el ocaso del comandante

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LIMA, domingo 17 de marzo del 2013 internacional WWW.ELCOMERCIO.PE VENEZUELA Más allá del secreto El vía crucis El Comercio reconstruye el largo proceso de la enfermedad de Hugo Chávez. Testimonios inéditos siembran dudas sobre la idoneidad de su tratamiento. [Págs. 4-7] AP

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Reportaje publicado en El Comercio (suplemento internacional) el 13 de marzo del 2013.

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Page 1: El ocaso del comandante

LIMA, domingo 17 de marzo del 2013internacional WWW.ELCOMERCIO.PE

• VENEZUELA • Más allá del secreto

El vía crucisEl Comercio reconstruye el largo proceso de la enfermedad de Hugo Chávez. Testimonios inéditos siembran dudas sobre la idoneidad de su tratamiento. [Págs. 4-7]

AP

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4 Internacional Lima, domingo 17 de marzo del 2013

SEBASTIÁN CASTAÑEDA / ARCHIVO

Juan Francisco AlonsoDesde Caracas

Jaime CorderoPeriodista

El deceso de Hugo Chávez no ha dado pie a que se levante el estricto secreto que impuso el régimen sobre su enfermedad. Los testimonios que ha recogido El Comercio dejan en evidencia las dudas que surgen acerca de si recibió el mejor tratamiento de parte de los galenos cubanos.

Investigación • Venezuela • Una historia clínica

Bajo la lluvia. Chávez en su último mitin: el cierre de su campaña en Caracas, en octubre del 2012. Solo ha-bló unos minutos.

El ocaso del comandanteUn simple dolor de rodilla resultó ser el primer síntoma de un cáncer que ha modificado el panorama regional.

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AP

Presidente, líder de la revolución, benefactor del pueblo, abande-rado del antiimperialismo: todo eso era Hugo Chávez para sus mi-

llones de seguidores en Venezuela. Eso y más: a lo largo de los 14 años que gobernó Venezuela adquirió categoría de redentor. Algunos llegaron a llamarlo la reencar-nación de Simón Bolívar. Exageraciones aparte, para los chavistas recalcitrantes nada parecía ser capaz de derrotar a su lí-der. Ni siquiera ese único irreversible co-mún a todos los seres humanos: la muerte.

–No creíamos que se iba a enfermar. La decisión que tomó Dios de llevárselo, estoy seguro, es para acompañarnos desde arri-ba – admitió, horas después de la noticia de su fallecimiento, el presidente de la Asam-blea Nacional, Diosdado Cabello.

El mismo Chávez compartía y exacer-baba esa sensación de invulnerabilidad, alentada por su proverbial y arrollador despliegue físico, ese que le permitía pa-sarse horas dando discursos televisados, realizar intensas giras de semanas por paí-ses amigos y presidir varios actos públicos en distintas localidades, todos en el mis-mo día. Siempre rehuyó a los médicos. El comandante sufría del estómago, en gran medida debido a sus desordenados hábitos alimenticios –durante sus viajes de traba-jo, comía lo que le pusieran enfrente, sin preguntar siquiera cómo había sido prepa-rado– y su afición desmedida por el café. También era un empedernido fumador, hábito que dejó hace solo unos años. No obstante, más allá de ocasionales diarreas y algunos resfríos o gripes que lo obligaron a cancelar algunas emisiones de su recor-dado programa dominical “Aló presiden-te”, jamás pensó que su salud podía verse comprometida seriamente.

Todo cambió a inicios de mayo del 2011, cuando suspendió una gira por el Brasil, Ecuador y Cuba debido a que debía ser operado de una rodilla (nunca se dijo si era la izquierda o la derecha).

–En los últimos meses he venido su-friendo dolores en la rodilla que subían por el muslo izquierdo. Yo andaba con pasti-llitas. Esta mañana salí a trotar y me di un golpe en la rodilla, y hay un derrame, un dolor. Me han dado reposo absoluto por unos días –aseveró en esa oportunidad.

