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~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ EL ESPECTADOR / JUEVES 20 DE JULIO 2017 / 25 Este equipo también le ha dado duros golpes a la ilegalidad Este 20 de julio, cuando muchos colombianos se aprestan para asistir al desfile de las Fuerzas Mi- litares, ocho soldados cambiarán el tradicional evento por botas y traje de competencia para buscar el título del mejor equipo de ope- raciones especiales de América. Se trata del torneo Fuerzas Co- mando, una competición de diez días, reservada para los militares más capacitados de los 23 países participantes. Los comandos, que desde el pasado martes y hasta el próximo 27 de julio vienen parti- cipando, tendrán que sortear todo tipo de desafíos físicos y mentales si quieren revalidar por novena vez este título. Fuerzas Comando es una com- petencia que data desde 2004, lue- go de que el Comando Sur de los Estados Unidos formalizó este cer- tamen diseñado, entre otras cosas, para incrementar la cooperación regional y multinacional de las fuerzas militares de la región. Co- lombia, anfitrión en dos ocasiones y campeón en ocho oportunidades —cuatro de ellas de forma conse- cutiva—, ha competido con sus ho- mólogos de Brasil, Paraguay, Perú, Argentina, Belice, Chile, Costa Ri- ca, Guatemala, Honduras, Jamai- ca, Guyana, Haití, México, Pana- má, El Salvador, Trinidad y Tobago, Uruguay, Surinam, República Do- minicana y el siempre favorito: Es- tados Unidos. “‘¿Otra vez se van a llevar el tro- feo?’, nos decían, entre risas, los demás participantes y periodis- tas cuando llegamos a Ancón (Pe- rú), sede de la competencia el año pasado”, expresa Darío Camargo, sargento viceprimero y tirador de alta precisión del Ejército, un ex- perimentado hombre del equipo colombiano. “El año pasado se fueron dando las cosas y, en la me- dida en que iban avanzando las pruebas, logramos mantener el primer puesto”, agrega el tirador. Así como el Ejército, al que perte- nece Camargo, la Armada y la Fuerza Aérea también compiten entregando sus mejores coman- dos a este grupo élite. Ser miembro de este equipo no es una tarea sencilla. El comando necesita, entre otras habilidades, contar con lucidez para superar exigentes pruebas físicas y no sa- lir derrotado en el primer día de competencia. Para lograr ese pro- pósito, desde el Comando Con- junto de Operaciones Especiales (CCOES), adscrito a las Fuerzas Militares, envían criterios de se- lección para que cada fuerza pos- tule a sus mejores delegados. Pos- teriormente enfrentan pruebas de selección y, de ahí, según pará- metros internos de calificación y evaluación, escogen a los siete hombres encargados de repre- sentar al país. Para este año, además del sar- gento Camargo, el grupo está inte- grado por los sargentos segundos, Osvaldo Olaya y Rafael Rojas, tira- dores de gran precisión adscritos al Ejército. Asimismo, el técnico se- gundo, Diego Silva; el sargento se- gundo, Juan Corredor, y los técni- cos terceros, Jorge Rodríguez y Cristhian Torres, asaltantes ads- critos a la Fuerza Aérea, completan el equipo que busca alzarse con un nuevo trofeo. Aunque también lo han conformado integrantes de la Armada Nacional, este año ningu- no fue seleccionado. “Son muy buenos, pero ninguno clasificó por no cumplir con las capacidades que se requieren”, expresa el capi- tán Franklin Balaguera, el hombre detrás de la preparación del equipo Fuerzas Comando. Los integrantes de las Fuerzas Comando se entrenan bajo rigurosas condiciones. Dicen que por eso han ganado tantas veces el torneo. / Mauricio Alvarado ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ El anonimato del equipo ocho veces campeón OCHO MILITARES, QUE PERTENECEN AL GRUPO ÉLITE DE LAS FUERZAS COMANDO, ESTÁN LUCHANDO POR RETENER EL TÍTULO COMO LOS MEJORES COMANDOS DE AMÉRICA. 1819 En la batalla del pantano de Vargas, acontecida en julio, el sargento segundo José Inocencio Chincá inmortalizó su nombre al liderar la carga de 14 lanceros clave para la victoria. En su honor, la Escuela Militar de Suboficiales del Ejército lleva su nombre desde 1968. Luego de los hechos en el pantano de Vargas, en 1822 se inició la campaña de Maracaibo, que culminó el 24 de julio de 1823, cuando la Fuerza Naval Patriota derrotó a la Armada Realista, sellando la independencia del país. 1916 La aviación colombiana nació gracias a las inquietudes de un grupo de hombres con influencias en las altas esferas del gobierno de la época. Fue así como el 7 de septiembre de 1916, con el impulso del Club Colombiano de Aviación, convertido en un positivo grupo de presión, el Congreso de la República expidió la Ley 15 de 1916, por la cual se disponía el envío a Europa de una comisión de militares para enterarse de los avances bélicos y, principalmente, de la aviación. 1943 Llegaron a Colombia los primeros tanques de guerra y varios blindados del Ejército, con los cuales se organizó la Escuela de Motorización de la Caballería y se inició la instrucción de esta valiosa arma de combate, probando su efectividad y sus capacidades mediante el desarrollo de varios ejercicios técnicos en toda clase de terreno. Por su gran movilidad estratégica, los caballeros tienen, entre otras misiones, la responsabilidad de resguardar la integridad de las fronteras terrestres colombianas. 20 de julio FUERZAS COMANDO PÁGINA 26

