el subcontinente indio
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INDIA. GEOGRAFIATRANSCRIPT
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“EL SUBCONTINENTE INDIO”.
1.- EL MEDIO FÍSICO.
El Relieve.
Presentación de las unidades de relieve del subcontinente indio:
El arco montañoso alpino terciario, que se explica por la subducción de la
placa índica bajo la euroasiática
El Hindu-Kush y los Montes Khithar y Sulaiman en el NW
El Himalaya en el sector N y NE desde el nudo de Pamir, integrado por cuatro
unidades de S a N: Prehimalya, Himalaya medio, Gran Himalaya y el
Transhimalaya
Al este las cordilleras de Patkai-Arakán. Al sur de esta unidad montañosa se
extiende la llanura Indo-Gangética, una gran fosa de hundimiento en donde se
han acumulado profundos espesores de aluviones cuaternarios de origen
himalayo.
La otra unidad es el zócalo peninsular, en el gran triángulo meridional de la India. Es
una meseta de rocas cristalinas, en la que aparecen relieves en su sector noroccidental
(Montes Vindhya y Satpura) occidental y oriental (Ghates occidentales y orientales).
Por último los archipiélagos del SW son formaciones coralinas emergidas sobre una
dorsal, al N las Amindivas y Laquedivas, y al S las Maldivas; mientras que al E de la
península aparecen los archipiélagos de las Andaman y Nicobar prolongación de las
montañas de Myanmar.
Caracteres climáticos.
Debido a la latitud y a la barrera que supone el Himalaya con respecto a los vientos fríos
del norte, dominan las temperaturas cálidas, mientras que el régimen pluviométrico está
determinado por la estacionalidad monzónica. Así nos encontraríamos un dominante clima
tropical de estación seca, caracterizado por un invierno seco y un verano lluvioso que dura
entre cuatro u ocho meses según regiones y que descargan mayores volúmenes hídricos en
las montañas expuestas al monzón del SW.
Por el contrario la mayor parte de Pakistán, y el Rajastán indio sufren el barrido de los
vientos del interior configurándose como territorios subdesérticos y desérticos con menos
de 250 mm anuales.
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La última unidad climática sería la localizada en las zonas elevadas del Himalaya y
Cachemira con un clima característico de montaña.
2.- HISTERIA Y PRINCIPALES CONSECUENCIAS.
Tras la invasión de Alejandro Magno, y el inicio de la dinastía Maurya, se sucederán las
invasiones de escitas, hunos, sasánidas y las incursiones islámicas que verán extender su
dominio en la India desde 1206 d.C. hasta 1525, fecha en la que se inicia el Imperio del
Gran Mongol.
En 1707 comienza la desintegración de éste y la gradual expansión de los europeos sobre
los territorios indios, que en realidad se inicia en 1498 con la llegada de los portugueses.
Durante los s. XVII, XVIII y XIX el subcontinente indostánico constituyó uno de los más
importantes campos de batalla entre los intereses comerciales e imperiales de Francia,
Países Bajos y Gran Bretaña, que se salda con la victoria de la última con la proclamación
del imperio indio bajo el control de la corona británica (1877), un control que duraría hasta
1947.
La India se caracteriza por una profunda complejidad cultural, lingüística y religiosa con
más de 200 lenguas y dos principales religiones el brahmanismo hindú (3/4 de la
población), con su fuerte complejidad social que establece un sistema de castas rígido e
inamovible y el islamismo (10%), a los que se unen muchas más, que explican los
enfrentamientos y la tensión entre hindúes y musulmanes en el continente y entre
cingaleses (principalmente budistas) y tamiles (hindúes) en Ceilán y su influencia en su
configuración política actual.
Para su independencia se diseñó un plan que partió a la India en dos dominios, la India
básicamente hindú de un lado y un Pakistán musulmana con dos territorios, uno al este y
otro al oeste, separados por la India, cuya puesta en práctica originaria una masiva
migración entre ambas naciones. Posteriormente Bangladesh (el Pakistán oriental) se
seccionaría de Pakistán en 1972.
3.- POBLACIÓN.
