El mundo de los juguetes Capítulo 1

Hacía calor, aunque en el coche de mis padres; blanco y de pintura desgastada por el tiempo, con manchas de barro seco

incrustadas en la parte trasera y una abolladura en la parte delantera izquierda ; estaba encendido el aire acondicionado.

Por la ventanilla se asomaba un paisaje pintoresco que dejaba al

descubierto una peligrosa y estrecha carretera en la parte derecha y un extenso

prado color verde en la parte izquierda. En él un grupo de ovejas pasta

tranquilamente ,mientras sus crías corretean y juegan sin pensar en

el futuro que les espera, un poco mas lejos una oveja solitaria bebe de un

estanque donde relucen los colores de varios peces de diversas formas y

tamaños .El coche se para y abrimos la puerta , estaba claro que había llegado el

verano. Una brisa cálida me echó hacia atrás el pelo ,mientras una lengua de

perro me chupaba la mano, como si quisiera llamar mi atención .Era Max, el perro de la vecina. Lo supe enseguida gracias a

su inscripción dorada en el collar rojo que le rodeaba el cuello al gran animal. Digo gran animal en especial por su

tamaño .Un San Bernardo no podía pasar desapercibido. Aquel animal era un perro grande , una gran cantidad de pelo

marrón y blanco rodeaba su cuerpo. Sus patas del tamaño de pelotas de futbol ,color negras, corrían en busca de diversión,

de algún niño con quién jugar o simplemente de pasar el rato. Un hocico gigantesco y unos afilados colmillos que no le

servían para mucho pues no hacía daño a nadie. Solo le servían para mordisquear los juguetes para perros y la comida que le

daban. No haría daño a una mosca nunca mejor dicho.

Como es costumbre ya para mí , mi hermano pequeño Izan me tiró del pelo. Solo tenía diez años pero incordiaba tanto como

un niño de cinco. Mis padres dicen que nos parecemos mucho pero yo creo que somos polos opuestos. Izan es ,cómo

decirlo….especial. No sabe pedir las cosas por favor ,es un egoísta y un chulo ,se tira dos horas diarias en el espejo y no

puede salir a la calle sin su peine. Melena morena y ojos verdes demasiado vivos. No ve muy bien pero se niega a usar

gafas. Piel morena pero tampoco como un conguito .Ni alto ni bajo ,un metro y medio diría yo. No está ni gordo ni

delgado ,simplemente está en forma y no se pierde un entrenamiento de fútbol ni aunque lo maten. En fin una persona a

veces insoportable ,pero le quiero mucho y probablemente dentro de unos años se convierta en una de las personas con las

que mejor me lleve ,pero de momento es mi hermano Izan .

Yo en cambio, melena castaña quizás con mechas rubias por el sol, ojos marrones y aunque a veces me cueste siempre con

una sonrisa en la boca. Siempre me ha gustado como soy , no me importa si soy rubia con ojos azules o morena con ojos

verdes.

No me considero ni alta ni baja, más bien normal. Es mi forma de ser , no me cuesta hacer amigos ,creo que soy muy

abierta, pero también sino conozco mucho a las personas me corto un poco ,como cualquiera. Yo creo que mi forma de ser

no coincide con la de mi hermano , él es mucho más arrogante que yo y yo pues muchísimo más torpe . Sea como sea estoy

feliz conmigo misma.

-¡Izan qué me haces daño para ya! ¡Ayyy!

-Quejica ,si ni siquiera te he tocado.

-Mentiroso, ¡Ay mamá dile que pare!

-Lo mismo de siempre- dijo mi madre en bajo-Ya basta chicos, hemos llegado.

Es verdad , ya nos habíamos bajado del coche y estábamos observando el paisaje. Hace unos días les había llegado a mis

padres una carta de un tío lejano que se había muerto. No le conocíamos de nada pero éramos su única familia y nos

habíamos quedado con su mansión. Además hace poco habíamos tenido un incendio en mi casa y la estaban restaurándola,

así que teníamos que vivir allí este verano. No se cuanto tardarían pero había una cosa que estaba clara , aquella casa era

especial , como lo iba a ser ese verano.

[…]

“Toctoctoc “llamaron a la puerta. Al instante abrió una señora. Su pelo rizado, enrollado en dos moños laterales , color

oscuro, iba perfecto con su piel pálida y con sus grandes y temibles ojos negros. Alta , muy alta casi 1’90 diría yo. Lo más

divertido era su extraña forma de caminar a lo robot. LO que más miedo daba era su acento grotesco, seguramente alemana

o rusa. Levaba ropa oscura. Una falda gris y larga que le llegaba hasta las rodillas, bajo un chaleco descolorido una camisa

blanca de manga larga y unos zapatos ortopédicos que daba miedo mirarlos.

