el parcero rumbeador
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EL PARCERO RUMBEADOR
El hijo de Juana, Martín el más cuajo salióde parranda muy fresco el carajo
con sus gafas negras, chaquetón dorado, sombrero costeño y zapato lustrado.
-¡Vaya que valija!- grita la mamá.
Pero él no se azara y campante se va.
Se encontró en la esquina con su amigo el “visco”
y en seguida dijo: -vamos pa’la disco. Invitemos pronto a Marta y Ramona
que ese par de nenas pagan la melona.
Y cogen el metro en una estación compran los tiquetes con gran emoción.
-Hágale Ramona, súbase mi amor. -Ya voy papacito, me agarró un dolor.
Llegan a la disco, se cogen la mano
y toca el d.j. canción de Fulano. -Esto es una nota, ya me dio calor
tráigaleuna polaa este bailador.
Se toma la pola pide otra canción, le dice a Ramona: - ¡A bailar reguetón! Y a su amigo el visco le pide que baile que está muy pasivo y parece un fraile.
-“Mire parcerito” déjeme tranquilo me llamó mi cucha y me tiene en vilo
que estoy más caído que mango podrido por andar de rumba, por allá no he ido.
-Qué pena muchacho-, contesta la Marta
usted me invitó y me tiene jarta, así que responde y se pone pilas
o me voy de rumba con otras valijas.
Y estando en la riña entre baile y cerveza entra muy molesta su novia Teresa y se vuelve esto la rumba infernal
vuelanlas botellas, ¡qué noche fatal!
El visco se esconde detrás de una silla Teresa lo busca y Marta se irrita,
nadie imaginó esta pesadilla después de una rumba tan relajadita.
Martín el parcero que no es ningún santo
se abre de la rumba antes del espanto se va cauteloso, pues no tiene plata dejando la disco como una vil rata.
Se olvidó de todos, tomó el callejón
dejando en la disco su gran chaquetón con tal mala suerte que en ella dejó
todos sus papeles que el dueño encontró.
A la policía el dueño informó las cuentas y daños todo los pagó y así finaliza otra noche de fiesta
Martín el rumbero, aprendió que estocuesta.