el universo num 01

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1 El universo Nueva época Honroso pasado en el presente Cosmología MEXICANOS ACELERANDO LA FÍSICA DEL UNIVERSO ¿Cómo se hace? LAS EXPLOSIONES MÁS PODEROSAS DEL UNIVERSO LA EXPEDICIÓN MEXICANA PARA OBSERVAR EL TRÁNSITO DE VENUS DE 1874 Vol. 1 Nº 1 JUNIO 5, 2012.

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"Todos los derechos reservados a los autores de la revista" SAM Asociación Astronómica de México

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Page 1: El universo num 01

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El universoNueva época

Honroso pasado en el presente

CosmologíaMEXICANOS ACELERANDO LA FÍSICA DEL UNIVERSO

¿Cómo se hace?LAS EXPLOSIONES MÁS PODEROSAS DEL UNIVERSO

LA EXPEDICIÓN MEXICANA PARA OBSERVAR EL TRÁNSITO

DE VENUS DE 1874

Vol. 1 Nº 1

JUNIO 5, 2012.

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EditorialCon este número, El Universo retoma la misión fun-dacional de la Sociedad Astronómica de México, A.C. (SAM), divulgar la astronomía, compartir con los mexicanos lo sorprendente del cielo nocturno, las explicaciones confiables de los fenómenos del Universo que van encontrando los astrónomos en su denodado afán por hurgar en los secretos del cosmos, tal como lo hicieran nuestros socios funda-dores casi en los comienzos del siglo XX, en 1902; personajes que, por demás, han representado el prestigio de México en el desarrollo astronómico mundial. Podemos presumir, ahorrando modestia, que la SAM es el Alma mater de las instituciones de investigación astronómica del país.

El N°1, Nueva Época de El Universo sale a la luz en un momento, tal vez apresurado, pero muy signifi-cativo para la SAM: la víspera del Tránsito de Venus de 2012, el 5 de junio, el último del siglo XXI.

El Tránsito de Venus de 2012 tiene un gran signi-ficado simbólico para la Sociedad Astronómica de México, A.C. Representa la memoria entrañable de una de las grandes hazañas de los astrónomos y la astronomía de México, como fue el Viaje de la Comi-sión Astronómica Mexicana al Japón para observar el tránsito del planeta Venus por el disco del Sol el 8 de diciembre de 1874, presidida por Francisco Díaz Covarrubias.

Reflexionemos que por aquellos años nuestro país padecía los vaivenes de nuestras recurrentes luchas fratricidas. Divididos los mexicanos, habíamos per-dido más de la mitad del territorio nacional a manos de Estados Unidos entre 1846 y 1848. Divididos en-tre liberales y conservadores, estos últimos interesa-dos en que nos gobernaran coronas europeas, inten-tábamos defender la República entre 1862 y 1867.

En un remanso de paz, el presidente liberal Sebastián Lerdo de Tejada tuvo a bien financiar la expedición de Francisco Díaz Co-varrubias, a Yokohama, Japón, para observar, medir, cronometrar el paso del planeta Venus frente al Sol y así poder determinar la distancia que media entre nuestro planeta y el Sol, datos de gran relevancia para la geografía y la cartografía del mundo. Francisco Díaz Covarrubias fue uno de los socios fundadores de la SAM.El Universo tiene además el orgullo de presentar la historia de esta hazaña, muy poco conocida antes de las expectativas despertadas por el tránsito de Venus de 2012, en la versión de un estudio de-sarrollado por jóvenes estudiantes de bachillerato. Asimismo El Universo buscará compartir a partir de su nueva época lo que hoy sabemos del Universo, de los “tabiques” con los que está construi-do, de los avances en la exploración del espacio por el hombre, del desarrollo de los instrumentos para detectar con mayor precisión los sorprendentes fenómenos que tienen lugar en los confines del cielo nocturno.

Quienes nos empeñamos en continuar con la tradición de la SAM, de El Universo, de compartir el conocimiento astronómico, nos comprometemos hacer nuestro mejor esfuerzo por no defraudar a nuestros fundadores, ni a nuestros lectores.

Consejo direCtivo

Armando Higareda LlamasPresidente

Alberto Renovales VillaviCePresidente

Oscar Castro GarduñoseCretario

Rubén Becerril Marañóntesorero

J. Enrique Anzures BecerrilPrimer voCal

Alejandro Farah Simónsegundo voCal

Consejo editorialArmando Higareda

Arcadio Poveda José R. de la Herrán

José Franco Vladimir Ávila Reese

Raúl Mujica Luis Felipe Rodríguez

Diseño Fabiola Rodríguez

Consejo de Redacción e InformaciónRolando Ísita

Alejandro FarahEnrique AnzuresCarolina Keiman

Foto por: Michael Joner & David Laney.

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Foto por: Martin Hennemann & Frédérique Motte.

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ASTROFOTOGRAFÍA Eclipse solar

EXPLORACIÓN ESPACIAL Apertura Comercial del EspacioAntecedentesContratistas ClásicosLa Nueva Carrera Espacial¿Qué nos espera?

INTERACCIONES ¿Qué sabemos de la vida fuera de la tierra?

ÍNDICENOTICIAS

COSMOLOGÍA Mexicano acelerando la física del universoViaje al centro de cernExplorando el universoEl detector Alice El conjunto v0El detector de rayos cósmicos acordeSupercómputo en cernMexicanos en un proyecto científico de punta

HONROSO PASADO EN EL PRESENTE AntecedentesLa Expedición mexicana para observar el tránsito de Venus de 1874¿Cómo medir la distancia de la Tierra al Sol?El método de Edmund HalleyCircunstancias que permitieron la expedición mexicana a JapónLa Expedición mexicanaConsecuencias políticasConsecuencias científicasLa Astronomía hoyConclusiones

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¿CÓMO SE HACE? Las explosiones más poderosas del universo

EFEMÉRIDES

HUMOR

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Colosal choque de Andrómeda y Vía

Láctea: un hechoLa colisión de la galaxia de Andrómeda con la Vía Láctea es un hecho que ya era conocido, la noticia es que ahora tenemos la certeza que así sucederá.

El pasado 31 de mayo la Agencia Espacial Estadounidense (NASA) dio a conocer en un comunicado que la titánica colisión de las ga-laxias vecinas, Andrómeda y Vía Láctea, ocurrirá con toda certeza dentro de cuatro mil millones de años. Podría resultar a muchos inverosímil que durante esta colosal colisión el Sistema Solar sal-drá indemne, cambiarán de lugar pero no serán destruidos.

Después de casi un siglo de especulaciones, por fin tenemos una clara idea de cómo se desenvolverán los acontecimientos en los próximos cuatro mil millones de años”, dijo Sangmo Tony Sohn, del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial, de Baltimore; y “nuestros hallazgos son consistentemente satisfactorios”, agregó Roeland van der Marel, del mismo Instituto.

La certidumbre de los astrónomos se funda en las medidas del movimiento de Andrómeda, también conocida como M31, de-tectdas con el Telescopio Espacial Hubble. Nuestra vecina está distante de nosotros a dos y medio millones de años luz, y está cayendo inexorablemente hacia Vía Láctea por el impulso gravi-tacional mutuo entre ambas galaxias y la materia oscura que las rodea.

Las simulaciones numéricas derivadas de los datos del Hubble muestran que tomará dos mil millones de años después de su encuentro para que las mareas gravitacionales modifiquen la for-ma de ambas, convirtiéndose ambas en una sólo galaxia espiral.

Fuente: NASA, ESA; A. Feild and R. van der Marel, STScI.

NOTICIAS

Foto por: Z. Levay and R. van der Marel, and A. Mellinger.

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El astronauta Don Pettit

se convertirá en el primer ser humano

en fotografiar el Tránsito

de Venus de este 5 de junio desde el espacio.

Don Pettit es ingeniero de vuelo a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), y lleva un tiempo merodeando en su mente la idea de fotografiar el paso del pla-neta Venus frente al disco solar. Pettit sabía que el fenómeno podría ocurrir durante su rotación alrededor de nuestro planeta, por lo que introdujo en su equipaje hacia la ISS un filtro solar desde diciembre de 2011.

La expedición de 31 tripulantes a bordo de la Estación Espa-cial, serán los primeros en la historia de la humanidad en ver un tránsito de Venus en el espacio, y Don Pettit será el primero en fotografiarlo.

Pettit apuntará con su cámara hacia el Sol a través de las ven-tanas laterales de la cúpula de la estación espacial, un módulo que la Agencia Espacial Europea construyó a modo de un “ob-servatorio” que ofrece una visión de gran angular de la Tierra y el cosmos. Sus siete ventanas son utilizadas por la tripulación para operar el brazo robótico de la estación.

Fuente: ISS, ESA y NASA.

NOTICIAS

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La ruta en México del tránsito de Venus 2012

El último del siglo

Por: Claudia Juárez

Ninguna de las personas que viven hoy volverá a ver el tránsito de Venus, un raro fenómeno astronómico que no puede pasar desapercibido. México está listo para la observación desde dis-tintos sitios.

El tránsito de Venus, el 5 de junio, será visible desde México. Este fenómeno es el paso del planeta Venus por delante del Sol, visto desde la Tierra. Es el equivalente a un eclipse solar sólo que en vez de interponerse la Luna entre Tierra y Sol, lo hace Venus. Pero como este planeta, aunque es de mayor tamaño que la Luna, se encuentra lejos de nosotros, entonces lo vemremos como un pequeño punto negro deslizándose lentamente frente al Sol.

El registro de las observaciones y medidas de tiempo del tránsito de Venus en los siglos XVIII y XIX, permitió calcular la distancia entre la Tierra y el Sol, distancia conocida como Unidad Astronó-mica (UA) equivalente a 150 millones de kilómetros.

El tránsito de Venus ocurre con una periodicidad extraña: en pa-res separados por ocho años, y a su vez cada par se presenta en lapsos de 105.5 años y 121.5 años. Es decir, dos tránsitos cada siglo. El más reciente sucedió el 8 de junio de 2004 y se repetirá el 5 de junio de 2012. El siguiente ocurrirá en diciembre de 2117 y su par en diciembre de 2125. .

