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Federación Española de Espeleo- FEE REVISTA DE ESPELEOLOGÍA nº 25 - 2006/1 Nuevos descubrimientos en la sima GESM Sima de la Mole (Cantabria), -470 m Cromos antiguos de espeleología Norbert Font y Sagué 110 años del principio de la espeleología en la Península Aladaglar Buscando un -2.000 m en Turquía PÁGINAS TÉCNICAS Bloqueadores de mano

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Page 1: en Turquía Font y SaguéNorbert · caso, cuando decidió visitar las cuevas del Drac de Mallorca (fue el primero en cruzar el lago que lleva su nombre). Martel quería, a su vez,

Federación Española de Espeleo-

FEE

REV ISTA DE ESPE LEOLOGÍA nº 25 - 2006/1

Nuevos descubrimientosen la sima GESM

Sima de la Mole (Cantabria),-470 m

Cromos antiguosde espeleología

NorbertFont y Sagué110 años del principiode la espeleologíaen la Península

AladaglarBuscando un -2.000 men Turquía

PÁGINAS TÉCNICAS

Bloqueadores de mano

Page 2: en Turquía Font y SaguéNorbert · caso, cuando decidió visitar las cuevas del Drac de Mallorca (fue el primero en cruzar el lago que lleva su nombre). Martel quería, a su vez,

cuando tantas de colectivas se hundían en elfracaso y el olvido en los albores del siglo xx.La obra única e irrepetible de un hombrepolifacético: científico, literato, historiador,geógrafo y espeleólogo.

La espeleología, en verdad, no sólo ha so-brevivido, sino que ha evolucionado y no pa-dece ninguna enfermedad de cariz terminal,pues de los 100 m que descendió Font en lasima de la Ferla de Garraf (todo un hito parala época) se ha llegado a superar hoy día los2.000 m en la sima Krúbera, la más profundade la Tierra. Y aquel camino iniciado de ma-nera profesional y científica hace más de cienaños no parece tener fin. Ante esta realidadmerece la pena reflexionar. La vida de la es-peleología mundial nos lleva a exaltar y a va-lorar lo que queda: el trabajo bien hecho,porque esta es la raíz de los progresos del fu-turo. La obra de Font es la obra más trascen-dente de la espeleología realizada en la pe-nínsula Ibérica porque fue la primera. Es elúnico espeleólogo al que todos los compa-triotas que sentían pasión por el mundo sub-terráneo siguieron plenamente. Esto, unidoal movimiento excursionista de aquel enton-ces en su tierra, le vino como anillo al dedopara poder desarrollar un gran proyecto.

NORBERT FONT Y SAGUÉ,EL HOMBRE

Según los retratos que poseemos, Fontparecía un joven apuesto, de una absolu-

ta normalidad. De estatura media, flaco, derasgos firmes, tez clara y serena, nariz pro-minente y recta, frente ancha; los ojos vivose intensos; el corte de la boca muy pronun-ciado. «Parecía un niño», dicen quienes loconocieron, «la verdadera imagen de la vida,de la energía, del movimiento», afirmabaFrancesc Novelles, cuando Font inauguró en1904 los cursos de geología del Centre Ex-cursionista de Catalunya (CEC)3. Cuandono corría por los montes en busca de cuevas,vestía de clérigo, ancha sotana y capa, depresencia modesta, parecía rodeado de unaaureola de amabilidad, en fin, un hombre deuna total simplicidad, nada pintoresco. JosepIglésias le llamaría el «Clérigo de las Simas».

Nació en Barcelona, en el barrio de la Ri-bera, cerca de la basílica de Santa María delMar, un 17 de septiembre de 1874, hijo deuna modesta familia trabajadora. A los 14años entró en el Seminario Conciliar deBarcelona para ser sacerdote. En el segundoaño de su ingreso consiguió una beca, y másadelante una pensión para poder pagar susestudios, librando así a sus padres del esfuer-zo económico que éstos suponían. En segui-da su actividad cultural y científica fue in-tensa. En los juegos florales de 1894 lepremiaron su trabajo sobre las cruces de pie-dra de los caminos: Les creus de pedra de Ca-talunya. En el mismo año en que se hace so-

cio del Centre Excursionista de Catalunya.En estos años su prematura clarividencia leinduce a escribir diversos artículos que ma-nifiestan su ideología en pro del catalanismopolítico, como «Perquè escrivim en català» o«España per Madrid», que culminó en 1899con su Història de Catalunya. A los 18 añosaños tenía ganados ya 16 premios en diver-sos juegos florales. Font se sentía inclinadohacia los estudios literarios y la arqueología.

SE CUMPLEN 110 AÑOSDEL ENCUENTRO CON

ÉDOUARD-ALFRED MARTEL

En 1890 el Centre Excursionista de Cata-lunya nombró al científico y espeleólogo

Édouard-Alfred Martel, fundador de la revis-ta Spelunca, socio delegado de este club en Pa-rís. Martel ya era célebre gracias a sus explora-ciones en las regiones francesas de Causses yCévennes, en los Pirineos, los Alpes y el Cáu-caso, cuando decidió visitar las cuevas delDrac de Mallorca (fue el primero en cruzar ellago que lleva su nombre). Martel quería, a suvez, conocer las cuevas más destacadas de Ca-talunya. Fue el 18 de septiembre de 1896, jun-to con su compañero Louis Armand, que lle-garon a Ripoll donde les esperaba el aún jovenseminarista Norbert Font. En un carro tiradopor bueyes, con todo el equipaje y aparejospara sus exploraciones subterráneas, se dirigie-ron hacia la Fou de Bor (Cerdanya). Una vezallí se introdujeron en la cueva, recorriendounos 250 m, pero Armand y Font todavía des-cendieron una fuerte pendiente de unos 40 mque les condujo a una nueva galería. Dos díasmás tarde Font acompañaba a los franceseshasta La Guingueta para despedirlos.

