en cataluña somos un poco hobbits

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  • 8/18/2019 En Cataluña somos un poco hobbits

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    Entrevistas

    Dani Mateo: “En Cataluña somos un poco hobbits,

    tenemos miedo a todo lo que sea de fuera de La

    Comarca”Publicado por Fernando  Olalquiaga

    En ese campo abierto y casi siempre indómito que es internet, no hay día en que a Dani Mateo  no le llamen payaso,

    titiritero u otros calificativos tan en boga entre la ilustración contemporánea. A él, según reconoce sorprendido, esas

    apelaciones le dejan más bien perplejo, pues siempre quiso ser payaso, o por lo menos feriante. Hasta qué punto lo ha

    conseguido es algo que sin mucha perspicacia cualquiera puede llegar a valorar, pues no hay nada más parecido a una

    caseta de feria itinerante que el panorama televisivo de hoy, donde Dani se desenvuelve como pez en el agua. Pasó

    or Sé lo que hicisteis…, intentó hincarle el diente al periodismo deportivo con Periodistas F.C (y perdió varias muelas

    y dos caninos en el intento) y ahora mismo, mientras se hunde el mundo sin que lloremos por él, colabora activamente

    en El Intermedio y se pelea con todo tipo de audiencias intentando hacerles reír con su monólogo PK 2.0. Y en cierta

    ocasión memorable le obligaron a abrazar a un árbol, a ceñirlo con amor, mientras se sometía a una sesión de fotos a

    las órdenes de un auténtico fotógrafo del arte. Él no lo sabe, pero apenas hay dudas de que ese fue el origen de todo.

    Estudiaste periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona. ¿Cómo se desarrolla tu carrera hasta

    erminar participando principalmente en programas de humor?

    Todo ha sido una caída estrepitosa en el humor. De niño quería ser payaso.

    No me digas.

    Sí, le decía a mi madre que quería ser payaso, payaso de caravana. Los payasos me fascinaban; iba mucho al circo ypensaba que ser payaso era lo más: ir en un coche pequeño, que te tiraran tartas… y que te pagaran por eso. Era mi

    sueño. Pero recuerdo que mi madre me dijo que era una vida muy dura, que había que ir de pueblo en pueblo, vivir en

    caravanas, sin tener apenas nada para comer… estaba describiendo, sin saberlo, la profesión de periodista. Entonces

    yo, muy serio, le dije que quería ser veterinario. Me dijo que le parecía mucho mejor, y me preguntó que por qué

    veterinario. Le contesté: “Para curarles las diarreas a las monas.” Creo que, con cinco años, f ue el primer chiste que

    hice; vi que no es oro todo lo que reluce, y que un veterinario también le tiene que limpiar el culo a los monos. Total,

    Nuevo

    La enfermedad de las v írgenes

    José Ramón Alonso

    Los prisioneros de la torre de marfil

    Emiliano Bruner 

    Jugar al miedo

    Diego Cuevas

    Stephen Curry, el improbable dueño y señor de la

    NBA

    Guillermo Ortiz

    Qué bello es odiar 

    Juan Tallón

    Por qué necesitamos explicar la barbarie

    Kiko Llaneras

    Cómo escribir «Crimen y castigo» en cinco pasos

    Carlos Mayoral

    Fariña, un retrato minucioso y desapasionado de la

    «Galicia Connection»

     Álvaro Cora zón Rural

    No estoy viejo para esta mierda

    Bárbara Ayuso

    Asmáticos: seres con respiración torcida

    María Jesús Espinosa de los Montero García

    Opinión

    Luna de mano y m iel con Amarna

    José Antonio Montano

    Breviario del divorciado

    José María Albert de Paco

    Tonto el que lo escriba

    Cristian Campos

    Diez libros que habría lamentado perderme

    Enric González

    Las matemáticas que nos curan

    Clara Grima

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    que se me quedó que el payaso vive muy mal y no come, así que pensé “¿qué se parece a payaso, pero con título?”

    Quería hacer algo que tuviera que ver con la comunicación; fui a estudiar comunicación audiovisual, pero no me dio la

    nota. Ya por aquel entonces estaba totalmente desbocada. No sé qué pedían, pero no sé quién coño estudió allí.

    Desde luego, genios que ya no trabajan en España, estarán en el extranjero. Así que estudié periodismo porque era la

    alternativa más parecida, pero desde los primeros días ya tuve claro que como periodista iba a ser un fail   total. ¡Si yo

    soy un negado! No me interesaba, todo lo que era redacción periodística se me atragantaba… quería poner estilo. Solo

    al final de la carrera, cuando me explicaron un poco lo que era el nuevo periodismo, le empecé a ver algo de encanto a

    aquello.

    Es decir, que eres de los que estudió periodismo para pasarlo bien cinco años más.

    Quería tener un título para que mi madre dejara de llorar haciendo algo relacionado con la comunicación. Pero lo que

    siempre tenía en mente era ser payaso, y cuando le fui dando forma a esa idea mi referente era siempre AndreuBuenafuente. El late-night  siempre fue un formato que me atrajo mucho y quería ir por esa vía: Buenafuente, Jay

    Leno… Recuerdo que cuando llegué a la facultad lo primero que nos dijo el rector en el Aula Magna fue: “Aquí no

    habéis venido a ser Buenafuente.” Yo me levanté y me fui diciendo: “joder, esto es una puta mierda.” Me metí en la

    cafetería y ya no salí. O sea, que estudié periodismo por imposición y desidia, como creo que hace la mayoría de los

    que estudiamos periodismo.

    La mayoría de la gente que estudió periodismo acaba confesando que mejor habría sido estudiar cualquier otra

    cosa…

    De hecho, los mismos profesores me decían eso. El desaliento rodea la carrera y la profesión de periodista; si hablas

    con periodistas te dicen: “No hagas esto, déjalo, está fatal”. Los periodistas de la universidad, que en muchos casos

    son periodistas frustrados, te dicen que están ahí porque no han tenido otro remedio pero tú, que aún estás a tiempo,

    puedes salvarte. Todo es como una puta mierda desde el principio. Creo que, sin saberlo, igual lo mío es vocacional;

    de otro modo no me explico por qué seguí estudiando, me empeñé en hacerlo.

    ¿Te ha aportado algo a tu carrera profesional lo que aprendiste en la universidad?

    La sensación de que nadie te regala nada. Se empeñan tanto en dejarte claro que no hay ninguna posibilidad real, que

    te obligas a creer en ti mismo. Te enseña a creer en ti. Lo que te enseñan a nivel académico… sinceramente, no.

    McLuhan  nunca me ha sacado de ningún apuro. Estructura de la comunicación de masas II  no es un conocimiento al

    que haya tenido que recurrir muy a menudo. Pero este salir adelante pese a que todo pinte mal que te enseñan en la

    carrera sí te sirve en el futuro. Como todo siempre pinta mal, y el futuro es aún más negro, ese seguir adelante pese a

    todo que aprendes en la facultad es útil.

    ¿Te siguen haciendo gracia los payasos del circo?

     Aún me río un poco, pero mi listón ha s ubido. O lo han bajado ellos, no lo tengo muy claro. Queda algo de buen circo,

    algunos soñadores, como el Raluy; o los que ya lo han sublimado, como el Circo del Sol. Si mi madre viera lo que

    cobran por cada entrada iba a cambiar de idea de lo que es la vida circense. Pero el circo en general ha hecho poco por 

    mantenerse a flote: esos animales drogados, ese mono fumando que te roba las palomitas…

    ¿Qué es lo que más te gusta hacer de todo lo que haces? Monólogos, programas de televisión…

    Lo que me gusta es ver crecer la hierba. De lo que hago para ganarme la vida porque no hay otro remedio, intento

    disfrutar con casi todo. Todo se parece mucho. Cambia el sitio, pero lo que hago viene a ser lo mismo: hablar 

    intentando ser divertido. Quizá hay días que se han dado mal, o después de leer la prensa recién levantado sin un café

    en el cuerpo y con esa avalancha de negatividad me dan ganas de aullar como Charlie Rivel; alguna vez lo hago, me

    sirve como terapia. Los vecinos piensan que es el perro, pero no, he sido yo.

