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Las líneas que siguen a continuación tienen como principal finalidad la de dar a conocer los paralelos morfológicos y estilísticos que presentan algunos de los elementos arquitectónicos hallados en dos yaci- mientos arqueológicos de la provincia de Cuenca (las ciudades romanas de Segóbriga y Valeria), relativa- mente cercanos entre sí, y que podrían arrojar algo de luz acerca de los procesos de difusión a nivel in- terprovincial y local de los modelos decorativos apli- cados a la arquitectura durante la época romana, así como su posterior procedimiento de asimilación y ajuste dentro de las tradiciones constructivas autócto- nas de cada territorio. Esta similitud entre los elementos arquitectónicos de ambos yacimientos arqueológicos hay que ponerla muy probablemente en relación directa con el trabajo desarrollado por los talleres de construcción locales, los cuales recogían las nuevas corrientes y tendencias que se estaban llevando a cabo en ciertas ciudades o regiones (entre ellas quizás la más influyente, aunque no la única, fuese la propia Roma) y las reinterpreta- ban en base a diversas variables como pudieran ser el tipo de material pétreo disponible, el sistema de tra- bajo empleado o el peso de las tradiciones arquitec- tónicas y decorativas anteriores a la presencia roma- na. Los elementos arquitectónicos a los que se van a hacer referencia en este trabajo están todos ellos ela- borados en piedra, por lo que los planteamientos, hi- pótesis y conclusiones que se puedan inferir a lo lar- go de los párrafos siguientes estarán referidos al trabajo, ejecución y elaboración de piezas fabricadas con este tipo de material lapídeo. Antes de comenzar con el desarrollo del artículo es conveniente subrayar, salvo notables excepciones centradas en algunas regiones del norte de Italia y del sur de Francia y también algunos estudios referidos al entorno de Augusta Emerita (Mérida) y otros yaci- mientos puntuales del interior peninsular, la escasez de materiales publicados referentes al funcionamien- to y desarrollo de las escuelas y talleres de construc- ción de ámbito provincial y local para el espacio geo- gráfico correspondiente a la Península Ibérica. Esta falta de información hace que, necesariamente, algu- nos de los planteamientos expresados en estas líneas queden supeditados al resultado de futuras investiga- ciones y hallazgos arqueológicos que refrenden, mo- difiquen o desechen los postulados aquí expuestos. LA DIFUSIÓN DE LOS MODELOS DECORATIVOS No cabe la menor duda de que en la Antigüedad, Roma, sobre la base de su condición de capital del Imperio, fue la ciudad que marcó y dirigió si no la totalidad, sí buena parte de los designios políticos, económicos y culturales de los territorios que a ella estaban sometidos. De Roma no sólo emanaron edic- tos, leyes o acuñaciones monetarias con validez en todo el territorio imperial, sino que fue también ex- portadora de ideas y de arquetipos que adquirieron una rápida y amplia difusión en numerosos campos y El papel de los talleres de construcción locales en la difusión de los modelos decorativos en época romana: los casos de Valeria y Segóbriga en Cuenca Javier Atienza Fuente

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Las líneas que siguen a continuación tienen comoprincipal finalidad la de dar a conocer los paralelosmorfológicos y estilísticos que presentan algunos delos elementos arquitectónicos hallados en dos yaci-mientos arqueológicos de la provincia de Cuenca (lasciudades romanas de Segóbriga y Valeria), relativa-mente cercanos entre sí, y que podrían arrojar algode luz acerca de los procesos de difusión a nivel in-terprovincial y local de los modelos decorativos apli-cados a la arquitectura durante la época romana, asícomo su posterior procedimiento de asimilación yajuste dentro de las tradiciones constructivas autócto-nas de cada territorio.

Esta similitud entre los elementos arquitectónicosde ambos yacimientos arqueológicos hay que ponerlamuy probablemente en relación directa con el trabajodesarrollado por los talleres de construcción locales,los cuales recogían las nuevas corrientes y tendenciasque se estaban llevando a cabo en ciertas ciudades oregiones (entre ellas quizás la más influyente, aunqueno la única, fuese la propia Roma) y las reinterpreta-ban en base a diversas variables como pudieran ser eltipo de material pétreo disponible, el sistema de tra-bajo empleado o el peso de las tradiciones arquitec-tónicas y decorativas anteriores a la presencia roma-na.

