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El uso del atlatl y el dardo entre los antiguos californios Arqlga. Luisa E. Piña Villalobos Arqlgo. Alejandro J. Maldonado Reséndiz Resumen A través del análisis de los materiales arqueológicos y el contexto en el cual fueron encontrados es posible entender muchas de las actividades cotidianas realizadas por los grupos californios, por lo cual para el arqueólogo, se vuelve inevitable el no solo observar los vestigios materiales, si no tomar en cuenta factores deposicionales, de transformación del contexto, de reutilización, de desecho; además del posterior análisis de los artefactos como evidencia de actividades realizadas por grupos desaparecidos. El uso de herramientas para cumplir con fines específicos, es un reflejo del ingenio, especialización y adaptación de estos grupos, a partir de estrategias de subsistencia que hicieron posible el éxito y larga permanencia de estos territorios. Una propuesta metodológica que nos ayuda a comprender los procesos anteriormente expuestos es la experimentación, con la cual podemos reconstruir tecnologías de producción y utilización de los distintos materiales encontrados en los contextos arqueológicos. Los grupos californios y sus artefactos En muchas ocasiones los grupos californios han sido imaginados y mal interpretados como grupos poco desarrollados, con enormes carencias culturales, aislados y olvidados de “la mano de Dios”. No obstante, consideramos que estas se vuelven ideas simplistas y con poco sustento, cuando nos encontramos con artefactos altamente especializados capaces de cumplir con actividades especificas que hicieron posible su permanencia en la península.

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El uso del atlatl y el dardo entre los antiguos californios

Arqlga. Luisa E. Piña Villalobos Arqlgo. Alejandro J. Maldonado Reséndiz

Resumen A través del análisis de los materiales arqueológicos y el contexto en el cual fueron encontrados es posible entender muchas de las actividades cotidianas realizadas por los grupos californios, por lo cual para el arqueólogo, se vuelve inevitable el no solo observar los vestigios materiales, si no tomar en cuenta factores deposicionales, de transformación del contexto, de reutilización, de desecho; además del posterior análisis de los artefactos como evidencia de actividades realizadas por grupos desaparecidos. El uso de herramientas para cumplir con fines específicos, es un reflejo del ingenio, especialización y adaptación de estos grupos, a partir de estrategias de subsistencia que hicieron posible el éxito y larga permanencia de estos territorios. Una propuesta metodológica que nos ayuda a comprender los procesos anteriormente expuestos es la experimentación, con la cual podemos reconstruir tecnologías de producción y utilización de los distintos materiales encontrados en los contextos arqueológicos. Los grupos californios y sus artefactos En muchas ocasiones los grupos californios han sido imaginados y mal interpretados como grupos poco desarrollados, con enormes carencias culturales, aislados y olvidados de “la mano de Dios”. No obstante, consideramos que estas se vuelven ideas simplistas y con poco sustento, cuando nos encontramos con artefactos altamente especializados capaces de cumplir con actividades especificas que hicieron posible su permanencia en la península.

El mismo Pablo L. Martínez recalca que “… las culturas peninsulares no podían ser más primitivas y que los nativos vivían en la infancia de la humanidad, atrasados en milenios con respecto a otros pueblos del mundo” 1. Sin embargo, desde la arqueología, consideramos que los grupos prehistóricos que habitaron estas tierras, más que a merced del medio, el hombre californio lo puso a su disposición para abastecerse no solo de alimentos, si no de materias primas necesarias y eficientes, para cumplir con las tareas cotidianas. De esta manera, estos grupos alcanzaron un desarrollo cultural basado en la plena adaptación a un medio que contaba con una gran variedad de recursos marinos y terrestres, que desembocó en una larga permanencia en estas tierras, dejando incontables vestigios relacionados no solo con actividades de subsistencia, sino con actividades ideológicas y de imaginería.

El largo tiempo transcurrido desde los primeros asentamientos en la península, su permanencia y resistencia hasta su exterminio, nos demuestra que “… ese equilibrio entre sistema cultural y ambiental tendía a ser estable precisamente por ser delicado, por ser frágil, porque su ruptura podía poner en crisis de sobrevivencia a aquellos exitosos cazadores-recolectores”2. Dejando evidencia de este éxito adaptativo en los incontables artefactos encontrados alrededor de la península, resultado de las actividades realizadas por estos grupos.

