el nacimiento de la escritura latina: la escritura en el mundo romano

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3 EL NACIMIENTO DE LA ESCRITURA LATINA: LA ESCRITURA EN EL MUNDO ROMANO A. B. Sanchez 3.1. IntroducciOn La historia de Roma, y, por tanto, la de su escritura, arranca en el alio 754 a. C., en que la leyenda ubica la fundacion de la Urbe por Romulo, y se extiende has- ta el 467 d. C., en que, con el traslado de la sede imperial a Constantinopla, se da oficialmente por concluida la Historia del Liven° Romano Occidental. Son por lo tanto mas de 1200 atios, demasiados para considerarlos como un conjunto homoge- neo. Tradicionalmente, los historiadores dividen la Historia de Roma en tres perio- dos desiguales en cuanto a su duraci6n, caracterizados por el regimen politico: La Monarquia (754-509 a. C.). La Republica (509-29 a. C.), con sus grandes guerras y sus inmensas con- quistas. El Imperio (29 a. C.- 467). Para la historia de la Escritura, sin embargo, esta division, establecida en fun- cion de criterios puramente politicos, no es en absoluto adecuada. En su lugar esta generalmente aceptada otra division, tripartita tambien, fundamentada sobre crite- rios culturales y sobre todo en fund& del grado de evoluciOn del alfabeto. Estos tres periodos son: Ciclo arcaico de la escritura romana (ss. v11-111 a. C.). Ciclo clasico (ss. 11 a. C-HI d. C.). Ciclo nuevo (ss. d. C.).

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Por Ana B. Sánchez Prieto

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  • 3

    EL NACIMIENTO DE LA ESCRITURA LATINA: LA ESCRITURA EN EL MUNDO ROMANO

    A. B. Sanchez

    3.1. IntroducciOn

    La historia de Roma, y, por tanto, la de su escritura, arranca en el alio 754 a. C., en que la leyenda ubica la fundacion de la Urbe por Romulo, y se extiende has-ta el 467 d. C., en que, con el traslado de la sede imperial a Constantinopla, se da oficialmente por concluida la Historia del Liven Romano Occidental. Son por lo tanto mas de 1200 atios, demasiados para considerarlos como un conjunto homoge-neo. Tradicionalmente, los historiadores dividen la Historia de Roma en tres perio-dos desiguales en cuanto a su duraci6n, caracterizados por el regimen politico:

    La Monarquia (754-509 a. C.).

    La Republica (509-29 a. C.), con sus grandes guerras y sus inmensas con-quistas.

    El Imperio (29 a. C.- 467).

    Para la historia de la Escritura, sin embargo, esta division, establecida en fun-cion de criterios puramente politicos, no es en absoluto adecuada. En su lugar esta generalmente aceptada otra division, tripartita tambien, fundamentada sobre crite-rios culturales y sobre todo en fund& del grado de evoluciOn del alfabeto. Estos tres periodos son:

    Ciclo arcaico de la escritura romana (ss. v11-111 a. C.). Ciclo clasico (ss. 11 a. C-HI d. C.). Ciclo nuevo (ss. d. C.).

  • 50 Pane I: Paleografia

    3.2. El ciclo arcaico de la escritura romana (ss. vu-ill a. C.)

    La escritura es uno de los inventos mas geniales de la humanidad, tanto que determina el paso de la Prehistoria a la Historia. Las grandes areas culturales del mundo tienen su propia escritura caracteristica como principal elemento constitu-tivo. Por ello, el proceso de formacion de la escritura latina, la que utilizamos coti-dianamente en el mundo occidental a ambos lados del Atlantic, no puede penna-necer desatendido. Hubieron, sin embargo, de pasar siglos enteros hasta que unos caracteres similares a los que utilizamos en la actualidad sirvieran para materiali-zar la lengua latina.

    3.2.1. Los antecedentes del alfabeto La historia empieza en Sumer y en un tiempo tan remoto que casi podria remon-

    tarse al reino de la fantasia: hacia el alio 3100 a. C. El instinto del hombre para pintar las cosas que vela dio lugar al empleo de cier-

    tos dibujos para ayudarle a recordar y a identificar los objetos y los seres, de modo que paulatinamente se fue estableciendo una correspondencia convencional entre los objetos o seres y ciertos simbolos, y como aquellos objetos o seres ya posefan nom-bres en el lenguaje verbal, se establecie otra correspondencia entre los simbolos escri-tos y sus equivalencias habladas. SurgiO asi una escritura lexica o logografica.

    Sin embargo, un sistema logografico puro tropieza con el inconveniente de que no es posible retener en la memoria un signo para cada palabra; ademas, existen palabras, como los nombres propios, a los que no se puede atribuir un signo. La solucion mas ob via es recur& a la fonetizacien de algunos signos, a los que con-vencionalmente se atribuyen valores silabicos. Surgieron asi los sistemas logosi-labicos, de los cuales el mas antiguo conocido es el empleado en Uruk, en la Meso-potamia meridional, hacia el 3100 a. C. De aqui se abri6 paso hacia occidente, a Egipto, donde un sistema estructuralmente muy similar se utilize desde el alto 3000. Desde luego, a partir del sistema sumero-acadio y del egipcio se elaboraron otros, pero, dado que no tuvieron transcendencia para la formaciOn de la escritura latina, se omiten en este lugar.

    La escritura egipcia se componfa de una enorme cantidad de signos lexicos, mas 24 signos foneticos silabicos con una consonante y otros 80 mas con dos o mas consonantes, con la particularidad de que, por economia, se utilizaba el mis-mo signo para notar una detenninada consonante con cualquier vocal.

    A partir del silabario egipcio de 24 signos se cre6 el silabario semitico occi-dental. La innovacien consistfa en eliminar del sistema egipcio todos los signos lexicos y los signos foneticos de mas de una consonante, quedando aquel limitado en la practica a un pequefio flamer de signos silabicos abiertos; pero, como cada signo representa a una consonante determinada con una vocal cualquiera, puede considerarse tambien como una escritura consonantica. Como puede verse, no es una innovacion revolucionaria, pero sf un paso muy importante. La interpretacion habitual es que las formas de la escritura semitica derivaron de la escritura egipcia

  • Cap (tub 3: El nacimiento de la escritura latina 51

    (en cualquiera de sus modalidades: jeroglifica, hieratica o demotica); despues, los valores de los signos verbales egipcios se habrian traducido a la lengua semitica, dan-do nombres a los mismos signos, y, finalmente, por el llamado "principio acrofoni-co", de los nombres se derivaron los valores de los signos. Asi, el signo epipcio para casa (pxrx) se denomino en semitico beth, y de ahi asumie el papel de la tetra 13.

    La estructura consonantica de las escrituras semiticas, de las cuales la mas para-digmatica es la de Biblos, se debe a la naturaleza de las lenguas que notaban, en las cuales las palabras tienen una raiz consonantica pura, mientras que el nemero, el genero y la funci6n gramatical se indican mediante la vocalizaciOn.

    Los griegos debieron de entrar en contacto con esta escritura fenicia hacia fina-les del siglo x a. C. y la utilizaron para notar su propia lengua, pero con un cam-bio de una importancia radical: junto a las consonantes y en pie de igualdad con ellas empezaron a notar tambien las vocales. Asi, aprovecharon las laringales feni-cias que no tenian empleo en griego para hacer con ellas signos que representaron a las vocales. Se habia inventado el alfabeto.

