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DOCTORADO EN ARTES Y DISEÑO POSGRADO ESCUELA NACIONAL DE ARTES PLÁSTICAS
UNAM
Ensayo 01
Aproximaciones a la problemática del aprendizaje en alumnos de la ENAP
PRESENTA: MTRO. LAURO GARFIAS CAMPOS
TUTORA:
DOCTORA MARÍA ELENA MARTÍNEZ DURÁN
México D.F., enero de 2012
l aprendizaje humano, como acción natural y como fenómeno social, no ha
escapado de la curiosidad y la observación formal de los estudiosos así
como de todos aquellos que les inquieta el tema Saber ¿qué es aprender?,
¿cómo y por qué nos ligamos al acto de aprender?, ¿qué mecanismos naturales y
sociales operan para que suceda?, ¿cuáles son sus causas y efectos..?, en fin, todas
estas preguntas y muchas más, de manera transversal, se suman a las propias
interrogantes en cada espacio formal e informal dónde sucede el aprendizaje. De
esta manera el hogar, la escuela y la propia calle son escenarios idóneos para que el
aprendizaje cobre dimensión de realidad, mismos que provocan una reflexión tan
compleja para su estudio que se antoja que hay asunto para rato. Ahora que, si
hablamos de apropiación de conocimientos y prácticas ligados a una actividad
especializada comprender el aprendizaje se hace mucho mas complejo. Por ello
iniciaremos esta disertación desde lo más elemental, es decir, con la búsqueda de
una definición, así sea simple, y ya que el caso es también aprender de este ensayo,
es necesario reconocer que, si se trabaja en el campo de la educación, el
aprendizaje debe estar en el centro del interés de docente.
Para iniciar diremos que el aprendizaje es la suma de dos procesos que
experimentan los individuos:
1.- Natural, basado en las cualidades orgánicas (sentidos) y psíquicas (facultades
mentales necesarias para que opere el aprendizaje) de cada persona.
2.- Social, representado por las estructuras familiar, educativa y contextual en las que
creció.
El aprendizaje es el proceso natural y social mediante el cuál el sujeto se apropia de
valores, información, conocimientos, destrezas, conductas, estrategias y acciones
para adquirir nuevos valores, información, conocimientos, destrezas, conductas,
estrategias y acciones para adquirir… y así sucesivamente, ya que el aprendizaje es
una escalada dinámica que tiende a modificarse y perfeccionarse con el tiempo pues
responde a los cambios orgánicos, las necesidades sociales y el propio interés del
individuo por llevarlo a cabo.
E
En otras palabras, el aprendizaje es un proceso (humano-individuo / humano-social)
incesante que se renueva de manera constante, es decir, que siempre se encuentra
en construcción hasta llegar a convertirse en una verdadera habilidad cuando la
persona tiene conciencia de ello y ha desarrollado estrategias y herramientas para
adquirirlo. El aprendizaje representa, más que una necesidad de sobrevivencia, un
estatus social y académico cuando ha sido respaldado por una evaluación y un
reconocimiento institucional después de que el individuo, por medio de pruebas
específicas, demuestra que el aprendizaje se ha producido en él1.
Por lo anterior concluimos que al aprendizaje se le puede observar desde diversas
perspectivas, la que está ligada a los procesos mentales asociados al sistema
nervioso – neuronal, la cuál no puede observarse directamente, aunque sucede2. La
siguiente está relacionada con la ejecución de lo aprendido y es algo que no sólo se
aprecia sino que, como se dijo, se evalúa de manera profesional y en prácticamente
todos los ámbitos sociales y económicos, amén de los educativos.