Los elementos arquitectónicos a los que se van ahacer referencia en este trabajo están todos ellos ela-borados en piedra, por lo que los planteamientos, hi-pótesis y conclusiones que se puedan inferir a lo lar-go de los párrafos siguientes estarán referidos al

trabajo, ejecución y elaboración de piezas fabricadascon este tipo de material lapídeo.

Antes de comenzar con el desarrollo del artículoes conveniente subrayar, salvo notables excepcionescentradas en algunas regiones del norte de Italia y delsur de Francia y también algunos estudios referidosal entorno de Augusta Emerita (Mérida) y otros yaci-mientos puntuales del interior peninsular, la escasezde materiales publicados referentes al funcionamien-to y desarrollo de las escuelas y talleres de construc-ción de ámbito provincial y local para el espacio geo-gráfico correspondiente a la Península Ibérica. Estafalta de información hace que, necesariamente, algu-nos de los planteamientos expresados en estas líneasqueden supeditados al resultado de futuras investiga-ciones y hallazgos arqueológicos que refrenden, mo-difiquen o desechen los postulados aquí expuestos.

LA DIFUSIÓN DE LOS MODELOS DECORATIVOS

No cabe la menor duda de que en la Antigüedad,Roma, sobre la base de su condición de capital delImperio, fue la ciudad que marcó y dirigió si no latotalidad, sí buena parte de los designios políticos,económicos y culturales de los territorios que a ellaestaban sometidos. De Roma no sólo emanaron edic-tos, leyes o acuñaciones monetarias con validez entodo el territorio imperial, sino que fue también ex-portadora de ideas y de arquetipos que adquirieronuna rápida y amplia difusión en numerosos campos y

El papel de los talleres de construcción locales en la difusiónde los modelos decorativos en época romana: los casos de

Valeria y Segóbriga en Cuenca

Javier Atienza Fuente

Administrador
Texto escrito a máquina
Actas del Séptimo Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Santiago 26-29 octubre 2011, eds. S. Huerta, I. Gil Crespo, S. García, M. Taín. Madrid: Instituto Juan de Herrera, 2011

facetas de la vida pública y privada del ciudadano ro-mano. Fue también el espejo en el que se miraron nu-merosas ciudades a la hora de planificar su urbanis-mo y llevar a cabo sus programas de desarrollo yembellecimiento arquitectónicos. De sus talleres sa-lieron modelos arquitectónicos o tendencias decorati-vas que se extendieron primero por las ciudades yprovincias más próximas para llegar, finalmente,hasta los lugares más remotos que conformaban elImperio Romano, así como a algunas de sus zonas deinfluencia.

Con todo, no fue sólo Roma la que difundió patro-nes arquitectónicos que tuvieron una extensión y vi-gencia notables en determinadas zonas. Como se se-ñalará a lo largo de este trabajo, no fueron pocas lasinfluencias que provenían del norte de África y dePróximo Oriente que tuvieron una muy buena acogi-da y llegaron a implantarse sólidamente en la prácti-ca constructiva de algunas escuelas locales.

Estas influencias y tendencias primigenias llega-ban a los talleres y escuelas locales a través de maes-tros constructores que viajaban por todo el territoriodel Imperio llevando consigo los nuevos modelosconstructivos, bien en forma de bocetos o plantillas,seguramente semejantes a los cartones con diseñosque poseían los maestros musivarios, o bien en formade pequeñas maquetas, de terracota o piedra, sin des-deñar el uso de diseños en madera que, debido a loperecedero del material, no han dejado huella en elregistro arqueológico y, por lo tanto, ningún resto hallegado hasta nosotros.

Era inevitable que las nuevas modas arquitectóni-cas y decorativas recibieran a su vez las influenciasde las tradiciones locales y muchos elementos autóc-tonos llegaran a integrarse en una perfecta simbiosisjunto a las novedades recién llegadas.

