el origen de las ciudades y las revoluciones urbanas

146
Teórica 2. Origen, condiciones y revoluciones urbanas La historia de una ciudad revela que ella crea un tipo de vida singular, siempre expresado por algún sector de su sociedad, que elabora un esquema determinado y que es imitado durante siglos. Así, por ejemplo, es común referirse a Amsterdam como una “ciudad burguesa o gótica” o a Viena como una “ciudad señorial o barroca”. Sin embargo, esta imagen no agota la representación completa de la ciudad. Existe un estilo de vida, una cultura, una perpetuación de condiciones que se mantienen aunque cambian con las épocas y las circunstancias. En un contexto doble, físico y social, la historia de la ciudad, sus formas, sus estructuras y sus significados son constantemente reinterpretados. Y en cada nuevo marco explicativo, se enfrenta claramente la naturaleza paradójica de los logros urbanos. En todo caso, la ciudad es considerada como el más notable ejemplo de voluntad humana para sojuzgar el paisaje e imponer un orden (diferente al de la naturaleza). Pero a la vez, la ciudad nos ofrece un paisaje marcado por la fragmentación y la segregación sociales, y en las modernas experiencias, el estrés y la alienación. Desde otro punto de vista, mientras que muchas ciudades son fundadas, tienen un comienzo, son creadas deliberadamente, como Roma o Buenos Aires, otras, como Rosario o Amsterdam, no lo fueron, es decir, no tienen una fundación deliberada e intencional, sino que aparecen como concentraciones y aglutinaciones de pobladores. En todo caso, si innumerable cantidad de ciudades no han sido creadas deliberadamente con un acta, una fecha, un fundador y una bandera, realmente siempre han sido “fundadas” por un grupo humano que decidió abandonar su estilo de vida y adoptar otro nuevo, dejar atrás un tipo de sociedad y constituir mediante una especie de pacto tácito una sociedad diferente. Más allá de la permanencia de una ciudad y de su importancia, en cada ciudad existe una tarea de creación absolutamente original e irreductible que signa no sólo la vida histórica de la comunidad, sino que perpetúa en el tiempo, de generación en generación, cuyas creaciones son definitivamente inseparables de dicha ciudad. Las ciudades nacen y crecen, aunque también tienen períodos de estancamiento o franco retroceso. La ciudad “ayuda a hacer cosas”. No obstante, la ciudad no sólo es controlada por la gente sino que también controla a la gente. Esto queda claramente ilustrado en el antiguo ideograma chino:

Upload: fernando-majas

Post on 22-Jan-2016

759 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Teórica 2. Origen, condiciones y revoluciones urbanas

La historia de una ciudad revela que ella crea un tipo de vida singular, siempre expresado por algún sector de su sociedad, que elabora un esquema determinado y que es imitado durante siglos. Así, por ejemplo, es común referirse a Amsterdam como una “ciudad burguesa o gótica” o a Viena como una “ciudad señorial o barroca”.

Sin embargo, esta imagen no agota la representación completa de la ciudad. Existe un estilo de vida, una cultura, una perpetuación de condiciones que se mantienen aunque cambian con las épocas y las circunstancias.

En un contexto doble, físico y social, la historia de la ciudad, sus formas, sus estructuras y sus significados son constantemente reinterpretados. Y en cada nuevo marco explicativo, se enfrenta claramente la naturaleza paradójica de los logros urbanos. En todo caso, la ciudad es considerada como el más notable ejemplo de voluntad humana para sojuzgar el paisaje e imponer un orden (diferente al de la naturaleza). Pero a la vez, la ciudad nos ofrece un paisaje marcado por la fragmentación y la segregación sociales, y en las modernas experiencias, el estrés y la alienación.

Desde otro punto de vista, mientras que muchas ciudades son fundadas, tienen un comienzo, son creadas deliberadamente, como Roma o Buenos Aires, otras, como Rosario o Amsterdam, no lo fueron, es decir, no tienen una fundación deliberada e intencional, sino que aparecen como concentraciones y aglutinaciones de pobladores.En todo caso, si innumerable cantidad de ciudades no han sido creadas deliberadamente con un acta, una fecha, un fundador y una bandera, realmente siempre han sido “fundadas” por un grupo humano que decidió abandonar su estilo de vida y adoptar otro nuevo, dejar atrás un tipo de sociedad y constituir mediante una especie de pacto tácito una sociedad diferente.

Más allá de la permanencia de una ciudad y de su importancia, en cada ciudad existe una tarea de creación absolutamente original e irreductible que signa no sólo la vida histórica de la comunidad, sino que perpetúa en el tiempo, de generación en generación, cuyas creaciones son definitivamente inseparables de dicha ciudad.

Las ciudades nacen y crecen, aunque también tienen períodos de estancamiento o franco retroceso.

La ciudad “ayuda a hacer cosas”. No obstante, la ciudad no sólo es controlada por la gente sino que también controla a la gente. Esto queda claramente ilustrado en el antiguo ideograma chino:

Este ideograma representa a una persona arrodillada delante de un espacio cerrado representado por los muros urbanos. Igualmente muestra el poder simbólico de la ciudad como centro político y ceremonial. El hombre se arrodilla delante de estos poderes: es decir, está sojuzgado a la ciudad. El orden urbano demanda que los paisajes sean fuertemente disciplinados y, a la vez, demanda la servidumbre del ciudadano.

Page 2: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Como expresa Sigmund Freud en su obra Los siete contra Tebas, la ciudad es percibida como el lugar donde se aloja un tipo de sociedad y, luego, se alza como una de las creaciones de esa sociedad. Pero lo fundamental que queda expresado es la continuidad total y la casi sacralización de la ciudad, ya que lo que se “derrumba” debe ser reemplazado.

Eventualmente, las ciudades también declinan “mueren”: por ejemplo, Delhi se halla localizada en el sitio de otras ocho antiguas previas que desaparecieron con el tiempo; Mahasthangarh, ahora en Bangladesh, es una ruina de una antigua conurbación del primer milenio a.C. Ni que hablar de la situación de hace cuatro milenios, en que la porción meridional de Mesopotamia se había convertido en un semillero urbano con un 80% de su extensión de las ciudades de Súmer, situación muy diferente a la actual en el mismo sitio geográfico.

En 1.600, Salvador (Bahía) era la ciudad más grande de Brasil, mientras que San Pablo era tan solo una pequeña ciudad fronteriza, y hoy pasó a ser una de las primeras urbes mundiales. Y también se puede recordar el caso de Potosí, que fuera la ciudad más grande de Sudamérica, con 140.000 habitantes, y que ha dejado todo este esplendor a la historia.

Aún más lejos, no hay demasiados ejemplos de la discontinuidad y la finalización de las ciudades: sólo Cartago, Pompeya, Tenochtitlán y otras pocas ciudades fueron destruidas totalmente hasta sus cimientos.

Pero lo normal es que la ciudad se planifique a partir de una traza y que se reinicie si ha sido incendiada, inundada o alterada por catástrofes naturales, guerras y otros eventos fundamentales.

En todo caso, el destino de las ciudades no es uniforme – el crecimiento dramático puede ser seguido de un rápido colapso–. Y las ciudades y los pueblos también pueden desaparecer o ser completamente olvidados o reemplazados. El terremoto y el tsunami del sur de Asia del 2005 destruyeron grandes porciones de Muzaffarbad en la zona administrada por Pakistán de Cachemira y nada quedó en sus calles. Hoteles, hospitales, bancos y residencias quedaron a nivel del suelo, en sus cimientos. Cerca del 70% de la población que sobrevivió perdió sus hogares, y de hecho toda la región de Cachemira sufrió un colapso económico mayor. Esta destrucción es un claro recordatorio de cómo una ciudad y también su región circundante resultan interdependientes.

Los terremotos y maremotos también han desarticulado la economía de numerosas ciudades o directamente retrasaron su progreso, como el gran terremoto que destruyó Lisboa en el siglo XVIII, o las catástrofes naturales que se abatieron sobre Valdivia (en Chile) o Armenia (en Colombia), entre muchas otras. En particular, numerosas ciudades de América latina se debaten entre el progreso y la contención de los desastres naturales que pueden destruirlas en forma definitiva y absoluta.

La ciudad parece una creación reciente, y no obstante, más allá de las ventanas de las torres metropolitanas del siglo XXI se intuyen todavía los vestigios de los antiguos asentamientos.

Según la Biblia, la más antigua traza de una ciudad fue la de Enoc, fundada por Caín. Esta cita sólo tiene una intención: la ciudad aparece desde el primer momento con el carácter de un desafío a Dios, un rasgo que vuelve a aparecer en la creación de la ciudad de Babel (Babilonia), en el mismo libro del Génesis del Antiguo Testamento. Y este desafío se mantiene en toda la simbología alrededor del nombre de otras ciudades, como Sodoma y Gomorra, o las históricas Nínive, Susa o Roma.

El hecho histórico concreto es que en toda ciudad física de la Antigüedad estaba patente la manera de utilizar los espacios, de ubicar los edificios públicos, de establecer relaciones en el sector público y en el privado, de situar las plazas y las plazuelas, pero sobre todo se transparentaba la manera de vivir dentro de todo aquello, con los templos y sus atrios, los edificios comunales y sus áreas exteriores o las residencias urbanas.

Page 3: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Cuando cualquier viajero llegaba a una ciudad, descubría enseguida con cierta intuición con qué se enfrentaba, es decir, el “modo de vida urbano”.

Pero, ¿cuál fue la primera ciudad según los relatos históricos?La primera ciudad se identifica convencionalmente con Ur (que además también es

mencionada en la Biblia como el sitio de partida de Abraham), pero seguramente son Eridu, Uruk y Eshunna aún más antiguas. En cualquier caso, hace más de 5.000 años (es decir, hacia por lo menos 3.500 a.C., aproximadamente), Ur y otras ciudades sumerias ya se habían gestado a partir de un vasto conglomerado de villorios o poblados de la Mesopotamia meridional (en el Iraq moderno). Estos primeros asentamientos se fusionaron y formaron “provincias” que compartían los sistemas de irrigación y la prevención de las inundaciones. Hacia 2.800-2.600 a.C. se iniciaron los períodos dinásticos en ciudades como Ur, Uruk, Umma, Lagash, Adah, Nippur y Kish, cuyos gobernantes han llegado hasta nuestros días gracias a las listas reales. Otras ciudades similares surgieron pronto más allá de las fronteras de Ur y sus vecinas, tanto en Siria y Anatolia como en Palestina y Fenicia, e incluso, aunque más moderadamente, en Egipto. Y también más allá de estos límites, en los Andes, Mesoamérica, China, India e incluso Amazonia e incluso, se sabe actualmente, en ciertas regiones de África al sur del Sahara, Norteamérica y Europa septentrional.

Los hallazgos arqueológicos muestran aquí y allá que la agricultura era el principal motor de la economía de la mayoría de estas ciudades y que en todas se producía cerámica, orfebrería, artesanías y esculturas en forma masiva. Pero el hecho más significativo es que se evidenciaba ya una jerarquización de estas sociedades y el elevado nivel de las clases dominantes de las ciudades-estado, con el dominio de príncipes, reyes, sacerdotes y funcionarios con poder judicial, mientras los escribas llevaban listas de diferentes episodios y servicios de la vida de la corte y las obras públicas iniciadas por los señores.

¿Qué se ganaba al conformar ciudades a partir de poblados o asentamientos separados? En la lógica del sinecismo de Edward Soja, el gran geógrafo del posmodernismo, ¿cuál sería la primera justificación de vivir de esta manera? Antes de la fundación de Ur, se estaba gestando un cambio climático que demandaba nuevas soluciones, como el mejoramiento y ampliación de los sistemas de irrigación. Al agruparse y dividir su labor, los habitantes de esta ciudad fueron capaces de construir y mantener una nueva infraestructura agrícola que los beneficiaba a todos.

Este mismo principio ha estado activo desde entonces y en todo lugar. La ciudad nos permite manipular y emplear más recursos, tanto prácticos como culturales, con respecto a otros tipos de espacios, más concretamente los espacios rurales.

Lo expresado hasta aquí sólo brinda un panorama parcial a la problemática planteada respecto del origen y del desarrollo de las ciudades, y conviene agregar una serie de interrogantes que serán respondidos inmediatamente.1. ¿El origen de la ciudad se remonta realmente a la urbanización en Ur y otras ciudades mesopotámicas?2. ¿El origen de la ciudad se relaciona exclusivamente con la agricultura y los sistemas de irrigación?3. ¿De qué manera se conecta la revolución agrícola-ganadera con el origen de las ciudades?4. ¿Existen ciudades neolíticas previas al establecimiento de Ur?5. ¿De qué manera el sinecismo se constituye en el motor de la urbanización?6. ¿De cuántas revoluciones urbanas podemos hablar?7. ¿Qué son los corredores topodinámicos y cómo se relacionan con el auge económico de las ciudades a lo largo de la historia?8. ¿Qué relación existe (y existió) entre los espacios urbanos y los espacios rurales en el inicio de las ciudades?

Page 4: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

A. Revoluciones urbanasSI bien el urbanismo es una ideología moderna, evidencia una prolongada herencia que

da cuenta de grandes revoluciones o transformaciones. Este concepto surgió en la década de 1940, a partir de los estudios del historiador Vere Gordon Childe quien presentó una Teoría del crecimiento urbano a la que llamó Revolución urbana, y que permanece en la actualidad como la clave de los estudios acerca del origen de las ciudades así como de la urbanización actual relacionada con la globalización y con el crecimiento de las megaciudades del Tercer Mundo, a pesar de algunas críticas recientes que se han esgrimido sobre este modelo.

La ciudad es el resultado de una revolución que inició un nuevo estadio económico en la evolución de las sociedades humanas, aunque este término, según Childe, no debe por supuesto tomarse como denotando una catástrofe o episodio violento y repentino, sino que es utilizado por el autor como la culminación de un cambio progresivo en la estructura económica y la organización social de las comunidades que causaría o sería acompañada de un incremento dramático en la densidad poblacional.

En 1980, Alvin Toffler publicó su obra Third Wave (la Tercera Ola), uno de sus trabajos más conocidos donde explicaba su teoría de la evolución en tres fases.

La primera oleada comenzó con el desarrollo agrícola, donde ya no había que moverse constantemente para procurar el alimento, al establecerse alrededor de las áreas cultivadas.

La segunda oleada llega en el siglo XVIII con el invento de las máquinas. La población abandona su modo de vida agrícola y se traslada a las ciudades para trabajar en las fábricas. El poder que antes provenía de los dueños de las tierras ahora consta de tres elementos (la tierra, la fuerza laboral y el capital). Las mercancías son producidas en un conjunto de líneas de ensamblaje y en masa para reducir los costos permitiendo que el mismo producto se comercialice en cada rincón del planeta.

La tercera oleada comienza con la Segunda Guerra Mundial cuando la educación se vuelve universal y el individuo es más importante que la comunidad. Ya no resulta fundamental ensamblar líneas o producir en masa. La tecnología y los productos individualizados se vuelven más importantes. Vamos a los almacenes que producen 10.000 cosas diferentes en el mismo lugar. Llegamos a sociedades con conocimiento donde la información es poder. Es así la nueva oleada que caracteriza un modo diferente de asentamiento humano. Las ciudades son abandonadas y los espacios residenciales se establecen alejados de los centros tradicionales.Hacia 1990, Bryan Bunch postuló las siguientes edades tecnológicas, que

indirectamente se relacionan con la distribución del poder económico de las ciudades:1. Edad de la piedra antigua (Paleolítico): 2.500.000 a.C. a 10.000 a.C. 2. Edad de la piedra nueva (Neolítico): 10.000 a 5.000 a.C. 3. Edad de los metales (cobre): 5.000 a.C a 3.500 a.C. 4. Edad del bronce y de la metalurgia. (Desarrollo de la metalurgia, obtención de metales y fusión a altas temperaturas (fragua)): 3.500 a.C. a 1.500 a.C. 5. Edad del hierro. 1.500 a.C. a 800 d.C. 6. Edad del agua y del viento (Uso del agua en la noria y del viento en el molino para obtener energía mecánica. Aparecen los barcos de vela).800 d.C. a 1732. 7. Edad del carbón (Revolución industrial) (Desarrollo de la combustión industrial e invención de la máquina de vapor: 1733 a 1878. 8. Edad de la electricidad y la luz. Aplicación de la energía eléctrica y desarrollo de la iluminación): 1879 a 1946. 9. Edad de la electrónica y del petróleo (Perfeccionamiento del conocimiento de las ondas electromagnéticas que facilitaron las comunicaciones. El petróleo y el gas reemplazaron al carbón): 1947 a 1972. 10. Edad de la información y la bioenergía (Gran desarrollo de la informática y satélites de comunicación. Invención de plásticos y nuevos materiales. Mayor auge de la energía nuclear y desarrollo de la bioenergía (etanol de la caña de azúcar, metano o biogás):1973 a la actualidad.

En este esquema de Bunch que retoma la visión tradicional de la historia, algunos límites quedan poco definidos como el pasaje de la décima edad, ya que el uso del petróleo

Page 5: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

continúa a comienzo del siglo XXI como la fuente principal de energía explotada por la humanidad.

En síntesis y para comenzar a responder los interrogantes planteados, y reuniendo las ideas de Childe, Toffler y Bunch, se pueden definir cuatro grandes revoluciones asociadas con el origen y el desarrollo de las ciudades y que han alterado el transcurso de la civilización humana.

La primera gran revolución urbana se conecta indirectamente con el desarrollo de la agricultura y la ganadería en la Revolución neolítica de 10.000 a 7.000 a.C. y con el desarrollo de los primeros núcleos protourbanos como Katal Huyuk en Anatolia, Jarmo en Iraq y Jericó en Palestina. Y probablemente, con cierto retraso temporal, todavía se conecta con el surgimiento de las primeras ciudades en Sudamérica precolombina (como Caral y Aspero) así como de otras regiones que se extienden desde África hasta Norteamérica. El inicio se sitúa hace 11.000 a 6.000 a.C.

La segunda gran revolución urbana (reconocida generalmente por los historiadores como el proceso inicial que originó las ciudades) es la Revolución preindustrial que inició la estructura jerárquica, política y social de las ciudades, en relación con el desarrollo del alfabeto y de los primeros testimonios escritos hacia 3.500-3.000 a.C.

Corredor de las dos primeras revoluciones urbanas.La tercera gran revolución urbana es la Revolución industrial de los siglos XVIII y

XIX que creó las características definitivas urbano industriales de las ciudades actuales.La cuarta gran revolución urbana comenzó a finales del siglo XX y se prolonga hasta

la actualidad. Es la denominada Revolución global.

Page 6: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Evolución del índice mundial de urbanización entre las revoluciones urbanas. La primera flecha indica el punto culminante de las protociudades neolíticas. La segunda corresponde al desarrollo de las primeras civilizaciones urbanas preindustriales. La tercera indica la explosión urbana. Finalmente la cuarta indica el punto principal de la Revolución industrial.

Vale la aclaración de que no todos los autores aceptan cuatro revoluciones, y varios historiadores conciben únicamente dos, la correspondiente a la Revolución preindustrial y la Revolución industrial. Esto se relaciona con el concepto de aceptar que la revolución neolítica no condujo a la urbanización sino al desarrollo de protociudades, mientras que la ciudad global es una heredera de la Revolución industrial que introdujo el modelo capitalista en la economía mundial.

B. Características y precondiciones del origen de las ciudadesEn diversos contextos, los sociólogos y etnógrafos del siglo XIX clasificaron las

sociedades preindustriales existentes en una jerarquía de tres estadios evolutivos denominados: “salvajismo”, “barbarie” y “civilización”. Si se debieran definir estos estadios por criterios adecuadamente seleccionados, esta jerarquía podría ser transformada en una secuencia temporal de edades, tal como suministra la arqueología, continuando una a la otra.

Pero el salvajismo y la barbarie se reconocen en forma conveniente y adecuada definidas por los métodos adoptados para procurase el alimento. Los salvajes viven exclusivamente de la caza, la pesca y la recolección. Los bárbaros, por el contrario, al menos suplementan estos recursos naturales por plantas cultivadas y en el Viejo Mundo al norte de los trópicos, también mediante la cría de ganado.

La civilización no puede ser definida de un modo tan simple como los dos términos anteriores. Etimológicamente el término se conecta con la ciudad y, seguramente, tomando esta visión simplista del siglo XIX, la civilización comenzó de hecho cuando se fundaron las ciudades. Pero “ciudad” en sí mismo es un término ambiguo, aunque los arqueólogos gustan

Page 7: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

de elegir la escritura como criterio que la define, ya que sería fácilmente reconocible y prueba un índice confiable de otras características más profundas. Sin embargo, cuando se dice que una población es civilizada o letrada, no significa en absoluto que todos sus miembros pueden leer y escribir, y tampoco que todos ellos viven en ciudades. Por el contrario, algunas civilizaciones claramente avanzadas, como los olmecas, así como las civilizaciones andinas en general carecían de escritura, y no por eso dejaban de ser consideradas civilizadas.

Más aún, no existe una instancia registrada de una comunidad de salvajes que se civilizan y adoptan un modo de vida urbano inventando la escritura. Allí donde se levantaron ciudades, previamente existieron granjas y aldeas de pobladores preletrados (salvo, tal vez, donde un pueblo civilizado había colonizado tierras salvajes).

Volviendo al concepto de revolución, se lo ha definido a partir de las estadísticas poblacionales, consistentemente, en la multiplicación del número de personas que vivían juntas en una única área construida en forma continua o asentamiento. Así las primeras ciudades representaron unidades de asentamiento de tamaño sin precedentes. Pero claro está que no era tan sólo su tamaño lo que constituía un signo distintivo. En los estándares modernos, sus poblaciones aparecerían como ridículamente pequeñas y encontraríamos hoy en día aglomeraciones de población al que rechazamos el nombre de ciudad que con más justicia deberían ser consideradas así según este criterio.

La densidad de la población es determinada por el suministro de alimentos que a su vez limitan los recursos naturales, las técnicas de explotación y extracción y los medios de transporte y preservación de los alimentos que están disponibles. Estos últimos han resultado sumamente variables en el transcurso de la historia humana.

En la América originaria, la capacidad de transporte de las tierras normalmente improductivas habría variado de 0,05 a 10 habitantes por milla cuadrada. Sólo en condiciones excepcionalmente favorables las tribus pesqueras del Noroeste del Pacífico alcanzaron densidades de una persona por milla cuadrada. E incluso, la población paleolítica y preneolítica de Europa era aún más minoritaria que la de América. Más aún, los cazadores y recolectores usualmente vivían en bandas móviles pequeñas. Eventualmente, varias bandas podrían reunirse en breves períodos o bien en ocasiones ceremoniales tal como las de nativos de Australia. Sin embargo, en algunas zonas remotas, la actividad de pesca habría permitido villas más permanentes, como en Matanchén, en Mesoamérica, y por supuesto en Aspero, en la zona andina, como se verá más adelante. Igualmente, algunos asentamientos en las costas pacíficas de Norteamérica y en Asia ya tenían casas sustancialmente perdurables que acomodaban a grupos de varios cientos de individuos.

Pero aún estas villas debieron ser ocupadas sólo durante el invierno, y el resto del año permanecía inhabitable dispersándose sus moradores. Nada comparable se ha encontrado en los tiempos preneolíticos del Viejo Mundo.

La Revolución neolítica se traduciría en la expansión de la población e incrementaría enormemente la capacidad de transporte de la tierra trabajable. En las islas del Pacífico, las sociedades neolíticas alcanzarían una densidad de 30 o más personas por milla cuadrada. En la América precolombina, sin embargo, donde la tierra no estaba obviamente restringida por los mares circundantes, la densidad máxima registrada sería tan sólo de 2 o 3 personas por milla cuadrada.

Los grajeros neolíticos ciertamente vivían juntos en aldeas permanentes, aunque debido a su economía rural extravagante, a menos que los cultivos fueran irrigados, las villas no podían perdurar más que unos veinte años como máximo. En estas ciudades neolíticas en Nuevo México (Estados Unidos), solamente podían contabilizarse unos cien habitantes, e incluso algunos pocos podrían alcanzar unos mil habitantes. Por su parte, en la Europa prehistórica, villas como la de Barkaer en Jutlandia, comprendían 52 a 16 casas, con unos 200 a 400 habitantes en promedio.

Page 8: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Pero estas cifras palidecen al estudiar las ciudades neolíticas de Anatolia, Palestina y, en especial, de América precolombina.

La Revolución neolítica ciertamente tendría consecuencias más importantes que tan sólo el incremento de la población y, en especial, la explotación debería ayudar a suministrar un excedente agrícola y ganadero que fue importante para la fundación de asentamientos más permanentes y más poblados.

Las ciudades y la economía excedentaria de riegoHace entre 6.000 y 5.000 años, la irrigación de los cultivos (combinada con la pesca y la

cría de ganado) en los valles del Nilo, del Tigris y el Éufrates y el Indo, entre otras regiones, comenzó a rendir excedentes suficientemente importantes como para sostener un número de residentes especialistas que podían liberarse ellos mismos de la producción de alimentos y dedicarse a otras tareas.

El transporte de agua, suplementado en Mesopotamia y el valle del Indo por vehículos con ruedas, e incluso en Egipto con animales de tiro, podía conducir fácilmente este excedente a los depósitos.

Pero al mismo tiempo, la dependencia de los ríos para la irrigación de los cultivos, limitaría la tierra cultivable y requeriría tareas de canalización para proteger a los habitantes contra el peligro de las inundaciones anuales.

C. Las precondiciones del urbanismo para RedmanRedman definió una serie de características que los investigadores deberían emplear

para definir un sistema de asentamientos como de carácter urbano: 1) la concentración densa de la población; 2) la heterogeneidad espacial en el interior de los asentamientos y 3) la existencia de una jerarquía espacial regional.

Estas características están bien documentadas en las ciudades sumerias pero no se corresponden, por ejemplo, con el urbanismo en China, y menos aún con el de las protociudades neolíticas. En todo caso parecieran definirse dos modelos de urbanización diferente, el tipo “ciudad” (ejemplificado en Sumeria), con mayor densidad y jerarquización, y el tipo “villa” (ejemplificado en China), con menor densidad y jerarquización.

D. Características de la civilización urbana según ChildeV. Gordon Childe (1950) suministró un listado de diez características que corresponden

a la civilización urbana, y que a su vez pueden ser divididas en cinco primarias referidas a cambios fundamentales en la organización de la sociedad y otras cinco secundarias en conexión con la presencia de las primeras.

Características primarias1. Tamaño y densidad de las ciudades. El agrandamiento del área ocupada por una población organizada y la mayor densidad de la población se tradujeron en un más elevado nivel de integración social.2. Especialización laboral de tiempo completo. La producción entre los trabajadores quedó institucionalizada junto con los sistemas de distribución e intercambio de bienes y servicios.3. Concentración de excedentes. Se definieron medios sociales para la recolección y para el manejo de la producción sobrante de los granjeros y artesanos.4. Sociedad estructurada en clases. Quedó delimitada una clase dominante de funcionarios y líderes religiosos, políticos y militares que organizaban y dirigían a la sociedad. 5. Organización estatal. Quedó conformada una organización política estructurada cuya membresía se basaba en la residencia. Esta reemplazó a la identificación política basada en la herencia y la estructura tribal.

Page 9: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Características secundarias6. Emprendimientos públicos monumentales. Comenzaron las empresas colectivas en la construcción de templos, palacios, almacenes, observatorios y sistemas de irrigación.7. Desarrollo comercial de larga distancia. La especialización y el intercambio se expandieron más allá de los límites de la ciudad determinando el desarrollo del comercio. 8. Arte estandarizado. Las formas artísticas altamente desarrolladas dieron lugar a la identificación simbólica y el goce estético urbanos. 9. Escritura. El arte de la escritura facilitó los procesos de organización e integración social. 10. Aritmética, geometría, ingeniería y astronomía. La ciencia predictiva exacta y la ingeniería tuvieron sus comienzos en relación a la complejización y sofisticación social.

En resumen y de una forma simplificada, estas características de las ciudades surgidas de las primeras revoluciones urbanas se pueden definir de la siguiente manera:(1) Asentamientos densamente poblados y territorios amplios.(2) Diversificación de trabajos especializados, artesanales y de tiempo completo. (3) Producción de excedentes agrícolas controlados por los dirigentes. (4) Erección de construcciones públicas monumentales.(5) Excedentes agrícolas controlados por la élite gobernante y los sacerdotes dentro de las ciudades. (6) Ciudades como centros de desarrollo de ideas y su registro. (7) Ciudades como centros de las artes.(8) Organización urbana basada en las ciencias predictivas.(9) Organización urbana basada en la residencia más que en las relaciones familiares y tribales. (10) Procesos de importación y exportación en relación con el comercio interurbano.

Esta teoría tiene la virtud de definir el modo en que la economía de las civilizaciones tempranas fue capaz de soportar grupos enteros de gente que no producían bienes agrícolas.La extracción y el control por la élite gobernante del excedente alimentario fue la base de la tipología de organización social jerárquica que subyace en el modo de vida urbano.

De hecho, a través de ls historia, las ciudades resultaron ser el sitio de un activo mercado que servía a una región mayor. Es imposible separar al mercado del asentamiento conocido como ciudad, como tampoco es posible hacerlo en la actualidad.

El problema con la visión de Childe es que se trata de un modelo evolutivo. Y las evidencias recientes del crecimiento urbano son discontinuas y sugieren que existieron múltiples estadios conjuntos, como el desarrollo de una economía de base agrícola junto con el desarrollo de la ciencia y de las artes.

E. El concepto de urbanización para WheatleyEl urbanismo es un fenómeno mientras que la urbanización es un proceso. Ambos

términos definen un sistema regional que es perceptibles y se materializa en el desarrollo de las ciudades (Redman, 1978). Con referencia a la ciudad preindustrial, Wheatley (1971) definió el urbanismo como el conjunto particular de instituciones funcionalmente integradas, diseñadas inicialmente hace 5.000 a 6.000 años (es decir 4.000 a 3.000 a.C.) sobre la base de sociedades territorialmente organizadas, igualitarias y agrupadas en conjuntos estructurados políticamente y socialmente jerarquizados, lo que se refiere primariamente a las grandes ciudades de la Mesopotamia y Egipto en conexión con la segunda revolución urbana. Este énfasis relaciona el crecimiento (y surgimiento de las ciudades con una reestructuración socio-política fundamental que es el elemento clave en el desarrollo de la civilización.

En el lapso de 4.000 a 3.000 a.C. irrigación de los cultivos (combinada con la pesca y la cría de ganado) en los valles del Nilo, del Tigris y el Éufrates y el Indo, entre otras regiones, comenzó a rendir excedentes suficientemente importantes como para sostener un número de

Page 10: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

residentes especialistas que podían liberarse ellos mismos de la producción de alimentos y dedicarse a otras tareas.

El transporte de agua, suplementado en Mesopotamia y el valle del Indo por vehículos con ruedas, e incluso en Egipto con animales de tiro, podía conducir fácilmente este excedente hacia los depósitos.

Pero al mismo tiempo, la dependencia de los ríos para la irrigación de los cultivos, limitaría la tierra cultivable y requeriría tareas de canalización para proteger a los habitantes contra el peligro de las inundaciones anuales.

F. Precondiciones en la perspectiva ecológica de DuncanResulta fundamental reconocer que estos avances en la organización social tuvieron

lugar en marcos ambientales particulares. La combinación de fuerzas ambientales y sociales subyacentes a los desarrollos urbanos tempranos se halla encapsulada en la perspectiva ecológica de Duncan (1961), quien enfatiza que los estímulos externos (ambientales) junto con los internos (sociales) se interrelacionaron para operar en conjunto en la promoción del crecimiento de las ciudades en la era pre-industrial.Precondiciones del crecimiento urbano pre-industriala) Población: la presencia de una población de cierto tamaño residente en forma permanente en cierto lugar constituyó un requisito fundamental. El ambiente, el nivel de tecnología y la organización social establecieron límites al monto del crecimiento poblacional. En particular, resultó primordial la extensión de base agrícola logra crear un excedente alimentario para sostener a la población urbana. Las primeras ciudades eran relativamente pequeñas en términos modernos, y pocas superaban los 25.000 habitantes. b) Ambiente: este factor clave incluye la topografía, el clima, las condiciones sociales y los recursos naturales sobre el crecimiento urbano temprano y que se hallan bien ilustrados en el ejemplo de las ciudades tempranas del Próximo Oriente, sobre los ríos Tigris y Éufrates, que permitían un suministro de agua, peces y suelo fértil para ser cultivado con una tecnología relativamente simple.c) Tecnología: además del desarrollo de las facultades agrícolas, un desafío principal de las sociedades urbanas tempranas del Medio Oriente fue el avance de la tecnología para el manejo de los ríos que les permitía explotar los beneficios del agua y minimizar los riesgos de inundaciones. d) Organización social: el crecimiento de la población y del comercio demandaron una estructura organizacional más compleja, incluida una infraestructura política, económica y social con burocracia y liderazgo definidos, acompañados por la estratificación social. Fuente: O. Duncan (1961) From social system to ecosystem Sociological Inquiry 31, 140–9

G. Teorías acerca del origen de las ciudadesLa búsqueda de los orígenes, al igual que todas las formas de investigación histórica,

suele estar condicionada por la predeterminación de los resultados, una suerte de teleología contradictoria que conduce al investigador a buscar puntos de partida que reflejan su personal perspectiva acerca del presente.

Con este marco cambiante es posible no obstante señalar una serie de teorías que podrían explicar los orígenes de las sociedades urbanas, a veces contradiciendo la mencionada secuencia clásica. Al hacerlo así, como en otras Ciencias sociales, no es cuestión de si una hipótesis es correcta y las restantes erróneas, sino más bien, que cada una puede hacer una contribución a la explicación a modo de síntesis, en este caso en lo que respecta al surgimiento de los primeros núcleos urbanos. Es decir, cada teoría contribuye a definir ciertos aspectos sobre la temática del origen de las ciudades.

Page 11: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

1. Teoría hidráulica. La importancia de la irrigación para el desarrollo urbano parece especialmente explicativa en el caso de los climas semiáridos del Medio Oriente donde la revolución agrícola se extendió (aunque no surgió directamente allí, ya que lo hizo más al norte, en Anatolia) según la identificación de Wittfogel (1957), quien argumentó que la necesidad del manejo del agua a gran escala era un requisito para centralizar la coordinación y dirección, que a su vez permitía la concentración de la población en el núcleo urbano. Las principales características de una “sociedad hidráulica” pueden establecerse de la siguiente manera.1. Permite la intensificación de la agricultura. 2. Involucra una división particular del trabajo. 3. Requiere la cooperación a gran escala.

Como se explicó, el requisito de la agricultura y la irrigación están incluidos en la visión de Duncan de las precondiciones para el crecimiento urbano. La intensificación agrícola permite realmente una concentración de la población, mientras que la cooperación conduce al requisito para la existencia de jefes y burócratas que puedan organizarla. Aquellos que controlan las fuentes de agua (por ejemplo, de un estado secular o de una elite sacerdotal) ejercen eficazmente el poder sobre los otros pobladores (por ejemplo, granjeros y artesanos).

Esta división de trabajo, centralización de poder y estructura administrativa promueven el establecimiento de núcleos poblacionales concentrados, y así llevan al surgimiento de las ciudades. Al igual que en el Medio Oriente, la evidencia de la relación entre la adopción de la irrigación y el rápido crecimiento poblacional, la nucleación, la construcción monumental, la estratificación social intensa y el expansionismo guerrero también se observan en las sociedades mesoamericanas y andinas tempranas, más concretamente la civilización teotihuacana o entre los mochicas y aún pueblos más antiguos.

Al analizar el caso particular de la ciudad preindustrial de Teotihuacán, que llegó a contar con 70.000 a 125.000 habitantes, quedan muy escasas dudas acerca de los factores clave que tuvieron lugar en el crecimiento de las ciudades preindustriales del mundo antiguo. El problema yace en la separación entre causa y efecto, lo que es particularmente difícil para explicar en todos los casos la relación del eje avance de la irrigación-desarrollo urbano. Un escenario más probable es que las instituciones del gobierno urbano centralizado y la irrigación a gran escala crecieran lado a lado.

Al comienzo, los esquemas de la irrigación a pequeña escala requirieron una cierta cantidad de administración que logró expandir los sistemas de irrigación. A su vez, esto conduciría a una más refinada y perfeccionada administración y, así, sucesivamente, el trabajo de irrigación a gran escala conduciría a una organización política urbana con el monopolio del poder.2. Teoría económica. Otros investigadores han sugerido que el desarrollo de las redes comerciales de gran escala constituyó el estímulo primordial del crecimiento de la sociedad urbana. Ciertamente, el hecho de que la Mesopotamia meridional no contara con materiales crudos tales como fuentes de metales, madera, piedras de construcción o sílice para herramientas transformaron pronto el comercio en una actividad esencial.

Este desarrollo requirió a la vez una organización administrativa para controlar la producción y distribución de bienes. Tal organización constituiría un medio organizativo poderoso de la comunidad, y su poder se habría extendido hacia otros aspectos de la sociedad.

La necesidad de incrementar la producción para fines mercantiles así como también la alimentación de una creciente población habría llevado a continuar con la especialización y la intensificación, y la población sedentaria que se incrementaba constituiría un mercado para la producción y el comercio de bienes locales. Nuevamente, sin embargo, no resulta claro si el comercio fue la causa del crecimiento de la ciudad o el producto de una élite administrativa urbana ya existente y definida por otras causas.

Page 12: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

3. Teoría militar. Algunos teóricos sugieren que el origen de las ciudades yace en la necesidad de la gente de reunirse para protegerse contra las amenazas externas, y que la aglomeración urbana inicial condujo a la subsiguiente expansión urbana.

La excavación de los gigantescos muros defensivos construidos en las rocas parecerían indicar orígenes defensivos de las ciudades, aún de las protociudades neolíticas como Jericó de la primera revolución urbana. Sin embargo, no todas las ciudades tempranas tenían tales defensas, como se observa tanto en Catal Huyuk como en Caral.

Wheatley (1971) sugirió que la guerra habría contribuido a la intensificación del desarrollo urbano en ciertos lugares al inducir a la concentración de la población con propósitos defensivos así como a la estimulación de la especialización de las armas. 4. Teoría religiosa. Esta teoría se focaliza la importancia de una estructura de poder bien desarrollada para la formación y la perpetuación de los sitios urbanos y, en particular, da cuenta del modo en que el poder se asoció pronto con la actividad de una élite religiosa que controlaba la disposición del excedente de los productos de las ofrendas.

