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26 Boletín de la Asociación Amigos del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife MAKARONESIA Los yuyos, esa alfombra temblorosa de Neruda. EL MUNDO QUE NOS RODEA Juan José Bacallado (Presidente de la Asociación) Fotos: J.J. Bacallado UN PASEO POR CHILE: “isla negra de Neruda” “En este mes de septiembre florecen las yuyos; el campo es una alfombra temblorosa y amarilla. Aquí en la costa golpea, desde hace cuatro días, con magnífica furia el viento sur. La noche está llena de su movimiento sonoro. El océano es a un tiempo abierto cristal verde y titánica blancura”. (PABLO NERUDA, de:

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26Boletín de la Asociación Amigos del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife

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Los yuyos, esa alfombra temblorosa de Neruda.

EL MUNDO QUE NOS RODEA

Juan José Bacallado

(Presidente de la Asociación)

Fotos: J.J. Bacallado

UN PASEO POR CHILE:“isla negra de Neruda”

“En este mes de septiembre

florecen las yuyos; el campo

es una alfombra temblorosa y

amarilla. Aquí en la costa

golpea, desde hace cuatro

días, con magnífica furia el

viento sur. La noche está

llena de su movimiento

sonoro. El océano es a un

tiempo abierto cristal verde y

titánica blancura”.

(PABLO NERUDA, de:

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UN PASEO POR CHILE: “ISLA NEGRA DE NERUDA”

o es difícil definir Chile, esa “ti -ri jala” de variopinta tierra, pai sa -jes y climas que aparece tan per -

fec tamente delimitada cual si de una isla setratara. Marta Prat (2002) la etiqueta como“isla continental”; según sus propias pala-bras: “Hay razones geográficas y cultura-les que explican lo que a primera vistapuede sonar como un disparate. Unagigantesca y alargada cordillera al esteque separa a los chilenos de Argentina, ungélido y nada tranquilo océano Pacífico aloeste, uno de los desiertos más áridos delmundo (el de Atacama) al norte, y los con-fines del mundo austral, la imponenteAntártida, al sur”.

Esta patria de mar y cordillera ha forjadopautas de comportamiento en el chileno y mo -delado su carácter afable y servicial no exen-to de picardía y de cierta malicia, probable-mente engendrada en el mestizaje. Quien estoescribe se encuentra en la nación de PabloNeruda y Gabriela Mistral –dos premiosNobel de Literatura que representan el almade Latinoamérica– como en su propia casa.

a hermosa República de Chile, de756.950 km2 de superficie, incluyela isla de Pascua y el archipiélago

de Juan Fernández, así como las islas deSala y Gómez, San Ambrosio y San Félix.Si a ello se añade el territorio antártico chi-

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En Isla Negra, la casa del poeta.

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La palma chilena prolifera junto al bosque esclerófilo.

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leno, la superficie supera los dosmillones de kilómetros cuadrados.Los 6.171 km de fronteras terrestreses tán repartidos de la siguienteforma: 5.150 km con Argentina, 861km con Bolivia y 160 km con Perú.Otro detalle interesante son los casi6.500 km de costas, lo que suponeuna enorme ventaja en lo que serefiere a su zona de exclusividad ma -rina en las ricas aguas del Pacífico.

La naturaleza en Chile está pre-sente en todos sus rincones, y es tansingular y variada que no existe paísdel mun do que se le pueda com -parar: desiertos, sa la res, vol canes,la gos, gla cia res, enclaves costeros,bos ques, islas con tinen ta les y oceá-nicas, pá ramos, va lles, estepa pata -gó nica, altiplano y la om ni pre sentecordillera de los An des; toda unalec ción de geografía, u na com -binación de tierra, fue go, agua e hie -lo que en cierra aún mu chos se cre tos.

omo tan cer te ra men te se -ña lan Rott man & Piwonka(1988), el bor de occidental

de Suda mé rica parece corrugado,dan do lugar al cordón montañosomás largo del planeta. Chile albergamás de dos mil volcanes, de los cua-les cincuenta son activos o lo hansido en épocas históricas. Otro sor-prendente detalle que ponen demanifiesto estos autores es la cortadistancia (350 km) que separa laprofunda fosa marina de Taltal, aunos 7.822 m bajo el nivel del mar,y la cumbre más alta de Chile, elvolcán Ojos del Salado, con sus6.893 m, junto a otros muchosenclaves montañosos que rondan los

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6.000 m y que, en conjunto, se conocecomo el “Techo de A mé rica”. Por otraparte, ningún otro país de Suda mé ricaposee tantos lagos, islas, fiordos y glaciarescomo tiene Chile. Sin embargo, toda estavariedad de paisajes, climas y atormentadageografía no se corresponde con la relativa-mente baja biodiversidad que alberga, loque no tiene una rotunda y fácil explica-ción. Cualquier país vecino con el que locomparemos posee mayor número de espe-cies de flora y fauna, incluyendo la quehabita en los ríos y lagos. Da la sensación,como afirman alegremente algunos ecólo-gos, de que Chile se comporta como una“isla ecológica”, por ese mismo aislamien-to que co mentamos al inicio de este artícu-lo y que viene marcado por su propia geo-grafía, que impone fronteras poco permea-bles al flujo biológico, así como por el ori-gen de la cordillera costanera y la posterioraparición de los Andes. De lo que no cabe

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Bosque siempreverde en el Parque Nacional Huerquehué.

duda es de que Chile carece de bosques tro-picales que, como todos sabemos, constitu-yen puntos calientes de biodiversidad; aello habría que sumar la conocida bajadiversidad de las zonas áridas (salares ydesiertos), así como de las muy frías delsur, con bosques magníficos que sustentanun limitado espectro de flora y fauna. Nohay que olvidar que gran parte de la actualsuperficie de Chile estuvo sumergida bajoel mar durante largos períodos geológicos,y que la gran y sostenida actividad volcáni-ca ha arrasado en repetidas ocasiones exten-sas áreas, con la dificultad que ello entrañapara colonizarlas nuevamente.

