encuadre psicoanalitico

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Llamamos “encuadre o marco de la cura psicoanalítica” al dispositivo formal y contractual que permite la instauración de la cura psicoanalítica (ojo que no es lo mismo que el contrato), frecuencia y duración, honorarios y otras, son condiciones obligatorias que deben ser establecidas para la buena marcha de la psicoterapia: libre asociación y suspensión del actuar para el paciente, y atención flotante y regla de abstinencia, para el analista. En palabras simples el encuadre seria una serie de reglas que configuran el “contexto analítico” El encuadre propuesto por el analista y aceptado por el paciente sostiene y va a Contener las proyecciones de vínculos simbióticos primitivos del paciente, por lo tanto forja el espacio en donde se realizara la terapia(contexto analítico) y donde se generará la transferencia, posibilitando así el análisis La magia del encuadre es que permite un ambiente constante que asegura una contención tanto para al paciente como para el analista, por lo que un cambio en este provocará ansiedad en ambos Hoy se concibe el encuadre como dando origen al proceso, y por medio de la transferencia, a la posibilidad de interpretar. Para el análisis de niños, rigen, como en todo análisis, ciertas condiciones de encuadre indispensables para buen funcionamiento del proceso analítico. Pero la complejidad propia de la demanda (analizar a niños) conduce, muchas veces, a modificaciones de ese "encuadre ideal". Dentro del campo psicoanalítico con niños se reconocen varias formas con diferentes encuadres: el psicoanálisis, la psicoterapia psicoanalítica, el psicodrama. (luego de esto el texto se centra en como debieran ser las sesiones con un niño, cuando es más conveniente usar sesiones de alta frecuencia, de poca frecuencia, cuando se debe trabajar con padres etc… sin embargo esto está más ligado al tema de la psicoterapia con niños que al encuadre) Es común que un niño se abra en la sesión, produciéndose así una disociación de lo que es el niño es fuera y dentro de esta.

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Llamamos “encuadre o marco de la cura psicoanalítica” aldispositivo formal y contractual que permite la instauración de la cura psicoanalítica (ojo que no es lo mismo que el contrato), frecuencia y duración, honorarios y otras, son condiciones obligatorias que deben ser establecidas para la buena marcha de la psicoterapia: libre asociación y suspensión del actuar para el paciente, y atención flotante y regla de abstinencia, para el analista.En palabras simples el encuadre seria una serie de reglas que configuran el “contexto analítico”

El encuadre propuesto por el analista y aceptado por el paciente sostiene y va aContener las proyecciones de vínculos simbióticos primitivos del paciente, por lo tanto forja el espacio en donde se realizara la terapia(contexto analítico) y donde se generará la transferencia, posibilitando así el análisis

La magia del encuadre es que permite un ambiente constante que asegura una contención tanto para al paciente como para el analista, por lo que un cambio en este provocará ansiedad en ambos

Hoy se concibe el encuadre como dando origen al proceso, y por medio de la transferencia, a la posibilidad de interpretar.

Para el análisis de niños, rigen, como en todo análisis, ciertas condiciones de encuadre indispensables para buen funcionamiento del proceso analítico. Pero la complejidad propia de la demanda (analizar a niños) conduce, muchas veces, a modificaciones de ese "encuadre ideal".

Dentro del campo psicoanalítico con niños se reconocen varias formas con diferentes encuadres: el psicoanálisis, la psicoterapia psicoanalítica, el psicodrama.

(luego de esto el texto se centra en como debieran ser las sesiones con un niño, cuando es más conveniente usar sesiones de alta frecuencia, de poca frecuencia, cuando se debe trabajar con padres etc… sin embargo esto está más ligado al tema de la psicoterapia con niños que al encuadre)

Es común que un niño se abra en la sesión, produciéndose así una disociación de lo que es el niño es fuera y dentro de esta. Podemos inferir en estos casos que la investidura narcisista del niño por uno o los dos padres, que no permite la expresión de la diferencia y que no deja lugar a lo propio y singular del niño en tanto sujeto. Es esta posibilidad de expresarse como sujeto lo que justamente el encuadre y el encuentro con el analista ofrecen al niño

Posteriormente el texto finaliza tocando el tema de la posibilidad de realizar trabajos interdisciplinarios paralelos, como el psicoanálisis se puede potenciar con otras disciplinas como educativas, fonoaudiologicas, etc… el problema para Freud es cuando estas otras disciplinas “medicas” estimulan una sugestión en el paciente que perjudica la transferencia de la psicoterapia

La sugestión es inevitable e inherente a la situación - surge de la propia existencia de la transferencia y sobre la cual el analista no tiene ningún control ya que no depende de él sino del hecho de que sus intervenciones son “recibidas” a partir de la posición que el analista ocupa en la transferencia – . Sólo puede intentar “sobrepasar” la sugestión por medio del análisis de la transferencia

La cuestión es la de renunciar al apaciguamiento, una falsa solución fundada sobre la sugestión del momento, y lograr efectuar el trabajo en profundidad que el análisis de la transferencia permite avizorar.