el poder de los colores

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V. DE REPRESENTACIONES, COLORES Y PODER DE LO SAGRADO En la época de la conquista cuando los españoles llegaron a América con el ánimo de evangelizar se encontraron con culturas completamente establecidas tanto en social como en lo religioso y político, pero el desconocimiento y la intolerancia no les permitió ver más que un grupo de ignorantes con ídolos absurdos, por lo que iniciaron una cruzada para acabar con ellos a tal punto que fueron perseguidos e incluso asesinados obligándolos a realizar sus cultos en la clandestinidad. “Los europeos a su llegada intentaron por todas las maneras evangelizar a los nativos, pero muchos fueron los que murieron a manos de los evangelizadores por no querer convertirse al cristianismo. Los que sí decidieron convertirse a la doctrina católica se convirtieron en esclavos de la cultura colonizadora”. 1 Pero dentro de todo este horror aun se le daba un valor mágico a la naturaleza, considerándose como portadora de vida y divinidad entre estas culturas pretéritas elaborando pigmentos de ella para crear sus representaciones en los que cada color tenía su significado y fascinación. “más allá del pretendido carácter representativo de las imágenes devocionales, sus bases materiales –los pigmentos y sus mezclas- fueron entendidos como portadores de poder divino, no solo por las culturas a las cuales iban dirigidas sino por 1 Idalia Ivelisse Llorens Alicea, Sincretismo religioso: pervivencia de las creencias yorubas en la isla de puerto rico, Bajo la dirección de la Doctora: Alicia Alonso Sagaseta, Madrid, 2003 pg. 59 - 60

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V. DE REPRESENTACIONES, COLORES Y PODER DE LO SAGRADOEn la poca de la conquista cuando los espaoles llegaron a Amrica con el nimo de evangelizar se encontraron con culturas completamente establecidas tanto en social como en lo religioso y poltico, pero el desconocimiento y la intolerancia no les permiti ver ms que un grupo de ignorantes con dolos absurdos, por lo que iniciaron una cruzada para acabar con ellos a tal punto que fueron perseguidos e incluso asesinados obligndolos a realizar sus cultos en la clandestinidad. Los europeos a su llegada intentaron por todas las maneras evangelizar a los nativos, pero muchos fueron los que murieron a manos de los evangelizadores por no querer convertirse al cristianismo. Los que s decidieron convertirse a la doctrina catlica se convirtieron en esclavos de la cultura colonizadora.[footnoteRef:2] [2: Idalia Ivelisse Llorens Alicea, Sincretismo religioso: pervivencia de las creencias yorubas en la isla de puerto rico, Bajo la direccin de la Doctora: Alicia Alonso Sagaseta, Madrid, 2003 pg. 59 - 60]

Pero dentro de todo este horror aun se le daba un valor mgico a la naturaleza, considerndose como portadora de vida y divinidad entre estas culturas pretritas elaborando pigmentos de ella para crear sus representaciones en los que cada color tena su significado y fascinacin. ms all del pretendido carcter representativo de las imgenes devocionales, sus bases materiales los pigmentos y sus mezclas- fueron entendidos como portadores de poder divino, no solo por las culturas a las cuales iban dirigidas sino por aquellos que las construyeron con fines catequizadores[footnoteRef:3]. Las imgenes para los catlicos representaban al igual que en el Romnico y Gtico en Europa la evangelizacin y alfabetizacin de las culturas andinas. Pero establecan una clara diferenciacin entre la representacin de lo no presente pero real y la idolatra de la representacin como tal. [3: SIRACUSANO Gabriela, El poder de los colores, De lo material a lo simblico en las prcticas culturales andinas. Siglos XVI-XVIII, cap. V De representaciones, colores y poderes de lo sagrado, pg. 269. ]

