el pulpo revista de cultura / n° 3 - enero, febrero, marzo 2013

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EL PULPO EL PULPO EL PULPO REVISTA DE CULTURA 2. Mariposas Muertas Fernando Sousa 3. Poesía Nadia Gerbaudo 3. Humor Charlie Martínez 4. La séptima estación Gonzalo Nogueras 10. Fotografía Constanza Curia 11. Sino Alex Estragón 12. La reina batata Camila Callate Año I Núm. 3 Enero / Febrero / Marzo 2013 “U N B L U E S” - Autora : Camila Callate LA ENTREVISTA Maybe Uhu!

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Maybe Uhu, Nadia Gerbaudo, Fernando Sousa, Gonzalo Nogueras, Constanza Curia, Alex Estragón, Camila Callate, Charlie Martínez

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Page 1: El Pulpo Revista de Cultura / N° 3 - Enero, Febrero, Marzo 2013

EL PULPOEL PULPOEL PULPO REVISTA DE CULTURA

2. Mariposas Muertas

Fernando Sousa

3. Poesía Nadia Gerbaudo

3. Humor

Charlie Martínez

4. La séptima estación Gonzalo Nogueras

10. Fotografía Constanza Curia

11. Sino Alex Estragón

12. La reina batata

Camila Callate

Año I Núm. 3 Enero / Febrero / Marzo 2013

“U N B L U E S” - Autora : Camila Callate

LA ENTREVISTA Maybe Uhu!

Page 2: El Pulpo Revista de Cultura / N° 3 - Enero, Febrero, Marzo 2013

que todo esto le resultará triste y hermoso de

tan simple. Querrá eternizar a la mariposa

muerta, que todo el mundo pueda verla, lo ne-

cesitarán.

Podrá creerse que así finaliza la evolución, pero

la muerte de una mariposa es el nacimiento de

otra. Todo lo visto no es más que una oruga

subterránea que al ser advertida por un único

testigo toma inmediatamente la forma de crisá-

lida en la mente del sujeto. Es sin duda el pe-

ríodo más largo y silencioso del proceso, la idea

crisálida se gesta lentamente pero llega el día

en que querrá ver la luz y ese día es hoy, el ma-

ravilloso espectáculo de dar vida a la mariposa

a través del texto. Espectáculo para uno, nadie

conocerá el privado placer del redactor, cómo

dos alas coloridas se sacuden entre un puñado

de palabras y llenan todo de una belleza tan

breve que produce un gran dolor. Esta maripo-

sa estará muerta mañana.

Entonces alguien la encontrará en el suelo y tal

vez la levante y la vea con una perspectiva iné-

dita y encuentre fealdades que hoy pasan desa-

percibidas y la vea alejarse en su último vuelo

ayudada por un viento súbito. Pero tal vez, ade-

más del insecto pueda ver la hermosura de las

alas de lo que alguna vez fue una mariposa vi-

va. Una mariposa real viva. ♦

AÑO I NÚM. 3

D uro es el camino para entender la última

evolución de una mariposa. Se comienza

saliendo un día de la casa con cierta prisa,

mirando al suelo casualmente y viendo a la

mariposa muerta sobre una baldosa. La belle-

za es efímera. Ese ser inasible y deiforme que

algunos persiguen con redes y cierta destreza,

ahora se deja agarrar por dos dedos de una

mano, depositar sobre la palma de la otra,

sentir su tacto sin peso y contemplar. Se nota

que no es distinto de otros héroes, de otros

dioses; la hermosura reside en la perspectiva.

Ahí, tendido sobre las líneas de la mano, no es

más que un insecto entre dos alas hermosas,

perfectas, sí, pero insecto. Su torso y su cabeza

contrastan horribles con las alas y humanizan

la imagen. Hay que darse cuenta en este mis-

mo instante de que la mariposa ha vuelto a

evolucionar y se encuentra con su propia natu-

raleza, contradictoria como todas pero irrever-

sible y ajena a su voluntad. Tan cerca y tan

lejos, no puede escapar para ocultar su feal-

dad secreta pero tampoco puede negar su pro-

pósito, su ser mariposa, porque apenas se le-

vanta una brisa la mariposa vuela de la mano.

