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J. A. Encinas, ofrece al hogar 'y a la es -cuela este valioso volumen destinado a_ am-parar a la Infancia y sustraerla de lo

s prejuicios e Injusticias que con ella se come -ten .Es un libro escrito con sencillez — E

l autor emplea en sus lecciones la ¡rase cálid ay convincente . Ha huido de todo tecnicism o

Innecesario para llegar al corazón del maes-tro y del padre de familia .

El doctor Encinas, Invitado por el Gobier-no de Panamá a participar 'deI ciclo de con-ferencias ofrecido por el Centro de Estudio sPedagógicos e Hispano Americano, Iogró in-teresar a los padres de familia y a los maes-tros, sobre un tema tan escabroso y difici lde tratarlo .

,Sus lecciones fueron escuchadas por nu-meroso público, y fuá él éxito tan rotundo ,que los padres de familia y maestro

s solicitaron al Gobierno de Panamá la permanen-cia del doctor Encinas en esa República, ysu Incorporación en él

,magisterio nacional .

La Editorial Ercilla se complace en efrecer a sus lectores este nuevo libro 'del edu-

cador peruano que, de maestro de escuela ,llegó a ocupar el cargo de Rector de la . Uni-versidad de Lima.

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PRINTED IN CHILE

Prensas de la Editorial Erci lla

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HIGIENE MENTAL

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NOTA EDITORIAL :

La Escuela Profesional de Panamá ha ad-quirido la primera odición de este libro, tenien-do esta Escuela la exclusiva de la venta en e lterritorio de la República de Panamá . Sobredicha venta el autor cede sus beneficios, si nreserva alguna, a la mencionada Escuela Pro-fesional .

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PUBLICACIONES DE LA ESCUELA PROFESIONAL DE PANAM A

J. A. E N C I N A S

HIGIENE MENTAL

LECCIONES DEDICADAS A LOS

PADRES DE FAMILIA Y A LOS

MAESTROS DE ESCUELA PRIMARI A

ESCUELA PROFESIONALP A N A 51 A

1936

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A los padres de familia y a losmaestros de Panamá, con tod agratitud .

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INDICE

Págs .

Dedicatoria . .

. .

7

Indice . .

. .

9

Introducción . .

1 1

Capítulo I .Los hábitos . .

1 9

Capitulo II .El mecanismo de la conducta . .

. . . .

38

Capítulo III .Algunos tipos de conducta . .

58

Capítulo IV .La vida emotiva . .

7 1

Capitulo V .La cólera . .

7 7

Capítulo VI .El miedo . .

84

Capitulo VII .

La obediencia 9 6

Capítulo VIII .La mentira 107

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Págs .

Capitulo IX .El orgullo 11 7

Capítulo X .Los celos y la crueldad 123

Capítulo XI .La alimentación 13 7

Capitulo XII .El

trabajo : .

: .

. . . .

14 7

Capítulo XIII .El- juego, el descansogy el sueúo . .

. . . .

160

Capítulo XIV .La pereza : , . .

174

Capitulo XV .Ilábitos

indeseables . .

18-1

Capitulo XVI .

El problema sexual en el niiw . .

190

Capitulo XVII .La religión y el niño 204

Capítulo XYTI.T .La delincuencia . . , 220

Capítulo XIX .El hogar 240

Capítulo XX.La escuela y el maestro . .

256

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INTR.ODUCCION.

Los padres de familia y los maestros han concedido yconceden exclusiva importancia a la vida física del niño ,y en segundo término a'la mental .

Para ellos la vida mental se reduce a apreciar la ca-pacidad del niño desde un punto de vista cuantitativo . Unabuena memoria del niño y, por consiguiente, una mayor omenor suma de conocimientos adquiridos. dentro o fuera dela Escuela, es el índice de la capacidad intelectual del hij oo del discípulo .

Este prejuicio, significa el olvido de la vida integraldel niño cuyo espíritu juega papel de suma importancia e nel desarrollo de su personalidad . Se olvida, por ejemplo ,que el niño posee una diferencia, de habilidades, o sea, qu eque no es hábil en todo, ni para todo . Se ignora, o se trat ade ignorar, que los niños precoces, aquellos que desde muytemprano demuestran cierta habilidad para los números ,no son precisamente los más hábiles para el estudio de la smatemáticas, estudio que exige cierta gimnasia en el ra-zonamiento . Esa precocidad nubla un mejor conocimient odel niño, y por tanto desvía todo proceso educativo .

La vida mental del niño, bajo aquel prejuicio, no tie-ne límites, no está sometida a la alza ni a la . baja . Poreso existen padres de familia y, maestros empeñados enprodigar a los niños todo género de conocimientos, sin pen-sar cue éstos guardan relación con la riqueza o pobrez amental del hijo o del discípulo .

De este hecho se deduce que los programas de estudios ,la organización de las escuelas y la técnica de enseñar no

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José Antonio Encinas

están de acuerdo con la vida psiquica del niic . Los pro -gramas son redactados, siguiendo un proceso lógico, mas n opsicológico . Al redactarlos no se ha tenido en cuenta alniño, sujeto sobre el cual va a recaer directamente la ac-ción de aquellos programas .

Las escuelas están organizadas según los mismosprincipios y, así, suponen que los niños agrupados en año sde estudio o grados deben aprender los mismos conoci-mientos, en un determinado período de tiempo, y que rete-ner esos conocimientos y repetirlos en un examen, es sig-no inequívoco de haber avanzado la mentalidad del niñoen riqueza y en flexibilidad . Esta hipótesis es una ilusión .Los treinta niños, por ejemplo, que pertenecen a un año d eestudios no son iguales en ningún orden de cosas . Hay di-ferencia de habilidades, de personalidad, de costumbres, d ecaracteres . La conducta de cada uno de ellos se proyectasobre planos diferentes . Esa conducta varía en el mismosujeto . No es la misma la que observa un niño al comen -zar sus estudios en la escuela, o al tenninarloe . Tami.c. cuexiste identidad entre su conducta en el hogar y en la es -cuela .

La técnica, de enseñar supedita a, la técnica de apren-der . El maestro se afana en inculcar a los niños conoci-mientos de toda especie sin que éstos sufran elaboració nalguna en el espíritu de los discípulos . El niño, en la cla-se, es un ser pasivo destinado a escuchar y a ver . No haygimnasia intelectual de ningún orden, y por no existir es -ta gimnasia, el maestro no está en condiciones ele aprecia rel volumen . de inteligencia que posee el estudiante . Enesta ignorancia, el maestro se prodiga sin reservas y pien-sa que el niho posee la misma energía mental que el adul-to. Bajo estas circunstancias, el niño sufre una verdade-ra tortura mental al no comprender ni elaborar la ense -ñanza suministrada . La fatiga y , el desaliento sobreviene nde inmediato sin que el maestro conozca los procedimien-tos más elementales para detener semejante desastre . .

La vida integral del niño no sólo está sometida a l amalsana influencia de aquellos . prejuicios y 'errores, sino

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Higiene Mental

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que recibe la acción de fuerzas biológicas, sociales y eco-nómicas que perturban su personalidad .

En el orden biológico, el niño participa en mayor omenor grado de la herencia trasmitida por sus padres . Unbuen número de niños acusan en el hogar y en la escuela .deficiencias de orden mental como consecuencia de algúnmalestar orgánico .

Esas deficiencias se manifiestan con síntomas osten-sibles en la vida integral del niño . Hay lentitud en ¿pren-der, dificultad en la elaboración de las ideas, trastorno smás o menos graves en el carácter .

Estos y otros síntomas son considerada. .; en li escuel ay en el hogar como signos inequivocos de pereza, ele des -obediencia, de maleriadez, cuando en realidad son sínto-mas de alguna perturbación orgánica .

En el orden social, la constitución del hogar deter -mina la conducta del niño . Es inobjetable la influenci ade los padres, de los abuelos, de los hermanos y demá smiembros que integran la familia . Un hogar en dond e

hay reyerta continua entre los cónyuges no puede edu-ear a los hijos, quienes por aquella razón están some-

tidos a una permanente :tensión espiritual que no les per -mite 'poseer la serenidad necesaria para mejorar su per-sonalidad .

En el orden económico, el niño sufre directament elas consecuencias de una mala nutrición, de una vivien-da exenta de condiciones higiénicas . La pobreza en l aalimentación debilita y perturba las funciones mentales ,entre ellas las imprescindibles para la difícil tarea deaprender . En las escuelas, por ejemplo, la falta de atea-ción de los niños es considerada como acto de indiscipli-na, cuando en realidad es sólo un síntoma de la desnutri-ción del discípulo . Es una crueldad y una Injusticia cas-tigar e. aun niño por-perezoso e inatento . ' Lo urgente e sconocer las causas que determinan esa pereza y 'esia ¡o-atencióñ .

