enrique ballón aguirre - revista.cbc.org.pe

18
Los enredos léxicos de las lenguas peruanas Enrique Ballón Aguirre Resumen Este artículo contiene un examt:n crítico dt:I contenido lexicográfico de la importante obra dt: R. Cerrón-Palomino Voc es del Ande. Ensayos sohre onomástica andina. Se expo- nen, además, sus proyecciones para el futuro de las inv est igac iones en dicha materia. Palabras claves: Sociolingi.iística andina - lexicografía andina Abstract Th is article is a critica! review of an important work of reference in Andean lexicography: Voces del Ande. Ensayos sohre onomástica andina by R. Cerrón-Palomino. Also, the articlt: shows the projection of the future research in this field of study. Key words : andean sociolinguistics - andean lexicography Nº 48, primer semestre de 2009 147

Upload: others

Post on 07-Jan-2022

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Los enredos léxicos de las lenguas peruanas

Enrique Ballón Aguirre

Resumen

Este artículo contiene un examt:n crítico dt:I contenido lexicográfico de la importante obra dt: R. Cerrón-Palomino Voces del Ande. Ensayos sohre onomástica andina. Se expo­nen, además, sus proyecciones para el futuro de las invest igac iones en dicha materia.

Palabras claves: Sociolingi.iística andina - lexicografía andina

Abstract

Th is article is a critica! review of an important work of reference in Andean lexicography: Voces del Ande. Ensayos sohre onomástica andina by R. Cerrón-Palomino. Also, the articlt: shows the projection of the future research in this field of study.

Key words : andean sociolinguistics - andean lexicography

Nº 48, primer semestre de 2009 147

Page 2: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Artículos, notas y documentos

en la lengua que empieza a deletrear los enredos de enredos de los enredos ...

C. Va llejo '

La publicación de la obra de R. Cerrón-Palomino Voces del Ande. Ensayos sobre onomástica andina' marca, sin dudas, una nueva etapa en la elucidac ión de los fenómenos linguoculturales de la región. Este libro estudia, ante todo, en pancronía (diacrónica y sincró­nicamente) " la naturaleza poliglósica de la onomástica andina [peruana], en cuya creación intervinieron muchas lenguas, de las cuales apenas sobreviven actualmente el aimara y el quechua" ( 1 1 )2 a la vez que explica la etimología formal y semántica de esa onomásti ca ' . Como nos será dable observar con cierto deta lle, el desbroce de la tradición léxica de esta zona plantea, dentro del marco de la heteroglosia andina, una investigación de la aglutina­ción general propia de cada una de las lenguas ancestra les vigentes que comprende, de un lado, las diglosias quechumara, quechua-caste ll ano y aimara-castellano y, del otro, la triglosia quechumara-castel lano, a todo lo cual se agregan los relictos léxicos de la lengua puquina.

O. El léxico de las lenguas peruanas y la redacción histórica

Antes de poner pie en el acucioso estudio de esta materia, Cerrón-Palomino inc luye un inciso donde plantea una grave situación. Hac iendo causa común con el hi storiador Vidal-Naquet quien advierte que ·' Ja historia es algo demasiado serio para ser dejado a los historiadores"4

, Cerrón Palomino da un franco tirón de ore¡a.1· a la redacción histórica perua­na corriente que, como si tal cosa, suelta de huesos e imitando la mala práctica de Porras Barrenechea, desconoce los alcances semánticos propios del quechua y del aimara e inter­preta nuestros mundos ancestrales a partir de un repertorio de peruanismos mal concebidos y peor entendidos5 gracias a un imaginario ilusorio e insolvente, caucionado, como siempre, por el discreto encanto del sentido común hispano.

En efecto, a sabiendas de que es más fác il hacer sonreír a la momia Juan ita o hacer guiñar al Señor de Sipán que lograr dialectizar la escritura de nuestros historiadores, el lingüista denuncia en voz alta los "estrujamientos de forma y significado" en " la vieja prác­tica de los etimologistas aficionados: aportar cuanta etimología se les ocurra, sin evaluarlas previamente, no importando cuán fantasiosas pudieran ser" (25), especialmente en ese su campo de mistificación predilecto, la historia y la etnohistoria:

C. Vallejo. fri/ce XX. Lima: Fondo Editori a l de la PUC I' (2008). 4 16 pp.

2 Desde nuestro punto de vista no se trata. en es te caso. de un fenómeno microlingüislico poliglúsiw. sino macro lingüístico dt: heterug/usia linguuculluml ta l cua l ha s ido considerado y descrito t: n Ba ilón Aguim: (2006: 46-52). Tal vez no sea trivi a l mencionar que el castell ano andino como ··lengua d<.: cu ltura" solo puede ser comprendido en e l corpus comput:slo por las otras lenguas y wlturas andinas .

3 Los t:studios colectados tienen una aplicaciún g lo tón im a (<aimara>. <quedrna > ). anc'rnima (institucional incai <.:a). cultural asimilada. topónima. cte. ( 1 O).

4 C it. por Lanzmann en un re<.: ientt: diálogo <.:on el histori ador Nora (2008: 18). 5 Cerrón-Palomino se refiere a --Jas aventuras etimolog iza llle de los aficionados·· y autodida<.: tos

despreo<.:upados por t:xp licar la diferenciación fonética (56) y que. dt:sdc luego. " no mcre<.:cn ni siquiera el rt:spaldo de una duda condescendiente' ' (61 ).

148 Revista Andina

Page 3: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Enrique Ballón Aguirre: Los enredos léxicos de las lenguas peruanas

... ha llegado la hora - constata Cerrón-Palomino- de reescribir nuestra histo­ria, hasta ahora llena de mitos y distorsiones, empleando esta vez la lingüística y la filología como herramientas heurísticas en el desvelamiento del verdadero pasado andino ( 1 1 )".

Esta acre admonición se extiende, por cierto, a las demás ciencias sociales - en parti­cular a las llamadas ciencias de la comunicación- que dan la espalda a nuestra realidad · lingüística andina y amazónica7 cuando. "como se sabe (o debieran saberlo, especialmente los científicos sociales)" ( 136 n. 1 O)~, son las relaciones de parentesco, económicas y espe­cialmente comunicativas de la multilingüe y pluricultural sociedad peruana las que sueldan su cohesión y tramado de base.

l. Organización del análisis pragmático e inductivo: la aglutinación léxica andina

A fin de organizar con criterio deductivo los componentes del análisis pragmático e inductivo puesto en obra, presentamos enseguida un diagrama que, a nuestro modo de ver,

6 El punto de vista de nuestro lingüi sta coincide con la ya antigua postura de A. J. Greimas. En efecto. d lingü ista lituano escribía que el historiador ·'proyecta su construcción hipotética al pasado. llanuin­dola pomposamente realidad. De hecho, só lo se puede escribir la historia utilizando la mediacicín lingüística. susti tuyendo los textos hi stóricos - su verdadero referente- por seri es de acontecimientos ·reales·. que de inmediato se rcconstruyt: como si fuesen una proyección referencial. Los historiado­res se s irven. en el mejor de los casos. de documentos y de crónicas de la época concernida que son ya traducciones libres-en lenguas naturales- de los programas somáticos de los sujetos rea les: en cambio. los monumentos históricos y arqueológicos só lo desempeii,111 un papel comparable al del contexto extra-lingüístico del discurso" ( 1976: 1 (,9). /\si, Cerrón-Palomino reitera la ll amada de atenciún sobre "' la desbordada fantasía de nuestros hi storiadores tradicionales. ayudada por su desconocimi..:ntn campante del quechua" (48 n. 20) a lo que se suma ·'la impos ibilidad de poder acceder a los originales de tales obras f cróni..:as de la conquista] . no queda müs renwdio que emplear las ediciones de que se disponen. todas e llas. a cuíil müs. plagadas del tipo de errores que acabamos de señalar. Si rva la ocasiún para lamentar que hasta ahora no contamos con edic iones serias y responsables. ni siquiera de los cronistas clásicos. que tonwn en cuenta la recta interpretaci ón de las voces indicas que recogen' ' ( C,5 11 . 3) y "'el estrujamiento fonético y el despistaje hi stórico dan ri..: a las más delirantes asm:iacioncs semánticas. desvirtuando el mensaje cultural que portan los nombres de lugar' ' (312). reparos que a lcanzan a los '"pa lografiados errüticos o transliteraciones mal hechas. con pleno desconocimiento de las lenguas indígenas. como lamentablemente s igue s iendo la práctica entre nues tros ed itores nacio­nales y extranjeros' · (239 n. 14) y "'en consecuencia. debe quedar claro que toda interpretación hecha a l margen de la lingüística deviene ilusoria cuando no ingenua" (353).

