el nacimiento de jesÚs

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EL NACIMIENTO DE JESÚS : Día 24 de diciembre. Composición del lugar .- La cueva de Belén. El Niño Jesús en el pesebre de madera. La Virgen y San José contemplándole. Yo, a su lado. Petición .- Que nazca hoy Jesús en mi alma. Que comience a vivir una vida nueva, sólo para él. Punto 1. Preparativos .- Es un atardecer frío de invierno. Por las calles de Belén, estrechas, retorcidas, empinadas y resbaladizas caminan preocupados un hombre y una mujer. Van cansados, polvorientos, después de un viaje de cuatro días. Llevan un pequeño hatillo de ropa y algunos víveres para pasar unos días fuera de casa. Su porte pare distinguido; pero su aspecto exterior es modesto. Son dos nobles empobrecidos. Su familia es la más distinguida de Israel. En su árbol genealógico figuran todos los reyes de Judá hasta Salomón y David. Pero esa familia ha perdido el trono y estos dos vástagos de ella son unos aldeanos de la oscura aldea de Nazaret. Su nobleza humana, aunque eclipsada, es grande; pero es mayor su dignidad sobrenatural. 1

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Meditación para víspera de Navidad.

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Page 1: EL NACIMIENTO DE JESÚS

EL NACIMIENTO DE JESÚS : Día 24 de diciembre.

Composición del lugar.-

La cueva de Belén. El Niño Jesús en el pesebre de madera. La Virgen y San José contemplándole. Yo, a su lado.

Petición.-

Que nazca hoy Jesús en mi alma. Que comience a vivir una vida nueva, sólo para él.

Punto 1. Preparativos.-

Es un atardecer frío de invierno. Por las calles de Belén, estrechas, retorcidas, empinadas y resbaladizas caminan preocupados un hombre y una mujer.

Van cansados, polvorientos, después de un viaje de cuatro días.

Llevan un pequeño hatillo de ropa y algunos víveres para pasar unos días fuera de casa.

Su porte pare distinguido; pero su aspecto exterior es modesto.

Son dos nobles empobrecidos. Su familia es la más distinguida de Israel. En su árbol genealógico figuran todos los reyes de Judá hasta Salomón y David. Pero esa familia ha perdido el trono y estos dos vástagos de ella son unos aldeanos de la oscura aldea de Nazaret.

Su nobleza humana, aunque eclipsada, es grande; pero es mayor su dignidad sobrenatural.

La mujer, una jovencita, pertenece a una jerarquía superior a la de todos los hombres y a la de todos los seres creados y a la cual ella sola pertenece. Es la Madre de Dios.

En su seno lleva al Hijo de Dios que ha tomado naturaleza humana.

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Page 2: EL NACIMIENTO DE JESÚS

El hombre que la acompaña sencillo, pero dignísimo, en la plenitud de la vida, es un alma santísima, que ha merecido le elija Dios para custodio de su Madre y de su Hijo.

Caminan preocupados los dos esposos.

Va a nacer el Hijo de Dios y no encuentran albergue donde pasar la noche. A falta de posada, salen de Belén y se dirigen a una cueva en las afueras de la población.

Es una cavidad natural, frecuente en los terrenos calcáreos de Judea, donde las gentes de la región meten sus ganados para pasar la noche y donde se refugian ellos mismos.

Hoy la cueva del nacimiento mide 12,30 metros de largo y 3,15 de ancho.

El mobiliario queentonces tendría: un pesebre de madera colgado en la pared o puesto en el suelo, donde se echaba pienso a los animales.

Una cueva, ése va a ser el palacio del Hijo de David; y un pesebre su trono.

La cueva está sucia. San José la limpia un poco.

La cueva está oscura y fría. San José recoge ramas por las cercanías y con ellas hace fuego.

En la población las luces de las casas se filtran a través de las puertas y de las ventanas.

La cueva está silenciosa. A lo lejos se oye el rumor de la gente, que hormiguea en la población y poco a poco se va apagando.

La cueva está desierta. En la soledad hace sentir Dios su presencia. El mundo no piensa en la venida de su Redentor. Los sabios de Roma y Grecia inventan sistemas que no consiguen esclarecer la verdad y no sospechan que la Verdad va a aparecer muy pronto en el mundo.

El pueblo judío , esclavizado por Roma, padece por aquellos momentos el malestar de la tiranía, suspira por su libertador fantástico; y el Verdadero Libertador está llamando a sus puertas y no le conoce.

