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www.cepchile.cl Capítulo Cuatro El período de las primeras acciones de masas de la oposición y los Acuerdos de El Arrayán (noviembre 1971-mayo 1972) Este capítulo forma parte del libro La Izquierda Chilena 1969-1973 de Víctor Farías

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    Capítulo Cuatro

    El período de las primeras acciones de masas de laoposición y los Acuerdos de El Arrayán

    (noviembre 1971-mayo 1972)

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    Este capítulo forma parte del libro La Izquierda Chilena 1969-1973 de Víctor Farías

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    1271CAPITULO CUATRO

    Introducción al capítulo cuatro

    Los acontecimientos principales en relación a los cuales surgen los documentosque incluyo en este capítulo se enmarcan en torno a la ofensiva de nuevo tipo que ini-cia la oposición al Gobierno. Esta ofensiva tiende a poner en primer plano la lucha di-recta y de masas. En efecto, la Democracia Cristiana se transformó cada vez más enun suministrador de fuerzas sociales de la pequeña burguesía que, por el carácter desus acciones, van a ser dirigidas por los sectores radicalizados de la oposición. El Par-tido Nacional, la organización extremista Patria y Libertad, asumen cada vez más elrol de vanguardia. Pero ello no es el resultado de una voluntad política, sino de unhecho objetivo que previamente había alcanzado su realización: la base de la protestade sectores medios (comerciantes, pequeños y medianos industriales y agrícolas) erael desabastecimiento ya tendiente a la generalización. Es esta crisis la que provoca elreajuste en la política del Gobierno y la Unidad Popular tal como queda expresado enlos Acuerdos de las Jornadas de El Arrayán.

    Los acontecimientos más destacados del período incluyen, por cierto, como hori-zonte coyuntural la presencia de Fidel Castro en el país que acapara el interés de laprensa. Castro se reúne con un número significativo de dirigentes políticos. Sin em-bargo, paralelamente a ello dan otros hechos de importancia. El 10 de noviembre Allen-de envía al Parlamento un proyecto de ley tendiente a reformar Constitución Políticay cuya meta es la transformación del sistema bicameral en uno de Cámara Unica. Setrataba tan sólo de un intento de reestructurar la correlación de fuerzas en un nue-vo Congreso. Además de la unicameralidad, el legislativo debía tener una duración pe-riódica de seis años, coincidiendo su elección con los comicios presidenciales. Debíanser elegidos un parlamentario por cada 60 mil habitantes y fracción que no bajara de30 mil. Cada agrupación elegiría al menos quince diputados. En este sentido, las pro-vincias menores debían reunirse a fin de alcanzar esa cifra. El proyecto incluía ade-más la disposición permitiendo a dos o más partidos efectuar pactos electorales, previadeclaración de un programa común. Con ello se posibilitaban acuerdos a nivel nacio-nal a fin de lograr ventajas en la aplicación de la cifra repartidora. El proyecto no lle-gó al fin de su tramitación y terminó por desaparecer de la discusión activa y del pri-mer plano.

    En el mes de noviembre se agudiza la lucha contra el intento del Gobierno deadquirir las acciones de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (la “Pa-pelera”), punto de apoyo de un gran complejo industrial y financiero y momentorelevante en la institución del Area de Propiedad Social. Lo característico de esta lu-cha es la vinculación activa de los medianos y pequeños accionistas y de los emplea-dos de la empresa. La oposición argumenta que el control estatal del papel permitirá

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    de hecho el control de los diarios y revistas. El Gobierno, por su parte, responde ofre-ciendo garantías para que, en caso de producirse la estatización, los diarios privadospuedan disponer de papel suficiente e incluso participar en su distribución. Un pro-yecto de ley al respecto fue presentado al Parlamento el 21 de diciembre de 1971. Laoposición no confía en dichas garantías. La vinculación entre la libertad de prensa yla mantención de la “Papelera” en manos privadas será uno de los planteamientos clavesque unifica a toda la oposición tanto en el medio gremial como en el político y esto du-rante el periodo completo de la Unidad Popular.

    A mediados de noviembre se produce en Santiago un violento enfrentamiento entreestudiantes nacionales y democratacristianos que habían ocupado la Facultad de CienciasFísicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, con estudiantes de la Unidad Popular yel MIR, que buscaban la liberación de los locales tomados por los opositores. A estemovimiento se plegaron los estudiantes opositores de las Facultades de Derecho, Veteri-naria y Odontología. Todos ellos apoyaban al rector democratacristiano, Edgardo Boenin-ger, una oposición directa al Gobierno. Este conflicto vanguardizado por el rector demo-cratacristiano culmina en su intento de entrar agresivamente a las oficinas del Palacio deGobierno, provocando así un grave incidente con la guardia policial el día 18 de noviembrede 1971, para dejar constancia de su protesta por el curso de los acontecimientos en laUniversidad. En la última semana de noviembre se suman a este movimiento un fuertegrupo de docentes y estudiantes de las Universidades Católica de Santiago y Católica deValparaíso, sede ésta en la cual los enfrentamientos callejeros iniciados por la oposiciónalcanzan singular fuerza. La provincia es declarada por el Gobierno Zona de Emergenciay puesta bajo el mando del Vicealmirante José T. Merino.

    El 1° de diciembre, y en relación al problema del desabastecimiento, la oposiciónpromueve una manifestación masiva de mujeres (“la marcha de las cacerolas vacías”).Se suman grupos de choque de extrema derecha que causan trastornos y daños. Lasacciones callejeras se prolongan durante toda la noche del día 1° y parte del día 2. Larespuesta del Gobierno es poner a la provincia de Santiago en Zona de Emergencia.El día 4 de diciembre, Fidel Castro regresa a Cuba.

    En relación a los enfrentamientos del día 1° y 2 la Democracia Cristiana decideacusar constitucionalmente al Ministro del Interior José Tohá, consiguiendo para elloel apoyo inmediato del Partido Nacional. La destitución de Tohá es lograda por el Par-lamento el 22 de enero de 1972. Allende procede entonces a designarlo Ministro deDefensa Nacional.

    En la primera semana de diciembre de 1971, el Gobierno compra las distribui-doras extranjeras Duncan Fox, Williamson Balfour, Gibbs y Gibbs-Williamson y lasincorpora al sistema estatal de distribución. El alcance de la medida es, sin embargo,restringido, porque con ello el Estado alcanzada aproximadamente a controlar algo asícomo un 30% de la distribución de productos. La empresa más determinante en la dis-tribución, CODINA, permaneció en manos privadas..

    El abastecimiento de repuestos comienza su crisis ya a comienzos de diciembre,incidiendo notablemente sobre los medios de locomoción colectiva.

    El 6 de diciembre la Central Unica de Trabajadores (CUT) inicia su VI Congre-so Nacional.

    En la segunda semana de diciembre el Gobierno requisa la industria El Volcánde materiales de construcción y la Textil Banvarte por boicot a la producción. A me-

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    diados de febrero la Contraloría objeta la legalidad de estos decretos y los rechaza. Perolas empresas continúan en poder de sus trabajadores. Finalmente, el Ejecutivo dicta-rá decretos de insistencia que significan llevar adelante el proceso de requisición.

    En la tercera semana de diciembre, el Partido Nacional presenta una acusaciónen contra del Ministro de Economía, Pedro Vuskovic. Al no contar con el apoyo de laDemocracia Cristiana, la acusación no fructifica.

    El 20 de diciembre la Unidad Popular entrega al pueblo su “Declaración de Diciem-bre”, en la cual analiza la política del Gobierno en 1971 y las perspectivas futuras.

    El 1° de enero activistas de la oposición inutilizan las bombas de agua en el mi-neral de cobre El Teniente, provocando un accidente que pudo haberse convertido enuna catástrofe de proporciones por su cercanía a la ciudad de Rancagua. Este es el sép-timo de graves atentados contra la producción en ese mineral.

    Durante la primera semana de enero, la Corte Suprema de Justicia emite un fa-llo que deja sin efecto la requisición que ha hecho el Gobierno del complejo textil Ya-rur. Grandes grupos de obreros de esa industria hacen una vasta concentración frentea los tribunales en protesta. Pero la empresa sigue ocupada por los trabajadores.

    En estos mismos días se descubre en Aconcagua un contrabando de armas or-ganizado por sectores de la oposición de extrema derecha.

    El 10 de enero se produce un enfrentamiento en Linares entre policías y miem-bros de partidos de la UP y el MIR. El acontecimiento agudiza la tensión ante la proxi-midad de las elecciones parlamentarias. El 11 de enero militantes de Patria y Libertadhieren a bala al Intendencia de Llanquihue.

    El 14 del mismo mes Eduardo Frei pronuncia en San Fernando un violento dis-curso contra el Gobierno con ocasión del cierre de la campaña electoral.

    El 17 de enero se realiza la elección complementaria por un senador en O’Higginsy Colchagua, y por un diputado en Linares. La oposición obtiene un triunfo claro apesar de que el Gobierno, en general, mantiene sus cifras. El resultado produce unnotorio afianzamiento de la unidad entre la Democracia Cristiana y la derecha.

    En la tercera semana de enero los oficiales de la marina mercante realizan unahuelga que paraliza por varios días la flota comercial. Paralelamente los empleados dela empresa textil estatizada Hirmas entran en huelga salarial por más de 2 semanas.La industria continúa trabajando bajo la dirección estatal y de los obreros.

    El 20 de enero el gabinete renuncia a fin de permitir al Presidente Allende unareestructuración de su política. Además del cambio de José Tohá a Defensa, Allendeentrega el Ministerio del Interior al Subsecretario de la CUT, Hernán del Canto (Par-tido Socialista).

    El 4 de febrero finalizan las Jornadas de El Arrayán en las cuales la Unidad Po-pular ordena su estrategia para 1972 conservando sus metas estratégicas y su tácti-ca, llamando a la unidad y declarando la necesidad de superar el creciente sectarismo.El documento que se elaboró en las jornadas fue entregado a la publicidad el 10 de fe-brero.