-¡Hola , soy Richberguer! La criada de la mansión , si desean algo llámenme –dijo. Y así sin más ,se fue. Creo que ya nos

conocía, por que nos dejo pasar sin decirnos nada. La mansión era enorme sin duda , pero también estaba llena de mugre.

¡ O no ¡ ya sabía lo que eso significaba mama nos haría limpiar toda la casa, es decir , los tres mugrientos y malolientes

pisos. La casa quitándole toda la suciedad era bastante bonita. Una alfombra roja, con encajes dorados en los bordes cubría

el ancho y desgastado parqué del salón . Muebles viejos y llenos de polvo pero muy cómodos. El polvo cubría también las

estanterías plagadas de decenas de libros viejos de todo tipo. Desde geografía hasta medicina , pasando por álgebra, sociales,

naturales, física etc. No estaba tan mal , solo había que limpiarla un poco y listo , solo que un salón, dos baños, una cocina,

siete habitaciones, cuatro pasillos y un ático daban mucho que limpiar.

-¡Por fin !- gritó mi hermano echándose a la cama de la habitación.

-¡Si , yo también estoy muy cansada, pero fuera de mi cama!

-¡Cómo que tu cama, dirás mi cama!

-¡O no nonono !Yo soy la más mayor y elijo la de arriba!

-De eso nada , serás la más mayor pero también la más tonta . La litera de arriba me la pido yo.

-¿ De qué estas hablando? Yo no le dije nada a papá ni a mamá sobre Óscar así que me debes un favor.

-¡ Está bien ! Pero con esto ya no te debo nada.

Para que quede claro .Óscar era la mascota de Izan. Mis padres no le dejaban tener una serpiente y él la escondía debajo de

la cama. Pero hace poco se le escapó en un paseo por el bosque , así que se iba a comprar una nueva cuando volviese a casa.

Por cierto, a mí me da repelús pero bueno de momento le hago chantaje ,así que no me viene del todo mal.

Después de preparar toda mi ropa y mis cosas, salí a dar una vuelta por el pueblo, pero como la casa estaba a las afueras y yo

soy muy despistada, me perdí.. Acabé en un bosque, lleno de palmeras, helechos,setas, flores extrañas…Os lo decribo.

Me adentré en una inmensa fila de palmeras tan altas, como rascacielos. La vegetación allí , resultaba un poco extraña ,

como prehistórica , llena de flores exóticas y de vistosos colores, que ocultaban en ellas todo tipo de insectos de

formas ,tamaños y colores inexplicables. Una senda casi interminable de un millón de colores diferentes y a un lado un

riachuelo cristalino. Unos pasos más adelante algo misterioso. Era un cueva dónde había un cartel de

“¡PROHIBIDO , NOOOO PROHIBIDÍSIMO EL PASO!”

Me entró la curiosidad, quería entrar pero no sola, tendría que esperar un poco más.

[…]

Cuando ya estaba en el pueblo, me entró una sed terrible, así que fui a una fuente cercana. Al agacharme a beber agua…

-¡ Cuidado!- se oyó uno voz. Pero ya era tarde , PLAASSS .¡ O no ! Me había calado entera.

-Ten cuidado ,la fuente esta rota jajajaja- Delante de mi apareció una chica, morena y con pelo largo. Piel morena y ojos

verdes, muy bonitos, sonrisa no le faltaba, dibujando en su rostro una bonita y ligera curva. Llevaba un vestido verde con

estampado de flores y un collar de una flor dorada adornada con piedrecitas azules, un cinturón ancho y marrón y unas

parisinas marrones adornadas con un pequeño lazo del mismo color.

-Hola, soy Maya. Cómo la abeja- me dijo, y sonrió cariñosamente.

-Hola, jaja , yo soy …-pero no pude decir más porque volví a tocar la fuente y acabé más mojada de lo que estaba.

Después de recuperarme estuve hablandoun buen rato con ella. Que chica tan maja y habladora.

-Entonces eres nueva en el pueblo, ¿no?- preguntó.

-Si, me acabo de mudar y no conozco a nadie- dije.