Aquella declaración es el inicio de una historia clínica que hasta ahora no se cono-ce del todo. Incluso después de la muerte del paciente, permanece como un secreto

de Estado. Recurriendo a varias fuentes, entre ellas médicos que conocieron el caso, militares y funcionarios del Gobierno, este Diario ha logrado reconstruir de manera fiable los detalles de la enfermedad del presidente venezolano. La mayoría de es-tos informantes hablaron bajo la condición de que se les mantenga en el anonimato, por temor a represalias del régimen.

Error en el diagnósticoLa primera gran conclusión de esta histo-ria clínica se puede resumir con un viejo refrán: lo que mal comienza, mal acaba. La segunda es que en el afán de mantener el secreto sobre su enfermedad, Chávez terminó entregando su vida.

Según varios médicos, la causa del do-lor de rodilla no era un golpe o un proble-ma de articulación, sino el tumor que ya crecía en su pelvis y que estaba presionan-do un nervio. Chávez, que ni siquiera tenía la intención de realizarse un chequeo, solo tomó conciencia de ello unos días después, cuando finalmente viajó a Cuba.

Tras unos días de descanso, el coman-dante se dejó ver con un bastón y empren-dió la gira que había dejado en suspenso;

Algunos chavistas opinan que su líder debió aceptar la oferta de tratarse en el Hospital Sirio-Libanés, de Sao Paulo, el centro que atendió a Lula.

21 meses pasaron desde que se le diagnosticó el cáncer a Chávez hasta su deceso.

2021 era el año al que esperaba llegar Hugo Chávez como presidente, con el fin de conmemorar 200 años de la independencia de Venezuela.

1992 es el año en el que dio el fallido golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez y saltó a la palestra.

El 15 de febrero del 2013, el Gobierno Venezolano difundió las últimas fotos de Hugo Chávez con vida. Son dos imágenes en las que el presidente aparecía al lado de sus hijas, sosteniendo una edición del diario “Granma”, portavoz oficial del

Partido Comunista de Cuba. Luego del anuncio, los simpatizantes chavistas celebraron en las calles. Algunos sectores de la oposición, en cambio, cuestionaron la autenticidad de las imágenes y reclamaron al régimen más información.

La última imagen del comandante

sin embargo, el malestar empeoró. Fuen-tes gubernamentales cuentan que su dolor era tan fuerte que durante el vuelo que lo llevaba a La Habana se mantuvo todo el tiempo de pie. No soportaba estar sentado.

Chávez llegó a Cuba el 8 de junio y él mismo contó que fue Fidel Castro quien lo conminó a realizarse una evaluación. Solo unas horas después, el 10 de junio, estaba en un quirófano del Centro de Investiga-ciones Médico Quirúrgicas (Cimeq), “lu-chando por su vida”, como dijo el entonces canciller Nicolás Maduro.

Fidel tuvo el mérito de convencer a Chávez de que se revisara. Pese a ello, los médicos consultados por El Comercio consideran que esa primera operación fue un grave error que complicó su tratamien-to y redujo su expectativa de vida.

Con mirada retrospectiva, cada vez son más las voces dentro del régimen que cri-tican la decisión de tratar al presidente en Cuba. Aunque en público las autoridades agradecen a La Habana por todo lo que se hizo para intentar salvar la vida de su líder, puertas adentro hay quienes opinan que a Chávez le hubiera ido mejor si hubiera aceptado la oferta del Brasil para que se tratara en el Hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo, el centro que trató al ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, y tam-bién al defenestrado mandatario paragua-yo Fernando Lugo.

–Él prefirió la seguridad y el secretismo que le ofrecía el Cimeq, aun cuando no es un centro especializado en cáncer, en lu-gar de un sitio preparado para tratarlo –se lamentó un militar.