Existe una clara evidencia de almacenes y templos en los sitios urbanos antiguos y caben pocas dudas acerca de que la religión jugaba una parte significativa en el proceso de la transformación social de las ciudades creadas. Sin embargo, es poco probable que éste haya sido el factor único y determinante, aunque se evidencie claramente en las primeras ciudades andinas como Caral de 3.500 a.C. y también en las ciudades sumerias y egipcias contemporáneas aunque más avanzadas (jerarquizadas, relacionadas con las tareas agrícolas y los sistemas de irrigación, con una escritura bien establecida).

Como conclusión de lo dicho podría afirmarse que no existe un único factor causante y autónomo que se identifique como el nexo de las transformaciones políticas, económicas y sociales que resultan de la emergencia de las transformaciones económicas y políticas que resultaron en el origen de las formas urbanas de vida.

Una interpretación más realista tal vez que el concepto de una “revolución urbana” es el de transformación urbana, la cual involucra una serie de factores que operan en un un período prolongado de tiempo. Como explica Redman (1978), la urbanización no es un proceso lineal en el cual un único factor causante produce un cambio en el segundo, que a su vez influye sobre un tercero y así sucesivamente. Más bien, el auge de la civilización debería ser conceptualizado como una serie de procesos interactuantes que se incrementan y que fueron iniciados por condiciones ecológicas y culturales favorables y que luego se prolongaron en el desarrollo mutuo de las interacciones que se reforzaban mutuamente.

Esta aproximación policausal acerca del origen de las ciudades tiene mayor valor explicativo para el fenómeno urbano que cualquiera de las monocausales y también es la clave de la estratificación social y de las decisiones grupales e individuales que yacen en al compleja realidad de las transformaciones de la vida urbana en el mundo antiguo. Para los geógrafos urbanos, esta aproximación plantea la cuestión particular de los sitios donde tuvieron lugar tales desarrollos.

H. El concepto de asentamientoVolviendo al concepto de revolución, se lo ha definido a partir de las estadísticas

poblacionales, sobre la base de la multiplicación del número de personas que vivían juntas en una única área construida continua, es decir, un asentamiento. Así las primeras ciudades representaron unidades de asentamiento de tamaños sin precedentes. Sin embargo, en los estándares modernos, sus poblaciones aparecerían como ridículamente pequeñas y encontraríamos hoy en día aglomeraciones de poblaciones aún mayores a las que rechazaríamos brindar el nombre de ciudad utilizando este criterio.

Page 13: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

De hecho, muchos historiadores asignan el nombre de aldeas (preurbanas) para núcleos con poblaciones de menos de un cierto número de habitantes (no más de 1.000) y ciudades para aquellas con un número mayor de individuos.

Más allá de esta aclaración, el signo definitorio de una ciudad no se encontraba en el tamaño del asentamiento o en el número de habitantes.

La densidad de la población estaba determinada por el suministro de alimentos que a su vez se encuentra limitado por:

la disponibilidad de los recursos naturales; las técnicas de explotación y extracción; los medios de transporte de los alimentos; los medios de preservación de los alimentos.

Estos últimos han resultado sumamente variables en el transcurso de la historia humana. En la América originaria, por ejemplo, la capacidad de transporte de las tierras normalmente improductivas habría variado de 0,05 a 10 habitantes por milla cuadrada. Sólo en condiciones excepcionalmente favorables las tribus pesqueras del Noroeste del Pacífico podían alcanzar densidades de más de una persona por milla cuadrada. E incluso, la población paleolítica y preneolítica de Europa era aún más minoritaria que la de América.

El asentamiento era fácilmente desmontable o podía ser abandonado y reconstruido cuando fuese necesario. A pesar de que pocos o ninguno de estos asentamientos permanentes fuera construido por dichos cazadores y recolectores seminómadas, la evidencia reciente sugiere que, al menos en el sudoeste de Asia, los complejos habitacionales ya eran multimodales y habrían alcanzado una gran complejidad

I. Cronologías para la transición desde el Epipaleolítico al comienzo de la civilización urbana

Se ha establecido en el Viejo Mundo, particularmente de Anatolia a Palestina, una cronología de los principales eventos que conducen desde el Epipaleolítico hasta el origen de la civilización urbana.40.000 a 11.500 a.C. Epipaleolítico.11.500 a 9.500 a.C. Mesolítico y transición hacia el Neolítico.9.500 a 6.000 a.C. Neolítico inicial o precerámico.6.000 a 4.500 a.C. Neolítico pleno o cerámico6.000 a 5.500 a.C.. Preobeid.5.500 a 5.000 a.C. El Obeid I5.000 a 4.500 a.C. El Obeid II 4.500 a 3.500 a.C. Neolítico final (Calcolítico)4.500 a 4.000 a.C. El Obeid III4.000 a 3.500 a.C. El Obeid IV. 3.500 en adelante. Ascenso de las ciudades sumerias.

Con fines prácticos, en esta importante época de transición, se distinguen dos períodos: el Epipaleolítico y el Mesolítico. Epipaleolítico es el término utilizado para las industrias líticas de finales del Paleolítico y que parece “sumergirse” tecnológicamente con el Mesolítico. No obstante ambos términos son diferentes, al menos desde el punto de vista geohistórico: el primero alude a las culturas europeas, asiáticas y mediterráneas no relacionadas directamente con la extinción de la megafauna y previas a la última glaciación, mientras que el segundo se relaciona con aquellas culturas posteriores a la extinción de la megafauna en Europa, la región mediterránea y América del Norte, y que al final del Paleolítico debieron migrar paulatinamente hacia nuevas formas de obtención del alimento y de la organización social.

Los comienzos de la transición del Epipaleolítico al Neolítico (la nueva Edad de Piedra), lo que aquí se denomina Mesolítico, resultó un fenómeno dramático aunque gradual —que algunos expertos denominan «revolución de amplio espectro»— y comenzó a producirse

Page 14: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

justamente en el sudoeste de Asia y, tal vez, en forma contemporánea, en Valle del Nilo y los oasis que rodeaban al Sahara.

a) La transición del Paleolítico al Neolítico y la primera revolución urbana en el Viejo Mundo

Hace al menos 40.000 años, los cazadores y recolectores de diferentes partes del mundo comenzaron a volverse cada vez más sedentarios. Los complejos habitacionales empezaron a ser construidos con mayor precisión y solidez para formar, generalmente, conjuntos de chozas circulares organizados en asentamientos de tipo kraal. Esto implicó un importante avance respecto de las viviendas en cavernas protegidas o refugios de piedra, dado que permitía una mayor movilidad para la búsqueda de comida. El asentamiento era fácilmente desmontable o podía ser abandonado y reconstruido cuando fuese necesario. A pesar de que pocos o ningún asentamiento permanente fuera construido por dichos cazadores y recolectores seminómadas, la evidencia reciente sugiere que, al menos en el suroeste de Asia, los complejos habitacionales ya eran multimodales y habrían alcanzado una gran complejidad.

Con fines prácticos, en esta importante época de transición se distinguen dos períodos: el Epipaleolítico y el Mesolítico.

Epipaleolítico es el término utilizado para las industrias líticas de finales del Paleolítico y que parece “sumergirse” tecnológicamente con el Mesolítico. No obstante ambos términos son diferentes, al menos desde el punto de vista geohistórico: el primero alude a las culturas europeas, asiáticas y Mediterráneas no relacionadas directamente con la extinción de la megafauna y previas a la última glaciación, mientras que el segundo se relaciona con aquellas culturas que posteriores a la extinción de de la megafauna en Europa, la región Mediterránea y América del Norte, y que al final del Paleolítico debieron migrar paulatinamente hacia nuevas formas de obtención del alimento y de organización social.

Desde otro enfoque, los comienzos de la transición del Epipaleolítico al Neolítico (la nueva Edad de Piedra), lo que aquí se denomina Mesolítico, resultó un fenómeno dramático aunque gradual —que algunos expertos denominan «revolución de amplio espectro»— y comenzó a producirse justamente en el suroeste de Asia y, tal vez, en forma contemporánea, en Valle del Nilo y los oasis que rodeaban el Sahara.

Page 15: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

La lista de otros centros importantes de cultivo y domesticación de animales ha ido creciendo con el paso de los años y en la actualidad incluyen, además de Anatolia, la Mesopotamia, Palestina y Egipto, las grandes cuencas de los ríos del suroeste de Asia (desde el Ganges inferior hasta Tonkín), Etiopía y el oeste de África, el norte de Europa, el este de América del Norte y también Papúa-Nueva Guinea donde existen algunas evidencias de la domesticación del cerdo y el taro (un búfalo local), casi tan tempranamente como en el suroeste de Asia se había dado el de la cabra y el buey.

Los cazadores y recolectores intensificaron la explotación de granos de cereal silvestre y de animales salvajes, posiblemente como respuesta a los cambios sufridos por las condiciones climáticas. El medio ecológico del suroeste de Asia y de Egipto, especialmente en el arco de las tierras altas que rodean los valles del Tigris y el Éufrates que abarcan desde el actual Irán, hasta la meseta de Anatolia (nombre antiguo de Asia Menor) e Iraq y, después, hacia el sur a través de Siria y Palestina hasta el Bajo Nilo, fue especialmente propicio para estos desarrollos.

A lo largo de los últimos años, una nueva investigación arqueológica ha confirmado la ubicación principal del lugar donde tuvo lugar la primera domesticación de plantas y animales, en una región cuya forma se aproxima a una T (desde Irán hacia el oeste de Anatolia y al sur a través del Corredor del Levante, hasta el Nilo). Esta investigación ha descubierto también una considerable concentración de dichos desarrollos en el periodo relativamente corto comprendido entre 10.000 y 9.500 años a.C. En el centro sur de Anatolia, allí donde las dos barras de la T se cruzan, las pruebas de ADN han revelado la presencia de tres grandes «cultivos fundacionales», las primeras especies conocidas de cultivos de garbanzos, de algarrobo amargo y, el más importante, el trigo einkorn (Triticum monococcum).

Durante aproximadamente el mismo periodo, fueron halladas las primeras ovejas, cerdos, cabras y ganado domesticado en las extensiones alrededor de la T, además de toda una serie de cultivos que incluyen uvas, aceitunas, cebada y trigo emmer (Triticum dicoccoides), así como trigo blando (Triticum aestivum), guisantes (arvejas), lentejas, habas y lino.

El sedentarismo fue esencial para que las sociedades y las aldeas agrarias crecieran considerablemente en tamaño a través del suroeste de Asia en el temprano Neolítico, hasta aproximadamente el 10.000 a.C. Esta nueva forma de asentamiento y organización socioeconómica, surgida del desarrollo de la agricultura a gran escala, estaba formada por aglomeraciones más densas de casas rectangulares construidas con barro y adobe (diferentes a las chozas en forma de colmena de los cazadores-recolectores) y con un orden social basado de una forma cada vez más profunda en un parentesco más extenso o en lazos étnicos, bajo la forma de familias extensas y nucleares, clanes y linajes. Estas sociedades «tribales» desarrollaron asociaciones de culto y religiosas, y tecnologías de producción más complejas, así como también nuevas convenciones sociales basadas, no sólo en el género sino, cada vez más, en la edad, la experiencia, la descendencia y la habilidad militar. A pesar de que la reciprocidad, forma de intercambio mutuo y de trueque simbólico, continuó siendo importante, el modo fundamental de intercambio familiar en las sociedades de parentesco se concentró cada vez más en métodos de redistribución, dando lugar a una nueva forma política, llamada «jefatura» o «estado comunal». Al multiplicarse a escala regional, estas nuevas sociedades agrarias produjeron, no sólo un aumento de la densidad de la población regional y la generación de un importante excedente de alimentos, sino que también se embarcaron en importantes innovaciones tecnológicas, incluido el primer desarrollo de la irrigación.

En síntesis, tras el primer desarrollo agrícola surgieron las primeras ciudades, en lo que se suele considerar la Primera revolución urbana.

Como resultado de esta revolución se fundaron varias ciudades en la amplia región en forma de T, del Levante a Anatolia, y vinculadas entre sí en una expansiva red comercial de ciudades: Jericó, en Palestina; Abu Hureya, Bouqras y Mureyra, a lo largo de los tramos

Page 16: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

superiores del Éufrates, y Ras Shamra en la costa de la Siria actual; Ain Ghazal, Abu Gosh y Beida, en el sur del Levante; Zawi Chemi, Jarmo y Ali Kosh, en las zonas fronterizas de Iraq e Irán drenadas por el Tigris; y del este al oeste de Anatolia, los centros de Çayönü, Asikli Hüyük, Haçilar y la más famosa, Çatal Hüyük (probablemente la más grande y más intensamente estudiada de las primeras ciudades). Como se mencionó, los dos centros más extensamente estudiados son Jericó y Çatal Hüyük, aunque también es importante la investigación en Jarmo.

Glyn Daniel, un importante especialista en geohistoria, argumenta que “ni Jericó ni Çatal Hüyük fueron civilizaciones”: fueron grandes asentamientos que podrían ser llamados pueblos o proto-pueblos. No cumplían los otros requerimientos de la fórmula Kluckhohn [para definir la civilización]. Pudieron haber sido experimentos no exitosos hacia la civilización, un sinecismo que fracasó; o podríamos calificarlos simplemente como aldeas de campesinos que crecieron mucho.

Dejando a un lado la cuestión del tamaño de la población, ¿acaso la extraordinaria innovación de la Revolución Agrícola «a gran escala» no fue suficiente para afirmar el exitoso sinecismo de dichas «aldeas que crecieron mucho» como por ejemplo Jericó? No, si el observador no puede ver la fecunda «precesión» de lo urbano en este proceso innovador, o si vincula el sinecismo, exclusivamente, con la invención de la escritura y el desarrollo de la ciudad-estado, hasta al punto de hacer invisibles otras expresiones de sus efectos.

De hecho, esta evidencia protourbana es frecuentemente descrita, cuando se reconoce como tal, como si no hubiese cristalizado en verdaderas ciudades hasta al menos 4.000 años más tarde y no en las tierras altas sino en las llanuras aluviales de los ríos Tigris y Éufrates, particularmente en el área conocida como Sumeria, donde los asentamientos agrícolas eran relativamente escasos antes de esa fecha. Pero el hecho es que allí ya estaban las ciudades (aunque no, completamente, ciudades-estado).

b) La transición de los cazadores recolectores a los agricultores, y del Mesolítico al Neolítico

Para ubicarla espacial y temporalmente conviene tener en cuenta que la transición principal de una vida nómade a otra sedentaria tuvo lugar después del Pleistoceno, luego de un cambio climático abrupto que determinó la pérdida de las fuentes nutricionales basadas en grandes mamíferos de la mayoría de las tribus del continente.

En América, por ejemplo, algunos pobladores, como los patagones, recurrieron a la caza de guanacos y ñandúes para reemplazar a otros grandes animales, mientras que ciertas tribus se especializaron en la recolección de los frutos del mar y la pesca marina y fluvial, o en la obtención de frutos, semillas y raíces de diferentes plantas que crecían o comenzaron a cultivarse paulatinamente en cada región.

Los cazadores y recolectores usualmente vivían en bandas móviles pequeñas. Y es importante destacar que el ciclo económico estacional impondría una disminución y un aumento del tamaño de estos grupos humanos arcaicos. Durante la estación seca, de octubre a junio, cuando el alimento escaseaba, las gentes se dividían en microbandas nómades. En otras épocas del año, de abundancia de recursos, el sedentarismo se imponía rápidamente durante una o dos estaciones. Además, allí donde existían ciertas condiciones favorables para la concentración de alimentos silvestres o para pequeñas parcelas agrícolas, esas microbandas se unirían pronto en macrobandas.

La reciprocidad sería el patrón económico dominante de las sociedades epipaleolíticas y arcaicas y no había todavía ningún tipo de diferenciaciones de grupos sociales y roles específicos. Algunos antropólogos hablan incluso de sociedades de descendencia patrilineal, residencia patrilocal y exogamia de bandas, aunque los últimos rasgos sólo serían probables (más que seguros).

c) Culturas kebaranas

Page 17: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Entre las culturas epipaleolíticas y mesolíticas del Asia sudoccidental se destacó la Kebarana, de hace entre 14.000 a 11.500, cuyos restos se asocian principalmente con la cueva Kebara, en Jaifa, Palestina. Se trataba de un grupo de cazadores recolectores nómades sumamente móvil que utilizaba herramientas microlíticas, pero que también construyó los primeros asentamientos en forma de aldeas transitorias.

Igualmente, existe cierta evidencia de ciudades muy antiguas o protociudades, como Catal Huyuk en Anatolia, aunque también Caral en los Andes centrales, las cuales gozaban del comercio y el intercambio como los factores claves que suministraban la base de la economía urbana, pero ciertamente no del excedente agrícola, y que tenían artesanías, orfebrería y construcciones monumentales, pero de ninguna manera una escritura.

Es importante destacar que una sociedad capaz de construir gigantescas obras públicas monumentales probablemente no sólo contaba con especialistas artesanos y albañiles para emprender tal tarea sino que contaba con un excedente suficiente para sostener el trabajo en forma continuada.

d) Las protociudades y la Revolución neolíticaA lo largo de los últimos años, una nueva investigación arqueológica ha confirmado la

ubicación principal del sitio donde tuvo lugar la primera domesticación de plantas y animales, en una región cuya forma se aproxima a una T (desde Irán hacia el oeste de Anatolia y al sur a través del Corredor del Levante, hasta el Nilo). Esta investigación ha descubierto también una considerable concentración de dichos desarrollos en el periodo relativamente corto comprendido entre 11.500 y 9.500 años a.C.

Los cazadores y recolectores de esta región y de este período intensificaron la explotación de granos de cereal silvestre y de animales salvajes, posiblemente como respuesta a los cambios sufridos por las condiciones climáticas. El medio ecológico del sudoeste de Asia (y también el de Egipto), especialmente en el arco de las tierras altas que rodean los valles del Tigris y el Éufrates que van desde el actual Irán hasta la meseta de Anatolia (nombre antiguo de Asia Menor) e Iraq y, después, hacia el sur a través de Siria y Palestina hasta el Bajo Nilo, fue especialmente propicio para estos desarrollos.

En el centro sur de Anatolia, allí donde las dos barras de la T se cruzan, las pruebas de ADN han revelado la presencia de tres grandes «cultivos fundacionales», las primeras especies conocidas de cultivos de garbanzos, de algarrobo amargo y, el más importante, el trigo einkorn (Triticum monococcum).

Durante aproximadamente el mismo periodo, fueron halladas las primeras ovejas, cerdos, cabras y ganado domesticado en las extensiones alrededor de la T, además de toda una serie de cultivos que incluyen uvas, aceitunas, cebada y trigo emmer (Triticum dicoccoides), así como trigo blando (Triticum aestivum), guisantes (arvejas), lentejas, habas y lino. La lista de otros centros importantes de cultivo y domesticación de animales ha ido creciendo con el paso de los años y en la actualidad incluyen, además de Anatolia, la Mesopotamia, Palestina y Egipto, las grandes cuencas de los ríos del sudoeste de Asia (desde el Ganges inferior hasta Tonkin), Etiopía y el oeste de África, el norte de Europa, el este de América del Norte y también Papúa-Nueva Guinea donde existen algunas evidencias de la domesticación del cerdo y el taro (un búfalo local), casi tan tempranamente como en el sudoeste de Asia se había dado el de la cabra y el buey.

El sedentarismo fue esencial para que las sociedades y las aldeas agrarias crecieran considerablemente en tamaño a través del sudoeste de Asia en el temprano Neolítico, hasta aproximadamente el 10.000 a.C. Esta nueva forma de asentamiento y organización socioeconómica, surgida del desarrollo de la agricultura a gran escala, estaba formada por aglomeraciones más densas de casas rectangulares construidas con barro y adobe (diferentes a las chozas en forma de colmena de los cazadores-recolectores) y con un orden social basado

Page 18: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

de una forma cada vez más profunda en un parentesco más extenso o los lazos étnicos, bajo la forma de familias extensas y nucleares, clanes y linajes. Estas sociedades «tribales» desarrollaron asociaciones de culto y religiosas, y tecnologías de producción más complejas, así como también nuevas convenciones sociales basadas, no sólo en el género sino, cada vez más, en la edad, la experiencia, la descendencia y la habilidad militar. A pesar de que la reciprocidad, forma de intercambio mutuo y de trueque simbólico, continuó siendo importante, el modo fundamental de intercambio familiar en las sociedades de parentesco se concentró cada vez más en métodos de redistribución, dando lugar a una nueva forma política, llamada «jefatura» o «estado comunal». Al multiplicarse a escala regional, estas nuevas sociedades agrarias produjeron, no sólo un aumento de la densidad de la población regional y la generación de un importante excedente de alimentos, sino que también se embarcaron en importantes innovaciones tecnológicas, incluido el primer desarrollo de la irrigación.

e) Las fases de la Revolución neolítica La Revolución neolítica se traduciría en la expansión de la población e incrementaría

enormemente la capacidad de transporte de la tierra trabajable. En las islas del Pacífico, las sociedades neolíticas alcanzarían una densidad de 30 o más personas por milla cuadrada. En la América precolombina, sin embargo, donde la tierra no estaba obviamente restringida por los mares circundantes, la densidad máxima registrada sería de tan sólo 2 o 3 personas por milla cuadrada.

Los granjeros neolíticos ciertamente vivían juntos en aldeas permanentes, aunque debido a su economía rural extravagante, a menos que los cultivos fueran irrigados, las villas no podían perdurar más que unos veinte años como máximo. En estas ciudades neolíticas en Nuevo México (Estados Unidos), sólamente podían contabilizarse unos cien habitantes, e incluso algunos pocos podrían alcanzar unos mil habitantes. Por su parte, en la Europa prehistórica, villas como la de Barkaer en Jutlandia, comprendían 52 a 16 casas, con unos 200 a 400 habitantes en promedio.

Pero estas cifras palidecen al estudiar las ciudades neolíticas de Anatolia, Palestina e, incluso, de América precolombina.

La Revolución neolítica ciertamente tendría consecuencias más importantes que tan sólo el incremento de la población y, en especial, la explotación debería ayudar a suministrar un excedente agrícola y ganadero que fue importante para la fundación de asentamientos más permanentes y más poblados.

El Neolítico inicial o acerámico supuso la implantación definitiva de la vida sedentaria y de las técnicas agrícolas Se desarolló de 9.500 a 6.000 a.C. Por entonces surgieron las primeras culturas mesolíticas y neolíticas tempranas que se relaciona concretamente con los avances antes detallados, la Natufiana y la Konyana, que se extendieron respectivamente por el Levante desde el Mar Rojo hasta el Éufrates, que se asocia claramente con la utilización de los productos mencionados, y la segunda por la península de Anatolia. En realidad estas culturas se hicieronsedentaria o semisedentaria aún antes de la introducción de la agricultura y de la ganadería y se la asocia directamente con los ancestros de los primeros constructores de ciudades de la Revolución Neolítica.

En Palestina, el Neolítico acerámico de tradición natufiana y konyana se encuentran bien representados en sitios como Nahal Oren, Jericó, Beidha y Munhata, lo mismo que ocurre en Siriia con Mureybit y, en las regiones y piedemonte del Tauro, con Cayöni, y también en los Zagros del Kurdistán (Jarmo), Luristán (Tepe Gurán) y Kuzistán (Ali Kush).

El Neolítico pleno o cérámico se inició hace 6.000 a.C. y perduró hasta 4.500 a.C. En Anatolia tuvo su centro principal en Catal Hoyuk, mientas que en Palestina se centró en Jericó.}

En síntesis, tras el primer desarrollo agrícola y durante el proceso de desarrollo hacia la elaboración de la cerámica surgieron las primeras ciudades preurbanas o protociudades, en lo que se suele considerar la Primera revolución urbana.

Page 19: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

f) La Nueva Obsidiana y la Teoría de JacobsLa atractiva reconstrucción de la aldea agrícola preurbana realizada por Mumford, fue

particularmente relevante para los debates sobre el origen de las ciudades y para la reconstrucción de dichos acontecimientos llevada a cabo por Jane Jacobs, la autora de la famosa obra La Economía de las Ciudades.

Jacobs comienza su nueva interpretación de la prehistoria imaginando Nueva Obsidiana, aparentemente la primera ciudad del mundo, a la cual ella denomina de dicho modo y sitúa en o cerca del emplazamiento de Çatal Hüyük, hacia la cual, según las proyecciones de Jacobs, ésta evolucionaría.

Describía Nueva Obsidiana como una «ciudad preagrícola de cazadores»,fundada hace más de 11.000 años y organizada en torno al crucial comercio de obsidiana, así como también a su creciente destreza en la cría de animales y el intercambio de alimentos recolectados, incluyendo las duras semillas de las variedades silvestres del trigo y la cebada. Nueva Obsidiana no era simplemente un lugar de residencia para la caza y la recolección, sino también en términos preformativos una aglomeración urbana, capaz de generar crecimiento económico a partir de sus propios recursos, de llevar a cabo la construcción de un espacio urbano que estimulaba y reflejaba la innovación económica, nuevas formas de trabajo productivo y una división del trabajo en proceso de expansión, es decir, las características distintivas del proceso de urbanización según la definición de Jacobs; muy emparentadas también con mi definición del sinecismo.

En Nueva Obsidiana, esa ciudad real e imaginaria, existía un grupo fundamentalconformado por los comerciantes y los artesanos, que formaban parte de una red de trueque que se extendía de Este a Oeste a lo largo de 3.000 Km., y que puede haber abarcado hacia el Sur, hasta el delta del Nilo, y hacia el Norte, al menos hasta las costas del Mar Negro, Los comerciantes obtenían la obsidiana (a cambio de objetos artesanales producidos en la ciudad, tales como carteras de cuero, cuchillos, puntas de lanza, espejos, talismanes religiosos, ornamentos, así como también provisiones extra de granos y semillas) de cazadores paleolíticos no urbanos que controlaban determinados territorios alrededor de las montañas volcánicas, como Hasan Dag en el Norte, que podían ser divisadas por los habitantes de la ciudad los días de sol. Los cazadores también eran empleados como intermediarios en el comercio de materias primas, tales como cobre, conchas y pigmentos, y también provisiones de hierba y semillas de cereal silvestre, guisantes, lentejas y nueces cuya recolección estaba en aumento en los asentamientos secundarios a lo largo de la región. Jacobs sugiere que los puntos de intercambio y los campamentos de los comerciantes no locales se encontraban ubicados en la periferia de la ciudad, las rutas de comercio convergían haia el fértil y eruptivo Hasan Dag, fuente de las provisiones aparentemente interminables de este valioso vidrio volcánico. Dicha «plaza de intercambio», una «ciudad independiente» en ciernes o, más precisamente, un «suburbio», fue probablemente el único lugar público a la intemperie en Nueva Obsidiana, un bullicioso centro comercial donde se encontraban el mundo de los habitantes locales y el mundo de los «de afuera».

Si bien una parte de la provisión de alimentos para los habitantes locales provenía de los antiguos territorios dedicados a la caza y a la recolección que se encontraban ubicados en los alrededores de Nueva Obsidiana, una gran proporción de alimentos era importada, al principio en la forma de animales vivos y semillas duras. Jacobs comienza a desenmarañar el funcionamiento interior que impulsó la primera economía urbana autogenerada, apelando a un proceso que hoy podríamos denominar como una estrategia de sustitución de importaciones. Aquellos que Jacobs denomina «administradores », vendedores al por mayor en ciernes y comerciantes minoristas apartados de la población local, controlaban el flujo de comida hacia los hogares de la ciudad, donde con el paso del tiempo algunas semillas comenzaron a ser cultivadas en parcelas de tierra familiares o simplemente eran esparcidas y brotaban en

Page 20: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

parcelas compartidas que estimulaban los cruces, híbridos y mutaciones. El comercio de semillas, que probablemente estuviera organizado por las mujeres, también desarrolló el mejoramiento selectivo de la calidad de la semilla, al tiempo que tenían lugar procesos similares con la carne y el cuero de ovejas, cabras, ganado vacuno y cerdos (domesticados por primera vez en el norte de Anatolia). Finalmente, una pequeña pero creciente proporción de alimentos era producida localmente en lo que puede denominarse la domesticación (hacer doméstico, parte del domus o casa) de plantas comestibles, en un sentido que excede lo biológico. El producto de este proceso social y espacial sinéctico constituye, según Jacobs, el origen urbano de la Revolución Agrícola.

El cultivo de granos, en especial, se intensificó en y alrededor de la Nueva Obsidiana de Jacobs y la proveyó de una fuente de alimento altamente fiable y, durante aquellos años especialmente buenos, de un pequeño excedente que podía ser intercambiado por otros bienes y servicios. En dicho momento y hasta bien entrado el periodo de máximo crecimiento de Çatal Hüyük, no había cosas tales como la agricultura rural ni tampoco aldeas agrícolas especializadas. Ciertamente, al principio la agricultura en la ciudad abarcaba sólo una pequeña porción de la economía local, que ya se había especializado en el comercio y en la industria basada en la artesanía, además de en la caza y la recolección.

El mundo rural todavía giraba en torno a asentamientos simples y pequeños que se dedicaban a la caza y la recolección, pero incluso aquí la población se apegaba cada vez más al espacio urbano en expansión y a su comunidad imaginaria. Más que el cultivo de granos, fue probablemente la cría de animales, trasplantada de la ciudad, la primera actividad que comenzó a transformar la economía rural de la caza y la recolección. El pastoreo de grandes cantidades de ovejas, cabras y ganado vacuno domesticado requería de demasiado espacio como para poder ser llevado a cabo con eficacia en la región cercana a la ciudad. Los rebaños y su cuidado fueron, como señala Jacobs, derivados a áreas de pastoreo a más de un día de viaje animal de la ciudad, generando de ese modo pequeñas aldeas que consistían en hogares que poseían el conocimiento acerca de cómo llevar a cabo el cultivo de granos y que poseían una forma de vida urbana, pero especializada en la producción de carne, cuero y lana para la población de la ciudad. Jacobs compara estas nuevas aldeas con los company towns y sugiere que, en parte, crecieron gradualmente mediante la asimilación a los pequeños asentamientos, no siempre pacífica, de segmentos crecientes de la población de cazadores y recolectores rurales. Sólo más tarde, los agricultores urbanos, o lo que hoy es denominado el campesinado rural, se descentralizó en un número significativo.

La teoría de Jacobs depende de dicho proceso de innovación específicamente urbano, crecimiento endógeno, y desarrollo y difusión regional, tanto centrífugo como centrípeto. La teoría contiene en sí misma las semillas de ideas contemporáneas acerca de la expansión económica como las estrategias de sustitución de importaciones y modelos basados en la exportación.

Sin embargo, al anteponer las ciudades también se ha construido una teoría comprensiva, poderosa y fundamentalmente espacial de las economías de aglomeración, que influiría en una generación más contemporánea de economistas geopolíticos como Allen Scott y Michael Storper, quienes tendrán un importante papel en la Segunda Parte de Postmetrópolis. Al desarrollar dichas ideas, Jacobs invierte el modelo secuencial convencional acerca del desarrollo social prehistórico. En el primer capítulo de La economía de las ciudades, titulado de modo revelador «Cities First – Rural Development Later» [«Primero, las ciudades – luego, el desarrollo rural»], Jacobs formula creativamente su «teoría de los orígenes urbanos de la primera agricultura». He aquí algunas de sus conclusiones: “Si mi razonamiento es correcto, entonces no fue la agricultura, por su importancia, el invento o acontecimiento, si usted lo desea, sobresaliente de la Era Neolítica. Fue más bien el hecho de que constituyeran economías urbanas continuas, interdependientes y creativas el que hizo posible una variedad de nuevas formas de trabajo, entre ellas, la agricultura. (Jacobs, 1969: 34) Entonces, tanto en

Page 21: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

el pasado como en la actualidad la separación que se hace habitualmente diferenciando el comercio y la industria de la ciudad de la agricultura rural, es artificial e imaginaria. Ambas provienen de la misma línea de descendencia. El trabajo rural, ya sea confeccionando ropa o cultivando alimentos, es trabajo urbano trasplantado. (Jacobs, 1969: 16, observen la crítica implícita a Mumford) Les he preguntado a los antropólogos cómo saben que la agricultura apareció antes que las ciudades. Después de recuperarse de la sorpresa del hecho de que dicha verdad sea cuestionada, me dijeron que los economistas lo habían establecido de dicho modo. Les he preguntado lo mismo a los economistas. Ellos dicen que los arqueólogos y antropólogos lo han establecido así. Parece ser que todos se han basado en la palabra de otro. En realidad, yo pienso que todos ellos se basan en una fuente pre Darwiniana, es decir, en Adam Smith”.

Hagamos lo que hagamos con dicha controversia acerca de los «orígenes», podemos concluir que Jericó y Çatal Hüyük representan un salto revolucionario en la escala social y espacial de las sociedades y de la cultura humana, en una escala medida no sólo en cantidad de personas sino también en la intensidad y la extensión geográfica de la interacción humana.

J. El desarrollo de las culturas natufiana y konyanaPuede considerarse que entre 9.500 y 7.000 las culturas natufiana y konyana, o sus

descendientes, iniciaron la construcción de las primeras ciudades. Hacia el 7.500 a.C., la forma normal de asentamiento era al aire libre, constatándose

una población significativamente más numerosa que en las épocas anteriores. Surgieron las primeras aldeas frente a los anteriores campamentos estacionales o permanentes, con poblaciones comprendidas entre 250 y 700 habitantes y casas de planta cuadrangular. La subsistencia se basaba en el cultivo de cereales y leguminosas.

Como resultado de esta revolución se fundaron varias ciudades preurbanas o “no urbanas” (según otros autores) en la amplia región en forma de T, del Levante a Anatolia, e incluso vinculadas entre sí en una expansiva red comercial de ciudades: Jericó, en Palestina; Abu Hureya, Bouqras y Mureyra, a lo largo de los tramos superiores del Éufrates; Ras Shamra en la costa de la Siria actual; Ain Ghazal, Abu Gosh y Beida, en el sur del Levante; Zawi Chemi, Jarmo y Ali Kosh, en las zonas fronterizas de Iraq e Irán drenadas por el Tigris; en el centro oeste de Anatolia, Çayönü, Asikli Hüyük, Haçilar y la más famosa entre todas, Çatal Hüyük (probablemente la más grande y más intensamente estudiada de las primeras ciudades).

Glyn Daniel, un importante especialista en geohistoria, argumenta que “ni Jericó ni Çatal Hüyük fueron civilizaciones”: se trataba de grandes asentamientos que podrían ser llamados pueblos o proto-ciudades, pero no eran verdaderas ciudades-estado. No cumplían con los requerimientos de la fórmula Kluckhohn (del antropólogo Clyde Kuckhohn para definir la civilización y la cultura, por ejemplo, la posesión de la escritura y la organización estatal y jerárquica. Para Kluckhon, la cultura en sentido amplio es un conjunto de atributos y productos de las sociedades humanas, que son extrasomáticos y transmisibles de un modo diferente al de la herencia, por ejemplo, a través de los textos escritos.

En este contexto, Daniel afrima de que estas proto-ciudades pudieron haber sido experimentos no exitosos hacia la civilización, podríamos decir con Soja, un sinecismo que fracasó; o incluso que se podrían clasificar simplemente como aldeas de campesinos que crecieron mucho.

Claro que no todos los estudiosos comparten este punto de vista, y algunas evidencias muestran claramente características urbanas en esas proto-ciudades como Jericó y Çatal Hüyük. Dejando a un lado la cuestión del tamaño de la población, ¿acaso la extraordinaria innovación de la Revolución agrícola «a gran escala» no fue suficiente para afirmar el exitoso sinecismo de las «aldeas que crecieron mucho» como por ejemplo Jericó? No, si el observador no puede ver la fecunda «precesión» de lo urbano en este proceso innovador, o si vincula el

Page 22: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

sinecismo, exclusivamente, con la invención de la escritura y el desarrollo de la ciudad-estado, hasta al punto de hacer invisibles otras expresiones de sus efectos.

De hecho, esta evidencia protourbana es frecuentemente descrita, cuando se reconoce como tal, como si no hubiese cristalizado en verdaderas ciudades hasta al menos 4.000 años más tarde y no en las tierras altas sino en las llanuras aluviales de los ríos Tigris y Éufrates, particularmente en el área conocida como Sumeria, donde los asentamientos agrícolas eran relativamente escasos antes de esa fecha.

Pero el hecho innegable es que más allá de las opiniones divergentes allí sí estaban las ciudades neolíticas, o proto-ciudades, y aunque no, completamente, ciudades-estado, sin lugar a dudas núcleos urbanos con todas las características requeridas para su desarrollo.

a) Los primeros testimonios en Wadi en NatufLos primeros testimonios de la cultura Natufiana fueron estudiados por la arquéologa

Dorothy Garrot en las cuevas de Wadi en Natuf y corresponden a fechas que van desde 11.500 a 7.500.

Específicamente, la cultura Natufiana sobrevivió inicialmente sobre la base de una alimentación consistente en pistachos, árboles que dominaban los bosques de encinas y alerces, y también almendras, legumbres y cereales salvajes. Además obtenían con sus anzuelos y lanzas peces y frutos del mar, e igualmente cazaban ciervos, carneros y uros (aurochs). Parece ser que fue un evento climático hacia 9.500 a.C. el que determinó la irrupción de la agricultura y la obtención de las primeras legumbres y de los cereales cultivados que se agregaron o reemplazaron los otros productos consumidos. Aparentemente, la súbita sequía de finales de la última era glacial provocó que esta cultura comenzara a sembrar semillas obtenidas de diferentes sitios para sostener a la población en crecimiento que se hizo altamente dependiente de los vegetales.

Un dato interesante es que también se asocia a la cultura natufiana la primera domesticación del perro y se han encontrado hacia 11.000 a.C. cuevas con enterramientos mixtos de personas y sus canes.

Los habitáculos circulares de 3 a 6 m de diámetro de los natufianos eran semisubterráneos, a menudo construidos con barro seco y contenían un centro circular para el fuego del hogar.

Uno de los asentamientos principales asociados con la cultura natufiana protourbana es Tell Abu Hureyra en la Mesopotamia, en el banco sur del río Eúfrates, establecida desde 11.050 y que muestra la primera clara evidencia de agricultura.

b) El ascenso de JericóTal vez fue Jericó el mayor centro de la cultura Natufiana que se extendía a lo largo de

la costa mediterránea, en la región hoy conocida como el Levante. Y son las excavaciones en Jericó, ubicadas en un oasis alimentado por un manantial, bastante por debajo del nivel del mar, en una meseta baja situada encima del río Jordán en Palestina, las que han brindado los testimonios más claros de esta cultura, aún si suponen algunos desafíos importantes a la sabiduría tradicional acerca del origen de las ciudades.