    Por fin, los griegos occidentales llevaron su escritura a la Peninsula Italica. Aqui, las letras griegas se adaptaron a las distintas lenguas y dialectos hablados en la Peninsula, que pueden constatarse gracias a un corpus epigrafico no muy abun-dante, pero Si suficiente, del siglo v11 al I a. C. (Fevrier, Histoire de l'ecriture). De todos los pueblos asentados entonces en Italia, el que consigui6 un mas alto grado de civilizaciOn fue el etrusco, establecido en la actual Toscana (ver figura 3.1). Hablaban una lengua no indoeuropea de origen mediterraneo con influencias euro-peas considerables, por lo que se piensa que los etruscos eran mas bien un corn-plejo etnico y cultural formado en la propia Etruria.

    Figura 3.1. Lapis Niger del Foro Romano. Su escritura es bustrofedica, y cada linea sigue un sentido diferente. En la quinta linea puede leer-se claramente, de izquierda a derecha, la palabra regei, donde puede apreciarse la R aim sin coda y la 6 en forma de C.

  • 52 Parte I: Paleograffa

    La inmensa mayorfa de los textos conservados son de caracter sagrado y sobre todo funerario (el mas largo es el llamado "Libro de lino de Zagreb", que contiene una enumeracion de las distintas ceremonias religiosas que debfan celebrarse a lo lar-go del alio). Ademas, los etruscos desarrollaron una curiosa pasiOn pot los alfabetos, que grababan o pintaban en vasos, marfiles, piedras o paredes de tumbas; se trata de alfabetos puramente teoricos, ya que conservan letras de origen fenicio que cared:an de correspondencia fonetica en la lengua etrusca y que jamas se encuentran en los textos incisos o pintados. Es posible que, sobre todo los que se encuentran en turn-bas, tuvieran una finalidad en cierto sentido magica, como si constituyesen el ins-trumento de los dioses para expresar sus oraculos. Y esto, unido a la complejfsima ritualizacion religiosa de la cultura etrusca, deja entrever que la escritura estaria res-tringida a la clase aristociatica de la que salfan los sacerdotes y los athspices.

    3.2.2. El primer alfabeto lan no

    De los etruscos, los romanos, como los otros pueblos ithlicos, aprendieron, hacia la mitad del s. NM a. C., las letras, readaptdndolas de nuevo a su lengua indo-europea. No fue facil, porque los etruscos carecian de ciertos sonidos muy habi-tuales en latfn, como la gutural sonora (G), de modo que durante varios siglos el mismo signo (C) represent() los dos sonidos guturales (y, hasta que a alguien se le ocurrio reservarlo para el sordo y ailadirle una pequefia virgulita para represen-tar el sonoro: habfa nacido nuestra G. Otras modificaciones practicadas entre los siglos VI y Iv a.C. para adaptar las letras tomadas del etrusco a la fonetica latina fue la utilizacion de la digamma (F) para el sonido labiodentalf y la desaparicion momentanea de la Z, que reapareceria despues para transliterar palabras griegas. Se habfa creado asf el alfabeto latino, que constaba de 21 letras (ver figura 3.2) mas tres empleadas como numerales (0, (1), x); poco a poco fueron produciendose cam-bios de tipo estetico, como la supresi6n de los trazos horizontales superior e infe-rior de la H, el quinto trazo de la M y la adicion de una coda a la P (=p) para que no se confundiese con la r (=n).

    Desafortunadamente, todos los testimonios escritos conservados son de cathe-ter epigrafico (cuya evolucion natural serfa hacia las formas monumentales de desa-rrollo pausado), pero por fuentes indirectas conocemos la existencia de escritos sobre materiales blandos o ejecutados con pincel o quiza con calamo: son los libri lintei (thitulos de tejido de lino, como los etruscos), en los que se escribfan las actas de las corporaciones sacerdotales, las tabulae dealbatae, con las listas de magis-trados, que conservaba el Pontifex Maximus, y documentos pablicos escritos sobre pieles, a la usanza griega. En el ambito privado, la escritura se utilizaba dentro del entorno gentilicio (genealogfas de "gentes", oraciones fanebres, inscripciones cele-brativas de antepasados...) y, a un nivel mas bajo, para inscripciones de posesion dedicadas a objetos de uso cotidiano (hebillas, tablillas devocionales...). Pero, aun-que la escritura era ya algo habitual, su difusi6n social era min extremadamente restringida, porque en la practica su uso se limitaba a dos clases sociales: la sacer-

  • EsclityLA arierAL r M iv\ Ear P

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    \be L 1 z Figura 3.2. Alfabetos arcaico y capital en sus diferentes modalidades.

  • 54 Parte I: Paleografla

    dotal (recordemos que los sacerdotes no solo desempefiaban funciones religiosas, sino tambien polfticas) y la gentilicia.

    Hasta el s. lIla. C., la escritura es esteticamente irregular en su trazado, pero enton-ces, acaso por la influencia griega, entra en un proceso de regularizacion: se inscri-be en un sistema bilinear, las formas se geometrizan y se acentila el claroscuro de las lfneas mediante la incision triangular en la piedra. El resultado fue la cristalizaciOn del proceso en las armOnicas y elegantes formas de la capital clasica.

    3.3. Ciclo clasico de la escritura romana (ss. ti a. C.-in d. C.) A partir de finales del s. In a. C. empieza a escribirse mas en Roma y, por lo

    tanto, tambien a leerse mas. Las inmensas conquistas de Roma hacian necesaria una administracion bastante perfeccionada, y la explotacion econOmica de las pro-vincias inevitablemente dio lugar a una nueva clase de comerciantes y empresarios que necesitaban la escritura para el desempefio de su profesi6n.

    Ademas, muy pronto la influencia cultural griega comenz6 a ser enorme ("Grae-cia capta ferum victorem cepit") lo que propici6 (aunque no hay que descartar la etrusca en los siglos anteriores) que entraran en Roma colecciones de libros grie-gos (muchas de ellas rapifiadas por los generates victoriosos), al socaire de los cua-les tiene lugar el nacimiento de una verdadera literatura nacional latina, basada en modelos helenicos. Se incremento notablemente en cantidad y calidad la produc-chin y el comercio del libro latino, de modo que ya durante los illtimos arios de la Republica, y presagiando la epoca augustea, se puede encontrar en Roma una acti-vidad editorial y comercial muy intensa. Este novus liber, es decir, el volumen lati-no de gran calidad y destinado a la lectura culta, heredado del mundo helenistico, esta constituido por un rollo de papiro de la maxima calidad, con el escrito dis-puesto seglin una estudiadfsima paginaci6n y con formas graficas cuidadas y ele-gantes. Para leerlo se tomaba el rollo en la mano derecha y se iba desenrollando con la izquierda, con la que se sostenfa la parte ya leida, de modo que, cuando se terminaba de leer el rollo, quedaba envuelto todo el en la izquierda; en los libros de lujo se usaban palillos para envolver el volumen, de uno de cuyos extremos pen-dia una etiqueta de identificaciOn. Cuando la obra completa ocupaba varios vol.& menes se guardaban todos juntos en una caja cilindrica llamada capsa.