Este acoplamiento, fusión e integración entre lasnuevas tendencias foráneas de decoración arquitectó-nica y las técnicas y motivos ornamentales tradicio-nales no se realizaba de una manera inmediata, sinoque necesitaba de un proceso más o menos prolonga-do de adecuación y aceptación a las costumbresconstructivas y decorativas locales que, a menudo,implicaba la transformación y reinterpretación de losnuevos elementos a introducir. Por otro lado, la lle-gada de los nuevos motivos arquitectónicos y orna-mentales a los lugares más alejados del foco difusorde los mismos podía prolongarse en el tiempo, y noera infrecuente que en el momento en que las nove-

dades se estaban introduciendo y aplicando en lasprácticas constructivas locales de las provincias ociudades más alejadas, en Roma y en los lugares dedonde habían emanado, estas prácticas ya estabanobsoletas y desfasadas o habían caído en desuso.

Así pues, hay que tener en cuenta que las noveda-des tipológicas no se integraban en los restringidosámbitos constructivos y decorativos provinciales olocales en su formato original surgido de la fuente di-fusora sino que, por el contrario, se suelen presentarcon añadidos y variaciones provenientes de las tradi-ciones regionales de cada territorio.

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LOS ELEMENTOS

ARQUITECTÓNICOS DE LA CIUDAD ROMANA DE

VALERIA

La ciudad romana de Valeria se encuentra situada enlo alto de un promontorio rocoso flanqueado al sur yal este por las paredes casi verticales, y de varias de-cenas de metros en algunos puntos, que conforman lahoz del río Gritos, el cual discurre al fondo del valle.Sin duda, estas formidables condiciones defensivasnaturales junto a una posición estratégica y de con-trol en las rutas que se dirigían al sur de la meseta,debieron influir para que, en un momento indetermi-nado de principios del siglo I a. C., este paraje se en-contrase ocupado por un notable grupo de poblacióndotado ya de un urbanismo organizado donde se inte-graban espacios públicos y edificios administrativos,según ha podido confirmar la arqueología.

Durante la primera mitad del siglo I d. C. la ciudadsufre una profunda modificación en sus estructurasconstructivas cuando se lleva a cabo un programa demonumentalización arquitectónica que cambia drás-ticamente la fisonomía del núcleo urbano, especial-mente la zona del foro y sus edificios aledaños. Al-gunas construcciones anteriores son desmanteladashasta los cimientos, que quedan amortizados en lascimentaciones de las nuevas edificaciones, y así hanaparecido en las excavaciones arqueológicas llevadasa cabo en el lugar.

Tras esta etapa de grandes transformaciones urba-nísticas, la actividad edilicia evidencia una desacele-ración, lo que no quiere decir que desapareciera porcompleto, ya que se han podido documentar arqueo-lógicamente diversas remodelaciones y reutilizacio-nes de elementos arquitectónicos a lo largo del siglo

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II d. C. y siguientes, hasta bien entrado el siglo V.Los elementos arquitectónicos localizados en Va-

leria que se han sido seleccionados para el presenteestudio se localizan en el interior de la iglesia de laSey, en pleno casco urbano de la localidad actual deValeria.1 Se trata de componentes constructivos deépoca romana que fueron reutilizados durante laconstrucción de la mencionada iglesia parroquial for-mando parte del núcleo interno cuatro de los pilaresque dividen el espacio interior del edificio en tres na-ves. Su descubrimiento se efectuó en el transcurso deunas obras de restauración que afectaron a gran partede la estructura del edificio y que fueron llevadas acabo a principios de la segunda mitad del pasado si-glo.

Todos los elementos conforman un conjunto desiete capiteles y veinte tambores de columna cuyoestado de conservación es relativamente bueno al ha-ber sufrido pocas alteraciones respecto a su aspectooriginal por el hecho de haber permanecido ocultosen el interior de los pilares. Esta circunstancia posibi-lita y facilita en gran medida una aproximación al es-tudio de sus características técnicas y tipológicas,que es el que vamos a acometer en este apartado.

Tratar de realizar un estudio detallado de los capi-teles, dada su complejidad y variedad de tipos, resul-taría una tarea que rebasaría con creces la extensióny finalidad de este trabajo introductorio, por lo queme centraré en la descripción de los tambores de co-lumna que, para la finalidad de mostrar la difusión delos modelos arquitectónicos en un espacio geográficodeterminado, resultan verdaderamente representati-vos.