7 En este sentido. el libro de Cerrón-Palomino concuerda con la reciente obra de 1-loward (2007) pm,1 la que la descripción inherente del léxico propio de las lenguas andinas sostiene la interpretación del discurso y. a la inversa. las magnitudes di scurs ivas determinan. 1.: 11 s u dinámica. los alcances s igni lic ,1-tivos de ese li:xico. De este modo. los análisis críticos de ambos libros. diferentes pero solidariamente trabados. constituyen lo que s in duda es un auténtico 1ac10 de codos o codeo cognitivo.

8 Ello s..: da particularmente en relación a "'la tesis del aimarismo primitivo del mundo andino. r..:i vin­dicada por la lingüí stica" que ··es a lgo que todavía incomoda. cuando no escandali za. a los científicos soc iales" s iendo "'que la realidad idiomática andina ha s ido mucho más compleja e interesante que la forjada por la visión tradicional monocorde y chata"' (37')-380).

NQ 48, primer semestre de 2009 149

Page 4: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Artículos, notas y documentos

integra los modos y proyecciones (genética, mimética y hermenéutica) atinentes a cada paso de los procedimientos de investigación efectuada por Cerrón-Palomino y, sobre todo, de la demostración científico-social realizada:

MODO GENÉTICO

\

MODO MIMÉTICO

Proyec:ciú11 mimética: di.::ctos de sentido e impresión ret't:renci,il y

cu ltural genera l: l.:tnica, filológica, histórica , gcogr{1li<.:<1.

ndministrati v,1. religiosa, epistolar, de erudición. etc

LEXÍA __. SINTAGMÁTICA Proyel'l"iá11 ge11éticu: FONÉTICO __. MORFOLÓGICA _ .,.. f-ONOLÓGI CA (etimología y

(tradición textual or,1 I y escrita)

van:1c1om::s dialectales)

EN (contextos y textos ESTUDIO subsccue11tc111c111c

tipo y kxías generados )

1..:01..u;ion.idas) :

Proyen'iiú, /,ermenéutic:a: niveles discursivos (dialectal , mesolcctaL sociolcctal e idiolcct:11) y sentidos registrados como

comronamicntos scm:'1nticos relati vamentc estabiliz~1dl)S .

MODO HERMENÉUTICO

Este esquema nos permite seguir el trayecto tradicional de cada lexía (o grupo estab le de morfemas que constituye una unidad funcional)" desde e l punto de vista hipotético­deductivo del raciona li smo empírico 1°. El las, las lexías , no son entendidas aquí únicamente por su referencia extra lingüística - las cosas o e l mundo (vrg. <quechua> : 'vall e templado')­sino, como se ha dicho, diacrónicamente, esto es, a partir de su modo de generación genétirn 11

9 Las lexía.1· son grupos de morfemas integrados (cornhinaciones estabilizadas de morfemas) qut: cons­tituyen las unidades de significación; es una unidad fi.mcional. verosímilmente memorizada en compe­tencia . Si la lexía está compuesta por un solo morfema (por ejemplo. la preposición a) se trata de una lexía simple; pero si la lexía está integrada por varios morfemas o incluso por otras lexías fijadas. se le conoce corno lexía comple/a tal cual sucede con todas las muestras descritas en este libro.

1 O Cerrón-Palomino procede en sus aná li sis del léxico aglutinante de las lenguas ancestrales andinas con los mismos modos y proyecciones hipotético-deductivos del raciona lismo empírico aplicados en los estudios sernántico-int<::rpretativos de los corpus discursivos: cf. E. Ba ilón Agu irre (2007: 434 -438. 2008: 30).

11 Cerrón-Palomino Jo llama o bien ·' hi storia evolutiva de la lengua '· (26) o bien ·'génesis ' · (3 3 ). Greimas y Courtés advierten al respecto que .. la aproximación genética [ ... ] considera a la génesis de un objeto como situada en la línea del tiempo y cumpliéndosl: en una serie de formas sucesivas, por Jo

150. Revista Andina

Page 5: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Enrique Bailón Aguirre: Los enredos léxicos de las lenguas peruanas

o. en otras palabras. desde las convenciones orales, escritas. sociales y académicas ele l,1 tradición linguocultural que le son atendibles, por ejemplo, en el caso del glotónirno <quechua> y la expresión <runa si1111> 12 que, en realidad, son ·'clesignacion[es] intervenicla[s]. es decir. inclucida[s]" desde el castellano (33).

La certidumbre que proporcionan los diccionarios corrientes tanto del quechua y del aimara como de todos los peruanismos mencionados en este I ibro es cribada, así, a partir de la vía genética para descartar los espejismos etimológicos y falsas asociaciones. las etimolo­gías populares 11. lo anecdótico, accidental, confuso. obsoleto, fortuito , incierto, ingenuo, anacrónico, antojadizo. apócrifo, eventual, censurado. fantasioso, disparatado, acomodati­cio, delirante. dudoso o simplemente erróneo, por ejemplo. en el caso de las lexías <quichua>/ <quechua> para designar, como veremos más adelante, la "lengua general" ancestral perua­na , las variantes <totricu> - <tocricut> para el acrónimo <tucuyricoc>, el hecho de atribuir a <anacona> el significado ·ponerse la saya'. la identificación ele J. de Arona entre <callapurca> y <pachamanca>, el origen, según el DRAE, exclusivamente centroamericano y venezolano del chirimoyo, la interpretación dacia por el Inca Garcilaso del topónimo <Abancay>, etc.

Una vez configurada y clemostracla la nueva certeza, interviene el 1nodo mimét ic:n cuyo fin es, a partir ele una exhaustiva exfoliación ele los documentos coloniales y sus estudios colaterales, ciar cuenta de la descripción ele cada lexía examinada mediante el control ele las impresiones y efectos de sentido referenciales y ele cultura general (sin , necesariamen­te. construir o reconstruir la cultura que articulan) 14, principalmente por la misma lingüística y la lingüística histórica 1

', a lo que se suman los datos extralingüísticos proporcionados por las ciencias sociales pertinentes corno la historia ( no in festa el a por ·'etimologías cliparatadas· · o "creaciones artificiales" )1", la arqueología 17 y la antropología 1' minuciosamente cotejados y puestos al se rvicio ele su interpretación.

12 13

14

15

1 (¡

17 IX

general en re lación con las circunst,111cias exteriores que han podido condicionar el cksarrol lo .. ( 1982: 190): de esta manera. la no..:ión de /!.l;nes is se atiene ,11 estatuto sociocultural dd fenómeno léxico estudiado y 110 debe ser comprendida en el sentido restrictivo positivista (el re flejo) y e l for111alis1110 estricto sin remi s ión a un 111ús allú mimético v hermenéutico. Un apartado está dedicado a este punto: 5. Ru;1a si111i: · lengua de indio'. Fn el adpite titul ado .. Etimología popular y etimología científica .. se contrastan puntualmente estos dos qudiaceres y la estrecha rela,ión d<:I último con la gramútica histórica. 13arthcs se11ala que ··tocios los códigos culturales. desgranados de cita en cita. fonnan un pequdio saber cnciclopécli,o extra11a111entc enhebrado. un fúrrago : este fá rrago forma la realidad ,orrientc en relación a la cual el sujeto se adapta y vive 1- .. J. la verdad soc ial. el código de las instituciones: el principio de realidad· · ( l '>80: 155). Por ejemplo. la deducción de las formas registradas en prnto-quechua y proto-aimara o las transkrrn­rias mutuas en quechumara. bs rderern.:ias ad /ihitw11 o interesadas. las numerosas evaluaciones críticas de los trabajos elaborados por de Arona o Palma. Hildebrandt. Torero. Carriún. Ug,1rtc C hamorro. Solís. M. lkyersdor!T. Calvo l'én.;z. Taylor. etc. Las eluculyaciones de los etimólogos dilctantes (y delirantes) Mossi. Durand. Randa!!. Lira o Cnndarrn Morales y las rnnjeluras inconsistentes (rara wz entonadas) de los hi storiadores Guillén. Valcúrccl. l';irsinen. Villar Córdnva. Espinosa Soriano. Rostworowski. Arellano. Duviols. Zuidcrna. Lol1111an Vilil:na. etc. Las remisiones a los trabajos de Rowe. 13onavia. Bauer. Hiltunen y McEwen. Villar Cúrdova. etc. Por ejemplo. Malos Mar y A. Jiménez 1301:ja.

