el perpetuo retorno de lo mismo

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EL PERPETUO RETORNO DE LO MISMO Reflexiones sobre cine y psicoanlisis Adriana ScaglioneLic. por la Universidad de Buenos Aires

El infierno es repeticinLa tormenta del siglo, de Stephen King

La repeticin es fundamentalmente la insistencia de una palabraJacques Lacan, El seminario III

El psicoanlisis es una prctica de palabra que involucra a una pareja, analizado y analista, en el marco de una sesin teraputica. All, el sujeto le ofrecer al analista el malestar y sufrimiento que lo llev a la consulta: su sntoma1; aquella herida originaria que define su singularidad, pero que tambin representa su ncleo traumtico. El sntoma, definido por Lacan como el mutismo en el sujeto que se supone que habla2, tiene dos caras. Por un lado, precisamente indicarnos que algo en nosotros est fallando; y por otro lado, tiene una vertiente de goce. Qu es el goce?, nos preguntamos. El goce es lo que no sirve para nada, nos responde Lacan3. El goce es una satisfaccin que va ms all del principio del placer, lo que impulsa al sujeto a la repeticin compulsiva y lo mueve hacia conductas autodestructivas. Este comportamiento del sujeto ya haba sido caracterizado, dcadas antes, por Freud como pulsin de muerte.Ciertamente, el goce nos demuestra que no todo es educable en el sujeto, y que hay un resto que retorna permanentemente. Cul es la herramienta con la cual el psicoanlisis aborda al sntoma? La palabra. De acuerdo con la teora psicoanaltica, el inconsciente est estructurado como lenguaje4. Por eso, todo ejercicio de la prctica teraputica se sirve de la palabra para acceder a lo reprimido que habita en los oscuros rincones del inconsciente. Slo con ella un sujeto1 2 3 4

Laurent, Eric: Principios directores del acto psicoanaltico. Lacan, Jacques: El seminario XI, p. 19. Lacan, Jacques: El seminario XX, p. 11. Lacan, Jacques: El seminario XI, p. 28.

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podr leer y releer su propio texto a fin de tocar algo de ese goce y producir un cambio en el modo de satisfaccin5. Freud, en su poca, ya haba definido lo reprimido como una tierra extraa interna, mientras que en la actualidad, el psicoanalista argentino Germn Garca dndole una vuelta de tuerca ms al asunto, con razn concluye que el trauma no es algo extrao que se enquista, sino algo familiar que se ha vuelto extrao en el encuentro con un acontecimiento exterior6. En ese sentido, el sujeto atraviesa el proceso de recordar lo familiarmente extrao y perturbador de la mano de un analista, quien interpretar sus palabras, es decir, ser el encargado de otorgarles a ellas un significado dentro de un universo de sentido. De esa forma, el recuerdo dejar de ser tan doloroso y se convertir en una carga un poco ms liviana de soportar. En este trabajo, nos proponemos explorar dos conceptos que estn en el corazn de la teora psicoanlitica: el inconsciente y la repeticin. Nuestros guas principales, aunque no excluyentes, sern: Stephen King, Alfred Hitchcock, y algunos filmes de lo que Stanley Cavell denomin el melodrama norteamericano de la mujer desconocida. En ellos encontraremos aquello que se esconde detrs de los pensamientos inconscientes y del acto repetitivo: el pasado que retorna, el recuerdo de lo reprimido, y el valor de la palabra en el vnculo amoroso. Porque, como dice Lacan, toda verdad tiene estructura de ficcin7, podemos leer los escritos de Freud como material literario y, tambin, podemos leer las pelculas como historias de divn. Adems, en las lneas por venir aplicaremos aquel dicho un poco paradjico (lacaniano, quiz?), pero de forma inversa: hay cosas tan pesadas de llevar que slo se puede hablar de ellas con ligereza. De manera que nuestra conclusin sera que muchas pelculas ligeras, como cierto cine popular de ciencia ficcin, terror, suspenso o melodrama, en realidad nos est hablando de los grandes enigmas del alma humana, de asuntos tan crpticos y traumticos que slo podemos iluminar de esa forma. Ahora bien, Por qu elegir esos gneros y a esos directores? Por un lado, reflexionar sobre lo popular produce un goce muy especfico del que es difcil sustraerse. Intelectuales y filsofos de la talla de Walter Benjamn, Umberco Eco, Roland Barthes o Slavoj Zizek se han adentrado en ese terreno, dejando algunos ttulos clsicos como5 6 7

Tassara Zrate, Patricia: Mujeres maltratadas. Una plaga social. Garca, Germn: A propsito del trauma. Una inquietante familiaridad. Lacan, Jacques: El seminario VII, p. 22.

