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Clifford Evan* y Betty Meggers
SMITHSONIAN INSTITUTION
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COSTA D E L ECU ADO R
S epara ta de “C uadernos de H istoria y A rqueo log ía” , de la Casa de la C ultura E cuatoriana, Núcleo del G uayas.- Año XI - Vol X - No. 27. 1961
Edición en m em oria de Emilio E strada Icaza.
GUAYAQUIL - ECUADOR
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Editado po r la Casa de la C u ltu ra E cuatoriana, Núcleo del G uayas.
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Cronología relativa y absoluta
en la Costa del Ecuador
Clifford Evans y Betty J. Meggers.Sxntihsonian Institution.
Durante los casi ocho años de colaboración arqueológica entre Emilio Estrada y nosotros, se evolucionó una estructura general del período pre—histórico de la costa central y sur del Ecuador. Esta estructura se basó en un gran número de excavaciones estratigráficas llevadas a cabo en sitios de diferentes edades y de varios complejos culturales, además se basó en el análisis detallado de los cambios de cerámica, figurinas y otra clase de artefactos, y la identificación de objetos de comercio y otras manifestaciones que permitieron la correlación entre las secuencias en áreas diferentes. Según como se iba estableciendo firmemente esta estructura de cronología relativa, la misma nos ayudaba muy eficazmente para determinar la relación cronológica entre sitios y complejos nuevos, y los sitios descubiertos anteriormente, y también sirvió para comparar la prehistoria de la costa del Ecuador con la de las regiones adyacentes.
Esta estructura, en su forma actual, consiste de tres períodos generales, o sean: El Formativo, el Desarrollo Regional y la Integración, los que reflejan las alteraciones de mayor significación en la secuencia cultural. No obstante que sí habían cambios importantes dentro de cada uno de esos períodos, tales cambios fueron menores al compararlos con el contraste que existía entre un período y el siguiente. El Período Formativo principia con las primeras manifestaciones de cerámica y termina cuando las comunidades agrícolas, pre-urbanas, se radicaban en la mayor parte de la costa. La
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primera mitad está representada por las fases de Valdivia y Macha- lilla, que aparentemente han sido pre - agrícolas, o cuando más, de una agricultura incipiente, y que obtuvieron su subsistencia principalmente de la pesca, cacería y recolección. El Formativo Tardío es generalmente sinónimo con la Fase Chorrera, que se caracteriza por un complejo cerámico distinto y una subsistencia que probablemente se basó, en gran parte, en el cultivo del maíz.
Al segundo gran período se lo ha llamado el Desarrollo Regional para reconocer el surgimiento de un número de distintos complejos locales, productos de la evolución del ancestro común en la Fase Chorrera, y de la influencia diferenciada de elementos y complejos de origen extranjero. En muchos aspectos, este período se lo puede comparar con el Floreciente del Perú o el Clásico Mesoamericano, porque en esos tiempos la cerámica llegó a su más alta expresión ar-. tística; artes y técnicas sobresalieron, y figurinas nos dan la evidencia indirecta de un desarrollo en los aspectos culturales menos tangibles, como en lo social y ceremonial. No obstante que las culturas regionales se difieren mucho entre sí en su complejidad, un aire- de unidad se encuentra en todas ellas, en la decoración cerámica a base de blanco - sobre - rojo y pintura negativa, y en varias formas
/A>' distintivas de las vasijas.
Al último período máyor se le ha dado el nombre de la ¡Integración para llamar la atención a que las culturas de carácter local, del período anterior, son ahora reemplazadas por dos o tres grandes complejos culturales. Todavía no está bien claro si esos complejos corresponden a unidades políticas separadas, a confederaciones, grupos independientes o a alguna otra clase de organización. Para afirmar el aumento en la complejidad socio-política, durante ese período, podemos mencionar los cambios muy notables en el cuerpo cerámico, métodos de enterramiento, y el tamaño de las comunidades. Terminó ese período con la llegada de los Españoles.