Entonces, me enseño todo el pueblo y a todos sus amigos también .En todo el trayecto que estuvimos de excursión , no dije

ni una palabra, solo hablaba ella. Pero me entretenía escucharla. Andando, hablando y volviendo a caminar llegamos hasta el

bosque y más tarde hasta la cueva donde había estado yo antes.

-¡ Alaaa !Que chulo vamos a entrar- me dijo.

-¡Estás loca! Pero si pone prohibido el paso-le contesté - ¡Yo no voy!

-¡Gallina, gallina! –dijo, y echó a correr saltando la valla.

-¡Espera! –yo no me quería quedar sola , así que corrí tras ella.

Al pasar aquel oscuro lugar me di cuenta de que aquello no era una cueva , sino un túnel, tan oscuro como el saco del

Olentzero.

-Jajaja mira- me dijo Maya y se detuvo por fin- detrás de esta roca está la salida.

-Maya ten cuidado-le dije- puede ser peligroso y además aquí resbala mucho…. – no pude decir nada más porque me caí por

una grieta en forma de espiral que había en el suelo.

¡PLOOOF!

Se oyó un golpe sordo al caerme en el suelo – auuuuuu…- dije. –Maya no se te ocurra bajar por favor, ya encontraré yo la

forma de…-y otra vez no pude acabar , porque Maya se me cayó encima.

-¡Maya! Te has caído encima.

-Perdón , pero no quería quedarme sola.

Hicimos el trayecto de 5 pasos y luego llegamos hasta una pared, la cueva o túnel no tenía salida.

-Pues menuda cueva- dijo Maya.

-Tal vez, haya una entrada secreta –le dije, y con lo torpe que soy me tropecé y al apoyarme contra la pared, el duro y grueso

muro de piedra se desvaneció , como polvo en el viento. Yo no me quejé , pero Maya solo tuvo palabras para decir-

Guauuuuuuu- a nuestro alrededor se abrió un mundo repleto de sorpresas.

Capítulo 2

-¡Esto es increíble!-dijo Maya. Yo todavía dolida por el golpe me levante pero no me dio tiempo a decir nada, porque ante

mis ojos se había abierto un mundo mágico.

Había árboles parlantes rodeados de una manada de unicornios de plastilina y unos soldados de juguete. Junto a un lago de

batido de chocolate, pastaban tranquilamente caballitos de madera y al lado una granja de Pin y Pon . De las rocas salían

ositos de peluche y de los troncos todo tipo de insectos de plástico. Había una gran manada de coches teledirigidos, un hotel

de Polly Pocket y una peluquería para las Barbies y las Bratz. Un mundo de los juguetes.

-Alaaa-dijo Maya sorprendida-mira cuántos juguetes, pero si hasta hablan y todo.

Era increíble. De repente una muñeca de plástico se nos lanzó encima y nos roció con un gas rosa que nos hizo dormir.

Me desperté soñolienta, estaba rodeada de rosa. Una habitación de extensas paredes color fucsia ,una alfombra rosa palo,

como los demás muebles, rosas. La gran cama y los coquetos cojines de punto rosa chicle, un armario rosa oscuro , dejaba

asomarse a unas divertidas prendas , de todos y cada uno de los tipos de rosas que se pueden encontrar y los diminutos

zapatos rosas de purpurina. La lámpara era rosa salmón ,preciosa y había una mesita rosa oscura junto a un juego de té ,

como no, rosa. Todo en aquella habitación parecía salido de un cuento de princesas rosa. Todo era rosa excepto , un bonito

medallón azul celeste en forma de corazón. Con tanto rosa no me di cuenta de que la misma muñeca que nos había atacado

antes acababa de entrar.

-¡Hola! –gritó la extraña criatura -¿hablas mi idioma?

- Si tranquila no hace falta que grites .

-Bien entonces ¿ es que no sabes leer? No has visto el cartel .

- Si , pero es que verás , venía siguiendo a una amiga…¡Maya! - grité -¿Dónde está?

- Tranquila , tu amiga la charlatana está bien-dijo – solo quiero que me digas a qué has venido.

-Pues la verdad, fue un error entré por una pared..

- ¡Qué!-gritó-por una pared… eso es imposible, solo..-de repente cogió el mismo medallón azul que había visto antes y lo

acercó a mi mano. Aquel extraño objeto comenzó a brillar con tanta fuerza que la muñeca tuvo que apartarlo para no

quedarse ciega.

-¿ Sabes lo que es ésto?

-No, la verdad.

-Es un medallón que dice quién es la persona ideal para salvar nuestro reino.