Naturalmente fue un contacto efímerocon Martel y Armand, pero nadie duda de

que ese encuentro fue lo que indujo a Font aprofundizar en la espeleología y también aadentrarse en el estudio de la geología. Cabe,pues, aceptar la fecha de 1896 como la decreación de la espeleología como ciencia enEspaña. Devoraba con avidez los libros queMartel escribía sobre sus campañas, e inclusotradujo el estudio del francés sobre las cuevasde Mallorca, que publicó el 1898 en el bole-tín del CEC. Y más aún: las traducciones so-bre los trabajos de Martel se sucedieron eneste club. En 1879 Cels Gomis tradujo«L’Avenc Padirac (Lot, França)», y en 1880Ramon Arabia tradujo «El riu subterrani deBramabiau», ambos originales de Martel.

Marcado por semejante entusiasmo cien-tífico e intelectual, Font se convertiría en elprimer espeleólogo de este país en realizarestudios, prospecciones y exploraciones demanera sistemática, y con un interés indis-cutible. En 1896 escribe sus primeros artícu-los de espeleología publicados en el periódi-co La Renaixença: «Martel i l’espeleologia» y«L’espeleologia a Catalunya».

PRIMERAS EXPLORACIONES: las simas de la Vinya d’en Tita,de Can Sadurní, del Bruc y de

la Ferla en el macizo de Garraf

Fue en enero de 1897 cuando Font pre-sentó su Catàleg espeleològic de Catalunya,

ampliado con datos procedentes de una en-cuesta y averiguaciones hechas por él mismo ysus colaboradores. Contenía 333 fenómenosespeleológicos e hidrológicos, y fue conside-rada esta obra como una verdadera primiciapara la espeleología, pues superaba de largo laúnica existente hasta entonces: Cavernas y si-mas de España de Gabriel Puig y Larraz, contan sólo 64 cavidades. Cierto es que Font re-corrió el país y se esforzó en conocerlo, puesera un hombre apasionado por la naturaleza.Aunque no se poseen demasiados datos sobresus comienzos, se sabe que había explorado,antes de convertirse en un espeleólogo famo-so, un sinfín de cavidades; de este primer pe-ríodo, se conoce a ciencia cierta solamente elAvenc de la Vinya d’en Tita en Garraf.

En primavera de 1897 la exploración delmacizo de Garraf le llevó a sentar las basesteóricas sobre el funcionamiento hidrológicode la Font de Armena de Vallirana (BaixLlobregat) y asimismo del Avencó y LesBarbotes (Vallès Oriental). Y entonces llególa que consideran algunos de sus biógrafoscomo su primera exploración importante: elAvenc de Can Sadurní. El 27 de septiembrede 1897 inició su aventura. Le acompañabanpersonas importantes, interesadas por losproyectos de Font. Entre ellos estaba el juris-consulto y escritor prolífico Francesc de Pau-la Maspons y Anglasell (que, más tarde, en1927, sería presidente del CEC), catedráticode derecho civil en la universidad guipuzcoa-

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Norbert Font y Sagué, el principio de la espeleología en nuestro país

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Óleo pintado por R. Vidal, que se encuentraexpuesto en la sala de actos del CEC; fuepintado a partir de una fotografía de Font.

Imagen extraída de un recordatorio deMaria Blanch y Font, hija de Carme Font,prima hermana de Norbert Font.

NorbertFont y SaguéEl principio de la espeleología en nuestro paísSe cumplen 110 años de la introducción de la espeleología en la península Ibérica

F E R R A N A L E X A N D R IE R E d e l C E C

Norbert Font y Sagué falleció en Barce-lona el 19 de abril de 1910. Tenía tan

sólo treinta y seis años. Marià Faura y Sansdió noticia de su muerte en Madrid con es-tas palabras: «El Sr. Font y Sagué ha muerto(...) y la Ciencia española ha perdido uno desus más activos campeones».1

Su muerte supuso la desaparición del es-peleólogo más importante de nuestro tiem-po. Ciertamente, Font y Sagué fue el espele-ólogo más importante de nuestro tiempoporque fue el único geólogo de este país quesin haberse propuesto obtener una manifies-ta finalidad pública y ejemplar de su obra,bien sea como maestro o iniciador de otrosespeleólogos o incluso científicos, lo consi-guió de una manera explícita e indiscutible.En una ocasión dijo: «no sé si puedo llamar-me maestro, como dicen ellos, pues nada lesenseñé; el único mérito que puedo tener es elde haberles precedido en semejante afición yde haberles encomendado mi amor en seme-jante estudio2». Pero cuando Font hablabade espeleología o de geología las reaccionesde quienes le escuchaban era siempre lasmismas: sentían la maravilla de aprender deun buen maestro. Sentían que era un hom-bre que sabía de lo que hablaba, que sus pa-labras encerraban una gran reserva de cono-cimientos mantenidos con un sentido deresponsabilidad permanente. Podemos decirque la obra de Font fue una empresa de ca-rácter individual que llegó a buen puerto,

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La foto más conocida de Font, editadaen su Historia de les ciències naturals.