El asentamiento original, posiblemente el primero en la historia capaz de llevar a cabo un crecimiento y un desarrollo autogenerados, se remonta por lo menos al año 8.350 a.C., es decir, a hace más de 10.000 años.

La cultura Natufiana llegó al sitio de Ain Es Sultán, el antiguo manantial que dio vida a Jericó, hacia alrededor del año 9.000 a.C. y comenzó a construir lo que luego se transformaría en una innovadora aglomeración proto-urbana densamente poblada, que pudo haber alcanzado una población de al menos 3.000 habitantes en su punto culminante. Y es aquí, en medio de este asombroso asentamiento urbano, donde los arqueólogos encontrarían algunas de las primeras evidencias de este acontecimiento revolucionario en la historia de la

Page 23: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

humanidad, la invención de la agricultura permanente en tanto cultivo sistemático e intencionado de plantas comestibles domesticadas.

Hacia el año 7.000 a.C. ya se habían desarrollado en Jericó métodos simples de irrigación con el fin de ampliar la escala y el alcance del cultivo agrícola, al menos en el valle del rio Jordán. A partir de entonces, el espacio urbano de Jericó comenzó a ser definido, confinado y simbolizado en términos materiales a través de la construcción de aquellos famosos muros. La tecnología, la capacidad artística, el conocimiento ambiental y la organización social, que posteriormente producirían las pirámides egipcias, Stonehenge y muchas otras estructuras megalíticas de Eurasia, fueron específicamente realizadas como parte de un proyecto de obras públicas diseñado para mejorar, organizar y planificar conscientemente un hábitat humano permanente, dando comienzo a una transformación de enorme importancia en la escala y el alcance del sedentarismo y en la producción social de un entorno urbano.

Testimonios arqueológicos de Jericó.Dicho logro extraordinario estaba visiblemente expresado a través de las imponentes

fortificaciones de piedra que rodeaban a Jericó, en una serie de arcos que, tal vez, sólo estuvieran abiertos hacia el Oeste, el lugar del permanente manantial de agua fresca que da vida, y que probablemente atrajo a los primeros pobladores.

Los muros más antiguos de la serie construida alrededor de Jericó tenían 1,5 m de ancho y se elevaban hasta 4 m, y eran mucho más imponentes que los muros derribados por las trompetas bíblicas de Josué, muchos milenios después. Los muros estaban apuntalados, tal vez en diferentes puntos, por construcciones aún más sorprendentes, enormes torres circulares de piedra de 10 metros de altura y diámetro, provistas de escaleras hechas de piedra y pequeñas habitaciones que, al igual que los muros, estaban vinculadas al culto de los cráneos.De forma concreta, los muros definían una ciudad y la ciudad, muy probablemente, comenzó a definir una cultura urbana y regional como una unidad geográfica, económica, política, social y territorial separada, una unidad en la cual la huella generativa de la proximidad colectiva y del sinecismo se sumó a los lazos de parentesco y linaje, y posiblemente también dio lugar a un proto-estado, en tanto fundamento de la continuidad y del orden social.

Page 24: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Plano de Jericó.A raíz de algunas evidencias en cierta medida posteriores, hemos tomado conocimiento

de que los pisos y los muros de las casas y de los santuarios ubicados dentro del férreo perímetro de Jericó estaban revocados y pintados, y de que el arte y la artesanía eran florecientes. Una gran cantidad de tallas pequeñas de una diosa madre y de animales, que probablemente estaban asociadas al culto de la fertilidad, fueron encontradas junto con los cráneos humanos ya mencionados remodelados en retratos de yeso, con conchas marinas incrustadas en los ojos y el pelo pintado (uno de cuyos especímenes tenía claramente bigotes).

No sabemos qué fue lo que guió el diseño espacial del conjunto de Jericó, qué simbolismo cosmológico y religioso le era atribuido al diseño urbano amurallado, pero resulta evidente que los espacios interiores de los santuarios y de las casas eran decorados de un modo muy elaborado a fin de expresar y denotar un sistema de creencias colectivo, y que el entorno construido no respondía simplemente a una construcción al azar.

Desde sus inicios, por lo tanto, el espacio urbano fue diseñado y producido como una expresión autoconsciente de la cultura local y territorial, una «zona simbólica» materializada para utilizar el término de Iain Chambers, en la cual lo real y lo imaginario se entremezclan a fin de comprender, definir y ceremonializar una escala mucho mayor de relaciones sociales y comunitarias, los comienzos del urbanismo como modo de vida.

Page 25: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

El Jericó original fue destruido antes del año 5.000 a.C., pero para ese momento la ciudad ya había influido en el desarrollo de otros asentamientos en el Corredor del Levante.

c) Beida, Bouqras, UgaritUno de los asentamientos urbanos contemporáneos de Jericó más conocidos y

estudiados es Beida, ubicado cerca de Petra, en la actual Jordania. Beida es descrita por Maisels como «una de las primeras aldeas del Neolítico es data alrededor del 7.000 al 6.500 a.C. Al igual que Jericó había claras huellas de un origen militar, con fortificaciones y muros.

El otro gran centro de la cultura Natufiana urbana fue Bouqras, sobre el río Éufrates en Siria, que inició su historia hacia 6.750 a.C.

Capas estratigráficas de Bouqras.Mientras tanto, en el Líbano, se asocia también con la cultura Natufiana urbanizada,

otros importantes antiguos asentamientos urbanos, como Ras Shamra (la posterior Ugarit fenicia), probablemente una de las protociudades-ciudades (o asentamientos urbanos continuos) más persistentes de la historia. Como otras ciudades natufianas, Ras Shamra estaba originalmente rodeada por muros.

Page 26: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Plano de Ras el Shamra neolítica.

d) Jarmo, un primer centro de la cultura konyanaJarmo es considerada una de las primeras comunidades de granjeros que se asociaron

en villas. La importancia de Jarmo es que de esta ciudad se tienen los primeros indicios del paso del Epipaleolítico al Neolítico, es decir, se encontraron los primeros restos del desarrollo de la agricultura y de la ganadería.

En Jarmo se comprueba un sofisticado desarrollo de la ganadería, representada por cabras, ovejas y también perros, así como cerdos (aunque pudieron haber sido producto de la caza). Las excavaciones han mostrado evidencias de las variedades emmer y einkorn de trigos, además de cebada y lentejas, lo que sugiere la relación de este asentamiento protourbano con la agricultura a pesar de ser un área no regable. La industria lítica era muy floreciente ya que trabajaban la obsidiana. Igualmente se han encontrado estatuillas zoomorfas. Las señales apuntan a la religión dominada por diosas madres.

En una de las capas más recientes, se han descubierto vasijas de arcilla con decoraciones pintadas que suministran las evidencias más completas de la artesanía.

Contrariamente a Jericó y a Çatalhöyük, Jarmo carecía de murallas y no parece haber alcanzado el mismo nivel de civilización que las otras dos ciudades. No obstante, los enterramientos se realizaban fuera del poblado.

Page 27: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Jarmo comenzó como un pequeño poblado que a base de sucesivas reconstrucciones sobre el mismo lugar se fue elevando artificialmente. Se datan unos 16 niveles de ocupación, con alrededor de 20 casas apareadas de bases de rocas rectangulares. La planta rectangular de cada vivienda tenía hornos y estaba cubiertas con juncos. Este tipo de asentamiento, que se eleva sobre sí mismo en periódicas reconstrucciones (que originan estructuras de tell).

Viviendas en Jarmo.

e) El ascenso de Çatal HöyükAl igual que Jarmo y a diferencia de Jericó, el otro gran centro konyano, el de Çatal

Hüyük, no estaba rodeada de fortificaciones tan sólidas como las de Jericó, aunque sí existían pequeñas murallas.

Çatal Huyük o Çatal Höyük – de çatal: ‘tenedor’, y höyük: ‘túmulo’–, se emplazaba en Anatolia,en la planicie de Konya, a orillas del río Çarsamba, cerca del poblado homónimo perteneciente a la actual Turquía, y ya inició su desarrollo en 7.000 a.C, alcanzando una extensión (en su apogeo) de 13 a 16 hectáreas, sin parangón con ningún otro emplazamiento del Neolítico. No constituye parte de ningún eje comercial posterior, y nunca constituyó más que una gran villa de cazadores, recolectores y algunos granjeros, artesanos y criadores de ganado. Pero lo más sorprendente de esta proto-ciudad es su forma.

Los murales de Çatalhöyük’s son únicos en la historia del arte. El uso de la obsidiana era generalizado. La manufactura artesanal en Çatal Höyük se especializaba en numerosos productos: puntas de flecha, lanzas, puñales de obsidiana y de sílex, mazas de piedra, figurillas en piedra y arcilla, textiles, cuencos, recipientes y joyería (en particular, con perlas). Gracias al clima seco de esta zona se han conservado restos de tejidos de excelente calidad. También se han encontrado sellos de arcilla para estampar los trajes con diversos dibujos, cuyo diseño guarda muchas semejanzas con los de las alfombras turcas actuales.

Si bien las capas más inferiores y antiguas del asentamiento datan del VIII milenio a.C., según la «Escuela de Lyon» su máximo desarrollo pertenece a los períodos 4 y 5 de la prehistoria del Oriente Próximo (6.600 a 5600 a. C.).

Page 28: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Excavaciones en Çatal Höyük.Los habitantes de la ciudad desarrollaron una agricultura principal basada en trigo,

cebada y lentejas, principalmente. Igualmente basaban su dieta en manzanas, grosellas y almendras. Y se asocia con estos pobladores la ganadería basada en las primeras cabras y ovejas.

La ciudad ocupaba cerca de doce hectáreas, y no tenía calles o espacios públicos principales. Sólo había pequeños espacios cuadrados. Las casas de Çatal Höyük estaban densamente adosadas, sin calles ni pasajes que las separaran. Los muros eran de adobe y para conformar la cubierta se emplearon vigas de madera y barro apisonado sobre esteras vegetales. Los habitantes tenían que trasladarse de un edificio a otro por medio de escaleras. Las casas no tenían entadas principales.La importancia de Çatal Höyük es el hecho de que las casas están adosadas unas a otras formando una verdadera colmena en la que no hay calles, ni plazas ni espacios comunes en la superficie. En este enjambre de casas se podía pasar de unas a otras por las azoteas y la entrada hacía se hacía por aberturas en la parte superior en las que se colocaban escaleras de mano. Este peculiar sistema debía tener una finalidad defensiva que hizo innecesaria la construcción de murallas.

Cada casa tenía varias habitaciones y el interior estaba cubierto de madera. Tenían plataformas especiales para sentarse y para dormir.

Interior de una habitación de esta ciudad prehistórica.El acceso a las viviendas se hacía por el tejado, utilizando escaleras para comunicar los

diversos niveles. Se piensa que la gente ingresaba por aberturas hechas en el techo. Dentro de las casas se encontraron hornos y almacenes además de exquisitas decoraciones.

A pesar de este confort, la expectativa de vida de los habitantes era baja (34 años para los varones y 29 para las mujeres).

Page 29: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

La ciudad mostraba una elevada prosperidad para su época, y debió albergar alrededor de un millar de familias, es decir, una población de unas 10.000 personas, claramente muchas más que en Jericó.

El asentamiento de Çatal Höyük era sede de numerosos intercambios comerciales (madera, obsidiana, sílex, cobre y conchas del Mediterráneo), y se sabe que sus artesanos ya dominaban la labra del cobre, ¿siendo el ejemplo más antiguo de tal actividad en el Oriente Próximo.

Reconstrucción parcial de Çatal Höyük.Aún así lo que más destacaba de los hogares de Çatal Hüyük, era su decoración de

colores, en un principio, fueron interpretadas como un lugar de culto.Dentro de la ciudad se han hallado restos de templos. En los muros de los santuarios se

encontraron frescos que representaban escenas de caza y danzas rituales. También se encontraron esculturas con forma de cabezas de toros y osos, mujeres en posición de dar a luz y la figura de la «Diosa Madre» dominando animales.

A pesar de que Mellaart nunca utilizó en sus investigaciones el término «Neolítico Urbano», sus descubrimientos en Çatal Hüyük (respaldados por ciertos desarrollos en Jericó) apoyan, e incluso alientan, la posibilidad de imaginar la existencia de dicho periodo, el cual hasta el momento no constituía más que una yuxtaposición imposible de términos. No resulta sorprendente que ningún arqueólogo o prehistoriador serio haya dado este salto en los más de 30 años que han transcurrido desde que Mellaart realizase sus excavaciones más importantes, teniendo en cuenta el estricto control de la secuencia canónica que hace de la agricultura una condición sine qua non del urbanismo. Sin embargo, una de las urbanistas más importantes de la década de los sesenta vio rápidamente la posibilidad de anteponer lo urbano a la revolución agrícola o, al menos, de combinarlos en una dinámica simultánea e interrelacionada.

Esta ciudad prehistórica poseía una cultura relativamente avanzada, así como elaboradas técnicas de fabricación de cerámica. La cerámica encontrada no obstante era negruzca, sin decorar, pero existía un utillaje óseo variado, así cómo una importante presencia de armas en obsidiana, así cómo en cobre.

No obstante, hay que aclarar que las figuras de arcilla cocida más antiguas se remontan a 25.000 a.C. a la zona de Checoslovaquia. Por su parte, los jarrones de barro cocido provienen de Japón hace 12.000 a.C. Pero en el Creciente fértil y en China aparecieron estas

Page 30: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

mismas vasijas hacia 8.000 a.C., mientras que en el norte de Sudamérica, el Sahel africano, la frontera del sudeste de Estados Unidos con México, tiempo después.

Pero es en Catalhöyük donde sí se dan los primeros ejemplos definitivos de trabajo con metales que involucran la fusión del cobre. Desde un punto de vista socioeconómico, parece que las actividades socio-económicas y productivas de Çatalhöyük se organizaban alrededor de los propietarios de las casas y allí se organizaron una agricultura intensiva y grupos corporativos basados en determinados rubros. Una encrucijada cultural De acuerdo con Orrin C. Shane III y Mine Küçük (“La primera ciudad del Mundo,” Archaeology, March-April 1998, 44), y Colin Renfrew de la Universidad de Cambridge hay que evocar la posibilidad de que Çatalhöyük podría constituir una de las más importantes encrucijadas culturales de la humanidad. Sugiere que esta ciudad preurbana y su región podrían constituir el sitio de origen de los pueblos y lenguajes indo-europeos. De hecho, se desconoce con precisión el sitio preciso de origen de estos pueblos, aunque se sugiere que llegaron del Mar Muerto, aunque no está probado que alternativamente se establecieran primero en Anatolia, las montañas del Cáucaso o en Ucrania en Europa oriental. Se acepta generalmente que vinieron del sitio de los kurgans (sitios colectivos de enterramiento que tomaban lugar en forma de túmulos) en la región de Stalingrado-Volvogrado-Traitsyn al norte del Cáucaso y del mar Caspio. La familia de lenguas indoeuropeas se originó en el corredor Mongol-Americano y desde allí invadió el Gran Corredor hacia el sudeste hacia Persia e India, y hacia el oeste, donde progresivamente reemplazo a las lenguas previas con la excepción del vasco. Es en Çatalhöyük y en otras ciudades pre-urbanas de la cultura konyana donde toma lugar el más sorprendente esquema de la historia: la formación de un núcleo central con una primera periferia y otra segunda periferia. En el caso de Çatalhöyük, el núcleo central está constituido por la ciudad misma donde se desarrollaron las funciones primarias de artesanía y manejo de recursos. En cuanto a la primera periferia (o semiperiferia, de acuerdo con Braudel), está marcada por el desarrollo de recursos (agricultura y ganadería). Finalmente, la segunda periferia es la dispersión en forma de tentáculos. Está caracterizada por una explotación simple de recursos (a través de la caza, la pesca, la recolección y la extracción de minerales). El mismo esquema será observado a través de la historia urbana, tanto a nivel de cada ciudad en aislamiento como en el desarrollo de los sistemas urbanos. Aún en la actualidad, este esquema caracteriza al sistema urbano mundial como conjunto, con tres núcleos centrales principales dominados por New York, Londres-París y Tokyo.

f) La cultura Hacilar y las culturas Mersin y CucurkentGran parte de los asentamientos neolíticos de Palestina fueron abandonados hacia el

6.000 a.C. tal vez debido a cierta desecación del clima que redujo los índices de pluviosidad registrándose una interrupción en sitios como Jericó, Munhata y Sehik Ali.

Por su parte, la civilización konyana, que estaba en pleno desarrollo, fue interrumpida drásticamente hacia el 4.700 a. C. por un gran incendio, que incluso coció el adobe y que permitió que paredes de hasta tres metros quedaran en pie. La mayor parte del asentamiento fue destruido o abandonado.

Pero en el S.E. de Anatolia, se estableció la cultura Hacilar, que prosperó durante el quinto milenio. Consistía inicialmente en una pequeña aldea del séptimo milenio cuyos habitantes cultivaron cebada como en Jarmo y que continuaría existiendo a partir del sexto milenio.

Sus casas se situaban alrededor de plazas y definían pequeñas calles, muy diferentes de la estructura superpuesta de las viviendas de la cultura konyana. Esta cultura parece estar emparentada con otras culturas de la época, más concretamente, las culturas Cukurkent y Mersin, igualmente protourbanas. La economía de estas culturas era, básicamente, agrícola, y

Page 31: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

se testimonian evidencias de cerámicas y artesanías. Tuvo una importante producción artística, pero aún no alcanzaba las características de civilizaciones posteriores.

Toda una serie de factores interrelacionados favorecieron el éxito de las aldeas agrícolas neolíticas. La paulatina mejora fisiológica de las espcies domésticas mejoró la productividad. Las innovaciones técnicas facilitaron las tareas cotidianas y junto con las nuevas formas de organización social hacían difícil el abandono de la vida sedentaria y su sustitución por otras alternativas, como la caza recolección o el pastoreo nómada.

El desarrollo de las formas de vida neolíticas no fue un proceso lineal ni irreversible. La crisis de los asentamientos pioneros de Palestina, en zonas donde la vida nómade experimentaba un nuevo auge durante el Neolítico pleno, el abandono final de Catal Hoyuk, la interrupción de la cultura de Jericó, etc. tras un período en que parecen haber sido las comunidades aldeanas más prósperas y mejor constituidas del Cercano Oriente, el repentino despoblamiento de otras localidades así como la posterior aparición de las aldeas neolíticas en la hasta entonces deshabitada Mesopotamia meridional, revelan el surgimiento de lo que se llamaría la civilización pero que fue el resultado de un crecimiento acumulativo y unidireccional.

K. El Neolítico pleno o cerámico en MesopotamiaHacia 4.500 a.C. comenzaron a desarrollarse en Mesopotamia una serie de culturas

preurbanas, principalmente las culturas de Hassuna, Tell Halaf y Samarra (Tell es Sawan), antecesoras directas, probablemente, de la cultura sumeria.

Se inició con estas ciudades la fase del Neolítico final o Calcolítico, que concuerda con el desarrollo del proceso de estratificación social y urbanización, sobre una economía excedentaria y la distribución desigual de la riqueza que llevaría a la civilización, la sociedad de clases y la organización estatal.

Existe un acuerdo bastante generalizado sobre los indicadores arqueológicos de las sociedades complejas, basado en lo que se consideran sus elementos constitutivos fundamentales, a saber:1. Existencia de una agricultura intensiva capaz de proporcionar un excedente agrícola. 2. Densidad de población y presión demográfica.3. Especialización artesanal.4. Organización coordinada de actividades colectivas tales como arquitectura monumental de fuerte contenido simbólico comercio organizado y a larga distancia así como guerra institucionalizada.5. Formas religiosas elaboradas que sirven para legitimar el orden establecido.

El registro arqueológico ofrece datos interesantes que ayudan a comprender la formación de las sociedades complejas. Las gentes de Hacilar, por ejemplo, que como en Catal Hoyük aún no muestran señales de una clara división social, eran capaces de generar el excedente necesario para mantener un incipiente especializado que probablemente recaía sobre determinados jefes domésticos y familiares.

No obstante, la práctica y actividades rituales y religiosas no eran patrimonio exclusivo de nadie. La ausencia de un santuario común contrasta con la existencia de construcciones que no se distinguen del resto de las viviendas, pero que no tienen signos de haber sido utilizadas como santuarios domésticos y constituyen un argumento a favor de la inexistencia de una jerarquízación social.

A continuación se analizan en más detalle las características en ascenso que marcan el cambio de la sociedad protourbana a la urbana:1. Almacenes de excedentes. La transformación de las comunidades igualitarias en sociedades jerarquizadas estuvo marcada por el dominio de la economía redistributiva sobre una red de grupos familiares emparentados. La construcción de edificios circulares o tholos, que ocupan un lugar central en las aldeas tal como se presenta en la cultura de Tell Halaf

Page 32: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

(Halafense), por ejemplo, ha sido destacada como la clave para la existencia de almacenes en un contexto redistributivo. Cuando eran varias las aldeas implicadas, la redistribución tenía el efecto de diversificar los productos necesarios para la subsistencia y actuar como una reserva contra factores adversos. De esta forma, las personas encargadas de la redistribución gozaban, sancionada por la vida religiosa de la comunidad de una posición social de prestigio, respaldada por una autoridad familiar y sagrada.2. Edificios “públicos”. El aumento progresivo del tamaño de las aldeas desde Umm Dabughiyah a Samarra y Halaf fue acompañanda de la aparición de edificios y construcciones de utilidad y función públicas distintas de las domésticas. El santuario de Tell es Sawan (Samarra) es un edificio que se distingue de los restantes por sus proporciones y contenido sugiriendo la existencia de una jerarquía religiosa que ha podido ocupar un lugar central en la vida social en contraste con la presencia de los pequeños santuarios domésticos de Catal Höyuk. También aumentó el número de aldeas, estableciéndose muchas de ellas en lugares antes desocupados, lo que implica la colonización de nuevos territorios, según el patrón de asentamiento en el que las más pequeñas se sitúan en torno a otras mayores produciéndose una jerarquización territorial.3. Élites hereditarias. En las aldeas de las culturas de Samarra y otras similares que se tratan a continuación, queda documentada con claridad la existencia de excedentes y la presencia de élites hereditarias en tumbas de niños con ricos ajuares, loq ue es interpretado como signo de los inicios de la diferenciación social al estar ya asociado el rango al nacimiento y no a la edad, el sexo o la experiencia. Entre estos ajustes destaca la presencia de estatuillas de mujeres y vasos de alabastro que prefiguran las posteriores tallas sumerias del tercer milenio. Todo ello supone la existencia de artesanos especializados y comercio de largo alcance.4. Especialización. La cerámica policroma halafiense que se considera de uso ritual o ceremonial, requirió de un elevado grado de especialización. Un taller de alfarero, con instrumentos de trabajo y restos de las materias primas utilizadas en la policromía, ha sido encontrado por los arqueólogos en el yacimiento de Arpachiyan, en un contexto del Halaf tardío. El basalto, la jadeíta y el alabastro con los que se hicieron cabezas de maza, hachas y recipientes eran conocidos en Umm Dabaghiyah y en Hassunah, por ejemplo, además de las cuentas de mármol, cobre nativo, turquesa y coralina y los sellos de obsidiana y esquisto. El alabastro, la jadeíta, la coralina y la concha fueron utilizados también por las gentes de la cultura de Samarra para la elaboración de cuentas y recipientes de utilización funeraria. En asentamientos halafienses, el alabastro y la esteatita, además del mármol y la diorita, eran empleados para la fabricación de vasijas y sellos. En Tell Halaf fue hallado un conjunto de instrumentos y armas de cobre que incluía una daga, hachuela, punta de proyectil, cuentas y pendientes. En los enterramientos aparecen por vez primera instrumentos de trabajo además de las vasijas de piedra y cerámica y objetos de adorno personal. Quizá este dato puede ser interpretado como la constatación de una división del trabajo que comenzaba a trascender los límites de la economía doméstica. Asimismo, la aparición de sellos de piedra para estampar impresiones en las aldeas de Hassunah y Samarra junto con las marcas de ceramistas, han sido interpretados como indicios que denotan una mayor especialización y una incipiente preocupación por la propiedad.5. Jefaturas. Los asentamientos halafienses, con su sorprendente uniformidad cultural sobre una vasta extensión geográfica que se advierte en la notoria similitud de los motivos y cerámicos pintados, en los estilos arquitectónicos comunes y en la gran semejanza de los objetos de pequeño tamaño, son el testimonio, según algunos autores, del paso de la organización tribal, propia de los períodos anteriores, a la jefatura. Se trata de la manifestación política de una sociedad jerarquizada, lo que requiere una mayor comunicación entre las élites de las distintas comunidades que la integran, propiciando que se compartan e imiten bienes de prestigio, propios de los rangos más elevados en la jerarquía, como la cerámica pintada que se encontraba fuera del alcance de las habilidades domésticas. No obstante, esta opinión no es

Page 33: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

unánime. Una posible alternativa es la existencia de artesanos itinerantes, responsables de su dispersión. Se ha considerado también la posibilidad de que la cerámica pintada de Samarra haya sido elaborada por este tipo de artesanos, alfareros que se desplazaban entre poblados, lo que explicaría su uniformidad y extensión, si bien no existe una prueba concreta de ello.n) La cultura de Eridu (El Obeid), transición hacia las verdaderas ciudades

Las aldeas neolíticas más avanzadas evolucionaron hacia formas más complejas y especializadas de sociedad, dando lugar aun proceso conocido como protourbanismo y que no es otra cosa que el tránsito hacia las primeras ciudades. No obstante, en contra de lo que cabría pensar en principio, dicha evolución se produjo en un territorio ajeno a la presencia de las precedentes experiencias neolíticas que entonces podrían catalogarse como preurbanismo. En efecto, tuvieron lugar bien al sur de la Mesopotamia.

La aparición de la cultura de Eridu, también conocida como El Obeid I, marca ta transición definitiva hacia los primeros núcleos urbanos de Súmer.

Conviene revisar algunas características que marcan esta transición.A. La procedencia de los primeros agricultores en el sur de la Mesopotamia. Una posibilidad es la existencia de una colonización de la Mesopotamia meridional por pobladores procedentes de asentamiento de la más septentrional cultura de Samarra, debido a ciertas semejanzas en las formas arquitectónicas y la decoración de la cerámica.

La llanura aluvial del sur ofrecía, por el contrario, inmejorables condiciones para una agricultura de regadío, una vez acondicionados los terrenos, por lo que habría atraído finalmente a los colonizadores llegados desde la tierra situada más al norte, en donde habrían tenido lugar los primeros experimentos y actividades relacionadas con la irrigación. De acuerdo con todo ello, los pobladores del sur de Mesopotamia, sólo podrían proceder de los asentamientos neolíticos más avanzados ya que únicamente aquellas comunidades, con su forma de organización, eran capaces de asegurar la subsistencia de una población incipientemente especializada para explotar el enorme potencial agrícola de la Mesopotamia meridional.

Otros piensan por el contrario que la cultura de Eridu ha podido tener su origen en el vecino Kuzistán iraní, allá por 5.500 a 5.000 a.C. cuando florecía la tradición neolítica en Tepe Sabz. Pero también es posible que el desarrollo de la agricultura irrigada pudo ser perfectamente posible en el sur de la Mesopotamia, sin la necesidad de la llegada de gentes y técnicas procedentes de otros lugares.B. Los primeros templos. Existen buenos indicios arqueológicos de que hacia 5.000 a.C., las gentes de Eridu, así como las de Tepe Gawra, situada más al norte, construyeron lo que son considerados los primeros “edificios de prestigio” conocidos, si bien todavía no se ha resuelto la incógnita de la caracterización de algunos tholos halafienses más antiguos y del santuario de Samarra.

Estas construcciones se destacaban por sus mayores proporciones que otras y porque estaban separadas de las demás casas de la aldea por un espacio vacío o situadas sobre una terrza que las hacía resaltar del resto de los edificios. Pese a que la mayoría cree que se trata de los primeros templos, la cuestión no está totalmente resuelta. C. La centralización de la autoridad. Desde más de un punto de vista, esta diferenciación funcional, por contraste a las capillas y “santuarios” domésticos de Hacilar o Catal Höyuk o Jericó, sugiere cambios significativos. Una autoridad que emergía con una legitimación esencialmente religiosa, pero con base todavía familiar, parece haberse constituido en aquella época, ocupando un lugar central en la sociedad, probablemente desde los linajes más destacados y poderosos.

Su ascendente religioso pudo incrementarse mediante manipulaciones de la tradición común, que convirtieran a su ancestro o antepasado mítico en la entidad sobrenatural tutelar de la comunidad entera, quedando reservada la organización ceremonial de su culto a determinados miembros de estos linajes.

Page 34: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

En lo económico, la función redistributiva de la nueva autoridad religiosa representada en el pequeño templo, que ocupaba una posición central en el plano del poblado pudo haber descansado, pese a la inexistencia de almacenes y talleres anexos, en su carácter ceremonial. Un culto centralizado sustituiría ahora a un ritual comunitario anterior y, por simple que fuera, requería la centralización de las aportaciones destinadas a su mantenimiento, muchas en forma de ofrendas, produciéndose de este modo una circulación de bienes desde los distintos grupos de parentesco hacia el “santuario”.

Por otra parte, es muy probable que la centralización del ritual comunitario, expresada ahora en forma de culto a la “divinidad” tutelar, se haya producido a partir de la existencia de un sistema redistributivo previo, a cuyo frente se situarían las élites emergentes, integradas por los jefes de los linajes más poderosos y sus parientes más inmediatos.

Sin embargo, los mecanismos de coerción no habrían aparecido todavía, por lo que se puede hablar apropiadamente de la existencia de un poder político, sino de autoridades sociales personificadas en un jefe con legitimación divina, cuya posición emanaba en último término del prestigio y del papel ejemplificador que asumían las élites.

L. El Obeid I y IISea cual fuere su origen, la cultura de Eridu (Obeid I), de 5.500 a 5.000 a.C. que

practicaba la agricultura irrigada a modesta escala local, así como una importante actividad ganadera, se extendió por toda la Mesopotamia meridional, lo que constituyó una buena prueba de su capacidad expansiva cimentada en una base productiva mayor que la de las comunidades neolíticas precedentes. Aún en ausencia de regadío a gran escala, la fertilidad del suelo permitía unos excedentes agrícolas que sustentaron el aumento de la población y el incremento de la producción de bienes de consumo, con la consiguiente mayor especialización laboral y la práctica del comercio y una religión organizados por personas que ocupaban una destaca posición social.

Por su parte, la cultura de Eridu alcanzó un mayor desarrollo durante el período subsiguiente (Obeid II) de 5.000 a 4.500 a.C., y que se difundió pronto a Uruk (Warka) y Ur, consideradas las primeras ciudades sumerias, y también la zona de Kish sobre el Éufrates y cruzando el Tigris hasta alcanzar Choga Mami en una llanura aluvial con penetraciones al Kuzistán donde se desarrollaba la cultura Hacilar.

El último periodo de la cultura de Eridu es el Obeid III o temprano, de 4.500 a 4.000 a.C. época en que se produjo la sistematización de los recursos agrohidráulicos que supuso la excavación de canales, con lo que se conseguía ampliar el área cultivable, llevando el agua a tierras áridas, así como el drenaje de las zonas pantanosas del delta.

Junto con la aparición del arado de tracción animal, la sistematización de los recursos hídricos supuso a partir de entonces una transformación de gran alcance en la base productiva agrícola que permitiría lograr mayores cantidades de excedentes. La aparición de hoces de terracota en gran número, producidas en serie, señala un mayor tamaño de la cosecha que exigía, junto con la mayor inversión laboral, una manufactura abundante de las herramientas para poder ser recolectada.

M. Indicios de la primera revolución urbana en América precolombinaSe ha sugerido que un proceso similar aunque más tardío que el de la T del Levante

tuvo lugar en los Andes centrales y, más tarde, en MesoaméricaPara complicar este panorama, existen fuertes evidencias que algunos núcleos urbanos

primordiales se establecieron en relación con actividades diferentes a la ganadería y agricultura.

Un hecho notable, pese a las importantes diferencias, es el paralelismo que se observa entre las culturas mesoamericanas y andinas centrales y que queda expresado en los dos períodos críticos que corresponden a la transición del Paleolítico al Neolítico.

Page 35: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Período Lítico, Paleoindio o Cenolítico. 15.000 (12.000)-7.000 (5.000) a.C. Se divide en: Cenolítico inferior (15.000 a.C.-7000 a.C.); Cenolítico superior (7000 a.C.-5000 a.C.).

Período Arcaico, Protoneolítico, Mesoindio, Precerámico o de la Horticultura temprana. 7.000 (5.000) a.C.-2.500 (que puede subdividirse en Arcaico temprano, de 7.000-4.000 a.C. y Arcaico tardío, de 4.000-2.500 a.C.).; la diferencia de fechas más tardía correspondería a los Andes centrales, que incluye el período siguiente de la lista)

Período Experimental, Preformativo o de Transición. 2.500 a.C.-1.200 a.C.Es en el transcurso de estos tres períodos que hay que buscar el origen de los primeros

asentamientos urbanos en la América precolombina.

a) La transición del Arcaico: desde la vida nómade a la sedentariaEn general, los habitantes originarios de América vivieron como nómades o

seminómades o se asentaron paulatinamente en áreas rurales. En efecto, esta figura corresponde a los indígenas de los territorios de Argentina oriental, central y meridional, Chile central y meridional, Uruguay, Paraguay así como los del este y noroeste de Brasil, que salvo excepciones, no superaron el nivel de cazadores, pescadores y recolectores. Lo mismo puede aplicarse a extensas porciones del centro y norte de Estados Unidos y Canadá, a la región andina desde Ecuador a Colombia (Andes septentrionales) e incluso los llanos de Venezuela y las Antillas. No obstante, algunos de estos grupos se volvieron sedentarios y formaron aldeas que en ocasiones alcanzaron cierta complejidad. Eventualmente, ciertas tribus (arawak en Antillas y Venezuela, diaguitas en el norte argentino, guaraníes en Brasil y Paraguay, atacameños en el norte chileno, chibchas en Colombia, anazazi en Estados Unidos meridional y norte de México, etc.; alcanzaron una indudable especialización para un modo de vida agrícola y seminómade (semisedentario), y pudieron desarrollar canastos, cerámicas o canoas para intercambiar mercancías.

¿De qué manera se dio esta transición?Para ubicarla espacial y temporalmente conviene tener en cuenta que el proceso

principal tuvo lugar después del Pleistoceno, luego de un cambio climático abrupto que determinó la pérdida de las fuentes nutricionales basadas en grandes mamíferos de la mayoría de las tribus del continente. Algunas, como los patagones, recurrieron a la caza de guanacos y ñandúes para reemplazar a otros grandes animales, mientras que ciertas tribus se especializaron en la recolección de los frutos del mar y la pesca marina y fluvial, o bien en la obtención de frutos, semillas y raíces de diferentes plantas que crecían o comenzaron a cultivarse paulatinamente en cada región.

La formación de las primeras aldeas en diferentes sitios del continente comenzó en el período Arcaico o Precerámico.

Para las tribus primitivas, la aldea fue, y es todavía, la unidad social básica y sus miembros estaban unidos por lo general por los lazos de parentesco. Pero las continuas guerras, la escasa fertilidad del suelo, el sistema de roza (es decir, la quema de la vegetación de un sector del bosque previamente talado y dejado a secar y que aún se emplea en México y América central) y una naturaleza de proporciones inmensas para sus escasos recursos técnicos, les impidieron lograr una mayor concentración y el desarrollo de una vida urbana plena.

No obstante, algunas aldeas seminómades desarrollaron caseríos transitorios organizados a lo largo de alguna vía principal o formando círculos, con pequeñas chozas individuales también de planta circular o incluso una gran casa en común (casa comunal) como se daba entre algunas tribus amazónicas y entre los chibchas/taironas, y algunas culturas incluso muy antiguas construyeron menhires y monumentos en piedra que esbozaban las venideras construcciones en otras regiones.

Page 36: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Estos núcleo culturales preurbanos y semiurbanos se extendieron en forma dispersa por las Antillas, algunos sitios de la Amazonia (Marajó) y el norte de Sudamérica (Colombia, Ecuador) así como la zona meridional del sudeste de Estados Unidos y el norte de Chile y Argentina.

Tal vez la mejor manera de lograr una comprensión unitaria del modo de vida del Arcaico sea comenzar con la consideración de que las culturas de este período de transición estaban volcadas, en principio, hacia la obtención de fuentes de alimento diversificadas procedentes de la caza, la pesca y la incipiente horticultura. Va a ser precisamente esta diversificación de recursos la que producirá diferencias sustanciales entre los patrones culturales arcaicos, ya sea en los aspectos tales como el tamaño de los grupos humanos, lo que también se relaciona con las condiciones ambientales específicas, o la especialidad o generalidad de los recursos utilizados (es decir, tribus especialistas versus generalistas).

Por ejemplo, la explotación de los recursos marinos fue una práctica generalizada en todo el litoral pacífico sudamericano, desde Ecuador a Chile, y también se presentó con fuerza en el golfo de México y en la costa occidental pacífica. De ahí que en ambas regiones pronto surgieron culturas asociadas con los “concheros”, o depósitos de conchas marinas, que recolectaban frutos de mar y cazaban lobos marinos y focas, probablemente a golpes de palo. Estas culturas, por otra parte, todavía no se hallaban asociadas con la producción de alimentos agrícolas o la domesticación de mamíferos. Estos grupos costeros son los que más tempranamente se asocian con los primeros núcleos semiurbanos, como Matanchén en Mesoamérica, pero también con el urbanismo más avanzado de Áspero-Caral y otros centros tempranos en Sudamérica andina.

Entre los grupos costeros también aparecen evidencias tempranas del consumo generalizado de plantas cultivadas, aunque usadas como complemento dietario. Entre los primeros cultivos (mucho antes que el maíz) destacan la calabaza, el pallar, el frijol (poroto), el ají, la achira, y algunas frutas como la lúcuma y la guayaba que se desarrollaron aprovechando la humedad incipiente o las aguas subterráneas. Se han encontrado también indicaciones del almacenamiento de alimentos en sitios excavados en el suelo, alineados en hileras, cerca de las viviendas o en su interior.