Esta secuencia relativa de los períodos fue establecida antes de tener medios para calcular sus duraciones respectivas. Las primeras tres fechas a base del carbono— 14 que tuvimos a disposición fueron obtenidas de muestras de conchas del sitio Valdivia y nos dieron las edades entre 4450 +/- 200 (W—631) y 4050 + /- 200
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(W—630) años. Estos resultados fueron rechazados por muchos arqueólogos porque les parecieron demasiado tempranos al compararlos con el tiempo en que apareció la cerámica en la costa del Perú. Posteriormente, los experimentos con la obsidiana como un material para fijar edades dieron un gran número de fechas para la secuencia cultural de la costa del Ecuador, desde el principio de la Fase Chorrera hasta el final de la Fase Milagro. Basándose en estas fechas se hizo una correlación entre los períodos y la escala de tiempo absoluto, como sigue, y haciendo la conversión de “hace. . . años” al año correspondiente, según el calendario, a partir de un punto estandarizado de referencia, o sea el año de 1950 A. D.
Período de Integración
Período de Desarrollo Regional.
Período del Formativo Tardío.
Período del Formativo Temprano.
500 A.D.- 1500 A.D.
500 a. C.- 500 A. D.
1500 a. C.- 500 a. C.
3000 a.C.- 1500 a C.
(Hace 1450-450 años)
(Hace 2450-1450 años)
(Hace 3450-2450 años)
(Hace 5000-3450 años)v i s e
Se hizo muy necesario conseguir más fechas a base del carbono— 14, tanto para confrontar las fechas originales de la Fase Valdivia como para calcular la confianza que se pudiera tener en la serie larga de fechas a base de la obsidiana, correspondientes a culturas y períodos más recientes. Afortunadamente ahora tenemos a la disposición un gran número para esta finalidad. Existen en este momento 20 fechas de carbono— 14 de la Fase Valdivia, 5 de ellas obtenidas de carbón vegetal y 15 de conchas, y que representan los Períodos A, B y C. El segundo grupo más grande de fechas, un total de 11 muestras, corresponde a la primera parte de la Fase Bahía, (Período de Desarrollo Regional) que Estrada llamó Bahía I. Tenemos cuatro fechas de la Fase Chirije-Manteña, (Período de Integración) que fué el último complejo de la costa del Guayas, y Manabí. Desafortunadamente, solamente tenemos una fecha para la muy importante Fase Chorrera, del Formativo Tardío. Cuatro distintos laboratorios han hecho los exámenes y se identifican por su sigla de catálogo, como siguen: M. (University of Michigan). SI (Smithsonian Institution), W (U.S. Geological Survey), y sin referencia (Humble Oil).
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En términos generales, estas 36 pruebas de cronología fija, atestiguan la secuencia temporal de la costa ecuatoriana (fig. 1). Cuatro de las cinco fechas nuevas del Periodo A, Fase Valdivia, están tomadas de carbón vegetal, y comprueban así en forma efectiva que la fecha original, tomada de concha, (W—631) no fue tan temprana que resultó inadmisible. Estas fijaciones de edades prolongan el origen de la Fase Valdivia hacia aproximadamente unos 5.100 antes de nuestro tiempo, o sea 3.200 años antes de Cristo, (más o menos 150 años). El Período B., al cual se refieren 10 de las fechas, parece haber tenido una duración de unos 300 años, en tre aproximadamente 4.300 y 4.000 años a partir de 1950. La fecha más reciente de la Fase Valdivia corresponde a la última parte del Período C y muestra una edad de más o menos 3.400 años, o sea aproximadamente 1.500 antes de Cristo. El Período D no ha sido determinado por medio del carbono— 14, pero se calcula que ha durado unos 200 o 300 años más. Por consiguiente, la duración total de la Fase Valdivia fue de unos 2.000 años, que no parece excesivo en vista del gran número de cambios que se aprecian en las vasijas de cerámica y en los estilos de figurinas.
Por la presencia de cerámica de comercio se puede correlacionar la Fase Machalilla con el principio de Valdivia, Período C, o sea hace unos 4.000 años. Tiestos de comercio, pertenecientes a la Fase Machalilla, aparecen através del depósito cultural de Valdivia, Período C, en el sitio Bueno Vista, lo que indica, que la Fase Chorrera no había principiado antes de que ese sitio fuera abandonado, lo que debe haber sucedido después de 3.450 años a partir del presente. Cronológicamente la siguiente fecha a base del carbono— 14, que tiene 2.800 años, procede del sitio Véliz en Manabí central y corresponde a la postrimería de la Fase Chorrera. Un número de consideraciones, incluyendo la distribución geográfica de los sitios de la Fase Chorrera, y la serie larga de fechas, a base de obsidiana, correspondientes a Chorrera y las fases siguientes, sugieren que el principio de la Fase Chorrera debe ubicarse aproximadamente hace 3.400 años. De todos modos se requieren fechas de carbono— 14 para la parte temprana de esta fase, antes de que esta edad pueda aceptarse sin reservas.