La versión 2012 del paso de Venus frente al Sol será visible en varias partes del mundo. En México, la mejor zona observarlo será el Noroeste del país. Es recomendable usar lentes protecto-res, similares a los que se utilizan para mirar los eclipses de Sol.

Por ningún motivo se debe mirar directo sin protección, pues es garantía de ceguera irreversible. Otra opción es seguir la transmi-sión del evento por televisión abierta o en Internet.

La Organización Noche de las Estrellas, la Embajada de Francia en México, la Academia Mexicana de Ciencias, el Instituto de Astronomía y la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM; el Instituto Nacional de Antropología e Historia y otras instituciones han organizado una serie de actividades, con el fin de que todos podamos ver el último tránsito del nuestro siglo con la protección necesaria.

El programa de actividades del 5 de junio incluye el estableci-miento de puntos de observación con telescopios: En el Castillo de Chapultepec y explanada del Museo de las Ciencias UNIVER-SUM, en la ciudad de México; el Planetario de Torreón, Coahuila; el Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir, al norte de Baja California; y en Baja California Sur, desde San José del Cabo. En este último sitio se hará, además, un homenaje a los astrónomos Jean Baptiste Chappe d’Auteroche, de Francia y los españoles Doz y Medina, quienes emprendieron largas travesías con tal de observar por primera vez con telescopios y medidas cronométricas el tránsito de Venus del 3 de junio de 1769. Poco después de registrar sus observaciones, fueron víctimas de una enfermedad entonces desconocida a la que no sobrevivieron.

Un siglo después, en 1874, el sitio ideal para seguir el tránsito de Venus fue el Oriente. El mexicano Francisco Díaz Covarru-bias, con el apoyo del gobierno en turno, organizó una misión a Yokohama, Japón. La aventura astronómica no sólo permitió importantes aportaciones a la astronomía, sino también el esta-blecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales entre Mé-xico y Japón.

Este 2012, la observación del tránsito de Venus no sólo será la ocasión para apreciar un bello espectáculo, sino también para conmemorar la cooperación científica entre México, Francia y Japón. Consulta sedes y horarios en tu localidad en www.noche-delasestrellas.org.mx

NOTICIAS

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COSMOLOGÍA

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Por: Gabriela Frías

Cuando un visitante se acerca por la carretera al Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés) lo úni-co que ve son grandes campos con girasoles. Finalmente, un edificio iluminado en forma de media esfera, situado al lado de la carretera, anuncia la llegada al centro. Dicho edificio, que se conoce como el “globo para la ciencia y la innovación”, es uno de los símbolos del CERN, que alberga un pequeño museo con exposiciones itinerantes, además de un auditorio que ha sido testigo de la visita de varios cien-tíficos galardonados con el Premio Nobel.

En la superficie, el CERN tiene un aspecto muy similar al del campus de cualquier universidad, con edificios grises en los que hay labora-torios y cubículos. Sin embargo, la parte más impactante del centro no está en la superficie, sino a cien metros bajo el suelo, donde se encuentra situada la máquina más sofisticada que ha construido la humanidad: el Gran Colisionador de Hadrones (LHC por sus siglas en inglés). Este enorme aparato, que hasta la fecha ha costado cerca de 130,000 millones de pesos, se empezó a crear hace más de treinta años. En su construcción y funcionamiento han participado más de 10,000 físicos e ingenieros de alrededor de 100 países del mundo, lo que convierte este experimento en la colaboración científica más grande de la historia.

De acuerdo con el Dr. Guy Paic, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM (ICNUNAM) y pionero del proyecto, “cuando se inició la construcción del LHC, y solamente había alrededor de 50 cientí-ficos involucrados, estábamos diseñando puros sueños. Aún no existía la tecnología para el aparato que se quería construir. ¡Hoy somos testigos de las innovaciones tecnológicas que se desarrollaron gracias al proyecto!”.

Hoy nadie en su sano juicio puede negar que la economía mundial se mueve por el conocimiento científico y la innovación tecnológica. Mé-xico, como nación, no puede sustraerse al reto de investigar aquello

que no seabemos del cosmos, de la naturaleza, de la vida, conocimiento que en muy corto plazo se puede convertir en herramientas y tecnologías para enfrentar de una forma más adecuada los retos que para sobrevivir nos ha impuesto la Naturaleza.

Gabriela Frías en este artículo nos pone al tanto de la participación de inves-tigadores mexicanos en uno de los proyectos más ambiciosos y creativos que se le hayan ocurrido a Homo sapiens, el acelerador de hadrones del Centro de Investigaciones Científicas de Europa, un artefacto del que tenemos la esperaza que produzca la partícula que dio origen al Universo.

Convertir el lenguaje ténico de la investigación científica al lenguaje que todos podamos comprender implica el doble reto de entender la ciencia y también la comunicación social. No en todos los lugares donde se realiza investigación científica se hace conciencia de la necesidad de compartir los hallazgos de la ciencia con la sociedad que la financia. El Instituto de Ciencias Nucleares, junto con el Instituto de Astronomía, son pioneros en tener en su seno áreas especializadas en comunicar la ciencia al público y Gabriela Frías, de Ciencias Nucleares, es una de sus protagonistas. Es muy grato para EL Universo contar en sus páginas con la colaboración de tan magnífica divulgadora de la ciencia.

Mexicanos acelerando la física del Universo

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Viaje al centro de CERNEl LHC es un enorme acelerador de partículas subatómicas que se cons-truyó para estudiar los “ladrillos” fundamentales que componen todo lo que conocemos. Tiene 27 kilómetros de circunferencia y está colocado en un túnel, parecido al del metro, cuya profundidad varía de cincuenta a cien metros y que atraviesa la frontera entre Suiza y Francia.

El aparato consiste en un enorme tubo en forma de dona, que se encuentra dentro del túnel. A este tubo se le inyectan dos haces de partículas que se aceleran para moverse a través el túnel: uno en el sentido de las manecillas del reloj y otro en sentido contrario. Las partículas se aceleran hasta alcanzar casi la velocidad de luz (300 mil kilómetros por segundo) para hacer chocar los haces a altas energías, creando condiciones parecidas a las del origen del Universo.

El tubo del LHC está formado por grandes imanes “superconductores” que producen campos magnéticos muy intensos y que ayudan a que las partículas que viajan dentro de él se mantengan dando vueltas en círcu-lo. Para que los imanes funcionen adecuadamente, deben mantenerse a una temperatura de -271 grados celsius. Estas temperaturas, que se logran a través de un sistema de enfriamiento a base de helio líquido, convierten al LHC en uno de los lugares más gélidos del mundo.

El LHC se construyó para producir y estudiar choques entre haces compuestos de protones o de núcleos de plomo. Los protones son las partículas subatómicas que junto con los neutrones forman los nú-cleos atómicos. Por su parte, los núcleos de plomo están constituidos por 82 protones y 126 neutrones. El nombre de “Gran Colisionador de Hadrones” se refiere a que tanto los protones como los neutrones son “hadrones”, es decir, partículas que están compuestas por partículas que son aún más pequeñas, llamadas quarks.Para aprender sobre lo que pasa durante los choques entre las par-tículas que viajan dentro del LHC, se construyeron varios aparatos muy complejos, llamados detectores. Éstos detectan los choques y convierten la información en datos que después se pueden analizar. Algunos de estos aparatos son tan grandes como una catedral; otros son del tamaño de una casa. Hay cuatro detectores principales que es-tán situados en puntos estratégicos del LHC, y que se conocen como ATLAS, CMS, ALICE y LHCb. Cada uno de ellos fue diseñado por equipos conformados por cientos o hasta miles de colaboradores de todo el mundo.

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Explorando el UniversoCuando en el LHC se produce una colisión entre dos partículas que viajan muy rápido, por ejemplo 2 protones, se pueden “observar” con los detec-tores decenas o incluso centenas de partículas que se alejan del punto del choque, ya que en el momento del choque, las partículas iniciales desapare-cen, y dejan su lugar a nuevas partículas que no existían antes del choque.

Pero, ¿por qué les interesa a los científicos estudiar este tipo de partículas? Durante el siglo pasado, los físicos descubrieron que todos los objetos que conocemos están hechos de doce ingredientes fundamentales, también lla-mados “partículas elementales”, que interactúan a través de cuatro fuerzas fundamentales. En 1970, se propuso el llamado “Modelo Estándar”, que describe las interacciones entre dichas partículas. A lo largo de los últi-mos 30 años, la mayoría de las predicciones del Modelo Estándar han sido verificadas en miles de experimentos. Sin embargo, a pesar de su éxito, este modelo aún deja muchas preguntas sin responder. Por ejemplo, se está investigando si existe una de las partículas que predice el Modelo Están-dar: la partícula de Higgs. De acuerdo con el modelo, esta partícula es la encargada de darle masa a todo lo que conocemos. Los científicos de CERN están convencidos de que en un futuro cercano se confirmará si existe o no dicha partícula, a través de los experimentos que se llevan a cabo en el LHC.

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El detector ALICE Una de las interrogantes que estudia el LHC es ¿qué sucedió en los primeros instantes del Universo? Momentos después de la Gran Explosión (o Big Bang) hace cerca de 13,000 millones de años, la temperatura era muy alta y la concen-tración de la energía y materia muy grande. Aún no se for-maban los átomos y se cree que los quarks existían libre-mente en un estado de plasma, en vez de estar confinados en hadrones. A este estado se le llama “plasma de quarks y gluones”. Conforme el Universo se empezó a expandir, la temperatura disminuyó y los quarks se agruparon en partí-culas, por ejemplo en protones, que después serían parte de los átomos. A esta etapa de agrupamiento de los quarks se le llama “hadronización”.

