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EL PENSAMIENTO DE PERSONA EN LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE MEXICO Elena González Vargas. Cronista de la Facultad de Química. [email protected] La Universidad Autónoma del Estado de México al igual que las otras universidades públicas del país, tiene presencia significativa en el Estado al poseer autonomía, de acuerdo a la fracción séptima del artículo 3 o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Autonomía como modo de operar necesario para el mejor funcionamiento y que su contenido tiene elementos como: (a) Los de índole normativo o legislativo, pues, la universidad pública plasma en normas jurídicas las políticas adoptadas por ella misma en lo concerniente a su vida institucional; con esta facultad la casa de estudio establece su propio derecho universitario al formular su propia legislación. (b) De gobierno en que el derecho universitario establece los procedimientos para elegir y renovar sus autoridades. En México existen las elecciones por claustro académico, es cualitativa y de designar en vista de que el voto de un académico con muchos años de desarrollo es diferente al voto de quien es de reciente ingreso a la universidad. (c) Planificar su actividad académica. Le permite la organización libre de los estudios, de los programas de investigación y de difusión de la cultura, a los cuales les otorga validez. También contiene la libertad de cátedra para cumplir su misión de formar universitarios 1

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EL PENSAMIENTO DE PERSONA EN LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE MEXICO

Elena González Vargas. Cronista de la Facultad de Química.

[email protected]

La Universidad Autónoma del Estado de México al igual que las otras

universidades públicas del país, tiene presencia significativa en el Estado al

poseer autonomía, de acuerdo a la fracción séptima del artículo 3o de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Autonomía como

modo de operar necesario para el mejor funcionamiento y que su

contenido tiene elementos como: (a) Los de índole normativo o legislativo,

pues, la universidad pública plasma en normas jurídicas las políticas

adoptadas por ella misma en lo concerniente a su vida institucional; con

esta facultad la casa de estudio establece su propio derecho universitario

al formular su propia legislación. (b) De gobierno en que el derecho

universitario establece los procedimientos para elegir y renovar sus

autoridades. En México existen las elecciones por claustro académico, es

cualitativa y de designar en vista de que el voto de un académico con

muchos años de desarrollo es diferente al voto de quien es de reciente

ingreso a la universidad. (c) Planificar su actividad académica. Le permite

la organización libre de los estudios, de los programas de investigación y

de difusión de la cultura, a los cuales les otorga validez. También contiene

la libertad de cátedra para cumplir su misión de formar universitarios

1

completos capaces de enfrentar los retos de la vida. (d) Financiero y

administrativo. Ella administra sus recursos según sus prioridades, es decir,

disponer de sus fondos en plena libertad. La universidad pública al ser una

institución del Estado, responde a los ideales de éste porque los

universitarios somos Estado sin ser gobierno. El brazo ejecutor del Estado, el

gobierno, debe proporcionar sostenimiento económico a la universidad

por ser un mandato que proviene del Estado, su deber es otorgar los

fondos que son de la sociedad. Sin olvidar que las negociaciones

comprometan a la integridad humanística y científica de la misma.

Autonomía reseñalada en la Ley Orgánica de la Universidad

Autónoma del Estado de México aprobada por Decreto número 62 de la

H. Legislatura del Estado de México, de fecha 27 de febrero de 1992 y

publicada en la “Gaceta del Gobierno” el 3 de marzo de 1992. Esta Ley es

reformada por el Decreto número 186 de la LV Legislatura del Estado de

México de fecha 15 de noviembre de 2005, publicada en la “Gaceta del

Gobierno” el 25 de noviembre de 2005, y entra en vigor al día siguiente de

su publicación. Dice su Artículo 1o “La Universidad Autónoma del Estado de

México es un organismo público descentralizado del Estado de México,

establecida por esta Ley con personalidad jurídica y patrimonio propios,

dotada de plena autonomía en su régimen interior en todo lo

2

concerniente a sus aspectos académico, técnico, de gobierno,

administrativo y económico”.1

Es de nuestro saber que la Ley Orgánica es donde se establecen los

fines, la estructura, la forma de gobierno, los métodos de administración,

las disposiciones generales acerca de sus funcionamientos, así como los

derechos y obligaciones de su comunidad.