Alrededor d2 estos prejuicios giré lá vida del niño si nque sea posible mejorar las condiciones necesarias para' un

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José Antonio Encinas

mayor equilibrio espiritual y una buena salud mental .Por eso es necesario vulgarizar ideas que coloque n

a maestros y padres de familia sobre un plano de- com-prensión y de sabiduría respecto a la evolución norma ly patológica de los niños, conocimientos sin los cuale stodo proceso de educar resulta realmente dañoso .

Estos conocimientos se han creído potestativos delos médicos especialistas en enfermedades mentales . Losmismos pediatras, o especialistas en enfermedades de ni-ños, no tienen interés en estudiar la sintómatología delcarácter de los niños en la creencia, quizás, de juzgar l avida mental y psíquica del niño rigurosamente separadaele la vida física . Este error es causa de muchos erroresde diagnóstico que han motivado graves e irreparable sperjuicios . Un pediatra exento de conocimiéntos sobrela vida psíquica y mental del niño no es ni puede ser u nhombre de ciencia ; es apenas un empirico destinado asalvar situaciones de momento .

Ocurre lo mismo con los maestros, y en especial, conlos maestros ocupados en los jardines de infancia o e nlas escuelas primarias . Por un acto de incomprensiblemenosprecio por la infancia y por la escuela de primera sletras, se ha creído que el maestro de escuela es un su -jeto destinado exclusivamente a desasnar a los mucha-chos . Pocos son quienes piensan que la misión del maestr ode primeras letras es misión delicadísima, superior acualquiera otra ele orden social . Para ser maestro de es-cuela primaria apenas exigen conocimientos elementale ssobre los puntos contenidas en un plan de estudios, co-mo si trasmitir estos conocimientos fuera la misión sus-tantiva de una escuela . No se tiene presente que los ni-ños que pueblan las escuelas primarias son aquellos cuy anaturaleza exige mayor cuidado, mayor conocimiento so-bre las múltiples manifestaciones de la vida infantil .

Con aquellos requisitos el maestro de escuela prima-ria es algo menos que un preceptor, un repetidor de tex-tos, un guardián celoso, engreído y déspota,, designadopor la Administración Pública, para erguirse como su-

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Hi ,yieite M citta1

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prema autoridad sobre la vida=inquiéta•y polimorfa de lo sniños .

Un maestro, sobre todo un 'maestro de escuela pri-maria, debe ser'un educador, o sea, una persona capaci-tada por experiencia y por estudios continuos en la di-ficil y delicada misión de . guiar la personalidad de lo schiquillos confiados a su sabiduría, a su bondad, a sudiscreción . Un maestro que no posea la generosidad su-ficiente, la' serenidad necesaria, los conocimientos bási-cos quelo lleven a un permanente estudio de la concien-cia de* sus discípulos, es persona peligrosa para la guar -da de la vida . integral de los niños .

Desgraciadamente, la dirección que . se. ha dado yse da a nuestras escuelas normales adolece del'gravisim odefecto dé preparar exclusivamente a los futuros maes-tros en los conocimientos contenidos en el .plan de estu-dios oficial . Pocas son las escuelas normales en donde s eda preferencia al estudio del niño, valiéndose del aport eofrecido por la Psicologia normal y patológica, del: niño ;por la Psiquiatría, Biología, Higiene Mental, Pediatría ,etc . Se da preferencia, a la Metodología, a la . Organiza-ción de las escuelas, a la Legislación Escolar,- como si es -tos conocimientos sirvieran al maestro para -resolver lo smúltiples problemas que diariamente ofrecen los niños . . .

En las escuelas y en el hogar no .,hay má:s terapéuti=ea que eLeastigo y el premio : Se'eastiga a .los .niños cor-poral y ppiritualmente, porque no' se les comprende, nise les estudia . Un hijo o un discípulo, es un ser pasivodestinado: a amoldarse sin reservas a la conducta de lpadre o del .,maestro . Cuando no hay esa fusión•impo-sible de la -personalidad del niño, cuando éste entra e nfranca rebeldía con el 'artificio de la 'disciplina del ho -gar o de la escuela, entonces surge la crueldad 'en todassus formas . H'ay cierto placer sádico'en maltratar y eninsultar a los niños, sin pensar que semejante conduct adetermina en €+stos numerosos conflictos de orden men-tal y psíquico, los cuales anteceden rigurosamente a tras-tornos .de ntayor .gravedad, .en. .muchos casos irremediablVo,-

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José Antonio Encinas

Por eso, estas páginas ván destinadas a dar la vozde alarma a quienes se encargan de educar a los niños ,a fin de ponerlos sóbre la guardia y decirles que no e sposible jugar con el espíritu delicadisimo del niño .

Este libro está destinado de preferencia al hogar, enjdonde hay mayores prejuicios y mayor incomprensió n

por los hijas . La madre o el padre que no ha tenido la suer -

te' de recibir la instrucción necesaria sobre el des-

arrollo integral de los niños, .necesita ponerse en con -neto con las ideas que aseguran el Lene .-far futuro de

los hijos . Ignorar los principios elementales de aquél pro -ceso es colocar a los hijos en situación de desventaja paraun mayor-éxito en los combatas 9e la vicia . Es urgen-te, por esta razón, que las escuelas de primera y segand aenseñanza se ocupen en instruir a los futuros cónyuge ssobre el tratamiento científico que los hijos requieren .Toda ignorancia sobre esta materia perturba la tranqui-lidad del hogar, desvía la personalidad del niño y lo pre -para a una existencia dolorosa .

Estas páginas surgen-al amparo de la extremada be-nevolencia de la Escuela Profesional de Señoritas de .Pa-namá, en cuyas aulas dicté una serie de lecciones destina =das a los padres de familia y a los maestros . Invitadopor el Gobierno de Panamá a formar parte del cuerp odocente del Centro de Estudios Hispanoamericanos y Pe-dagógicos, pensé que mi obligación era exponer la vidatrágica del niño, y poner pronto atajo a las injusticias yerrores que'con él se cometen .

Felizmente mis palabras . tuvieron eco en el espíritude los maestros y de los padres de familia de Panamá,quienes comprendiendo la trascendencia de esas ense-fianzas lograron interesar al Gobierno de Panamá, paraponer término a la dolorosa situación en que se encon-traban los niños, sin distinción de clases socialts .

Ese anhelo se cristalizó en el magnífico espíritu dela distinguida señora Rosario G . de Arias, esposa de ]Presidente de la República, doctor Harmodio Arias . Laseñora . da Arias auspicia en los momentos en que escri-

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Higiene Mental

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bo estas .líneas u-na vasta organización destinada a cui-dar, proteger y guiar la salud integral de loé niños e nsu primera y segunda infancia . La, Escuela Profesionalde Señoritas tendrá una sección encargada de preparar. a

{las futuras educadoras de primera infancia . La CruzRoja de Panamá atenderá científicamente a los niños lle-vados a su custodia . El problema de la delincuencia in-fantil habrá de solucionarse en el terreno de la profilari asocial, encargándose de esta misión un grupo de traba-jadoras sociales, preparadas en ]as aulas de la EscuelaProfesional .

Esta campaña generosa en favor del niño constituyela mayor complacencia para mi espíritu de maestro . Poreso, estas líneas van dedicadas a Panamá, en .donde .~yseguro habrán de tener mayor influencia .

Expreso mi gratitud a las señoritas Iaabel Herreray Otilia Jiménez, directoras de la Escuela Profasirnal acuyos esfuerzos generosos se debe, en parte, la edieió ude este libro, y la hago extensiva a la señorita Plor .deMaTíw Núñez, quien con diligencia laudable y perieiacomprobada logió la versión taquigráfica de las leocio-nes contenidas en esté libro .

Lima, 1936 .

J. A. E%6~.

Higiene Mental 2

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Capítulo I .

LOS HÁBITO S

SUMARIO :

Los hábitos buenos y malos se forman en la primera ysegunda ¡ofenda . Más tarde es difícil crearlos omodificarlos .

Los niños deben acostumbrarse :a cuidar de la limpieza de su persona y de l a

de sus vestidos .a poner orden en las cosas que le pertenecen .a hacer las cosas bien hechas .a sentir satisfacción en sus ocupaciones .a no tener miedo ni ansiedad al emprende r

cualquier trabajo .a no fastidiarse ni descorazonarse en presen-

cia de cualquier obstáculo .a sentir placer al ensayar nuevos trabajos .a obedecer cuando se les den órdenes en nene-.

ficio de su salud .a tener inclinación por todo lo bueno, verda-

dero y bello .a trabajar por placer y no por interés .a reconocer sus faltas y errores .a aceptar -las consecuencias de sus actos . .a aceptar la crítica y la opinión ajenas .a emprender cualquier trabajo sin dilaciones d e

ninguna naturaleza.a sentirse siempre alegres aún en ocupacione s

que no sean de su agrado .

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José Antonio Encime

a buscar. la camaradería.a mejorar sus trabajos .