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testigos de esa aventura8. Tal vez, porque la presencia de lo popular es lo que caracteriza la niez (el hombre del saco, los miedos primarios, los cmics, la radio, las series de televisin, etc.), y la infancia es el lugar al que se vuelve una y otra vez. All no slo se est cmodo, sino tambin familiarizado con sus fantasmas. Por eso, si hablar (o escribir) provoca ya de por s un goce, hablar del imaginario de la infancia produce, entonces, un goce an mayor. Por otro lado, dejamos la comedia a un costado, porque en ella la palabra est demasiado presente. No hay comedia sin abundancia de dilogos ingeniosos, incisivos y provocadores. Y all donde hay palabra, hay mediacin simblica. Mientras que tanto en el melodrama de Hollywood como en el cine de terror y de suspenso, la palabra est demasiado ausente, precisamente, porque el trauma es lo principal, y frente a l los personajes se quedan mudos y sin aliento.

DE ESO NO SE HABLAEl deseo no es ms que lo que sostiene el tema inconsciente, la articulacin propia de lo que nos hace arraigarnos en un destino particular, el cual exige con insistencia que la deuda sea pagada y vuelve, retorna, nos remite siempre a nuestro surco de lo que es propiamente nuestro asunto. Jacques Lacan, El seminario VII

El trauma, y su insistencia en no dejarse olvidar, es el verdadero protagonista de muchas de las adaptaciones de Stephen King al cine y a la televisin. A menudo, sus relatos tienen lugar en pequeas comunidades arquetpicas de Estados Unidos, y comienzan con el secreto o el aparente olvido de un suceso demasiado traumtico y demasiado pesado, aquello que Lacan llamara lo real, y que se presenta siempre bajo el aspecto de la repeticin, lo imposible de verbalizar y de soportar, lo que nos hace enmudecer y olvidar: el sntoma. No es extrao, entonces, que las primeras vctimas sean habitualmente nios, ya que son el resultado de pactos secretos que han realizado sus padres, en el pasado, para sobrevivir a un suceso traumtico. Sus padres slo han postergado el enfrentarse cara a cara con un problema, no lo harn ellos, pero s sus hijos; la solucin y la tranquilidad son slo provisorias y aparentes. De esa forma, lo que se reprime en el pasado, se reactualiza en el presente, y nos recuerda nuestra vida8

Ver las obras de: Umberco Eco, Apocalpticos e Integrados; Slavoj Zizek, Mirando al sesgo; Roland

Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso; Walter Benjamn, Los Pasajes.

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fantasmtica, aquella falta que define lo que somos y tambin lo que no somos, nuestro surco. En la serie de televisin Eso (It, 1990) una fuerza malfica con apariencia de payaso est matando misteriosamente a los nios de un pequeo pueblo hasta que una pandilla de siete amigos deciden enfrentarse a l, y logran aparentemente destruirlo...Pero, treinta aos despus, eso vuelve al pueblo para continuar matando. Y los ahora siete adultos, que haban intentado olvidar el horror de su niez, deciden volver al lugar de la infancia. Eso se presenta a la pandilla como aquello que siempre habis temido; es un monstruo que lee sus mentes y adquiere la forma que ms le asusta a cada uno de los amigos. En la mitad del relato, se nos revela a travs de unas fotos antiguas, que el payaso ya haba estado presente en esas mismas tierras doscientos aos atrs. Esto implicara que la cosa vuelve una y otra vez hasta que la deuda sea pagada. En la medida en que eso sea un secreto de lo cual no se hable, se reprima y se intente su olvido, seguir volviendo, y cada vez con fuerzas renovadas. Cada uno de los siete amigos haba llegado a la edad adulta arrastrando el mismo trauma de la niez; haba tenido xito en su vida profesional, pero su vida personal se hallaba estancada. La mayora de ellos no haba logrado construir un vnculo amoroso estable, y menos an, tener hijos; el acceso al futuro les estaba negado. Slo sern capaces de proyectar un destino sentimental cuando se enfrenten de nuevo a su miedo ms profundo, y lo aniquilen para siempre. Este es el mismo dilema que debe resolver Phil (Bill Murray), en Atrapado en el tiempo (Groundhog dog, Harold Ramis, 1993), quien estar condenado a vivir el mismo da una y otra vez, hasta que sea capaz de realizar en su vida cotidiana los cambios necesarios para entrar en una relacin amorosa. Tambin en Pesadilla en Elm Street (Nightmare in Elm Street, Wes Craven, 1986), el trauma retorna en los sueos de los hijos de quienes haban sellado un pacto de silencio durante aos, paradjicamente para protegerlos del mal. Nuevamente, la cosa diablica, representada por Fred Krueger, se llevar consigo la vida de algunos adolescentes, pero otros tendrn la astucia suficiente como hacerle frente. La serie televisiva La tormenta del siglo (The storm of the century, 1999), basada en la novela de Stephen King, se emparenta con Eso en ms de un sentido. Un humanoide, llamado Linoge, con poderes paranormales se presenta ante los habitantes de la pequea 4

