en torno a la guerra del pac ico - rebelión · 2018-08-08 · cuadrados, debido a la conocida...

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:: portada :: Bolivia :: 16-04-2013 Guerra periférica y geopolítica regional En torno a la guerra del Pacífico Raúl Prada Alcoreza Rebelión El presente ensayo se propone una aproximación retrospectiva a la guerra del pacífico, desde el presente, algo así como una genealogía. Recogemos la veta abierta por René Zavaleta Mercado en La querella del excedente; texto de análisis teórico y crítico de la guerra del Pacífico, alejado de las historiografías tradicionales y los discursos chauvinistas. Zavaleta nos dejó una reflexión profunda, a la vez apasionada, de esta contingencia que ha abierto heridas en los tres países. Algunos dirían más en unos que en otro, incluso otros dirían más en uno que en los otros. Pero, la verdad es que desde la guerra se han formado como sentidos comunes de enemistades labradas por los años, en lo que va de más de un siglo, que transcurre desde la culminación de la guerra, por lo menos en algunos sectores de las poblaciones. Por otra parte, Bolivia, no solamente como Estado, sino como país, ha quedado enclaustrada, perdiendo su acceso al Pacífico. ¿Es aceptable esta condición como consecuencia de una guerra? Sabemos que la guerra no puede otorgar derechos de conquista, menos aún dejar a un país sin costa. Esta no es una buena condición como principio de integración. Los pueblos no son los que se inclinan por las guerras, sino sus estados y sus burguesías, tampoco pueden aceptar condenas territoriales como las del enclaustramiento. La opción alternativa por la complementariedad de los pueblos, la solidaridad y las composiciones cooperantes entre ellos, es la base democrática y participativa para la solución de problemas pendientes. Y esta opción alternativa es la base para la confederación de los pueblos, que es la tarea pendiente de los pueblos, para corregir las mezquindades inaugurales de las oligarquías, que prefirieron las repúblicas chicas, los Estado-nación subalternos, en vez de la Patria Grande. Pérdidas territoriales ¿Qué se puede decir de un país que ha perdido un poco más la mitad de su territorio con el que ha nacido a la vida independiente? El país nació a la vida republicana con una superficie pretendida de 2.363.769 km². A partir del año 1860 empezó a sufrir pérdidas territoriales. En la actualidad, la superficie de Bolivia es de 1.098.581 kilómetros cuadrados. En relación a su territorio actual, la diferencia es de 1.265.188 kilómetros cuadrados. Con Brasil pierde unos 490.430 kilómetros cuadrados, en sucesivos años que comprenden 1860, 1867, 1893 y 1958. El principal conflicto con el Brasil es la Guerra del Acre. Con el Perú se pierden 250.000 kilómetros cuadrados, principalmente por arreglos diplomáticos, en 1909. Con Paraguay se pierden 234.000 kilómetros cuadrados, debido a la conocida guerra del Chaco (1932-1935). Con la Argentina se pierden 170.758 kilómetros cuadrados, por delimitaciones fronterizas, efectuadas por la vía diplomática, en 1897. Con Chile se pierden 120.000 kilómetros cuadrados, como resultado de la perdida de la guerra del Pacífico (1879-1883). Indudablemente la pérdida más sentida y conmovedora es la del litoral, pues, después de firmado el Tratado de 1904, Bolivia se queda sin salida al Mar, condenándose a ser un país mediterráneo. ¿Cómo se pueden explicar estas pérdidas territoriales? A los y las bolivarianas, cuando conocemos esta triste historia, nos viene un sentimiento de frustración temprano. En la escuela no nos explican por qué ocurrió esto. En recompensa se nos entregan programas cívicos atiborrados de denuncias y de inflamado chauvinismo. Los estudiantes que atendemos estas clases quedamos atónitos, sin ninguna respuesta clara por parte de los profesores. El sentimiento de frustración se convierte en una ambigua e indescifrable aceptación de un destino como condena. Obviamente que esto afecta en nuestra auto-estima. Sólo nos recomponemos, en parte, cuando hacemos el recuento de nuestra historia de rebeliones. La historia de las luchas sociales es gratificante, como que abre las compuertas de la esperanza. Empero, las luchas sociales no nos reponen de las pérdidas territoriales; son promesas de futuro. Es más, cuando culminan nuestras revoluciones, como que volvemos a la inercia que ha aceptado las pérdidas, hasta con cierta apatía. ¿Por qué no reaccionó el pueblo contra el Tratado de 1904? Un pueblo que había salido de la guerra Federal y que abría page 1 / 24

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:: portada :: Bolivia ::

16-04-2013 Guerra periférica y geopolítica regional

En torno a la guerra del PacíficoRaúl Prada AlcorezaRebelión

El presente ensayo se propone una aproximación retrospectiva a la guerra del pacífico, desde elpresente, algo así como una genealogía. Recogemos la veta abierta por René Zavaleta Mercado enLa querella del excedente;  texto de análisis teórico y crítico de la guerra del Pacífico, alejado delas historiografías tradicionales y los discursos chauvinistas. Zavaleta nos dejó una reflexiónprofunda, a la vez apasionada, de esta contingencia que ha abierto heridas en los tres países.Algunos dirían más en unos que en otro, incluso otros dirían más en uno que en los otros. Pero, laverdad es que desde la guerra se han formado como sentidos comunes de enemistades labradaspor los años, en lo que va de más de un siglo, que transcurre desde la culminación de la guerra, porlo menos en algunos sectores de las poblaciones. Por otra parte, Bolivia, no solamente comoEstado, sino como país, ha quedado enclaustrada, perdiendo su acceso al Pacífico. ¿Es aceptableesta condición como consecuencia de una guerra? Sabemos que la guerra no  puede otorgarderechos de conquista, menos aún dejar a un país sin costa. Esta no es una buena condición comoprincipio de integración. Los pueblos no son los que se inclinan por las guerras, sino sus estados ysus burguesías, tampoco pueden aceptar condenas territoriales como las del enclaustramiento. Laopción alternativa por la complementariedad de los pueblos, la solidaridad y las composicionescooperantes entre ellos, es la base democrática y participativa para la solución de problemaspendientes. Y esta opción alternativa es la base para la confederación de los pueblos, que es latarea pendiente de los pueblos, para corregir las mezquindades inaugurales de las oligarquías, queprefirieron las repúblicas chicas, los Estado-nación subalternos, en vez de la Patria Grande.      

Pérdidas territoriales¿Qué se puede decir de un país que ha perdido un poco más la mitad de su territorio con el que hanacido a la vida independiente? El país nació a la vida republicana con una superficie pretendida de2.363.769 km². A partir del año 1860  empezó a sufrir pérdidas territoriales. En la actualidad, lasuperficie de Bolivia es de 1.098.581 kilómetros cuadrados. En relación a su territorio actual, ladiferencia es de 1.265.188 kilómetros cuadrados. Con Brasil pierde unos 490.430 kilómetroscuadrados, en sucesivos años que comprenden 1860, 1867, 1893 y 1958. El principal conflicto conel Brasil es la Guerra del Acre. Con el Perú se pierden 250.000 kilómetros cuadrados,principalmente por arreglos diplomáticos, en 1909. Con Paraguay se pierden 234.000 kilómetroscuadrados, debido a la conocida guerra del Chaco (1932-1935).  Con la Argentina se pierden170.758 kilómetros cuadrados, por delimitaciones fronterizas, efectuadas por la vía diplomática, en1897. Con Chile se pierden 120.000 kilómetros cuadrados, como resultado de la perdida de laguerra del Pacífico (1879-1883). Indudablemente la pérdida más sentida y conmovedora es la dellitoral, pues, después de firmado el Tratado de 1904, Bolivia se queda sin salida al Mar,condenándose a ser un país mediterráneo. ¿Cómo se pueden explicar estas pérdidas territoriales? A los y las bolivarianas, cuando conocemosesta triste historia, nos viene un sentimiento de frustración temprano. En la escuela no nos explicanpor qué ocurrió esto. En recompensa se nos entregan programas cívicos atiborrados de denuncias yde inflamado chauvinismo. Los estudiantes que atendemos estas clases quedamos atónitos, sinninguna respuesta clara por parte de los profesores. El sentimiento de frustración se convierte enuna ambigua e indescifrable aceptación de un destino como condena. Obviamente que esto afectaen nuestra auto-estima. Sólo nos recomponemos, en parte, cuando hacemos el recuento de nuestrahistoria de rebeliones. La historia de las luchas sociales es gratificante, como que abre lascompuertas de la esperanza. Empero, las luchas sociales no nos reponen de las pérdidasterritoriales; son promesas de futuro. Es más, cuando culminan nuestras revoluciones, como quevolvemos a la inercia que ha aceptado las pérdidas, hasta con cierta apatía. ¿Por qué no reaccionóel pueblo contra el Tratado de 1904? Un pueblo que había salido de la guerra Federal y que abría

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un ciclo liberal en un segundo periodo republicano. ¿Por qué se aceptó tanto de la RepúblicaFederal de Brasil como de la República de Chile la compensación dineraria, como si los territoriosperdidos fueran cuantificables? Se ha acusado a los gobiernos de ser responsables de semejantecomportamiento y decidía; esto puede llegar a ser cierto; empero, no quita la corresponsabilidad dela sociedad que dejó que las cosas ocurrieran como acontecieron. ¿Dónde se encuentra la explicación? ¿En la fundación misma de la república, por haber renunciadoa la construcción de la Patria Grande? Claro que esto también ocurrió con los otros paíseshispanohablantes; en contraste Brasil, portugués-hablante, supo conservar su unidad y continuidadterritorial, bajo una administración estatal federal. ¿La explicación se encuentra en la estructurasocial, en la estructura política,  en la estructura económica? No eran tan distintos los otros países,herederos de la administración colonial, iniciando su vida independiente en el ciclo capitalismo dela revolución industrial. ¿Congresos dominados por abogados y gobiernos manejados por caudillos,explican, de alguna manera, esta desazón política y moral? Tampoco en esto nos diferenciamos dela historia política de nuestros vecinos. ¿Qué a "condenado" a Bolivia a ser tan débil y tanvulnerable? Cierta interpretación histórica descarga la culpa en la oligarquía gobernante, queprefirió conservar el flujo de sus intereses económicos a arriesgarse en la defensa del país y de susrecursos naturales. ¿Esto no es más bien un contra sentido, atendiendo a la estrategia a largo plazode la composición de sus intereses? ¿Es qué estas oligarquías regionales cuentan tan solo con unamirada a corto plazo y quizás a mediano plazo, a mucho pedir? También se dice que estamos anteuna oligarquía mas bien desarraigada, desapegada, sin apego al territorio dónde se enriquece.Puede ser cierto; sin embargo, esta psicología tampoco es tan distinta a lo que ocurría con otrasoligarquías europeizantes latinoamericanas. No se puede construir una explicación con medias verdades, medias certezas. Es indispensableencarar la historia de manera crítica, auscultar en sus temporalidades las claves de desenlaces tandesalentadores. René Zavaleta Mercado elabora un ensayo iluminador sobre el decurso de laguerra del Pacífico, sus condicionantes y hasta quizás el juego de varias determinantes. Lo hacecombinando afectividad y análisis crítico. Trata de responder desde otra perspectiva, diferente dela acostumbrada, a las preguntas que nos hacemos los y las bolivianas. Empero, se trata de unensayo solitario, un oasis teórico. No se ha continuado por esta veta. Se lo lee, se lo considera, sehace tesis y reflexiones sobre la obra de Zavaleta; sin embargo, se está lejos de sufrir como él laspreguntas existenciales de todo y toda boliviana, de trabajar una perspectiva crítica que construyauna explicación convincente. La querella del excedente es un ensayo solitario, una hoja perdida enel desierto. Es menester retomar esta veta teórica para responder a las preguntas, pero, también,para encontrar salidas existenciales y políticas. Zavaleta escribe:Pues bien, si hubiera que distinguir entre cómo se vive la Guerra del Pacífico y cómo la  RevoluciónFederal... habría que escribir que la primera debe ser considerada en rigor como un asunto deEstado o materia estatal, es decir, como algo que ganó o perdió la clase dominante, por cuantoentonces no estaba diferenciada del Estado como una responsabilidad suya ante sí misma...Decimos entonces que, en el modo ideológico inmediato que tuvo que ocurrir, la Guerra del Pacíficofue una guerra de incumbencia del Estado y de la clase del Estado, y no de la sociedad, al menosno de un modo inmediato. Vamos a ver luego por qué. La Revolución Federal, en cambio, sacó alclaro lo más vivo de los conflictos clásicos de la sociedad civil . La pregunta de Zavaleta abre la herida:¿Cuál es la razón, por cierto, por la cual Bolivia se demoró tanto en darse cuenta (dar cuenta a unomismo) de lo que había ocurrido? Los pueblos que no cobran consciencia de que han sido vencidos son pueblos que están lejos de sí mismos. Lo que llama la atención, en efecto, es el desgano operplejidad con que este país expecta un hecho tan decisivo no sólo para su ser inmediato, sinotambién para su futuro visible. Tratábase por cierto, en su cualidad, de la pérdida territorial másindiscutible como pérdida, la más grave de modo terminante para el destino de Bolivia .         Un resumen sucinto de lo acontecido puede ser el siguiente: Como antecedentes inmediatos de la guerra tenemos los tratados firmados en 1866 y 1874. Estostratados supuestamente buscaban resolver la querella limítrofe con Chile, en lo que respecta a lasoberanía  sobre el desierto de Atacama. Desierto despreciado, en principio, empero después delas demandas provocadas por la revolución industrial, se convirtió en el desierto de la tierra