En cambio, en las regiones altas del interior (tanto en Mesoamérica como los Andes centrales) el patrón de subsistencia se volcó pronto hacia los alimentos de origen vegetal (en los Andes también hacia la alpaca, la vicuña y la llama). La existencia en zonas como el valle de Tehuacán o de Oaxaca, en México, quedó ligada a la existencia del régimen climático de veranos lluviosos y de inviernos secos. Aunque también se han encontrado la evidencia en Mesoamérica de la caza de ciervos y conejos con trampas además de la recolección de hojas de cactus, frutos y vainas de árboles y cosechas de hierbas silvestres como el amaranto.

Por su parte, el nomadismo fuera de las áreas nucleares debió darse allí donde estas fuentes de alimento no estaban disponibles durante el transcurso de todo el año.

Richard MacNeish ha descrito lo que ha debido ser una secuencia de cambios a lo largo del Arcaico mesoamericano, secuencia que iría desde una existencia inicial de bandas nómades de cazadores recolectores que cosechaban de un modo estacional plantas silvestres, pasando por un alargamiento gradual de las estancias en campamentos de cosecha de verano y el crecimiento en tamaño de ellos, proceso que enlazaría con el cultivo de plantas y su domesticación y que culminaría a su vez en el establecimiento de sociedades semisedentarias e incluso de sedentarismo total en pequeños poblados.

Debe aclararse que, mientras que en las tierras altas mesoamericanas, el sedentarismo y la producción de alimentos tienden a estar fuertemente relacionados: es decir, una estrecha relación entre los fenómenos urbano y rural, en el área andina, estos fenómenos resultan bastante independientes entre sí, y así algunas culturas urbanas (como la de Caral) surgen tempranamente ligadas a los recursos naturales.

Page 37: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Los asentamientos arcaicos varían, en el contexto anteriormente mencionado, desde campamentos temporales y estacionales en zonas del interior hasta aldeas compactas y sedentarias en zonas costeras.

Las habitaciones de los campamentos temporales o estacionales fabricadas con materiales perecederos no han dejado en la mayoría de los casos sus testimonios arqueológicos. Chozas de paja o caña, o sencillos refugios y paravientos, permanecen simplemente como manchas en el suelo y sólo puede suponerse su forma y dimensiones.

La amplia gama de plantas utilizadas era probablemente recolectada con ayuda de redes, balsas o cestos, y las semillas y nueces eran trituradas con piedras de moler mientras que las plantas fibrosas eran machacadas en recipientes especiales. Igualmente fue importante el trabajo de la madera con el que se fabricaron cuñas, bastones biselados, mangos de cuchillos y otros materiales.

Los primeros tejidos mesoamericanos se basan en la yuca, mientras que pronto se introdujo el uso del algodón en los Andes. En efecto, en el Arcaico existen ya dos técnicas de trabajo asociadas con el algodón: el entrelazado a modo de un tejido rústico a mano sobre unos hilos que hacen la función de urdimbre, y el anillado o utilización de un hilo único que se irá enredando sobre sí mismo.

Es importante destacar que el ciclo económico estacional impondría una disminución y un aumento del tamaño de estos grupos humanos arcaicos. Durante la estación seca, de octubre a junio, cuando el alimento escaseaba, las gentes se dividían en microbandas nómades. En otras épocas del año, de abundancia de recursos, el sedentarismo se impondría rápidamente durante una o dos estaciones. Además, allí donde existían ciertas condiciones favorables para la concentración de alimentos silvestres o para pequeñas parcelas agrícolas, esas microbandas se unirían en macrobandas. La reciprocidad sería el patrón económico dominante de las sociedades arcaicas y no había todavía diferenciaciones de grupos sociales y roles específicos. Algunos antropólogos hablan incluso de sociedades de descendencia patrilineal, residencia patrilocal y exogamia de bandas, aunque los últimos rasgos serían posibles (más que seguros).

Ya en 6000 a.C. en la región de Tehuacán en México (fase el Riego) se encontró la evidencia de complejos y elaborados rituales funerarios, mientras que en Perú los inicios del ceremonialismo funerario prenuncian el espectacular desarrollo de épocas posteriores. En Las Haldas se encuentran los restos de edificios de ciertas dimensiones y con un trazo simétrico de lo que se consideran templos

b) El Preformativo y el inicio de los primeros núcleos urbanos con énfasis en la zona andina

En general, se conocen arqueológicamente los sitios más antiguos en los que se plasmaron tempranamente los efectos de la diferenciación social y la construcción de los núcleos urbanos además del aprovechamiento concomitante de las áreas rurales.

En particular, se observa una neta transición hacia el Neolítico urbano en el Valle del Alto Amazonas y entre los Anazazi en el sur de Norteamérica. Pero generalmente se suelen ciar como los grandes centros del inicio del urbanismo en América precolombina la región de Mesoamérica y los Andes centrales.

A pesar de que tradicionalmente se pensaba que Mesoamérica había desarrollado una cultura urbana mucha antes que en la zona andina.

Pero las culturas más antiguas de Mesoamérica deben considerarse semiurbanas y asociadas con la pesca y la caza/recolección:

Culturas Coxcatlán y Abejas (5.000-2.300 a.C.) Cultura Santa Marta (3.000-2.300 a.C.) Cultura Matanchén (3.000 a.C.-1.600 a.C.)

Page 38: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Tal vez con la excepción de Matanchén en el golfo de México, los primeros testimonios de sedentarismo temprano hay que buscarlos en la región andina central donde existió un largo proceso de cimentación de las culturas rurales previas a la formación de los núcleos urbanos, entre 10.000 y 2.000 a.C., cuando aparecieron los primeros ocupantes de las costas y del altiplano, y se transitó gradualmente desde las culturas nómadas hacia otras sedentarias con las cuales se inició la domesticación de especies vegetales comestibles y de animales domesticados (llamas, vicuñas, alpacas, perros y patos). Igualmente comenzó el agrupamiento de la gente en aldeas y, pronto, la construcción de templos ceremoniales y otras edificaciones. el Perú, en relación con las especiales condiciones ambientales que favorecen la conservación de materiales perecederos.

Los descubrimientos más recientes muestran un floreciente protourbanismo, similar al de la primera revolución urbana del Levante, testimoniado en las construcciones monumentales de Cerro Paloma, Aspero, Caral, Sechín y otras localidades tempranas, muy anteriores a las civilizaciones andinas nucleares, más concretamente en el lapso entre 4.000 y 2.400 a. C, es decir, al final del período Arcaico tardío, momento en que comienza el desarrollo de los procesos de diferenciación que culminararían en el “hecho urbano precolombino”.

Concretamente, el Arcaico andino guarda estrechas relaciones con el Neolítico del Viejo Mundo, ya que, con la excepción de la labranza de reacción animal, son comunes los asentamientos compactos, la cerámica, el tejido en telares, el trabajo de la piedra, tanto por pulimento como presión, y el modelado de figurillas femeninas en arcilla.

En los valles del altiplano y en los sectores irrigados de la costa peruana se estableció una serie de culturas hasta que, finalmente, se desarrolló una etapa urbanística de mayor densidad poblacional y de construcciones monumentales.

Desde huellas de casas de forma circular excavadas en el suelo cuyas estructuras tendrían una base de postes y cañas amarrados con sogas de junco, pasando por construcciones de muros pequeños y bajos unidos con barro y cubiertos también con tierra, se llegó incluso muy pronto (por ejemplo, 4.000 a.C. en Cerro La Paloma) a una arquitectura de piedras redondas que componen las paredes de habitaciones de forma oval o cuadrangular y semisubterráneas. Estas habitaciones se disponen sin plan alguno y se componen de uno o dos cuartos con pequeñas entradas y escalones. La tecnología de estos grupos arcaicos giró en principio a determinadas actividades de subsistencia con utilización de variados materiales como el hueso, la piedra, la cestería, el cuero, la caña y el tejido.

Con estas primitivas culturas se asocia tanto la construcción de caminos como la de canales de irrigación. Estas obras influyeron en la distribución de los alimentos y, por su magnitud, sólo pudieron ser construidos con un considerable esfuerzo humano y con abundante mano de obra. Se registró por entonces una expansión del área sembrada y se introdujeron así nuevas plantas, como el pepino y ciertos tipos de porotos.

El descubrimiento de montículos de adobe y de piedra indica cierta actividad religiosa ya en este período de transición. Además, las aldeas con habitaciones aisladas comenzaron a ser más importantes y predominaron sobre otras construcciones.

A continuación se citan algunas características principales de estos primeros elementos del protourbanismo sudamericano:

Cultura Cerro Paloma, en la zona andina central (4.000 a.C.-3.000 a.C.) Cultura Huaca Prieto, en la costa septentrional (3.500 a.C.-2.000 a.C.) Cultura Cerro Sechín, en la costa central (1.800 a.C.-800 a.C.) Cultura Caral-Aspero, en la costa septentrional (3.500 a.C.-1500 a.C.) Cultura Kotosh-Huaricoto, en la costa central y septentrional (3.000 a.C.-1.500 a.C.).

A continuación se examinan dos de estas culturas neolíticas americanas más importantes:

Page 39: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Probablemente, la cultura Sechín está conectada con la previa cultura de Huaca Prieto. El sitio arqueológico de Sechín Bajo se encuentra ubicado en el departamento de Ancash, provincia de Casma y a 5 km de la ciudad del mismo nombre, sobre la falda norte del cerro Laguna a 90 m sobre el nivel del mar. Ecológicamente pertenece al denominado desierto premontano. El clima es cálido, seco y con pocas precipitaciones anuales. El mar se encuentra a poco más de 10 km de distancia.

La cultura Sechín se desarrolló entre 4.000 y 1.800 a.C., antes de que llegara a esta zona la cultura urbana de Chavín. Se caracteriza por poseer la arquitectura pública y ceremonial más antigua del Perú y de toda América, quinientos años antes que la ciudad sagrada de Caral.

Los antiguos constructores eligieron para las edificaciones el lado norte, al pie de la aislada elevación en cuyas faldas pudieron recurrir a esta fuerte arquitectura de piedra y barro.

La zona arqueológica abarca unas 5 hectáreas y ya se evidencian las plazas circulares, que serán características de las culturas andinas. De hecho, la plaza circular hundida de Sechín Bajo es uno de los más importantes descubrimientos arqueológicos de la presente década. Tiene diez metros de diámetro, y fue construida con piedra y barro durante el periodo Arcaico tardío.Las plazas circulares en el antiguo Perú forman parte de una tradición arquitectónica propia de los orígenes de la civilización andina. Fueron construidas solo por las sociedades agrícolas que alcanzaron cierto grado organización política.

Es seguro que la plaza circular de Sechín Bajo formaba parte de un centro ceremonial impresionante para su época y que constaba de los siguientes elementos:.- Complejo arquitectónico de siete edificios que conforman un templo-palacio.- Seis construcciones con piedras y moldeo de barro.- Una edificación construida con adobes cónicos unidos con barro.- Muros que delimitan el complejo, que son gruesos y elevados.

La peculiaridad del lugar son los revestimientos líticos o lajas grabadas, las cuales decoran el contorno de los edificios. Hay 400 de estas lajas localizadas en la fachada de la plataforma perimetral. Los grabados consisten en representaciones de guerreros/sacerdotes (por lo general de cuerpo entero), sobre el fondo de enemigos derrotados, donde aparecen cuerpos seccionados, cabezas humanas decapitadas, brazos y piernas mutiladas, e incluso vísceras y ojos enucleados de los vencidos desparramados por el suelo, lo que ya muestra sacrificios rituales.

Estos bajorrelieves también exhiben una doble procesión de personajes que parte de un pórtico formado por dos monolitos grabados que sostienen un dintel al centro del muro sur y se encaminan hacia otro pórtico, localizado en el centro del muro norte. En esta procesión de personajes no existen figuras de dioses, semidioses ni animales míticos, sino únicamente de personas.

Técnicamente, las representaciones se efectuaron mediante el grabado sobre piedras planas de diorita y el ensamblaje con otras más pequeñas.

Se piensa que las piedras fueron extraídas mediante el empleo de palos de algarrobo o huarango (árboles oriundos de la costa peruana) usados como palancas y auxiliadas por gruesas y fuertes sogas de maguey arrastradas hasta los talleres donde de trabajo artesanal.

El grabado de las lajas se realizó mediante la “técnica de abrasión”. Primero se alisaba una de sus caras y luego, con carbón, se dibujaba el motivo a tallar. A continuación, se procedía a frotar repetidamente esos trazos con otras piedras más duras, a modo de cincel, hasta crear unas hendiduras anchas, profundas y uniformes, que les daban la forma a los grabados.

El arqueólogo alemán Peter Fuchs quien investigó el complejo arqueológico de Sechín Bajo desde la década de 1980, recién en 2007 llegó hasta los estratos que esconden la plaza circular.

Se ha deducido la existencia de una “jefatura”, representada por una o varias personas

Page 40: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

designadas por la comunidad para dirigirla temporalmente. Los jefes se encargaban de concentrar y redistribuir los excedentes de producción y de dirigir las actividades de cohesión social (faenas comunales, fiestas, rituales, etcétera). La jefatura evolucionó hacia el “estado prístino” cuando los jefes adquirieron poderes teocráticos y hereditarios, como ocurrió en la ya en Sechín Bajo, y también, posteriormente, en las localidades de Sechín Alto y Cerro Sechín.

Reconstrucción de la plaza circular y de la edificación de Sechín Bajo, probablemente la ciudad más antigua de América, tan antigua como las primeras ciudades sumerias, aunque más relacionada con la estructura organizacional de los núcleos protourbanos neolíticos como Jericó y Catal Huyuk.

Las siguientes culturas andinas que se caracterizan están caracterizadas por imponentes construcciones ceremoniales, en la forma de pirámides además de plazas circulares frontales. Estas pirámides son consideradas estructuras públicas atendiendo a las siguientes características:

a. Su tamaño, ya que son más grandes que otras construcciones. b. La técnica constructiva empleada mediante shicras, bolsas en forma de red que

contenían piedra y tierra para rellenar las plataformas. Esta técnica no fue usada en la construcción de estructuras domésticas.

c. Decoraciones especiales: frisos, pinturas murales o nichos. d. En las pirámides no se encuentra basura doméstica. e. Se da un acceso restringido a los recintos principales de la cima.

Una de estas primeras ciudades-estado andinas, luego de Sechín, fue la localidad sagrada de Caral (cultura de Caral o caralina) en el valle de Supe, en la provincia de Barranca, en la región Lima Provincias. Los restos arqueológicos se distribuyen por 40 km², y a una altitud de 350 m, en una región con clima caluroso y favorable para la vida humana. Caral se fundó hacia 3.500 a.C., unos 500 años después que Sechín, aunque todavía es dos milenios anterior a la ciudad de Chavín y también a los primeros centros olmecas de Mesoamérica. Pero el sitio principal de ocupación es posterior a esta fecha, y la edificación monumental más importante data de 3.000 a 2.000 a.C.

En Caral se destacan siete grandes pirámides rodeadas de otras varias más pequeñas, que suman 32 montículos en total. Sus constructores organizaron esta ciudad en dos sectores: uno alto (al norte) y otro bajo (al sur). Un antiguo cauce seco divide ambas zonas.

En el sector alto se ubican seis pirámides principales rodeando un espacio vacío. Por su parte, en el sector bajo se destaca la Pirámide del Anfiteatro y varios edificios menores alineados con ésta. La zona residencial es un conjunto de casas donde habitaron los pobladores de Caral. Dichos conjuntos de casas están formados por numerosas habitaciones

Page 41: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

interconectadas entre sí. Sus muros son muy angostos y en algunas de las habitaciones se han encontrado evidencias de que fueron usadas como talleres para la producción artesanal.

En cada una de las varias pirámides de Caral se llevaban a cabo diferentes actividades cumpliendo cada una de ellas un papel determinado en el orden social y religioso de sus habitantes.

La Pirámide Mayor fue probablemente el principal edificio del Sector Alto y constaba de un volumen piramidal escalonado (pirámide) y una plaza circular adosada a su fachada. Una larga escalera de 9 metros de ancho asciende hasta alcanzar los 28 m de altura, hasta la cima de la pirámide, uniendo los dos elementos mencionados (pirámide + plaza circular), los componentes principales de esta edificación. El Recinto Principal tiene sus paredes adornadas con pequeños nichos que parecen formar una secuencia de rostros y su suelo está perforado por un pequeño pozo donde se incineraban ofrendas.

Otros recintos menores estaban ubicados a los lados del Recinto Principal.En la cima de la Pirámide de la Galería, otra de las del Sector Alto, se construyó un

pasaje interior (como si se tratara de una galería subterránea) pintado de blanco y adornado con siete nichos. Es tan pequeña que solo cabe una persona, por lo que la ceremonia aquí realizada debió ser individual. A un costado de la misma se observan estructuras residenciales donde posiblemente vivían los funcionarios o sacerdotes que estaban al servicio del templo. Estas estructuras residenciales también contaban con pequeños altares para el fuego sagrado.

Finalmente cabe mencionar en el Sector Alto, la Pirámide de la Huanca, que lleva ese nombre porque estaba alineada con una huanca (piedra larga hundida en el suelo) y seguramente su función debió ser astronómica. Una línea imaginaria ordena, en una misma trayectoria, la huanca con el atrio en la cima de la pirámide pasando por el medio de la escalera principal que conduce del nivel del suelo a la cima de la pirámide.Datos comparativos de cinco pirámides del Sector Alto de CaralPirámide Mayor 153,52 m 109,42 m 28,00 m Pirámide de la Cantera 78,00 m 56,00 m 13,40 m Pirámide Menor 45,80 m 37,00 m 7,50 m Pirámide de la Galería 110,00 m 80,00 m 17,00 m Pirámide de la Huanca 55,00 m 55,00 m 12,00 m

La Pirámide del Anfiteatro es la estructura más importante del Sector Bajo de Caral y, como tal, es considerada como la contraparte o par de la Pirámide Mayor, con la cual comparte la característica de poseer una plaza circular. Esta pirámide es una plataforma más bien pequeña y de poca altura sobre la cual se han construido varios recintos y está completamente rodeada por una muralla que separa una amplia zona vacía a su alrededor. Se le adosa una monumental plaza circular que, en uno de sus lados se caracteriza por una sucesión de pequeñas plataformas a modo de graderías, semejantes a un anfiteatro (de ahí su nombre) y delante de ella una plataforma rectangular. Esta pirámide tuvo una fuerte actividad ceremonial, y enterrado en el piso de la plaza circular se encontró una ofrenda de 32 flautas finamente trabajadas y bellamente decoradas. Dichas flautas se tocan mediante un único orificio central y están decoradas con diseños de monos, serpientes y cóndores. Además, dentro del perímetro de la muralla que bordea la pirámide, se encuentra uno de los principales altares, el Altar del Fuego Sagrado. Este altar es uno de los principales de Caral y está construido con muros de piedra unidas con argamasa de barro y cubiertos con una gruesa capa de barro. Consistía en una pequeña habitación de forma circular o rectangular con un único ingreso en cuyo interior hay un pequeño pozo (al centro, en el piso) donde en especiales ceremonias se incineraron pequeñas ofrendas. Un conducto de ventilación corría por debajo del piso y conectaba el exterior del recinto con el interior del pozo alimentando de oxígeno la llama de dicha incineración. Contaba con dos pasadizos. En el interior del primero se halló ceniza blanca, probablemente producto de la quema de caparazones (valvas de moluscos o caracoles

Page 42: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

marinos) y huesos de pescado. En el segundo se hallaron cenizas de origen orgánico animal, así como semillas y huesos.Los Altares del Fuego Sagrado constituyen por cierto uno de los elementos distintivos de la cultura de Caral y de su civilización (junto con las pirámides, la plaza circular y la escalera que las une) y se repiten en casi todas las estructuras de esta ciudad. No sólo están presentes en las grandes construcciones (como los dos ejemplos mencionados), sino también en las pequeñas pirámides, como en el Templo del Altar Circular. También se ha reportado la presencia de altares en las pequeñas residencias consideradas domésticas.

Plano de la construcción monumental de Caral.Los conjuntos residenciales de Caral son grupos de pequeñas construcciones de un

solo piso localizados tanto en el Sector Alto como en el Sector Bajo y sirvieron como viviendas de las personas que trabajaron para las actividades de las pirámides o incluso como viviendas de los propios sacerdotes o gobernantes de la ciudad. Son de forma cuadrangular y dimensiones variadas, que oscilan entre los 49 m2 y los 80 m2.

Una "residencia" se compone de un conjunto de recintos interconectados entre sí. Poseen una entrada principal orientada hacia el norte y otra "trasera" que comunica con patios o espacios abiertos.

Page 43: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Sitio arqueológico de Caral.Uno de los conjuntos residenciales más notables es el Sector Residencial A o Mayor.

Se localiza sobre una explanada en el Sector Alto, justo por encima del cauce seco que dividía la ciudad. Fue construido con postes de guarango o sauce con emparrillados de caña y recubierto con una capa de barro gris. Las paredes fueron pintadas con capas sucesivas de color blanco, gris claro, beige, rojo y amarillo claro.

Las residencias fueron construidas de forma independiente unas de otras pero a causa de continuas remodelaciones varias de ellas terminaron fusionadas en un solo conjunto. Por sus características y hallazgos reportados en el área, los arqueólogos consideran que este conjunto residencial estuvo habitado por familias integrantes de elite caralina.

Tal vez el principal sitio de encuentro ceremonial que debió reunir un gran número de personas se relaciona con las plazas circulares, enormes espacios amurallados que como se mencionó están presentes por partida doble, por delante de la Pirámide Mayor (en el sector Alto) y también en la Pirámide del Anfiteatro (del sector Bajo). A la plaza circular se accede desde el exterior mediante una escalera que llega a la parte alta del muro y luego desciende hacia el interior de la plaza por otra escalera gemela. Frente a ella, en el lado opuesto de la plaza, hay todavía otra escalera similar que conduce a la parte alta del muro donde se inicia la "escalinata principal" que conduce a la cima de la pirámide.

Caral debió su prosperidad y su crecimiento a una amplia red de intercambio y reciprocidad que se extendía por la costa, la sierra e inclusive la selva. El principal cultivo de Caral fue el algodón (Gossypium barbadense), usado para elaborar vestiduras y redes de pesca y también para intercambiarlo por productos de otras regiones, por ejemplo grandes cantidades de pescado (sobre todo anchoveta) con las poblaciones del litoral (como Áspero, por ejemplo). Su amplia red de intercambio les permitió a los caralinos obtener el "mullu", molusco bivalvo que habita en las aguas calientes del océano Pacífico, desde California hasta Ecuador. Fue muy utilizada como símbolos de riqueza y ceremonias para la predicción climática.

Los caralinos contaban con variadas materias primas en la proximidad de su ciudad. Así: los terrenos pantanosos en la margen del río les suministraban los bosques de caña brava,

carrizo y "cola de caballo" empleados como materiales para la construcción de muros de estructura menor en los conjuntos residenciales;

Page 44: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

en las lagunas cercanas se cosechaba la totora y el junco para la elaboración de canastas y esteras;

los bosques de guarango y algarrobo brindaban la madera usada como combustible o para postes de la construcción de sus hogares. Los desiertos próximos brindan en abundancia la "achupalla" (cardo de loma), fuente de alimento y combustible;

en el río Supe abundaban los peces y camarones; el valle fértil rendía cultivos de zapallo, frijol, camote, pacay y guayaba

Como la ciudad de Caral se encuentra localizada a más de 23 km tierra adentro lejos del litoral y, como los frutos del mar constituían la base de su alimentación, tenían que obtenerlos trasladándose diariamente grandes distancias.

Para los curacas (gobernantes) de Caral, la predicción del clima y de los indicadores de la naturaleza (como el movimiento de los astros, por ejemplo) era importante ya que permitía la planificación de la producción (como el cultivo y la pesca) y de ese modo aseguraba su subsistencia.

En la costa se encontraron sitios contemporáneos a Caral y probablemente de la misma cultura (caralina), entre los que destaca Áspero (cultura de Áspero), y entre ambas ciudades se forjaron probablemente estrechas relaciones de reciprocidad e intercambio. De hecho, Áspero es considerada por algunos arqueólogos como la "zona capital" de una posible confederación que incluía además de Caral, los sitios de Bandurrias, Lurinhuasi, Miraya y otros todavía no estudiados.

El intercambio entre Áspero y Caral se evidencia a partir de las redes y tejidos de algodón provenientes del valle presentes en la primera ciudad, y de restos de los productos del mar como la anchoveta, la sardina, el choro y la macha en la segunda. Hay que mencionar que la variedad de productos marinos hallados en Áspero es mucho mayor y, por lo tanto, sólo fue usada para el intercambio de los productos más solicitados.

Áspero fue construida muy cerca del Océano Pacífico, a escasos 500 metros, en la margen derecha del río Supe a 35 metros sobre el nivel del mar, frente al humedal conocido como totoral Los Patos. Actualmente pertenece a la jurisdicción del distrito de Supe, provincia de Barranca, departamento de Lima, en Perú.

En Áspero, el área urbana se caracteriza por los diversos edificios y espacios tuvieron multifuncionales: Las pirámides, dedicadas al culto y a la administración, las plazas públicas como espacios de encuentro social, los talleres para la producción artesanal especializada, los almacenes para guardar los excedentes y las zonas residenciales donde se desarrollaba la vida cotidiana.

Áspero contaba con un impresionante grupo de pirámides que componían su área urbana data en el Precerámico Tardío (3.000 a 1.800 a.C.) y por lo tanto contemporánea a Caral.

Las pirámides de Áspero responden a un modelo propio de su tiempo y su cultura: son estructuras formadas por plataformas superpuestas con una escalera en el centro de la fachada que comunica el espacio exterior (público), generalmente una plaza circular, y la cima, el espacio interior (privado), donde se localizan varios recintos pequeños.

Page 45: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Reconstrucción tridimensional computarizada de la Huaca de Los Ídolos, con la plaza circular hundida, la escalera, la pirámide y los recintos de la cima.

Los arqueólogos dividen a esta ciudad en Áspero Alto y Áspero Bajo. Áspero Alto: está construido sobre las colinas al Oeste de la ciudad, y barca tres las pirámides

más grandes: Huaca de Los Ídolos (Sector B), Huaca Alta (Sector A) con sus respectivos espacios públicos (plazas circulares) y Huaca de Los Sacrificios (sector L), además de conjuntos residenciales (Sector F) y áreas de almacenes (Sector I).

Áspero Bajo: construido al pie de las colinas y sobre la hondonada del norte. Es un conjunto de edificios más pequeños (Sector O y Sector P), dos pirámides (Sectores Q y T) y un extenso conjunto residencial (Sector R) más una amplia plaza central.

Huaca alta es considerada la principal pirámide de Áspero Alto (y de todo Áspero) por ser la de mayor tamaño y hallarse situada en la parte más elevada. Se la reconoce por haber sufrido una gran destrucción por parte de los saqueadores de tumbas ("huaqueros") a principios del siglo XX, pues desde la cima se excavó un gigantesco pozo que llegó a perforar las bases mismas de dicha pirámide, dejándola como un cascarón vació. Se componen de la superposición de tres plataformas, con una larga y sobresaliente escalera que conduce a la cima desde una plaza circular de la que quedan solo algunos vestigios. La orientación de la plaza circular forma un mismo eje con la escalera y posiblemente con los recintos ubicados en la cima. El interior de las plataformas es sólido y está constituido por un relleno de piedras y tierra depositado en pequeños recintos demarcados por delgados muros construidos con piedras sin argamasa.

Huaca de los Ídolos es otra pirámide notable cuyo diseño también corresponde al cuarteto típico: plaza circular / escalera central / pirámide escalonada / recintos de la cima.

Page 46: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Huaca de Los Ídolos en plenos trabajos de conservación.La plaza circular tenía 16 m de diámetro. Un muro de piedra bordeaba su contorno y

contaba con dos sitios de ingreso con pequeñas escaleras ubicadas en lados opuestos aunque alineadas en un mismo eje con la escalera central y los recintos de la cima. Los ingresos estaban flanqueados por dos monolitos (de 1.8 m de altura) a manera de pórticos. Actualmente sólo existe el ingreso del final de la escalera central.

La escalera central de la Huaca de los Ídolos conduce desde la plaza directamente a la cima donde un amplio recinto (antesala) de 11 por 16, de lado recibe al visitante, quien para acceder a los recintos principales (ubicados detrás de la antesala) deberá usar un pasadizo lateral. El recinto principal mide 5.1 por 4.4 m, con un murete en forma de T que lo divide en dos sectores. Sus muros están adornados por nueve nichos y junto a este recinto hay otro más pequeño en cuyo piso se encontraron figurillas humanas (ídolos) moldeados en arcilla blanca junto con canastillas y hojas de achira (Canna edulis).

La Huaca de los Sacrificios es una pirámide escalonada con escalera central. El terreno delante de la pirámide fue alterado en el transcurso de los últimos cien años debido a la construcción de un canal de irrigación y la remoción de grandes cantidades de tierra por lo que ya no se divisa la plaza circular. Su diseño es más complejo que las dos anteriores pirámides comentadas, pues posee otras escaleras laterales que conducen a plataformas anexas al cuerpo central de la pirámide, en cuya cima hay un recinto principal que lleva excavado sobre el piso un pequeño fogón considerado de uso ceremonial, para la incineración de pequeñas ofrendas. El nombre se debe al hallazgo de entierros humanos con huellas de haber sido sacrificados. Los arqueólogos encontraron dos niños de 8 y 10 años y un neonato. Los cráneos de los niños presentan evidencia de haber muerto a causa de un fuerte golpe en la cabeza.

Se han identificado para esta pirámide dos etapas constructivas, las que repiten en ambos casos el mismo modelo de pirámide con escalera central: (1) Los muros y la escalera central están construidos con piedras canteada de caras planas y vértices rectos) unidas con argamasa de barro. (2) Los muros y la escalera central están construidos con cantos rodados (con la cara plana hacia el exterior) unidos con argamasa de barro. Esta secuencia presenta en algunos muros una etapa intermedia, en la que se conjuga el uso de piedra canteada con cantos rodados.

Finalmente, el área de los almacenes está ubicada al sur de la Huaca Alta y detrás de la Huaca de Los Sacrificios y consiste en pozos que sirvieron para almacenar alimentos. Esto prueba que en Áspero la producción no era para satisfacer únicamente el consumo diario, sino

Page 47: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

que permitía cumplir con los deberes de reciprocidad (intercambio de bienes y servicios) que la unía con Caral.

Los pozos para el almacenamiento son circulares o rectangulares, en promedio de 1.10 m de diámetro y una profundidad de 75 cm. Las paredes están revestidas con piedras canteadas y en su interior se hallaron restos de valvas de moluscos comestibles. En una etapa anterior, dicha área constituyó un sitio con pequeñas construcciones de caña y fogones para cocina donde sus ocupantes se dedicaron a la confección de productos artesanales.

Se han identificado por lo menos dos áreas con conjuntos residenciales, que concentran estructuras cuya función era la de habitación: el Sector F en Áspero Alto y el Sector R en Áspero Bajo. Sus construcciones son de muros delgados de piedra en la base completando el resto de la altura con muros de caña revestidos de barro (quincha). Asociados a estas construcciones están extensos cenizales y basurales de restos de moluscos, fibras vegetales y piedras quemadas.

Como Áspero fue ocupada durante el período lítico (Precerámico), los habitantes de esta ciudad no contaron con ollas de barro para cocinar sus alimentos, así que se ha barajado una hipótesis para explicar el modo de preparación de sus alimentos: Se calentaban piedras directamente sobre el fuego, y cuando éstas se hallaban "al rojo vivo" eran colocadas dentro de depósitos de calabaza llenos de agua. La piedra caliente hacía que el agua alcance el punto de ebullición o que se alcance temperatura suficiente para cocinar los alimentos colocados dentro del depósito de calabaza. El hallazgo de piedras quemadas apoya esta hipótesis.

En primer plano, pequeñas estructuras de piedra canteada en el conjunto residencial de Áspero Bajo (Sector R). En plano, arriba a la izquierda, la Huaca de Los Ídolos.

Áspero fue, en primer lugar, una aldea de pescadores y recolectores de moluscos de playa (marisqueo) durante el Precerámico medio y, más tarde, durante el Precerámico tardío conformó una ciudad de pirámides sustentada en la extracción de recursos marinos y en el intercambio por reciprocidad de los excedentes de la producción agrícola de las ciudades del interior del valle, como Caral, de la cual obtenían algodón y productos exóticos como plumas multicolores, piedras semi-preciosas o mullu (Spondylus sp.) que fueron usadas por la elite gobernante como símbolos de poder.

N. Hacia la segunda revolución urbanaMás allá de las teorías, opiniones y controversias acerca de los «orígenes» urbanos, es

posible concluir que centros como Jericó y Çatal Hüyük, y más tarde Sechín Bajo, Caral y Kotosh, representan un salto revolucionario en la escala social y espacial de las sociedades y de la cultura humana, una escala medida no sólo en cantidad de personas sino también en la intensidad y la extensión geográfica de la interacción humana.

Page 48: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Las estimulantes interdependencias y las convenciones culturales creadas por la aglomeración socio-espacial, en un movimiento conjunto, fueron los rasgos organizativos clave o las fuerzas motrices que impulsaron virtualmente todo lo que sucedería a continuación. Dicha proximidad y dicha copresencia interdependiente hicieron que la cooperación social se tornara más eficiente y efectiva, no sólo para la defensa y la producción (y consumo) colectivo de alimentos y servicios «sociales», sino también para la producción de orden social y espacial, para el comercio a larga distancia, para una división del trabajo crecientemente especializada y para la continuidad urbana, todo ello parte y producto de la «chispa» intrínsecamente espacial que jugaría un papel importante en cada momento de transformación de la geohistoria del desarrollo humano hasta el presente.

No obstante, las ciudades “urbanas” reales según la mayoría de los estudiosos aparecieron algunos milenios después de las primeras ciudades preurbanas o protociudades, en áreas húmedas y fértiles relacionadas con ríos que permitieron el fácil transporte de mercancías. Así ocurrió en Súmer en el contexto de estas segunda revolución urbana (considerada en realidad primera por aquellos estudiosos que niegan la importancia de la conexión de las protociudades con la urbanización).

Se consideran como elementos de este urbanismo definitivo asociado con la segunda revolución urbana, las instituciones de la ciudad-estado, la jerarquía social, los trabajos de irrigación a gran escala, las actividades culturales, como la orfebrería, artesanía y escultura, los desarrollos monumentales asociados con la religión y la astronomía y en fin, el intercambio comercial a gran escala, una división laboral inconfundiblemente urbana pero especialmene, el registro histórico que resulta de la escritura. Todos estos pertrechos de la «civilización y cultura», todavía no se habían desarrollado tras la primera revolución urbana (al menos no todos y simultáneamente, ya que por ejemplo, en las proto-ciudades andinas había evidencias de una clase dirigente y una protorganización estatal, mientras que en las de Anatolia existía un gran desarrollo de la artesanía y la orfebrería además de un amplio intercambio comercial) y corresponderían en cambio a un período más moderno, a la Segunda Revolución Urbana, que para el Medio Oriente es data entre el 3.500 y el 3.000 a.C.. Es decir, sería necesario otro big bang para generar esta nueva revolución urbana más profunda así como las primeras ciudades «de verdad».Concretamente, el historiador Charles Keith Maissels, define con el término urbano a una población lo suficientemente numerosa y nucleada, de modo que las relaciones sociales de producción pueden cambiar a fin de expresar el principio del sinecismo en sí mismo (la interdependencia que emerge de la proximidad densa), cuya expresión resultante es la cristalización del gobierno. Llegado el momento, el gobierno se manifiesta como el Estado a través de una administración basada en la escritura, además de una arquitectura monumental que representa la profesionalización de la fuerza ideológica, económica y armada. Por consiguiente, no es coincidencia que el primer tipo de ciudad o, en realidad, de Estado, adquiera la forma de la ciudad-estado.

Estas ciudades nuevas eran más grandes que sus predecesoras con poblaciones de 7.000 a 20.000 habitantes que, contrariamente a las ciudades preurbanas, ya contaban con una clase bien desarrollada de artesanos y formas altamente desarrolladas de organización social y política (aunque recuérdese el caso de Catal Huyuk).

Estas ciudades esaban habitadas por granjeros (incluso hoy en día, en el Tercer Mundo, se estima que cerca del 25% de la población que trabaja en las ciudades se dedica a la agricultura) y también artesanos, mercaderes, soldados, sacerdotes y sacerdotisas, sirvientes, líderes políticos, esclavos, sirvientes, prostitutas, aguateros, mujeres y niños. Queda claro que la organización política, económica, social y religiosa de las ciudades definitivas era muy superior a la rudimentaria organización de las protociudades.

Page 49: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Claramente se suele enfatizar el creciente desarrollo institucional de la monarquía y su burocracia administrativa; la propagación de actividades religiosas y ceremoniales, y de su capacidad para mantener y reproducir comunidades de mayor tamaño de un modo en que aún no se había producido; la creciente necesidad de defenderse de los caprichos de la naturaleza y de la invasión de «forasteros», y las presiones demográficas producidas tanto por el incremento de las cifras, como por la degradación ambiental. Algunos podrían agregar a dicha lista el impacto del sinecismo, al menos, en el sentido de una “fusión de aldeas y pueblos existentes” en una gran entidad urbana consolidada. Pero cualesquiera que sean las causas, el resultado fue la creación virtualmente simultánea de dos nuevas formas de espacialidad social humana: la ciudad y el Estado, convenientemente unidos por un guión en el concepto de ciudad-estado o combinados de un nuevo modo, en la perdurable noción de civilización, proveniente de la raíz latina civitas o ciudad.

El área cubierta por las ciudades preurbanas era de 3-5 hectáreas, pero ya las primeras ciudades sumerias tendrían un área de 40 hectáreas, alcanzando 100 o más hacia la explosión del urbanismos, cerca de 1.800 a.C.

Se suele indicar que la explosión urbana corresponde al inicio de la edad del Hierro, hacia 1.800 a.C., y que mucho más tarde, cerca de 200 a.C. comenzó la urbanización explosiva en China, mientras que en Mesoamérica lo hizo recién en el 300 a.C.. No obstante, los hallazgos más recientes retrotraen el origen de la urbanización americana y también la china a un tiempo muy anterior (por ejemplo, la mesoamericana se retrotrae a entre 2.000 y 1.500 a.C., y la china cerca de 2.500 a.C. Aún así, existe un hiato significativo entre la agricultura y la urbanización que resulta sorprendente y muestra la complejidad de las condiciones requeridas para el desarrollo urbano.Así es como se define el comienzo del registro histórico de las ciudades, iniciado material y simbólicamente a partir de la invención de la escritura y de la conformación de la ciudad-estado, con la organización jerárquica y la división de clases. El comienzo del registro histórico también da lugar a otra tendencia en las interpretaciones más contemporáneas del pasado, una inclinación a prestar una mayor atención al desarrollo del Estado monárquico y sus extensiones imperiales, más que a la ciudad y a las especificidades del espacio urbano.