    ¿Ha pasado un poco de moda esa manera de hacer humor? Quizá queda Tricicle y poco más.

    El circo en general ha pasado de moda, como te decía antes. Lo mejor para eso es el teatro; no hay límite de tiempo,

    no hay línea editorial, no hay publicidad… no hay nada más que tú con un micro y la gente. Lo que intento en la radio,

    en la tele y en la prensa es hacer algo parecido a lo que hago en un teatro, seguir siendo yo pero amoldándome a lo

    que me piden, algo que en el teatro no hay. Cuando vas a una radio o una tele entras a formar parte de una estructura

    más grande y eres un empleado, por lo que tienes que acabar haciendo lo que te dicen que hagas y buscarte las

    vueltas para intentar aportar algo tuyo. En el teatro eres sólo tú, con lo bueno y con lo malo.

    ¿Eres más libre en el teatro que en la televisión?

    Es que yo he tenido mucha leche. Si miras lo que he hecho en televisión… es un lujo. La noche sin tregua  era un piso

    de estudiantes, un cachondeo perpetuo. Además éramos unos potros debocados, sin presión ni saber qué era la

    audiencia. Eso solo porque había cámaras. Luego, cuando di el salto a Primera División con Sé lo que hicisteis… fíjate

    qué programa, qué libertad. Podíamos hacer de todo, participar en el proceso creativo, escribir los sketches, editarlos…

    Y en El intermedio, que para mí es un paso más porque ya estás en “prime-time”, el margen de libertad que te dan, la

    cantidad de cosas que podemos decir que en otro sitio serían impensables. Es poco habitual. Tendría que estar en un

    Sálvame para ver lo que es televisión de verdad, donde te dicen que te toca pelearte con Lidia Lozano, y si preguntas

    por qué la respuesta es “porque sí, porque lo digo yo y además tienes que hacerlo justo antes de la publi de

    Campofrío”. Eso sí que es tele de la dura. Yo no la he conocido, por lo tanto casi todo lo que he hecho en televisión se

    parece mucho a lo que hago en un teatro. No puedo realmente juzgar lo que es trabajar en la tele con esos límites. Sé

    que hay gente muy jodida por ahí, gente con mucho talento, amigos míos que están de redactores en Intereconomía,

    por poner un ejemplo, donde sabes que tienes un margen de movimiento muy pequeño. Pasa en casi todos los medios.

    ¿Ni en Sé lo que hicisteis ni en El intermedio os han puesto límites?

    Los límites los marca el sentido común. Es algo muy importante, pero en esta profesión y en todas. Es cierto que,

    como en El intermedio  no participo en el guión, lo que me viene está ya hecho. Pero creo que en El intermedio  todos

    están muy a favor de obra, todos los que lo hacemos participamos, con discrepancias puntuales, de lo que se dice. Me

    Agenda Cultural Jot Down

    Talleres de escritura y audiovisuales en CasaTomada (modalidades presencial y online)

    Jueves, 1 octubre, 2015 - Jueves, 30 junio, 2016

    Sevilla

    Taller: «THE SOUNDS OF SILENCE: Escuchando la

    música rock má s allá de sus sonidos»

    Jueves, 29 octubre, 2015 - Martes, 15 diciembre, 2015

    Sevilla

    Exposición: «DO THE MUTILATION (and other funny

    hings to do on a friday night)», de Álvaro P-FF

    Viernes, 30 octubre, 2015 - Sábado, 5 diciembre, 2015

    Madrid

    Teatro: (Des)de los esc ombros

    Sábado, 14 noviembre, 2015 - Sábado, 28 noviembre,

    2015Madrid

    Taller de escritura creativa con Tomás García Yebra

    Lunes, 23 noviembre, 2015

    Madrid

    Clásicos y modernos: «Subsuelo», de Marcelo Luján

    Miércoles, 25 noviembre, 2015

    28012

    Teatro: Historia de España en 70 minutos

    Miércoles, 25 noviembre, 2015

    Madrid

    «Dictadores». Encuentro y charla con la artista

    Roberta Marrero

    Miércoles, 25 noviembre, 2015

    Madrid

    Exposición: «En otras palabras», de A ntonio

    Merinero, en la galería KikeKeller 

    Jueves, 26 noviembre, 2015 - Miércoles, 20 enero,

    2016

    Madrid

    http://www.jotdown.es/events/exposicion-en-otras-palabras-de-antonio-merinero-en-la-galeria-kikekeller/http://www.jotdown.es/events/dictadores-encuentro-y-charla-con-la-artista-roberta-marrero/http://www.jotdown.es/events/teatro-historia-de-espana-en-70-minutos-2015-11-25/http://www.jotdown.es/events/clasicos-y-modernos-subsuelo-de-marcelo-lujan/http://www.jotdown.es/events/taller-de-escritura-creativa-con-tomas-garcia-yebra-2015-11-23/http://www.jotdown.es/events/teatro-desde-los-escombros/http://www.jotdown.es/events/exposicion-do-the-mutilation-and-other-funny-things-to-do-on-a-friday-night-de-alvaro-p-ff/http://www.jotdown.es/events/taller-the-sounds-of-silence-escuchando-la-musica-rock-mas-alla-de-sus-sonidos/http://www.jotdown.es/events/taller-de-escritura-creativa-niveles-inicial-y-avanzado-presencial-y-online/http://goo.gl/lCjR85http://goo.gl/5Sf6Hxhttp://www.jotdown.es/2012/02/las-guerras-del-prime-time-i/

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    gustaría estar, como reto, en un programa con el que no coincidiera en nada y cuyas opiniones fueran completamente

    opuestas a las mías para saber hasta qué punto sería capaz de adaptarme a eso.

    ¿Por ejemplo?

    El gato al agua; ahí, con dos cojones, dando caña con un Xavier Horcajo. Si soy capaz de adaptarme, es que soy un

    camaleón. Pero no creo que pudiera.

    ¿Reconoces que El intermedio está bastante politizado?

    Hombre, eso no lo reconozco yo, lo ve un ciego. LaSexta entera está muy politizada, lo cual es bueno. Es de las pocas

    cosas que nos dijeron en la carrera que he visto confirmadas: la objetividad es imposible, no hay un medio objetivo. No

    existe un medio apolítico; hasta el Cuore  tiene política. Lo que sí es bueno es que haya muchos medios, cuantos másmejor, de opciones muy distintas, para que puedas ver dos puntos de vista enfrentados de un mismo asunto. Está

    claro que en El intermedio  siempre van a tener una visión de la realidad, que no es la única ni la buena, y que en otros

    sitios van a tener otra, como en El Mundo. El caso de Intereconomía  es distinto; mucha gente dice que El intermedio

    es como Intereconomía, pero de signo contrario. Sí, somos justo lo contrario porque no mentimos. Primero, nosotros

    somos un programa de humor, no nos vendemos como informativo. Y segundo, opinamos sobre cosas reales, no

    inventamos datos. No decimos que en una manifestación ha habido un número de personas imposible. No insultamos,

    no llamamos guarra y puta a una política de la Generalitat. No es comparable ni en el formato, ni en el género ni en las

    cosas que decimos.

    ¿Ahora hay humoristas de derechas?

    Los ha habido siempre, y muy buenos.