Otro de los aspectos de estudio en torno al aprendizaje es la manera en cómo es
comprendido por las instituciones de enseñanza. Desde este aspecto se considera
que las escuelas organizan la forma en que los alumnos van a aprender, por lo que
diseñan un proyecto escolar o curricular en el que se verán los propósitos y metas
así como los contenidos en que se deberán aplicar y las reglas que acatarán los
actores3 involucrados y la propia institución escolar. Otra dimensión del aprendizaje
se da desde las propias capacidades y motivaciones del individuo,
independientemente si se encuentra en un espacio escolar o no. Con base en estos
enfoques seguiremos con el ensayo para preguntarnos: ¿cómo es que la Escuela 1 A la persona involucrada, de manera conciente y voluntaria, en un proceso de aprendizaje se le denominará en este ensayo como: estudiante. Cuando el proceso lo lleva a cabo matriculado en una institución educativa se le designara como: alumno. 2 Para ahondar en este aspecto se pueden consultar múltiples autores como J.B. Watson, E.L. Thorndike, C.l. Hull, E.C. Tolman, B.F. Skinner, W. Kohler, V.J.S. Bruner o I. Pavlov, entre muchos otros, que observan al aprendizaje como posible desde diversas perspectivas ambientalistas y asociacionista, que postulan teorías y técnicas como la de condicionamiento a partir de un estímulo con base en reforzamientos; de entrenamientos complejos; de observación de conductas; de recompensas; mnemotética; psicolingüística, de abstracción; de solución de problemas; de generalización y trasferencia e, incluso, el castigo. 3 Para este ensayo se aplicará el término de actor (es) a la o a las personas que participan en la dinámica escolar institucionalizada.
Nacional de Artes Plásticas (ENAP) ha asumido al aprendizaje?, ¿cómo ha sucedido
ello a través del tiempo?, ¿cómo ha evolucionado?, ¿cómo se ligan los actores
(alumnos, académicos y autoridades) a éste? La estrategia a seguir será el
problematizar respecto a ello y, para lo cuál se extiende la siguiente aproximación.
La ENAP, desde su fundación como Academia de las Tres Nobles Artes de San
Carlos en 1781, ha conservado su vocación como tal, dedicándose a la enseñanza
de las artes plásticas, y del diseño gráfico desde el último tercio del siglo anterior.
Esto es una situación que distingue pero que también obliga. Como escuela
centenaria la ENAP ha tenido que enfrentar y adaptarse a los contextos político,
económico, cultural, social y educativo de cada momento histórico que ha signado a
nuestra nación; de esta forma los cambios sufridos en cada época han
redimensionado su misión y su actuar. Situación que permitió hacer de la enseñanza
un ejercicio, indudablemente, mas reflexivo y apropiado a la demanda económica, las
facetas sociales y, principalmente a las características del aprendizaje que tienen los
alumnos, todo ello con base en una creciente profesionalización docente. Sin
embargo lo anterior dicho parece que no es suficiente, pues aunque la ENAP ha
podido mantenerse y, en muchos aspectos, consolidarse y crecer, la opinión de su
propia comunidad y de una parte de la sociedad externa es que tiene que valorar sus
principios pues ha perdido espacios y oportunidades que necesitará ante los retos
que la educación plantea para los nuevos escenarios globales. De hecho
actualmente se encuentra en un ejercicio colegiado, derivado del Plan de Desarrollo
del actual director doctor Daniel Manzano, para actualizar los Planes de Estudio de la
licenciatura en Diseño y Comunicación Visual.
Para poder hablar de aprendizajes en una escuela es necesario también hablar de
enseñanza, pero como se advirtió al principio daremos inicio con una aproximación a
lo que es el aprendizaje ya que es una operación propia de los alumnos y en lo que
se consideró que está lo medular y en consecuencia la base y la justificación de
enseñar, es decir, el aprendizaje por parte de los alumnos ligado a la práctica
docente que han tenido un inicio propio en el espacio y en el tiempo. Escenarios que
es necesario mencionar y darles un significado para comprender la actualidad.
Para ello se expondrá lo que se ha denominado <<dimensiones>>. Término acuñado
para relacionar, con base en el contexto histórico, las prácticas escolares propias de
la ENAP con los aprendizajes, sus finalidades y formas de apropiación.