La próxima transición importante, que es entre el final del Formativo y el principio del Período del Desarrollo Regional, puede fijarse con relativa confianza, y como consecuencia del gran nú
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mero de fechas de Bahía I, en aproximadamente hace 2.500 años, o sea en unos 500 años antes de Cristo. Dos de las muestras (SI— 35 y SI—43) corresponden a la transición entre la Fase Chorrera y la de Bahía en el sitio de Sequita (Pepa de Huso) en el sur de Mana- bí, mientras que las demás muestras provienen de los estratos de Bahía I en los sitios de Esteros y Tarqui en la costa de Manabí. Todas ellas fueron obtenidas de carbón vegetal. La duración a partir de 2.525 años hasta 2.050 años, antes de la época actual, corresponde bien al 500 antes de Cristo hasta el año 0, y cubren la primera mitad del Período del Desarrollo Regional, al cual pertenece Bahía I.
No existen todavía fechas de carbono— 14 para la segunda mitad del Período del Desarrollo Regional o para la primera parte de la Integración, y por consiguiente para fijar esa transición tenemos que depender de las fechas tomadas de obsidiana, las que lo colocan entre 500 y 700 A. D. La fecha más temprana de la Fase Chirije (la que Estrada al principio llamó Manteño Temprano) es del sitio Sequita, y tiene 1.100 años, o sea que es del año 850 A .D . La fecha de hace 760 años, obtenido de Puerto Chanduy, sugiere que al principio de la Fase Manteña, en pleno desarrollo, debe ubicársele aproximadamente en 1.200 A .D . La fecha más reciente de la Fase Manteña, que proviene de uno de los corrales en Cerro de Hojas, comprueba la existencia de esa cultura inmediatamente antes del tiempo de la llegada de los Europeos.
La aceptación de una estructura cronológica para la costa del Ecuador, que consiste en tres períodos generales y largos, no implica que debe tomarse sin pruebas, que el cambio cultural progresó con una velocidad uniforme a través de toda esta área. En la misma forma que cada una de las fechas de carbono— 14 son aproximaciones, sujetas a errores en una magnitud que a veces llega a 500 años, antes o después, del mismo modo, la transición entre el Formativo y el Desarrollo Regional, o entre este y la Integración, puede haber tomado lugar más temprano en un lugar que en otro. Es un asunto de mera conveniencia suponer que el principio y el final de las Fases de Jama-Coaque, Bahía, Guangala, Tejar y Jambelí, son contemporáneos, para indicar un ejemplo. (Fig. 1). Al considerar las diferencias en la probable velocidad de difusión de las características de un horizonte cerámico, tales como por ejemplo las pinturas blanco-sobre-rojo y negativa, las que identifican los complejos como per
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tenecientes al Período de Desarrollo Regional, se puede suponer que la transición entre el Formativo y el Desarrollo Regional, probablemente, no tuvo lugar al mismo tiempo en toda la costa ecuatoriana. De todos modos tenomos que reconocer que la falta de series de fechas, iguales a las de que disponemos para la transición de Chorrera — Bahía, nos imposibilita indicar la diferencia temporal entre un área y otra. Además, la transición entre un Formativo bien definido y un Desarrollo Regional, igualmente bien definido, hizo necesario tener un estado intermedio que no fue absolutamente ni el uno ni el otro, y así el punto exacto de la transición, entre dos fases sucesivas, resultó algo arbitrario aunque fuese en una sola área. Es un hecho que divisiones entre períodos son un poco artificiales, pero no por eso desaparece su utilidad en la organización de informes arqueológicos en términos cronológicos. Muy al contrario, mientras que se reconozca las limitaciones de una estructura de períodos, esta se convierte en un elemento indispensable para poder comprender y explicar el desarrollo de la cultura en cualquier parte del mundo.
Por no disponer la imprenta de los signos que normalmente se emplean en conexión con las fechas a base del Carbono 14, en esta publicación se ha empleado el signo siguiente + /—, en lugar de -f
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