    La oposición a través de sus órganos de prensa y radio asegura que la disponi-bilidad de medicinas se deben agotar en semanas.

    Las negociaciones del Gobierno para renegociar la deuda externa comenzaron enParís, ante los principales acreedores de Chile, el 3 de febrero de 1972. Los EstadosUnidos buscan imponer el acuerdo de que el éxito de tales gestiones dependen de una

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    adecuada indemnización a las compañías del cobre. El 8 de febrero algunos bancos nor-teamericanos embargan las cuentas de la Corporación del Cobre a fin de ejercer pre-sión sobre el Gobierno y las negociaciones de París. Finalmente las negociacionesterminan desfavorablemente para Chile: los acreedores autorizan sólo un stand by queha de permitir al país hacer uso de algunas facilidades en caso de emergencias espe-ciales. Por el momento, no hay consenso en aplazar la deuda en cuatro años y otorgarun período de diez años para su pago como lo había solicitado el Gobierno. La Canci-llería chilena declara el 13 de noviembre no aceptar esas condiciones, pero no da porcerradas las negociaciones.

    El 19 de febrero el Congreso Pleno despacha el Proyecto de Reforma Constitucionaltendiente a someter a leyes especiales todos los traspasos de empresas que deben integrarel Area Social o Mixta, con lo cual estas áreas quedan en su formación bajo la tutela delParlamento. Dos días después el Ejecutivo enuncia su disposición a vetar esta reforma. LaConstitución Política establecía que tales vetos podían ser rechazados sólo en caso dereunirse dos tercios de los parlamentarios en su contra. La oposición se opuso a estadisposición argumentando que ella era válida sólo en el caso de un proyecto de ley, pero noen el caso de una reforma constitucional. Ante esto el Presidente Allende anuncia sudisposición a apelar ante el Tribunal Constitucional, organismo creado para dirimir encaso de conflictos entre Ejecutivo y Legislativo en lo relativo a interpretación de la ley. Laoposición se niega a aceptar la intervención del Tribunal Constitucional y exige la realiza-ción de un plebiscito sobre la materia. Este enfrentamiento se aplaza durante meses paraser retomado más tarde por la oposición y ser convertido, primero en tema de conversacio-nes por parte de la Democracia Cristiana y luego como una de las acusaciones fundamen-tales de la ilegalidad en contra del Gobierno. Entretanto el Gobierno, bajo la acción delMinisterio de Economía dirigido por Pedro Vuskovic, acelera la expropiación y compra deempresas industriales y financieras motivando violentas reacciones de la oposición. En laúltima semana de febrero la Corporación de Fomento de la Producción abrió poder compra-dor para adquirir trece empresas claves: Fensa, Mademsa, Madeco, Carozzi, CerveceríasUnidas, Caupolicán Chiguayante, Rayonhil, Compañía Chilena de Vapores, Oveja Tomé,Eperva, Cristalerías Chile e Indo. A ello se agrega la requisición, en la primera semana demarzo, de las industrias Comandari (textil) y Ceresita (pinturas industriales), debido aanormalidades en su producción y entrega. En la segunda semana de marzo el Estado tomael control, mediante la compra de acciones, del Banco Continental, directamente asociadoa las empresas textiles.

    A fines de febrero se reactualiza la cuestión de la deuda externa y de los embargosrealizados por las compañías del cobre. Mientras el 28 de febrero el Presidente Allen-de da a conocer su disposición a entregar garantías a las potencias acreedoras sobreel control del gasto público, el Partido Socialista, al día siguiente, propone –como res-puesta a las medidas norteamericanas– el embargo de sus cuentas en Chile. Entretanto,los bancos de Nueva York intervenían las cuentas de la Línea Aérea Nacional, COR-FO y la Empresa Nacional de Minería. Ello dio lugar a violentas manifestaciones e in-cluso el Congreso, por unanimidad, condenó las medidas norteamericanas.

    El 6 de marzo el Gobierno da a conocer una reunión secreta en la que ademásde miembros importantes de la banca, la industria y la agricultura, participó PatricioAylwin, democratacristiano, Presidente del Senado. El Gobierno denunció el caráctersedicioso de dicha reunión.

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    En la última semana de marzo se dan a conocer las declaraciones de Jack Ander-son y los correspondientes manuscritos que prueban las gestiones de la ITT para im-pedir que Allende asumiera el Gobierno en 1970. El documento habla, además, de laparticipación activa del Gobierno de Eduardo Frei y algunos de sus ministros (AndrésZaldívar y Patricio Rojas), así como sectores de la derecha en la coordinación de estasgestiones. Tanto el Partido Demócrata Cristiano, como los otros sectores denunciadosrechazan las acusaciones. En los mismos días el Consejo Superior de SeguridadNacional, integrado por funcionarios de Gobierno y representantes del Alto Mando mi-litar, denuncian un complot encabezado por el movimiento Patria y Libertad. El Par-tido Demócrata Cristiano declara, no obstante, ser escéptico ante tales informes. La opo-sición, por su parte, reactualiza un arribo irregular de mercaderías provenientes deCuba los “bultos cubanos”) para la Presidencia de la República y que no tuvieron con-trol aduanero.

    En la primera semana de abril se dispone la creación de las Juntas de Abasteci-mientos y Precios destinadas a controlar el cumplimiento de los precios oficiales, evi-tar el acaparamiento y ordenar la distribución de mercaderías. Cada unidad vecinaldebía integrarse en una junta a fin de recibir las mercaderías esenciales a precio ofi-cial. En esas juntas debían también integrarse los comerciantes de la unidad. Las dis-tribuidoras estatales debían atender preferencialmente a los comerciantes integrados alas juntas. No obstante, se mantiene en manos privadas parte importante de la distri-bución (CENADI).

    El 6 de abril Allende acepta las renuncias de los dos ministros del Partido de Iz-quierda Radical. Este partido ha rechazado la aplicación de los vetos presidenciales ala reforma aprobada por el Parlamento coincidiendo en esto con la oposición. Se anunciael retiro del PIR del Gobierno y la Unidad Popular. Además de Jorge Tapia (PR), queasume el Ministerio de Justicia, el Presidente incorpora al gabinete al general PedroPalacios al Ministerio de Minería.

    En la segunda semana de abril se inicia el tercer período de reuniones de la Confe-rencia de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD). A cargo de lapreparación de esa reunión el Gobierno designó a Felipe Herrera y al general Urbina.

    Paralelamente a esta reunión se efectuó el Primer Encuentro de los Cristianospor el Socialismo a nivel continental.

    El 18 de abril el MIR realiza en Valparaíso denuncias sobre colaboración de miem-bros de las Fuerzas Armadas y Carabineros con sectores patronales. El Gobierno res-ponde con una querella contra el MIR ante la Corte de Apelaciones de esa provincia.

    El discurso de Nelson Gutiérrez (MIR) en Concepción con ocasión de la visitade Fidel Castro a esa Universidad, tiene interés ante todo por fijar un marco ante elcual puede situarse el discurso posterior de Castro mismo.

    Gutiérrez señala en su intervención que Chile es un país en guerra y que estaguerra es entre “los trabajadores de la ciudad y del campo y las clases poseedoras na-cionales y extranjeras” y que “esta guerra sin cuartel no terminará sino con el triunfode las clases explotadas o de la restauración burguesa bajo las formas del fascismo másabyecto”. Debido a que las clases explotadas buscan, más que transformaciones eco-nómicas superestructuralmente realizadas, la definición de la cuestión misma del po-der político, el sector popular se divide en dos sectores: en el de aquellos que condu-cen las luchas revolucionarias del pueblo y aquellos que buscan aplacar la ofensiva de

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    la burguesía “haciéndole concesiones, dándole seguridades que son contrarias a losintereses de los trabajadores”. Gutiérrez afirma que esta última posición puede llegaa convertirse en un antagonismo. Y a esta contradicción el pueblo responderá consti-tuyendo “las bases de un poder propio, de un poder de los obreros y de los campesi-nos a través del Estado Popular, de la asamblea del pueblo”. El documento muestraasí la variación en la estrategia del MIR respecto al carácter del Estado que ha de surgiry del enfrentamiento. Sin embargo, se reafirma que el Gobierno de la UP debe ser uninstrumento de las clases explotadas. Gutiérrez da un paso más en este sentido alformular: “El Gobierno es un momento táctico en la estrategia de la toma del poderpolítico, porque a través de él se crean mejores condiciones para la elevación de los ni-veles de conciencia, organización y combatividad de los trabajadores. . .” Al decir queen el ascenso de la lucha se prepara el enfrentamiento y se echan las bases del poderalternativo, el MIR no ve el enfrentamiento como algo inmediato. En cuanto al surgi-miento del sectarismo en el seno de la izquierda, Gutiérrez ve su origen en el inten-to de algunos por “encubrir las concesiones y justificarlas ideológicamente”. El discursotermina llamando a la unidad de la izquierda, pero en el convencimiento que esta uni-dad ha de ser el resultado de la lucha.

    La intervención de Fidel Castro comienza por poner en claro que él no va a emitirjuicios sobre la situación chilena en particular. Sin embargo, para él es claro que “enChile está ocurriendo un proceso revolucionario”. “Un proceso no es todavía una re-volución, un proceso es un camino (. . .), es una fase que se inicia y si en la purezadel concepto lo debemos caracterizar de alguna forma, hay que caracterizarla como unafase revolucionaria que se inicia”. Incluso con el triunfo de la revolución bolcheviquesólo “se había abierto un camino, se había creado una posibilidad. . .” El triunfo de larevolución cubana no es al inicio, el triunfo de una revolución socialista, es sólo la rea-lización de medidas avanzadas. “La revolución fue socialista cuando Girón porque alser atacado el pueblo, los objetivos por los cuales luchó el pueblo eran objetivos socia-listas”. Con otras palabras, lo que define el carácter de una fase es el nivel de la lu-cha del pueblo y los objetivos que en esa lucha se buscan. “Al niño, ustedes no lo pue-den llamar hombre y mucho menos le pueden llamar abuelo, pero es posible que algúndía llegue a ser bisabuelo. La revolución tiene distintas fases, nuestro programa en lalucha contra Batista no era un programa socialista ni podría ser un programa socia-lista porque (. . .) habrían rebasado el nivel de conciencia política de la sociedad cuba-na de aquella fase. . . Ahora, un camino de la revolución significa, precisamente, elpropósito de ir aprovechando cada coyuntura y cada posibilidad de avanzar (. . .). Unrevolucionario verdadero siempre busca el máximo de cambios sociales, pero buscar unmáximo de cambios sociales no significa que en cualquier instante se pueda proponerese máximo, sino que en determinado instante y en consideración al nivel de desarrollode la conciencia y de la correlación de fuerzas se puede proponer un objetivo deter-minado, y una vez logrado ese objetivo proponerse otro objetivo más hacia adelante”.