    Durante la epoca cesariano-augustea, el incremento de la produccion literaria latina corre parejo al incremento de la alfabetizacion del pueblo en general. Como curiosidad, diremos que primero se aprendfa a escribir y posteriormente a leer, por lo que podfan encontrarse individuos que supieran escribir pero no leer. En reali-dad, la lectura era una actividad bastante complicada. Para empezar, como la escri-tura era continua, es decir, sin espacios entre las palabras, impedfa la inmediata identificacion de las palabras y, por lo tanto, dificultaba la comprension del senti-do de la frase. Aunque no era desconocida la lectura silenciosa, tal y como se prac-tica actualmente, lo normal es que fuera en voz alta, cuidando esmeradamente el ritmo de b declamacion y de h respiracion (por lo que era estimada de alto valor

  • Capitulo 3: El nacimiento de la escritura Latina 55

    terapeutico), y acompanada de movimientos del cuerpo. De todas maneras, el incre-mento de la alfabetizacion dio lugar a la aparici6n de un piiblico de escaso nivel cul-tural, pero capaz de leer, que leia por voluptas, es decir, por placer, un libro de poca calidad tanto literaria como material. Hay noticias de libros en los que el "campo librario" estaba ocupado principalmente por imagenes (a veces imagenes que hoy considerariamos pornograficas), limitandose el texto a lo estrictamente necesario.

    La produccion del libro se hacia en talleres en los que trabajaban copistas, muchas veces esclavos, que daban al pliblico lo que podrfan llamarse ediciones "manuscritas", cuya tirada tenfa que set necesariamente muy reducida. El mas cono-cido de los editores del mundo romano fue Tito Pomponio Atico, contemporaneo y gran amigo de Cicer6n, de cuyas obras tenfa el monopolio, aunque desde luego durante la Antigtiedad no existio nada parecido a los derechos de ediciOn o a los derechos de autor; en realidad, se consideraba que, una vez que una obra se daba al pablico, era de patrimonio coman y podia reproducirse y venderse libremente.

    El libro se vendfa en las tabernae librarieae, que, como los otros negocios, se abrian a la calle; en las jambas de las puertas se colgaban carteles y avisos o se exponia el propio genero. En su interior a menudo tenfan lugar tertulias de inte-lectuales o mas Men de pseudointelectuales.

    Pero, mas que las librerias, el punto de encuentro de todos aquellos que bus-casen una discusi6n cientifica o literaria era la biblioteca. La primera biblioteca pfiblica de Roma the fundada en el alio 39 a. C., y en el siglo Iv la Urbe contaba con no menos de 28 de ellas, y tambien numerosos municipios de las provincias estaban provistos de instalaciones bibliotecarias de catheter pablico. La posesion de una biblioteca privada estaba muy reputada como signo indicador de un alto nivel social, y de hecho son relativamente frecuentes las satiras sobre nuevos ricos que adquirian enormes cantidades de libros que eran incapaces de leer.

    Que la escritura se convirtiera en algo cotidiano tenia necesariamente que tener consecuencias sobre las formas de las letras. La escritura utilizada siempre es la misma (hoy la Ilamamos "capital"), pero su aspecto es diferente segon la funcion que se atribuia al texto y segan la velocidad con que se ejecutaba (figura 3.2).

    Para las escrituras de exposicion o los textos mas cuidados, el proceso de nor-malizacion iniciado en el siglo II dio lugar ya en la epoca cesariano-augustea a unas formas canonizadas, que actualmente conocemos como "capital clasica", caracte-rizadas por la geometrizacion de las formas segan angulos rectos y arcos de elip-se muy proximos a secciones de circunferencia, la absoluta uniformidad del modu-lo y del disefio de los elementos graficos singulares, con un perfecto encuadramiento bilinear, y un claroscuro sobre un eje oblicuo producido por la altemancia de trazos gruesos y finos. Naturalmente, las distintas tecnicas empleadas, segfin se tratase de una incision hecha sobre la piedra con un cincel o de un dibujo trazado sobre papiro con pincel o con calamo, imponian ciertas diferencias en el resultado: asi, en las ins-cripciones, el claroscuro se consigue mediante la ejecucion del surco en forma trian-gular, y los extremos de los trazos presentan ligeros alargamientos en forma de espatula, mientras que sobre el papiro estos alargamientos en forma de espatula se traducen en gruesos tracitos complementarios al final de los trazos principales o en

  • 56 Parte 1: Paleografi'a

    ligeras curvaturas en forma de gancho; la tendencia al deslizamiento del pincel o del calamo se presta a reducir los angulos rectos de la capital epigrafica a ligeras curvaturas (figura 3.3).

    Figura 3.3. Esmitura capital rastica. Virgilio, Eneida, II, vv. 191-198. (Tornado de I. Kirchner, Scriptura Latina Libraria, Lam, Ia.)

    Hasta el s. ill d. C., la escritura capital clasica es la dnica empleada para los libros de lujo; se caracteriza por la espontaneidad y la viveza de la ejecuci6n y del disetio. Pero, aunque la producciiin libraria debi6 de ser variada y floreciente, los testimonios supervivientes son escasos y fragmentarios debido a la escasa durabilidad del mate-rial sobre el que fueron escritos. A partir del s. IV d. C., la capital clasica se enfrenta a la irrupciOn de numerosas novedades en el mundo de la produccion libraria, como la generalizaciiin de un nuevo format de libro, el co

    -dice, elaborado con una materia nueva, el pergamino, y sobre todo a la utilizacion de las escrituras de tipo mindsculo, de ejecuckin mas Mei" y rapida. De esta epoca se conservan muchos mas testimonios, entre ellos algunos codices integros o casi integros de los clasicos latinos, sobre todo de Virgilio, pero la capital ya no presenta la espontaneidad de antes y ha cedido ante una exasperada estilizacion caligrafica (por lo que ha sido calificada como "elegan-te" o "quadrata"), con constantes cambios de Angulo en el trazado. Todo invita a sos-pechar que se trata de una imitaciOn consciente de modelos mas antiguos, dentro de un renacer cultural de signo tradicionalista que poi-11a a la clase senatorial, de religiOn pagana y aferrada a sus clasicos, a la nueva literatura cristiana, que desde el principio habla optado por las nuevas escrituras mindsculas (Figura 3.4).

    Durante el period en que la capital fue la iinica escritura utilizada, para los usos cotidianos o privados (correspondencia epistolar, documentos administrati-vos, cuentas e incluso copias de obras literarias para el uso privado), se empleaba la misma escritura, pero con una ejecucion mucho mas rapida y descuidada, lo que le da un aspecto desarticulado; como ademas se utilizaba un instrumento puntia-gudo, el claroscuro es inexistente. Se la conoce con los nombres de "capital cursi-va" o "comtin clasica". De todas maneras, las formas de algunas letras se vieron

  • Capital() 3: El nacimiento de la escritura latina 57

    Figura 3.4. Escritura capital elegante. Virgilio, Georgica, I, vv. 161-168, Codex Augusteus. (Tornado del. Kirchner, Scriptura Latina Libraria, Lam. 2.)

    modificadas por la tecnica de ejecucion del esgrafiado: cuando se rasca una super-ficie dura, como una pared enyesada, una tabla o un tronco de arbol, los trazos mas ladles de realizar son los verticales descendentes, mientras que los horizontales son de trazado incOmodo, y las curvas, sumamente dificiles, de donde resulta la tendencia general de los signos a la verticalidad y la desarticulaciOn. Ademas, hay cinco letras muy caracteristicas:

    A con traviesa dispuesta en sentido vertical u oblicuo en lugar de horizontal:

    A A

    0 abierta por abajo o en forma romboidal:

    A 0

    R abierta:

    E y F trazadas en dos trazos paralelos, seglin un proceso evolutivo recons-truible de la siguiente manera:

    EII F

    En cualquier caso, era muy dificil que esta escritura "comon" se estancara en formas cristalizadas por la frecuencia de su uso, y, asi, en los grafitos pompeyanos del s. I a.C. se encuentran nuevas formas de cattier netamente cursivo pero con una influencia decisiva de las formas canonizadas de la escritura capital clasica.