Este singular, alargado y constreñido países un rompecabezas para los ecólogos, conunos ecosistemas no siempre fáciles de inter-pretar; un contenedor que guarda celosamen-te especies relictuales y una tasa de endemis-mos que ciertamente nos sorprende.

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REGIONES DE CHILE

a organización político-adminis-trativa es indudablemente origi-nal y aparece ligada, en parte, a

su angosta superficie y a su geografía acci-dentada y montañosa. Cuenta Chile con 13regiones (especie de autonomías) ordenadasde norte a sur y que están a cargo de unintendente. Entre todas ellas albergan 51provincias, cada una con un gobernador alfrente. Por último, aparecen las comunas oalcaldías, 346 dirigidas por un alcalde electopor votación popular.

He recorrido parte de esas regiones diri-giéndome hacia el sur desde Santiago, no sinantes pasar por Valparaíso, Viña del Mar eIsla Negra en la IV Región, o de empaparmedel quehacer y bullicio del área metropolita-na, con su elegante arquitectura colonial. El

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Salar de Atacama amenazado por el invierno boliviano.

bello pero modesto palacio de La Moneda,sede de la presidencia de la República, trajoa mi mente el irracional y brutal golpe deestado de septiembre de 1973, que viví en LaLaguna (Tenerife) junto a un selecto grupode compañeros y estudiantes, mientras escu-chábamos a varios cantautores argentinosque clamaban –junto a nosotros– por lalibertad; la misma que el sufrido pueblo chi-leno ha sabido recuperar y debe mantener ycompartir con las minorías étnicas que aúnperviven en su entorno.

Incluyo una tabla con las 13 regiones chi-lenas (incorporando la región Metropolitana),sus capitales y las seis grandes áreas que, deacuerdo a sus características físico-climáticas,abarcan una o más de esas regiones. Todo ello,junto a un mapa esquemático y los comenta-rios pertinentes, nos dará una idea aproximadade la geografía y naturaleza chilenas.

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n todo el territorio chileno existeun Sistema Nacional de ÁreasSil vestres Protegidas del Estado

(SNASPE) administradas por el CONAF(Corporación Nacional Forestal), que repre-sentan una parte importante de los principa-les ambientes naturales e incluyen gran va -riedad de recursos biológicos, físicos y cul -tu rales, englobando una superficie que seacerca a los 15 millones de hectáreas, lo que

supone casi el 20% del territorio continentale insular del país. Esas áreas protegidas son:32 Parques Nacionales, 48 Reservas Nacio -na les, 15 Monumentos Naturales y tres San -tua rios de la Naturaleza.

Para comprender relativamente bien lasmacroáreas en que se ha dividido el país denorte a sur, conviene reseñar aquellos fac-tores que determinan los rasgos fundamen-

REGIÓN

I Tarapacá

II Antofagasta

III Atacama

IV Coquimbo

V Valparaíso

Región Metropolitana

VI Libertador Gral.Bernardo O’Higgins

VII Maule

VIII Bío-Bío

IX Araucanía

X Los Lagos

XI Aysén Gral. CarlosIbáñez del Campo

XII Magallanes yAntártica chilenas

CAPITAL

Iquique

Antofagasta

Copiapó

La Serena

Valparaíso

Santiago

Rancagua

Talca

Concepción

Temuco

Puerto Montt

Coyhaique

Punta Arenas

Turismo, comercio, industria ypesca

Centro económico y cultural;pesca, minería y agroindustria

Minería, agroindustria,turismo

Turismo, comercio y pesca

Turismo, comercio y pesca

Centro político, económico ycultural

Minería, agroindustria,turismo

Agricultura, agroindustria,turismo

Agricultura, turismo

Agricultura, ganadería,turismo

Agricultura, ganadería,turismo

Comercio, pesca, turismo

Minería, pesca, ganadería,turismo

ÁREA

Norte Grande

Norte Chico

Centro

Sur

Patagonia Norte

Patagonia Sur

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ACTIVIDADES PRINCIPALES

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tales de las diferentes zonas climáticas. Elprimero de ellos se refiere a la gran exten-sión en términos de latitud; le sigue el re -lieve, con la importante presencia de lascadenas montañosas de la Costa y de losAndes; la existencia de la corriente fría deHumboldt tiene una importancia extraor-dinaria, actuando como moderadora de lastemperaturas; igualmente, la presencia delanticiclón semipermanente del Pacíficosur genera estabilidad atmosférica; por úl -

timo, el frente polar aporta bajas presio-nes que provocan altas precipitaciones,sobre todo en el sur.

n esta sucinta descripción del paísco menzaremos por el Norte Gran -de, que abarca las regiones políti-

cas I (Tarapacá) y II (Antofagasta), sin dudael área más seca y árida de Chile. Las ciuda-des de Iquique y Antofagasta soportan un

clima desértico con abundantes nubes,ausencia de precipitaciones, humedad relati-va elevada y temperaturas con poca varia-ción diurna y estacional, lo que se debe a sucercanía al océano y a la mentada influenciade la corriente de Humboldt. Hacia la alturasnos encontramos con el famoso pueblo deSan Pedro de Atacama (2.450 m de altitud),justo en el borde norte del gran salar deAtacama, con sus tradicionales viviendas deadobe y situado en una especie de oasis, que

debe su origen a las lluvias que produce eldenominado “invierno boliviano” en el de -sier to más árido del mundo, el de Atacama.Sin solución de continuidad se entra en elNorte Chico, de jando atrás el geyser deTatio y unos paisajes lunares y salares degran belleza. A sólo 40 km se levanta el míti-co volcán Licancabur, de casi 6.000 m dealtura, venerado por los incas. En esta áreanorteña se extienden las regiones de Ata -

