el valiente jefe codarde
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El valiente jefe cobarde
Samantha Muñoz
Nerino era un joven que habían nombrado jefe de la tribu, como era costumbre en su isla el se dedicaria a luchar contra la bestia del ojo de fuego.
Nerino prometió derrotar a la bestia pero ninguno en la tribu creía que tuviera mejor suerte que la de sus anteriores jefes pues era también costumbre que este preparara a un grupo de guerreros para ir en busca de la bestia pero todos morían al cabo de pocas horas.
Algunos preocupados insistieron a Nerino que preparara a algunos hombres y fueran en busca de la bestia pero su respuesta fue:
“Venceré a la bestia, pero aún no es el momento”.
Los años Pasaron y Nerino se hizo viejo y aunque la tribu lo respetaba como jefe creían que su estrategia de cambiar de lugar su asentamiento por toda la isla no era la mejor y aunque había logrado salvar muchas vidas, todos lo creían un cobarde.
Para cuando ya nadie lo esperaba, Nerino sin previo aviso preparo a un grupo de hombres que lo acompañarían al fin a derrotar a la bestia.
El tiempo era muy frio la nieve aunque era una isla, la cubría casi completamente.
Cuando llegaron a la cueva de la bestia, Nerino entro decidido sin una muestra de miedo o cobardía en el mientras los hombres que lo acompañaban se preparaban para morir.
Cuando estuvieron dispuestos para entrar pudieron ver, tendida alii, indefensa y temblando de frio a la gran bestia .
Nerino y sus hombres no tuvieron ningún problema para apoderarse del ojo de fuego y de la gran bestia y llevarla a su asentamiento.
Cuando volvieron al campamento de la tribu todos, desde los más pequeños hasta los mas grandes estaban ansiosos por escuchar la historia de como Nerino y sus hombres habrían al fin logrado vencer a la gran bestia.
Nerino solo contesto: ¿Ninguno se había fijado en que la bestia nunca atacaba en los peores días del invierno, y que después de alguna época especialmente fría, su fuego no era tan intenso, ni sus ataques tan temibles? Durante Mucho tiempo espere a un día como este pues lo que la tribu necesitaba no era guerreros sino frio.
Después de esto todos lo felicitaron, incluso quienes siempre lo habían llamado cobarde.
Moraleja
A veces es mejor y mucho mas útil la paciencia a la acción y no importaría si para ser valiente tuvieras que ser visto y llamado cobarde.