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prometida para los tres países de la contienda bélica; Bolivia, Chile y Perú. Atacama es rico enguano, también en yacimientos de salitre y de cobre. Los tratados definieron como líneademarcadora entre Bolivia y Chile el paralelo 24 de latitud sur. También por medio de los tratadosse otorgaron diversos derechos arancelarios y concesiones mineras a empresarios chilenos en laAtacama boliviana. Más tarde, estas disposiciones desencadenaron la controversia entre los dospaíses. El Estado boliviano, en el gobierno de Hilarión Daza, incrementó el impuesto a la extracciónde salitre de las compañías salitreras de capital chileno-británico; determinación que fueinterpretada por La Moneda como que no se respetaron los tratados firmados. El 14 de febrero de1879, Chile ocupó el puerto boliviano de Antofagasta, iniciándose la llamada guerra del Pacífico  enla que los ejércitos y las armadas aliados de Bolivia y Perú fueron vencidos por el ejército y laarmada de Chile. Chile ocupó el litoral, el desierto de Atacama y una parte de la puna, antes decruzar la cordillera de los Andes, también ocupó el desierto de Tarapacá, del Perú, invadió Lima ycombatió en la sierra, donde se atrincheró parte del ejército peruano, que optó por una guerra deguerrillas. Este despojamiento dejó sin posesión litoral a Bolivia, que quedó, desde entonces, sinsalida al mar. Con la pérdida del litoral se perdieron también cuatro puertos; además deAntofagasta, se contaba con los puertos mayores de Mejillones, Cobija y Tocopilla. Veintiún añosdespués de concluida la guerra, con el Tratado de 1904, Bolivia reconoce a perpetuidad el dominiodel territorio en litigio por parte de Chile.Sin embargo, no podemos atender a la cuestión planteada, al requerimiento de una explicaciónhistórica y estructural de lo acontecido en la guerra del Pacífico, si sólo nos situamos en laperspectiva corta de los antecedentes inmediatos, que en este caso parecen ser los tratadoslimítrofes, así como posteriormente, el cobro del impuesto de 10 centavos por cada quintal desalitre exportado. Estos antecedentes no explican el desencadenamiento de la guerra, menos eldesenlace y los resultados que tuvo. Puede terminar siendo la excusa de las acciones que tomó elgobierno de Chile interviniendo en Antofagasta; pero, de ninguna manera, pueden convertirse en laprocedencia de la guerra. Ciertamente que la explicación estructural de los acotamientos históricosno es fácil de lograr, salvo si se cree que se puede reducir la historia a una a una linealidad causal.Un antecedente mediato de la guerra del Pacífico es la guerra contra la ConfederaciónPerú-Boliviana, desencadenada por la determinación de La Moneda a que ésta no se consolidará.También se opuso la República Federal de Argentina a la Confederación andina; llevando a cabouna guerra contra Andrés de Santa Cruz en el norte argentino y en el sud boliviano. Analizar concierta perspicacia esta guerra, quizás nos ayude a encontrar ciertas claves de lo que va a ocurrirdespués, en la guerra del Pacífico.  La  Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana concurre desde el año  1836 hasta 1839. Seenfrenta la Confederación Perú-Boliviana  a la alianza formada por peruanos contrarios a laconfederación y la República de Chile. Cuando se dio lugar la Confederación Perú-Boliviana, la reacción de la oligarquía costeña fuecontraria; se opusieron contra lo que consideraron era el dominio de la sierra peruana y boliviana. Destacamentos peruanos al mando de Felipe Santiago se enfrentaron a las fuerzas confederadas. Eldesenlace del enfrentamiento bélico fue favorable a la Confederación, culminó con la derrota yfusilamiento de Salaverry. La flamante Confederación andina no sólo tuvo que enfrentar estaoposición peruana y chilena, sino también el desacuerdo argentino; la Confederación Perú-Boliviana combatiría a la Confederación Argentina, dirigida por Juan Manuel de Rosas. En las batallasemprendidas  en este frente de guerra se pugnaron territorios del altiplano. En este caso, tambiénel ejército confederado de Andrés de Santa Cruz  consiguió imponerse. Empero, básicamente la guerra confederada se desenvuelve en el enfrentamiento de laConfederación Perú-Boliviana con la República de Chile, que apoyaba a peruanos contrarios a laconfederación. Estos "restauradores" deseaban la reunificación del Perú y la expulsión de SantaCruz del poder. La segunda fase de la guerra culminaría con la victoria de las tropas del Ejército Unido Restaurador, ocasionando la disolución de la Confederación Perú-Boliviana, dando con esto también culminaciónal protectorado de Andrés de Santa Cruz.¿Por qué se opuso Diego Portales a la Confederación Perú-Boliviana? ¿Por qué también lo hizo laConfederación argentina? ¿Por qué los peruanos del norte se alzaron en armas contra laConfederación andina? Revisando los hechos,  tal paree que en tiempos de Andrés de Santa Cruz,

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Bolivia contaba no sólo con un estratega y estadista, sino también con un ejército capaz de hacerfrente a dos guerras casi simultáneas. Este general de Simón Bolívar, oficial curtido en la guerra dela independencia, era como la presencia o la proyección de una época gloriosa, de la cual devienentodavía los aires de la Gran Colombia. En el caso del Mariscal de Calahumana, incluso podemos nosólo tener en cuenta la extensión geográfica del Virreinato del Perú, sino incluso del Tawantinsuyu.Se trataba de buscar corregir los errores locales del nacimiento de las republicas independientes.Ahora bien, ¿por qué no entró en este proyecto Chile? No eran estructuras sociales tan distintas,aunque había más analogía entre las estructuras sociales de Bolivia y Perú. Al final se trataba derepúblicas que habían sido liberadas por los ejércitos independentistas de Simón Bolívar y SanMartin, quienes se pusieron de acuerdo en Guayaquil, sobre el curso a seguir. Cuando estos paísesse vieron amenazados por la flota española que incursionaba el Pacífico, confraternizaron paraafrontar la amenaza. ¿Qué ocurrió en los 40 años posteriores a la finalización de la guerra de laConfederación para que la situación cambie, para que la correlación de fuerzas cambie tandrásticamente, que la ventaja cualitativa la tenga Chile contra Bolivia y el Perú? La oposición de Portales a la Confederación fue enunciada claramente: Bolivia y Perú eran muchomás que Chile. De concretarse esta unión era como que el destino de Chile se circunscribiría a unpapel modesto. ¿Por qué no pudo pensarse de otra manera? ¿Los intereses económicos que seconformaron al sud, en Santiago, y al norte, en Lima, visualizaron como amenazas la conformaciónde una Confederación que potenciaba la sierra y los Andes, el interior, contra la costa? ¿Se repetíala misma mezquina perspectiva de las oligarquías locales que se opusieron a la Patria Grande?Bolivia tenía como referente administrativo la Audiencia de Charcas, y como referente económico elentorno potosino, vale decir la economía de la plata, que comprometió a una geografía que veníadesde Quito y llegaba a Córdoba. Esta economía, que podemos llamar endógena, con ciertacautela, se contrapone a la economía de la costa, altamente articulada al mercado internacional dela revolución industrial. ¿No se podía combinar ambas geopolíticas, ambas estrategias económicas?¿Por qué tendrían que ser dicotómicas? Tal parece que en estas contradicciones se encuentra laexplicación de las tensiones entre el interior, las provincias del interior, y las capitales, que tienenla mirada puesta en la costa, que los subordina al mercado internacional. La guerra gaucha, de lasprovincias del interior contra Buenos Aires, parece tener el mismo sentido. Así también la guerra dela triple alianza, Argentina, Brasil y Uruguay, contra Paraguay, país que conservó una perspectivaendógena. El ciclo del capitalismo de la revolución industrial, bajo hegemonía británica, arrastró los centroseconómicos de los países periféricos a la costa, condicionando sus economías a circunscribirse auna división del trabajo internacional, a una geopolítica capitalista, que los condenaba a ser paísesextractivistas. No es pues inapropiado nombrar a la guerra del Pacífico como guerra del guano y delsalitre, la querella del excedente. Estos países periféricos, involucrados en la guerra, disputaron elexcedente para satisfacer la demanda británica y europea. La guerra que  se peleó fue parafavorecer a sus oligarquías, que eran intermediarias del capital británico. Las oligarquías locales nopodían tener otra perspectiva que la de sus intereses locales; era entonces imposible que de ellasse genere una perspectiva integral. Entre las incipientes burguesías nativas, boliviana, chilena yperuana, con sus propias contradicciones coloniales,  enfrentando a sus poblaciones indígenas,aunque lo hagan en distintos contextos y de distinta manera, la que parece haber resuelto, paraentonces, problemas de constitución de clase, es la burguesía chilena, en tanto que las burguesíasboliviana y peruana, todavía se debatían en la ambigüedad de proyectos contrastados. Entrepersistir en la dominación gamonal, latitudinaria y colonial, o transformar su dominación,modernizando sus relaciones de poder, proletarizando a su población. La burguesía chilena, intermediaria del capital hegemónico, no encontró otra cosa, como proyectopropio, que expandirse, controlar los recursos naturales que sus vecinos no sabían explotar niadministrar. Se trata de una guerra de conquista de mediana intensidad. Se puede decir que laestatalización en Chile se dio más rápidamente que en Bolivia y Perú, a quienes les costó mástiempo conformar un Estado-nación. Parece que es en el transcurso de esas décadas, que vienendesde los treinta y van hasta los setenta del siglo XIX, que la burguesía trasandina se inclina poruna estrategia militar. Concretamente se prepara para la guerra; desde la guerra contra laConfederación Perú-Boliviana hasta la Guerra del Pacífico, concurren reformas institucionalesadministrativas y militares, tendiendo a una modernización, equipamiento, disciplina y adecuación

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a las tácticas y estrategias de la guerra moderna, para ese entonces. En cambio, parece noconcurrir esto ni en Bolivia ni en el Perú, que enfrentan la guerra con los resabios de la guerra de laindependencia y la guerra confederada. Zavaleta Mercado habla de disponibilidad y de óptimo. Dice que el Estado chileno logró estadisponibilidad de fuerzas y un óptimo para cuando estalló la guerra del Pacífico. Lo que no ocurriócon Bolivia y Perú, que contaban con excedente, pero no con disponibilidad de fuerzas y un óptimo.Zavaleta cree ver que la militarización del Estado chileno tiene que ver también con la contingenciade la constante amenaza de la guerra indígena; Chile se vio obligado a conformar un Estadofortaleza, encargado de cuidar y definir las fronteras permanentemente. Puede ser; empero, estacaracterística también la compartían Bolivia y Perú, aunque en otro contexto y de otra manera. Espreferible concentrarse en dos aspectos: 1) la mejor adecuación y adaptación de la burguesíatrasandina a las demandas de materias primas de la revolución industrial, logrando pautas dereproducción social más afines al nuevo ciclo del capitalismo; y 2) la reorganización ymodernización del Estado, incluyendo, claro está, de la armada y del ejército. La hipótesis de interpretación es la siguiente:La guerra confederada forma parte de las historias de las guerras entre el interior y la exterioridadmisma de la formación económico-social, entre los proyectos endógenos y los proyectos exógenos.La historia de estas guerras más se parecen a la historia de guerras civiles entre las provincias delinterior y la capital, núcleo primordial de la externalización. Este tipo de guerras civiles se han dadoen todo el continente americano; también podemos considerar, como formando parte de estatipología, guerras que se presentan como guerras entre estados, como es el caso de del guerraconfederada, así también como la guerra de la triple alianza contra Paraguay. Este país era elejemplo de un proyecto endógeno en marcha y consolidado; tuvo que enfrentarse a tres proyectoseconómicos, políticos y sociales exógenos. No parecía posible la convivencia entre ambos proyectosconfrontados. El ciclo hegemónico de la revolución industrial exigía una clara división del trabajointernacional, una definida geopolítica que diferenciará los centros de las periferias delsistema-mundo capitalista. Así como convertir a las periferias en espacios de compra de losproductos manufacturados, siendo economías primario exportadoras. La orientación económica,social y política paraguaya era, en el siglo XIX, un desafío a la geopolítica del sistema-mundocapitalista del ciclo de la revolución industrial. La guerra confederada andina no dejó de connotar estas características de una suerte de guerracivil entre un interior y una exterioridad, aunque ésta forme parte de la propia formación social yeconómica. La contradicción entre los intereses de una oligarquía costeña y otra oligarquía serranahablan de ello. En el espacio discursivo e "ideológico" se puede notar también este contraste,cuando los voceros y políticos costeños calificaban a Andrés de Santa Cruz como "serrano",queriendo usar este término despectivamente; incluso se lo calificó de "guanaco de los Andes". Ahora bien, los actores involucrados no tienen que ser plenamente conscientes de estascontradicciones; empero, basta que sus acciones y perspectivas se involucren en una proyeccióndistinta a la de subordinación al mercado externo, como para marcar la diferencia; así, como alcontrario, adecuando, mas bien, la forma Estado a este requerimiento. Puede pensarse que elproyecto de la Confederación era una reminiscencia del proyecto independista integral de la GranColombia; se puede incluso concebirlo como una reminiscencia de  la convocatoria de TupacAmaru de formar una gran nación desde el Pacífico hasta el Paititi. Como reminiscencia ya no teníael alcance que contenían los proyectos de la Patria Grande; sin embargo, era, esta proyeccióndisminuida, una actualización, en menor escala, de aquellos. La derrota del ejército confederado era una derrota más del interior contra la costa, de lainteriorización contra la externalización, de los proyectos endógenos contra los proyectosexógenos. Se puede decir también que la derrota de la Confederación anticipa la derrota de Boliviay Perú en la guerra del Pacífico, aunque esta guerra es de otra índole.  Ya no se trataba de unaguerra entre un interior y la externalización, entre unos proyectos endógenos y otros proyectosexógenos, pues claramente los tres países optaron por la externalización, por el proyecto exógeno,por el modelo extractivista de sus economías. La guerra del Pacífico fue una guerra de tresproyectos de externalización, fue una guerra por el excedente para externalizarlo. Cuando decimosque la derrota de la Confederación anticipa la derrota de la guerra del Pacífico, decimos tambiénque, la burguesía chilena fue más eficaz con la conformación y consolidación de este modelo,