Como las otras universidades públicas, la Universidad Autónoma del

Estado de México también aprueba reglamentos secundarios en donde se

fijan las normas de admisión de estudiantes, profesores, promociones, así

como las facultades, términos y limitaciones de sus grupos colegiados, al

igual que los derechos y las obligaciones de sus autoridades ejecutivas.

La UAEM en su recorrido académico de universidad pública

autónoma, a partir de 1943 siempre ha expresado reconocimiento a su

personal académico, sobre todo a aquel que ha aprendido a vivir su vida,

más el aprendizaje de la ciencia o de técnicas. La historia misma de la

universidad va señalando a quienes con sus cualidades y aptitudes

corresponde ser auténticos y plenos portadores y transmisores de la

tradición académica universitaria a aprendices con voluntad de ser

universitarios simbolistas de nuestra Alma Mater. El doctor en filosofía Juan

1 “Ley de la Universidad Autónoma del Estado de México. Reglamento de la Defensoría de los Derechos Universitarios de la Universidad Autónoma del Estado de México”, en Gaceta Universitaria, Órgano Oficial de Publicación y Difusión de la Universidad Autónoma del Estado de México, núm. Extraordinario, diciembre 2005, Época XII, Año XXI, Toluca, México.

3

María Parent nos dice “la carrera universitaria irá develando poco a poco

las cualidades de aquellos que son los auténticos portadores de la

Tradición académica hecha de sabiduría y de ciencia. Sólo aquellos que

respondan a estas exigencias internas son los que guiarán la Institución”.2

Los auténticos portadores de la tradición académica y los

aprendices, en sí los docentes, son quienes como seres humanos o

personas están con coraje ante la incertidumbre de lo desconocido. Están

conscientes de que el camino del corazón es el camino del coraje, es

decir, ser valientes. Se reconocen como personas en evolución con

autenticidad y no un resultado final estático. Se aceptan como personas

con libertad que se mueven voluntaria y responsablemente para

desempeñar su parte significativa en un mundo con acontecimientos bien

determinados al practicar la reflexión y el compromiso de los mismos.

También, ellos como docentes disciplinados están y continúan definidos

personalmente con el ejercicio de su libertad y optan una axiología y una

línea de pensamiento para referirse en el caso de conflictos entre valores.

Luchan por ser más de lo que son después de haberse definido. Así los

docentes encauzan a sus alumnos hacia sus capacidades de acción, de

voluntad y de juicio propio, así como a vivir una vida con dignidad que

encuentra su origen en la razón. Los encauzan a ser joven con voluntad de

2 Juan María Parent Jacquemin, La universidad ante el desafío de ser, Universidad Autónoma del Estado de México, segunda edición corregida, 2005, p. 51.

4

transformarse y no conservarse, de ver la vida como un deber y no como

un placer.

El referirse a ser humano o persona, sobre todo en la universidad, es

de pensarse en el humanismo que como pensamiento,

fundamentalmente, considera a la naturaleza humana o los límites e

intereses del hombre. En sí es el sentido de la vida humana, es decir, el ser

del hombre. Su panorama histórico nos muestra que ha evolucionado e

integrado a aquellos elementos que posibilitan que la persona adquiera

una visión más completa de sí mismo y de su entorno o mundo.

El humanismo grecolatino nos conecta con la enseñanza y

transmisión de su cultura, la ciencia y las artes. Para los griegos el

humanismo significó el proceso integral de la educación, designada con el

término paideia, que exige el cultivo de todas las disposiciones humanas y

su perfección es de manera gradual.

Aristóteles pensaba que el hombre se educa porque actualiza sus

potencias. Decía que primero hay que desarrollar las disposiciones

corporales e instintivas, antes de ocuparse intensamente de la razón

(nous), en que se basa la vida moral y política, y del carácter.3 El ser

humanista o humanístico, es haber recibido una instrucción adecuada, un

3 Francisco Larroyo. Historia general de la pedagogía, p. 169.

5

proceso de formación en los valores humanos como parte integral de la

paideia.