Nº 48, primer semestre de 2009 151

Page 6: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Artículos, notas y documentos

Los modos de generación genético y mimético determinan el contexto integral del modo hermenéut ico, modo este último que aprovecha los datos enciclopédicos no supererogatorios 19 • Tales datos son recogidos de la tradición textual peruana que determina en cada texto escrito, según su género, el sentido de las palabras que contiene a partir del cswdo de lengua, de orden dialectal, que actualiza. En cambio, el plano discursivo de esos mismos textos muestra que su sentido se reelabora - enriqueciendo o restringiendo la signi­ficación de los datos aludidos mediante el principio de plausibilidad semántica20

- gracias a la acción de las "formaciones" genéricas y situacionales propiamente andinas de orden dialectal y sociolectal 21

, como también sucede merced a las "formaciones" idiolectales (los 1 lamados estilos de autor) 22

• Al I í, las ocurrencias de la lexía son interpretadas como man i fe s­taciones escriturales de su tipo oral y, a la vez, por su ahormación discursiva particular, como transformaciones de las fuentes linguoculturales superestráticas, sustráticas y adstráticas: las diglosias quechua-castellano, aimara-castellano, quechumara o la triglosia castellano­quechumara. Se trata, entonces, de aprovechar estos textos como lo que son, auténticas expresiones de oralidad elaborada: los niveles discursivos dialectales, sociolectales e idiolectales intervinientes son aprehendidos como actualizaciones textuales de sus propias fuentes orales andino-hispanas puesto que, como advierte Goldmann, un texto y en él cada una de sus lexías

no [son] el simple reflejo de una conciencia colectiva real y dada sino la culminación, en un nivel de coherencia muy elevado, de las tendencias pro­pias de la conciencia [ cultural] de un grupo u otro, conciencia que debe con­cebirse como una realidad dinámica, orientada hacia cierto estado de equili­brio (1964:41 ).

2. Los g/otónimos <.aimara> y <quechua>

Una buena muestra de la puesta en marcha del esquema deductivo sugerido, la propor­ciona el estudio, orientado genéticamente, del glotónimo <aimara>. A pai1ir del hecho de que

19 Los apuntes supererogatorios abundan en los ejercicios lexicográficos oportunistas y ditirámbicos de los aficionados o de los infaltables críliws literarios autodidactos para quienes. demagógicamente, el lt:x ico quechua que citan es el reflejo de nuestro pueblo. de nuestro país. del ethos nacional. de nuestras aspiraciones. etc.

20 Tal es el caso del apartado 4.2 relativo a las ·'Cuestiones de s ignificado" en relación a <quechua> y el 3 sobre <apacheta>.

21 Por ejemplo. la oposición <quechua>/<sallqa> en Ayacucho y Apurímac. 22 Así. para deducir el uso oral de los glotónimos <ainrnra> o <quechua> en los textos donde se les

consigna. se discrimina los testimonios según su procedencia: sea el discurso colectivo de. por ejem­plo, el Tercer Concilio limense sean las palabras aleccionadoras de la Carta Pastoral de Yillagómez o los escritos individuales pero oficiales de las Relaciones Geográficas colectadas por Jiménez de J,1 Espada. los discursos individuales metalingüísticos de las gramáticas y diccionarios de Bertonin y González Holguín. los apuntes de viaje (carnets de anotaciones) de Ulloa. Middendorf o Tschudi . las elucubraciones de Villamil de Rada. los discursos especulativos de Y. F. López o P. Patrón. etc.

152 Revista Andina

Page 7: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Enrique Ba/lón Aguirre: Los enredos léxicos de las lenguas peruanas

contrariamente a la idea trad iciona l qu e se ti ene, ni e l quechua tuvo su cuna de o ri gen en e l Cuzco ni los incas fueron sus habl antes primigenios. como lo vienen probando los estudios de lingüís tica andina. De manera que qui enes buscan etimologizar los nombres de las in st ituciones del incario, como si todos e llos hubieran sido acuñados en quechua, y para lo cual no se duda en quechuizarlos a ultran za. debieran tomar en cuenta la rea lidad lingüística des­crita, para no caer en la vieja práctica etimologizante que se remonta a los tiempos del Inca Garcilaso (249),

aquí se aplica, ante todo, el ri guroso análisis fonético y fonológico de la lexía en su evo lución tempo-espacial21 y, a partir de ella, se recompone la muy variada escritura que ha rec ibido en sus fuentes coloniales y modernas explicando en todo momento, paso a paso, las opciones decisorias (vrg. <aymara> , <aymará> , <airnara>). En el análisis de la lex ía en cues­tión , e l despistaje morfológ ico-ag lutinante apela, como es de rigor, al o los s ignificados que portan los morfemas etimológicos o etnónimos radicales (vrg. ayma24 o, en su caso, el sufijo nominal benefact ivo -puq, etc.) explicando, con ayuda ele una decantación filológica cabal asegurada por el cotejo conmutador (cuando es pertinente)25 ora en la lengua oral ora en múltipl es fuentes documentales (lexicones o respositorios léx icos, crónicas, ordenanzas. informes ad mini strat ivos, relaciones, memoriales, serm onarios, oraciones, etc .), la tradición hi stó ri ca"' y la difusión espacial 27 que aseguren su interp retac ión cronológica2

' .

Le sigue la descripción de la lexía como tipo, por ejemplo, la voz <aimara> , tipo corroborado gracias al campo léx ico donde concurren sus variantes com puestas (vrg. <ay mara-y> , <ay mara-e> , <[ aymara-es )> , <ayrn ará> , <aymáray>. <aymaráy>? <aimara> ), derivadas (vrg. <ayma> ? <aymarani> ), colaterales (vrg. <ayma>/,gayma>), di scretizadoras ( vrg. <aymaraes> , <aymari lla> ) y aposicionales ( vrg. <aimara> = lengua de Adán, lengua de los Co ll as, lengua genera1)2''. Finalmente, coadyuva a la interpretación ajustada de la lexía y

)' - -'

24 25 :lJ,

27

28 29

Por ejemp lo. e l detallado examen fonético que argumenta la preterición de <quichua> a favor de <quechua> por reajuste vod lico del castellano. la descripción fonético-fonológico de <amauta> o <tocrioc>. cte. Ver la g losa de la p. 206 donde se comenta la s ignilicac iún del topónimo *ayma-ra-y/ *ay11w-ru-11•i. Tal es el caso de <yanacona>/<yanayaco> . Vrg. la Historia d<'I Reino de (Juito Velasco. "Los orígenes de los incas" de Uhk. la /-lisLoria del Perti wlliguu de Vald1rcel. etc. Por ejemplo. s iempre para e l vocab lo <ai 1nara>. !ns tnpún i111os con estructura ckrivada (<Aynrn-s> . < Ayma-ra>. <Ayma-ña>. <Ayma-y(a)> ). compuestos (<Ayma-pata> , <Ayma-putum:o> ) o de raí z derivada ( < Ayma-ra-pata>. <Ayma-ra-bamba> ). Cerrón-Pal omino suele rel"erirse a "la 'biografía · lingliíst ica de las palabras· · (57. 61. 119. 121. 137). Y. rnús adelante. entre otras: hornolónicas (vrg. <yana> : ·criado '/'color negro ' ), antropónimos emb lemúticos (vrg. <pinahua> - <pinao> ·(Jugar) donde hay trojas' '? ·rey ' ). tropismos (< jora> < <sura> ). epítetos (vrg. /-luarochirí. Pachacámac). por aféresis (vrg. <yanacona> /<anacona>. <Opangui>{< Yopangui>. <Arnparacs>/<Yamparaes> ). por nuclearización (vrg. <yana> : ·siervo·. ·criado de servicio ). por extens ión. reducción o derivación metonímica (vrg. <apachita> : <tocapu> ). por metútcs is (vrg. <suruchiq> '1 <surujchi> . <haniraq> '1 <hanirha> ). por haplología (vrg. <surump · i> ). por heteronirnia (vrg. <sora>/ <su ra> vs. <jora> ). etc. Ademús. en el tratamiento de ciertos sufijos se procede a su ilustración. su caracterización morfo lógica. la et imología tanto formal como scmúntic.1 y la plausible reso lución de los en ignrns.