Debe evitarse :Apocar, avergonzar, atemoriiar y castigar a

loa nifios.que éstos busquen substitutos que evadan un a

obligacIón .Debe habituárseles :

a no descorazonarse, ni desesperar ,a no aentirse cansado.a no excitarse ni violentarse .a no comparar su persona con otra .a no quejarse, ni mostrar deficiencias n1 mise-

rias .

La adquisición de ciertos hábitos constituye factordeterminante en la conducta del niño, ya sea en el ho -gar o en la escuela .

Esos hábitos deben ser formados, guiados y afirma -dos en el período de la primera y segunda infancia . Mástarde, en la edad escolar, dicho proceso es difícil, porqu eel niño se encuentra sometido a fuerzas de todo orden ,que perturban notablemente su personalilad .

El maestro mejor preparado, el educador de más vas -ta eiperiencia no podrá, sino con relativo éxito, varia rel rumbo que sigue la conducta del niño, sometida, e nsu mayor parte, a la influencia de los hábitos adquiridosen el hogar . .

Cuando los niños ingresan a las escuelas de primerasletras ya presentan trastornos en su conducta, que so nsíntomas inequívocos de haber modelado su vida a bas ede malos hábitos .

La conciencia del niño tiene extremada ductilidady plasticidad al extremo de que cualquiera impresión re-cibida en la niñez es conservada a través de toda suexistencia .

Se les acostumbra, por ejemplo, a calmar el llanto .tomándoleis en brazos, pa~dolos, meciéndolos len Idcuna . Así habituados alcanzan cierto estado de conciencia que los induce a satisfacer —deseos innecesarios, ape-lando a las lágrimas .

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Higicvtc Mental

21

Pocas madres de familia han podido observar que elniña poseo dos clases de llanto . El provocado por un texcitación nerviosa, es intermitente a causa . de la difi-cultad que el niño encuentra en comunicarse eoa el mun-do externo . El llanto originado por el dolor físico escontinuo ; se manifiesta con movimie .• ;os de brazos ypx mas .

Esta observación es interesante, porque obliga a l amadre a prestar atención sobre el tipo de llanto que elhijo presenta . En el caso del llanto por excitación ner-viosa, trata de imponer su voluntad, de buscar la meno rresistencia y encontrar apoyo inmediato en las personasque lo rodean . Se convierte, así, en un verdadero tiran odel hogar . Por eso, la familia procede mal si se rinde aaquellas exigencias . Toda condescendencia en este sen-tido socava la personalidad del niño convirtiéndolo e nun sujeto irascible, díscolo, caprichoso y soberbio . lin tmadre que se dé cuenta de estos síntomas del, p, de.iar quesus hijos; lloren sin acudir a prestarles ayuda en ningunaforma . Observará que a poco el chiquillo comprende quesu llanto no sirve para satisfacer sus deseos, y entonce scomienza en su conciencia una verdadera disciplina in-

terior destinada a fortalecer su carácter .En el caso del llanto por malestar orgánico, es obvio

indicar el cuidado y atención inmediata de la salud delniño, cuyas buenas condiciones físicas favorecen el pro -ceso educativo . Cualquiera perturbación en sus funcio-nes orgánicas repercute ostensiblemente en-la constitu-ción de su carácter . Los trastornos de orden gástrico, porejemplo, . hieren sin equívoco alguno su vida . mental, cu -ya debilidad y deficiencias deben atribuirse en gran par- ,te d—de las caries dentarias hasta las enfermedades intes-tinales . Este aspecto de la naturaleza del niño no ha si-do lo suficientemente comprendido y estudiado . Se pien-sa que cualquiera anómala situación en su vida orgá-nica se: detiene o evoluciona, en- el orden puramente cor-poral, sin repercusión alguna en la . vida psíquica y: men -tal . Por no comprender esta situación los padres de fa-

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Jóle Aiatonio Eiacinas

milia y los maestros atribuyen a sus hijos la falta d eatención, la deficiencia de memoria, la intranquilidad,,l addsóbedienéia, etc ., á, situaciones permanentes de mal aconducta o de deficiencia mental, cuando, , en verdad, l oque existe es un malestar orgánico . Son numerosos lascasos de clínica pedagógica en que los niños tratados d ecaries dentarias, de vegetaciones en la narss, de parásito sintestinales, mejoran notablemente en su conduota . Enel hogar y en la .escuela se procede con injusticia casti-gándolos por los síntomas 'de enfermedades que requie-ren inmediata atención médica .

Este problema nos lleva a aconsejar que el hogar yla escuela formen en los niñas hábitos de bienestar cor-porál, acostumbrándolos a tomar alimentos a horas de -terminadas, a evacuar regularmente los intestinos, a mas-ticar las sustancias alimenticias, a comer con calma, aasear la boca y limpiarla dentadura, . Cuidado igual de-be tenerse con la preparación de los alimentos cuya can-tidad y calidad .tienen 'gran importancia en la Ligien emental .

Es una verdadera crueldad mortificar a los niños ala hora de las comidas : No es posible nutrición algunacuando se encuentran en franca rebeldía con los padres opersonas que los rodean :

Cuándo nos ocupemos del problema de la obedien-cia daremos a conocer 'los mejores procedimientos paraque el niño se alimente sin recurrir a medidas drásticasque perturban la función digestiva .

IA paz en el 'hogar es condición necesaria para un abuena nutrición . Si los cónyuges se encuentran en re -yertas continuas delante de los hijos, á la 'hora de la scomidas, tampoco es posible que se nutran en condicionesnormales .

El desorden de la vida del hogar' contribuye en gra nparte a que los hábitos corporales no tengan el éxito quees de desearse . Cuándo en el hogar el padre acúde a co-mer a distintas hórás, o cuando el niño observa que suspadres no mastican 'bien, o comen con demasiada prisa .

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Higiene Mental

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es inútil pretender r,ne aquellos hábitos se formen yprogresen .

En lo 4ue respecta al trabajo y al descansó de dosniños, se cometen errores tanto o más graves que los

apuntados anteriormente . Los padres de familia y los

maestros están interesados en que los hijos Sr discípulosconserven el mayor orden posible, o sea., que no los pér =turben ni los mortifiquen . Este deseo supone pasivida dy obediencia . No piensan que esta actitud física del ni-ño es imposible porno estar en relación con su actitudmental, que lo lleva necesariamente a ponerse en crnt :etocon las cosas, a estudiar su mecanismo y a relacionars econ las personas por fuerza interior incontrolable .

Ante esta situación hay verdadera pugna entre :l•.,adeseos del niño y los del adulto, la cual se resuelve por l alínea de menor resistencia, o sea, lo_grandó mantener quie-tud y obediencia artificiales, momentáneas ; impuestas, porla. fuerza .

Veremos, en su oportunidad, que el juego es trabaj oen los niños, trabajo intenso, superior seguramente ,acualquiera. de las actividades escolares . Ese juego re-quiere compensación inmediata en el descanso . El ver .dadero descanso .es el sueño . Privarlos de las horas desueño, que su edad y actividad requieren, es origina rperturbaciones de .prden mental . En las escuelas se ob-serva que buen número de niños inatentos, díscolos, tris -tes; burañas, deben este estado,a .la. falta de sueño . En el . ,hogar no se ha atendido casta . necesidad ; han sido desper-tados : bruscamente, amenazados . y castigados . No se les ,ha acostumbrado a ir, a la cama a horas precisas. . Pro-bablemente . han tenido que pernoctar en espera, del pa-

dre o de la madre . Todas estas situaciones, . no permiten .que .el cerebro descanse del esfuerzo cotidian o

De,aquí la, conveniencia de crear, el hábito' de, descansar, a determinada, hora; cuidando, con . 'solicitud, de,este. descanse . .

Hay otro, orden ,de .actividades,: en donde , .precisa, ,formar .hábitos sin .los .cuales la .vida mental . es, ímproba

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José Antonio,Emcina .

El niño no vive aislado, lo rodean personas y cosas co nquienes entra en relación constante . A poco de habe rejercitado su poder sensorial se da cuenta de que ex stedetérminado orden en la distribución de las cosas . Estaobservación lo convierte en sujeto conservador . U agra-da adoptar las mismas situaciones, de jugar con los . mis-mos .objetos, de conversar y reír con las mismas personas .~quiera alteración en este orden lo mortifica . ,

Esta actitud mental la encontramos comprobada enel siguiente caso . Un niíío de cuatro años, acostumbradoa sentarse a la mesa al lado de su padre, resultó inape-tente cuando 'éste se ausentó ; era imposible obligarlo atomar alimentos ; al regreso de aquél, el niño recobró elapetito . No puede atribuirse aquella actitul a la excla-siva ausencia del padre, porque el niño insistía en ocuparel sitio que le correspondía .

Este ejemplo nos enseña a juzgar la conducta de losniños desde un punto de vista muy diferente a los pre-juicios que sobre ellos tenemos . Les juzgamos desorde-nados, atrabiliarios, ineomprensivos cuando en realidadno lo son . Quienes los llevan al desorden y a la anarquí ason los padres y' los maestros, cuya vida en relación co nlas personas y las casas no siempre mantiene el equilibrionecesario .