En esa primera operación, los médicos le extirparon un tumor del tamaño de una pelota de béisbol. Eso es lo poco que se in-formó de manera oficial. Pese a la enorme y comprensible demanda de información, el régimen venezolano nunca reveló qué clase de neoplasia sufría su presidente. Las especulaciones iniciales hablaban de un cáncer de colon o de próstata. Aho-ra la versión más fiable, sustentada por varios especialistas, es que se trataba de un rabdomiosarcoma del músculo psoas, ubicado entre la parte baja de la columna vertebral y la cadera. Este es un cáncer poco común, muy agresivo y de complejo tratamiento.

El doctor Rafael Marquina, venezolano residente en Estados Unidos, afirma que esa confusión de los medios de comunica-ción también la tuvieron los médicos

ÓRGANOS COMPROMETIDOS DURANTE SU ENFERMEDAD

FUENTE: www.america.infobae.com

1FASE INICIAL

2FASE INTERMEDIA

3FASE FINAL

Dos vértebras de la zona lumbar

FéFéFééééééFéFFFFFéFFéFéF mumumumumumuum rrrrrr

Músculopsoas

Glándulassuprarrenales

Parte delhígado

PEPEPPPEPPPEPEPEPPPEPEPEPEPEPEPEPEPPPPPPEPEPPEPEPPPEPPPEPEPPPEPEPEPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPEPPPPPPPPPPPPPPPPPPPP LVLVLVLVLVLVLVLVLVLVVLVLVLVLVLVLVLVLVLVLVVLVLVVLVLVLLVLVLVLVVLLLLLLLLLLLLLLVLVVLVLLVISISISISISISSSISISISSIISSSISISISISSISISISSISISISISISSSISSSIISIIISSISIIIISISSISSISISISISIIISSSIISSSISSIISISIISIIISSIISSS

Tumor agresivo Todo apunta a que el cáncer de Chávez era un rabdomio-sarcoma del músculo psoas, neoplasia poco frecuente.

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El viernes 15 de marzo, diez días después de su muerte, los restos de Hugo Chávez fueron depositados en el Museo Histórico Militar. Esa será su morada temporal, pues sus seguidores no han ocultado su intención de

trasladarlo al Panteón Nacional, donde descansan los restos de Simón Bolívar y otros próceres venezolanos. Para eso es necesario una reforma de la Constitución. Quedó descartado que su cadáver sea embalsamado.

Lo quieren al lado de Simón Bolívar

Dos historias. Hugo Chávez aparece al lado de Lula. El ex presidente brasileño también tuvo cáncer (en la laringe) y su tratamiento fue exitoso.

AFP

Investigación • Venezuela • Una historia clínica

–No le trataron el tumor como debía ser. Le dieron drogas quimioterapéuticas para un cáncer de colon. El rabdomiosar-coma responde mucho mejor a la radiote-rapia que a la quimioterapia. A la hora de cambiar el tratamiento hay riesgos de que el tumor mute y se haga resistente. Ese tra-tamiento inicial no sirvió para nada –ase-guró el médico en una reciente entrevista al diario venezolano “El Nacional”.

Cabe anotar que Marquina sustenta sus afirmaciones en fuentes que asegura tener dentro del chavismo y otros médicos, pues él mismo nunca vio a Chávez ni tuvo acce-so oficial a sus reportes clínicos.

Otro galeno que estuvo más cerca del tratamiento admitió la confusión, pero señalando que al principio creían que el diagnóstico era cáncer de próstata. En lo que sí coincide con Marquina es en afirmar que la primera operación fue un error.

–El protocolo indica que uno lo primero que le aplica a un paciente con un tumor maligno agresivo es radioterapia o qui-mioterapia para minimizarlo y luego ex-tirparlo, pero a él se lo extirparon primero y eso hizo que se esparciera –explicó.