Más de 1.270 millones de personas, es decir al igual que en China una quinta parte de la
población mundial, pero en la mitad de la extensión de aquella (4’46 millones de Km²), y al
igual que en China la situación se agrava al comprobar que la máxima concentración se
produce en las llanuras de inundación y los deltas, de forma paralela a la existencia de
importantes vacíos demográficos, porque el arrozal regado podía sostener mejor las
concentraciones humanas frente al cultivo itinerante de los interfluvios
El éxodo de la población campesina hacia los núcleos urbanos se ha extendido de modo
imparable, sin embargo las ciudades en todo el sur y sudeste asiático sólo acogen a un
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28’5% de la población del territorio, pero que dado el volumen demográfico de Asia
meridional ha permitido el desarrollo de grandes aglomeraciones urbanas (más de 23 con
más de un millón de habitantes sólo en la India).
Por tanto uno de los problemas más graves que tiene planteada esta región es su
dimensión demográfica, con un elevado dinamismo, que como se observa en la década de
los 90, alcanzó unos valores medios desde el 2’9 de Bután y 2’5 de Nepal, pasando por el
1’8 para la India y 1’7 para Bangladesh, y hasta el 1’3 de Sri Lanka (Banco Mundial 1999),
y que aunque tiende a disminuir, lo hace lentamente debido a la propia entidad de población
con que cuentan.
Así el crecimiento económico que se registra en la zona, sobre todo en la India, desde la
liberalización económica iniciada en 1990, no puede hacer frente a las necesidades de esta
ingente población, y el subdesarrollo hace acto de presencia con sus rasgos de pobreza
generalizada, tasas de mortalidad infantil en torno al 75‰, graves problemas alimentarios y
de morbilidad, reducida esperanza de vida (no supera los 59 años en Bangladesh, Bután y la
India), y alto porcentaje de analfabetismo (por encima del 50% en Bangladesh, Nepal,
Bután y Pakistán), unas circunstancias a las que hay que añadir las fuertes desigualdades
sociales debido a su fuerte jerarquía social, y que la legislación posterior a la independencia
no ha podido subsanar.
La densificación de este territorio y sus dramáticas consecuencias ha motivado el
desarrollo de vastas campañas para el control de la natalidad ya desde mediados de los años
60.
4.- LA INDIA.
La industria.
Desde los años 50 Nehru adoptaría para potenciar el crecimiento económico de la India
un patrón socialista de la sociedad, con el seguimiento del modelo soviético y por tanto del
desarrollo de la industria pesada, fundamentado en la riqueza de sus recursos naturales
(carbón, yacimientos petrolíferos, energía hidroeléctrica y su riqueza mineral en bauxita,
manganeso, y hierro). Consiguiéndose un relativo autoabastecimiento en bienes industriales
Desde 1991 India ha abandonado este modelo semisocialista y se ha lanzado de lleno a
una economía de mercado que ha permitido la entrada masiva de capital exterior, aunque de
forma previa en 1985 se intentó llevar a cabo una reorientación primando el desarrollo de
los sectores ligeros e intensivos de mano de obra, y liberalizando la implantación de nuevas
industrias cuyos productos se destinaron al mercado mundial.
Así en la actualidad el país posee una industria diversificada, capaz de producir bienes de
consumo habituales y bienes de equipo.
El 11% de la población activa se inscribe en este sector, que aporta el 27% del PIB. Sin
olvidar la importancia en este país del sector informal, pues casi 3/4 partes del empleo
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industrial es generado por pequeñas empresas que reúnen al artesanado, y oficios
tradicionales, (trabajos en el sector de la alimentación, textil, cuero, pequeños aparatos
mecánicos...) y que al ser subcontratadas por las grandes, compiten entre ellas y los
consiguientes escasos márgenes redundan en una mano de obra muy mal remunerada.
En este espacio el transporte es una de las fallas importantes por su debilidad y sus
deficiencias que la convierten en inseguras, de manera que no facilita la integración
regional.
Actualmente la industria aparece concentrada en las principales ciudades del país,
Calcuta que por la conjunción de carbón y hierro concentra la siderurgia, Bombay que
sobresale por el textil facilitado por la abundancia de algodón, a la que se añaden
Bangalore y Madrás en el sur o Hyderabad en el norte del Decán.
