ELLA SE LLAMABACARLA

Ella se llamaba Carla.No muri de una enfermedad terminal. No la secuestraron en una feria de pueblo y la enterraron en cal. Tampoco se escap de casa con su primer novio para vender pulseras en un mercadillo europeo.No. Carla salt voluntariamente desde un acantilado a los catorce aos de edad.Carla estudiaba en un colegio catlico llamado el Santo ngel de la Guarda. Un colegio que favorece el encuentro con uno mismo, con su entorno y con Dios. Un colegio en el que sus compaeros de clase la llamaban bizca, bollera y la baaban con aguas fecales.Carla tena estrabismo en el ojo derecho y se lo tapaba con el fleco. Le gustaba Pablo Alborn y quera ser mdico. Tambin cantaba por lo bajito. Eso era en su casa. En el colegio era la virola.As, aguant ao tras ao que esos chicos y chicas misericordiosos se apiadaran de sus diferencias. Esperando que en algn momento alguien se percatara que lo que estaba sucediendo no tena por qu estar sucediendo. Aguantando la mierda de otros y esperando que alguien la limpiara.Pero nadie hizo nada.Carla se levant una maana, se visti, llego al bord y salt.ngel de mi guarda, dulce compaa, no me desampares ni de noche ni de da. No me dejes solo que me perdera.La dejaron sola.Pienso en ella, en Carla. En esa chica que seguramente le gustaba ese chico con gafas que estaba todo el da pegado al mvil. Tal vez fantase con un primer beso.Y ah me rompo.Tal vez Carla nunca prob el helado de pistacho. No vio a Pablo Alborn cantar en directo. No lleg a comprarse aquellas zapatillas fucsias tan chulas. Tal vez no acab de leer Leal el ltimo libro de la triloga de Divergente y no sabe que Tris, muere.

Divergente, que no encaja en ningn lugar.Pienso en ese libro, en la mesilla, doblando la esquina en la pgina 199, para seguir, para continuar despus. Y en su madre, das despus de enterrarla, desdoblando esa esquina y colocando el libro en la estantera.Ah me rompo de nuevo.Tal vez Carla nunca sinti que la desearon, nunca sinti el abrazo desnudo de alguien que la mirara fijamente y que le hiciera sentir que tumbados todos tenemos la obligacin de mirar hacia el espacio.Y casi no puedo seguir.Pienso en m. En este nio gordito, empolln, con pluma. Pienso en cuando me llamaban maricn, cuando me decan fofo, cuando se metan con el primer bigote antes de haberme afeitado nunca. Cuando se burlaban de mis zapatos porque no eran los de todos y yo coga y recortaba etiquetas que pegaba en otros sitios para aparentar ser como el resto. Pienso en el momento en el que dejaron de hablarme porque me puse un pendiente. Recuerdo cuando empez a decirse que mi madre estaba enferma y que igual era contagioso.Pienso en cuando mi maestra del colegio en una tarjeta de Navidad, me escribi: Es loable no perjudicar al resto, pero es ms importante impedir que nos daen.Yo tuve otra oportunidad.Yo saba que era especial. En mi casa me hacan sentir maravillosamente especial. No me dejaron sentir el desamparo. Yo tena amor para saber que eso pasara y que luego todo el mundo querra que le hiciera fotos y que le diera abrazos, porque yo iba a ser muy especial.En mi casa me dieron paz y gracias a eso prob el helado de pistacho y vi a Manolo Garca en directo. Me compr mi primer CD de msica con mi paga. Tambin me hicieron llorar en una cama al sentir que era mucho ms que el cuerpo que me sostena.Acab de leer Cien aos de soledad y s que Aureliano dio un salto.Igual que Carla dio un salto.Lo que pasa es que ella pens que la paz resida en otro lugar.Pienso en su madre y en que ahora ella slo puede acariciar el papel de una fotografa. Lo mismo que puedo hacer yo con mi madre.Ella se llamaba Carla y ya no est en el mundo.Lo siento mucho. Me hubiera gustado que supieras que podas haber sido tremendamente feliz a pesar de todo.A pesar de todos.