negociación que sea constructiva y evitar un diálogo de

sordos al que refiere Auge, en sí, consiste en reflexionar desde las diferencias culturales.

El hombre en ésta contemporaneidad, ya no pertenece a un lugar específico, ya no

nace, crece y muere en el mismo lugar, Beck lo siguiere así: “La propia vida ya no es una

cosa ligada al lugar, una vida asentada y sedentaria. Es una vida de <<viaje>> (en el

sentido directo y figurado), una vida nómada, una vida de coche, avión, tren, o al teléfono,

en Internet, una vida apoyada en y marcada por los medios de comunicación, una vida

trasnacional” (Beck, 1998:111), en el mismo flujo de personas como de imágenes está

implícito un conocer del Otro, lo cual nos lleva a una ruptura del tiempo-espacio y de los

mismos objetos, las NTIC nos permiten estar en diferentes lugares simultáneamente.

La crisis del tiempo en las formas contemporáneas de socializar

Hablar del tiempo en el mundo contemporáneo globalizado nos lleva a pensar en el

fin de la historia, partiendo de que todos estamos sincronizados en el mercado global, no

podemos hablar de capitalismo sin un lenguaje de tiempo compartido, el tiempo se

considera crucial para la construcción del capitalismo industrial (Castells, 2001:466) el

manejo del tiempo cíclico permitió los procesos de producción de las cadenas de montaje,

que se resumían en procesos repetitivos en serie, en un just to time según Smith, pero ahora

ante un capitalismo tardío que depende de los espacios de flujo de conocimiento e

información tienden a un tiempo infinito, hablo de un tiempo atemporal como lo propone

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Castells, “la sociedad red se caracteriza por la ruptura de la ritmicidad, tanto biológica

como social” (Castells, 2001:480), como la simultaneidad de lo eterno y lo efímero.

El Internet es aceptado como el espacio que siempre está disponible en cualquier

hora o día, el ciclo de vida del hombre es trasladado a medios virtuales, generando nuevas

vidas aunque sean para relaciones sociales efímeras. Por ejemplo Boellstorff para su

trabajo “etnográfico” en Second Life, generó su avatar de nombre Tom Bukowski nacido

el 3 de Junio de 2004, rompiendo así con el tiempo biológico.

Sin duda el tiempo ha regido nuestras actividades y si éstas son llevadas a planos

real/virtual, implica generar nuevas políticas relacionadas con el tiempo, un ejemplo es el

que pone Burbules donde la empresa Swatch propone un tiempo cero para las finanzas, las

transferencias y el intercambio de información a través del Internet:

La corporación Swatch ha anunciado recientemente un nuevo esfuerzo para definir

un nombre de “Tiempo en Internet” global, al dividir el día en 1,000 unidades

(“beats”) que no corresponden a los segundos, minutos u horas, y no están sujetos a

los usos horarios u otros objetos de ubicación física sobre el planeta. El punto cero

de las 12:00 de la noche […] está ubicado en Biel, Suiza, el hogar de la corporación

Swatch. (Burbules, 2005:254)

Este tiempo ya ha entrado en vigor según la página web de Swatch, desde el 23 de

octubre de 19983. El manejo de éste “Tiempo en Internet” no viene a sustituir el de la vida

cotidiana de la gente, sino que se complementa y existen como tiempos paralelos. Esta

sincronía del tiempo en el plano virtual, obedece a las nuevas políticas de estandarización

para el intercambio de información y de transferencias financieras remarcando un tiempo

universal en el “mundo virtual”, en sí, una cultura del tiempo universalizada.

3 Swatch, “Swatch Internet time how it work”, URL:http://www.swatch.com/zz_en/internettime/itime_howitworks.html, 13/12/2008.

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La crisis del espacio a causa de las tecnologías.

Al haber hablado de tiempo implica hablar de espacio, por lo que primero quiero

marcar la diferencia entre lugar y espacio, según Burbules, “Las personas a veces

transforman los espacios en lugares, al actuar dentro y sobre ellos” (Burbules, 2005:241)

un lugar define la delimitación del uso que le den las personas, por eso en internet

hablamos de ciberespacio, al ser todo un horizonte y no haber límites, no dudo que

conforme se van delimitando más las “comunidades virtuales”, el día de mañana hablemos

de ciberlugares, esto en base a los internautas que están reproduciendo y delimitando sus

espacios de navegación, como son los software comprados por padres de familia que

permiten filtrar navegaciones “seguras” para sus hijos.

