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El significado de la Navidad
en conexión con el trabajo espiritual
DOSSIER 41
19 de diciembre de 2018
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ÍNDICE
Utilidad del dossier 3
1. Introducción 4
2. La historia de la Navidad y su paralelismo con otras tradiciones 5
3. El simbolismo de la Navidad y su significado oculto 8
4. Retos para estas vacaciones 14
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UTILIDAD DEL DOSSIER
Cada semana, recibirás un dossier que resume los contenidos impartidos
en la sesión para que puedas completar tus apuntes.
Además, de este modo, no hará falta que tomes apuntes si no lo deseas.
Para algunas personas tomar apuntes facilita aprender, para otras
persones les dificulta seguir la clase. Sabiendo que recibirás el resumen de
la sesión, podrás decidir si tomas muchos o pocos apuntes en clase:
¡siempre lo tendrás todo!
Sin embargo el dossier no sustituye la sesión, porque en la sesión hay
cosas que se cuentan y no pueden plasmarse por escrito. A veces lo que se
dice es menos importante que el lugar desde donde se dice y eso es difícil
de captar por escrito. Recuerda que la asistencia a la clase en directo o en
diferido es el 80% del resultado del mismo.
También te invitamos a hacer preguntas sobre el tema tratado en la sesión
usando el espacio que hay para preguntas que encontrarás en la pestaña
“Acceso Alumnado” de www.universidaddevida.online.
Te rogamos que solamente hagas preguntas sobre el tema y no consultas
privadas: no es un consultorio personal y eso bloquearía tanto a Daniel
como a Sergi. Las preguntas contestadas se enviarán los lunes en un
boletín de dudas donde aparecerán las respuestas de forma anónima: así
podrás preguntar libremente y, además, podrás disfrutar de las respuestas
que se den sobre el tema a otras compañeras o compañeros del curso.
¡Ah! Una última cosa: no dudes en proponer temas para que sean
abordados en el curso si crees que hay un aspecto que te interesa o en el
que quieres profundizar. ¿Te parece?
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1. INTRODUCCIÓN
Esta semana es la última clase del 2018 y, por ello, aprovecharemos la
ocasión para profundizar en el simbolismo de la Navidad, en conexión
con el trabajo interior.
Pero antes de empezar, nos gustaría recordarte algunos aspectos técnicos:
1. Volveremos el miércoles 09 de enero. Durante estas fechas,
intentaremos descansar un poquito y recargar nuestras baterías
internas para volver con la energía por las nubes.
2. Si nos envías algún correo o WhatsApp, ten en cuenta que no
podremos leerlo hasta la vuelta de vacaciones. Así que, si no es
nada urgente, te agradeceríamos que esperases hasta esa fecha. Si
no, llegaremos con la bandeja de entrada a rebosar :-)
3. Si tienes alguna pregunta sobre esta sesión, no dudes en
enviárnosla y aparecerá en el primer boletín de enero.
4. Hemos leído con mucho interés todas las propuestas que nos habéis
enviado. A la vuelta, colgaremos un calendario con los nuevos temas
para los siguientes meses. ¡Universidad de Vida crece gracias a
vuestras aportaciones! ¡Muchas gracias!
Y, ahora sí, ¡empezamos!
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2. LA HISTORIA DE LA NAVIDAD Y SU PARALELISMO CON OTRAS
TRADICIONES
En esta sesión, intentaremos ver cómo podemos aprovechar estas fiestas
para nuestro crecimiento interior, al margen de nuestras creencias
religiosas. Ya que vivirlas no es algo opcional, a no ser que nos marchemos
a pasar estos días a las islas Fidji, ¿por qué no aprovecharlas para nuestro
crecimiento interior?
Muchas personas viven estas fechas con disgusto, mientras que otras las
viven con especial ilusión. ¿Por qué sucede esto?
Existe un fenómeno, que ya Aristóteles definió y denominó ‘mimesis’, que
afirma que las personas vibramos con aquello con lo que existe un
vínculo. En el caso de la Navidad, todos y todas tenemos algún tipo de
vínculo que tiene que ver con nuestras experiencias personales a lo largo
de las navidades pasadas. Si aquí se añaden los significados personales
que cada uno atribuye a estas fechas, pues da como resultado que los
estados internos que se generan como producto de este vínculo sean más
o menos agradables.
En este punto, os pregunto: ¿es posible hallar un significado universal que
pueda generar un vínculo especial y muy nutritivo con la Navidad,
independientemente de las creencias y de las experiencias personales?
Si conseguimos encontrarlo, sería fantástico porque entonces la Navidad
se convertiría en un espacio de crecimiento interior.