-Ya pero…

-Pero nada ,esto significa que tu eres esa persona , un tipo de elegida- lo volvió a acercar y volvió a brillar, así que tuve que

creerme eso.

En ese momento Maya entró saltando radiante por la puerta, y detrás de ella unos alegres soldaditos pequeños caminaban en

fila al compás de una alegre melodía pegadiza.

-Hola, mira que monos , me los encontré por el camino y me empezaron a seguir.

- ¡ Maya estás loca! pueden ser peligrosos.

-No, tranquila- dijo la muñeca- no lo son. Se llamas plomis, los soldaditos de nuestro rey ,el gran soldado de plomo.

Y la verdad es que eran muy graciosos.

-¿Y dónde está vuestro rey?

-¿No te sabes la famosa historia?

- No.

-Puf te la contaré. Había una vez una casa donde vivían un niño y una niña , en un cuarto lleno de juguetes. Había una

muñeca de trapo rosa, unos caballitos de madera, una bailarina, un soldadito de plomo…Poco a poco los niños se fueron

haciendo mayores y ya no jugaban con los muñecos, entonces decidieron olvidarlos en una cueva. El soldadito estaba

enamorado de la bailarina, que era el único muñeco que no tiraron. Como los

niños seguían viviendo allí , todas las mañanas el soldadito se colocaba en la parte más alta de la cueva para ver a la

bailarina desde la ventana , esperando el momento oportuno para rescatarla. El también lo tenía difícil porque le faltaba una

de sus piernas. Un día cuando el soldadito había decidido por fin ir a rescatar a la bailarina hubo un gran incendio que

destrozó todo a su paso incluyendo a la bailarina. Pero ella no murió del todo su alma quedó encerrada en un medallón azul

que le había regalado el soldadito. Cada uno tenía el suyo y el soldadito se quedó con uno igual que el de la bailarina. Lleno

de rabia cuando el soldadito regresó a la cueva prometió que nunca más dejaría salir a algún juguete de aquí , por miedo a

que acabaran como la bailarina. Pero dice una leyenda que si juntan de nuevo los dos collares y hay una persona que sea

capaz de sujetarlos y que brillen , la bailarina volvería junto al soldadito. Si lográramos encontrar el otro colgante quizá la

bailarina se salvaría.

-Uaggggggggggg- dijo Maya- que historia tan triste.

Los plomis la vieron y sin saber por qué ellos también se pusieron a llorar exageradamente.

-¿Pero la casa esa, donde vivía la bailarina, dónde está?- dije. La muñequita me enseñó una foto y no me lo podía creer, era

la casa en la que estaba viviendo yo ahora, la casa de mi tío lejano.

Después de una taza de té, salimos de la casita de muñecas. Nos despedimos de todos y quedamos en volver a vernos al día

siguiente.

-Oye, puede que el colgante siga todavía en tu casa-dijo Maya.

-Puede que sí, pero será muy difícil encontrarlo, la casa es muy grande.

-Habrá que intentarlo, jajaja- propuso Maya.

-Pues claro que sí.

Al llegar al cruce nos despedimos y quedamos al día siguiente a las 9 y media en el café del pueblo, para intentar buscar el

colgante.

-¡Mamá , papá ya estoy en casa!

-Hola cariño- dijo mi madre- tu padre y yo hemos pensado en ir mañana a visitar el pueblo de al lado y el lago. ¿Quieres

venir con nosotros?

-Oh mami es que mañana me viene mal , he quedado ya con Maya.

-Pues no pasa nada, iremos tu padre y yo.

-¿Izan?

-Se quiere quedar con sus nuevos amigos.

-Ah, vale-le di un beso en la mejilla y subí las escaleras hasta mi habitación.

[…]

A la mañana siguiente puntuales desayunamos en el café. Mientras Maya mojaba una magdalena de chocolate en su cuenco

de leche fría y comía una tostada con mantequilla y mermelada de fresa, me explicaba lo que tenía planeado para hoy.

-Bueno a ver a las 10 y media hemos quedado con la muñeca y a las 11 tenemos que estar en tu casa para empezar a buscar

el colgante, porque si no te has dado cuenta la casa es muy grande y tus padres vuelven a las 7.

-Está bien , me gusta tu plan para hoy.

Terminamos de desayunar y fuimos directas a la casa de la muñeca. Qué extraño lugar, pensé .Al pasar la cueva la muñeca

nos estaba esperando.

-Buenos días chicas- dijo.

-Buenos días -respondimos a coro.

-Vosotras os encargáis de encontrar el colgante y nosotros de intentar traer al soldado.