    Y más abajo Castro delinea el objetivo estratégico y las exigencias de esas eta-pas: “La revolución es el arte de aglutinar fuerzas para librar las batallas decisivascontra el imperialismo. Ninguna revolución se puede dar el lujo de excluir a ningunafuerza, menospreciar a ninguna fuerza. . .” Relatando las experiencias de la revolu-ción cubana Castro añade: “Encontramos en el seno de nuestra propia organizacióntendencias fuertes de tipo exclusivista; en algunas ocasiones los conservadores pare-

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    cíamos los que estábamos en las montañas. . .” Lo fundamental es la unidad y de losaliados sólo hay que esperar lo posible en relación a la fase: “No hay que esperar quesea una conciencia avanzada o superavanzada, o marxista; una conciencia nacionalis-ta es positiva; una conciencia progresista es positiva. Ojalá estuviéramos todos de acuer-do, por lo menos en una cosa: ¡en librarnos del imperialismo!” Desde este punto devista Castro señala como negativa la fragmentación de fuerzas en Chile y valora las ten-dencias fundamentales del gobierno militar peruano y la unidad conseguida en Uru-guay en el Frente Amplio.

    En su diálogo con los trabajadores de la Central Unica de Trabajadores, Castrocomienza por describir las dificultades que encontrara al comienzo la Revolución Cu-bana y el papel fundamental que jugara la solidaridad internacional en su superación.Al responder la pregunta sobre las diferencias y similitudes entre el proceso chilenoy cubano, Castro insiste en su caracterización de lo que él denomina “proceso revo-lucionario” y de las variantes estrictamente individuales. Esta diferenciación es lo quele permite hacer presente que el caso chileno y el uruguayo constituían, en lo táctico,verdaderas excepciones. “Allí donde estén cerradas de par en par las puertas, no quedaotro camino que el de la lucha armada revolucionaria. Y en ningún sentido nos po-díamos referir o podíamos pensar al caso chileno, e incluso al caso uruguayo, para ci-tar ejemplos que en realidad eran excepcionales y minoritarios. De manera que nun-ca hubo contradicción alguna entre las concepciones de la Revolución Cubana y loscaminos que seguían el movimiento de izquierda y los partidos obreros en Chile, nuncaen nuestro país se impugnó ese camino”. Sin embargo, quiere hacer notar que ello noequivale a pensar que el camino chileno esté libre de dificultades: “Sería absurdo con-cebir que el camino es fácil, sería absurdo concebir que los intereses afectados se vana cruzar de brazos”.

    Una de las cuestiones más importantes de la intervención de Fidel Castro es suvaloración del papel a jugar por los obreros, el sindicato y el partido en la configura-ción del Estado. Junto con destacar el nivel de organización y conciencia de los obre-ros chilenos, hace ver la necesidad de su trabajo en armonía con el Estado a través delos administradores de empresa (“alguien que represente a todo el pueblo”). “Pero enlos organismos de dirección y en los organismos que toman direcciones, mientras másamplia sea la participación del colectivo de trabajadores de esa fábrica, mejor”. Las con-tradicciones inevitables que surjan deben ser solucionadas, pero manteniendo las or-ganizaciones específicas de los trabajadores. El partido “representa dentro del colecti-vo a los comunistas; no representa a todos los obreros. Es el único de vanguardia,orienta, dirige, apoya. Quien representa a todos los obreros es el sindicato; es decir,quien representa a la comunidad obrera que trabaja en aquel centro”. Es fundamen-tal no confundir las dos cosas. El Estado debe ejercer control sobre los representan-tes elegidos democráticamente: “Saber exigir disciplina, exigirles que exijan disciplinaal colectivo, exigirles que defiendan los intereses de la producción; de manera que elproceso electivo no se convierta ni mucho menos en lo contrario: en la debilidad, enla tolerancia, en la falta de exigencia”.

    Otra cuestión fundamental, cuyo tratamiento Castro deduce de su concepción delas fases en el proceso revolucionario, es la relativa al carácter del trabajo en las em-presas privadas. El asunto tenía gran importancia en Chile debido a que, a pesar delas estatizaciones, un gran número de obreros debía continuar trabajando en este tipo

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    de empresas. Castro hace notar que en Cuba, pese a la voluntad popular de aumen-tar las plazas de trabajo, era una necesidad económica aumentar la productividad encada empresa y recién en base a ello aumentar el empleo. En este sentido, y con es-tos límites, había que respetar el status privado.

    Los trabajadores azucareros, pese a todo, entendieron el problema y se sumaron a lasmedidas del Estado. “Y hay otra cosa que tienen que tener los revolucionarios a mi juicio,que cuando creen algo tienen que decirlo a cualquier precio y no pueden entrar encontemporizaciones y no pueden andar con debilidades. Y si se es honrado, tengan laseguridad de que la masa responde”. “Y si les digo que la estrategia no se puede sacrificarnunca a la táctica. . . La táctica tiene que ser subordinada a la estrategia. Y los problemascasuísticos tienen que ser resueltos en función de la situación de conjunto”. En estesentido, afirma Castro, la clase obrera está llamada a brindar sus sacrificios en beneficio delporvenir. En esta posibilidad descansa la política de alianzas que debe conducir la clasetrabajadora. Un ejemplo del criterio amplio de alianzas lo constituye el Frente de Libera-ción de Vietnam, quien centra su lucha en contra del imperialismo. La reacción y losfascistas no resistirían ni 24 horas sin el apoyo imperialista. Por ello la lucha debe buscarel más amplio frente en contra de ese enemigo común.

    El discurso de Allende en el acto de despedida a Fidel Castro busca ante todoretomar algunas de las cuestiones que éste destacara en sus intervenciones: Fidel leha hablado al pueblo “sobre las obligaciones que implica ser revolucionario, le ha se-ñalado lo duro de la lucha emancipadora, el esfuerzo, el trabajo, la superación que re-quiere el pueblo en todos sus niveles. Más que eso, ha señalado los vicios del procesorevolucionario, cuando a éste le azotan el sectarismo y el dogmatismo”.

    Allende destaca entonces la singularidad necesaria del proceso chileno que, “deacuerdo a su historia y a su propia realidad, ha buscado su camino y ha empleado estecamino para hacer posible dentro de los marcos del sufragio, un Gobierno Popular na-cional, auténticamente revolucionario y democrático para abrir también las anchas ave-nidas que nos conduzcan al socialismo”. Por ello el pueblo puede responder “con lasuperior tranquilidad de los que tienen conciencia de sus fuerzas; siempre repetimos:el pueblo no quiere violencia, y que otros las desatan encubierta o descaradamente.Siempre advertimos que sólo responderíamos a la violencia contrarrevolucionaria conla violencia revolucionaria”.

    Para Allende es en el contexto del avance de las medidas revolucionarias empren-didas por el Gobierno, en donde hay que buscar el origen de “los brotes fascistas” deaquellos días: “No hay que desconocer que un germen fascista moviliza a determina-dos sectores de nuestra juventud, sobre todo en el campo universitario. . .”

    Por todo ello, para Allende es una tarea fundamental el que el pueblo no caigaen provocaciones y ayude a consolidar la idea de que “en nuestro país la autoridad estádesbordada y que hay anarquía”. Por ello, el discurso termina con un llamado alMovimiento de Izquierda Revolucionaria para “que entiendan la responsabilidad quesignifica la hora que vive Chile y lo que representa la auténtica unidad de todo revo-lucionario”.

    Horas antes de celebrarse este acto de despedida, sectores de la oposición hacenuna aparición masiva y violenta en las calles de Santiago y Valparaíso interrumpien-do completamente el tránsito, quemando neumáticos, levantando barricadas, en fin, lan-zando piedras contra la policía. Con ello puede observarse una variación en la línea del

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    discurso de Fidel Castro. El comienza diciendo que el carácter único del proceso chi-leno, de este proceso revolucionario, ha contado con la simpatía y el apoyo de Cuba,pero agrega que “cuando se inicia un proceso revolucionario, o cuando llega el momen-to en un país en que se produce lo que podemos llamar una crisis revolucionaria, en-tonces las luchas y las pugnas se agudizan tremendamente. Las leyes de la historiacobran su plena vigencia”. Y esto es lo que se ha producido en las últimas horas, comorespuesta de los privilegiados al calor con que fuera recibido por el pueblo: “. . .he-mos aprendido la comprobación más de otra ley de la historia: hemos visto el fascismoen acción y hemos podido comprobar un principio contemporáneo: que la desespera-ción de los reaccionarios, la desesperación de los explotadores en el mundo de hoy(. . .) tiende hacia las formas más brutales, más bárbaras de violencia y de reacción”.El “fascismo” surge cuando “los privilegiados, los explotadores” ya no pueden haceruso “de sus propias instituciones para mantener el dominio de clase”; “entonces lasdestruyen ellos mismos”. Y en este sentido, Castro piensa que los sectores dominan-tes han aprendido más rápidamente que el pueblo. Sin bien el pueblo chileno posee unaconciencia y un nivel de organización que el pueblo cubano no poseía, sus enemigosson también superiores a los que existían en Cuba. “No son los revolucionarios losque en esas circunstancias crean la violencia. Y si ustedes no lo saben, seguramentela propia vida se encargará de demostrárselo”.