NQ 48, primer semestre de 2009 153

Page 8: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Artículos, notas y documentos

su campo léx ico, e l contexto discursivo de uso con e l examen debidamente demostrado de los sintagmas que le son ati nentes o deben ser descartados para la interpretac ión (vrg . <quechua> para designar <aimara> , <mochi ca> o <yunga>)30

, por ejemp lo, las fo rm as paralexemáticas o integraciones léx icas (vrg. la constituc ión léxica frasa l <yana yacu' 0

· ) '1 e

incluso los préstamos quechumaras interlingua les. Se cons idera acá, igua lmente, los usos textuales generalizados en que se registra la lexía: periodísticos, pedagógicos, designativos, literarios, etc.n

En cuanto al trazo, por vez primera. de los avarnres en la evo lución del g lotónimo <quechua> se nos enseña, de manera ejemplar, cómo desde e l uso ora l nace una denom inac ión escrita, es decir. documentada, en la trad ic ión textual hispano-andina . Diremos, mu y resumidamente, que por la ley de economía ele la lengua, la apos ición paralexemática ·' lengua general" es capturada de inmediato por la lexía simple <quichua> desde mediados de l siglo XV 1 (Po lo de Onclegardo, Santo Tomás), pero su uso escrito esporádico hasta e l segundo decenio de l s iglo XX mengua en Perú y Bolivia a favor ele la variante <quechua>, uso cada vez más acentuado desde el segundo decenio del siglo XV II (H uena , Pérez Bocanegra. Molina. Melgar). A su vez <quechua> desplaza su significado origina l ·tierra t<::mplada ' (e l Anónimo, Gonzá lez Holguín) hasta proscribirlo o también ' valle templado ' en aras del nuevo s ignificado aposiciona l - glotónimo que des igna la respectiva lengua andina- traspuesto de <quichua>. forma esta última cuyo uso tanto oral como escrito persiste hoy en Ec uador y Argentina.

3. El léxico cultural e i11stitucio11al

El estudio de otros diez vocablos completa la primera sección del libro de Cerrón­Palomino signada ahora bajo el rubro general del léxico cultural e instituc ional (los acrónimos) ''. En este extremo, e l lingüista fonnu la una constatación esenc ial para la interpretac ión genera l de la acronimia andina, con las siguientes palabras:

30

31

32

, , J .>

154

Muchos de los términos que refieren a las instituciones del incario (políticas. admini strativas, económicas y religiosas) han probado ser de origen a imara y 110 quechua, lo cua l no es de extrañar ya que e l idioma oficia l del imperio por lo menos hasta e l reinado de Tupac Inca Yupanqui , fue la primera de las lenguas mencionadas. A medida que se producía e l despla zamiento irreversib le del

Este orden no es. sin embargo. regular de precedt:ncia. etapa por etapa. Por los requerimientos de l,1 redacción. cada estudio obedece a un ordenamiento particul,ir. Hemos de recordar. por lo demús. que la lingüística 110 es so lo una di sc iplina descriptiva. sino predictiva. Advierte Cerrón-Palomino que ··dilici lmente una palabra trisilúbica quechua (o aimara) puede cons­tituir una forma originaria" ( 100 ). Por ejemplo. en el caso de otros términos. el prestigioso uso dc <amauta> como título dc una t:onocida revista (J. C. Mariátegui) o para nombrar un pn::mio magisterial : los de <tocri> y <t'ojri y> relacionados con el drama 01/anwv. <vanaconas> en el Canto 111 de la Araucana de Ercilla. t:11: . Advirtamos aquí que este estudio 1;a sido precedido por dos trabajos independientes. uno dedicado al examen del léxico quechua agrario andino (l3allún Aguirre. Cerrón Palomino y Chambi Apaza 11) 1!2) y otro al aná li sis de mús de 300 denominaciones triglósit:as andinas de la papa (Bailón Aguirrc y Cerrón-Pa lomi no 2002).

Revista Andina

Page 9: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Enrique Ballón Aguirre: Los enredos léxicos de las lenguas peruanas

aimara por el nuevo idioma oficial, de origen chinchaisuyo, propiciado por un bilingüismo de corte sustractivo a favor del quechua, tales vocablos fueron acomodados, cuando no reinterpretados , dentro de las estructuras léxicas y morfológicas del idioma recientemente adoptado. Después de tocio, tales remodelaciones se veían facilitadas por el extraordinario paralelismo formal y semántico existente entre ambas lenguas , como producto de su milenaria con­vergencia en el espacio centro-andino peruano. (63)

Nos encontramos, en este extremo. con no pocas so rpresas que contrad icen las ideas flotantes del sentido común académico peruano como, corrigiendo decididamente su conso­lidado origen quechua. el auténtico or igen aimaraq de los vocablos usuales <amauta>, <tucuyricoc>, <apacheta>, <tocapu>, <calapurca>, o de ida y vuelta en los términos quechumaras <soroche> o <jora>, la denuncia ele los hi storiadores que establecen ''asoc ia­ciones semánticas [ . . . ] dañinas" al, por ejemplo, imbricar a la buena ele Dios en la homónima voz <yana> - compuesta por los sememas independientes 'criado '/' negro ' de <yanakuna>­i la equivalencia de 'esc lavitud·'· el di scrimen entre el respaldo de una leyenda, una creenc ia animista o un mito a la interpretación etimológica o. a la inversa, su intervención írrita. los localismos (<majano>) para actua l izar significados que requieren expresiones generales (' mon­tón de pi edras' ) en la interpretac ión del término <apacheta> según el DRAE; por último, el origen quechumara y mochica de <chirimoya>.

4. La toponimia quec/zumara

La segunda parte, más extensa, se ocupa exc lusivamente de la toponimia quechumara. Cerrón-Palomino aprovecha en especial los recientes estudios de orden diacrónico del quechua y del aimara'5 y así el apartado inicial de esta segunda sección se propone resolver las incógnitas toponímicas de las localidades Canta. Conclarave, Huaro chiri3" e /chmal7_ El sustrato aimara reclama, en estos casos, nuevamente sus derechos, pero sujeto a la siguiente advertencia importante:

.,4 Lsta constatación encontrada igualmente en los topónimos es de máximo intl'.rés: "El hecho de que se hayan detectado sufijos de origen a imaraico en la toponimia que se consideraba emincnlcmente quechua - asevera C'eJTón-Palomino- resulta sumamente revelador de algo que hasta hace poco apenas se vislumbraba: e l profundo enraizamiento del airnara en el área centro-andina peruana. heclw que invalida toda hipótes is a favor de un supuesto origen a ltipl ánico de la lengua· · (207).

35 CeJTón-l'alomino explica los akances de tales aportes ali rmando que .. e l conocimiento de los cam­bios operados en las proto-lenguas respectivas. y postulados por el lingüista en calidad de reg las s istemáticas. 110 sólo ayuda a resolver en forma ordenada los problemas de interpretación toponimic;1 s ino también. además de confirmar hipótes is previ as. pos ibilita detectar de manera efectiva relacio­nes y aso~iaciones entre entidades que. de otro modo. burlarían inclus ive la atención del propio especialista '" ( 163 ).

](, < lluarochirí> (*wacu-chi-ri): ·el constructor ele andenes ' . 3 7 A ello se agrega e l examen de ta les topónimos. pero en ca lidad de componentes en nombres compues­

tos como Ca11/ani. Can ruyoc . Cantas . .. : /-/uaywrá . .Joquiru. l'angaravi .. . : /-/uarucuca. f-/uun.1p11111¡1u. 1-/uaruchuca ..

Nº 48, primer semestre de 2009 155

Page 10: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Artículos, notas y documentos

... el análisis ofrecido reposa sobre una constatación muy importante: el estu­dio de la toponimia andina, o al menos de pat1e de ella, nos coloca en una situac ión tal que el paso del quechua al aimara o viceversa es insensible, pues no debe olvidarse que el grado de contacto entre ambos idiomas, al haber sido intenso y secular, produjo una nomenclatura de estratos superpuestos de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba [ .. . ] a través del excurso etimológico realizado ha quedado suficientemente demostrado de qué modo la toponimia andina refleja la milenaria situación palimpséstica que guardan entre sí el quechua y el aimara, con remodelaciones y convergencias fonológicas, léxicas y morfológicas que van en distintas direcciones, de una lengua a otra y vice­versa. Dentro de este complicado y dilatado panorama resulta ingenuo, cuan­do no ridículo, pretender atribuir in loto a una lengua aquello que, bien mira­do, no solo puede corresponder a la otra sino que podría haberse modelado a pat1ir de las dos ( 173 , 180).