La agricultura.
Con respecto a la agricultura, señalar que al igual que en el resto de países de Asia
meridional, esta actividad constituye la principal fuente de empleo y subsistencia de la
mayor parte de la población (62%), aunque genera un 31% del PIB de la nación. Se trata de
una agricultura de subsistencia, con una disfuncional estructura de la propiedad de la tierra
(aparece con tamaños medios de explotación de 0’42 Has) y dependiente del regadío
debido a la distribución irregular de las precipitaciones, y que se desarrolla a consecuencia
de la presión demográfica sobre el 60% de la superficie nacional.
Los bajos rendimientos del campo son una constante, de manera que para paliar estas
circunstancias la reforma agraria actuó sobre dichas deficiencias, también fomentó el
aumento de la superficie regada, pozos, el cooperativismo, la creación de infraestructuras, y
las mejoras tecnológicas, como el uso de fertilizantes y la introducción de nuevas semillas
procedentes de la Revolución verde y la mecanización, aunque tales medidas se hayan
traducido en un enorme déficit público. Aunque de esta modernización en realidad los
grandes beneficiarios han sido los medianos y grandes productores.
Una mención merecen los enclaves de plantación como el té que se localiza en el estado
de Assan y Bengala Occidental, colinas prehimalayenses de Darjeeling y en Kerala en los
Ghates Occidentales (una tercera parte del té mundial).
5.- EL RESTO DEL SUBCONTIUENTE INDIO.
Las naciones que se sitúan en dicho territorio se caracterizan a pesar de su distinta
localización por ser sociedades fundamentalmente agrarias, siendo máxima en los países
montañosos del Himalaya (90% activos agrarios).
En el caso de Pakistán, la escasez de recursos naturales junto a los hídricos (localización
más NE) hace que el desarrollo agrícola e industrial ha pasado por un racional
aprovechamiento de los recursos hídricos, con la creación de embalses y la canalización
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para obtener el regadío.
Si bien la agricultura se ha modernizado, en Pakistán las dictaduras militares no han
facilitado la redistribución social, con respecto a la industria el país siguió un modelo
similar de sustitución de importaciones al indio, aunque a escala reducida y con el saldo de
fuertes desequilibrios regionales, ya que más de una tercera parte del valor añadido bruto
industrial se concentra en el distrito de Karachi y otro tanto en el Punjab.
La imposición de la liberalización promovida por el FMI, con las reformas estructurales
que implica se une a la anarquía económica, que está potenciada por la debilidad y la
corrupción del aparato administrativo y político.
Bangladesh sufrió hasta su independencia de Pakistán en 1971 un claro tratamiento
discriminatorio por el gobierno pakistaní desde 1948 a pesar de que su renta era de partida
un 30% inferior. Esta situación junto a las consecuencias de la guerra y su elevadísima
densidad de población lo han convertido en uno de los países más pobres de la tierra, de
clara base agraria con dos cultivos principales, el arroz y el yute, a partir de una de las
tierras más fértiles del mundo (el delta del Ganges-Brahmaputra) pero sometida a
periódicas y graves inundaciones.
Sri Lanka es un país que basa su prosperidad en la exportación de productos agrícolas,
el té, el caucho y la palmera cocotera, que ocupan las 2/3 partes de la superficie cultivada.
Sus rendimientos por hectárea son superiores a la media de la producción; del
subcontinente debido a estar muy extendida la agricultura de plantación.
Este país contaba hasta principios de los 80 de un menor grado de desigualdad social, lo
que se debía al tener un desarrollo económico importante en el momento de la
Independencia, y la realización de importantes reformas tendentes a la redistribución del
ingreso nacional.
Por lo que respecta a los estados himalayos, (Nepal, Bután y Skkín) presentan una
cultura más afín al Asia Central, su economía es básicamente agrícola, localizada en los
valles intramontanos, y autosuficiente por su menor densidad demográfica, con la
producción de arroz, maíz y trigo, una actividad que complementan con la ganadería en las
laderas montañosas y en menor medida la explotación forestal.