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Norbert Font y Sagué, el principio de la espeleología en nuestro país

volvería para terminar la exploración. Noobstante, una enfermedad le impidió hacer-lo, y la segunda exploración a la sima de laFerla no se realizaría hasta 1924 a cargo deRafael Amat y Carreras, que señaló una pro-fundidad total de -240 m (corregida en 1949por el GES del GMB en -209 m).

Pero lo que es claro es lo siguiente: la ex-ploración de la Ferla, publicada incluso enlos periódicos del momento, popularizó de-finitivamente la figura de Norbert Font ySagué como el primer espeleólogo del país.

LA ODISEA DEL FORATDE SANT OU EN EL MACIZODE MONTGRONY (RIPOLLÈS)

Corría el año 1899 cuando Font hizo unexcursión espeleológica en los montes

de Prades y las sierras de Gaià, donde visitóla sima de Torre de Fontaubella y el AvencMarçà, seguido por un gran número de veci-nos curiosos, para ver a un espeleólogo aden-trarse en oscuras cuevas. Luego, desde Falsetse fue a Porrera y Cornudella, y desde aquísubió al Montsant y a la Cova Santa, paradespués seguir por el barranco del río Siuranapara llegar a las singulares grietas y simas co-nocidas como Avencs y Coves de La Febró.Su exploración siguió con la Cova Fonda deVergeracs y el Avenc de Roca-llisa.

Pero fue con la exploración de la sima lla-mada el Forat de Sant Ou cuando se cumplióuna de las proezas más singulares de Font, yasea al menos por la cantidad de gente queatrajo esta exploración, añadido al hecho deque se trataba de un lugar maldito, comopronto se verá. Según parece, la idea de estaexploración partió del obispo Morgades, queprometió hacerse cargo de los gastos de la ex-pedición. Pero su repentina muerte imposibi-litó el proyecto. No obstante, Font, al encon-trarse en el macizo del Montgrony como curaauxiliar, decidió llevar a cabo la empresa, y sehizo traer el material desde Barcelona.

La noticia de que se iba a penetrar en estasima empezó a correr y con ella toda suertede rumores y supersticiones del reino de ul-tratumba. Se hablaba de leyendas del infier-no, de brujas, de espíritus de condenados yde ánimas en pena, plasmadas en el mito delmal conde Arnau (que popularizó de maneratan elocuente el poeta modernista Joan Ma-ragall). Decían que en la noche de San Juánsalía de esta sima el alma condenada delconde Arnau del mismísimo infierno, mon-tado en su negro corcel que arrojaba fuegopor el hocico. Con capa negra al vuelo, y agalope, le seguía una hambrienta jauría, ro-deada de infernales llamas. El espíritu delconde Arnau corría eternamente tras una in-visible presa que pretendía cazar, pero nopodía, y así seguía durante toda la eternidad.

Los lugareños creían muy al vivo que todosesos males saldrían del Forat de Sant Ou si al-

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na de Oñate, y memorable defensor del dere-cho catalán; también le acompañaba el emi-nente geólogo e ingeniero de minas LluísMarià Vidal y Carreras, presidente del CECpor aquel entonces, y autor de interesantesestudios geológicos como la Reseña física ygeológica de las islas de Ibiza y Formentera, y deun gran número de opúsculos excursionistas.Con semejante comitiva, nadie podía pensarque la espeleología fuera una frivolidad, sinouna disciplina objeto de estudio.

DESCENSO AL AVENCDE CAN SADURNI

Cuando todo estuvo preparado para eldescenso a la sima, el artilugio para el

espeleólogo montado y las cuerdas fijadas,Font se sentó en la barra de madera sujeta alcabo de la cuerda que debía bajarlo. Ochopersonas se ponían manos a la obra y Fontdesapareció en el abismo. Al cabo de 25 mtocó una sirena y la cuerda se detuvo. Conuna rudimentaria linterna (es decir de un fa-rol portátil con una cara de vidrio y una velaen su interior) podía observar las formacionesde la sima; poco a poco los de arriba le ibanechando cuerda, hasta que al fin llegó al fon-do, donde nadie había puesto jamás los pies.Font, emocionado, no pudo reprimirse, y ex-clamó: “¡Viva Catalunya!” Luego, más sereno,se desató y encendió unas tiras de magnesio, yexploró el fondo con minuciosidad, pero…estaba obstruido por numerosos bloques. Ha-bía hecho un espectacular y arriesgado des-censo de 70 m. Tocó de nuevo la sirena paracomunicar que quería subir, se sentó otra vezen el madero, y ascendió lenta y penosamentehasta la superficie. Sí, penosamente, pues sedice que en aquella ocasión, habida cuenta delas dificultades que suponían el material inefi-caz que Font llevaba y el rudimentario méto-do de descenso y subida, poco le faltó paraque no lo contara. Lluís Marià Vidal pensaba:«¡Un día se nos va a matar!»