El poder de la ausencia En este subcaptulo se intenta explicar el poder de la representacin de lo ausente poniendo un claro ejemplo de la supremaca del rey de Espaa en estas tierras, entonces aunque no est de cuerpo presente tiene total soberana sobre las tierras descubiertas, este se ve representado a travs imgenes y escrituras con sello real que a su vez enaltecen a virreyes y emisarios que le mantienen vigente en el lugar. Lo mismo pasa con la religin, los evangelizadores intentaron explicar a los nativos que aunque Jess y Mara se encontraran ausentes, podan ser evocados por medio de sus imgenes; siendo los sacerdotes obispos y dems evangelizadores catlicos como elegidos de Dios en la tierra para llevar su palabra. Lo visible y lo invisible con los ojos del cuerpo y del almaEste subtitulo nos habla de cmo a travs de los sentidos se poda tener una experiencia palpable de lo sagrado, cuando el concepto de lo sagrado se converta en algo visible, el espectador poda por medio de la observacin directa hacer su interpretacin, lo que estaba frente a los ojos del cuerpo era un mensaje directo al alma, y ms precisamente en presencia de imgenes provenientes de la sacralidad indgena, ya que esto les permita identificarse en ellas, mucho ms que con las imgenes provenientes de Europa en la intencin evangelizadora de los colonizadores.La adoracin a cerros, piedras, el sol, etc. Estaban mal visto, argumentando que eran cosas que no podan sentir aunque eran criaturas de Dios, y eran ajenas de entender la adoracin de la cual eran objeto, carentes de alma, y gracias a esto se vieron obligados entonces a ver estos espacios como lo menciona el texto en su cruda materialidad, al que no atenda esto se le asociaba con un ciego, era necesaria la observacin cruda y llana la necesaria para estos casos en los que se buscaba un cambio de objeto de adoracin.Tambin por medio de un ejemplo en el texto podemos entender lo que se menciona acerca de los ojos del cuerpo y los del alma, nos cuenta que aunque no todas las sacralidades indgenas se podan percibir a travs de la vista, como Pachacmac , los incas adoraban al sol que se poda ver y lo consideraban como su padre, pero al que adoraban por encima de todas las cosas era al Pachacmac que no se poda ver, y sin embargo era considerado el ser supremo, el creador del universo. Cuando lo que deba verse eran las imgenes verdaderas la facultad de ver deba dividirse en el espacio simblico de Ojos del cuerpo y ojos del alma. El creador de imgenes deba entonces desarrollar la habilidad de representar y conmover, y el espectador la de ver y evocar, y para esto los creadores de imgenes se valan de smbolos para lograrlo, se usaban miradas piadosas, brillos, piedras preciosas, halos luminosos y refulgentes, etc., el brillo del oro y las piedras preciosas asociadas al culto solar de los incas, generaban asociaciones visuales usados a conciencia por la nueva iconografa, evocaban en la poblacin indgena la memoria de un pasado cada vez ms lejano. Para este intercambio y sustitucin de poderes se utilizaron figuras retoricas como la alegora, la metfora, y la metonimia, y no solo en las representaciones visuales, lo hacan de igual manera por medio de sermones haciendo asociaciones de lo que intentaban ensear con conceptos que les fueran conocidos y despertaran un afecto entre los de los fieles. El uso de palabras tambin suele acompaar y ayudar estas asociaciones visuales, combinando la imagen con el texto, y el uso del color se convirti en un gran protagonista, como algo visible representaban estados del alma, se implementaron nuevos cdigos de legibilidad entre quienes lo conceban de otras formas, un ejemplo de ello es el uso de los colores segn la celebracin en la iglesia, el verde es la gloria del resucitado, el morado y el azul para la cuaresma, etc.Sermones, imgenes y color: Loci de la memoria.La empresa evangelizadora en la regin andina, utiliz los sermones como herramienta clave para llevar su mensaje a la poblacin indgena, acompaando estos de imgenes que apoyaban el discurso y evitaban el cansancio y la posible incomprensin de dicho discurso por parte de los fieles.Teniendo