    Quizá antes eran más buenos que ahora: un Jardiel, un Muñoz Seca…

    …un Tip. Sí. Hombre, yo creo que Salvador Sostres es humorista, aunque sin él saberlo.

    ¿Crees que él no lo sabe?

    Sí, yo creo que sí. Sostres… ¡qué hijo de puta! Es un provocador. En la universidad ya comentábamos sus artículos

    en el  Avui. Cosas del tipo “Cuando te puedes pagar una puta de mil euros empiezas a desvirtuar el sexo con amor.”

    Ese tipo de opiniones tan de Sostres. Ha encontrado un filón, yo creo que es un sofista. Sostres no cree en nada, pero

    sabe muy bien cómo tocar los cojones, es su gran don. Pero a mí a veces me indigna, traspasa algunas líneas rojas.

    Pero humoristas de derechas… es una buena pregunta, porque mira que en mi profesión… yo es que creo que cada

    vez hay menos humoristas que se mojen políticamente, y eso sí que es triste. Los hay de derechas y de izquierdas,

    pero que hablen o denuncien…

    Quizá es porque la política está tan sucia que no hay muchas ganas de meterse en ella.

    Tengo poca fe en los políticos, pero en la política sigo teniendo fe. Creo que la política es importante como marco para

    que esto funcione. Lo que pasa es que los políticos… se habla mucho ahora de la casta de los políticos, y creo que

    está muy bien buscada la palabra, porque están separados de todo; y yo añadiría que son los intocables: la casta de

    los intocables. Se defienden entre ellos, están cada vez más desconectados de lo que piensa la calle. Es un “ellos

    contra nosotros”. Pero sobre política sí que hay muchas cosas que decir y muchas cosas que denunciar, y de eso va

    el humor. Los humoristas que me gustan son los que se mojan desde el absurdo, haciendo evidente el absurdo de

    muchos comportamientos humanos. George Carlin  me parece un puto genio. O Bill Maher , con sus sombras. A Bill

    Maher le he oído hablar sobre política antiterrorista o sobre algunas cosas sobre las que no estoy de acuerdo, pero esgracioso, crea polémica y está más conectado con lo que piensa la calle que muchas de las cosas que dicen los

    políticos. Ahora que los políticos no están haciendo su trabajo quizá los cómicos tenemos que cubrir esa parcela.

     Agradecería que saliera un cómico de derechas. Las cosas, con una s onrisa, se pueden hablar mejor.

    En el mundo del espectáculo da un poco de vergüenza decir que eres de derechas, y si lo dices se genera un

    pequeño escándalo.

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    Hoy en día la derecha es difícil de defender. En mi familia hay gente de derechas y ellos mismos no entienden esta

    derecha de hoy en día; sin valores, sin moral y vendida al capital. Había hasta filósofos de derechas, con los que

    podías estar más o menos de acuerdo, pero veías una ética detrás. Ahora mismo detrás de la derecha sólo hay

    conveniencia. ¿Qué es lo que más conviene a la empresa o al mercado? Ha dejado de ser una ideología. Si un amigo

    mío viene y me dice que es de derechas, a poco que rasque me daré cuenta de que no es que sea de derechas, es

    que es un tío práctico. Lo más práctico es hacer lo que dicen, adaptarse a lo que pide el mercado y así salir adelante

    sin luchar por ideales. Pero eso no es la derecha, la derecha era muy soñadora y tuvo una época muy utópica.

    ¿Crees que al revés también pasa? Gente que dice ser de izquierdas pero que luego su vida no es coherente

    con sus ideas.

    Sí pasa, pero canta más. Cuando alguien dice ser de izquierdas pero luego intenta aplicar esos valores de izquierda al

    mercado o darle una salida práctica, se acaba desmoronando. Quizá queda mejor decir que se es de izquierdas y noserlo que decir que se es de derechas y no serlo. Estamos muy desconcertados sobre lo que es ser de izquierdas o de

    derechas; hay tan pocos ejemplos a seguir, tan pocos referentes, que se ha desvirtuado mucho. Si ser de izquierdas

    significa tener un cierto sentido de la justicia social… la izquierda moderada, la izquierda radical… yo no soy

    anarquista, pero me considero de izquierdas en el sentido de que considero que hay que vivir y dejar vivir, intentar que

    la gente que te rodea sea lo más feliz posible y que tenga calidad de vida.

    A Federico Jiménez Losantos  el comunismo le parece una mala idea que se basaba en los buenos

    sentimientos.

    Qué listo es Losantos. Yo creo que era una buena idea que no contó con el factor humano. Como pasa con casi todas

    las buenas ideas, nos olvidamos de que las tienen que aplicar monos que se peinan. Pero también te digo que mi

    abuela, que era de Falange, me enseña libros y me recita poemas de aquella primera Falange y hay muchos puntos en

    común: la solidaridad, el todos a una, el luchar por el bien común… es que los extremos se tocan. Luego claro, la gente

    que aplicó aquello y los que aplicaron lo otro en Rusia se perdieron por la codicia. Lo que faltan son valores, eso sí que

    se ha perdido del todo. La política está perdida, pero la ética aún más.

    Según tengo entendido eres bastante afín al movimiento del 15M. ¿Qué han aportado?

    De momento no han aportado nada.

    Quizá tiene relación con lo que decías, que es muy utópico, pero que luego se ha de llevar a cabo.

    Tengo familia valenciana, y ese concepto de la falla, de que todo arda para purificarse, es bueno. Cuando las cosas se

    pudren mucho por dentro y están muy anquilosadas, como es el caso del actual sistema político, hace falta un 15M

    aunque sea ingenuo, con muchos errores, sin una salida práctica y que no esté orquestado, para que al menos quede

    claro que lo que hay no está funcionando. El 15M ha sido un bonito despertar para mí, ha sido un grito, un aullido como

    el de Charlie Rivel; ahora toca empezar a vehicular. Como aullido tiene que servir para que los que saben darle forma a

    todo esto y tienen los mecanismos para poner un poco de orden en nuestra sociedad lo interpreten como un lamento

    agudo que parte de gente que lo está pasando muy mal e intenten virar y empezar a hacer las cosas de otra forma.

    Vehicular el 15M es muy difícil, pero escucharlo no lo es tanto. Si por lo menos sirve para que los que están haciendo

    las cosas, se están reuniendo en las cumbres y se es tán haciendo la foto oigan a la gente quejarse e intenten variar yempezar a hacer las cosas de otra forma… Cuando ves estas nuevas propuestas en Europa o cuando escuchas el

    discurso de investidura de Hollande oyes mucho de lo que se lee en internet o se oye en Sol de una nueva forma de

    hacer política, de salir de esta crisis en una dirección que nos permita vivir a todos y no en la dirección que parece la

    única posible y que no gusta a la gran mayoría.

    ¿Qué defectos le ves al 15M?

    Mucho bongo. Leí un tweet muy bueno que era “Estoy a una batucada de hacerme pro-sistema”. Me parece muy bien

    que tenga ese carácter festivo, pero convertirlo en una acampada y darle una estética que deja fuera a muchos de los

    que compartimos las ideas lo puede desvirtuar. En el 15M hay gente mayor y gente de 15 años. Los de 15 años van a

    estar con el porro y los bongos en Sol, y luego habrá un tío de 40 años que se pase por allí un rato, escuche un par de

    asambleas y se pire a su casa; y ese tío también es 15M. Si se radicaliza perderá el sentido, la adhesión de los que lo

    apoyamos y muchas otras cosas. Le sobra bongo y el contenedor quemado, que no ayuda. Pero también es verdad

    que detrás de esa imagen que se quiere dar en según qué sitios veo una mano negra, igual que mucha provocación

    para que salten los que ya van a los sitios esperando ver un contenedor para quemarlo antes de preguntar. Hacer saltar a esa gente es tan fácil que algunos a los que no les interesa que el 15M siga, o que haya quejas, es a lo que se

    dedican. ¿Tú viste a esos policías de paisano en Barcelona? Unos tíos con unas rastas de pega, un mocho en la

    cabeza y unos brazos como jamones ibéricos. No eran unos magos del disfraz, pero ahí estaban.

    http://www.jotdown.es/2012/04/federico-jimenez-losantos-la-monarquia-actual-es-una-mezcla-de-incompetencia-y-corrupcion/

  • 8/18/2019 En Cataluña somos un poco hobbits

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    El 15M pide mucha más intervención del Estado y lo público en los asuntos de los ciudadanos. Pero si estás

    en contra de los políticos, ¿no es eso un poco contradictorio?