Sin duda, no era una preocupación baladí;todos sabemos el peligro que conlleva unaprimera exploración espeleológica, y más aúnsin ningún tipo de técnica ni de material ade-cuado. Vidal se había dado cuenta de ello, yhaciendo uso de su gran responsabilidad,proveyó a Font del material necesario. Com-pró un teléfono, escaleras de cuerda y cable yun casco de bombero; además consiguió uncrédito del banquero Manuel Girona de 750pesetas para los gastos de los mozos de cuer-da y el transporte del material. Así pues, pro-visto de semejantes modernidades, Fontpudo realizar nuevos sondeos en diversas si-mas; pero ahora ya no bajaría solo, sino quele acompañaría un hombre de confianza, quehoy diríamos, tal vez, un sportsman: el poceroFerret, que llegaría a ser su compañero delalma. La hazaña más destacada de esta nuevaépoca fue el Avenc del Bruc.

DESCENSO AL AVENC DE LA FERLA

Fue el 15 de agosto de 1897 cuando Fontrealizó la exploración más importante que

hiciera en Garraf: el Avenc de la Ferla, unaconocida pero inexplorada sima que en aquellaépoca corría la voz, entre los lugareños, de queno tenía fondo y que, por ende, era guarida debrujas. Pero eso no hizo desistir a Font de suempeño. Un primer sondeo indicó 110 m.Los preparativos comenzaron prestamente.Para ello se dispuso un rodillo entre dos gran-des vigas en medio del abismo. Font, juntocon seis mozos de cuerda, extendía las escale-ras, uniendo los trozos hasta conseguir una hi-lera de 120 m. Luego, con la ayuda inestima-ble de veinte campesinos, empezaron adeslizarla por el rodillo hasta el fondo. Mien-tras tanto iba llegando al lugar de la aventuramucha gente, que discreta y ordenadamentese iba situando en un improvisado anfiteatroen la montaña. Pues no era para menos: ¡seencontraban delante de un verdadero espectá-culo! Entonces Font se agarró a la escalera ycomenzó a descender. Al cabo de 20 m probóel teléfono, como siempre, pero esta vez elcontacto estaba roto y tuvo que arreglarlo.Luego siguió bajando hasta que puso los piesen el fondo de la sima. Llegó tras un impre-sionante descenso a 100 m de profundidad.Font reclamó a Ferret, y éste bajó súbito. Des-pués de una frugal comida, provistos cada unode una vela prosiguieron la exploración de unanueva galería descendente, hasta encontraruna segunda vertical, a la cual no tenían nin-guna posibilidad de bajar. El sondeo les dabauna cota de -170 m, aunque lo que ellos habí-an bajado rozaba tan sólo los 100 m.

La salida de la sima fue penosa y Font es-taba en las últimas, pero el Clérigo de las Si-mas estaba convencido de que en pocos días

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Norbert Font y Sagué vestido a la manigua, a cavallo de la burra del Francés, guarda delas propiedades de los Güell en Garraf, va de camino hacia el Avenc del Bruc.

guien osaba profanar ese averno. Creían ver-daderamente que vendrían años de desastres yde malas cosechas. Y en aquel entonces lo másimportante era proteger el trigo de la tempo-rada, y ésta fue razón suficiente para que elrector de Montgrony decidiera retrasar la ex-ploración hasta que el trigo fuera segado. Perouna vez pasado el tiempo de la siega, ya no ha-bían más excusas. El 5 de agosto de 1901Norbert Font, junto con los curas de Capde-vánol, el doctor Clariana y el señor Reguer deRipoll, entre otros, llegaron con mulos aMontgrony, seguidos por una multitud de cu-riosos, hasta las inmediaciones de la sima. Allíempezaron los preparativos, y luego se organi-zó un encuentro que más bien parecía una ro-mería. El grupo se dispuso a pasar la nochevelando y cantando reunidos alrededor de unahoguera de campo.

Un año más tarde, cuando Font explicaríaen Madrid esta exploración, diría emociona-do: «¡Qué sublimidad tan grande tenían nues-tros cantos populares cantados allí en plenanoche, delante de media Catalunya dormida anuestros pies!4» Seguramente serían éstos:

Todas las voces de la tierraclaman contra el conde Arnau

y luego la condena:— Pues ser hombre superhombre,ser la tierra palpitante…Esos eran los versos de la maldición. Y

más de uno esperaba ver aparecer de repentea un jinete sobrehumano, seguido de unajauría envuelta en llamas infernales, comocontaba la leyenda. Pero, por suerte, nada deesto sucedió, y al día siguiente la multitud

de gente que se había reunido en torno alacontecimiento del siglo era inenarrable. Secontaron más de 300 personas. Entre ellashabía verdaderas personalidades del CEC,allegados de Font, como el célebre excursio-nista Cèsar August Torras y Ferreri, que fuepresidente del club en dos ocasiones, ademásde inspirador de los Congresos Excursionistasy editor de las primeras guías de los Pirineos,que marcarían un principio para la bibliogra-fía excursionista; fue también presidente de laLliga Excursionista, considerado el primerpromotor del excursionismo catalán. Inclusollegó al lugar, como no podía ser de otromodo, una pareja de la guardia civil, por or-den del gobernador de Girona.