Continúa la exploración averiguando los usos gramaticales arcaicos, así como las mudanzas idiomáticas, es decir, la toponimia como registro morfológico38

, el discrimen de los morfemas aimaras arcaicos en la toponimia centro-andina (los sufijos -y, -n , -ra)'" y los morfemas sufijales arcaicos quechuas - s y - nqa en la misma toponimia andina40

.

:18 En cste apa rtado se dcstaca el recurso al morfema agent ivo registrado tanto en quechua (-q: .·lsnoc:. Ahuac . .. ) como en aimara (-ri: /-Ialsuri. Poriri. .. ) y sus nu1nerosos contraejemplos anómalos a se r explicados por fijamien to (que e l lingüi sta llama o bien .. congelamiento' ' o bien .. fo1111a petriticada ... respectivamente). observados en el uso habitua l de ambas lenguas como. inferencialmente. expresio­nes portadoras de signi fi cados predicativos (ai mara: 1-lamp ·atu-ri. Kanchi-ri ... : quechua: *Quca ka­q. *Cakra ka-q .. . ). Pros igue la demostración de la desa ima ri zac ión (quechuizaciún y castcl lanización concomitantes) de Coehabamba y C huquisaca tomando como tes timonio la toponimia local : a l aimara inicial (el morfema posesivo - ni .. anexado a un radical nominal de origen qucchua··: ;J/ckoni. Collpani ... : ;l//qu-ni. Qullpa-ni ... ) le siguen las muestras del .. avasa llamiento quechua·· 1;11 Chuquisac.i (el sufijo -y uql -yoq: Parcayoj: Parqa-yuq ... ) para termina r con la incursión de l castellano en la zon;1 (la hase castellana: Corra/a-ni. Laguna-ni ... ). En este punto Cerrón-Pa lomino habla de .. proceso de bilingüismo aimara-castellano (y seguramente también trilingü ismo a imara-quechua-castellano) .. ( 18') ) y del " bilingüismo genera lizado" aimara-quechua en los Andes Centra les (207) que. a nuestro modo de ver. es más bien un proceso dig lósico y triglósico: cf. Bal Ión Aguirre (2006:49-51 ). Los dobletes toponímicos revelan a llí. finalmente , la ··pugna" quechua-aimara (-ni: Collpa-ni, Malara-ni ... : -yoq: Collpa-yoj, Matara-yo/ ... ).

39 Ellos se aplican a topónimos alusivos a configuraciones naturales (Cola-y, Cocha-y ... ). a edifü:aciones (Ca11la-y, Pirca-y ... ) y a animales y vegetales (Lacha-y, Pisrn-y ... ). La identificación aimaraica de -_, · con -w y -, vi (por apócope y dis imilación semiconsonántica) que desemboca en -w(a) pem1iten describir Sora-y/Sora-o, Chincha-y!Chinclw-o ... donde la <o> se interpreta como /w/. e igualmente en Paqra-o. Apio-o ... , -wi en /la-ve (< ila-wi). Candara-ve (< kanla-ra-wi). -(w)a en Col/agua . Andahuo. Moqueiua ... En cuanto al sufijo -11 lo eneontramos en los topónimos reterentes también a conligura­ciones naturales (Cota-n. Copa-n .. . ). a ed ificaciones (Ovo-11. Co11cha-11 .. . ) y a animales y vegetales ( Chaula-11. Chuspi-n ... ): e igualmente sus "cognados" en -ni ( Cota-ni. l lvu-ni ... ) equivalente del qucclnm -v uq. descartándose de la filiación aquellos en que aparece el su fijo partiti vo quechua -n (Luri-11. Tima-n ... ). Y respecto a -ra aparece en alusiones a las configuraciones naturales (Anta-ra-y. /-/uanca-ra-v .. . ). a edificaciones (Cancha-ra-y, Huanca-ra-y ... ) o a animales y vegetales (Llama-ra-y. Cantu-ra-v ... ).

40 El abordaje de estos morfemas procede a su caracterización morfológica y a l esclareeimiento de su etimología fom1al y semántica para resolver los enigmas toponímicos atinentes. Para ello. se sigue la

156 Revista Andina

Page 11: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Enrique Ballón Aguirre: Los enredos léxicos de las lenguas peruanas

Dentro de esta sección se incluye otro grupo constituido por el estudio puntual de topónimos célebres, comenzando por el término ' 'espurio" <hurin> o <urin> en la muy cono­cida - y apócrifa- oposición léxica excluyente Hanan/Hul'in , los acrónimos clasificadores de los ceques, las denominaciones de las ciudades capitales Cuzco y lima y la conversión del topónimo 0/lantay en antropónimo. En el primer caso se demuestran ampliamente los estra­gos conceptuales (' 'distorsión formal y contaminación semántica", 236) en el conocimiento de nuestra sociedad multilinglie y pluricultural cuando se omite el perfil lingüísti co de las transferencias quechumaras y en su lugar se repite , una y otra vez, con tenacidad obses iva hasta convertirla en sentido común , la necrosis mental (111e11re captus) característica de los estereotipos. Se demuestra, de esta manera, que el radical o derivado ruri (lul'i-n: ' dentro ·) alude ·'ciertamente a una topografía en bajada con hondonadas" (234) y que la ''horizontalidad en pendiente [es] la que finalmente llegó a expresar la distinción hanan y /11rin (devenido este último en <hurin> - <urin> ), traducida por ello como ·alto ' y ' bajo ', y no como [ debiera se r] 'encima ' y ' dentro"' (243; cf 294 n. 3)41

Las dificultades filológicas inherentes a la nómina heteroglósica de los ceques, que deja muchos de ellos en estado críptico, impide su estudio integral y sistemático; por ello, este apartado se dedica únicamente al análisis de los acrónimos de filiación socio-espacial: Col/una (' 'el extremo superior": 'e l primero ' ), Payan (término medio: ·el segundo ' ) y Cayao ("base": 'el tercero ' ). Los apelativos de las ciudades de Cuzco y lima son decorticados, previa una minuciosa revisión toponímica y mítica, desde sus más finas entrañas filológico­lingüísticas. Ambos nos llevan a nuevas sorpresas, en el primero - que requirió una muy vasta averiguación documental y un arduo cotejo fonético-fonológico y morfológico- luego del enfrentamiento a una serie de ideas preconcebidas y prejuicios arraigados de orden chovinista local se logra demostrar, concluyentemente, que la ortografía del nombre <CuZ:: co> (y no <Cusco>) es la correcta42 y que su significado auténtico es ' la piedra donde se

ringla categorizadora precedcntc y así el su lijo *'>' quechua (aimarizado en Socosani. fo11.1·a ... ) aparece en topónimos nombrados a partir de configuraciones naturales ( Cocha-s. Paica-.,· ... ). edi li­caciom:s (1-/uaro-s, Canla-s ... ). animales y vegetales ( l 1sw-s. Caia-s ... ). La identificación semántica pennitc resolwr los s ignificados de. por ejemplo. ;/nca-sh: ·río azulenco ' . Cara-z: · lugar semidesnudo ·. En cuanto ,1 -nqa se registran los topónimos por configuraciones naturales (Paria-nea. 7i1Fa-11u1 .. ). construcciones (Chac11-nca-y. Ch11dla-nc11 ... ). animales y vegetales (Pu11w-nca . .Juri-11ca ... ): sc resuelvc. en !in. enigmas léx icos como ;/h11-nca-v: ·Iug,1r dond¡; se teje·. P11ra-1110-nga: ·1ug,1r lloved izo· . . .

4 1 Por ejemplo. el docto uso de esw noción apócrifo que hace Vargas Llosa ( 1996:252). 42 Cerrún-Palomino arguye sobre la diferencia entn.: el conocimiento lilológico-ling üíst ico de una

lengua (la '"conciencia idiomática verdaderamente rellectora ... 3 18). por ejemplo. el quechua. y la incapacidad dc arbitrio que sobre ella tienen sus simples usuarios ("en labios del común'· (3 15 ): ·' como s i el so lo hecho de hablarla bastara para considerarlo árbitro de su propio idioma" ) o los estudiosos locales para decidir sobre "'semejante extravío ortográfico'· . Sin embargo. en una visita qll'; hice a la ciudad dcl (iuzco enjunin de 2008 pude constatar allí. s in asombro. e l uso de la gra na <C usco> en los medíos de comunicación de masa (salvo en la revista Cullllra Urbana): desde los periódicos. los letreros. la televís ión o la propaganda para turi stas has ta t:n los libros escolares. Ello demuestra. otra vez. qm: efectivamente son los hablantes concernidos y las ins tituciones linguoculturales que ellos autori zan. quienes deciden sobre el manejo oral y escrito de su lengua por 1mís que se Lt:nga conciencia de que en estas decisiones suelan intervenir. de un lado y de otro. los intereses políticos. los atavismos.