en cuenta las obvias diferencias lingsticas entre los indgenas y los sacerdotes, echar mano de recursos plsticos fue una muy buena opcin a la hora de entregar el discurso evangelizador.As mismo, el hecho de repetir un discurso varias veces, significaba un poderoso mtodo de extirpacin. Exista una creencia acerca de repetir el sermn al pblico iletrado, buscando con ello su conversin.Muy seguramente este hecho suscit un impacto visual fuerte para los nuevos creyentes. Estar en una iglesia escuchando un discurso contra la idolatra, pero rodeados de imgenes. Sin embargo, la presencia de imgenes en las iglesias andinas al parecer tena una estrecha relacin con la dinmica de los sermones.El discurso evangelizador estaba sin duda acompaado del componente visual que ofrecan las imgenes, a partir de un esquema que se podra denominar el arte de la memoria en otras palabras, escuchar, mirar y recordar.En ese sentido, las imgenes deban tener clara la funcin que deban cumplir, as como su representacin espacial e iconogrfica. La insistencia en el uso de esta corriente del arte de la memoria en el periodo colonial, deja ver sin duda que sirvi para afianzar el discurso dado en el sermnEn el nuevo mundo, el vnculo entre imagen y sermn data del surgimiento de los catecismos testerianos, vinculados con los alfabetos visuales y que a su vez hacan parte de las artes de la memoria.En pocas palabras, la combinacin de imagen y sermn, constituy una poderosa herramienta que ofreca un sinnmero de posibilidades, que, puestas al servicio del mensaje evangelizador y de la extirpacin, borraban eficazmente toda marca de la memoria de los creyentes, y las reemplazaba por el mensaje que la empresa evangelizadora requera.Los colores en el proceso de Extirpacin de idolatras: El color Sustancia o accidente?Bernard y Grunziski plantearon que para extirpar con eficacia hay que identificar al enemigo, lo cual supone rastrear las visitas, el reemplazo de las prcticas adoratorios, registros de confesiones y reacciones de los nativos frente a las prcticas religiosas que queran imponer, adems de los interrogatorios en el rea andina. El marco mostraba variantes de los objetos a identificar que iban desde fenmenos naturales hasta producciones culturales, todos reconocibles para una cultura.Ese elemento de experiencia previa junto a una matriz epistmica y una herramienta mental alejados del nativo fue lo que complico poder comprender hasta que punto podan ordenarse y clasificarse todos esos elementos incapaces de acoplarse a dicha matriz, en especial los que no podan soportar el anlisis de una representacin basada en la mmesis o el binomio sustancia- accidente como es el caso del color. La mayor dificultad no era identificar las huacas mviles o inmviles protagonistas de los cultos pblicos, sino los cultos unidos con practicas al parecer inocentes como las tareas domesticas, el mercado o la labranza en general en el mbito privado.Esto provoco gran incertidumbre. Verificaremos con varias fuentes el desasosiego imperante. Un pasaje de la Doctrina publicada en 1584 deca que era comn en casi todos los indios adorar guacas, dolos, quebradas, peas y cualquier cosa de la naturaleza que parezca notable y diferenciada de las dems. Acosta afirmaba que cualquier cosa que fuese extraa entre las de su gnero les pareca que tena divinidad. Cuando los barbaros descubren que algo resalta entre los otros seres de su especie, de una vez, reconocen all una divinidad y la doran sin duda alguna. A casi cien aos de estos registros, el Padre Juan Melndez, menciona las variadas posibilidades, en donde, en unas partes adoraban los Cerros, en otras los bosques, en otras los caminos, venerando piedras brutas, entre otras.Para estos puntos de vista, lo extrao, lo distinto, lo notable, eran las nicas clases posibles que se podan usar para identificar esas manifestaciones de la sacralidad, pero que a la vez traan problemas como arrasar con todo lo que podan suponer como un vestigio se