  • 58 Pane I: Paleagrafia

    En los casos de B y D, el proceso de simplification de aquella se produce de la siguiente manera:

    En la B se aprecia la fusion de los trazos 1 y 2 (el traza vertical inicial y la base) por una parte y, por on, la de los trazos 3 y 4, que formaban los ojos, dando lugar a una forma denorninada "b vuelta a la izquierda":

    B's,i 3 1-* En el easo de la D, se funden el asta y la base:

    D

    Lo que ocurre en estos casos es que los angulas se han reducido a curvas, lo opuesto a la que ocurre can ci esgrafiado sabre materias duras, y es que esta transformacion debni de operarse en las tablillas enceracias a acaso en In escritura con calamo de punta aguda sobre papiro.

    En los siglos I a. C. y T d. C., la capital cursiva, como resultado que cra de escri-bir constante y corrientemente durante much() deny las formas de la capital chi-sica, adquirie un aspect bastante tipificaclo, aunque no par ello definitivo, cuyas caracteristicas principales son la tendeneia a la cuatrilinearidad (y por tanto a las formas preminisculas), Ia ausencia de ligaduras (al menos durante todo el s. I d. C.) y la inclinacion a la derecha. El tingulo tiene la misma orientacion que en la capi-tal elasica, aunque es alga mas abierto: el ductus es el mismo, pero con un trazado mas ligero, y el modulo, menor. Ademas, al contrario que la capital clCtsica, es una escritura sin apenas contraste entre los trazos linos y los gruesos. (Las formas de las letras individual -es son dificiles de determinar, dado el caracter cursivo y, tide-mas, entre la capital clusica y la mas cursiva de las cursivas hay una infinidad de puntos intermedios; las lads habituates pueden verse en la figura 3.2.)

    3.4. Aparicion de las tetras mintisetilas

    El siglo in lee testiga de los rnayores cambios de] mundo romano: Politicamente es el siglo de los emperadores militates (235-315), generales de fortuna originarios de las provincias y actlarnados por e] ejercita, entonces transfonnado en un factor decisivo de poder. Casi todos ellos fueron asesinacios tras un breve perio-do de gobicmo, hasta que Diocleciano puso en marcha una serie de mcdidas destinadas a descentralizar a admit nistracion: elevo a Mani-nano a la clignidad de Augusto (=emperaclor) y ambos aclop-taron a los prefectos de sus respectivas guarclias pretorianas. Galeria y Constancio, ()tor-gtindoles los titulos de Cesares (=sucesores). Quedaba asi instaurada la Tetrarquia, y el Imperio se dividia en dos partes netarnente separadas: el Occidente, de cultura latina, y

  • Capin do 3: El nocimiento de lo eserinow lot ii 59

    el Oriente, de cultura griega. La Tetrarquia fracas() par las contradicciones internas de Li politica dinastica, que enfrentaba a unos contra otros, pero, cuando finalmente Cons-tantino (307-337) logra itnponerse sabre sus adversarios, llega a su maxima apogeo la coacentracion de poder: Sc impone un rigido ceremonial cortesano destinado a resaltar cl caracter divino del Emperador, y a el quedan subordinados threctamente el Ejereito, los prefectos de las euatro partes del Imperio, el Consejo de la Corona y los prefectos dc Roma y Constantinopla. Es verdad qua el Emperador se ve en la necesidad dc reco-nocer quc el mum de gravedad del Imperio se ha desplazado hacia el Oriente, hasta el puma de que la capitalidad se traslada a las orillas del Eidsforo, pero no porello el Impe-rio esta dispuesto a renunciar a su romanidad, y dc hecho de csta epoca data la mayor expansion de la lengua latina pare! Mediterraneo oriental.

    Sin duda, la situacion puede definirse eon mitt (Mica palabra: crisis. Pero se tra-m de una crisis de crecimiento, porque con Diocleciano se inatuturan nuevas for- mas de vida que van desde on nuevo ordenamiento politico, militar y adtninistra-tivo hasta la gran expansion de la lengua latina y, con ella, de la escritura romana por todo el territorio del Imperio.

    Ademas, a cllo hay que afiadir la creciente pujanza del cristianismo. Poco poco, la Iglesia habfa ido ganando en fuerza y creciendo enormemente en numero de miembros; el latfn se habia convertido en la lengua tidal de la cristiandad en Roma, desplazando al griego, y la literatura cristiana alcanza un volumen consi-derable, afiadiendo a los tratados doctrinales, apologeticos y dithicticos, los pri-meros versos de la poesfa cristiana.

    3.4.1. Cattibios e.vcriturarios

    Coincidiendo con este siglo en que se opera la mutacien wits completa y drama-tica del mundo antiguo, tiene lugar en el terreno de la historia de la escritura un pro-ceso de cambio grafico no menos decisivo: a traves de una evolucion muy comple-ja y no exenta de coatradicciones y saltos antis, el sistema escriturario latino adquirio su forma final y definitiva, al crearse el doble sistema dc maytisculas y minfisculas clue aim se conscrva, articultinciose en una viva y variada dialectica de signos grab-cos que darfin vida a todas las formas posteriores de la escritura latina. Sc trata de la aparicion de la escritura roimiscula, construida sethin on esquema cuatrilinear. He-cutada coo on fingulo distinto del de la capital y pot- lo tanto con una orientacion dis-tinta de los trazos finos y gruesos, y, en fin, con una morfologia tan distinta de la de la capital que es dificil notar a primera vista cam se pudo pasar de on sistema il otro. Se puede decir, en definitiva, eon todo derecho, que este cambia constituye indocia-blemente ''ono de los momentos Inas importantes de ia escritura latina, porque deter-mina directamente el modo de escribir a mano e impreso en tocias las epocas sucesi-vas en el hemisferio occidental" (R. Marichal).

    Sin embargo, hasta hay, el problema de sus motivaciones y el proceso de so formacion no estfin suficientemente clarificados, en pane por la escasez relativa de los testimonios conservados, que no permite sino vislumbrar el fenomeno a traves

  • 60 Pane I: Paleografia

    de un proceso de deducciOn casi detectivesco. Quiza por ello haya sido la cuestiOn central de la investigaciOn paleografica de la segunda mitad del siglo xx.