comunidad de la isla de Maine, que atraviesa la peor tormenta del siglo. Las muertes se empiezan a suceder una tras otra, y la firma del asesino es siempre la misma: dadme lo que quiero y me ir. Linoge, al igual que Eso, conoce el costado vulnerable de cada isleo, y por eso no est dispuesto a ceder en su demanda. Y cul es el deseo de este ser diablico? Es muy claro y preciso: Linoge quiere a uno de los nios de la comunidad para trasmitirle todo su saber antes de morir. Como Eso, necesita alimentarse de los nios para sobrevivir, necesita asegurarse el futuro. Pero, mientras que en Eso, la pandilla de amigos decide superar sus miedos y enfrentarse al problema; en La tormenta del siglo, los isleos no se sienten con la fortaleza espiritual como para dar batalla a Linoge. En ese sentido, La tormenta del siglo nos est hablando de algo que ya ese vislumbraba en El cementerio viviente (Pet sematary, 1988), tambin con guin de Stephen King, donde una familia se muda a un nuevo hogar, ubicado cerca del cementerio de animales de la zona. Y el primero en morir es el gato. Entonces, el padre realiza un pacto diablico para que vuelva la mascota que su hijo tanto quiere. El gato regresar, pero habitado por el demonio. Tiempo despus, suceder lo mismo con la mujer, con el nio y con l mismo. Todos volvern para estar juntos, pero ya no sern ellos mismos, algo extraamente familiar los habita. Nuevamente, aparece el tema del pacto con lo inconsciente para olvidar, pero tambin en cada regreso el trauma va exigiendo cada vez ms, hasta quedarse con nuestro bien ms preciado: el futuro. Este sacrificio del futuro no slo implica condenarse a vivir en un presente perpetuo, sino especialmente condenarse a su repeticin. Slo una persona es capaz de oponerse a la cosa traumtica, en La tormenta del siglo, el joven jefe de polica y padre del nio elegido por Linoge; por eso sostiene ante los isleos: hacerle frente, unos, confiando en Dios y en los dems. l es el reverso de la cobarda del marido de Rosemary (John Cassavetes), en La semilla del diablo (Rosemarys baby, 1968), y en el universo mitolgico, del sometimiento de Abraham a Dios, cuando solicita el sacrificio de su hijo primognito. Sin lugar a dudas, tanto La Tormenta del siglo como La semilla del diablo evidencian que siempre hay un precio simblico a pagar por las soluciones que no nos hemos ganado9. Esta forma instantnea de resolver los conflictos sin luchar ni esforzarse, en lugar de intentar9

Zizek, Slavoj: El hombre nuevo.

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resolverlos desde el orden simblico, indagando en nuestro yo fantasmtico y consolidando nuestra subjetividad, es un equivalente del conocido dicho popular pan para hoy, hambre para maana. Si algo nos ensea el psicoanlisis es que el malestar subjetivo no se puede atravesar sin pasar por el sujeto.

CUNTAME TU VIDAEl paciente no se cura porque recuerda, sino que recuerda porque se cura Jacques Lacan, Escritos.