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procurando una modernización institucional, administrativa, educativa, militar, adecuada a lostiempos de la revolución industrial. Las oligarquías peruana y boliviana se adormecieron con laexternalización de sus excedentes, que los tenían en más que en lo que respecta a Chile, seadormecieron con una suerte de sobrevaloración de sus capacidades, que, viendo los desenlaces,resultaron hartamente obsoletas, dadas las circunstancias y los cambios habidos durante el sigloXIX.Zavaleta anota otro tópico en el análisis del desenlace de la querella por el excedente. Este es el dela vinculación con el espacio. Considera un vinculo con el espacio en las civilizaciones andinas,pre-coloniales, distinta al vinculo dado en las repúblicas. Mientras las civilizaciones andinasemergían del espacio, nacían del territorio, domesticando plantas, arrancando a la tierra unafertilidad difícil, mediante tecnologías agrícolas innovadoras y la organización colectiva. Lasrepúblicas producirán el espacio, por así decirlo, conformaban un espacio adecuado al mercadointernacional; sin embargo, no todas lograron controlar su propio espacio. Zavaleta escribe:Los espíritus del Estado en Bolivia no veían los hechos del espacio sino como una dimensióngamonal. Lo característico era la forma gamonal del Estado .           Refiriéndose al espacio andino dice:La agricultura andina, que no en balde es el acontecimiento civilizatorio más importante que haocurrido en este lugar y en América Latina entera, y después Potosí o sea Charcas, se organizan yse identifican en torno a este discurso territorial... El Atacama, por lo demás, era de un modoarquetípico una tierra apropiada, incorporada al razonamiento ecológico de esta instancia de losandinos de tal manera que no es cualquier costa apta para el comercio moderno lo que podíaocasionar semejante sentimiento gregario de desagregación . Este vínculo ancestral con el espacio se quebró o se redujo a su mínima expresión; ya no es elespacio articulado por las complementariedades, ya no es el archipiélago andino el que hace dematriz territorial reproductiva a la sociedad organizada en comunidades, ayllus, sino es otroespacio o espacialidad el que hace de referente de los flujos y desplazamientos, un espaciomercantil cuya gravitación radica en los núcleos de externalización de los recursos naturales. Escon relación a este otro referente espacial que hay que entender lo que pasó; por qué no reaccionóla sociedad boliviana ante semejante pérdida. Zavaleta se pregunta: Se necesita explicar sin duda por qué la otra Bolivia, la que sí debería ver estas cosas como unaadversidad gravísima, tardó tanto en su evaluación. La perplejidad con que vive el cuerpo socialuna pérdida tan considerable se explica porque la lógica espacial previa, que era en realidad unacombinación entre la agricultura andina clásica y el Estado despótico como su culminaciónnatural... se había replegado a lo que será el aspecto de la cristalización u osificación de la historiadel país .    La respuesta que se da es:Recluido en su coto cerrado de la agricultura y practicando una economía moral de resistencia,conservación e insistencia, el vasto cuerpo popular, aunque se demoraría en tomar consciencia delproblema, lo haría después con una intensidad que sólo se explica por la interpelación que tiene elespacio sobre la ideología o interferencia en esta sociedad .  

En torno a La querella del excedenteA propósito del guano, como una de las causas de La guerra del pacífico, Roberto Querejazu Calvoescribe:Hacía más de un millón de años que tres aves marinas, el guanay, el piquero y el alcatraz, teníanconvertidas las costas de esta parte de América del Sur en su inmenso hábitat. Desde él veníanincursionando diariamente en el océano para alimentarse hasta la saciedad con la anchoveta yotros peces pequeños arrastrados en proporciones fabulosas por la corriente Humboldt. Ladefecación de las tres pescadoras en sus lugares de descanso fue cubriendo los promontorios, islase islotes de ese borde continental con una capa de estiércol de varios metros de altura (hasta 30 enlas islas Chincha) y con un peso de millones de toneladas .Lo que viene después de la revolución industrial es una gran demanda de alimentación debido a lamigración a las ciudades y el crecimiento demográfico. Esta situación exigió un incremento de la

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producción agrícola; para tal efecto era menester fertilizar los suelos. El guano era uno de losmejores fertilizantes conocidos. El valor comercial del guano, su demanda mundial, convirtió eldespreciado desierto de Atacama en un territorio estratégico y codiciado. Bajo estoscondicionamientos del ciclo del capitalismo, bajo hegemonía británica, devino la querella por elexcedente entre tres países periféricos del sistema-mundo, Bolivia, Chile y Perú. Querejazu dice que era indudable que Chile reconocía que el litoral de Atacama pertenecía aBolivia, heredera del territorio de la Audiencia de Charcas. No hizo ninguna reclamación por losactos de soberanía que ejercieron en dicho territorio los gobiernos bolivianos: fundación yfuncionamiento del puerto de Cobija, visita del presidente Andrés de Santa Cruz, establecimientode autoridades políticas y aduaneras, otorgamiento de concesiones mineras y salitreras . Sin embargo, el 31 de octubre de 1842, el Congreso chileno dictó una ley declarando que eranpropiedad de la nación "la guaneras de Coquimbo, del desierto de Atacama y de las islasadyacentes. Coquimbo era suelo chileno, pero Atacama y sus islas pertenecían a Bolivia. Al añosiguiente, otra disposición legislativa declaró chilena la "provincia de Atacama" . Los incidentes siguen y se suman: La barca Rumena, la goleta Janequeo y la fragata Chile cargaron guano de covaderas bolivianas. El20 de agosto de 1857, una expedición militar de la corbeta Esmeralda ocupó la bahía y la penínsulade Mejillones, ampliando la frontera chilena hasta el paralelo 23 . En 1863, el gobierno bolivianobusca una alianza secreta con el Perú. En el Congreso Extraordinario reunido en Oruro se plantea laposibilidad de declarar la guerra a Chile si es que no obtenía la devolución de Mejillones . Perú noasume, en ese entonces, la alianza con Bolivia; quedando la opción de la protesta por la incursiónmilitar en su territorio. Bolivia rompe relaciones diplomáticas con Chile. En 1864 se produce una confraternización americana en contra de España, debido a un incidenteque ocurre en la hacienda peruana de Talambo. Un conflicto de agricultores vascos con suspatrones, con la sucesiva represión seguida, ocasionó que el gobierno de España ordenará a ladivisión de marina, que se encontraba por aguas del Pacífico, tomase posesión de las islas Chincha,reivindicando suelo ibero, demandando a Lima indemnización para las familias vascongadas. Enciudades de Chile se dieron lugar manifestaciones contra esta ocupación de España de sueloamericano; se ultrajó la bandera española. España exigió explicaciones y reparación moral ypública. Ante la negativa de Santiago de hacerlo, España declaró la guerra a Chile. En estascircunstancias los países andinos y del Pacífico de Sud América entraron nuevamente en guerra conEspaña. Concretamente Perú y Ecuador apoyaron a Chile, el gobierno de Mariano Melgarejoconfraternizó con La Moneda, llegando posteriormente a concesiones y acuerdos, altamentedadivosos, sobre el conflicto limítrofe con Chile.El Tratado de Amistad y Límites lo firmó don Juan Ramón Muñoz Cabrera, Ministro Plenipotenciariode Bolivia en Chile, con el canciller  Álvaro Covarruvias, en Santiago, el 10 de agosto de 1866.Dispuso que el paralelo 24 fuera la línea de separación de las soberanías de Bolivia y Chile. Que noobstante ello, ambas naciones, se repartían por igual el producto de la venta del guano y las rentasfiscales de los minerales existentes entre el grado 23 y 25. Que serían libres de todo derecho deimportación los productos naturales de Chile que se introdujesen por el puerto de Mejillones .

El problema es el excedenteCuando decimos que el problema es el excedente decimos muchas cosas. ¿Cuándo los recursosnaturales se convierten en el excedente? Cuando el capitalismo convierte en renta los recursosnaturales, cuando son valorados  como mercancías en el modo de producción capitalista. Formanparte de las condiciones iniciales para el proceso productivo. El guano, el salitre, el cobre, la plata,los minerales, los hidrocarburos, se convirtieron en mercancías ante la demanda de materiasprimas de la revolución industrial. Esta contextura mundial condiciona la adecuación de losnacientes estados independientes. Tempranamente consideraron que su sobrevivencia y desarrolloestaba íntimamente vinculada a la perspectiva de esa demanda, a la que deben satisfacer. Estosestados se constituyeron sobre la base de la explotación de los recursos naturales mercantilizables,en su momento; son estados estructurados para disponer del excedente y transferirlo al mercadointernacional. Entonces el control del excedente va a ser tarea prioritaria de sus administraciones,sobre todo del Estado más consciente de los cambios de época. De los tres estados involucrados enla guerra del Pacífico, era indudablemente Chile el Estado que mejor se adecuó a la demanda del

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ciclo del capitalismo de la revolución industrial; no Bolivia ni Perú, que todavía se batían en elumbral de las épocas, la que abandonaban y a la que ingresaban. Pero los tres países, de todasmaneras, se encontraban condicionados por las exigencias del excedente, es decir, de la renta quegenera el excedente; por lo tanto, se encontraban afectados por la "ideología" moderna delexcedente. Los tres estados van a ser obligados a la pugna por el excedente, respondiendo a lademanda del modo de producción capitalista mundial. Los tres países entran en guerra por elcontrol de las riquezas del desierto de Atacama y del desierto de Tarapacá, para satisfacer lademanda de la revolución industrial. Los tres países consideraron que peleaban por ellos; sinembargo, en términos efectivos, terminaron peleando por otros, por los centros del sistema-mundocapitalista que aprovecharían los recursos naturales exportados. Ciertamente, el vencedor de laguerra se va a beneficiar con sus conquistas;  empero, el mayor beneficiario es el capital británico,hegemónico en el ciclo del capitalismo de la revolución industrial. Fueron el guano, el salitre y la plata de caracoles la cuestión de la querella del excedente. El guanoy el salitre eran los fertilizantes que necesitaba la revolución agrícola empujada por la revoluciónindustrial. La plata seguía siendo cotizada por la demanda de los circuitos monetarios. El término guano  viene del quechua wanu; proviene de la acumulación masiva de excrementos deanimales; en el caso del pacífico, se debe a la acumulación de las heces de aves marinas. Para suformación se requieren climas  áridos. Es utilizado como un fertilizante  efectivo debido a sus altosniveles de nitrógeno y fósforo. El guano se recolecta de varias islas  e islotes del océano Pacífico,también de parte de la costa, como la de Mejillones. Estas islas han sido el hogar de colonias deaves marinas por siglos; el guano acumulado tiene muchos metros de profundidad. Desde el año1845 comenzó a explotarse, y por sus propiedades como fertilizante; era importado por paísescomo Gran Bretaña y Estados Unidos.  El salitre también es utilizado como fertilizante. El salitre se convierte en una mercancía apreciadaa mediados del siglo XIX. Perdió importancia económica a partir del desarrollo y producción delsalitre sintético. Había como un control nominal del Estado peruano y del Estado boliviano desde ladécada de 1830 hasta la finalización de la guerra del Pacífico. Después de la culminación de laguerra prácticamente Chile quedó con el control de la mayor parte del salitre; este control se diodesde 1884 hasta la caída del mercado del salitre (1920). La explotación del salitre, si bien en elcaso de Bolivia y Perú quedaba bajo administración estatal, fueron empresas privadas las queefectivamente la explotaban, particularmente empresas chilenas, con apoyo de capital británico. ElEstado peruano nacionalizó las empresas salitreras, quedando en manos del Estado peruano desde1870. En lo que corresponde a la administración chilena de este recurso, la misma estuvo en manosde empresas privadas, conformadas por capitales ingleses, en su mayoría, y en menor proporción,alemanes y estadounidenses. En lo que respecta al salitre del antiguo litoral boliviano, laexplotación de este recurso siempre estuvo en manos de capitales británico-chilenos.El descubrimiento de yacimientos de plata en Caracoles el 25 de marzo de 1870 causó alboroto enValparaíso y Santiago. Al poco tiempo se convirtió en un gran campamento, que fue creciendo conel trajín de su explotación. Roberto Querejazu Calvo escribe, en La guerra del Pacífico, a propósitolo siguiente:La riqueza de Caracoles agravó las dificultades con las que estaba tropezando el cumplimiento deltratado de 1866. La "partición del pan" entre los supuestos hermanos no se venía realizando agusto de los interesados. El manejo de la aduana de Mejillones era desordenado y Chile no recibíasu parte en los impuestos a los minerales exportados. El gobierno se Santiago reclamó también unamitad del rendimiento fiscal de las minas de Caracoles alegando que se encontraban dentro delterritorio sujeto a partición de frutos, es decir, al sur, del paralelo 23. En Bolivia se sostuvo que noera exacto, que su ubicación era el norte de esta línea geográfica y, por lo tanto, en suelo nocomprendido en las estipulaciones del pacto del 66 .Se dice que este es el excedente por el que se desencadenó la guerra del Pacífico; el guano, elsalitre y la plata fueron los recursos de la discordia y de la opción extrema de la guerra. Fue mástarde que se descubrieron los inmensos yacimientos de cobre de la mina de Chuquicamata; laprincipal materia de exportación de Chile por muchos años; sostén de la economía chilena y sosténtambién del constante rearme del ejército chileno. El 10% de esta riqueza mineral va destinada a latransformación tecnológica militar y equipamiento del ejército y la armada. No está demás decirque Chuquicamata se encuentra en lo que fue territorio boliviano. La mina está ubicada a 15