Es libre, es eterna por unos segundos, antes

de volver al suelo.

Es seguro que ese espectáculo no se brindará

a más de una persona y eso parece injusto por-

RECEPCIÓN DE MATERIAL

EL PULPO REVISTA

Convocatoria a artistas underground

Si sos escritor/a, poeta, dibujante, músico/a, periodista o fotógrafo/a,

podés enviarnos tu material para que sea publicado.

Más información: [email protected]

Mariposas muertas > Autor: Fernando Sousa

PÁGINA 2 EL PULPO

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Todas las edades www.clasesdeorgano.com.ar

Page 3: El Pulpo Revista de Cultura / N° 3 - Enero, Febrero, Marzo 2013

AÑO I NÚM. 3

EDITORIAL > Por Nadia Gerbaudo

PÁGINA 3 EL PULPO

07 > Autora: Nadia Gerbaudo

Director:

Charlie Martínez

Editora:

Noelia Gerbaudo

Jefa de redacción:

Nadia Gerbaudo

Arte y diseño:

Grabarte Bs.As.

www.grabartebsas.com.ar

Colaboradores

en este número:

Camila Callate

Maybe Uhu!

Fernando Sousa

Simón Jatip

Alex Estragón

Charlie Martínez

Constanza Curia

Gonzalo Nogueras

Licencia

Creative Commons

Usted es libre de: Compartir, copiar, distribuir y

ejecutar públicamente esta obra

y hacer obras derivadas.

S T A F F

Necesidad imperiosa de definir qué es el arte. Diccionario. Real Acade-

mia Española. Manifestación de la actividad humana mediante la cual

se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o

imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. No convence.

Internet. Wikipedia, por qué no. Cualquier actividad o producto realiza-

do por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, median-

te la cual se expresan ideas, emociones o, en general, una visión

del mundo, mediante diversos recursos como

los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. Mejor, pero falta algo. Au-

sencia de vida, tal vez. No. Carencia de arte. No hay definición. El arte

se define a partir de si mismo. No hay límite, no hay barrera, no hay fin.

Arte autodefinido. Entonces... hoy, aquí, en estas hojas, qué es. Es Blues

o un dibujo; es un niño que juega; es la conexión existe entre tres escrito-

res que no se encontraron jamás, pero que sin embargo decidieron escri-

bir con una temática común; es ver a través de los ojos de otro; es una

banda, cuatro discos; es saltar la barrera de lo cotidiano para mostrar

algo más; es ver el otro lado de las cosas. Eso es, eso somos. Una revista

sobre arte, para el arte. Una revista sobre artistas, para artistas. Una

revista sobre el mundo, para el mundo. Una revista. Un arte. ♦

Comenzar sin ver, abismo entre lo oscuro y la luz. Ir y venir, juego que jamás existió.

Partir antes del fin, simular que alguna vez hubo un tú y yo.

Page 4: El Pulpo Revista de Cultura / N° 3 - Enero, Febrero, Marzo 2013

R ecuerdo aún como si fuera

ayer el día en que conocí a la

mujer más bella de todas. En

realidad no era la más bella ni la

más inteligente, claro está. Si

bien no tuve el placer o quizás el

disgusto de conocerla más en

profundidad, puedo garantizarles

con absoluta certeza que algo en

su mirada modificó aquella tarde

lluviosa de Agosto.

Todos parecían haber sido ataca-

dos por el temporal que azotaba a

los transeúntes que, como cucara-

chas corriendo hacia su escondite

tratando de escapar del yugo de

un zapato cargado con sed de

tripas amarillentas, se refugia-

ban bajo aquellos pequeños esbo-

zos de arquitectura que sobresa-

lían de edificios construidos anta-

ño por algún olvidado, llorado y

enterrado profesional de la cons-

trucción. Como bien dije, todos

parecían haber sido atacados,

todos menos ella.