    La unidad necesaria no se consigue por decreto, pero en Cuba “había una fuer-za unificadora. . . , un propósito de unir y una conciencia de unión y de suma defuerzas”. Esta unidad debe mostrarse en la unidad combativa y masiva del pueblo. Sóloella es capaz de derrotar el alto potencial tecnológico-político del enemigo común. El ata-que del enemigo exterior sólo surge y tiene efectividad en la medida en que la defi-ciente lucha de masas permite el surgimiento de un enemigo interior activo. Estadisociación en el frente interno chileno se manifiesta en la posibilidad real de que “lareacción fascista” termine por ganarse las capas medias. Y es allí en donde se centrala cuestión del instante: “En determinado momento de todo proceso revolucionario losfascistas y los revolucionarios luchan por ganar el apoyo de las capas medias de la po-blación”. Sin diferenciar en el análisis de clases de lo que se denomina “capa media”,Castro insiste en la necesidad dramática de resolver esta cuestión. Y ello es cuestiónfundamental de la lucha ideológica. “Ahora, en la lucha ideológica no se conquista anadie sino con la verdad, con los argumentos, con la razón. . .” Todo ello está respal-dado por la actitud decidida del Presidente Allende, quien ha dejado en claro que “sólola muerte lo apartará del camino elegido por el pueblo”. El pueblo cubano, dice Cas-tro, ha podido resistir por la voluntad intransigente de sus dirigentes y por la uni-dad del pueblo. Tocando indirectamente el problema de las Fuerzas Armadas y con elloel problema de la “seguridad nacional”, Castro acentúa el criterio de que sólo la uni-dad revolucionaria entre masas y cuerpos armados puede asegurar la seguridad, ba-sada en el hecho de que los privilegios, que de suyo dividen, han sido superados.

    Declaraciones hechas por el Presidente Nixon en Estados Unidos suscitan unarespuesta de la Cancillería chilena que sostiene que las afirmaciones de Nixon respectoa la inestabilidad del Gobierno se basan en el desconocimiento de “la historia de Chi-le, la solidez de sus instituciones democráticas y la conciencia nacional de su pueblo”.

    El discurso del Luis Corvalán constituye una respuesta a las acciones callejerasde la oposición que emprende la lucha de masas contra el Gobierno. Corvalán destaca

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    el carácter de clase de esas protestas y su vinculación “al imperialismo” duramentetocado por las reformas hechas. El pueblo unido constituirá un “dique de contencióninamovible”. Para lograr este objetivo es necesario afianzar la unidad en torno al Go-bierno. El pueblo y el PC no permitirán otra nueva asonada. Es necesario pasar a laofensiva en todos los frentes, afirma Corvalán.

    El Editorial de El Siglo (4 de diciembre de 1971) apunta en la misma dirección queel discurso de Corvalán, pero acentúa el carácter extranjero de la agresión en curso.

    Del estudio de Sergio Ramos, “Chile ¿una economía de transición?”, incluyo losdos capítulos principales. Ramos es uno de los economistas más importantes del Go-bierno de la Unidad Popular y en sus planteamientos se traducen con fidelidad las po-siciones del Partido Comunista. El volumen y la variedad de contenidos de esta obraimpide intentar un resumen de ella en el cual estuvieran incluidos sus momentos prin-cipales, y me parece más adecuado reproducirla en sus capítulos centrales.

    El artículo de C. Castro ilustra la valoración que el MIR hace de la política eco-nómica de la UP en 1971. Ante todo concede que ha habido resultados positivos en lapolítica de reactivación a corto plazo en base a la ocupación de capacidades ociosas y alos mecanismos de mercado que la sustentaban. Frente a esto hay momentos negati-vos: se ha debido doblar las cuotas de importación de alimentos, se ha debido aumen-tar enormemente los costos de producción por el bloqueo de inversiones y créditosexternos. Ello ha motivado tanto una devaluación escalonada del escudo respecto al dó-lar, como un aumento impresionante del déficit de la balanza de pagos y el agotamientocasi total de reservas en moneda dura. Ninguna de las alternativas tradicionales (en-deudamiento externo, emisiones inorgánicas) es viable para 1972. Por ello la UP (elPC sin entusiasmo) parece haberse decidido por ampliar “lo que será el nuevo modode producción socialista dominante”, el Area Social. En los hechos, sin embargo, jun-to con considerar la magnitud de lo hasta ahora expropiado, es preciso agregar que–de acuerdo a las cifras sobre concentración monopólica– lo que resta por hacer es lomás. El anuncio de una reforma constitucional al respecto debe ser juzgada con re-serva debido a la composición del Parlamento. Incluso la constitución de esta área, siella conduce a una forma de capitalismo de estado, no garantiza de suyo la transiciónal socialismo puesto que este proceso supone y exige la conquista del poder político.Y este principio adquiere también una significación coyuntural en la medida en quesólo la presencia, políticamente entendida, de los trabajadores en las empresas estati-zadas y en su conducción puede solucionar no sólo los problemas a que se verá en-frentada la productividad (no reinversión, emigración de trabajo calificado y técnica),sino aquellos que se plantean en torno a una definición de las relaciones productivas“tendientes” (en un sector) a la socialización.

    A continuación incluyo dos versiones de la Declaración de Principios y del Pro-grama del Frente de Trabajadores Revolucionarios. La una corresponde al original quese empleara en las discusiones internas, la segunda es la versión definitiva y entre-gada al pueblo en 1971. El estudio de las correcciones y agregados permitirá un aná-lisis más diferenciado del origen y línea de lucha de los FTR.

    En el discurso ante la CUT con ocasión del VI Congreso de la Central, el Pre-sidente Allende pone de manifiesto el rechazo del Gobierno y la izquierda del proyec-to democratacristiano tendiente a transformar gran parte de las empresas destinadasal Area Social en empresas cuyas acciones serían entregadas a los trabajadores, quie-

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    nes operarían esa autogestión. Haciendo notar el apoyo de la derecha a ese proyecto,Allende denuncia el carácter de clase de tal intento de deformar el carácter del AreaSocial, transformando a los trabajadores en pequeños capitalistas. En realidad, la dis-cusión en torno a este proyecto vivió una serie de etapas. La primera, de rechazo enbloque, es la que expone Allende en este discurso. Más tarde, ante la perspectiva deobtener el apoyo democratacristiano para el conjunto de la Reforma Constitucional, elGobierno y algunos sectores de la UP aceptaron la eventual constitución de “empre-sas de trabajadores” en algunos sectores productivos. Al romperse esas conversacio-nes, el Gobierno y la UP volvieron a su posición del comienzo.

    Allende insiste, más adelante, en su defensa de la política de participación labo-ral en la dirección de las empresas, pero otorga un espacio más extenso a los proyec-tos del Gobierno para continuar la expansión productiva del sector privado no mono-pólico. Para ello deberán establecerse convenios bipartitos de producción asegurandoasí a los empresarios las utilidades del caso. Pero a esto debe agregarse y acelerarse laformación de Comités de Producción por parte de los trabajadores a fin de fiscalizar elproceso productivo.

    Allende anuncia la aplicación estricta de la ley y exige de la clase obrera la pru-dencia frente al “fascismo”. Respecto a la tarea de mantener la vigencia de la institu-cionalidad, el Presidente expresa su confianza en las Fuerzas Armadas y Carabineros,históricamente vinculados a la legalidad vigente y conscientes de que la mejor garan-tía de la seguridad nacional es un pueblo que crece en justicia.

    El informe-memoria del Consejo Directivo Nacional de la Central Unica de Tra-bajadores al VI Congreso Nacional es un documento central para entender la políticade la Central y de los partidos hegemónicos en ella (Partidos Comunista y Socialista)sobre las principales cuestiones relativas al papel que ellos atribuyen a la clase obre-ra, a su estructuración nacional, provincial y local y a su incorporación a las tareasen la conducción y control de las diversas áreas productivas.

    El documento presentado por el Frente de Trabajadores Revolucionarios al VICongreso de la CUT es la crítica más elaborada a la memoria leída por Luis Figueroay a la estructura organizativa tanto del Congreso como de la Central misma.

    A pesar de que el FTR es conducido en lo fundamental por un partido político,el MIR, en sus planteamientos se dejan entrever importantes influencias de la ideolo-gía sindicalista. Con ello se intenta, obviamente, entregar una legitimación autónomapropia al movimiento sindical revolucionario: “El FTR plantea que la CUT debe en-tregar al movimiento obrero y campesino una orientación revolucionaria de vanguar-dia, impulsando las movilizaciones combativas de los explotadores contra la burguesía,transformando la lucha reivindicativa inmediata en la lucha política por la destruccióndel régimen capitalista y la conquista del poder”. De ahí entonces su exigencia de quela CUT no se subordine a Gobierno ni a partido alguno. El carácter político de la CUTdebe residir en su función de vanguardia en la lucha por el poder.

    El informe FTR pone en claro que su trabajo debe encuadrarse dentro de la CUT,pero la representatividad de ésta es juzgada como insuficiente. La Central no ha sabidosuperar las disposiciones restrictivas del estado burgués respecto al derecho de sindicali-zación, y es así como sólo un 20% de los trabajadores se encuentran sindicalizados.

    La dirección de la CUT ha sido, para el FTR, “conciliatoria, claudicante, conser-vadora y abiertamente desligada de las luchas por los intereses históricos del proleta-

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    riado”. Esta crítica (que pone como vara de medida la lucha por el poder político, “losintereses históricos”) se refiere tanto al 5° período, como al presente bajo el Gobiernode la Unidad Popular. En especial critica el FTR la incapacidad de la Dirección Na-cional para exigir del Gobierno UP los reajustes automáticos compensatorios de la in-flación planteados por la misma coalición de Gobierno en su programa, permitiendo conello la generalización de una política de “paz social” que sólo defiende los ingresos delos capitalistas. De ahí, para el FTR, surge el inevitable sectarismo propio de un mo-vimiento sindical al servicio de partidos reformistas, en especial el Partido Comunista.El mismo origen tiene el burocratismo sindical.