La historia de la Navidad, si fuese una simple historia, seguramente no nos
diría nada. No obstante, si intentamos encontrar un vínculo entre la
historia y nuestro mundo interior, se producirá esa mimesis de la que
hablábamos al principio. La idea, por lo tanto, es encontrar una relación
clara y evidente entre el relato del nacimiento de Jesús y nuestro proceso
de desarrollo interior.
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Para empezar, debemos tener claro que la Navidad es una fiesta de origen
religioso.
Como ya hemos dicho muchas veces, el término “religión” proviene de la
palabra religare, que significa “volver a unir”. Pero, ¿volver a unirnos con
qué? Evidentemente, con nuestra naturaleza más profunda. Por lo tanto, la
Navidad, como festividad religiosa, no sería más que una herramienta útil
para reconectarnos con nuestra naturaleza trascendente o espiritual.
A continuación veremos una serie de similitudes con distintas tradiciones y
entenderemos que el nacimiento de Jesús tiene muchos paralelismos con
figuras de otras tradiciones.
Concretamente, he escogido las siguientes con sus respectivos
protagonistas:
• Budismo (Budha)
• Tradición egipcia (Horus)
• Tradición Mitra (Mitra)
• Tradición Hindú (Krishna)
• Cristianismo (Jesús)
Vamos a ver las coincidencias:
- En los cinco casos, los protagonistas tuvieron madres vírgenes.
- Jesús, Horus y Mitra nacieron cerca del solsticio de invierno
- Jesús, Horus y Krishna fueron visitados por tres personas sabias
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- Todos, excepto Budha, fueron perseguidos por un tirano que les
quería matar
- Jesús, Horus y Mitra tuvieron 12 discípulos
- Jesús, Horus y Krishna fueron crucificados (según algunas fuentes)
- Jesús, Horus y Krishna, fueron bautizados o tuvieron algún ritual con
el agua como elemento principal
- Jesús, Budha y Horus caminaron encima de las aguas
- Todos ellos hicieron milagros.
¿Casualidad?
Como vemos, todas estas tradiciones también explican historias muy
parecidas. Este hecho significa que lo que verdaderamente importa es el
fondo común que comparten todas ellas.
Visto esto, empecemos a explicar el simbolismo y el significado de la
Navidad. Recordad que se trata de un significado personal, pero os animo
a buscar el vuestro propio.
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3. EL SIMBOLISMO DE LA NAVIDAD Y SU SIGNIFICADO OCULTO
Quiero empezar con el significado genérico de la Navidad.
Fijaros que la Navidad sucede en el solsticio de invierno. El 25 de
diciembre, el día empieza ya ha empezado a alargarse y la noche ha
comenzado a acortarse. Por lo tanto, estamos en un proceso en el cuál la
luz empieza a crecer a expensas de la oscuridad.
En otras palabras, en Navidad, desde el punto de vista del trabajo interior,
estamos celebrando el nacimiento de la luz en nuestro interior, los
primeros signos de vida auténtica (consciente) en nosotros.
En realidad, se trata del nacimiento de nuestra conciencia, que empieza a
crecer en detrimento de nuestro personaje. Así pues, estamos celebrando
los primeros signos de vida auténtica de un ser humano, pues cuando
estamos inmersos en el personaje vivimos una vida mecánica. A partir del
nacimiento de la conciencia, empezamos a vivir desde lo que SOMOS.
¿Y cómo se produce este nacimiento? La naturaleza nos da la respuesta.
Estamos en invierno, en un momento en que la naturaleza se recoge, todo
lo contrario de la expansión que se produce durante la primavera.
Metafóricamente, el nacimiento de nuestra conciencia se produce como
resultado de un recogimiento interior.
Para empezar con el simbolismo, veremos que la Navidad gira en torno al
niño Jesús. Esta figura representaría nuestra conciencia: la parte más
auténtica y real.
Avancemos un poco más y fijémonos en los padres de Jesús. Según la
Biblia, San José era una persona muy sabia y bondadosa, mientras que la
Virgen María era una persona devota que desde muy joven se consagró en
el templo. Es decir, no eran personas cualquiera. Eran personas con un
cultivo interior. Esto nos está diciendo que la conciencia nace
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precisamente de este cultivo interior, es fruto de un trabajo, no nace de
forma espontánea. Los estados de conciencia superiores no vienen, uno
tiene que ir hacia ellos.
La Virgen María representaría todos los atributos o características del
principio femenino o yin: ternura, comprensión, amor incondicional, el
cuidado, bondad, etc. Por su parte, San José representaría al principio
yang o principio masculino. Su imagen nos transmite confianza,
protección, fuerza, sabiduría, reflexión, disciplina, oratoria, etc.
