encuentros mágicos en el monasterio de piedra

5
RESUMEN Una familia visita el parque y Sofía la hija pequeña va a ser prota- gonista de una experiencia mágica, dónde se trasladará a otra di- mensión para vivir su propia aventura junto a los hermanos Críspi y Pitín.

Upload: photo-imagen-creativa

Post on 09-Mar-2016

216 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Una familia visita el parque y Sofía la hija pequeña va a ser protagonista de una experiencia mágica, dónde se trasladará a otra dimensión para vivir su propia aventura junto a los hermanos Críspi y Pitín.

TRANSCRIPT

Page 1: Encuentros mágicos en el Monasterio de Piedra

RESUMEN Una familia visita el parque y Sofía la hija pequeña va a ser prota-gonista de una experiencia mágica, dónde se trasladará a otra di-mensión para vivir su propia aventura junto a los hermanos Críspi y Pitín.

Page 2: Encuentros mágicos en el Monasterio de Piedra

INTRODUCCION Cuando visitas el parque del Monasterio de Piedra por vez pri-mera, tienes una sensación de que alguien te observa. El parque es un lugar mágico. De sus árboles, de la tierra, de las aguas se desprende una gran energía que lo envuelve todo, lo que te da un equilibrio y una sensación muy agradable. Pero la energía tam-bién proviene de otros seres que aunque no los veamos están ahí, son los duendes: los guardianes de la naturaleza. Los duendes son unos seres diminutos con orejas puntiagudas, nariz grande y cabello largo. Habitan en las cuevas y en los troncos de árboles viejos. Cada cien años toman una esposa entre los humanos, preferentemente una niña. Ese momento ha llegado. HISTORIA La familia Gálvez visitaba por primera vez al parque del Monasterio de Piedra, el padre To-más, la madre Elisa, el hijo mayor Javier y la pequeña Sofía. Cuando entraron por la puerta principal, vieron enseguida unas flechas rojas que les indicaban por dónde debían ir. Los cuatro quedaron absortos de la maravilla que tenían delante, para Javier y Sofía era la prime-ra vez que se encontraban en un parque natural y tanta vegetación les tenía muy asombrados, lo miraban todo con los ojos muy abiertos. Tomás y Elisa también estaban muy impresiona-dos habían oído hablar a sus amigos muy bien del parque, pero no se imaginaban que pudie-ra ser tan espectacular. Llegaron a una cueva que fue descubierta en el año 1860 por Juan Federico Muntadas, uno de los fundadores del parque. Descendieron por unos peldaños a la cueva y desde una venta-na en la roca vieron la espectacular cascada “Cola de caballo”, un ¡Oh! salió de las cuatro gargantas. En otro lugar no lejos de allí un grupo de duendes, debatían sobre el momento adecuado para escoger esposa. Bastián el mayor de ellos habló: -Amigos, ha llegado el momento de tomar esposa entre los humanos. Los hermanos Arrabales serán los encargados de buscar una niña humana, para que nuestra raza siga existiendo durante los próximos 100 años-.

La familia avanzaba en su camino de explorar el parque, así es como llegaron a la cascada Iris, al baño de Diana, a la cas-cada Trinidad, hasta llegar a la cueva de la Pantera. Los cua-tro se quedaron en la entrada mirando las dimensiones de la gruta, pero fue la niña la que dio un paso atraída por una vo-

cecita que sólo ella oía. La madre le dice a la niña que tenga cuidado. En ese momento el niño sale disparado en dirección a otra cascada próxima, que al precipitarse con gran estrépi-to forma un fuerte vendaval, el padre va tras el, seguido de la madre. Mientras tanto la niña que se ha quedado sola, sigue oyendo las voces más cerca, pero no las entiende con claridad. A poco más de diez metros de la entrada la luminosidad va disminu-yendo y más allá solo hay oscuridad. Sofía duda y esta apunto de dar la vuelta, pero en ese momento una luz danzarina asoma en una de las cavidades invitándola a seguirla. Ahora si que oye con más nitidez la vocecita que dice: ¡camina hacia la luz y nos encontrarás!.

En otro lugar no lejos de allí un grupo de duendes, debatían so-bre el momento adecuado para escoger esposa.