El desorden en los niños surge por contagio socia ltan pronto como ellos se relacionan con los adultos . Poreso e~ el hábito del- orden en las cosas es problemaque incumbe en primer término al hogar y, luego, a l aescuela . Si el niño vive en medio del desorden habrá deser desordenado, provocando en él una actitud mentalque lo llevará con frecuencia a estados de irascibilidadcuando no pueda encontrar los objetas que busca . Estasitaación es más grave si las personas que lo rodean l oculpan de la pérdida de algún objeto o del desorden d eIba Doses . En este caso, el niño sufre pór la -injusticiaque con él se comete, y manifiesta antipatía por las per-sonas que, así, lo hieren . Esta antipatía lo lleva a unestádo de resistencia pasiva cuyo principal síntoma es la

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Higiene Mental

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desobediencia . Gran número de niños desobedientes•res-ponden con esta actitud a las personas a que les son ho stiles . En casos excepcionales- la 'obediencia 'significa nnestado de orden morboso : La=desobediencia es' la protesta del niño contra mandatos de personas con quie-nes contiende .

Estas indicaciones nos llevan a -Insistir en que el ni'üo ponga orden en las cosas, orden que debe guardarrelación inmediata con aquella otra que norma la vid adel hogar . Parece a simple vista que este hábito no tu -viera gran importancia, pero a poco de observar cual-quier aspecto de la vida mental del niño se conviene en 'que dicho hábito sirve para disciplinar la vida interiortuyo u nilibrio es necesario para actividades superioras .

Ponerse en relación con 'las cosas supone saberla sutilizar, obtener de ellas el mayor provecho posible . Es-te concepto de utilidad es producto de una experienciaContinua . El niño por esta razón debe_aprender'desd etemprano a considerar aquéllas como fact,ires que con-tribuyen a su existencia . El hábito de cuidar las cosas,de mantenerlas en orden y limpias, es un esfuerzo men-tal necesario . Los niños que en el hogar o en lá- escueladescuidan sus ropas, sus juguetes, sus útiles de enseñanza ;paseen cierto desdén por la belleza . Los niños desarra-pados y sucias no tienen una buena disciplina mental .Existe en su espíritu un sentido atrabiliario del orden yde lo bello . En la escuela trabajan : de cualquier mane-,ra y en cualquier forma . Tratan de salir de toda situa-ción difícil, porque tienen fatiga mental que no les per=mito detenerse sobre la pulcritud y exactitud de un -de -terminado ejercicio . Buscan la cooperación de sus fa-miliares y camaradas para cumplir alguna obligación .

Esta situación los lleva a una quiebra paulatina' dela voluntad . Como huyen de todo esfuerzo, encuentranmotivos para dilatar y diferir la tarea sefialada, deján-dola para mañana ; ese mañana, refugio de mentalidadesdébiles, ;pretexto del cual se valen quienes sufren de pe-reza mental .

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Por desgracia, buena parte de este defecto es tam-bién próducto de la influencia del hogar . El niño ob-serva cue sus padres dejan de trabajar en espera de otra soportunidades . Esperan y consiguen el apoyo y condes-cendencia de los suyos para el cumplimiento de sns obli-gaciones .

.• De este análisis debe descontarse el trabajo recargad oa que se somete a los niños en las escuelas, en donde so 'pretexto de cumplir un plan de estudios las abruman el etareas sin pensar en sus 'condiciones mentales .

Ese afán de enseñar en cantidad y no en calida dfatiga al discípulo, quien; como acto reflejo, de defeiiáñ 'simúla trabajar o dejó esta obligación para vivir un avida inquieta, que en el léxico escolar significa `malaconducta ", cuando en realidad es una quiebra de la' vo-

luntad .

Igual situación ocurre en el hogar cuando se preten-de que el niño trabaje a domicilio los deberes señalado sen la escuela . Es imposible que los padres de famili aamparen esta práctica odiosa que imponen muchas es -cuelas . U más elemental observación nos dice que di -cho trabajo es ímprobo por ejecutarse después de ocho ho-ras en que el niño ha sido .sometido a variadas disciplinas .Hastiado y fatigado de la vida tiránicá de la escuela n o

está en condiciones de seguir sobre los libros en su ma

yoría textos de manifiesta inutilidad, redactados p-&r a

debilitar su voluntad .Para que adquiera el hábito de trabajar con orden,

precisión y belleza, es menester que ase trabajo esté en re-lación con su capacidad adcuisitiva, de lo a :utrurio secorre el riesgo de perturbar su equilibrio espiritual y lle-varlo a la anarquía mental de donde, más tarde, será di-fícil sacarlo .

Si el niño trabaja según sus aptitudes y dentro d ela zona de sus deseos, es evidente que habrá de hacerl ocon placer . Al contrario, si se le impone por la fuerzay no tiene interés alguno, resultará ímprobo y doloros otodo esfuerzo . Para que trabaje con buen humor, placidez'

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I-Ti ,~ iéne . . Mental

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y alegría, es menester guiar su mentalidad, 'no entorpece rel' rico dinamismo que posee, no malgastas• las energía sque la naturaleza le ha prodigado .

Es costumbre, y costumbre nociva abusár de la pre-cocidad de los niños, la cual se supone ser signo evident ede una superior inteligencia, y que, considerándola inago-table, son capaces de esfuerzos máximos para adquirir co-nocimientos, retenerlos .y utilizarlos . Error profundo . Laprecocidad es signo, en muchas ocasiones, de graves ,perturbaciones- mentales . La naturaleza no se ' prodiga ;mantiene equilibrio en todas sus manifestaciones . La pre-éocidad es un florecimiento prematuro del intelecto, des-tinado a debilitarse y perderse . Abusar de esa precoci-dad es gastar energías que babrá de ser difícil recupe'rar en el porvenir .

Esta ligerísima digresión sobre la materia obliga a lo spadres de familia y a los maestros a tener mucho en¡ -dado con los niñas-prodigio, quienes requieren una aten-ción esmerada y un trabajo rigurosamente medido .

Cuando así se procede, se forma un nuevo hábito, e lde la relatividad . El supone ser dueño del mundo, delcual tiene un- concepto totalitario . Para él no existe obs-táculo alguno . En su fantasía todo es posible, por esoama las escenas que contradicen las leyes de la natura-leza . De allí 'su amor por las películas, en donde admiralas escenas , de Tarzán o las ofrecidas por los personajesde Walt Disney . En esta creencia el niño no concibe l orelativo, menos la dificultad -de alcanzar éxito de un sol ointento . La relatividad impone esfuerzo continuo . Acos-tumbrar a los niños a no sentirse vencidos por n oobtener la totalidad de sus deseos, es un hábito de im-portancia, lo cual implica un ejercicio continuo de la vo-luntad . Permitir que se desalienten o busquen amparóen fuerzas ajenas, es llevarlos a un estado permanent ede indecisión . Esta clase de niños temen afrontar cual-quier trabajo, porque se sienten derrotados de antemano .Adquieren así un hábito mental en donde la duda e scontinua .

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Lo dicho no excluye la .posibilidad de . la coopera-

ción del hogar o de la escuela en los casos en que el ni-ño realmente necesita apoyo . Queda a merced de la aa-

biduría de la familia y del maestro estudiar en qu6 cir-cunstancias es conveniente ayudarlo y en cuáles convienedejarlo a sus propias fuerzas . En general el apoyo debeser mínimo en cuanto se vea que puede utilizar sus ap-titudes con eficiencia ; de lo contrario, se crea una perso-

nalidad en estado de dependencia continua, lo cual l olleva a identificarse, ya sea con el padre, la madre, e l

maestro o con cualquier otra persona de sus simputín? .

Cuando el apoyo -ha siso desmedido, el niñu r_sult a

en, posesión de una personalidad débil, mostrándose hu-

raño, . reservado, tímido, incapaz de grandes empresas .

En cambio, cuando se le ha dejado a sus propias fuerzas ,

la-personalidad se presenta en toda su plenitud : es el

sujeto optimista, valeroso, seguro -de su p :)dcr .

En muchas ocasiones estos niños desvían su conduc-

ta, presentándose ensimismados, orgullosos de su pode -río, pedantes, díscolos y pugnativos . No es raro encon-

trar en ellos un deseo de exhibicionismo. Los gusta lla-mar la atención de los demás, de vanagloriarse de su shazañas ciertas o existentes en su fantasía . A estos ni-ños conviene llevarlos al plano de la relatividad, buscan -do todá oportunidad de colocarlos en presencia de pro-

blemas de mayor dificultad y personas con quienes la con -tienda exija mayor esfuerzo .