La pregunta es: ¿quién no quiere desarrollar todos estos atributos en su
interior? Muchas personas no están conectadas con su parte más
femenina o con su yin, y, en otros casos, hay personas que no están
conectadas con su parte más masculina o con su yang. Nótese que
estamos hablando de principios y no de géneros. Un hombre o una mujer
poseen, los dos, en su interior, ambos principios, femenino y masculino.
Ahora bien, la inteligencia sin amor no es
inteligencia y el amor sin inteligencia no
es amor. Es decir, las dos partes
necesitan estar juntas para ser
auténticas. El yin y el yang se unen y
cooperan en la medida que nace la
conciencia en nuestro interior. Gracias a
la conciencia, se desarrollan en nuestro
interior todos los atributos de la parte masculina y de la parte femenina.
La imagen del niño Jesús con José y María a su lado, representa el
desarrollo equilibrado de nuestros valores a medida que despierta y crece
nuestra conciencia.
Además, en el nacimiento de Jesús había dos animales: el buey y la
mula/asno. Eran dos animales al servicio de Jesús, pues lo cobijaban y lo
calentaban con su aliento. ¿Qué representan cada uno de ellos?
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El asno, para muchas tradiciones, representa la mente. Cuando la mente
está a nuestro servicio, es la conciencia la que se expresa a través de ella y
se convierte en una herramienta perfecta para comprender y
relacionarnos con el mundo. Por su parte, el buey es símbolo de la tierra,
es decir, del aspecto físico de la realidad (el “hacer” al servicio de la
conciencia). Ambas figuras encajan a la perfección: mente (el pensar) y
cuerpo (el hacer) al servicio de la conciencia. En cambio, cuando vivimos
identificados con el personaje, la mente y el cuerpo/acción provienen de la
mecanicidad. Con el nacimiento y crecimiento de Jesús (conciencia), los
pensamientos y las acciones provienen de lo que realmente Somos.
Antes del nacimiento de Jesús, María y José pasaron por una serie de
periplos. El primer lugar al que acudieron cuando llegaron a Belén, a punto
de nacer el niño, fue una posada. Pero, como bien sabréis, no les dieron
cobijo. Esta metáfora nos recuerda que la conciencia (Jesús), no puede
nacer en cualquier sitio. No puede nacer del dormir, del comer, de beber
(que es lo que se hace en una posada), y en definitiva de todo lo superfluo.
La conciencia es fruto del despertar en lo esencial
Jesús nace en un establo humilde. Metafóricamente, esto significa que el
crecimiento de la conciencia es la consecuencia de ir más allá del
personaje. Una expresión de la humildad que se da al empezar a
trascender el Ego. La humildad, de hecho, es un aspecto del amor, un valor
que aparece a medida que el niño interior va creciendo.
Otra escena que podemos analizar es la anunciación a los pastores. El
ángel los invita a ir a adorar a Jesús y todos los pastores dejaron lo que
estaban haciendo para marchar hacia Belén. Estos pastores representarían
en nuestro interior aquella parte que reconoce el nacimiento de Jesús
como lo más trascendente que hay en nuestra Vida, y por eso mismo
dejan todo lo que están haciendo para ocuparse de lo más valioso.
Evidentemente, ellos van a favor de este nacimiento, pues le llevan comida
(la alimentan)
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Haciendo un paralelismo entre el
cuarto camino de Gurdjieff y esta
escena, los pastores serían ‘los yoes
del trabajo’. En realidad, los pastores
serían una parte del personaje.
Cuando empieza a crecer la
conciencia, a su alrededor se
agrupan unos programas psicológicos
muy útiles que ayudan a que la
conciencia siga desarrollándose. Son aquellas vocecitas que empiezan a
decirnos y convencernos que el trabajo interior es algo valioso. Es el
mismo personaje que se convence que el trabajo interior lo puede ayudar
de algún modo. Por supuesto, a medida que vamos trascendiendo el
personaje, estos programas dejan de sernos útiles. Por el momento, los
pastores son como muletas que nos ayudan a alimentar la conciencia,
mientras el trabajo interior no se instalado en nuestro interior de forma
permanente y natural.
¿Y qué alimenta la conciencia? La presencia, la meditación, la auto-
observación, etc. En definitiva, todas las herramientas del trabajo interior
ayudan a que la conciencia crezca y se desarrolle.
El ángel es el personaje que trae la anunciación. Con sus alas, nos recuerda
que hay algo más trascendental y elevado que nos llama y nos impulsa a
llevar a cabo el trabajo interior. Representa los niveles superiores de
conciencia, de donde nace el anhelo por abrazar algo más esencial.