    Sevin una opini6n generalmente aceptada entre la escuela francesa, el papel catalizador del cambio corresponde al angulo de escritura. De hecho, frente al angu-lo de 45-50 grados de la capital clasica, las nuevas escrituras mintisculas reciben la maxima anchura de la pluma en los trazos verticales, lo que significa que el angu-lo se ha abierto hasta aproximadamente los 90 grados, y esto es un hecho indiscu-tible. Ello Ilev6 a los paleografos franceses a especular sobre la mutacion del sopor-te, acaso relacionada con el paso del volumen al codex, o sobre la forma de sostener el calamo o una diferente manera de tallarlo. Sin duda es la primera explicaciOn la que resulta mas atractiva: el nuevo format) de libro, el codice, permite una mayor libertad de manejo entre las manos que el formato antiguo, el rollo, que debia ser sostenido rigidamente sobre las rodillas. El cOdice, en cambio, podia girarse entre las manos y mantenerse en Angulo con respecto al torso del que escribe, lo que no solo alteraria el angulo de escritura, sino que tambien facilitaria la transformaciOn de la morfologia de las letras hacia sus formas mintisculas. Sin embargo, aunque es innegable que el cambio de angulo de escritura varia la relaciOn entre los trazos gruesos y los finos de la letra, no puede intervenir en la modificaciOn del ductus, y, de hecho, el texto mas antiguo conservado en letra mintiscula, conocido como Epitome Livii, esta escrito sobre un rollo de papiro.

    Tambien es posible que en el proceso de mutacion de las formas maytisculas hacia las miniisculas tenga cierto peso el gusto por las formas redondeadas, cuya causa pueda acaso buscarse en la posible influencia de la escritura griega sobre la latina. Pero aun siendo atractiva la hipOtesis helenista, esta podria afectar a la call-grafizacion de las formas mintisculas ya formadas, pero no a su apariciOn.

    El otro tema de discusion se centra sobre cual es la sede del cambio grafico: si la escritura libraria o la cursiva. Pero en realidad esta polemica, propia de los primeros estadios de la investigaciOn, se ha superado ya, y la sede del cambio grafico se situa

    i...] en la totalidad de la escritura usual, no en una u otra variante (documental y libraria) de las que han sido establecidas por los que no reconocen la unidad sustancial [...] En esta escritura usual, es deeir, en las variadisimas escrituras individuales en que coneretamente se expresa, las tendencias eursivas y cali-graficas se entrelazan, se sobreponen, se alternan en una serie de puntos inter-medios entre estos parametros, ya adaptando al trazado caligralico formas ori-ginadas en la espontaneidad cursiva, ya trazando rapida y eursivamente signos de formaci6n ealigrafica (G. Cencetti).

    Si aqui la evoluciOn de la cursiva y de la libraria se exponen por separado es por motivos pedagOgicos.

    3.4.2. La transicion en la escritura cursiva

    La escritura cursiva entre los siglos I y iii constituia un terreno extraordinaria-mente fertil, pleno de dinamismo y variedad, no solo en funciOn de las distintas

  • Cap (tub 3: El nacimiento de la escritura Shia 61

    areas geograficas, sino tambien, y sobre todo, en funci6n de la categoria social y el nivel cultural de las personas que utilizaban la escritura (y al utilizarla la modi-ficaban), desde los altos funcionarios de la administraciOn imperial a los semialfa-betos. Era por tanto un entorno mucho mas apto que el de la escritura libraria para las innovaciones y, en consecuencia, para la aparici6n de las variantes greficas, esto es, la existencia de formas distintas para una misma letra en sincronfa.

    Las variantes graficas aparecen cuando por motivos de economia grafica se pro-ducen alteraciones del ductus originario por la fusiOn, la absorci6n o la inversion del sentido de algunos trazos con el fin de ejecutar una letra de manera mas rapida y por lo tanto mas eficaz. A veces no se producen autenticas alteraciones del ductus, sino pequthas modificaciones morfologicas. Un hecho importante es que en sucesivos estadios de evolucien las distintas formas pain una misma letra divergen ma's y mas. Desde luego, la alteracien del ductus no se produce simultaneamente en todas las letras del alfabeto, y cada una de ellas tiene una historia distinta de las demas.

    A modo de ejemplo, y por ser una de las letras ma's controvertidns, se incluye La sucesiva apariciOn de variantes graficas para la letra B: Es una de las composi-ciones graficas de mayor complicacien por la fuerte oposicion de la forma antigua b "vuelta a la izquierda" y la nueva "vuelta a la derecha". Junto a la b comtin apa-rece otra de ductus poco diferente pero de desarrollo mas pausado, con un ojo que se inclina respecto a la base de la escritura. En el siglo iii, a partir de la primera for-ma se produce una ulterior cursivizacien: con la inversion del ductus de la segun-da seccien, los dos tiempos se subsumen en uno solo. En la forma 2 sucede algo parecido: el ataque de la letra se hace desde arriba, desde lo que antes era el trazo 3, de modo que se funde en un solo tiempo con los trazos 1 y 2, permaneciendo el 4 invariable:

    En otras letras se produce una evoluciOn similar, de modo que poco a poco van apareciendo variantes graficas para casi todas las letras: una forma mas cursiva de tipo maytisculo y otra de desarrollo mas pausado y tendente a la cuatrilinearidad.

    Durante largo tiempo, las variantes asl producidas se utilizan de forma indis-tinta por los escribientes, dependiendo naturalmente de las preferencias individua-les y de las exigencias de velocidad en el trazado, y como consecuencia se pueden encontrar dos o mas formas distintas para una misma letra en el mismo texto. Aho-ra bien, a principios del siglo Iii tiene lugar un proceso de condicionamiento entre los hechos graficos y el sistema, cuando, a causa de una especializacien del empleo diplomatic, se observa cam en el interior de las cancillerfas se produce la selec-clan de las letras de trazado mas cursivo, lo que demuestra que en la conciencia de

  • 62 Parte. I: Paleografia

    los escribanos mds espeeializados de las cancillerfas la serie de variantes mas cur-sivas era sentida ya eomo opuesta a la de variantes mas pausadas, clentro de un pro-ceso de tipifieaeion caligrafica. Dentro de la Cancillerfa Imperial, el proceso de estilizacion extrema, a traves de una elaboracion consciente, dio lunar a una escri-tura de aspecto artificioso y amanerado, consistente esenciahnente en el alarga-miento ulterior de los trazos y la asimilaeiCin de las letras junto con la desarticula-ciOn de sus seceiones. Es lo que habitualmente se conoce como "litterae caelestes".

    Fuera de las cancillerfas, durante algUn tiempo, se siguieron empleando indis-tintamente las formas cursivas y las pausadas, pero, poco a poet), por oposicion a la opcion profesional-cancilleresca, se hace cada vez mas frecuente (y finalmente exelusiva) In utilizacion de las variantes Inas pausadas, sentidas ya por los escri-bientes eomo constituyentes de una serie distinta de la de la otra escritura.

    El resultado es que desde finales del siglo In se percibe una elara contraposi-clan entre las dos tendencias eseriturarias desde el punto de vista morfologieo y estruetural, hasta el punto de que se ha hablado de una situacion de "esquizogra-(la". Finalmente, el edieto de Troveris de los emperadores Valentiniano y Valente (a. 367) prohibit) la utilizaeion de la escritura profesional-cancilleresea, que que-daba reservada a la eancillerfa imperial. Pero sin duda el edieto de TEC:veils venfa a sancionar de jure una realidad existente ya de facto, por lo que haeia esta epoca la serie de letras cursivas maytisculas debfa de haber sido abanclonada ya en las provincias. Es posible que hacia el siglo m se hubiera proclucido un relevo en el orden buroeratico: la sustituciOn de una clase de scribae y funeionarios conserva-dora por otra nueva y distinta, acaso fruto de la progresiva militarizacion de la hum-craeia romana, que no serfa otra eosa que el reflejo en el inhbito burocratico de los profundos cambios operados en los ordenes politico y social. La mutacion de la escritura encontrarfa asf su puesto dentro de las reformas predioclecianas y cho-clecianas.