Por otra parte Castells se refiere a estos nuevos espacios como espacio de los flujos,

que los define como “la organización material de las prácticas sociales en tiempo

compartido que funcionan a través de los flujos” (Castells, 2001:445), estas prácticas están

en lo real/virtual son reproducidas en ambos espacios, solo que como comenta Howard

Rheingold, uno con cuerpo y otro sin cuerpo, pero que al final son espacios donde hay

procesos culturales. Y al cuestionar el espacio, nos lleva a cuestionar el campo de trabajo

antropológico.

La delimitación del espacio de estudio, le permite a la antropología una razón de ser

como disciplina, según Gupta y Ferguson, comentan que el campo antropológico:

“construye un espacio de posibilidades mientras que al mismo tiempo dibuja las líneas que

limitan ese espacio” (Gupta y Ferguson, 1997:2), por lo que hablar de trabajo de campo en

Internet, implica repensar los límites y formas de definirlo. A esto Boellstorff refiere en su

“etnografía” que: “los estudios de Second Life son parte de nuestro proyecto multisituado”

(Boellstorff, 2008:6) al argumentar que los usuarios se encuentran en lo trasnacional,

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nacional y local tanto en lo virtual como en lo real. ¿La pregunta es si se puede hablar de

una etnografía multisituada en espacios virtuales como Second Life?

Ante esto Gupta y Ferguson refiere que al: “llama[r] “virtual”: [a] una condición en

la que uno es antropólogo, pero no “un antropólogo real” en el cual uno está haciendo

trabajo de campo, pero no “trabajo de campo real” ” (Gupta y Ferguson, 1997:33). Por lo

que aún cuestiono el trabajo antropológico de Boellstorff, ya que no veo línea relacionada

con el “mundo real”, Ward refiere a esto de la siguiente manera: “cualquier comunidad

virtual individual debe ser percibida estando en relación con el mundo físico” (Ward,

1999:103), por lo tanto el asumir el trabajo “etnográfico” de Boellstorff como una

antropología “real” estará la respuesta implícita en las conclusiones de lo que entendemos

entre real y virtual, dependerá del verlos por separado o como una unidad universal.

Las comunidades en las formas contemporáneas de sociabilizar

La comunidad tradicional es cada vez más una utopía y donde las hay se resumen a

lo que Ayora Diaz (2002) llama simulacro comunitario, que implican verse a sí mismos de

una forma colonial romántica que trae en el fondo relaciones de poder. En el mundo

contemporáneo al referirnos a “comunidad virtual”, que fue propuesto por Rheingold

(1996) y que ahora ante la línea delgada que tiende a desaparecer entre lo “real” y lo

“virtual” nos lleva a cuestionar el concepto de comunidad, para así tener una mejor

aproximación a nuevos espacios como la antropología en Internet. Ahora los agentes son

cyborgs, según Haraway: “[L]os cuerpos se han convertido en cyborgs –organismos

cibernéticos-, híbridos compuestos de encarnación técnico-orgánica y de textualidad”

(Haraway, 1995:364), dependientes de maquinas y equipos electrónicos con extensiones

que replantean nuevas formas de sociabilizar y generar conocimiento.

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Ante esto Vargas Cetina reflexiona las formas de socialización efímeras desde la

literatura cyberpunk, proponiendo el concepto de interfaz, señala que:

Por medio del concepto de interfaz podemos visualizar no sólo las relaciones entre

personas, sino también las relaciones entre personas y máquinas (como cuando

guiamos un automóvil o usamos una computadora), entre personas y animales

(como cuando las personas interactúan con sus animales domésticos y con otros

animales) y entre distintas organizaciones, que pueden relacionarse unas con otras

por medio de la acción de miembros específicos de éstas, (Vargas Cetina, 2004)

Este concepto nos permite aproximarnos más a las nuevas formar de

interculturalidad y sociabilidad de los agentes, quienes se hacen participes de espacios

virtuales como el Internet, generando guetos efímeros de afiliación propia que no implica

un compromiso.

Por otro lado Ayora Diaz (2002) propone el concepto de ensamblaje, entendido

como: “la tendencia o disposición de articular grupos o individuos con orígenes culturales,

étnicos, sociales, económicos religiosos de distinta naturaleza”, Ayora Diaz (2002), la

inclusión de las diferencia es lo que rompe con las comunidades tradicionales. Elemento en

el que ambos autores ponen hincapié, pero Vargas Cetina remarca la asociación temporal y

su fin comunicativo y que para este ensayo considero logra definir y aproximarnos para

hablar de espacios de interculturalidad en las interfaces que se generan en los medios

electrónicos como el Internet.