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kilómetros al norte de Calama y a 245 kilómetros de Antofagasta.  En la mina de Chuquicamata se explota oro y cobre  a cielo abierto; es considerada la más grande del mundo en su tipo y es lamayor en producción de cobre de Chile. Bueno pues, se dice que este es el excedente que es causay motivo de la guerra del Pacífico; pero, una guerra no se desata por la mera existencia deyacimientos de recursos naturales, sino por el decurso conflictivo que adquieren las estructuras derelaciones que se inscriben en torno a estos recursos. Fueron las empresas privadas que explotaban el salitre las que entraron en conflicto con el Estadoboliviano, fueron los accionistas de estas empresas, entre los que se encontraban altos personerosdel gobierno de Chile, además de británicos, los que querían resolver el conflicto a favor de lasempresas privadas, protegiéndolas. Por último, el inmoderado interés por controlar estos recursosnaturales llevó a la convicción de que no había otra salida que apoderarse del desierto de Atacama.La preparación para la guerra comenzó cuatro décadas antes de que ésta se desencadenara. ElEstado-nación de Chile, instrumento orgánico y político de la burguesía naciente, intermediariaentre el capital británico y el capital subalterno nacional, tenía varios frentes en sus distintasfronteras. La guerra contra los indígenas no había concluido, el conflicto de límites con Argentina sepodía convertir de amenaza en una guerra, el conflicto de límites con Bolivia había sido aparentezanjado con los tratados, empero subsistía el problema del control sobre los recursos. Perú habíaoptado por la nacionalización de las empresas, lo que clausuraba, por lo menosmomentáneamente, la posibilidad del desarrollo empresarial, de los capitales británicos y chilenos.Una burguesía naciente y pujante, en estas condiciones de subalternidad, encerrada en lastensiones generadas por los conflictos fronterizos, tenía que encontrar una salida a su necesariaexpansión. Optó por los frentes más débiles; prefirió no enfrentarse con Argentina, mas bien llegara un arreglo con el gobierno bonaerense; entonces atacó a los indígenas y tomó los puertosbolivianos. Esta decisión desencadenó también la guerra con el Perú, no sólo por el tratado secretode alianza de defensa entre Bolivia y Perú, sino porque ésta era la orientación de la estrategiaexpansionista de mediana intensidad. De lo que se trataba era dejar en claro el dominio de una delas tres burguesías; para lograr ser un dominio económico debería lograr ser también un dominiomilitar. Zavaleta escribe a propósito:Es posible escribir, en efecto, que Chile se preparó para vencer y, en cambio, es como si Perú yBolivia se hubieran preparado para ser vencidos pero, como no se quiera encontrar en ello fórmulasde explicación genéticas o socialdarwinistas (porque nadie tiene en sí el anhelo de su perdición, almenos de una manera organizada), el hecho es que, sí Chile se preparó, es porque podía hacerlo. Osea que, si podía iniciar una acción diplomática coherente treinta o cuarenta años antes de queocurriera su remate inevitable, por ejemplo, es porque tenía paz política. Si tenía paz política,empero, era porque la ecuación o el optimo social era superior a la de sus rivales que, en cambio,no podían formular una política estatal . Sin embargo, no hay que olvidar que los tres estados comparten una analogía histórica constitutiva,no dejaron de ser coloniales. Zavaleta dice:El empecinamiento común con que jugaron su vida entera al excedente y al colapso compartido encuanto a la conversión del excedente en autodeterminación, aparte de algunos aspectos muyelocuentes como la importancia de la visión señorial, dejan ver que se trata de países con no pocassemejanzas, lo cual quizás se refiere a cierto carácter que podríamos llamar "peruano"  de sucolonización . Nadie puede decir que alguno de los tres estados era democrático, en el sentido de laautodeterminación, de la que habla Zavaleta; es decir, en el sentido de la participación social. No loeran; eran mas bien un simulacro de república, en todo caso, estados que seguían guerreando, a sumanera, contra los pueblos indígenas. Eran pues la continuidad colonial en forma de república. Lostres disputaron un excedente ya conquistado por los españoles. Ninguno se acordó, antes de ir a laguerra, de sus pueblos indígenas, salvo Chile, que decidió resolver el problema a sangre y fuego,antes de ir a la guerra. El coronel peruano Andrés Avelino Cáceres tuvo que recurrir a la resistenciaindígena para desplegar su guerra de guerrillas. Esta hubiera sido la mejor estrategia para afrontarla guerra; ir a la guerra con los únicos que tenían consciencia territorial del archipiélago andino, dela complementariedad de los pisos ecológicos, donde tanto la puma y el desierto de Atacamajugaban un papel en esta articulación complementaria y transversal biótica. Empero, las oligarquías

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boliviana y peruana estaban muy lejos de hacerlo y de tener consciencia histórica de lo que serequería hacer. Los tres países asistieron a la guerra con lo que tenían como disponibilidad estatal.En esto Chile llevaba la mejor parte, pues su Estado tenía mayor capacidad de movilización, inclusode convocatoria a la guerra, a pesar de que el proletariado chileno manifestó su descontentocuando estalló la misma. Sin embargo, el tema no es tanto explicarse por qué gano Chile estaguerra y por qué la perdieron Bolivia y Perú, sino comprender el significado histórico y político deesta guerra, que incluso podemos llamarla fratricida. Habíamos dicho que la guerra del Pacífico es antecedida por la guerra contra la ConfederaciónPerú-Boliviana; que en esta guerra se dio el enfrentamiento entre las oligarquías de la costa contralas oligarquías de la sierra, que era como las guerras de la capital portuaria contra las provinciasdel interior. Ahora bien, Chile es un país costeño, se extiende a lo largo de la costa del Pacífico,desde el Estrecho de Magallanes hasta el desierto de Atacama, primero, y hasta el desierto deTarapacá, después. La mayoría de sus ciudades se encuentran cara al mar; se trata de un paísesencialmente marítimo, aunque hay ciudades que pueden considerarse del interior, tierra adentro,hacia la cordillera de los Andes, además de contar con una población importante indígena,principalmente mapuche, antes de la guerra; también aymara y quechua, después de la guerra.Entonces, podemos usar una hipótesis interpretativa, que considera que la guerra se da entre unpaís básicamente costeño y dos países, que aunque contaban con costa, donde es gravitante sugeografía política interior, con lo que implica la connotación de la geografía humana, la geografíacultural y la geografía social. Chile enfrentaba a dos países cuyos estados no habían resuelto laarticulación armónica y dinámica entre el interior y la costa; dos países que no habían asumido suabigarramiento como disponibilidad, sino como dispersión y desconocimiento. En cambio Chilehabía ignorado taxativamente a los indígenas, había descartado una opción endógena. Toda sueconomía estaba enfocada al mercado externo. No ocurría algo distinto con los otros dos países;empero, contaban con otras "realidades", otras economías; unas promovidas por el Estado, como laeconomía gamonal, así también las relaciones casi serviles de los trabajadores de las minas; otras,en cambio, desconocidas por el Estado, como la economía comunitaria, conservada y preservadapor los pueblos indígenas en los Andes. Chile fue a la guerra con la determinación resuelta de ganarporque se sentía formar parte de la economía mundial y la ilusión de Estado moderno, en tanto queBolivia y Perú habían perdido su última ilusión con la derrota de la Confederación, dejando atrás,muy atrás, la ilusión del Tawantinsuyu. Contaban con las nostalgias señoriales coloniales y larepresentación apoteósica del entorno potosino, aunque en términos efectivos la economíaextractivista se encontraba enfocada al mercado internacional, reforzando las relacionesgamonales en la economía de las haciendas, así como las relaciones casi serviles con lostrabajadores mineros.            Balance de la guerra del PacíficoPara Bolivia, Chile y Perú, cuando se habla de la guerra del Pacifico, la referencia es la guerra quese desata a fines del siglo XIX, al noreste de Chile, al sur de Perú y al sudoeste de Bolivia. Guerranaval y del desierto de Atacama, guerra nombrada como la del guano y del salitre, también puedeser considerada como la guerra del cobre, aunque este yacimiento fuera descubierto después, porla importancia de la mina de cobre de Chuquicamata, que se encuentra en lo que fueron territoriosbolivianos, antes de firmado el Tratado de 1904. René Zavaleta Mercado habla de La querella delexcedente. Todos estos nombres nos hablan de los factores intervinientes como "causas" de laguerra mencionada. La expansión al norte, de lo que fue la Capitanía de Chile, parece tener que vercon la consolidación de un Estado-nación, después de la independencia, cuya geografía políticacuenta con dos largas fronteras naturales, al oeste, el océano Pacífico, al este, la cordillera de losAndes. Un Estado-nación subalterno, cohesionado por una burguesía sólida, en el sentido de contarcon una estrategia de acumulación originaria mediante la expansión, despojamiento y desposesiónde mediana intensidad. Una burguesía nativa vinculada al capital británico, hegemónico en lostiempos del ciclo del capitalismo de ese entonces. Cómo dice René Zavaleta, Chile contaba con unEstado moderno, un ejército y armada modernos, en tanto que Bolivia y Perú no dejaban deresolver problemas de su incipiente modernización, combinada con ambiguas herencias gamonalesy latifundistas, a la usanza colonial. La ocupación del sudoeste boliviano, que colinda con elPacífico, fue primero económica y poblacional, después militar; esto aconteció en la medida que fue

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subiendo el tono del conflicto limítrofe y económico. Según Zavaleta, los dados estaban echados cuando estalló el conflicto. Las ventajas las llevaba elejército y la armada moderna de Chile. Bolivia se retiró pronto de la guerra, Perú continuocombatiendo sólo. El territorio del sudoeste boliviano fue ocupado militarmente, también territoriosdel sud de Perú. El ejército chileno desembarco en las playas cerca de Lima, ocupó la capital ydesplazó su ejército hacia la sierra, donde se enfrentó a una guerra de guerrillas indígena ypopular. Con estos desenlaces los estados de Bolivia y Perú entraron en crisis, sus gobiernos fueroncuestionados. Empero, dados los hechos, los gobiernos que sucedieron a los primeros síntomas dela crisis política firmaron tratados de paz.  En 1904 el gobierno liberal de Bolivia firmó el tratadoque lleva el nombre de ese año, donde Bolivia  renunciaba a la soberanía de los territorios perdidosen la guerra, y, en compensación, se le entregaba un monto dinerario para la construcción delferrocarril La Paz-Arica, contando en el puerto de Arica, además de otros puertos,  con libretránsito, garantías y condiciones que favorecieran el traslado de bienes y el embarque de losmismos a los mercados internacionales. Lo ocurrido en la antesala de la guerra, durante la guerra y después de la misma, no deja de serinsólito, sobre todo por las formas de sucesión de hechos que no dejan de ser dramáticos. La firmadel tratado de límites por parte del presidente Mariano Melgarejo, la presencia de empresaschilenas de explotación del guano y del salitre, las amplísimas libertades y sin ningún control conque gozaban, la reacción tardía del gobierno boliviano al crear el impuesto de los diez centavos porquintal de salitre exportado,  la reacción beligerante y militar del gobierno de Chile, la ocupaciónde los puertos, principalmente de Antofagasta. Después vino la declaración de guerra del Estado deBolivia, acompañada por la declaración de guerra del Perú. El desarrollo de los acontecimientos dela guerra muestra lo mal preparado que estaban los ejércitos boliviano y peruano, así como laarmada de Perú, a pesar de los actos de heroísmo y las primeras victorias navales. El balance de lo ocurrido, nos muestra un desarraigado comportamiento político de la castagobernante liberal boliviana; no se puede considerar de otra manera, estamos ante una alarmantemuestra de desapego respecto de los territorios perdidos. En contraste, tenemos de la misma castagobernante, el apego compulsivo a garantizar la salida de los minerales al mercado internacional.La salida entonces fue "económica" y no "patriótica". Se entregaron los territorios colindantes alPacífico a cambio de garantizar la exportación de minerales. Diga lo que se diga, se busquejustificar o no, matizando lo ocurrido por las condiciones de debilidad y vulnerabilidad de Bolivia,además de encontrarse sometida a la amenaza de una posible nueva invasión, lo cierto es que esetratado fue una entrega de los territorios. Una más después de la pérdida del Acre. No deja desorprender la actitud de la burguesía minera boliviana y de los latifundistas que la acompañaban,así como no se puede explicar el retorno de Hilarión Daza con el ejército, que iba en camino parareforzar las posiciones de las guarniciones confederadas que defendían en el Alto de la Alianza,renunciando a la batalla, abandonando a las tropas aliadas, bolivianas y peruanas, que enfrentabanal ejército de Chile. ¿Estos son síntomas alarmantes de una ausencia catastrófica de voluntad dedefensa? ¿Síntomas de una desmoralización profunda antes de la derrota militar y la entregaindigna de los territorios? ¿Es qué no había otra salida? ¿Estaba Bolivia entre la espada y la pared,como pretende cierta interpretación de la diplomacia boliviana? ¿Hemos llegado al punto trágicodesde donde se juzga que un país que no sabe defender lo suyo no merece existir? Es terrible preguntarse de este modo, empero es importante llevar las cuestionantes al extremopara poder posesionar una perspectiva de análisis, que salga de la reiteración del mea culpa y delas muestras patéticas de chauvinismo. Al contrario de lo que aparenta mostrar una historiografíatradicional, así como una política demagógica, se trata de plantearse seriamente la defensa de loque nos queda, además de buscar recuperar lo perdido. Después de las derrotas bélicas y laspérdidas territoriales, sobre todo de las guerras del Acre, del Pacífico y del Chaco, se debería haberaprendido las lecciones de tan crudísimas experiencias. La defensa territorial y de la soberanía noestá exenta, de ninguna manera, de la necesidad de transformaciones profundas de las estructurassociales y estatales. No se trata ya sólo de modernización, como se hablaba durante el siglo XX,sino de las posibilidades de una movilización general, del pueblo armado, que sólo se puede dar porautodeterminación, es decir democratización profunda, que no puede ser otra cosa queparticipativa. Se trata de un ejército popular capaz de disuasión, organizado y pertrechado para ladefensa, de un pueblo que se autogobierna, auto-determina; es decir, de un pueblo emancipado.