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~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~EL ESPECTADOR / JUEVES 20 DE JULIO 2 01 7 / 25

Este equipo también le ha dado duros golpes a la ilegalidad

Este 20 de julio, cuando muchoscolombianos se aprestan paraasistir al desfile de las Fuerzas Mi-litares, ocho soldados cambiaránel tradicional evento por botas ytraje de competencia para buscarel título del mejor equipo de ope-raciones especiales de América.Se trata del torneo Fuerzas Co-mando, una competición de diezdías, reservada para los militaresmás capacitados de los 23 paísesparticipantes. Los comandos, quedesde el pasado martes y hasta elpróximo 27 de julio vienen parti-

cipando, tendrán que sortear todotipo de desafíos físicos y mentalessi quieren revalidar por novenavez este título.

Fuerzas Comando es una com-petencia que data desde 2004, lue-go de que el Comando Sur de losEstados Unidos formalizó este cer-tamen diseñado, entre otras cosas,para incrementar la cooperaciónregional y multinacional de lasfuerzas militares de la región. Co-lombia, anfitrión en dos ocasionesy campeón en ocho oportunidades—cuatro de ellas de forma conse-

c u t i va —, ha competido con sus ho-mólogos de Brasil, Paraguay, Perú,Argentina, Belice, Chile, Costa Ri-ca, Guatemala, Honduras, Jamai-ca, Guyana, Haití, México, Pana-má, El Salvador, Trinidad y Tobago,Uruguay, Surinam, República Do-minicana y el siempre favorito: Es-tados Unidos.

“ ‘¿Otra vez se van a llevar el tro-feo?’, nos decían, entre risas, losdemás participantes y periodis-tas cuando llegamos a Ancón (Pe-rú), sede de la competencia el añopasado”, expresa Darío Camargo,

sargento viceprimero y tirador dealta precisión del Ejército, un ex-perimentado hombre del equipocolombiano. “El año pasado sefueron dando las cosas y, en la me-dida en que iban avanzando laspruebas, logramos mantener elprimer puesto”, agrega el tirador.Así como el Ejército, al que perte-nece Camargo, la Armada y laFuerza Aérea también compitenentregando sus mejores coman-dos a este grupo élite.

Ser miembro de este equipo noes una tarea sencilla. El comandonecesita, entre otras habilidades,contar con lucidez para superarexigentes pruebas físicas y no sa-lir derrotado en el primer día decompetencia. Para lograr ese pro-pósito, desde el Comando Con-

junto de Operaciones Especiales(CCOES), adscrito a las FuerzasMilitares, envían criterios de se-lección para que cada fuerza pos-tule a sus mejores delegados. Pos-teriormente enfrentan pruebasde selección y, de ahí, según pará-metros internos de calificación yevaluación, escogen a los sietehombres encargados de repre-sentar al país.

Para este año, además del sar-gento Camargo, el grupo está inte-grado por los sargentos segundos,Osvaldo Olaya y Rafael Rojas, tira-dores de gran precisión adscritos alEjército. Asimismo, el técnico se-gundo, Diego Silva; el sargento se-gundo, Juan Corredor, y los técni-cos terceros, Jorge Rodríguez yCristhian Torres, asaltantes ads-critos a la Fuerza Aérea, completanel equipo que busca alzarse con unnuevo trofeo. Aunque también lohan conformado integrantes de laArmada Nacional, este año ningu-no fue seleccionado. “Son muybuenos, pero ninguno clasificó porno cumplir con las capacidadesque se requieren”, expresa el capi-tán Franklin Balaguera, el hombredetrás de la preparación del equipoFuerzas Comando.

Los integrantes de las Fuerzas Comando se entrenan bajo rigurosas condiciones. Dicen que por eso han ganado tantas veces el torneo. / Mauricio Alvarado

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El anonimato del equipoocho veces campeónOCHO MILITARES, QUE PERTENECEN AL GRUPO ÉLITE DE LASFUERZAS COMANDO, ESTÁN LUCHANDO POR RETENER EL TÍTULOCOMO LOS MEJORES COMANDOS DE AMÉRICA.

1819

En la batalla del pantano de Vargas, acontecida en julio, elsargento segundo José Inocencio Chincá inmortalizó sunombre al liderar la carga de 14 lanceros clave para la victoria.En su honor, la Escuela Militar de Suboficiales del Ejército llevasu nombre desde 1968. Luego de los hechos en el pantano deVargas, en 1822 se inició la campaña de Maracaibo, que culminóel 24 de julio de 1823, cuando la Fuerza Naval Patriota derrotó ala Armada Realista, sellando la independencia del país.

1916

La aviación colombiana nació gracias a las inquietudes de ungrupo de hombres con influencias en las altas esferas delgobierno de la época. Fue así como el 7 de septiembre de 1916,con el impulso del Club Colombiano de Aviación, convertidoen un positivo “grupo de presión”, el Congreso de la Repúblicaexpidió la Ley 15 de 1916, por la cual se disponía el envío aEuropa de una comisión de militares para enterarse de losavances bélicos y, principalmente, de la aviación.