Es común en contextos arqueológicos identificar materiales no perecederos, como las diferentes variedades de piedra, algunos huesos animales o humanos, dientes, cerámica o pigmentos. A pesar de ello, en muchas excavaciones y después de permanecer durante cientos o miles de años enterrados, es posible que el arqueólogo se encuentre con artefactos o materiales realizados con materias primas perecederas como madera, cordelería, cestería, textiles, hasta cuerpos momificados y alimentos.

Los artefactos realizados por grupos cazadores-recolectores-pescadores de la península más comúnmente encontrados, son herramientas de piedra como puntas de proyectil, raspadores, perforadores, metates, manos de metate, morteros, etcétera. Aunque también se han hallado incontables entierros humanos en las costas y en cuevas en la sierra, que evidencian actividades funerarias complejas.

En este trabajo, se explicará como las puntas de proyectil (conocidos coloquialmente como pedernales), fueron utilizadas no como artefactos aislados, sino como parte de un mecanismo complejo dirigido a la caza de animales terrestres o marinos, a través del lanzamiento de un dardo elaborado con materiales perecederos, y la ayuda de un atlatl o lanza dardos.

El atlatl es un artefacto “…que se usa como extensión del brazo usando el principio de palanca simple para impulsar proyectiles, usualmente líticos sujetados a espigas, amplificando la fuerza del lanzamiento hasta 20 veces”. Siendo un artefacto que ha sido identificado alrededor del mundo, pudiendo haber aparecido hace 30,000 años3.

1 Martínez, Pablo L., Historia de Baja California, UABCS-ISC-H.Ayuntamiento de La Paz-Administración Portuaria Integral de B.C.S., 2003, México, p.56. 2 Del Río, Ignacio y María Eugenia Altable Fernández, Breve Historia de Baja California Sur, El Colegio de México-Fideicomiso Historia de las Américas-FCE, México, 2000, p.22. 3 Maldonado Reséndiz, Alejandro, “Atlatl”, Actualidades arqueológicas. Cazadores recolectores arqueológicos, n.2, IIA-UNAM, México, agosto-noviembre 2005, p.64.

La experimentación como vía metodológica para la explicación del contexto arqueológico Muchas veces cuando asistimos a un museo o algún otro espacio donde se exponen artefactos provenientes de contextos arqueológicos de grupos cazadores, es complicado entender como utilizaron estos artefactos y por supuesto, desconocemos los procesos necesarios para llevar cabo determinadas prácticas de subsistencia como la caza. Muchas de las actividades realizadas por los grupos prehistóricos podemos conocerlas a partir del análisis de los materiales arqueológicos encontrados en recorridos de superficie y excavaciones en campo, de los cuales debemos analizar como parte de un contexto material, resultado de diversas actividades durante su etapa útil hasta su desecho. Así mismo, es necesario, para conocer la función de los artefactos y su relación con la actividad humana, habilitar teorías de alcance medio que “entrelacen” estas dos realidades sociales. Para dicho fin, nosotros hemos aplicado como teoría de “enlace” a la arqueología experimental, la cual puede ser entendida como una “presunción” o “proposición” de alcance medio, que permite reconstruir el “espacio” que media entre lo estático del contexto y las dinámicas del pasado, es decir, “relacionar argumentos entre presente y pasado”4.

De acuerdo a Binford5, máximo representante de esta corriente de pensamiento posprocesual:

“La arqueología experimental es una área de la investigación en la que el presente es usado para servir al pasado [teoría de alcance medio], con el objeto de proporcionar observaciones para la exacta interpretación del registro arqueológico […] comprende la recreación experimental de sucesos o procesos que sabemos deben haber ocurrido en el pasado, para observar cuál habría sido el resultado arqueológico” Así, la arqueología experimental se convierte en una alternativa para

poder conocer las actividades realizadas por grupos humanos ya extintos, a partir del conocimiento de las “consecuencias” dejadas por dichas actividades, que para el caso arqueológico, se encuentran representadas en los materiales y su contexto6.