    Pero es que lo público sigue teniendo sentido. Yo no me creo este rollo neoliberal de que lo público tiene que morir 

    porque la evolución así lo pide. El mercado siempre pide lo mismo: más mercado y menos gestión pública, porque les

    interesa a ellos. Lo que debería hacer el Estado es delimitar el ring en el que debe moverse el mercado. Por ejemplo,

    de todo lo que está pasando ahora mismo, la crisis que me preocupa a mí es la del futuro: la deslocalización, llevar 

    toda la producción fuera porque es más barato fabricar en Bangladesh que aquí. Si no le ponemos límites a eso y

    dejamos que el mercado se autorregule, como siempre busca el máximo beneficio no se va a preocupar de que la

    gente tenga unas condiciones de vida dignas, porque eso va contra el negocio. Lo suyo es que el mercado piense en el

    negocio y que el Estado piense en la gente. De esa negociación debe nacer un lugar que permita convivir.

    Todos somos un poco culpables; estamos encantados de que sean asequibles móviles de últim a generación,

    por ejemplo.

    Los ciudadanos durante mucho tiempo hemos estado muy dormidos y demasiado poco conscientes de que somos un

    actor importante en todo este proceso, que también nuestras decisiones cuentan, que lo que hacemos tiene sus

    consecuencias y tenemos que ir aprendiendo a ser una ciudadanía responsable. Eso está naciendo ahora, y estambién del 15M. Ni dejarlo todo en manos de papá Estado, como critican desde un lado con razón, ni dejarlo todo en

    manos de papá mercado, como critican desde el otro lado. Dejemos ya de ser hijos de papá, nosotros tenemos que

    poner de nuestra parte. Y tienes toda la razón del mundo, cuando veo algunas ofertas de Zara me pongo a temblar,

    porque pienso que si el vestido vale 12€ que mi sueldo sea de 400€ ya estará bien. ¿Vamos a ir empequeñeciendo

    hasta desaparecer o cómo va eso? En Francia estuve viendo unos documentales que están muy bien; enseñan dónde

    se fabrica casi todo lo que consumimos. Te enseñan el último móvil y te dicen su precio. Seguidamente te muestran

    qué pasa en las minas y ves a los niños, muchos de los cuales mueren antes de cumplir los 15 años, sacando el

    coltán con las manos. Y dices… ¡hostia puta! Ésa es la parte que no queremos ver. Creo que nos hemos despertado

    muy de golpe y estamos recibiendo cada día golpes muy fuertes que no esperábamos, pero me gusta el proceso. Ya

    que la globalización parece ser inevitable vamos a empezar a domarla y ponerle las riendas, a decirle “hasta aquí sí,

    hasta aquí no”. Vamos a globalizar un poco la justicia, no la injusticia ni las desigualdades. Todo eso parece muy

    complicado, pero parte de una cosa muy sencilla: ética. Unos valores que están muy claros. ¡Si ser buena gente no es

    tan difícil y todos sabemos lo que es ser buena gente y ser mala gente!

    Ha costado mucho serlo.

    Sí, pero tenemos mucha historia para revisar. Sacas un común denominador de lo que durante mucho tiempo se ha

    considerado ser bueno y hacia eso tenemos que ir. Pero ponerle una etiqueta es complicado, ves mucho cinismo por 

    ambas partes. Jot Down, por ejemplo, ¿qué es? ¿Tiene ideología? ¿Es de derechas o de izquierdas?

    No lo sé; se han recibido críticas por ambas partes.

    Es bueno que la gente hable. Tenemos que hablar mucho. En Jot Down  me sorprendió muchísimo la entrevista a

    Mario Conde. Me parece un tipo fascinante y muy aprovechable. Luego escuchas a Carrillo  y también me parece un

    tío inteligente y muy aprovechable. Ambos tienen en su currículum cosas que no te las crees, cosas horrorosas,

    porque todo el mundo se equivoca, nadie es perfecto. Por eso quizá igual tenemos que abandonar un poco los

    prejuicios e intentar poner lo mejor de cada uno en común y hablar. Ésa es una de las cosas que más me gusta del

    15M. No excluye. La única forma que tenemos de salir adelante es hablar y yo, humildemente, como comunicador, voy

    a hacer lo único que sé hacer, que es hablar y participar en este debate que se está generando. Por cierto, ¡cómo

    cuesta hablar de política y mantener el humor! A lo mejor por eso hay tan pocos cómicos que hablan de política, te

    pones serio en seguida.

    Muchas veces la ideología se toma como un ataque personal.

    Hombre, es que hay muertos. Y muchos. Venimos de un país con una historia muy negra y mucha sangre; todos

    tenemos en la familia a dos generaciones con algún muerto de un bando o de otro. Y eso dificulta mucho hablar de una

    forma tranquila de este tema con cierta ironía y sentido del humor. En las conversaciones políticas la gente se acaba

    http://www.jotdown.es/2011/08/mario-conde-cuando-veo-la-vocacion-de-subdito-de-los-espanoles-me-asusto/

  • 8/18/2019 En Cataluña somos un poco hobbits

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    encabronando; si hablar de política siempre es difícil, hablar de política en España se está poniendo… y por más

    generaciones que pasen no superamos ese bache. Los muertos, como en Walking Dead , siguen saliendo. Cuando ya

    parece todo olvidado de repente aparece una mano de la tierra.

    Quizá hay intereses en que no se superen.

    Sí, el enfrentamiento sigue dando dinero.

    Volviendo al humor, ¿cómo preparas un monólogo?

    No lo sé, no tengo técnica.

    ¿Cuánto tiempo te lleva? ¿Dos horas? ¿Un día? ¿Un mes?

    Me lleva mucho, por eso hago el mismo durante tanto tiempo. Casi todos los que nos dedicamos a la comedia somos

    un poco vagos. Quizá para otra gente no, pero para mí escribir es un proceso bastante doloroso. En el escenario es

    muy divertido, pero ponerlo en papel es como un parto, lo paso fatal.

    ¿Te sientes cómodo en el escenario?

    Muy bien. De hecho, el monólogo se escribe en dos fases. La primera, donde escribo lo imprescindible para poder subir 

    al escenario, y la segunda, que es la buena, es en el escenario, con el público. Ahí es donde realmente se va

    escribiendo. Lanzas ese chiste que creías que iba a ser la bomba, acaba siendo una puñetera mierda y lo tienes que

    tirar. Y otro, en el que no tenías ninguna fe, empieza a funcionar y le tienes que ir dando forma; improvisas y se acaba

    convirtiendo en un chiste que funciona. Pero escribir es un horror. Algunos cómicos ya han encontrado su rutina y sus

    temas. Luis Piedrahita, por ejemplo, es un tipo muy metódico. Él habla de cosas pequeñas y de ahí parte siempre: de

    las mandarinas, de las cosas que hay en el baño… Hay otros que van sobre lo que hace la gente. El club de la

    comedia fue un filón para ese tipo de monólogos, muy Seinfield : “¿Os habéis dado cuenta de que…?” “¿No os ha

    pasado nunca que…?” Yo no hago nada de eso. Tengo ideas que me hacen gracia y luego, cuando intento ponerlastodas juntas y formar con ellas un discurso lo paso fatal porque no tienen nada que ver unas con otras. O me pongo

    muy literario y no funciona… es realmente complicado. Lo que hago es encerrarme y pelearme conmigo mismo hasta

    que sale algo. Salgo arañado, con la ropa hecha harapos y un monólogo de mierda. Con eso me subo a un escenario y

    ahí empieza a cogerse. Es todo muy lento. Y el resultado no acaba siendo muy bueno [Risas].