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Iglesia de adobe en San Pedro de Atacama

litana), Bernardo O’Higgins y Maule. Se ladenomina también “valle central” y es don -de se concentra la mayor parte de la pobla-ción; la capital, Santiago, alberga unos seismillones de habitantes y es el centro políti-co, económico y cultural. Asimismo, enciudades como Valparaíso y San Antonio selocalizan los puertos más importantes delpaís. Por otra parte, la fertilidad de los sue-los volcánicos y la presencia de algunosríos, permite el desarrollo de una agricultu-ra intensiva, destacando los extensos viñe-dos y los afamados vinos que se obtienen enla zona. A medida que avanzamos hacia elsur de esta enorme comarca central lascadenas montañosas penetran más en ella,apareciendo ríos con más frecuencia. Gene -ralizando, podría decirse que goza de unclima benigno de tipo templado-mediterrá-neo: precipitaciones concentradas en losmeses de invierno y una estación muy secaproducida por un dominio anticiclónicoininterrumpido. La nota negativa es quecasi toda la vegetación de la cordillera de la

cama y Coquimbo; se pasa a un clima semi-desértico con un aumento de precipitacioneshacia el sur, lo que se aprecia en un cambionotable en la vegetación. De las típicas cac-táceas y del matorral costero de ar bustos sepasa a la vegetación xerófila, me sófila,arbustiva y de suculentas. En la re gión de A -tacama, y más concretamente en la zona des-értica cercana a Copiapó, las lluvias trans-forman un paisaje reseco y hostil en precio-sos campos floridos durante pocas semanas.El Norte Chico tiene un clima privilegiado,sus cielos limpios y azulados la mayor partedel año lo convierten en un área inmejorablepara la observación astronómica, ubicándoseallí importantes observatorios de carácterinternacional. Se puede resumir afirmandoque la III región de Atacama supone la tran-sición del desierto seco y árido a los fértilesvalles transversales.

l área central la componen cuatroregiones de vital importancia: Val -paraíso, Santiago (región me tro po -

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AAllttiippllaannoo cchhiilleennoo ccoonn ppaajjoonnaalleess ddee SSttiippaa yy FFeessttuuccaa..

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especial los de roble (Nothofagus obliqua),que tienen su óptimo sobre los 1.200 m.Más arriba, a unos 2.000 m de altitud selocalizan cedros o ciprés de la cordillera(Austrocedrus chilensis), dejando paso enlas alturas a la estepa andina de arbustosachaparrados y gramíneas.

ención aparte merece la citadapalma chilena, hermosa y ele-gante, que siempre se destaca

por encima de la vegetación restante; sutronco recto y liso es más ancho (hasta 1 mo más de diámetro) y más alto (hasta 23 m)que cualquier otro árbol de la zona. Elenorme rosetón de hojas gigantescas y fle-xibles se asemeja al de la palmera canaria;cada año emite grandes ramilletes de flo-res amarillas y sus frutos son unos sabro-sos “coquitos” del tamaño de una nuez.

costa occidental ha sido reemplazada porplantaciones de pino y eucalipto, conser-vándose la vegetación natural sólo en algu-nas reservas que nos muestran algunosejemplos de lo que fue el bosque esclerófi-lo chileno, compuesto de árboles y arbustossiempreverdes de hojas duras y resistentes alos grandes cambios de temperatura yhumedad, tales como: quillay (Quillajasaponaria), litre (Lithraea caustica), peu -mo (Cryptocarya alba), olivillo (Aetoxicumpunctatum), belloto (Beilschmiedia mier-sii), algarrobo (Prosopis sp.), maitén(Maytenus boaria), patagua (Crino den -dron patagua) y canelo (Drymis winteri).También debemos citar las siempreverdesformaciones de espinares o sabana de espi-no (Acacia caven) y, por supuesto, los bos-ques de palma chilena (Jubaea chilensis),así como los deciduos de notofagos, en

La lagartija de Fabián (Liolaemus fabiani) vive en el salar.

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Esta especie ha sido duramente castigadapor las grandes talas que de ella se hanhecho para obtener su savia, dejando des-tilar el preciado líquido volteando la pal-mera. Después de un delicado procesopara espesarla se obtiene, como sucede enLa Gomera con la palmera canaria, unacotizada miel de palma.

ARCHIPIÉLAGO DE JUANFERNÁNDEZ

unque no he tenido ocasión deviajar a estas interesantes y sin-gularísimas islas chilenas, pro-

vincias de la V región de Valparaíso, esobligado un repaso de urgencia sobre lasmismas, dada la importancia que tienencomo islas de origen volcánico; su secularaislamiento ha propiciado, sobre todo enJuan Fernández, la aparición de una biotaendémica de gran trascendencia desde elpunto de vista evolutivo y científico. Estearchipiélago, situado a 670 km de la costachilena (frente a Valparaíso), está formadopor las islas de Robinson Crusoe, AlejandroSelkirk, Santa Clara y otros pequeños islo-tes y rocas, con una superficie total de 147km2 y conformando todas ellas el ParqueNacional Archipiélago Juan Fernández, queen 1977 fue declarado Reserva Mundial dela Biosfera. El clima es subtropical lluviosoy sus cumbres, que alcanzan los 1.650 m,aparecen casi siempre cubiertas de nubes.Este pequeño enclave insular tiene unaimportancia de carácter mundial, con unaflora y fauna que presentan un alto grado deendemicidad; para Marticorena (1990) exis-ten 363 especies de plantas, un 35% de lascuales son endémicas, el porcentaje másalto dentro de las islas oceánicas del mundosi se relaciona el número de especies endé-micas por unidad de área (Stuessy, 1992).