    3.4.3. La transicion en la escritura libraria

    Para percibir la evolueion de la escritura libraria liabra de fecordarse, ante todo, que la evolucion desde la maytiscula a la mintiscula se produce simulttineamente tan-to en las escrituras cursivas documentales eomo en aquellas formas ma's pausadas utilizadas en los borradorcs y 'lotus personales de aquellas personas que, en plena posesion del medio tecnico de la escritura, estaban mas habituadas a la escritura libra-ria clue a la documental, y es que las formas minfisculas se van incorporando a la call-grafizackin libraria de forma paulatina y segtin una tendencia esponninea.

    Las fuentes a partir de las euales suele estudiarse el proceso de adaptacion de las formas minfiseulas a la escritura libraria son dos: El primero es un fragmento membranticeo de un eadiee de los tiltimos anus del s. I d.C., ballad() en Oxyrinchus a finales del siglo pasaclo y conservado en el British Museum, que contiene las chez primeras Micas de un folio escrito por el recto y por el verso con un text por lo demas desconocido en el que figuran los nombres de Filipo y Antfoco, de donde

  • Cup Iii 3: El nachniento de la escritura lutina 63

    ha recibido el nombre de De Bet/is Maceclonicis; su escritura no es la capital chili-sica ni la comfm clasica, sino un tipo especial, constituido por Pa combinaciOn de elementos de Pa capital y de la cormin (figura 3.5). El primer ejemplo dc escritura ininsculalibraria se encuentra en an fragment de papiro de un rob o del siglo iii clue contuvo el Epitome Livid, cuya escritura se inscribe claramente en el sistcma cuatrilinear (figura 3.6).

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    TV Figura 3.5. Fragment() del De Dellis Maredonicis, recto. Calco.

    Figura 3.6. Fragment() del Epitome Livii.

  • 64 Parte I: Paleografla

    Es muy probable que en este proceso de caligrafizacion de las mintisculas el cristianismo tenga mucho que vet Para esta epoca, la Iglesia habfa crecido no solo en ntimero de miembros, sino tambien en su produccion literaria. Pero el cristia-nismo se movia en un mundo lleno de libros paganos escritos en capital. Habfa que crear bibliotecas cristianas en lengua latina que se diferenciaran claramente de la literatura pagana, pero que al mismo tiempo resultaran familiares para una con-gregacion acostumbrada al griego.

    Pero, ademas, habia factores economicos que tambien han de ser tenidos en consideraci6n. La escritura capital es de una excelencia grafica singular cuando se contempla en su maxim() nivel estetico, pero, soberbia en su apariencia, era costo-sfsima de trazar, y mas a medida que los escribas de mayor talento iban ahadiendo sus toques personales, hasta Ilegar a crear la variante elegante o quadrata. Ahora bien, la extrema lentitud de su trazado, con sus constantes cambios de angulo, hada necesario su reemplazo en los textos mas modestos por unas formas mas simples, de trazado mas "econOmico". Y como un retorno a las formas mas antiguas debfa de parecer muy pobre para los ojos mas habituados, y porque sencillamente la escri-tura no puede permanecer estatica, que mejor que volverse a la escritura usual, que con sus formas redondeadas era mas agil de trazar, para hallar un nuevo modelo para la escritura de los libros menos lujosos.

    Se forma asf un tipo de escritura bien definido, conocido con el nombre de mithiscula primitiva (o semiuncial arcaica, si bien este nombre no es muy apro-piado), atin no tipificada, pero de gran claridad y precisi6n, que venfa a Ilenar el hueco existente en las escrituras librarias. Aparte de la morfologfa de las letras, el angulo es su principal caracterfstica: los trazos verticales reciben la anchura total de la pluma, como en la escritura griega contemporanea, y la variante inclinada puede considerarse como una imitaci6n de la escritura griega inclinada.

    La adopciOn de la apertura del angulo a la usanza griega, junto con los ele-mentos griegos de los textos, hace suponer que el nacimiento de esta nueva escri-tura se produjo en Oriente. Si se tiene en cuenta la considerable cantidad de textos legales transmitidos en este tipo de escritura, es muy probable que la escuela lati-na de leyes de Berytos (Beirut) desempehiara algtin papel si no en su formacion, si al menos en su difusion durante los siglos iii y Iv. Mientras tanto, en Occidente, el cambio librario parecio resentirse bastante poco de estas innovaciones, al menos durante el siglo iii, pues todo lo mas se encuentran formas mintisculas individua-les dentro de alfabetos mixtos en algunas inscripciones africanas e italianas.

    3.5. La nueva escritura romana

    A partir de la nueva escritura, empezard un proceso de tipificacion y canoni-zacion caligrafica con dos tentativas distintas: la primera, la uncial, concluy6 el proceso de canonizacion; en la segunda, la semiuncial, el proceso fue interrumpi-do por la ruptura de la unidad escrituraria del mundo romano.

  • Capital() 3: El nacimiento de la escritura latina 65

    3.5.1. La escritura uncial

    La primera de las escrituras del nuevo sistema es la uncial, conservada en mas de 500 manuscritos de los siglos Iv al VIII, Si bien se supone que sus oh-genes pue-den retrotraerse hasta el siglo II, pues ya de esta Epoca se encuentran formas uncia-les aisladas en algunos textos. Su importancia radica en que esta escritura fue en buena medida el vehiculo transmisor de la cultura clasica a la Edad Media, y, aun-que no en solitario, el depOsito de la cultura cristiano-latina; de hecho, esta nueva escritura, acaso primeramente extendida entre los cristianos de Egipto, se convir-tin (junto con la semiuncial) en la escritura oficial de la Iglesia cristiana: de todos los manuscritos conservados, ningfin fragmento de la Biblia esta escrito en capital romana, mientras que si son relativamente abundantes los textos literarios paganos conservados en este tipo de escritura.

    En realidad, la uncial es todavia una escritura mixta: las letras que constituyen este alfabeto no tienen unidad de origen, no adoptan formas precisas y no fueron incorporadas al mismo tiempo para la constituciOn de dicho alfabeto (figura 3.7). Tienen formas maytisculas (la mayoria), formas mintisculas (h, 1, q) y cuatro for-mas caracteristicamente unciales (a, 4 e, rn) que, aunque desde luego no son muchas, al menos confieren su personalidad al sistema. Las formas que se consideran mas cumplidamente unciales son las de los siglos IV y V, que son las que se muestran en la figura. Pero desde luego hubo flexiones en el canon, en funciOn sobre todo de las distintas areas geograficas (figura 3.8).

    Es posible que la escritura uncial evolucionara a partir de la capital y que las for-mas pan D, h y q no sean mas que un paso adelante desde el canon de la capital cid-sica; de hecho, en los primeros tiempos (durante el siglo Iv), solo algunas letras (D, h, 4 p, q) apenas exceden el sistema bilinear, y su angulo es como el de la capital, de 40-50. Es verdad, sin embargo, que las formas son mas redondeadas y que a veces su trazado es un tanto fluctuante con respecto a las paradigmas maylisculos.