Font se vistió de espeleólogo: «Me quitéla sotana, me puse la ropa de trabajo, me atébien el cinturón, del cual colgué mi cuchilloy el martillo, bebí un trago de ron, y luegome colgué la botella al cuello; me puse elcasco de cuero, y me hice atar del modo ha-bitual, y…» ya listo, y preparadas las cuerdasy escaleras, antes de poner un pié en el pri-mer peldaño invocó: «¡En el nombre del Pa-dre, del Hijo y del Espíritu Santo, se hanacabado las brujas del Forat de Sant Ou!»5.Y Font entró.

Cuando tocó el suelo con sus pies en elfondo de la sima, un espontáneo «¡Viva Ca-talunya!» retronó con voz potente, que fuecontestado al instante por los de arriba. Noera, naturalmente, el conde Arnau el autorde semejante exclamación, sino nuestro es-peleólogo, feliz de haber llegado al fondo detan siniestro y abrumador abismo.

DESCENSO AL AVENC DEL BRUC

Cargaron las escaleras, las cuerdas y lasprovisiones en cinco mulos. También

les acompañaba el experto excursionista delCEC Pere Pagès y Rueda como fotógrafo. Alllegar a la boca de la sima desplegaron el ma-terial. Echaron 95 m de cuerda en el interiorde la sima, dispusieron el teléfono, y Font sevistió con el nuevo casco de bombero. Cuan-do hubo descendido unos 25 m, encendióuna vela y probó el teléfono. Sí, funcionabacorrectamente. Continuó el descenso por lospeldaños de la escalera; los de arriba le asegu-raban con una cuerda, y lo mantenían a pulso.Cuando faltaban unos siete metros para llegaral suelo, la escalera se terminó. Entonces de-cidieron bajarlo a peso. Pero al dejar Font laescalera, empezó a dar vueltas como una pe-onza. “¡Abajo, rápido!”, les decía por teléfonoa los de arriba hasta que consiguió tocar verti-ginosamente el suelo. Esta vez no lanzó víto-res, nuestro espeleólogo, sino que echó unbuen trago de ron para recuperar la serenidady la fuerza.

Luego bajó Ferret con la comida y másescaleras. La exploración continuaba, puesotro pozo se abría al fondo de una galería.Font descendió un cacho, y desde su posi-ción, divisó en el fondo un misterioso lagode aguas tranquilas. Digo misterioso, porquenadie volvió a ver ese lago jamás. RafaelAmat y Carreras reexploró esta sima en1923 y no encontró nada más que bloquesde piedras en el fondo. ¿En realidad le pare-ció a Font ver un lago, abstraído quizás enun ánimo indecible por descubrir nuevos ho-rizontes? Jamás lo sabremos. En fin, despuésde seis horas de dura exploración, nuestroshombres salieron de nuevo sanos y salvos ala superficie.

Norbert Font y Sagué está a punto de descender al tenebroso Forat de Sant Ou, en el año1902. Obsérbese la rudimentaria escalera de cuerda y su inconfundible casco de bombero.

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célebre volumen Sota Terra, que editó elClub Muntanyenc. Podía sentirse orgullosode aquel grupo de jóvenes espeleólogos. Fontpensaba, cuando iba de camino a la sima:

Mientras la tartana nos llevaba carretera arriba,me acordé de mis primeras exploraciones poraquella comarca, de los estudios de la Fontd’Armena de Vallirana, del emocionante des-censo del Avenc de Can Sadurní y de los no me-nos atrevidos de la Ferla y del Bruc, solo con Fe-rret, y me representaba el contraste con lostrabajos espeleológicos de ahora, con la multitudde jóvenes del Club Muntanyenc que encontra-ría alrededor de la sima por explorar, y quizás, yaen el fondo de la misma, dispuestos a todo, conel ánimo que da la juventud y el entusiasmo paraconquistar lo misterioso, lo desconocido.6

Co de Triola impresionaba las placas, ilu-minando espléndidamente las coladas delAvenc d’en Roca, y su fotografía transmitíatoda la belleza de aquella sima, pero de su sal-vaje magnificencia, como decía Font, no se te-nía idea si no se estaba dentro. En esta simadescendieron una multitud de personajes delClub Muntanyenc, como el simpático PereMir, presidente de la Cambra Agrícola deSant Sadurní y delegado del Club, ataviadocon un sombrero salacot, que más parecía un

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ros del Centre Excursionista de Catalunya.Empezó entonces la carrera de Ciencias Na-turales en la Universidad de Barcelona(1900), que luego continuaría en la Universi-dad de Madrid, lugar donde residió durantetres años. Se licenció en 1902, con la califica-ción de sobresaliente. Fue precisamente enMadrid donde describió en público tan apa-sionadamente su descenso y exploración delForat de Sant Ou. Su residencia en la capitalle llevó a conocer y a ser apreciado por loscientíficos madrileños y naturalistas españolesmás destacados, como Ignacio Bolívar, Odónde Buen o Hermenegildo Giner de los Ríos.