El director francs Jean Luc Godard defina a las pelculas de Hitchcock como un cine de parejas. Efectivamente, sus pelculas comienzan casi invariablemente con un hombre y una mujer que deben superar una serie de obstculos para terminar juntos. En los filmes que analizaremos a continuacin, ese problema por desentraar se llama trauma, y la presencia de una pareja que ayudar a recordar reemplazar a la figura del tradicional analista. Despus de la primera posguerra europea, las teoras psicoanalticas alcanzan una amplia difusin entre la sociedad, las humanidades y las artes, y ni el cine ni Hitchcock escaparon a esta seduccin. Sin lugar a dudas, la experiencia teraputica tiene mucho de suspenso, y el analista se convierte en una especie de detective de almas. Si bien en el film Recuerda (Spellbound, 1945), Hitchcock introduce explcitamente el psicoanlisis, probablemente la primera pelcula en torno al tema haya sido la alemana Misterios de un alma (Geheimnisse einer seele, 1925, Pabst). Al igual que Recuerda plantear un enigma, no policial sino intimista, cuya solucin tambin se encuentra en las imgenes irreales que suea el protagonista. En Recuerda, un doctor (Gregory Peck) que padece amnesia cree ser culpable de un asesinato, pero no consigue recordar las circunstancias que rodearon al crimen, y tampoco el lugar dnde se cometi. Una psiquiatria enamorada (Ingrid Bergman) de l trata desesperadamente de demostrar su inocencia, de la cual est completamente convencida. Por eso, la psiquiatra le propone al doctor el inicio de una terapia que le devuelva la palabra y le permita recordar: si pudiramos abrir un solo recuerdo, nos

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dara la llave para los otros. En ese sentido, es interesante el uso de las llaves, que permiten abrir y cerrar las puertas, como metforas de los sntomas que esconden el sufrimiento interior: guardas una cosa horrible tras una puerta cerrada. En ese proceso, los sueos del paciente cobrarn una importancia vital, pues hablarn por l ah dnde su palabra no llegue: los sueos nos dicen lo que estamos intentando ocultar, pero en forma de rompecabezas. El trabajo del psiquiatra es examinar el rompecabezas y poner las piezas en los sitios que correspondan, explicar un prestigioso mdico al paciente amnsico. Para ilustrar los sueos del doctor se han utilizado los dibujos surrealistas del genial Dal. El film comienza con una cita de Shakespeare La culpa no es de nuestras estrellas, sino de nosotros. En ese epgrafe ya se adelanta el ncleo traumtico del personaje: un complejo de culpa que se desarroll en su infancia, cuando accidentalmente provoc la muerte de su hermano. Por eso, dcadas ms tarde, la muerte de un psiquiatra en un accidente, cuando ambos estaban esquiando, le provocar un shock: reactualizar su sentimiento de culpa. Y no es casual que el doctor sufra de amnesia, porque donde hay olvido hay degradacin de la palabra en su relacin con el otro. Solamente, cuando el doctor le brinde a la psiquiatra lo ms profundo de s: la palabra, aquella palabra a travs de la cual ambos accedern a la revelacin del pasado reprimido, se curar. De esa forma, la revelacin en la experiencia analtica es paralela a la revelacin amorosa que experimentaron por primera vez en medio de los jardines de la institucin mental: algo ha pasado entre nosotros, fue como una revelacin, sostiene l. Desde ese momento, ella tampoco ser la misma en su prctica analtica, incorporar la intuicin en el trabajo con los enfermos, aquella parte de s misma, que antes dominaba la razn. Hitchcock vuelve a hacerse eco, dcadas ms tarde, de las teoras psicoanalticas con Marnie, la ladrona (Marnie, 1964), definida por Francois Truffaut como un gran film fallido. En esta oportunidad, no hay una psiquiatra que ayude a recordar, pero s una pareja masculina que cumplir exactamente ese mismo papel. Marnie (Tippi Hedren) es una bella y compulsiva ladrona, torturada por los fantasmas de su infancia y una relacin ambivalente con su madre, que no soporta la cercana sexual ni amorosa con ningn hombre. Al poco tiempo de trabajar con el editor Mark (Sean Connery), un joven empresario adinerado, decide robarle. Mark la descubre, pero hay algo de ella que a pesar de todo lo seduce, por eso le propone casamiento. Su relacin hacia Marnie es 7