1943

Llegaron a Colombia los primeros tanques de guerra y variosblindados del Ejército, con los cuales se organizó la Escuela deMotorización de la Caballería y se inició la instrucción de estavaliosa arma de combate, probando su efectividad y suscapacidades mediante el desarrollo de varios ejerciciostécnicos en toda clase de terreno. Por su gran movilidadestratégica, los caballeros tienen, entre otras misiones, laresponsabilidad de resguardar la integridad de las fronterasterrestres colombianas.

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FUERZAS COMANDO PÁ G I NA 26

EL ESPECTADOR / JUEVES 20 DE JULIO 2 01 7

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“Nuestras operacionesson quirúrgicas”

El equipo, que también perte-nece a la Agrupación de FuerzasEspeciales Antiterroristas Urba-nas (Afeau), unidad integrada pormás de 80 hombres, ha permane-cido en el anonimato productodel conflicto armado. Sus opera-ciones han asestado contunden-tes golpes a la criminalidad delpaís, incluidos jefes de bandascriminales y estructuras ilegales.“Nuestra doctrina es la constanteevolución que hemos tenido queenfrentar en diferentes campos

que hemos explorado, tanto en lascompetencias como en nuestrotrabajo en el país. Estamos encualquier parte, donde requierannuestros servicios”, explica eltécnico segundo, Diego Silva,cuatro veces campeón de FuerzasC o m a n d o.

Aunque, por motivos de seguri-dad, no se refieren al dosier de susoperaciones, este grupo estuvo de-trás de la seguridad de la firma delos Acuerdos de Paz, en septiembrede 2016, en Cartagena. Asimismo,participó en las operaciones enca-minadas a la liberación del general(r) Rubén Darío Alzate, entoncescomandante de la Fuerza de TareaTitán y secuestrado en 2014 por lasFarc en zona rural del Quibdó

Las Fuerzas Comando se preparan en varios centros militares del país. / Comando General de las FF.MM.

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Fue designada la fragata Almirante Padilla, con su personal y material, aórdenes de las Naciones Unidas al Lejano Oriente. Así mismo se creó elBatallón Colombia para ayudar a la ONU a desalojar a las tropas invasoras deCorea del Norte que se habían tomado territorio surcoreano. En 1982, elBatallón Colombia fue enviado a la península del Sinaí y por más de tresdécadas ha estado cumpliendo su misión primordial de mantener la paz enesta región estratégica como integrante de la Fuerza Multinacional y deObservadores del alto el fuego firmado entre Egipto e Israel.

(Chocó). Alzate, finalmente, fue li-berado en noviembre de ese mis-mo año y su plagio produjo unafuerte crisis en la mesa de diálogosde paz. “Nuestras operaciones sonquirúrgicas. Van a un punto esen-cial; de eso se trata”, anota el sar-gento Osvaldo Olaya, dos vecescampeón de la competición inter-nacional.

“El tiempo con lafamilia no se cambia”

La preparación que de lunes asábado debe recibir el equipoFuerzas Comando responde a unestricto plan de entrenamiento.Consiste en largas jornadas —al -gunas de ellas de noche— de acon-dicionamiento físico, trabajo en

grupo y polígono, entre otras acti-vidades secretas para desarrollarhabilidades en cualquier ambien-te. Por eso, este grupo casi siempredebe prescindir de la compañía fa-miliar. “Sabemos que esto es debastante sacrificio. Muchas vecesdejamos a la familia para cuidarpueblos, vías y mantener la sobe-ranía del Estado. Pero la mayormotivación es aportar nuestro ser-vicio”, anota Camargo.

En ese sentido, el equipo coinci-de en que cada segundo que secomparte con la familia es un re-galo, un tesoro. “Nuestros familia-res son muy guerreros porqueaprenden a sobrellevar todo”, ex-plica el comando Diego Silva,quien, a su vez, apunta que mu-

chas de las operaciones que ejecu-tan no las comenta a sus familiarespara no preocuparlos. “Nu e st ra sfamilias aprenden a manejar si-tuaciones y a fortalecerse de unaforma que uno se aterra”, dice elmanizaleño. “Hay muchas cosasque uno tiene que guardarse, peroes por el bien de nuestras fami-lias”, explica el equipo.

El próximo 27 de julio, el país sa-brá si el equipo colombiano logróvalidar el rótulo del mejor equipode operaciones especiales del con-tinente. En todo caso, las FuerzasComando pasaron a engrosar lahistoria de las Fuerzas Militarescomo los comandos élite que deja-ron el nombre del país ocho vecesen lo más alto.

Fuerzas ComandoPÁ G I NA 25

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~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~El director del museoquiere aumentar elnúmero de visitantes./ Fotos: Gustavo Torrijos

Está en el Museo Militar de Colombia

Un lugar para lamemoria militarDESDE HACE DOS AÑOS, LA SALA DE LAMEMORIA LIBIO JOSÉ MARTÍNEZ RECOPILA LASHISTORIAS DE LOS MIEMBROS DE LA FUERZAPÚBLICA QUE LOS PROPIOS MILITARESCONSIDERAN VÍCTIMAS DE LA GUERRA.

