el mundo del ochenta - jitrik

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Fragmento del Capítulo 2 de El Mundo del Ochenta de Noe Jitrik

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EL MUNDO DEL OCHENTA Noe JitrikFragmento del Captulo 2: El Nacimiento de la Argentina ModernaA- LA DIMENSIN POLTICA: EL REINO LIBERALLas estructuras polticas creadas por la provincia de Buenos Aires, el nacionalismo y el autonomismo, haban logrado ya antes d "la capitalizacin traspasarse al pas entero, sobre todo cuando se fusionan y se crea el Partido Autonomista Nacional que, desde Sarmiento en adelante, es el resonador de todos los problemas institucionales. Pero Buenos Aires, como lo hemos indicado, fue perdiendo el control en virtud del avance provinciano que llega a su culminacin con la derrota de los ltimos restos autonomistas encabezados per Tejedor. El resultado es la eleccin de Roca, un tucumano de 37 aos, un militar a la europea, un digno hijo de la Generacin del '37, un hombre universal y con sus lecturas al da, un nombre que entiende de estrategia, de economa, de literatura y de ideologa, capaz de afrontar un debate en cualquier terreno. Roca ahonda y define el proceso que lo llev al poder. En primer lugar, porque concibe su gobierno en el mismo sentido "progresista" en que lo concibieron sus antecesores, despus porque nada se opone a la universalizacin de dicho sentido para todo el pas, finalmente porque no se limita a la accin de gobierno sino que, crea una estructura poltica que a su vez, da forma a la intrincada relacin entre Buenos Aires y las provincias. Roca inventa un artefacto poltico, la "Liga de Gobernadores", al que mantiene sometido pero en el que tambin se apoya. Los gobernadores, promovidos aproximadamente por las mismas razones que el presidente, son los representantes locales de grupos poltico-econmicos que se han venido imponiendo a los viejos planteos y que pueden tener entendimientos con una Buenos Aires con la que ahora coinciden. Y como lo que ha ocurrido no ha sido una derrota portea sino una universalizacin de sus intereses y sus objetivos, la "Liga", organismo poltico, es el punto de partida de la creacin de una clase nacional, de lo que luego se llamara ms orgnicamente oligarqua y que reposa sobre tres o cuatro realidades: la propiedad terrateniente, la ganadera, la estrecha vinculacin con Europa, econmica y cultural, el culto al progreso" indefinido. De esta idea y sus supuestos se desprenden incontables consecuencias que son las que definen, en suma, toda la experiencia que llamamos del "30". 1 La oligarqua La oligarqua nacional ("la organizacin poltica compuesta por el presidente y la gente que lo rodeaba; los gobernadores y quienes los apoyaban; los legisladores nacionales que obedecan a los requerimientos del ejecutivo, ya nacional, ya provincial, y a los grandes intereses econmicos, principalmente de los terratenientes, que se aliaban con aqullos". MacGann) toma a su cargo la realizacin de este plan y lo hace con un sentido de misin histrica. Es un grupo predestinado que se propone la "salvacin" de su pas de acuerdo con pautas ideolgicas prestigiosas y que. no concibe que alguien pueda no participar de ellas ni de sus creencias. Y como esas pautas se construyen sobre la base de mtodos y aun de valores elaborados por las naciones ms desarrolladas del globo, se presenta a s mismo como una