    Estas desviaciones se reflejan sin excepción en la organización misma del VI Con-greso. Se ha excluido burocráticamente a una importante cantidad de sindicatos y sediscrimina entre los aceptados. El temario para las discusiones “limitado a aspectos eco-nómicos y gremialistas, evita la definición política del movimiento obrero y campesinofrente a las tareas de la revolución”. La concepción de la CUT como instancia de apo-yo del Gobierno es el punto de partida que explica estas desviaciones.

    El resto del documento expone las proposiciones del FTR a las diversas comisio-nes del VI Congreso. Es imposible resumir aquí el conjunto de las proposiciones en-tregadas, pero es importante destacar dos de las presentadas a la Comisión N° 2. Laprimera es la relativa a la necesidad de estructurar institucionalmente el poder popu-lar en una Asamblea del Pueblo. El asunto es importante, porque se trata de laprimera formulación articulada con claridad de un problema que posteriormente setransformará en el centro de la polémica. El FTR pone como punto de partida que “elpueblo comprende que la existencia de un Gobierno Popular no cambia el carácter cla-sista del Estado y que el asalto al poder implica la destrucción del actual Estado y sureemplazo por el Estado obrero y campesino”. El Parlamento constituye una instanciade la dictadura de la minoría burguesa. “No existen mecanismos que permitan a lostrabajadores expresar democráticamente su voluntad, ni controlar los elegidos, ni cen-surarlos y revocarlos en el caso de no cumplir el programa ofrecido”. De ahí la nece-sidad de crear una Asamblea Popular que, aún en el presente, sea la articulación delpoder efectivo del pueblo, de los trabajadores. Además de delinear los atributos gene-rales de la Asamblea, el FTR la concibe como punto de partida de la creación de unalegalidad e institucionalidad.

    El otro punto fundamental es el relativo a las Fuerzas Armadas. Se hace nece-saria su democratización (derecho a voto de suboficiales y tropa, escalafón único) yefectivo servicio a los intereses nacionales y a la lucha antiimperialista. Pero la trans-formación de las Fuerzas Armadas no puede olvidar que “la revolución es obra del pro-pio proletariado que no puede transferir sus responsabilidades militares de la lucha declase a los cuadros funcionarios del ejército profesional”. Esta precisión responde en-tre otras cosas, a las tendencias ya presentadas de entregar a las Fuerzas Armadasun lugar estratégico en la conducción y defensa del proceso revolucionario, en espe-cial llamándolas a ocupar puestos claves en los aparatos del Estado.

    El Cuarto Pleno de la Dirección del MAPU comienza por un análisis de la si-tuación internacional. En general, podemos decir que los análisis políticos de los par-tidos de izquierda muestran un importante vacío respecto a la cuestión internacional.El Partido Comunista alude sólo circunstancialmente a la polémica entre los partidoscomunistas ruso y chino, el Partido Socialista y el MIR restringen sus análisis inter-

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    nacionales a la situación en América Latina y en particular a la Revolución Cubana,el Partido Radical, pese a pertenecer a la Internacional Socialdemócrata, no alude a esecomplejo político en ninguna ocasión en sus documentos, de suyo escasos. En gene-ral puede decirse que en el período no hay análisis en detalle de las vinculaciones en-tre el proceso chileno y las características de la evolución del movimiento popular yobrero internacional.

    Por ello tienen importancia documentaria los extensos análisis internacionales queefectúa la Dirección Nacional del MAPU, si bien estos están por lo general vincula-dos a “la acción imperialista” más que a la valoración de las políticas del movimientopopular en los últimos decenios. En este Pleno, el MAPU atribuye al proceso chilenouna “importancia decisiva” en “el cuadro de lucha mundial”, porque “Chile abre unnuevo y eficaz frente antiimperialista, pero además, una nueva forma de enfrentamientoal imperialismo, inédita, distinta y única, como han sido inéditos, distintos y únicos loscaminos que cada pueblo ha tomado para enfrentar y derrotar a su enemigo principal”.Para el Pleno está claro que la lucha de los revolucionarios chilenos “no sería posibleni tendría perspectivas de victoria sin la existencia del sistema socialista. . .” y las lu-chas de “los pueblos subdesarrollados y dependientes”. La década del 60 se caracteri-za por el intento imperialista de ofrecer el reformismo como alternativa frente a la Re-volución Cubana. Brasil y Argentina asumen la tarea de constituir un subimperialismoagente de los Estados Unidos. En lo relativo a aplastar a Cuba esta tentativa fracasó,pero el avance del imperialismo en otros países se ve favorecido por algunos erroresde la izquierda. “Surgen tendencias que copian mecánicamente las tácticas, los méto-dos y las formas de lucha de la revolución cubana, surge incluso su pretendida siste-matización teórica, que conocemos como el foquismo. Estas tendencias desprecian losmétodos de organización partidaria de la clase obrera, y en ocasiones llegan incluso anegar el papel hegemónico que corresponde a ésta en la revolución, dejándose llevarpor una concepción técnico-militar de la lucha por el poder y por la creencia semimá-gica en una vanguardia que es capaz por su solo empuje, conciencia revolucionaria yaudacia militar, de variar la correlación de fuerzas hasta volverlas en su favor”. El fra-caso de estas experiencias ayuda a la consolidación de la política imperialista, pero aello colaboran también “los partidos de la izquierda tradicional”. Respecto a ellos, En-rique Correa, informante sobre política internacional, dice: “En general son incapacesde dar respuestas adecuadas a los nuevos requerimientos de la lucha. Su anquilosa-miento teórico, su tendencia al oportunismo de derecha, su progresivo alejamiento delas masas, y sus sucesivas divisiones empequeñecen y esterilizan su calidad de ins-trumentos revolucionarios, y fortalecen la creencia de que una política correcta dealianzas es sinónimo de pacifismo y conciliación”.

    La derrota en Vietnam y las contradicciones internas motivan que los EstadosUnidos, posteriormente, se vean dificultados en realizar su política imperial.

    Un signo de ese fracaso ha sido el reformismo impuesto a la América Latina me-diante la Alianza para el Progreso. El nacimiento de corrientes nacionalistas refuerzala idea de establecer relaciones diferentes con el imperialismo. Una forma concreta deello es el Pacto Andino. Pero las vacilaciones y la acción imperialista respecto a esospaíses no terminará mientras esos gobiernos no se apoyen en la fuerza hegemónica dela clase obrera. Sin embargo, el caso peruano muestra que, con todo, se abren pers-pectivas. Bolivia, en cambio, ha sido víctima de dos fracasos dolorosos: el primero es el

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    fracaso de Guevara, que Correa atribuye a la aplicación del foquismo y el segundo, laexperiencia del general Torres, quebrada, a su juicio, por la desunión de la izquierday las vacilaciones de Torres para apoyarse en los partidos obreros y populares. La aper-tura de Lanusse al peronismo significa el quiebre del eje Brasil-Argentina. La crea-ción de frentes y su desarrollo señala que es necesario subordinar la lucha armada alcontexto de la lucha política y la necesidad de ampliar la base de ese frente con “to-das las fuerzas no vinculadas directamente a los enemigos principales de cada pueblo”.De modo general, el Pleno da, con ello, una respuesta clara a la cuestión de las bur-guesías nacionales.

    Una política tal es la que se ha efectuado en Chile y que ha demostrado su efi-ciencia en medidas como la nacionalización del cobre. Al respecto juega y ha de jugarun papel decisivo la solidaridad de los países socialistas, en especial en el caso de agra-varse las contradicciones con el mundo capitalista. En este sentido 1972 será un añodecisivo puesto que la política del Gobierno Popular obligará a EE.UU. a tomar deci-siones claras. Por lo pronto, es claro que una ruptura total no provocaría sino la uni-dad nacional y “es por ello que Frei y la burguesía más audaz recorren los EE.UU.procurando evitar que se precipite una grave crisis con los Estados Unidos, que ne-cesariamente robustecería al Gobierno Popular”. Han preferido el camino del desgas-te acelerado. Fijando límites a la lucha antiimperialista, Correa afirma que pese a la ac-titud agresiva del imperialismo “hay posibilidad real de resolver los problemaspendientes por graves que parezcan”. El esfuerzo del imperialismo no irá por la agre-sión directa, sino a través de “los sectores fascistas”, en Chile y el resto del continente.La visita de Fidel Castro pone de manifiesto, para Correa, que el cerco contra Cubaha sido roto y que el Gobierno chileno es independiente, pero a la vez la fuerza delfascismo movilizado para obtener el apoyo de los sectores medios.

    La parte económica de este mismo informe del MAPU, leída por Jaime Gazmuri,valoriza positivamente los logros del Gobierno en ese frente, pero advierte que las di-ficultades en el desabastecimiento pudieron ser soslayadas en virtud a los mecanismosde mercado puestos en movimiento, respecto a los cuales el Estado se condujo comoregulador. Esta fase termina a mediados de 1971. A partir de allí “las insuficienciasde dirección se traducen en una inercia de los aparatos administrativos, con una cre-ciente incapacidad de hacer frente a las nuevas situaciones”. Cuestión esencial es portanto obtener eficacia en las decisiones del Gobierno y las organizaciones de masas. Estacoyuntura ha sido hábilmente explotada por el conjunto de la oposición. Los problemasa enfrentar en 1972 son diversos. Ante todo la agresión norteamericana en torno acréditos y baja artificial del precio del cobre; la imposibilidad de expandir la economíaen base a la capacidad industrial ociosa. A ello debe responderse con la ampliación delArea Social y la inversión fiscal. De esta situación (la no reinversión) el Pleno no sacaconclusiones respecto a la estructura de la alianza. En todo esto, ante el problema deldesabastecimiento, el Pleno además de exigir la ampliación del sector estatal, pide unareorientación de la política distributiva de ingresos, restringiendo los de la burguesíaa fin de activar los sectores sociales de la producción. Este mismo criterio habrá de dis-minuir los problemas de una política financiera hasta ahora basada en una expansiónmonetaria imposible de continuar.