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Ahora bien, esto sólo puede ocurrir si se libera la potencia social, si se acaba con la constantelimitación y subsunción a las estructuras de poder, que no dejan de ser estructuras limitadas aintereses mezquinos, de casta, de clase, incluso prebéndales y clientelares. En varios ensayospertinentes Zavaleta nos mostró elocuentemente la relación entre disponibilidad de fuerzas yrevolución, entre esta relación emergente y la defensa, la capacidad bélica. El ejemplo que utilizófue las experiencias de las revoluciones socialistas, la de la URSS, la de la República popular deChina y, sobre todo, la de la revolución cubana . Sobre la base de estructuras coloniales heredadas, sobre la base de estructuras de intermediaciónde un Estado-nación subalterno, carcomido por relaciones corrosivas y des-cohesionadoras,manejado por burguesías sin proyecto o por castas políticas cuyo propósito se contenta con laestridencia de la demagogia y la folklorización de supuestos cambios, no hay condiciones deposibilidad, no hay materia, para construir la defensa de los territorios y de la soberanía, sobre todola soberanía sobre los recursos naturales. En contraste, acudiendo a otra forma de defensa, la dadaen los Estado-nación consolidados, ciertamente la defensa puede ser convencional, puedeorganizarse sobre la base de la disciplina, de la institucionalidad, que requieren de unaadministración adecuada, de una normativa que se cumple, en el marco de de una modernizacióncorrelativa a lo que ocurre en el mundo bajo la hegemonía capitalista. Para que se dé esto no serequiere obviamente, sacrificio y gasto heroico, como ocurre con la prolongación de la revolución .En este caso, parece que la condición de posibilidad para el control territorial, la defensa y lacapacidad bélica del Estado, por lo menos en lo que respecta a los entornos fronterizos, conpretensiones de expansión de mediana intensidad, es la combinación de una cierta hegemoníalocal de la burguesía nativa, la construcción de instituciones que se parapetan en estructurasconsolidadas, en prácticas que se apegan a estas estructuras, que no se disocian de las mismas,respondiendo más bien a otras estrategias no institucionales. Sobre todo cuando se trata delejército, esta fuerza armada responde más a un proyecto fronterizo o transfronterizo, no así más ala represión interna, defendiendo latifundios, aunque esto no deje de ocurrir. Un ejército moderno es como una máquina; todo sus dispositivos, todos sus engranajes, toda sucomposición, sus divisiones, están ligadas a la estrategia de guerra. El manejo de los cuerpos, de sudinámicas, de sus partes componentes, conforman una mecánica de guerra no sólo articulada ydisciplinada, sino adecuada a la tecnología militar. Cuanto más avanzada es la tecnología militarmás se requiere adecuar los cuerpos a los requerimientos de esta tecnología. Ahora bien, unamaquina de guerra es destructiva, para lograr sus objetivos devastadores requiere de lacoordinación de sus partes y de sus desplazamientos. Las improvisaciones suelen ser fatales. Paramantener el ritmo de los desplazamientos se requiere también de toda una logística deaprovisionamiento, de sostenimiento y de atención. Por otra parte, la comunicación se ha idoconvirtiendo en las contiendas en un medio cada vez más indispensable y gravitante, sobre todocuando se trata de la rapidez y claridad lograda. No siempre se alcanza cumplir con el modelo,empero se trata de acercarse a éste. Era más difícil lograrlo antes; empero, en la medida que haido avanzando la organización, la tecnología, las comunicaciones y la información, se hizo más fácilacercarse a los modelos de funcionamientos militares ideados. No era de esperar que a finales del siglo XIX los ejércitos enfrentados en la guerra del Pacífico seanun modelo concluido; sin embargo, había diferencias notorias entre el ejército chileno y los ejércitosde Bolivia y Perú. En el primer caso, estamos ante un ejército que se preparó para la guerra; en elsegundo caso, estamos ante ejércitos más enfocados a mantener el orden interno, la disuasióninterna. La experiencia de las grandes campañas quedó en la memoria  de la guerra de laindependencia, en la guerra de la Confederación Perú-Boliviana con Chile y otras batallas, como lasde Ingavi, donde el ejército boliviano, dirigido por Ballivian, venció al ejército peruano. Las formasde la guerra moderna correspondientes a finales del siglo XIX no parecen formar parte delfuncionamiento de estos ejércitos. Si bien se puede decir algo parecido del ejército chileno,apreciando matices y diferencias, el equipamiento más moderno, exigió modificaciones en suorganización, estrategia y tácticas. Por otra parte, si hacemos caso al análisis de Zavaleta,  elEstado de Chile mantuvo una guerra fronteriza con los pueblos indígenas, que no solamente loobligó a ser un estado fortaleza, como en los otros casos, sino que construyó un Estado como enconstante guerra en sus fronteras. Cuando estalló la guerra del Pacífico la misma encontró a dos ejércitos vulnerables y no preparos,

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sorprendiéndolos en todo el frente, en todo el campo de maniobras, por un lado,  y a un ejércitoque se había preparado para la guerra, que había desplazado el frente a su antojo, consolidándoseen el terreno a medida que avanzaban los acontecimientos. El ejército boliviano se desmoronórápidamente, el ejército peruano resintió, fue retrocediendo, hasta que se llevó la guerra a lamisma Lima, donde el desenlace fue sorprendentemente desfavorable para el Perú. Empero, laguerra no concluyó aquí, siguió en la sierra,  con la estrategia de la guerra de guerrillas. En estecambio de escenario el ejército peruano tuvo victorias importantes. Hay que anotar, que esto sedebió al cambio de estrategia, también al cambio de escenario y terreno, pero, sobre todo, a lavinculación con la población nativa, a la convocatoria indígena. Sin embargo, esta forma de guerra,que podía prosperar y desgastar al ejército chileno no contó con el apoyo de Lima, que prefiriófirmar la paz con los vencedores.           Cronología de los eventos La llamada guerra del Pacífico, conocida también como guerra del guano y salitre, se desencadenóentre 1879 y 1883. En esta guerra, anticipada por la guerra naval, que concurrió en el desierto deAtacama, se extendió al desierto de Tarapacá,  se propagó a Lima y se adentró al interior delterritorio peruano, en la sierra, se enfrentaron tres países andinos y costeños; Chile contra lasBolivia y Perú. El Congreso de Bolivia, el año 1878, se dio a la tarea del análisis del acuerdocelebrado por el gobierno con Chile en 1873. La interpretación boliviana del contrato firmado con laCompañía de Salitres de Antofagasta no estaba vigente, pues los contratos sobre recursosnaturales debían aprobarse por el Congreso. El 14 de febrero de 1878 esta interpretación fueratificada por la Asamblea Nacional Constituyente  mediante una ley; la misma establecía elreconocimiento del acuerdo con la condición de que se pagara un impuesto de 10 centavos porquintal de salitre exportado por dicha empresa. De manera expresa la Ley de 14 de febrero de 1878 dispone que:Se aprueba la transacción celebrada por el ejecutivo en 27 de noviembre de 1873 con el apoderadode la Compañía Anónima de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta a condición de hacer efectivo,como mínimo, un impuesto de diez centavos en quintal de salitre exportado.

 Otra era la interpretación de Santiago, para el gobierno de Chile el cobro del impuesto de 10centavos sobre quintal exportado violaba el artículo IV del Tratado de límites de 1874. La CompañíaAnónima de Salitre y Ferrocarriles de Antofagasta se opuso al cobro del impuesto, recurriendo algobierno de Chile en su defensa. Se suscitó primero una contienda diplomática. En los siguientes meses, se mantuvo en suspenso la aplicación de la ley en tanto se evaluaban lasobjeciones presentadas por La Moneda. La correspondencia entre las cancillerías se hizo intensa; el8 de noviembre, el canciller chileno, Alejandro Fierro, envió una nota al canciller boliviano,  MartínLanza, señalando que el Tratado de 1874 podría declararse nulo si se insistía en cobrar el impuesto,retomando Chile sus reclamos anteriores a 1866. En respuesta, el gobierno de Bolivia, el 17 denoviembre, ordenó al prefecto del departamento de Cobija que aplicara la ley del impuesto con elobjeto de iniciar las obras de reconstrucción de Antofagasta, que había sufrido los percances de unterremoto. El Protocolo de 1875 contemplaba el arbitraje como medio de resolución del conflicto; sibien, las partes en controversia estaban de acuerdo con el mismo, el arbitraje no se llevó a cabo. Lasituación se hizo tensa; por un lado, el gobierno de Chile exigía que se suspendiera la aplicación deley hasta conocer la decisión del arbitraje; por otro lado, el gobierno de Bolivia exigía que elblindado Blanco Encalada y los buques que le acompañaban se retiraran de la bahía deAntofagasta. A continuación, el gobierno de Bolivia rescindió el contrato con la Compañía deSalitres y Ferrocarriles de Antofagasta el 6 de febrero. El prefecto de Cobija, Severino Zapata,ordenó rematar los bienes de la compañía para cobrar los impuestos generados desde febrero de1878.En Santiago se recibió un telegrama del norte, conteniendo textualmente un mensaje del ministroplenipotenciario de Bolivia: "Anulación de la ley de febrero, reivindicación de las salitreras dela compañía". Este telegrama precipitó la decisión del presidente de Chile, Aníbal Pinto, deordenar la ocupación de Antofagasta. Este desembarco y ocupación se efectuó el 14 de febrero de1879, tomando las tropas chilenas territorio boliviano hasta el paralelo 23. El día del remate, el 14de febrero, tres naves chilenas arribaron a Antofagasta, Mejillones, Cobija y Caracoles

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reivindicándose estos puertos y territorios colindantes. Tomando en cuenta la gravedad de estossucesos, el 16 de febrero, llegó a Lima el ministro boliviano Serapio Reyes, planteando al gobiernode Lima el cumplimiento del tratado de alianza defensiva de 1873. Los dados estaban echados, lossucesos se precipitaban encaminándose al conflicto bélico;  el 27 de febrero, el presidente deBolivia, Hilarión Daza decretó el estado de sitio  en Bolivia.Recurriendo a las fuentes de los archivos de la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta,se puede cotejar, hasta cierto punto, que, aparentemente, en Chile todavía había una ciertaincertidumbre en comprometerse en la guerra nada menos que para salvar a la compañía encuestión, a pesar de que muchos políticos y ministros importantes eran accionistas notorios de lacompañía. Sin embargo, al parecer, la decisión sería otra en el caso de que se remataranefectivamente las empresas salitreras. Hecho que, de ocurrir, de acuerdo a la interpretación de LaMoneda,  equivaldría una violación efectiva del tratado. Tomando en cuenta este marco, todo estoseventos, los datos y las fuentes, sobre todo las interpretaciones encontradas, parece amortiguarseun poco la determinación de ir a la conflagración; empero, teniendo en cuenta el contexto general yla preparación misma para la guerra durante las cuatro décadas anteriores, nos muestra laincertidumbre del momento, no la indeterminación.  Los historiadores peruanos entienden que Perú, país que había suscrito el Tratado de AlianzaDefensiva con Bolivia, tratado de carácter secreto, suscrito en 1873, al mismo que Argentina  no seterminó de adherir, a pesar de haberse comprometido, a un principio, trató de convencer algobierno de Bolivia para comprometerse en un arbitraje con la misión Quiñones, para dirimir elconflicto. Desde el punto de vista legal, esto se hacía posible, atendiendo de que se trataba de un"problema tributario" y no territorial. Dadas las circunstancias riesgosas y al borde delconflicto bélico, el gobierno peruano, encargó a su ministro plenipotenciario José Antonio de Lavalle la misión de interceder y mediar; el ministro viajó a Santiago, empero la misión encargada sefrustró. La disyuntiva peruana era complicada; no era fácil aceptar la fatalidad de la guerra,tampoco la obligatoriedad del cumplimiento del tratado de defensa. Cuando estallaron lashostilidades, el Perú declaró la guerra a Chile.   Ya en lo que se podría considerar la víspera misma de la guerra, el gobierno de Bolivia, el 1 demarzo, emite un decreto   por el que se corta tanto el comercio, así como la comunicación conChile. Se ordena la desocupación de los residentes chilenos, el embargo de sus bienes, propiedadese inversiones, desconociendo toda transferencia de intereses chilenos hecha con posterioridad al 8de noviembre, fecha en la que el gobierno chileno declaró nulo el tratado de 1874. Las tropas deocupación ya se encontraban en territorio de Antofagasta; lo que quedaba era avanzar al norte;quince días después del mes fatídico, en Chile se da comienzo a los últimos arreglos para invadirlos territorios que se encuentran al norte del paralelo 23. Se puede decir, que la primera batallaterrestre de la guerra todavía no declarada, aunque ya prácticamente efectuada, se da el 23 demarzo, cuando se invade la población boliviana de Calama.  Un abrumador contingente de fuerzasinvasoras venció a un reducido grupo de civiles bolivianos, que se inmolaron en la defensa, entrelos que se encontraba Eduardo Abaroa. Formalmente el 5 de abril de 1879 Chile declaró la guerra aBolivia y Perú. Roberto Querejazu Calvo comentando la batalla de Calama escribe:El cruce de fuego comenzó a las 7 de la mañana. Los atacantes, divididos en dos columnas,avanzaron resueltos a cruzar el río por los puentes Topater y Carvajal, encabezados por unidadesde caballería. Los puentes habían sido destruidos una semana antes por orden de Cabrera. Dice elcronista chileno Félix navarra: "Los chilenos que avanzaban muy confiados fueron recibidos pordescarga de fusilería por los bolivianos parapetados en la orilla opuesta al Loa. Se encabritaron loscaballos, hubo confusión entre los jinetes y se volvió bridas en precipitado repliegue. Los bolivianos,envalentonados con esta retirada, con un valor digno de ser reconocido, abandonaron susparapetos y tendiendo con tablas un puente provisorio cruzaron el río y persiguieron a nuestroscazadores". Los actores en esta acción eran el Mayor Juan Patiño, el señor Eduardo Abaroa, eloficial Burgos y 8 rifleros .