especie de despotismo ilustrado en, virtud del cual se hacen dudosos los mtodos liberales que emplea para implantarlos adelantos ms excitantes. La idea de la misin que sus miembros se imponen y sus caractersticas desptico-ilustradas se articulan bien en un aparato que es eficaz en la medida en que funciona y se hace respetar: misin e ilustracin son adems los ingredientes del propsito ms profundo que consiste, en ltima instancia, en la voluntad de hacer ingresar al pas en el mundo de la cultura, en el mundo europeo. Esto suscita dos rdenes de conductas: primero, un conjunto de medidas para lograrlo, segundo, como es ya tradicional aunque siempre se vive como si fuera por primera vez, el sentimiento de que ya se ha logrado en virtud nada ms que de habrselo propuesto. Provoca, adems, tambin dos rdenes de resultados: primero, el adelanto cierto del pas, segundo, el condicionamiento del pas a estructuras de las que beba ese adelanto. 2 Paz y Administracin La oligarqua nacional admite que puede perfeccionarse ms all del acuerdo circunstancial al aceptar el lema de Roca "Paz y Administracin", una especie de exorcismo para conjurar por una parte el pasado y por otra para preparar al pas para su gran salto. "Paz" significa en realidad statu quo, que es en un primer momento capitalizado por quien lo propone; en trminos concretos, pero que resultan de un hbil falseamiento, "Paz" debe traducirse por "Liga de gobernadores" que representa una unidad por arriba en cuya eficacia se corra para llegar a la unidad por abajo; implcitamente, adems, es una especie de tregua al final de la cual habrn desaparecido aquellos con quienes se pact. Pero como.aun por arriba la "Liga puede ser demasiado institucional, Roca propone y todo el mundo lo admite, una gran reconciliacin que tiene como protagonistas e interesados a provincianos y porteos, a heredo-proscriptos y a hijos de urquicistas y rosistas: el roquismo no hace cuestin de origen poltico porque su misin es ms profunda y ms total; en el fondo, la reconciliacin es un llamado a la razn y a ia prudencia apersonas del ms alio nivel que no haban comprendido cunto tenan de comn para defender, o sea las concepciones e intereses de una clase que deba ser nacional para salir del atolladero en el que sus integrantes estaban metidos. 3 Los catlicos En este esquema de- reconciliacin hay un grupo, que se niega a entrar, sin los catlicos. Desde luego que no estn en contra del "progreso", preconizado en todos los niveles pero sospechan de l en virtud del punto de partida filosfico adoptado. Ciertas medidas, coherentes-dentro del sistema, referidas a educacin y familia, los hacen reaccionar y tomar, a su cargo elementos, ideolgico-polticos que los grupos reconciliados han abandonado. En virtud del antilaicismo se hacen tradicionalistas y esencialistas, estn en contra del liberalismo porque sostienen que conmueve y fractura los mbitos ms sagrados, la persona humana, la familia, la educacin, porque favorece el descreimiento y todos los vicios y aberraciones de un mundo sin Dios. Desde luego, en su momento no hacen ms que una oposicin pero sus puntos de vista se introyectan en la conciencia de los liberales que poco a poco, y a medida que su poltica produce efectos inesperados e incmodos, los asumen. A partir de la segunda presidencia de Roca- el liberalismo estar profundamente investido de rasgos esencialistas y tradicionalistas que desde 1880 haban caracterizado a los catlicos (Goyena, Estrada, Pizarra, etc.). 4 La nueva aristocracia La oligarqua y el grupo "reconciliado" ("coalicin del grupo conservador del pas en pos de los dirigentes ms sagaces que esta clase haya tenido", MacGann) engendran una especie poltica y social nueva surge, por decir as, un hombre nuevo cuyos rasgos definitorios, a partir de 1880, se ajustarn perfectamente a la evolucin de la clase nacional a la que pertenecen. Pero el punto de partida no es una mera agregacin, de peculiarismos provincianos sino una actitud comn

articulada bsicamente sobre el modo de ser porteo, ese aristocraticismo que se traspasa a la oligarqua y en cuyos lineamientos todos quieren participar. Pero el aristocraticismo sufre necesariamente dos momentos de variante: el primero cuando no puede ser ms paternalista, en virtud del incremento de la relacin econmica, y se convierte en una casta cada vez ms aislada; el segundo cuando debe renunciar a la lucidez en virtud de los elementos nuevos que se han aadido al proceso y que ya no maneja. De todos modos, esto iio significa que los porteos hayan ingresado con la misma disposicin que los provincianos en este sistema social. El antagonismo seguir actuando unos aos ms pero se ir diluyendo en las actitudes de conservacin que caracterizan a la presunta aristocracia, es decir a la .clase social ms poderosa.

B - TRASPASO DE RASGOS ECONMICOS PORTEOS A LA NUEVA ESTRUCTURA DEL PODER ECONMICODel mismo modo que en lo poltico, es Buenos Aires quien impone al pas su estructura econmica bsica. De ah que se haya dicho que la capitalizacin no fue para el interior ms que un triunfo a lo Pirro: el interior no slo no pudo sustraerse a los signos del proceso dirigido por Buenos Aires, sino que entr en l y coadyuv en su evolucin. Si los provincianos colaboraron fue porque por un lado intentaron reproducir en sus provincias el esquema porteo, creyendo que los resultados, seran similares y, por el otro, confiaron' en que recibiran algo del gran bienestar y ei gran progreso que se avecinaba. Por eso no vacilaron en tratar de integrarse lo cual permite sealar (Enrique Barba) que la oligarqua es expresin poltica de ganaderos, terratenientes, y, en general, de personas ligadas a intereses portuarios y ferroviarios, es decir emergentes de la estructura de Buenos Aires. Y la poltica, expansiva oligrquica, que en verdad engrandece a- la provincia y a la ciudad de Buenos Aires ms que a ningn sector o regin nacional, se apoya en un conjunto de medidas o tendencias, econmicas que tienen fundamento bsico: la Argentina no puede sostener un plan aislacionista ni autonmico sino que debe integrarse en un orden econmico fuerte, del que debe formar parte. Este orden era encabezado y dirigido por Inglaterra que necesita de determinados productos (materias primas) y que puede proporcionarnos todas las manufacturas que podemos necesitar. Ese gran desuno, en lo econmico, tiene, un esquema de realizacin muy simple: se trata de desarrollar la produccin que interesa a Inglaterra, es decir la ganadera y todo lo dems viene por aadidura. Una vez lograda, es decir embarcados los productos, se completa el circuito. Vamos a considerar cules son los elementos que componen este esquema.