Page 3: Encuentros mágicos en el Monasterio de Piedra

Cuando Elisa se da cuenta que no esta la niña con ellos, se vuelve a la cueva y desde la entrada la llama varias veces, sin obtener respuesta. Empieza a ponerse nerviosa y grita con fuerza el nombre de Sofía. Atraídos por los gritos el padre y el hijo acuden rápidamente y se unen a la llamada. Tomás el padre enciende un mechero y se adentra un me-tros, pero la oscuridad es total y el terreno resbaladizo, ni ve ni escu-cha nada. Al salir, con cara de preocupación le dice a su mujer que tie-nen que avisar al encargado para que venga con una linterna. A los diez minutos aparece el encargado junto con un guarda de segu-ridad con linternas y unas cuerdas. Ambos se adentran en la oscuridad de la cueva, dejando a los padres muy nerviosos y acongojados sobre todo la madre, que la incertidumbre la esta sacando de quicio. A los treinta minutos salen de la cueva, y mirando a los padres les dicen que no hay señales de la niña. Entonces se toma la decisión de cerrar el parque a las visitas y se avisa a la Guardia Civil. En otro lugar de la cueva Sofía va siguiendo a la luz que la guía por los pasadizos, hasta que llega al final de un túnel que sale al exterior; ha llegado al país de los duendes. Al salir fuera de la cueva Sofía esta muy emocionada, a pesar de sus corta edad 8 años, ya tiene capacidad para darse perfecta cuenta que este lugar no es el mismo en el que estaba hace unos momen-tos con sus padres. Las vocecitas que ha estado escuchando dentro de la cueva, le hablan desde abajo. Sofía diri-ge su mirada a tierra y ve dos seres diminutos de apenas veinte centímetros que le hacen ges-tos. La niña se agacha para ver mejor a los hermanos Arrabales. Estos le dicen en su misma

lengua -¡Hola! Me llamo Crispi y mi hermano se llama Pi-tín!. La niña les pregunta. ¿Dónde están vuestros papás?. Los hermanos contestan que trabajando en el campo y cui-dando de los animales. ¿Porque me habéis traído a este si-tio? Los hermanos se miran el uno al otro y Crispi contes-

ta: ¡Veras, tu has sido elegida por el consejo de ancianos para que nosotros los seres diminu-tos sigamos viviendo muchos años trayendo al mundo nuevos seres!. La niña se queda mi-rándolos como no entendiendo muy bien lo que acaba de oír. Pero enseguida una sonrisa ilu-mina su cara. ¡Ya sé! -dice- es lo mismo que hacen Dolo y Tola que se acuestan juntos y se despiertan con perritos. ¡Eso es!, le contesta el otro hermano. Sofía ha entrado en otra dimensión, en un mundo paralelo. En ese momento su cuerpo em-pieza a disminuir de tamaño hasta quedar a la misma altura de Crispi y Pitin. Mientras tanto en la dimensión terrestre, en el exterior de la cueva hay un gran ajetreo de gente que van y vienen, entran y salen. Durante una semana el grupo de espeleología de la Guardia Civil han buscado a Sofía sin resultados. En todas las cavidades conocidas e incluso en las no exploradas y nada, entonces se decidió suspender la búsqueda. Oficialmente se dio a la niña por desaparecida. Los padres muy afligidos esperaron noticias de su aparición du-rante meses y meses sin resultado. Sofía siguió a los hermanos Arrabales, poco a poco se iba dando cuenta de su nueva situa-ción, notaba que algo en ella estaba cambiando, su pelo se había oscurecido, sus orejas eran mas grandes y sobresalían por fuera de su melena. El hecho de que se hubiera convertido en un ser diminuto ya no tenia importancia, puesto que se estaba acostumbrando a su nuevo hogar.

Las vocecitas que ha estado escu-chando dentro de la cueva, le hablan desde abajo. Sofía dirige su mirada a tierra y ve dos seres dimi-nutos.