Del total de los veinte tambores de columna locali-zados, se puede proceder a una primera división entres grupos, atendiendo a su decoración superficial ya la molduración recibida. Así, encontramos un pri-mer conjunto, el más numeroso, formado por sietetambores lisos o carentes de decoración. Este tipo detambores de columna, dada su abundancia y homo-geneidad a lo largo de toda la historia de la arquitec-tura romana, no aportan ninguna información signifi-cativa respecto al objetivo perseguido en este trabajo,por lo que no me extenderé en la descripción de losmismos. En algunos casos la superficie era origina-riamente lisa, en otros se detectan indicios de reto-ques o alteraciones posteriores que acabaron contodo resto o con parte de la decoración o moldura-ción precedente, quizás en el momento de su reutili-

zación en el interior de los pilares.El segundo grupo de tambores de columna lo

constituyen aquellos que presentan una decoración abase de estrías o acanaladuras verticales. De las dosunidades que conforman el grupo, uno de ellos pre-senta las acanaladuras macizas o rellenas por unamoldura convexa, un baquetón o junquillo (contraca-nal) en la mayor parte de su longitud, quedando elresto de la pieza recorrida por acanaladuras exentas(Fig. 1); el tambor restante dentro de este grupo tienesu superficie decorada con acanaladuras exentas entoda su longitud (Fig. 2). En lo dos casos, las acana-laduras se encuentran separadas por listeles lisos, tra-bajados a cincel y sin ningún tipo de ornamento. Hayque señalar que este tipo de fustes estriados, con pre-sencia de contracanales o sin ellas, es muy represen-

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Figura 1Tambor de columna de Valeria decorado con acanaladurasverticales y contracanales en dos tercios de su longitud. Ar-chivo propio

tativo de la arquitectura romana en todo tipo de edifi-caciones y presenta muy pocas variaciones a lo largode toda la época romana.

El tercer grupo de tambores de columna correspon-de a un conjunto de dos unidades con la superficiemoldurada a base de acanaladuras en espiral, que re-corren verticalmente el fuste, separadas por listeles li-sos que, lógicamente, también adoptan una forma he-licoidal. Uno de ellos correspondería al tambor finalde una estructura columnar (sumoscapo), dado que enuno de sus extremos se conserva el final de las acana-laduras a base de meniscos cóncavos para cada unade éstas, y el astrágalo, una moldura compleja forma-da por un caveto y medio bocel, que conformaría elfinal del fuste. Sobre la superficie superior de estetambor se apoyaría el capitel correspondiente.

Un cuarto conjunto lo compondrían cuatro tambo-res de columna que, al igual que en el segundo grupocomentado anteriormente, presenta una decoración abase de acanaladuras o estrías verticales separadascada una de ellas por medio de un listel. La peculiari-dad de este grupo de elementos arquitectónicos radi-ca en la aparición de un nuevo elemento decorativolabrado sobre los listeles de separación de las acana-laduras (Fig. 3). Se trata de una ornamentación en re-lieve a base de cuentas o perlas combinadas con hu-sillos o carretes que recorren longitudinalmente loslisteles y que ocupan casi la totalidad de la superficiede éstos (Fig. 4). El ritmo de este singular tipo de or-namentación es el siguiente: a cada forma de huso ocarrete le siguen dos perlas o cuentas unidas, y así en

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Figura 2Tambor de columna de Valeria decorado con acanaladurasverticales exentas separadas por listeles lisos. Archivopropio

Figura 3Tambor de columna de Valeria con acanaladuras verticalesy listeles decorados con relieves. Archivo propio

toda la longitud de los listeles. En la labra de las per-las o cuentas es posible observar perfectamente, aunen el caso de aquellos tambores que presentan unmayor grado de deterioro, el uso del trépano o tala-dro de mano, lo que produce un llamativo juego deluces y sombras a lo largo de toda la superficie deco-rada de esta manera.

Un quinto conjunto se podría formar agrupando alos cuatro tambores que, presentando una decoraciónestriada a base de acanaladuras helicoidales, como enel grupo que se ha comentado en tercer lugar, contie-ne en los listeles de separación entre las acanaladurasunos relieves ornamentales a base de cuentas y carre-tes en todo semejante al descrito en el párrafo ante-rior. Uno de estos tambores de columna conserva ín-tegro el astrágalo y el final de las acanaladuras, porlo que formaría parte del sumoscapo de una estructu-

ra columnar sobre la que se apoyaría un capitel (Figs.5 y 6).