1 Elementos relativos a la produccina Para que la ganadera sostenga, el intercambio es necesario que la produccin sea ptima, ya sea en lo que concierne al tipo de ganado que Inglaterra acepta comprar, ya sea, correlativamente en lo que se refiere a las condiciones de la produccin. El saladero no tiene ms sentido frente a las nuevas aunque incipientes tcnicas de tratamiento de carnes para la exportacin. Eso hace, que no slo los cueros y las astas sean vendidos sino tambin las carnes, congeladas, a partir de 1876. Hay que producir, por lo tanto, un tipo de carne especial, no criolla, que se logra por mestizajes. Es necesario, en consecuencia, un lugar adecuado para realizarlo: la vieja estancia semifeudal da paso a la estancia moderna, donde se experimenta, donde se acepta la tecnificacin, donde se estudian las mejores condiciones para la rpida obtencin de lo que va a ser la mayor fuente de riqueza nacional (Wernicke). b La estancia supone una poltica de tierras preliminar; por un lado, entonces, con la conquista del desierto, aumentan los propietarios y-se extienden las propiedades (por leyes especiales del Congreso se otorgan, en tierras las recompensas a los expedicionarios segn su jerarqua; como es de imaginar Roca es el ms beneficiado; en toda la historia de la entrega de tierras los militares, en distintos momentos, han recibido 20.000.000 de hectreas sobre un total de 32 donadas; adems, como todava quedan tierras fiscales libres, comienza una enajenacin

