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VENTAJA COMPETITIVA A NIVEL PERSONAL. Por: Guzmán Cruz Cintia Yetlanezi A lo largo de la historia empresarial mucho énfasis se ha puesto en el desarrollo de ventajas competitivas a nivel organización, a nivel empresa, pero ¿existirán las ventajas competitivas en el ámbito personal?, ¿será posible qué desarrollemos ventajas competitivas de manera individual, en nuestra vida cotidiana? Como la mayoría sabemos, una ventaja competitiva se puede definir como aquella diferencia, difícil de igualar, sostenible y que coloca a una empresa a un nivel superior al de las demás. Las ventajas competitivas pueden darse tanto en los productos (tangibles), como en los servicios (intangibles). Tal como lo citan Robbins y Coulter en su libro de administración: “La ventaja competitiva es la superioridad que distingue a la organización; es decir, su valor distintivo. Esta ventaja procede de las capacidades centrales de la organización, las cuales pueden adoptar la forma de aptitudes de la organización: ésta hace algo que las otras no pueden hacer o lo hace mejor que las demás. Una ventaja competitiva no sólo es una característica tangible en un producto o perceptible en un servicio, sino que está también puede desarrollarse con un producto igual o similar al de la competencia, pero presentado de manera diferente, exaltando posiblemente sus canales de distribución o su precio.” Llevemos este concepto al ámbito personal, enfocándonos en una persona y no en una organización. Si la ventaja es una superioridad, entonces las personas también podemos desarrollar ventajas competitivas, puesto que podemos ser en muchos sentidos superiores a las demás. Como ventajas “tangibles” que podríamos encontrar en una persona (visualizándola como un producto) se podrían considerar las características físicas de esta, su salud o su capacidad para hacer algo que los demás no puedan, por ejemplo, en las olimpiadas, muchos competidores tienen ventajas sobre los demás, en el caso de los corredores, unas piernas más largas o un peso más ligero podrían ser factores que lo ayuden a obtener la victoria sobre el resto de los competidores.

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Page 1: Ensayo

VENTAJA COMPETITIVA A NIVEL PERSONAL.

Por: Guzmán Cruz Cintia Yetlanezi

A lo largo de la historia empresarial mucho énfasis se ha puesto en el desarrollo de ventajas competitivas a nivel organización, a nivel empresa, pero ¿existirán las ventajas competitivas en el ámbito personal?, ¿será posible qué desarrollemos ventajas competitivas de manera individual, en nuestra vida cotidiana?

Como la mayoría sabemos, una ventaja competitiva se puede definir como aquella diferencia, difícil de igualar, sostenible y que coloca a una empresa a un nivel superior al de las demás. Las ventajas competitivas pueden darse tanto en los productos (tangibles), como en los servicios (intangibles).

Tal como lo citan Robbins y Coulter en su libro de administración:

“La ventaja competitiva es la superioridad que distingue a la organización; es decir, su valor distintivo. Esta ventaja procede de las capacidades centrales de la organización, las cuales pueden adoptar la forma de aptitudes de la organización: ésta hace algo que las otras no pueden hacer o lo hace mejor que las demás. Una ventaja competitiva no sólo es una característica tangible en un producto o perceptible en un servicio, sino que está también puede desarrollarse con un producto igual o similar al de la competencia, pero presentado de manera diferente, exaltando posiblemente sus canales de distribución o su precio.”

Llevemos este concepto al ámbito personal, enfocándonos en una persona y no en una organización. Si la ventaja es una superioridad, entonces las personas también podemos desarrollar ventajas competitivas, puesto que podemos ser en muchos sentidos superiores a las demás.

Como ventajas “tangibles” que podríamos encontrar en una persona (visualizándola como un producto) se podrían considerar las características físicas de esta, su salud o su capacidad para hacer algo que los demás no puedan, por ejemplo, en las olimpiadas, muchos competidores tienen ventajas sobre los demás, en el caso de los corredores, unas piernas más largas o un peso más ligero podrían ser factores que lo ayuden a obtener la victoria sobre el resto de los competidores.

Entre las ventajas “intangibles” podríamos encontrar las emociones, sentimientos, actitudes, autoestima, autocontrol, entre otras, que cada persona presenta a diferencia de otras. Estas virtudes en una persona le representarían una ventaja no solo en el sentido profesional sino también en sus relaciones interpersonales.

Ahora bien hablemos de la calidad como ventaja competitiva, citando el mismo libro de administración de Robbins y Coulter que nos dice:

Page 2: Ensayo

“La administración de calidad se centra en los clientes y en el mejoramiento continuo. En la medida en que la organización satisfaga la necesidad de calidad de un cliente, se distingue de la competencia y forma una cartera de clientes leales. Además, las mejoras constantes de la calidad y la confiabilidad de los productos y servicios de la organización producen una ventaja competitiva que no puede sustraerse.”