A pesar de las muestras de heroísmo y coraje, Calama Cayó. No podía sostenerse por más tiemposu defensa frente a todo un ejército bien pertrechado. La defensa de Calama quedó en la memoria;forma parte de la remembranza cívica de las escuelas. Lo que muestra la batalla de Calama es la

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determinación de un grupo de civiles, aunque contaban con oficiales; estaba ausente la disposiciónanticipada de un ejército nacional para la defensa.

La guerra navalEn esta guerra del Pacífico, en términos estratégicos, quedaba clara la necesidad evidente decontar con un dominio en el mar; vencer la guerra en el mar parecía una condición indispensablepara ganar la guerra terrestre. De alguna manera, se puede decir, que la guerra naval es como laantesala de todos desplazamientos de la guerra terrestre. Sin ser grandes armadas, con lo quecontaban para entonces, se enfrentaron las escuadras beligerantes. En la comparación, la ventajaen el arsenal marítimo la llevaba Chile. Sin embargo, las primeras victorias navales fueron para elPerú. La escuadra chilena consistía en las fragatas blindadas gemelas, Cochrane y Blanco Escalada.El resto de la escuadra estaba formada por naves de madera: las corbetas Chacabuco, O�Higgins yEsmeralda, la cañonera Magallanes y la goleta Covadonga. La escuadra peruana estabaconformada por la fragata blindada Independencia  y el monitor Huáscar. Completaban la escuadraperuana los monitores fluviales Atahualpa y Manco Cápac, la corbeta de madera Unión y lacañonera de madera Pilcomayo. En cambio Bolivia contaba con buques de guerra como elGuardacostas Bolívar,  el Guardacostas Mariscal Sucre y las embarcaciones Laura y Antofagasta.Iquique, puerto peruano, se encontraba bloqueado por parte de la armada chilena. La escuadrazarpó al combate, a desbloquear el puerto. El combate naval de Iquique se dio lugar el 21 de mayode 1879; en el combate, el monitor Huáscar, al mando del capitán de navío miguel Grau Seminario,hundió a la corbeta chilena Esmeralda, al mando del capitán de fragata Arturo Prat Chacón. Elmismo día, la fragata Independencia se enfrentó con la goleta Covadonga, cuyo comandantecapitán de corbeta, Carlos Condell de Haza, evadió el combate bordeando la costa; perseguido porla Independencia que, en su afán de espolonear a la Covadonga, hizo que el blindado peruanoencallara en Punta Gruesa. Los combates navales de Iquique y Punta Gruesa  le dieron una victoriatáctica al Perú: el bloqueo del puerto de Iquique fue levantado y las naves chilenas fueron hundidaso abandonaron el área. A pesar de la inferioridad numérica, el comandante del Huáscar mantuvo ocupada a toda laescuadra chilena durante un semestre. Es sobresaliente la actuación del Huáscar en la guerranaval; entre su desempeño destacado se puede contar con el primer combate naval deAntofagasta, dado el 26 de mayo de 1879, y con  el segundo combate naval de Antofagasta, dadoel 28 de agosto de 1879. Una de sus victorias tajantes fue la captura del vapor Rímac, ocurrida el23 de julio de 1879. En la captura, Grau no sólo detuvo al buque, sino también al regimiento decaballería Carabineros de Yungay, regimiento que se encontraba a bordo. Esta captura provocó unacrisis en el gobierno de Santiago, ocasionando la renuncia del almirante Juan Williams Rebollo. Elnuevo nombramiento recayó en el comodoro Galvarino Riveros Cárdenas, encargado de dar caza alHuáscar.En este teatro de operaciones navales, llegó el combate crucial de la campaña naval, la misma quetuvo lugar en Punta Angamos, el 8 de octubre de 1879. Finalmente el monitor Huáscar, junto con laUnión, que logró escapar, fue capturado por la armada chilena. En el enfrentamiento murió sucomandante, Miguel Grau Seminario. El combate naval de Angamos marcó el fin de la campañanaval de la Guerra del Pacífico, quedando Chile con el dominio marítimo.  

La guerra terrestreEl teatro de operaciones terrestre fue también favorable al ejército chileno. Las tropas de ocupacióncomenzaron sus desplazamientos militares en las provincias de Tarapacá, Tacna y Arica. Teniendocomo antecedente lo ocurrido con el desembarco en Antofagasta y la toma de Calama, quedando eldominio de Atacama en manos del ejército chileno, las victorias de Pisagua, Pampa Germania yDolores, que se dieron a fines de 1879, aseguraron el control sobre el departamento de Tarapacá;después devino la ocupación y el control de Tacna y Arica en 1880. En contraste, la batalla deTarapacá culminó con una victoria aliada; sin embargo, esta victoria no cambió el curso de laguerra a favor de los aliados. Sorpresivamente el ejército de apoyo que venía de Bolivia, al mandode Hilarión Daza, se retiró de la guerra después de la batalla del Alto de la Alianza. Mientras se suscitaban estos acontecimientos bélicos, llama la atención el sopor con que seencontraba Lima. Parecía ubicada en otro mundo, alejada del fragor de la guerra, también

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desarticulada del resto del país. Una excesiva sobrevaloración de su heredad, como metrópolivirreinal, además de sentirse incomprensiblemente invulnerable, seguramente por la evaluación dela distancia de la guerra, minimizó desacertadamente la situación bélica. Para la sorpresa limeña,que abriría los ojos tardíamente, en enero de 1881, desembarcaron las tropas chilenas en unaplaya cerca a la ciudad; después de vencer al ejército improvisado para la defensa de la capital, enlas batallas de San Juan y Miraflores, entraron en la apoteósica y orgullosa Lima. Con el ejércitoinvasor en la misma urbe, la población civil salió desesperada a defenderla, aunque sin lograrlo. Losdoce reductos armados rápidamente para la defensa de la ciudad fueron desbaratados por laacción militar del ejército chileno. De las batallas se pasó a los incendios y saqueos en los pobladosde Chorrillos y Barranco.Una vez terminadas las batallas de San Juan y de Miraflores y dejando como desenlace la victoriade Chile en la ocupación de Lima, el coronel peruano Andrés Avelino Cáceres y el capitán JoséMiguel Pérez, acompañados por otros oficiales tomaron la determinación de continuar la luchacontra el ejército invasor. Se propusieron alcanzar los Andes Centrales, llegar a la sierra,  donde sereorganizaría al ejército  con el objeto de ofrecer resistencia al ejército de ocupación. Cáceres sehizo cargo de la resistencia en la Sierra Central, en tanto que el coronel Gregorio Albarracín seencargó de la resistencia en la Sierra del Sur. Ambos oficiales optaron por la táctica de la guerra deguerrillas durante tres años, apoyados por la población, primordialmente indígena. En esto ayudó eldominio del quechua por parte de Cáceres. Estos oficiales guerrilleros establecieron su centro deoperaciones en la breña de los Andes centrales, pues esta zona presentaba una topografía adecuada para el desplazamiento de la guerra de guerrillas.La guerra de guerrilla de las regiones sur y centro andinas logró varias victorias contra las fuerzaschilenas. Con este dominio de los territorios interiores, Cáceres se dirigió a Cajamarca, ubicada enla Sierra del Norte. Mediante esta incursión buscaba evitar el ascenso de Miguel Iglesias; autoridadperuana que ya había manifestado su intención, desde el año 1882, de firmar la paz con Chile,concediéndole territorio. Esta incursión de Cáceres no fue suficiente; la base del Tratado de Ancónya estaba acordada, entre Patrico Lynch y Miguel Iglesias, el 3 de mayo de 1883. Iglesias firmó elconvenio inicial en Cajamarca. Al ejército de ocupación le quedaba vencer la guerra de guerrillas ya los oficiales rebeldes de la resistencia; esto aconteció en la Batalla de Huamachuco, el 10 de juliode 1883. Estaba al mando de la resistencia peruana Andrés Avelino Cáceres, en tanto que al mandodel ejército de ocupación se encontraba Alejandro Gorostiaga. En Huamachuco fue derrotada laguerra de guerrillas y la resistencia peruana. Insólitamente Miguel Iglesias envió una comisión conla tarea de felicitar a Gorostiaga por su victoria. En otro escenario, Montero, comandante de laresistencia en la sierra del sur, se vio obligado  salir de Arequipa para evitar la destrucción de laciudad. Con estos desenlaces de la guerra en el interior, el 20 de octubre de 1883 en Ancón se diola discusión de los términos del tratado de paz. Una vez firmado el Tratado de Ancón, el 11 demarzo de 1884, la Asamblea Constituyente aprobó el Tratado. Iglesias marchó hacia Lima paraasumir el gobierno del Perú.La guerra del Pacifico terminó, empero la guerra interna no concluyó. Las irreconciliablesdiferencias entre Cáceres e Iglesias, entre un Perú que aceptó la derrota y otro Perú que nunca laaceptó, desencadenaron una guerra civil. La guerra civil la ganó Cáceres. Se puede decir que la guerra concluyó oficialmente el 20 de octubre de 1883; esta culminaciónquedaba ratificada  con la firma del Tratado de Ancón.  Con la aplicación del tratado eldepartamento de Tarapacá  pasó a manos chilenas permanentemente; a esto hay que añadir quelas provincias de Arica y Tacna  quedaron bajo administración chilena por un lapso de 10 años; alcabo de la década un plebiscito decidiría si quedaban bajo soberanía de Chile, o si volvían al Perú.Cuando se firmó el Tratado de Ancón, el departamento de Tacna  contaba con tres provincias:Tacna, Arica y Tarata. Dos años después del tratado, en 1885,  Chile ocupó la provincia de Tarata.Sin embargo, ésta fue devuelta al Perú el 1 de septiembre de 1925,  por resolución del árbitroCalvin Coolige, presidente de los Estados Unidos. El plebiscito previsto en el Tratado de Ancónnunca se llevó a cabo. Más tarde, 1929, cuando se firmó el Tratado de Lima, tratado que contó conla mediación de Estados Unidos, se estableció que gran parte de la provincia de Tacna fuesedevuelta al Perú mientras que Arica y el resto quedara definitivamente en manos de Chile.La paz entre Chile y Bolivia fue firmada en 1904. En este tratado Bolivia reconoce la permanentesoberanía de Chile sobre los territorios conquistados. A lo largo de la historia diplomática entre

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ambos países, este tratado fue cuestionado, revisado e incumplido por parte de los distintosgobiernos y administraciones de Chile.

AnálisisGeopolítica regionalHay dos conceptos que estamos usando para comprender la guerra del pacífico; uno es guerraperiférica y el otro es geopolítica regional. Cuando hablamos de guerra periférica nos referimos alas guerras desatadas en las periferias del sistema-mundo capitalista. Cuando hablamos degeopolítica regional, nos referimos a la estrategia, en la perspectiva de la geografía política, dealcance medio. Las guerras periféricas se distinguen de las guerras centrales no sólo por el lugardónde se dan, sino también por las pretensiones inherentes. Las guerras en los países centralestienen que ver primordialmente con objetivos imperialistas, entonces, tienen que ver con lascontradicciones imperialistas. En cambio, las guerras periféricas no tienen esas pretensiones,responden mas bien a una combinación de contradicciones donde se combinan los intereses localescon los intereses imperialistas. El alcance geopolítico de estas guerras es mas bien limitado sicomparamos con los alcances geopolíticos de las guerras imperialistas. Como en toda geopolíticase trata del control territorial, del control geográfico, del control espacial, empero, se trata de uncontrol de menor extensión que el pretendido por el imperialismo. Se trata de un control regional;vamos a entender este termino de lo regional en el sentido de una extensión de mediano alcance;ni local, ni nacional, pero, tampoco continental. Aunque el término regional connota ambigüedad yuna variación de posibilidades, dependiendo de lo que se quiere abarcar con esta palabra, anosotros nos interesa usarla en el sentido de un alcance mediano, de una extensión media, de unentorno de control, irradiación y afectación. Se trata de lo siguiente: de una geopolítica cuyoalcance consciente es de mediana extensión; no hay ninguna intensión de ir más lejos. Es unageopolítica acorde a las fuerzas que se tiene, una geopolítica mas bien limitada, sin embargo, deimpacto efectivo. Se trata de una geopolítica de control territorial en relación al entorno fronterizo;ahora bien, el alcance de este entorno puede ser mas o menos amplio, dependiendo de lo que sequiere controlar. Más allá de las fronteras del país se quiere, por ejemplo, controlar los recursosnaturales, más allá de las fronteras se quiere evitar el potenciamiento de los vecinos, más allá delas fronteras se busca conformar un entorno no hostil, de seguridad. Entonces la geopolítica es demediana extensión. Esta geopolítica regional está asociada a potencias de segundo orden; no songrandes potencias, tampoco corresponden a un imperialismo, sino que buscan dominar su entorno,conformar una región de dominio en su entorno. Las guerras periférica en parte corresponden a los juegos de esta geopolítica regional, aunquetambién, muchas de estas guerras, quizás la mayor parte, corresponden a guerras fratricidas entrepaíses dependientes, empujados a la guerra por las contradicciones imperialistas. Ciertamente,parte de estas guerras tienen que ver con conflictos limítrofes, fronteras heredadas de lasadministraciones coloniales, así como también con conflictos "tribales". Lo que nos interesaenfocar, por el momento, es la relación entre estas guerras periféricas y la geopolítica regional. Armando una tesis sobre esta geopolítica regional, buscamos hacer una descripción de suscaracterísticas principales. Habíamos dicho que la geopolítica regional tiene un alcance deexpansión mediana, puede corresponder a conquistas de mediana intensidad. Esta geopolíticaregional está lejos de parecerse, por lo menos en la cualidad y la conmensurabilidad de losalcances, a la geopolítica imperialista; tampoco repite del todo, por las mismas razones, lageopolítica de lo que se ha venido en llamar "sub-imperialismo", que es como un imperio desegundo orden, subordinado al imperialismo dominante. Las potencias de segundo orden, de la quehablamos, no son "sub-imperialismo"; tiene una pretensión menor; la región que abarca comopretendida influencia y control, es también menor a la extensión de un sub-imperialismo, que más bien puede ser continental o sub-continental. Las potencias de segundo orden tienen en la mira asus vecinos, sea en el sentido de la defensa o en el sentido de la expansión. A esta característica del alcance medio de la geopolítica regional se vincula un "geopolíticatemporal", si podemos hablar así, pues parece un contrasentido hablar de geografía, espacio,refiriéndonos al tiempo, aunque desde la física cuántica estemos obligados a pensar elespacio-tiempo de los acontecimientos. La "geopolítica temporal" de la que hablamos se refiere almanejo del tiempo en la consecución de la realización geopolítica. Se trata de pasos, también de