Como revelan estas historias, al menos desde el punto de vista occidental, el ponderamiento de la urbanidad, la especificidad espacial y el sinecismo de la vida urbana, tienden a ser retratados, si es que a ser considerados, como si su importancia declinase en términos generales, reducidos principalmente a la producción de una serie de monumentos arquitectónicos y de entornos construidos diseñados de forma creativa. Conviene destacar que la invención de la escritura supuso un cambio fundamental y decisivo en el desarrollo cultural del ser humano.

Las ciudades son, sobre todo, lugares de encuentro donde la gente intercambia mercancías pero también información, y donde obtienen protección en el intercambio bajo la sumisión a un poder político, la gracia espiritual a través de los intermediarios de los sacerdotes y los sitios de adoración, así como servicios y experiencias culturales.

Para que tengan lugar estos intercambios, deben existir un suministro y una solvente demanda para el intercambio de mercancías y servicios, así como un costo razonable para adicho intercambio.

Es por esta razón que la aparición de la urbanización ha sido históricamente ligada a la agricultura y la ganadería, así como también a la producción de bienes no agrícolas que podrían ser intercambiados por otros agropecuarios. Pero para el logro de estas demandas, resultaba aún más importante, la necesidad del mejoramiento del transporte y las comunicaciones (entre otras cosas, a través del desarrollo de la rueda, los caminos, los botes y también la escritura).

Page 50: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Numerosos historiadores de la urbanización (por no decir la gran mayoría) tradicionalmente sitúan la agricultura en el origen de la urbanización con la pretensión de que los fundadores de ciudades tenían la posibilidad de sobrevivir gracias a los excedentes agrícolas (como ya se ha explicado más arriba). Pero este razonamiento se ha repetido ad nauseam (es decir, hasta resultar insoportable). Sin embargo, produce un gran interrogante: ¿por qué los granjeros deberían producir excedentes agrícolas cuando para ellos resultaba imposible intercambiarlos por mercancías que no producían? ¿No hubiera sido más lógico invertir el razonamiento y afirmar que los excedentes agrícolas y la agricultura orientada al mercado (como opuesta a la de subsistencia) fuera hecha posible por el suministro de mercados de Para rediseñar nuestro entendimiento de las relaciones entre la agricultura y la urbanización, resulta útil recordar ciertos hechos. En primer lugar, el comercio y aún el de larga distancia, existieron en muchos casos previamente a la urbanización. En el caso del Medio Oriente, es un hecho bien establecido que probablemente el comercio causó la urbanización, al menos tanto como o incluso más que la agricultura.

En segundo lugar, si unos tres a cinco mil años separaban los comienzos de la agricultura y de la urbanizacion, se debe señalar que la aparición de las primeras ciudades “urbanas” o ciudades verdaderas de la segunda revolución concordaría más bien con cuatro innovaciones que transformarían profundamente el comercio de larga distancia.

La primera de ellas fue la invención de la rueda y del carro en Asia occidental. La evidencia más antigua se sitúa a orillas del Mar Negro hacia unos 3.400 a.C. Pero la difusión de este invento a lo largo del Gran Corredor, tal como la agricultura y otras muchas innovaciones de Asia occidental, como la vela, el torno de alfarería, etc., todos inventados hacia 4.500 a.C. También se debe señalar la existencia de antiguas fuentes de cobre, principalmente a lo largo del borde de Iraq e Irán en la región de los Montes Zagros hasta el Mar Negro. El desarrollo de la tecnología del metal desempeñó un papel importante en muchas de las otras innovaciones señaladas.

En segundo lugar, la segunda invención que revolucionó el transporte fue el bote que apareció entre 4.300 y 4.000 a.C. Igualmente parece haber sido inventado en la región del mar Negro, y de allí pasó a Súmer y Egipto. El bote rápidamente reemplazó a la piragua que estaba en uso previo.

La tercera invención que transformó profundamente el mundo de las comunicaciones fue la escritura, que se originó hacia 3.400 a.C., desde el Creciente Fértil, en la región de Súmer o en Egipto, o en ambas simultáneamente. Hasta recientemente, los sumerios fueron considerados los inventores de la escritura, pero recientemente algunos arquéologos defienden la preeminencia de los egipcios. En todo caso, la escritura tuvo un efecgo primordial en el registro de mercancías, las cuentas complejas y el envío de mensajes elaborados a destinos remotos.Las fechas de aparición de las ciudades, carros con ruedas, botes y escrituras

concuerdan, por así decirlo, con las innovaciones que llegaron desde el Creciente Fértil al Mar Negro. Este hecho no sería nada si desde 3.200 a.C., la agricultura no hubiera aparecido y se hubiese dispersado en Asia, Europa y África, pero la urbanización sólo se desarrolló primeramente en una de las tres regiones, justamente en el Medio Oriente donde sí tuvieron lugar las restantes invenciones.

Entonces, el prerrequisito tanto de la urbanización como del excedente agrícola es la posibilidad de intercambio, y posiblemente este intercambio depende directamente de los costos del transporte y de la existencia de mercados eficientes. Una vez que el intercambio se halle garantizado, la complementariedad natural entre ciudades y regiones rurales espontáneamente genera el desarrollo tanto de las ciudades como del mercado orientado a la agricultura, al menos en aquellas regiones donde ésta era posible.

Al tratar de clarificar el nexo entre la agricultura y el fenómeno urbano, no se debe olvidar que, al comienzo, las primeras ciudades definidas como preurbanas o protociudades, tal

Page 51: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

como Çatalhöyük, Jericó o Jarmo, se hallaban habitadas por cazadores y recolectores en ausencia de una agricultura intensiva. Más aún, en diferentes períodos, numerosas ciudades surgieron por motivos militares, religiosos o de intercambio comercial en regiones áridas o muy escasamente cultivadas, a veces rodeadas por el desierto.

Finalmente, si generalmente a través de la historia la urbanización fue de la mano de la productividad agrícola, existen numerosos casos en los que la urbanización creció en regiones donde esta actividad se hallaba en franca declinación, tanto en países desarrollados como subdesarrollados, y tanto en el pasado distante como en tiempos más recientes.

O. Escritura y revolución urbanaDetengámonos en más profundidad en esta gran “marca” de la segunda revolución

urbana, la escritura.La escritura más antigua que se conoce fue hallada en unas tablillas de arcilla empleadas en transacciones comerciales. Esta escritura cuneiforme sumeria se desarrolló a partir de las pictografías, al igual que los jeroglíficos egipcios que se parecen al objeto que representan. Se trataba de un sistema complejo que sólo dominaban los escribas, lo cual los situaba en una posición elevada en la jerarquía social. Estas pictografías se diferenciaban de los símbolos y dibujos rupestres anteriores en que para transmitir significados se basaban en la coherencia sistemática de la escritura y no en la tradición oral. El deseo de simplificar la escritura causó la evolución de las pictografías a la escritura cuneiforme. Los símbolos que representaban objetos fueron sustituidos por caracteres que representaban un sonido o un conjunto de sonidos. En primer lugar, apareció la escritura silábica, en la que cada carácter representaba una o varias sílabas. Pero recién hacia 2.500 a.C. los acadios (semitas) adoptarían la escritura silábica cuneiforme de los sumerios y la ampliarían con sus propios caracteres. Aún más tarde, los elamitas, los hurritas y urarteos y los protohititas, y un poco más tarde los cananeos/fenicios, entre otros pueblos, adoptarían el sistema de escritura. En 1.400 a.C. llegaría a imponerse como el sistema utilizado habitualmente en el comercio internacional.El paso más significativo de este proceso fue la creación de una escritura alfabética en la que se asignaba un carácter a cada sonido. Así, un número reducido de caracteres permitía crear una cantidad ilimitada de de combinaciones. Los primeros alfabetos se desarrollaron en las metrópolis cananeas de Ugarit (hacia 1.400 a.C.) y Biblos (hacia 1.000 a.C.).Pero sería el alfabeto griego el que primero contaría con símbolos o caracteres para las vocales, aunque adoptaría el orden y formato de las letras de los alfabetos anteriores y también su uso como símbolos numérícos. De hecho, los textos griegos más antiguos se escribían de derecha a izquierda como los textos semíticos.

P. El Obeid IV y el comienzo de las primeras ciudades “verdaderas”Hacia 4.000 a.C. sobrevino el último período de Eridu, El Obeid 4, y éste marcaría el la

transición final hacia la civilización sumeria.Eridu y Ur se situaron durante este período a lo largo de los canales de riego,

constituyendo centros agrícolas de una economía diversificada, en la que la agricultura de regadío se sumaba a la aparición del ganado bovino y caprino, así como un cierto desarrollo de la arboricultura (palma datilera) y la horticultura. La pesca, por su parte, también parece haber alcanzado un gran desarrollo.

Las señales de esta etapa son la intensificación y especializón, la desigualdad y la organización de la sociedad de clases.A. Intensificación y especialización. La mayor productividad agrícola permitió un desarrollo sociocultural más complejo, que se manifiesta a partir de 4.000 a.C. con la aparición de templos de dimensiones monumentales al compararlo con las edificaciones previas y cuya sislueta dominaría desde entonces el paisaje de los asentamientos mesopotámicos.

Page 52: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

El templo se sitúa sobre una plataforma elevada, simbolizando así la importancia de sus actividades y el mayor distanciamiento de la encumbrada élite religiosa del resto de la población. La intensificación de la producción agrícola, unos excedentes en aumento y la mayor complejidad sociocultural proporcionaron, a su vez, la oportunidad de un acceso cada vez más desigual a los recursos básicos, la tierra irrigada, contribuyendo de esta manera a establecer claras diferencias de riqueza y estilos de vida.

Este paso intermedio entre la aldea y la ciudad está igualmente representado por la evidencia de una mayor especialización artesanal que incluyó la primera metalurgia con el uso del cobre, y la organización de la producción de objetos en serie con especial énfasis en la cantidad en detrimento de la calidad, que en la manufacturación de cerámica se vio impulsada por la aplicación del torno lento o de mano.B. Desigualdad. Diversos indicios señalan, igualmente, una creciente tendencia hacia una mayor centralización político-económica y, en consecuencia, hacia la estratificación social. Así sucede con el ya mencionado tamaño monumental que alcanzan los tempos cuya forma prefigura la de los futuros santuarios sumerios. Su construcción, que incluye una creciente asignación de riqueza a contextos de significado simbólico, denota la existencia de unas instituciones político religiosas notablemente desarrolladas. No menos ilustrativos son los contrastes que se detectan en los ajuares funerarios a través de los que se observan diferencias en los niveles de vida de la población y la presencia de objetos artesanales de elevado valor, tanto por su elaboración esmerada como por el aprovisionamiento de materias primas lejanas que requieren, como metal o piedras duras, lo que se considera en ambos casos indicios de unas actividades ya muy especializadas. La propia producción en serie de objetos de menor calidad – hoces, cerámicas – sugiere igualmente la presencia de algún tipo de organismo – templo- capaz de tomar y aplicar decisiones que afectaban a toda la comunidad.C. Sociedad de clases. El Obeid (tanto 3 como 4) constituyó sin dudas la transición desde formas cada vez más avanzadas de sociedad jerarquizada hacia la estratificación económica y funcional definitivas. Durante aquel período se sentaron las bases que permitieron el desarrollo de la posterior división de la sociedad en clases sobre un acceso desigual a los recursos y una participación nooriamente desequilibrada en los procesos de trabajo.

El mantenimiento exclusivo de los especialistas a tiempo pleno por parte de las élites que controlaban los excedentes, quedando separados de esta forma de las unidades domésticas, ocasionó una dependencia de la mayor parte de la población que precisaba de sus conocimientos y habilidades. Tal dependencia no era aún importante cuando los artesanos especializados se dedicaban a producir, sore todo, bienes de prestigio destinados a las incipientes élites. Mientras el trabajo de los artesanos no pudiera incidir decisivamente en la cantidad y diversidad de los recursos alimenticios y los restantes medios de subsistencia, por ejemplo mediante la fabricación de instrumentos que ahorrasen esfuerzo en las tareas agrícolas, volviéndolas más productivas, la autonomía de los campesinos no se encontraba seriamente amenazada. Pero cuando los artesanos, mantenidos a tiempo pleno por el excedente administrado por las élites, dispusieron de técnicas más avanzadas y la paralela introducción de instrumentos productivos cada vez más complejos como el arado de siembra, que permitía una disminución del esfuerzo de 1/15 respecto al empleo de la anterior azada, se acentuó la dependencia de los campesinos en relación con los artesanos especializados y de la élite que los mantenía.

Q. La formación del poder político centralizadoLa sistematización hidráulica necesaria para explotar de forma ventajosa el potencial

productivo de la Mesopotamia meridional, requería una coordinación de las operaciones de irrigación que tuvo como consecuencia la aparición de formas de organización política centralizadas.

Page 53: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

La consiguiente intensificación de la producció estimuló, por su parte, una especialización de las tareas productivas básicas, diferenciándose la agricultura, la ganadería y la pesca. En cada una de ellas, la especialización lo era a tiempo total, como consecuencia, en gran medida, de la mayor dedicación que exigía la agricultura intensiva de regadío, por lo que pronto se advirtió la necesidad de intercambios más fluidos entre los distintos sectores.

Con poblaciones cada vez más grandes, densas y especializadas, la regulación eficaz de los intercambios recayó en la élite redistribuidora del templo. De esta manera, los campesinos no sólo dependían parcialmente de los artesanos especializados, sino que a través de ellos lo hacían de las élites que los mantenían. Parece, por lo tanto, bastante probable que las instituciones propias de un gobierno centralizado, la especialización artesanal a tiempo total y la irrigación a gran escala debieron haberse desarrollado, estimulándose mutualmente y de forma paralela.A) Control y poder de las élites. Es necesario precisar que la intensificación de la producción que requería una inversión extra de trabajo, no era tanto consecuencia de las condiciones medioambientales, o demográficas, cuanto del interés de las élites por acumular mayores cantidades de riquezas. No fue la presión demográfica sino el afán de lujo, prestigio y poder de los grupos sociales dominantes lo que impulsó primero mediante la redistribución asimétrica ritualizada y más tarde con la exigencia de tributos o diezmos, el incremento de la productividad y la obtención de excedentes cada vez mayores.

De otro modo, disponiendo de tecnología más eficaz, la gente sencillamente trabajaba menos. Lo que originó el excedente era la fuerza coercitiva de una autoridad o las exigencias de los rituales complejos controlados por ésta. Siendo esto así, el crecimiento de la población debe considerarse un resultado y no una causa de la evolución sociocultural en las primeras cilivilizaciones.B) Bases y carácter de la centralización política. El aumento de la población y de la complejidad sociocultural produjo un flujo creciente de información relativa al mejor aprovechamiento de las técnicas productivas. En las comunidades aldeanas más simples de épocas anteriores, la información necesaria para la vida social que afectaba a apsectos como la distribución de la tierra, la organización de los trabajos comunes, las épocas de siembra y recolección, la diversidad de cosechas de acuerdo con los factores de fertilidad del suelo, etc. era regulada y proporcionada por rituales y ceremoniales específicos costeados con el excedente que las mismas comunidades producían.

Pero la complejidad sociocultural alcanzada por la cultura de El Obeid, con poblaciones mayores, oficios más desarrollados e intercambios más intensos, las élites hereditarias asumieron la función de controlar dicha información en parte porque habían monopolizado la celebración de los rituales comunitarios y también porque la diversificación social y la especialización a tiempo completo situada a la población campesina en una posición muy desventajosa, lo que no hacía sino aumentar su subordinación.

El artesanado y sobre todo la élite dirigente que regía la comunidad desde el templo se encontraban más capacitados para conseguir y administrar la información disponible que era cada vez más específica y abundante. Por otra parte, la acusada especialización que generaba la creciente complejidad social, impulsaba el carácter hereditario de los oficios y las habilidades con ellos asociadas, una consecuencia y una exigencia misma de la especialización que no haría sino fortalecer la posición de las élites.

Las élites religiosas reforzaron su poder y prestigio permitiéndose aparecer ante la población, no sólo como los administradores en nombre de la divinidad tutelar que hacían posible el funcionamiento de todo el sistema productivo y con ello el bienestar de la comunidad entera, sino también como los abastecedores de objetos y productos codiciados.

La arquitectura monumental del templo, que irá creciendo en complejidad y tamaño a medida que avanza el proceso y ciertos ceremoniales religiosos jugaron un papel destacado en

Page 54: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

la propaganda lanzada hacia la población mediante un mensaje simbólico que hacía hincapié en la prosperidad de la comunidad, la protección dispensada por los dioses y la eficacia y legitimación de sus administradores terrenales.

En definitiva, gracias a su mayor ase productiva, la cultura calcolítica de El Obeid alcanzó una expansión que le permitió penetrar hacia diferentes sitios, por ejemplo las tierras altas donde se situaba Nínive.

Las interacciones culturales entre las ciudades pronto comenzaría a definir centros y periferias.

R. El ascenso de las ciudades sumeriasLas primeras ciudades de la segunda revolución urbana comenzaron emtonces cerca

de 3.500 a.C. en la baja Mesopotamia (Sumeria) alrededor de los ríos Tigris y Éufrates y aparentemente sin conexión con los núcleos protourbanos de las culturas mesolíticas.

La posibilidad de disponer de un enorme potencial agrícola a diferencia de las previas culturas de Hassuna o Samarra, abrió en Eridu y otras ciudades la especialización productiva y funcional que llevó a un encumbramiento de las élites gobernantes.

Como se mencionó en la introducción, una de las ciudades tempranas fue Ur, que fue la capital de Sumeria desde 2.300 a.C. hasta 2.180 a.C. y que se extendió hacia el norte a lo largo del Creciente Fértil, posiblemente alcanzando la zona del Mediterráneo. Pero en 1.885 Ur y otras ciudades meridionales fueron conquistadas por los acadios (babilonios) de origen semita.

Principales ciudades estado sumerias.Dada la gran fragmentación política dominante en Súmer, se desarrolló generalmente,

salvo durante el interregno de Ur, un sistema de ciudades-estado, autónomas entre sí y entre las cuales surgieron frecuentes los conflictos fronterizos. Fue así como surgieron principalmente unas veinte ciudades-estado, que de Norte a Sur eran: Sammara, Eshunah (Hashunah), Tutub, Der, Sippar, Akshak, Kish, Kutha, Kidnun, Marad, Isin, Nippur, Adib o Adab,

Page 55: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Zabalam, Shuruppak, Umma, Girsu, Lagash, Nina, Kutalla, Bab-Tibira, Uruk, Larsa, Ur, Bilbat y Eridu, probablemente donde se inciió la oleada a partir de la cultura de El Obeid IV.

En los estudios de estas primeras ciudades sumerias, Christaller advirtió que los poblamientos fueron cambiando a lo largo de los siglos, con una distribución generalmente bimodal, caracterizada por una zona de mayor y otra de menor concentración urbana, que indicaban una jerarquía diferencial en estas aglomeraciones urbanas.

Un patrón similar puede advertirse en una escala diferente, al analizar la organización espacial de calles, casas y habitaciones, que da cuenta de un orden jerárquico bien definido.

Page 56: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

En estos planos de las viviendas Samarra (arriba) y de Uruk (abajo) y sus gráficos representativos se advierte la estructura respectivamente en árbol con largas ramas y en forma de pasajes continuos en la organización jerárquica habitacional. (Abu es-Soof and el-Wailly 1965). A pesar de estas importantes diferencias, ambos planos muestran una estructura similar de viviendas con nueve a diez habitaciones, estructuradas en dos modelos diferentes, modelo árbol y modelo pasaje, y con una o dos espacios que controlan el acceso a habitaciones más escondidas que sirven como una suerte de cuello de botella. Es probable que estas habitaciones fueran sólo accesibles por los miembros más ricos o los dueños de las casas, con zonas cada vez más accesibles.

Page 57: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Asentamiento urbano de la antigua Eshunna. Se observan sellos característicos: patrones, bebedores, cabras atacadas por leones, personas y cabras, cabras mezcladas y otros sellos que indican una distribución jerárquica de las viviendas.

En un principio, las ciudades sumerias fueron concebidas con una organización básicamente teocrática, siendo el eje central de la ciudad, el templo y radicando el poder en una especie de sumo sacerdote conocido como “en”. Así, toda la economía de la ciudad estaba supeditada al templo, que controlaba la producción, la administración y a los trabajadores de la ciudad. En un principio, la economía de las ciudades sumerias radicaba en una producción de autoconsumo o de subsistencia. Posteriormente y fruto de la aparición de excedentes, se produjo un mayor desarrollo del urbanismo y una mayor complejidad en la organización social de los individuos que conformaban la comunidad urbana.

Progresivamente aparecieron en estas ciudades sumerias una serie de dependencias fruto del desarrollo agrícola y comercial. Así surgió una especie de almacén de productos y desde la cual se controlaba a los trabajadores de la ciudad, así como otras construcciones cuyas funciones comerciales eran diversas. Surgieron así las relaciones comerciales a mayor escala.

Una característica general de las ciudades sumeras era que estaban amuralladas, algo que demuestra tanto la arqueología como los textos, lo que no es de extrañar dada la presencia de varios pueblos enemigos en los alrededores, como los amorreos y acadios (ambos semitas) pero tamién otros que asolaban periódicamente la región. También sabemos que si bien en un principio el eje central de la ciudad era el templo, poco a poco se produjo una bipolarización de este poder central siendo el templo y el palacio los focos principales del poder en la ciudad, gozando ambas instituciones de una gran autonomía.

El paisaje urbano sumerio estaba dominado por la arquitectura monumental de templos y palacios.

Las ciudades de Mesopotamia se organizaban en torno a una “castillo” fortificado (y no una avenida central como en las egipcias). Este castillo era el punto más elevado de la ciudad. Su función militar estaba siempre presente. El resto de la ciudad era ciertamente irregular, con casas de adobe y madera. A pesar de su irregularidad, no faltaba una gran avenida procesional que comunicaban la puerta principal con el palacio, lo que les da un aire monumental.

El templo significaba para los sumerios el reflejo físico de la importancia de la divinidad. Representaba la idea sumeria de que cada ciudad estaba construida para ser sede de un dios que se considera el dios patrón de la ciudad. Cada templo tenía su propia vida social y económica. El acceso a estos templos estaba restringido y sólo podían acceder a él los integrantes de la clase real y los sacerdotes por lo que las clases populares no podían acceder al mismo. Los templos tenían sus propias explotaciones agrícolas y ganaderas así como su propio archivo administrativo. La tradición de la construcción de los templos se había iniciado en Eridu hacia 5.000 a.C.

El palacio era la sede de la monarquía, el hogar del “lugal”, de origen divino y vinculado por tanto a los dioses. Cada ciudad era gobernada por un solo rey que no sólo aplicaba su poder en la ciudad sino también en los territorios adyacentes. El rey era el representante del dios patrón de cada ciudad y ejecutor de sus deseos.

Eridu se considera generalmente la primera ciudad urbana de la historia. De hecho, en la lista de los antiguos reyes de Súmer, se designa a esta ciudad como la más antigua. La investigación arqueológica lo confirmó. Podría remontarse nada menos que a 4.500 a.C. E incluso, ligeramente hacia el norte de Eridu (unos pocos kilómetros), hacia 6.000 a.C., existió una villa grande de cuatro a cinco hectáreas tal vez ligada a la cultura konyana. Esta villa cultivó actividades artesanales y comercio a larga distancia de mercancías de lujo en cobre y turquesa.

Pero más allá de este continuidad con las ciudades protourbanas, Eridu se volvió una ciudad verdadera cerca de 3.200 a.C. Fue construida sobre dunas de arena cercanas a un

Page 58: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

afluente del Éufrates, y en el extremo sudoriental del Creciente fértil, cerca de Ur y no my lejos de la unión de los ríos Éufrates y Tigris.

En este sitio, se excavó una de las primeras evidencias del transporte de agua. El bote modelo encontrado en el cementerio prehistórico de Eridu atestigua también la

importancia del transporte fluvial en la época. Parece por la presencia de otros hallazgos de botes similares, que el eje “Mar Negro–Tigris-Súmer” habría jugado un rol fundamental en el desarrollo de la urbanización.

La ciudad fue un santuario para el dios patrono Enki, señor de las aguas dulces que fluyen hacia el este. Alrededor de 2.040 a.C., los habitantes de Eridu construyeron un ziggurat en su honor. Los ziggurats de Eridu, Ur, Uru y otros sitios de Súmer eran torres piramidales y escalonadas construidas con ladrillos. No tenían cámaras internas. Sus terrazas a menudo estaban ornamentadas con árboles y arbustos. Sobre la plataforma superior se construía una capilla.

Uruk (Warka) es probablemente la ciudad sumeria más antigua y en sus orígenes absorbía el 67 a 70% de toda la población sumeria, por lo que puede ser considerada uno de los primeros centros urbanos mesopotámicos. El asentamiento urbano se suele localizar entre 3.500 y 3.300 a.C. y su población llegó a 125 personas por hectárea (unas 20.000 personas en total). Ya esta antigua ciudad se asociaba con las características tabletas cuneiformes de escritura sumeria.

Desde su fundación, Uruk fue un importante enclave comercial. En el centro de la ciudad se erigían numerosos edificios públicos que probablemnte servían como punto de encuentro y lugares religiosos.

La ciudad fue reconstruida enteramente entre los años 3.100 y 2.900 a.C. El templo principal se erigió sobre una explanada en el centro de la ciudad y es el antecedente de los zigurats (torres babilónicas posteriores). Y en esta ciudad también se evidenció la evolución desde la escritura jeroglífica pictográfica a la cuneiforme.

Otras dos ciudades de las que se cuenta abundante infromación fueron Lagash y Umma, cuyos destinos estuvieron entrelazados. Por ejemplo, el rey Eannatum de la dinastía I de Lagash (2..494 a.C. a 2.342 a.C.) logró someter a la ciudad de Umma temporalemnte. Pero más tarde, Umma conquistó a Lagah alrededor de 2.250 a.C. bajo el reinado de Lugalzaggesi, quien también logró dominar las ciudades de Uruk y Adab, proclamándose rey de Súmer, propósito unificador que lo hizo enfrentarse directamente con el rey seimta del reino de Aca, Sargón I, quien lo derrotó y pronto unificó a toda la región.

Recién en el segundo milenio quedaron atestiguadas en todo su esplendor las relaciones comerciales aún de larga distancia entre las ciudades sumerias y en este período fue que dominó la ciudad de Ur, cuando se produjo la decadencia d Acad, hacia 2.250 a.C.

Ur es también la más conocida, era una ciudad rodeada por muros de 8 m de altura que rodeaban un área de 89 acres (36 ha) y que contó con un máximo de población de 35,000 habitantes hacia el 2.000 a.C.

La ciudad amurallada de Ur tenía una forma oval irregular, de 1,2 km de longitud y 0,8 km de ancho. Se localizaba sobre un montículo (tell) que estaba formado por las ruinas de asentamientos previos, con el río Éufrates fluyendo a lo largo del lado occidental de un canal navegable de norte a este.

Los puertos del norte y del oeste suministraban anclajes protegidos (zonas A y B en el plano urbano de Ur). El monumento religioso ocupaba gran parte del cuarto noroeste de la ciudad (C en el plano). El resto de la ciudad estaba densamente construido con barrios residenciales (D en el plano), con casas de dos plantas. El tamaño de las casas y el plan del terreno variaban de acuerdo con el espacio disponible y los medios económicos de su propietario, pero generalmente las habitaciones estaban dispuestas alrededor de un patio central que iluminaba y aireaba la casa. Una venida procesional (X-X en el plano) posiblemente

Page 59: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

corría en forma recta. Si se incluyen los que residían fuera de los muros, la ciudad habría alcanzado los 250.000 habitantes.

Plano de Ur con sus principales sitios de excavación.

S. Elam y el urbanismo Contigua a la civilización sumeria, aunque probablemente no relacionadas, se

desarrollo la civilización elamita, en alto valle del Tigris, ubicada en Irán y con capital en la ciudad de Susa. Probablemente fue precedida por una cultura proto-elamita, que tenía su propia escritura aunque era de origen desconodio. Fue contemporánea de las ciudades sumerias, y tal vez más antigua ya que probablemente deriva de primitivos asentamientos del sexto milenio a.C. Parece ser que la fundación de la Susa protoelamita fue anterior a la de las ciudade sumerias, cerca de 4.200 a.C.

Hacia 2.700 a.C., la cultura proto-elamita fue seguida de la elamita, una cultura urbana donde las mujeres tuvieron mayor incidencia que en las vecinas Súmer y Acab.

Otras ciudades importantes además de Susa fueron Awan, Simash, Madaktu y Dur-Untash, emplazamiento de la actual Tchoga-Zembil, también en Irán. Durante distintos periodos de la historia elamita, sus regentes se denominaron reyes de Ansan y Susan. Ansan ha sido identificada con la actual Tepe Mahjan al suroeste de Irán.

Hablaron una lengua aglutinante, no relacionada con el sumerio, ni con el semítico ni con las lenguas indoeuropeas, aunque sí probablemente con las de la civilización del Indo.

Después del 3000 a.C., los elamitas, influidos por el sistema de escritura desarrollado por sus vecinos sumerios, comenzaron a registrar su idioma en una caligrafía semipictográfica conocida como protoelamita. Después del 2300 a.C., esta escritura fue sustituida por la cuneiforme de sumerios y acadios.

Elam influyó en la política de su vecina Mesopotamia. Los elamitas destruyeron la ciudad de Ur aproximadamente en el 2000 a.C. Posteriormente ejercieron gran influencia en los soberanos de Babilonia, de población semítica (los caldeos). Sin embargo, después de la conquista en el 1595 a.C. de Babilonia a manos de los casitas, un pueblo de las montañas, el país sufrió una decadencia política durante 350 años.

T. Ciudades semitas del Levante, desde Mesopotamia a Palestina

Page 60: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

. Paralelamente al desarrollo de las ciudades sumerias, se originaron otros núcleos urbanos en la amplia región del Levante aunque con predominio de población semita.

En el Antiguo Medio Oriente, dos rutas de comunicación principales ligaban gipto y el golfo Pérsico siguiendo el corredor cananeo (palestino) y el Éufrates: el Camino del Mar y el Camino de los Reyes.

El Camino del Mar se estendía desde el delta del Nilo hacia Damasco pasando a través del límite egipcio, así como Gaza, Aruna y Megiddo en el corredor cananeo.

El Camino de los Reyes seguía el eje central del Gran Corredor al que probablemente originó. Comenzaba en el golfo Pérsico, donde a través de Ur, seguía el Éufrates, cruzaba Babilonia y seguía hasta Mari y Ebla donde se dividía en dos caminos principales.

El Camino sirio o septentrional corría a lo largo del Éufrates, tomaba el corredor sirio hasta Alepo y el río Orontes y luego hacia el sur nuevamente a Damasco hasta llegar al Camino del Mar.

El Camino cananeo o meridional corría a través del Camino de los Reyes y unía Mari con Damasco a través de Palmira (la Tadmor de las crónicas asirias). Es por estos dos caminos que los semitas siguieron la migración desde Arabia al

corazón de la Mesopotamia. La progresiva intrusión de la población semítica en Mesopotamia, y su ascenso al poder

en Acad y más tarde en las regiones de Súmer, llegaron a la fusión de las culturas presemíticas y semíticas en la región.

El primer gran núcleo de los semitas que llegaron desde el Norte correspondió a los acadios. Hacia el 2340 a.C. Sargón I fundó la ciudad de Agadé en las proximidades de la ciudad sumeria de Kish, posiblemente al norte. Su localización aún no ha sido determinda por los arqueólogos, aunque se especula que podría haber estado hacia la confluencia de los ríos Diyala y Tigris, en las afueras del actual Bagdad. Para la misma época, los acadios ya constituían una parte muy importante de la población de la Mesopotamia. Conquistaron todo el territorio de Súmer, pero tuvieron su centro principal en la antigua ciudad de Ur.

A fin de mantener registros permanentes, los escribas usaban en su reino un punzón triangular para grabar la escritura en tablillas de arcilla húmeda, que se secaban al sol o en un horno. Se han encontrado miles de estas tablillas que datan del período babilónico. Pero en 1931 se encontró en una de las excavaciones una tablilla diferente, proveniente de la ciudad de Nuzi, que en lugar de los caracteres cuneiformes contenía un mapa. Fue datada hacia 2.300 a.C., lo que lo convierte en el mapa más antiguo de la civilización.

Aunque resulta difícil descifrar las líneas inscritas, los expertos concuerdan que representa una superficie de tierra, probablemente el plano de una propiedad, junto con el nombre de su dueño. La propiedad se encuentra entre dos cadenas montañosas que aparecen representadas mediante semicírculos superpuestos y, por el centro, la atraviesa un curso de agua, que podría ser un río o un canal. La parcela central posee una superficie declarada de 354 iku, lo que equivale a unas 12 hectáreas. Es probable que los tres círculos grabados indiquen los puntos cardinales Norte, Este y Oeste, aunque algunos arqueólogos sugieren que representan ciudades. Se desconoce la función del mapa aunque podría tratarse de una suerte de escritura de propiedad.

El imperio se mantuvo durante 140 años entre los siglos XXIV y XXII a.C. en los que se sucedieron cinco monarcas: el propio Sargón, sus hijos Rimush y Manishutusu, su nieto Naram-Sin y el hijo de éste, Sharkalisharri.

El primero de los objetivos de Sargón fue Uruk, ciudad célebre por sus grandes murallas y donde en el momento del ataque se encontraba Lugalzagesi. Sargón no sólo conquistó la ciudad, si no que hizo prisionero al rey, obligándole a caminar hasta el templo de Enlil en Nippur con una argolla al cuello.

Page 61: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Tras esto se lanzó a la conquista del resto de las ciudades sumerias. Tomó Ur, Lagash y Umma, con lo que ya controlaba tantas tierras como antes lo había hecho Lugalzagesi. Con el dominio de toda la Baja Mesopotamia asegurado, continuó sus campañas atacando a los elamitas y realizó incursiones en la ciudad de Mari (en la actual Siria) y Ebla, ya a pocos kilómetros del Mediterráneo, llegando, según las inscripciones, a las montañas de los cedros: esto es, al actual Líbano, y tal vez hasta Anatolia.

La ciudad de Agadé había adquirido características de gran capital, por lo que es probable que su supervivencia resultase poco viable tras la pérdida del territorio imperial. Se sabe que finalmente los nómadas gutis, que habitaban las montañas próximas a Agadé, tomaron la ciudad y posiblemente toda la región septentrional. En el sur las ciudades sumerias prosperaron y es posible que las reformas realizadas por los sargónidas les beneficiasen finalmente.

Otros semitas llegaron desde el desierto arábigo hacia 2.500 a.C. a través de los corredores sirio y cananeo. Ingresaron a la región de Acad, en la Mesopotamia superior, y desde el sitio de Mari (en Siria cerca del borde iraquí) por el Éufrates hasta la región de Súmer en la Mesopotamia inferior.

En primer término, la población amorrea, y luego también la aramea (caldea) ingresaron a Siria alrededor de 2.000 y a Mesopotamia en 1.900 a.C.

Los amorreos se establecieron hacia el noroeste, con centro en la ciudad de Ebla (hoy Tell Mardikh). Fue una importante ciudad-estado en dos periodos, primero en el 3000 a.C. y luego entre el 1800 a.C. y el 1650 a. C. (aparentemente sólo la segunda corresponden a la migración amorrea, y tal vez la primera a la acadia).

El nombre de "Ebla" significa "Roca Blanca", y se refiere al afloramiento de piedra caliza con que la ciudad estaba construida. Aunque el sitio muestra signos de una ocupación continuada desde el 3000 a.C., su poder creció y alcanzó su apogeo en la segunda mitad del siguiente milenio. Llegó a la cúspide su poder hacia 2350 a.C.-2250 a.C. La mayoría de las tabillas del palacio de Ebla, que datan de este periodo, son sobre materias económicas; ellas proporcionaron un buen aspecto a la vida diaria de los habitantes, además de muy importantes ideas sobre la vida cultural, económica, y política del norte de Siria y del Oriente Próximo hacia la mitad del tercer milenio a.C. Los textos son las cuentas de los ingresos del estado, pero también incluyen cartas reales, diccionarios sumerio-eblaíta, textos escolares y documentos diplomáticos, como tratados entre Ebla y otras ciudades de la región.

Los amorreos también lograron dominar Assur, Isin, Larsa y Mari, otros centros importantes del norte de la Mesopotamia.

La ciudad de Mari, tal vez su centro más importante estaba situada al oeste del Éufrates en la actual Tell Hariri (Siria). Estuvo habitada desde el quinto milenio a.C y su etapa de mayor esplendor fue entre el 2900 a. C. y el 1798 a.C., cuando fue saqueada por Hammurabi. En la Biblia, Abraham pasó a través de Mari en su viaje desde Ur a Harán.Mari fue descubierta en 1933 al este del flanco sirio, cerca del límite de Iraq. Una tribu beduina estaba excavando un montón para construir una tumba donde enterrar un difunto recientemente fallecido cuando encontraron la cabeza de una estatua. Después de que esta noticia llegase a las autoridades francesas que en ese momento tenían el control de Siria, el informe fue estudiado comenzando las excavaciones en el lugar poco después, el 14 de diciembre de 1933 por los arqueólogos del Louvre de París. Los descubrimientos llegaron rápido y el templo de Ishtar era descubierto en solo un mes. Los arqueólogos clasificaron a Mari como "el lugar más al oeste de la cultura mesopotámica". Desde el principio de las excavaciones, alrededor de 25.000 tablillas cuneiformes fueron encontradas.

Mari ha sido excavada cada año desde 1933 (excepto entre 1939-1951). Menos de la mitad de los 1000 por 600 metros de área de Mari habían sido desenterrados en el 2005. Aunque los arqueólogos han tratado de determinar cuantos niveles de profundidad posee, esto

Page 62: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

no ha sido posible. De acuerdo con el arqueólogo francés Andre Parrot, "cada vez que comienza una excavación vertical para conocer la historia del sitio bajo al suelo virgen, se hace algún descubrimiento importante que hace reanudar las excavaciones horizontales".

A partir del 2900 a.C. la ciudad floreció debido a que se convirtió en un punto importante a nivel estratégico entre las ciudades sumerias de la baja mesopotamia y las ciudades del norte de Siria. Sumer necesitaba materiales de construcción como madera y piedras del norte de Siria, y estos materiales tenían que pasar por Mari para llegar a Sumer.