Su inmaculado atuendo lucía

resplandeciente en contraste con

el violáceo y brillante suelo del

tren estacionado en el anden nú-

mero cinco. Su piel trigueña real-

zaba sus ojos color miel. Su chale-

co de jean, abierto al medio, deja-

ba entrever unos pequeños pero

turgentes rastros de maduración

en su cuerpo, tan suaves y tan

bellos. Los imaginaba como una

criatura de algodón que vaga

libre por los senderos de una

mente que vive perdiéndose en el

éxtasis de las ilusiones.

El tren comenzó su camino y no

podía dejar de observarla. Reco-

rrer con la mirada sus pies, sus

uñas color beige, subir un poco la

vista para encontrarme con sus

delgados tobillos, deleitar mi

extraño placer por sus rodillas y

hasta quizás encontrarme con el

fruto que yace al fin de sus muslos,

me tomaba en total unos diez se-

gundos. La primera estación se

encontraba a siete minutos en el

tiempo, razón por la cual, si la

matemática no me falla, tuve la

oportunidad de recorrer dicho tra-

mo unas cuatrocientas veinte veces

de manera ininterrumpida, dado

que ella ni siquiera notaba la pre-

sencia de mis pupilas sobre su

cuerpo.

Su indiferencia me excitaba, hacía

que todo mi interior se estremecie-

ra de odio. Mi sed irrefrenable

clamaba por su cuerpo entero, una

parte, un pecho, un ojo, su abdo-

men íntegro, algo. Algo de ella era

lo que necesitaba. No consideraba

este pensamiento como algo morbo-

so. Al fin y al cabo, todos buscan

obtener algo de alguien. Quizás mi

planteo nos los convenza y sigan

pensando que estoy enfermo, que

necesito ayuda. Sí, necesito ayuda.

Necesito ayuda para hablarle. No

puedo hablarle, no podría hablarle.

¿Cómo la dulce Afrodita podría tan

siquiera voltear su bello semblante

ante el desfigurado Efestos? La

realidad escupía en mi cara la in-

seguridad de la agonía.

En la segunda estación nuevos

pasajeros subieron al tren de violá-

ceo suelo. Aún con la cantidad de

gente que el transporte albergaba,

la vista me era casi perfecta. Me

encontraba en un ángulo de ciento

ochenta grados en relación a su

asiento, si es que tenemos en cuen-

ta como vértice la parte más aleja-

da del mismo. Con esta posición

me aseguraba poder ver absoluta-

mente todos sus movimientos con

un mínimo de discreción y cuidado

para no revelar la intención de mis

planes.

Al llegar a la tercera estación, el

conglomerado de personas au-

mentó y creció hasta cubrir por

completo mi visión de su escote,

muslos y mitad de su rostro. Solo

podía observar su cabello rubio

apagado por el tiempo y quizás

por alguna tintura que habrá

utilizado en su juventud cercana.

El deseo por volver a ver su ros-

tro aumentaba. Imaginaba la

imperfección de sus dientes blan-

cos como la sal tan minuciosa-

mente ordenados que cada uno

tomaba un protagonismo único

dentro de ese teatro que contaba

con su propio telón recubierto de

papilas gustativas y su amplia

cúpula repleta de saliva dispues-

ta a engañar al estómago con el

único actor presente en aquél

escenario: un chicle.

Llegada la cuarta estación solo

podía pensar en el morbo que me

provocaba el preguntarme qué

estaría sintiendo ese chicle. So-

ñaba ser aquel trozo de goma

dañina para el esmalte de los

dientes, para así poder ser tritu-

rado por aquellas perlas blancas

tan correctamente colocadas por

quien sabe qué hada madrina de

los dientes. Más gente continua-

ba sumándose a la formación y el

panorama parecía no cambiar.

Aún pensando en cómo sería mi

vida nadando en la saliva de su

boca en forma de caramelo, el

agua del cielo cesó su llanto y

poquito a poco las nubes comen-

zaron a dar espacio a la luz del

sol. En ese momento comencé a

imaginar cómo la luz actuaría

sobre los costados más brillosos

de su cabello realzando aún más

el color de este y tirité del placer

hasta cerrar mis ojos y hundirme

en un profundo sueño.

