el santo niño cieguito

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EL SANTO NIÑO CIEGUITO Las historias que se desprenden a partir de la fe son elementos que hacen de los templos recintos donde se guardan detalles singulares que alimentan el fervor del pueblo; una historia hermosa y muy significativa es la del Niño Dios sin ojos que se encuentra en la Parroquia de La Merced, imagen que se conoce como “el Niño Cieguito”. Relata el Párroco Gabriel Gutiérrez Mejía que la imagen del Niño Cieguito rebasa los dos siglos de existencia. Su historia comienza el 10 de agosto de 1744, según datos recopilados por el P. Gabriel Gutiérrez, en la ciudad de Valladolid, hoy Morelia. Cuando estaban los Padres Mercedarios en la actual Parroquia de La Merced, por la mañana del 10 de agosto de 1944 se había celebrado, de una manera muy solemne, la fiesta en honor del Mártir San Lorenzo en el entonces Convento de La Merced. Por la tarde y noche, el cielo se cubrió de densos nubarrones, acompañados de relámpagos y truenos, y terminó en fuerte tempestad, como triste presagio de lo que iba a acontecer a la media noche de ese mismo día. Los Sacerdotes Mercedarios, como se encerraban en el Convento, el templo quedaba completamente solo; esto, al carecer de alguien que estuviera cerca por la noche, la puerta que comunicaba el Convento con el templo es actualmente donde está la fuente bautismal de la Capilla del Baptisterio, misma que se encuentra comunicada al resto de la nave principal de dicho recinto. Al quedar aparentemente solo el templo, se cerraron las puertas, y un hombre se quedó escondido adentro con la intención de robar objetos de valor. A media noche comenzó su fechoría: al subirse al altar, se dirigió a la imagen de la Virgen de las Mercedes para quitarle las joyas que tenía, esto ocurrió cerca de la festividad de la Virgen, de manera que la imagen portaba finos atavíos. Cuando el hombre se encontraba robando todo aquello que portaba la Virgen, la pequeña imagen del Niño Dios que sostenía en sus brazos comenzó a llorar, al menos, como lo menciona el P. Gutiérrez Mejía, así lo sintió en su conciencia aquel hombre; el malhechor se apresuró con su labor de ultraje, pero al seguir

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EL SANTO NIÑO CIEGUITO

Las historias que se desprenden a partir de la fe son elementos que hacen de los templos recintos donde se guardan detalles singulares que alimentan el fervor del pueblo; una historia hermosa y muy significativa es la del Niño Dios sin ojos que se encuentra en la Parroquia de La Merced, imagen que se conoce como “el Niño Cieguito”.

Relata el Párroco Gabriel Gutiérrez Mejía que la imagen del Niño Cieguito rebasa los dos siglos de existencia. Su historia comienza el 10 de agosto de 1744, según datos recopilados por el P. Gabriel Gutiérrez, en la ciudad de Valladolid, hoy Morelia.

Cuando estaban los Padres Mercedarios en la actual Parroquia de La Merced, por la mañana del 10 de agosto de 1944 se había celebrado, de una manera muy solemne, la fiesta en honor del Mártir San Lorenzo en el entonces Convento de La Merced. Por la tarde y noche, el cielo se cubrió de densos nubarrones, acompañados de relámpagos y truenos, y terminó en fuerte tempestad, como triste presagio de lo que iba a acontecer a la media noche de ese mismo día.

Los Sacerdotes Mercedarios, como se encerraban en el Convento, el templo quedaba completamente solo; esto, al carecer de alguien que estuviera cerca por la noche, la puerta que comunicaba el Convento con el templo es

actualmente donde está la fuente bautismal de la Capilla del Baptisterio, misma que se encuentra comunicada al resto de la nave principal de dicho recinto.

Al quedar aparentemente solo el templo, se cerraron las puertas, y un hombre se quedó escondido adentro con la intención de robar objetos de valor. A media noche comenzó su fechoría: al subirse al altar, se dirigió a la imagen de la Virgen de las Mercedes para quitarle las joyas que tenía, esto ocurrió cerca de la festividad de la Virgen, de manera que la imagen portaba finos atavíos.

Cuando el hombre se encontraba robando todo aquello que portaba la Virgen, la pequeña imagen del Niño Dios que sostenía en sus brazos comenzó a llorar, al menos, como lo menciona el P. Gutiérrez Mejía, así lo sintió en su conciencia aquel hombre; el malhechor se apresuró con su labor de ultraje, pero al seguir escuchando el llanto del Niño, aunado al temor de ser descubierto, intentó tapar con su mano la boca para que cesara su lamento; sin embargo, el Niño continuaba llorando, fue entonces cuando, desesperado, el hombre le sacó los ojos con un punzón, pero el llanto se escuchaba aún más fuerte.

Como a pesar de todo, el Niño seguía llorando, el hombre optó por colocarlo en el costal donde llevaba los objetos de valor robados; salió del templo y se fue con rumbo al cerro del Punhuato, pero la imagen continuaba su lamento; ello exasperó al ladrón, quien comenzó a desprenderle los brazos y las piernas y finalmente lo abandonó en alguna parte del cerro y huyó.

Al día siguiente, los Padres Mercedarios se dieron cuenta del robo así como de la ausencia del Niño Dios; dieron parte a la policía y, después de una larga investigación, identificaron al ladrón y lo arrestaron. En la declaración que dio el hombre a las autoridades, explicó el llanto de la imagen y reveló el lugar donde la había abandonado.

La imagen fue recogida y regresada a su templo, la noticia de su profanación se extendió y fue motivo de distintos actos de expiación. El Niñito Dios fue enviado por los Padres Mercedarios a Puebla, con

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el fin de que fuera restaurada en el Convento de Capuchinas. Se dice que la imagen fue recibida por Sor María Manuela Josefa, quien la reparó, le puso las partes que no se habían recuperado, pero no le pudo colocar los ojitos, porque al día siguiente amanecía sin ellos, por lo cual comprendió que la imagen no los quería y la envió nuevamente al templo de Nuestra Señora de Las Mercedes, lugar donde hasta la fecha se venera la imagen del “Niño Cieguito”, la cual recibe especial veneración por parte de las personas que tienen algún problema de la vista.

Actualmente se le atribuyen muchos milagros a esta singular imagen, y la Virgen de las Mercedes, de talla barcelonesa, tiene en sus brazos otra réplica del Niño Dios, pues el original se encuentra en una pequeña vitrina a la entrada del templo del lado izquierdo; el nombre de “Santo Niño Cieguito” se lo han otorgado los fieles que continuamente acuden a venerarlo.