La sexta y última subdivisión de los tambores decolumna valerienses estaría formada por una solaunidad. La peculiaridad de este tambor radica enque la totalidad de su superficie estaría completa y

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Figura 4Detalle de la decoración en relieve que recorre los listelesentre las acanaladuras. Archivo propio

Figura 5Tambor de columna de Valeria con fuste acanalado helicoi-dalmente y decoración en relieve sobre los listeles. En laparte inferior de la imagen se advierte el astrágalo de coro-nación del fuste. Archivo propio

profusamente cubierta de motivos ornamentales deinspiración vegetal a base de roleos, guirnaldas yacantos labrados en relieve (Fig. 7). El estado deconservación de este tambor de columna y su deco-ración es muy bueno, por lo que es posible observarel frecuente uso del trépano por parte del artesanoencargado de llevar a cabo la talla decorativa. Lasperforaciones dejadas por este instrumento, la exu-berancia vegetal de los relieves, las formas torsio-nadas y superpuestas de los motivos decorativos,así como las formas denticuladas de roleos, acantosy cardos, ofrecen un vivo contraste de claroscuro alo largo de toda la superficie de este tambor de co-lumna.

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LOS ELEMENTOS

ARQUITECTÓNICOS DE LA CIUDAD ROMANA DE

SEGÓBRIGA

La ciudad romana de Segóbriga se encuentra locali-zada en el cerro Cabeza de Griego a pocos kilóme-tros de la localidad conquense de Saelices. Las exca-vaciones arqueológicas han confirmado unaocupación continuada del lugar al menos desde elprimer tercio del siglo I a. C. En torno al cambio deera, las estructuras cesarianas son arrasadas y des-manteladas en el curso de un enorme proyecto demonumentalización urbana que modifica completa-mente el aspecto anterior de la ciudad y tras el que elnúcleo urbano debió conseguir su mayor grado dedesarrollo. Este gran programa de remodelación ar-quitectónica quizá haya que relacionarlo con la pro-

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Figura 6Detalle de la decoración en relieve labrada sobre los listeleshelicoidales. Archivo propio

Figura 7Tambor de columna de Valeria con la superficie del fustecompletamente cubierta de relieves con motivos vegetales,roleos, acantos y guirnaldas. Archivo propio

moción del núcleo urbano a la categoría jurídica demunicipio y a su posición capital respecto a la ges-tión sobre la explotación y comercialización del lapisspecularis (yeso translúcido de gran calidad suscepti-ble de ser laminado y utilizado principalmente comocerramiento de ventanas, entre otros usos). Sin duda,Segóbriga sería el núcleo principal de un extenso te-rritorio, y una de las ciudades más importantes detoda la submeseta sur.

Durante este vasto programa arquitectónico, apa-recen o se remodelan nuevos espacios públicos,como el foro, verdadero motor de la vida pública yprivada de los ciudadanos que habitaban en la ciudado en sus alrededores. En torno a esta plaza pública selocalizan los edificios de carácter político y religiosomás importantes de la urbe. Es ahora, durante el cur-so de este amplio esfuerzo constructivo, cuando laciudad se dota de teatro y anfiteatro, dos edificiosdestinados a acoger actividades de espectáculos yque gozaban de gran popularidad entre la poblaciónlocal, al igual que las termas monumentales levanta-das en la terraza intermedia del cerro, al oeste de laplaza forense, que también datan de este momento.En el último tercio del siglo I d. C. todos o gran partede estos nuevos ámbitos arquitectónicos debían deestar acabados e incluso en pleno funcionamiento, ajuzgar por las evidencias arqueológicas que han arro-jado las excavaciones sistemáticas de las que hansido objeto en las últimas décadas.