“¿Cáncer? ¿Qué es eso pa’mí”El fracaso de la operación quedó confir-mado a los diez días, cuando llegaron los resultados de la biopsia realizada en Es-tados Unidos. El análisis confirmó que se trataba de un tumor maligno. Entonces, el mandatario fue sometido a una nueva cirugía, más compleja, para resecarle los tejidos circundantes. Después de eso, pasó dos días en cuidados intensivos. El 30 de junio, un Hugo Chávez más delgado y visi-blemente afectado apareció en televisión leyendo un documento –algo totalmente inusual en él– y confirmó lo que desde ha-cía días corría como un rumor sin freno: que padecía cáncer. No dijo de qué tipo.

A partir de allí comenzó un ir y venir ha-cia la isla caribeña, donde el mandatario fue sometido a tres sesiones de quimiote-rapia. En Caracas también se le aplicó ese durísimo tratamiento, por el cual perdió su cabello. A finales de julio, dijo que apa-recería “al estilo Yul Brener (por el famoso actor de los años 50)”. Pese a que la quimio le obligó a estar fuera del Palacio de Mira-flores e incluso del país durante semanas, jamás delegó sus facultades en su vicepre-sidente. En repetidas ocasiones, la Asam-blea Nacional le autorizó seguir gobernan-do desde territorio extranjero, pese a que

70 días pasó Hugo Chávez en Cuba durante su última estancia. En ese tiempo, sobre su salud apenas se dieron a conocer escuetos partes médicos y unas fotografías.

4 cirugías le realizaron al presidente venezolano en Cuba como parte de su tratamiento contra el cáncer.

“El presidente hizo un esfuerzo máximo en la campaña. Venció a Capriles, pero lo hizo al punto de acabar con su vida”, comentó un magistrado.

14 años estuvo Hugo Chávez al frente del Gobierno Venezolano. Asumió como presidente el 2 de febrero de 1999.

ello está prohibido en la Constitución que él mismo chavismo elaboró.

En octubre del 2011, Chávez reapareció y aseguró estar curado. “Me hicieron unos exámenes y salí aprobado”, dijo. Incluso llegó a mofarse de la enfermedad: “¿Un cáncer? ¿Qué es eso pa’mí? Lo estamos acabando, lo estamos venciendo”.

Sin embargo, en febrero del 2012, lue-go de un viaje no anunciado a La Habana debido a un malestar, el líder bolivariano anunció que le habían detectado un nuevo tumor en la misma zona. A los días volvió a Cuba para operarse otra vez. “Se realizó la extracción total de la lesión pélvica, y se le extirpó, además, el tejido circundante”, informó escuetamente el entonces vice-presidente Elías Jaua al presentar los infor-mes de gestión del Gobierno a la Asamblea Nacional.

Después de ello, nuevamente Chávez se embarcó en una serie de viajes para some-terse a un nuevo tratamiento de quimio y de radioterapia. En abril, durante una misa por Pascua en su casa de campo, en su natal Barinas, hizo una declaración reveladora acerca de su verdadero estado de salud y de ánimo:

–Dame tu corona, Cristo, dámela que yo sangro. Dame tu cruz, cien cruces que yo las llevo, pero dame vida porque todavía me quedan cosas por hacer por este pueblo, por esta patria. No me lleves todavía.

En mayo, durante una entrevista, tam-bién admitió que la enfermedad había afectado su ritmo de trabajo: “Yo lamen-tablemente no seguiré siendo el caballo desbocado por ahí; yo no dormía. Ahora trabajo como dice la ley, ocho horas dia-rias, descansando, siguiendo una dieta. Yo le pido a Dios todos los días que me permi-ta terminar la misión que el pueblo me ha dado, y la voz del pueblo es la voz de Dios”.

Una victoria costosaPese a todo, en junio Hugo Chávez se ins-cribió para optar por un tercer sexenio con-secutivo, aun cuando algunos de sus fami-liares más cercanos se lo desaconsejaron. “María Gabriela [su segunda hija] incluso se molestó con él y dejó de acompañarlo a los viajes y actos oficiales”, contó una fuen-te gubernamental.