Prosigamos a llevar esta idea al terreno personal a partir de las siguientes preguntas: ¿cómo una persona puede ser o tener mayor calidad que otra?, ¿cómo medir el nivel de calidad de cada individuo? Estas preguntas las consideraría clave en el desarrollo de ventajas competitivas a nivel personal puesto que, desde mi punto de vista, cualquier diferencia para volverse una ventaja tiene que verse involucrada necesariamente con la palabra calidad.

En las personas la calidad también puede verse en aspectos tangibles como en aspectos intangibles, desde la forma en que alguien hace el aseo en su hogar, la manera en qué cuida de su físico, la pulcritud con la que elabora un trabajo, hasta su actitud ante las personas, su forma de hablar, su forma de actuar, los valores por los que se rige, entre otros aspectos, podemos evaluar si una persona es de calidad o no, así como el nivel de calidad que como persona tiene.

Y ¿cómo es que la calidad personal se vuelve una ventaja competitiva? De igual forma que la calidad superior de una empresa en la fabricación de sus productos o en los servicios que esta presta le ayuda a atraer y retener clientes leales, así pasa con las personas, cuándo nos desempeñamos con “calidad” en todos los aspectos de nuestra vida esto nos puede abrir muchas puertas, tanto amistades solidas como relaciones laborales altamente favorables, debido a que, si actuamos con calidad nuestra valor personal se incrementara en todos los sentidos.

Otro concepto importante que debemos manejar al hablar de una ventaja competitiva es el de innovación, y ¿qué es innovación?, a diferencia de lo que muchos creen o creíamos, innovar no solo representa hacer algo nuevo, innovar también está en hacer pequeñas modificaciones a lo que ya existe, modificaciones que lo vuelvan mejor de lo que era antes, las innovaciones pueden darse, de igual manera que la calidad, tanto en los productos como en los servicios.

Las innovaciones, por lo tanto, también se pueden generar en una persona, ¿cómo? Sencillamente realizando e implementando en nuestra “rutina” diaria pequeños cambios en las actividades que realizamos que hagan que los resultados de estas sean mejores y que desencadenen en una mejora como parte integral de nuestra persona.

A partir de estas ideas podríamos dar respuesta a las 2 preguntas con las que se inicio este ensayo: “¿existirán las ventajas competitivas en el ámbito personal?, ¿será posible qué desarrollemos ventajas competitivas de manera individual, en nuestra vida cotidiana?”

Desde mi punto de vista yo diría que si es posible desarrollar ventajas competitivas, no solo como profesionales, sino también como seres humanos.

Page 3: Ensayo

Es importante que una vez desarrollando dichas ventajas nos concentremos en mantenerlas y en mejorarlas constantemente, implementar el proceso de mejora continua en nuestro día a día, evaluando de manera periódica que es lo que estamos haciendo bien y que es en lo que estamos fallando, que hay que modificar.

Es indispensable que siempre que hagamos cambios o mejoras tengamos en mente los posibles cambios que puedan surgir y las exigencias a las que podríamos enfrentarnos en un futuro con el fin de siempre ir un paso delante de nuestra “competencia”.

Sin duda alguna consideró que todos deberíamos buscar desarrollar ventajas competitivas a nivel individual, enfocándonos en nuestras metas personales y en cuáles podrían ser las mejores alternativas para llegar a estas, buscando la mejor forma de llegar a ellas y no solo la manera más pronta de alcanzar dichas metas.

Además del aspecto personal, las ventajas competitivas a nivel individual, se pueden convertir en ventajas competitivas a nivel organizacional, puesto que si contamos con personal superior al del resto de las organizaciones, es decir, un mejor “capital intelectual”, nuestra empresa se volverá mayormente competitiva.

Por último solo quiero mencionar que desde mi punto de vista si el personal es altamente competitivo logrará que una empresa se vuelva altamente competitiva, lo qué contribuirá al éxito de esta.

Las personas son la base para el triunfo o fracaso de cualquier organización y es por esto que debemos fijar particular atención al momento de seleccionar a las personas que colaborarán con nosotros.

La clave del éxito individual depende de cada uno de nosotros y solo si prestamos tiempo e interés a ser mejores y combatir la mediocridad, solo así podremos lograr alcanzar nuestras metas y deseos, desarrollando ventajas competitivas, que nos ayuden a destacar sobre los demás, que nos hagan diferentes, difíciles de igualar y que nos abran puertas en los diferentes aspectos de nuestra vida, tanto personales, como profesionales.