Los romanos con los elementos esenciales creados por los griegos,

generan la idea de formación humana general con los humanitas, pero

hacia un objetivo político. En base a la idea de la naturaleza común de

todos los hombres, creen fundar un derecho igual a toda la gente

(derecho natural), y de ahí derivar normas de carácter civil, penal,

internacional. Se funda la ciencia del derecho.

Los humanistas del Renacimiento, los estudiosos y conocedores de

los autores clásicos, son quienes piensan que la conciencia no era para

crear cosas nuevas, sino la de desenterrar las antiguas.

La palabra Renacimiento se aplicaba para indicar una renovación

moral, intelectual y política, a través de la vuelta hacia los valores de la

cultura grecorromana a la que se consideraba en que el hombre encontró

su mayor realización. Con ello acontece el reconocimiento del valor del

hombre en su plenitud y el intento de entenderlo en su mundo, que es el

de la naturaleza y de la historia. El reconocimiento de la totalidad del

hombre como ser formado de alma y de cuerpo destinado a vivir en el

mundo y dominarlo. El reconocimiento de que el hombre es un ser natural

para quien el conocimiento de la naturaleza es un elemento indispensable

de vida y de éxito.

6

La dignidad humana es tema recurrente y característico del

momento histórico Renacimiento. Su atención era el ser del hombre. El

dominio de sus instintos mediante la fuerza moral, le da la libertad de su

espíritu y en la expresión de esta libertad está su dignidad.

Se habla del humanista Pico Della Mirandola, que en su discurso

Sobre la dignidad del hombre busca fundamentar y exponer la grandeza y

soberanía del ser humano. Al hombre lo concibe como el ser que ha sido

creado por Dios, con la capacidad para construir su propia vida: no lo ha

hecho Dios “ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal”, de modo que por su

libre voluntad él puede darse la naturaleza que prefiera. Fundador

“honorario” de su propia esencia, librado enteramente a los dictámenes

de su libre albedrío por expresar disposición divina. La definición piquiana

del hombre es la definición de su libertad, de su soberanía.4

Estos pensamientos en el saber del hombre contemporáneo, le

facilitan que su saber lo proyecte en la búsqueda del ser y del quehacer

plenamente humanos.

En este mundo contemporáneo el humanismo integral enfoca su

atención al hombre en su totalidad, es decir, en todos y en cada uno de

los aspectos que conforman su vida. El Dr. Esquivel Estrada dice que se

trata de un humanismo que rescata, promueve y crea valores, con lo cual

4 Noé Héctor Esquivel Estrada. Humanismo y universidad, p. 22.

7

se forja un ideal del ser humano. Ideal al que deben aspirar todas las

potencialidades humanas.5

Este mismo filósofo presenta el pensamiento del Dr. Juan E. Bazdrech

acerca de la formación humanista, dice que el humanismo puede

entenderse “como el desarrollo integral de los dinamismos fundamentales

del hombre: creatividad, criticidad, libertad, solidaridad, integración

afectiva y conciencia de la incondicionalidad e ilimitación del horizonte

de nuestro actuar”.6 Se trata de la vida integral

Es de notarse que el concepto de humanismo integral promueve la

edificación de una civilización nueva al centrarse en el concepto de

persona como fin en sí misma y no como medio.

Hay confianza en lo humano porque existe ayuda para ser hombres.

Confianza, también, en una realidad donde hay más cosas dignas de

admiración que de desprecio, donde se confía en que todo hombre

puede mejorar si tiene oportunidad.

Cuando se habla de hombre, se le aplican los conceptos de

individuo y de persona. Hay que saber que cada uno representa un nivel

de desarrollo humano y que le corresponde una organización social.

5 Ibidem, p. 8. 6 Ibidem p.8.

8

Las dos nociones aparecen tras la esencia política del cristianismo. El

individuo es sólo un elemento intercambiable y de orden cuantitativo. Para

él sólo hay un transcurrir de momentos sin relación, carece de un fin, de

una meta por alcanzar, de un camino. Está apegado a la materia, sus

comodidades, que, aparentemente, le hace ser original pero el

crecimiento de su conciencia es de egolatría. Existe desdicha que nutre a

su ego. Hay ausencia de razones que expliquen su desdicha o

conformismo. Así su libertad se vuelve un simple poder de afirmarse a sí

mismo. Hay cultivo de conformismo.