Durante la contienda electoral, el man-datario suspendió sus tratamientos, reco-nocieron voceros oficiales. “El presidente

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14/4 /2013Es la fecha fijada para las elecciones que definirán al sucesor de Chávez en la presidencia de Venezuela.

“Hugo sigue más vivo que nunca, inspirando las revoluciones de la patria grande, revoluciones que son irreversibles”.Rafael CorreaPdte. del Ecuador

días de enero”, detalló Rafael Marquina. –A Chávez se le aplicaron todo tipo de

tratamientos experimentales, incluso en Cuba se diseñó un antibiótico especial pa-ra él, con la esperanza de que superase la infección, pero no dio resultado –reveló un militar cercano al presidente, quien admi-tió que los últimos días fueron muy duros para el líder bolivariano y sus hijas.

El 18 de febrero, fue trasladado a Cara-cas, noticia que se dio a conocer a través de su propia cuenta de Twitter. Sin embargo, no se dejó ver ni se difundieron imágenes.

–Estuvo consciente casi hasta el final, incluso cuando los médicos le dijeron a sus hijas que sus pulmones ya no iban a recu-perarse –agregó el uniformado.

Luego de haberse reunido el viernes 1 de marzo con algunos colaboradores en el Hospital Militar, el mandatario entró en la fase final de su deterioro, del cual fueron notificados él, sus hijas y el Gobierno. El martes 5 le sobrevino un infarto mortal.

Fue el fin de Chávez. Queda por ver si será el inicio del fin del chavismo.

Comparto con Hugo Chávez dos premisas básicas: una, el socialismo es la manera más ética de gobernar a los hombres; dos, el espíritu bolivariano es una eterna deu-da que tenemos los latinoamericanos con nosotros mismos, con una oportunidad

histórica abortada de ser una sola patria grande, y no diecinueve republiquitas vacilantes.

El problema es que creo que Chávez no hizo socialis-mo de verdad, y que su alarde bolivariano nunca tras-cendió de ser una mixtura de teatralidad y megaloma-nía. En ese sentido, el daño que les hizo al socialismo y al espíritu bolivariano, y de paso a Simón Bolívar, son incalculables, y en lugar de avanzar en la construcción de esas dos utopías, sus 14 años de aventura política terminaron por generar más prevenciones y suspica-cias contra ellas. Chávez desperdició una oportunidad única, en parte por su escasa claridad intelectual, y en parte por un ego mesiánico inmenso que no lo dejaba ponderar consecuencias ni medir implicaciones de lar-go plazo.

Ahora bien, Hugo Chávez es el producto lógico de más de cien años de un modelo económico y un sistema político ilógicos en América Latina, con sus mismas cas-tas gobernantes desde el siglo XIX. Chávez capitalizó el malestar de esas masas enormes de excluidos, que en la mayoría de nuestros países son apáticos e indife-rentes a la política (con lo cual ayudan a eternizar los proyectos excluyentes en el poder) y los convirtió en una fuerza beligerante, decisiva, pero no para construir institucionalidad, sino para alimentar su propia hege-monía autocrática.

El meollo de todo el asunto es que Chávez pregonó el socialismo del siglo XXI, pero lo que puso en práctica fue una mezcla de simple populismo caudillista y al-gunas doctrinas del más rancio comunismo, el de las dictaduras soviéticas y de sus países satélites. Así, en lugar de convocar y aunar voluntades (lo cual hicie-ron socialismos como el noruego o más recientemente el del Brasil) prefirió apelar al peligroso y trasnocha-do libreto de la lucha de clases y la estatización de los medios de producción. Para maniatar a sus enemigos (los ricos, en una visión muy simplista), debilitó todo el aparato productivo de su país, lo puso a depender como nunca del petróleo y obstaculizó los flujos de ca-pitales, siempre con una gran informalidad e improvi-sación en las decisiones. Todo mediado por un culto impresionante a su personalidad, y en medio de una destrucción progresiva de las instituciones para go-bernar él solo en medio de los escombros del Estado.