De esta forma, la arqueología ha funcionado como una alternativa para conocer los procesos sociales de determinado grupo. Y en nuestro caso específico, conocer la función del atlatl y el dardo, a partir de su reproducción y uso probable de estos artefactos. El atlatl y el dardo. La dupla tecnológica utilizada en la caza californiana A lo largo de la península, han sido hallados incontables artefactos realizados en piedra, que para la arqueología, han sido clasificados dentro de la industria 4 Johnson, Matthew, Teoría arqueológica. Una introducción, Ariel Historia, España, 200, p.74-76 5 Binford, Lewis, En busca del pasado, Crítica, Barcelona, 1994. 6 Idem.

conocida como lítica, la cual ha permanecido a través del tiempo por ser una materia prima duradera y no perecedera. Entre la variedad de artefactos líticos, se encuentran las puntas de proyectil ampliamente relacionadas con actividades de caza de animales terrestres. En toda la península han sido halladas gran cantidad de puntas de proyectil de varios tamaños y formas, y por ende, adaptadas a mecanismos específicos (lanza, dardo, flecha) y quizá, con funciones particulares (caza terrestres, caza-pesca). La mayor parte de las investigaciones arqueológicas con estos materiales se han enfocado en la clasificación morfológica (forma de las piezas), sin importar las técnicas de manufactura y mucho menos la funcionalidad de dichos artefactos. Aunado a esto la punta de proyectil es considerada como un todo, sin pensar en los distintos mecanismos y materiales que se encuentran detrás de una pequeñísima parte de todo un conjunto artefactual.

DIFERENCIA DE TAMAÑO ENTRE UNA PUNTA DE DARDO Y UNA PUNTA DE

FLECHA

Es cierto que en el registro arqueológico existen muchos faltantes, ya sea por procesos posdeposicionales o por degradación de materias primas vegetales. Una de las formas en las que podemos reconstruir dichos faltantes es utilizando una metodología experimental, con la cual el arqueólogo, a través del ensayo y error, podrá reconstruir los faltantes existentes en el registro arqueológico.

El atlatl, lanza dardos o estólica es un artefacto impulsador, muy utilizado por los aborígenes precolombinos para la caza. Para poder comprender la dinámica del mecanismo llamado atlatl sudcaliforniano es importante definir sus características y posteriormente describir las características de los atlatl descubiertos en el sur de la península de Baja California.

El atlatl es una corta, delgada y estrecha plataforma hecha de madera flexible y correosa que se sujetaba de unos agujeros con los dedos medio e índice. En su parte superior se colocaba un dardo. Dicho mecanismo proporcionaba un impulso tan potente al venablo, que era capaz de perforar animales de piel gruesa, y cotas de malla de acero, como lo experimentaron los soldados españoles7.

El atlat ha sido señalado como un artefacto utilizado desde tiempos remotos, indicando su aparición en contextos arqueológicos alrededor del mundo desde hace 30,000 años y en América han sido fechados ejemplares provenientes de Texas en 7000 años. A pesar de que el atlatl aparece en 7 http://es.wikipedia.org/wiki/Átlatl

tiempos remotos, esta perduro no solo como un artefacto relacionado con grupos cazadores, si no que este se presenta también entre grupos prehispánicos tardíos de México como los mayas y los aztecas8. Un dato importante para esta investigación es que se han conservado algunos ejemplares de atlatl (Museo comunitario de Todos Santos y Museo de Antropología de La Paz), lo cual es muy importante, ya que tenemos una línea de partida en la investigación desarrollada en este texto.

Una de las primeras evidencias históricas de la presencia del atlatl en Baja California la señala Nicolás de Cardona en su viaje realizado a La Paz entre 1615-1616, donde menciona el uso local de “estólicas”. Así mismo, el jesuita Jacinto Cortés durante su visita al mismo territorio, pero años más tarde (1642), señala el uso de un instrumento que hace que vuele una lanza como flecha9.

A pesar de que los atlatl están conformados por materiales perecederos han sido evidenciados algunos de ellos en contextos arqueológicos en cuevas, pudiendo sobrevivir a través del tiempo por estar enterrado en ambientes secos sin filtraciones de humedad que a largo plazo pudo haber acabado con el artefacto.

En el sur de la península, el arqueólogo norteamericano William Massey encontró cuatro ejemplares de atlatl o lanza dardos asociados a un entierro humano en el sitio Cerro Cuervoso en las inmediaciones a Cabo Pulmo, los cuales relaciona con la Cultura Las Palmas. Señala que los atlatl identificados en este sitio son de tipo macho (male type), caracterizados por presentar un gancho en uno de los extremos de un bastón de madera redondeado. Igualmente recalca que los ejemplares encontrados en Baja California, son totalmente distintos y únicos, ya que no encuentra relación entre aquellos atlatl identificados en sitios del suroeste de Estados Unidos10.