Los primeros instantes del Universo se pueden reproducir experimentalmente en el LHC, a través de colisiones de io-nes de plomo, que permiten obtener por un momento un plasma de quarks y gluones. Para obtener información so-bre este proceso se construyó el detector ALICE (Un Gran Experimento Colisionador de Iones).

El Dr. Arturo Menchaca, investigador del Instituto de Físi-ca de la UNAM (IFUNAM) y ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, junto con un grupo de colegas, está investigando estos choques de iones de plomo. En particu-lar, estudia el mecanismo de producción de núcleos y anti-núcleos cuando se enfría el plasma de quarks y gluones.

ALICE está conformado por dieciséis sistemas de detección que le permiten identificar y medir las propiedades de las partículas generadas en su interior. Los científicos mexica-nos se involucraron en el diseño, construcción y operación de dos de ellos: V0A y ACORDE. Varias de estas iniciativas se han llevado a cabo gracias al apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y de la UNAM.

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El conjunto V0Un parpadeo de ojos es un evento muy lento comparado con la veloci-dad a la que ocurren las colisiones en el interior de ALICE. Los detec-tores V0A y V0C, que forman el conjunto V0, son los “ojos” de ALICE, que en 25 nanosegundos un nanosegundo es una mil millonésima parte de un segundo deciden si una colisión entre protones es inte-resante, y si debería ser registrada por el detector, o no. V0 funciona como un sistema de disparo (o “trigger”) que despierta a ALICE y le da la orden de registrar un choque de partículas.

México inició su participación en este proyecto en 1999, cuando sur-gió la necesidad de crear un nuevo sistema de disparo para ALICE. El Dr. Gerardo Herrera del Centro de Investigación y de Estudios Avan-zados del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV) y el Dr. Men-chaca, del Instituto de Física de la UNAM (IF), formaron un grupo de investigadores, a los que se unieron el Dr. Paic y el Dr. Eleazar Cuautle del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM (ICN) y Dr. Andrés Sandoval del IFUNAM. Este grupo presentó una propuesta para dise-ñar y construir V0A, que se llevó a cabo gracias a la aprobación de la Iniciativa Científica del Milenio del Banco Mundial.

El detector V0A se construyó en el IF, en Ciudad Universitaria, y con-siste en 32 celdas de plástico centellador —un tipo de material que es capaz de convertir energía en luz visible. La cubierta del aparato se hizo con fibra de carbono, que es a la vez ligera y rígida. Este material es el mismo que se usa para construir las cabinas de los autos Fórmu-la I. El Dr. Andrés Sandoval, quien jugó un papel fundamental en el ensamblado de V0A, comenta que “una vez que el detector estuvo lis-to, se transportó al CERN en el mismo tipo de cajas que se usan para transportar bicicletas, lo que permitió llevar el aparato a su destino sin problema alguno”.

Como comenta el Dr. Paic, “V0 es uno de los componentes más im-portantes de ALICE. Probablemente no hay ningún artículo científico sobre este detector que no mencione a V0”.

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El detector de rayos cósmicos ACORDEALICE no solamente se ocupa de detectar las partículas que aparecen durante las colisiones que suceden en su interior, sino que también contiene un detector llamado ACORDE (ALICE Cosmic Ray Detec-tor) que sirve para observar cierto tipo de partículas provenientes del espacio.

Llamamos “rayos cósmicos” a cualquier tipo de partícula que bom-bardea a la Tierra, proveniente de algún lugar del espacio. Cuando una de estas partículas, que viajan a grandes velocidades, atraviesa la atmósfera terrestre, puede producir varias partículas secundarias, que forman lo que se conoce como una “lluvia de rayos cósmicos”.

A pesar de que ALICE se encuentra situado en una caverna a 70 me-tros por debajo del suelo, muchas de estas partículas logran llegar al detector. Para los ojos humanos, dichas partículas son invisibles; sin embargo, ACORDE es capaz de registrarlas. En particular, puede detectar un tipo de partículas llamadas muones que son parecidas a los electrones y que son capaces de llegar a niveles más profundos del suelo.

En la construcción de ACORDE participó activamente un grupo de científicos mexicanos de la Benemérita Universidad de Puebla, del CINVESTAV, del ICN y de la Universidad Autónoma de Sinaloa. El detector se ensambló en el Departamento de Física del CINVESTAV; para hacerlo se transportaron a México grandes cantidades de plás-tico centellador.

ACORDE consiste en un arreglo muy grande de plásticos centellado-res, de aproximadamente 40 por 40 metros. Cuando una partícula atraviesa este material, envía una señal a los demás componentes del aparato, hasta que finalmente se manda a los sistemas de cómputo donde se almacena.

El Dr. Paic del ICN fue el encargado de coordinar a un grupo, que incluyó a técnicos expertos en electrónica como el Mtro. Enrique Patiño del mismo instituto. También coordinó a varios estudiantes como Isabel Domínguez, Antonio Ortiz e Ivonne Maldonado, entre otros, que fueron los encargados de simular por computadora el fun-cionamiento de ACORDE, y de analizar los resultados de sus expe-rimentos. Para el Dr. Paic es muy importante que sus estudiantes participen en la construcción y el análisis de datos provenientes de experimentos internacionales como ACORDE, pues sostiene que “la UNAM es una universidad de primer mundo. Cuando los estudiantes de nuestra universidad interactúan con estudiantes de otros países del mundo en la colaboración del LHC, se dan cuenta de que están tan preparados como cualquiera de ellos”.

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Supercómputo en CERNEn cada una de las colisiones que registran los detectores del LHC se produce una gran cantidad de información, que es importante almacenar y enviar a los científicos que se encuentran en países de todo el mundo, que la analizarán posteriormente. Para lograr esto de manera eficiente, CERN creó la GRID, una red basada en una idea similar a la del Word Wide Web: compartir recursos entre computadoras distribuidas en distintas regiones geográficas. Sin embargo, mientras que la Web solamente comparte información en-tre las computadoras que están conectadas, GRID también comparte poder de cómputo y espacio de almacenaje.

Debido a que la UNAM está participando en ALICE, el ICN en colaboración con la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Comunicación e Información (DGTIC) deci-dió crear un “cluster” de GRID para ALICE, que se encuen-tra situado en el ICN.

Un “cluster” consiste en un sistema de computadoras que trabajan juntas como si fueran una sola computadora muy poderosa. Este aparato es el primer “nodo” de GRID en La-tinoamérica. Para aprender a manejar este aparato, el Téc-nico Luciano Díaz del ICN pasó una temporada en CERN, donde lo entrenaron en el manejo de sistemas de cómputo de última generación.

De acuerdo con el Dr. Lukas Nellen, investigador del ICN y miembro del consejo de cómputo de ALICE, “iniciativas como GRID son una motivación para mejorar los sistemas de cómputo de la UNAM y de todo México. Aunque la mo-tivación para construir el cluster fue el experimento ALI-CE, la infraestructura que se creó para este proyecto puede aprovecharse en otras áreas de la ciencia o incluso de la industria de nuestro país”.

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Mexicanos en un proyecto científico de puntaLos científicos mexicanos que participan en proyecto del LHC conside-ran que es crucial que nuestro país esté presente en iniciativas científi-cas internacionales de punta. De acuerdo con el Dr. Paic, “la mayor par-te de los adelantos de la tecnología moderna provienen de dos grandes fuentes: la industria militar y aeroespacial, y la física de altas energías –que es el área de la ciencia que estudia a los ladrillos elementales de la materia y las interacciones entre ellos. Dentro de la física de altas energías, se construyen grandes experimentos como el LHC, con partes que no se pueden comprar en ningún lugar y que se vuelven obsoletas rápidamente. Los científicos y los estudiantes tienen el reto de diseñar cada uno de los componentes de los aparatos y aprender a resolver pro-blemas complicados”. El Dr. Paic está convencido de que México debe ser “participante y no espectador” en proyectos de este tipo.

Por su parte, el Dr. Nellen está convencido de que “en la UNAM te-nemos instalaciones de primera calidad. Es importante que nuestra universidad se involucre en proyectos como el LHC, pues son de alta visibilidad a nivel mundial. Estamos en los primeros lugares entre las universidades de Iberoamérica y tenemos que participar en los proyec-tos más importantes del mundo”.

El Dr. Menchaca concuerda con estas afirmaciones, pues considera que “la UNAM es una universidad grande y prestigiosa, por lo tanto, es im-portante que participe en proyectos internacionales. La tecnología de frontera se desarrolla para proyectos de gran impacto como el LHC y lo que aprendamos en ellos se puede aplicar a las necesidades de México”. Así, el grupo de científicos mexicanos que participa en el LHC continúa proponiendo nuevas iniciativas, que seguirán acelerando la ciencia y que impulsarán el desarrollo tecnológico de México en el futuro.

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HONROSO PASADO EN EL PRESENTE

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Por: Mariana Costa Villegas y Cristina Delgado Ayala

Antecedentes

El sistema planetario con el Sol en el centro (heliocéntrico) había sido propuesto por Nicholas Copérnico en 1543, cuando publicó el trabajo notable de Revolutionibus orbium coelestium (Sobre las re-voluciones de las esferas celestes). Desde entonces, el progreso de la ciencia astronómica creció explosivamente. Galileo Galilei, entre tantas otras cosas, hizo importantes innovaciones al telescopio utili-zándolo para hacer innumerables descripciones de la enorme bóveda celeste. Por esa misma época, Johannes Kepler publicaba sus estu-dios sobre las tres leyes del movimiento planetario, demostrando que los planetas se mueven en órbitas elípticas alrededor del Sol. Para 1687, Isaac Newton ya había concluido su trabajo sobre La Ley de la Gravitación Universal, unificando la explicación de fenómenos tanto del cielo como de la tierra conforme a las mismas leyes.