1. Dimensión de “producción de obra artística y diseño”. Se trabaja para
personajes importantes o para un cliente: realeza, clero, terratenientes,
dueños de minas, caciques, políticos, burgueses, instituciones, empresas,
industrias y coleccionistas. Aportación de arte y diseño para su venta en pos
de un ideal, un mandato y una forma de vida. (desde la fundación de la
Academia – actual). Aprender para producir y recibir.
2. Dimensión de “producción para la función social para la participación de la
construcción del México moderno”. Etapa ligada a la creación artística de los
grandes maestros (1920-1950). Se construyen y reconocen próceres para
seguir su ejemplo. Aprender para participar y para evocar.
3. Dimensión de “función universitaria” cuando la ENAP se incorpora a la UNAM
y asume las funciones de ésta: educación, divulgación de la cultura e
investigación (1910 – actual). Los alumnos adquieren estatus de
universitarios, mientras que los docentes logran una base laboral y de
representación social. Existen resistencias por parte de la comunidad de la
ENAP. Aprender para pertenecer y cultivarse.
4. Dimensión de “desarrollo académico” cuando son substituidos los programas
de los estudios tradicionales por licenciaturas, las cuáles, han sido
modificadas en diferentes tiempos hasta obtener adecuaciones a las
licenciaturas y a los programas de posgrado y la creación del Doctorado (1960
- actual). La enseñanza cobra una dimensión de construcción bajo nuevas
premisas curriculares. Cobra importancia el obtener un título. Aprender para
acreditar y certificarse.
5. Dimensión de “protesta y activismo político” motivado por el movimiento
estudiantil (1966- principios de los años setentas). Parte de la herencia de una
comunidad resistente y crítica, participativa en la vida social, cultural, política y
económica de la nación. Aprender para expresar y protestar.
6. Dimensión de “beneficio personal” cuando son otorgadas las plazas de carrera
a los docentes. Se deposita en gran parte el proceso de enseñanza a
docentes de reciente incorporación, con plazas interinas y de asignatura. Los
docentes de mayor formación y experiencia se dedican a la producción
personal de arte, a atender los propios despachos o estudios y a la
investigación; sustituyendo en gran medida el trabajo en el aula, taller o
laboratorio por su formación profesional. La posibilidad del crecimiento y
proyección de la ENAP descansa más en su prestigio y logros de antaño.
(principios / mediados de los años noventas – actual). Aprender para
equilibrar.
7. Dimensión de “la nueva era tecnológica y los retos globales”. Las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación (TIC) redimensionan los
escenarios educativos. Se da una escisión entre los actores que pueden
obtener y abordar las TIC y los que no. La globalización plantea educación
normalizada en todo el mundo y se genera una dinámica de competencia
laboral. (años dos mil – a la fecha) Aprender para competir.
Reflexiones: 1- La primera dimensión “producción de obra artística y diseño” explica el
por qué la ENAP fue creada, y sostiene este carácter como escuela (Academia)
formadora de artistas plásticos, y a partir de la segunda mitad del siglo pasado de
diseñadores, cuyo interés es el de producir obra plástica visual y diseño gráfico para
atender las necesidades de la sociedad (diversas, según la época y el destinatario o
consumidor). El aprendizaje para producir y recibir establece el proceso como una
forma para poder “hacer para recibir a cambio” un reconocimiento y/o una ganancia
económica. Desde esta perspectiva la función docente es la de preparar a los artistas
y diseñadores para desempeñarse en sociedad y, de los alumnos de confiar en lo
que van a aprender para poder representarse como profesionales del área; ellos
tendrán que aprender lo determinado y consignado por la escuela. La práctica
educativa con base en esta dimensión ha variado mucho pues abarca los 230 años
de enseñanza, sin embargo, se pueden observar aún enfoques educativos
conocimientos, herramientas y conceptos que han resistido el paso de los siglos,
para bien y para mal. El aprendizaje de los alumnos será con base, como se
mencionó, a las normas y proyectos que la propia escuela tiene, asimismo el
aprendizaje se favorecerá, en la medida de lo posible, a partir de las características y
habilidades del docente. Al alumno no se le deja mucho espacio de actuación,
aparentemente, para aprender a su modo.