preferencial que promueve todava ms el latifundio, problema, que se arrastraba desde la Colonia y haba sido estimulado por la enfiteusis rivadaviana y la poltica rosista (segn Sommi, entre 1876 y 1893 fueron enajenadas 41.787.000 hectreas). Segn Mac Gann existan dos clases de propiedades, las grandes, de 6.000 a 8.000 hectreas, y las enormes, de ms de 80.000 hectreas. Los propietarios de estos campos los destinaban naturalmente a la ganadera con vistas a la produccin tecnificada aunque haba tambin tierras improductivas. La tierra empez a valorizarse despus del primer, gran reparto por razones concurrentes; en primer lugar porque ya exista explotacin, lo cual dio de inmediato ventajas a las tierras bonaerenses; en segundo lugar porque como ya producan empezaron a gozar de la instalacin de ferrocarriles, y, finalmente; porque eran objeto de mejoras. Este proceso se fue extendiendo hacia zonas cada vez ms lejanas y consolid lo que nunca dej de ser para la Argentina el ms slido valor y la inversin ms segura. Pero al principio la valorizacin fue tan vertiginosa que provoc una especulacin delirante, causa, entre otras, de la crisis del 90 que, como es previsible, no afect realmente a la oligarqua- (Atalfo Prez Aznar). Pero adems, entre los planes liberales estaba la diversificacin hacia el lado de la agricultura; donde pudo iniciarse la tierra sigui aumentando de precio pero hasta pasado el 90 el proceso no fue rectilneo en virtud de la oposicin de los ganaderos. Esto se vincula tambin con la cuestin inmigratoria de la que hablaremos despus. Paralelamente a esta atencin puesta sobre la tierra se producen dos hechos tambin importantes. El primero es la delimitacin de las propiedades, muy confusas y entremezcladas y litigiosas desde la Corona hasta el final de la Conquista. Se depuran los ttulos y se comienza un proceso de alambramiento que va a dar por tierra con la estancia antigua, de frontera, y que va a permitir el nacimiento del establecimiento moderno con sentido productivo (Sbarra). Sin duda que adems cambiar la fisonoma de la pampa abierta, las costumbres campesinas, las relaciones humanas y la forma de conexin de la oligarqua con la tierra. A. esto nos referiremos al hablar de las transformaciones de mentalidad que se producen en el 80. El segundo hecho mencionable es que los propietarios de tierras reciben algo de lo que la tierra est significando para el pas: aumenta su poder y, por consecuencia, su funcionamiento de clase, ya muy slido, es todava ms compacto as como su capacidad de exigencia poltica y social. En virtud de la tecnificacin, comienza a distinguirse entre dos momentos de la crianza del ganado: la cra y el engorde, tareas que no se cumplen en .el mismo campo y que implican valorizaciones econmicas tambin diferentes; eso engendra dos tipos de proletarios y productores, los criadores y los invernadores que, por esa razn, van creando mentalidades opuestas, con concepciones polticas a veces incluso divergentes. Este fenmeno se terminar por expresar muchos aos ms tarde, en la poca radical. c Los ferrocarriles se convirtieron desde temprano en instrumento de la ley del "progreso y cumplieron un papel mediato e inmediato al mismo tiempo, trascendente e inmanente porque por un lado serviran para civilizar el pas y comunicarlo, por el otro porque en s mismos constituan o terminaron por constituir un negocio. En cuanto al primer aspecto, es bien clave que cuando Mitre inaugur el Ferrocarril del Oeste; la breve lnea que sala de la actual Plaza Lavalle y llegaba 10 Km. despus hasta. Floresta, el pas se introduca en la revolucin industrial y la haca suya o por lo menos reciba sus indudables ventajas adems de iniciar un importante aspecto del proceso preconizado por los padres del liberalismo argentino. Se comprende la euforia y las esperanzas puestas en este moderno medio que iba a terminar con el fantasma de la extensin, si los indios lo permitan. A partir de entonces, y muy lentamente., se fueron creando nuevas lneas que iniciaron, adems, el sistema radial bien conocido: todas partan de Buenos Aires y tendan, como es fcil suponerlo, a acercar materias primas al puerto. El primer ferrocarril fue construido con fondos argentinos pero lo ambicioso de los proyectos sucesivos oblig a recurrir al capital ingls que estaba, por supuesto, en pleno perodo, de

exportacin, dispuesto a colaborar como que haba advertido qu excelente medio de control de la economa argentina poda significar el "camino de hierro", galicismo que empleaba Sarmiento. A medida que los ingleses construyeron ferrocarriles van exigiendo garantas que son ya financieras, ya fsicas. Esto tiene consecuencias importantes: por un lado, porque obliga a los gobiernos a respaldar con el total de su economa las inversiones extranjeras, lo que hace que las concesiones deban ser otorgadas por el Congreso con la previsible secuela de corrupcin; en cuanto a las garantas fsicas, como no se pueden dar hasta que los indios no son eliminados, los ferrocarriles son instalados en zonas seguras, lo cual beneficia, como es imaginable, otra vez ms a los ganaderos bonaerenses. Al mismo tiempo, esto confiere un carcter poco pico a la instalacin ferroviaria argentina, sobre todo comparndola con el proceso norteamericano. De todos modos, el ferrocarril va adquiriendo en esos aos categora de smbolo, es el "progreso" y sus tcnicos son prototipos; Alberdi escribe un libro, sobre Wheelwright, el ingeniero ingls, el hombre moderno, el hombre- del futuro: Hasta 1880 se haban construido 2.318 km. ms, los cuales abrieron las compuertas de las concesiones que se hicieron vertiginosas en el perodo de Jurez Celman. Con todo, en el periodo de Roca, el Estado haca o fomentaba inversiones nacionales en los ferrocarriles: en 1885, el 45% le perteneca. Esas concesiones, a su vez, se hacan a compaas presentadas por argentinos que representaban capitales nacionales o ingleses. Luego, esas, compaas cotizaban en la Bolsa. Parece obvio decir que los que las obtenan ms rpidamente eran amigos del gobierno, personas que integraban el sistema antes descripto y llamado "oligarqua". La garanta financiera a que hemos aludido era en relacin con los beneficios; era esto lo que se garantizaba a punto. tal que en 1888 (Sommi) se haba pagado 3.000.000 de pesos oro por este concepto. En alguna no desdeable medida este drenaje se convierte en factor de la crisis del 90. El ferrocarril es elemento protagonice de todo este proceso: hay una confianza mstica en sus poderes transformativos y representa el punto de confluencia entre una organizacin interior y una poltica exterior, es decir el sitio de encuentro entre la concepcin que se forja en la alta burguesa argentina y los designios del capitalismo britnico. d Desde la poca de Rivadavia se saba que sin hombres no se puede fundar una economa productiva. En ese momento se procur la mano de obra en forma preferentemente compulsiva, mediante las leyes de vagos y la famosa papeleta de conchabo, de nefastas consecuencias: quien no fuera propietario o empleado de un propietario no posea la papeleta y por lo tanto era considerado "vago" lo cual daba al gobierno el derecho de hacerlo servir en un establecimiento o en los ejrcitos de lnea, en la frontera. Como se comprende, esta poltica diezm con el tiempo a los naturales, los "gauchos", o los arroj a la montonera de modo tal que cuando se quiso iniciar la animosa empresa de la produccin moderna, hacia el 60 no se tena hombres o los hombres eran dscolos y no queran trabajar. El proceso de liquidacin del gaucho llega a su punto ms alto durante los ltimos conflictos armados, cuando la guerra con el Paraguay y las campaas antimontoneras; Jos Hernndez denuncia esta situacin desde su diario "El Ro de la Plata" pero en el fondo est reconociendo que el gaucho ya no existe, que ha desaparecido como raza y ese lamento constituye la materia de su inolvidable poema. Pero a partir del gobierno de Avellaneda la situacin se estabiliza: al gaucho se le plantea la transformacin burguesa del pas del mismo modo que al estanciero. El gaucho tiene dos .caminos: adaptarse y convertirse en pen o la directa criminalidad. Literariamente, esos dos caminos estn sealados por Jos Hernndez en La vuelta de Martin Fierro y Eduardo Gutirrez en Juan Moreira. De todos modos, la oligarqua organizadora no confa demasiado en el gaucho adaptado: no en vano reposa ideolgicamente en las tesis sarmientinas; confa ms en el inmigrante que va a cumplir con muchos objetivos a la vez: se supone que el inmigrante conoce labores agrarias, se supone que lleva consigo, en su sola persona, los grmenes de la civilizacin europea, se supone que es tnicamente ms valioso. La inmigracin comienza lentamente en la poca de Mitre y se va acrecentando a medida que el desarrollo