-¿Por qué no iba a querer ayudar?

-Porque no quiere acordarse de la bailarina, ilusionarse y luego quizás no poder verla porque algo sale mal.

La muñequita se montó en su unicornio y comenzó a volar hacia el castillo del soldadito de plomo. Estaba lejos, muy lejos,

más lejos que la línea del horizonte, más lejos que cualquier monte que se pudiera divisar en kilómetros.

-Bueno ya hemos llegado- dije.

-¡Qué grande! Bueno qué te parece empezar por el sótano.

-Bien , bien. Vamos.

Estuvimos toda la tarde buscando y no encontramos absolutamente nada. Eso si ,notamos como si alguien nos estuviera

viendo.

-¿Tú también lo has notado no?- me preguntó Maya.

-Si , era extraño como si alguien nos vigilara. Pero era alguien bueno como si nos ayudara a buscar. Por cierto hay un sitio

donde todavía no hemos mirado.

-¿Cuál?

-La habitación 306.

-¿Dónde está eso?

-En una habitación a la que la ama de llaves no nos deja entrar. Da a la ventana…

-¿A cuál ?

-¡A la antigua habitación de los niños!

-Entonces ahí debe de estar el colgante.

-Si, vamos venga son las seis, todavía tenemos una hora para encontrarlo.

Salimos corriendo del café donde habíamos parado a comer algo ,y llegamos corriendo hasta la casa. Subimos las escaleras

y llegamos hasta la habitación 306.

Capítulo 3

-¡Corre, corre, corre!- me gritaba Maya.

-Ya voy, no puedo correr más.

-Iré más despacio.

-¡Menos mal!

Llegamos a la habitación 306. Una puerta roñosa y llena de polvo negro; cenizas. Tragué saliva. Intentamos abrir la puerta

pero estaba cerrada.

-Eh, Maya, ya sé, ésto tiene que tener una llave, quizá si le preguntamos…

PLOOOF

-Ya está.

-¡¿Pero como lo has hecho?!- Maya había tirado la puerta de golpe con una patada.

-Tengo un hermano pequeño.

-Ya y yo , pero no se hacer eso.

-Ya pero aparte del pequeño tengo tres mayores.

-A claro , entonces… jajaja- entonces empecé a toser, con el golpe se había levantado polvo.

-Venga quejica adentro- y me empujó hacia la habitación .

Todo estaba lleno de cenizas, todo era negro. Se conoce que el fuego empezó ahí , en esa parte de la casa. Esa habitación me

recordaba a la mía de pequeñaja. Pareces rosas creo, y una blandita cama de colchón blanco. Me imaginaba mi antigua

habitación .

-Maya, esto me recuerda a mi habitación –le dije.

-¿Por qué ?

-No lo se.

-¿Cómo era?

-Pues era rosa- empecé a explicarle- las paredes más bonitas de un rosa palo tan clarito que nunca te hubieras imaginado que

ese color era rosa. Los muebles de madera de roble estaban pintados de blanco. La cama, con un blandito colchón blanco de

flores rosa fucsias, que olían a jazmín, recubierta de un montón de divertidos y blanditos peluches, era pequeñita. En el

armario toda mi ropa y a un lado la cajita de los juguetes. Solo que los que me gustaban más estaban debajo de la cama, por

si mi hermano los cogía.

-Qué bonita, la mía sin mas, azul y con los garabatos de mis hermanos jajaja.

-Bueno vamos a buscar el medallón.

-¿Dónde crees que debe de estar?

-Pues si yo fuera otra vez niña, como te he dicho antes, lo guardaría debajo de la cama.

-Pues vamos a mirar- se agachó debajo de la cama y comenzó a buscar entre la mugre. De repente Maya sacó una cajita

llena de polvo , pero se apreciaba su color dorado. Dentro de ella un medallón azul y una bonita bailarina.

-¡QUÉ BONITA!- gritó Maya.

-Pero no grites, la ama de llaves no tiene que saber que estamos aquí, no me deja entrar.

-Uy, lo siento- entonces nos escondimos debajo de la cama. De repente aparecieron unos feos zapatos ortopédicos , ya sabía

de quién eran.

-Qué feos- me susurró Maya.

-Shhhhhh, cállate quieres que nos descubran.

-Tranquila, no va a pasar nada pero… tengo ganas de estornudar.

-Aguanta un poco Maya.

-No puedo….¡ACHIS!