una mezcla de fascinacin y paternalismo, intentar protegerla de la ley con respecto a sus robos anteriores, y al mismo tiempo, forzar la situacin con Marnie y la madre de sta para obligarlas a enfrentarse con una escena olvidada del pasado: el asesinato accidental de un amante de la madre. Lo primero que vemos de los personajes de ambas pelculas son sus sntomas, la aversin al color blanco del doctor en Recuerda, y del color rojo en Marnie, la ladrona, que no son mas que mensajes para ser ledos. Incluso en Rebeca (Rebecca, 1940), donde el recuerdo y el pasado juegan un papel crucial, lo nico que conocemos del Sr. De Winter son sus sntomas, un sbito ataque de ira ante cada comportamiento de la nueva Sra. De Winter. Desentraar el significado de esos mensajes ser lo que disparar la intriga en todos los casos. Como bien explica Lacan10:el sntoma se nos presenta primero como una huella, que nunca ser ms que una huella, y que siempre permanecer incomprendida hasta el momento en que el anlisis haya avanzado lo suficiente y hasta el momento en que hayamos comprendido su sentido.[... ] Lo que vemos bajo el retorno de lo reprimido es la seal borrosa de algo que adquirir su valor en el futuro, a travs de su realizacin simblica, su integracin en la historia del sujeto

Freud tena la siguiente frmula: lo que fue rechazado en el interior, reaparece en lo exterior11. Es decir que basta que se olvide una cosa, para que sta retorne. En Marnie, la ladrona, la madre de Marnie le haba trasmitido a su hija el miedo hacia todo lo sexual, una necesidad de pureza extrema que rozaba la frigidez, es demasiado lista para complicarse la vida con los hombres, declara. Y lo que retorna en Marnie es el reverso de esas ideas: puedes estar tranquila, madre, porque soy ladrona, tengo problemas con la ley, pero soy casta. Finalmente, Mark, el marido de Marnie, al provocar el dilogo final entre la madre y la hija, la est ayudando a disolver el trauma originario. Tambin, gracias a la palabra, el doctor amnsico de Recuerda puede afrontar con nuevas herramientas su complejo de culpa; y el segundo matrimonio de la pareja De Winter, de Rebeca, puede liberarse de las sombras de la muerte accidental de Rebeca e iniciar un camino propio. Porque la palabra es sin duda mediacin entre el sujeto y el otro e

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Lacan, Jacques: El seminario I, p. 239. Lacan, Jacques: El seminario III, p. 272.

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implica la realizacin del otro en la mediacin misma. Y un elemento esencial de la realizacin del otro es que la palabra puede unirnos a l12.

EL SILENCIOEl inconsciente es esencialmente palabra, palabra del otro, y slo puede ser reconocida cuando el otro se la devuelve a uno Jacques Lacan, El seminario III El deseo del hombre es del deseo del otro Jacques Lacan, El seminario VII

Si hay una actriz que pareciera encarnar lo que el filsofo Stanley Cavell denomina el melodrama de la mujer desconocida de Hollywood, sa es Greta Garbo. Con la excepcin de La mujer de las dos caras (Two faced woman, 1941, George Cukor), donde Greta Garbo interpreta el papel de una mujer casada, que descubre que su marido la engaa e intenta recuperarlo con extraas armas, la mayora de las interpretaciones de la actriz sueca se podran incluir dentro de esa categora creada por el filsofo norteamericano. Claro que la enigmtica Garbo no es la nica, tambin estn Marlene Dietrich o Bette Davis Qu caracteriza, pues, a la mujer del pasado desconocido? En estos melodramas, al igual que en las comedias screwball de los aos treinta y cuarenta, la mujer (creemos que tambin el hombre) sufre un proceso de transformacin. Ahora bien, ese proceso de metamorfosis tiene lugar fuera del proceso de conversacin con un hombre, lejos de ese dilogo permanente que es el matrimonio13. Los melodramas niegan el matrimonio, porque niegan la posibilidad de hablar con el otro. De acuerdo con la distincin que establece Cavell en sus libros La bsqueda de la felicidad14 y Contesting Tears, en las comedias de enredo, la mujer elige o reelige al hombre adecuado para que le ayude en la transformacin que est buscando a travs de una conversacin de igual a igual. Ahora bien, las pelculas de la mujer desconocida es como si les dijeran a sus hermanas (hermanas, porque ambas son herederas de las heronas de Ibsen y Shakespeare) `pueden llamarse a s mismas afortunadas por haber12 13 14

Lacan, Jacques, El seminario I, p.82. Cavell, Stanley: Contesting Tears, p.6 Cavell, Stanley: La bsqueda de la felicidad. Barcelona, Paids, 1999.