    Cuando entrevistamos a Tricicle nos dijeron que tenían ya estudiado cada cuántos segundo se reía el público y

    cuántas veces a lo largo del espectáculo…

    ¡Qué catalán!, ¿no?

    …incluso los tipos de risa. ¿Te pasa lo mismo? ¿Según las reacciones ves si has creado el efecto que

    querías?

    No llego al punto de cronometrar a mi público. Pero sí que es verdad que si durante más de dos minutos no hay risas,

    algo estás haciendo mal. No hay ningún chiste que dure dos minutos. O la risa después de dos minutos tiene que ser 

    clamorosa y que se venga abajo el teatro. Y es que el monólogo no es como una obra de teatro; si hay silencio y al

    final un aplauso es un completo fracaso, por largo que sea el aplauso. Un monólogo pide risas todo el rato.

    ¿Recuerdas alguna situación en que no arrancara y sentirte…?

    Sí, pero no hemos venido aquí a humillarme, ¿no? [Risas]

    ¿Cómo afrontas una situación así?

    Es difícil hacerle frente a una situación en la que no se ríen.

    Siempre puedes hacer las pedorretas con el sobaco…

    http://www.jotdown.es/2011/07/el-tricicle-nos-llaman-mimos-quienes-no-tienen-ni-idea-de-lo-que-hacemos/

  • 8/18/2019 En Cataluña somos un poco hobbits

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    …o fingir un desmayo, eso funciona. No, creo que la forma más honrosa de salir es ser sincero y decirles: “No os está

    haciendo ni puta gracia, ¿no?” Entonces mucha gente se ríe porque se olvidan de que el teatro no es la tele, donde

    entre ellos y tú hay una pantalla, con lo que si no se ríen no te va a afectar. Pero en teatro no hay pantalla; entonces si

    no te ríes yo te veo y si eso dura mucho rato ya empiezas a joderme. Como en La rosa púrpura de El Cairo, si cruzas

    la pantalla  provocas una risa incómoda, pero risa al fin y al cabo; y ya tienes algo con lo que volver a empezar 

    arrancar. Pero claro, si el siguiente chiste es malo y el otro también, aunque estés ahí le da igual, y te pasa un poco

    como al padre de Quique San Francisco.

    ¿Qué le pasó?

    Tiene una anécdota brutal. Estaba haciendo una obra de teatro muy mala y lo sabía. Salió al escenario y su frase era

    “Oigo pasos.” Se levantó uno del fondo y dijo “Soy yo, que me voy.” La base para que haya risas es que lo que hagas

    sea divertido. A partir de ahí, si es divertido pero no acabas de conectar con el público, hay trucos y formas de salir;pero si lo que haces no es nada divertido la gente tiene todo el derecho del mundo a no reírse. Yo al principio era muy

    malo. Pero malo, malo, malo; malo con avaricia, porque además estaba como muy de vuelta, miraba a la gente por 

    encima del hombro; me había creído mucho lo del humor inteligente. Era como Bill Murray  en Tootsie, cuando están

    en una fiesta de cumpleaños y Murray, que es un director teatral, dice que no le gusta cuando al acabar una obra le

    felicitan, sino que le gusta que al cabo de tres semanas se le acerque un tipo por la calle, le diga que vio su obra y le

    pregunte de qué iba. Al principio yo era un poco así de gilipollas. El humor pide mucha humildad y es una cosa muy

    sincera, no se puede fingir. Por bien que te caiga el tío que está sobre el escenario es mucho rato el que hay que estar 

    riendo, y al final se acaban cayendo las máscaras.

    Hicisteis un programa que se llamaba Periodistas F.C.

    No lo hicimos, lo empezamos a hacer.

    Si no recuerdo mal era una especie de Sé lo que hicisteis de la prensa deportiva.

    Ésa era la idea, pero nos faltó “punch”.

    ¿En qué sentido?

    SLQH   iba a saco contra la prensa rosa. Nosotros quisimos ser demasiado amables. Nos encontramos con dos

    problemas: primero que fuimos demasiado descafeinados. Los periodistas deportivos van muy a degüello, y no

    estuvimos a la altura. Creo que deberíamos haber enseñado más sus vergüenzas. Quisimos empezar poco a poco,

    pero en televisión ése es un término en desuso; o vas deprisa y te compran en seguida, o estás muerto. No nos dieron

    tiempo a coger velocidad de crucero. La idea del programa era empezar ganándonos a la gente de la prensa deportiva,

    porque necesitábamos su colaboración; pretendíamos que nos compraran, que vieran que éramos chavales sin más

    intención que echar unas risas y, poco a poco, ir dando más palo. Pero nos falló la estrategia; deberíamos haber 

    empezado dando palos duros desde el principio porque la gente, para vernos a nosotros criticar de forma “light” a

    Roncero, prefiere ver cómo el presentador de su propio programa le mete palos. Nos falt ó garra. Y además nos

    encontramos con que la gente aficionada al fútbol no está muy por la labor de tomárselo a risa.

    ¿Por qué se lo toman tan en serio?

    Yo qué cojones sé. Cada vez que hay un intento de hacer algo de periodismo deportivo alejado del forofismo, fracasa.

    Javier Gómez, colaborador de Jot Down, tenía un programa cojonudo en Marca TV que se llamaba Entre copas  en el

    que intentaba hablar de deporte desde una óptica desapasionada, más reflexiva, hablando de las intrahistorias, del

    deporte, buscando una tertulia más sosegada… fracasó estrepitosamente. Nosotros intentamos hablar del deporte con

    sentido del humor, riéndonos un poco de los tópicos de un bando y otro —digo de un bando y de otro porque en el

    fútbol hay bipartidismo y se acabó—, de que los otros clubes no existan. Pues se lo tomaban mal los del Barça, los del

    Madrid, los de los otros clubes… Un amigo mío, Juan Solo, tiene un blog en Marca, te recomiendo que entres a ver 

    los comentarios. Eso es “Conectamos en directo con Mordor”. De “hijo de puta” no baja ninguno. Antes decíamos que

    en política es normal porque hay muchos muertos, ¿pero en fútbol?

    A mucha gente mentarle a su equipo de fútbol le parece más ofensivo que insultar a su madre.

    Creo que utilizamos demasiado el fútbol como terapia y catarsis. En el fútbol todo está permitido: insultar al árbitro y

    cagarse en su puta madre, cagarse en el de al lado porque lleva una bufanda de un color distinto… utilizamos el fútbol

    como un exorcismo para sacar todo el mal rollo de la semana. Volcamos ahí lo peor de nosotros mismos y está

    permitido. Con lo cual todo lo que hable del fútbol buscando lo mejor del ser humano está condenado al fracaso, porque

    el fútbol existe precisamente para que el ser humano vuelque lo peor de sí.

    ¿Piensas que el clientelismo es bueno al hacer periodismo deportivo?