Al concepto de persona se le ha dado varias interpretaciones

históricamente. Para Tomás de Aquino, la persona es lo que hay de más

perfecto en toda la naturaleza. Nace perfecta; la perfección es la

naturaleza más íntima de la persona.

La persona es “un fin en sí”, para la que todo el universo concurre. El

fin-en-sí es la propia referencia del deber a la dignidad de la persona

como una persona en general, la humanidad, que se constituye en

principio objetivo. El ser humano es objeto de respeto, que puede

considerarse en nuestras valoraciones como si fuese un fin objetivo, de tal

manera que el objeto de respeto es tanto para la persona individual como

para la humanidad representada en toda persona particular.

9

En este sentido la dignidad de ser humano nos impone alcanzar el

ser persona como único camino abierto para defender y hacer viva esta

dignidad de la que estamos investidos. Sería lo que es superior a todo

precio y que por lo mismo no permite equivalencia alguna.

El conocimiento de la persona, en cuanto conciencia y voluntad, es

el fundamento de todos los conocimientos humanos. Es presencia a sí

misma, que implica capacidad de reflexión y de meditación. Implica

elección, formación y conquista de sí a través del dominio de sí como

ascesis (liberación). La persona toma conciencia de sí misma en una lucha

de fuerzas, siempre está en camino, nunca acabada, progresa

permanentemente. El amor es lucha, la vida es lucha contra la muerte, la

vida espiritual es lucha contra la inercia material y el sueño vital.7 El

conocimiento más auténtico será aquel en que la persona se comprometa

más y más profundamente.

Conocimiento que es vivir en el presente, cuando la actitud

meditativa se refiere a ser consciente, ser alerta. La consciencia no puede

estar ni en el pasado ni en el futuro, sólo sabe del presente, sólo tiene un

tiempo verbal, el presente. Liberarse del pasado y del futuro significa

probar la libertad. Dice Osho “en esa experiencia te haces total, sano;

7 Juan María Parent Jacquemin. El individualismo fenecerá. Mounier ayer, hoy y siempre, p. 42-43.

10

empiezas a sentir un bienestar que surge del interior y deseas compartir.

Éste es el comienzo de la transformación.8

Pasar de un estado llamado individuo a otro estado llamado

persona, requiere estar consciente de sí, en el reconocimiento de sí. Sólo

con el pensar se produce un sujeto. Más la persona, además del encuentro

consigo, también, es un encuentro con el exterior. M. Scheler dice “La

esencia de la persona no es su propio yo vivido, sino el covivir”.9 En estos

encuentros de individuo a individuo o a personas, las interacciones o

relaciones que promueven su desarrollo mismo y el de conformar una

comunidad, son aquellas en las que se reconoce al hombre en su totalidad

y se respeta su integridad.

En las comunidades las personas son valorizadas por lo que son, no

por cumplir su función en la sociedad. Es de importancia que la persona se

encuentre consigo misma y que su consideración de sí misma sea como

objeto de su atención al otro y, además, se reconozca como objeto para

sí mismo con una tercera persona. La relación del tú con el otro tú

acontece. La persona aparece como una presencia dirigida hacia al

mundo y a las otras personas, sin límites, entremezclada entre ellas, en un

horizonte de universalidad. Las otras personas no la ciñen, la hacen ser y

crecer. 8 Osho. Alegría. La felicidad que surge del interior, pp. 112. 9 Margarita González Molina, Exploración de valores según la visión de Max Scheler: Caso del plantes de la escuela preparatoria Angel María Garibay Kintana de la UAEM, p. 32.