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fases, de etapas que se van graduando. Toda geopolítica debe considerar la temporalidad de surealización; no es que ocupe el tiempo, sino que ocupa territorios en tiempos sucesivos. Lageopolítica regional hace lo mismo; la diferencia radica en que, de acuerdo al tamaño de su poder,el ritmo y la gradualidad de la expansión de alcance medio depende de potenciamientos poretapas. El avance de la realización geopolítica es más bien discreto, por fases discontinuas. Puededarse el caso de una emergencia crítica, como la proximidad ineludible de una guerra; en ese caso,la apuesta es indiscreta y claramente expansionista. Cuando ocurre esto, cuando se está ante estaeventualidad imperiosa, se pone en juego la totalidad de la disponibilidad, pues está en juego lapropia existencia. Ahora bien la geopolítica es un concepto geográfico de dominación o, si se quiere es un conceptode dominación geográfico. Las estrategias geopolíticas están íntimamente vinculadas a las clasesdominantes. Ninguna dominación puede desentenderse del control territorial; ciertamente losantiguos imperios contaron con concepciones territoriales de dominación. En este sentido, esconveniente hacer un análisis comparativo de estas estrategias territoriales en la historia de lasdominaciones. Sin embargo, por ahora debemos concentrarnos en la explicita formación discursivaque se concibe como geopolítica; esta corresponde a la modernidad y a las expresas estrategias dedominación de las burguesías. Esta geopolítica está íntimamente relacionada con las estructuras delos ciclos del capitalismo, con las formas de la acumulación de capital, con las cartografíaseconómicas, con el juego de los monopolios y de los mercados. Por eso, cuando hablamos degeopolítica regional nos referimos a la estrategia estatal de la clase dominante; en este caso, de laburguesía singular correspondiente al país en cuestión, a la proyección de esta segunda potencia.No es posible una geopolítica de la sociedad, compuesta por clases sociales, embarcadas en suspropias luchas, proyectando entonces, mas bien, distintas estrategias políticas. De maneradiferente, es posible encontrar que los sectores sociales explotados de un país prefieran lasolidaridad con los otros sectores sociales similares del otro país, que un enfrentamiento entrepaíses, propugnado por sus burguesías. Volviendo a las definiciones polémicas de geopolítica, Ives Lacoste, geógrafo francés, concibe lageopolítica como la disciplina que estudia las rivalidades por los territorios, países y continentes .¿Tendríamos que decir que la geopolítica regional se ocupa de las rivalidades de territorioscircundantes, de países vecinos, en una región que podemos llamarla subcontinental? Ahora bien,la geopolítica, en el sentido de estrategia territorial, tiene como uno de sus objetivos primordiales elcontrol de los recursos naturales. Este eje de desplazamiento de la geopolítica imperialista ha sidoevidenciado en la historia del capitalismo y de las potencias globales. Este eje de ocupacióntambién es compartido por la geopolítica regional, aunque en una escala menor, de medianoalcance, como hemos dicho. Se trata del control de los recursos naturales en un entorno dado.Ahora bien, de lo que se trata es de saber dónde se direccionaliza la explotación de estos recursos;en tanto no se trata de una potencia global, sino de una potencia de segundo orden, articulada ya ala estructura conformada por la geopolítica del sistema-mundo capitalista, este flujo de materiasprimas se dirigen a los centros industriales del sistema-mundo. La geopolítica regional no es másque una parte, una composición, de la geopolítica del sistema-mundo capitalista. Es una mediaciónen el proceso de acumulación capitalista global y en el proceso de dominación mundial. Sinembargo, en la región en cuestión, la geopolítica regional tiene impacto, configura realidades en laregión, afectando a la dinámica de los países.

Rudolf Kjellen dice que la Geopolítica concibe al Estado como un organismo geográfico o como unfenómeno en el espacio . Ciertamente la biologización del Estado por parte de Kjellen, el convertirloen un organismo viviente, salta las características políticas del Estado, así como las característicasrelativas a las estructuras de poder, incluso si consideramos las estructuras de larga duración, sinos remontamos a las épocas no modernas de estas formaciones de poder. Se entiende que lohace para estudiar al Estado como si fuese un organismo vivo, convirtiendo a este objeto deestudio en parte de las ciencias naturales. Se pueden comprender a primera vista las limitacionesde este enfoque; sin embargo, muchos estadistas, políticos, sobre todo conservadores, comparteneste prejuicio.

Indudablemente fue Friedrich Ratzel el que le da un cuerpo teórico a la geopolítica . Ratzel no está

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muy lejos de la "ideología" de Kjellen. Se trata de una "ideología" que no sólo fetichiza el Estado, leotorga vida propia, sino que convierte al Estado en un sujeto. Ahora sabemos que el Estado es unacomposición de las relaciones sociales; es la dinámica de las relaciones sociales, sobre todo cuandose convierten en relaciones de dominación, en relaciones y estructuras de poder, las queconstruyen y reproducen esta maquinaria de disponibilidad de fuerzas. Por eso mismo, el Estadotambién es un imaginario, ciertamente muy útil para la legitimación del poder de las clasesdominantes. El capital es un ámbito de relaciones, el Estado también lo es; es el análisis crítico deestos ámbitos relacionales, de estas estructuras de relaciones sociales, la que nos va dar la clavepara comprender las lógicas de sus funcionamientos. Cuando nos encontramos con teorías queconvierten al capital en algo con vida propia, y al Estado como una entidad con vida propia,estamos ante formaciones enunciativas cosificantes, que transfieren la dinámica de las relacionessociales a la cosa, otorgándole la magia de una vida propia. Se comprende  que estas "ideologías"sean funcionales a la reproducción del capital, a la reproducción del Estado, a la reproducción de laburguesía, a la reproducción del poder; es decir, a la reproducción de las relaciones y estructurasde dominación en todas sus formas. La geopolítica forma parte de esta "ideología"; es más, se lapuede considerar como un saber de dominación de las estructuras de poder vigente. La geopolíticapuede tener un alcance de dominación global, como en el caso de los imperialismos, o puede tenerun alcance menor, como en el caso de los llamados sub-imperialismos, incluso menor, como en elcaso de las potencias de segundo orden. En todos estos casos es la burguesía la interesada enpromover la geopolítica. Esta promoción se efectúa en instituciones especializadas, universidades,fuerzas armadas, organismos especializados del Estado. Sobre todo se la vuelve práctica enpolíticas públicas o en estratégicas de conquista y ocupación como la guerra.

Podemos decir entonces, que el otro eje y vínculo de la geopolítica es el Estado. La geopolítica esdos cosas, tiene dos cabezas, es  saber estatal, así como también es disposición estatal; es decir,la disposición y la desenvoltura del Estado en lo que respecta a la ocupación territorial. Lo que llevade por sí, la disponibilidad material y práctica de efectuarlo. Ahora bien, la geopolítica regional,también tiene dos cabezas, un saber y una estrategia, empero, como hemos dicho, los alcances deeste saber y de esta estrategia se adecuan al alcance de las pretensiones, que en este caso tienenque ver con el entorno. No se trata, sin embargo, de un saber menor, sino diríamos, de un saberincluso más minucioso, un saber más detallado, un saber de la complejidad y diferencias delentorno, de sus accidentes y sus desiertos. Este saber de la geopolítica regional obliga a laestrategia a adecuarse a la peculiaridad de los terrenos, exige a las maniobras de desplazamiento,así como a las maniobras militares, a adaptarse a la morfología territorial, sus distancias ydificultades.

Desde la perspectiva meticulosa de la geopolítica regional hablamos de un Estado adaptado a sugeografía ocupada y a la de su entorno. El celo del control territorial, en parte debido a la necesidadobligada de la defensa fronteriza, en parte las exigencias económicas de administrar la "escasez", yen parte a las demandas del mercado internacional, produce la conformación de un Estadoacondicionado a las exigencias del control escrupuloso del territorio. Llama la atención que enAmérica latina y el Caribe, en la tendencia de adecuación, hayan sido los Estado-nación deextensión geográfica menor los que mejor hayan administrado su geografía, con todas lasdiferencias que pueda haber al respecto. El Estado que mejor ha efectivizado esta adecuación es elde Chile. Lo que decimos no quiere decir, de ninguna manera, que lo mejor que se podía hacer eraoptar por geografías chicas, sino, que dadas las circunstancias, de la renuncia a la Patria Grande,por parte de las oligarquías regionales, el decurso de la historia turbulenta de los paísesindependizados llevó a esta situación.

Karl Haushofer (1869-1946) propone la teoría del espacio vital. Ésta se resume en el enunciado deque si el Estado no posee el espacio que necesita tiene el derecho de extender su influencia física,cultural y económica. Si un Estado más fuerte es pequeño tiene el derecho de ampliar su territorio.En otras palabras, los Estados vitalmente fuertes necesitan ampliar su espacio. La extensiónterritorial conlleva el incremento de poder; el supuesto teórico de esta teoría es que espacio espoder. Esta tesis de Haushofer puede ser considerada como uno de los principios de la geopolítica

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regional. Esta tesis se puede expresar de la siguiente manera: Cuando la potencia en crecimiento ylas fuerzas acumuladas exceden el control territorial del Estado en cuestión, éste se encuentraobligado a su expansión. Traducida la tesis a un leguaje económico, acorde a la formacióndiscursiva de la revolución industrial, podría pronunciarse de la siguiente manera: Si la demanda dematerias primas por parte del mercado internacional crece, si además estos recursos no seencuentran en territorio propio, es casi un imperativo controlar estas reservas por un medio o porotro, de una manera o de otra, por mediaciones o de forma directa, anexando territorios.

Como se puede ver el discurso geopolítico es un discurso de justificación de la violencia estatal; yano se trata del monopolio de la violencia legítima respecto a la sociedad misma, sino del uso de lafuerza bélica en contra de estados vecinos. El discurso geopolítico es un discurso que hace apologíade la violencia y de la guerra. La emisión de este discurso sólo se la puede entender por cuantoderiva de la concepción expansionista de la burguesía. Se trata de un discurso conservador y deélite; de ninguna manera de un discurso popular. ¿Cuándo, bajo qué condiciones, puede unaburguesía belicosa comprometer al pueblo en una guerra? Se supone que la burguesía tiene quehaber logrado una cierta hegemonía sobre la sociedad, empero, combinada con cierta dosis deautoritarismo. Al respecto, hay que considerar que la burguesía no es homogénea; se trata masbien de una composición variada. Generalmente, cuando se empuja a la guerra a un país, escuando los sectores más conservadores de la burguesía son los que han ganado el control delEstado. Por otra parte, claro está que intervienen otros factores, que dependen del contexto, delmomento, de la coyuntura, de las características poblacionales, de la presencia de empresas delpaís en otro país.

Las teorías geopolíticas globales tienen como objetivo el control del mundo; esto se entiende entanto que las potencias globales se encuentran en la disputa del control territorial en la geografíadel sistema-mundo capitalista.  Por ejemplo, Nicolás John Spykman  (1893-1943) propuso que elcontrol de Euro-Asia implicaba el control del mundo. Se dice que al asumir esta tesis, la estrategianorteamericana fue de contrarrestar el avance del ejército rojo y de los estados socialistas enEuropa del este, con el plan Marshall y con la OTAN en la Europa del oeste. ¿Qué connotación tieneuna teoría como la de Spykman en la geopolítica regional? Como hemos dicho, en la geopolíticaregional no se trata de una estrategia global, no se trata, ni mucho menos, del control del mundo,sino del control del entorno. Ahora bien, lo que entra en juego es el control de recursos naturales yreservas estratégicas; pero, no solo, pues también se trata del control de sus flujos y del mercadode estos flujos. Si se trata de un área terrestre, el control del espacio de transporte de estos flojosde materias primas; si se trata de un área marítima, el control del mar y del océano quecorresponde al transporte mercante; si se trata del espacio aéreo, el control del cielo, tanto para eltransporte comercial como para el dominio militar. Por ejemplo, desde la perspectiva geopolíticaregional, lo que está en disputa entre los estados de Bolivia, Chile y Perú es el control de losrecursos naturales estratégicos, de sus reservas, el control del espacio de transporte y decomunicaciones, el control del océano pacífico del sud, así como el control aéreo. Todo estotambién está conectado, de una u otra manera, con el control financiero o la participación en estecontrol financiero.