    No, lo tolero, pero no creo que sea bueno, me gustaría que no fuera así. Yo disfruto mucho leyendo a Normal Mailer   y

    sus crónicas sobre los combates de Muhammad Ali. O leyendo a John Carlin  en El País, te cuenta historias. El

    periodismo deportivo ilustrado me encanta, me encantaría que tuviéramos una prensa deportiva así. Pero bueno, yo

    también participo un poco. Pero todo lo que tenga que ver con la convivencia en sociedad, para lo que es

    imprescindible un periodismo sano… joder, deberíamos tomárnoslo más en serio por la cuenta que nos trae a todos. Te

    puedes enfadar mucho por un artículo del As o uno del Sport , pero difícilmente vas a salir a la calle a pegar a un tío…

    El skinhead que va a pegar al Bernabéu no se lee los artículos hasta el final. Yo discuto mucho con Wyoming sobre si

    las expulsiones de Pepe son justas o injustas, incluso podemos elevar el tono, pero de ahí no pasa. Pero en política, o

    más allá de la política y el votar, como cosas que afectan a nuestra convivencia y pueden determinar en un sentido o

    en otro la gente que nos va a gobernar y el futuro… Creo que el periodismo se tiene que acercar un poco más a losgrandes temas del ser humano, a la Filosofía. Como decía Ricardo Castella en unas de sus frases más brillantes “me

    compro El País  para saber lo que pienso”. Todos nos educamos gracias al periodismo, y acabamos formando los

    principios que reinan en nuestra vida. Somos lo que leemos; yo no rijo mi vida según lo que leo en el Sport , pero a lo

    mejor sí que rijo mi vida según lo que leo en El País, en El Mundo o en Jot Down. Creo que es muy importante, y ya no

    solo para nosotros, sino para generaciones venideras, que ahí tengamos una especie de filtro; que cuando uno empuña

    una pluma para escribir para mucha gente sepa el poder que tiene lo que está diciendo y que intente dar lo mejor de sí.

    http://www.jotdown.es/2011/05/tres-dimensiones-contra-cuatro-paredes/

  • 8/18/2019 En Cataluña somos un poco hobbits

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    Si eres periodista deportivo puedes dar lo peor de ti mismo, pero si eres periodista…

    ¿Ejerces la autocensura? ¿Hay temas que prefieres no tocar?

    Cada vez menos, como habrás podido comprobar en esta entrevista.

    Me refiero en tus actuaciones.

    En mis actuaciones nada. Al final me he dado cuenta de que aunque intentes disimular siempre se te acaba viendo, no

    existe el disfraz perfecto. A lo mejor Sostres sí lo tiene, pero creo que tampoco.

    ¿No hay temas sobre los que dudes si hacer una broma?

    Con la edad le voy perdiendo el miedo, creo que ya que me pagan por hablar lo mínimo que puedo ser es sincero. Y

    muchas veces lo que ofrezco son mis propias incoherencias. Lo que dice Sabina: soy un cúmulo de incoherencias y

    por eso soy tan grande. ¿Qué compramos de Sabina? Dice una cosa y hace la contraria, le cantas al amor y te follas a

    la camarera… ese tipo de mierda. Creo que al final es la mejor política. Con Periodistas F.C.  empecé muy temeroso,

    me protegía mucho, intentaba parecerme mucho a mis ídolos y muy poco a mí mismo, no quería mostrar mis

    vergüenzas, posaba frente a la cámara e intentaba salir guapo todo el rato sin serlo, y esa impostura va cayendo.

    Pero si te pasaran un buen guión, ¿harías gracias sobre el 11M, ETA, o el Holocausto?

    Son los que más me gustan; mi último espectáculo se llama Pecados 2.0  y va sobre religión. Es un tema muy leitmotiv

    porque, aunque no lo parezca, soy muy místico y siempre me ha fascinado ese tema. También soy muy escéptico, y

    por tanto es un tema al que le doy vueltas constantemente. Empiezo a hablar de una cosa y siempre acabo metiendo

    algo de religión porque me atrae. Yo doy palos a todos y me quedo solo: hablo de terrorismo y fundamentalismo

    islámico, y del tío que se pone una bomba en el pecho porque piensa que le esperan en el cielo muchas tías. Yo nunca

    he estado tan salido, prefiero pagar, y no defiendo la prostitución. Hago ese tipo de chistes y la gente se queda un

    poco… pero me da igual, porque es lo que opino, y creo que al final, si dices lo que piensas con una sonrisa y

    muestras tu propio desconcierto frente a tus pensamientos, todo está permitido.

    ¿Conoces a Bill Hicks?

    Me encanta. Un tío que es capaz de hacer esos chistes sobre el cáncer fumando y diciendo “¿os acordáis de lo que os

    decía sobre el tabaco? ¡Era mentira!” y se pone el cigarro en la garganta y empieza a soltar el humo. Eso partía de un

    miedo real; eso es lo bonito. Luego quizá hay mucha gente que no quiere que el humor incomode, pero no soy de ésos.

    Mi ídolo y referente en cuestiones de humor locales siempre fue Pepe Rubianes. Era un tío que despertaba muchos

    odios; de hecho, en algunas partes de España lo declararon “persona non grata” por aquello de “que se metan a España

    por…”, pero a mí me parecía un tío muy noble. Creo que lo que hay que hacer en casi cualquier cosa que hagas es

    mostrarte tal como eres.

    Goyo Jiménez no soporta el humor con nombre, asegura que es el recurso de la falta de talento. Hacer chistes

    sobre Falete, etc.

    Yo hago chistes sobre Falete. Hombre, creo que hay que hacer concesiones contigo mismo. A mí me gustaría que

    todos mis chistes fueran como los de George Carlin o Bill Hicks, pero es muy difícil. En un espectáculo de dos horas

    tienes chistes que sabes que los recordarás cuando tengas 60 años y lo seguirás haciendo. Y luego hay otros que los

    tienes que hacer porque salen. No creo que tenga que ser necesariamente malo hacer un chiste sobre Falete, lo que

    hay que intentar es que no sea el más importante de tu espectáculo, sino que sirva para poner color a otro un poco

    más elaborado y romper la distancia con el público. Cuando el público que va a divertirse a un espectáculo siente quele estás dando una puta conferencia a veces desconecta; hacer un chiste de Falete los recupera. ¿Es un truco? Sí.

    ¿Es un truco feo? Sí. ¿Es sucio y rastrero? Sí. ¿Pero sirve? Sí. Entonces está bien metido. Si puedes intentar que

    además no sea un chiste fácil, mejor. A lo de Goyo, que me parece una buena frase, añadiría que no me gustan los

    chistes FÁCILES sobre Falete. En El intermedio Falete es un clásico, pero se han hecho grandes chistes sobre él. Si

    te sirve para construir sobre él un gran chiste, bienvenido sea.

    http://www.jotdown.es/2011/10/goyo-jimenez-la-obligacion-del-humorista-es-reirse-de-todos-como-aristofanes/http://www.youtube.com/watch?v=_PvVo7r2vIQ

  • 8/18/2019 En Cataluña somos un poco hobbits

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    ¿Qué os gusta a los todos humoristas de José Mota?

    No a todos. Hay mucha gente a quien no le gusta José Mota, y menos desde que se sabe que va a cobrar ocho

    millones de euros; aunque yo me quito el sombrero. Prefiero que los cobre él a que se los lleve Chigrinsky. Pero a mí

    me parece que es un puto genio porque es un histrión; es el Jim Carrey  de España. Otra cosa es que te guste Jim

    Carrey. Además darle ese toque que tiene Mota, que también tienen por ejemplo “los chanantes”, que es hacer 

    costumbrismo surrealista, es muy difícil. Ese género, tan manchego por otra parte, de donde es Goyo también, ese

    sello que tienen los chanantes, Mota, Goyo, José Luis Cuerda… incluso Almodóvar . Me tiene fascinado y me parece

     jodidamente difíc il de hacer. Creo que es tan difíc il que ni ellos mismos saben cómo lo hacen, los muy cabrones. Pero

    el hecho es que lo hacen, y lo hacen muy bien.

