el monacato y sus aportes a la cultura adrian

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El monacato y sus aportes a la cultura Uno de los ámbitos que me gustaría profundizar en este escrito es hablar sobre los aportes que el monacato dejo a la cultura. Y es que para entender los aportes del monacato como capital cultural de la humanidad es preciso hacer aclaraciones sobre el concepto de cultura. Si bien a lo largo de la historia se ha discutido sobre este concepto, es preciso remarcar que cultura no simplemente se ha entendido en un ámbito tradicional, pues si lo entendemos de esta manera, los aportes del monacato a la cultura se vería limitada por un reduccionismo del concepto cultura alejándonos o restringiendo el legado cultural de este estilo de vida. Es por esto que en este escrito ahondare en este concepto de cultura para argüir que el patrimonio cultural del monacato no simplemente se ve limitado porque el término cultura posea una connotación intelectual y estética, la cual se aplicaba a las personas llamadas cultas o cultivadas, y reducía su significado a una designación del refinamiento del espíritu, la erudición, la dedicación al pensamiento, al progreso artístico y literario, sino que hoy en día este término denota un significado mas amplio y por tanto las aportaciones culturales monacales también aumentan. El término cultura que utilizaremos será el siguiente: “La cultura puede considerarse hoy como el conjunto de rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan un grupo social. Engloba, no solo las artes y las letras, sino también los modos de vida, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. La cultura hace de los seres de nosotros seres específicamente humanos,... por ella es como el hombre se expresa... se reconoce como proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevos significados y crea obras que lo trascienden” 1 De esta forma podemos entender que el término cultura amplía su significado, sin embargo, de igual forma podría correrse el riesgo de considerar, no solo al mismo cristianismo sino además religiones, como una cultura más, considerándola o reduciéndola como a una expresión de la condición divina en el hombre, en este caso sería bueno diferenciar entre el mensaje evangélico con la cultura. Se hace esta diferencia para comprender que el mensaje evangélico es algo trascendente que no se cambia y que es algo permanente, pues es revelado por dios. La forma de de expresar y vivir este mensaje evangélico es donde entraría la cultura a verse evidente. Es por ello, que el estilo de vida monacal no deja de ser algo cultural pues en ese entorno se vivió y se expresó la vivencia de este mensaje evangélico acorde a las condiciones de tiempo y espacio de ese entonces. De modo que los valores, costumbres, actos, formas de hacer las cosas, ideales y demás son en sí formas de cultura. Como forma de expresión cultural que se tuvieron en el monacato tenemos como expresión literaria los diferentes reglamentos o reglas por las que se rigen las órdenes monásticas (lo monástico hace referencia al monacato, la condición de los monjes y sus monasterios históricamente fundados en el desierto, en entornos alejados del mundo). Las reglas más 1 Cf. Ecclesia 2090 (21 Agosto 1982), p. 1053.

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Page 1: El Monacato y Sus Aportes a La Cultura Adrian

El monacato y sus aportes a la cultura

Uno de los ámbitos que me gustaría profundizar en este escrito es hablar sobre los aportes que el

monacato dejo a la cultura. Y es que para entender los aportes del monacato como capital

cultural de la humanidad es preciso hacer aclaraciones sobre el concepto de cultura. Si bien a lo

largo de la historia se ha discutido sobre este concepto, es preciso remarcar que cultura no

simplemente se ha entendido en un ámbito tradicional, pues si lo entendemos de esta manera, los

aportes del monacato a la cultura se vería limitada por un reduccionismo del concepto cultura

alejándonos o restringiendo el legado cultural de este estilo de vida. Es por esto que en este

escrito ahondare en este concepto de cultura para argüir que el patrimonio cultural del monacato

no simplemente se ve limitado porque el término cultura posea una connotación intelectual y

estética, la cual se aplicaba a las personas llamadas cultas o cultivadas, y reducía su significado a

una designación del refinamiento del espíritu, la erudición, la dedicación al pensamiento, al

progreso artístico y literario, sino que hoy en día este término denota un significado mas amplio y

por tanto las aportaciones culturales monacales también aumentan.

El término cultura que utilizaremos será el siguiente:

“La cultura puede considerarse hoy como el conjunto de rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan un grupo social. Engloba, no solo las artes y las letras, sino también los modos de vida, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. La cultura hace de los seres de nosotros seres específicamente humanos,... por ella es como el hombre se expresa... se reconoce como proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevos significados y crea obras que lo trascienden”

1

De esta forma podemos entender que el término cultura amplía su significado, sin embargo, de

igual forma podría correrse el riesgo de considerar, no solo al mismo cristianismo sino además

religiones, como una cultura más, considerándola o reduciéndola como a una expresión de la

condición divina en el hombre, en este caso sería bueno diferenciar entre el mensaje evangélico

con la cultura. Se hace esta diferencia para comprender que el mensaje evangélico es algo

trascendente que no se cambia y que es algo permanente, pues es revelado por dios. La forma de

de expresar y vivir este mensaje evangélico es donde entraría la cultura a verse evidente. Es por

ello, que el estilo de vida monacal no deja de ser algo cultural pues en ese entorno se vivió y se

expresó la vivencia de este mensaje evangélico acorde a las condiciones de tiempo y espacio de

ese entonces. De modo que los valores, costumbres, actos, formas de hacer las cosas, ideales y

demás son en sí formas de cultura.

Como forma de expresión cultural que se tuvieron en el monacato tenemos como expresión

literaria los diferentes reglamentos o reglas por las que se rigen las órdenes monásticas (lo

monástico hace referencia al monacato, la condición de los monjes y sus monasterios

históricamente fundados en el desierto, en entornos alejados del mundo). Las reglas más

1 Cf. Ecclesia 2090 (21 Agosto 1982), p. 1053.

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difundidas son: Regla de San Agustín, regla agustiniana o regla agustina, de San Agustín (siglo IV-

V). Utilizada por la Orden de San Agustín y muchas otras, como las órdenes militares.

Regla de San Benito o regla benedictina, de San Benito de Nursia (siglo VI). Utilizada por la Orden

de San Benito (cluniacenses, cistercienses, etc.). Regla de San Francisco, regla franciscana o Regla

de los Hermanos Menores, de San Francisco de Asís (1223) utilizada por la Orden Franciscana y

otras.

El hecho de crear una regla ya requería en sí una preparación intelectual para la lectura y la

interpretación de este documento, por lo que aquí podemos presencia una visión de cultura rígida

limitada solo al intelecto o al cultivo de la persona, por otro lado, con una visión mas amplia del

concepto de cultura tenderíamos que cada uno de los postulados de la regla ya representa una

forma de expresión de esa revelación divina, y por tanto ya es cultura, pues es una manifestación

cotidiana que a tañe a las costumbres y a su forma de vivir. Quizá una lectura utilitarista podría

prestarse a considerar al monacato simplemente como una simple etapa cultural que no aporta

gran cosa a la sociedad contemporánea, sin embargo lejos de caer en ese pensamiento pues

traería consigo grandes consecuencias, lo más rescatable del monacato y su aporte a la cultura es

el realce de la expresión humana con lo divino.