8 Maldonado 2005, p.64. 9 Laylander, Don, “Large projectiles and the cultural distinction of southern Baja California Pacific Coast Archaeological Society Quarterly, v.39, n.2 y 3, 2007, p.12. 10 Massey, William, Culture history in the Cape region of Baja California, Tesis doctoral, Universidad de Baja California, Berkeley, 1955, p.325-326.

GANCHO DEL ATLATL ARQUEOLÓGICO Y EXPERIMENTAL

Al norte de la península, en la Laguna Ojo de Liebre específicamente,

Ritter y Burcell proponen que el uso del atlatl pudo coexistir con el uso del arco y la flecha en tiempos históricos, pero, cada uno con diferencias en cuanto a su uso, esto basado en la variabilidad de recursos, tanto marinos como terrestres, que pudo dar pauta a la aparición de armas especializadas para cada tipo de caza11.

La conformación de un atlatl sudcaliforniano A través del trabajo de experimentación realizado por Craig Ratzat, señala que el peso y no la longitud del atlatl es lo que determina la velocidad, además de que este debe ser flexible, ya que si esto no se cumple, no se almacena la suficiente fuerza para hacer el lanzamiento del dardo. Ratzat construyo un atlatl de 107.95 cm. de longitud y un peso 103 gramos.; en cuanto al dardo, este midió 132.08 cm. y peso 20 gramos12. A pesar de no haberse hallado un dardo utilizado por grupos prehispánicos de Baja California, fue posible su reconstrucción a partir de la observación de atlatl prehispánicos expuestos actualmente en los museos de la región, ya que la longitud del dardo presenta una relación directa con la dimensiones del atlatl para lograr un conjunto artefactual certero y eficiente, siendo en promedio el dardo dos veces más grande que el atlatl.

CARRIZO ANTES DE SER DESHOJADO Y DURANTE EL PROCESO DE LIMPIEZA

11 Ritter, Eric W. y Julie Burcell, “Projectile points from the three sister´s lagoons of west central Baja California”, Pacific Coast Archaeological Society Quarterly, v.34, n.4, Fall, 1998, p.54. 12 Ratzat, Craig, “Atlatls: Throwing for distance”, Bulletin of Primitive Technology, Hand-Trhrow Projectiles, n.4, 1992, 200-202.

Para la experimentación del uso del atlatl fue necesario hacer una reproducción en relación a las materias primas y dimensiones de los ejemplares arqueológicos. A pesar de que las descripciones históricas hablan acerca del uso del atlatl no explican características específicas, como el tipo de materia prima utilizado para su conformación, por lo cual fue necesario recurrir a la búsqueda de materias primas locales. En el caso del dardo, se utilizó un carrizo común todavía en los alrededores de la ciudad de La Paz y que pudo haber sido utilizado por los antiguos californios por sus características, ya que es una planta que llega a ser muy flexible, resistente y ligero, ideal para la función del dardo.

VARA DE CARRIZO TOSTADO PARA LA CONFORMACIÓN DEL DARDO

Primeramente, se corto una vara de carrizo de 180 cm. de largo, la cual

fue necesario deshojar y dar una regularidad a la superficie utilizando una herramienta de piedra con una concavidad en uno de sus filos, conocida como raspador tipo muesca. Ya regularizada la superficie fue necesario secar la vara de carrizo al sol para deshidratarla, ya que no es posible enderezarla cuando aún está fresco el carrizo. A pesar de que las varas de carrizo llegan a estar muy rectas, es necesario enderezarla ya deshidratada, con el uso del fuego.

PLUMAS ESTABILIZADORAS DE VUELO EN EL DARDO SUGETADAS CON FIBRAS VEGETALES Y FIJADAS CON RESINA NATURAL DE BURSERA s.p.

Para evitar que el dardo se rompa en el momento del lanzamiento, o en

el momento del impacto, es necesario reforzar con fibras vegetales o tendón animal ambos extremos de la pieza. Posteriormente se requiere de recolectar algunas plumas de ave necesarias para estabilizar el vuelo del dardo, cortándolas a la mitad siguiendo su eje longitudinal y posteriormente sujetarlas a uno de los extremos del dardo utilizando igualmente, fibras vegetales o tendones de animal y resinas naturales.