Después de este importante periodo, Mari fue destruida alrededor del 2350 a.C. Esta destrucción llegó en un periodo de declive relativo de importancia en la región en el que la ciudad había quedado reducida a poco más que un pequeño poblado. Los historiadores tienen diversas opiniones sobre quien destruyó la ciudad; algunos dicen que fue Sargón de Acad (quien mencionó que pasó a través de Mari en su famosa campaña en el oeste), mientras otros dicen que fueron los eblaitas, tradicionalmente rival comercial de Mari.

La ciudad revivió de nuevo bajo una dinastía amorrea. Esta segunda edad dorada comenzó alrededor del 1900 a. C. como fue documentado gracias a dos descubrimientos arqueológicos importantes. El primero fue el palacio de Zimri-Lim, un rey de Mari, que tenía aproximadamente 300 habitaciones. El palacio posiblemente fue el mayor de su época, y tuvo una gran reputación en las ciudades y reinos vecinos. Supuestamente, el rey Yahmad de Alepo y el rey de Ugarit expresaron su deseo de visitar el palacio y comprobar su esplendor con sus propios ojos.

El otro descubrimiento importante fueron los archivos estatales donde se encontraron unas 25.000 tablillas cuneiformes. Según Andre Parrot, "esto ha traído consigo una revisión completa de la historia del Cercano Oriente antiguo, con más de 500 nuevos topónimos, que conllevan rediseñar el mapa geográfico del mundo antiguo".

Mari fue destruida alrededor del 1798 a.C. por Hammurabi. Esto es sabido gracias a las numerosas tablillas de los archivos estatales que cuentan como Hammurabi traicionó a su antiguo aliado Zimri-Lim, y lo derrotó en una batalla. Después de esta destrucción, la ciudad fue habitada por asirios y babilonios, pero su tamaño fue el de una aldea hasta la llegada de los griegos cuando desapareció de la historia para siempre.

Los arameos (siríacos) se establecieron en Siria (Damasco), pero también se dirigieron al sudeste, a Mesopotamia inferior. Con los arameos se asocian también los caldeos o neobabilonios, una de sus dinastías finalmente conquistaría Babilonia hacia el siglo VII.

Al sur del país hitita, la región de Damasco experimentó una larga tradición urbana. La ciudad de Damasco se sitúa a 80 kilómetros de la costa fenicia. Apareció en la historia hace 1.480 a.C. La ciudad estaba localizada a orillas del río Barada que traía el agua a una llanura aluvial que se extendía 20 kilómetros al este. De heco pude considerarse a Damasco un oasis cerca del mar.

El desarrollo de Damasco se hallaba en la encrucijada de numerosos caminos de la caravana del Oriente Próximo. Era el camino más directo a las grandes ciudades feinicias de Biblos, Sidó,Tiro y Berot (Beirut).

El reino arameo de Damasco se constituyó como potencia recién hacia la misma época que el reino hebreo. Las primeras menciones corresponden a los anales asirios hacia 1.100 a.C. Y sería un arameo, el rey Adad-apal-iddin, quien ascendería al trono babilónico cerca de 850 BC, dominando toda la región

Pero la consagración suprema de la lengua aramea llegaría recién en 539 a.C., cuando los persas conquistaron Damasco, Mesopotamia y Egipto e hicieron del arameo la lengua oficial del imperio. Esto explica por qué Jesús hablaba arameo en vez de hebreo. El dominio de una lengua a través de un territorio con predominio económico es la excepción más que la regla en la historia.

Los akhlamu, relacionados con los asirios, constituyen otro de los pueblos relacionados con los arameos. Esta etnia, cuyas ocupaciones abarcaban desde la agricultura hasta el

Page 63: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

saqueo entre los siglos XIV y el XII a.C., ha sido asociada con los arameos al observárseles transitando juntos en Mesopotamia. El único conocimiento de este pueblo proviene de las reseñas en una carta recibida por el rey de Babilonia Kadashman-Enlil II, que le envió el rey hitita Khattusilis III, donde menciona a los pendencieros akhlamu como bandoleros salteadores de caminos. En varios escritos de Assurnasirpall II (883-859 a.C.) se cita también a los akhlamu-arameos que fueron desterrados desde el alto Tigris, en Bit-Zamani, hacia el país de Assur.

U. Protohititas, hurritas e hititas urbanosOtro gran núcleo de urbanización antiguo correspondería a los asiánicos y a los

indoeuropeos. Los asiánicos estaban representados principalmente por los hurritas (y los pueblos relacionados, protohititas, subarteos y urarteos) mientras que a los indoeuropeos corresponden los núcleos hititas y kassitas (estos últimos relacionados con Babilonia), principalmente.

Este grupo de pueblos perdió su unidad durante el cuarto milenio a.C. (como afirman M. Diakonoff y Philip Koll, en el libro Early Antiquity). Desde su sitio de origen, invadieron el Asia menor con una serie de nombres de pueblos, como los hicsos (probablemente una mezcla de elementos hurritas e hititas), luwianos y mitannios. Migraron hacia el S. de los Balcanes bajo los nombres de licios, carios, lidios, frigios y helenos (eolios, dorios, jonios y aqueos). Invadieron Persia e India bajo el nombre de indo-iranios, medos, persas, escitas, sármatas, partos, kushitas y yue-che.

Pero es en Anatolia, aunque probablemente sin relación con Catal Huyuk, donde desarrollaron el primer atisbo de una cultura urbana, la de los hititas, de los que sí se sabe que eran del tronco indo-europeo, pero que recién en 2.350 a.C. refundarían la antigua capital protohitita con el nombre de Hattusas, que pasó a ser la capital de un nuevo imperio, situada a 325 km al noreste de Çatalhöyuk and cerca de 150 kilometers al este de la moderna Ankara, aunque también tuvieron amplio desarrollo otros centros como Kussara.

Pero tal vez la ciudad más descollante de los hititas era Sendschirli, rareza urbana de la Antigüedad ya que tenía un plano completamente circular. Aunque se conoce poco de su caserío, se desparramó por el círculo comprendido dentro de su doble recinto de murallas, entre éstas y el Palacio Real que, con su forma oval, ocupaba el centro del amplio ruedo al que se entraba por tres puertas. Caso similar debió ser el recinto fortificado que se representan en un relieve asirio de Nimrud en tiempos de Asurnasirapli II, un castillo de planta circular y otrres cuadradas.

La organización territorial y política de los hititias era la de un estado federal de tipo feudal, concebido como una federación de reinos. En parte ello se debe a la naturalezaaldeana y seminómada de muchos de estos pueblos. Ese feudalismo, además, se transmite a la propia institución real en la que el rey (tabarna) está asesorado por una asamblea de notables o panku y un tribunal judicial o tuliyas. Tanto dicha elite como los súbditos estaban obligados a la prestación de servicios denominada luzzi y sahhan.

Page 64: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Mapa donde se evidencia el antiguo asentamiento de Hattusas.Hacia 1.595 a.C., los hititas invadieron Babilonia y llevaron diversos elementos de esta

cultura hacia su país.Hacia su apogeo en los siglos 14 y 13 a.C., el estado hitita tomó el control del Corredor

Sirio, la ciudad de Ugarit y una parte importante de la Mesopotamia hasta el Mar Negro.Es muy probable que a partir de sus grafismos, los hititas hubieran llegado a desarrollar

su propia escritura basada principalmente en pictogramas, aunque todavía no es posible relacionarlos directamente con la cultura hitita ni tampoco es posible de momento calificarlos como una escritura sistematizada. Lo que sí se puede corroborar es que los hititas adoptaron la escritura cuneiforme proveniente de la Mesopotamia. Esta escritura les sirvió para su comercio internacional, aunque podía estar "dialectizada" de acuerdo con las características del idioma hitita, si bien al usarla en gran medida de un modo próximo al de los ideogramas resultaba comprensible para otros pueblos.

El imperio hitita aglutinó a numerosas ciudades-estado de culturas muy distintas entre ellas y llegó a crear un influyente Imperio gracias a su superioridad militar y a su gran habilidad diplomática, constituyéndose así como la "tercera" potencia en Oriente Medio (junto con Babilonia y Egipto).

Probablemente, uno de los centros urbanos bajo influencia hitita fue Wilusa (la Troya homérica).

Page 65: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Reconstrucción de Wilusa (Troya).Hattusas fue destruida por la invasión de los pueblos del mar indoeuropeos, en especial

probablemente los frigios. La misma suerte corrió Wilusa (Troya) en mano de uno de los grupos de pueblos del mar, los aqueos (griegos).

Esta oleada indoeuropea también trajo a Palestina a los filisteos (peleset), quienes fundaron las ciudaes de Asdod y Ascalón.

La oleada de los pueblos del mar.

Page 66: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

El carácter feudal del poder y su centralización en la figura del rey hizo que tras la destrucción de Hattusas, los grupos frigios que debían estar asentados ya desde el s. XIII a. C. en los espacios más occidentales de Anatolia, se organizaran como unidades regionales autónomas, llenando el vacío de poder causado por la desmembración de Hatti. Surgieron así los estados neo-hititas de Kue (Adana-Karatepé), Milid (Malatia), Kummuh (Comagene), Marqasi (Marash), Hatena (Unqui), Gurgum, y en especial Karkemish y Jalab (Alepo), todas con con nombre indoeuropeo lo que hace pensar que, seguramente, su penetración hacia Oriente se debió al empuje de los gasgas y de los muski, otros pueblos nómades probablemente asiánicos, todo ello en el contexto de inestabilidad del 1200-1000 a. C. (la oleada de los pueblos del mar).

Los hurritas no tenían relación con otros pueblos antiguos (salvo los mencionados protohititas y los urarteos) y todos ellos se consideran asiánicos (de lenguas aglutinantes no indoeuropeas). Su zona de asentamiento se ha determinado a grandes rasgos. En las fuentes recibe distintos nombres: Hurri, Mitanni, Hanigalbat y Naharina. Aparentemente, tanto Hurri como Mitanni fueron países independientes, pero más tarde se unificaron para formar el país de Hurri.Mitanni con capital en Washugani. Igualmente, la cultura proto-hitita, probablemente había florecido entre 2.800 y 2.500 a.C. hasta la llegada de los hititas indoeuropeos y tenía su centro en la misma ciudad hitita de Hattusas.

La expansion hurrita tuvo lugar principalmente en el primer cuarto del milenio XI a. C., y fue precedida de una penetración pacífica, con origen en la región al E del Tigris, zona que habían ocupado a comienzos del segundo milenio a. C. A esta época corresponden los datos escritos conocidos, siendo el primero un documento de fundación de un rey de Urkis, llamado Tisadal.

También se establecieron los hurritas en la ciudad estado de Alalakh (Tell Atchana), así como en el reino de Samal (hoy Zendjirli), junto a Karkemish, y lo mismo sucedía desde mediados del segundo milenio en Nuzi. Todo ello confirma un proceso de expansión que alcanzó Asiria. Es probable, pero no segura, la participación de los hurritas en la invasión de los hicsos en el Bajo Egipto. Después de la muerte de Hammurabi se acentuó la penetración hurrita en Nuzi y también Arrapha en el oriente, así como en Qatna (Mischrife) y Alalakh en el occidente.

Page 67: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Hacia 1180 a. C., y siempre en relación con los avances asirios –con los que los hurritas estaban enfrentados en el área septentrional– existe constancia –bastante fragmentaria en las fuentes– de la existencia de los urarteos, de raíz hurrita, y de su país o reino de Urartu que, desde el lago Van, se fue extendiendo, hasta el 700 a. C., por la actual Armenia.

El nombre Urartu es el que reciben en las fuentes asirias pues ellos mismos sedenominan país de bia´ina, tal como se hace constar en la titulación de sus reyes. SI bien su lengua era similar a la hurrita, sus instituciones políticas tenían rasgos asirios.

Económicamente, fue un estado de base eminentemente agraria, de ahí que desdeel lago Van y la ciudad de Tuspa, su capital, hubiera de extenderse –hacia el 770 a. C.– hacia el oeste, a las cuencas de los afluentes del Éufrates y hacia el sudeste, hacia el lago de Urmia, siempre buscando tierras. La propiedad era de carácter público, de tal manera que parte de la población trabajaría como campesinos y parte como soldados.

La decadencia de Urartu se debió al ataque de los asirios pero también de otro grupo de indoeuropeos, los cimerios, llegados a fines del siglo VIII a.C.

Más tarde, en el período asirio, el dominio urarteo pasó a Mitanni. Este nombre se utilizó más adelante para designar a la región comprendida entre el río Khabur y el río Éufrates en la época neoasiria. Mitani fue un estado feudal dirigido por una nobleza guerrera que llegó a adquirir una gran importancia en torno al 1600 a. C., debido a su privilegiada situación a orillas del río Orontes y entre los imperios asirio, egipcio e hitita.Mitani se extendía desde Nuzi (moderna Kirkuk) y el río Tigris en el este, hasta Alepo y Siria en el oeste. Su centro estaba en el valle del Khabur, con dos capitales: Taidu o Taite, y Washshukanni (denominada en las fuentes asirias como Ushshukana), que aún no ha sido localizada con total seguridad, y por lo tanto no ha sido excavada. Toda su superficie permitía la agricultura sin necesidad de irrigación artificial. Su clima era muy parecido al asirio y estaba poblado por indígenas hurritas y otras gentes que hablaban el lenguaje de los amorreos (Amurru).

V. Egipto urbano

Page 68: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Existe un extenso debate en Arqueología acerca de las teorías contrapuestas de la difusión urbana o invención independiente y policéntrica, aunque es más probable que la agricultura, las técnicas de irrigación y otras tecnologías, incluyendo probablemente la construcción de ciudades, se difundieron a lo largo del Creciente Fértil hacia el sudoeste hasta alcanzar el valle del Nilo. Hacia 3.500 a.C., un cierto número de granjas neolíticas ya existían en el valle inferior del Nilo y comenzaba a dar lugar a aldeas sobrepobladas, que pronto se reunieron en varias unidades políticas independientes, cada una sosteniendo amplios proyectos cooperativos de irrigación.

La transición de comunidades agrícolas a ciudades se sitúa en el Nilo inferior alrededor de 3.300 a.C. cuando se unificó bajo el primer faraón, Menes.

El periodo Arcaico, o época tinita o periodo Dinástico temprano (c. 3300 – 2700 a. C.), es el comienzo de la historia dinástica del Antiguo Egipto. Según Manetón, la capital del Imperio durante este tiempo fue la primera ciudad urbana,Tinis, o Tis, de donde proviene el nombre Tinita, aunque no hay vestigios arqueológicos que lo corroboren.

Pronto la capital se trasladó primero a Nejen (en griego Hieracómpolis), capital antigua del Alto Egipto, y luego a Menfis, situada cerca de donde el Nilo se abre en varios brazos. La monarquía poseía un destacado carácter militar, el rey en persona o sus delegados mantenían a la raya a los nómadas (en general libios de la frontera occidental), a su vez aseguraban, en el Sur y el Este, el control de las minas (de oro y piedras preciosas). Justamente, Egipto avanzó hacia la Primera Catarata, absorbiendo las ciudades de Elefantina y Siena (actual Asuán), de poco desarrollo agrario pero centros mineros y comerciales, además de puntos estratégicos para la expansión hacia Nubia. Ya del segundo faraón Aha se tiene constancia de expediciones a Nubia. En cuanto a los nómadas, se sabe que Aha recibió tributo de los libios, y que su sucesor Dyer realizó expediciones hasta el mar Rojo (estas estaban generalmente vinculadas con la explotación de las minas de la región). También constan campañas en época de Den al Sinaí (para el control de la minas) y contra los libios.

La ciudad de Menfis estaba localizada en el banco occidental del Nilo, al sur del delta y a 35 km al sur de la actual ciudad de El Cairo. Fue la capital del país de 2.686 a 2.160 a.C. Curisoamente, Menfis es conocida en la actualidad como una necrópolis en vez de una metróplis. Es la ciudad de las famosas pirámides deGiza (Cheops o Khufu, Kefrén y Micerino) y por la gran esfinge.

La posición de Menfis cercana al Nilo (comunicada mediante un canal) le brindó un lugar central, fácilmente accesible desde todas las partes principales del país, como el delta y la región del Nilo superior. Allí se situó la ciudad de Tebas, que también llegó a ser una importante ciudad. Cuando la capital se mudó a esta ciudad, gracias a su localización Menfis todavía permaneció como una importante ciudad. Progresivamente se desrrolló en un cenro de artesanía e industria naviera, además de un centro de intercambio comercial. Se volvió cosmopolita con barrios habitados por hititas, carios (ambos de origen indoeuropeo) y fenicios (de origen semita).

Tebas fue la capital egipcia a partir del 2040 a.C. al llegar al poder la undécima dinastía. No resulta tan claro cuánto tiempo coexistió con Menfis hasta convertirse en capital. Es importante destacar que Tebas fue una ciudad fluvial, ubicada a 700 km al sur de Menfis, lo que representa una gran distancia.

Tebas emergió como una gran centro religioso, político y administrativo, y sus sacerdotes desempeñaron un papel muy importante con una actividad diplomática considerable

La ciudad también tuvo vocación comercial e interncional. Fue en Tebas donde los fenicios crearon los primeros bancos de depósitos comerciales. Desafortundadamente para Tebas y para Egipto en su totalidad, debido a las numerosas cataratas y las dificultades de navegación río arriba, las conexiones económicas con el Nilo superior fueron muy inestables.

Tebas será recordada por ser la capital de una gran reina y tres famosos faraones: la reina Hatshepsut, que reinó desde 1503 a 1482 a.C., además del faraón Akhnatón (también

Page 69: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

conocido como Amenofis o Amenhotep IV) quien reinó de 1372 a 1354 a.C., el faraón Tutánkamón (1361 a 1352 a.C.) y el faraón Ramsés II, quien reinó de 1304 a 1237 a.C.

El movimiento de desplazamiento río arriba desde Menfis a Tebas culminó con el ascenso al trono de dos dinastías nubias o cusitas, las dinastías 25 y 26 con seis farones que reinarían de 770 a 657 a.C. Este reino de Kush estaba siutado en el moderno Sudán y su capital era inicialmente Napata, y luego Meroe.

Es importante destacar que durante milenios el Nilo actuó como un eje topodinámico donde la tendencia dominante fue hacia el sur y río arriba. El movimiento de Menfis a Tebas es una ilustración de esta tendencia. Y el hecho que finalmente se revirtiera esta tendencia sólo se puede correlacionar con la dificultad de navegavilidad del río.

Más allá de estos datos históricos, las primeras ciudades egipcias tempranas no eran tan grades ni cosmopolitas como las construidas en la Mesopotamia debido a que: ■ La práctica dinástica temprana de cambiar el sitio de la ciudad capital, que concordaba con el asentamiento más grande, al ascender un nuevo faraón, limitaba la oportunidad de crecimiento de una única ciudad. ■ La seguridad suministrada por un amplio desierto hacia ambas márgenes del Nilo se traducía en que luego de la unificación política del valle, las ciudades, a diferencia de las mesopotámicas, no requerían de grandes fortificaciones o tropas bien pertrechadas para su protección.

Plano de Tebas.Así como las ciudades egipcias diferían de las mesopotámicas en su mayor carácter

rural, el sistema urbano también difería profundamente en ambas regiones.Los dos ejemplos de ciudades planificadas con planos ortogonales en Egipto son Kahun

y Tell el Amarna.Tal vez la ciudad de Illahun (actual Kahun, cerca del lago litoral Moeris y del famoso

yacimiento de El Fayum) sea acaso el ejemplo más antiguo en Egipto de organización residencial relacionada con los obreros de la construcción. Con sus características bastante regulares, de acuerdo con un trazado geométrico que reunía las pequeñas viviendas en bloques rectangulares, separados por calles muy estrechas que tenían por objeto faciitar el acceso a las diversas células y a la vez servir como vías para la evacuación de las aguas

Page 70: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

pluviales y servidas. Las pequeñas casas o céluals estaban construidas por unas minúsculas habitaciones en torno a un patio cerrado. Las haía de diversos tamaños de acuerdo con la jerarquía de los habitantes. La vida debía desarrollarse en estos minúsculos patios y terrazas a los que se ascendía por escleras cuyo emplazamiento ha podido identificarse. La construcción no podía ser más pobre; adobe y terrazas hechas de madera y caña amasada con barro.

Más importante todavía es la ciudad de Tell el Amarna, fundada por Amenophis IV (1369-1354 a.C.). Presenta también un trazado rectilíneo pero las casas acomodadas están construidas en piedra, y las restantes casas de adobe. En el centro se situaban los templos de ladrillo y piedra caliza en los que destacaban los patios abiertos con altares idóneos para el culto solar directamente al aire libre. A lo largo de esta zona se situaban las dependencias administrativas y una pequeña residencia real que se unía mediante un puente que cruzaba la avenida central con un gran edificio de piedra y ladrillo que se supone puede ser o un palacio o bien otro templo. Los barrios de viviendas se levantaban tanto al N. como al S. de los edificios públicos, atravesados por amplias avenidas paralelas al río.

Pero estos ejemplo de ciudades rectilíneas fueron la excepción, no la regla. Así, por ejemplo, en Medinath Gurah, contruida por Tutmosis III para alojar los obreros

que trabajaban en cieras obras de canalización, la ciudad se alzaba sin plan alguno y con calles sinuosas como en las ciudades de Mesopotamia.

En cambio, son numerosas en diversas ciudades las grandes construcciones religiosas que venían a formar verdaderas ciudades-templo, con monumentales avenidas, colosales plazas, inmensas salas hipostilas, testimonio de la vida d elos reyes, noles y sacerdotes, trátese de Menfis, Tebas o Tell el Amarna. En estos grandes santuarios se sigue una estricta coordinación de las partes con un riguroso criterio geométrico, pero también con un deseo de adaptación al terreno y con una pretención de efecto escenográfico que preludia, en el alborerar d ela historia, lo que serán al correr de los tiempos las grandes composicioens urbanas.

Diferencias entre ciudades egipcias y mesopotámicasLas ciudades “urbanas” aparecieron en Egipto prácticamente al mismo tiempo que en Mesopotamia. Sin embargo, no son pocos los historiadores que dudan de que estas ciudades fueran realmente urbanas. El egiptólogo John Wilson, en una comunicación de 1958 bajo el título provocativo “Egipto a través del Nuevo reino, civilización sin ciudades” argumentó que Egipto no tuvo verdaderas ciudades hasta entrado el año 1.090 a.C.El debate se basa en el hecho de que las primeras ciudades egipcias eran profundamente agrícolas o rurales, contrariamente a sus pares mesopotámicas, y no estaban fortificadas.Pero de acuerdo con otros criterios, como concentración de población, artesanos de tiempo completo, casas construidas con materiales duraderos y separadas por calles, sí deberían incluirse entre las ciudades “urbanas”lOtro hecho importante es que las ciudades neolíticas o protociudades aparecieron en Anatolia y Mesopotamia mucho antes que en Egipto. Si Jarmo fue fundada alrededor del 6750 BC, en Egipto, Fayun lo fue recién en 4.400 a.C., y Meride en 4300 a.C..Es de destacar que la agricultura se desarrolló más rápidamente en Egipto gracias a la llegada de las especies vegetales domesticadas en Mesopotamia, que provocaron una aceleración del desarrollo agrícola que, a su vez, llevó a la rápida polarización de las poblaciones.Muy tempranamente, las ciudades estado mesopotámicas se involucraron en el comercio y el desarrollo de su sistema de ciudades fue determinado por los imperativos del comercio, mientras que en Egipto, la existencia de una fuerte autoridad central y la economía relativamente cerrada, así como el precominio de la agricultura favorecieron un sistema urbano excesivamente jerárquico, con un único centro dominante.

Page 71: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Podría decirse, que mientras que las ciudades mesopotámicast se conforman perfectamente a la Teoría de los sistemas de redes, las egipcias corresponden mejor al esquema del lugar central de Christaller.Así, desde el comienzo, en el esquema de corredores topodinámicos de Braudel se evidenció la emergencia de un centro especializado en el comercio y localizado en Mesopotamia, y una región semiperiférica orientada a la agricultura situada en Egipto, que fue el primer estado territorial conocido en el mundo (de acuerdo con la terminología de Braudel). Mientras que las ciudades mesopotámicas, predominaban unas sobre otras o competían comercialmente entre sí, las ciudades egipcias jugaban un papel de poder central y estaban especializadas en la agricultura y la administración de conformidad con el esquema del lugar central.Muchos factores explican estas diferencias. En primer lugar, la agricultura apareció en Mesopotamia antes que en Egipto. En segundo lugar, las interacciones entre el Éufrates y el Tigris no tenían equivalente en Egipto, donde el Nilo era el único río importante al norte del desierto del Sahara. En tercer lugar, debido a la complejidad del delta del Nilo, la conexión entre el río y el mar Mediterráneo era mucho más débil que la que Súmer había esablecido con el golfo Pérsico, que representaba un desafío comercial fundamental sobre Eipto. Además, los ríos que terminan en deltas tienen más problemas de navegatación que los que culminan en estuarios como el Tigris y el Éufrates. Una última característica que diferencia las ciudades egipcias de las mesopotámicas es que mientras que las primeras eran ciudades reales preocupadas con la muerte y el más allá, las segundas eran ciudades estado inclinadas al comercio internacional y que dejaban a los vivos adorar a los dioses y enterrar a sus muertos.

Parece ser, en definitiva, que los estados metropolitanos del Asia occidental y del Mediterráneo con una élite separada de la base agrícola de su existencia y con numerosos estratos sociales no tuvo paralelo en los bancos del Nilo. Aún lo asentamientos más grandes de Egipto se hallan tan próximos a las granjas que lasmantienen que su modo de vida no puede ser considerado completamente “urbano”.

Desde el punto de vista urbanístico, las ciudades egipcias se organizaban en torno a una avenida central.

Ilahun fue ciudad egipcia más antigua que conocemos. Su plano tendía a la regularidad geométrica, con bloques rectangulares y calles estrechas y rectas que se cortaban perpendicularmente.

Las casas, hechas de adobe, madera y caña, se organizaban en torno a un patio central; y la ciudad estaba amurallada.

La economía egipcia está íntimamente vinculada con el aparato político. Los faraones promovían obras de canalización para riego, aumentando el rendimiento agrícola, posibilitado por un estado fuerte y unificado (aunque pronto se vería envuelto en guerras civiles, que serán detalladas más tarde). Según algunos autores, en un primer momento los nomarcas eran funcionarios que organizaban construcción de canales, aunque tienen apariencia de ser jefes locales más que funcionarios; en cualquier caso pronto se transformarían gobernadores (nomarcas) de las provincias o nomos. Las fuentes griegas posteriores recogen tradiciones que afirman la construcción de Menfis, la capital, por el primer faraón (llamado por ellos Menes), de todos modos, aunque sea poco fiable el dato, la arqueología atestigua la construcción de Menfis por esta época (c. 2900 a.C.), y por lo tanto el desarrollo urbano, lo que concuerda con el desarrollo agrario, que provoca mayor acceso a productos alimenticios y crecimiento de la población. Además, Saqqara, cerca de Menfis, era uno de los principales centros de enterramientos reales.

El comercio internacional servía para satisfacer demandas de primera necesidad (madera, metales para producción de bronce, piedra) así como artículos de lujo (incluidos metales y piedras preciosas). Además, por motivos sociales (culto funerario, ostentación) y

Page 72: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

políticos (demostración de poder), había gran demanda local para la construcción de objetos funerarios, estatuas reales y todo tipo de monumentos, que era satisfecha mediante la presencia militar en áreas productivas.

En cuanto a la satisfacción de las necesidades básicas de la población, la producción alimenticia ascendía en forma de impuestos al aparato político, almacenándose en los llamados silos reales, y era redistribuido entre la población no rural. En este sector se comenzaban a constituir los artesanos, dedicados en modo particular al trabajo de madera y metal. El resto de la población la constituía el sector dedicado al comercio (fluvial e internacional) y la que formaba parte del aparato político (ejército, burocracia, familia real).

W. El valle del Indo urbanoLa civilización Harappa surgió alrededor de 2.500 a.C. y alcanzo su apogeo entre 2.100

y 1500 a.C., en el valle del Indo, en lo que actualmente es el límite entre Pakistán e India. Se distinguía por la localización de sus dos ciudades capitales gemelas, la septentrional Harappa en el valle del Punjab, y Mohenjo Daro (que significa Ciudad de los Muertos), 650 km río abajo. La tercera gran ciudad de los harappas era Kalibangan, un poco más joven que las otras dos El asentamiento ingresó a la fase urbana recién hacia 2.000 a.C. Se hallaba localizada en lo que hoy es el estado indio de Rajasthan. Ocupaba un sitio especial entre dos cuencas fluviales, la del Indo y la del Ghaggar, que se origina en la región de Siwalik a 320 km y se une al río Saraswati y continúa hasta desaparecer en el Gran Desierto Indio. Además de estas tres ciudades, existía otro centro muy importante, Dhola Vira, localizado todavía más hacia el sur.

El diseño planificado de estas ciudades contrastaba con el crecimiento orgánico e irregular de las ciudades mesopotámicas. Ya contaban con una diseño reticular (grilla) con calles amplias y rectas que formaban bloques rectangulares de 370 y 240 m. Tres grandes calles paralelas de 10 m de ancho la cruzaban de Norte a Sur y de Este a Oeste formando barrios de 364 m por 182 m dentro de los cuales las calles principales se cruzaban en ángulo recto formando manzanas. Las secundarias eran estrechas llegando algunas a sólo 1,25 m de ancho. Este trazado de retícula hace de Mohenojo-Daro el ejemplo conocido más remoto de una ciudad de planta ortogonal.

La ciudad estaba dominada por una acrópolis dentro de la cual había edificios públicos como almacenes de grano, salas de asambles y baños, etc. Se han conservado restos de su fortificación así como, en la orilla del río, un dique para contener las crecidas del Indo.

Algo notable es que poseían anfiteatros, plazas centrales y, especialmente, un elaborado sistema de cloacas con conexiones a pozos sépticos y sistemas de tuberías que mantenía la higiene de la ciudad.

El sistema de conducción de agua era sorprendente y permitía tener no sólo fuentes públicas en abundancia, sino incluso suministro domiciliario, lo que a su vez posibilitó en las casas el uso del baño y hasta los retretes. Es decir, todas las casas de las ciudades contaban con sus propios baños, lo que indicaba un gran deseo por la limpieza, probablemente contectado con el tabú y la ritualidad. Los desagües iban a dar a colectoras que corrían bajo el nivel de la calle, desembocaban en grandes cloacas que discurrían bajo las vías principales. Este complejo sistema de alcantarillado no tiene en su tiempo paralelo alguno conocido y habrá que esperar a los palacios minoicos del siglo XV a.C. para volver a verlos nuevamente, incluso perfeccionados en algunos permenores.

Igualmente llama la atención la aparición de baños públicos con piscinas (probabolemente sagradas) al aire libre, de nada menos que ocho metros de ancho por doce de longitud. A uno de los lados de este recipiente se habilitó también una sección menos profunda para niños.

El sistema de aportación de agua era muy ingenioso. El canal tenía casi la altura de un hombre e iba abovedado,.

Page 73: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

No se ha descubierto ninguna edificación en Harappa que pueda ser considerada un templo, si bien existen estatuillas dedicadas a la diosa protectora y al culto del toro.

Destacaban entre los harappas las estatuillas y, en general, la orfebrería de bronce que preparaban con moldes de arcilla y cera, en un proceso elaborado que continúa todavía en uso.

Plano de Mohenjo Daro.Las casas tenían por lo común un patio, lo que indicaba una cierta prosperidad general.

Además, como las casas eran de adobe y ladrillos cocidos a fuego, esto ha permitido la buena conservación hasta nuestros días del cascourbano de esta admirale ciudad.

La segregación socio-espacial era común, con bloques o precintos ocupados por grupos específicos de trabajadores, como ceramistas, artesanos del metal, escultores y otros reservados para la élite. Cada ciudad cubría aproximadamente una milla cuadrada (640 acres/250 ha) y acomodaba a unas 20.000 personas. Había edificios públicos y foralezas, además de las calles cuidadosamente planificadas.

En otro orden de cosas, esta civilización tenía una agricultura muy evolucionada, como revelan los sistemas de irrigación y los grandes graneros. Empleaban pesos, medidas y sellos estandarizados. Y el alfabeto, grabado en unos 5.000 sellos y tablillas, se usó hacia 3.300 a.C. pero todava no ha podido ser descifrado.

Las ciudades harappas conocían el cobre y se fabricaba el bronce, utilizando el toerno del alfarero para formar recipientes finos, bien cocidos y ornamentados con pinturas.

El auge de Harappa y las restantes ciudades se debió probablemnte al desarrollo de los sistemas de transprote, tanto los botes como el uso de la rueda (aunque no del caballo). Y justamente este desconocimiento del caballo es lo que llevó a la caída de los harappas frente a los invasores nómades arios que tenían caballos y carros poderosos.

Este reino de Harappa era gobernado por un único rey sacerdote que ostentaba poder absluto. También hay evidencias de comercio con las ciudades estado de Sumeria hacia 2.000 a.C. pero la cultura material estable y el lenguaje escrito aún indescifrado sugiere, en contraste con las ciudades del valle del Nilo, que en la cultura Harappa las ciudades surgieron en forma independiente.

X. El río Amarillo y la urbanización chinaEl valle del Huangho (río Amarillo) fue el sitio de nacimiento de la civilización Shang

alrededor de 1.800 a.C. y consistía de un terreno de loess muy fértil de origen periglacial.

Page 74: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Según las Memorias históricas de Sima Qian, la primera dinastía china (anterior a la Shang) fue la dinastía Xia, que se habría prolongado desde alrededor del año 2100 a. C. hasta alrededor del 1.800 a. C.

Pero aún antes que esta dinastía, existiría una evidencia de ciudades de la región y probablemente se remontan a 3.000 a.C.

En términos chinos, una ciudad se define por la presencia de murallas y se considera que una serie de asentamientos amurallados aún anteriores a los de la dinastía Shang, del período Longshan que representarían la etapa inicial del desarrollo urbano, y en especial de la ciudad mítica de Yu, capital del reino Xia, .

Las primeras ciudades fundadas por la dinastía Erlitou datan de antes de 2.000 a.C.,con centros en Erlitou y Xanshai.

Luego, a la dinastía Shang de la edad del Bronce le corresponde la fundación de la ciudad mayor de An-Yang, la más famosa, una de las últimas de sus capitales. Están localizados alrededor de los cursos medio e inferior del río Huangho.Munford elaboró una conexión entre los conceptos de realeza, guerra, sacrificio y evolución urbana en China. Desde esta conexión, los primeros asentamientos urbanos serían de origen secular en vez de religioso.

La característica más significativa de las ciudades chinas, era que se hallaban ligadas a una red de pueblos agrícolas, y no había murallas que separaran la subcultura urbana de la rural. Esta forma de región urbana no tiene precedentes en las civilizaciones tempranas, y se la denomina el “tipo villa”.

Durante la dinastía Shang, el emperador se convirtió en líder político y cultural de China. Las casas de arcilla templada de las residencias imperiales contaban con almacenes subterráneos para guardar los excedentes alimentarios.

El alfabeto shang, pictográfico, tiene más de 300 caracteres y es antecesor de la escritura china moderna.

El desarrollo del urbanismo en China tuvo su auge inicial entre 1.250 y 200 a.C. En este contexto, la ciudad de Hao Ching fue la capital del reino occidental de Zhou

hacia 1.121 a.C., y más tarde Xianyang, se convirtió en la capital de los emperadores de la dinastía Quin recién hacai 232 a.C., poco antes de la unificación del país en 221 a.C.

Baircoh estima que hacia el siglo V a.C. ninguna ciudad tenía una población de 200.000 habitantes, aunque entre cuatro y seis ciudades alcanzaban la población de 100.000.

El sistema urbano que tomó lugar en la planicie de loess fue pronto dominado por la ciudad de Changan que se convirtió en Xi’an, o también se hace referencia a ella como Changan-Xi’an, y que fue la capital china durante 527 años, desde 206 a.C. hasta 8 de la era cristiana. En esta ciudad se descubrió el mausoleo de Shi Huangdi, el primer emperador que unificó China hacia 210 a.C. y que contenía 7.000 gerreros de cerámica con armas y caballos.

Changan Xi’an junto con la ciudad de Luoyang, también conocida como Henan-fu, la terminal de la ruta de la seda, dominarían las caravanas durante cuatro siglos.

Hacia 100 a.C., Changan Xi’an alcanzó por primera vez una población de 250.000 habitantes, y hacia 100 de la era cristina, ya superaba los 300.000 habitantes.

Por su parte Luoyang era llamada la ciudad de la seda, debido a que sus habitantes se dedicaban a esta actividad. Se convertiría en la capital del imperio bajo la dinastía Zhou entre 775 y 232 a.C. Pero también fue la capital de china unificada entre 23 a.C. y 220 de la era cristiana. Alcanzó los 350.000 habitantes hacia 200.

Además de la planicie de loess del río Amarillo, el otro gran centro de la urbanización china fue, más tardíamente, el de la Cuenca Roja, que debió su gran desarrollo al sistema de irrigación desarrollado por la dinastía Qin, entre 221 y 206 a.C., que usaba el agua del río Min, afluente del Yang-Tsé. Allí se desarrollaron las ciudades de Chengdu, Chiangzhou y Chongqing que dominaban el sector meridional de las caravanas tras la unificación china,

Page 75: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

hacia Yunnan, Tibet y Vietnam. Hacia 316 a.C., Chengdu fue la capital del reino mítico de Ba y luego se integró al imperio Quin.

Hacia 200 de la era cristiana el imperio y las ciudades chinas se transformaron en centros comerciales populosos como estaba sucediendo dentro del Imperio Romano.

Y. Cultura minoica y cultura micénica en relación a la urbanizaciónLos minoicos o cretenses constituyeron una cultura pre-helénica de la Edad de Bronce,

desarrollada en la isla de Creta entre los años 3000 y 1400 a.C. Su nombre es producto de que su descubridor Sir Arthur Evans relacionó el palacio de Cnossos, el más representativo de la cultura, con el palacio del rey Minos y la leyenda del minotauro.