econmico se hace ms tangible; hay una poca intermedia en la cual el elemento criollo, recluido en la ganadera, y presintiendo la amenaza de mano de obra barata, rechaza la llegada de inmigrantes. De hecho, la xenofobia naci primero en las capas criollas y se fue desplazando con cambios de signo hacia las superiores ya muy avanzado el proceso. Los inmigrantes fueron trados o alentados a venir para realizar tareas agrarias, ganadera y agricultura. Para lo primero, tropezaron con la hostilidad proletaria y un sistema de explotacin que no exiga mucha mano de obra, para lo segundo con la falta de tierras y de una estructura agraria en la que pudieran insertarse. Adems, no siempre los inmigrantes tenan formacin agraria o les interesaba la tierra. El Estado trat de solucionar la cuestin sin afectar el derecho a la propiedad creando pocas colonias agrarias en tierras fiscales que no podan absorber la afluencia ilimitada; de ah que los extranjeros empezaron a hacinarse en Buenos Aires hasta superar la poblacin original: en 1869 tena 3 67.000 habitantes, en 1890 haba 500.000 de los cuales 300.000 eran extranjeros. En la misma poca, en Santa Fe haba 122 colonias con 120.000 habitantes. La euforia oficial por la llegada del inmigrante dur casi hasta 1910 pero ya a partir de 1884 se advierten sntomas ce malestar, de disconformidad por esta poltica. Sarmiento, gran terico de la inmigracin, escribe en esos aos dos series de artculos reunidos bajo los ttulos de Condicin del extranjero en Amrica y Conflicto y Armona de las razas en Amrica donde est casi totalmente de regreso de sus tesis facundianas. Podramos decir que en ste como en tantos otros terrenos el prcer es un iniciador; aqu lo es de la xenofobia. En 1887, se publica una novela titulada En la sangre, de Eugenio Cambaceres, tpico hombre del 80, en la que se cuestiona biolgicamente al inmigrante. Poco a poco esta tendencia progresar y se crearn grandes conflictos, adems de los problemas-sociales que la presencia del extranjero especialmente en Buenos Aires provocarn. Ni qu hablar del cambio de fisonoma del pas ya sea por lo que se suscita en la alta burguesa como en lo que respecta a las nuevas clases sociales que nacen y a los problemas que se despliegan confundiendo y desconcertando a los lcidos constructores del 80, que crean comprenderlo y dominarlo todo.