La Séptima estación > Autor: Gonzalo Nogueras

PÁGINA 4 EL PULPO AÑO I NÚM. 3

Page 5: El Pulpo Revista de Cultura / N° 3 - Enero, Febrero, Marzo 2013

Desperté en la séptima estación

justo cuando el tren detuvo su

marcha. Unos tantos comenzaron

a bajar al mismo tiempo que

otros muchos comenzaron a

subir. La chica de delgados tobi-

llos y torneadas rodillas se en-

contraba descendiendo del vagón.

Sin duda alguna no podía dejar

mis deseos en aquél asiento cuyo

relleno había sido removido qui-

zás por algún indigente o rebelde

que a fin de saciar su sed de des-

trucción destruye lo que no le es

propio para sentirse mejor. ¿Pero

quién era yo para culparlo?

¿Acaso estaba en posición alguna

de emitir algún juicio al respec-

to? Claro que no. Yo era como él:

deseaba lo que no podía tener

para así destruirlo y sentirme

mejor.

Avancé hacia la puerta de salida

del tren y comencé a caminar con

cautela detrás de la joven del

chaleco de jean entreabierto.

Observaba su andar despreocu-

pado y descuidado. Caminaba

como si nadie la estuviese si-

guiendo. Su inocencia, su inge-

nuidad incrementaban aún más

mi ya exacerbado morbo. ¿Cómo es

que acaso no sentía mi presencia?

Dejé las preguntas de lado y seguí

mi camino hacia su camino. Al

salir del anden y de la estación en

sí, comenzó a alejarse en sentido

al tren en el que íbamos. Dos cua-

dras caminó derecho hasta llegar a

un puesto de diarios donde pre-

guntó si aún tenía la edición del

diario de hoy. Pagó con cambio

mientras me ocultaba tras unos

pequeños árboles que se encontra-

ban sobre la vereda. Simulé estar

buscando algo en mis bolsillos

para pasar desapercibido.

El camino siguió dos cuadras más

hacia adelante, una a la izquierda

y tres a la derecha, cuando de re-

pente la muchacha de rubios cabe-

llos ingresó a una confitería clási-

ca, ubicada en una esquina, con

dos grandes macetas colocadas en

su entrada. En un principio tuve

el leve presentimiento de conocer

el lugar, pero aquella sensación

pasó a ser secundaria cuando vi

que ella corrió la silla de una me-

sa, colocó la cartera sobre el res-

paldo de ésta, dejó el diario so-

bre la mesa y, una vez que todo

estuvo en su lugar, tomó el

asiento y reposó sus piernas.

Era mi oportunidad para acer-

carme a ella de una forma ami-

gable y comenzar a hablar. Sé

que no podía, era imposible. La

fealdad me invadía, una sensa-

ción mortuoria me decía que ella

no me correspondería. La trage-

dia estaba marcándome el ca-

mino que no debía seguir, pero

decidí enfrentar el destino im-

puesto por los mismísimos dio-

ses, enfrentar a las moiras que

entretejen un futuro ya pautado,

irreversible, inamovible, inque-

brantable, aquél que es imposi-

ble torcer, engañar o evadir.

Crucé la calle con determinación

y comencé a notar como su mano

izquierda y derecha se unían en

su frente. Los dedos de ambas

manos se entrelazaban buscan-

do un consuelo. El morbo que

provocaba aquella inocente per-

sona se evaporaba de mi como lo

hace un hielo al ser tocado por el

calor y el abrazo de una gota de

agua caliente. La sensación mor-

tuoria que me rondaba comenza-

ba a desaparecer al mismo tiem-

po que un aliento humano volvía

a mi ser y tomaba forma corpó-

rea incluso dentro de mi propio

cuerpo. Me acerqué a ella por el

costado y la envolví con mis bra-

zos en un cálido y relajante

abrazo. Ella no se inmutó. Sus

lágrimas continuaban derra-

mándose sobre el frágil papel

del diario. Mi vista, obnubilada

por sus rubios cabellos corroídos

por el tiempo, comenzó a desva-

necerse en el instante en que se

posó sobre la hoja que ella leía.