Font no dio su primera misa hasta 1900,bajo el mecenaje del industrial Joan AntoniGüell y López, y nada menos que en presen-cia de Mn. Jacint Verdaguer. Dos años mástarde, durante su estancia en Madrid, Fontfue comisionado por Güell para viajar al Sa-hara español, concretamente a la penínsulade Río de Oro, un paraje desolado y sinagua, donde Font tenía la misión de hallarla.Con este objetivo realizó excursiones a pie yen camello en ese inmenso desierto, pero nohabía agua por ninguna parte, ni mucho me-nos oro. Aunque el objetivo del viaje fue unverdadero fracaso, fue provechoso al mismotiempo, porque Font realizó observacionesde interés. Recogió, piezas arqueológicas yun sinfín de insectos, moluscos, fósiles y ve-getales, descubriendo a su vez algunas espe-cies nuevas que le fueron dedicadas, como elHoelioscirtus Fonti Bolivar.

Este viaje africano suministró a Font unabundante material científico y literario que

le llevó a publicar diversos artículos en revis-tas científicas y periódicos de la época, comoel Boletín de la Real Sociedad de Historia Na-tural, y especialmente en el de la SocietéGéologique de France.

SU LABOR EN EL CENTREEXCURSIONISTA DE CATALUNYA

Y EL CLUB MUNTANYENCDE BARCELONA. EXPLORACIÓN

DEL AVENC D’EN ROCA

Afinales de 1904 Font organizó un cursode geología en el Centre Excursionista

de Catalunya, bajo los auspicios de los Estu-dis Universitaris Catalans. No fueron simplescursos, no fueron meras lecciones, sino que ensus clases se realizaban caminatas por losmontes y trabajos de campo, obteniendo ungran entusiasmo entre sus alumnos y compa-ñeros excursionistas. El conjunto de todasesas lecciones las recogió al año siguiente ensu libro Curs de geologia dinàmica i estratrigrà-fica aplicat a Catalunya, que fue prologado porLluís Marià Vidal. La edición, que estabamuy bien ilustrada, se agotó rápidamente.Obviamente, la obra era muy significativa,pues no sólo era un trabajo científico excelen-te, sino que al mismo tiempo representaba elalto nivel cultural a cual había llegado el ex-cursionismo catalán. Ni que decir tiene que lasegunda edición (póstuma) realizada en 1926por el también espeleólogo y discípulo suyo,el paleontólogo y geólogo Marià Faura ySans, también se agotó con la misma rapidez.

En 1906 algunos de sus discípulos de lasclases de geología, junto con personas delAplec Catalanista, fundaron el Club Mun-tanyenc de Barcelona. Entre ellos se encon-traban el científico y continuador de su obra,el ya mencionado Marià Faura y Sans, y tam-bién Josep Maria Co de Triola, ambos sociosdel CEC. A Co de Triola debemos las pocasfotografías que existen de Font en sus explo-raciones subterráneas, y además de eso, tam-bién le debemos el hecho de haber realizadolas primeras fotografías de espeleología queexisten. Este nuevo club dedicaba la mayorparte de sus actividades a la espeleología, yFont, gracias a sus discípulos, pasó a formarparte del él. Font encontró en este grupo unelemento favorable a sus inquietudes. Perofue Faura quien popularizó y prosiguió suobra. Faura era un excelente científico, profe-sor de universidad, también sacerdote, quellegó incluso a publicar trabajos sismológicos,y llegó a descubrir minerales desconocidoshasta entonces, además de publicar obrascientíficas imprescindibles. Verdaderamente,Font estaba rodeado de un elenco que enten-día la espeleología como una ciencia que nadatiene que ver con el deporte y la competición.

Junto a los hombres del Club Munta-nyenc, Font realizó en 1907 la exploracióndel Avenc d’en Roca, que se describió en el

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Norbert Font y Sagué, el principio de la espeleología en nuestro país

explorador de regiones africanas que no un es-peleólogo. Este descenso también dio buenosresultados científicos: se recogieron insectosdel fondo de la sima, que luego el entomólogoFerrer y Vert clasificó, encontrando un Tro-charanis que resultó ser una nueva especie.

En 1906 Font fue nombrado miembro dela Junta Autónoma de Ciencias Naturales delAyuntamiento de Barcelona. Fue en ese mis-mo año cuando visitó los fenómenos naturalesde la Ciudad Encantada de Cuenca, que luegodescribiría con acierto en el boletín del CEC,y, además, difundiría esta admirable regiónespañola en una conferencia en el mismo club,después de seguir por Sierra Morena o Céven-nes y Bretaña junto con la Societé Géologiquede France. Font no era un hombre que se en-casillara en su tierra, sino que tenía una visiónmás amplia como geógrafo.

En 1907 Font y un grupo de alumnos to-maron parte en la reunión de la SociedadGeológica de Francia celebrada en la famosaregión francesa de Causses, donde pudieronrealizar excursiones por aquellos macizoskársticos tan singulares y profusamente visi-tados por espeleólogos de todas las épocas.Pero lo más importante fue que fraternizócon los geólogos franceses.

Pere Mir, president de la Cambra Agrícolade sant Sadurní, junto a los hombres delClub Muntanyenc, saliendo de l’Avencd’en Roca, última expedición en la quecolaboró Font. Obsérvese que va ataviadocon un salacot. Año 1907.