Otros autores elevan hasta el 60% la tasa deendemismos. Lo que sí es cierto es queexiste una familia endémica (Lactori -daceae) con una sola especie, Lactoris fer-nandeziana, 12 géneros exclusivos y 127especies de idéntica categoría. Los hele-chos, con alrededor de 50 especies, consti-tuyen uno de los grupos vegetales máspeculiares, destacando algunos taxones tre-padores y otros arbóreos.

La fauna es igualmente interesante,tanto en el medio terrestre como en el mari-no, destacando las aves marinas que for-man nutridas colonias en roques y acantila-dos, como las “fardelas” y los petreles: des -de la más común fardela negra de pa taspálidas (Puffinus carneipes), pasando porla fardela negra de Juan Fer nández (Pte -rodroma neglecta), las endémicas fardelablanca de Juan Fer nández (Pte rodromaexterna) y fardela de Masafuera (Ptero -droma longirostris).

ntre las aves terrestres encontra-mos especies tan interesantescomo el picaflor rojo de Juan

Fernández (Sephanoides fernandensis), unendemismo en peligro de extinción; el pica-flor continental o pingüiririta (Sepha -noides galeritus), que compite con el ante-rior por el alimento; el cernícalo de JuanFernández (Falco sparverius fernandensis);el blindado o aguilucho de Masa fuera(Buteo polyosoma exsul); el rayadito deMasafuera (Aphrastura masafuerae) y elneque (Asio flammeus).

El único mamífero de importancia en elarchipiélago es el lobo de mar de dos peloso lobo fino de Juan Fernández (Arctoce -phalus philippi), cuyas poblaciones se hanrecuperado en los últimos decenios. Laamenaza principal para la fauna alada y

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Parque Nacional Torres del Paine, en la Patagonia.

Campo de Hielo Norte.

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volcánico reciente (Plio-pleistoceno), conuna edad que no pasa de los 3 millones deaños y una superficie de 163,6 km2; aparececonformada como una plataforma triangu-lar, destacando tres volcanes de los múlti-ples que existen en la isla: el Rano Kau, deunos 400 m y situado en el extremo suroes-te; el Maunga Terevaca, de 511 m y ubica-do en el extremo norte; y el Poike, de 370m, que se localiza en el noroeste.

Si bien Rapa Nui tiene fundada fama porla extraordinaria cultura que allí se desarro-lló a partir de sus colonizadores polinésicos,no es menos cierto que desde el punto devista de su naturaleza y biodiversidad pre-senta una mínima complejidad ecológica.Según Marticorena (op. cit.) apenas se con-tabilizan 117 especies de flora, 9 de las cua-les son endémicas. La isla de Pascua no esni la sombra de lo que tuvo que ser en el

Bosques húmedos templados en Quitralco (Región de Aisén).

para la flora endémica viene dada por lasespecies introducidas: cabras, gatos, cone-jos, ratas, coatís, etc.

ISLA DE PASCUA

os ocupamos brevemente de laisla de Pascua, llamada tambiénRapa-Nui (tierra grande), Te

Pito Te Henúa (ombligo de la Tierra) oMata-Kite-Range (ojos que miran al cielo);es la isla habitada más remota del mundo,ubicada en los 27º 09’ de latitud sur y los109º 27’ de longitud oeste, a una distanciade 3.700 km de las costas de Chile y a 4.600km de Tahití. En 1935 fue declaradaMonumento Histórico y en 1995 la UNES-CO proclamó al Parque Nacional Rapa Nui(que ocupa el 40% de la isla) Sitio dePatrimonio Mundial, dada su relevanciaarqueológica y etnográfica. Su origen es

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Santiago de Chile alberga unos 6 millones de habitantes.

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pasado; el deterioro comenzó desde el arri-bo de los primeros colonizadores polinési-cos y se agravó sobremanera con la llegadade la civilización occidental, con la intro-ducción de especies de flora y fauna, la talade sus bosques, incendios, la intensa explo-tación ganadera, la llegada de plagas einsectos inherentes al ganado importado yun largo etcétera; todo ello sin olvidar elenorme daño causado a la población nativa,su esclavización y la destrucción y el expo-lio del patrimonio artístico insular.

La fauna siguió el mismo camino de laflora, por lo que actualmente no encontra-mos ni una sola especie de ave terrestrenativa; únicamente escapan de esta salvajeruina ecológica algunas aves marinas, entrelas que mencionamos el manutara, nombrecon el que los pascuenses conocen a dosespecies de charranes o gaviotines: el

gaviotín pascuense (Sterna lunata) y elgaviotín apizarrado (Sterna fuscata),ambos ligados al culto del “hombre pájaro”(Tangata Manu) que se celebraba cada añoen la aldea ceremonial de Orongo (junto alcráter del volcán Rano Kau). Otras especiesque nidifican en la isla son el tuao (Anousstolidus), el makohe (Fregata minor), eltavaque (Phaethon rubricauda), el kia kia(Gygis alba), el ka ka pa (Pterodromaarminjoniana), etc. En fín, un desastre sinprecedentes que ya es irre versible; un tristeejemplo de lo que está sucediendo actual-mente en el resto del Planeta.