Nº 48, primer semestre de 2009 157

Page 12: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Artículos, notas y documentos

posó la lechuza '; en el segundo, "de extracción eminentemente quechua" (312), se exp lora la posible huella aimara en el fonetismo de *Limaq? <Lima> (305), llegando a confirmar clichc1 influencia sustrática. Y sobre el conocido significado calificativo 'que habla ', este no tiene como suj eto el río de la ciudad, cosa que vulgar y metafó ricamente se aduce, sino que

en verdad el que hablaba era el oráculo preinca instalado en lo que es hoy el cerco de la ciudad, concretamente en lo que los españo les identificaron como la "huaca de Santa Ana" , y donde posteriormente se levantaría el hosp ital del mismo nombre. Extirpado el culto a la huaca siguió empleándose la forma <Limac> para designar a todo el antiguo territor io del señorío loca l, cuyo nombre originario de !chma sólo queda ya en los documentos. (31 O)

El trastrueco sufrido por el celebérrimo vocablo <Ollantay> ocupa un capítulo aparte donde, desde un comienzo, se advierte el cuño aimara y no quechua de la palabra ''que. originariamente, fue un topónimo descriptivo ('otero ', ' atalaya ' ] a partir del cual se infirió el nombre del héroe con propósitos más bien literarios y simbólicos"; ello implica tanto la dilución de creencias arraigadas como importantes implicac iones relativas a la histor ia de los orígenes de la civilización incaica.

Cierran el libro dos extensos capítulos dedicados al examen de las et imologías toponímicas recogidas por sendos ponderados cronistas, el Inca Garcilaso de la Vega y Martín de Murúa, varias de las cuales han sido aprovechadas anteriormente cuando la oportunidad lo requirió. En esta ocasión. al pasar revista sistemática a sus aportes, se ti ene muy presente el dominio dialectal (el ''filtro cuzqueño" para el Inca, 325) ele las lenguas ancestrales andinas que cada uno de ellos tenía. a fin de describir los alcances de sus juicios e interpretaciones, comenzando por"querer leer los nombres aimaras como si fueran quechuas. bajo el manto engañoso de cierta similaridad formal " (324 ), lo cual revela "un fuerte glotocentrismo quechua" (379). En esta coyuntura, Cerrón-Palomino explica numerosos topónimos quechumaras43

, tarea que continuará con esmero al escudriñar el texto del mercedario Murúa44 (" imbuido de un espíritu inquisitorial fanatizado", 358) en que igualmen­te se aprecia la combinatoria quechumara tomada de fuente indígena, transmitida oralmente o a través de los quipus y organizada como "superposiciones dentro de un continuum [ .. . I

la sinrazón filológica , etc. De la misma manera que la ciencia económica no es capaz de oricnlar b s finanzas de una sociedad y solo trata de explicarlas -como se contirma trágicamente en los días que co1Ten, cf. Gréau (2008)- la lingüística. ciencia razonante. es impotente para "corregir". con su buena voluntad y sus demostraciones. el rumbo que la sociedad imprime al uso o desuso lingual y mcnos contrarrestar sus prácticas linguoculturales; ello ha sido suficientemente probado con el relati vo fiasco de la educación intercultural bilingüe (EIB) en la zona andina.

43 Entre ellos destacan los de Nazca. Lunahuaná. Parinacuclws. Arequipa ('(l uga r) dctrús de las cumbres'). Titicaca, Calamarca y Larecaja. !lhancay, Clwchapoyas, Munaicenca. Quepai¡)(/ , Cullcampala, Totocachi, Potosi y el guaraní Paraguay. En una nota importante de esta secciún se es tudia la voz <inga> ? <inca> (339 n. 18).

158 Revista Andina

Page 13: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Enrique Ballón Aguirre: Los enredos léxicos de las lenguas peruanas

en tres categorías etimológicas, a saber: a) históricas4', b) dialogísticas40 y c) descriptivas' '47

a las que se agrega la categoría llamada ·'correctiva"4s.

5. Coda

Soportando en las espaldas la experiencia de tantos años de estudio, de trabajo de campo y de exfoliación documental , Cerrón-Palomino, con la entereza propia de un .,·avant4

''.

conc luye que ·'nadie está libre, mucho menos en cuestiones etimológicas, de cometer errores y des lices frecuentes" (350) ; en otras palabras, nos advie11e que también errare linguisticum es/. Séanos, por ende, permitido asumir ahora a nuestra cuenta la sentencia horaciana citada por é l - indignor quandoque bvnus dormitat f-!om erus'º- y reparar en a lgunos ínfimos deslices como, por ejemplo, e l topónimo Pucuray que, c lasificado entre las edificaciones es, en realidad, e l nombre de un objeto y Chu¡ulay, ubicado entre el reino vegetal y animal, es una actitud (203 ). Asimismo, Carumas, clasificado entre los topónimos con nombre de animales y plantas, debe pasar a las configuraciones naturales (21 1 )' 1

• Finalmente, en la p. 142, nota 2, se cita a R. Palma en relación al mote <carapulcra> puesto a un religioso "que le vino por los estragos que en su rostro hiciera la viruela" lo que inspira a Cerrón-Palomino a decir que "estamos aquí segura­mente ante una especie de superlativo paradójico a pat1ir de la lectura latina del vocablo en cuestión", e l vocablo pulchra que en lengua latina significa ' hermoso',' lindo ', 'bello ' . ·glorio­so ', ·noble '. ' magnífico '. ' ilustre ' y también ·pulcro ' en sentido de / limpio/.

A continuación redargüiremos esta afirmación desde e l punto de vista de la autonimia. es decir. del empleo de una palabra o de un enunciado que se designa como signo en e l discurso. Recordemos, con este propós ito, que durante la primera mitad del siglo XX el pueblo arequipeño - sociedad despellejadora y autoflage ladora como pocas- apodaba igual-

44 Especialmente el tercer li bro de su Historia Genera l del Perú. 45 fluan cavelica (".1·am11ario huanca ' ) y C hoclococha (' laguna en la que germinaron choclos · ). 4<, Mww h11aii11nca ('(lugar) de la inmortalidad ' ). lluánuc:11 (·tierra de guanacos' ). lea ('(lugar) que

scmej,1 una lomada ' ). Ca111ana. ('(lugar) donde se descans,1·). !lrequipa. (lbid . Garcilaso). 1/rico ('grieta o angostura de cumbres aliladas' ) y (i11w11anga ('donde se sale a luz· ).

4 7 / luarco ('lugar donde se cuelga ' ). Ri111ac. , lp11ri11wc. Ch uq11ia¡Jl1 y Chw¡uisaco ('.::scarpaduras de oro· o · barrancos d t: oro ' ).

-IX Quito ('(lugar) donde hay torcazas ' ) y l'owsi ('d que hace brotar·) . 49 Tal es e l epíteto que. en justicia. le aplicara a nuestro lingü ista e l prnlcsor de la Uni vers idad de París

(Sorbona) Bemard Pottier. Ello nos permite puntua lizar que mientras el saber es intrans iti vo ( lo q11c se sabe de un fenómeno). e l conocer es solo la relación que se crea con dicho fenómeno. Hoy prolifera . como nunca. la pervers ión de los conocimientos científico-sociales en s u forma mús directa. por ejemplo. el plagio desvergonzado (práctica común de ciertos escritores como ílrycc Echenique. profesores univers itarios como Fortunato Contrcras. Julio Olaya. etc.) o de modo indirec­to. pt:ro mucho más abundante en las au las. los catedráticos refraseadores y. sobre todo. los inconta­bles clonadores de trabajos y di scursos a jcnos: letrados poco avi sados. humanistas. críticos literarios . cte . 1

50 Traducción literal : yo padezco s iempre q11e se desc11id,1 e l inspirado Homero: o esta traducc ión ligurati va: "yo mismo no puedo tolerar s i de tarde en tarde dormita el buen Homcro. Mas en una obrn larga puede perdonarse un breve sue1kcitn" (Horacio l %0: 108 1- 1082).