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encontrado un hombre a travs del cual pueden superar la humillacin del matrimonio por el matrimonio mismo 15 En ese sentido, el filsofo norteamericano sostiene que: mientras las comedias tienen un pasado abierto, los melodramas de la mujer desconocida tienen un pasado cerrado, misterioso, con asuntos prohibidos y solitarios16. Los personajes interpretados por Greta Garbo se caracterizan por lo enigmtico de su biografas personales y por su destino trgico y solitario. El film protagonizado por Greta Garbo, Margarita Gautier (Camille, 1936), de George Cukor, se basa en la clsica novela de Alejandro Dumas, La dama de las camelias. Armando Duval se enamora en Pars de Margarita Gautier, ms conocida como Camille, una enigmtica y bella joven de terrible reputacin. El padre de Armando le suplica a Margarita que deje de frecuentar a su hijo, y ella finge tener otro amante para alejarse de Armando. Finalmente, l se entera de todo la verdad, pero es demasiado tarde, ella se encuentra mortalmente enferma. Por otra parte, en Gran Hotel (Grand Hotel, 1932, Edmund Goulding), Greta Garbo representa a una diva de la danza, que atraviesa una crisis profesional y sentimental. Por un momento, un breve romance iluminar su vida, pero la muerte del amado vuelve a dejarla sola y concentrada en su trabajo. Aqu, pronuncia las clebres palabras: quiero estar sola... La psicoanalista Patricia Tassara Zrate, en clave lacaniana, nos explica que: para amar es preciso hablar, el amor es inconcebible sin la palabra, y justamente porque amar es dar lo que no se tiene a quien no es, no se puede dar lo que no se tiene a menos que uno hable. Es hablando como damos nuestra falta en ser17. En la mujer de pasado desconocido, el amor y el deseo son reemplazados por el goce, por la pulsin de muerte, por la compulsin a repetir lo que hace dao una y otra vez. Ese goce se relaciona con el ncleo traumtico, con algo que no se puede integrar en el universo simblico del sujeto. Gozar no solamente implica un placer, sino tambin un sufrimiento. En ese sentido, el destino de Marnie, la ladrona, podra haber sido igual a los finales solitarios de las heronas de la Garbo, sino se hubiera cruzado en su vida un hombre que la obligara a confrontarse con el dolor del recuerdo, que le devolviera la15 16 17

Cavell, Stanley: Contesting Tears, p. 6. Cavell, Stanley: Contesting Tears, p. 5 Tassara Zrate, Patricia: Mujeres maltratadas: una plaga social.

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palabra: la palabra que aloja al deseo. Y bien puede ser ese hombre una metfora del psicoanlisis.

BIBLIOGRAFA Cavell, Stanley: Contesting tears. The Hollywood melodrama of the unknown woman. EE.UU.,The University of Chicago Press, 1996. Freud, Sigmund: Los textos fundamentales del psicoanlisis. Barcelona, Altaya, 1993. Garca, Germn: A propsito del trauma. Una inquietante familiaridad [en lnea]. En Pgina 12. http: pagina12web.com.ar [consulta: 5 de septiembre de 2006]. Lacan, Jacques: El seminario I. Los escritos tcnicos de Freud.. Buenos Aires, Paids, 1990. Lacan, Jacques: El seminario III. Las psicosis. Buenos Aires, Paids, 1990. Lacan, Jacques: El seminario VII. La tica del psicoanlisis. Buenos Aires, Paids, 1988. Lacan, Jacques: El seminario XX. Aun., Buenos Aires, Paids 1989. Lacan, Jacques: El seminario XI. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis. Buenos Aires, Paids, 1990. Laurent, Eric: Principios directores del acto psicoanaltico [en lnea]. En Escuela de Orientacin Lacaniana. http:www.eol.org.ar [consulta: 4 de septiembre de 2006]. Tassara Zrate, Patricia: La violencia como sntoma de exclusin en las instituciones educativas. En http:www.uv.es [consulta: 8 de septiembre de 2006]. Tassara Zrate, Patricia: Mujeres maltratadas. Una plaga social [en lnea]. En www.elpcvalenciana.arrakis.es/Textos/Mujeres%20maltratadas%20-%20una%20plaga %20social.htm [consulta: 8 de septiembre de 2006]. Zizek, Slavoj: El hombre nuevo [en lnea]. En La revista del psicoanlisis, nro 16. http: www.elpsicoanalisis.net [consulta: 4 de septiembre de 2006]. Zizek, Slavoj: El sublime objeto de la ideologa. Buenos Aires, Siglo XXI, 2003. Zizek, Slavoj: Mirando al sesgo. Una introduccin a Jacques Lacan a travs de la cultura popular. Buenos Aires, Paids, 2004.

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