Desde hace dos años, el MuseoMilitar de Colombia, ubicado enel barrio La Candelaria (Bogotá),ha pasado a cumplir un papel másrelevante dentro de las FuerzasMilitares. En ese momento, con laconsolidación de los diálogos depaz con las Farc y la posterior fir-ma de los acuerdos en el teatroColón —situado a una cuadra delmuseo castrense—, la Fuerza Pú-blica decidió renovarse como unaapuesta para revivir su historia entiempos en que los relatos delconflicto armado cobran toda laimportancia. Un grupo de unifor-mados, encabezado por el direc-tor del museo, el mayor del Ejér-cito Juan Rodríguez Uribe, opta-ron por crear una sala de la me-moria en la que se pudiera mos-trar los sufrimientos que tambiénvivieron agentes del Estado en lag u e r ra .

Ese grupo de militares quisie-ron darle el nombre a la sala de lamemoria de un uniformado quefuera un símbolo de las víctimasmilitares del conflicto armadocolombiano. Por eso el nombredel sargento primero Libio JoséMartínez no tardó en ser el delconsenso. La historia de este sol-dado del Ejército es ampliamenteconocida por el país, pues luegode ser secuestrado por las Farc en2001, su hijo Johan Steven apare-ció en varios medios de comuni-cación pidiendo al Secretariadode esa guerrilla que su padre fue-ra liberado para poder conocerlo.

En el momento del plagio, JohanSteven todavía se encontraba enel vientre de su madre.

La toma de la base del cerro dePatascoy, ubicada entre los de-partamentos de Nariño y Putu-mayo, fue uno de los ataques de laguerrilla de las Farc más recorda-dos de los años 90. El saldo de laacción subversiva, comandadapor alias Joaquín Gómez, dejó 10militares muertos y 18 secuestra-dos. Cuatro años después, los mi-litares en cautiverio, exceptoMartínez y Pablo Emilio Monca-yo, quedaron en libertad. Martí-nez y Moncayo se convirtieron enlos secuestrados con más tiempoen poder de las Farc. Luego, ennoviembre de 2011, durante unaoperación del Ejército en Caque-

tá, Martínez y otros tres militaressecuestrados fueron ultimadospor sus captores. Johan Steven, alsaber del trágico desenlace de supadre, le dijo a las guerrilla: “Merompieron las alas, me rompie-ron el sueño, el anhelo de conocera mi padre, de darnos ese abrazotan anhelado después de 14 añosde secuestro”.

En entrevista con El Especta-dor, el director del museo, el ma-yor Rodríguez, aseguró que laSala de la Memoria Libio JoséMartínez, además de rendirlehomenaje al sargento primero,también es un espacio que losmilitares y la Policía estaban ne-cesitando para mostrar que ellostambién han padecido con elconflicto. “Víctimas en la Fuerza

Pública hay muchas, pero triste-mente los colombianos vimoscrecer a Johan a través de la tele-visión. La gente piensa que noso-tros como uniformados somossuperhéroes y que, por ende, nosentimos y tampoco cometemoserrores. Pero somos seres huma-nos, colombianos comunes y co-rrientes”, aseguró Rodríguez.

Johan Steven Martínez sientemucha alegría de saber que la me-moria de su padre no quedará enel olvido y que los visitantes po-drían interesarse en conocer suhistoria. Así, asegura él, toda la lu-cha en cautiverio de Libio JoséMartínez y la suya, pidiendo su li-bertad, no fueron en vano. “E n t relas cosas que di al museo estánuna biblia que mi padre cargabaen su morral, una foto mía, los co-lores con los que pintaba y un di-bujo. Las cartas que él enviabadesde el cautiverio no las entre-gué, porque cada vez que las leologro comunicarme con él. Hoyestoy más tranquilo, pero aún me

duele (…) pienso que quizás undía nos encontremos en el cielo”,aseguró Johan Steven, quien es-tudia derecho en Pasto.

El museo alberga las pertenen-cias de otros miembros de laFuerza Pública, como los del de-saparecido sargento segundo Jo-sé Vicente Rojas en Urabá, en1992 a manos de las Farc, y del ma-yor Manuel Alejandro Cardona,víctima de una mina antipersonalen marzo de 2005 en Puerto Rico(Meta). La sala cuenta con unacronología del conflicto, la cualcomienza con el ataque a Mar-quetalia en mayo de 1964, pasan-do por algunos de los enfrenta-mientos de la Fuerza Pública enlos que más uniformados cayeronen combate, como las tomas de labase militar de Las Delicias y Mi-tú en agosto de 1996 y noviembrede 1998, respectivamente, y el úl-timo ataque de las Farc en BuenosAires (Cauca), en abril de 2015.

El director Rodríguez manifes-tó que el general del Ejército Mar-colino Tamayo encabezó la crea-ción de la sala de memoria juntocon un grupo de unos 15 investiga-dores, sociólogos y museólogos.Lo lamentable, según el propio di-rector del museo, es que son muypocos los miembros de la Policía ylas Fuerzas Militares que sabensobre la existencia de este. “El tra-bajo que llevamos realizando enlos últimos dos años nos ha permi-tido elevar el número de visitas.Desde hace pocos meses tambiénpasamos a ser parte del circuitoturístico de La Candelaria”, pun-tualizó Rodríguez.