ISLA NEGRA

esde que salí de Tenerife haciaChile vía Madrid, tenía una fija-ción: quería visitar Isla Negra,

uno de los apartados lugares donde PabloDDDD

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miento y rumor de las olas. Hoy es unmuseo de bolsillo donde puede observarsetoda una serie de objetos que el poeta gus-taba de coleccionar: mascarones de proa,maquetas de barcos, botellas de todo tipo,caracolas marinas, pitos marineros, cua-dros, libros de aves y plantas, etc. En unahabitación habilitada al efecto pude escu-char y ver en un monitor al poeta Albertirecitando poemas de Neruda, todo un lujo.Salí de allí reconfortado y tropecé en el jar-dín con una estampa inusitada que pudecaptar con mi cámara y reproduzco paraquien lea este “paseo por Chile”. En unatardecer otoñal, sentado frente al mar y asus seis campanas, me pareció ver al poetaen esa atalaya con su gorra marinera otean-do el horizonte en soledad: “…sólo la sole-dad que suena con canto de campana”.Desde aquí agradezco a su familia el permi-tirme reproducir, en el “Zoo erótico deGaia” el primero de sus poemas de Arte de

Palafitos en la isla de Chiloé.

Neruda se refugió a trabajar en su Cantogeneral que, según escribiría más tarde,sería “… un poema central que agruparalas incidencias históricas, las condicionesgeográficas, la vida y las luchas de nues-tros pueblos”. Es un pueblo apartado ypoco conocido situado en la V Región, unenclave de costa salvaje frente al procelo-so océano, donde el poeta pudo entregarsecon pasión a sus más preciados deleites,aunque no por mucho tiempo. Gozoso re -calé allí de la mano del conductor oficialde Allende que la casualidad puso en micamino, un educado profesional que tam-bién admiraba a Neruda.

La casa, de piedra y madera, fue termi-nada y modificada por el propio Neruda,ferviente amante de espacios abiertos yventanales que le permitían observar lasaves –otra de sus debilidades–, así como elir y venir de las barcas de pesca y el movi-

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Pájaros, que desde Isla Negra proyectóNeruda urbi et orbe. También allí, frente almar, descansan Pablo Neruda y MatildeUrrutia: “iremos juntos por las aguas deltiempo…”.

HACIA EL SUR

a gran y feraz comarca del surcomprende la suma de tresregiones: Bio-bío, Araucanía y

Los Lagos. Desde el punto de vista climáti-co, la VIII Región marca la transición entrelos climas templados secos, ya señaladospara la zona central, y los templados lluvio-sos que se desarrollan al sur del río Biobío,en donde la influencia de las bajas presio-nes provenientes del polo provocan precipi-taciones de categoría. Aquí la cordilleraandina pierde altura, formando cordonesmontañosos con un promedio de 2.000

metros, aunque algunos volcanes alcanzanlos 3.000. Algo similar ocurre con la cordi-llera de la costa, que presenta grandes osci-laciones al norte y al sur de río Biobío,desde los 400 a los 1.500 m, lo que generagrandes diferencias climáticas entre eloriente y occidente del macizo costero.

Como era de esperar, la región quecomentamos representa la transición entre loscaracteres xeromórficos del norte e higro-mórficos del sur. Así pues, continúan apare-ciendo los arbustos espinosos y el denomina-do bosque esclerófilo, pero pronto conectancon lo que podría llamarse el bosque templa-do higromórfico, con especies tales como:roble (Nothofagus obliqua), ciprés(Austrocedrus chilensis), coigüe (Nothofagusdombeyi), lenga (N. pumilio) y ñírre (N.antarctica), con un interesante sotobosque.En las alturas comienzan a aparecer las arau-carias o pehuén (Araucaria araucana), que

En la región de la Araucanía la sangre mapuche está presente.

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van a tener su óptimo en la IX región de laAraucanía. El bosque de araucarias se extien-de entre los 37º 45’S y los 42º 30’S; árboldeclarado monumento natural chileno, esendémico de Chile y Argentina, desarrollán-dose principalmente en suelos de origen vol-cánico a unos 1.000 m de altitud y con buenahumedad. Es un árbol esbelto, de cortezacuarteada y elegante copa en forma de para-guas; se arraiga donde más sopla el viento,donde caen varios metros de nieve y la tem-peratura varía mucho de la noche al día.Rottman (1988) comenta que asociados a laaraucaria se han encontrado viviendo 60especies diferentes de insectos, que se ali-mentan de hojas, flores, frutos, ramas y tron-cos secos. El hombre prefiere sus nutritivospiñones, al igual que lo hacen el loro austral

o cachaña (Enicognathus ferrugineus) y al -gunos roedores. Otras veces parecen ligadasen parte a estos bosques, como el carpinteronegro (Campephilus magellanicus) o elrayadito (Aphrastura spinicauda), que sealimentan de insectos que pululan en las grie-tas de la corteza. En sus copas nidifican águi-las (Geranoaetus melanoleucus), búhos (Bu -bo virginianus) y otros; además, este bosquesirve de escondite al puma (Felis concolor).

n la Araucanía el clima y la vegeta-ción imprimen unsello de cambio

a la región, con lapresencia de ríoscaudalo-sos y

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VVoollccáánn LLaanníínn rrooddeeaaddoo ddee bboossqquueess ddee aarraauuccaarriiaass..

la abundancia de lagos y conos volcánicosnevados, como el Villarrica (2.840 m),Lonquimay (2.865 m), Llaima (3.125 m),Lanín (3.747 m) y otros. En Te muco (capi-tal), así como en gran parte de la región, pre-domina un clima templado lluvioso coninfluencia mediterránea, cuya característicaprincipal es que las precipitaciones están pre-sentes en todos los meses del año.