Experimentos socialistas y bolivarianos fallidos como el de Chávez hacen mucho daño, porque le dan argumentos a la astuta y pérfida derecha, la que nos ha regido siempre, de que es menos riesgoso perma-necer en el statu quo de ser gobernados por ellos (es-tudiados, bien hablados y comportados) y garantes de unas certezas (pequeñas y mínimas, eso sí), que arriesgarse a la aventura totalitaria de un solo hom-bre en el poder.

elanálisisChávez, cómo perdonarte tantoSergio Ocampo M.Periodista y escritor colombiano

ntoM.

Conmoción social. La muerte de Chávez desató escenas de dolor en Vene-zuela. Miles hicieron cola para visitar la capilla ardiente del presidente.

REUTERS

se arriesgó e hizo un esfuerzo máximo por hacer campaña. Venció a Capriles, pero lo hizo al punto de acabar con su vida”, co-mentó un magistrado del Tribunal Supre-mo, quien reconoció que en momentos de la campaña el líder bolivariano se sintió agotado y adolorido.

Luego de ganar las elecciones del 7 de octubre, Chávez optó por descansar y vol-ver a tratarse. No obstante, se dio con la te-rrible noticia de que el cáncer había vuelto con fuerza. No solo le había aparecido un nuevo tumor, sino que este se había exten-dido a varios órganos. “Una reincidencia del cáncer en el mismo sitio es una mala señal, dos ya son catastróficas”, señaló uno de los oncólogos consultados.

La fase terminalEl último discurso público de Chávez en Venezuela se produjo el 11 de octubre, cuando fue proclamado oficialmente ga-nador de las presidenciales. Luego desapa-reció, incluso de las redes sociales, donde solía ser muy activo. El 27 de noviembre volvió a viajar a Cuba. El reporte oficial de entonces aseguraba que Chávez se iba a so-meter a tratamientos complementarios de oxigenación hiperbárica.

Regresó a Caracas el 7 de diciembre y un día después, en una cadena de radio y televisión, informó al país que debía viajar para operarse de urgencia. Como muestra de la gravedad de la situación, ungió por primera vez a un sucesor: Nicolás Maduro.

Tampoco de esa operación (la última) se dieron detalles oficiales. Según Rafael Marquina y otros galenos consultados, le extirparon dos vértebras invadidas por el cáncer y le hicieron un trasplante óseo. Se trataba, a esas alturas, de una medida para paliar el intenso dolor que sufría el coman-dante, quien ya casi no podía caminar.

La operación “fue dura, difícil y com-pleja”, reconoció Maduro el 11 de diciem-bre. Hubo alivio en el Gobierno, porque se temía que el mandatario no saliera vi-vo del quirófano. Sin embargo, la alegría duró poco, porque a los días Chávez co-menzó a sufrir problemas respiratorios debido a una infección de la cual ya no se recuperaría.

–Es una cirugía extremadamente arries-gada y más para los médicos cubanos, que no tienen experiencia suficiente. Chávez se complicó. Tuvo un sangrado y estaba en una situación crítica. Le debieron haber hecho la traqueotomía en los primeros

El 5 de marzo por la mañana, solo unas horas antes de anunciar la muerte de Chávez, Nicolás Maduro dio a entender que su cáncer podía haber sido inoculado. “No tenemos ninguna duda de que llegará el momento indicado en la historia en que se pueda formar una comisión que demuestre que el comandante Chávez fue atacado con esta enfermedad”. Varios médicos calificaron de disparates las afirmaciones del entonces vicepresidente.

Una teoría de la conspiración

Rosa Hermoso, del archivo de El Comercio, colaboró con la elaboración de este reportaje.