    A partir del siglo VI, algunos escribas empezaron a trazar la uncial sostenien-do la pluma horizontalmente, con un angulo de 90, pero en esta posicion la escri-tura no puede trazarse con rapidez: este fue el siguiente impulso creativo, porque la posicion horizontal de la pluma da un maxim contraste entre los trazos hori-zontales y los verticales. Para los siglos VII y vlit se habta afiadido tanto artificio a la uncial basica, tanto ornato a sus formas desnudas, que la escritura se convirtio en lo que se denomina "uncial artificial". En el siglo IX estaba ya tan ornamenta-da que solo se utilizaba en ocasiones especiales: manuscritos lujosos de la mayor importancia, incipits y cosas parecidas.

    Para seiialar las maylisculas, el escriba trazaba normalmente letras unciales pero de mayor tamatio, aunque ocasionalmente se utilizaron tambien capitales, pero siempre trazadas con la misma pluma que el resto del texto. Puede que esten algo exageradas o decoradas, pero la impresion predominante en la pagina uncial es de nitidez y sosiego, pues, al menos mientras la uncial estuvo intencionalmente dise-fiada en terminos de comparacion con la capital, parece que existio una intencio-nalidad de simplicidad en la presentacion.

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    Figura 3.7. Alfabetos del nuevo sistema roman.

  • Capthrlo 3: El nacimiento de la escritura kaina 67

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    Figura 3.8. Escritura uncial, ca. 450. Oxford, Bodleian Library, Ms. Auct. T. II. 26 Fol. 82. (Tornado de M. Drogin, Medieval Calligraphy.)

    3.5.2. La escritura semiuncial

    Como hemos visto, la uncial era atin un compromiso (feliz, desde luego) entre el sistema de la capital y el nuevo, ideal para los escritos de lujo; pero para el tra-bajo escriturario de cada dfa hada falta todavfa otra escritura libraria, mas fluida y desenvuelta, mas pequefia y facil de trazar (y por lo tanto mas "econornica") que la uncial, pero como ella caligrafica y fad! de leer. Asf, hacia el final del siglo V y el principio del VI, y a partir de aquella "mintiscula primitiva" que habfa servido en paste para elaborar la uncial, tiene lugar un proceso de caligrafizaciOn que, acep-tando algunos de los elementos formales propios del gusto de la epoca (como la tendencia a redondeamiento de las formas), respeta los modelos alfabeticos usua-les. Surge asf la semiuncial (tambien llamada "mindscula antigua" y "litterae Afri-canoe", haciendo referencia a un posible origen geografico aim por demostrar) como una escritura propiamente minfiscula, con grandes astiles y caldos, de pequefio tamafio y de una fluidez extraordinaria.

    Es muy posible que esta tipificaciOn libraria de la mintiscula estuviera coad-yuvada en parte por la disolucion de los antiguos centros laicos productores de libros y su consiguiente sustitucion por centros mondsticos.

    Inicialmente, la semiuncial se trazaba con un angulo de 30 grados para adqui-rir mayor velocidad o con la puma en posicion horizontal para conferir a la escri-tura un claroscuro vertical. Sus caracterfsticas principales son el aislamiento de las letras entre Si (aunque puedan encontrarse algunas ligaduras esporadicas, princi-palmente r-i, t-i y las producidas con el trazo transversal de f, g, r y t), la pesada artificiosidad de los ojos de los caracteres y la consolidacion de astiles y cafdos con forma de espatula. Sin embargo, la semiuncial no aparece constrefiida a unas for-mas estrictas, y no se encuentran formas alfabeticas recurrentes con la suficiente regularidad como para poder asumirlas unfvocamente como distintivas de un tipo

  • 68 Parte I: Paleografia

    escriptorio, hasta el punto de que se ha Ilegado a definir como semiuncial a cual-quier manuscrito no capital en el cual concurran at menos cuatro formas no uncia-les, es decir, mintisculas, que suelen ser b, d, my ro a, b, gysu otras combinacio-nes similarcs. Y es que la semiuncial representa uno de esos casos en que los copistas no supieron o no quisieron sujetarse a los tipos Inas caligraficos en uso, o quiza res-ponda a una intencionalidad de mayor libertad en la ejecucian del trabajo segtin el contenido, la finalidad y el destinatario del text que se escribia.

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    Figura 3.9. Escritura semiuncial, ca. 700. Oxford, Bodleian Library, Ms. Douce 140, fol. 59. (Tornado de M. Drogin, Medieval Calligraphy.)

    Pero, en cualquier caso, sus caracterfsticas de facilidad de trazado y su legibi-lidad la hicieron ideal para cast todas las necesidades, y pronto se difundio por toda Europa. En Irlanda se la conocia ya en el siglo V, y alli, remodelada, dio lugar a un alfabeto expandido; en Italia, Esparta y Francia sobrevivie aisladamente en los siglos precarolinos, e incluso en algunos centros se la prefirie como escritura libra-ria, coma en los monasterios de San Severino de Napoles, Verona y Ravena, pero durante los siglos viii y ix no pude resistir ya el avance de la nueva minuscula, ni siquiera para los titulos y las nibricas, que estaban reservados a la uncial.

    Fuera de los tipos de escritura canonizados o tipificados, hay un sinfth de escri-turas con distintos grados de cursividad, que aparecen a veces en margenes, correc-clones y subscripciones, u otras que se han denominado "cuarto de uncial" y que deberian llamarse simplemente "mintisculas". En realidad, no se trata de otra cosa que de empleos personales y combinaciones de formas unciales y semiuneiales con rasgos de cursividad, por lo que tambien se las ha llamado "semiuncial cursiva".

    3.5.3. La mimiscula cursiva

    Aun en un grado ulterior de rapidez en la ejecucien encontramos la cursiva pro-piamente dicha, que generalmente recibe los nombres de "mintiscula cursiva" o "nueva escritura comim" y que, lo mismo que la antigua, era de uso corriente en

  • Capitulo 3: El nachniento de la escritura latina 69

    textos de trabajo, correspondencia, cuademos escolares..., que, aunque se produ-jeron en grandes eantidades, han sobrevivido raramente.

    Para estudiar a escritura cursiva, hay que tener en cuenta ante todo que nece-sariamente tendra un grado de correspondencia con la libraria. Durante el siglo IV es principalmente recta, de modo que astiles y caidos se asientan firmemente con una apariencia decididamente cuatrilinear. Pero in rapidez de ejecucion impone ciertas caracteristicas propias:

    a) Mientras para las librarias se utiliza generalmente una pluma cuadrada u oblieua, para la cursiva se emplea pluma a calamo de punta aguda.

    b) La rapidez del trazado puede alterar las formas originates de las letras. c) En las escrituras trazadas con rapidez, la mano se mueve de la forma mas

    Oujda posible, y, mientras en la libraria el calamo es efectivamente levan-tado, en el trazado cursivo es tail que el calamo no se levante, sino que sea arrastrado por la hoja, por la que los astiles aclquieren trazos de conexian y se materializan algunos movimientos de la mano que en la libraria son invi-s ibles.

    d) Las ligaduras se convierten en un elemento esencial, pudiendo llegar a for-zar el modelo fundamental de las tetras individuates, y muchas veces los ojos quedan abiertos.

    Las formas mats comunes de la nueva cursiva romana son las que se muestran en la figura 3.8.

    A partir del siglo v, la mintiscula cursiva esti ya documentada a lo largo y ancho del lmperio. Para entonces, ha perdido la verticalidad caracteristica del siglo prece-dente, se inclina hacia la derecha y se haee Inas apretada y regular, pero aumenta la tendencia a la ligadura, y las tetras que comienzan con astil asumen a menudo un file-te inicial que se entretaza con el propio astil para formar ligaduras desde la izquierda.