En aquél pedazo de papel se

observaban varios avisos fúne-

bres, entre ellos, uno con mi

nombre. ♦

PÁGINA 5 EL PULPO AÑO I NÚM. 3

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Page 6: El Pulpo Revista de Cultura / N° 3 - Enero, Febrero, Marzo 2013

La entrevista: Maybe Uhu!

PÁGINA 6 EL PULPO AÑO I NÚM. 3

¿Cómo se les ocurrió la idea de

formar una banda?

La idea surge después de tocar a pedido, unos temas en un cumpleaños. Ese día notamos una conexión muy grande, a nivel humano sobre todo, que nos decidió a proyectar algo permanente.

Antes de Maybe,

¿tocaban en otros conjuntos?

Todos veníamos de tocar en otros grupos, pero en general eran bandas muy primigenias, sin otra expectativa que la de juntarse, ensayar, y no mucho más que eso. Hubo varios cambios hasta que se formó la banda definitiva, desde ese momento seguimos los mismos.

¿Podrían definir el secreto de su convocato-ria y cómo hace una banda de rock under

para alcanzar su propio público?

Bueno, en realidad nosotros siempre tuvimos un público bastante grande para lo que es Lobos, pero siempre parejo en cuanto a cantidad. Los shows y la banda han sido el medio para la unión de muchas personas; se han forjado muchas amistades, y pare-jas, je. Si algo tenemos de magnético, es el hecho de no ser una banda “personaje”; nunca estamos en camarines, sino mezclados entre la gente.

Aproximadamente, ¿cuantas bandas de rock estiman

que hay en Lobos?

En Lobos siempre estuvo presente el rock, pero lo que nunca se pudo lograr es la proyección de una banda a nivel nacional. Hay grupos de muy buena calidad tanto en vivo como en material de grabación, pero la división que existe determina que no se genere un movimiento que atraiga a público en general.

Si algo tenemos de magnético,

es el hecho de no ser una

banda “personaje”; nunca

estamos en camarines, sino

mezclados entre la gente.

Page 7: El Pulpo Revista de Cultura / N° 3 - Enero, Febrero, Marzo 2013

Autor de esta entrevista: Charlie Martínez

PÁGINA 7 EL PULPO AÑO I NÚM. 3

FUENTE: www.discosunder.com.ar

LOS DISCOS DE MAYBE UHU!

Maybe Uhu 2008. Disco debut de la banda mas famosa de Lobos (Prov. de Bs As, Argentina). El disco contiene canciones que la banda sigue tocando hasta el día de hoy, como El loro que silba la marcha peronista y Budín de Punk, o la recientemente reversionada Re Menor. Letras conceptuales, gran sentido del humor, solos distorsionados y guiños sonoros hacia grandes bandas internacionales en una banda que no por estar de fiesta cae en el facilismo de condimentarlo todo con ska (de hecho, por momentos, hasta parecen Nirvana). Liderada por los hermanos Re, Maybe es una banda con un estilo muy particular, bien marcado ya desde este primer disco que envejece muy bien, grabado por el ingeniero Char-lie Martínez en los inicios del Estudio Grabarte de Bs As.

Viva la amistad 2010. Allá por el año 2010 salía esta joya grabada en Estudio El Castillo de Villa Devoto, por Marcelo Zoloa. Manteniendo su sonido característico, esta vez con guiños más cercanos al pop (dejando de lado el grunge de su primer álbum). Con letras que nunca dejan de sorprender (¿cuantas bandas comienzan dedicándole un tema a un perro?), acaso este CD pudo llamarse Viva el fútbol acaso por su temática recurren-te, primero en forma de reclamo en Es un plato que se sirve frío, luego en la canción más lograda del álbum: El 9 que buscan y finalmente en el título Tirame un centro (aunque esta última tiene que ver con el amor). Y a propósito de Tirame un centro, es en este tema en donde Maybe dejaba

entrever lo que se venía... un estilo más melancólico de poesía madura ideal para musicalizar esas historias que ocurren cuan-do la fiesta ya terminó, sale el sol en el boliche y empiezan a sonar esos temas de rock no bailable como para digerir la cerve-za. Como perlita: el primer rock 'n roll grabado por la banda: Rock de Bombones, crónica policial acerca de un hecho ¿real?