Aunque la sala ya cuenta con unlistado de víctimas, actualmenteesta se encuentra en un proceso derenovación. Según los cálculos deRodríguez, cerca de 17.000 miem-bros de la Fuerza Pública están ha-ciendo trámites para ser parte delRegistro Único de Víctimas y su-marse al extenso inventario. “Esun trabajo dispendioso mantenerla sala. El financiamiento lo hemostenido que hacer por medio dealianzas con empresas privadas,por los recortes que han sufridovarios sectores del Estado. Estasdonaron las tabletas digitales, pe-ro algunas se han dañado porquese las pasan casi todo el día encen-didas y no hay forma de cambiar-las rápidamente. Es un trabajo conlas uñas, pero que hemos venidohaciendo para que se cuenten loshorrores que también se vivierondesde esta orilla”, puntualizó eldirector Rodríguez.

El museo estáen el barrio LaCandelaria,centro históricode Bogotá.

Esta es la radioque acompañóal sargento JoséRojas durantesus años dentrode la FuerzaPública. Éld e s a p a re c i óen 1992.

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Los rescates de la Armada Nacional

3 .0 52personas ha rescatado laArmada en los últimostres años en los maresco l o m b i a n o s .

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Historias que hoy cuentan sus sobrevivientes

‘‘El compromiso esque, ante cualquiereventualidad quecomprometa una vida,se atienda en formaoportuna ei n m e d i at a ”.Evelio Enrique Ramírez,vicealmirante de la Armada.

El comandante de la Armada, vicealmirante Ernesto Durán, asegura que no se escatiman esfuerzos a la hora de hacer labores de rescate. / Foto: Comando General de las FF.MM.

Salvar vidas es una labor para lacual la Armada despliega todos susmedios disponibles. Comúnmen-te, la marina colombiana es la pun-ta de lanza contra el tráfico de dro-gas y el crimen organizado en elmar. Pero quizás una de las tareasmás complejas que actualmente serealizan en los mares y ríos son lasoperaciones de búsqueda y rescate.Las realizan más de 30 mil hom-bres y mujeres, quienes están en-trenados para desarrollar capaci-dades que van desde la superviven-cia en el agua, hasta el desarrollo deoperaciones aerotransportadaslanzadas desde buques construi-dos en Colombia.

“Si me toca mover todos los bu-ques, todos los aviones, todo elcuerpo de guardacostas para sal-var a una persona, lo hago, no im-porta los costos. Para eso nos for-maron y entrenaron con el alma:proteger la vida humana en la mares nuestra prioridad”, manifiestael vicealmirante Ernesto DuránGonzález, comandante de la Ar-mada.

El despliegue de esta institu-ción para la recuperación de vi-das humanas ha dejado relatos desobrevivientes que dan cuenta delos peligros de alta mar. Historias

como la del pasado 7 de abril,cuando el velero Saquerlotte, debandera panameña, fue reporta-do como desaparecido tras haberzarpado de Cartagena rumbo aRepública Dominicana. “Duran -te el día, la navegación no presen-tó inconvenientes. Pero sobre las10 de la noche la embarcaciónempezó a inundarse y esto se de-bió, en parte, al mal tiempo quehizo al caer el día y la cantidad deequipaje”, cuenta Luis MiguelHerrera, uno de los tres sobrevi-v i e n t e s.

El francés Eric Thiriez y trescolombianos iban en la embarca-ción, que se hallaba a 43 millasnáuticas (73 kilómetros) del co-rregimiento de Galerazamba(Bolívar). Esto provocó que la Ar-mada, además de sus guardacos-

tas, enviara dos unidades de reac-ción rápida, la fragata ARC Cal-das y dos aeronaves: un avión pa-trullero marítimo y un avión de laFuerza Aérea. Aunque del francésThiriez no se volvió a saber nada,el aviso que dio su hijo facilitó quela Armada, por medio de un sof-tware que predice las corrientes,las condiciones atmosféricas y losvientos en el mar, arrojara un pla-no de dónde podrían estar los tressobrevivientes. “La embarcaciónen esta operación dio con el para-dero y evidenció la experienciade nuestros marinos”, comentó elvicealmirante Evelio Ramírez, je-fe de operaciones navales.

La Armada se rige bajo unosprotocolos previamente estable-cidos que determinan, según elcaso, las acciones y el número deuniformados que debe designar.Recibido el SOS, se envían buquescon personal especializado enbúsqueda, rescate y primeros au-xilios al área donde ocurrió el in-cidente. Después de determinaren el software la ubicación másexacta para dirigir los botes a esaárea, la Armada evalúa si es nece-saria la colaboración de otrasfuerzas militares o de coopera-ción internacional.

Otro que sobrevivió para contar-la es Jorge Iván Morales, quien, encompañía de cuatro personas más,se perdió el 31 de agosto de 2016cerca de la isla de Malpelo, un em-blemático lugar para realizar acti-vidades de buceo ubicado a 500 ki-lómetros de Buenaventura (Valledel Cauca). Fue en el séptimo y úl-timo día de la expedición que lascinco personas decidieron em-prender una inmersión antes deregresar al puerto. “Estábamos bu-ceando cuando una corriente nosseparó del punto donde estaba ellanchero que nos acompañaba”,recordó Morales.

Las corrientes y las olas del Pa-cífico separaron al grupo en tres:Érika Díaz y Carlos Jiménez, porun lado, Jorge Iván Morales y elestadounidense Peter Morse enotro grupo, y en solitario quedóHernán Darío Rodríguez. Mora-les cuenta que Morse se fue a bus-car al lanchero, y al no encontrar-lo —había partido a avisar a la Ar-mada— continuó hasta Malpelo.Tardó más de cuatro horas na-dando. “Cuando recibimos elmensaje, mandamos buques alárea y pedimos apoyo de un aviónde patrullaje marítimo, otro de laFuerza Aérea y le pedimos a Esta-

dos Unidos que nos prestara unavión especializado en búsqueday rescate”, explica el contralmi-rante Pablo Guevara, entoncescomandante de la Fuerza Navaldel Pacífico, quien estuvo a cargode la operación de rescate.