2.- La segunda dimensión, “producción para la función social para la
participación de la construcción del México moderno” que dejó renombre a la
ENAP, tuvo un gran valor en la construcción de la nación mexicana post
revolucionaria. Artistas como Gerardo Murillo, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera,
José Clemente Orozco y Manuel Álvarez Bravo fueron alumnos, docentes o
directivos de la ENAP. Ellos, por encargo de las autoridades de gobierno dieron
imagen y dimensión visual a la historia nacional al plasmar en los muros de edificios
públicos su visión de los sucesos de la Conquista, la Independencia, La República,
La Revolución y los acontecimientos sociales ligados al campo, la industrialización, el
avance de la ciencia, la educación y las luchas obreras y campesinas.
Muchos otros artistas plásticos y diseñadores de gran autoridad también han
sido egresados de la ENAP, al participar en esta etapa, como en las posteriores
correspondientes a la “generación de la ruptura”. Esto es importante para la
comunidad de la ENAP, pues se rememora con frecuencia a los viejos creadores,
¿será que por ello se aprende para participar y para evocar otros tiempos de
mayor prestigio? a partir del legado artístico de estos personajes. Aprender de los
grandes es una buena forma de construir la profesión; preguntarse e investigar sobre
ellos es un parámetro en los aprendizajes para los alumnos.
3.- La tercera dimensión “función universitaria” identifica el momento en que
la ENAP termina la dependencia que experimentó entre los poderes económicos y
sociales, además de las organizaciones que le sostenían. Su incorporación a la
UNAM le permite renovar su organización desde una nueva perspectiva.
A pesar de que han pasado noventa años de ello, la ENAP no ha logrado dicha
integración pues mantiene “usos y costumbres” que son un factor negativo en su
desempeño. Al no proyectarse como se espera de una Escuela que imparte
licenciaturas y posgrados, no ha podido concretar la profesionalización de la
enseñanza y la investigación en los términos de la formalidad que la UNAM, y otras
instancias educativas y certificadoras han establecido.
No ha construido, hasta el momento, su propio proceso de investigación para
hacer válida su metodología y sus productos, así como la investigación educativa
que observe los procesos de apropiación de conocimientos por parte de los alumnos
para que, a partir de ello, se puedan efectuar reflexiones sobre cómo enseñar.
Investigación que no solo se dedique a la producción y conceptualización de obra y
diseño, sino que también atienda a la educación y permita a su comunidad avanzar
en este aspecto que se construye día a día en las aulas, talles y laboratorios. La
incorporación a la UNAM también ha dejado en los alumnos y en los docentes
afortunadas posibilidades de acceder a un amplísimo horizonte de conocimientos,
experiencias y oportunidades que les aportan indudables beneficios que, a su vez,
les compromete para proyectarse como “universitarios”; situación que permite
concretar la dimensión de “aprender para pertenecer” y gozar del amplísimo
horizonte de opciones que ofrece la UNAM.
4.- La cuarta dimensión “desarrollo académico” nos habla de un proceso de
“regularización” que ha experimentado la ENAP de manera sistemática para lograr
un proyecto escolar desde la perspectiva curricular universitaria. Este progreso ha
suplido, paulatinamente, las formas de enseñar que la ENAP manejó durante siglos
como entidad educativa, donde, por fortuna, pudo conservar los niveles de exigencia
académica y rigor técnico. Sus actividades, no sólo como Academia (pues en su
historia también ha sido museo) tienen, como sus egresados de entonces, gran
reconocimiento en el orden social y especializado.