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Bajaron en seguida más aventureros: JosepFosas, un maestro de obras de Campdevànol;dos mozos de Campdevànol y un artista lla-mado Cruset, que residía en Estados Unidos,que, según parece, intentó pintar unas acuare-las. Pero la sima no había llegado aún a su fin,ya que después de un talud se divisó otro pozo.Seguro que algunos pensarían que al final en-contrarían la estrecha galería infernal que co-municaba con las cuevas de Ribes, según pro-sigue la leyenda, y que era el paso secreto delconde Arnau para ir a ver a las monjas del su-puesto convento de Sant Amanç, situado en lasierra de Sant Amanç, donde hoy día puedeobservarse tan sólo un conjunto de solitariasrocas. Pero todo terminaba unos metros másabajo, y la nueva galería quedaba obstruida.

Y eso fue todo. Se había explorado porprimera vez una sima, conocida desde anti-guo por los lugareños. Y nada más. Se hizoun croquis topográfico de la cavidad entera,se capturaron especies cavernícolas y se to-maron notas de carácter científico. Y, lo másimportante: cinco personas habían penetra-do en el Forat de Sant Ou y habían vuelto asalir sanas y salvas, sin haberse encontradocon ningún fantasma surgido del infierno, nitan siquiera, de alguna rectoría.

LA AVENTURA SAHARIANA:RIO DE ORO

Cuando Font contaba con 26 años reciéncumplidos ya había realizado la mayor

parte de sus exploraciones espeleológicas y sufama se había extendido más allá de los mu-

1874 17 de septiembre. Nace en Barce-lona, en el barrio de la Ribera.

1891 A los 17 años publica su primer ar-tículo sobre una cueva del Ordal.

1894 Se hace socio del Centre Excursio-nista de Catalunya. Le es premiadoen los juegos florales de Barcelonasu trabajo Les creus de pedra de Cata-lunya.

1896 Encuentro con E. A. Martel y L.

Armand en la Fou de Bor. En Gra-nollers gana un premio en los jue-gos florales por su obra Lo Vallès. ElCEC organiza una encuesta por lascomarcas catalanas para localizarnuevas cavidades subterráneas.

1897 Exploración de las simas de Can Sa-durní. Presenta su Catàleg espeleològicde Catalunya. Obtiene un premio enlos juegos florales de Barcelona consu obra Determinació de les comarquesnaturals i històriques de Catalunya.

1898 Exploración de las simas del Bruc yde la Ferla de Garraf, llegando hastalos 100 m de profundidad en esta úl-tima.

1899 Campaña por la comarca del Priora-to, las montañas de Prades y las sie-rras de Gaià y Montsant, y luego lasierra prepirenaica del Montgrony.Escribe Història de Catalunya.

1900 Es ordenado sacerdote. Comienzala carrera de Ciencias Naturales enla Universidad de Barcelona. Escri-be Breu compendi de la història de laliteratura catalana.

1901 Exploración del Forat de Sant Ou enla sierra del Montgrony (Ripollès).

1902 Se va a Río Oro (Sáhara) en misióngeológica, comisionado por el me-cenas Joan Antoni Güell. Se licen-

cia de sus estudios universitarios.

1904 Ejerce la cátedra de geología de losEstudis Universitaris Catalans, y pu-blica su obra Curs de geologia dinàmi-ca i estratigràfica aplicat a Catalunya.

1905 Junto con Jaume Almera contribuyea la formación de la colección pale-ontológica y minerológica de la Ins-titució Catalana d’Historia Natural.

1906 Visita Cuenca y populariza la Ciu-dad Encantada. Es miembro de laJunta de Ciencias Naturales delAyuntamiento de Barcelona; crea elMuseo Petrográfico al aire libre en elparque de la Ciutadella. Se constitu-ye el Club Muntanyenc de Barcelo-na, fundado por gente del Aplec Ca-talanista y seguidores y discípulos deFont, entre ellos M. Faura y Sans,continuador directo de su obra.

1908 Funda la Sección de Geografía Físi-ca y Geología del CEC, que co-mienza la campaña de higienizaciónde las aguas de Cataluña. EscribeHistòria de les ciències naturals a Ca-talunya del segle IX al XVIII.

1909 Escribe las obras: El diluvi bíblic se-gons la geologia y Notes científiques.

1910 19 de abril. Muere en Barcelonatras haber contraído una grave en-fermedad.

Biograf ía de Norber t Font y Sagué

Retrato de Font que podemos encontraren el Museo de Geología del SeminarioConciliar de Barcelona.

ARXI

U FO

TOG

RÀFIC

CEC

Norbert Font y Sagué vestido de espeleólogo, con casco, polainas y martillo de geólogo,comparte cuerda con Marià Faura y Sans, también vestido de espeleólogo, en el exterior del’Avenc d’en Roca, en el año 1907.