Los primeros grupos en asentarse en Creta probablemente llegaron desde Anatolia en torno al 7000 a.C. Claramente se suponen nexos entre esta cultura con la protohitita y tal vez con la Wilusa anatólica (Troya), y al igual que ellas, sucumbió en la invasión de los pueblos del mar. Estos primeros habitantes vivían en chozas de madera, aunque con el paso del tiempo cambiarán de material como ladrillos de barro y techumbres de madera. Fabricaban herramientas con diversos materiales como hueso y piedras e hicieron figuras de barro de representaciones femeninas y masculinas, lo que indica que ya tenían cierto sentido religioso.

Se conoce relativamente poco sobre el estado de la civilización antes del 2700 a.C., por la escasa aparición de restos metálicos, si se exceptúa la ciudad de Melos, pero a partir de esa fecha Creta empieza a tener auge, producto de la introducción del torno en la alfarería y la metalurgia del bronce, a lo que se le suma un aumento demográfico.

Los minoicos crearon diferentes asentamientos en la isla, aunque el más notable fue Cnossos, secundada por Petras, ciudad intensamente estudiada por los arquéologos, y también por Zakro, al este, Malia, al norte, y Faistos al sur.

Cnossos alcanzó cerca de 80.000 habitantes y en su palacio de dos a cuatro plantas existían frescos multicolores que muestran motivos muy variados.

Estas ciudades, al igual que las micénicas posteriores (de los aqueos), presentaban un trazado irregular, faltando completamente las grandes avenidas o las composiciones geométricas observadas en las ciudades de las llanuras. La explicación evidente reside en que las ciudades del Egeo se construyeron en lugares mucho más accidentados y era necesario replegarlas a la topografía del terreno.

Las ciudades cretenses son precursoras de las griegas. Pero no estaban fortificadas, ya que por su insularidad se “sentían protegidas”.

En cuanto a la Grecia continental, se daba una situación diferente era la de las ciudades coetáneas de Creta. Menos investigadas fueron fundadas por los aqueos (Akiwaya) y sí tenían murallas.

Las ciudades más antiguas de las que se tienen testimonios son Dimini y Malthi. Dimini, al norte del golfo de Thermos, fue en tiempos neolíticos una simple

aglomeración de viviendas adaptadas al terreno en buena parte y sobre terrazas artificiales en parte menor. Su acrópolis estaba defendida por varios recientos amurallados concéntricos. Pero en la planta de esta aglomeración se deja ver el régimen social que imperaba en ella. En su cenro se erguía un alcázar fuertemente defendido por una recia muralla circundante que limitaba un patio dentro del cual se alzaba el palacio del jefe o dinasta, consistente en una vivienda del tipo del mégaron, muy distinta a las pobres viviendas erigidas a su alrededor.

El mismo plan se presenta en la ciudad de Malthi, al sur del Peloponeos. Se erguía sore un cerro de bordes escarpados en los que se alzaba una gran muralla que protegía el abigarrado caserío. En la parte más elevada de dicho castro se hallaba la ciudadela, separada del resto del poblado por un grueso recineto amurallado, dentro del cual vivía el régulo o señor del lugar.

Page 76: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

A diferencia de estas primeras ciudades, las urbes micénicas más conocidas, como Micenas y Tirinto, tenían grandes palacios magníticamente construidos con sillares y columnas de piedras bien talladas, ricamente decorados con punturas y ornamentos de toda clase. Aparecía una plaza central en la que tenía lugar la vida pública y también extensas murallas. En estas ciudades la vida doméstica parecía estar mucho más desarrollada, lo que indica una civilización más elevada y más libre que las del Oriente. La casa era más compleja y confortable, estableciéndose en torno a una habitación principal llamada el megarón, una parte del cual solía tener el techo abierto para su iluminación y con una cisterna debajo para recolectar las aguas pluviales, precedente de lo que luego sería el impluvium de la casa romana.

Por la disposición del palacio del rey, en medio de la ciudad, en general contiguo a una plaza, parece que éste reunía a la vez la función de centro de la vida comunal. No se trata, pues, de aquellos palacios, como los de Mesopotamia, que aparecen completamente aislados en una eminencia inaccesible para el pueblo. Los reyes de estas ciudades estado del mar Egeo no tenían carácter divino similar a las autocracias orientales y gobernaban ya urbes similares a las que constituirían las polis griegas dorias, como Atenas.

Z1. Hausa, Yoruba e imperios urbanos en el oeste y centro de África.En África central y occidental se desarrollaron numerosos reinos y ciudades-estado

aparentemente no correlacionadas con otras civilizaciones antiguas aunque de fechas my posteriores.

Se considera a Oduduwá, un personaje semimitológico, el fundador de la antigua ciudad de Ile-Ife, el gran centro del reino Yoruba, en el actual territorio de Nigeria.

La ciudad de Ile Ife, habitada por los yoruba en el siglo IV a.C., aunque habría referencias de urbanización aún más antiguas, tal vez desde 2.000 a.C., se convirtió en el centro cultural de la población.

Hacia el año 900 de la era cristiana, la ciudad-estado yoruba de Ile Ife se autoproclamó como una potencia dominante en las tierras de los yoruba (centro y suroeste de Nigeria, Benín y Togo, aunque existían estados complejos a lo largo de la región. En teoría, las ciudades-estado yorubas reconocían ampliamente la primacía de la antigua ciudad de Ile Ife. El imperio sureste de Benín, reinó mediante una dinastía que remontaba sus orígenes a Ifẹ y Oduduwá, pero vastamente poblada por los Ẹdo y otras etnias relacionadas, también mantuvo una influencia considerable en la elección de nobles y reyes al este de Yoruba.

Muchas de las ciudades-estado en esta época eran controladas por monarcas (obas) y ministros nombrados desde los nobles, líderes gremiales y comerciantes. Diversos estados vieron diferencias de poder entre los dos. Algunos tenían monarcas poderosos y semi-autocráticos con un control casi total, mientras que otros, los ministros eran supremos y el oba servía como figura importante. En todos los casos, los monarcas yorubas eran materia de aprobación constante por parte de sus constituyentes y podían ser obligados fácilmente a abdicar si demostraban tendencias dictatoriales o incompetencia. La orden de desalojar el trono era generalmente comunicada a través de un mensaje simbólico, o aroko, de huevos de papagayo repartidos por los senadores.

Entre 800 y 1.500 d.C. surgieron los importantes reinos de Awkar, Ghana, Kawkaw (Gao), Takrur y Mali en África occidental entre el lago Chad y el oceáno Atlántico. Repetidamente mencionadas en las crónicas árabes del período, sus ciudades capitales han atraido gran atención arqueológica.

El primero de los reinos de la región de África occidental es considerado por algunos autores el de Awkar, fundado cerca de 500 a.C. (o tal vez un poco más tarde, hacia 350 a.C.).

El Imperio de Ghana (750-1068) estaba localizado en lo que actualmente es el sudeste de Mauritania y en parte de Malí, al sur del Sahara, en el valle medio del río Senegal. Fue sucesor de Awkar. Era conocido con el nombre de Wagadu por sus propios ciudadanos

Page 77: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

soninké, pero en los europeos y árabes lo llamaron Imperio de Ghana por el título de su rey, Ghana, que significa rey guerrero. Wagadu significa tierra de rebaños (waga = rebaño, du = tierra). Algunos remontan a esta población mucho antes, desde el segundo milenio antes de Cristo y en continuidad con el desarrollo de la agricultura.

Aunque las tradiciones orales hablan sobre todo de los soninké de Wagadu, al parecer, otros soninké formaron otros reinos prestigiosos en la región, como Kaarta, Gajaaga y Gidimaxa.

Cada uno de estos reinos era gobernado por el “tunka” o rey, el único que era el “propietario o maestro de la fuerza” o del poder, el “fankama”. Se cree que varios reinos que surgieron en esta parte de África tras los procesos de centralización política desencadenados por los drásticos cambios económicos ocurridos durante el siglo VIII en las regiones del Sahel y el Sahara. Fue la época de la introducción del camello y de la forma de vida árabe en la región y de una revolución comercial basada en los envíos de oro, marfil y sal hacia África del Norte, Medio Oriente y Europa a cambio de variadas mercancías. Al enriquecerse el Imperio de Ghana el comercio transaharino pudo expandirse y ganar el control de importantes rutas comerciales.

El Imperio de Malí (1235-1546), probable sucesor del imperio de Ghana, fue un estado medieval de los mandinka, un pueblo mandinga cuyo núcleo fue la región de Bamako, en el África occidental. El imperio fue fundado por Sundiata Keïta. Era conocido por su generosidad y la riqueza de sus gobernantes, en especial Mansa Kankan Musa I. El Imperio de Malí tuvo una profunda influencia en la cultura de África Occidental permitiendo la difusión de su lengua, leyes y costumbres a lo largo del río Niger.

Alrededor del imperio de Mali, en la zona que bordea al Sáhara entre el río Níger y el lago Chad, aparecieron también en esta época una civilización y unas unidades políticas nuevas, siempre en relación con el comercio entre el África sub y suprasahariana. Esta civilización, de la etnia hausa, apareció en el siglo XIV y se prolongó más allá del siglo XVI.

La base social fueron poblaciones agrícolas, sin estructuras estatales, que vivían en comunidades aldeanas independientes y practicaban cultos animistas.

A lo largo del siglo XIV, coincidiendo con la aparición de los mercados y el desarrollo de ejércitos profesionales, fueron cristalizando una serie de entidades políticas cuyo núcleo era una ciudad fortificada gobernada por un rey-sacerdote con funciones fundamentalmente religiosas. Alrededor de estos reyes se fueron formando unas aristocracias de oficio que dominaban totalmente a los campesinos libres (talakawa), sobre los que recaían todos los tributos.

Los hausa, con su peculiar forma de organización política, se habrían ido extendiendo desde su ciudad-madre de Daura, llegando a formar una serie de ciudades-Estado, de entre las que destacan las llamadas siete ciudades legitimas formadas por Daura, Kano, Zarja, Katsina, Rano, Gobir y Wangara.

El Islam fue introducido en estas ciudades recién a finales del siglo XIV, por comerciantes malinkés, y en algunas de ellas, como en Kano, se implantó con mayor profundidad en el siglo XV, llegando el rey a mandar construir mezquitas e introducir el derecho coránico. Pero esta apariencia oficial no nos debe deslumbrar ya que la gran masa de la población continuó con sus ritos ancestrales, e incluso el propio rey ejercía su autoridad como jefe supremo de la religión tradicional.

Más hacia el sur, en la boca del Congo, otro sistema urbano de origen bantú se formó para la misma época, el reino del Congo, que fue uno de los estados más complejos y centralizados del África al sur del Sahara.

La capitald el Congo, M’banza Congo, contaba con una población de 50.000 habitantes hacia la época que los portugueses la descubrieron en 1484.

Otra ciudad más meridional que databa decomienzos del siglo X fue Monomotapa. Esta región se hizo muy rica debido a la explotación de las minas de oro. Dio lugar al reino de

Page 78: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Togwa, cuya capital era la ciudad de Gran Zimbabwe, que produciría desde 1.500 tanto oro como México y Perú.

Z2. Más corazones de la segunda revolución en América precolombinaLas próximas dos regiones de ciudades estado tempranas, situadas en América, se

estudiarán en mayor detalle en las teoricas correspondientes, aunque sólo se mencionan las aquí las culturas del Preclásico, y no de las civilizaciones clásicas mesoamericanas y andinas.

Es posible, aunque no probado, que la urbanización mesopotámica ejerciera una influencia sobre la del valle del Indo, y que ésta, a su vez, ejerciera su influencia en el comienzo de la urbanización china, no existen dudas de que la urbanización en América no se debió a ninguna influencia externa.

Sí resulta intereresante que mientras que la urbanización en los tres polos eurasiáticos, Mesopotamia, valle del Indo y China, más las restantes civilizaciones ligadas con ellas, se desarrollaron al norte del trópico de Cáncer, las ciudades precolombinas iniciaron su urbanización al sur de este trópico.

Las civilizaciones precolombinas no conocían el transporte rodado (aunque es cierto que los amerindios del valle de México, predecesores de los aztecas, sí inventaron vehículos rodados con ejes para uso como juguetes, no transporte). En cuanto a la escritura, ue inventada independientemente en el valle de México, según los historiadores hacia 600 a.C. (por los mayas), aunque ya se descubrieron antedeentes no descifrados de escritura olmeca.

Mientras se desarrollaba este sistema de logogramas de la escritura maya, basada en los glifos que son comprables a los símbolos de los sistemas jeroglífico egipcio y cuneiforme sumerio, no existen antecedentes de escritura en las antiguas civilizaciones andinas, e incluso los incas carecían de ella (con excepción de los “memorizadores” confeccionados con cueras, llamadas quipus).

Las armas de estos pueblos eran fabricadas principalmente de piedra y metales (cobre), y más tarde bronce, en la región andina, aunque no conocieron ni el hierro ni el acero.

Debido a estas y otars diferencias en el desarrollo de las ciudades precolombinas, se tiende a pensar que eran ciudades poco desarrolladas. Pero esto está muy alejado de la verdad, ya que hacia 1.500 de la era cristiana, las ciudades mesoamericanas y andinas estaban más pobladas y mejor organizadas que las ciudades españolas.

Se han delimitado dos corredores topodinámicos asociados al desarrollo de las civilizaciones precolombinas, uno lineal que se dirigía hacia Oasisamérica y Aridoamérica (hacia el N.) y otro circular que rodeaba el Amazonas e incluso se extendía por las Antillas.

Page 79: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

El establecimiento de estos corredores va ligado al de la cerámica. Los primeros vestigios cerámicos provienen de Venezuela y Guyana y datan de 4.000 a.C. El segundo gran hallazgo de cerámica proviene de Puerto Hormiga, sobre el mar Caribe en Colombia, cerca de Panamá y data de 3.500 a.C. Así parece que la difusión del arte de la cerámica tomó dos caminos diferentes. Entró a Centroamérica y alcanzó el área presente del valle de México alrededor de 2.300 a.C.. Y también se dirigió hacia el sur, hacia Valdivia en Ecuador, alrededor de 3.000 a.C. y la región de Chan Chan (el sitio de la antigua capital chimú) cerca de 2.300 a.C. Así parece que la civilización precolombina hubiera comenzado al norte de Sudamérica y que tuiera lugar un proceso de difusión hacia ambos centros, Mesoamérica yl a región andina.

De esta manera quedaron fijados los dos corresdores: el primero hacia el vallde de México ligando Puerto Hormiga, Kaminaljuyu y Teotihuacan, y el segundo a lo largo de los Andes peruanos hasta Chile, desde Puerto Hormiga hasta Chan Chan, aunque a la llegada de los europeos, el centro andino se desplazaría hacia el sur, a la zona de Cuzco.El yacimiento arqueológico de Puerto Hormiga, está ubicado en el Departamento de Bolívar, Colombia, en la costa atlántica del país. Tiene una datación incierta, pues las fechas oscilan entre el 4000 y el 12.000 a. C.

Sus vestigios dan cuenta de una sociedad agrícola en gestación, cuyos miembros semisedentarios se ocupaban de la caza y la recolección de moluscos, como evidencian los depósitos de conchas encontrados allí.

Page 80: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Según expresan otros hallazgos como los fogones, restos cerámicos, el abundante material lítico y los fitolitos, las actividades propias de los pueblos nómadas, ya estaban comenzando a ser complementadas con la horticultura, o agricultura a pequeña escala.

Este grupo étnico se encontró en los periodos históricos de América Precolombina, en el cual se empezó a ver la horticultura y la ceramica. en este clan las mujeres era las que tenían el poder es decir que era un Clan Matriarcal ellos se estaaban moviendo de sitio según las condiciones climáticas. Se ocupaban básicamente en la recolección de frutos y plantas, la pesca y la captura de moluscos.

Tal vez las ciudades olmecas y chavinenses tal vez deban considerarse preurbanas ya que nunca alcanzaron poblaciones de 100.000 habitantes ni tuvieron el desarrollo de otras civilziaciones contemporáneas. Sí queda claro que los olmecas fueron quienes inventaron la escritura y, aunque sus escritos no están descifrados, pasaron la simbología a los mayas. 10. Mesoamerica. Si bien las ciudades en el Nuevo Mundo surgieron en el Preclásico, alrededor de 2.500 a.C., su mayor desarrollo se experimentaría en el Clásico, alrededor de 200 a.C. en los territorios del sur de México, Guatemala, Belize y Honduras en Mesoamérica, en especial co las ciudades estado mayas y con Teotihuacán, además de otros centros como El Tajín y las ciudades zapotecas y mixtecas. . Se discute si las ciudades mesoamericanas surgieron sin conexión con centros semiurbanos como Ticomán o Matanchén o fueron una continuidad de las aldeas iniciales.

Al no disponer de metales, los pueblos mesoamericanos estaban ingresando en un estadio de desarrollo equivalente al Neolítico del Viejo Mundo al mismo tiempo que las ciudades mesopotámicas llevaban 1.000 años de existencia..

Las primeras ciudades estado mesoamericanas concuerdan con el desarrollo del Preclásico, Arcaico o Formativo, anterior al siglo I d.C., dividido en Temprano (2.500 a.C.-1.200 a.C.), Medio (1.200 a.C.-400 a.C.) y Tardío (400 a.C.-200 d.C.):

Los rasgos relevantes del Preclásico mesoamericano son los siguientes:• Desarrollo principal de las ciudades de la cultura olmeca y de los mayas preclásicos del reino de Chaan (anteriores a los mayas clásicos, aunque seguramente en continuidad con ellos).• Producción agrícola escasa o suficiente.• Urbanismo principalmente ceremonial.• Guerras y sacrificios humanos menos importantes que en los períodos posteriores.• Frecuencia de representaciones de un solo individuo de posicion central o con lugar de privilegio.

Otras características relacionadas con el urbanismos mesoamericano se derivan del análisis de Paul Kirchhoff que define el complejo mesoamericano, aunque correspondiente a culturas posteriores, del Clásico. Según este concepto, las culturas mesoamericanas globalmente se caracterizan, por ejemplo, por:

las pirámides escalonadas y los templos con base cuadrangular;las plataformas elevadas alrededor de la plaza central (con la excepción de los mayas preclásicos y clásicos;los patios interiores recubiertos con estuco;el sistema de tablero talud en arquitectura;la cerámica policromada;las canchas de juegos de pelota;el sistema numérico decimal con el cero;el uso de dos calendarios (uno ritual de 260 días y otro civil de 365 días), junto con los meses de veinte días;la agricultura del maíz, así como los cultivos complementarios del cacao, la chía y el maguey;la escritura jeroglífica en códices:el culto sangriento con sacrificios humanos;

Page 81: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

El complejo mesoamericano resulta útil como una herramienta teórica para distinguir a los pueblos de la región con respecto a otras macrorregiones culturales y ya algunos patrones quedan establecidos en las primeras civilizaciones.

Las principales civilizaciones mesoamericanas iniciales constructoras de ciudades son los:

Olmecas (1.600 a.C.–800 a.C., que luego continuaron con los xicalancas en el Clásico, entre 300 a.C. a 200 d.C.)Mayas preclásicos (reino de Chaan) (1.600 a.C.-300 d.C., proablemente sin conexión con los mayas clásicos y menos todavía con los posclásicos)

Es importante tener en cuenta que hasta hace unos pocos años la única lengua escrita descifrada de Mesoamérica era la maya clásica, pero que se han descubierto inscripciones mayas preclásicas y también, recientemente, una piedra de jhace 3.000 años en el estado de Veracruz que esun ejemplo de la escritura más antigua del Hemisferio Occidental hallada hasta la fecha, ya que hasta ahora sólo se conocía la zapoteca antigua de 500 a.C. Esta incripción se ha atriubído a la lengua de los olmecas, que hasta ahora no era conocida.

Hace más de 3.000 años (desde 1.600 a.C.), los olmecas iniciaron la construcción de los primeros centros ceremoniales en Mesoamérica, durante la fase Preclásica media de la evolución cultural de Mesoamérica, cuando se produce el primer “estallido” cultural en este sector. Esta cultura suele ser equiparada con la de los sumerios de Mesopotamia, tanto por su misterio como por la profunda influencia que ejerció sobre las civilizaciones posteriores. Para algunos autores, incluso, la cultura olmeca puede ser considera como “la madre de todas las culturas, por ejemplo la maya, la huasteca, la teotihucana, la zapoteca, la totonaca y otras”. De hecho, a los olmecas se deben numerosos rasgos de las culturas mesoamericanas posteriores: la escultura monumental; el trabajo del jade; la arquitectura cívica y ceremonial; la diferenciación social enre una élite con sacerdotes profesionales y un sustrato campesino que los sustenta; erecciones de estelas; calendarios duales; monumentos fechados y un largo etcétera. No caben dudas de que algunas características de las culturas clásicas ya existían entre los olmecas, como la aparición de la escritura, el calendario y el desarrollo del culto al jaguar, al cual representaron en infinidad de ocasiones y en todos los materiales posibles, en jade y en piedra, en miniatura, en bajos relieves y en esculturas. A este respecto, los olmecas sobresalieron como escultores.

Los olmecas llegaron a la Península de Yucatán probablemente cerca de 2.000 a.C. o antes, y establecieron probablemente sus primeras aldeas en la costa del Golfo de México. Ocuparon un área de 18.000 kilómetros cuadrados, en los actuales estados mexicanos de Veracruz y Tabasco, enmarcados por el golfo de México, así como las estribaciones de la Sierra Madre Oriental, los ríos San Juna y Papaloapan por el oeste y también los pantanos que rodean al río Grijalva por el este. Es una tierra caliente y húmeda, llana y baja, que no supera los 100 metros de altitud, excepto en el caso del macizo de los Tuxtlas, de una altura promedio de 500 m que divide la región en dos cuencas fluviales principales, la del Papaloapan y la del Coatzacoalcos.

El término olmeca uixtotin alude a la “gente del país de hule”, aunque se desconoce realmente su lengua y hasta su origen exacto, y hasta algunos piensan en pueblos de origen africano.

Debe decirse que el agua es una constante del paisaje olmeca, en forma de costas marinas, ciénagas, ríos, pantanos, etc., con abundancia de reptiles e insectos, pero a la vez fuente de un limo rico que favoreció el factor agrícola y económico. Los ríos constituyeron además una importante vía de comnicación y la tierra húmeda entre los cursos de agua cubierta de exuberante vegetación tropical proveyó otros recursos impensados para otras culturas contemporáneas.

Page 82: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Ubicación de la cultura olmeca y de los pueblos circundantes.

La distribución de los principales centros olmecas.Aunque el desarrollo urbano y la arquitectura olmeca parecen más pobres que las de

otras culturas clásicas, este pueblo estableció los lineamientos fundamentales que durante veinte siglos observarían los pueblos prehispánicos en toda la región.

En particular, los centros urbanos olmecas solían estar formados por montículos que riodeaban a las plazas ceremoniales. Estas plazas se conformaban por las plataformas que las limitaban y se combinaban de manera simétrica en una sucesión de plataformas altas, plataformas bajas, escaleras y extrañas empalizadas con grandes columnas monolíticas de basalto empotradas verticalmente en el piso. Las empalizadas remataban en medio de las plazas con recintos totalmente cerrados, formados por esas mismas columnas basálticas y que contenían grandes máscaras de jaguar constituidas por un mosaico de lajas de serpentina verde, cuya presencia oculta probablemente representaba para los olmecas un contacto mágico con las fuerzas del agua, la tierra y el cielo. Además, la orientación de las plataformas y de todas las construcciones seguía el eje norte-sur.

La falta de piedra llevó a los olmecas a desarrollar una arquitectura en que los edificios se construían sobre núcleos de lodo, lajas superpuestas, troncos de madera y paja, materiales perecederos que no se conservaron en el transcurrir de los siglos. La arcilla, tanto en masa como en forma de ladrillos, era apilada y, aparentemente, revocada con adobe. En ocasiones se hicieron de piedra los frentes de las estructuras pequeñas, pero dicho material debía ser importado con gran esfuerzo. Pero la cantidad de tierra movida por los constructores olmecas era impresionante, y se sospecha que era extraída mayormente del fondo de las vías fluviales que eran drenadas.

Los pequeños montículos-plataformas que se supone sostenían las casas de la gente común eran muy numerosos (se han encontrado cerca de doscientos en San Lorenzo).

Aparentemente, los olmecas fueron el primer pueblo mesoamericano capaz de producir un componente social de élite cultural, que determinó asuntos tales como la complejidad de los

Page 83: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

acontecimientos políticos y económicos, el peculiar estilo artístico y una cosmovisión peculiar. Este componente de élite se concentraba en centros cívicos y ceremoniales realizados a base de grandes pirámides y plataformas de tierra que debieron soportar estructuras perecederas, que eran mantenidos por una gran masa campesina, la cual a su vez residía en aldeas y poblados, dedicados fundamentalmente a tareas de carácter agrícola.

La agricultura aparece como la base económica fundamental de la civilización olmeca. Las tierras más favorables para los cultivos se extendían a orillas de los ríos que se inundaban periódicamente y que se enriquecían con los depósitos de sieno. Esta situación, similar a la acontecida en las orillas del Nilo, permitía la obtención de dos o más cosechas al año, con técnicas de tala y quema. Lejos de los ríos, en las faldas del macizo de los Tuxtlas o en los bordes de las tierras altas, era usual una cosecha al año. Los productos agrícolas debieron centrarse sobre todo en torno al maíz, la calabaza, el chile y probablemtne los frijoles. Pero esta dieta se complementaba con la caza de venados, pecaríes, tapires y la riqueza de peces de lagos y ríos.

Michael Coe ha apuntado que, las familias que controlaban inicialmente las mejores tierras a lo largo de las orillas de los ríos, serían las que a lo larga se convirtieron en los linajes cerrados de la clase de élite. El control de estas tierras permitía la producción de excedentes que debieron utilizarse para contar con la lealtada política y religiosa del resto d ela población.

Con las ganancias oconseguidas mediante el control de las tierras más productivas y de las redes de intercambio comercial, los jefes olmecas pudieron realizar formidables empresas urbanísticas uqe modificaron el aspecto de su territorio y afianzaron aún más su poder. Pero funcinonalmente, los centros Olmecas eran considerados como ciudades dispersas y, en esete sentido, oepraban como focos urbanos de conducta compleja de carácter social, político, religioso y económico, aunque no tenían las grandes concentraciones de población esperables en las ciudades posteriores.

Entre el 1.500 y el 1.200 a.C. se desarrolló lo que los arqueólogos denominan período Olmeca I, con comunidades que practicaban una agricultura incipiente usando la técnica de roza para cultivar en la espesa jungla, pero que no harían abandonado todavía las antiguas prácticas de caza y recolección. Por su parte, el período Olmeca II, de 1.200 a 400 a.C. representa el apogeo de la civilización olmeca y la erección de los centros más iomportantes, primero en San Lorenzo (del 1.200 al 900 a.C.), y luego en La Venta y Cerro de las Mesas (900 a 400 a.C.).

Todavía se suele distinguir un periódo Olmeca III, de 400 a 100 a.C., de franca decadencia, en el qu destaca Tres Zapotes. No obstante, es a esta fase que pertenece la estela C de 31 a.C. donde se observa el eslabón enre la supuesta manera de medir el tiempo de los olmecas y de los mayas clásicos

Actualmente se sabe que los grandes centros olmecas principales de la zona nuclear de poblamiento que se desarrollaron rápidamente no fueron meros sitios religiosos despoblados, sino asentamientos dinámicos donde vivieron artesanos y campesinos, especialistas religiosos y dirigentes.

El centro olmeca más antiguo registrado es el de San Lorenzo (de 1.500 a 900 a.C. aprox.), situado en la cuenca del río Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz. El inicio del florecimiento de la cultura olmeca en este sitio es la funte de la mayor parte de las esculturas y elementos arquitectónicos que todavía se conservan.

San Lorenzo es casi con certeza un centro ceremonial y no residencial que atraía a los penitentes de una extensa zona rural circundante. En 1.200 a.C. la población de este centro aumentó a 1000 personas y por entonces se eirigeron ocho cabezas colosales de piedra, en honor a la élite gobernante. E igualmente se encontraron estatuas y altares con rasgos mixtos humanos y animales.

En las proximidades del río Coatzacoalcos se cultivaba el maíz con intensidad como para mantener a los peregrinos. Además este centro dependía del pescado y de las tortugas y

Page 84: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

además se domesticaban los perros que también servían de alimento. E incluso hay ciertas evidencias de canibalismo a partir de los huesos humanos calcinados en las cocinas.

San Lorenzo fue edificada en una plataforma artificial de unos cincuenta metros de altura, por encima de la sabana en la que se localiza. La plataforma no tiene un perímetro regular: tres de sus lados muestran barrancas que serpentean entre altas lomas. Parece ser que estas barrancas también fueron construidas por manos humanas, y presentan cierta regularidad en algunos casos. Es posible establecer alguna similitud simbólica entre esta plataforma y la pirámide del sitio de La Venta, construida con la forma de un cono con entrantes y salientes y que se examina más adelante.

En el plano de San Lorenzo destaca un gran montículo central, el grupo ceremonial, sobre una gran plataforma artificial elevada doce metros sobre la llanura circundante.

Algunos de los numerosos montículos de San Lorenzo presentan indicios del modelo de vivienda que se desarrollará más tarde en toda el área mesoamericana: un patio central, alrededor del cuál se distribuyen las habitaciones familiares.

En San Lorenzo se ha encontrado también, por ejemplo, una de las primeras canchas de juego de pelota, una tradición que luego persistiría en toda la región y en diferentes culturas.

Sistemas de canalización de piedra suminisraban agua a charcos artificiales donde se realizaban baos rituales. Tales sistemas de sumideron representan una hazaña asombrosa de ingeniería ya que la piedra se traía en balsas desde una distancia de 80 kilómetros y cada bloque se alisaba y modelaba cuidadosamente mediante herramientas con huesos y piedras.

En el 900 a.C. el centro urbano de San Lorenzo colapsó. En un frenético estallido de actividad, todos los monumentos y esculturas fueron mulitados y desfigurados deliberdamente, picándolos y perforándolos. Y los restos de las esculturas fueron transportados a la cima de las montañas circundantes donde se los alineó en filas y luego fueron enterrados cuidadosamente antes de abandonar el sitio.

Mientras que la destrucción ritual de los monumentos sugiere una descaralización del sitio, no queda claro el origen de la destrucción y el abandono posterior.

La Venta sucedió a San Lorenzo como un más importante centro urbano olmeca, el mayor de esta cultura, situado en ell actual estado de Tabasco y que floreció entre 800 y 450 a..C.

En esta localidad se encuentran los vestigios del asentamiento de mayor importancia de su civilización, un centro ceremonial con plataformas y montículos pintados en rojo, amarillo y púrpura, mientras que se usaba el adobe y la paja para los pisos y los techos.

A diferencia de la relativamente escasa población de San Lorenzo, en La Venta se estima que vivieron cerca de 20.000 habitantes.

En el plano de La Venta destacan los complejos A y C. La Pirámide Volcánica, uno de los monumentos principales, se eleva a 50 m de altura. Esta pirámide de planta rectangular se halla flanqueada en sus lados este y oeste por dos montículos de base regular y limitada en su extremo opuesto por sendas plataformas dispuestas simétricamente respecto de su eje principal y que delimitan la plaza mayor.A su vez, al estrechar la línea de los montículos laterales, las plataformas determinan la entrada hacia una plaza menor, de proporciones reducidas y de planta también rectangular y rodeada por una serie de columnas basálticas. Los ejes longitudinales de ambas plazas, la mayor y la menor, son perpendiculares. Este orden intencional constrasta con la distribución desordenada de otros elementos.

Page 85: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Plano de La Venta. Las cuatro grandes estelas de La Venta –monumentos 25/26, 27, 88 y 89–, erigidas en

la base sur de la pirámide, muestran una cara sobrenatural semejante, y se cree que tales “caras de montañas” son el equivalente olmeca de los símbolos witz de las pirámides mayas. Estas enormes caras indican que la pirámide es también una montaña, e indican que tal pirámide-montaña posee los mismos atributos sobrenaturales, cualidades y espíritus invisibles que una montaña natural.

La más destacada es la Estela 3, de 4,26 m de altura y 50 toneladas de peso (que representa dos personas de frente) y también la ofrenda 4 compuesta de cuatro figurillas, 2 de jade, 3 de serpentina y 1 de piedra volcánica rojiza..

Como en San Lorenzo, La Venta se construyó sobre la base de una explotación agrícola intensiva que mantenía a una gran población rural y a devotos y peregrinos itinerantes. Las figuras de crías de jaguares llorando que reprsentan a miembros de la nobleza y las divinidades del inframundo representadas continúan la presencia del antiguo centro de San Lorenzo (ya que también estaban presentes allí) pero está claro que La Venta fue ampliando las redes comerciales establcidas inicialmente por San Lorenzo.

Además de del basalto y la obsidiana que fueron las materiales más utilizados por los artesanos de San Lorenzo, los comerciantes de La Venta localizaron varias fuentes de serpentina y jade que utilizaron extensamente. Más aún, el jade pronto se convirtió en un símbolo de riqueza para los mesoamericanos posteriores y parece que esa misma función tenía en La Venta ya que con él se adornaban las tumbas y monumentos funerarios de los nobles.

Como la agricultura era una atividad estacional, la población rural era captada por los nobles y sacerdotes residentes, y su trabajo se consideraba como la obligación para con las divinidades.

Al igual que lo que sucedió antes con San Lorenzo, La Venta padeció un paroxismo de destrucción en el 450 a.C., cuando 24 esculturas monumentales, incluidas algunas cabezas coosales, fueron desfiguradas de una forma idéntica. Una vez más existen varias teorías para

Page 86: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

explicar este acontecimiento, pero aquí parece probable que la población local hubiese aumentado hasta tal punto que la producción agrícola no habría sido suficiente para sostenerla.

El tercer gran centro olmeca fue Tres Zapotes, un conjunto urbano de 3 km2 extendido a lo largo de la ribera del arroyo Hueyapan, en el macizo de los Tuxtlas. En esta zona arqueológica se localizan montículos con plataformas irregulares. Aquí se descubrió uno de los monumentos más famosos de la cultura olmeca, la Estela C.

En 1939, el arqueólogo Matthew Stirling descubrió en Tres Zapotes la mitad inferior de estela C. Está estela fue tallado del basalto, por un lado contiene una pintura de un ser-jaguar abstracto. En el otro lado se encontró la fecha en numeración maya más remota hasta el momento descubierta, 7.16.6.16.18, que se correlaciona en nuestro calendario actual con el 3 de setiembre del 32 d.C., aunque existió una cierta controversia sobre el digito que faltaba, el primer dígito, que Stirling había asumido era “7”. Su presunción fue validada finalmente en 1969 cuando se encontró la mitad superior.

La mayor parte de la escultura proveniente de Tres Zapotes data de los últimos períodos formativos. Pero las semejanzas del estilo escultural implican la comunicación y la continuidad dentro de la civilización olmeca.

Fuera de los centros nucleares de la civilización olmeca clásica, florecieron en diferentes momentos otros de clara influencia olmeca, aunque también podrían mostrar elementos de otras culturas, como la teotihuacana y la maya.

De las varias civilizaciones mesoamericanas, la maya fue la más avanzada culturalmente. Ciudades como Tikal, Uaactum y Mayapán fueron centros de pequeños estados gobernados por un líder de origen sacerdotal y organizados en una confederación laxa.La sociedad era altamente estratificada, con una élite que ocupataba la tierra central de la ciudad alrededor de los palacios y tempolso, y las clases bajas en la periferia urbana.

Los mayas “antiguos” fueron los primeros habitantes del Mayab (el territorio maya) y se desarrollaron durante el período Preclásico (de 1.600 a.C.hasta el 300 d.C.) y luego en el Clásico (del 300 al 900 d.C.).

El primer asentamiento maya se localiza en las montañas del oeste de Guatemala por el año 2 500 a.C. Por su parte, los primeros mayas que se establecieron en la peninsula de Yucatán lo hicieron en el año 1 600 a.C y los primeros que se establecieron en Tabasco lo hicieron allá por el año de 900 a.C. Así que estos tres componentes ya estaban bien establecidos durante el Clásico.

Durante el Preclásico inferior los mayas vivian en casas que tenian por paredes, palos unidos entre si por barro y estaban provistas de techo de paja. Estas casas siempre se ubicaban alrededor de los cenotes, sus lugares rituales y de sacrificio, grandes ríos subterráneos. Sus actividades economicas mas importantes en la recoleccion de frutos, practicaban la caza y la pesca; y tenian una agricultura de temporal. En el Preclasico medio, sus actividades economicas mas importantes comenzaron a constituirse en la agricultura y la ceramica, mientras que el comercio se hizo intenso con otros pueblos. La mejora de la agricultura los volvió autosuficientes. En el Preclásico superior, los mayas entraron en contacto con los olmecas, lo cual trae como consecuencia la introduccion del calendario, la cuenta larga y la escritura incipiente.

En este periodo se fundaron las ciudades de Mani (que sería más importante durante el Posclásico), Komchen, Kabah, Loltun, y especialmente El Mirador, San Bartolo, Nakbé y Cival (dos impresionantes ciudades localizadas en la Cuenca del Mirador, en el norte del Petén), además de otras ciudades que llegarían a ser más importantes en la época clásica o posclásica, como Dzibilchaltún, Izmal,Tikal (delarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979), Copan y Chichen Itza (una ciudad que también tendría mayor importancia durante el Posclásico yucateca).

Durante el período de los mayas clásicos, en el Mayab se construyeron otras importantes ciudades como Quiriguá (también declacrada Patrimonio de la Humanidad por la

Page 87: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Unesco, en 1981), Palenque, Río Azul, Calakmul, así como Cancuén, Machaquilá, Dos Pilas, Uaxactún, El Naranjo, Caracol, Altún Ha, Piedras Negras, y otros varios centros urbanos.

Durante el período Preclásico (de 1.600 a.C. a 300 d.C.) se levantaron importantes ciudades mayas, algunas de las cuales se establecieron en el Yucatán y otras se repartieron por las tierras altas y bajas.

Las ciudades preclásicas sobresalieron especialmente al norte de Tikal, en el Petén de Guatemala, en la zona de la cuenca de El Mirador, donde unas 26 ciudades formaron parte del primer estado Político organizado en el continente americano con categoría de gran reino o imperio (el Reino de Kan), al mismo tiempo que los olmecas iniciaban su desarrollo y habían sido considerados la cultura madre de Mesoamérica. Pero hay pruebas concluyentes de que los mayas de El Mirador, desarrollaron un sistema de escritura, astronómico, matemático, agrícola y todas las demás virtudes que hicieron de ellos la cultura más desarrollada y sofisticada mil años antes de lo que se creía y aceptaba hasta la fecha.