Tras este episodio de intensa actividad edilicia seabre un periodo en el que no se documentan grandesproyectos arquitectónicos, aunque ello no quiere de-cir que los trabajos de construcción y edificación de-saparecieran por completo, pues en diversos puntosde la ciudad romana se han documentado actuacionessignificativas, aunque puntuales. Habrá que esperar ala segunda mitad del siglo II d. C. para que Segóbri-ga se embarque en otro proyecto constructivo degran envergadura. Me estoy refiriendo a la construc-ción de un tercer edificio de espectáculos, el circo,localizado en la campaña arqueológica de 2004 y ex-cavado parcialmente durante las cuatro campañasposteriores. Este inmenso edificio exigió, con todaprobabilidad, una exhaustiva planificación construc-tiva.

A lo largo del siglo IV d. C. se produce un lentopero constante abandono de los principales monu-mentos y espacios urbanos de Segóbriga lo que seríaun síntoma del notable declive económico de la ciu-

dad en esos momentos y de su progresiva transfor-mación en un centro de carácter rural. Esta tendenciaya no se detendría y, a pesar de que en época visigo-da todavía seguía siendo un núcleo poblacional derelativa importancia, tras la Reconquista sólo subsis-tía una pequeña población rural, de carácter residual,que acabaría por desaparecer completamente.

A diferencia de lo que ocurre en Valeria, donde laspiezas de época romana a las que hemos hecho refe-rencia se encuentran todas reutilizadas en una mismaconstrucción medieval, en Segóbriga la dispersión delos fragmentos arquitectónicos seleccionados paraeste trabajo es más notable. No obstante, atendiendoal lugar de su hallazgo, es posible circunscribirlasprácticamente en su totalidad a un único ámbito ar-quitectónico: el teatro.

Para el caso de Segóbriga se utilizará la misma di-visión y agrupación que se ha establecido al describirlos elementos arquitectónicos tomados como ejemplopara el caso de Valeria. De la misma manera, no setratará ni del estudio ni de la descripción de los capi-teles pertenecientes al teatro o a otros ámbitos arqui-tectónicos cercanos por las mismas razones de com-plejidad y extensión esgrimidas en el apartadoanterior.

Ya se ha señalado apartado anterior que los tam-bores de columna lisos apenas aportan informaciónrelevante acerca de la difusión de los modelos orna-mentales, por lo que se prescindirá aquí de hacer unadescripción exhaustiva de los mismos, habida cuentade la gran cantidad de este tipo de elementos arqui-tectónicos que han sacado a la luz las diferentes cam-pañas de excavación arqueológica desarrolladas en elyacimiento segobrigense. Prácticamente no hay nin-gún edificio en el yacimiento de Segóbriga de losque se han excavado hasta la actualidad en los queno se haya sacado a la luz algún elemento arquitectó-nico de esta tipología. Es posible que algunos de lostambores de columna que actualmente presentan unacabado superficial liso hayan sido objeto de reto-ques posteriores, con la finalidad de ser reutilizados,que habrían hecho desaparecer cualquier resto orna-mental en el caso de que los tuvieran.

Respecto a los tambores de columna con decora-ción estriada a base de acanaladuras verticales sepa-radas por listeles lisos, cincelados y sin decoración,en Segóbriga existe una amplia representación deesta tipología con diferentes diámetros de fuste (Fig.8). Tanto en el teatro como en la basílica forense, por

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citar tan sólo dos lugares concretos, se han exhuma-do piezas de este tipo que presentan tanto acanaladu-ras exentas como con contracanales. La informaciónque se puede inferir del estudio de este tipo de ele-mentos arquitectónicos respecto al trabajo de los ta-lleres locales es poco significativa, dada la continui-dad que esta tipología de columnaria tuvo a lo largoy ancho de toda la geografía del Imperio romano.

En cuanto a los tambores de columna estriados cu-yas acanaladuras recorren el fuste en espiral, losejemplos hallados en Segóbriga prácticamente se cir-cunscriben al entorno del teatro o sus alrededores(Fig. 9). Se acepta como muy probable que formabanparte de la decoración arquitectónica del frente de es-cena de este edificio. En algún caso se ha conservadola estructura columnar completa, desde la basa hastael capitel. En cuanto a sus características, son en todosemejantes a lo apuntado para los ejemplos de Va-leria.