    En cuanto a las relaciones con EE.UU. en este plano, el MAPU propone conti-nuar las negociaciones sobre la deuda externa, pero poniendo en el horizonte la sus-

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    pensión de los pagos. El resto de medidas y objetivos propuestos coincide con los plan-teamientos del Pleno anterior y tienen un carácter más bien prospectivo.

    El informe político, leído por Rodrigo Ambrosio, establece que el enemigo ha pa-sado a la ofensiva. “Pero ello ocurre en el plano táctico, de las batallas parciales, node la guerra en su conjunto. En el plano estratégico es la Unidad Popular la que haestado a la ofensiva”. Este juicio se fundamenta en la aceptación de principio de que“la puesta en marcha de grandes medidas programáticas” y no la organización de lalucha de masas, es el criterio que distingue lo táctico y lo estratégico de la ofensiva.En este plano “los enemigos están a la defensiva. No tienen la iniciativa y difícilmen-te podrán tenerla”. Ello es evidente y consecuente con el criterio de principio: el ene-migo no está en el Gobierno. Por ello “su objetivo estratégico es el derrocamiento delGobierno”. La situación de ofensiva estratégica del Gobierno ha provocado la reacciónopositora incluso llegándose a que ésta tome la ofensiva táctica.

    Es importante observar que el informe de Ambrosio, en lo relativo a los motivosde este retroceso –para él táctico– por parte del Gobierno, busca establecerlos en re-lación a las fallas internas de la UP incapaz de privar a la oposición de su base de sus-tentación. En este sentido es notoria la ausencia de una crítica violenta al MIR, el cualpropiamente no es nombrado en esta parte del informe. Los errores de la UP, en lotáctico, fueron en el período anterior, no haber incluido en la Reforma Constitucionalpara nacionalizar el cobre las demás empresas monopólicas industriales y financieras.La negativa a hacerlo es atribuida por Ambrosio al Partido Comunista y al Partido Ra-dical. Un segundo error táctico ha sido el no llamar a plebiscito luego de la elecciónmunicipal de abril. A diferencia del Tercer Pleno, Ambrosio recuerda la actitud pre-electoral del MAPU en dar “un enfrentamiento global y decisivo que permitiera alpueblo conquistar el Parlamento”. Estas deficiencias se agravan en su significación,continúa Ambrosio, si se piensa que desde septiembre de 1970 la burguesía se encon-traba en repliegue y dispersa, aislada de las masas y encerradas en los marcos de supropia legalidad.

    Además de enumerar tres fases de la ofensiva derechista (el asesinato de PérezZujovic, la acusación contra Vuskovic, la marcha de las cacerolas) y haciendo notar queella va de lo superestructural a ganar masas, Ambrosio termina su informe exigiendode la UP mayor coherencia estratégica en la conducción de masas, especialmente por-que la derecha –conservando una relativa independencia– unifica cada vez más su ac-ción. A diferencia del segundo Pleno, en éste el MAPU no plantea la necesidad debuscar el enfrentamiento “global y decisivo” y de prepararse para ello en los marcosde la estrategia. Las tareas que al final se plantean son la radicalización de las medi-das programáticas básicas.

    La “Declaración de Diciembre” es un documento elaborado por los partidos queformaban la Unidad Popular y fue concebido como una respuesta a la ofensiva masivade la oposición. El fue leído en una gran concentración de masas efectuada ante el Pa-lacio de Gobierno.

    Respecto a su contenido la revista Punto Final escribió que “representa un pasoadelante en las metas que se ha planteado la Unidad Popular”. El documento fue leí-do por la senadora María Elena Carrera del Partido Socialista.

    La declaración comienza estableciendo: “Hemos emprendido el camino del socia-lismo”, y agrega enseguida las medidas antilatifundistas, antimonopólicas y antiimpe-

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    rialistas que el Gobierno ha puesto en práctica. Agregando enseguida para determi-nar la intencionalidad de esas medidas: “Es nuestra resolución inquebrantable que unChile absolutamente libre y soberano avance con firmeza y claridad de objetivos a laconstrucción del socialismo”. Cabe hacer notar al respecto que, ante la ofensiva dere-chista, la Unidad Popular refuerza los contenidos socialistas de su programa, ponién-dolos en primer plano, situación inversa a la que –paradojalmente– se da después delas elecciones de abril. Para valorar este cambio es necesario recordar, además, que la“Declaración de Diciembre” se encuentra en un contexto preelectoral.

    La reafirmación del carácter próximo de los objetivos socialistas estratégicos nocambia, sin embargo, nada de la línea política de la cual debe provenir la mediación:“Hemos acumulado en nuestras manos las herramientas económicas que nos permiti-rán profundizar día a día este camino”. Con otras palabras, las “herramientas” tienenun carácter económico y no político-institucionales y es el desarrollo democrático de lasfuerzas productivas lo que traerá el socialismo. En este sentido la “Declaración de Di-ciembre” no aporta nada nuevo. El interés que ofrece es, sin embargo, que el enun-ciado de ella hace aparecer a la Unidad Popular radicalizando sus posiciones tanto enlos puntos centrales de la estrategia (funcionalización de las tareas democráticas res-pecto al socialismo) a la táctica. En este último sentido destaca el llamado a constituir“Comités de Vigilancia” en todos los lugares de trabajo y estudio, “en defensa de lasinstituciones democráticas: Hoy, en cada organización popular, que lo sepan los reac-cionarios y los fascistas, somos miles, miles y miles de hombres y mujeres dispuestosa ofrendar la vida para defender la dignidad, la libertad y el porvenir de Chile”.

    No obstante se debe hacer notar que el documento no hace mención de medidasconcretas a adoptar en el terreno de las crecientes dificultades en la producción a causade la no reinversión, cuestión ésta que constituía la base objetiva última de las accio-nes directas, en tanto que los desajustes producidos lograban afectar a vastos secto-res de la población. Con todo entre las exigencias planteadas al final del documento hayuna que debe ser destacada. Se exige allí: “Suprimir la distribución monopólica y ase-gurarles las mercaderías en forma expedita a los comerciantes detallistas y a sus cen-trales de compra”. Lo primero (la estatización de las distribuidoras privadas) apareceen contradicción con lo segundo (asegurar el trabajo de las centrales de compra de loscomerciantes), a saber, porque la principal empresa de distribución (CENADI) habíasido transformada en una “empresa de autogestión” dirigida precisamente por los co-merciantes. La cuestión comenzaba a exigir por tanto una decisión respecto al carác-ter de la alianza con el sector medio constituido por los comerciantes, decisión que, alser pospuesta, agudizó muy pronto considerablemente las contradicciones en el senode la izquierda y ello respecto a un frente importantísimo por tener una relación di-recta con la masa de consumidores.

    El Editorial de El Rebelde del 22 de diciembre ha sido incluido porque, ademásde contener la respuesta coyuntural del MIR a la creciente agresividad opositora, in-cluye un análisis de clase de la pequeña burguesía y deduce de allí consecuencias res-pecto a una posible alianza benevolente con la Democracia Cristiana tanto como las lí-neas políticas concretas para detener al “fascismo”. La necesidad de ganar los sectoresmedios señalada por Fidel Castro es precisada por el MIR en dos sentidos: ante todoevita el término “sector medio” y lo reemplaza por “pequeña burguesía”, con lo cualse evita la posibilidad de entender como aliados potenciales a los medianos industria-

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    les. En segundo lugar, precisa que esta necesidad no incluye una referencia especiala ningún partido en particular: “La pequeña burguesía no está, en este momento,agrupada por ningún partido en particular. La encontramos en el seno de la UP comoen la base de los partidos burgueses tradicionales, como la DC y el PN [Partido Na-cional]. . . En consecuencia, ganarse a la pequeña burguesía no puede significar unapolítica de concesiones a ninguna agrupación burguesa, y menos a la DC, pese a queella es el partido burgués que más llega a la pequeña burguesía”. La Democracia Cris-tiana, por otra parte, “no es en sí un partido fascista”, pero sus sectores “progresis-tas” son “hoy marionetas en manos de la corriente fascista liderada por Frei y com-puesta en su mayoría por miembros de doble militancia en Patria y Libertad”.

    Para el MIR el Partido Demócrata Cristiano realiza un trabajo de abierta colabo-ración con el fascismo (la acusación contra José Tohá, por ejemplo) y por ello “no haylugar en Chile para los frentes únicos antifascistas, del tipo de los que se usaron du-rante la segunda guerra mundial”. “Sólo el ataque frontal y directo a la política quehace la DC puede detener su sumisión cada vez más visible al movimiento fascista”.

    En este sentido, la actividad contra el “fascismo” y contra sus aliados debereparar, desde la raíz, la causa de su surgimiento: la desmovilización del pueblo y elcarácter parlamentarista de las luchas políticas. El MIR plantea como consigna del mo-mento “las Brigadas Antifascistas que se harán cargo de las tareas de agitación y pro-paganda socialista, así como de enfrentamiento contra las agresiones y el matonaje delos fascistas”.

    La declaración del Ministro de Defensa (Partido Radical) denuncia las accionessediciosas en contra de oficiales. Insta a las Fuerzas Armadas a rechazarlas y a actuarcon toda energía ejerciendo su derecho de defensa.

    La entrevista a Luis Badilla (Izquierda Cristiana) da ocasión al dirigente paraexplicar las vinculaciones que su movimiento ve entre el cristianismo y el socialismoy su revolución. Marco de sus declaraciones es la revolución cubana.

