el vendedor de palomas de la paz

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EL VENDEDOR DE PALOMAS DE LA PAZ (ACTO ÚNICO) Personajes: EL, esposo joven ELLA, esposa, comerciante cincuentona. (La acción sucede en un lujoso comedor familiar) EL. Lo que realmente se necesita es, que aquellos que como tú, que se exceden en teneres, sientan un poco de caridad por sus semejantes que no tienen ni pan, ni abrigo, ni refugio. ELLA. Lo que realmente se necesita es que esos vagos trabajen. ¡Bonita la cosa! Unos tienen que ser los que se sacrifican para que los sinvergüenzas, bien servidos, se sienten a la mesa a disfrutar del sudor de unos pocos. ¡Bonita la cosa! EL. ¡Brindo por aquellos que no tienen agua para beber, ha- rapos para vestir, lecho para dormir! ELLA. ¡Qué brindo por aquellos ni qué nada! Lo que tienes que hacer es buscar en qué te pones a producir y no pasarte la vida soñando, o es que ¿de tus sueños vas a hacer plata? EL. ¡Ah! ¡Qué maravilloso es detenerse, mirar un instante el universo, descubrir un pajarillo, contemplar cómo, él, sin ningún esfuerzo, encuentra su alimento! La naturaleza le ofrece todo sin ninguna condición. ¡Generosa! Y él trina en una rama. Trina en un tejado. Brinca. Vuela. Se reproduce. Vive. Cumple su ciclo y todo ¿a cambio de qué? De nada. ¡Qué maravilloso! ELLA. Esa cucharada que te estás echando a la boca, ese plato que piensas embutirte, dime ¿qué es lo que has hecho para merecértelo? Aquí no estamos en el paraíso. Muy fácil es hablar cuando se tienen una tonta que lo mantenga. Desde ahora, me trabajas o no me comes. EL. ¡Qué insensibilidad! ¡No captar los valores profundos de la naturaleza, del ser humano! ELLA. ¡Soberbia majadería! A mí nadie me va a tomar por la naturaleza de ningún pajarillo. A partir de hoy se ponen las cosas en sus puestos. Se fajan los pantaloncitos... los que tengan. EL. Yo soy capaz de muchas cosas. Si no he ido a trabajar no es porque no puedo, sino porque no he tenido necesidad. Pero bien que me dices. Si esas son tus condiciones... bien que me dices. ELLA. Sí señor. Las cosas conmigo son bien claritas. El agua clara y el chocolate espeso. (Él se va) ELLA. ¡Ja! ¡Buena es! Creer que por la bonita cara que le caracteriza, una está obligada a servirle de almohadón a su pereza. Bastante trabajo me ha costado tener lo que tengo. Acaso que la herencia de mis padres fue una fortuna. Harto he tenido que trabajar de sol a sol, para hacer crecer los cuatro reales que me dejaron. ¡Ja! Dar de comer. Dar de beber a los que no tienen. ¡Va- yan a trabajar sinvergüenzas! Aquí cada uno araña para sus bolsillos. Yo si que no estoy para hacer de madrina de nadie. ¿Qué no tiene qué comer? Vaya y trabaje. Manos tiene igual que yo.

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Page 1: El Vendedor de Palomas de La Paz

EL VENDEDOR DE PALOMAS DE LA PAZ

(ACTO ÚNICO)

Personajes:

EL, esposo joven

ELLA, esposa, comerciante cincuentona.

(La acción sucede en un lujoso comedor familiar)