-Oh no , nos han descubierto- le dije , y en ese momento justo antes de que la ama de llaves se agachara para descubrirnos,

apareció la persona más inesperada del mundo.

-Lo siento he sido yo, es que me he perdido –dijo Izan.

-Vuelve a tu habitación.

-Si capitán.

-Soy una mujer grrr.

-¿Si? Yo juraría que no ¿eh?.

-Grr- y se marchó. Salimos de nuestro escondrijo y fuimos a hablar con Izan.

-Jajajaja habéis visto su cara, era para partirse- dijo.

-Si, pero ¿por qué nos has ayudado?

-Bueno, como ya me conoces quiero algo a cambio.

-Los suponía ¿y qué quieres?

-Un balón nuevo.

-Pero si ayer te compraron uno.

-Pero no me gusta, quiero otro.

-Bueno pero aquí no hay tiendas.

-Pues te buscas la vida.

-Eso es injusto.

-No pasa nada- dijo Maya- mi hermano tiene muchos, yo le cogeré uno.

-Gracias Maya.

-De nada.

-Bueno Izan, nos vamos.

-No he terminado.

-Pero si te vamos a dar el balón ¿qué más quieres?

-Que Maya me de un beso.

-Si ya y luego me monto en mi unicornio que vomita arcoíris y come mariposas.

-He dicho que quiero un beso, sino le diré a mis padres que habéis estado ahí.

-¡Qué no!

-Uno en el papo.

-Está bien- entonces Maya se fue a acercar para darle un beso en el papo e Izan giró la cabeza. Se dieron un pico que nunca

olvidarían porque después Maya le dio un tortazo. Salimos de la casa y se puso a gritar.

-¡Qué hermano más idiota tienes!

-Jajajaj ya, ya lo sé.

-No te rías, no me hace gracia.

-Pues a mi si, cuñada jajaja.

-¡Oh te mato!

-Perdón, perdón ya está.

-Bueno será mejor que vayamos ya a la casa de la muñeca ¿no?

-SI, será mejor- fuimos hasta la cueva, cruzamos la señal de prohibido el paso y entramos en el mundo de los juguetes de

nuevo y por última vez. Esta vez era distinto, no había nadie, no se oían ruidos. De aquel hermoso, ruidoso y divertido

mundo de los juguetes había pasado a aquel extraño silencioso y vacío mundo de los juguetes. Seguía habiendo casas y

árboles pero no había gente. Claro, nos dimos cuenta de que todos estaban en sus casas esperando si lograríamos traer el

colgante que faltaba. Fuimos a la casa de la muñeca y desde la ventana vimos que ella si seguía allí.

-Hola chicas.

-Hola, hemos encontrado el colgante y la bailarina.

-Me alegro mucho, nosotros hemos conseguido que venga el soldadito.

-Hola chicas- dijo- muchas gracias por ayudarnos a encontrar el colgante y la bailarina.

-Ya bueno y tanto que gracias- dijo Maya- ¡he tenido que besar a su hermano!

-Jajajaja déjalo Maya. ¿Bueno ahora qué tenemos que hacer?

-Tenemos que juntar los dos medallones y tú con una mano los sujetarás mientras con la otra aguantarás a la bailarina.

¿ Dónde están ?

-En la caja dorada que pone Alicia. No sé quien es.

-Es la dueña de los juguetes, la niña que vivía en la mansión.

Agarré con fuerza la bailarina en mi mano derecha y en la izquierda los dos medallones. Comenzaron a brillar con tanta

fuerza que después de una luz cegadora apareció una bonita bailarina.

Con su bonito pelo rubio enroscado en una larga coleta rizada y dorada y una goma de pelo rosa. Unos bonitos ojos verdes,

mejillas rosadas, una piel blanquecina y unos bonitos labios rosas. El traje ceñido hasta la cintura y sujeto por un lazo rosa

acababa en un bonito y pomposo tutú rosa y unas bailarinas rosas.

-¡Bailarina!- gritó el soldadito.

-Soldadito- le contestó.

Y se unieron en un bonito y cálido abrazo. Volvimos a casa, dejando a una dulce pareja en su mundo feliz.

[…]

Pasado el verano, volvimos a nuestra casa normal. Pero todas las semanas Maya y yo nos escribíamos una carta. Un ¿qué

tal?, un te echo de menos y un adiós nos veremos en verano no faltaban nunca.

FIN

*Después de este relato os habréis quedado sin saber mi nombre. Pues me llamo Alicia, como la dueña de los juguetes y la

niña que vivía en la antigua mansión.