    Los discursos de Luis Corvalán, Andrei Kirilenko y Carlos Altamirano, así comoel artículo de Corvalán en el Pravda tienen por objeto la celebración de los 50 añosdel PC chileno. El discurso de Corvalán pronunciado en el Estadio Nacional el 8 deenero realza el trabajo político de su partido y su consecuencia en la lucha de los tra-bajadores chilenos. Comienza saludando a las autoridades y a los partidos que envia-ran delegaciones a la celebración. Extiende los saludos a las masas populares y a susorganizaciones de base. “A los estudiantes, a los empleados, a los obreros, a los querecién reciben sus títulos profesionales, a los que están de novios y a los recién casa-dos. A los que se dejan el pelo corto o largo. A las niñas de minifalda, de hot pants ode uniforme escolar. A los que sacrifican sus vacaciones para ir a la hermosa aventu-ra de los trabajos voluntarios”. Saluda también a las Fuerzas Armadas “que contratodas las presiones respetan la voluntad del pueblo chileno y los valores de nuestrademocracia”, a la Iglesia y a los cristianos de toda confesión. Se refiere a continuacióna la coyuntura y rechaza las acusaciones contra José Tohá. La oposición busca dividirel país y provocar un enfrentamiento armado. Si bien la UP quiere evitar llegar hastaallí, “debe quedar en claro que los revolucionarios no ponemos la otra mejilla cuandonos golpean y que somos capaces de responder con todas las armas que poseemos”.

    El discurso de A. Kirilenko, Secretario del Comité Central del Partido Comunis-ta de la Unión Soviética, tiene su mayor relevancia en el hecho de que significa un

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    respaldo inequívoco a la política de la UP y en particular del PC chileno. “Los comu-nistas chilenos propugnan consecuentemente y con gran sentido de la responsabili-dad el cumplimiento íntegro del programa de la coalición popular (. . .). Compartimosla seguridad de vuestro partido de que la coalición de la Unidad Popular, encabezadapor la clase obrera, transformará a Chile en un Estado nuevo, avanzado y próspero,gobernado por el pueblo y para el pueblo”. La experiencia chilena ratifica los princi-pios generales del marxismo-leninismo y enriquece con su aporte al movimiento obre-ro mundial. Describe enseguida los trabajos del PCUS y sus éxitos en la construc-ción de la sociedad comunista.

    El discurso de Altamirano destaca ante todo la importancia de la unidad socia-lista-comunista. Exige también mayor dureza contra los actos sediciosos, a la vez quemayor eficiencia en la organización de la producción. Las experiencias revolucionariashan de ser de gran utilidad para los chilenos, pero “el pueblo chileno será el único ar-quitecto de su revolución. Ella se hará de acuerdo a sus propias características y se-gún su propia idiosincrasia nacional. No es propiedad de ningún partido”.

    El artículo de Corvalán en el Pravda incluye un resumen de la historia del PCy de su inserción en el proceso actual. Es importante la relación que establece entreesa política y los principios del leninismo. Meta de la coalición, y del PC, es hacer irre-versible el proceso.

    La acusación constitucional contra José Tohá, Ministro del Interior, es presen-tada por el Partido Demócrata Cristiano en los primeros días de febrero. El libelo de-nunciaba que Tohá permitía la formación de grupos armados de extrema izquierda. Elcontenido de esta acusación fue desmentido por Tohá y los parlamentarios de la UP,también por los jefes militares y de carabineros.

    El discurso de Allende, pronunciado desde los balcones de La Moneda, es undocumento político de la mayor importancia. La acusación contra Tohá había provoca-do una gran tensión política y ella se expresa en los gritos que interrumpen el dis-curso pidiendo armas para el pueblo. La respuesta de Allende a esta y otras solicitu-des populares configuran entonces un diálogo directo de gran importancia testimonial.

    Las elecciones parlamentarias complementarias en la provincia de Linares produ-jeron una pasajera unidad entre los partidos de la UP y el MIR. Esta unidad quebuscaba enfrentar la coordinada oposición de la Democracia Cristiana y la derecha tra-dicional vino a expresarse en la “Declaración de Linares” concebida ante todo comoun programa a desarrollar en el frente agrario. El documento llama a la izquierda adesarrollar su ofensiva de masas precisamente porque una tal política ya ha sido de-sarrollada por la oposición. La Declaración distingue entre los sectores opositores, peroreafirma que la conducción de su política está en manos del “fascismo”.

    El nuevo nivel que ha alcanzado el enfrentamiento exige, en el sector campesi-no, ir más allá de la ley de reforma agraria vigente. Entre estas innovaciones se exigela expropiación de la tierra con toda la infraestructura productiva, el no pago de in-demnizaciones, la rebaja del límite máximo para los latifundios (de 80 a 40 hectáreas),la negación de reservas, la incorporación de los afuerinos a la reforma agraria, la crea-ción de nuevos Centros de Reforma Agraria (CERA), en los cuales se superen las re-laciones productivas que todavía subsistían en los asentamientos. En todo caso es im-portante destacar dos puntos en la Declaración, que de un modo u otro muestranidentidad con los criterios centrales del Programa de la UP y de su coalición de cla-

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    ses: la inexpropiabilidad de todos los predios menores de 40 hectáreas de riego básicoy la exigencia de “un real y permanente apoyo técnico y crediticio a los medianos ypequeños agricultores”.

    El documento incluido a continuación es un comentario de Manuel Cabieses(MIR) al resultado negativo de las elecciones parlamentarias de O’Higgins, Colchaguay Linares. El interés del documento radica en la discusión contra el Partido Comu-nista que busca recuperar terreno en las capas medias, acentuando la diferencia queexiste entre los sectores opositores y aumentando la lucha contra los movimientos porél llamados de ultraizquierda. Cabieses acepta la necesidad de ganar sectores medios,en tanto que clase, pero rechaza la identificación de éstos con la Democracia Cristia-na. En esta dirección, el artículo de Cabieses constituye un complemento del análisiscontenido en el editorial de El Rebelde citado más arriba, en especial en cuanto dis-tingue sectores dentro de las “capas medias”, precisando con ello las posibilidades dealianzas con base objetiva.

    La entrevista a Juan E. Miquel pone de manifiesto la posición de la IzquierdaCristiana ante la elección. La activa participación de este partido en la elaboración dela Declaración de Linares, en conjunto con el MIR y otros sectores, puso ya de ma-nifiesto una clara radicalización de la línea política de la Izquierda Cristiana. Es preci-samente en este momento cuando en ella se produce un notorio acercamiento a las po-siciones del MIR, acercamiento que la llevará incluso, más tarde, a una abiertacolaboración mutua en las elecciones de la CUT primero y en las parlamentarias demarzo, después. No obstante, este primer acuerdo no significa un cambio de las me-tas estratégicas que la IC propone como correctas y que responden al programa de laUP. Más aún, Miquel afirma que las medidas del Gobierno constituyen “las fases ini-ciales de la transición al socialismo”. La crítica va más bien en dirección a la capaci-dad de la UP para desarrollar una real ofensiva de masas. Las metas de esta moviliza-ción superan, sin embargo, lo propuesto hasta entonces por la IC: “Naturalmente elenfrentamiento de la actual constitucionalidad, la conquista de todo el poder político paralas masas, son materias que deben ser discutidas para ser puestas en práctica por todoel movimiento popular”.

    La declaración del MAPU comienza negando el carácter plebiscitario de las elec-ciones y por ello el significado estratégico del triunfo opositor. Las condiciones paracontinuar el desarrollo del programa siguen dadas. La elección es “el producto de todoun período político iniciado en la segunda mitad de 1971, en el cual la derecha ha to-mado la ofensiva”. La respuesta popular no ha sido suficiente y su mayor derrota fueno poder impedir “la unidad electoral” entre el Partido Nacional y la Democracia Cris-tiana, en tanto ésta “expresa múltiples intereses de clase y tiene una base de apoyofundamentalmente popular. Ello explica que no pocas veces en su historia ha estadoen posiciones progresistas. . .” Además de las deficiencias en la conducción, el MAPUindica que: “Ha sido débil la lucha ideológica de la UP y de cada uno de sus partidoscon las tendencias ultraizquierdistas que no han entendido la alianza de clases queplantea la UP, y más aún, la dificultan con su trabajo práctico”.

    Con ello el MAPU critica no sólo al Partido Socialista, sino también las variacio-nes operadas en la IC.

    El documento interno del Partido Comunista que reproducimos a continuaciónfue publicado por El Mercurio y se trata de un papel de trabajo para el Pleno del Co-

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    mité Central. El PC confirmó esto y publicó, horas más tarde, el texto completo. El do-cumento acentúa fuertemente los momentos autocríticos. Esta vez la crítica se dirigeno sólo al MIR, sino también a Carlos Altamirano e indirectamente a la Izquierda Cris-tiana. Cabe decir que a partir de este momento se termina el abierto apoyo del PC ala IC, que buscaba con ello convertirla en punto de reunión de los cristianos progre-sistas. Este mismo proceso puede observarse respecto al MAPU cuando éste, más tarde,efectúa cambios importantes en su línea.

    En cuanto al diálogo con el Partido Demócrata Cristiano, el informe lo fundamentaen la necesidad de llegar a los sectores de base. “Esto exige abrir el diálogo con esepartido para crear vínculos que nos permitan hablar a esas masas”.

    La táctica de “desgaste” que realiza la oposición “sólo puede ser combatida si tra-bajamos a conciencia, con verdadera convicción revolucionaria en la solución de losproblemas concretos. Lo fundamental sigue siendo para el Partido Comunista el tra-bajo eficiente desde las instancias que ya han sido conquistadas. A través de esa polí-tica podrá ser ampliada la base social del Gobierno y se podrá avanzar en lo relativo ala cuestión del poder. Las dificultades, y sobre todo la fuerza mostrada por la oposi-ción “exige más trabajo, más pasión revolucionaria, la convicción plena de que el ene-migo no abandonará el poder gratuitamente, que tenemos que echarlos en base a laconquista de la abrumadora mayoría”.