    La mintiscula cursiva sirvio de base para estilizaciones cancillercscas de las cancillerfas provinciales y los municipios, donde puede apreciarse cierta exagera-cian de la altura de las tetras y la reducciOn de las dimensiones de los ojos altos. Desde luego, tambien pueden encontrarse escrituras cursivas o semicursivas en la transcripciOn de codices.

    3.5.4. El libro y su mundo en la Baja Antigiiedad

    Pero no sOlo han mutado las formas de las tetras: en realidad, lit mutation afec-ta a todo el mundo del libro. A partir del sigh ii , el libro clasica en forma de rollo heredado de la Grecia helenfstica tiene que enfrentarse a un duro competidor: el (Alice. En el oriente griego, mueho mejor conocido gracias a los hallazgos dc Egip-to, la sustitucian completa del rollo por el codice debit)" de producirse a comienzos del siglo v, pero en occidente el reinado del cedice es, al parecer, anterior, aunque no se pueda aventurar una fecha segura.

  • 70 Porte I; Paleografia

    Y, como en la generalizacion del nuevo tipo de escritura, en la generalizacion del nuevo tipo de libro el cristianismo tuvo mucho que ver. El libro-rollo estaba ligado a la tradiciOn cultural de las clases dominantes paganas, por lo que el codi-ce podia marcar la diferencia. Pero, ademds, este format() no es muy distinto cn el fondo de los dipticos o tripticos de tablillas enceradas o de los cuadernos escola-res o libretas personales que eran habituates entre los individuos alfabetizados pero de bajo nivel cultural y social, que es precisamente el ambiente en el que florecio el cristianismo. Am", cuando la nueva religion comprende quc debe reeurrir al libro para difundir su mensaje, hace la eleccian decisiva del codice. Sus ventajas no esta-ban ademds solo en su economfa (a diferencia del rollo, se escribia por las dos caras de la hoja), sino que su organizacian en paginas k permitia contener Inds texto que el rollo y en 61 era mucho ma's facil localizar un pasaje detenninado. Con as medi-das politicas de los Severos, las antiguas familias aristocrdticas se vieron diezma-das y marginadas de la alta politica, y con ellas su model librario, el rollo. Y algo parecido puede decirse de la nueva materia escriptoria: d pergamino, que era de uso cotidiano en occidente para los escritos comunes y cuya asociacion con las escrituras caligraficas data del siglo iv.

    Ademds, a medida que se producen estas transfonnaciones en el libro, tienen lugar eambios en la cultura que afectan de forma decisiva a la practica de la lectu-ra. El analfabetismo, fuertc ya en el siglo iv, avanza imparablemente en los siglos siguientes, y el cadice, que habfa respondido inicialmente a un aumento de la deman-da de lectura, se va reservando cada vez ma's a una minoria culta. Por afiadidura, como el cOdice, al contrario que d rollo, no estaba sujeto a convenciones tecnicas fijas, podia adoptar los formatos ma's variados, desde el cuaderno de pocas pdgi-nas al grueso tomo, y Si el de pequefio tamafio facilitaba la lectura y aumentaba la libertad de movimiento al necesitar solamente una mano para sujetarlo, los gran-des formatos, que podfan Ilegar a contener la totalidad de la Biblia con sus comen-tarios, resultaban de rimy dificil manejo, y ademas necesitaban d refuerzo de "dis-positivos editoriales" destinados a marcar las separaciones entre los diferentes textos o partes del mismo texto. En las Escrituras esto se refleja en su division en cortas secuencias, las cola y las commata, de lo que resultaba una lectura en trozos, que hacian mas clam el sentido y que podian ser reencontrados Inds facilmente gracias

    empleo de dispositivos tales como iniciales agrandadas o colocadas "fuera del campo", pdrrafos que comienzan fuera del alineamiento o en sangrado, etc. Surge asf el codex distinctus (codice puntuado), que ya no daba Lugar a la interpretacion personal, sino que era reglad() por modulos interpretativos recomendados por auto-ri dades reconocidas.

    Por otra parte, los grandes formatos de codiee requerfan que la lectura se hicie-ra sobre una mesa; como, adeinds, dejaban las manos librcs, pennitian escribir mismo tiempo que Sc Ida y por lo tanto anotar cn los margenes del codice, o que poco a poco !lege a ser una prdctica corriente. En el siglo vi, Casiodoro y otros tco-rizaron sobre la manera de introducir en el texto notas de leetura.

    Desde luego, el libro de lujo no liege a desaparecer, pero su produccion estu-vo confiada, al menos en parte, a copistas que trabajaban en his mansiones de los

  • Capitulo 3: El nacimiento de la escritura Latina 71

    ricos, porque los talleres librarios hablan entrado en una profunda crisis a causa de la depresien cultural del siglo III. Ahora bien, a partir del siglo Iv, con la institu-cionalizachin de la Iglesia, se siente la necesidad de definir materialmente el libro sagrado, la Bibli a, en la totalidad de sus componentes, y ello impuso una serie de clecciones tecnico-estructurales, que en todo el mundo romano-bizantino fueron las mismas. Y como los viejos talleres no eran suficientes para satisfacer la nueva dcmanda, surgieron una serie de scriptoria cristianos, entre los wales adquirieron particular importaneia los incorporados a determinadas bibliotecas episcopates; pero en estos scriptoria la produccion estaba al margen del mercado: se limitaba a cubrir las necesidades intcrnas o todo to mas a encargos puntualcs de otras iglesias o de la propia familia imperial. Pero no hay que engailarse por la limitacion de la producci6n, porque este moment marca el triunfo del libro cristiano: las Escritu-ras se copiaron con tetras monumentales de oro y plata en pergamino purpereo, y la encuadernacien se recubria con piedras preciosas. Yes que este libro rebasa con mucho la finalidad de la lectura para convertirse en un objeto de ostentacien y has-Li de reverencia, cuando el Evangelio se Ilevaba en procesien hasta el altar. En deli-nitiva, con al no solo se consigue la autonomia del libro cristiano respecto del paga-no, sino que, much mas, en el campo librario se convierte en el mejor simbolo de la Iglesia triunfante sobre el paganism.

    El resultado fue que a la lectura ligada al oeio de la apoca cleisica, que recorria las columnas de texto y que muy frecuentemente se hada en voz alta, sucede aho-ra una lectura atenta, en voz cada vez mos baj a, dadi a los dispositivos que mar-caban el texto y cuya finalidad era condicionar el pensamiento y la acci6n: de una lectura libre y recreativa se habia pasado a una lectura orientada y normativa. Cuen-ta la leyenda que santa Melania, una gran dama de una educacion absolutamente singular, limitaba sus lecturas a las Escrituras y algon otro texto pidadoso; las lefa una y otra vez en la intimidad de su celda, sin dirigir a su madre ni una palabra, ni una mirada, por no correr el riesgo de dejar escapar una sola expresi6n o un con-cepto de to que lela. Siglos antes habriamos encontrado a una muchacha leyendo en su rollo, en medio de un cuadro urbano, algen texto de evasion dedicado a la sociabilidad e interrurnpiendo la lectura de tiempo en tiempo para dirigir la pala-bra o la mirada a cuantos la acompariaran.