Luego de 48 horas de haber em-pezado la búsqueda, y después deque el estadounidense lograra serrescatado en una roca, el aviónnorteamericano halló a JorgeIván Morales y Hernán Darío Ro-dríguez a 39 millas náuticas (72kilómetros) al sureste de la isla deMalpelo. “A pesar de las heridas,fue un momento histórico paranosotros cuando llegó el bote pa-ra rescatarnos. Es volver a nacer ymi familia está agradecida poreso”, dice Morales. A pesar de quelas labores de búsqueda conti-nuaron, ocho días después elcuerpo de Érika Vanessa Díaz fuehallado y aún se desconoce el pa-radero del instructor de buceoCarlos Enrique Jiménez, a quienla Armada le rindió un sentidoh o m e n a j e.

Las aguas del Pacífico tambiénpusieron en riesgo la vida de Cla-ra Julia Miranda y de sus niños.Ella tenía ocho meses de embara-zo cuando naufragó con 12 perso-nas en una embarcación a 31 kiló-metros de Tumaco (Nariño). Laembarcación había zarpado deMosquera (Nariño) el 21 de octu-bre de 2013, pero se volcó por elfuerte oleaje. “La joven fue trasla-dada al Hospital San Andrés deTumaco porque, debido al estrésal que fue expuesto los fetos, tu-vieron que adelantar el parto demellizos. Lo poco que llevaban enla balsa lo perdieron, pero hici-mos una recolecta y compramoslo que Clara Julia y sus hijos nece-sitaban”, expresó el entonces co-mandante (e) de la Estación deGuardacostas de Tumaco.

La transición hacia el poscon-flicto, dice el jefe de operacionesnavales, fortalecerá los procedi-mientos de las Fuerzas Militarescontra el narcotráfico y el crimenorganizado. Asimismo, afirmaque los mismos soldados estarándisponibles para salvar vidas y lesagradece por su entrega en cuer-po y alma al servicio de los ciuda-danos. “Muchos colombianos nosaben lo que implica el trabajo denuestros hombres y mujeres encumplimiento del deber. del de-ber. Se ausentan por largas jorna-das y dejan de compartir momen-tos especiales con sus familias,sin embargo, nuestros marinospersisten con su uniforme bienpuesto. Nos debemos a todos loscolombianos y a nuestros hom-bres y mujeres”.

6 49operaciones de búsqueday rescate ha realizado estaunidad de las FuerzasMilitares en los últimostres años, y 122 lleva en loque va de 2017.

409embarcaciones harecuperado la marinacolombiana desde 2014,79 de ellas este año.

‘‘Una persona, además delpánico que le puede generarquedar a la deriva en el mar,puede presentar hipotermia,deshidratación o estar expuesto aataques de animales”.Vicealmirante Evelio Ramírez,jefe de operaciones navales de la Armada.

Pericia enalta mar

EN LOS ÚLTIMOS TRES AÑOS LA ARMADA, QUE HOY COMANDA EL VICEALMIRANTEERNESTO DURÁN GONZÁLEZ, HA RESCATADO A 3.052 PERSONAS EN AGUAS NACIONALES.ENTRENAR A LOS HOMBRES PARA REACCIONAR CON AGILIDAD HA SIDO FUNDAMENTAL.

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Los drones llegaronal comando haceunos diez años./ Cortesía FAC

Se han efectuado más de 228 horas de vuelo en esta misión

Los drones de la restituciónLAS AERONAVES QUEHASTA HACE UNOSA Ñ OSBOMBARDEABANC A M PA M E N TOSG U E R R I L L E R OS ,AHORA SE USANPARA TRABAJAR CONLA UNIDAD DERESTITUCIÓN DETIERRAS. DANINFORMACIÓN SOBRELA TIERRA, QUIÉNESLA HABITAN Y SI HAYP E L I G R OS .

En la Base Aérea de Apiay, a 20 mi-nutos de Villavicencio (Meta), losaviones de las Fuerzas Armadasdespegaban todos los días, hastahace unos años, para cumplir mi-siones de combate. Si no lo hacíanpara identificar campamentos delas Farc, la tarea era bombardear-los. Los pilotos cuentan que despe-gaban en la tarde y regresaban en lanoche solo para descansar unascuantas horas para salir, de nuevo,al frente de guerra. El Acuerdo dePaz lo cambió todo. Hoy, esas mis-mas aeronaves están dedicadas aapoyar las tareas de restitución detierras en esta zona del país.

Además de contar con el apoyode los aviones tripulados, los quenormalmente vuelan por todo elpaís, el comando ha puesto a traba-jar para esta misión a los drones oaeronaves no tripuladas que estánen la Fuerza Aérea hace por lo me-nos diez años, y que habían servido,hasta ahora, para sobrevolar “zo -nas rojas”. Su tarea era capturar fo-tos y videos para elaborar planes deinfiltración o de bombardeo decampamentos ilegales. Los milita-res al servicio de esta unidad expli-caron, en su momento, que la laborde los drones, como se les conocecomúnmente, había ayudado a to-mar ventajas de carácter tácticofrente a guerrilleros, paramilitares,narcotraficantes y bandas crimi-n a l e s.