EL. Lo que realmente se necesita es, que aquellos que como tú, que se exceden en teneres, sientan un poco de caridad por sus semejantes que no tienen ni pan, ni abrigo, ni refugio.ELLA. Lo que realmente se necesita es que esos vagos trabajen.¡Bonita la cosa! Unos tienen que ser los que se sacrifican para que los sinvergüenzas, bien servidos, se sienten a la mesa a disfrutar del sudor de unos pocos. ¡Bonita la cosa!EL. ¡Brindo por aquellos que no tienen agua para beber, ha- rapos para vestir, lecho para dormir!ELLA. ¡Qué brindo por aquellos ni qué nada! Lo que tienes que hacer es buscar en qué te pones a producir y no pasarte la vida soñando, o es que ¿de tus sueños vas a hacer plata?EL. ¡Ah! ¡Qué maravilloso es detenerse, mirar un instante el universo, descubrir un pajarillo, contemplar cómo, él, sin ningún esfuerzo, encuentra su alimento! La naturaleza le ofrece todo sin ninguna condición. ¡Generosa! Y él trina en una rama. Trina en un tejado. Brinca. Vuela. Se reproduce. Vive. Cumple su ciclo y todo ¿a cambio de qué? De nada. ¡Qué maravilloso!ELLA. Esa cucharada que te estás echando a la boca, ese plato que piensas embutirte, dime ¿qué es lo que has hecho para merecértelo? Aquí no estamos en el paraíso. Muy fácil es hablar cuando se tienen una tonta que lo mantenga. Desde ahora, me trabajas o no me comes.EL. ¡Qué insensibilidad! ¡No captar los valores profundos de la naturaleza, del ser humano!

ELLA. ¡Soberbia majadería! A mí nadie me va a tomar por la naturaleza de ningún pajarillo. A partir de hoy se ponen las cosas en sus puestos. Se fajan los pantaloncitos... los que tengan.

EL. Yo soy capaz de muchas cosas. Si no he ido a trabajar no es porque no puedo, sino porque no he tenido necesidad. Pero bien que me dices. Si esas son tus condiciones... bien que me dices.ELLA. Sí señor. Las cosas conmigo son bien claritas. El agua clara y el chocolate espeso.(Él se va)ELLA. ¡Ja! ¡Buena es! Creer que por la bonita cara que le caracteriza, una está obligada a servirle de almohadón a su pereza. Bastante trabajo me ha costado tener lo que tengo. Acaso que la herencia de mis padres fue una fortuna. Harto he tenido que trabajar de sol a sol, para hacer crecer los cuatro reales que me dejaron. ¡Ja! Dar de comer. Dar de beber a los que no tienen. ¡Va- yan a trabajar sinvergüenzas! Aquí cada uno araña para sus bolsillos. Yo si que no estoy para hacer de madrina de nadie. ¿Qué no tiene qué comer? Vaya y trabaje. Manos tiene igual que yo.¿Qué le falta? Todo le ha dado Dios. ¡Todo! ¿No dice que es tan inteligente? ¿Por qué no piensa qué hacer para producir algo? Petronio Cáceres Yo no he estudiado tanto y sé lo que debo hacer. A mí mejor que no me moleste este soñador mozalbete. En ese caso que vuelva donde su madre y a ella le pida la teta.EL. (Volviendo con equipaje)He estado reflexionando muy seriamente sobre nuestro intercambio de ideas. ELLA. ¿Sí?EL. Sí.ELLA. Y ¿a qué conclusión ha llegado el caballero? EL. ¿Ya se calmó tu acaloramiento?ELLA. (Descubriendo el equipaje) Ja ja ja ja ja. Buena conclusión. Ja ja ja ja. Muy buena. ¿Y sé puede saber hasta cuándo será?EL. ¿Qué interesa el tiempo? Voy en busca de paz. Ella me llama. Siempre estuvo llamándome. De niño escuchaba su voz:¡Ven! Ven, me decía. Y yo, podía hasta no comer por atender su llamado. Eso me llenaba. ¿Por qué me llamaba a mí? ¿A un niño pobre? Porque éramos muy pobres. Y a pesar de la pobreza me llamaba. ¡Qué gran satisfacción haber sido pobre! Esa es la causa de mi desinterés ahora.ELLA. Y en absoluto ¿No te hacía falta comer? EL. En absoluto.ELLA. Entonces ¿de qué te alimentabas?EL. Del aire. De los rayos del sol. De la satisfacción de mirar un atardecer. De mirar el universo reflejado en una gota de rocío...ELLA. Realmente es asombroso que haya personas que puedan vivir del viento. Así, ¿para qué trabajar? ¿Qué falta puede hacer la plata?