Page 5: en Turquía Font y SaguéNorbert · caso, cuando decidió visitar las cuevas del Drac de Mallorca (fue el primero en cruzar el lago que lleva su nombre). Martel quería, a su vez,

Entonces escribió una serie de artículos enel prestigioso semanario La veu de Catalunya,dedicados a montañas emblemáticas de sutierra: Montserrat, Montjuïc, Mont Táber(lugar donde se encuentra ubicado el CEC enBarcelona) y el Montseny. Su idea era formarun gran volumen sobre la orografía de Cata-lunya, pero la muerte le sorprendió cuandoesta obra estaba todavía inconclusa. No puededejar de sorprendernos a estas alturas queFont publicara en La Veu (que había apareci-do en 1899 y se mantuvo milagrosamente enprensa hasta 1937), porque se trataba de unperiódico político y literario que defendía elprograma de la Lliga Regionalista, un partidopolítico independentista fundado en 1901,dirigido, además por el prolífico estadista En-ric Prat de la Riba, fundador del Institutd’Estudis Catalans y presidente de la Manco-munidad de Catalunya, un hombre a quienllamaban «el juicio ordenador de Catalunya».Era un diario que había levantado ampollasen más de una ocasión, ciertamente, pero enél colaboraban las mejores plumas del país ylos eruditos más comprometidos del novecen-tismo. Y esto es muy significativo.

Empujado por su maestrazgo, y con tanbuen caldo de cultivo, fue en 1908 cuandoFont creó la Sección de Geología y Geogra-fía del CEC. Empezó a trabajar con su obraHistòria de les ciències naturals a Catalunya, delsegle IX al XVIII. Se trataba de un volumencientífico de gran erudición, que versaba so-bre una materia prácticamente desconocidaen aquel entonces. También, junto con el ca-pellán Jaume Almera, contribuyó a formar lareconocida colección de fósiles y mineralesdel Museu Geològic del Seminari de Barce-lona. Al tiempo que sus estudios e investiga-ciones sobre geología proseguían e iban enaumento, publicaba en diversos medios, y nosólo de Catalunya, sino también de Cuenca,Andalucía y Valencia. Fue un época en lacual también dirigió la exploración de lascuevas prehistóricas de Capellades, por en-cargo de los Estudis Universitaris Catalans.

EL FIN

Ante todo lo que hemos descrito podemosdecir claramente que en nuestra historia

de la espeleología y de su cultura, la obra deFont es importantísima. Casi me atrevería adecir decisiva, porque representa el primer es-fuerzo hecho en este país para organizar el tra-bajo intelectual sobre bases científicas serias deesta ciencia de la tierra. ¡Qué pintoresco resul-ta, ante estos hechos, pensar en practicar la es-peleología solamente como mero deporte!

Llegamos ya al fin de esta historia. La his-toria de Font, y en cierto modo, de nuestra es-peleología. Fue en 1909 cuando Font decidióhacer un estudio hidrológico de Catalunya, yse propuso empezarlo por la comarca de Oso-na, capital Vic. Para ello realizó, desde el

Norbert Font y Sagué, el principio de la espeleología en nuestro país

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J. M

ª CO

DE

TRIO

LA

Año 1907. Exploración del Avenc d’en Roca. Fondo de la sima. No és posible reconocer a lospersonajes; quizá el 1º de la derecha pudiera ser Font.

Biografías de N. Font y Sagué:CERVELLÓ I TORRELLA, Josep M.«Norbert Font i Sagué, espeleòleg».Speleon 22 (1975-1976): 275-276.CERVERA I BATARIU, Joan. «NorbertFont i Sagué». En: Clergues excursionistes.Barcelona: Publicacions de l’Abadia deMontserrat, 2004. Pp. 19-25.IGLÉSIAS, Josep. «Mossèn Norbert Fonti Sagué. L’introductor de l’espeleologia aCatalunya». Arxiu BibliogràficExcursionista de la Unió Excursionistade Catalunya. Barcelona: RafaelDalmau, Editor, 1963.SOLÉ I SAVARIS, Lluís. «Recordant Font iSagué, cap de brot de la geologia catalana»1, 2 y 3. Muntanya 731 (1984): 3-12; 732(1984): 52-57; 733 (1984): 99-108.

Descripciones espeleológicas:FONT I SAGUÉ, N. «L’avenc d’en Roca,per Mossén N. Font i Sagué». Extractode Sota Terra. Barcelona: ClubMuntanyenc, 1907.FONT I SAGUÉ, N. «L’exploració del’avench de Sant-Hou (Montgrony)».Butlletí del CEC 97 (1903): 72.

Bibl iograf ía de interésCEC, un llamamiento general que dio resul-tados a principios de 1910. Fue entoncescuando se vio afectado por una grave e inespe-rada infección. Lo más probable fuera que secontagió de un tifus producido por las aguasque estaba inspeccionando en la Plana de Vic.Hay quien dice que se intoxicó al ingerir aguacontaminada de una sima que estaba explo-rando. Quien sabe.

Decían, asimismo, algunos de sus mozosde cuerda, cuando lo habían visto en sus pri-meras exploraciones solo, en medio del abis-mo: «Cierto que este curilla morirá joven».Pero no fue exactamente de este modo. Nomurió al despeñarse por una sima, nuestro es-peleólogo. No murió en acto de servicio,como diríamos hoy día. La muerte le robó lajuventud a las calladas, aunque certeramente.

Pero aquel joven que un día se marchó, noha muerto todavía. Pues su recuerdo permane-ce, generación tras generación, en la experien-cia de cada espeleólogo de este país.

NOTAS1 «Noticia necrológica» Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat.,

t. X (1910): 241-258.2 V. Font y Sagué, 1907, 12.3 V. Iglésias, J. Mossèn Norbert Font i Sagué, p. 7.4 Ibid., pág. 42.5 V. Font y Sagué, 1903, 53.6 V. Font y Sagué, 1907, 3.