Ese astado mental de. superioridad y de orgullo s edebe en general. a que el niño actúa estimulado por lasrecompensas : El hogar es culpable en gran parte de estaactitud . Ofrece a los hijos todo género de recompensas atrueque de obediencia, de trabajar, de mantenerse quie-tos . Entonces usan la desobediencia como instrumento ,para alcanzar cualquiera dádiva . Todo deseo que esté enrelación con su naturaleza debe ser satisfecho sin obje-ción alguna; en caso contrario Iabrá de impedirse s uconsecución, sobre todo si el deseo no está de acuerdo co nsus necesidades : Si se_ sigue este consejo no hay posibi-

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lidades de recompensa alguna ; procederá por impulsopropio, habituándose a cumplir con sus obligaciones ydeberes sin esperar ningún premio. Obrar en forma'con-traria es forjar una personalidad en estado de dependen-cia continua .

El trabajo que ejecuta el niño en la escuela o en elhogar está sometido, como es natural, a una serie de erro-res que debe rectificar por impulso propio . El caprich oes una consecuencia directa-de la oposición- constante asatisfacer sus deseos . Si hay demasiada presión sobre e lespíritu para detener impulsos propios, entonces por fuer-za & las circunstancias, insiste en determinada actitud . Lacostumbre de encapricharse es un acto de pura defensa y d eprotesta . Por eso,•se procederá mal en provocar ese es-tado de ánimo . Muchas de las órdenes que'se dan no tie-nen razón de ser ; son otros caprichos, muchas'veees conel prurito de ser obedecidos y de mantener el principi ode autoridad . Este juego es muy peligroso tratándose de lespíritu infantil que no admite subterfugios de ningunanaturaleza . Es, pues, conveniente que la disciplina en e lhogar y en la escuela contemple esta situación, de lo con-trario, no podrá crearse el hábito de reconocer sus erro -res y'de rectificarlas sin que para ello sea necesaria fuerz aexterior de ninguna especie .

El acto de rectificarse implica el de aceptar la crí-tica de los demás . El niño por ser'egocéntrico se quieredemasiado, sintiéndose ufano de sus' actividades y co-nocimientos . Mantenerlo sobre esta línea de conducta esun error ; por eso, es preciso acostumbrarlo a escucha rconsejos, advertencias y observaciones ofrecidos con len -guaje sencillo y persuasivo . No podrá lograrse esté há-bito si se hiere su amor propio, ridiculizándolo, ¡ahí -riéndolo o poniéndolo en condiciones a sus hermanos ocamaradas .

Esta actitud'W convertirá en un'sujeto comprensivo ,dispuesto 'a escuchar, librándolo, así, de mantener su es-píritu en un estado de soberbia y de mal humor, que ha-brá de alejarlo de toda emoción social . * 1,os niños en-

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José Antonio Encinas

simismados, presuntuosos, vanidosos, que se creen, d¢e-ños del mundo asquean a sus familiares, condiscipulós ,y aun a sus maestros . Cuando se habitúan a la erític aajena, tienen un verdadero sentido de ponderación, apro-ximándose a los demás con mayor facilidad, en busc ade apoyo y de consejo . Esta conducta los lleva con po-co esfuerzo hacia las claros desvalidas, lo cual purific asu espíritu .

Hasta aquí los hábitos clasificados como positivo sen razón de contribuir con eficacia a crear, una perso-nalidad exenta de sinuosidades, en donde se pierde+ bas-tante energía mental .

Hay otra clase de hábitos denominados . negativosque tienden a destruir, malgastar y desviar la persona-lidad del niño . Aquéllos y éstos tienen manifiesta-corre-lación al extremo de que por conseguir buenos hábitos seengendran otros que son nocivos .

Es costumbre apocar a los niños cuando no,resultancon la brillantez intelectual que los padres o los maestro sdesearían . Cuando los muchachos proceden . mal . o co-meten errores, se les inculca la idea de . que esa conductaes una falta gravísima, un acto irremediable, un peeaduque los conducirá a la condenación eterna . Esta . esage-rada idea de responsabilidad hiere profundamente . suconciencia, dando or igen a un estado de temo r, le incer-tidumbre, de vergüenza, de desilusión . Entonces, falto sde confianza en sí mismas, temerosos de la , critica, y . delcastigo, se retraen y adquieren un ceño adusto y unamarcada antipatía por las personas que lo rodean . Estafalta de seguridad en sus actos los convierte en sujeto stímidos, incapaces de grandes esfuerzos . La. timidez, yla incertidumbre no permiten que la mente se ejercite ; locual es funesto para la vida integral de los niños, porquelos lleva a un verdadero complejo de inferioridad que n oles permite erguirse y combatir por una mayor supe-ración .

Es muy frecuente ofrecerles sustitutos que compen-sen o desvíen sus deseos . Tal sucede cuando la madre se

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va sola de paseo, ofrece al hijo llevarlo al día siguiente ,acto típico de compensación alrededor del cual ha degirar buena parte de la futura conducta del niño .

Los niños utilizan, en primer término, esta com-pensación para el logro de sus deseos . Es un instrumen-to peligroso puesto en manos de los chiquillos, quiene sse adiestran en manejarlo . Para cada deseo, que'se tra-duce en capricho, hay una compensación, o sea, un jue-go entre la voluntad del niño y la de los padres, jueg oque resulta en daño del primero, porque al no ser com-pensado habrá de mortificar su espíritu, convirtiéndol oen un muchacho exigente, impositivo y mandón .

En segundo lugar, si la compensación no es cum-plida, lo cual ocurre a menudo, invade en la concienci adel niño una evidente desconfianza por las gentes que l orodean . Precisamente una de las causas qa4~ motivar l amentira en los niños está en que los padres no cumple ncon sus hijos las promesas que les hacen . Mienten, e ndaño de los intereses del niño, por lo cual, es lógico qu eéste proceda en igual forma .

Cuando la promesa no ha sido cumplida y el enga-ño es manifiesto y continuo, el niño . se, encoleriza. . Lacólera destruye el espíritu, porque es fuerza que le lle-va al desequilibrio, originando , .rael'orms qu: repereu-ten en la constitución de su personalidad . El niño qu ese encoleriza con frecuencia . posee un temperamentoirascible, dispuesto a todo acto antisocial .

Para mantener el equilibrio en la conciencia de lo sniños, no debe abusarse de la compensación . Es nece-sario acostumbrarlos a soportar contrariedades, a eom-prender que no todos los deseos pueden ser satisfechos ,ni todas las exigencias cumplidas .

Este combate desigual, entre los deseo ;: del niño ylos del adulto, lleva al primero a un, estado mental e ndonde reina la fantasía . Huérfano del~nalago de vers ecomprendido y compensado en la realidad, busca en e lmundo de la imaginación factores que lo hagan feliz .'.gorja en su cabecita desde la figura de un padre o

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José Aiatoraio Encina T

de una madre que lo halague y lo mime ha^ta los ju-guetes que .le fueron privados . Pasea por su mente lasescenas de la vida que quisiera vivir . Dialega. con lo ap-rsonajes creados en su fantasía, personaliza las co-sas, . dándoles vida y características propias . Estos ni-ños van . solos por el camino de la existencia . Alejadosde . la realidad, en donde encuentran obstáculos se refu-gian en su mundo interior, -en donde reinan como sobe-ranos absolutos .

Esta fantasía hiere el psiquismo del niño y lo mal -trata . No ocurre lo mismo con la fuerza imaginativ aqu construye . Entonces el espíritu se deleita esfrrzán-dose por crear . La creación jamás tortura .

Esta soledad y este aislamiento originan en los niñosuna tendencia a identificarse con alguna persona real oficticia . Es un proceso, en los comienzos, de simpatía, y ,luego, de franca adhesión y compenetración . El niño, e ael hogar o en•la escuela tiene sus héroes . Ya es el padrevaleroso, inteligente, audaz ; ya la madre dedicada a cui-dar y mejorar su belleza ; ya el camarada agresivo, jefede alguna banda escolar . A cualquiera de ellos se sumae imita sus actitudes y modales . En estos últimos tieri-pos de dominio del cinematógrafo, el proceso de idenfi-ficación se acentúa cada vez más . Los niños se cree nTom Mix, Tarzán ; las chicas Greta Garbo o Dolores de lRio . Bajo la sugestión de estos personajes viven real -mente .prendidos de los más mínimos detalles 1e la vi-da de éstos . Tal situación divierte la mentalidad, del ni-ño y opera sobre su superficie con demasiada violencia _En .estas condiciones, poseyendo una personalidad ficti-cia no es posible una recia disciplina mental . De all íla necesidad de mantenerlo en contacto con -la realidad ,ofreciéndole problemas que tengan relación inmediata conlas personas y cosas, y no permitiendo que la . fantasíadiluya esfuerzos yaliosos .