11

En la comunidad el vínculo es el amor y el discernimiento. Su

objetivo buscado es la liberación de las personas, es decir, su

autodeterminación lograda en el amor y la capacidad crítica. Al igual que

los cristianos acerca del reto del amor es una aspiración al amor a Dios

(Absoluto), el reto del amor es la más fuerte certeza del hombre en la

comunidad. El cogito (pienso luego existo) de Descartes, es transformado

en amo, luego el ser es y la vida vale la pena ser vivida.

Existen grupos humanos en que se da la relación como medio, como

modo cosificante, para lograr ciertos fines o intereses. En el encuentro con

el otro es buscar su utilidad, afianzar su identidad a través de la repetición

de sí mismos y con ello acentuar la baja autoestima del otro.

Están los grupos que resaltan fuertemente en sus relaciones las

diferencias que encuentran con el otro como un ser distinto, las

coincidencias son mínimas y no tienen mayor valor para reconocer su

semejanza. Sus relaciones son sustento de los racismos. Generalmente es

inaceptable el diálogo que permita alcanzar una comunidad

comunicativa.

Sin embargo, se requiere de estos tipos de encuentro para llegar a

ser persona, aunque implique ruptura. La persona es soy persona en el

continuo acercamiento-distanciamiento con el otro. Además, el individuo

12

se va transformando en persona cuando observa en su conciencia a ser

más, y aparece una llamada y responde a ella para una plena realización.

En un grupo el encuentro de la persona con el otro, cuando desde el

primer contacto se conscientiza el tú, se da la aceptación de las

semejanzas como el medio para lograr dicho encuentro y poder conocer

las diferencias que hacen posible descubrir nuevos horizontes de

comprensión y diversas formas de convivencia.10 Centra las relaciones en

una conjugación de semejanzas y diferencias. Se reconocen como iguales,

aceptan las diferencias como algo complementario al permitir conocer

formas distintas de pensamiento, de vida, en sí de diversas culturas.

También admiten que la verdad puede encontrarse en otra persona

porque ninguna de ellas es poseedora absoluta de la misma.

En este encuentro el dialogar con el tú, enfrentarse a él o afrontarlo,

permite el existir de manera autónoma y descubrirse a sí misma, la persona.

Simultáneamente se dan las relaciones de ella con el ustedes, espacio en

que hay excentricidad al encontrarse fuera de sí misma por naturaleza, así

como tan esencialmente el estar en sí misma.

La persona al afirmarse protesta. Existir es decir sí, es aceptar y

adherir. Existir como persona es a menudo también decir no, protestar y

romper. Una cualidad sustantiva de la persona es el diálogo, con el cual se

10 Agustín Domingo Moratalla. El humanismo del siglo XX: el personalismo, p.113.

13

encuentra el tú del otro. Es vital para la realización de ambos

interlocutores.

Para poder comprender al otro se necesita reconocerlo como un tú

que es capaz de establecer una relación con mi yo, y por eso puedo

descubrirlo como un tú. Relación que siempre tiene implicaciones éticas

porque se acepta la existencia del otro como un involucrado. El diálogo

que se establece se sustenta en el respeto y reconocimiento por la validez

que dice y argumenta. Sólo mediante su palabra y lenguaje se puede

comprender el saber del tú.11

Es de importancia, también, presentar que la persona tiene una

dimensión espiritual. Juan María Parent expone que “El espíritu es capaz de

más y demanda una apertura hacia lo absoluto. El ser se hace cada vez

más hombre gracias a la conciencia que toma de lo que es más grande

que él. El espíritu demanda además de las relaciones interpersonales llenas

de sentimientos una relación con otra fuente de enriquecimiento. En esta

apertura es como el ser humano logra realizarse plenamente y alcanzar la

calidad de persona”.12 Desde la antigüedad esta dimensión siempre ha

sido fuente de pensamiento en la realización plena de la vida de los seres

humanos. Es una necesidad básica. Las mismas inscripciones de los Salmos,

11 Medardo Placencia Castellanos. La relación con el otro en una ética política, p. 246. 12 Juan María Parent Jacquemin. Op. Cit., p. 48.

14

la Sabiduría, el Eclesiástico, los Proverbios, del Antiguo Testamento la

contienen.