La visita al volcán Villarrica nos permitióconocer una estación científica de monitoreo

volcanológico y una cavidad vol-cánica que me trajo el re -cuerdo de los túneleslávicos de Canarias.En este “cinturón defue go del Pací fi -

co”, como se conoce a toda la zona quealberga más de un centenar de volcanes,muchos de ellos activos, se vive, se siente yse es consciente del peligro pero sin histéri-cos alarmismos. En la ciudad de Villarrica,como puede consultarse a través de Internet,se realizan talleres y seminarios internacio-nales de “volcanología y turismo”, con lapresencia de especialistas de Lan zaroteque ayudan a comprender los fenómenos ya programar planes de seguridad.

or otra parte, la Araucanía es latierra madre del pueblo mapuche(“gente de la tierra”), a los que los

españoles bautizaron araucanos y que se sub-dividían en una serie de tribus: picunches, ran-culaches, pehuenches, etc. Hoy en día puedequedar, entre Chile y Argentina, algo más demedio millón de ellos, luchando por la devo-

lución de sus tierras y por su recono-cimiento como pueblo

diferenciado. No

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obstante, su sangre corre por las venasde millones de chilenos, dado el mes-tizaje ocurrido desde la colonización.Pude charlar con algunos de ellos enla décima región de Los Lagos y per-cibí el descontento generalizado de unpueblo sometido y olvidado por laAdministración del Estado, que en rei-

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Boletín de la Asociación Amigos del Museo de Ciencias Naturales de TenerifeMAKARONESIA

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teradas ocasiones fue objeto de esclavitud,persecución y, en época de la dictadura, hastala conculcación de los derechos humanos.

a X región de Los Lagos, con capi-tal en Puerto Montt, me impresio-nó, aunque sólo pude visitar luga-

res como Valdivia, Puerto Varas, Frutillar,

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Osorno, el propio Puerto Montt y la ciudadde Castro en la isla de Chiloé. Esta región esla puerta para adentrarse en la Patagonia,para otear el horizonte de canales e islas enel que Chile se aplacera y se hunde, dejandoatrás la famosa cordillera costanera, aquídomeñada por el tiempo y reconvertida ensuaves tierras rodeadas por el Pacífico.

Valdivia es capital de provincia e impor-tante puerto fluvial; es una ciudad excelente-mente urbanizada y que aparece interrumpidapor anchos ríos navegables que apaciblemen-te mueren en el Pacífico (ríos Calle-Calle,Valdivia y Caucau). Fue fundada a mitad delsiglo XVI y bautizada en honor del primerconquistador que entró en Chile, Pedro deValdivia. En sus alrededores pude adentrar-me en algunos pequeños afluentes paraobservar y fotografiar al cisne de cuellonegro (Cygnus melancoryphus), el yeco ocormorán oliváceo (Phalacrocorax oli va -ceus), el pelícano chileno (Pelecanus tha -gus), la gaviota dominicana (Larus do mi -nicanus) y la gaviota cahuil (Larus maculi-pennis). Valdivia, histórica y universitaria,reflexiva e inspiradora, más que una ciudadsureña con arquitectura de influencia germa-na, nos parece un lugar mágico y eterno quedifícilmente se puede olvidar.

A partir de aquí re comiendo visitar elParque Nacional Vi cen te Pérez Ro sales,com partido por Chi le y Argen tina, el á re apro tegida más antigua con una su perficie decasi 252.000 hec táreas; por el camino desdePuerto Va ras atravesamos las orillas de lagoLlan quihue divisando a lo lejos el impresio-nante volcán Osor no, para llegar a los saltosdel río Petro hué y al incomparable lago“Todos los Santos”, de nada menos que 2.219km2 de extensión. El bosque que nos rodea esel denominado siempreverde, una selva deselvas: desde el bosque húmedo de galería,

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sus vecindades pudimosobservar el jote de cabezacolorada (Ca thartes au -ra), lla mada tam bién au ratiñosa o zo pilote, un buitreamericano de amplia dis-tribución que habita desdela zona costera hasta los2.000 m de altitud. En loslagos se reúnen la tagüi-ta del norte (Gallinulachlo ro pus) y la tagua (Fu -lica leucoptera), aun que laprimera es ocasional ymuy rara. La tenca (Mi -mus tenca) es endémicade Chile y vive en loscampos y laderas conarbustos. Otra ave fácil delocalizar en estos parajeses el martín pescador(Ceryle torquata), que se

distribuye am pliamente, llegando has ta elcanal Beagle; asimismo, el carpinteronegro (Cam pephilus magellanicus) y elpicaflor chi co (Sephanoides galeritus)están presentes.

Entre los mamí-feros que viven enestos bosques desta-can el puma, el gatomontés (Felis geof-froyi), el zorro gris ochilla (Pseu dalopexgriseus), el pudú ociervo pe queño (Pu -du pu du), la nutriade río (Lutra provo -cax), etc. Dos mar-supiales chilenos en -cuen tran aquí suhábitat: la comadre-ja trompuda (Rhyn -

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El guanaco (Lama guanicoe) abunda en la región de Magallanes.

compuesto por ca ne lo (Dry mis win teri), coi-güe, pa ta gua (Cri no den dron pa ta gua) y pi -tra (Myr ceu genia ex suc ca); pasando por elbosque puro de olivillo (Aeto xi con punc -tatum) o el bos que de coigüe con un ricosotobosque de ar -bus tos, trepadoras,he lechos y qui la(Chus quea qui la),una es pe cie de bam -bú. A ma yor al tu ra(800/1.000 m) rei nael alerce (Fitz ro yacupressoides), u naconífera de lentodesarrollo que pue -de al canzar los 3 ó 4mil años y hasta 50m de altura.

