el origen del sistema de pensiones en latinoamérica se origina en chile

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El origen del sistema de pensiones en Latinoamérica se origina en Chile. En realidad, el modelo chileno está basado en el sistema privado de jubilación de Estados Unidos, aplicado masivamente a todos los trabajadores de la economía a partir de lo que fue el viejo sistema estatal de reparto. Todos los meses el trabajador chileno deposita 10 por ciento de su salario comparado con 20 por ciento que depositaba en el quebrado sistema de reparto a uno de los actuales seis administradores de fondos de pensiones (AFP) de su elección. La característica emblemática del sistema es su total movilidad: cuando uno cambia de trabajo conserva los beneficios. Las AFP operan como fondo mutuo con restricciones según el grado de riesgo de inversión que el ahorrador quiere asumir para sus recursos. A pesar del origen ideológico que tuvo el sistema ideado por los famosos economistas Chicago Boys que trabajaban para el gobierno de Augusto Pinochet, las AFP hoy día son el sostén del mercado financiero de la economía chilena y gozan de aprobación casi unánime de los usuarios. Según el gobierno, 10 por ciento del crecimiento registrado por la economía chilena desde 1981 se atribuye directamente a los ahorros e inversiones generados por los AFP. Por los rendimientos que ofrecen y que promedian 10 por ciento anual, durante el mismo lapso los activos que manejan las AFP han aumentado vertiginosamente desde 17 millones de pesos en 1981 a los actuales 50 mil millones, equivalentes a 70 por ciento del PIB. A pesar de que Chile es la sexta economía de América Latina, "no hay otro país cuyo sistema de pensiones haya amasado semejante riqueza", asegura Ben Laidler, estratega del banco UBS Warburg, en Santiago. Tanto dinero mueven las AFP en Chile que no hay forma de invertirlo todo. Para ampliar las posibilidades de inversión las autoridades empezaron a flexibilizar las regulaciones en 1996 para dejar que las AFP coloquen sus fondos fuera del país. Hoy día casi la tercera parte de su cartera está colocada en valores extranjeros, principalmente en Estados Unidos y Europa. Aun así, un alto porcentaje del total, cerca de 15 por ciento, está

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Page 1: El origen del sistema de pensiones en latinoamérica se origina en chile

El origen del sistema de pensiones en Latinoamérica se origina en Chile.

En realidad, el modelo chileno está basado en el sistema privado de jubilación de Estados Unidos, aplicado masivamente a todos los trabajadores de la economía a partir de lo que fue el viejo sistema estatal de reparto. Todos los meses el trabajador chileno deposita 10 por ciento de su salario comparado con 20 por ciento que depositaba en el quebrado sistema de reparto a uno de los actuales seis administradores de fondos de pensiones (AFP) de su elección. La característica emblemática del sistema es su total movilidad: cuando uno cambia de trabajo conserva los beneficios. Las AFP operan como fondo mutuo con restricciones según el grado de riesgo de inversión que el ahorrador quiere asumir para sus recursos.

A pesar del origen ideológico que tuvo el sistema ideado por los famosos economistas Chicago Boys que trabajaban para el gobierno de Augusto Pinochet, las AFP hoy día son el sostén del mercado financiero de la economía chilena y gozan de aprobación casi unánime de los usuarios. Según el gobierno, 10 por ciento del crecimiento registrado por la economía chilena desde 1981 se atribuye directamente a los ahorros e inversiones generados por los AFP. Por los rendimientos que ofrecen y que promedian 10 por ciento anual, durante el mismo lapso los activos que manejan las AFP han aumentado vertiginosamente desde 17 millones de pesos en 1981 a los actuales 50 mil millones, equivalentes a 70 por ciento del PIB. A pesar de que Chile es la sexta economía de América Latina, "no hay otro país cuyo sistema de pensiones haya amasado semejante riqueza", asegura Ben Laidler, estratega del banco UBS Warburg, en Santiago.

Tanto dinero mueven las AFP en Chile que no hay forma de invertirlo todo. Para ampliar las posibilidades de inversión las autoridades empezaron a flexibilizar las regulaciones en 1996 para dejar que las AFP coloquen sus fondos fuera del país. Hoy día casi la tercera parte de su cartera está colocada en valores extranjeros, principalmente en Estados Unidos y Europa. Aun así, un alto porcentaje del total, cerca de 15 por ciento, está colocado en depósitos bancarios de corto plazo, inversiones que ganan bajísimos intereses. "Hay margen para ampliar los límites hasta 50 por ciento sin asumir muchos riesgos", expresa Joaquín Cortez, gerente de inversiones para AFP Provida, la empresa de este tipo más grande de Chile, cuyo dueño es el español BBVA.