El verano de mi ojota izquierda 2012. Con este EP (que abre el camino al mejor disco hasta el momento de la banda: Esquivando el derroche) los amigos de Maybe ingresaban en Estudio Del Mate e incursionaban en los arreglos vocales al tiempo que comenzaban a despedirse de cierta "futbolización" a la que habían arribado en su segundo álbum (Viva la amistad). Ideal para ser escuchado en vivo, en una boat de los años 60, wisky en mano y es que Maybe parece jugar en este breve álbum a ser los teloneros de Jonny Rivers (hermoso fade out retro en el segundo tema!). Un discazo, breve, pero genial.

Esquivando el derroche 2013. Salido del horno en Enero de este año, nacido también en Estudio Del Mate arranca, sin duda, con el mejor tema de la banda, tanto por su letra como por sus arreglos, armonías, mo-dulaciones, producción y sonido: Hay algo más (que finaliza con un hermoso homenaje a la mejor época de la ya disuelta banda Turf). Inmediatamente después de esa canción, dan unas ganas tremendas de escuchar Smile en vivo, de Brian Wilson. Los faná-ticos estarán contentos por encontrar por primera vez en un disco una canción que ya es un clásico de Maybe, Mi chica soña-da (por primera vez en versión no-acústica, con toda la banda a full, pandereta y piano incluidos), aunque tendrán (tendremos) que seguir esperando lo mismo para Buscando. Maybe parece haber recobrado el espíritu de su disco debut, con grunge inclui-do (Cómo un pez) pero con la madurez artística de una banda que hace años que no para de crecer, tal cual lo demuestran en la crítica "redoxón" (desgarrador retrato de consumismo e indigencia). Muy acertada la remake de Dm (definitivamente tenía que estar en este disco).

¿Cuáles son las diferencias más importantes entre Esquivando el derroche y los discos anteriores? Tuvimos la oportunidad de grabar 3 discos, a los cuales queremos como verdaderos hijos. Tenemos la costumbre de ir probando con distintas personas el tema de la grabación y el aporte en la mezcla, para darle a cada disco un toque distintivo. A este disco llegamos a la sala con muchos temas, de los cuales elegimos los 10 mejores. Lo grabamos en el estudio Del Mate, y realmente fue un placer, tanto por lo que aprendimos como por el resultado.

Page 8: El Pulpo Revista de Cultura / N° 3 - Enero, Febrero, Marzo 2013

¿Componen entre todos? Componemos cada uno por separado, acercamos las ma-quetas al ensayo y allí se disparan los temas con la ayuda de todos.

¿Cómo elijen los temas

que van a ir a parar

a un disco? La elección es siempre democrática, sale de una decisión que se discute y contrasta entre todos, y que se vuelca al con-tenido tanto de los discos, como de cualquier otra cuestión relacionada a la ban-da.

¿Cuanto hay de autorreferencial

en sus letras y cuánto

de empatía con el

que escucha? Digamos que 50 y 50. No somos tipos que la vendamos de lite-ratos ni de reflexivos. Tratamos de contar las cosas de una manera simple, sin códigos. No nos cabe la pretenciosidad, pero tampoco lo burdo; nos gusta mucho retratar a antihé-roes reales y describir situaciones que se dan acá en Lobos siempre con un toque de hu-mor a partir, casi siempre, de la exageración.

¿Qué esperan

a futuro?

En principio seguir los 5 unidos, eso sería lo mejor que nos podría deparar el futuro; seguir juntándonos para tocar, salir y hacer temas, eso es básicamente lo que nos moviliza como banda. Lo demás nos es totalmente su-perfluo. No somos una banda con ambiciones de estrellato o grandísimas convocatorias, defi-nitivamente no somos divos rockeros.