Contra-geopolíticaHacia una geografía emancipadoraNo podemos caer, de ninguna manera, en la impresión de que la geografía está dominada por lageopolítica. Esto no es cierto, desde ningún punto de vista; ni desde la historia de la geografía,tampoco desde la perspectiva epistemológica de la geografía. La geopolítica es un caso particular,podríamos decir no solamente conservador de las teorías geográficas, sino hasta reaccionario. Porotra parte, los paradigmas usados por la geopolítica y las teorías en boga de esta disciplina sonmas bien débiles y poco sustentables, tanto filosófica, teoría y científicamente. Mientras lageografía, epistemológica, teórica y metodológicamente, ha dado saltos importantes, la geopolíticase ha rezagado en presupuestos prejuiciosos y hasta raciales. En la historia de la geografía un paso

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significativo fue el desplazamiento dado en los términos de la geografía cuantitativa. Desde estaperspectiva epistemológica, el espacio ya no es algo dado sino mas bien un producto social, de lasrelaciones sociales, de los flujos y movimientos sociales, de los asentamientos humanos, de lastrasformaciones producidas por los desplazamientos humanos, acciones y prácticas. La geografíacuantitativa es una ciencia matemática, por cuanto el manejo de los indicadores se haceindispensable y la conmensuración de los desplazamientos y transformaciones espaciales. Empero,esto no quiere decir que no esté afectada por una fuerte crítica y reflexión teórica, además  de laincidencia multidisciplinaria e interdisciplinaria de otras ciencias, como la historia y las cienciashumanas, la sociología, la antropología, así como las ciencias económicas. A partir de esta rupturay desplazamiento epistemológico la geografía se transforma; esta ciencia del espacio y de la tierra,se ocupa no solamente de un espacio como producto social, sino descubre múltiples espaciosefectivos y posibles, que comprenden sus propias dinámicas de configuración. Así también comoque la geografía se abre a distintas connotaciones espaciales, haciendo consideraciones sobre ellugar, el territorio, la región, los espaciamientos diferenciales. En este sentido se abre a considerarlos espesores territoriales, que comprenden espesores culturales, afectivos, imaginarios, ademásde abrirse a los movimientos socio-territoriales, en tanto luchas transformadoras del hábitat y delos espacios. En esta perspectiva, no podemos dejar de considerar los espesores ecológicos. Como se podrá ver, este desplazamiento epistemológico de la geografía deja atrás una perspectivaestática del espacio, sobre todo, deja en evidencia, hace visible, la limitaciones y estrechez de lasteorías geopolíticas, sobre todo sus rudimentarios cuerpos teóricos. La geografía no solamentepromueve investigaciones de las dinámicas espaciales, sociales y territoriales, en distintos tópicos yproblemáticas, sino que se ha abierto a lecturas e interpretaciones emancipatorias. Así lo entendióMilton Santos, el geógrafo brasilero de la corriente crítica y de la complejidad espacial, así tambiéncomprendió David Harvey, el geógrafo y profesor marxista de la City University of New York. Ambosgeógrafos encuentran en la geografía una poderosa herramienta crítica a las estructuras de poder,a las formas de dominación y al capitalismo, así como un saber emancipador que alumbra sobre lasdinámicas y complejidades espaciales .Milton Santos se propone identificar la naturaleza del espacio y encontrar las categorías de análisisque permitan estudiarlo . El espacio como producto aparece en Milton Santos comointerpenetración del sistema de objetos y el sistema de acciones. Pero, no ocurre, como en la teoríade sistemas autopoieticos, donde un sistema presta su propia complejidad al otro sistema para serinterpretado, sino que, en esta conjunción, aparecen categorías analíticas y sintéticas reveladorasde campos de relaciones y de espesores sociales y culturales. El paisaje, la territorialidad, ladiferenciación territorial del trabajo, el espacio producido o productivo, las rugosidades y formascontenidas, son estas categorías. A partir de ellas se puede pasar a interpretar la región, el lugar,las redes, las escalas, el orden local y global. Esta perspectiva geográfica se abre a las dinámicas,que podríamos llamar, constitutivas del espacio; estos son los procesos: la técnica, la acción, losobjetos, la norma y los acontecimientos, la universalidad y la temporalidad, la idealización y laobjetivación, los símbolos y la ideología.En Milton Santos la conformación de una geografía crítica pasa por cuatro momentos. El primermomento corresponde a una ontología del espacio, en la búsqueda de las nociones originarias. Setrata de la comprensión de múltiples relaciones geográficas que permita la interpretación de laforma cómo el territorio ha sido transformado con la presencia de la técnica. El segundo momentocorresponde a la producción de las formas-contenido; aquí se retoma el espacio en tantoforma-contenido. Se trata de reconocer cómo el proceso de transformación de una totalidad vasufriendo modificaciones en su estructura a partir de las dinámicas sociales, de sus prácticas yacciones, de las propias configuraciones y reconfiguraciones materiales y territoriales del espacio,así como de las modificaciones de la división del trabajo. El tercer momento es el que correspondea una geografía del presente.  Cada periodo es portador de una constelación de sentidoscompartidos, de una combinación de imaginarios, a partir de los cuales se interpreta la coyunturacomo realización histórica de las promesas técnicas. El cuarto momento corresponde a laemergencia de las racionalidades convergentes frente a la racionalidad dominante. Lasracionalidades convergentes descubren las posibilidades inherentes al espacio, develan las facetasno conocidas del espacio; el espacio aparece como nuevo. Confluyen también dialécticamente lasredes del lugar y las redes globales, modificando los sitios de acuerdo a sus combinaciones y

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composiciones. En el capitulo El territorio: un agregado de espacios banales, Milton santos propone el territoriocomo categoría primordial de análisis del espacio; hace notar que se trata del territorio usado, nodel territorio pensado abstractamente y reducido a su conmensuración. El espacio banal es unconglomerado de espacios entrelazados; con esta perspectiva rompe con las visiones geográficasque separan los espacios; el espacio político, el espacio social, el espacio económico, el espaciocultural; además de comprender el espacio como complejidad y multiplicidad. El territorio espensado a partir de la dinámica de movimientos de trueques, intercambios complementariedades.El territorio es considerado como identidad donde nos reconocemos en un espacio quecomprendemos que es nuestro. La crítica de Milton Santos es a una geografía euro-céntrica que haasimilado el territorio al Estado, ha estatalizado el territorio. También dice que el Estado-nación, elEstado territorial, es una identidad establecida normativa y administrativamente a través delreconocimiento de la ciudadanía y la cartografía de la geografía política. Por otra parte plantea quelo que se llama territorio nacional, que corresponde a una identidad establecida, está sometida a uncampo multilateral de fuerzas. El territorio nacional forma parte de una economía internacional y seencuentra sometido a procesos de desterritorialización y reterritorialización. Otras categorías de análisis del territorio son la horizontalidad y la verticalidad como ejes decomposición espacial. Santos opone el eje de composición horizontal, que corresponde a lasvecindades, a las continuidades, a la prevalencia de las regiones antiguas, a la composiciónvertical, que corresponde a la globalización; también podríamos decir a la estatalización. Se puedeentonces comprender el territorio como un escenario de tensiones y contradicciones donde pugnanestas dos tendencias. Se puede también hablar de una historia territorial; un primer momento,correspondiente a la conformación del lugar y del grupo; un segundo momento correspondiente alestablecimiento territorial por parte de los Estado-nación; un tercer momento, donde pasamos alcontrol territorial de las empresas supranacionales. En este recorrido histórico los espacios banales,como conglomerados de espacios múltiples que interactúan, se entrelazan y se combinan, han sidoafectados, tendiendo a ser sustituidos por el espacio homogéneo de la globalización, codificadomonetariamente y reducido a los signos de la publicidad y del consumo.Santos concibe una geografía que efectúa análisis dialectos de procesos constitutivos del espacio;éstos se dan como movimientos contradictorios entre territorio y mundo, lugar y mundo, lugar yterritorio, territorio y formación social, lugar y espacio. Entonces estamos ante una geografía de lasdinámicas territoriales, de los flujos y movimientos constitutivos, de los lugares, de los sitios, de losterritorios, de las regiones,  de los espacios.  Hay que entender el espacio de un país como unaconfederación de territorios, al territorio como una confederación de lugares. En estacomplementariedad de lugares y de territorios, la tarea es liberar las potencialidades espacialesoponiendo las relaciones horizontales contra las relaciones verticales. Las confederaciones delugares y las confederaciones de territorios pueden conformar mundos heterogéneos frente al"mundo" impuesto por el capitalismo y la modernidad. Con esta revisión rápida de algunas de las nuevas perspectivas epistemológicas de la geografía,queremos pasar a proponer el diseño de una contra-geopolítica.

Tesis contra-geopolítica1.    Los pueblos no tienen por qué estar en guerra, son los estados los que lo están, son susclases dominantes las que lo están, en constante querella por el control territorial y del excedente.

2.    La obsesión por el control territorial, de los recursos, de la población, de los mercados,convierte a la geopolítica en un saber conservador del espacio, que es un instrumento dedominación imperial, entonces global, que cuenta con mediaciones regionales, las que promuevenuna geopolítica regional.

3.    Los pueblos no tienen por qué buscar el control territorial, sino, por el contrario, lacomplementariedad territorial, la confederación de territorios y de lugares complementarios ysolidarios.

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4.    La contra-geopolítica se propone llevar a cabo, radicalizar, las consecuencias espaciales deuna geografía emancipadora, una geografía de la complejidad, de la multiplicidad delconglomerado de espacios, buscando liberar las potencialidades de los lugares, de los territorios,de los espacios, armonizando comunidades humanas y ecosistemas.

5.    La contra-geopolítica se opone a los monopolios, a los controles, a las dominaciones sobre loslugares, los territorios y los espacios; se opone al eje vertical del establecimiento de los espacioshomogéneos. Opta por el eje horizontal de la composición espacial, por la proliferación de espaciosmúltiples de vecindades, de continuidades, de complementariedades, de tejidos territorialessolidarios.

6.    Los bienes de la naturaleza no tienen por qué ser considerados como recursos naturales,como reservas, explotables, en beneficio de la acumulación de capital, sino, mas bien, como seres,que pueden ser incorporados a los ciclos vitales de las sociedades humanas, respetando los ciclosvitales de estos seres, biodiversos, orgánicos e "inorgánicos".

7.    La salida a la belicosidad de los estados, en su condición imperialista o de subalternos, esconformar una confederación de los pueblos del mundo, basada en profundos procesos dedemocratización, articulando complementariedades y conjugando composiciones espaciales,territoriales, de lugares, corporales y técnicas, que liberen la potencia social y la creatividad de lascomposiciones sociales en la heterogeneidad.

ConclusionesLa guerra del Pacífico fue una guerra periférica, desencadenada en el acomodo territorial de lageopolítica del sistema-mundo capitalista. Fue una guerra que corresponde a la geopolíticaregional, mediadora de la geopolítica imperialista, en el ciclo del capitalismo de la revoluciónindustrial. Sin embargo, hay que tener en cuenta otros procesos y estructuras desencadenantes delconflicto; la forma cómo se constituyen las repúblicas independientes, renunciando a la integraciónde la Patria Grande, las contradicciones que aparecen de proyectos de nación encontrados, entre elinterior y la costa, entre un proyecto endógeno y un proyecto exógeno, las guerras civiles que sedesatan, además de las guerras entre estados, que reproducen estas contradicciones, nosmuestran otras condicionantes históricas y políticas de la guerra. Estamos ante formacionessociales abigarradas, ante formaciones económico-sociales-culturales cuyos interiores geográficos,cuyas regiones íntimas, se resisten al moldeamiento del mercado internacional desde las costas.También se enfrentan proyectos inconclusos con el nuevo proyecto de adecuación a la geopolíticadel sistema mundo capitalista en el ciclo de la revolución industrial. Esta es la razón por la que elproyecto de Diego Portales chocha con el proyecto de Andrés de Santa Cruz. La otra clave,entonces, de la guerra del Pacífico hay que encontrarla en la guerra confederada.La geopolítica es un saber de la dominación imperialista; le corresponde como derivación, comomediación, en el juego geopolítico del sistema-mundo capitalista, la geopolítica regional, comomecanismo de "ordenamiento territorial" en la geografía de las periferias. Ahora bien, la geopolíticapuede darse conscientemente, como proyecto estatal confeso, o de una manera rudimentaria, enelaboración, fragmentaria, emergiendo en la consciencia de la clase dominante a partir de laexperiencia política, del incremento de poder y de las contingencias que se enfrenta. Se puedeobservar que la burguesía chilena no solamente contaba con una estrategia estatal sino tambiénque fue configurando una geopolítica regional. Se puede notar en la historia del estado-nación deChile, sobre todo a partir de la guerra del Pacífico, una adecuación eficiente entre Estado, controlde recursos naturales, fuerzas armadas y economía. Podemos concluir que hay como unageopolítica regional elaborada.En contraposición a la geopolítica, tanto global como regional, a los proyectos de dominaciónimperial y a los proyectos de control territorial de los entornos periféricos, de las burguesías, laalternativa de los pueblos es oponerles la contra-geopolítica, es decir, los saberes proliferantes,heterogéneos, horizontales, de la geografía emancipadora. Esto significa, que lejos de pensarse

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belicosamente sus relaciones, se valoran las capacidades de intercambio, de comunicación, decomplementariedad, de composición solidaria entre los pueblos. Es posible pensar unaconfederación de los pueblos, en primer lugar a nivel continental, en segundo lugar y enproyección, a nivel mundial. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de CreativeCommons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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