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EL. ¿La plata? Nada de eso. En mi familia despreciábamos a los que tenían plata. El comerciante era lo peor. ¡Nada más digno que la filosofía, la sabiduría, la estética; la poesía, la música, el pensamiento superior, el número, harían del hombre el rey de la naturaleza. El comerciante junto a un ser así, ¿qué bueno puede ser? Solo es un grotesco especulador, explotador de los pueblos. Un sinvergüenza ladrón que cree que robar es trabajar. Cree que robar es producir. Yo me pregunto: ¿él puede producir un verso?¿Puede producir una sola idea feliz?ELLA. Así que el comerciante es un ladrón. ELLA. Y este comerciante ¿qué es lo que te ha robado a ti? ¿Qué es lo que tú has tenido para que te haya podido robar?EL. A mí... bueno, no, nada. Yo soy un desposeído que solo busca la paz, la felicidad, el amor y la armonía de toda la humanidad.ELLA. Amén. EL. Sí, amén.ELLA. Su santidad, esta es la puerta por la que entró y esta es la puerta por la que se me va.El. Solo te pido que no me guardes rencor. ELLA. (Mirando el equipaje)Y yo te pido que no te guardes lo que no es tuyo.EL. De ninguna manera. Solo llevo lo más indispensable para ser feliz: unos pocos ternos, que reflejan la nobleza de mi alma; el juego Párker, que más vale como recuerdo afectivo; mi amado Stradivarius, que algún día lo aprenderé a tocar; mi reloj de leontina, que tan ingratamente me señala las horas; la fiel cámara fotográfica, que conserva las imágenes magníficas de los más dulces momentos; la mecedora antigua con sus bordados cojines de la India, inseparable compañera de meditaciones profundas; Petronio Cáceres la ducha eléctrica, que mantiene sano y perfumado mi cuerpo; la invalorable biblioteca...ELLA. ¿No estará ya suficiente? Desinteresado y generoso mensajero de la pazEL. No me vas a impedir que lleve mis prendas íntimas e irrenunciables.ELLA. (Requisando el equipaje)Así que ¿este era el aire del que te alimentabas cuando niño? ¡Nada de esto sacarás de aquí!EL. No te va a gustar que me vaya desnudo.ELLA. A mi casa llegaste con la una mano adelante y con la otra atrás.EL. Son cosas que para nada te sirven. ELLA. Son cosas que me han costado mi plata.EL. No niego su valor, sobre todo afectivo, pero... ELLA. Nada me sale de aquí.EL. La ropa que llevo puesto, ¿también... ELLA. También me costó mi dinero.

EL. Aquí la tienes. Encontraré la paz y el amor de cualquier manera. Eso fue lo único que pude ofrecerte, pero ya que has preferido la vil satisfacción material, no me queda más remedio que despedirme. Adiós Stradivarius amado. Adiós Platón, compañero en teorías. Einstein, viejo sabio, adiós. Ustedes se quedan enmudecidos, sepultados aquí para siempre, en cambio yo, iré a practicar lo que tanto hemos platicado. Conmigo cumplieron su misión, me toca a mí cumplir la mía, muy difícil, dolorosa, pero por la misma razón grandiosa. Adiós colegas. Adiós. (Sale)ELLA. Conste que yo no soy la culpable. Lo único que he pre- tendido es que aprenda a trabajar, que deje de ser niño, que proceda como un hombre.¡Un hombre! Esta casa siempre necesitó de un hombre. Un varón enérgico, fuerte, decidido, que la ordene y la posea. (Abre los armarios, bargueños, alacenas. Lanza por el espacio los contenidos) Que la haga crecer y la multiplique, porque esta casa es muy fértil, fecunda, generosa como ella sola, con quien la sepa administrar.Mira que yo ya comienzo a ponerme vieja. Un día, no muy lejano, Dios me recogerá y tú eres joven y fuerte, noble e inteligente y sobre todo has tenido la oportunidad de haber sido elegido para que la gobiernes. No la abandones. No desprecies el llamado de su amor. Ya verás que un día ella te recompensará con la paz y felicidad que buscas. Todo cuesta al principio, pero al final se vence. ¡Ven! Siéntate en tu mecedora. (Se suelta el cabello y cambia su traje por ropas de dormir) Toma. Toca tu Stradiva- rius, aprende algo de él, bríndale tu talento. Aquí está Nietzsche, toma, conversa con él. Ten la cámara fotográfica, úsala. Si deseas puedo servirte de modelo. La leontina de oro que tan bien la sabes lucir. Las llaves de las dependencias, desde ahora son tuyas. El libro de cuentas. Todo a tu disposición. ¡Todo! Las puertas están abiertas, no te detengas, haz lo que quieras. Disfruta. Disfruta. Ja ja ja ja ja ja. ¡Disfruta de todo! ¡Mira cómo se te ofrece entera! Ja ja ja ja ja ja. Mira qué generosa es. Mírala. Mírala. Mírala. (Llora)¿No la aprovechas? ¿La abandonas? ¿La dejas? (Con la mirada fija en el infinito se queda inmóvil. Larga pausa).EL. (Volviendo, se acerca hasta Ella)Tranquilízate Irene. Estoy aquí. A tu lado. No me he ido. Jamás podría dejarte. (Pausa)ELLA. ¿Verdad que me amas? ¿No te casaste conmigo solo pen- sado en mis bienes? Dime, dime la verdad.EL. (Fríamente)Sí. Sí. Te amo. Te amo. Petronio Cáceres ELLA. ¡Mientes! No dice lo mismo tu cuerpo. ¿Qué es lo que bus- cas de mí?