La falta . de conocimiento de la vida de los niños ,lleva a los: padres y maestros a"extremos opuestos : Porapartarlos de la fantasía los conducen a la dura reali-

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Higicn.c Mental

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dad de la existencia humana coa todos sus vicios e in -justicias . No es raro encontrar padres de familia que secongracian empujando a sus hijos hacia la : pugnacidady combatividad, so pretexto de que se hagan hombres- yno tengan miedo . Los azuzan para pelear, contender . yvencer por los puños o por la astucia . Muchas veces est eelogio a lit fuerza L) hacen en presencia de .los hijos,quienes conciben el mundo como un campo batalla e ndonde triunfa el más fuerte . Semejante éóncepto de Lavida no sólo engendra una desviación en la ética huma-na, sino que la mente del niño se encuentra bajo el do -minio constante de la fuerza bruta que excluye todo ra-zonamiento . Los nifíos colocados sobre este plano de vi-da son difíciles de ser disciplinados mentalmente . Engeneral se apartan de todo esfuerzo intelectual, escapana todo consejo y sugestión .

De ló dicho no debe deducirse que se excluye la va-lentía en la vida del niño, valentía que debe estar al ser-vicio de causas nobles y generosas, mas no para conver-tirlo en matón .

A los niños se les halaga con la valentía, a Ls ni-ñas con la belleza y el lijo . Es frecuente qué, la má-dre o el padre elogien las condicione, típica ; de la hi-ja, quien llega desde temprano a adquirir una presun-cion extremada de su belleza, . Imbu.íd- Je esta crecu-eia, la mente se satura de todo génen de artificios, ]r .cual da origen a una personalidad deleznable, pront aderrumbarse con el trascurso de los años .

Ese drgullo : se proyecta, en la ostentación de .perte-necer a clases sociales privilegiadas . Por excepción pó-drán encontrarse .padres ,y madres de familia .que .no de-seen para sus hijos la compañía de gentes de "sociedad'!' >y, en busca de personas-,que satisfagan . esta . vanidad . pub =ril, los llevan a colegios y escuelas, en-donde campea.lapetulancia .

Los niños no reconocen clases sociales . . En su _pri-mera y segunda infancia es igual para ellos jugar. :en los

Higiene Mental &.

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José Antonio Encina s

-járdines .)públicos con camaradas de toda procedencia . Eltapr(,,juieiti.social es enseñado por el hogar . L1 odio de ela-Esisi :tienersu origen en la vanidad de aparentar lo que now_sextidne:dSi esto es así, el hogar es culpable de la acti-titudide,'clesdén, de repulsión, y hasta de asco, que los ni-eños,tienenipor"las .clases sociales inferiores . Esta actitud,mbbtaloíes)ffunesta,, porque desde muy temprano origin a,en4éf .espíritu de los niiiios odios y rivalidades que no tie -~ñcn l,rhzón :de ser .„rvoJunto7 a esta desmesurada alabanza, está el desdénconl .que, . :á veces son mirados . Parece paradójico que e lcariñotltan .decantado de los padres se nuble en presen-cia'dedrijós que no halagan su vanidad, porque la natu -:rlleza! no-~i)rodigó a éstos belleza o inteligencia . Descon-wlados de esta falta, a nadie imputable, cometen la injus-ticia de colocarlos en una verdadera picota . En el ho-gar, I ren, presencia de los amigos ; en la escuela, al ma-tricularlos,, no es raro escuchar de labios de la madre odel padre, epítetos denigrantes para sus hijos . Hay geie-nes los acusan de rnaleriados, desobedientes, caprich, : s,husta, ilsdronzuelcs, .y exigen que los maestros cvtigue npór esas,`,'faltas” . Es frecuente amenazarlas era la es-cuclá; beciéndoles consentir que es an lugar de . castigode l gxl;iaeiím, en donde el maestro es un verdugo .a~-!?uedel. uno imaginarse la situación cspir ; tual del ni-ño,anW,tanta injusticia y falsedad . I.as, niñ" así, za-heridosgmañifiestan inmediata autipc5a per los sayo sy por la escuela . .h .,+c~Lacscirela, . por desgracia, participa de este error .rl maestro diagnostica prematn :•nmduJe a sas li eípu =

sin=estudio, . ni conocimiento pi-?vio * Pana los maes-tios _cómo' para los padres de faitrili ;, no hay sino tíosmases : dérniños : los obedientes y loa desobe,iiente ; . Laobediencia es, :el signo de "buena conducta" . La desobe-diencia implica maldad constante . Como no hay capa-cidád-pary dirigir la conciencia de los niños, no se tieneailla- :mano , otra solución que el castigo, el insulto, elápaitatlós de la clase, o expulsarlos de la escuela .

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Iligicne Mcutal

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Cuando se apela a estos medios de represión, los pa-dres de familia y los maestros demuestran incapacida d

expresa para educar. Vercinos en su oportunidad el me-canismo a que está sometida la conducta del niño y en-

tonces observaremos que la desobediencia, la malcria-dez, la irascibilidad, la cólera, etc ., son síntomas y no

enfermedades, y que lo urgente es conocer éstas y no de -

tenernos sobre aquéllos .

Habremos de ocuparnos más adelante de la influen-cia que los padres ejercen sobre los hijos ; desigual in -fluencia que somete al niño a órdenes y contraórdenespor no haber acuerdo entre el padre y la madre . Estaactitud hiere la vida mentid de los niños, quienes a po-co se sienten mortificados por no saber a quién obedecer ,aceptando en todo caso el mandato cuyo cumplimientoofrece la menor resistencia y el menor trabajo . Observan

que hay pugna entre sus padres, y entonces surge mar-cada simpatía por uno u otro, llegándose al extremo d eformar en el hogar odiosas divisiones entre los mizm-bros que la integran .

La salud mental de los niños exige proced'mient ouniforme en su educación, acuerdo unánime en dietar

órdenes, las cuales deben ser cortas y previas, sin entre-tenerse en dialogar o aconsejar . Hay padres de Iinilia

y maestros atacados de cierto placer de morti5car a lo s

niños que no les basta ordenar o'censurar una vez, sin o

varias insistiendo sobre la misma materia . Este proce-

dimiento .11eva a los niños a un estado de indiferencia, . endonde nada les importa ni significa el diario sermó n

predicado por sus .superiores . Las órdenes deben ser eje -cutadas con placer, y para ello no conviene darlas sinocuando se esté seguro que el niño habrá de cumplir] as . sin

mortificarse .

Con frecuencia existen en el hogar y en la u~.0

padres de familia y maestros que hablan ea sentido iró-nico, eapre,ú..uoso en tercera persona cuando se ref : .~ -

ren a los niños . Estos se dan a poco cuenta de esa ma-

nera de tratarlos, lo cual motiva en su espíritu, deseen-

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José Anundo Encina r

fianza y antipatía. El niño rara vez es irónico, por lo

menos hasta la edad escolar no se mofa ni pone en ri-dículo a las personas que lo rodean . Este hecho implica

la inconveniencia de tratarlos irónicamente .

Gran parte de los hábitos anteriormente enumera-dos sufren dificultados en su formación a causa de l a

extremada vigilancia que existe sobre los niños . Esa vi-gilancia convierte a maestros y a padres de familia e ncancerberos, atentos a las más nimias actitudes de hijos

o discípulos . Este proceder provoca en el espíritu de lniño dos tipos de conducta . De un lado es el sujeto in -capacitado para moverse libremente sin la autorización

o aquiescencia, de quienes lo vigilan ; y de otro, el mu -

chacho, que a cada momento se sustrae de esa vigilan-cia, apelando para ello a todo genero de subterfugios, eudonde priman la mentira, el disimulo y la hipocresía .

La vigilancia es conveniente cuando existe riesgo en l avida integral del niño, pero es'innecesaria y nociva cuan -do se impiden actividades inherentes a su naturaleza .

Esa vigilancia llega al extremo de pretender que losniñas adopten actitudes, coatumibres y modales que so npeculiares al adulto . Los padres de familia se intere-san, por ejemplo, que los niños sentados a la mesa ob-serven las reglas de urbanidad sin pensar que los chi-

quillos no están en condiciones físicas de manejar co ndestreza el cubierto o de comer con limpieza . Ocurre lomismo cuando la madre, que va de visita con el hijo, de-sea que éste sa conduzca con corrección, lo que vale deci rse mantenga quieto, no toque las cosas, no moleste a las

personas . Semejante deseo no puede satisfacer el niño .porque la inmovilidad, el silencio y la falta de curiosi-dad no forman la esencia de su naturaleza . Esos hábi''n s

son consecuencia de tina mayor capacidad física y deuna mayor relación social . El niño se conducirá bien enla mesa a medida que pueda bastarse a sí mismo ; y gn .r-

dará compostura en presencia de los mayores cuando e lcontacto con éstos sea más frecuente .