Son pocas las bandas under que permanecen unidas durante largo tiempo, algunas se separan después del primer disco o ni siquiera llegan a grabarlo:

¿cuál es el secreto para permanecer unidos? ¿alguna vez estuvieron cerca de la disolución?

El secreto quizás este en eso último. Al ser tipos que compartimos esa visión de anti-estrellas, no tene-mos conflictos por la composición o por el protagonismo. Somos 5 amigos en el mejor sentido de la palabra. Venimos de palos distintos de la música, pero sin embargo todos cedi-mos cosas en algún momento, y absorbimos otras de esos lugares a los que pertenecían los otros. Eso definitivamente forjó nuestro estilo desprejuiciado y nos mantuvo estos 8 años sin cambios.

¿Cuál es el mejor consejo para una banda

que recién arranca?

Es raro dar consejos… quizás a partir de nuestra experiencia, lo mejor es encontrar un gru-po más allá de lo musical. La clave está ahí. También la cons-tancia en el ensayo es fundamental porque, además de la importancia en lo respectivo a la música, fija inconsciente-mente todos los roles y ayuda a reconocer las debilidades y fortalezas de los compañeros. Después, dejar en claro todo, desde lo económico hasta lo organizativo.

PÁGINA 8 EL PULPO AÑO I NÚM. 3

Page 9: El Pulpo Revista de Cultura / N° 3 - Enero, Febrero, Marzo 2013

En El Pulpo Revista creemos en la capacidad del arte como agente movilizador y

revolucionario. Si Maybe tuviese el poder de transmitir un

mensaje a nivel mundial ¿cual sería ?

En primer lugar les queremos agradecer por la nota. Nuestra postura con respecto al periodismo artístico, es que quien lleva adelante tales tareas, en respeto a su profesión, debe estar persiguiendo a los protagonistas, y no a la inversa. En este sentido, nunca golpea-mos la puerta de ningún medio para que nos publique una nota, a pesar de que es lo que se acostum-bra a fines de difusión. Por eso valoramos muchísimo que se interesen por lo que hacemos. Contestando a la pregunta, no tenemos ningún tipo de ad-hesión desde la banda, a banderas políticas. Si, en cambio, apoyamos sin tapujos a todas aquellas lu-chas que consideramos nobles, independientemente de quien las lleve adelante. Nuestro mensaje, por último, es el de vivir el presente. Esa es para nosotros la revolución que queda por realizar; disfrutar.

PÁGINA 9 EL PULPO AÑO I NÚM. 3

Abrimos el ALTAVOZ Para que digan lo que quieran,

con absoluta libertad y

SIN EDICIÓN.

Por favor que alguien le diga a la que hace de

Gatúbela en la última de Batman,

que está buenísima.

Autora de esta entrevista: N o e l i a G e r b a u d o

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FOTOGRAFÍAS > Constanza Curia > www.constanzacuria.com.ar

PÁGINA 10 EL PULPO AÑO I NÚM. 3

< Bobe

Homero

Manzi >

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PÁGINA 11 EL PULPO AÑO I NÚM. 3

Sino > Autor: Alex Estragón

U n aviso llegó a mis ma-

nos. Nunca los leía y

este iba a terminar con la

misma suerte, pero una pala-

bra llamó mi atención: Tarot.

Me reí por dentro pensando

en esa gitanería de desespe-

rados y viejas chifladas. Ad-

mito que la curiosidad de sa-

ber cómo era ese ritual me

llamaba desde hace tiempo.

Media tarde y la ciudad con

su constante deambular de

gente y vehículos. Sentí ga-

nas de caminar, el clima era

espléndido. Decidí guiar mis

pasos hacia la adivinadora de

cartas.

Mientras recorría las calles,

observé la ciudad y su carac-

terística falta de limpieza.

Pensé en los barredores y

basureros que no tienen más

que cumplir su trabajo. Es

sólo pasar la escoba y correr

hacia los canastos. Seguí en-

tre botellas, bolsas, papeles y

perros husmeadores de poli-

etileno, que me desafiaban

con una mirada diabólica.