El ser humano a todo cuanto le rodea le proporciona una

significación o sentido que parte de su espíritu, así existe. Esto es una

función central del ser humano que le es innata. Requiere que cada vez se

haga más apto para dar respuesta a ella, para atenderla. Es un proceso

educativo que se le llama personalización, el cual se caracteriza por

presentar un porvenir no automático porque ante las dificultades se vuelve

a encauzar tras la voluntad de cada persona. No hay que olvidarse que el

proceso de despersonalización acecha.

Durante la personalización en el ser humano aparece la libertad

hecha conciencia de sí misma, acompañada del buscar su realización

razonable en una acción con sentido. Acontece el compromiso consigo

mismo y con el entorno. Es posible decir que la ética tiene carácter de

obligatorio. Se estima que según el carácter del ser humano, él enfrentará

la vida con ánimo o desánimo, con ilusión y esperanza o con pesimismo o

amargura. El carácter es moldeado y afianzado por la educación,

básicamente, y por la cultura del entorno.

De acuerdo a las circunstancias del ambiente contextual en que

viven las personas, donde su cultura contiene y genera significaciones

judeocristiana como la nuestra, puede decirse que la ética, también, es la

15

manera de vivir conforme a las potencialidades humanas y dentro de los

límites que imponen las relaciones interpersonales, amén de ser ellas

mismas un dinamismo hacia la realización de cada individuo.13 Concepto

con valor principal hacia la persona con autonomía y que es valorado por

el cristianismo.

También puede decirse que el ser persona existe solamente en la

realización de sus actos. Existir es elegir. La intervención de la voluntad, la

capacidad de elegir es lo propio de la existencia. Es cuando por un lado se

presenta la prueba ética de la reacción al mal, al sufrimiento y a la

servidumbre, y por otro la búsqueda de valores que permitan dar respuesta

a la crisis. Así la persona se edifica en los valores: la felicidad, la ciencia, la

ética, el arte. Los valores dan dimensión ética a la existencia. Con este

proceso la persona se rebasa a sí misma y alcanza de alguna forma la

trascendencia, es decir, un ser humano como ser constitutivamente abierto

y capaz de elegir, de ser un ser libre.

En esa realización de los actos de la persona, en que la ética los

guía, está la conducta del deber porque existen acciones que alcanzan

un valor moral. La razón para actuar es sólo la razón. Es referirse a E. Kant,

para quien la única base de la obligación debe buscarse a priori en los

conceptos de la razón.

13 Juan María Parent Jacquemin. Para una ética en la vida universitaria, p. 4.

16

Más F. Hegel muestra que el ser humano, además de la razón

cuenta, también, con sus sentimientos, o sea, la conciencia individual. Su

comportamiento es un transcurrir de vivencias carente de sentido con

apego a la materia, un individuo que se adhiere a las instituciones. Juan

María Parent dice que “Hegel nos indica que el contenido de nuestro

deber moral se encuentra en nuestra posición en la sociedad. Para Hegel

debemos crear una nueva forma de sociedad en la que el problema

moral desapareciera”.14 Esto es equivalente al concepto de deber de

Estado, aún presente en siglo XXI a pesar de la evolución del concepto de

ética sostenido por el pensamiento judeocristiano.

Para ambas formas de pensamiento acerca del deber, es de suma

importancia tomar en cuenta que la vida de la persona en la sociedad, es

donde su naturaleza toma forma. Bajo este enfoque la reflexión de M.

Scheler permite aquilatar al deber como la obligación que nace en el

mandato del valor. Este último intuye en la persona la conciencia de un

deber para realizar lo valioso para ella.

Este deber es un deber de estado de la persona en cada situación

de vivencia en la sociedad misma. Deber como obediencia a leyes de

justicia que me mandan o a lo que el cargo o función que ocupo implica.

Sin embargo, en estas acciones están las que su sentido es de mayor

14 Juan María Parent Jacquemin. Lo cotidiano: el deber y los derechos humanos, p. 215.

17

intensidad o de valor moral más alto que a la misma obediencia, es la

desobediencia a la ley injusta. Es una regla de acción, como obligación

definida, para no permitir aceptar y menos obedecer una ley injusta.