    A pesar de tratarse en lo básico de una reiteración de posiciones fundamenta-les, el documento tiene un gran valor para mostrar con claridad la radicalidad con queel PC busca implementar la eficiencia en la gestión gubernativa. Ella debe conducir ala “consolidación” de las posiciones logradas por el pueblo y permitir nuevos avancesen el cumplimiento del programa.

    El análisis de la situación electoral hecho por el MIR en el editorial de El Rebeldeseñala ante todo que el resultado electoral no constituye, en lo cuantitativo, un fracaso.Por el contrario, desde ese punto de vista se comprueba un descenso en la votaciónderechista. Con ello el MIR busca eliminar la derrota electoral como motivo para efectuartransacciones ulteriores. En todo caso es obvio para el MIR que la realización del programade gobierno no puede subordinarse a obtener la mitad más uno de la votación: es avanzan-do como puede conseguirse la mayoría y no al revés. Y en este sentido son las vacilacionesde la UP lo que ha hecho posible la unidad derechista.

    Los documentos del MIR incluidos a continuación ilustran la coyuntura produ-cida después de las elecciones. El primero (“El MIR responde a los ataques del PC”)reitera los puntos de vista que se ofrecen como alternativos a la Unidad Popular, perotiene interés porque constituye la respuesta más violenta de ese movimiento y entre-ga una impresión exacta de la crisis en que entró la izquierda luego de la elección, cri-sis que sólo va a aumentar y ampliarse en todos los frentes.

    El segundo documento está también ligado al conflicto provocado, en lo coyun-tural por la elección. En efecto, el programa de Linares y el tipo de campaña electoralallí desarrollado, agudizó la discusión en torno a los problemas del frente agrario. Antelas reiteradas acusaciones del Partido Comunista, el MIR responde con su folleto “LaPolítica del MIR en el campo” y ya en la introducción queda de manifiesto su carác-ter polémico. El documento tiene un alto interés, porque contiene un análisis de cla-ses del sector agrario. Momento importante del documento es el análisis sobre elcarácter que han asumido las luchas campesinas bajo el Gobierno de la UP. “El desa-

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    rrollo de un enorme movimiento extralegal de masas, indica muy claramente que lapolítica agraria del PC y del Gobierno –la ley DC de Reforma Agraria– es un marcoinsuficiente para canalizar, orientar y dirigir las luchas de los pobres del campo”. Laestructura de clase de estas luchas muestra el ensanchamiento de su base: de sólo in-quilinos, ahora se incorporan los nativos mapuches, los afuerinos y los pequeños pro-ductores de subsistencia. Enemigo principal y común es el conjunto de la gran bur-guesía agraria cuyo núcleo central son los grandes empresarios agrarios, dueños dela tierra y empresarios capitalistas”. Para el MIR, el Partido Comunista no ha com-prendido que para golpear a la gran burguesía agraria era necesario apoyarse “en loscampesinos movilizados orientando sus luchas”. Una forma que el PC ha deformado yfrenado son los Comandos Comunales Campesinos organizados desde la base.

    Todo el cuarto capítulo está dedicado al análisis de la política agraria del PartidoComunista, ya desde la época democratacristiana. La aceptación del programa DC dereforma agraria incluía el respeto de “los grandes empresarios capitalistas con menosde 80 hectáreas de riego básico”. Y esto es lo que hizo el Partido Comunista apoyan-do un proyecto que representaba “un reafirmamiento de las posiciones e intereses dela gran burguesía agraria”, debido a que esos capitalistas eran el sector más produc-tivo. Incluso en el caso de los grandes latifundios a expropiar, el PC aceptó la disposi-ción que incluía la inexpropiabilidad de una reserva, de la maquinaria y herramien-tas, elementos de suyo absolutamente necesarios para que los campesinos comenzarana producir. Otro aspecto negativo es la aceptación de los “asentamientos” como uni-dades básicas de propiedad, puesto que a través de ellos la Democracia Cristiana bus-caba crear una mediana burguesía en el campo. Durante el período UP, el Partido Co-munista defendió la utilización y el contenido de esa ley. En el fondo no se hizo conello otra cosa que defender los intereses de esa burguesía agraria que los comunistas“disfrazan bajo el nombre de pequeños propietarios y agricultores ricos”. Más tardeni siquiera aplicó consecuentemente el programa de la UP que visualizaba la expro-piabilidad de la reserva, la maquinaria, las herramientas y los animales. Además, des-confiando de las movilizaciones directas de los campesinos, el PC “al entregar la tota-lidad del peso de las transformaciones de la agricultura a los funcionarios del aparatoburocrático, de hecho transfirió la conducción política del proceso a la pequeña bur-guesía funcionaria que anida en el aparato estatal”. El Partido Comunista no impusosu fuerza para remover a los funcionarios democratacristianos y alessandristas. Parael MIR, el fundamento ideológico de estos errores no es otro que la teoría comunistade dos etapas (democracia, socialismo) diferenciadas claramente en el tiempo. Ello equi-vale, en Latinoamérica, a sumarse a las políticas populistas que el imperialismoestimula. Esto ha producido un gran retroceso en las posiciones del PC entre los cam-pesinos.

    El último capítulo expone la política estratégica y táctica del MIR en el sectorcampesino y resume su programa.

    El Informe del Partido Socialista con ocasión del Pleno de febrero de 1972 es unode los documentos más importantes elaborados por ese partido. En él se expresan demodo cada vez más claro algunas de sus objeciones respecto a la conducción del Go-bierno y el Partido Comunista; ello significa una consolidación de la dirección de Car-los Altamirano, si bien en las diferentes formulaciones se deja entrever la influenciatanto de los sectores afines al Presidente Allende como la de las fracciones situadas a

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    la izquierda de Altamirano. En rigor, y a pesar de la permanencia de éste en la direc-ción, su presencia se explica ante todo por ser la única figura política capaz de man-tener unidos a los sectores allendistas y a los que enuncian cada vez más claramentesus posiciones tendientes a superar el marco programático de la Unidad Popular.

    En el primer capítulo del documento destaca la parte que analiza “la institucio-nalidad del estado democrático burgués y los objetivos históricos de la revolución”, nosólo porque por una parte ratifica la radicalización del programa socialista (la necesi-dad de una dictadura del proletariado), sino porque además introduce factores de crí-tica interna en contra de las fracciones de izquierda. Reafirmando el rol de la econo-mía como base de sustentación de una burguesía que no puede ser derribada por elGobierno en el estado burgués, el informe agrega que “el error de las posiciones “iz-quierdistas” es pensar que la ampliación del Area de Propiedad Social se produce almargen de la lucha política, como que poco o nada tuviera que ver con la lucha por elpoder, como si pudiera desarrollarse sin trastocar la correlación de fuerzas políticas,como si en ello lo único que se lograra fuera fortalecer el capitalismo de estado”. Parael Partido Socialista este proceso de estatizaciones, este tipo de capitalismo de estadono constituye una reafirmación del desarrollo capitalista, sino que se caracteriza porcomenzar a sobrepasar los límites de éste transformándose así en “un capitalismo deestado que es inicio de una economía socialista, es una fase de transición a la econo-mía socialista”. Consciente del problema estratégico implícito, el documento introduceprecisamente aquí un paréntesis en el cual se reafirma la confianza en el rol progre-sista que deberán asumir las Fuerzas Armadas, aunque sin reubicar el asunto en elcontexto total. La noción de “empate político” acuñada por el PS para caracterizar lasituación objetiva y la correlación de fuerzas del momento, implica, de este modo, quetanto la posición atribuida al PC (=las tareas socialistas pueden cumplir desde elGobierno como Poder Ejecutivo en el estado burgués) como la atribuida al MIR (=elGobierno no es de suyo un instrumento capaz de abrir las puertas a las luchas delproletariado) son erróneas. En especial lo es la exigencia comunista de “consolidar” elproceso en lo ya obtenido, sin percibir que toda posible consolidación sólo puede pro-venir de la radicalización de las medidas.

    De este modo: “Lo esencial de la función del Gobierno Popular en esta etapa noes prepararse para dirigir un estado proletario sino: a) fortalecer al pueblo para quetome el poder, a través de la lucha en todos los frentes (gubernamental, sindical, par-lamentario, ideológico y armado), b) debilitar las bases económicas, institucionales e ideo-lógicas de la burguesía, y c) establecer las primeras bases para el desarrollo socialistade la sociedad. De la vanguardia depende que las tareas enunciadas le den al procesoun carácter irreversible”. El reformismo, que busca ocultar el hecho de que el objeti-vo central es la toma del poder, y que lo hace acusando al extremismo, cae en el peoraventurerismo al no “enfrentar la violencia organizadamente, que es la única forma deque el pueblo sufra menos y que el costo social sea menor”. El documento subraya unay otra vez la convicción de que el enfrentamiento armado con la burguesía se aproxi-ma y es inevitable. El que la derecha hable desembozadamente de un “Plan Djakarta”ilustra esta necesidad. “Allí tenemos cómo la vacilación y la desconfianza en las ma-sas –entre otros factores– llevaron a pagar un terrible “costo social” en Grecia, Espa-ña, Indonesia, Brasil, Bolivia, etc.” El capítulo segundo (“Balance de 15 meses de laUP en el Gobierno) es el análisis más completo del PS sobre el trabajo realizado. En

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    la parte polémica, el Pleno centra su crítica sobre la falta de dirección política hechoque considera ser el problema central. La Unidad Popular no ha sido capaz de asumiresta función ni a nivel superestructural ni a nivel de masas.

    En lo relativo a las tensiones con el Partido Comunista, el informe se refiere tansólo a cuestiones coyunturales, sin aludir al problema derivado de concepciones tácti-co-estratégicas diferentes. Ello, sin embargo, no es casual. Por el contrario, en el apar-tado (1) (“Relaciones partidos de clase - Frente - Gobierno”) del capítulo segundo, launidad estratégica entre “los partidos de clase” es puesta de relieve muy claramenteal atribuir el PS las “tendencias conciliadoras” a otros grupos que no son el PC.

    En esta línea surge el distanciamient