“Los pilotos que hacen las labo-res con la Unidad de Restitución deTierras son los mismos de los com-bates. Nosotros les ofrecemos las

imágenes que podemos capturardesde el cielo para que ellos midanlos terrenos, sepan cuál es la situa-ción de la tierra que quieren devol-ver y cómo ha cambiado con eltiempo”, explica el general IvánDelascar, quien hace unos años pi-loteaba uno de los helicópteros quevoló cientos de veces al rescate desoldados heridos, pero que ahora—afirma con orgullo— estas fuer-zas de la guerra también se puedenaprovechar para la paz.

El mayor Luis Eduardo Echeve-rri, uno de los militares que está de-trás de estas misiones, explicó queson varias las ventajas que han en-contrado los procesos de restitu-ción con el apoyo aéreo. “Utiliza -mos los sensores de las aeronavespara dos fines: hacer georreferen-ciación de los puntos en los que tra-baja la Unidad de Restitución deTierras y para prestarle la seguri-dad que necesita cuando susmiembros van a los terrenos. Antesde los viajes, nosotros podemos de-cirles cuál es la mejor vía para lle-gar, si hay obstáculos en la carrete-ra, si hay cultivos ilícitos y si haypresencia de grupos ilegales en lazona. Ellos tienen un ojo en el cielo

que los está cuidando”, señalaE c h eve r r i .

Como cualquier trabajo aéreo,agrega el oficial, el éxito de la mi-sión depende de si llueve o si estánublado. Sin embargo, los pilotosque están detrás de esta labor ase-guran que esa es una limitante muypequeña en comparación con lasventajas de este apoyo. “Les aho-rramos tiempo, problemas de se-guridad y, además, les damos imá-genes completamente nuevas delos terrenos. Así, ellos saben si hayhabitantes en la zona o si está des-truida”, agrega el oficial. RicardoSabogal, director de la Unidad deRestitución de Tierras ha sido unode los funcionarios que ha defendi-do estas tareas conjuntas.

“Nos están dando además las

pruebas de cómo eran esos territo-rios antes. Es un trabajo muy acti-vo, en el que el Estado está entran-do a esos lugares lejanos para quenunca más un guerrillero o un pa-ramilitar decida quién se queda yquién se va de una zona apartadade la geografía nacional”, comentaSabogal. El suboficial Arnol Mos-quera, que ha participado en lasmás de 228 horas de vuelo que sehan dedicado a labores de restitu-ción, dice que se trata de una tareaque sería casi imposible de lograrsin el apoyo de la Fuerza Aérea porel costo de los drones y de las imá-genes que producen.

“En términos comerciales, es su-premamente caro. Una hora devuelo de estas aeronaves es muycara, sin contar las capturas de

imágenes que en el mercado alcan-zan miles de dólares”, apunta Mos-quera, quien agrega que otra de lasventajas de estos vuelos, en com-paración con el que haría una aero-nave tripulada, es el tiempo quedura en el aire. Mientras que un pi-loto sólo puede estar en el aire ochohoras, los drones aguantan en elcielo casi 30. Aunque hasta ahoralas misiones sólo se han llevado acabo en varios municipios del Me-ta, el suboficial Mosquera esperaque muy pronto se estén registran-do fotografías en todo el país.

El uso de aeronaves no tripula-das es, para el mayor Echeverri, laprueba de que Colombia está a lavanguardia de los Ejércitos másimportantes del mundo. “E st a d o sUnidos, por ejemplo, está reem-plazando toda su flotilla, pues sa-ben que así está protegiendo a suspilotos. El país está a la par de ellos.Pero ninguno de ellos hace lo quenosotros hacemos en Apiay. Co-mandar este escuadrón y trabajarcon este proyecto de restitución esla verdadera paz. Ahí es donde es-tá el proceso de paz”, concluyeE c h eve r r i .

Transformación de la Armada NacionalLa Armada inició su transformación haciauna marina mediana de proyección regio-nal para responder a los retos actuales y fu-turos del país. Alineada en sus roles de de-fensa y soberanía, contribuirá en el desa-rrollo de Colombia como país marítimo anivel socioeconómico, rigiéndose por la re-distribución gradual de su fuerza para po-

tenciar su personal, el empleo multimisiónde los medios navales, la innovación paraalcanzar la autosuficiencia tecnológica y laexportación de productos navales, capaci-tación y entrenamiento.

Esta estrategia tendrá cinco vértices: elrol internacional, enfocado en operacio-nes de paz y de cooperación internacio-

nal; la defensa y seguridad de la nación; laprotección de mares y océanos; la seguri-dad marítima y fluvial, y el desarrollo ma-rítimo y fluvial, potenciando la industrianaval y garantizando la sostenibilidad delos recursos marítimos.

El vicealmirante Ernesto Durán Gonzá-lez, comandante de la Armada, manifiesta:

“Estamos llegando al momento de transi-ción en el que podemos mostrar tantas co-sas pendientes por hacer en el mar que sig-nifican empleo, educación, cultura, recur-sos, transporte. Si no nos preparamos, per-demos la oportunidad de que miles de co-lombianos exploten eso que tenemos bajoel agua, esperando a que lo saquemos”.