En el mismo ámbito arquitectónico del teatro deSegóbriga no he podido documentar ningún ejemplode tambor de columna con decoración estriada a basede acanaladuras verticales separadas por listeles, loscuales habrían recibido el tipo de decoración a basede husos y cuentas que se describía en el cuarto gru-po del apartado anterior referido a Valeria. No obs-tante, es muy probable que este tipo de fuste de co-lumna haya tenido su uso en Segóbriga, al menos enla ornamentación arquitectónica del frente escénicodel teatro, dado que, como se verá en el conjunto si-guiente, la específica decoración de los listeles a base

de contarios sí se encuentra documentada arqueoló-gicamente.

Aún más numerosos en el yacimiento de Segóbri-ga son los tambores de fuste con decoración estriadamediante acanaladuras helicoidales separadas por lis-

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Figura 8Conjunto de tambores de columna acanalados verticalmentetal y como fueron exhumados en las excavaciones arqueo-lógicas del área del teatro de Segóbriga. Archivo propio

Figura 9Reconstrucción con elementos originales de una columna defuste salomónico o con acanaladuras en espiral en la zonadel frente escénico del teatro de Segóbriga. Archivo propio

teles decorados con husos y cuentas (Figs. 10 y 11).Son en todo semejantes a los descritos en el caso deValeria, y su hallazgo se circunscribe a la excavacióndel Teatro o han aparecido en los alrededores delmismo. Se cree que formaban parte de la decoraciónarquitectónica del frente escénico del citado edificiode espectáculos.

Por lo que se refiere al tipo de tambor de columnadecorado en la totalidad de su superficie con unagran profusión de relieves que representan elementosvegetales, máscaras y guirnaldas, exhumados del ya-cimiento de Segóbriga, se conservan dos ejemplos

expuestos en el Museo Arqueológico Provincial de lacapital conquense (Fig. 12). Los motivos decorativosy la técnica empleada en su ejecución son en todoparalelos a los que forman la ornamentación delejemplo conservado en Valeria.

CONCLUSIONES

Una vez terminada la descripción de algunos de loselementos arquitectónicos más significativos, y úni-cos desde el punto de vista ornamental, tanto de Va-leria como de Segóbriga, es pertinente realizar unaserie de valoraciones y puntualizaciones que permi-tan llegar al establecimiento de unas hipótesis de tra-bajo y unas conclusiones que puedan poner en rela-ción los hallazgos de ambos yacimientos.

En primer lugar, es de destacar la realización demanera simultánea y en ambos yacimientos de sen-dos proyectos de monumentalización arquitectónicay urbana que comienzan poco antes del cambio deera y que se prolongan a lo largo de casi todo el sigloI d. C. En ambos casos se desmantelan o arrasan lasestructuras preexistentes para conseguir espaciosdonde levantar las nuevas construcciones. Hay quepresuponer que la puesta en marcha y ejecución de

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Figura 10Fuste de columna con acanaladuras en espiral y listeles de-corados con motivos en relieve localizado en las proximida-des del teatro de Segóbriga. En la parte inferior de la piezaes posible distinguir la moldura de coronación del fuste,donde apoyaba el capitel correspondiente

Figura 11Detalle de la decoración en relieve que recorre los listelesde separación entre las acanaladuras de la figura anterior

estos vastísimos programas constructivos atraería alas dos ciudades a un gran número de personas, li-bres y esclavas, para ser empleados en labores cons-tructivas cotidianas, así como en aquellas otras querequerían alguna destreza concreta o precisaban dealguna habilidad especializada. En este último caso ydesde mi punto de vista, no es descartable la presen-cia de uno o varios artesanos especialistas en la labrade piedra, trabajando personalmente u organizandolas actividades constructivas de forma simultánea oalternativamente en ambas ciudades romanas.

Finalizados los programas constructivos monu-mentales, la actividad edilicia tuvo que verse reduci-da notablemente. No obstante, el trabajo de artesanos

especializados en la labra de la piedra y otras activi-dades afines debieron mantener una actividad conti-nuada e intensa atendiendo a otras necesidades cons-tructivas relacionadas, entre otras temáticas, con elmundo funerario. Este hecho es especialmente evi-dente en Segóbriga, donde ha sido objeto de un estu-dio específico.2