Meses antes de la simbólica fecha del 5 de junio de

2012, Mariana Costa y Cristina Delgado, estudiantes

de bachillerato, buscaron asesoría en la Dirección

General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM,

animadas a desarrollar algún tipo de investigación

original para calificar alguna de sus materias. Se les

sugirió el tema de la expedición de Covarrubias a

Japón en 1874 para observar el tránsito de Venus,

por tratarse de un hecho científico de mexicanos

muy poco conocido entonces, y a ellas podría sig-

nificarles la emocionante experiencia de hurgar en

los archivos originales bajo custodia de la legendaria

Sociedad Astronómica de México, incluyendo uno

de los telescopios que Covarrubias utilizó en aquella

expedición.

Mariana y Cristina tuvieron la actitud propia de todo

aspirante a investigador: fueron escépticas. No pen-

saban que su indagación pudiera ser tan original.

Finalmente concluyeron su acopio de datos y no su-

pimos de ellas sino hasta que nos informaron que

tuvieron una altísima calificación en su escuela. En la

SAM y la DGDC tuvimos acceso a su trabajo, que-

damos muy sorprendidos y consideramos invitarlas

a que su investigación fuese el artículo principal con-

memorativo de la expedición de Díaz Covarrubias y

colegas para observar el tránsito de Venus, este 5 de

junio de 2012.

La expedición mexicana para observar el Tránsito de Venus de 1874

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Rusia, Inglaterra, Alemania, Italia, y Estados Unidos cada uno tenía varias comisiones distribuidas en África, Asia, y Australia, que eran los sitios donde el tránsito sería visible. Pero no fueron los únicos. La nación más improbable había formado una comisión sola de sólo cin-co científicos con Japón como su destino. Este país no tenía ninguna participación previa en el campo internacional científico. Este país se había hecho independiente cincuenta años antes y había estado en el conflictos civiles desde entonces. Este país era México.

No obstante el hecho que las observaciones y medidas logradas por las expediciones 1874 sobre el tránsito de Venus no obtuvieron los valores correctos para calcular la Unidad Astronómica, para México este acontecimiento resultó abrir brecha tanto en el campo científico como en la política internacional.

¿Cómo medir la distancia de la Tierra al Sol?No obstante, la inmensidad del Universo continuó siendo un ilimi-tado misterio abundante en incógnitas. En 1874, las esperanzas de los astrónomos se fincaron sobre el encuentro del valor desconocido de la distancia entre la Tierra y el Sol. Hoy día, mediante técnicas avanzadas como la telemetría, la luz láser y el radar, el valor exacto de dicha distancia se ha establecido en 149, 597 870.7 kilómetros. Pero en aquél entonces, los científicos emplearon técnicas muy simples, pero también más ingeniosas. En 1716, el astrónomo inglés Edmund Halley sugirió un método que implicaba la observación del tránsito de Venus delante del Sol.

Un tránsito es el paso de un planeta frente al disco del Sol desde la perspectiva de la Tierra. Los tránsitos de Venus son acontecimientos raros que ocurren sólo cuando el movimiento de aquel planeta alrede-dor del Sol se alinea con nuestro planeta en un camino que nos per-mite observar que Venus cruza el Sol como un punto negro diminuto delante de una suerte de naranja gigante. Esta conjunción ocurre cada 584 días, pero con la condición que la órbita de Venus cruce el plano orbital de la Tierra. Esto sólo sucede en junio y en diciembre. Ambas condiciones resultan de un extraño patrón temporal: dos tránsitos ocurren en pares separados por aproximadamente ocho años, pero entonces tiene que pasar más de un siglo para que otro par ocurra.

Halley no vivió lo suficiente para ver un tránsito, pero otros científicos decidieron intentar su método en los tránsitos de 1761 y 1769. Dos va-lores fueron obtenidos, pero con una diferencia de cinco millones de kilómetros. Faltaba un método más preciso para hacer la medición.Una segunda oportunidad surgió en el siglo diecinueve. Para enton-ces, los telescopios y los cronómetros habían sido mejorados, y la fo-tografía era ya una técnica innovadora. No obstante, los resultados no fueron mejores que el siglo precedente. Una vez más, los países que organizaron expediciones eran las potencias de su tiempo; Francia,

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El método de Edmund HalleyVenus tiene cuatro contactos aparentes en su paso frente al Sol, dos externos y dos internos. Cronometrando cada uno de los contactos en dos puntos distantes sobre la Tierra, y comparando los tiempos, es posible calcular la paralaje solar. La paralaje so-lar es el ángulo bajo el cual una cierta distancia definida en la Tierra podría ser vista desde el Sol. La paralaje entonces puede determinarse por trigonometría y así deter-minar la distancia. “ Es lo mismo que si estiraras tu brazo extendiendo el dedo pulgar hacia arriba, mides la posición angular cuando cierras primero un ojo y luego el otro el otro, sabes la distancia que hay entre tus ojos, mediste los ángulos aparentes cuando cerraste uno y otro ojo, entonces puedes calcular la longitud de tu brazo.

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Circunstancias que permitieron la expedición mexicana a JapónCuando el grupo liberal venció a los conservadores y finalizó la intervención francesa, el país adquirió relativa estabilidad. El presidente Juárez nombró como Ministro de Desarrollo a Francisco Díaz Covarrubias, quien junto con Gabino Barreda impulsaron una reforma educativa que incluyó un programa para mejorar la enseñanza profesional de la Medicina, la Inge-niería, y el Derecho. Ellos fueron, entre otros, los fundadores de la Escuela Nacional Preparatoria. El programa de estudios para este nivel educativo in-cluyó la cosmografía como una materia fundamen-tal. En 1863, fue inaugurado el primer observato-rio astronómico en México.

Cuando Juárez murió en 1872, le sucedió Sebastián Lerdo de Tejada en la presidencia. En abril de 1874, Díaz Covarrubias presentó a la Sociedad Científica Humboldt un estudio sobre la importancia y la utilidad de las observaciones del tránsito de Venus. Este debate con-dujo a la posibilidad de enviar una comisión mexicana para hacer ob-servaciones sobre el tránsito de Venus, que ocurriría el 8 de diciembre de aquel mismo año. En septiembre, le fue presentada la propuesta al presidente Lerdo de Tejada, quien tuvo una reacción entusiasta e, in-cluso, fue sujeto de críticas por financiar un proyecto que la ignoran-cia calificó de “inútil”, cuando la nación estaba empobrecida y tenía otras necesidades. Lerdo de Tejada llamó a Díaz Covarrubias para una entrevista en la que sería decidida su participación en la que sería la primera expedición internacional científica del México.

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La Expedición mexicanaEl 18 de septiembre de 1874, los miembros comisionados parten a la expedición, que es integrada Francisco Díaz Covarrubias, astróno-mo en jefe; Francisco Jiménez, astrónomo; Agustín Barroso, fotógra-fo; Manuel Fernández Leal, topógrafo y analista; y Francisco Bulnes, cronista. El grupo llegó a Yokohama el 9 de noviembre. No existían relaciones diplomáticas entre México y Japón (y de Japón con ningún otro país) pero la comisión fue recibida calurosamente. Hubo mucha interacción entre los mexicanos y los japoneses, sobre todo con estu-diantes y autoridades educativas. Una vez allí, la comisión construyó dos estaciones, un en Nogue-No-Yama y otra sobre una colina llama-da “el acantilado”.

Durante el día del tránsito, el 8 de diciembre, el cielo era brillante y cla-ro, y el tránsito fue registrado satisfactoriamente en ambas estaciones.

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Muy pocos objetos e instrumentos de aquella ex-pedición pueden ser hoy encontrados. Díaz Co-varrubias publicó el libro “Viaje de la Comisión Astronómica Mexicana al Japón” en 1876, donde describe con profusión aquél viaje, el país Japón, y el tránsito. El texto también incluyó apéndices con las observaciones científicas. Según la Socie-dad Astronómica de México (SAM), sólo existen tres ejemplares originales, la SAM salvaguarda una de las copias y uno de los telescopios que fueron usados.

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ResultadosLa comisión mexicana fue la primera en dar a conocer sus resultados. Díaz Covarrubias los publicó en 1875 como “ Observaciones del tránsito del Venus hechas en Japón por la Comisión Astronómica Mexicana “. El francés publicó el suyo en 1877, el inglés en 1881, y los rusos en 1891.

El Observatorio de Greenwich fue el responsable de compilar la infor-mación de todas las diversas comisiones. Recibieron las observaciones mexicanas el 26 de mayo de 187. Sin embargo, no fue sino hasta el siguiente tránsito, 1882, que las observaciones fueron recopiladas y la información comenzó a ser procesada. Los resultados fueron dados a conocer en 1890, pero una vez más, no fueron concluyentes.

Incluso mientras Díaz Covarrubias y su equipo esperaban los resulta-dos fueran procesados, ya expresaban sus dudas en su libro “ Viaje de la Comisión Astronómica Mexicana al Japón” de 1876. Agustín Barroso, en particular, habló de este problema utilizando sus fotografías como pruebas en el Apéndice IV del libro citado. Mencionó la inevitable po-sibilidad de incurrir en errores durante las observaciones. Enlistó, en-tre otros, los siguientes motivos: la incertidumbre del lugar del disco donde ocurrirá el primer contacto aparente de Venus; la dificultad de observar una tangente perfecta entre un cuerpo luminoso y uno opaco, el efecto de gota; el movimiento sobre la atmósfera de la Tierra, etc.

Barroso describió el efecto de gota como una imagen turbia que mues-tra al planeta unido al Sol desde hace algún tiempo. La consecuencia es que es imposible para el observador determinar el momento exacto en que el segundo contacto ocurre.

Sobre esto mismo, Díaz Covarrubias describió en el Capítulo XIII cómo llegó a esas mismas conclusiones. Con un dejo de amargura relató su convicción que “los astrónomos, seducidos por el fácil procedimiento de Halley, considerado sólo bajo un punto de vista teórico, se le atri-buyó una utilidad práctica más relevante de lo que realmente supone, exagerado su verdadera importancia, [...] así, encontramos difícil creer que los trabajos de 1874 sean capaces de proporcionar el segundo deci-mal de la paralaje solar. “

Date

189118911895

1976

Parallax (arcsec)

8.8428.7908.800

8.794148 (obtained through radar)

Table 2. Results obtained from the XIX century transits. (Hudon, 2004)

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Consecuencias políticasLa expedición de la comisión mexicana a Japón tuvo consecuencias im-portantes en las relaciones diplomáticas entre México y Japón.