5 1 En el caso de ./amanea. l'uc/lanca. Sah 11c111ca v v (J//a11ca v. ordenados bajo "construcciones" (215). a pesar de ser los tres primeros nombres de actiiudcs y e l (ilti111n de una acción. se trata de luga res. s i

Nº 48, primer semestre de 2009 159

Page 14: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Artículos, notas y documentos

mente <ca ra-pul cra> a l ilustre prohombre de ori gen y aspecto indígena Franc isco Mostaj o (un émulo de otro prohombre provinc iano desterrado, Lino Urqui eta) por tene r su c:uru contrahecha - nari z tosca a lgo desv iada a lo Lorenzo de Méd ic is. mandíbul as y labio infe ri o r sa li entes, as pecto rudo y también p icado de virue las- y po r ser, a la vez, url- pico de oro en cuanta mani fes tación po lítica había, todo e ll o con evidente refe renc ia iró ni ca a l nombre de l potaj e pero. ante todo, a l mordaz superlativo paradójico" aplicado a su semblante : cara (faz) ilustre, linda y limpia . Por lo tanto, la etimolog ía popula r de <carapulc ra> no está tan desca­minada como cree nuestro buen estudioso. En efecto, para la pequeña burgues ía provinc ia­na arequipeña o limeña la <carapulcra> c iertamente termin ó s iendo un plato agrad able '' e inc luso ilustre, reputado (e l apodo recogido por Pa lma era a un cura y e l de Mostaj o a un prohomhre), pero de origen indígena, cosa confirmada por e l mi smo lingüi sta cuand o aseve­ra que la desprec iada <ca lapurca> era en la colonia ·'un a manifestac ión sublimada de los profundos prejuicios socia les y cultura les qu e separaban a la ari stoc rac ia de la plebe" ( 149) .

Para nuestro estamento socia l mesti zo, e l cura mencionado por Pa lma y e l personaj e Mostajo eran, paral e lamente, ma lformados (e l desagradable aspecto de sus rostros) y des linajados (por sus estirpes indígenas) pero , a cambio. ilustres y afamados por la pa labra. En este sentido, diferimos a l pensar que en esa autonimi a oc urra un a latinización de l vocab lo (como se a firm a en la conjetura de la p. 150) ni tampoco un a fa lsa etimo logía. A nuestro modo de ver se trata más bien de utili zar a llí, en ese mote andin o, un nombre-referente castellww identificador <cara> adj etivado también en castellano ( ¡ele ningún modo en latín : e l pueblo motoso limeño o arequipeño no tiene idea de ningún étimo y menos de pulchra' ) iróni camen­te por e l doble sentido incongruente que proyecta, <pulcra> o sea / limpia/ cuando, en rea lidad, valga la paradoja, está /suc ia/ ("manchada con imperfecc iones", dice e l DRAE). esto es. empedrada de virue las' 4.

Ahora bien, de ac uerdo con Mej ía ( citado en la p. 150) nos suena a lgo desentonado qu e en la p. 151 , a partir de l hec ho de haberse impuesto en e l uso corri ente <carapul cra> sobre <ca lapulcra>, se di ga qu e e l vocablo de marras ··es a todas luces aberrante". En nuestro sentir e l término de o ri ge n qu echumara <calapulcra> da lugar en caste ll ano y e l

no ··construidos··. adaptados por el hombre para los lines anunciados por e l radi ca l verbal. 52 Como. en su caso. el sobrenombre de l cé le bre músico negro cubano conocido como < Bola de ni eve> . 53 Ello se co lige de de los numerosos testimonios que trae el mi smo Ct:rró n- Pa lomino ( 149). 54 El apodo <cara-pul cra> pt:rtenccía. de fac to. a la seri e compues t,1 esta vez por sobreno mbres d ig lús icos

muy comunes entre los escolares arequ ipe1ios entre los arios 40 y 60 del pasado s ig lo: <cara -opa> (el rostro de imbéc il ). <cara-panca> (acornpal'iado del d icho regiona l: .. a l que nace pa' tama l de l c ic lo le caen las pancas'"). <ca ra-charqu i> (a l de rostro abigarrado o parec ido a un auquénido). <cara-toj rn> (el de foz cetrina). <ca ra-chuma> (el de rostro s in {mimo. tri ste o desabrido). <cara-quisca> (e l d.: cabe ll o enhi esto y duro), etc. Ta l es c iertamente e l caso cabal de la A cademi a Peruana dL: la Lengua. que hcrcd.1 y as ume de la Real Academi a Espa1io la la pi stonuda y pulquérrima leye nda /impia..fijav da esplendor (¿ inspi rada en las a lti sonantes men tt:s académicas por e l lal. pulc/,ro'.' Ello se co li ge de lo sosteni do en el Diccionario de Autoridades. vo l. l. p . XIII ). C ita ndo dL: nuevo. pero aquí para frásticarnenlL:. e l s intagma de la p. 149 que acabo de menci onar. di cha leyt:nda y la ins tituc ió n que ado rna son. entonces. ··una mani festac ión sub limada de los prolllndos prej ui c ios soc iales y cultural es que scp,1r;1n a la a ri stocraci a lk la plebe' · y consecuentemente. hoy por hoy y en buena k y. a la A cademia Peru an.1 de la Leng ua (APL ) le viene a l pe lo e l mote acró nimo <carapulcra> . Por c ierto. esta A cademi a acab.1

160 Revista Andina

Page 15: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Enrique Bailón Aguirre: Los enredos léxicos de las lenguas peruanas

primer étimo - en sentido inverso al del espafio l de Puert o Rico , al lamhducismo reg istrado por Co bo (Rima c'.ILimac) o a los háb itos a imara icos- al rotacismo (T sustilllida por ' i-" ) deb ido a la economía del estado de diglosia andino actual y, más concretamente, al "conta­gio" del caste ll ano <cara>; en cambio, el segundo étimo se conserva tal cual . también por economía y homofonía con el caste ll ano <pulcra>'' . En resumen, una vez en el castellano andino el uso libre del nombre <cara-pulcra> lo llevó a asumir el papel de apodo; y de esta manera, a contracorriente de los proced imientos usuales para el mesolecto popular peruano, esa voz se introduj o. como sobrenombre, en forma analizada.

Finalmente, puesto qu e nu estro lingüi sta in s iste y subraya que la palabrn <carapulcra> es huachafá . . . naturalmente se lo concedemos sin argüir ni chus ni mus, pero con la sa lvedad de que en el Perú hay otras h11achafería.1· linguocultural es de mucho mayor ca lado que esplenden, ellas sL ''a todas luces". Si eva luamos los rasgos semánticos inheren­tes al peruanismo <huachafo,a> ellos son, como se sabe (y se vive): /cursi/5\ /de mal gusto/ , /r idícul o/17 y /aberrante/5' . Mientras los tres primeros rasgos pueden se r de aprec iac ión subj etiva, el cuarto lo es por criterios estrictamente probados. Entonces, según esos tres primeros rasgos, la Academia Peruana de la Lengua (APL) puede ser ten ida por cualquier mortal como <huachafa> pero, obj et ivamente, es <huac hafa> por /aberrante/ en razón de proclamarse - a go lpes de pecho y con lágrimas de caimán- una inst itución multilingüe y pluri cultural , cosa que, desde luego, la Academia Mayor de la Lengua Quechua del Qosqo (A MLQQ) tiene la ponderada mesura de no rec lamar para sí''' .

de hace r público el estudio del vocablo <cholo> que h1 iclcntili c,1. el'. Salas García (2008: 32-3(, ). 55 Reitero el hecho ele que para el cswmrnto mes ti zo - no o lvidemos que en el Poxú (pronunciaci(H1

111otos,1 registrada por Clemente Palma ) es el que 111anda sobre todo en el habla- nad,1 tiene que ver con el lat. pu/chm. d imo que ignora absoluta1nellle. Si se nos pennitc un giro irrcspduoso. rccor,k­nH1 s que a l rel'c rirse ,1 la copropiedad interna cional del l,1 go <Titi c,1ca> los cas tall anohablant es suqic ruanos. - que tampoco eonocen el s igni li c,1do eti1nolúgico quechu1nar,1 de es te hidrc'rni1110 reve­lado por Ccrrún-l' alomino (334-33(,) y so lo 1·eco1HlCC11 birn e l signilicado castel lano coprolúli co de su segundo étimo- \o convienen en un sintagma autoni1ni co cuando lo descomponen y aducen: riri paru Peni _v -. caca . para /Joliviu. No sorprende que los boli vianos. en su pl eno derecho. sos tengan también autonimica y exactamente lo contrario. Advirtamos. ade1nús. que ese hidrónirno <Titi caca> no debe ser conl'undido con <tiki-taka>, palabra castellana in vcntacb y dil'undida 111ultiluclin,11·i,rn1entc po1· \ns futbolcros desde 2007 con motivo ele la inesperada victori a ele la selección espai'inla en la Lurocopa y rnyn s ignifi cado es ·juego futbolb ti co con muchos pases·.