MATERIALES UTILIZADOS PARA EL ENMANGUE DEL ASTIL

RESINAS VEGETALES

PUNTA DE PROYECTIL DE OBSIDIANA

ASTIL DE MADERA

FIBRAS VEGETALES

NAVAJA DE PIEDRA

Sabiendo que la punta de proyectil no es factible enmangarla directamente al dardo, y por las mismas características del carrizo (hueco), es necesario pensar en la manufactura de astiles de madera con puntas de proyectil enmangadas a ellos, los cuales iban insertados en el extremo distal del dardo, que en el momento de impactar en la presa este se desprendía y quedaba inserto en el animal, pudiendo de esta manera, reemplazar el astil y la punta, y no todo el dardo si era necesario realizar más tiros. Se han encontrado en la región puntas de proyectil arqueológicas enmangadas con tendón de animal (probablemente venado) a astiles de madera13.

SECUENCIA DE ENMANGUE DE LA PUNTA DE PROYECTIL EN EL ASTIL DE MADERA

Además de la conformación del atlatl y el dardo, para realizar el astil fue necesario hacer una réplica de una punta de proyectil de piedra; dicha pieza fue diseñada de acuerdo al tamaño y alcance del dardo, esto con el fin de optimizar la función de dicha herramienta. Ya conformada la punta, fue indispensable hacer una ranura al astil utilizando una lasca de piedra para sujetarla, y posteriormente, enmangarla al eje de madera utilizando fibras vegetales y resinas naturales.

Conclusiones

Alrededor del mundo se han hecho innumerables experimentos referentes a la conformación del atlatl y su efectividad como instrumento de caza. A partir de la

13 A.F. Leticia Sánchez García (comunicación personal 2009)

reconstrucción del atlatl, el dardo, el astil y la punta de proyectil, probablemente utilizado por los antiguos californios, fue posible documentar la efectividad en los lanzamientos ya sean a corta distancia (20-30 m) como a larga distancia (100 m).

ATLATL Y DARDO TERMINADOS Anteriores experimentaciones con otras materias primas, nos mostraron que es importante la flexibilidad y el peso del dardo, ya que en un primer momento se experimento con piezas realizadas de quiote o flor del maguey encontrado en el territorio sudcaliforniano, obteniendo resultados negativos ya que el dardo no fue estable durante el lanzamiento e inclusive rompió la primera reproducción de un atlatl, esto por su peso y falta de flexibilidad. Por ello fue el carrizo una materia prima ideal para este fin, pudiendo ser utilizada desde tiempos prehistóricos. A partir de la arqueología experimental, fue posible reconstruir o hallar los faltantes que conformaban uno de los complejos artefactuales más eficientes y complejos utilizado por los grupos prehistóricos de Baja California para la caza de especies animales terrestres y quizá, marinas. Las dimensiones propuestas por Ratzat para el atlatl y el dardo (107.95 cm. y 132.08 cm. respectivamente) no cumplen con la propuesta planteada anteriormente, donde se indica que en promedio el dardo debe de tener una longitud dos veces mayor que la del atlatl. Sin embargo, hay que señalar que el atlatl de Ratzat presenta contrapeso, elemento ausente entre los ejemplares californianos pero evidenciado en contextos arqueológicos del suroeste de Estados Unidos, el cual tiene como objetivo, generar mayor velocidad de lanzamiento a través de un latigueo más acentuado, necesario por lo largo del dardo. En el caso del atlatl californiano, el dardo debió de ser por lo menos dos veces más largo que la estólica, ya que al no contar con contrapeso, fue necesario recurrir a dardos más largos y flexibles que ayudarán a imprimir mayor fuerza al lanzamiento, sin ser tan relevante la longitud del atlatl. Es muy común encontrar en territorios sudcalifornianos la presencia de puntas de proyectil o pedernales, relacionados la mayor parte de las veces con la caza, sin embargo, es necesario observarlas y dirigir su estudio como parte de un mecanismo o complejo artefactual, que si bien pudo utilizarse alrededor del mundo, los grupos californios le imprimieron un sello particular ya sea morfológica o funcionalmente.