“ … pero ninguno jugó un papel más positivo en el eventual esta-blecimiento de relaciones diplomáticas entre México y el Extremo Oriente que Francisco Díaz Covarrubias, comandando la misión astronómica al Japón para observar el tránsito de Venus a finales de 1874 … Francisco Díaz Covarrubias se convirtió el mexicano que más contribuyó al establecimiento de relaciones formales con Japón. “

La comisión mexicana fue muy bien recibida y atendida por Japón y se le proporcionó y una gran cantidad de instalaciones adecuadas. Cuando Covarrubias Díaz volvió a México después de doce semanas en Japón, quedó favorablemente impresionado por los japoneses y su gobierno, lo que le motivó y a promover las relaciones diplomáticas entre México y Japón.

El libro de Díaz Covarrubias fue muy importante y útil, ya que esto proporcionó una información muy descriptiva y detalló tanto la cultura mexicana como la japonesa.

El gobierno japonés buscaba abrirse a un mayor internacionalismo y vio en México ventajas para abrirse a Occidente. Buscaban contactos inter-nacionales y Díaz Covarrubias pensó sería ventajoso para México realizar un tratado con ellos.

En 1888, el ministro mexicano de relaciones exteriores, Matías Rome-ro, y el ministro japonés, Munemitu Mutsu, firmaron lazos equitativos de amistad, comercio y un tratado sobre navegación. Este fue el primer tratado firmado por Japón con un país latinoamericano (y occidental) y el primero firmado por México con una nación asiática. Para Japón, este acuerdo fue el punto de partida para la revisión de tratados de igualdad firmados con naciones Occidentales.

En aquél entonces México estaba escasamente poblado y el gobierno vio la inmigración como un modo de promover el aumento de población. Japón, en cambio, tenía problemas demográficos y buscaba establecerse en otros países. Díaz Covarrubias y Manuel Fernández Leal, miembro de la comisión original, impulsaron la inmigración japonesa a México y en 1897 la primera generación de inmigrantes japoneses llegó a Chiapas para trabajar en la agricultura. Los japoneses se adaptaron bien al igual que generaciones posteriores.

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Consecuencias científicasEsta expedición fue el primer viaje internacional oficial hecho por un grupo de científicos mexicanos, con el objetivo de hacer la investigación científica, y esto tuvo un efecto muy positivo en el desarrollo de astrono-mía y otras ciencias naturales en México.

La expedición de la comisión mexicana demostró que aun cuando el nú-mero de científicos mexicanos era limitado, eran competentes y podían hacer contribuciones importantes al desarrollo de ciencia. El gobierno mexicano de entonces hizo este reconocimiento por decreto presidencial se construyó el Observatorio Nacional Astronómico, publicado en 1876.Otras consecuencias que este viaje tuvo en México fueron las relaciones que los científicos mexicanos establecieron con las sociedades científicas de otros países después de la expedición. A partir de entonces, la presen-cia de científicos mexicanos en congresos internacionales se hizo más frecuente.

Una de las relaciones importantes que México estableció fue con la so-ciedad científica francesa. Esto fue una relación que desarrolló muy bien y años posteriores, en 1882, Francia envió una comisión astronómica a Puebla para observar el tránsito de Venus que ocurriría ese año. Bouque-te de la Grye fue quien presidió dicha comisión, y ayudó a fortalecer los lazos de unión de los astrónomos de ambas naciones. En 1887, los astró-nomos franceses invitaron el gobierno mexicano a participar en uno de los mayores proyectos astronómicos en el siglo diecinueve, la Carta del Cielo. El objetivo de este proyecto era de catalogar y trazar un mapa de las posiciones de millones de estrellas. El gobierno mexicano autorizó y financió este proyecto, y los astrónomos lo llevaron a cabo en el Ob-servatorio de Tacubaya, haciendo una contribución importante de 1,200 placas fotográficas hasta la década de los cuarenta.

La Astronomía hoyLa expedición 1874 representa el arranque de la par-ticipación del México en el campo internacional de astronomía, que se ha desarrollando e incrementa-do desde entonces. Según estadísticas de 2008, del Instituto de Astronomía del UNAM, hay alrededor de 170 astrónomos que trabajan en México, de los cuales 93 son los miembros de la Unión Astronómi-ca Internacional (IAU, por sus siglas en inglés). Es-tán distribuidos en 17 institutos y universidades de México.La astronomía no se ofrece como un grado en México. Para obtener un título de Astrónomo o Astrofísico, los estudiantes tienen que hacer maes-tría o doctorado relacionado con la física o las ma-temáticas. Esto significa que el nivel académico en el campo de astronomía es muy alto. Un promedio de 2.7 artículos fueron publicados por investigadores en astronomía entre 2006 y 2010. La comunidad de astrónomos es pequeña comparada la de otros paí-ses, pero la calidad de su trabajo es decididamente competitiva a nivel internacional.

El factor de impacto (medida que refleja el número promedio de citas a artículos recientes publicados en diarios científicos) de la Nueva vista Mexicana de Astronomía y Astrofísica es 2.46, nada mal con-siderando que Physical Letters Review, una de las revistas más prestigiosas en el campo de física, tiene un factor de impacto de 7.62.

En el período entre 2002 y 2006, la astronomía fue la ciencia más productiva en México. Según el Consejo Nacional de Cencia y Tecnología (CONACYT), el 2 % de la producción global de investigación astronó-mica durante aquellos se acredita a la Astronomía mexicana. Es común que la astronomía mexicana comparta proyectos con EUA, Francia, Reino Unido, Rusia, Taiwán, y España.

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ASTROFOTOGRAFÍA Secuencia del eclipse anular de Sol, 20 de mayo de 2012, desde el Bryce Canyon en Utah U.S.A.

Conica Minolta 7D 27 exposicionesPor: Luis Monte Mayor

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EXPLORACIÓN

ESPACIAL

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Durante los primeros años del siglo XXI hemos estado presen-ciando un cambio de paradigma muy importante; la transición efectiva de los lanzamientos espaciales de instituciones guber-namentales y sus monopolizados contratistas, a una apertura comercial del espacio en donde varias empresas privadas están compitiendo por facilitar el acceso a cualquier gobierno, em-presa o universidad.

Esta apertura ha sido impulsada por una serie de situaciones que pocos podrían haber previsto. En primer lugar, está la can-celación del Programa de Transbordadores Espaciales, ordena-da en 2004 por George W. Bush, y la suspensión del Programa Constelación, el cual se esperaba que fuera su reemplazo en 2008, pero que para 2010 tenía tantos retrasos que parecía que jamás cumpliría su objetivo. En segundo lugar, el mercado, es decir, los altos costos y prácticas monopólicas que aún aplican los contratistas tradicionales para lanzar artefactos y personas al espacio.

Esta situación nos ha dejado una apertura comercial que se desarrolla rápidamente. Todo indica que, en corto plazo, ten-dremos la oportunidad de ver pruebas tanto de lanzamientos como de acoplamiento de artefactos que se encuentran ya orbi-tando alrededor de nuestro planeta. A mediano y largo plazo se espera que varias compañías peleen por contratos para lanzar nuevos artefactos, así como transportar astronautas a varios destinos de nuestro Sistema Solar a una fracción del costo ac-tual, comenzando con una nueva Carrera Espacial privada.

A Genaro Grajeda lo conocimos gracias a nuestros amigos y co-legas de la Sociedad Astronómica Planetario Alfa, de Monterrey, Nuevo León; durante la Reunión Anual de Astrónomos Aficio-nados del año 2011. Genaro Grajeda, de Arlington University, presentó una magnífica ponencia sobre la exploración espacial comercial, perfilándose como uno de los principales expertos y cronistas de esta nueva era en la carrera espacial. Para El Univer-so, en nueva época, es un orgullo tener entre sus colaboradores a tan magnífico experto en la exploración espacial comercial.

Apertura Comercial del Espacio:

La nueva Carrera Espacial de EEUU

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AntecedentesEn un principio, el desarrollo espacial fue estrictamente li-mitado a aplicaciones militares. Los primeros cohetes se desarrollaron para transportar cargas explosivas a largas dis-tancias y sus pruebas se destinaban para ampliar el rango de operación a cualquier punto del planeta. La carrera por desa-rrollar mejor armamento, tecnología y formas de comunica-ción llevó a la Unión Soviética a lanzar sus primeros satélites, los Sputnik 1 y 2, en octubre y noviembre de 1957. Como respuesta, los norteamericanos lanzaron el satélite Explorer 1 en enero de 1958.

El rápido desarrollo tecnológico llamó la atención de empresas de te-lecomunicaciones que se interesaron por tener acceso a estos satélites, obteniendo una rápida victoria con los eventos ocurridos en 1962. Pri-mero, con el lanzamiento del satélite de telecomunicaciones Telstar 1, desarrollado bajo un acuerdo internacional entre la NASA, AT&T, los La-boratorios Telefónicos Bell y las oficinas generales de correos y telégrafos de Gran Bretaña y Francia. Telstar 1 fue un éxito rotundo transmitiendo televisión en tiempo real y llamadas telefónicas y, aunque se mantuvo en funcionamiento sólo un año, todavía se mantiene en órbita. El segundo triunfo fue la Ley de Satélites de Comunicación (Communication Satelli-te Act) firmada en agosto de ese mismo año por John F. Kennedy y que dio pie a la creación de la empresa COMSAT que buscaba crear un siste-ma de comunicación comercial internacional vía satélite.