Page 4: Encuentros mágicos en el Monasterio de Piedra

En la dimensión que se encontraba Sofía el tiempo no transcurría de la misma manera que en el exterior. Un mes en el mundo de Sofía era un año en la Tierra. Transcurridos diez meses desde su llegada al país de los duendes, un día paseando por el campo noto que su cuerpo y sus orejas estaban cambiando, que aumentaban de tamaño, y entonces sintió una gran necesidad de dormir. Cuando despertó estaba en la entrada de la “cueva la Pantera”. Se despertó poco a poco y se dio cuenta que estaba desnuda y sentía frío. La gente que pasaba por delante de la cueva la miraban ex-trañada y enseguida avisaron al guarda del parque. El guarda acudió con una manta y la en-contró acurrucada en un rincón, le preguntó quien era y que hacía desnuda. Ella contesto que no se acordaba de nada, como si todo el tiempo hubiera estado dormida. Sólo recordaba que una vocecita la invitaba a entrar a la cueva. Dentro del parque corrió la voz de que había aparecido una chica desnuda de unos 18 años de edad, y que se llamaba Sofía. Sus huellas dactilares no coincidían con las de ninguna mu-jer desaparecida. Así que se distribuyó una foto de ella en la prensa y la televisión, por si al-guien sabía quien era. Tomás estaba en casa sólo leyendo la prensa cuando vio la foto de una chica que había apa-recido en una cueva en el parque del Monasterio de Piedra. El corazón le dio un vuelco y llamó a su mujer. Elisa recibió la noticia a punto de terminar en su trabajo, lo dejó todo y salió corriendo. Al llegar a casa, su marido le dijo que había llamado al parque para pregun-tar dónde estaba la chica y aquí le dijeron que se la llevo la Guardia Civil. Y en la Guardia Civil le dieron la dirección de un centro de acogida de personas sin hogar. A la llegada al centro se identificaron ante el responsable y este les acompaño a la habitación de Sofía. Desde de la puerta de la habitación se observaron un momento, habían pasado diez años desde la ultima vez que se vieron. Todos acusaban el paso de tiempo, Tomás tenia el pelo canoso desde la desaparición de su hija y Elisa una mirada triste y un rostro con dema-siadas arrugas para su edad. Sofía estaba muy cambiada ya no era una niña, su cuerpo era más de persona adulta que de una adolescente.

Elisa corrió a abrazar a su hija, Sofía dudó un instante pero enseguida los recuerdos le llegaron de repente, ¡eran sus pa-dres!. Su padre también muy emocionado corrió a abrazar a su hija desaparecida durante diez años. Sofía miraba por enci-ma del hombro buscando a su hermano. Preguntó por él y su

padre le dijo que estaba estudiando en Londres, y que aún no le habían dicho nada hasta que estuvieran seguros. El director del centro que se había mantenido al margen les dijo a los padres que quería hablar con ellos un momento a solas. Ambos le miraron con cara de preocupación y pregun-taron si le pasaba algo a su hija. ¡Verán, después de aparecer Sofía la llevaron al hospital pa-ra hacerle un reconocimiento físico y una vez realizadas las pruebas, comprobaron que su hija había dado a luz, no sólo una vez sino varias!. Los padres se quedaron mudos y muy perplejos. Fue la madre la que hablo. ¿Nos esta diciendo que nuestra hija que desapareció con ocho años ha sido violada durante diez años?

Tomás estaba en casa sólo le-yendo la prensa cuando vio la foto de una chica, que había apa-recido en una cueva en el parque del Monasterio de Piedra.

Page 5: Encuentros mágicos en el Monasterio de Piedra

Crispín y Pitín estaban jugando con sus hermanitos, hacia tres meses que habían nacido pero en la edad terrestre tenían tres años. Los diminutos seres habían tenido una madre terrestre, pero no la necesitaban ya que desde el primer mes de vida ya eran autosuficientes. La humana había dado a luz a treinta duendecillos que aseguraban el futuro de la raza de los duen-des en los próximos cien años. Sofía fue preñada en repetidas ocasiones por un grupo seleccionado de duendes que deposi-taron en ella su semilla, dando lugar a cinco embarazos de seis mellizos cada vez. -Yo no diría violación, no hay signos de violencia. -prosiguió el director del centro-. Tuvo varios embarazos de los que nacieron muchos niños. Lo que pasó con esas criaturas puede que algún día lo recuerde o tal vez nunca, pero hoy por hoy es todo un misterio. Han pasado diez años desde la reaparición misteriosa de Sofía en la cueva, y lleva una vida normal. Lo que paso en ese lapsus de tiempo ha quedado borrado de su memoria. Ahora tie-ne una vida feliz esta casada con Marcos y es madre de una niña de cinco años. Se encuen-tran visitando el parque del Monasterio de Piedra. Sofía tiene cogida de la mano a su hija cuando pasan por delante de la “cueva la Pantera”, la niña se suelta de la mano y se dirige a la cueva. La madre rápidamente la coge del brazo y con paso rápido se aleja del lugar, mien-tras creé oír una vocecita que dice: ¡Bienvenida a casa!.

FIN

Han pasado diez años desde la reaparición misteriosa de Sofía en la cueva, y lleva una vida nor-mal. Lo que paso en ese lapsus de tiempo ha quedado borrado de su memoria.

Edición y montaje por: Web: www.paterna-report.com Email: [email protected]