El cuchitril se encontraba

cerca de la estación de tre-

nes. El lugar más propicio

para el tipo de clientes de

estas sanaterías, reflexioné a

media voz. Un cuartito que,

entre luz sombría y sahume-

rios baratos, dejaba ver su

poco éxito. No había nadie en

la parte de adelante y llame

golpeando las manos. Una

voz aguardentosa y grosera-

mente sexy pronunció que ya

sería atendido. Salió una mu-

jer de mediana edad, con una

profusa cabellera azabache

que caía enrulada. Bueno,

pensé, por lo menos se esme-

ran en la atención.

Salud, dinero, amor. Lo bási-

co, le dije a la tarotista. Con

una mirada desdeñosa y pun-

zante preguntó: ¿hay algo

que no lo deje descansar

bien? Asombrado, reflexioné

y conteste que sí. Vivía cerca

de una avenida y el ruido de

los autos molestaba bastante,

pero sobre todo recordé el

camión de la basura, máqui-

na infernal con su chirrido

triturador insoportable a la

misma hora. La mujer no

respondió y siguió con las

cosas pedidas. Amor, andaba

mal y no me interesaba. Sa-

lud va y viene, le dije mor-

dazmente antes de que ella

siguiera. Dinero, en esto me

miro fijo y dijo: por lo menos

tiene para pagarme. Largué

la carcajada, me causo gra-

cia, y le dije que era bastante

buena. Recogió las cartas y

se hizo un silencio incómodo.

Algo indignado grité:

¡ninguna sorpresa!, ¿nada

más? No, de eso se encarga la

vida y es otro precio, soltó

ella sarcásticamente

acompañando con la

mano extendida y el infa-

lible gesto de deuda. De-

posité y me alejé algo

decepcionado. Reflexioné

que tenía razón, era una

farsa.

La noche ya estaba insta-

lada cuando salí del local.

Caminaba sin rumbo fijo

cuando de pronto sentí

pasos que se acercaban

rápidamente. Llegué has-

ta una esquina y escuché

maniobras de camión. Me

di vuelta y vi uno, con su

sirena cada vez más cer-

ca. El espanto del mo-

mento me impidió reac-

cionar y unos brazos me

llevaron hacia el interior

del contenedor como una

gran bolsa. Entre basura

húmeda, plásticos y res-

tos irreconocibles distin-

guí cuerpos en descompo-

sición. Rostros gimientes,

en lamento. El infierno,

imaginé, eso era lo que

escuchaba todos los días,

lo que pasaba bajo mi

ventana: los gritos tritu-

rados del suplicio en el

camión recolector que

vagaba por la ciudad.

Mientras iba siendo devo-

rado retumbaba el eco de

la voz aguardentosa di-

ciendo: Sorpresa. ♦

Page 12: El Pulpo Revista de Cultura / N° 3 - Enero, Febrero, Marzo 2013

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“ LA REINA BATATA ” - Autora : Camila Callate

CORREO DE LECTORES

Alebrijes

Por Charlie Martínez

Quién diría que el olvido es pasajero

mil poemas llevo escritos vuelvo al primero

resistir la tentación sangrar en el alma

desnudar la estupidez de las palabras.

Caigo, corto y me aferro

fuerte a una vida siete llaves de una puerta:

la melodía. Universos que se incendian

en las miradas de la gente, indiferente

guerra a la nada.

Alebrijes vengan por mí estoy muriendo por dentro

Alebrijes del corazón en tus abriles de enero.

Cada día un día menos

pierdo la cuenta me equivoco, luego acierto

busco tu cuerpo pies descalzos, dulce infierno

fotografías abrazado a la memoria

espero el día en que los...

Alebrijes vengan por mi

estoy muriendo por dentro alebrijes del corazón

En tus abriles de enero Alebrijes do, mi fa, sol

Juglares, magos y miedos Alebrijes vengan por mi

Que estoy sufriendo el invierno Alebrijes color del sol.