    ¿Crees que el humor catalán es distinto? Hay muchos humoristas catalanes de los que se decía que no iban a

    riunfar en el resto de España porque no los entenderían. Por ejemplo Eugenio y Buenafuente.

    Es que en Cataluña somos un poco hobbits, tenemos miedo a todo lo que sea de fuera de La Comarca. “Esto fuera de

    La Comarca no va a gustar. Què volen aquesta gent?” Hay un dicho catalán que describe muy bien el carácter catalán:

    “Em fas festes i no me’n sols fer, m’has de fotre o m’has de menester.” Traducido: “Me halagas y no sueles, me vas a

     joder o me necesitas.” El catalán recela por naturaleza, y si vienes con una sonrisa aún recela más. Con lo cual el

    cómico catalán se enfrenta a un dilema: por un lado persigue la sonrisa y a la vez, como catalán, la sonrisa le genera

    desconfianza. De esa incomodidad del catalán haciendo comedia surgen cosas muy graciosas como Eugenio. Era un

    tío que estaba allí como obligado. El ejemplo máximo de esto es Capri. Capri era como Woody Allen: un tío

     jodidamente depresivo al que le dolía el mundo; y no era personaje, la gente que le conocía decía que realmente era

    así: sospechaba de todo el mundo, creía que todo el mundo le iba a hacer daño, muy inseguro… y era muy divertido.

    Yo soy catalán, pero en este aspecto no sigo tanto esa línea de comedia catalana, que por otro lado me encanta.

    Como tengo sangre maña soy una mezcla rara. Yo soy más campechano, confío más en la gente.

    Pero luego funciona, como Buenafuente o Eugenio.

    Sí, quizá es más miedo catalán que otra cosa.

    Al revés también se decía de Forges, que no iba a gustar en Cataluña porque era un humor muy madrileño. No

    sé si a ti te gusta.

    Es que creo que en España tenemos que quitarnos esta puta mierda de “lo de aquí no gustará allí”, como si España

    fuera Estados Unidos. ¡Que de Barcelona a Cádiz hay 1000 kilómetros! En 1000 kilómetros va a cambiar el paradigma,

    como diría Cebrián? Yo, por lo menos, actuando me he quitado muchas mierdas de éstas de la cabeza. Haces tu

    espectáculo sin pensar en clave catalana, andaluza o gallega; llevas el mismo espectáculo y se ríen más o menos en

    los mismos lugares. Y los que no son graciosos, no se ríen en Galicia y no se ríen en Cataluña.

    El humor gallego sí que…

    Sí, creo que exceptuaría Galicia de todo esto que te acabo de decir. Es la excepción que confirma la regla. Para

    conocer a un gallego necesitas una vida.

    ¿Sudas cuando tienes que actuar en Galicia?

    Sí, te diría que es de los sitios más exigentes. Y además como mucho consigues una media sonrisa y un aplauso

    mortecino. Si al final se te acercan y te dicen [pone acento gallego] “No estuvo mal, ¿eh?” ya es un exitazo total. En el

    otro extremo tenemos Andalucía, que se pueden estar descojonando todo el rato y al final decirte [pone acento

    andaluz] “Una mierda has hecho. Una puta mierda, pero vamos, mucho mejor lo que hacías en la Paramount.”

    ¿Entonces de que se reía? Cosas suyas. Es verdad, el carácter sí que cambia, pero tenemos que quitarnos los

    miedos, estamos muy enfrentados. En el humor lo notas. Hay una política del terruño que yo no entenderé nunca: “esto

    gusta aquí pero allí no, y lo de allí no te puede gustar”. No son mayoría, pero hacen mucho ruido; esos de “si te gustan

    Los Morancos eres un gilipollas.”

    ¿Qué opinas de Los Morancos?

    No me gustan [Risas]. No, en serio. Me gustan, pero he aprendido a descubrirlos de mayor. Hay que tener cierta edad

    para apreciar a Los Morancos.

    [Risas]

    ¡De verdad! Cuando he ido descubriendo lo difícil que es hacer comedia y he ido haciendo de la comedia un oficio, he

    aprendido a valorar más a gente como Los Morancos, Manolo Sarria, Paz Padilla, Jaimito Borromeo, el Señor 

    Barragán… desde luego no son Bill Hicks o George Carlin, no es el humor que te entra a la primera y del que puedas

    presumir, que te hace quedar bien, pero tiene un mérito acojonante. Yo soy incapaz de hacer reír a mi abuela. In-ca-

    paz. Por más que me esfuerce, por más que intente elaborar un monólogo pensado exclusivamente para mi abuela, un

    día voy a hacer un bolo en un geriátrico o una fiesta patronal en agosto a las 12 del mediodía y me c omo una puta

    mierda que me corren a boinazos. Los Morancos van allí y lo petan; y a lo mejor a ellos les es más fácil hacer reír 

    también en un teatro o una sala. Ellos podrían llegar a hacer lo que yo hago; yo soy incapaz de hacer lo que ellos

    hacen, y eso tiene un valor. Otra cosa es que sean mis humoristas de cabecera, eso ya no. Cuando empecé era

    bueno que no me fijara en Los Morancos. Pero ahora ya con la edad te digo que Los Morancos tienen un punto.

    ¿Qué crees que le ha fallado a Buenafuente?

    Hostia, tío, qué pregunta me haces. Creo que han fallado varias cosas. Partamos de la base de que yo adoro a

    Buenafuente, como te he dicho al principio de la entrevista es mi referente absoluto, es mi guía, mi faro y mi modelo.

    Pero esta vez lo he visto como a Ali en sus últimos combates, ya no bailaba tanto, ya no picaba tan fuerte; lo he visto

    falto de la mirada de tigre, como dicen en Rocky . Lo veía auto convenciéndose de que tenía ganas, y creo que se ha

    puesto muy cara la cosa en televisión como para no llegar a ella con un hambre desmedida. No tenía el hambre que le

    vi en La cosa nostra o en Una altra cosa. O como cuando empezó en Antena 3, que era su presentación a esa España

    a la que él le tenía tantísimo miedo y le veías dar el 200%. Esta vez creo que venía, por un lado, más bajo; por otro

  • 8/18/2019 En Cataluña somos un poco hobbits

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    lado creo que ha pecado de algo de lo que no puede pecar nunca un cómico-entrevistador-showman, que es de

    amiguismo. En una entrevista tú trabajas para el espectador, no tienes que hacerte amigo del entrevistado; es más, si

    puedes poner en un compromiso al entrevistado y que al entrevistado le joda, mejor. Porque de lo que se trata es de

    que el personaje lo enseñe todo: lo bueno y lo malo, y que el público lo juzgue. “Mira qué amigo soy de Arzak  o

    Bardem“. La entrevista es un género muy difícil en televisión, requiere mucha concentración y una pausa que la tele ya

    no tiene; le estás pidiendo al espectador que haga un esfuerzo, y si lo hace es a cambio de algo. En ese sentido

    Quintero, a su manera rara y marciana, sigue siendo muy fiel. Esas pausas, esas miradas incómodas en las que el

    entrevistado no sabe dónde meterse, y él que le aguanta la mirada y le pregunta “¿Qué opina tu niño interior?” Esa

    tensión es hipnótica. Si Quintero estuviera dándose abrazos y comiéndose las pollas todo el rato con la gente que va a

    verle… Y el “late-night” es la entrevista y todo lo demás. Y todo lo demás era de puta madre en Buenafuente, por eso

    me pregunté qué había fallado: había presupuesto, un equipo que va solo, Berto  que es un puto genio, Corbacho  que

    es un buen contrapunto; había un buen guión, tenían tiempo, que eso en televisión es un lujo, ¡tener una semana para

    preparar un programa! Todo estaba bien, pero la entrevista no. Y en un “late-night” si falla la entrevista todo lo demás

    es paja y se derrumba. Creo que fue la fue la fuga por donde entró el agua en el Titanic.