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~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Pilotean aviones Boeing 737

Aviones para ayudarEL COMANDO AÉREO DE TRANSPORTE MILITAR (CATAM) TRASLADAAYUDAS HUMANITARIAS POR TODO EL PAÍS. SE ENCARGA, ADEMÁS, DELTRANSPORTE DE LA FUERZA PÚBLICA. HOY, EN TIEMPOS DE PAZ, HA TENIDOCOMO PASAJEROS A ERRADICADORES DE COCA Y DESMINADORES.

La teniente Jackeline Saavedra, en el medio, junto con sus compañeros pilotos hombres.Ella es una de las cuatro mujeres de Catam.

Al frente de los aviones blancos co-merciales de las grandes aerolíneasdel mundo hay tres aeronaves, detamaños similares, de punta negray cuerpo gris. Están milimétrica-mente parqueados al lado de unade las pistas del aeropuerto El Do-rado en Bogotá, justo en el lugardonde el Comando Aéreo deTransporte Militar (Catam) guar-da sus aviones, entrena a sus pilo-tos y despega sus misiones. La te-niente Jackeline Saavedra, una delas cuatro mujeres que vuelan enesta unidad de la Fuerza Aérea, esuna de las responsables de habersituado, minuciosamente, uno deestos Boeing 737 que desde media-dos de los años 90 están al mandode esta fuerza mlitar.

La oficial Saavedra, quien sobre-sale de la fila de 59 pilotos hombresde Catam, cumple su tercer año co-mo copilota del Comando. Recuer-da, señalando un escudo con elsímbolo azul oscuro de los aviado-

res pegado en su overol verde mili-tar, que el día más feliz de su vidafue cuando obtuvo las alas que laconvirtieron en piloto. “Piloteareste avión es una bendición”, expli-ca la caleña sentada en una de lascabinas de los aviones más grandesque tiene la Fuerza Aérea de Co-lombia y que, por su tamaño, repre-sentan una de las labores más im-portantes de las fuerzas armadasdel país: el transporte pesado.

“Para entender qué significa esodel transporte pesado, el mejorejemplo que se me viene a la cabe-za es el trabajo que se realizó des-pués con la tragedia en Mocoa”,señala la teniente. Se refiere al pri-mero de abril de este año, cuandoel país despertó con la noticia deque los ríos Mocoa, Mulato y San-coyaco se habían desbordado y laspiedras y el lodo de la corrientehabían sepultado 17 barrios. El lla-mado de auxilio llegó hasta Catamde inmediato. Los oficiales del Co-

mando planearon entonces lo quese convertiría en el transporte deayuda humanitaria más impor-tante que recibieron las víctimasde ese desastre natural.

Hasta allá llegaron 298 mil ki-los de ayuda humanitaria, entrecomida, medicinas y elementosde aseo. Además, fueron ellos losque se encargaron de transportara los militares que ayudaron en la-bores de rescate y limpieza, a losmédicos que atendieron a los he-ridos y quienes adecuaron unavión, similar al que pilota Jacke-line Saavedra, con 16 camillas pa-ra tratar y transportar a afectadospor la avalancha. “Además de es-tas ayudas humanitarias, tam-bién nos encargamos del trans-porte de tropas a las fronteras, dellevarles alimentos y de llevar apolicías a los diferentes rinconesde Colombia cuando se celebranelecciones o fiestas tradiciona-les”, agrega la copilota.

Hace unos años, recuerda el te-niente coronel Eduardo Restre-po, uno de los pilotos con más ex-periencia, este Comando tenía latarea de llevarles suministros alas tropas que estaban en el frentede batalla y de relevar las unida-des que llevaban mucho tiempoen la selva. “Ahora, nuestra capa-cidad para trabajar en la guerra esla misma que tenemos para apor-tar en tiempos de paz”, asegura elcoronel Restrepo, quien ademásrecuerda que los asientos de esosnueve aviones pesados de Catam,que normalmente tienen la capa-cidad para transportar a 144 per-sonas, también han sido ocupa-dos por desminadores humanita-rios y erradicadores de coca.

A la lista de labores de esta uni-dad, la teniente Saavedra agregaotras dos tareas: sacar el reciclajede Leticia (Amazonas) y apoyardesde el aire cuando se registranincendios en todo el país. “Nues -

tro Hércules se puede adaptar pa-ra transportar y verter 3.000 galo-nes de agua. Nosotros estamospreparados para la multimisión”,comenta el teniente coronel y pi-loto Rolando Aros. Orgulloso deconocer las misiones que se hancompletado desde el Comando,Aros recuerda que además de lastareas de transporte de carga pe-sada, desde las pistas de Catamtambién despegan las misionese s p e c i a l e s.

Las pistas de Catam, ahora, sontestigos de otros trayectos funda-mentales para el país: los que ha-cen los delegados del Ejecutivohasta Ecuador para negociar unacuerdo de paz, esta vez con elEln. Mientras salen esos avionescargados de intentos de paz, laoficial Jackeline Saavedra y susdemás compañeros pilotos segui-rán atendiendo los desastres na-turales y a las tropas que defien-den las fronteras.

Los aviones se encargan de transportar ayudas humanitarias para atender desastres naturales en todo el país. / Foto: Fuerza Aérea

La tenienteSaavedra cumplesu tercer año comocopilota delCo m a n d o./ Fotos: Óscar Pérez

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