Al incorporarse a la UNAM adquirió la visión universitaria, la obligatoria parte
administrativa y la imprescindible área académica, asimismo y de manera rápida
asumió el importante estatus histórico de la propia Universidad, sin embargo, lo que
correspondió a los planes y programas le tomó más tiempo, por ejemplo, fue hasta
1970 que realizó la primera modificación para las carreras de Diseño Gráfico y
Comunicación Gráfica que, posteriormente en 1986 dieron paso a la actual
licenciatura de Diseño y Comunicación Visual. Para la licenciatura en Artes Visuales
desde hace más de 40 años no hubo reforma de fondo pero, en 2006, iniciaron los
trabajos de la actualización de sus programas y, en 2008 se trabajaron los cambios
en el posgrado que culminó, en 2011, con la aprobación por parte del Consejo
Universitario, del Programa de Posgrado que evolucionó aún más al anterior y creó el
Doctorado en Artes y Diseño. Esta dimensión también comprende la época en la que
los trabajadores de la ENAP (académicos y administrativos) fueron regularizados
como empleados y adquirir las prestaciones que de base tienen los servidores de
gobierno. De igual forma los docentes obtuvieron la categoría de académicos de la
UNAM, símbolo no sólo de prestigio sino de estabilidad laboral y salarial. Surgía así
la figura de profesor de artes y diseño como profesional institucionalizado que tendría
que atender las tres funciones sustantivas de la universidad: educar, difundir la
cultura e investigar y que se regirían con base en el apartado “A” del Artículo 123 de
la Constitución Mexicana. Los alumnos también obtenían lo suyo, y que era
pertenecer a la UNAM, una oportunidad de mayor representación y goce de
prestaciones e intercambios educativos con entidades de muchas partes del mundo.
Los egresados serían ahora de la UNAM (ya no de la Academia de San Carlos, que
en el momento de su incorporación en al año de 1910, era denominada Escuela
Central de Artes Plásticas, adscrita al INBA), que supone un prestigio mayor pues
ahora son licenciados, maestros y, próximamente, doctores en Artes y Diseño; los
que en antaño egresaban como pintores, grabadores, escultores o letreristas cuyo
requisito de ingreso a la ENAP era solamente demostrar habilidades sin exigir
prerrequisitos académicos o de grado.
En el pasado solo contaba el conocimiento y la experiencia; ahora se exige
también el documento. Por ello “aprender para acreditar y certificarse” ha sido una
prioridad. La pregunta será si ¿acaso los alumnos de la ENAP han dejado las
técnicas y posibilidades de enriquecer la forma aprender para buscar sólo un título? 5.- La quinta dimensión “protesta y activismo político” demuestra que, de
alguna manera, el carácter “rebelde y crítico, emancipador y denunciante” que
demostraron las artistas, alumnos, maestros y autoridades de la primera mitad del
siglo pasado ante la Revolución y la construcción del México modero continuaba
vigente pues, en la década de los sesentas aún se ponderaban esos principios en la
ENAP. Se participó en el movimiento estudiantil de 1968, con el apoyo a través de la
gráfica y militancia, situación que originó su clausura temporal y desmantelamiento
en algunas áreas. La bandera del activismo y protesta política comprometida con los
principios de justicia, libertad y el orden social basados en valores socialistas, de
alguna manera y en forma bastante menos visible, continúa vigente con
participaciones en marchas y en movimientos estudiantiles universitarios locales, sin
embargo, nunca con solidez y demostración de discurso en la misma proporción que
antes.
De hecho, no se tienen personajes contemporáneos que la ENAP como
institución, así como en la vida cotidiana escolar, se puedan enarbolar por su
activismo como entonces. Todo esto demuestra cómo es que ha cambiado la ENAP
en sus fines con base en el contexto histórico. La pregunta es: ¿será que se desea
aprender para expresar y protestar?; ahora, ¿cómo se orienta el activismo político
de su comunidad? Los aprendizajes que los alumnos tiene la oportunidad de adquirir
con base en este escenario cobra realidad en algunas técnicas que se concretan en
productos de divulgación como pancartas, panfletos, carteles pendones. 6.- La sexta dimensión de beneficio personal es contemporánea y para fines
de este estudio se ubicara en la época en que la ENAP accedió y abrió plazas de
Profesor de Carrera en la década de los noventas del siglo pasado. Ello tiene
especial significado porque han pasado casi veinte años con los que se cuenta con
esta figura académica que ha dejado varias lecturas. Es importante mencionar que
este tipo de plaza se crearon en la UNAM para poder contar con docentes de tiempo
completo de alto rendimiento académico, que pudiesen comprometerse en labores
de docencia, asesoría de tesis e investigación, es decir, la UNAM necesitaba una
plantilla de personal académico de nivel calificado y cuyo trabajo significase un
esfuerzo adicional al compromiso que sólo como docente tenían contratado; un
profesional que pudiese cumplir con lo estipulado por la Cámara de Diputados en
1979 “educar, investigar y difundir la cultura”.