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EL. No... nada. Nada, te juro. Te amo Irene. Te amo. (La abraza) Te amo con toda mi vida.ELLA. Dime. Dime otra vez mi niño querido.EL. Mi Irene. Mi dulce Irene. (La abraza con intensidad)ELLA. Mi Patricio. Mi tierno César Patricio. Eres lo más noble que ha dado la tierra.EL. Eres la mejor mujer.ELLA. Somos tal para cual, mi amor.EL. Somos hechos a la misma medida, mi tesoro.ELLA. Perdóname mi vida por no haber comprendido tu sensibilidad exquisita.EL. Perdóname mi amor por mi falta de decisión.ELLA. ¿Cómo no me di cuenta antes de tu genialidad de artista? EL. ¿Cómo no pude entender la generosidad de tu alma? ELLA. Mi amor, haz de mí lo que quieras, que hoy no atenderemos a los clientes.(Coloca un cartel: CERRADO POR INVENTARIO)EL. ¡Nada de eso! Aprovechemos este instante que el tiempo es oro. (Coloca un cartel: “EL TIEMPO ES ORO”)ELLA. ¡Brindo por nuestro amor y que la paz florezca en nuestros corazones!EL. ¡Rápido! ¡Rápido! Tenemos que dar un giro de 180 grados en los viejos sistemas de ventas (Arregla apresuradamente una Boutique)ELLA. Querido, no sabes cuánto me agrada el canto de los canarios (Ubica una jaula con pájaros) EL. ¡Excelente idea! Los canarios se reproducen como ratas. Eso incrementará las ganancias en nuestro negocio. Seremos sus representantes exclusivos. Manos a la obra. (Pone un cartel: VEN- DO CANARIOS)ELLA. ¡Ah! ¡Mi perrito de aguas! Le llamaré Fifí. (Trae un perro y lo acomoda en la butaca)EL. ¡También seremos sus representantes! Ya verás que bien nos va. Deja que Fifí se reproduzca.ELLA. ¿Te fijaste que bien lucen mis pensamientos? Las Damas Pro-ornato no tardarán en solicitarme unas semillas.EL. De ningún modo, querida. Con la plata en la mano y esas señoras tendrán lo que quieran. También tendremos la representación exclusiva de los pensamientos. (Coloca un cartel: VENDO PENSAMIENTOS)ELLA. ¡Ah! ¡Qué feliz me siento! Nada hay más bello, más sabio y más bueno que practicar el amor en su sentido más puro, entregándose por entero al cuidado y protección de los más débiles. Esto sí que es la paz.

EL. ¡Extraordinaria idea! ¡Seremos también sus representantes exclusivos! ¡Ya verás cómo nos faltarán manos para exportar! (Coloca un nuevo cartel: PALOMAS

DE LA PAZ-REPRESEN- TANTES EXCLUSIVOS) ¡No hay nada como una mentalidad re- novadora en las ventas. Ja ja. Sí señor. Nada mejor.

(El escenario queda transformado en un variado bazar)telon