    ¿Qué político español sería un gran humorista?

    Rajoy  tiene una retranca cojonuda, es muy gracioso. Pero coño, es el presidente del país, y entonces siempre parece

    que está riéndose de lo que hace. Dice las cosas como guiñándote el ojo, como “esto es lo que digo pero ya sabes que

    pienso otra cosa.” No, hombre, no me jodas, que eres el presidente. Pero creo que Rajoy sería un gran cómico y eso

    es lo que le hace ser un político regulero.

    ¿Y una pareja, en plan Martes y Trece o Cruz y Raya?

    Hombre, yo creo que Esperanza Aguirre  y Gallardón  ya están pidiendo una obra de teatro. Serían los mejores

    protagonistas para ¿Quién teme a Virginia Woolf? Ese matrimonio haciéndose la vida imposible y destrozándose el uno

    al otro sin piedad. No es comedia, pero sería muy gracioso verles.

    ¿Y algunos que hicieran humor tipo Tip y Coll?

    Estoy pensando en Camps  y Fabra, pero me recuerdan más a Los Morancos. Si no fueran políticos serían dos

    cachondos. Fabra ha dicho eso de “Todos los maricones de Valencia nos votan porque son los dueños de todos los

    prostíbulos y nosotros sus mejores clientes.” Me parece maravilloso. Son dos políticos que podrían aparecer en

    cualquier película de Berlanga. La película se podría llamar Granujas a todo ritmo. O Leire Pajín y Bibiana Aído, que

    podrían hacer de Thelma y Louise, pero huyendo de sí mismas; también las veo en un anuncio de compresas de

    Isabel Coixet. El próximo lo haría con ellas. Y ojo a Bono, que podría protagonizar El retratro de Dorian Gray .

    Tenemos una clase política risible. Esa casta de intocables.

    Te voy a dar a elegir entre dos series de televisión.

    No he visto The Wire, ya te aviso. Sé que soy una mierda, que soy lo peor y una basura por no haberla visto, pero no lo

    he hecho.

    ¿Frasier  o Cheers?

    Frasier me encanta. Te diría que es mi serie de humor favorita. Es lo puto mejor que se ha hecho jamás. Esos

    personajes, esos diálogos imposibles… lo mejor en la televisión y el género humano. Y el casting no podía ser mejor;

    se salieron, no habrá otro Frasier , es imposible hacerlo. No sé qué más hacer para demostrar lo fan que soy, podría

    arrancarme la ropa. Ahora lo están dando en La2 cada día. Pepe Colubi, que es otro fan, el único tipo más fan de

    Frasier   que yo, cada día twittea “Perdonadme, pero Frasier en La2.”

    Aparte de Niles, ¿cuál es tu personaje favorito?

    [Risas] ¡Qué cabrón! Pues el propio Frasier Crane. La escena que más me gusta es cuando los dos niños repipis

    estirados se van con el padre a una especie de restaurante de leñadores a comer costillas. Esa escena es cumbre.

    Ésa en la que el padre le regala a Frasier un cuadro de un torero y el otro no sabe cómo decirle que es horroroso.

    Porque Niles es más sincero, el padre sabe que él le desprecia y no pasa nada, son honestos el uno con el otro. Pero

    Frasier intenta siempre buscar al padre, y de ahí su ternura. Te diré que incluso me gusta más Frasier que Niles,

    porque el pobre intenta ser bueno y llegar a acuerdos.

    En Frasier están siempre a un pasito de pasarse al lado ñoño.

    Es verdad, pero es que a mí lo ñoño… hablemos de lo ñoño. Lo ñoño me parece bonito. Creo que el cine y las series te

    tienen que hacer soñar y dejar con una buena sonrisa. Esas películas que van deliberadamente a hacer daño me

    gustan, pero con cuentagotas, porque la vida ya hace mucho daño. Voy a citar una vez más a Rocky: “Nada golpea

    más duro que la vida.” En un cine entras a refugiarte de la tormenta; tampoco hace falta que al entrar te metan el

    descabello y te dejen como a un toro sangrando en el suelo. A mí me parece bien si algo peca de ñoño, pero no

    excesivamente. Lo ñoño está infravalorado. A mí una buena  Amélie en un momento dado me apetece.

    ¿Scrubs o House?

    No conozco Scrubs, pero la buscaré. De House  aguanté una temporada, la segunda me empezó a cansar. Me pasó

    como con la magia: ya no importa lo espectacular que sea el truco, sé que al final va a salir bien. House  es siempre

    igual: un tío tiene algo muy raro, House lo medio mata intentando curarlo —cosa que da qué pensar sobre su pericia—

    y luego, al final, se come un ganchito y dice “Oh, Dios mío, es el ganchito que se comió”; y lo salva. Eso, una vezdices “qué listo” y la segunda vez también, pero la tercera ya cansa.

    ¿Prefieres las películas de los Farrelly o las de Woody Allen?

     A quién quieres más, ¿a papá o a mamá? ¿Al hermano guarro o al hermano listo? Sin ninguna de las dos opciones

    podría vivir. Necesito Dos tontos muy tontos tanto como Annie Hall .

  • 8/18/2019 En Cataluña somos un poco hobbits

    11/11

    Siempre está bien que no digas “Woody Allen, por supuesto.”

    Sí, eso ya es muy cansino. Hombre, a punta de pistola me dejaría matar.

    ¿Faemino o Cansado?

    No concibo al uno sin el otro. Aunque sí es verdad que me ha sorprendido mucho Cansado. Parecía siempre el menos

    gracioso, todos entrábamos por Faemino, era quien se llevaba todos los aplausos, era el Tip de Tip y Coll. Pero

    Cansado tiene una dimensión que va más allá del escenario. Siempre está bien. Además que no solo es cómico, es un

    filósofo. Lo oigo en la radio y lo gozo, lo veo y lo gozo… además es un tío con un discurso y un fondo acojonantes. A

    Faemino no le he llegado a conocer más allá del personaje.

    ¿Little Britain o La hora de José Mota?

    Me duele decir esto, pero igual Little Britain. Y me duele porque me gusta La hora de José Mota, pero veo más Little

    Britain. Cuando tenga la edad de mi padre Little Britain  ya no me gustará, y entonces veré José Mota. Mota ya tiene

    mucho público, así que voy a apostar ahora por Little Britain, pero que me perdone Mota. Bueno, ¡qué coño!, que se

     joda, que cobra ocho millones de euros, que le den mucho por el culo. ¡Si te enfadas que te den, José Mota!

    ¿Y entre Eugenio o Chiquito?

    Joder, tío, ¿cómo me haces esto? Mira, voy a decirte Eugenio porque ha muerto y siempre hay que tener respeto por la

    gente que no está.

    ¿Cuál es tu chiste favorito de Eugenio?

    -Me he aprendido el listín telefónico.

    -¿De memoria?

    -No, comprendiéndolo.

    Eso y cómo empezaba los espectáculos. Decía: “Quiero dedicar esta actuación a mis padres y a mi madre.”

     Y l a últim a: ¿Seinfield o González Pons?

    González Pons, porque demuestra que la vida siempre supera a la ficción. Es cómico, pero lo es a su pesar. Aunque

    no te estoy siendo sincero, me río más con Seinfield. Así que como cómico, Seinfield, pero en general me quedo con

    González Pons. Porque Seinfield era un personaje, pero González Pons es real. O no.

    Fotografía: Guadalupe de la Vallina

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