La oscuridad crece y las estrellas caminan silenciosas sobre la gruta, como si detuvieran el paso para contemplar por primera vez a su Dios.

Oscuridad y frío en la gruta. Oscuridad más densa; frío más agudo en las almas. Oscuridad de errores e ignorancias. Frío de ingratitudes y desamor…

Estos preparativos ha hecho el mundo para recibir a su Redentor.

Todo el Adviento estás preparándote tú para recibir a Jesús en tu alma. Quieres que hoy nazca en ella y nacerá. El momento se acerca. Ultima los preparativos en ella. Acaba de limpiarla con un acto de contrición que borre todos tus pecados. Aviva en ella el fuego del amor. Actos fervientes que aceleren la venida. Ven, Jesús mío, ven.

Punto 2. Apareció la benignidad del Salvador.-

Era la media noche, fría pero serena.

Paz en la cueva; paz momentánea en el mundo. Todas las armas han callado para rendir honores al Príncipe de la paz que va a aparecer.

Era la media noche; y como lo había deseado el profeta y lo había pedido tantas veces el pueblo judío, los cielos van a destilar su rocío, las nubes van a llover al Justo; se abrirá la tierra y brotará de ella el Salvador.

Momento sublime el que se acerca.

Eje de la historia del mundo, la dividirá en dos edades: Antiguo y Nuevo Testamento.

En él ha tenido puestos los ojos la humanidad desde su cuna.

Con qué solemnidad lo anuncia todos los años el Martirologio Romano; prescindiendo de la exactitud de las fechas.

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Page 3: EL NACIMIENTO DE JESÚS

« Del nacimiento de Abrahán el año 2.015; de Moisés y la salida del pueblo de Israel de Egipto el 1.510; desde que David fue ungido rey el 1.032; en la semana 65, según la profecía de Daniel; en la Olimpiada 194; de la fundación de Roma el año 752; del imperio de Octaviano Augusto el 42; estando todo el orbe en paz; en la sexta edad del mundo, Jesucristo, Eterno Dios e Hijo del Eterno Padre, queriendo consagrar el mundo con su misericordioso advenimiento, concebido del Espíritu Santo y pasados nueve meses después de su concepción, nace en Belén de Judá de la Virgen María, hecho hombre ».

Era la media noche más clara que el mediodía…

Cuando vuelve en sí del éxtasis de amor, contempla en el suelo, niño pequeñito, al Hijo de Dios e Hijo suyo. Como el rayo del sol atraviesa un cristal sin romperle ni mancharle, como ese mismo Jesús saldría glorioso del sepulcro sin abrir la puerta ni romper los sellos, sale del claustro virginal de su Madre que continúa siendo Virgen. El castigo de Dios a la mujer: darás a luz con dolor, no reza con ella.

No contrajo el pecado original y Dios la libró también de este efecto del pecado.

El niño recién nacido, en el suelo, extendía las manos a su Madre como pidiéndole que le levantara, y la Virgen sin el auxilio de José, cogió al niño en sus brazos, lo envolvió en los pañales que le había preparado y lo reclinó en el pesebre.

Detalles que narra el evangelio, al parecer prequeños, pero de gran alcance, pues demuestran que la Virgen no dio a luz como todas las mujeres…

Ese niño es la sabiduría de Dios; calla pero piensa, y aunque sus labios callan, su alma y su divinidad se asoman a través de sus ojos.

La Madre y el Hijo se miraron y un nuevo arrobamiento se apoderó de la Madre… ¿Qué veía ésta a través de los ojos de su Hijo? Veía su corazón, su alma y su divinidad y se sentía infinitamente amada. Ella también a través de sus ojos comunicaba al Hijo todo el amor de su alma. ¿Qué se dijeron la Madre y el Hijo en aquellos momentos? Ni los ángeles mismos lograron conocerlo. Invisibles presenciaban el coloquio silencioso; y respetuosos admiraban y callaban.

Jesús también tuvo otra mirada para José, agradecida y amorso; y José miró con embeleso aquel niño que Dios le confiaba. Conocía su grandeza y lo adoró y en aquella adoración le hizo entrega de sus manos para trabajar por él, de su corazón para amarle…

La mirada divina de Jesús atravesó las paredes de la cueva y las murallas de los siglos y se vio a sí mismo centro de la humanidad y objeto de sus miradas.

Los siglos que pasaron esperándole, generaciones futuras contemplándole: unos, para amarle y servirle hasta el supremo sacrificio; otros, para odiarle y perseguirle. Ante ese panorama alegre y sombrío, Jesús sonríe y llora.Para eso ha tomado un cuerpo sensible.