En la esfera privada, las primeras compañías en internarse en el sector de lanzamiento de objetos al espacio fueron europeas. La compañía ale-mana OTRAG fue la primera empresa con el objetivo de ofrecer servicios de lanzamiento de bajo costo en el año de 1975. Tuvo fábricas y centros de prueba en Zaire y Libia, donde logró completar más de 6,000 pruebas estáticas y 16 pruebas de lanzamiento antes de ser cerrada por presiones políticas de Francia y la Unión Soviética, en 1983. Por otro lado, la com-pañía francesa Arianespace, fundada en 1980, fue la primera compañía privada en brindar servicios de transportación espacial y puso en órbita su primer satélite privado en 1984. Posteriormente, se convirtió en el contratista clásico por excelencia de la Agencia Espacial Europea, sir-viendo como proveedor único de lanzamientos satelitales.

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Contratistas ClásicosEl caso de Arianespace, como contratista único para una agen-cia espacial, se repite en otras naciones espaciales maduras. Tan-to Estados Unidos como Rusia lograron, de manera paulatina, separar sus agencias espaciales de los servicios de lanzamiento y transportación al espacio. Sin embargo, en lugar de poder crear competencia para aminorar el costo de los lanzamientos, dieron nacimiento a monopolios con los cuales aumentaban constan-temente los costos de lanzamiento impidiendo la mejora de la tecnología.

En Estados Unidos, el primer intento de desregulación se dio con la firma de la Ley de Lanzamientos Espaciales Comerciales (Commercial Space Launch Act) en 1984, por Ronald Regan. Esta ley no prosperó puesto que las reglas federales empujaban a que fuera el Transbordador Espacial de la NASA el vehículo que se encargara de la puesta en órbita de satélites. El segun-do intento, más exitoso, fue la firma de la Ley de Compra de Servicios de Lanzamiento (Launch Services Purchase Act) en 1990 por George Bush, que ordenaba a la NASA a comprar los servicios de lanzamiento a empresas privadas para sus cargas primarias.

Fue así, como los contratistas clásicos de la NASA, Boeing y Lockheed Martin, pasaron de ser contratistas de construcción de satélites y de transportes, a convertirse también en las únicas empresas capaces de lanzar las misiones más importantes de la agencia espacial norteamericana, así como a sus astronautas. En un principio, Boeing con su cohete Delta II y el posterior Del-ta IV era el gran ganador. Por otro lado, Lockheed Martin quedo rápidamente relegada puesto que no poseía ningún cohete ca-paz de llegar al espacio, hasta que en 1998 desarrolló el Atlas V. Para 1996, Lockheed Martin y Boeing llegaron a un acuerdo con la NASA, y crearon una compañía única, conocida como United Space Alliance, encargada de todos los servicios del programa de Transbordadores Espaciales, desde su mantenimiento hasta su lanzamiento. El excelente trabajo de ambas compañías las llevó a crear otra compañía, United Launch Alliance, cuyo objetivo consistía en ser los únicos contratistas de todos los servicios de lanzamiento de los Estados Unidos desde 2006 hasta la fecha.

Una situación muy similar ocurrió con la relación de Rusia y su agencia espacial. Desde la creación de Roskosmos, (la Agencia Espacial Rusa) la empresa Korolev Rocket and Space Corporation “Energia” ha sido la encargada de diseñar, construir y lanzar todos los artefactos que tanto la ex Unión Soviética como Rusia han mandado al espacio los últimos 55 años. Después del demembramiento de la Unión Soviética la empresa obtuvo su apertura comercial, debido a la inestabilidad de la economía Rusa, lo que le permitió ofrecer servicios de lanzamien-to a varias empresas internacionales de telecomunicaciones con sus confiables cohetes Soyuz y Proton. Actualmente, Korolev Rocket and Space Corporation “Energia” es la compañía con más lanzamientos a nivel mundial. Además ha obtenido mayores fondos a través de la prestación de servicios turísticos por medio de la compañía Space Ad-ventures Ltd que transporta “turistas” a la parte rusa de la Estación Espacial Internacional cobrando entre 20 y 35 millones de dólares por viaje. Hasta ahora sólo 7 personas han hecho ese viaje.

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Durante la década pasada, la NASA se encon-tró en una debacle. Presiones presupuestales y la aparente falta de metas claras dejaban a la agencia muy mal parada. George W. Bush, con su “Visión para la Exploración del Espacio”, en 2004 buscaba dar una idea para el futuro, regresar a la Luna en 2020 e ir a Marte en 2030, para lo cual remplazaría el Transbordador Es-pacial en 2010 por el Programa Constelación, pero esto no sucedió. En 2010, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presentó una versión distinta en su política espacial; cance-lar el fallido Programa Constelación para darle paso al Space Launch System. Pretendía una visión flexible para viajar fuera de la órbita baja de la Tierra, visitando un asteroide en 2025 y luego Marte en 2035. Finalmente, en 2011 canceló definitivamente el Programa de Trans-bordadores Espaciales para dar oportunidad a compañías privadas para que se encargaran de transportar cargamentos y astronautas a la Es-tación Espacial Internacional, y de esta forma no depender de los rusos o europeos.

La nueva Carrera

Espacial

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La nueva gran carrera comenzó cuando fue claro, para visionarios e in-versionistas, que el Programa Constelación no estaría a tiempo. Multimi-llonarios, como Elon Musk, cofundador de PayPal, comenzaron a ver un mercado emergente que podría dar grandes frutos a mediano plazo.

La NASA vio con buenos ojos el interés de varias empresas, además de los contratistas clásicos. Para apoyar esta industria y cumplir la ley de 1990, la NASA desarrolló los programas Servicio de Transportación Or-bital Comercial y Desarrollo de Transportes Comerciales de Personal, los cuales están en operación desde 2006 y buscan apoyar a varias empresas con fondos y conocimiento técnico para el acceso al espacio. Éste ha sido el mayor detonante de la nueva carrera espacial, poder proveer de servi-cios más rápido que la competencia.

La nueva carrera espacial tiene dos frentes de batalla principales, el Or-bital y el Suborbital. En el orbital se enfrentan las empresas que desean lanzar satélites a bajo costo y transportar astronautas a la Estación Es-pacial Internacional o alguna estación Espacial Privada. En el suborbital compiten las empresas que desean otorgar servicios turísticos y cientí-ficos con vuelos cortos que puedan salir desde los varios Astropuertos dispuestos en el mundo.

El gran ganador en este momento es Space Explorations Technologies Corporation, mejor conocido como SpaceX, fundada en 2002. Al día de hoy es la única compañía privada en haber lanzado y recuperado exito-samente una cápsula que viajó al espacio y orbitó la Tierra en diciembre de 2010. La compañía ha desarrollado su propia familia de cohetes, mo-tores y cápsulas transportadoras a un costo mucho menor que el de los contratistas tradicionales. Esto a su vez pretende prestar un servicio más barato de lanzamiento por kilogramo comparado con la competencia. Actualmente, cada kilogramo lanzado a órbita cuesta $4,000 dólares, sin embargo, Space X ofrece sus servicios por $1,400 dólares por kilogramo y espera poder bajar su precio hasta $500 dólares a mediano plazo.

Su precio y éxito los tiene con mucho trabajo, ya que tienen en espera al menos 31 lanzamientos en los siguientes 3 años, de los cuales diez serían a la Estación Espacial Internacional. Durante este año harán tres lanza-mientos de prueba a la estación espacial en donde demostrarán la capa-cidad para acoplarse a objetos en órbita. Si todo continúa como ha sido planeado, SpaceX llevará astronautas norteamericanos a la estación es-pacial a más tardar en 2015. Pero SpaceX está muy lejos de considerarse el ganador final, puesto que hay otra compañía que le sigue muy de cerca.Orbital Sciences Corporation, empresa fundada en 1982, promete tener la demostración de su cápsula Cygnus a fines de 2012, la cual deberá acoplarse a la estación espacial. Esta empresa, con 30 años de existencia y 20 años de experiencia en lanzamientos de objetos pequeños, quiere ahora demostrar que es capaz de lanzar grandes pesos y cargamentos importantes. El cohete llamado Antares será probado a mediados de Agosto y si es exitoso entonces Cygnus estará en posición de ser lanzado al espacio.

Además de SpaceX y Orbital, hay al menos otras diez compañías priva-das nuevas, a parte de los dos contratistas clásicos, que han competido por diseñar sus propios sistemas de lanzamiento y de transportación de cargamento y astronautas. Esta impresionante carrera ha logrado innova-dores diseños para continuar aminorando los costos paulatinamente. Sin duda, esta fuerte competencia ha logrado sacar de su zona de confort a los contratistas clásicos y está mostrando que el acceso al espacio puede ser mucho más barato.

El detonante del segundo frente, el desarrollo suborbital, fue gracias al reconocido Anzari X-prize, competencia que otorgaba 10 millones de dó-lares al equipo que lograra mandar un vehículo más allá de la frontera del espacio (la línea de Karman, 100 kilómetros sobre la superficie terrestre) en dos ocasiones en menos de dos semanas. Aunque creado en 1996, la gran batalla se dio en los primeros años de la década pasada, cuando 27 equipos de varias naciones estaban en las fases finales de demostración

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y pruebas de sus equipos. El equipo norteamericano de Scaled Composi-tes, liderado por el reconocido ingeniero aeroespacial Burt Rutan, fue el ganador de la competencia con la extraña nave SpaceShipOne.

Scaled Composites y el Grupo Virgin llegaron a un acuerdo para poder comercializar los vuelos suborbitales, creando así la compañía Virgin Ga-lactic en 2004. En 2010 probaron de manera exitosa su nave insignia, la SpaceShipTwo que espera poder mandar a sus primeros turistas al espa-cio en 2013. El viaje sería de 2 horas y media, alcanzaría una velocidad máxima de 4,200 km/h y una altura máxima de 110 kilómetros, y los 6 pasajeros permitidos por viaje sólo sentirán los efectos de la microgra-vedad por 4 o 5 minutos. Actualmente Virgin Galactic tiene vendidos 84 vuelos enteros con un total de 500 pasajeros que pagaron $200,000 dólares por su asiento y esperan poder volar pronto.