Hay que tener en consideración también el hechode que, con toda probabilidad, ambos conjuntos deelementos estructurales descritos pertenecen a unmismo edificio o, cuando menos a un mismo com-plejo arquitectónico. Esta afirmación viene avalada,en el caso valeriense, por el hecho de presentar lostambores de columna una misma modulación en susmedidas, sobre todo en el diámetro de los tambores,coincidente con la base de los capiteles hallados en elmismo lugar, y la repetición de un mismo ritmo de-corativo en sus motivos ornamentales; en el caso se-gobrigense, la aparición de los elementos arquitectó-nicos descritos más arriba, en un mismo entornoarqueológico, apuntaría en la misma dirección depertenecer a la misma construcción. Ya se ha apunta-do que se acepta que los elementos arquitectónicosde Segóbriga pertenecerían a la decoración del frenteescénico del teatro, que cerraría el edificio por elnorte. Para Valeria, algún autor ha apuntado la posi-bilidad de que los elementos constructivos hallados,embutidos en los pilares de la iglesia parroquial de lalocalidad, perteneciesen a un gran edificio monu-mental de carácter urbano, quizás un templo, encla-vado en la única zona de libre expansión urbana deque disponía Valeria, debido a la peculiar configura-ción geomorfológica y topográfica de su entorno.3

Por otro lado, hay que hacer una mención obligadaacerca de la falta absoluta de paralelos morfológicosy estilísticos en los yacimientos de época romanacercanos, con los que poder poner en relación losejemplos aquí expuestos. Este hecho, que puede de-berse tanto a la exclusividad de las piezas arquitectó-nicas, como al hecho de que, aún existiendo ejem-plos análogos, todavía no han sido hallados, hace quecobre fuerza la hipótesis de la existencia de un tallerespecializado u officina encargado de la elaboraciónde los elementos arquitectónicos o, cuando menos,interviniendo en la labra de la decoración de las pie-zas.

Los ejemplos arquitectónicos más cercanos conlos que poder establecer paralelos estilísticos y mor-fológicos de estas tendencias ornamentales hay que

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Figura 12Tambor de columna con su superficie cubierta de relievesque representan motivos vegetales, guirnaldas, roleos, acan-tos y máscaras. Exhumado en Segóbriga en la década de1960, junto con otros ejemplares de similares característi-cas, en la actualidad se encuentra expuesto en el MuseoProvincial de Cuenca

situarlos en el Oriente del Imperio, principalmente enel norte de África, con la excepción de algunos ejem-plos peninsulares. Este hecho, la propia exclusividady excepcionalidad de los motivos ornamentales utili-zados en los ejemplos descritos, lleva a plantear laposibilidad de que el maestro o los maestros artesa-nos encargados de labrar en los bloques de piedra losrelieves decorativos hubieran tenido una formaciónprevia en algún taller oriental o conocieran profunda-mente las corrientes decorativas que se estaban utili-zando en aquellos lugares.

NOTAS

1. Una primera sistematización de los elementos arquitec-tónicos localizados en el interior de los pilares de laiglesia parroquial de Valeria se puede encontrar enConce López (1997).

2. Abascal Palazón 1992, donde se realiza una magníficasíntesis del funcionamiento, características estilísticas,cronología y difusión de los productos de esta officinasegobrigense.

3. Conce López 1997.

LISTA DE REFERENCIAS

Abascal Palazón, J. M. 1992. «Una officina lapidaria en Se-góbriga. El taller de las series de arcos». Hispania Anti-qua 16. 309-343.

Abascal, J. M.; Almagro-Gorbea, M. y Cebrián, R. 2007.Segóbriga. Guía del Parque Arqueológico. Toledo: Juntade Comunidades de Castilla-La Mancha.

Adam, Jean-Pierre. [1989] 1996. La construcción romana,materiales y técnicas. León: Editorial de los Oficios.

Atienza Fuente, J. 2009. «Explotación de canteras para laobtención de material constructivo en época romana: elejemplo de Segóbriga». En Actas del Sexto CongresoNacional de Historia de la Construcción 1: 119-128.Madrid: Instituto Juan de Herrera.

Atienza Fuente J. 2010. «Cantería y construcción pétrea enépoca romana. Una aproximación al estudio del trabajo dela piedra en la ciudad de Segóbriga». Studia Academica.Revista de Investigación Universitaria 16: 11-72. Cuenca:Centro Asociado a la UNED «Alfonso de Valdés».

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Talleres constructivos locales en época romana 93