Te miró también a ti y le hiciste sonreir y le hiciste llorar.

Acércate a Él, arrodíllate delante de Él, háblale, que te está esperando.

Punto 3.- Mi adoración.-

Me está esperando…

Y yo le he estado buscando mucho tiempo a Él.

Señor, vengo de camino y vengo cansado de viajar.

Peregrinación larga por el mundo. Traigo los pies llagados. ¡Cuántas espinas hay en la tierra!

Vengo lleno de polvo y de barro. ¡Qué sucios son los caminos del mundo!

Te venía buscando, venía tras de Ti. He atravesado ciudades populosas como Jerusalén. Me detuve unos momentos y me cansé. Vengo huyendo de ellas. El bullicio, el nerviosismo, las carcajadas histéricas me repelen… Tú tampoco quisiste nacer en Jerusalén…

Siguiéndote los pasos he llegado a esta cuera solitaria, silenciosa.. y te he encontrado a Ti…

¡Qué bien se está aquí!

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Page 4: EL NACIMIENTO DE JESÚS

Quisiera vivir en ella como el santo penitente Jerónimo, que huyó de las ciudades y se refugió aquí.Convertiré mi alma en cueva solitaria y en ella viviré solamente contigo y con Madre santísima, que también es mi Madre y con mi fiel patrono San José, que tiene contigo y tendrá contigo cuidados paternales.

Cueva de mi alma solitaria. No quiero que nadie entre en ella. Que nadie venga a inquietarme. Que nadie venga a interrumpirme la conversación íntima contigo.

Cueva de mi alma silenciosa. No quiero oír palabras aduladoras, ni risas forzadas que no salen del corazón. Quiero hacer el silencio completo de mi alma… y absorberme contemplando tu sonrisa silenciosas, y saborearla en el silencio de mi corazón. Tu sonrisa, que es sincera, que sale del fondo de tu alma y me trae las esencias de tu amor.

Cueva de mi alma desnuda. Que no se peque nada a sus paredes. No quiero amar nada de la tierra. Ya todo me sabe insípido, todo me resulta vano. Cuando lo quiero abrazar, se convierte en humo y se desvanece. No quiero amarme a mí mismo. ¡Qué despreciable soy y qué ruin! Estoy hastiado de mí.

Cueva de mi alma, pobre. No quiero bagatelas que estorban y que manchan… y no te agradan a Ti. Cueva pobcre, pero muy rica, si en ella estás viviendo Tú.

Señor, en la cuera de mi alma todavía es noche. No acaba de hacerse la luz. No veo las cosas del mundo y las cosas de Dios, como las ven los santos. Tú eres luz del mundo y has nacido en medio de la noche. Hoy naces en la cueva oscura de mi alma. Hoy comenzará a despuntar en ella una aurora celestial.

Señor, la cueva demi alma está fría. He encendido fuego y se me ha apagado. Ningún amor terreno ha logrado calentarla. Fuego de ramas de árboles, como el que encendió José en esta cueva. Humo más que calor y muy pronto se apagó. Tengo frío en el alma y crece el frío al paso de los años. Es invierno en mi alma.

Pero en la cueva has entrado Tú, amor inmenso, amor inextinguible. ¡Cómo se siente el calor cerca de Ti! Quiero vivir contigo, muy cerca de tu corazón, que siento mucho frío y la cueva de mi alma está abierta a todos los vientos y es el invierno de la vida.

Hoy naces Tú y quiero renacer yo. Quiero nacer a una vida nueva, distinta de la que he vivido.El día serás Tú, que para eso vienes al mundo, para traer la vida verdadera. Vivir solo para Ti; pensando solo en ti, amarte sólo a Ti; adorarte sólo a Ti.

Señor, siento que la cueva de mi alma se transforma. Se ilumina con luces de cielo. Oigo voces de ángel que canta: en la tierra, paz…

Has nacido Tú en la cueva de mi alma.

Nochebuena para mí.

- - - - - - - - - - - - - - Meditación del libro « Luz : Meditaciones para todos los días del año siguiendo el ciclo litúrgico », por el P. Juan Rey, S. J., Editorial Sal Terrae (Santander, 1966), tomo I, p.150-156. © 1996-2009 by Sal Terrae http://www.salterrae.es/

Crédito de Imágen: escena de la película « The Nativity Story » (2006). TM & © 2007 by New Line Productions, Inc. All Rights Reserved. http://www.newline.com/properties/nativitystorythe.html

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