Y llegamos a la escena de los reyes magos. Los tres reyes magos
representan, si retomamos la tradición alquímica, tres fases por las que
pasa cualquier persona que se introduce en el trabajo interior.
La primera fase es la del Rey Baltasar. Cuando empezamos a transformar el
plomo en oro, la nigredo de los alquimistas, en la que comenzamos a
darnos cuenta de nuestra parte oscura, de nuestro inconsciente. Este rey
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trae como ofrenda la mirra, que antiguamente era un elemento funerario.
Por eso la mirra se asociaba a la muerte. ¿Cuál es el regalo del rey
Baltasar? La muerte del ego, del inconsciente. Con Baltasar ponemos la
primera piedra para morir en nosotros mismos: darnos cuenta de la
prisión en la que ahora nos encontramos.
La siguiente fase es la del rey Melcior. El rey blanco es la albedo alquímica.
Esta fase se asocia a la purificación. ¿Cuál era el regalo del rey blanco? El
incienso, que precisamente era un material que servía para purificar. En
esta fase nos vaciamos de Ego. En la primera nos damos cuenta de nuestra
parte inconsciente y con esta, dejamos caer todo aquello que no es
esencial.
La última fase es la del rey Gaspar. Esta fase era denominada por los
alquimistas rubedo, pues era el rey que llevaba oro y que representa el
final de la transformación del plomo en oro. Aquí hemos transformado el
plomo en algo muy valioso. Una vez vaciados del Ego, hemos dejado
espacio en nuestro interior para que se exprese la parte más elevada, el
Ser, con todos sus valores y atributos. De este modo, pasando por los tres
reyes magos, hemos dejado de ser un espacio de expresión del Ego a un
espacio de expresión de la parte espiritual.
Paralelamente, también encontramos a Herodes, el gobernador que
quería encontrar y matar a Jesús. Sería la representación del Ego, al que no
le interesa el nacimiento de la conciencia, ya que su crecimiento supone su
decrecimiento. Los soldados romanos de Herodes serían las distintas
máscaras o yoes del personaje.
Con el trabajo interior, empezamos a servir a nuestra conciencia, a Jesús.
Si no hay trabajo interior, somos esclavos de Herodes, de nuestro
personaje.
Si seguimos avanzando, descubriremos
también la estrella de cinco puntas que
guiaba a los reyes magos. Para mí la estrella
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es todo aquello que nos orienta hacia el nacimiento de esta conciencia (un
maestro, una enseñanza, una escuela, etc.)
Además, se explica que la noche que nació Jesús había luna llena. Si nos
fijamos, la luna es un satélite con dos caras: una visible y otra invisible.
Nosotros también somos como la luna: tenemos una parte que vemos y
otra que no. El trabajo interior consiste en hacer consciente lo
inconsciente.
Por otra parte, la presencia del ‘caganer’ humaniza el relato del pesebre.
Nos recuerda la importancia de llevar hacia el terreno mundano el
crecimiento interior. A la vez, también es una imagen que nos recuerda
que vale la pena quedarnos con lo esencial y dejar caer todo aquello que
nos ‘intoxica’ y que no es esencial, como las preocupaciones, las creencias
erróneas, los prejuicios, etc.
Pero, aparte de celebrar el nacimiento de Jesús, en estas fechas también
nos alimentamos con cenas y comidas copiosas y sabrosas, al tiempo que
nos divertimos y reímos. Metafóricamente, es una invitación a alimentar
con alimentos de calidad nuestra conciencia, al tiempo que convertimos el
proceso de desarrollo interior en un gozo.
Por último, la Navidad también es
sinónimo de intercambio de
regalos. Cuando un niño abre un
regalo, ahí aparece la sorpresa y el
misterio. Y eso es algo que
deberíamos recuperar. La vida es
un misterio enorme y este proceso
de autoconocimiento hace que se despierte esta sensación mágica hacia lo
desconocido. El camino interior es como abrir un regalo en el que
encontramos auténticos tesoros.
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4. RETOS PARA ESTAS VACACIONES
Aprovechad todo lo que viváis estas vacaciones para buscar una relación
con vuestro proceso de crecimiento interior.
Es decir, intentad, en cada ritual navideño, buscar un simbolismo con
vuestro trabajo interior. Así conseguiréis aumentar esa vibración de la que
hablaba Aristóteles y abrazar la Navidad de una forma distinta. Todo ello
se convertirá en un auténtico alimento para el alma.
¡¡¡Feliz Navidad a todas y a todos!!!