Ser Profesor de Carrera de Tiempo Completo se convirtió en un verdadero
privilegio, y los docentes, tanto de Asignatura como de Carrera, buscan acrecentar
su currículo vitae para obtener los requisitos que las convocatorias indican para sus
acceder o mantener posiciones, relegan su desempeño docente a otro nivel de
compromiso y aspiración. Si la UNAM, como la ENAP, apuestan a la calidad de sus
docentes, y éstos se dedican a cumplir principalmente con un formato de
acreditación, que no garantiza su formación y desempeño en el aula, la situación se
torna en una problemática compleja necesaria de atender. La falta de proyectos y
productos de investigación que propongan sobre cómo se enseña y cómo se
aprende está ausente. No se sabe como adquieren conocimientos los alumnos y se
podría preguntar si los hacen de manera autogestiva para equilibrar el “descuido”
que sufre por parte de sus docentes que han mirado hacia otro lado que hacia la
enseñanza.
7.- Esta dimensión de la nueva era tecnológica y los retos globales representa lo que la modernidad ha traído al escenario educativo. La globalización ha
cimbrado a la educación de los locales al ponerla en relieve frente a instituciones
educativas de otros lugares nacionales o extranjeros. Se han generado encuestas
que se expresan en rankins de competitividad que llevan irremediablemente a
procesos certificadores para crear homologación y paridad en busca de la
certificación de los estudios de manera global. La validez de sus proyectos escolares
tiene que compartirse en forma, fondo y contenido. El alumno podrá, en teoría, pasar
de una institución a otra sin que tenga que realizar estudios complementarios, cursos
propedéuticos, acreditaciones, convalidaciones o nivelaciones.
Ello representa un escenario de demostración de las habilidades y destrezas a
la vez que genera un ambiente de competición en todos los órdenes para verlo como
retos y oportunidades de crecimiento, pero a final de cuentas no se ha reflexionado
sobre el impacto, positivo o negativo.
Asimismo trajo consigo el uso de herramientas novedosas en todo sentido, las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) redimensionaron todos los
campos, y la educación no podía quedarse atrás. Si bien las TIC han sido aceptadas
de manera entusiasta (y no meditadas con profundidad, pues prevalecen posturas
contrarias), se puede decir que existen resistencias, formas de adaptación,
comprensión y apropiación empleadas en la ENAP que las han singularizado.
¿Cómo aprenden alumnos y docentes el uso y ventajas de estas nuevas
herramientas que desafían todos los procesos de trabajo antes utilizados? ¿Será que
ahora aprenden para competir?
Se considera que en estas siete propuestas de “dimensiones” han podido
establecerse, justificarse, cobrar forma y evolucionar las maneras de aprender de los
alumnos de la ENAP. Una forma de aprendizaje especializado que, si bien comparte
principios con otras, tiene indudablemente sus particularidades que no han sido
exploradas bajo un esquema de investigación formal. Prueba de ello es el hecho de
que no existen textos que hablen al respecto y que se ubiquen específicamente en el
escenario de la ENAP, a pesar de ser la escuela de mayor importancia y prestigio en
al ámbito cultural y educativo. Para construir la noción de enseñanza especializada
en las artes y el diseño y, con ello poder diseñar Programas Curriculares exitosos,
hace falta definitivamente que se tome en cuenta este principio –antes de enseñar
observa cómo se aprende-!
Mtro. Lauro Garfias Campos.
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