En nuestro deam -bular por el parque y

El zorro chilla (Pseudalopex griseus) está ampliamente dis-tribuido en Chile.

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cholestes raphanurus) y el monito de monte(Dromiciops australis), este último conforma de ratoncito y larga cola peluda, quegusta de los bosques húmedos donde semueve a la perfección con su cola prensil.

EL BOSQUEVALDIVIANO

s difícil defi-nir y delimitarel ecosistema

del bosque templadovaldiviano (Lue bert yPliscoff, 2005), dado elmosaico de combinacio-nes de diferentes ti posde selvas caracterizadaspor va ria ciones signifi-cativas rela cionadas conlos tipos de suelo, topo-

grafías, altitud e incluso alteraciones a lasque están sometidas. Sin duda es un bosquemuy amenazado por la tala, el pastoreo y losincendios forestales; se estima que casi un45% de la cubierta del bosque original se haperdido. Se podría decir que este bosque

Pescadores de Puerto Aguirre (Aisén) con claros rasgos mapuches.

Colonia de lobos marinos (Otaria flavescens) en Valparaíso.

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Cometocino del norte (Phrygilus atriceps). Nido de carancho (Caracara plancus) en la Patagonia.

Pareja de bandurrias (Theristicus melanopis).

PPeellííccaannoo ppeerruuvviiaannoo ((PPeelleeccaannuuss tthhaagguuss))..

Queltehué (Vanellus chilensis).

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húmedo templado cubre cerca de 17 millonesde hectáreas entre las regiones VII y XI deChile (35ºS/ 47ºS), alcanzando también lavertiente oriental de la cordillera de losAndes en el lado argentino. Requiere una altadisponibilidad de agua, con un mínimo de2.000 mm anuales y distribuidos duranteprácticamente todo el año. Esta heterogé-nea selva húmeda está dominada por árbo-les siempreverdes como el coigüe, el ulmo(Eucriphya cordifolia), la tepa (Laure -liopsis philippiana), el laurel (L. sempervi-rens), el olivillo (Aetoxicum punctatum),el lingue (Persea lingue), el lineo(Weinmannia trichosperma), elavellano (Ge vui na avellana),etc. Según varios autores (fideLuebert & Plis coff, 2005), lanoción de bosque valdivianoen sentido amplio incluye,además de los bosqueslaurifolios, los caducifo-lios templados de No -tho fagus obliqua y N.alpina.

Sea como fue -re, se hace muynecesario y ur -gente detener latala de estos bos-ques, que ateso-ran una singularbiodiversidad enflora y faunahoy en peligro.

LA ISLA DE CHILOÉ

omo dicen los propios chilenos,nadie sabe exactamente dondeempieza oficialmente la Patagonia

en Chile; algunos simplifican las cosas afir-mando que es el territorio que

se extiende al sur de Puer -to Montt. Realizo estepequeño co men tariopor el hecho de quela denominada is -la de Chiloé, a pe -sar de pertenecera la dé cima re -gión de Los La -gos –de la quecons ti tu ye u -na provin-cia–, se en -cuen tra a 59km al sur -oeste de a -que lla ciu-dad, for man -do una uni-dad con o -tras muchasislas que lacircundan, co -mo consecuen-

cia del hundi mien -to del valle central y la

fragmentación de la cordi-llera costanera.

La superficie total delarchipiélago de Chiloé es de9.181,6 km2 y está salpicada decanales, ensenadas, golfos, la -gunas y lagos, que pude nave-gar rumbo a los campos dehielo y ventisqueros que selocalizan al sur del golfo de

Tiuque (Milvago chimango).

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Corcovado, adentrándonos de lleno en laregión de Aysen.

Chiloé, que significa “lugar de gaviotas”,es el hogar de los descendientes de huilliches,grupo que formaba parte del pueblo mapuche,así como de españoles y mestizos; esta islafue el último reducto español en Sudamérica.En mi visita pude admirar el rico y originalpatrimonio arquitectónico, en especial lospalafitos y las iglesias construidas íntegra-mente en madera, que la UNESCO ha distin-guido como Patrimonio de la Humanidad.

El Parque Nacional de Chiloé es un buenejemplo del bosque húmedo siempreverde,con precipitaciones que rondan los 3.000mm. El aislamiento ha propiciado la apari-ción de endemismos en lo que a fauna serefiere, sobre todo en los invertebrados. Aquípodemos encontrar el zorro chilote (Pseu -dalopex fulvipes), el pudu, la diuca, elmonito de monte, la camodrejita trompu-da, el carpintero patagónico, etc.

El bosque, siempre el bosque, ese mundovertical de Neruda: una nación de pájaros,una muchedumbre de hojas.

HACIA LOS CONFINES DE LA TIERRA

ólo he podido percibir el aromagélido y diáfano de la Patagoniaen la región de Aisén o, para ser

más exacto, desde que salí de Puerto Montten un crucero por los canales de la undéci-ma región; seis días dan para mucho y elpremio final, el Parque Nacional La gu naSan Rafael y la visión de su impre sio nanteglaciar, amén de las termas y bosques deQuitralco, nos fueron mostrando lo que ver-daderamente es el espíritu del Chile austral,sus gentes, su naturaleza y su vocación deúltima frontera. Las 800 millas de navega-ción nos acercaron a una geografía que sedesgrana en archipiélagos, islas, fiordos ycanales, donde se forja y se prueba el temple

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Blechnum sp. (bosque de Quitralco).