Los vuelos suborbitales no son monopolizados por Virgin Galactic. Dos compañías, Rocketship Tours y Space Adventures, están pisándole los talones y esperan poder tener vuelos suborbitales a más tardar en 2014. La NASA ha puesto particular interés en estos vuelos suborbitales y ha firmado un acuerdo con Virgin Galactic para usar sus vuelos en microgra-vedad para actividades científicas. La carrera espacial privada no termina ahí, hay compañías compitiendo por llegar primero a la Luna, mandar rovers a otros planetas, estaciones espaciales privadas, vender trajes espa-ciales, sistemas de ventilación, de protección contra el calor, microsatéli-tes y mucho más. Y esta carrera no está aún en su punto climático así que la privatización del espacio podría darnos muchas sorpresas.

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INTERACCIONES

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Afriman los charlatanes y pesudocientíficos que la ciencia se niega dogmáticamente a la existencia de vida extraterrestre. Nada más alejado de la realidad. De hecho, el astrofísi-co y entreñable divulgador de la ciencia, Carl Sagan, cuando buscaba financiamiento para el proyecto Search Extraterrestrial Intelligence (SETI), argumentó que habiendo cientos de miles de millones de estrellas en otros cientos de miles de millones de galaxias sería un des-perdicio que sólo existiera vida inteligente en la Tierra. Pero una cosa es confiar en la proba-bilidad estadística de la existencia de vida in-teligente y otra muy distinta afirmar que hasta ya nos han visitado los marcianitos verdes sin evidencia sólida alguna.

Rodrigo Vidal, miembro de la SAM y miembro del Instituto de Ciencia y Tecnología del Dis-trito Federal, nos ofrece para el inicio de una nueva época de la revista El Universo, órgano de divulgación de la SAM, una visión científica de lo que puede considerarse vida extraterres-tre desde la perspectiva de la astrobiología.

¿Qué sabemos de la vida fuera de la Tierra?

Por: Rodrigo Vidal Tamayo Ramírez

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En realidad este texto debería titularse ¿Hay vida fuera de la Tierra?, pero dada la popularidad de las visitas extraterrestres entre el gran público es más conveniente aclarar algunos puntos sobre los estudios serios y cientí-ficos que existen sobre el tema. Si bien es cierto que no tenemos pruebas contundentes de la existencia de organismos vivos en cuerpos estelares ajenos a nuestro planeta, tampoco se puede negar categóricamente que no existan. La postura de la ciencia es mesurada, especulativa y basada en la probabilidad. Con todo ello puede decirse, sin temor a errar, que la mayoría de los científicos dedicados al tema están esperanzados en que encontrar vida extraterrestre sea únicamente una cuestión de tiempo.

Mientras eso sucede, se ha gestado una nueva disciplina, o mejor dicho, una multidisciplina, para poder estudiar las posibilidades de existencia de vida en el espacio. La astrobiología es una ciencia de reciente creación donde se combinan los saberes y herramientas de investigación de ramas científicas que en principio parecieran estar alejadas. Así, la astronomía, la biología, la geología y la química, entre otras, se funden para poder estudiar planetas extrasolares, ambientes extraterrestres, fisiología de or-ganismos extremófilos1, química de elementos y compuestos, conversión de energía y un sinfín de procesos que nos permiten entender no sólo las probabilidades de encontrar vida extraterrestre, sino que también están esclareciendo muchas dudas sobre el hecho de la vida en la Tierra.

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Y eso es importante, porque una de las peculiari-dades de la vida es que sólo conocemos un tipo: el que habita en nuestro planeta y que está basada, entre otras muchas cosas, en carbono, hidrógeno, nitrógeno y fósforo, además de depender absolu-tamente del agua. Estando el panorama tan estre-cho, no es de extrañar que los científicos dedica-dos al tema busquen ciertas condiciones fuera de la Tierra para poder hablar sobre las posibilidades de encontrar vida extraterrestre.

La búsqueda de agua es esencial y más por el hecho de que debe ser agua líquida, para ello es necesario que el planeta, luna u otro astro cum-pla la condición de no ser demasiado caliente ni demasiado frío, además de estar sujeto a la in-fluencia de fuerzas gravitatorias o de presión que permitan el movimiento de las masas de agua. Mucho se habla acerca de que la Tierra está a la distancia perfecta del Sol, lo que permite que el agua se manifieste en sus tres estados físicos, só-lido, líquido y gaseoso. A esta distancia se la ha llamado la zona Ricitos de oro (en inglés Goldi-locks2). Esta búsqueda puede notarse limitada, pues los astros dónde aparece agua son pocos, además es posible que la vida pudiera desarro-llarse en algún medio diferente, el problema es que no tenemos idea de cuál pudiera ser.

Y eso nos coloca frente a otra incógnita ¿Es la vida, o los seres vivos que conocemos, la única forma en que puede manifestarse? ¿Es regla necesaria que esté basada en agua? Estas preguntas han llevado a varios investigadores a buscar si existe otro tipo de vida en la Tierra. Hasta ahora, la respuesta es negativa. Toda la vida de la tierra está emparen-tada genéticamente, lo que indica un origen úni-co. Hay quienes especulan que en el principio del origen, pudieron existir diferentes “tipos” de vida, pero la selección natural únicamente permitió so-brevivir a aquel con el que estamos familiarizados (y que es el único que nos brinda información fi-dedigna sobre su funcionamiento). Estos “tipos” de vida, en caso de haber existido, fueron de tipo microbiano, por lo que la aparición de fósiles se antoja imposible.3

Otros factores que los científicos buscan en otros cuerpos del sistema solar y más allá, que pudieran aumentar las probabilidades de encontrar vida, son compuestos y elementos químicos variados. Estamos conscientes de que la vida necesita car-bono, nitrógeno y fósforo, todos ellos insustitui-bles en los procesos orgánicos; pero también se re-quiere que le comportamiento del planeta permita una variedad de climas y sustratos importante. Una tectónica de placas –como la que ha esculpi-do la corteza de la Tierra- asegura que las rocas se renueven y los elementos sean distribuidos; una atmósfera considerable asegura corrientes de aire y variabilidad en el clima; un vulcanismo activo permite la variedad de compuestos en la atmós-

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Lo anterior es, en términos generales, el campo de estudio de la astrobiología, cualquier otra bús-queda se acercaría al campo de la especulación filosófica, si no es que ficticia. Los astrobiólogos no estudian la vida extraterrestre como tal, por el simple hecho de que hasta ahora no tenemos no-ticias de su existencia, por lo mismo no pueden hablar científicamente sobre cómo sería esa vida, su magnitud, su comportamiento y demás caracte-rísticas que la ciencia ficción y los charlatanes, de manera artística la primera y fraudulenta los se-gundos, nos han narrado de manera tan interesan-te. Los astrobiólogos no niegan la posibilidad de la existencia de vida extraterrestre, simplemente, y como buenos científicos, se ciñen a los hechos, y hasta ahora, lo único que tenemos es un esquema incompleto pero que cada vez más va esclarecién-dose, como un rompecabezas al que se le añaden piezas de vez en cuando, sobre las condiciones que permiten y las características que posee la vida tal y como la conocemos y que pudieran replicarse en otros cuerpos celestes.

La vida es un proceso tan complejo, pero a la vez tan ordenado, que resulta increíble pensar que sea un suceso singular. Mientras las distancias espa-ciales no nos permitan viajar a conocer de primera mano otros planetas o cuerpos, el trabajo intelec-tual nos permitirá sondear el universo y permitir-nos imaginar la existencia de otros seres vivos. Re-cordando una frase de la película Parque Jurásico: “La vida encuentra un camino. Ahora nos toca a nosotros recorrerlo.”

fera, además de aportar en la generación de un efecto invernadero que asegure una temperatura media, sin olvidar que también es una fuente de energía. Queda claro, que la vida requiere de mu-chas condiciones para poder aparecer, y más para poder sobrevivir durante largos períodos, por lo que el aporte de investigadores de las áreas que es-tudian cada una de las condiciones mencionadas es necesario a fin de tener un panorama más am-plio sobre la vida, su origen y su perpetuación, sin olvidar la labor de los astrónomos, quienes son los encargados de estudiar el espacio para, entre otros objetivos, localizar cuerpos celestes que pudiesen albergar seres vivos.

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Un organismo extremófilo es aquel que puede vivir en ambientes extremos, como aguas termales, atmósferas ricas en azufre o metano, altos grados de salinidad o en ambientes demasiado ácidos o alcalinos. Un ejemplo es la bacteria Pyrococcus satani-cus, que debe su nombre a que se desarrolla en aguas a una temperatura de 118° C.

En claro homenaje al cuento infantil, donde a Ricitos no le gusta la sopa ni muy caliente ni muy fría, si no aquella que está templada. Yo propongo traducirla como zona áurea, para relacionar la singular aparición de vida con el concepto artístico de la sección áurea, ideal de belleza en las proporciones. Sesgo de biólogo.

Aclaro, que sí existen indicios fósiles bacterianos y sabemos que lo son debido a que proceden de rastros químicos de procesos fisiológicos conocidos. El problema es que no seríamos capaces de detectar fósiles similares de otro “tipo” de vida porque no tenemos idea de cómo funcionaban, si es que existieron.

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¿CÓMO SE HACE?

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Desde lejanas centurias en que tratamos de medir la distancia de la Tierra al Sol, en la que pioneros de la astronomía mexicana fueron protagonistas, hasta el descubrimiento de las galaxias y que éstas se alejaban unas de otras a velocidad creciente, hemos llegado a conocer más al Universo, saber que tiene una edad de 13 mil 700 millones de años, en realidad es muchísimo lo que nos fal-ta investigar, y en esta búsqueda de conocimiento la astronomía mexicana, modesta, siempre ha estado en la competencia entre los mejores.

Alejandro Farah, miembro de la SAM y del Instituto de Astrono-mía de la UNAM, en este artículo nos pone al tanto de uno de los fenómenos más violentos que acontecen en las lejanías del Uni-verso y que tienen muy poca duración, cuya detección los hace es un reto para la astrofísica y los astrónomos mexicanos participan de manera relevante en su detección e investigación.