Mapa detallado de las localidades de El Mirador.El Mirador es la ciudad más grande entre las antiguas, y seguramente la capital del

reino de Kan (de hecho es 1000 años más antigua que Tikal). Los hallazgos recientes en excavaciones de entierros, y monumentos fechados, han cambiado la historia conocida de los mayas y los arqueólogos harán que los historiadores la reescriban completamente. Los reyes que gobernaron El Mirador fueron de la talla de Ramsés II y Keops. Recientemente se encontró un mural en excelentes condiciones del cual todavía se ha divulgado su nombre para su protección adecuada.

El 7 de Marzo del 2009, el Dr. Richard Hansen reveló al mundo el friso del 300 al 200 a.C., que mide 3 m de largo por 4 de ancho, El mismo representa a los gemelos Héroes, Hunahpú e Ixbalanqué, nadando en las aguas de Xibalbá, con la cabeza de su padre el dios del Maíz tal y como lo narra el Popol Vuh , 19 siglos después.

Page 88: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Mural de El Mirador.El Mirador ha sido parcialmente investigado pero la escala de su arquitectura pública

supera aún la monumentalidad de Hasaw- Chan-K'awil de Tikal o sus contemporáneos del apogeo de la civilización maya del Clásico.

Hansen cree que el espectacular surgimiento de El Mirador se debió a un mejor suministro de agua y especialmente a su terreno más defendible, La importante Arquitectura pública de El Mirador, se encuentra en una elevación natural, que les daba protección en sus flancos este y el oeste, estaba protegido por Bajos o pantanos.

La NGS (National Geographic Society), hizo un documental para TV llamado "El Amanecer de Los Mayas" (Candidato al Oscar en el 2005), en el cual el Dr. Hansen define ésta ciudad de El Mirador como la más antigua y más grande del mundo maya.

Como comparación, baste imaginar que la Plaza Central de El Mirador, es cuatro veces mayor que la de Tikal, con dos pirámides enormes entre cientos de estructuras. La mayor de ellas conocida como La Danta (Tapir), es por mucho, la estructura más masiva del Mundo, con una base de 330 x 620 m. una altura de 72 m. dando un volúmen de 2,800.000 m3, que hacen lucir pequeña a la Gran Pirámide de Egipto y sus 2,600,000 m3 (200.000 menos), de hecho su base es mayor que la Plaza Central de Tikal. El sitio también tiene otros dos complejos enormes, El templo del Tigre y el Palacio Los Monos, entre sus principales atractivos.

Page 89: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

En la Cuenca del Mirador existen otras ciudades del Preclásico muy grandes y cercanas a ella. Mientras que se caracterizan por una mayor concentración de templos y plazas que las ciudades clásicas, son "enanas" al compararlas con El Mirador y muy probablemente eran sus subordinadas. En pocas palabras, el patrón de asentamientos de los sitios cercanos, es el de ciudades grandes alrededor de una capital, que probablemente constituyeron un verdadero estado hegemónico, lo que sería una excepción y no la regla en la cultura maya. Durante el período Clásico, este hecho debe haber servido como un recuerdo mítico y glorioso en las ambiciones imperiales de Tikal y otra ciudades del Petén; pero que nunca pudieron salir del patrón de ciudad-estado.

La guerra parece haber jugado un rol importante en el total abandono de El Mirador, ya que un largo muro defensivo en su parte oeste fue construido en el Clásico Temprano, después del colapso del Preclásico. Uno de los escasos campos de batalla documentados en el mundo maya antiguo, se encuentra en la cúspide de la Pirámide del Tigre, donde docenas de puntas de lanza de obsidiana verde, fueron encontradas sobre restos del edificio indicando que la  batalla ocurrió después de haber sido abandonada la Pirámide. Esto sugiere que las fuerzas de Siyaj K’ahk’ de Tikal  tomaron esta área durante el final del siglo IV d.C.

Una escultura recientemente descubierta en una cantera en el barrio de La Muerta a 2 km. del centro ceremonial de El Mirador, tiene el nombre y título de un gobernante del Clásico Temprano del Reino de la Serpiente (Kan). Los ejemplos mas antiguos del glifos emblemas del reino de Kan, título usado posteriormente por Calakmul, son de El Mirador y otros sitios de la Cuenca, llamada desde el Preclásico el "Reino de Kan".

Además de El Mirador, sobresalieron otras muchs ciudades mayas preclásicas como Nakbé, San Bartolo, Wakna, Tintal, Xulnal, Wiknal, Chan Kan, Paixbal, Naachtún, Dos Lagunas, La Muerta, La Florida y muchas más sin nombre todavía, pero igualmente maravillosas ciudades mayas preclásicas, La mayoría de estas ciudades se hallaban conectadas por grandes calzadas llamadas sacbe'ob, o sacbé en singular, que significa literalmente camino blanco ya que estaban cubiertas de estuco, algunas hasta 6 m por encima del terreno natural y con un ancho de hasta 40 m y 25 km de longitud, que se distinguen claramente en las fotografías satelitales.

Nakbé fue reportada en 1930, por una expedición aérea de la Universidad de Pennsylvania, pero no fue sino hasta 1962 cuando Ian Graham, la localizo al norte de Tikal y realizó un mapa de una parte del sitio. Graham la llamó Nakbé, que significa "por el camino", un nombre que le queda muy bien ya que una gran calzada o sacbé, se puede observar en el bajo que se extiende entre El Mirador y Nakbé. Las estructuras más antiguas del sitio son unas plataformas del 1400 a.C.

En Nakbé se distinguen dos grupos de plataformas y pirámides, uno al Oeste y el otro al Este. El grupo Oeste incluye la Estructura I que es la más alta del sitio con sus 46 m.

El Grupo Este incluye una Pirámide, la Estructura 59, de 34 m de altura. que es una masiva plataforma rodeada de tres templos, llamada Pirámide Triádica.

En la última década, las excavaciones efectuadas en sitios como El Mirador, han revelado que la complejidad de la civilización maya preclásica, en especial desde el 400 a.C. al 200 d.C.

De los hallazgos más inusuales de Nakbé, hay uno que proviene de excavaciones llevadas a cabo en un pequeño montículo del grupo Este, y consiste en 45 fragmentos de un estela de 3 m de altura o Estela 1, que al ser reconstruida reveló una escena esculpida, aparentemente duplicada en ambos lados de dos individuos, frente a frente, vestidos en trajes reales de un estilo muy temprano. Uno de ellos, señala arriba con el índice, hacia una decapitada cabeza de perfil, que a su vez está unida al adorno de la Cabeza del Otro y representa a los Gemelos Héroes del Popol Vuh.

Page 90: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

San Bartolo del Petén es un sitio de tamaño medio (4 km2) localizado también en Petén, Guatemala al nordeste de la ciudad clásica de Uaxactún, al borde de La cuenca del Mirador, con ocupación desde el 800 AC y abandonado en el Preclásico Tardío (200 d.C.).

Esta ciudad maya incluye una pirámide de 28 m de altura (Las Ventanas), que tiene mascarones de estuco, y es la mas antigua del sitio (800 a.C.), y la de Las Pinturas, de 25 m. y su impresionante cuarto con los famosos Murales del Mito de la creación, al Oeste de la Plaza Central, un Palacio de 8 m. de alto y varios cuartos, que es de los más antiguos del maya, ya que data de 600 a.C. (Complejo del Tigrillo). También se evidencia un antiguo taller de objetos de piedra, varias plazas, en el Grupo Jabalí, a unos 500 m El borde este de la Plaza Central, tiene un campo de pelota muy antiguo (600 a.C.) y hacia el este del complejo triádico similar al grupo H  de Uaxactún y a la Acrópolis norte de Tikal, además de una tumba real.

Plano de San Bartolo.La Pirámide de Las Pinturas fue iniciada hacia el 400 a.C. y terminada en el 60 d.C. Un

equipo de arqueólogos descubrió el cuarto en la base del 200 a.C. En el 2005 se encontró en un cuarto que estaba mas adentro en la Pirámide, otros murales y jeroglíficos del 400 a.C. Los Murales descubiertos debajo de ésta Pirámide, son el equivalente Maya de la capilla Sixtina, de acuerdo al líder del equipo, Dr. Saturno, del grupo de investigadores de La Universidad de Harvard.

Los murales del llamado "cuarto de las pinturas", una estructura diseñada específicamente para elaborar el mural, el cual se encuentra sobre una plataforma con una sola grada hacia la amplia plaza frente a el, Las anchas puertas de la fachada eran un acceso amplio que dejaba entrar apropiadamente la luz y los visitantes. Éstos hubieran pasado bajo una larga cornisa esculpida, a través de jambas de color rojo y dentro de un cuarto iluminado por la luz de la mañana que se reflejaba en los muros blancos, que se verían resplandecientes bajo el friso pintado. El friso se encuentra a solo 1,40 m desde el piso, ubicando a los murales en un nivel confortable para la vista. Este particular diseño arquitectónico ampliaba la visibilidad interna y su planificación sin restricciones facilita y controla la circulación de los que habían de tener acceso al interior del cuarto.

El estuco fue preparado con un pegamento orgánico extraído de un árbol endémico en Petén llamado localmente holotl, mezclado con cal y sascab, en la parte interna y una delgada capa de cal muy fina con barita, un mineral mas fino que el sascab en la superficie, lo que le dio

Page 91: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

una gran durabilidad al mural, algo muy importante y que apoya el desarrollo completo de la cultura maya en el Preclásico, ya esta mezcla, hasta dicho hallazgo, se pensaba que había sido desarrollado durante el Clásico tardío, en sitios como Río Azul y Tikal, unos mil años después.

Un mural en la pared Oeste muestra el nacimiento del cosmos maya con imágenes sucesivas de ajaws, sacrificios y un árbol en cada una de las cinco escenas Los primeros cuatro ajaws se muestran perforándose el pene, derramando su sangre para luego ofrecerla en sacrificio. Los sacrificios son llevados a cabo por el Ajaw, representado como un cazador. El primero lleva un pez que le es presentado al árbol, lo que representa el inframundo acuático, o Xibalbá. El segundo, lleva un venado y lo presenta al segundo árbol (la tierra). El tercero lleva dos aves al árbol (Cielo). El Cuarto presenta Capullos fragantes al árbol, Comida de los dioses (Los dioses se alimentaban con el olor del maíz y otras plantas). El Quinto Ajaw es el dios del Maíz resucitado. Un Ave bicéfala, se encuentra en la copa de cada árbol, representando a Vucub Caquix (Itzam Yé), el monstruo del inframundo derrotado por los Gemelos Héroes. Los Iconografistas, indican que ésta misma escena es descrita en el Popol Vuh de los k´ichés del siglo XVI d.C.., lo que demuestra una larga continuidad del simbolismo religioso de los mayas. otra parte del mural muestra la coronación de un rey reafirmando que su poder proviene de los dioses, en la misma manera ritual del Clásico.

Reconstrucción del Cuarto de las Pinturas en San Bartolo.La antigua ciudad de Naachtún (Piedras Lejanas), cuyo nombre real era Masuul, está

situada en el corazón del área maya en el norte del Petén. Fue redescubierta por arqueólogos en 1922, y es una de las más aisladas del Petén, de hecho ha sido objeto de unas cuantas visitas en los últimos 80 años.

A pesar de ser considerada hoy un lugar remoto, Naachtún estaba en el centro de la política maya.

Muchas de las grandes Ciudades en la Cuenca del Mirador no sobrevivieron el Final del Preclásico, Naachtún fue de las pocas que sí lo hizo y pasó al Clásico. La transición del Preclásico al Clásico, fue en verdad el primer Colapso de los Mayas, aunque sus causas y consecuencias permanecen en el misterio. Debido a su exitosa transición entre el Preclásico y el Clásico, Naachtún es la clave para entender los cambios que tuvieron lugar entre estos dos períodos.

Page 92: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Mapa de Naachtún.

Grupo B de Naachtún.Naachtún hizo mucho más que sobrevivir estos eventos tumultuosos, de hecho

prosperó, ya que el Clásico temprano (250-600 DC.)  fue de crecimiento exponencial para ella, La grandiosidad de sus Templos y Palacios, y la presencia de más de 40 Estelas esculpidas, indican que Naachtún creció para ser el centro de un Reino poderoso. 

Las fechas inscritas en los monumentos de Naachtún se extienden del 504 al 762 d.C., sugiriendo que ésta ciudad floreció la mayor parte del Clásico, aunque en Río Azul se documenta una boda real hacia el 475 d.C., sin embargo debido a su posición tuvo alianzas de guerra conTikal o Calakmul durante la mayor parte de su existencia, cambiando de aliado varias veces en su historia.

El tamaño de Naachtún, la grandeza de su arquitectura pública y sus más de 40 estelas, indican que éste fue el centro de un reino poderoso tanto en el Preclásico como en el Clásico, cuyo nombre era un misterio hasta que en 1994 el epigrafista Nikolai Grube descifró el glifo emblema de Masuul.en un pasaje de la Estela 1, que describía varios nombres de ciudades Mayas del Clásico. Referencias a el reino de Masuul, se encuentran no solo en Naachtún, sino en varios monumentos en Guatemala y Tabasco, uniendo éstas, narran la historia del reino del 486 al 761 DC., incluyendo detalles de relaciones familiares, guerras y ritos funerarios-

La referencia más temprana del reino de Masuul, se encuentra en la Estela 10 de Tikal, fechada en el 486 d.C. La conquista de la Capital de éste reino feu realizada Chak Tok Ich’aak,

Page 93: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

joven rey de Tikal. El rey derrotado de Naachtún fue presentado al Rey de Tikal, siete días después, siendo el cautivo que muestra esa estela.

Estas hostilidades con Tikal, fuero producto de las luchas contra Calakmul que se detallan más adelante al tratar de estas dos ciudades clásicas, cuando en el siglo V, Tikal extendió y consolidó sus fronteras al norte, derrotando a Calakmul.

Cival es otro importante sitio del Preclásico del Petén y ha sido excavada solo recientemente. Las más recientes fueron efectuadas por la Universidad de Vanderbilt y la Universidad de San Carlos de Guatemala. En el grupo E, que tiene una gran Plaza central y dos grandes pirámides, una de 17 m de altura (Estructura 7) y la otra sobre una plataforma de 129 m de largo (Estructura 12), construidas en el Preclásico medio (450 a. C.), con algunas fases construidas en el Preclásico Tardío (150 d.C.). Se destaca por el trabajo más fino de adornos estucados. Al este de éste grupo se encuentra un complejo Triádico, típico del Preclásico, fechado en 100, la Pirámide central del complejo (estructura 1) tiene mascarones de estuco similares a las del complejo H de la ciudad clási a de Uaxactún, y debajo de las escalinata en una subestructura, hay murales representando al dios del maíz y algunos bloques pintados tienen el glifo de Lamat (Venus). Estos bloques de la escalinata son muy similares a las estructuras de El Mirador.

Esculturas de Cival.Se cree que todavía existen muchas ciudades mas pequeñas del Preclásico maya,

esperando su descubrimiento. La gran antigüedad de El Mirador, Nakbé y otros sitios como Wakná y Tintal en el norte

de Guatemala, permite dar una ojeada al pobremente conocido inicio de la civilización maya. En El Mirador y Wakná, por ejemplo, los arqueólogos, han descubierto los textos jeroglíficos más antiguos de los Mayas, probablemente del 400 a.C. los cuales todavía no se han descifrado, De igual manera, delinean un patrón en la posición de las tumbas reales, ya depredadas, en Wakná y Tintal, y también se espera encontrar otras en los centros más importantes de Nakbé y El Mirador.

Z3. Andes centrales y las culturas urbanas En la región andina, y probablemente sin continuidad con los núcleos protourbanos de

Caral y Kotosh, se desarrollaron civilizaciones agrícolas que cultivaban algodón, maíz, papa, calabaza, chile y coca (esta última para efectos rituales), y que practicaban exitosamente la pesca.

Entre los elementos culturales globales de la región andina (complejo andino central) se pueden destacar los siguientes:

Page 94: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

dualidad característica de muchas ciudades, con una zona alta y una zona baja. plazas ceremoniales circulares en la parte frontal de las pirámides (heredadas de las culturas

caralina y de Kotosh); templos escalonados y redondeados, con bases en U característica y formados por tres

pirámides: una principal (la más elevada -generalmente-) flanqueada por otras dos pirámides alargadas y menos elevadas.

trazado rectangular o cuadrado de los barrios; viviendas interiores con patios hundidos (como en Mesoamérica); casas más sencillas que en el urbanismo mesoamericano; figuras de animales en la cerámica y en la base de las construcciones monumentales y del

trazado de las ciudades; cabezas clava (trofeo) de piedra labrada; amplio trabajo en cobre y desarrollo de la metalurgia; el culto de los muertos en relación con las tumbas excavadas en pozos verticales o

esferoidales; el rompecabezas estrellado; la domesticación de la llama, de la alpaca y de la vicuña; el cultivo de la coca y varias especies de porotos, tomate, calabaza, papa y queñoa; canales de riego y acequias que conectaban los cultivos de terraza con las construcciones

monumentales; remoción en la tierra de labranza de modo muy rudimentario, con palos de cavar; pago de tributos en forma de esclavos (no con los productos de la tierra).

Las principales culturas preclásicas urbanas de los Andes que ya cuentan con estos elementos y que desarrollaron ciudades son las siguientes que se analizan a continuación:Cultura Chavin-Huántar (chavinenses), en la sierra septentrional (1.500 a.C.– 400 a.C.)Cultura Cuspisnaque (cuspisnaques), en la costa septentrional (800 a.C.-200 a.C.)Cultura Paracas (paraqueños), en la costa meridional (700 a.C. –-200 a.C.)

La primera cultura del Preclásico y que desarrolló en paralelo con la civilización olmeca, corresponde a la Cultura Chavin-Huántar (chavinenses), en la sierra septentrional (1.500 a.C.– 400 a.C.)

Con Chavín tuvo lugar algo similar a lo que ocurrió con La Venta en Mesoamérica (el centro de la civilización olmeca): se consideró durante mucho tiempo como perteneciente al origen de las culturas, cuando en realidad representaba una de las últimas etapas de dicha cultura primigenia. En algunos sitios como los valles costeros de los ríos Nepeña y Casma, cercanos a Chavín y bajo su influencia, se desarrollan diferentes rasgos que guardan un impresionante paralelismo con el Preclásico y Clásico mesoamericanos, particularmente la zona maya y totonaca: por ejemplo, las plataformas escalonadas, algunas con frisos o mascarones monumentales, y otras con nichos, como en el Tajín. Estas características se encuentran tanto en la ciudad principal de Huántar como en el sitio urbano de Moxeque, donde, por cierto, la plataforma piramidal está rematada por templos dobles, como los que levantaron los mexicas en Mesoamérica muchos siglos después.

Esta civilización se caracteriza por la aparición de centros ceremoniales, aldeas, estancias, la cerámica elaborada, la orfebrería del oro y manufacturas de finas telas de algodón, ligadas por el denominador común de una religión característica.Se han establecido cuatro épocas para la cultura Chavín:1) Época Urabariu (época antigua): 1200-800 a.C. Se realizó la construcción del Templo Viejo.2) Época Ofrendas: 800-600 a.C.3) Época Chakinami: 600-400 a.C. Se realizó la construcción del Templo Nuevo.4) Época Rocas o Janabarriu: 400-200 a.C.El auge urbano chavinense concordó además con la introducción del cultivo del maíz entre los siglos IX al VI a.C.

Page 95: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Las características de la sociedad y la arquitectura urbana son muy especiales y diferenciadas de otras culturas. Por ejemplo, el estilo artístico se expresa fundamentalmente sobre piedra grabada, en forma de cornisas, dinteles, losas u obeliscos, sobre los que aparece una serie de personajes de apariencia más o menos antropomorfa y siempre en relación con un felino (jaguar), un ave (águila o halcón) y una serpiente, representando un lenguaje metafórico de difícil interpretación.

Probablemente la cultura Chavín procedía, originariamente, de una cultura selvática, lo que se manifiesta en su escultura en la que se representan de seres sobrenaturales con rasgos felinos como el jaguar, el caimán, la anaconda y también diversas aves andinas como el águila, el cóndor y el halcón. De hecho las figuras del jaguar, el caimán y la anaconda, animales oriundos de la pluviselva tropical, son los símbolos originales de esta cultura.

Su economía, basada en la agricultura, fue apoyada por el intercambio y la domesticación de nuevas plantas. Bajo este desarrollo de la tecnología agrícola, se originaron especialistas que predecían si se darían buenas o malas cosechas.

La división de clases sociales abarcaba dos grupos: los campesinos y los especialistas. Estos últimos vivían en los centros ceremoniales y dependían de los campesinos. Eran sacerdotes que mantenían el excedente productivo de los agricultores a manera de tributos u ofrendas. Al mismo tiempo, dicho excedente permitió intercambiar producto, en lugares determinados que constituían zonas de integración donde se entremezclaban diferentes manifestaciones culturales. Una de dichas zonas debió de ser el templo de Chavin de Huántar; lugar donde se unían las rutas de la costa, la sierra y la selva.

Las casas eran construidas con piedra o adobe, modeladas manualmente y tenían un diseño cónico.

Tal vez entre los aspectos más destacados de esta cultura, resalta la escultura monumental en piedra caracterizada por los monolitos así como las primeras cabezas trofeo, que florecieron entre 1.200 y 300 a.C. La audaz estilización de los monolitos, entre ellos el famoso Lanzón, especie de menhir prismático muestra que los escultores de Chavin eran muy hábiles. Aplicaban dos técnicas: el grabado y el champlevé. En Cupisnique, que se estudiará enseguida, lugar del norte de la región litoralense, la alfarería presentaba una decoración similar con el motivo de felino

Los monolitos más importantes son el Lanzón mencionado, el obelisco Tello y la estela Raimondi. En particular, el Lanzón, de 5 m de altura, es una figura antropomorfa monstruosa y que parece representar a un enano de forma grotesca con una cabeza tres veces más grande que su cuerpo, y que muestra enormes dientes incisivos y colmillos de jaguar, de otorongo o de puma, con los pies en forma de garras y cetros en las manos. Sobre la cabeza tiene adornos compuestos de quijadas con grandes colmillos y serpientes en vez de pelo. Sugiere la representación del hombre ideal, espiritual.

En los dibujos grabados en la piedra hay muchos elementos semejantes y superpuestos representando a la divinidad adorada en sus templos. Puede tratarse de la imagen de un terrible dios castigador, bebedor de sangre.

El rostro felinoide muestra la nariz gruesa, labios abultados con los extremos vueltos hacia arriba. De los extremos del labio superior emergen sendos colmillos conformando la “boca atigrada” característica de la iconografía Chavin, tanto en monolitos como en cerámica y artesanía en otros materiales. Cejas y cabellos están convertidos en serpientes, y el ojo, redondo y sin párpados, presenta la pupila mirando hacia arriba.

Page 96: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

El Lanzón.El Obelisco Tello es un pilar de granito de 2.52 m, de corte trapezoidal, esculpido en las

cuatro caras. Representa a una divinidad compleja: la unión de dos caimanes. En toda su superficie se representa multitud de otros elementos: hombres, aves, serpientes, felinos, plantas (calabaza, ají, maní, yuca) y otros muchos elementos. La divinidad presenta labios gruesos, con afilados dientes que sobresalen de su boca.

La Estela Raimondi es un monolito que corresponde a la época tardía de Chavin. Se trata de una losa de granito de 1.98 m de lado por 74 cm de ancho, trabajada en plano relieve en una sola de sus caras. Representa a una divinidad antropomorfa felinizada, de pie, con  sus brazos abiertos sosteniendo en cada uno de ellos una vara o báculo. Esta representación aparecerá en otras culturas andinas precolombinas posterior a Chavin: la clásica “divinidad de los dos báculos”. La figura divina presenta además la cabeza rectangular, cabellos transformados en serpientes, “boca atigrada” y ojos con pupila excéntrica, mirando hacia arriba, y lleva un tocado complejo, pectoral y faldellín con cinturón de serpientes, que recuerda a la bestia de El Lanzón, en el Templo Viejo de Chavin de Huantar.

Entre los chavinenses ya se elaboraban las vasijas con asa, en forma de estribo, que se luego se usaron en el litoral hasta la llegada de los españoles.

Los chavinenses lucían adornos de turquesa o de concha y poseían espejos de antracita; se deformaban el cráneo y pintaban de rojo las osamentas de sus muertos. Al sur de la región litoral, también proporcionan vasos pertenecientes al horizonte de Chavin.las tumbas de Paracas- Cavernas.

En la sociedad chavinense existen cuatro tipos (hombre-mujer) de pobladores: los sacerdotes de Chavín; los peregrinos de diversas partes, con rango de sacerdotes; los artesanos o especialistas y la gente común. La diferencia entre el hombre y la mujer parece significativa, aún cuando el papel que el sexo femenino jugaba en la liturgia era muy importante e incluso pudieron haber tenido sacerdotisas. De hecho, casi todos los personajes sagrados que se conocen presentan una versión femenina junto a la masculina.

Page 97: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Los sacerdotes estaban a cargo del templo, junto con trabajadores dedicados a la producción de los calendarios, y se dedicaban a la predicción de los ciclos climáticos estacionales anuales.

Los miembros de la élite se distinguían por el uso de coronas, orejeras, narigueras y collares, elementos que representaban la categoría de quien los utilizaba, encargados del culto “felínico”. Este culto era visual, el dios felino, probablemente un jaguar, estaba representado en imágenes aterradoras, que representaban creencias complejas, y vinculaban a los hombres con los animales, y a los miembros de los distintos grupos entre sí.

La arquitectura se difundió por todo el territorio chavinense, caracterizándose especialmente por las estructuras en forma de "U", las plataformas, las pirámides truncadas provistas de pasadizos interiores, las plazas rectangulares hundidas y los pozos circulares. Pero sólo una parte de esta arquitectura se ha preservado y muestra su monumentalidad. Las ciudades presentan una compleja red de caminos y túneles de piedra únicamente iluminados por haces de luz que penetran a través de ductos estratégicamente dispuestos.

La ciudad principal, Huántar, se localiza orillas del río Mosna, tributario del río Marañón, en el Callejón de Conchucos, en la provincia de Huari, en la región Ancash, en la sierra norte del Perú, a una altitud de 3.137 msnm, en el piso ecológico quechua.

Reconstrucción del sitio de Huántar.Huántar se halla en una región inhóspita con un área cultivable extremadamente

restringida. Poseía empero, a juzgar por las ruinas, varios grupos de admirables edificios, con un conjunbto de terrazas de varios pisos comunicados por intermedio de rampas y escalinatas. Las paredes dejan ver hileras alternadas de piedras anchas y piedras angostas y casi todas están decoradas con representaciones de felinos estilizados.

Investigada por el especialista peruano Julio César Tello, Huántar representa un centro mágico-religioso construido aproximadamente en el año 327 a. C. Sus muros son de piedra y sus estructuras piramidales. A pesar de no ser el sitio arqueológico más antiguo, ni el más grande, ni el más vistoso del Perú antiguo, se le consideró como un centro de peregrinación.

Los templos tienen una serie de plataformas con un fuerte talud en sus muros, con un perfil piramidal. Fueron construidos por etapas. El Castillo es una pirámide mayor y se le conoce como el Viejo Templo, cuya característica más notable es que tiene un pasaje interior donde se aloja un ídolo de piedra conocido como "el Lanzón".

Page 98: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

A los Templos en “U” se les reconoce como una tradición cultural, especialmente en la costa central, atendiendo principalmente a sus características arquitectónicas, pues son pocos los sitios que han sido estudiados en profundidad. Temporalmente se les ubica desde el año 1500 antes de nuestra era hasta el 500 antes de nuestra era, aproximadamente.

Palacio de Chavín de Huántar.Otro sitio arqueológico importante de esta civilización Chavín es Garagay, en el valle

del río Rímac. Se encuentra localizada en el distrito de San Martín de Porres, en medio del área urbana de Lima, dentro de una zona conocida como "Urbanización El Pacífico", cerca al cruce de las avenidas Angélica Gamarra y Universitaria. Está conformada por tres grandes estructuras aterrazadas dispuestas en forma de U.

Garagay fue estudiada y excavada principalmente por el arqueólogo Rogger Ravines en 1975. Aunque fue protegida con un cerco, en 1985 la zona arqueológica fue invadida y saqueada y desde entonces su estado de conservación es delicado. Las excavaciones, estudios y su conservación están acargo del Instituto Nacional de Cultura (INC).

Plano en planta de Garagay.En Garagay se destacan tres montículos principales dispuestos alrededor de una gran

explanada. Tiene forma de U abierta hacia el noreste, característica arquitectónica de la costa central del Perú durante el período formativo (segundo milenio anterior a la era cristiana). Hundido en el cuerpo del edificio central, que es el mayor, se haya una habitación la cual estuvo decorada con altorrelieves elaborados en barro. Los dibujos ahí representados

Page 99: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

corresponden a cabezas antropomorfas y un ser zoomorfo. Estos relieves han permitido comprobar la filiación de Garagay con Huántar.

Templo en U de Garagay.En su máxima expansión, la cultura Chavín se extendió hacia el occidente del territorio

peruano, desde Ocucaje en la región Ica hasta Huayruro, en la región Tumbes. Además se extiende dentro del territorio del actual Ecuador, entre el litoral y la ceja de selva. Formó el primer horizonte cultural del “formativo”, ya sea por dominio territorial o por influencia socio-económica. Esta cultura se desarrolló desde el 1500 a. C., hasta el 500 a. C.; es decir, que durante diez siglos o un milenio, prevaleció su hegemonía en todo el quehacer andino de la región u área de influencia.

La cultura Cupisnique, en la costa norte del Perú, está ligada a Chavín y se extiende desde Virú hasta Lambayeque. Se trata de una cultura costeña que se desarrolló paralelamente a la cultura Chavín entre 800 a.C. y 200 a.C. y que precede a la cultura Moche. También se la suele conocer como “el Chavín costeño”

Los centros principales, Cupisnique, Puémape y Huaca de los Reyes (complejo Caballo Muerto) se localizaban en el Departamento de La Libertad, a 600 km al norte de Lima. Esta fue una época de gran auge para las construcciones monumentales.

Las tres principales tradiciones en arquitectura ceremonial de Cupisnique son: las plataformas rectangulares bajas con recintos en la parte superior y patios delanteros; los edificios con planta en forma de U y las plataformas con patios circulares hundidos.

Huaca de los Reyes se encuentra en el valle de Moche, localizado a 25 Km. del océano Pacífico. Se trata de un complejo de ocho grandes edificios de piedra y barro. Son construcciones en “U”, orientadas hacia el Este, que constan de varias plataformas superpuestas, construidas con piedra y barro. Hay importantes esculturas de adobe y decoraciones de bajo relieve en muros y columnas del edificio.

Un aspecto novedoso en la construcción de estos edificios fue la utilización, además de piedra, de adobes modelados de variadas formas, entre los que predominan los adobes cónicos. Los muros fueron generalmente enlucidos con barro fino y pintado de vivos colores.

En cuanto a Poémape, es una pequeña caleta localizada en el litoral del semidesértico valle de Cupisnique, entre los valles fértiles de Jequetepeque, al Norte, y Chicama, al Sur.   La cerámica Cupisnique tiene muchas similitudes con la de la Cultura Chavín.Emplearon mucho la piedra como materia prima. Entre las piedras semipreciosas emplearon la turquesa, lapsilázuli, cristal de cuarzo opalino y coloreado para hacer collares de cuentas eféricas o cilíndricas.

También emplearon hueso para elaborar punzones, agujas, peines, cucharas, cuentas de collares, orejeras, sortijas y amuletos o pequeños idolillos.

Page 100: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

  La cultura Paracas se desarrolló en la región Ica, desde la ciudad de Chincha hasta la región de Arequipa. Los expertos discuten sobre una filiación de los paracas con la cultura Chavin, una de las más antiguas del Perú, pero el origen de la cultura Paracas es todavía un misterio, aun para los arqueólogos. Se dice también que fue una cultura de “amortiguamiento” entre la Cultura Chavin y la cultura Tiahuanaco.

Esta cultura se desarrolló en dos etapas: Paracas Cavernas y Paracas Necropolis. Paracas Cavernas data de 700 a.C. hasta 200 a.C.., y durante este período la

población principal se desarrolló en Tajahuana, a orillas del río Ica, en el sector Ocucaje.Da su nombre a esta época: la forma de enterramiento: las tumbas eran subterráneas

cavadas en las rocas, con una forma que parece una “copa invertida”, en cuyo fondo de unos 5 a 6 metros de diámetro, colocaban los fardos funerarios. Paracas Necrópolis tiene una antigüedad que van desde los 200 años a.C. hasta los primeros años d.C. La principal zona de desarrollo de esta etapa, fue la comprendida entre el río Pisco y la quebrada de Topará (Chincha) y la península de Paracas.

Tumba de Paracas Cavernas. En la cavidad ancha, e incluso en el acceso tubular, se albergan los fardos funerarios (momias).

La cerámica durante Paracas Cavernas estuvo influenciada por la fase janabarriu de Chavín y los diseños nos recuerdan a la fiera de Chavín: es frecuente la representación de seres mitológicos con rasgos de fiera.

Desde su zona inicial de partida, los paracas lograron dominar aproximadamente desde el rió Cañete, al Norte hasta Yauca, al Sur, teniendo como centro a la ciudad de Ica. En estad ciudad, que responde a la denominación de la Paracas Necrópolis, se observa la existencia de necrópolis. Corresponde al periodo más evolucionado y, famoso por sus telas decoradas con figuras policromadas (mantos), está vinculado a la cultura Nazca. Estos tejidos son la gloria de la necropolis de Paracas. Son realmente excepcionales las piezas de tela en que estaban envueltas las momias. La mayor mide más de 30 m. Se han encontrado mantos, túnicas en forma de ponchos, turbantes, ricamente bordados con diseños multicolores como no se ven en ninguna otra parte del Perú.

La necrópolis de Paracas está constituida por grandes cámaras funerarias, en construcciones mucho más avanzadas que suponen varias hileras de cuartos subterráneos. Tiene muros de piedras pequeñas y adobe que, en oportunidades, alcanzaron un espesor de 30 a 40 cm. En 1925, se descubrieron allí cuatrocientos veintinueve momias, de las cuales sólo algunas han sido estudiadas hasta la fecha. Gran cantidad de cráneos presentaban evidencias

Page 101: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

de trepanación. Se habían depositado en las tumbas, hachas de piedra, monos, osamentas de llama, judías, maíz, algodón y maníes.

Otros centros importantes de la cultura Paracas Necrópolis son Carwa y Tajahuana.

Necrópolis de Paracas.Además de la riqueza del contenido, se destacan las ofrendas en el interior de la

necrópolis, representada por diferentes tipos de fardos, algunos de una complejidad sorprendente así como varios objetos. Pero a diferencia de estas tumbas descritas, también existen otras sin ningún tipo de ornamenta. Esto supone la existencia de una diferenciación social, con clases altas y clases bajas. Las tumbas muestran que la clase dominante detentaba el poder religioso lo que le permitía seguramente tener privilegios con respecto a la población. Dentro de esos privilegios, estaban los sepulcros.

El pueblo paraqueño desarrolló su actividad en un mundo desértico y carente de protecciones naturales. Como consecuencia esto propició que los conflictos guerreros tuvieran lugar en escenarios despejados, sin demasiada cobertura y por tanto que degeneraran en el empleo de armas contundentes, desde el empleo de la honda, la estólica o la lanza, para atacar una distancia larga, como el uso de las mazas, el hacha y el puñal, en los combates cuerpo a cuerpo, frecuentes en los escenarios del desierto de Ica.

Este tipo de combates a corta distancia y sin muchas posibilidades parapetarse traía consigo un sinnúmero de lesiones craneanas, la cabeza iba tan solo protegida por un turbante. Estas lesiones solían causar la muerte u ocasionar como mínimo una fractura depresiva, bien con orificio o bien irradiada, que motivaba la trepanación.

La curación, en esencia, consistía en horadar quirúrgicamente la parte o partes afectadas del casquete craneal, para corregir el hundimiento o astillaje producido por las armas contundentes o para extraer las esquirlas de los dardos de la estólica sin comprometer la duramadre (la membrana que recubre al cerebro)..

La trepanación se podía llevar a cabo por dos métodos:1) Por incisión, con un objeto cortante en una región cuadrangular del cráneo y reemplazarla en muchos casos con una lámina de metal, generalmente de oro.2) Por raspado, método por el que se iba eliminado por abrasión, poco a poco, la región ósea deseada formándose pequeños agujeros en torno a un círculo que se extraía luego.

Page 102: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Sitio arqueológico de Paracas. Guerrero de la cultura de Paracas.

Z4. Modelo de SjobergEl modelo de Sjoberg intenta identificar algunas características comunes de la ciudad

pre-industrial. Al igual que todos los modelos que reclaman un amplio espectro de aplicación, este modelo ha sido criticado por sobresimplificación o superextensión.

Page 103: El Origen de Las Ciudades y Las Revoluciones Urbanas

Pirámide clásica de la estratificación social: elite, clase baja, forasteros y excluidos (en los distritos ocupacionales o étnicos).

Resulta más apropiado en las ciudades dominadas por una elite. En ellas identifica tres grupos sociales con límites definidos rígidamente y a menudo codificados formalmente. La pirámide de clases se traduce en un patrón espacial característico. Estas clases sociales elevadas ocupaban el distrito central alrededor de las instituciones ceremoniales y simbólicas, incluidas las estructuras religiosas, educacionales y políticas. Dispersas dentro del núcleo interior estaban los siervos de la elite, pero la mayor concentración de residencias de las clases bajas se hallaba localizada en una zona exterior al núcleo.

Los forasteros y excluidos se hallaban en la periferia completando la graduación espacial del status social.

Dentro de cada una de estas zonas se presentaba una diferenciación ulterior en relación con la ocupación y la etnicidad. Sin embargo, no cabe duda que existía también una segregación limitada por las funciones de uso de la tierra.

Esta generalización ha sido criticada enfáticamente por Vance, quien da mayor importancia al patrón de subdistritos ocupacionales y desdibuja la zona de los trabajadores de clases bajas, dispersándolos entre los restantes subdistritos. No obstante mantiene la degradación social del núcleo a la periferia que postulaba Sjoberg.

A pesar de esta estructura simple, en un nivel general estos modelos continúan sirviendo como un estándar de comparación para ciudades individuales. Por ejemplo, Langton exportó el modelo para interpretar la geografía social de Newcastle en el siglo XVII, mientras que Radford reveló una estrecha relación entre esta descripción de la sociedad urbana preindustrial y la situación de la ciudad de Charleston.