ATLATL

DARDO

PUNTA DE PROYECTIL

ASTIL

PLUMAS ESTABILIZADORAS DE VUELO

REFUERZOS DEL DARDO

Esquema que ejemplifica los componentes inmersos en el atlatl y dardo

Sudcaliforniano Referencias Binford, Lewis, En busca del pasado, Crítica, Barcelona, 1994. Del Río, Ignacio y María Eugenia Altable Fernández, Breve Historia de Baja California Sur, El Colegio de México-Fideicomiso Historia de las Américas-FCE, México, 2000, p.22 Johnson, Matthew, Teoría arqueológica. Una introducción, Ariel Historia, España, 200, p.74-76 Laylander, Don, “Large projectiles and the cultural distinction of southern Baja California Pacific Coast Archaeological Society Quarterly, v.39, n.2 y 3, 2007, p.11-21. (12) Maldonado Reséndiz, Alejandro, “Atlatl”, Actualidades arqueológicas. Cazadores recolectores arqueológicos, n.2, IIA-UNAM, México, agosto-noviembre 2005, p.64-67. Martínez, Pablo L., Historia de Baja California, UABCS-ISC-H.Ayuntamiento de La Paz-Administración Portuaria Integral de B.C.S., 2003, México, 716p. Massey, William, Culture history in the Cape region of Baja California, Tesis doctoral, Universidad de Baja California, Berkeley, 1955, p.325-326 Ratzat, Craig, “Atlatls: Throwing for distance”, Bulletin of Primitive Technology, Hand-Trhrow Projectiles, n.4, 1992, 200-202 Ritter, Eric W. y Julie Burcell, “Projectile points from the three sister´s lagoons of west central Baja California”, Pacific Coast Archaeological Society Quarterly, v.34, n.4, Fall, 1998, p.29-66. (p.54) http://es.wikipedia.org/wiki/Átlatl

Síntesis Curricular Luisa Eugenia Piña Villalobos

Arqueóloga egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH)

Colaboradora en proyectos arqueológicos de Zacatecas, Morelos y Baja California Sur, así como en proyectos de difusión en el Estado de México.

En Baja California Sur ha participado en salvamentos arqueológicos en el municipio de Los Cabos y La Paz, en áreas de concheros, campamento y de producción de artefactos líticos prehistóricos.

Colaboradora en el proyecto arqueológico El poblamiento de América visto desde la isla Espíritu Santo, B.C.S. dirigido por la arqueóloga Harumi Fujita y en el proyecto de Catalogación de materiales arqueológicos, paleontológicos y muebles del Centro INAH BCS dirigido por los antropólogos físicos Leticia Sánchez y Alfonso Rosales.

Alejandro Jacob Maldonado Reséndiz *Pasante total de la Licenciatura en Arqueología por la ENAH. *Tesista del “Proyecto Arqueológico Valle del Río Súchil Zacatecas y Durango” *Colaborador del proyecto “La lapidaria del Templo Mayor: Estudio de Tradiciones Tecnológicas” *Colaborador del proyecto “Rescate registro y conservación del patrimonio arqueológico del Estado de Morelos” *Partícipe en la temporada de campo y analista de materiales del “Salvamento arqueológico en la porción oeste del Sitio A16 El Pulguero Suroeste correspondiente a la Primera Fase” *Artículos y ponencias:

*Articulo: “Divulgación de la ciencia en Arqueología: Una realidad difícil de alcanzar” Revista Coexistencia, numero uno, México, 2003.

*Articulo: “Cerro de la Estrella (Huizachtepetl)” dentro de la sección “México a Brújula” de la revista Contexto Arqueológico, Nº cero, Volumen 1, México, 2005.

*Fotoreportaje: “Atlatl”, dentro de la revista “Actualidades Arqueológicas” año cero, número dos, ago-nov 2005 México.

*Ponencia: “Los artistas de la Turquesa en la sociedad Mexica” Dentro del 5ª Ciclo de conferencias “Templo Mayor y Tlatelolco en Voz de sus Investigadores” el día 30 de Septiembre del 2006.

*Articulo: “El trabajo de la obsidiana entre los habitantes de la antigua Zazacatla” Suplemento cultural “El Tlacuache”, La Jornada de Morelos, México, No. 262, Domingo 3 de junio de 2007.

*Articulo: “Tecnología de producción de puntas de proyectil en la antigua Zazacatla” Suplemento cultural “El Tlacuache”, La Jornada de Morelos, México, No. 269, Domingo 22 de julio de 2007.

*Ponencia “La lapidaria en turquesa de Chalchihuites” Dentro del 6ª Ciclo de conferencias “Templo Mayor y Tlatelolco en Voz de sus Investigadores” el día 27 de Octubre del 2007.

*Ponencia “Arqueología” impartida a los alumnos de quinto semestre del COBACH Chalchihuites, Zacatecas el día 28 de noviembre de 2007.

*Ponencia “Trabajos recientes de salvamento arqueológico en el Sitio A16 El Pulguero Suroeste.” Impartida dentro del “Segundo Encuentro de História y Antropología de Baja California Sur” el día 23 de octubre de 2008. La Paz, Baja California Sur.