El problema principal para las AFP, señalan los analistas, es que Chile tiene un mercado de capitales demasiado chico para absorber adecuadamente semejante caudal de dinero. Casi 80 por ciento de las acciones que cotizan en bolsa están en manos de los AFP, cuyas grandes beneficiarias han sido las empresas chilenas. Cientos de ellas desde la cadena de tiendas Falabella hasta la línea aérea Lan Chile dependen de las AFP y no de los vaivenes de los inversionistas extranjeros. "Para muchas empresas sería imposible financiarse si no fuera por las AFP", dice Cristián Rodríguez, gerente de inversiones del AFP Hábitat. Y ahora también empresas extranjeras están descubriendo las AFP como fuente alternativa de financiamiento. En 2001 Hilton Hotels Corporation colocó 100 millones de dólares en bonos en el mercado local, y fue la primera empresa en hacerlo.

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Con semejante concentración del mercado "hay un riesgo de un burbuja de precios", indica Rodríguez, "porque, en general, las AFP son compradores de largo plazo". Por eso las AFP insisten tanto en aumentar los niveles de inversión en el exterior. Como todo fondo mutuo su meta principal es maximizar los rendimientos minimizando los riesgos. A diferencia de Argentina, donde casi 50 por ciento de las carteras de los fondos de pensión está invertido en bonos del Estado ahora en suspensión de pagos, en Chile la exposición a los recursos del estado no supera 25 por ciento.

Por supuesto, el sistema chileno tiene defectos. Hay todavía un porcentaje elevado de trabajadores que no está en la economía formal. Para esa gente no hay AFP que la cubra. Tampoco recibe beneficios los desempleados, que rondan 7 por ciento de la población.

Aun así el sistema da una enorme tranquilidad a muchos chilenos y sirve de modelo a países tan lejanos como Corea del Sur y Ucrania. Este año más de mil millones de dólares estará colocado en los llamados bonos de infraestructura, títulos garantizados que financian una ola de inversión en obras públicas, ejecutado mediante concesiones privadas, que no tiene precedente en la América Latina. Como bien han aprendido en Chile no hace falta ahora llegar hasta la vejez para disfrutar de su jubilación. Lo hacen todos los días miles de automovilistas viajando de Santiago a Viña del Mar, en el Pacífico. Un cartel les recuerda: "Sus ahorros financian esa carretera y esa carretera financiará su jubilación". "Es un círculo perfecto de inversión," asegura Alvaro González, gerente local de Sacyr, firma española de construcción que opera la autopista. "Seguramente Chile no tendría una infraestructura tan moderna si no fuera por los AFP"

Como un sistema caro que no da resultados. Así catalogan al actual sistema privado de pensiones de los trabajadores chilenos distintos actores sociales que están articulándose en contra de las llamadas AFP, modalidad instaurada en 1980 con grandes pretensiones, pero que hoy es cuestionado incluso por uno de sus principales impulsores: El Banco Mundial.

Advertencias del Banco Mundial

El informe "Manteniendo la promesa de seguridad de los ingresos en la vejez en América Latina", elaborado por los funcionarios del Banco Mundial (BM), Indermit Gill, Asesor Económico de la Red de Reducción de la Pobreza y Gestión Económica del BM; Juan Yermo, de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y Truman Packard, Economista Senior de la Oficina Regional del Banco para América Latina y el Caribe, reconoce que el sistema "no está funcionando bien en Latinoamérica”, donde los trabajadores jubilan, con sueldos hasta 3 veces menor a su último sueldo mientras eran trabajadores activos.

Según un documento elaborado por Sergio Vásquez Ochoa, presidente de la Asociación Consumidores Arica y directivo de la Federación Usuarios AFP Arica y Parinacota, es la primera vez que el BM realiza una revisión de los resultados de esta reforma previsional, y menciona comentarios del periodista argentino Maximiliano Montenegro: "La privatización del sistema no está ofreciendo los beneficios que se prometían a los afiliados.” Las razones serían las ‘excesivas comisiones’ cobradas por las AFP, que se han mantenido desde los primeros días, y la emergencia

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de un oligopolio (pocos oferentes para mucha demanda) de un selecto grupo de administradoras con un mercado cautivo".

La segunda conclusión, indica el documento, es que "una gran mayoría de trabajadores está quedando completamente excluida del sistema de seguridad social y previsional, por lo que en el futuro habrá una marea de jubilados sin haberes.” Al respecto, se menciona que “en Chile alrededor del 50% de los trabajadores están cubiertos por el sistema, que el 50% de ellos sólo obtendrá pensiones mínimas al jubilarse y que cerca de 3 millones de personas no accederían a beneficios previsionales, por no cotizar regularmente.”

“Rescata además el caso de Argentina, “donde luego de la bajas en los fondos de los afiliados, su Presidenta, presentó un proyecto de sistema Previsional estatal y en dos meses, desaparecían las AFP, se implementó y los trabajadores comenzaron a jubilar con el doble de de lo estimado en las AFP. Que sean los análisis del propio Banco Mundial, gran promotor de la privatización de las economías, los que nos confirmen que no estamos empeñados en estériles y trasnochadas luchas por los derechos de los trabajadores.”