5(, "Di cese ele la persona que presume de fina y elegante sin se rl o" (DR!IE). 57 "Apl icase ,1 \o que, con apariencia de elegancia o riqueza. es ri dículo y de mal gusto" (0/VIE) : "gusto

desacertado o por cosas feas o !'altas de eleganci,1" (Moliner). 58 "Extrnvío" : "no conveni ente ni coherente ni lógico'' (Dl<, IE). 59 Parece que a pesar de esta evidente clifercm:ia. según Cerró11-l'alomi no la AMI.QQ y la AP/, son dos

caras de un a mi sma condecoración: en efecto. él escribe que como la ;/MLQQ está "integrada por meros alicinnados del idioma que dicen cultivar. en su prclendida va ri edad ·inca simi ', todos e llos mesti zos 1,lc hab la predorninanternentc castellana. con profumln desprecio hacia el quechua cspont(1-neo de sus propios coterrúneos. la in stitución aludida ti ene de tal só lo el nombre" (2(,0 11. 1 ). Constatamos. por nuestra parle. que al estar correlativamente la i/Pl integrada. ,1 su vez y en gran parte. por meros a licionados del idioma que dicen culti va r. en su pretendida va riedad 'cspa1iola del Perú ·. todos ellos mest izos de habl a predominantemente castell.ma. con prol'undo desprec io ha cia e: \ cas te llano andino espontáneo de sus propios colcrrúneos. la institución aludida (APL ) tiene de tal so lo

N2 48, primer semestre de 2009 161

Page 16: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Artículos , notas y documentos

* * *

Brevemente, en el libro de Cerrón-Palomino hay un apego pleno a la probidad cientí­fico-social al traer a cuenta las posibles invalidaciones de las hipótesis planteadas y multipl i­car las oportunas advertencias precautorias para la dilucidación de aquellos detalles o as­pectos léxico-etimológicos no definitivamente comprobados, señalando con el dedo indice la coyuntura en duda, a fin de que las posteriores investigac iones lingüísticas esc larezcan -confirmen o contravengan- los planteamientos propuestos. En este entendimiento, el ines­timable y lúcido trabajo comentado demuestra cómo una investigac ión lexicográfica puede llegar a ser una pesquisa verdaderamente apasionante y altamente productiva, si se pone en obra un auténtico saber de los temas abordados, integridad bajo el agobiante aforismo que dirige nuestra labor -ciencia cun paciencia. el suplicio es ineludible- , ánimo vivo, espíritu dialéctico y destreza en el empleo de las herramientas linguoculturales correctas''º.

el nombn.:.

Enrique Bailón Af.{uirre lnstitut Fertlhumtl de Sau.uure

Comité Scientifique (París-Ginebra)

ebal/[email protected]

60 A partir de la investigac ión-modelo de Cerrún-l'alo111i110 110 se trata. ciertamente. ele oponer. en nuestro mundo intelectual y univers itario. una ex istencia de faquir masoquista (la de los invest igado­res) a una vida de juerga perpetua (la de los especuladores y elucubradores). sino de percatarnos que aquellos científicos socia les peruanos que. al ejemplo de los camarones que se duermen. se dejan arrastrar por la awraxia (ociosidad soberana irresponsab le) o por e l sopor de la incuria estéril y so lo practican la molicie de repetir y rnmentar monótona111e11te a las autoridades y divulgadores de sus respectivas di sc iplinas. en realidad padecen de anhedunía congénita. es decir. de incapacidad y folt.1 e.Je entus iasmo para inves ti ga r por sí mismos sus objetos ele conocimiento. De hecho. en una uni ver­s idad ajena a la realidad social donde prime el afán de instruir para luego repartir títulos. los coloquios. las mesas redondas. la avidez por los prestigios logrados um buenas o malas artes y el proved10 individual. solo se tiende a consagrar una aristocracia de burguesía académica. Tal cual consta ya dese.Je el s iglo XVII en un poema caviec.Jano: ·' Papagayos e.Je imprenta. hombres de cuento./ atados a la letra y a la historia:/ pregoneros de otros. cuya gloria/ charlatanes usurpan en su aumento[ .. ."J unos hacen las letras en esencia/ y otros s imples como ellos [los ahedúnicos] las estudian" (Valle y Cavicdes. 1984: 387).

162 Revista Andina

Page 17: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

BrBLIOGRAFÍA

13ALLÓN AGUIRRE. Enriqu¡; 2006 Tradición oral peruana. lilera/llras anceslrales y populares l. Lima: PU CI'. 2007 ·'Sohre la decepción amorosa (sentimientos y poesía harroca co lonia l and ina)'" .

E. Bailón Aguirre (coord .). Simulacros de /afán/asía - Nuevas indagaciones sobre arte y litera/ura virreinales. Homenaje a José Pascual /Juxó. Simposio inlernacional. México: UNAM. 433-489.

2008 "'Eshozo genera l parad estudio de la tradición hi stórica de las li teraturas perua­nas"'. Revista ,1ndina 46. 9-39.

13ALLÓN AGUIRRE. E .. R. CERRÓN PALOM INO y E. CHAMBI APAZA 1992 Vocabulario razonado de la aclividad agraria andina. Terminolog ía agraria

quechua . Cuzco: CERA ·'Barto lomé de Las Casas".

BALLÓN AGU IR RE. E. Y R. CERRÓN-PALOMINO 2002 Terminología agraria andina. Nombres c¡uechumaras de la papa. Cuzco: CI P­

CERA "'Bartolomé de Las Casas'".

l3ARTI-IES. Roland 1980 SIZ. México: Siglo XX I Editores.

CE RRÓN-PALOM INO. Rodolfo 2000 lingiiíslica aimara. Cuzco: CERA ·' Bartolomé de Las Casas··. 2003 lingiiístic:o quechua. Cuzco: CE RA ·'Barto lomé de Las Casas··. 2008 Voces del Ande. Ensayos sohre onomástica andina Lima: IFE/\. Fondo Editoria l

de la PUCP. IEP.

(iOLDMANN, Lucien 1964 ?0111· une sociologie du roman. París: Ga lli mard.

GRE IMAS. Algi}das .lulien 1976 Sémiotique el sciences sociales. París: tditions du Seui l.

Nº 48, primer semestre de 2009 163

Page 18: Enrique Ballón Aguirre - revista.cbc.org.pe

Artículos, notas y documentos

GRE IM AS, A. J. y J. COURTÉS 1982 Seniiótica-Diccinnllrin ra::011ado de lo 1eorÍC1 del lenguaje. Madrid: Ed itorial

Gredos S. A.

(iRÉ/\U . .l ean -Luc 2008 La Ti·ahiso11 des écnnn111istes. París: Cia lli111ard .

1-IORACIO FLACO. Quinto 1960 Obras completas. Madrid: Agui lar.

1-IOWARD. ROSALEEN 2007 Por los linderos de la lengua. Ideologías /ingiiís ticlls en los Andes. Lima: Fondo

Ed itoria l de la PUCP - !FEA- IEP.

LANZMANN. C y P. NORA 2008 ·'Pourquoi légilcrcr sur l' hi stoire·1··. N O. 2292.9- 15 de octubn;.

SAL/\S GARC Í/\. José Antonio 2008 "Peruanismos de origen mochica". Bo/eti11 de la 1lcadem ia /-'emana de la Lenguo

45. 3 1-58.

V/\LLE Y CAV IEDES. Juan del 1984 Obra complela. Caracas: BibliotccaAyarncho.

VARGAS LLOSA. MAR IO 1996

164

La utopíll orcaicll. José MarÍll Arguedasy lasficciones del indigenismo. Méxi­co: FCE.

Revista Andina