En resumen, formarlos hábitos positivos e impedir

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Higicnc Mental

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los negativos es obra, en primer término, del bogar en e l

período de la edad pre-escolar del'niño . Las reglas olre•-

cidas son de carácter general ; lo necesario es estudiar l a

conducta de cada sujeto, cuyos síntomas varían según la

edad, el ambiente en que vive, y la manera cómo se diri-

ge su educación .En segundo término está la escuela, que a su vez ne-

cesita no encastillarse en la común tarea de enseñar . Su

misión es más amplia, más noble y de mayor responsa-

bilidad . Está obligada a no dejar de mano la vida es-

piritual del discípulo y a no considerar que son- iguale s

los niños agrupados en una sala de clase . Detenerse a

estudiar la vida compleja de cada uno de los escolares

es obligación imperiosa para no permitir que el espíritu

de éstos se desvíey adopte actitudes que más tarde ha-

brán de :tener funestas consecuencias .

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Capítulo II.

DL MECANISMO DE LA CONDUCTA

SUMARIO :

Deben estudiarse los deseos del niño .Satisfacer aquellos que no causen daño a su persona .No mortificarlo oponiéndose a todo deseo.Colocarlo en la zona de sus intereses .Ayudarlo cuando tenga alguna incapacidad tísica, o al-

guna dolencia.No oponer la fuerza a la satisfacción de los deseos .No invocar el principio de autoridad para modificar cua

iquiertrastorno de la conducta .No imponerle gustos ajenos .No pretender que sea hombre, cuando sólo es niño .No excluir a los niños de la sala de clase, ni de la es-

cuela.No mantenerlos en eterna tutela .No amedrentarlos, ni asustarlos, ni prometer recompens a

para obtener buena conducta.No permitir que llegue al disimulo, ni a la hipocresía.No permitir que compense una actitud por otra, si es a

compensación no es constructiva.Evitar que se Identifique con otras personas.No permitir que transfiera sus antipatías .No permitir que se escape de la realidad y vaya a la so-

ledad mental.Impedir que disfrace su incapacidad, timidez, cobardía,

egoísmo, celos, envidia, etc ., ostentando altanería ,valentía, combatividad, etc.

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Higicne Mcntal

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Impedir que regrese a la infancia, apelando al llanto ala cólera, a la irmelbilidad cuando quiera satistace ralgún deseo .

No consentir que busque razones para eludir obligaciones ,o disculparse de faltas y de errores.

No permitir que culpe a otra persona de sus fracasos, ni-critique en otros defectos que posee .

Evitar que reprima actitudes que le causen miedo o ver-güenza .

Los hábitos estudiados suponen la existencia de um

conjunto de deseas, unos que se satisfacen y otros no ,pero que mantienen la conciencia en un continuo vaivén .

En el niño y en el adulto ese juego de intereses de -termina la conducta que está sometida a cierto meca-nismo, producto, precisamente, del combate que se li-

bra entre un deseo que se quiere satisfacer y las fuer -zas que a ello se oponen .

La diferencia entre los deseos del niño y los del

adulto está en que el primero concentra su exigencia so-

bre un determinado propósito, costándole mucho esfuer-zo apartarse de él, mientras que en el segundo la exi-gencia se aminora porque . tiene zonas de desvío . El ni-ño siente necesidad imperiosa de ponerse en contacto co nel mundo externo . En el adulto esa necesidad estáolimi-tada por la conciencia del sujeto que pasee cierta dis-ciplina y obedece a un proceso de razonamiento .

Nuestra existencia se desliza a través de una seriede exigencias . No podemos sacudirnos de ellas sin vio-

lentarnos, lo cual supone un esfuerzo que fatiga y con-

duce a la irritabilidad .Igual fenómeno ocurre en la conciencia del niño

con la diferencia de que en éste la violencia es mayory ,las consecuencias son más graves .

Un niño a quien sistemáticamente se le ponen obs-

táculos para satisfacer sus deseos, se siente herido lle-vándosele a un estado de rebeldia incontenibl e

No conocer si el niño está en la znna de sus deseos ,y si estos pueden o no ser satisfechos, es uno de las erro-

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rea- en que incurren cl hogar y la escuela . A esta igno-rancia se debe, en gran parte, que la conducta romp asu mecanismo y se presente con una serie de síntomasprecursores de malestar cada vez más profundo a me-dida que la oposición es más continua .

Toda la sabiduría de los padres de familia y de lo smaestros para obtener un equilibrio en la conducta estáprecisamente en conocer hasta dónde es posible' satisfa-cer los deseos del niño y hasta dónde deben ser repri-midos o reemplazados . Pero, oponerse a :todo, preten-diendo que tenga la misma conducta ele un adulto, es u nerror funesto .

Aquella sabiduría exige necesariamente estudiar acada sujeto, observar sus actitudes dentro y fuera de l aescuela o del hogar . Pretender que los niños tengan un amisma conducta, estén sometidos a las mismas reglasde ética que norman la vida del adulto, es otro erro rdel cual debe huirse si se quiere salvaguardar el porve-nir de los hijos o discípulos .

Los factores que se oponen a que el niño satisfag asus deseos son los siguientes :

La incapacidad física lo coloca en manifiesta des -ventaja . La cojera, ceguera, miopía, sordera; los tras-tornos más o menos graves en sus funciones orgánicaslo incapacitan para vencer los obstáculos que a sus de -seos se les presenten . No podrá contender con éxito enla lucha con sus camaradas, ya sea en el orden intelec -tual o en el material . Tampoco esta en condiciones déamoldar su conducta a los deseos del adulto . Estos sonlos chiquillos que resisten a la mayor parte ele las ór-denes, no por desobediencia sino por incapacidad física .

Es obvio aconsejar ayuda a esta clase de niños ,ayuda que esté en relación con sus necesidades y que n osigaifigrnc tutela permanente, lo cual llevaría a u ncomplejo dé inferioridad psíquica, más grave que la fí-aiea . In., camaradería de estos niños con los que no tie -nen defectos es necesaria para su educación . En gene-

ral en la escuela y en el' hogar, los apocan, resaltan sus

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defectos, se . mofan y las ponen en ridículo . Debe pre -parárseles con eficiencia para alguna actividad que pro- :

voquo satisfacción, espiritual, cierto estado . de superiori-dad, a fin de no hundirse en el desconsuelo definitivo .En la escuela, en especial, el maestro debo cuidar de es-

tos nihos con toda solicitud, amparándolos en todo mo-mento y buscando la cooperación de los camaradas . Cuan-do se obtiene ésta cooperación, el ambiente escolar cons-

tituye un régimen curativo excelente . En caso contra-rio, cuando los camaradas son adversos al niño defectuo-

so, no hay otro remedio que buscar otro ambiente . Man-tenerlo en una escuela de niñas normales, es aniquilarl o

sin remedio alguno .

La autoridad de los padres de familia y de los maes-

tros sobre sus hijas y discípulos es otro factor que s e

opone a los deseos, ,y por tanto modifica la conducta del

niiio .

Los deseos del niño en la primera infancia son d enaturaleza orgánica y de necesidad imnediata, incon-

trolable . Quiero alimentarse, moverse, entrar en pose-

sión y en contacto de las cosas . En este período de vid aes necesaria la cooperación y. . ayuda de los familiaressin extralimitarse, pues, de lo contrario, se crearán hábito s

de orden negativo .

Cuando comienza a gatcir o andar, y se inicia e nlos primeros ejercicios de lenguaje, sus exigencias s e

multiplican . Es entonces cuando la madre de familiadebe proceder a educarlo con extremada cautela, tenien-do presente que no hay razón para oponerse a deseas

que constituyen impulsos de la naturaleza, y ,ue n oponen en riesgo la existencia del nilio . Cometerá un'

error y muy grave, en impedir que se muevn, se pong a

en relación con las personas, toque y maneje los obje-tos, grite, converse, pregunte, ,juegue . Cuando tratare d e

destrozar objetos, dañar a los animales, golpear a los

camaradas, manejar cosas que lo dañen, el procedimien-to debe ser preventivo y no represivo ; es decir no colo-

carlo en circunstancias en que se vea obligado a saLis

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quiere vigor suficiente para ir al capricho y a la vio-lencia .

En un, parque de niños, en Europa, observé a u n

chiquillo de pocos meses de nacido, qua deseaba aul+ir u n

montículo de fierra . La mujer encargada de cuidarlo

impedía ese deseo amenazándolo, castigándolo y retirán-dolo violentamente cada vez que el niño trataba de .eje-cutar la acción . El niño, no obstante el castigo, insis-

tía en subir . Me vi precisado a intervenir en presenci ade esa crueldad y de esa ignorancia, pues no había pe-

ligro en ese deseo, ni constituía malcriaüez alguna. Al

contrario, era un ejercicio saludable del eneipo y de l avoluntad . Logré convencer a la mujer . El niño subió

el montículo y se sintió feliz . Cuam'n bajó, volvió a su-bir unas dos o tres veces, para variar luego de nativi-dad sin mortificación ni del niño ni de la cuiclanta . La

torpeza de la niñera fomentaba en el pequeimelo rc es-tado de rebeldía con sus concomitantes de cólera y de

ira, y la consiguiente timidez para futu ras acciones .