Estas comunidades siempre estarán ligadas y correlacionadas entre los llamados

“mundos virtual” y “mundo real”, Ward siguiere que: “la comunidad virtual nunca puede

escapar completamente de los límites de lo físico” (Ward, 1999:96). Por lo tanto las

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comunidades virtuales o interfaces estarán ligadas y no las podremos leer independientes o

separadas su propia realidad.

Entre el mundo virtual y el mundo real

Lo “real” y “virtual” tiene su principio en la reproducción de uno en otro, a esto

Rheingold sugiere que: “[L]as personas en las comunidades virtuales hacen lo mismo que

en la vida real, pero dejando a un lado nuestros cuerpos” (Rheingold, 1996), esto obedece a

un vaciamiento de los objetos al que el hombre no está exento y a través de la generación

de signos como son los avatars de Second Life, trasladan el vaciamiento del propio hombre

y la generación de comunidades que rompen con las definiciones y esquemas clásicos de la

antropología. Lash y Urry siguieren que: “[C]ada vez más se producen signos, no objetos

materiales” (Lash y Urry, 1998:32), la estética como principal valor en el intercambio de

“objetos” y del mismo conocimiento que se expresa en la interculturalidad.

Las relaciones sociales y las expresiones interculturales del mundo virtual y del

mundo real se tejen y expresan simultáneamente sin límites, lo real parece en ocasiones

desdibujarse por lo virtual, Burbules pone el siguiente ejemplo: “una conversación con

alguien, que esté mediada por un enlace de video en ambos sentidos, ¿será menos “real”

que una conversación cara a cara? Si ocurre que las personas son más honestas en las

relaciones por video que en las interpersonales, ¿qué interacción es entonces más “real”?”

(Burbules, 2005:256), sin caer en un análisis de comportamiento moral, se puede ver que

existe un intercambio de subjetividades, hay afectación e interculturalidad. La cultura se

expresa y se reproduce en ambos planos generando uno universal.

En el trabajo “etnográfico” de Boellstorff, propone que: “la relación entre lo virtual

y el hombre no es un “post” relacional donde un término desplace a otro; esta es una

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relación de correlaciones” (Boellstorff, 2008:29), no podemos ver la sustitución de uno por

el otro, los dos existen y los agentes van de uno a otro sin percibirlo, la única realidad que

se hace presente es la que Ricard Faura refiere al comentar que: “la relación existente entre

Cultura y Cibercultura como una parte de lo que podemos denominar "Cultura Universal",

que daría cabida a todos los diferentes matices existentes en la actualidad en el mundo”

(Faura, 2000), al referir a un espacio cultural universal que abarca tanto el mundo real

como el mundo físico, nos lleva a reconocer una era de la informatización más allá del

consumo, donde se ha tomado como recurso a las propias culturas y que podemos hablar

de una interculturalidad en un solo plano sin dejar de referir a esta dicotomías.

Finalmente George Yúdice propone que: “las nuevas tecnologías nos hacen posible

otra experiencia, pues diversas temporalidades y espacios coinciden y no se trata

necesariamente de entrar y salir de ellos. Más bien pasamos de uno a otro” (Yudice,

2007:95), así es como re rompe con el esquema planteado de entrar y salir de la

modernidad, de separar lo real y lo virtual como si se refiriera a espacios diferentes. Lo

trascedente es un mismo espacio en diferentes temporalidades que como agentes implica

sólo pasar de un espacio a otro.

Comentarios finales

Considero que para hablar de interculturalidad en las formas re socialización

contemporánea como son las interfaz que se generan en Internet, dependerá principalmente

de la división de lo real y virtual o el reconocimiento de una cultura universal que nos

permite englobar a las dos y aceptar que los agentes contemporáneos cambian sobre el

mismo espacio, y lo que varía es el tiempo y el nodo de comunicación dentro de la interfaz.

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Para referirnos a interfaz en Internet y reconocer como espacios de creación y

reproducción cultural, implica el mismo reconocimiento de virtual y real como parte de un

universo cultural. Ver las dicotomías nos lleva a reproducir un pensamiento binario

estructural y no ver las correlaciones dirigidas hacia un rizoma cultural, donde no hay

centros o periferias y en caso de haberlos, no tiene la mayor relevancia.

La antropología cibernética ha dado los primeros pasos y se está sustentando como

una línea importante que puede dar interpretaciones de las expresiones culturales y las

formas de socialización contemporánea de los agentes dependientes de tecnologías

mecánicas y medios electrónicos de comunicación.

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