Como se había mencionado, la conducta de la persona al afirmarse

protesta.

Así, los deberes y el deber moral responden a las relaciones de la

persona con el Estado, la familia, la profesión u oficio, la sociedad. En estos

ambientes el deber moral es universal por no adquirir un carácter propio a

causa de las circunstancias, pensamiento afirmativo del doctor Juan María

Parent.15

Emmanuel Mounier16 dice que la dignidad de la experiencia

personal está en la acción. Afirmaría que lo que no actúa no existe. Para él

tres tipos de acción son los que el hombre está llamado a realizar: (a) El

dominio de la materia exterior. Búsqueda y cuidado de los dones; (b)

personalidad que persigue el perfeccionamiento interior. Exploración de los

valores que es contemplativa, y (c) la acción que nos une en comunidad

en una obra común.

El dominio de la materia exterior sería el hacer la acción económica,

la aplicación del conocimiento para la resolución de los asuntos humanos.

15 Ibidem, p. 216. 16 Cfr “Valores promovidos por el personalismo”, en El individualismo fenecerá.Mounier, ayer, hoy y siempre. pp. 105-115.

18

La eficacia es su regla. En el obrar se da la formación del agente porque su

autenticidad o el cómo se hace tendrá sus resultados observados en el

otro agente afectado por su quehacer. Es hacer de manera extraordinaria

lo ordinario.

La acción de la persona es evaluable en el mundo de su vida con los

otros, para así ser captada su significación la cual sería pauta

verdaderamente valorativa. Así es mostrable la calidad humana de la

persona, la asunción de las significaciones de este mundo.

Su mundo de vida con los otros, comunidad, no es que la persona

viva su aventura al lado de los otros para lograr la propia realización. Es

una acción permanente de dar atención a la persona que somos y a las

personas que nos rodean. La persona se entrega y se realiza. Es un esfuerzo

de permanencia, de continuidad por encontrarse y valorizar las

verdaderas virtudes. Es una fidelidad en términos cristianos.

Por lo tanto el proceso de personalización permite crear el mundo en

el que se alcance la plenitud de las potencialidades humanas, porque la

cultura permite avanzar sin tanto retroceso. Crear un medio humano para

ser más humanos es cultura como resultado de acciones de la persona.

Asimismo, el personalismo es un recurso que lleva a la

autoconciencia y al amor en comunidad humana o sociedad. La

19

autoconciencia nos lleva a ser creativos. La autoconciencia nos llama y a

la que debemos responder. La respuesta es con la capacidad de ser

creadores, que es bienestar (bien-estar). El bienestar nos permite ser

plenamente activos por ser independientes de las regulaciones exteriores.

Es calidad de vida como valor social porque los bienes materiales

disponibles con las normas morales están al servicio del hombre como

persona y de la sociedad o de la comunidad.

La misma reflexión tanto de la personalización como del

personalismo, permite el entendimiento de la no-violencia, actualmente

necesaria ante las circunstancias contextuales de la sociedad mexicana

en que vivimos. Desde lo filosófico ésta es la conciencia de la importancia

del valor y del poder de cada ser humano, incluyéndose a sí mismo. Es

sobre todo una manera de ser, de actuar en el conflicto. Una herramienta

que permite construir la armonía entre los seres creando en cada uno la

dignidad y el respeto profundo del otro. Sus prácticas se emplean en el

análisis y la crítica de cuestiones sociales como la pobreza, las

desigualdades, la injusticia. El fin de la no-violencia es la creación y el

sostenimiento de una sociedad plural-multiétnica, multicultural y

multiconfesional.17

17 Boletín No violencia activa AHIMSA, año 1, núm. 0, Comisión de Derechos Humanos del Estado de México-Universidad Autónoma del Estado de México, marzo 2005. Boletín No violencia activa AHIMSA, año 1, núm. 3, Comisión de Derechos Humanos del Estado de México-Universidad Autónoma del Estado de México, junio 2005.