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y la pericia de los hombres del mar. Pocodespués de la salida avistamos el archipiéla-go de Llan quihue y el Golfo de Ancud,navegando entre islas al abrigo de Chiloé;pronto nos enfrentamos con las aguasintranquilas del Golfo Corcovado, que seaplacera al atravesar los canales Moraleda yFerronave, haciendo un alto en el camino enla remota y tranquila aldea de pescadores dePuer to Aguirre ubicada en el archipiélago delos Chonos. Aquí, nuestros mejores guíasson los niños y niñas que nos reciben en elembarcadero, prácticamente todos de origeny rasgos claramente mapuches, aunque aquíse extinguieron los primitivos indios chonosque tenían fama de ser expertos navegantes.Las aguas son especialmente ricas en“mariscos”, sobre todo moluscos gasterópo-dos y bivalvos, muy con sumidos por aquellacomunidad pesquera.

A través de los canales Ferronave y Pil co -mayo, después de dejar atrás el archipiélagode las Guaitecas, llegamos al fiordo Ele fan -tes, donde fondeamos a 20 millas del glaciar

San Rafael. Pasé una noche intranquila, conla ansiedad de vislumbrar lo que, sin duda,fue la perla de nuestra estancia en Chile: lalaguna de San Rafael y el glaciar del mismonombre. Hay que tener en cuenta que esteParque Nacional, el más grande de la regiónde Aisén, tiene una extensión de 1.740.000hectáreas, abarcando la totalidad de los deno-minados Campos de Hielo Norte y la cum-bre más alta de los Andes australes, el MonteSan Valentín, de 4.058 m.

l amanecer comenzamos a mover-nos por el fiordo Elefantes y pron-to empezaron a verse los primeros

témpanos de hielo de color azul celeste oblanco inmaculado; muchos de ellos servíande posadero para la gaviota dominicana,gaviota de Franklin (Larus pipixcan) ygaviota cahuil.

De pronto apareció la hermosa LagunaSan Rafael rodeada de bosques y montañassalpicadas de nieve, teniendo como telón defondo el inigualable glaciar de San Rafael,

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Bosque húmedo (Región de Aisén).

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Playero de Baird (Calidris bairdii).

Gaviota dominicana (Larus dominicanus).Gaviota cahuil (Larus maculipennis).

Yeco (Phalacrocorax brasilianus).

En las lagunas superficiales del salar de Atacama se alimenta la parina grande (Phoenicopterus andinus).

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Matico (Buddleja globosa).

Notro (Embothrium coccineum).

Nalca (Gunnera tinctoria).

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Chilco (Fuchsia magellanica).

Medallita (Sarmienta repens).

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de dos kilómetros de anchura y un frente detorres heladas de hasta 70 m de altura; des-cribir el espectáculo es un atrevimiento, aquícada cual debe estar consigo mismo, abs-traerse y procurar gozar en solitud de lo quela pródiga naturaleza nos ofrece.

Pero hay mucho más queapenas vemos o intuimos,una interesante fauna aladaque se mueve sigilosamentepor la laguna, las pequeñasis las, el bosque siempreverdey las orillas del enorme lago:son cormoranes guanay (Pha -la crocorax bougain vi llii), cis -ne de cuello negro, patohua la (Po diceps ma jor), al -ba tros de ceja negra (Dio -me dea me lano phris) y o trasmu chas especies que apenasre conocemos. Desde esoscampos de hielo, desde esosbosques milenarios y con el

mayor de mis respetos, me despedí de Chilecon el deseo y el firme propósito de volver.La Patagonia Sur, es decir, la XII región deMagallanes, con las Torres del Paine y losúltimos asentamientos humanos del conti-nente quedan en reserva.

Casa de Neruda en Isla Negra.

Tumba de Pablo Neruda y Matilde Urrutia en Isla Negra.

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l “Chile isla” que hemos abordadonos deja estos últimos datos sobresu biota terrestre que, aunque apro-

ximados y referidos a los grupos más conspi-cuos, hay que tomar con cierta cautela: sehabla de unas 32.000 especies descritas, de lascuales 44 serían peces continentales, 40 deanfibios, 96 de reptiles, 166 de mamíferos (50de ellos marinos) y 471 especies de aves (300de ellas nidificantes, con 6 endemismos con-tinentales y 5 insulares). Asimismo, la floravascular estaría cercana a las 5.200 especies(190 familias y unos 1.000 géneros).

Sin embargo, Chile se enfrenta actual-mente al grave problema que supone la des-trucción de sus hábitats más emblemáticos:disminución del bosque nativo, desecaciónde humedales y habilitación de terrenos parala agricultura y ganadería. La introducciónde especies exóticas, la caza y los incendiosforestales agravan una situación a la que noparece que se le ponga el freno definitivo.

En la última década se han redoblado losesfuerzos tendentes a mejorar las políticas con-servacionistas, propiciados en gran medida porlas universidades del País, los colectivos socia-les y las agrupaciones ecologistas. En ese sen-tido se están creando nuevas reservas, como elanunciado Parque Nacional Pablo Neruda enla X región de Los Lagos, que podría protegermás de 200.000 hectáreas del bosque templa-do lluvioso situado en la cordillera de la Costa.El poeta de la ecología y el pueblo chileno bienmerecen este esfuerzo, que cuenta con elapoyo del World Wildlife Found (WWF) y delpropio Gobierno de la República. Como muybien ha dejado escrito Neruda: ...”Bajo los vol-canes, junto a los ventisqueros, entre los gran-des lagos, el fragante, el silencioso, el enma-rañado bosque chileno”...

Mi admiración para el gran poeta de la paz.

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