Astronomía mexicana en la difícil detección de los más

violentos fenómenos que suceden en el Universo

Por: Alejandro Farah

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¿Alguna vez te has preguntado cuál es la explosión más poderosa que existe? Si lo hiciste seguramente pensaste en una bomba de hidrógeno, y poco después, en nuestro astro rey el Sol. Sin embargo, debes pensarlo dos veces. En el Universo lejano existe un fenómeno natural conocido como; explosiones de rayos gama o GRBs (de sus siglas en el inglés GamaRay Burst). Las más poderosas explosiones conocidas.

La atmósfera terrestre protege al planeta de la radiación gamma proveniente del espacio evitando que lleguen a la superficie. Antes de que se fabricaran los primeros satéli-tes artificiales, las primeras observaciones de los fotones gamma provenientes del Universo tuvieron que realizarse mediante globos sonda y cohetes lanzados a hasta alturas donde la atmósfera es muy fina.

Las explosiones que generan rayos gama que se han detec-tado típicamente generan en unos poco segundos la ener-gía que haya generado el Sol en toda su existencia (10 mil millones de años). La primera vez que fueron observadas fue por accidente con los satélites Vela de EEUU, el 2 de julio de 1967. Hasta hoy día se han puesto diversos saté-lites en órbita con el objetivo de monitorearlas, todos los GRBs que se han detectado han tenido lugar afuera de la Vía Láctea.

Detectar los GRBs es difícil, ya que su duración tiende a ser desde milisegundos hasta minutos. Posteriormente se tornan en fuentes de emisión de rayos-X, ultravioleta y vi-sibles. Para ello es necesario el uso de tecnología espacial, como es el Telescopio Swift de la NASA (véase Figura 1) que capta continuamente imágenes de gran campo del Universo y en el momento en que detecta una de estas explosiones anvía la alerta a detectores en la Tierra, donde telescopios robóticos realizan el seguimiento de los GRBs con mucho mayor detalle y en otras longitudes de onda, diferentes a la gama (recuerden que estos fotones no lle-gan a la superficie).

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La misión Swift ha sido desarrollada internacionalmente por Estados Unidos, el Reino Unido e Italia. Tiene tres ins-trumentos principalmente; el telescopio de alerta de explo-siones (BAT), el telescopio de rayos-X (XRT) y el telescopio óptico y ulvtravioleta (UVOT). Swift es un observatorio as-tronómico único por sí mismo, ya que permite detectar fenó-menos repentinos como los GRBs en diferentes longitudes de onda. Desde su lanzamiento en noviembre de 2004 ha detectado de 2 a 3 GRBs por semana. Otro de sus objetivos es realizar el primer mapeo en rayos-X del cielo (Figura 2).

La Universidad de Berkeley, la NASA y el Instituto de As-tronomía de la UNAM (IAUNAM) colaboran intensamente en entender mejor el origen y la física de los GRBs con el

Proyecto RATIR (The ReionizAtion and Transient InfraRed Camera/Telescope). El principal objetivo del proyecto es el seguimiento de las explosiones extremedamente energéticas que se presentan cuando una supernova estalla o cuando una estrella de neutrones se fusiona.El equipo de trabajo encargado de impulsar el desarrollo, manufactura y operación del instrumento, está formado por mas de 10 investigadores y tecnólogos, siendo los respon-sables científicos los doctores William Lee (IA-UNAM) y Nathaniel Butler (Berkeley), y los lideres técnicos, los doc-tores Alan Watson (IA-UNAM) y Alexander Kutyrev (GSC-NASA).

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RATIR. A través de un software se ejecutan diversas listas de observación priorizadas para cada noche. Al presentarse una alerta GRB, el telescopio automáticamente deja de ha-cer la tarea asignada en su lista para observar la explosión por un par de horas. Posteriormente, esa misma noche o lo antes posible, continuará observando nebulosas, estrellas y galaxias de interés para los astrónomos. Esto garantiza que la detección de fotones del Universo sea más eficiente y los resultados científicos más fructuosos.

Una de las aportaciones más novedosas del proyecto RA-TIR es que observará los GRBs en seis diferentes intervalos de longitud de onda de la luz simultáneamente, abarcando así desde lo visible hasta el infrarrojo cercano. Por ello, fue necesario realizar el diseño óptico y mecánico del instru-mento, así como implementar la electrónica y control del mismo (Figura 4). Este trabajo fue realizado por el Instituto de Astronomía de la UNAM y Centro Espacial Goddard de la NASA.

Es de imaginarse que si el evento dura poco tiempo, es ne-cesaria una coordinación muy precisa entre la detección de la explosión y que el telescopio terrestre se mueva, apunte y detecte. La meta a perseguir es que el tiempo que trans-curra sea menor a un minuto. Por ello, es necesario que los telescopios reaccionen de manera automática al recibir las alertas.

El Telescopio Johnson de 1.5 metros de diámetro en su espejo primario, del Observatorio Astronómico Nacional, en San Pedro Mártir, Baja California, México es uno de los telescopios que realizará el seguimiento de los destellos de las explosiones de rayos gama, vinculado al satélite Swift (Figura 3). Gracias a esta colaboración, el telescopio de la UNAM ha sido modernizado y se ha podido implementar su modo de operación robótico. Ahora puede apuntar más rápidamente a los objetos celestes de interés. Una ventaja de este modo de operación es que los astrónomos lo po-drán utilizar de forma remota, gracias a su robotización y

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El día 25 de abril de 2012 se integró RATIR al telescopio del OAN-SPM y se obtuvieron las primeras imágenes as-tronómicas. Actualmente se encuentra en las últimas cali-braciones ópticas y de control para empezar su operación en el mes de julio. Los resultados científicos que se espera obtener cambiarán la percepción y el entendimiento de las explosiones más vioentas del Universo (Figura 5).

Hoy día no existe un solo país que realice investigación científica de vanguardia aisladamente. Para la astronomía mexicana es indispensable estar colocada en proyectos de envergadura internacional, no tan solo por que se tiene la capacidad, si no también por las oportunidades que se pre-sentan al estar en estos desarrollos. El proyecto RATIR es un caso de éxito de esta vinculación multidisciplinaria que proyecta nuestro conocimiento y técnica aun más lejos.

Finalmente y por fortuna para nosotros, las explosiones de rayos gamma acontecen a miles de millones de años luz le-jos de la Tierra, razón por la cual su efecto es tan tenue. La física que ellos despliegan con su majestuosa energía nos permite entender cómo surgió y evoluciona El Universo.

Nota:1.- De sus siglas en inglés Gamma-Ray Burst.

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90 91EFEMÉRIDES

Por: Pablo Lonnie Pacheco

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El 1 de julio antes de amanecer Júpiter y Venus apa-

recen juntos en Taurus.

El 2 de julio al anochecer, muy cerca del horizon-

te oeste, Mercurio visita al cúmulo Messier 44 en

Cancer.

El 12 de julio antes de amanecer el planeta Venus

alcanza su máximo brillo: magnitud -4.5.

El 14 de julio antes de amanecer la Luna acompaña

a las Pléyades, en Taurus.

El 15 de julio antes de amanecer ¡Conjunción múlti-

ple en la constelación de Taurus! el planeta Venus,

la Luna, Júpiter, y los asteroides Ceres y Vesta alre-

dedor del cúmulo abierto de las Hyades.

El 16 de julio antes de amanecer la Luna aparece al

sur de la estrella Elnath y simultáneamente Venus,

Júpiter y las Pléyades alineados en Taurus.

EFEMÉRIDES ASTRONÓMICAS JUNIO 2012

EFEMÉRIDES ASTRONÓMICAS JULIO 2012

El 1 de junio a las 3:30 PM acontece una conjunción

diurna: Venus y Mercurio separados por sólo 11´ de

arco.

El 4 de junio antes de amanecer se observa un eclip-

se parcial de Luna y es visible en todo México.

El 5 de junio a partir de las 5:05 PM Venus transita

frente al Sol, dibujando un pequeño disco oscuro, un

fenómeno que no se repetirá sino hasta el año 2117.

El 17 de junio antes de amanecer la Luna estará ali-

neada entre las Pléyades y las Hyades, en Taurus.

Los planetas Júpiter y Venus estarán cercanos.

El 17 de junio antes de amanecer Venus parece – a la

par de Aldebaran- dibujar un segundo ojo en Taurus.

El 20 de junio acontece el solsticio de verano en el

hemisferio norte de la Tierra.

El 21 de junio al anochecer la Luna aparece en Can-

cer, alineada al sur del planeta Mercurio, y las estre-

llas Castor y Pollux, en Gemini.

El 22 de junio al anochecer la Luna aparece al sur del

cúmulo abierto Messier 44, y a un lado de Messier 67.

El 30 de junio antes de amanecer aparecen alinea-

dos la estrella Aldebaran, los planetas Venus, Júpiter

y el cúmulo abierto de las Pléyades

El 30 de junio justo al anochecer Mercurio alcanza su

máxima elongación este, sobre el horizonte oeste.

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EFEMÉRIDES ASTRONÓMICAS AGOSTO 2012 En la madrugada del 5 de agosto, el asteroide

Vesta –el más brillante de todos- aparece muy

cerca de la estrella Aldebaran, en Taurus.

En la madrugada del 11 de agosto, la Luna

aparece alineada entre las Hyades y las Pléya-

des, en Taurus

Antes de amanecer el 15 de agosto, Venus

aparece en su máxima elongación oeste, muy

alto en el cielo.

El 18 de agosto justo antes de amanecer, Mer-

curio aparece a un lado del cúmulo abierto

Messier 44, en Cancer.

El 21 de agosto justo después de atardecer

aparecen juntos la Luna, Saturno, Marte y la

estrella Spica, en Virgo.

El 24 de agosto es la oposición de Neptuno.

Como está más cerca, brillante y mejor ubica-

do, es más fácil de localizar.

HUMOR

Por: Salvador Gutiérrez Niño

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