En resanen, los padres de familia no deben preten-der que sus hijos, en la primera y segunda infancia, sea nhombrea prudentes, ecuánimes y morales . El juicio esuna función mental superior, y la -moral es un proceso

lento y doloroso al cual la misma conducta del adultono se amolda . La, ética del niño es muy peculiar . Elbien ,y el mal, como los concebimos, no llegan a su concien-

cia . De allí que para amoldarse a nuestras costumbre sy gustos realiza esfuerzos que lo fatigan, lo perturban y

lo llevan a un estado de rebeldía permanente .

Aro sólo la influencia del padre o de . la madre de-termina la conducta del niño, sino el ambiente de la fa-milia en su totalidad . Hay diferencia entre la conduct a

del niño burgués y la del proletario . Actitudes, pensa-mientos, costumbres, panorama de vida, varían según s u

procedencia social . La familia imprime en el espíritude los niños un sello inconfundible, a fuerza de un sin -

número de represiones con daño positivo para la perso-nalidad, cuyo máximo exponente sería mantener el ma-

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yor equilibrio posible en presencia de los obstáculos qu ela vida ofrece a diario .

Esa falta de equilibrio tiene su origen en el hogar ,en donde los prejuicios de la familia, las costumbres d eella, la situación espiritual y mental de sus Componen -tes son otras tantas fuerzas que modelan la conducta delniño .

Naturalmente cuando en el hogar prima lo bueno

sobre lo malo, cuando es dirigido por hábitos positivo sque construyen la personalidad del niño, esa influenci aes necesaria y de manifiesto provecho . Pero cuando ocu-rre lo contrario, cumido está sometido a la malsana in -fluencia del hogar, en donde reina el desamor, la in -comprensión, la crueldad, la ignorancia, el vicio, enton-

ces la suerte de los hijos tiene un pronóstico de suy ograve .

Ya veremos al ocuparnos de la familia hasta dónd ees necesario mantener en el hogar la mayor serenidad, a

fin de no perturbar la de los hijos, cuya vida se desarro-lla en medio de múltiples obstáculos que para vencerlosrequiere esfuerzo pefmanente, que no debe ser malgas-tado en innecesarios combates .

Cuando el niño llega a la escuela, se encuentra co nun ambiente social enteramente opuesto al desarrollo d esus actividades . La voluntad del maestro, las prescrip-ciones del reglamento, las del plan de estudios, la ri-gidez de los horarios, la combatividad de los camara-

das, todo significa para el nuevo estudiante un inund olleno de dificultades y de obstáculos que lo mortificany lo coloran en situación de recelo, adustez y timidez . .

Si el niño pos=ee flexibilidad mental, el acomodo aeste ambiente es sencillo ; pero si su psicuismo es débily no tiene facilidad de adaptación, no le es posible, sin omediante grandes esfuerzos, sumarse a la nueva colec-tividad .

Lo que hemos dicho de los padres de familia pode-mos referirlo a los maestros, . quienes están obligados aestudiar a sus discípulos antes de imponerles cualquie-

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ra tarea escolar y someterlos a determinada disciplina .En la escuela no hay dos niños iguales . . Las acciones yreacciones de los escolares varían -al infinito . Por ello, esabsurdo someter a todas a un mismo cartabón .

A esta extremada complejidad del ambiente escola rse debe que la conducta del niiw tenga múltipleq pru-yecciones, las cuales son erróneamente consideradas comoactos de buena o mala conducta . Valuar estas acciones,diagnosticarlas sin previo estudio de causa, castigarlas opremiarlas, constituye otras tantas anomalías de la es -cuela que redundan en perjuicio del niño .

El principio de autoridad en la escuela es más drás-tico que en el hogar . El maestro desea mantener el or -den, el silencio, la obediencia . En ello estriba su aub, -ridad . Difícilmente baja hacia el niño para estudiarloy cmnprenderlo . Permanece en lo alto. de su pupila: pa-ra imponer por la fuerza su voluntad, sus ideas y :n=costumbres .

El maestro tiene tras sí, como arma . de defensa .el reglamento interior de la. escuela, dirt-ido para con -tender con adultos, mas no para dir ;gir L conciencia delos niños . Es obligatorio cumplir un plan de estudio selaborado sin averiguar, por métodos que ofrece la Deda.gógía experimental, cuáles son los conocimientos que el ni-ño puede adquirir, cuáles los que conviene a determinadae ad, en qué proporción cuantitativa y cualitativament ejuzgada es posible ofrecerla sin riesgo para la mentalidaddel escolar .

Nada de esto se hace . Una comisión de persona sreunida alrededor de una mesa juegan con las materia sele enseüanza como se juega con las fichas de ajedrez .Se las ocurre que determinada parte de aritmética, d egramática o de historia, corresponde a , tal' año o grado,sin establecer la correlación necesaria entre esas mate-rias, menos averiguar el tipo de habilidad y sus diferen =ciar existentes en el alumno .

Así, al margen de los intereses del niño, sobrepo-niéndose a sus deseos, contrariándolos; se pretende cana-

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lizar su mentalidad . El éxito de ese procedimiento l ovemos a diario . El fracaso de escuelas ; colegios o liceosen su misión de instruir• es ostensible . Por supuesto e nel orden educativo; o sea, en mantener la máxima disci-plina interior en la conciencia del escolar, esos institu-tos de enseñanza han procedido y proceden en daño posi-tivo para la'vida integral del estudiante .

Los nuevos tipos de escuela nueva, que por felici-

dad se expanden en el mundo, van procediendo de acuer-do con las necesidades del niño, mas no con las del maes-

tro o con las del Estado, que se ampara a sus leyes yreglamentos de instrucción dictados con menosprecio ab-soluto de todo principio científico .

En esas escuelas nuevas, el niño es estudiado desd eel momento que ingresa al aula, para ser colocado e nel plano de intereses que le corresponde . De esta suertegran parte de sus deseos se encuentran satisfechos . E lrégimen de estudios es de tal amplitud que el niño s emueve con .entera libertad en busca de todo aquello qu ele produzca mayor felicidad, felicidad que está en rela-ción directa con las, actividades a las cuales voluntaria-mente se somete . Ya no existe la tiranía de los hora-rios ni de los exámenes . La autoridad del maestro seconvierte en camaradería con los discípulos, a quienes * seaproxima, y en quienes se funde sin reserva al guna .

Sólo así es posible que la conducta del niño se des -place sin grandes contrariedades ni esfuerzos, que a lapostre lo aniquilan y desvían .

Las consideraciones expresadas indican el caminoque debe seguirse, o sea, la radical renovación de la or-ganización escolar, en el sentido de dar al niño la mayorlibertad posible dentro de la cual pueda ejercitar sus acti-vidades y manifestar su conducta en condiciones talesque sea posible conocer sus defectos y sus virtudes, paramodificarlos, favorecerlos o detenerlos .

En la escuela hay otra fuerza que altera la conduc-ta de los nüros . Esa es la influencia de los camaradas .I.os sujetos débiles que en el hogar se han encontrado

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bajo la dependencia de los padres de familia, transfie-

ren ese estado a la escuela y buscan alguna tutela . Ellaes en principio la tutela del muestro, a quien se aproxi-

man por defensa, por ocultar sus defectos, por congra-ciarse . A este grupo pertenecen los chiquillos que sirven

a los maestros de pasantes, de inspectores disciplinariosde la clase, de una especie de secretarios, dispuestos siem-

pre a satisfacer los deseos más exigentes ¿fe sus superio-res . Estos niños se apartan de la camaradería, forma nun solo cuerpo con las maestros . Esa actitud no es de

la simpatía, ni de la aprobación de los condiscípulos ,quienes ven con recelo, suspicacia, descontento, y a veces

envidia semejante actitud contraria a la solidaridad lu e

el niño desea y pugna por conservar dentro del grupo .

En general estos niños son excluidos de toda corv= -

vencia escolar . Son los sujetos odiados por la masc . Encambio gozan de la simpatía de los maestros, quiere= los

premian, los alaban y los colocan en plano superior a lde los demás alumnos .

En uno y otro caso se perjudica, la educación de es aclase de niños . La exclusión de la sociedad encolar, ío svuelve recelosos, huraños, suspicaces, egoista=_ desleales ,incapaces de sentir emoción social alguna . fáti simpatiadeM los maestros los pone en situación falsa, tanto men -

tal como espiritual . Como el favor constituye ora re-compensa de la alianza con los maestros, su mentalida dno tiene el vigor necesario . Espiritualmente, esos nidos ,son incapaces de una disciplina interior, precisamenteporque se encuentran sometidos a una permanente tu -

tela. .

De lo dicho se desprende que es dañoso para lo sniños mantenerlos en tutela . A esta clase de sujetos de-be dárseles desde muy temprano una dirección precisa en

su educación de tal suerte que no se aparten del am-biente escolar, en cuyas contingencias tienen mucho qu eaprender, y mucho para disciplinarse .

Después de la tutela de los maestros está la de loscamaradas. Cuando el niño ha podido sustraerse de la