20

El estudio y pensamiento acerca de persona que se ha expuesto,

permiten, también, reaquilatar los derechos fundamentales de dignidad,

libertad e individualidad, existentes desde la antigüedad.18 Sobre todo al

ser respuesta de las necesidades básicas de los individuos y de las

comunidades, e igualmente ser instrumento de la organización social que

favorezca el desarrollo moral de las personas. Enfatizándose la dignidad

por ser la manera de tratar a la humanidad, tanto en su persona como en

la persona de otro. Siempre el trato es como un fin y nunca sólo como un

medio.

La función reflexiva del contenido presentado, también, colabora al

aquilatamiento de la declaración universal de los derechos humanos,

aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de

diciembre de 1948. Donde se proclama que tanto los individuos como las

instituciones promuevan mediante la enseñanza y la educación el respeto

a estos derechos y libertades. Inicia con marcar que todos los seres

humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como

están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos

con los otros.19

La presente reflexión acerca de persona, también, ayuda a la

consideración del hecho “Reglamento de la defensoría de los derechos 18 Gregorio Peces-Barba Martínez, Derecho positivo de los derechos humanos, Colección Universitaria, Editorial Debate, Madrid, 1987. 19 www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm

21

universitarios de la Universidad Autónoma del Estado de México”,

aprobado por el H. Consejo Universitario de la UAEM el 25 de noviembre de

2005. Su artículo 3 señala que la defensoría de los derechos universitarios

fungirá como mediadora o conciliadora en los conflictos individuales que

surjan, por exceso, defecto u omisión en la aplicación de la Legislación

Universitaria, en cuyo contenido se aprecie que los órganos de gobierno,

de autoridad o los servidores universitarios, han menoscabado los

derechos, deberes e intereses legítimos de los universitarios o de los

integrantes de la comunidad universitaria.20

En el aquí y ahora de todo profesor universitario, siempre se le

presenta la oportunidad, de manera escolar y no escolar, de participar en

la formación integral del estudiante. Simplemente al permitir conocer

formas distintas de pensamiento, de vida, de diversas culturas, de que la

verdad pueda estar en la otra persona, es decir, un dialogar en que

acontezca el existir autónomo y de conocimiento de sí mismo.

En la universidad pública el estudiante o el alumno al ser visto como

persona y hombre se le inclina a su autoconstrucción con la educación. Es

de consideración que con la existencia de contextos diversos se ha visto la

necesidad de establecer una misión para la educación y así no

desconectarse de los propósitos que persigue. Por ello se dice que “la

20 Gaceta Universitaria, Órgano oficial de publicación y difusión de la Universidad Autónoma del Estado de México, número extraordinario, Época XII, Año XXI, diciembre 2005.

22

educación tiene la misión de permitir a todos sin excepción hacer

fructificar todos los talentos y todas las capacidades de creación, lo que

implica que cada uno puede responsabilizarse de sí mismo y de realizar su

proyecto personal. Su realización, larga y difícil, será una contribución

esencial a la búsqueda de un mundo visible más justo”.21

También es de consideración principal que la tarea principal de la

educación es de que cada persona realice sus propias potencialidades, el

de su comunidad y de la situación del ambiente. Esto equivale a efectuar

una educación durante toda la vida en el seno de la sociedad porque

siempre va a requerirse aprender a ser, aprender a conocer, aprender a

vivir juntos y aprender a hacer. Conjuga con la personalización del ser

humano como proceso educativo para la calidad de vida.

Las vertientes presentadas de reflexión acerca de pensamientos y

conocimientos existentes en la Universidad Autónoma del Estado de

México, con respecto a su autonomía propia, sus docentes de educadores

auténticos, y de persona, me permiten decir que es y existe una Alma

Mater para el estudiante con corazón de valiente que desee ser una

persona universitaria con dignidad y con proyecto personal de

21 María del Rosario Guerra González, “La universidad y la educación para la paz y los derechos humanos”, en Universidad y derechos humanos de Noé H. Esquivel Estrada, Juan María Parent Jacquemin, María del Rosario Guerra González y Rodolfo Elizalde Castañeda, Universidad Autónoma del Estado de México, 2001, p. 50.

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compromiso para él mismo y para todo ambiente comunitario contextual

de la sociedad.

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