sacralidad, intentar comprender la lgica interna de estas variantes para poder identificarlas o establecer instancias de negociacin entre las diversas formaciones culturales para reducir el riesgo y poner estas extraezas a disposicin de los evangelizadores.Para la cultura andina el color est instalado en la vida cotidiana, permitiendo identificar un status social, movimientos comerciales o la presencia de la sacralidad, el color era vital para la construccin de un nuevo mundo en el que el poder de lo sagrado no est ms all del objeto representado sino en el mismo objeto.Aristteles entenda el accidente como algo que pertenece a un ser y puede ser afirmado de l en verdad, pero sin tener necesidad de ser necesario ni constante utilizando el caso del color para diferenciar lo accidental de lo esencial. Las figuras poticas colocadas al servicio del poder eran condiciones de posibilidad de su presencia y funcionaban como tal, pero desde una perspectiva ontolgica seguan teniendo diferencias.Para esta manera de concebir la realidad, el color que era el accidente de la materia no era un riesgo mayor para su extirpacin, era ms conveniente eliminar las imgenes que lo contenan y que evocaban las malas presencias, pero las percepciones cromticas seguan ligadas a lo sagrado y se resistan a desaparecer y tambin las bases materiales llamadas: polvos de colores.Los polvos de colores como portadores de poder sagrado.Las directrices contra las ceremonias y ritos usados por los indios insinuaban sobre algunas ceremonias de adoracin a metales y otros colores de la tierra con los que se untaban en tiempos de fiesta.Otros usos que involucraban a los colores con los cultos idoltricos fueron registrados por Fernando de Avendao y Francisco de vila, diciendo que los rituales de confesin realizados por los indgenas en las fechas del Corpus Christi, siendo los polvos de colores ofrendas dadas a Chanca y Cunchur identificados como dolos menores. Antonio de la Calancha deca que los indios adoraban las minas pidindoles metal rico, velando de noche bebiendo y bailando. Tambin adoraban el almagre. Joseph de Arriaga en 1621 identifico estos sutiles materiales diciendo que se les adoraba besndolos y soplndolos.La presencia de polvos de azurita y cuentas de cristal de color azul envueltas en cuero en enterratorios indgenas pre y poscoloniales en Casabindo son relevantes. Son polvos provenientes de montaas y minas muchas adoradas como huacas estn en la paleta de pinturas andinas, cada uno de ellos obtenidos naturalmente en vetas, molidos por aprendices indgenas o mestizos y mezclados con resinas ligadas a prcticas nativas de curacin del cuerpo y del alma. La necesidad de producir esos simulacros que desplazaban a malvados dolos hizo que se conservara un grado de reflexividad casi imposible de evitar.La permanencia de los cultos en el rea domestica, que era menos expuesta a los visitantes, donde la manipulacin de estos polvos o piedras de colores conservaba su vigencia. En 1609 vila descubre piedras azules en un culto domestico y en 1681 Melndez avisaba sobre la peligrosa ambivalencia y simultaneidad que encontraba entre los indgenas que adoraban imgenes cristianas en capillas y les rendan cultos a sus dolos, a la vez que daba el testimonio de cmo, en la fabricacin de imgenes los recursos de negociacin eran inevitables.Es posible erradicar estos tintes ceremoniales, sabiendo que estos eran la base material de las imgenes que venan a sustituirlos? Es una posibilidad lejana y su presencia en las pinturas analizadas con estudios qumicos da cuenta de esto.

Bibliografa SIRACUSANO Gabriela, El poder de los colores, De lo material a lo simblico en las prcticas culturales andinas. Siglos XVI-XVIII, cap. V De representaciones, colores y poderes de lo sagrado, pg. 267- 329.

IDALIA Ivelisse Llorens Alicea, Sincretismo religioso: pervivencia de las creencias yorubas en la isla de puerto rico, Bajo la direccin de la Doctora: Alicia Alonso Sagaseta, Madrid, 2003 pg. (1- 660).